El Humor Metafísico de Borges
El Humor Metafísico de Borges
El Humor Metafísico de Borges
RESÚMEN
El presente texto tiene la intención de abordar algunos contenidos del escritor argentino
Jorge Luis Borges, revisando la ironía y el sarcasmo como intensionalidad en sus
argumentos, haciendo un diálogo permanente entre algunos de sus relatos que enmarcan
una complejidad en su lectura, por lo tanto, la comprensión de éstos se debe realizar desde
un punto de vista no solo hermenéutico y metafísico, sino también desde la ironía y el
sarcasmo como la multiplicidad de formas que enfocan al lector.
En ellos, se va a establecer que dicha ironía no viene simplemente por su riqueza
intelectual, sino que está dada de su inmanente contacto con la cultura europea y
latinoamericana para sus creaciones, a través de la relación con la filosofía y su problema
con el mundo y su representación.
1
* Universidad del Tolima UT – IDEAD
Escrito presentado en el segundo semestre de la maestría en filosofía en la Universidad Tecnológica de
Pereira. 2020
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6721-8985
Correo electrónico: [email protected]
Es innegable el valor estético tejido por el memorioso Borges; no obstante, aún buscamos
neciamente, si sus escritos son totalmente ficcionarios o son una caracterización de cada
relato o poema, o también una teoría y un ensayo. Consolidar dicha caracterización, ha
llevado a que Jorge Luis Borges se mantenga vigente por una determinación asumida desde
su conocimiento y su evidente acercamiento con la filosofía, puesto que negar dicho
acercamiento sería cometer ingratitud a la palabra, además “los cuentos y ensayos de Jorge
Luis Borges contrastan la idea del universo con la noción de un ámbito limitado que llamo
el mundo, y que es aquel en el que asignamos significados y así nacen los hechos y las
cosas” [ CITATION Mal12 \l 9226 ]. Esta noción de lo no infinito no es rechazada por Borges,
sino que existe un contraste en ella, y la complejidad de la existencia emerge de esa
inexplorada interrogación sobre qué es el mundo y su elaboración estética.
Desde un punto de vista literario, los personajes de Borges son una metáfora dentro de otra
significación metafórica. Es ahí donde sus relatos cobran una relevancia y se hacen
concretos en sus casos particualres. De ahí que el uso de recursos literarios sea vital para
crear no un embellecimiento del lenguaje, sino una tensión, pues
Por otro lado, el uso de la reflexión filosófica está presente en varios de sus poemas y
relatos, lo cual existe una fidelidad a ese compromiso con el pensamiento y la actividad
misma de filosofar. A ello, estamos de acuerdo con Julián Serna Arango (1990), cuando
menciona: “Jorge Luis Borges ha sabido realizar la síntesis fecunda entre los valores
universales de la cultura y esa inspiración mágica, ese recurso poético” (Borges y la
filosofía, pág. 3). Y es dentro de ese saber universal que Borges lo complementa con su
función imaginaria y metafísica, en la cual el lector es una víctima de que se involucra de
manera inconsciente dentro de su propia realidad.
Pero esos valores le fueron dados por una necedad del universo al recibir su metamorfosis
literaria con un pasado y presente latinoamericano. Esa idea parece asombrarnos puesto
que en autores como Juan Rulfo o García Márquez, su literatura está cargada de una gran
tradición oral y que ellos, en su universalidad con el lenguaje, a través de lo mítico y
universal, supieron transformarla en literatura escrita y convocar a numerosas tradiciones
que siempre nos serán vigentes, reconocibles. No obstante, Borges no renuncia a su
tradición, en el cual es filosófica y no renuncia a ella dado que justamente es una
herramienta irónica y que posibilita explicar su propio universo literario.
Debemos decir, de antemano, que el título de este texto, se lo debemos a otro erudito y
gran escritor colombiano como lo fue Germán Espinosa (1990) , dando como una de las
características de Borges, la influencia de un humor metafísico (p. 244). Sin embargo,
Espinosa no ahondó en el problema conceptual, lo cual deja la idea para profundizarlo a
través del mismo.
