La Luz

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FIGMMG E.A.P Ing.

Minas

1. La luz
I. ¿Qué es la luz?
La luz se define como una
onda electromagnética
que está compuesta por
diminutas partículas
llamadas fotones y que
nos permite visualizar todo
lo que nos rodea
aportando color y sentido
a la vista.

Aunque la definición
anterior parezca
complicada de entender
explicaremos paso a paso
cada uno de los conceptos
indicados anteriormente
en la definición de la luz.

Cuando lanzamos una


piedra a un estanque observamos que se crean una serie de ondas que avanzan
por la superficie del agua, al igual que la onda del estanque la luz es una onda
electromagnética, es decir es una onda con una parte eléctrica y otra parte
magnética, que a diferencia de la onda del estanque que necesita el agua como
medio para propagarse las ondas electromagnéticas no necesitan de ningún
medio, es decir avanzan a través del vacio.

Cualquier onda dispone de 4 propiedades o características que las identifica, estas


son la amplitud, la frecuencia, la velocidad y la longitud de onda. La longitud de
onda es la distancia que hay entre 2 crestas o valles de la onda, la luz visible que es
percibida por el ojo humano y que nos permite ver todo los que nos rodea es la
parte de la onda electromagnética que tiene una longitud de onda comprendida
entre 380 y 740 nanómetros, por tanto la luz tal y como la entendemos
corresponde a una pequeña porción de longitud de ondas electromagnéticas que
emiten fuentes luminosas como el Sol, las estrellas o las lámparas de tu casa.

Por último los fotones son las partículas fundamentales, indivisibles, sin masa ni
carga que componen la luz, los fotones son como pequeñas bolitas que vibran y se
comportan como una onda cuando se mueven y como una partícula cuando
interacciona con algún cuerpo, siendo por tanto onda y corpúsculo al mismo
tiempo.

Los colores que percibimos no son más que sensaciones que el ojo humano
interpreta ante diferentes vibraciones de los fotones, por ejemplo el color rojo
corresponde a 4 x 1014 vibraciones por segundo y el color azul corresponde a 6,5 x

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1014 vibraciones por segundo, cuando existen un conjunto de fotones que vibran
en diferentes frecuencias obtenemos una mezcla de todos los colores lo cual nos
da como resultado la luz blanca.

El espectro electromagnético representa las longitudes de onda, frecuencia y


energía que puede adquirir una onda electromagnética, el espectro se encuentra
dividido en diferentes bandas en donde las ondas comparten ciertas
características, por ejemplo tenemos la banda de rayos gamma, ultravioleta, luz
visible, infrarrojos o microondas. En la banda de la luz visible quedan
representados en función de la frecuencia (vibraciones por segundo) o longitud de
onda la diferente gama de colores que compone la luz visible. Puedes observarlo
en la imagen inferior.

Este conjunto de pequeñas partículas llamadas fotones que componen la luz,


teóricamente adquieren la velocidad máxima que cualquier partícula del universo
puede alcanzar en el vacío , siendo aproximadamente de 3 x 10 8 m/s, es decir en
1 segundo un fotón daría casi 4,5 vueltas alrededor de nuestro planeta Tierra.

Esta velocidad es considerada como una constante universal y se utiliza entre otras
cosas para indicar distancias astronómicas entre estrellas, galaxias o cúmulos, por
ejemplo el planeta Venus está a una distancia de 0.000011 años luz, la estrella más
cercana a nuestro planeta está aproximadamente a 4,3 años luz y la galaxia más
lejana que actualmente se conoce está a unos 13.200 millones de años luz, sin
duda el universo es extraordinariamente grande. 1 año luz equivale a la distancia
que recorre un fotón en un año o lo que es lo mismo 9,46 billones de kilómetros.
II. Naturaleza de la luz
a) Naturaleza corpuscular
Se la conoce como teoría corpuscular o de la emisión. A finales del siglo
XVI, con el uso de lentes e instrumentos ópticos, empezaran a
experimentarse los fenómenos luminosos, siendo el holandés Willebrord
Snell, en 1620, quién descubrió experimentalmente la ley de la refracción,
aunque no fue conocida hasta que, en 1638, René Descartes (1596-1650)
publicó su tratado: Óptica. Descartes fue el primer gran defensor de la
teoría corpuscular, diciendo que la luz se comportaba como un proyectil
que se propulsaba a velocidad infinita, sin especificar absolutamente nada
sobre su naturaleza, pero rechazando que cierta materia fuera de los
objetos al ojo.
Explicó claramente la reflexión, pero tuvo alguna dificultad con la
refracción.
Según Newton, las fuentes luminosas emiten corpúsculos muy livianos que
se desplazan a gran velocidad y en línea recta. Podemos fijar ya la idea de
que esta teoría además de concebir la propagación de la luz por medio de
corpúsculos, también sienta el principio de que los rayos se desplazan en
forma rectilínea.
Como toda teoría física es válida en tanto y en cuanto pueda explicar los
fenómenos conocidos hasta el momento, en forma satisfactoria.

