TRADICIONES CCA

INTRODUCCIÓN A LAS DOCE TRADICIONES

Cuando llegamos a Comedores Compulsivos Anónimos, nos centramos en
nuestra propia recuperación. Dábamos por garantizados el grupo de OA al que
asistíamos y la Hermandad de OA como un todo, sin molestarnos mucho en
pensar cómo funcionaban y si seguirían estando allí para nosotros en el
futuro. Pronto, sin embargo, al ir dejando atrás nuestra dependencia de la
comida, empezamos a contar con OA. Sentíamos que era nuestro único puerto
seguro, y reaccionábamos con temor cuando pensábamos que esta Hermandad
estaba amenazada.
Pero pronto descubrimos que no necesitábamos sentir miedo por la salud de
OA. OA tiene doce tradiciones que están diseñadas para mantener a nuestras
reuniones y a nuestros comités de servicio en el buen camino, funcionando de
tal forma que acrecientan la recuperación de todos los comedores en exceso
compulsivos que buscan ayuda en esta Hermandad. Este estudio de las
tradiciones muestra como estas doce sugerencias han servido para ayudar a
individuos, grupos y a OA como un todo a resolver problemas, a crecer y a
ser instrumentos efectivos para llevar el mensaje de recuperación a aquellos
que todavía sufren.
Tenemos una enorme deuda de gratitud con Alcohólicos Anónimos por
facilitarnos el camino al establecer estas tradiciones y permitir a OA
adaptarlas a nuestra Hermandad. Elaboradas a través de largas y a veces
dolorosas experiencias, las doce tradiciones encierran los mismos principios
para la vida que los doce pasos. Aquellos que las han estudiado
cuidadosamente han descubierto que estas tradiciones se pueden aplicar con
mucha efectividad a todas las relaciones humanas, tanto dentro como fuera de
la Hermandad. Con esto en mente, vamos a dedicar nuestra atención a las
tradiciones, confiando en que  al ir comprendiéndolas mejor, seremos mas
capaces de mantener a flote el bote salvavidas de OA y a nosotros
espiritualmente en forma ante todos los desafíos.

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TRADICIÓN UNA

Nuestro bienestar común tiene la preferencia; la

recuperación  personal depende de la unidad de OA

Nosotros los comedores compulsivos hemos vivido la mayor parte de nuestras

vidas en aislamiento. Muchos de nosotros preferíamos estar solos para así
poder comer sin interferencias. Incluso cuando estábamos rodeados de
personas, se nos hacía mas y mas difícil mantener un contacto con ellas al ir
creciendo nuestra obsesión por la comida y por el tamaño de nuestro cuerpo.
Algunos de nosotros nos considerábamos un fracaso cuando teníamos que
pedir ayuda de alguien que no fuéramos nosotros mismos.
Nuestro deseo de vivir libres de la compulsión por la comida nos ha forzado a
cambiar esta actitud. La recuperación para muchos de nosotros empezó
cuando salimos de nuestro aislamiento y entramos en un grupo de OA. Aquí
descubrimos que no estábamos hechos para vivir solos. Cuando abrimos
nuestros corazones a otros miembros de OA, encontramos aceptación, una
sensación de pertenecer, y una unidad con otros comedores compulsivos que
nos satisfacían de una forma que nunca había podido hacerlo la comida.
Muchos de nosotros no estaríamos hoy vivos si no fuera por nuestros grupos de
OA. Aquí es el único sitio en que hemos encontrado recuperación de la
devastadora enfermedad de la compulsión por la comida. Si vamos a continuar
vivos y en recuperación, debemos tener el apoyo constante de los grupos de OA
y la inspiración de nuestros compañeros miembros de OA. Y  lo que es mas,
necesitamos cada día la oportunidad de servir a otros comedores en exceso
compulsivos, oportunidades que facilita el grupo de OA.
Así pues, la unidad de OA es un asunto de vida o muerte para nosotros. Pero,
la unidad no siempre es fácil de mantener. Los miembros de OA venimos de
diferentes antecedentes, y en las reuniones a veces encontramos a personas
que enfocan su recuperación de forma muy diferente a la nuestra. A menudo,
nuestro primer impulso es insistir en que ellos lo están haciendo todo mal.
Si nosotros como individuos no valoramos el bienestar común de la Hermandad
por encima de nuestros puntos de vista personales, OA se dividiría en bandos
argumentativos, y perdería la fortaleza que viene de nuestra unión de muchos.
En las reuniones de OA, a los individuos se nos dirige cariñosamente a
mantener en mente las necesidades del grupo mientras compartimos nuestra
experiencia, fortaleza y esperanza. Como todos los grupos de OA no tienen el
mismo formato, a menudo empezamos nuestras reuniones con declaraciones
como
" conversaciones cruzadas, no, por favor", o "compartires positivos de tres
minutos" o "esta es una reunión de no-fumadores" para informar a todo el
mundo de cual es la conciencia de grupo. Un respeto a la unidad significa que
los individuos tienen en mente las reglas de funcionamiento del grupo.
Nos puede apetecer hablar durante mas tiempo que los tres minutos
establecidos, o podemos sentir que "simplemente tenemos que compartir"