LA METAFÍSICA Y EL HUMOR
Para el filósofo Martin Heidegger (2014) la metafísica se haya más allá de la simple
concepción ontológica y su relación con el ser, puesto que ello sería una ramificación de su
estudio, sino que “ el preguntar metafísico tiene que ser en totalidad y debe plantearse
siempre desde la situación esencial en que se halla colocada la existencia interrogante. Nos
preguntamos, aquí y ahora para nosotros”. (p. 1). La comprensión esboza la intencionalidad
y compromiso de Borges con la totalidad, dado que su complejidad está cargada de su
propia interpretación de la filosofía, es decir de la realidad, debido a la universalidad de sus
escritos y sus contemplaciones como escritor. De otra manera, esa metafísica está
relacionada con la biblioteca, dada de manera irónica y sórdida, que a nuestro parecer por la
relación con el saber universal hablado anteriormente, se convierte en un humor metafísico,
al decir en El poema de los dones:
Ahora bien, la intervención sobre la creación de un universo puramente literario, hace que
los conceptos usados por el escritor argentino, se conviertan no solamente en pura filosofía,
sino que sea una reacción del lenguaje al establecer un diálogo con lo literario y presentar
los problemas filosóficos de manera reaccionaria con el arte. Es así que Borges no
abandona su pasado literario, su pasado enciclopédico, sino que transforma la filosofía,
transforma al lector, al lenguaje, y por sí mismo, busca un acercamiento con el símbolo
metafísico a través de la risa y la estructura literaria.
Por otro lado, la analogía existente entre la alegoría de la Caverna y el relato Tlön, Uqbar,
Orbis Tertius es inmanente, dado que se corresponden a un compuesto de una ignorancia de
un mundo externo, muy parecido al nuestro, pero que la única forma de conocerlo es
burlándonos de nuestra propia situación. En la Caverna, los hombres está sujetos a mirarse
así mismo encadenados, solo tienen la posibilidad de mover sus cabezas para ver el fuego
que emana en la entrada de la caverna, por lo cual las imágenes observadas limitadas como
sombras son su realidad. Es aquí donde aparece la imagen análoga a los espejos que causa
la impresión de otro mundo externo; con lo anterior, Borges menciona “Debo la conjunción
de una espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar” (Borges, pág. 21). Es
decir, para Platón y Borges, las imágenes, o su parecer con elementos de descubrimiento y
sorpresa para crear un énfasis en el descubrimiento de lo verdadero. Puesto que para los
dos, la realidad extrínseca es un acceso a la concepción de una realidad comunicable, dado
que es “una realidad atroz y banal” (pág. 21).
Es entonces el mundo una representación de la propia voluntad, el mundo sobre uno
mismo es construido de nuestros ideales y nuestras representaciones hacia él. La asistencia
la encontramos en nuestro interés racional, pero es un problema del conocimiento en sí. La
valoración que hagamos de él es antigua lo cual permite aclarar que su función ha estado
presente desde la natalidad. Todo esto no es más que una forma de estar en el mundo
representados. A decir de ello, Shopenhauer menciona:
todo este mundo, es solamente objeto en referencia a un sujeto, intuición de alguien que
intuye; en una palabra, representación. Naturalmente, esto vale, igual que del presente,
también de todo pasado y futuro, de lo más lejano como de lo próximo: pues vale del
tiempo y el espacio mismos, únicamente en los cuales todo aquello se distingue. Todo lo
que pertenece y puede pertenecer al mundo adolece inevitablemente de ese estar
condicionado por el sujeto y existe sólo para el sujeto. El mundo es representación.
[CITATION Art20 \p 23 \l 9226 ].
La mirada que el griego y el argentino realizan desde diferentes tópicos, se unifican dadas
las circunstancias en las cuales no aceptan un mundo absoluto, permanente, condicionado.
