Hablar en Publico
Hablar en Publico
Hablar en Publico
Muchas veces nos hemos dirigido ante un público y es muy probable que los resultados no
hayan sido muy exitosos. Por lo tanto, ¿por qué hablar en público no es tan agradable
para algunos? Porque hablar en público es saber expresarse oralmente ante los demás.
Por ello, la persona que habla en público es un artista que empleará el lenguaje para crear
obras de arte con la palabra, no es un actor, pero se transforma en el escenario para hacer
vivir, sentir y pensar a su público; es decir, es un buen comunicador que sabe hacerse
entender y sabe lo que su público espera de él. Por eso se prepara mental y físicamente
constante y disciplinadamente,
Hablar en público, al igual que otras experiencias en la vida demanda habilidades que no
poseemos de forma innata. Eso significa enfrentarnos a emociones que pueden
sorprendernos o resultarnos desagradables, pero la respuesta no tiene por qué ser la
evitación o el bloqueo.
Hablar de manera eficaz ante una audiencia, no es algo que se herede genéticamente,
todos podemos aprender y perfeccionar esta actividad hasta sentirnos cada vez más a
gusto, incluso crear un estilo, una forma de hablar ante los demás, personal y propia.
Siempre se presentará la necesidad de expresar un discurso, hacer una narración,
presentar un proyecto en una sala de juntas, decir unas palabras en una celebración
familiar o hacer una propuesta en una reunión del colegio. Para muchos,
independientemente de que lo hagan mejor o peor, es un mero trámite que nos les
produce la menor molestia. A otros, en cambio, la sola perspectiva les quita el sueño;
literalmente, además el miedo a hablar en público, va acompañada de síntomas físicos
que no solo no ayudan a salir airoso del trance sino que lo complican. Y tiene
consecuencias posiblemente negativas, tanto en el ámbito laboral como en el social.
¿Porque ocurre? Existen varios motivos, una experiencia negativa en el pasado. "Por
ejemplo, cuando eran niños hablaron y se rieron de ellos", propone Guillermo Fouce,
profesor de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Colegio
Oficial de Psicólogos de la capital. No tiene por qué haber sido una experiencia vivida en
primera persona: "Puede que lo haya visto en el cine, o a un compañero", añade. "El
haber experimentado burlas, humillación pública, bullying, sobre todo en la adolescencia,
hace que su autoestima pueda verse afectada", agrega el psicólogo y experto en logopedia
clínica Julio Ampuero.
· Timidez o introversión. "Hay gente a la que le gusta el aislamiento, prefiere no
relacionarse con otros, y esto puede provocarles cierta dificultad a la hora de
comunicarse", señala Fouce. Estaríamos hablando de "componentes genéticos que
pueden derivar en respuestas de temor, ansiedad, miedo, entre otras, ante unas
circunstancias determinadas", según dice Julio Ampuero.
· Falta de confianza. Quizá somos abiertos y extrovertidos y no hemos sufrido una
experiencia negativa en ese terreno, pero simplemente pensamos que no vamos a hacerlo
bien. "Si piensas que lo harás mal, lo harás mal", describe Fouce.
Ante esa situación, la reacción más evidente son los síntomas físicos. Sudoración, temblor
de manos y voz, palpitaciones, rubor… se deben "a un incremento de actividad del sistema
nervioso ", explica Ampuero. "Es una respuesta del cerebro ante una amenaza. Si uno va a
hablar delante de mucha gente es normal que tenga cierto nivel de activación; incluso si
no está suficientemente activado también puede tener algún problema. Lo que hay que
tener es la activación justa", dice Fouce.
Pero esas reacciones físicas van íntimamente relacionadas con síntomas cognitivos y
conductuales. Como detalla Julio Ampuero, los primeros serían "creencias e ideas
irracionales, intrusivas, involuntarias e incontrolables acerca de los posibles escenarios
que se pueden dar mientras la persona habla ante un público, como que va a ser
humillado o no va a estar a la altura".
Los síntomas conductuales "tienen como finalidad la evitación de dicha situación o la
huida. Por ejemplo, la persona puede alegar falsamente que ha enfermado para no tener
que acudir a una cita donde sabía que tenía que hablar en público",
Como se dijo anteriormente Los buenos oradores no nacen, ¡se hacen! Hay que seguir las
siguientes recomendaciones y seguramente se podrá superar el miedo a dirigirse al
público.
5. Fije la vista en un punto concreto. "Puede ser una persona que le genere especial
confianza", dice Guillermo Fouce. "Si no es posible, trate de dirigir la mirada hacia
distintos lugares de la sala", agrega Julio Ampuero. Coger un lápiz o juntar las manos
también puede ayudar a canalizar el nerviosismo.
6. Imagine la situación en positivo. Pensar que va a salir bien es casi una garantía de éxito.
Como el resto de medidas, va dirigida a "no estar nervioso cuando llegue el momento de
la verdad, porque para su cerebro no será una situación nueva sino algo a lo que está más
que acostumbrado", Y si no es suficiente, piense en esos futbolistas en las entrevistas:
dicen cuatro cosas sin sentido y la gente los adora.
Actividad de la lectura.
Comenta con tus palabras los aspectos más relevantes a la hora de dirigirse al público y
como se puede perder el miedo al hacerlo. (Hazlo en un archivo Word y lo subes a la
plataforma.