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Newton explicó que la variación de intensidad de la fuente luminosa es


proporcional a la cantidad de corpúsculos que emite en determinado
tiempo.
La reflexión de la luz consiste en la incidencia de dichos corpúsculos en
forma oblicua en una superficie espejada, de manera que al llegar a ella
varía de dirección pero siempre en el mismo medio.
La igualdad del ángulo de incidencia con el de reflexión se debe a la
circunstancia de que tanto antes como después de la reflexión los
corpúsculos conservan la misma velocidad (debido a que permanece en el
mismo medio).
La refracción la resolvió expresando que los corpúsculos que inciden
oblicuamente en una superficie de separación de dos medios de distinta
densidad son atraídos por la masa del medio más denso y, por lo tanto,
aumenta la componente de la velocidad que es la velocidad que es
perpendicular a la superficie de separación, razón por la cual los
corpúsculos luminosos se acercan a la normal.
El fenómeno de la birrefrigencia del espato de Islandia descubierto por el
danés Bartholinus en 1669, quiso ser justificado por Newton suponiendo
que los corpúsculos del rayo podían ser rectangulares y sus propiedades
variar según su orientación respecto a la dirección de la propagación.
Según lo expresado por Newton, la velocidad de la luz aumentaría en los
medios de mayor densidad, lo cual contradice los resultados de los
experimentos realizados años después.
Esta explicación, contradictoria con los resultados experimentales sobre la
velocidad de la luz en medios más densos que el vacío, obligó al abandono
de la teoría corpuscular.
b) Naturaleza ondulatoria
Propugnada por en el año 1678, describe y explica lo que hoy se considera
como leyes de reflexión y refracción. Define a la luz como un movimiento
ondulatorio semejante al que se produce con el sonido.
Propuso el modelo ondulatorio, en el que se defendía que la luz no era
mas que una perturbación ondulatoria, parecida al sonido, y de tipo
mecánico pues necesitaba un medio material para propagarse. Supuso
tres hipótesis:
todos los puntos de un frente de ondas eran centros emisores de ondas
secundarias;
de todo centro emisor se propagaban ondas en todas direcciones del
espacio con velocidad distinta en cada medio;
como la luz se propagaba en el vacío y necesitaba un material perfecto sin
rozamiento, se supuso que todo el espacio estaba ocupado por éter, que
hacía de soporte de las ondas.
hora, como los físicos de la época consideraban que todas las ondas
requerían de algún medio que las transportaran en el vacío, para las ondas
lumínicas se postula como medio a una materia insustancial e invisible a la
cual se le llamó éter.
Justamente la presencia del éter fue el principal medio cuestionador de la
teoría ondulatoria. En ello, es necesario equiparar las vibraciones
luminosas con las elásticas transversales de los sólidos sin que se

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transmitan, por lo tanto, vibraciones longitudinales. Aquí es donde se