La reflexión en la interpretación del mundo no se realiza de manera empírica, mucho
menos positivista de una reacción tenue y directa con la realidad. Los dos han comprendido
la libertad que ello genera, y buscar el origen de esta no necesita una conformidad, sino que
lo examinan bajo las consecuencias que están dispuestos a soportar.
En Platón, 515a, menciona que los hombres al ver la luz les irritarían los ojos, por lo cual
su descenso a la caverna sería más estrepitoso. Por lo tanto, el mundo representado debe
tener una pertinencia aguda para los sentidos y el conocimiento. Aquí se debe caer en
cuenta que la traslación de un mundo representado y uno que voy a representar, solo tiene
cabida hacia lo atroz, y el escrutinio del mismo.
Ahora bien, el mundo representado específicamente en Borges es una biblioteca de
innumerables números que se repiten, incesantemente, pues es la filosofía, su retórica, su
forma de ver el mundo que ha causado su confusión. De modo que ella “ha contribuido a
multiplicarlo” (pág. 31). Es entonces que surge como una recuperación no lineal del
pensamiento humano en Tlon, sino que su renovación con poetas, filósofos, moralistas…
alude al escape de este mismo mundo contemplado desde las sobras. Borges nos muestra
que dicho mundo –el nuestro- está condicionado desde una universalidad de conocimiento,
y es por ello que la biblioteca, aunque contenga un saber universal, la satisfacción de un
hombre está en su memoria, pero que esa memoria es frágil para salir de la caverna.
Nos insta a pensar el mundo desde su representación intelectual bajo el mando
memorístico, pero que su fragilidad se combate con lo simple. Por ello “Un libro que no
encierra su contralibro es considerado incompleto” (pág. 35). El contralibro es referido a su
opuesto de cada libro almacenado en la biblioteca Uqbar. Es decir, su antítesis. La
indagación realizada por Borges permite saber cuál es su intencionalidad con su relato, pues
da lugar de una formación entretejida por lo contrario a lo materialista, y deponer en duda
el conocimiento universal.
En otras palabras, salir de dicha caverna platónica y borgeana, significa conocer y des-
conocer, desprendernos del mundo y transformarlo con nuestra voluntad representativa de
él.
Ello lo podemos evidenciar en Funes el memorioso, en el cual Borges, en primera persona
narra la sucesión de hechos inmemorables a finales del siglo XIX por parte de dos sujetos
que se convertirán en antítesis misma de la memoria. Pues quien narra la historia es un
sujeto que constante mente está describiendo los hechos, pero no de forma comúnmente
narrativa, sino que precisa en el verbo recordar, a lo cual, la memoria de este primer
personaje se enfoca en las particularidades del encuentro con Funes. Por otro lado, Funes,
que en principio se observa una memoria particularizada de hechos históricos, para que
después se acerque a las conveniencias de las generalidades de la memoria dado su
encierro.
En primer lugar, la revelación de la memoria no tan selecta por parte de Funes, está fundada
por su estancamiento en otra caverna por haberse tullido, es entonces que “su percepción y
su memoria eran infalibles” (Borges, pág. 101). Nuestra acotación a esta cuestión de la
memoria resulta un enfrentamiento con las sobras mencionadas en el libro VII de la
República, pues su peripecia memorística se convierte en su absoluto mundo, con lo cual,
haber conocido el mundo por medio de la palabra y la lectura, se desprende de este mismo
metafísicamente, pues se pregunta por el espacio vivido con su memoria de lo simple.