presenta la mayor contradicción en cuanto a la presencia del éter como
medio de transporte de ondas, ya que se requeriría que éste reuniera
alguna característica sólida pero que a su vez no opusiera resistencia al
libre transito de los cuerpos sólidos. (Las ondas transversales sólo se
propagan a través de medios sólidos.)
En aquella época, la teoría de Huygens no fue muy considerada,
fundamentalmente, y tal como ya lo mencionamos, dado al prestigio que
alcanzó Newton. Pasó más de un siglo para que fuera tomada en cuenta la
Teoría Ondulatoria de la luz. Los experimentos del médico inglés Thomas
Young sobre los fenómenos de interferencias luminosas, y los del físico
francés Auguste Jean Fresnel sobre la difracción fueron decisivos para que
ello ocurriera y se colocara en la tabla de estudios de los físicos sobre la
luz, la propuesta realizada en el siglo XVII por Huygens.
Young demostró experimentalmente el hecho paradójico que se daba en
la teoría corpuscular de que la suma de dos fuentes luminosas pueden
producir menos luminosidad que por separado. En una pantalla negra
practica dos minúsculos agujeros muy próximos entre sí: al acercar la
pantalla al ojo, la luz de un pequeño y distante foco aparece en forma de
anillos alternativamente brillantes y oscuros. ¿Cómo explicar el efecto de
ambos agujeros que por separado darían un campo iluminado, y
combinados producen sombra en ciertas zonas? Young logra explicar que
la alternancia de las franjas por la imagen de las ondas acuáticas. Si las
ondas suman sus crestas hallándose en concordancia de fase, la vibración
resultante será intensa. Por el contrario, si la cresta de una onda coincide
con el valle de la otra, la vibración resultante será nula. Deducción simple
imputada a una interferencia y se embriona la idea de la luz como estado
vibratorio de una materia insustancial e invisible, el éter, al cual se le
resucita.
Ahora bien, la colaboración de Auguste Fresnel para el rescate de la teoría
ondulatoria de la luz estuvo dada por el aporte matemático que le dio
rigor a las ideas propuestas por Young y la explicación que presentó sobre
el fenómeno de la polarización al transformar el movimiento ondulatorio
longitudinal, supuesto por Huygens y ratificado por Young, quien creía que
las vibraciones luminosas se efectuaban en dirección paralela a la
propagación de la onda luminosa, en transversales. Pero aquí, y pese a las
sagaces explicaciones que incluso rayan en las adivinanzas dadas por
Fresnel, inmediatamente queda presentada una gran contradicción a esta
doctrina, ya que no es posible que se pueda propagar en el éter la luz por
medio de ondas transversales, debido a que éstas sólo se propagan en
medios sólidos.
En su trabajo, Fresnel explica una multiplicidad de fenómenos
manifestados por la luz polarizada. Observa que dos rayos polarizados
ubicados en un mismo plano se interfieren, pero no lo hacen si están
polarizados entre sí cuando se encuentran perpendicularmente. Este
descubrimiento lo invita a pensar que en un rayo polarizado debe ocurrir
algo perpendicularmente en dirección a la propagación y establece que
ese algo no puede ser más que la propia vibración luminosa. La conclusión

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se impone: las vibraciones en la luz no pueden ser longitudinales, como


Young lo propusiera, sino perpendiculares a la dirección de propagación,
transversales.
Las distintas investigaciones y estudios que se realizaron sobre la
naturaleza de la luz, en la época en que nos encontramos de lo que va
transcurrido del relato, engendraron aspiraciones de mayores
conocimientos sobre la luz. Entre ellas, se encuentra la de lograr medir la
velocidad de la luz con mayor exactitud que la permitida por las
observaciones astronómicas. Hippolyte Fizeau (1819- 1896) concretó el
proyecto en 1849 con un clásico experimento. Al hacer pasar la luz
reflejada por dos espejos entre los intersticios de una rueda girando
rápidamente, determinó la velocidad que podría tener la luz en su
trayectoria, que estimó aproximadamente en 300.000 km./s. Después de
Fizeau, lo siguió León Foucault (1819 – 1868) al medir la velocidad de
propagación de la luz a través del agua. Ello fue de gran interés, ya que iba
a servir de criterio entre la teoría corpuscular y la ondulatoria.
La primera, como señalamos, requería que la velocidad fuese mayor en el
agua que en el aire; lo contrario exigía, pues, la segunda. En sus
experimentos, Foucault logró comprobar, en 1851, que la velocidad de la
luz cuando transcurre por el agua es inferior a la que desarrolla cuando
transita por el aire. Con ello, la teoría ondulatoria adquiere cierta
preeminencia sobre la corpuscular, y pavimenta el camino hacia la gran
síntesis realizada por Maxwell.
En 1670, por primera vez en la historia, el astrónomo danés Olaf Roemer
pudo calcular la velocidad de la luz.
Se hallaba estudiando los eclipses de uno de los satélites de Júpiter, cuyo
período había determinado tiempo atrás. Estaba en condiciones de
calcular cuales serían los próximos eclipses. Se dispuso a observar uno de
ellos, y con sorpresa vio que a pesar de que llegaba el instante tan
cuidadosamente calculado por él, el eclipse no se producía y que el satélite
demoró 996 seg. en desaparecer.
Roemer realizó sus primeros cálculos cuando la tierra se encontraba entre
el Sol y Júpiter; pero cuando observó el retraso en el eclipse era el Sol
quien se encontraba entre la Tierra y Júpiter.
Por lo tanto la luz debía recorrer una distancia suplementaria de
299.000.000 Km., que es el diámetro de la órbita terrestre, por lo tanto:
Vel. Luz = Diam. Órbita terrestre 299.000.000 Km / Atraso observado 996
seg. = 300.200 Km/seg.
Observaciones posteriores llevaron a la conclusión que el atraso en
cuestión era de 1.002 seg. , lo cual da por resultado que la velocidad de la
luz sería de 298.300 Km/seg.
Si se consideraba onda, la luz debería atravesar los obstáculos, como el
sonido. Como no era así, se precisaba de alguna nueva hipótesis. Aún mas
considerando que tampoco podía explicar los fenómenos de polarización.
Todos estos problemas, junto al prestigio de Newton que defendía la
teoría contraria, relegó a un segundo plano, durante algún tiempo, el
modelo ondulatorio.

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En 1849, el físico francés Fizeau, logró medir la velocidad de la luz con una
experiencia hecha en la tierra.
Envió un rayo de luz, por entre los dientes de una rueda dentada que
giraba a gran velocidad, de modo que se reflejara en un espejo y volviera
hacia la rueda.
Esta relación de velocidad entre el camino recorrido por la luz en su ida y
vuelta y las revoluciones de la rueda dentada, fue la que tomó Fizeau de
base para calcular la velocidad de la luz.
Podemos escribir: t = 2d / v
Si la rueda tiene N dientes y N espacios, y da n vueltas por segundo y
pasan en 1 seg. 2 Nn dientes y espacios
t= 1 /.2Nn
Cuando no llega mas luz al observador es evidente que estos tiempos son
iguales y por lo tanto tenemos:
2d / v = 1 / 2Nn
de donde v = 4 d Nn
Fizeau colocó el espejo a 8.633 m del observador, la rueda tenía 760
dientes y giraba a 12,6 revoluciones por segundo.
Si aplicamos la fórmula obtenida, resultará:
V = 313.274 Km./seg.
León Foucault y casi simultáneamente Fizeau, hallaron en 1850 un método
que permite medir la velocidad de la luz en espacios reducidos.
La idea consiste en enviar un haz de luz sobre un espejo giratorio
haciéndole atravesar una lámina de vidrio semitransparente y
semirreflectora, un espejo fijo devuelve el rayo y atraviesa luego lámina
observándose la mancha luminosa en una pantalla.
Con este método se obtuvo que:
V = 295.680 Km./seg.
Luego Foucault junto a concibió la idea de calcular la velocidad de la luz en
otro medio que no sea el aire.
Midieron la velocidad de la luz en el agua y obtuvieron un resultado
experimental que decidió la controversia a favor de la teoría ondulatoria.
En general todas las mediciones de que se tiene conocimiento obtuvieron
resultados entre 298.000 Km/seg y 313.300 Km/seg sin embargo se toma
como velocidad de la luz la de 300.000 Km/seg por ser un término medio
entre los valores obtenidos y por ser una cifra exacta que facilitan los
cálculos.
c) Naturaleza electromagnética
Si bien en la separata 1.03 de este ensayo nos referiremos a ella con una
relativa extensión, cuando hablemos del electromagnetismo, aquí
podemos señalar sucintamente que fue desarrollada por quien es
considerado el más imaginativo de los físicos teóricos del siglo XIX, nos
referimos a James Clerk Maxwell (1831-1879). Este físico inglés dio en
1865 a los descubrimientos, que anteriormente había realizado el genial
autodidacta Michael Faraday, el andamiaje matemático y logró reunir los
fenómenos ópticos y electromagnéticos hasta entonces identificados
dentro del marco de una teoría de reconocida hermosura y de acabada
estructura. En la descripción que hace de su propuesta, Maxwell propugna