Acá es donde se rompe el lazo con Shopenhauer, pues la el mundo conocido, el externo, se
va pulverizando, es decir, haberlo experimentado, aun cuando lo hemos conocido por
propia voluntad, va desapareciendo, y con él nuestras consideraciones. De ello, nos
posicionamos a exclamar” El mundo es independiente de mi voluntad” [CITATION Lud20 \p
98 \l 9226 ]. El sentido en este relato es inmanente no solo a la memoria, sino al asunto del
sujeto dentro de su caverna, pues postula otra idea del conocimiento y que le daría razón
frente a la filosofía idealisa y su lenguaje diacrónico. Aunque en el relato se asuma que
Funes no pensaba, sino era asunto propio del recuerdo, ausente de ideologías, pues ya sus
recuerdos hacían parte de lo específico y no de lo general como en Platón (103). Funes
utiliza la confrontación al mundo con lo imperceptible, con lo poco sensible de otra
realidad alterna, unilateral, constituyendo para sí un campo de reflexión inmanente donde
sus juicios se emiten su mundo.
Por otro lado, Borges en el mismo relato, ha estado ironizándonos a través de la lectura,
consolidando lo inverosímil de la memoria. En éste, el narrador nos cuenta, de manera
insistente recordar los lugares, las imágenes, que lo atraen estéticamente, para lo cual, tiene
una especie de revelación cuando conoce a Funes, pues son polos opuestos. Borges no ha
querdio decir, que Funes y el son una misma persona proyectada desde los mismo espacio y
que no habido lugar para separarlos sino su encuentro. Lo anterior hace que nos veamos
impulsador a caer en el juego borgeano, donde hemos sido traicionados desde el primer
momento, pues en una líneas, escritas en latín “ut nihil non iisdem verbis redderetur
auditum” (99). Mencionando que las palabras no pueden restaurar a la audiencia; es decir,
que la advertencia mencionada no nos puede causar repudio sino una ironía en nuestra
capacidad interpretativa. Las insinuaciones que realiza Borges con nosotros no pueden
dirigirse contra una teoría simplemente, sino que van directo a confrontar al lector, por lo
tanto, una lectura de manera ortodoxa, va a caer por su propio peso en sus consecuencias
irónicas.
Así lo podemos ver en el relato Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Dicho relato, nos hace una
sugerencia, como en muchos de sus escritos, de lo que va a suceder, nos hace una entrada
hacia un universo posible de manera metafísica, mencionando que va a ser “la adivinación
de una realidad atroz y banal”[CITATION Jor83 \p 21 \l 9226 ] . Desde ahí, la relación va a ser
constante con un universo, aparentemente, desconocido para nosotros, una especie de
biblioteca imaginaria donde los espejos multiplican a los hombres y son un horror. Todo
ello va en la literatura de Uqbar, y el otro mundo Tlön, en otra realidad con autores que
hemos abordados y que hemos escuchado: Espinoza, Platón… esos autores no son
definitivos, sino que yacen en un mundo que debemos construir, un mundo imaginario, un
mundo borgeano, y al perdernos en la lectura, debimos comprender desde el inicio que el
mundo de Borges es nuestro mundo. Es a lo que Julián Serna Arango (2014), nos habla de
una filosofía que no es literaria, pero utiliza todos sus recursos. Ahí nace la doble risa
metafísica : su estética nos da la posibilidad de que “el ser puede ser hecho temático y
llevado al lenguaje, entonces –y solo entonces- es posible la metafísica” [CITATION Eme72 \p
223 \l 9226 ], ese lenguaje transformado en una especie de risa parca convierte el horizonte
del lector en una determinación ligada por la risa, pero una risa racional, puesto que el
lector da su relación cómica al terminar su lectura, por ser burlado, y tal vez, esa burla
intelectual busque a “devaluar el valor negativo del sufrimiento”[CITATION Alf50 \p 214 \l
9226 ]
Inmersos en él no nos queda otra salida sino continuar el camino trazado desde el inicio del
relato, puesto que dicho mundo es nuestra contemplación: “Tlön será un laberinto, pero es
un laberinto urdido por hombres, un laberinto destinado a que lo descifren los hombres”
(pág. 42).
Con lo anterior se pone en evidencia que la posición que toma Borges en sus escritos no
yace en la simple anécdota, o incluso en un relato erudito, pues la dialéctica que consigue el
escritor argentino n os devela con una dimensión irracional en su razón de conocimiento.
Es así que el lector de Borges debe estar predispuesto a ascender la burla, la ironía y demás
elementos que constituyen indudablemente sus escritos. De ello, el mundo de Tlön, utiliza
“La ironía (que) nutre con esmero los elementos paródicos del relato y en ocasiones se
incrementa con la incorporación de datos comunes”[CITATION Mar20 \p 7 \l 9226 ].
Otro de los relatos que nos causaron impresión por su relación con la metafísica, y con su
circularidad de mundos fue El Aleph. En dicho relato, al igual que Tlön, nos da la
necesidad de observar en lo mínimo la realidad, los mundos que confluyen en uno: un
punto que confluyen otros. En este caso, es un objeto encontrado en el sótano de un amigo
que contiene un universo y a la vez todos.
Dicho objeto vuelve a crear la noción metafísica del poder y su creación. Aunque Borges
no es el dueño del Aleph, si le da una caracterización propia, a describir su (nuestra)
realidad con el objeto después de contemplarlo: “En la calle, las escaleras de la
constitución, en el subterráneo, me parecieron familiares todas las caras. Temí que no
quedara una sola capaza de sorprenderme, temí que no me abandonara jamás la impresión
de volver”[CITATION Jor16 \p 207 \l 9226 ]. Sobreviene entonces una gran fascinación de
Borges por concluirnos que ese mundo, también es el nuestro, también hace parte de su
mundo, dando la impresión de atribuirle al Aleph, características precisas de toda su
intervención con nuestra realidad.
Esa perplejidad observada desde los inicios de dichos relatos, es lo que hace la intervención
de Borges con la literatura universal, dada a su precisión de un proceso literario y
filosófico. La trasmisión de sus visiones no debería parecernos novedosas, puesto que nos
habla de un universo conocido, pero se crean con una exactitud que son expandidas con esa
incertidumbre de confrontarnos en su juego y posterior inspeccionamos si estamos ante
nuestra realidad o su metafísica creadora. A decir de ello, Ernesto Sábato (1995) nos da una
apreciación más exacta a nuestra intención:
En rigor, creo que todo lo ve Borges bajo especie metafísica: ha hecho la ontología
del truco y la teología del crimen orillero; las hipóstasis de su Realidad, suelen ser
una Biblioteca, un Laberinto, una Lotería, un Sueño, una Novela Policial; la
historia y la geografía son meras degradaciones espacio-temporales de alguna
eternidad regida por un Gran Bibliotecario. (Uno y el universo. Pág. 10)
Por otro lado, está el relato Pierre Menard, autor del Quijote. La sola idea de pensar que
existe otro autor del Quijote, nos hace dudar de nuestra misma existencia causante de
nuestra risa. El sólo título no es en ninguna manera a una burla a la excelsa obra, sino que
es una burla a nosotros como lectores, no por considerarnos en proporciones mínimas, sino
que en la trama que sucede en dicho inserta en la ambigüedad. A lo anterior, podemos decir
que no estamos lejos de nuestra idea central de un humor que se encuentre entre lo sátiro y
cómico, puesto que la concepción literaria de Borges orienta a otras apreciaciones estéticas,
sustentándolas en la construcción de un universo científico y literario. Es así que en dicha
creación paralela, hay dos autores, en diferentes épocas de El Quijote, mostrándonos esta
diferencia valorada desde un punto de vista teórico y estilístico: “Es una revelación cotejar
el don Quijote de Menard con el de Cervantes. Éste, por ejemplo, escribió (Don Quijote,
primera parte, noveno capítulo):
…la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones,
testigo de lo pasado, ejemplo y aviso del presente, advertencia de lo por venir.