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que cada cambio del campo eléctrico engendra en su proximidad un


campo magnético, e inversamente cada variación del campo magnético
origina uno eléctrico.
Dado que las acciones eléctricas se propagan con velocidad finita de punto
a punto, se podrán concebir los cambios periódicos - cambios en dirección
e intensidad - de un campo eléctrico como una propagación de ondas.
Tales ondas eléctricas están necesariamente acompañadas por ondas
magnéticas indisolublemente ligadas a ellas. Los dos campos, eléctrico y
magnético, periódicamente variables, están constantemente
perpendiculares entre sí y a la dirección común de su propagación. Son,
pues, ondas transversales semejantes a las de la luz. Por otra parte, las
ondas electromagnéticas se transmiten, como se puede deducir de las
investigaciones de Weber y Kohlrausch, con la misma velocidad que la luz.
De esta doble analogía, y haciendo gala de una espectacular volada
especulativa Maxwell termina concluyendo que la luz consiste en una
perturbación electromagnética que se propaga en el éter. Ondas eléctricas
y ondas luminosas son fenómenos idénticos.
Veinte años más tarde, Heinrich Hertz (1857-1894) comprueba que las
ondas hertzianas de origen electromagnético tienen las mismas
propiedades que las ondas luminosas, estableciendo con ello,
definitivamente, la identidad de ambos fenómenos.
Hertz, en 1888, logró producir ondas por medios exclusivamente eléctricos
y, a su vez, demostrar que estas ondas poseen todas las características de
la luz visible, con la única diferencia de que las longitudes de sus ondas son
manifiestamente mayores. Ello, deja en evidencia que las ondas eléctricas
se dejan refractar, reflejar y polarizar, y que su velocidad de propagación
es igual a la de la luz. La propuesta de Maxwell quedaba confirmada: ¡la
existencia de las ondas electromagnéticas era una realidad inequívoca!
Establecido lo anterior, sobre la factibilidad de transmitir oscilaciones
eléctricas sin inalámbricas, se abrían las compuertas para que se produjera
el desarrollo de una multiplicidad de inventivas que han jugado un rol
significativo en la evolución de la naturaleza humana contemporánea.
Pero las investigaciones de Maxwell y Hertz no sólo se limitaron al ámbito
de las utilizaciones prácticas, sino que también trajeron con ellas
importantes consecuencias teóricas. Todas las radiaciones se revelaron de
la misma índole física, diferenciándose solamente en la longitud de onda
en la cual se producen. Su escala comienza con las largas ondas hertzianas
y, pasando por la luz visible, se llegan a la de los rayos ultravioletas, los
rayos X, los radiactivos, y los rayos cósmicos.
Ahora, la teoría electromagnética de Maxwell, pese a su belleza, comporta
debilidades, ya que deja sin explicación fenómenos tan evidentes como la
absorción o emisión; el fotoeléctrico, y la emisión de luz por cuerpos
incandescentes. En consecuencia, pasado el entusiasmo inicial, fue
necesario para los físicos, como los hizo Planck en 1900, retomar la teoría
corpuscular.
ero la salida al dilema que presentaban las diferentes teorías sobre la
naturaleza de la luz, empezó a tomar forma en 1895 en la mente de un
estudiante de dieciséis años, Albert Einstein, que en el año 1905, en un

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ensayo publicado en el prestigioso periódico alemán Anales de la física,