…la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones,
testigo de lo pasado, ejemplo y aviso del presente, advertencia de lo por
venir.”[CITATION Jor83 \p 62 \l 9226 ]
La expresión “en cambio” usada corrientemente para marcar o denotar una diferenciación
entre dos o más argumentos, Borges lo utiliza magistralmente para burlarse de nosotros,
puesto que siempre devolvemos la página para buscar una pequeña diferencia, que empieza
por buscar palabras, conceptos diferentes, y al no encontrar, una coma, un punto o una tilde
que los diferencie, no nos queda otro camino que burlarnos de nosotros mismos por haber
caído en su trampa.
Estos nos lleva a esbozar el ensayo Magias parciales del Quijote, publicado en el libro
Otras Inquisiciones, en el cual nos afirma que “Cervantes no podía recurrir a talismanes o
a sortilegios, pero insinuó lo sobrenatural de un modo sutil, y, por ello mismo, más eficaz”
[CITATION Jor01 \p 47 \l 9226 ] . Acá nos plantea el esbozo de su idea en la cual ha sorteado la
lectura de Cervantes, pues para mostrar efectivamente una realidad de manera crítica, no es
necesario elaborar a modo de lenguaje, artilugios que conlleven al lector a una pesadez
mental, sino que el Quijote, es mordaz por su lenguaje preciso y su postura de la realidad
inmediata que contraste con su contexto de autor. En otras palabras, mencionar un pasado
sin buscar el asombro inmediato del lector, sino la sorpresa del mismo es la intención, a
lectura de Borges, del Quijote. Consideramos que la lectura que realiza el argentino del
español, la realiza de manera sutil, es decir, cuidadosa y que su significado en relación con
el relato, nos deja entrever que sus ensayos están en sus relatos o viceversa, evidenciando el
final de su texto sobre el Quijote, nos deja claro cuál es su intención con nuestro problema:
“Creo haber dado con la causa: tales inversiones sugieren que si los caracteres de una
ficción pueden ser lectores o espectadores, nosotros, sus lectores o espectadores, podemos
ser ficticios” (pág. 49).
Después de este proceso, hemos visto como el autor nos ha jugado un movimiento que era
imposible rechazarlo, y al sentirnos burlados, nos transformamos en las apreciaciones de un
Borges que aún determina nuestras relaciones con la literatura, con el mundo. Somos el rey
de Babilonia que se pierde en el laberinto desértico en el relato los dos reyes y los dos
laberintos.
A manera de conclusión.
Siempre va a ser escaso nuestro entendimiento para completar una hermenéutica con
Borges. Desde los mundos paralelos, los agujeros de gusano espaciales, la filosofía, o la
risa, nos carga de existir profundo. Por encima de un suceso histórico, están los sucesos de
Borges. Y el contenido de sus significaciones en sus narraciones o poéticas, da una
vestidura que consiste en desprenderse de nuestros conocimientos, o mejor dicho, no
desprenderse, sino elaborar ese universo que Borges sigue creando con cada lectura que
suscita y también el sentido de afirmación de la palabra.
De muchas maneras, Borges escapa a esa delimitación metafísica tradicional, para
instalarla, si se puede atribuir, a una que se encuentre en relación con el entendimiento
propio del universo. Ahí, es juicio y ser, dado que su compromiso a develar-se se convierta
en dar a conocer su filosofía y la literatura no de una manera despiadada, sino con un
lenguaje enriquecedor, una estéticamente literaria
Dejamos nuestra condición de simples lectores, para ser buscados por la literatura
borgeana, planteando ampliar nuestro horizonte de metáforas y burlas, expandirnos
cotidianamente entre la comprensión de los hechos y las realidades, descubiertos,
hermenéuticamente, en la multiplicidad de dudas y saberes que ha recogido Borges a lo
largo de sus escritos, puesto que debemos afirmar que Borges, aún está entre nosotros.
Referencias
Arango, J. S. (1990). Borges y la filosofía. Pereira: Gráficas Olímpica.