abre el camino para eliminar la dicotomía que existía sobre las
consideraciones que se hacían sobre la luz al introducir el principio que
más tarde se haría famoso como relatividad.
La luz es, de acuerdo a la visión actual, una onda, más precisamente una
oscilación electromagnética, que se propaga en el vacío o en un medio
transparente, cuya longitud de onda es muy pequeña, unos 6.500 Å para la
luz roja y unos 4.500 Å para la luz azul. (1Å = un Angstrom, corresponde a
una décima de milimicra, esto es, una diez millonésima de milímetro).
Por otra parte, la luz es una parte insignificante del espectro
electromagnético. Más allá del rojo está la radiación infrarroja; con
longitudes de ondas aún más largas la zona del infrarrojo lejano, las
microondas de radio, y luego toda la gama de las ondas de radio, desde las
ondas centimétricas, métricas, decamétricas, hasta las ondas largas de
radiocomunicación, con longitudes de cientos de metros y más. Por
ejemplo, el dial de amplitud modulada, la llamada onda media, va desde
550 y 1.600 kilociclos por segundo, que corresponde a una longitud de
onda de 545 a 188 metros, respectivamente.
En física, se identifica a las ondas por lo que se llama longitud de onda,
distancia entre dos máximos y por su frecuencia, número de oscilaciones
por segundo, que se cuenta en un punto, y se mide en ciclos por segundo
(oscilaciones por segundo). El producto de ambas cantidades es igual a la
velocidad de propagación de la onda.
En el otro extremos del espectro electromagnético se encuentra la
radiación ultravioleta, luego los rayos X y a longitudes de onda muy
diminutas los rayos .
La atmósfera terrestre es transparente sólo en la región óptica, algo en el
infrarrojo y en la zona de ondas de radio. Por ello, es que la mayor
información que hemos obtenido sobre el universo ha sido a través de la
ventana óptica, aunque en las últimas décadas la radioastronomía ha
venido jugando un rol sustancial en la entrega de conocimientos sobre el
cosmos, proporcionando datos cruciales. Observaciones en el ultravioleta,
rayos X y , como así también de parte del infrarrojo, hay que efectuarlas
con instrumentos ubicados fuera de la atmósfera de la Tierra. Sin
embargo, es posible también obtener resultados en el infrarrojo con
instrumentación alojada en observatorios terrestres empotrados a gran
altura sobre el nivel del mar o con tecnología puesta en aviones o globos
que se eleven por sobre la baja atmósfera, que contiene la mayor parte del
vapor de agua, que es la principal causa de la absorción atmosférica en el
infrarrojo.

III. Propagación
a) Luz
i. Propagación

La luz emitida por una fuente luminosa es capaz de llegar hasta otros
objetos e iluminarlos. Este recorrido de la luz desde la fuente luminosa
hasta los objetos, se denomina rayo luminoso.

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La luz se propaga siempre.

- En línea recta.

- En todas las direcciones.

- A gran velocidad, a 300.000 kilómetros por segundo.

ii. Los cuerpos y la luz


Los cuerpos se comportan de manera diferente cuando la luz los
ilumina. Según dejen pasar o no la luz los cuerpos pueden ser:
- Transparentes. Dejan pasar casi totalmente la luz que les llega.
A través de ellos podemos observar los objetos que se encuentran
detrás. Ejemplos: el agua pura y el vidrio.
- Translúcidos. Dejan pasar solo una pequeña parte de la luz que
les llega. No podemos ver con claridad los objetos que están
situados detrás de ellos. Ejemplos: el vidrio esmerilado y el papel
de seda.
- Opacos. No dejan pasar la luz que les llega. No podemos ver los
objetos que hay detrás de ellos. Ejemplos: madera, metal o
mármol.

iii. Propiedades de la luz


Algunas propiedades de la luz dependen del tipo de fuente
luminosa que las emita, como el color, la intensidad…
Sin embargo, existen otras propiedades como la reflexión y la
refracción, que son comunes a todos los tipos de la luz.
- La reflexión de la luz es el cambio de dirección que experimenta
la luz cuando choca contra un cuerpo.
Los espejos son cuerpos opacos, con una superficie lisa y
pulimentada, capaces de reflejar la luz que reciben.
Los espejos pueden ser planos o esféricos.
Los espejos planos forman imágenes igual de grandes que los
objetos que las originan.
Los espejos esféricos forman imágenes distorsionadas.
- La refracción de la luz. Es el cambio de dirección que
experimenta la luz cuando pasa de un medio a otro diferente, por
ejemplo, cuando pasa del aire al agua.
La refracción de la luz sirve para ver los objetos con un tamaño
diferente del real. Esto se consigue con el uso de lentes.

Las lentes son cuerpos trasparentes con la superficie curva que


refractan la luz. Pueden ser:
- Convergentes. Hacen que los rayos se junten. Las lupas son
lentes convergentes.
- Divergentes. Hacen que los rayos se separen.

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b) Sonido
i. Propagación del sonido

El sonido se propaga de un lugar a otro, pero siempre lo hace a


través de un medio material, como el aire, el agua o la madera. En
el vacío, el sonido no puede propagarse, porque no hay medio
natural. En el aire el sonido viaja a una velocidad de 340m. Por
segundo.
El sonido se propaga en línea recta y en todas las direcciones.
Puede reflejarse en algunos objetos; entonces, parte del sonido
vuelve al lugar del que procede. Este fenómeno se llama eco.

ii. Características del sonido


Cada sonido se diferencia de los demás en:
- La intensidad.- Según esta, los sonidos pueden ser fuertes o
débiles.
- El tono.- Puede ser grave o agudo.
- El timbre.- Nos permite distinguir entre dos sonidos aunque
tengan la misma intensidad y el mismo tono

IV. Velocidad de la luz


Hasta la época de Galileo (1564- 1642) se consideraba que la propagación de la luz
era instantánea.
El propio Galileo realizó un experimento para determinar la velocidad de la luz que
consistía en realizar señales con linternas desde dos colinas que se encontraban a
1 km de distancia. Su idea consistía en medir el tiempo que tarda la luz en recorrer
dos veces la distancia entre los experimentadores situados en las colinas. Uno de
ellos destapaba su linterna y cuando el otro veía la luz, destapaba la suya. El
tiempo transcurrido desde que el experimentador A destapaba su linterna hasta
que veía la luz procedente de B era el tiempo que tardaba la luz en recorrer ida y
vuelta la distancia entre los dos experimentadores.
Aunque el método es correcto, la velocidad de la luz es muy alta y el tiempo a
medir era incluso más pequeño que las fluctuaciones de la respuesta humana.
Galileo no pudo obtener un valor razonable para la velocidad de la luz.
A partir de Galileo, se sucedieron muchos experimentos para determinar la
velocidad de la luz.
Actualmente aceptamos el valor de 299.792,458 km/s para la velocidad de la luz
en el vacío.
¡Si pudiésemos viajar a ésta velocidad le daríamos algo más de siete vueltas a la
Tierra en un segundo!

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La luz no sólo se propaga en el vacío, sino que lo hace también en algunos medios
materiales, desplazándose en cada medio con una velocidad diferente según las
características de éste.

V. Longitudes de onda

La longitud de onda es la distancia real que recorre una perturbación (una onda)
en un determinado intervalo de tiempo. Ese intervalo de tiempo es el transcurrido
entre dos máximos consecutivos de alguna propiedad física de la onda. En el caso
de las ondas electromagnéticas esa propiedad física (que varía en el tiempo
produciendo una perturbación) puede ser, por ejemplo, su efecto eléctrico (su
campo eléctrico) el cual, según avanza la onda, aumenta hasta un máximo,
disminuye hasta anularse, cambia de signo para hacerse negativo llegando a un
mínimo (máximo negativo). Después, aumenta hasta anularse, cambia de signo y
se hace de nuevo máximo (positivo). Esta variación del efecto eléctrico en el
tiempo, si la representamos en un papel, obtenemos "crestas" y "valles"
(obtenemos una curva sinusoidal) pero la onda electromagnética no "tiene"
crestas y valles.

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Otra propiedad física, que podríamos haber utilizado para medir la longitud de
onda de las ondas electromagnéticas, es su efecto magnético (su campo
magnético), que también varía en el tiempo.1 2

En el caso de las ondas llamadas "olas del mar", esa propiedad puede ser la
posición de una de sus moléculas respecto al nivel medio del mar. La perturbación
avanza a una determinada velocidad (que depende de varios aspectos que aquí no
son relevantes). Si medimos lo que avanza la perturbación en el transcurso de
tiempo empleado por una de sus moléculas en pasar dos veces consecutivas por
un máximo en su posición respecto al nivel medio del mar, obtendremos la
longitud de onda de esa onda que llamábamos "olas del mar". En este caso, esa
distancia (esa longitud de onda) coincide con la separación entre dos crestas
consecutivas, pero no es conveniente quedarse con la idea de que todas las ondas
tienen "crestas". La luz no las tiene. La definición de "distancia recorrida por la
perturbación (no por el material, moléculas, etc. ) en una determinada duración de
tiempo" es la definición válida.1 2

Si representamos en dos dimensiones cómo varía esa propiedad física con la


distancia que recorre la onda obtenemos una curva cuyo aspecto muestra cierta
periodicidad. En muchos casos esa curva tiene aspecto sinusoidal. La distancia
entre dos máximos de esa curva sinusoidal nos muestra el valor (expresado en
metros, centímetros o cualquier otra unidad de medida de distancia) de la longitud
de onda, pero no "es" la longitud de onda. La longitud de onda es una distancia
real recorrida por la onda. No es la distancia entre dos máximos de una curva
pintada en un papel. Como es lógico, para poder representar esta curva,
necesitamos conocer la velocidad a la que avanza la onda. Las ondas
electromagnéticas que llamamos "luz visible" pasan de un máximo de su campo
eléctrico a un mínimo y otra vez a un máximo varios billones de veces por
segundo. A pesar de que la onda va a una velocidad de casi 300 000 km/s, la
distancia que puede recorrer la onda entre dos máximos consecutivos de su
campo eléctrico es pequeñísima (nanómetros). En cambio, las ondas
electromagnéticas que llamamos "ondas de radio" tienen la propiedad de que su
campo eléctrico se hace máximo y mínimo a un ritmo muchísimo menor que el de
la luz visible. Por ello, las ondas de radio pueden avanzar centímetros, metros e
incluso kilómetros en el transcurso de dos máximos consecutivos de su campo
eléctrico. Es por ello que la longitud de onda y la frecuencia (número de veces que
su campo eléctrico se hace máximo por segundo) son parámetros que
necesariamente están relacionados.

Es necesario recalcar que la longitud de onda no es la distancia que recorren las


partículas implicadas en la propagación de la onda (moléculas de agua en las olas
del mar, átomos o moléculas de la corteza terrestre en un terremoto, moléculas
de la atmósfera terrestre propagando un sonido, etc.). Es la distancia que recorre
la onda.

En lenguaje físico/matemático podemos decir que la longitud de onda, es una


magnitud física que describe la distancia entre dos puntos consecutivos de una
onda sinusoidal que poseen la misma fase. La longitud de onda es descrita

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FIGMMG E.A.P Ing. Minas

frecuentemente con la letra griega lambda (λ). El concepto de longitud de onda


suele extenderse también a cualquier onda periódica aunque no sea sinusoidal. La
longitud de onda se mide en metros en unidades del Sistema Internacional de
Unidades. En aquellas ondas que se desplazan a una velocidad constante, la
longitud de onda es inversamente proporcional a la frecuencia y directamente
proporcional al período de la onda. Ejemplos comunes de ondas son las ondas
elásticas (como el sonido) y las ondas electromagnéticas (como la luz).
VI. ¿Quiénes estudiaron la luz?
Euclides propagación rectilínea y la ley de reflexión
Galileo primer telescopio reflector
Fermat trayecto de la luz
Huygens teoría ondulatoria de la luz
Roemer velocidad de la luz
Newton dispersión de la luz
Young naturaleza ondulatoria de la luz
Max Planck Mecánica cuántica
VII. Escala de fusibilidad de kobell
Las temperaturas de fusión de las sustancias constituyen, en algunos casos, una
propiedad muy útil para su identificación. En el caso de minerales, dado que los
puntos de fusión suelen ser muy altos y de difícil acceso, la determinación de los
mismos no suele ser un sistema seguro de diagnóstico. Sin embargo, sí es posible
una determinación aproximada de las temperaturas de fusión (p.f.) mediante
comparación con una serie de minerales cuyo punto de fusión es conocido. En ello
se basa la Escala de Von Kobell:

MINERAL
NÚMERO p.f (ºC) OBSERVACIONES
TIPO
1,00 Antimonita 525,00 Funde con una cerilla
2,00 Natrolita 800,00 Funde con mechero de gas
3,00 Almandino 1050,00 Sólo funden trozos pequeños
4,00 Actinolita 1200,00 Funde al soplete
Funde difícilmente al soplete y se redondean
5,00 Ortosa 1300,00
los cristales
6,00 Broncita 1400,00 Sólo funden trozos pequeños
7,00 Cuarzo 1710,00 Infusible al soplete

5. Bibliografía
http://www.monografias.com/trabajos5/natlu/natlu.shtml
http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd99/ed99-0504-01/nat-luz.html
http://www.aitanatp.com/nivel6/luz/caract.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Velocidad_de_la_luz
https://es.wikipedia.org/wiki/Longitud_de_onda

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