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nuestros consejos con alguien en una reunión. La primera tradición nos dice
que reprimamos esos impulsos por el bien del grupo.
Generalmente los formatos de nuestras reuniones están dirigidos a mantener
las costumbres de nuestros grupos de acuerdo a los principios de OA.
Idealmente, OA es un lugar donde cada miembro de OA tiene amplias
oportunidades de compartir, donde no tratamos de enfrentarnos ni arreglarnos
unos a otros en los grupos, donde no vertemos los mas íntimos detalles de
nuestras vidas en las reuniones, sino que las reservamos para una
conversación privada con nuestros padrinos. Es la responsabilidad de cada
miembro proteger el espíritu de unidad y mutuo apoyo de OA. Y, cuando llega
nuestro turno de moderar una reunión de OA, la tradición una hace nuestra la
responsabilidad de recordar cariñosamente a los individuos las directrices del
grupo en todos los momentos en que la conciencia de grupo sea ignorada.
Esto no significa que todos los miembros del grupo deben estar de acuerdo en
todos los temas que afectan al funcionamiento del grupo. Desacuerdos acerca
de las actividades del grupo surgen todos los días, y tenemos que encontrar
formas de resolver estas diferencias sin destruir la unidad de la Hermandad.
Lo que la tradición una sugiere es que escuchemos con respeto la opinión de
otras personas. Expresamos nuestra propia opinión con honestidad sin
despreciar a aquellos con los que podemos no estar de acuerdo. Cuando
escuchamos y hablamos mantenemos nuestros corazones y nuestras mentes
abiertas a la voluntad de nuestro Poder Superior en todos los asuntos.
Después de que la discusión ha terminado y el grupo ha tomado una decisión,
no permitimos que persista ningún sentimiento conflictivo para dividir el grupo.
En OA, resolvemos nuestras diferencias de opinión al considerar el bienestar
del grupo como un todo.
Por medio de la experiencia los grupos de OA han aprendido la importancia de
la unidad. En una ciudad, un conflicto de personalidades dividió el Inter.
grupo. Las dos partes se afianzaron en sus posiciones para defender su propio
concepto de recuperación. Cuando tras meses de discusiones no fue posible
una solución, una facción formó un nuevo Inter. grupo.
Poco tiempo después, cuando la gente en los dos bandos había conseguido
algo de tranquilidad, la organización regional de OA animó a los dos grupos a
organizar una convención de toda la Región de OA. Ningún Inter. grupo tenía
los medios para hacer el trabajo por si mismo; se vieron obligados a sentarse
cara a cara y encontrar una forma de trabajar juntos. Los individuos de las dos
facciones dispuestos a hacerlo formaron un Comité de la primera tradición,
cuyo propósito era encontrar una base para la unidad.
Hacían falta cambios en la actitud de todos los miembros si los dos Inter.
grupos iban a mantenerse unidos el tiempo suficiente para llevar a cabo la
convención. Como querían trabajar juntos, los miembros del comité empezaron
a centrarse en los principios en los que podían estar de acuerdo, mas que en
sus diferencias, y finalmente, consiguieron una sola conciencia de grupo. En
una declaración conjunta, los dos Inter. grupos reconocieron la existencia de
varios enfoques hacia la abstinencia dentro de la Hermandad de OA. Ambos
reconocieron que una necesidad común los había reunido. Llegaron a la
conclusión de que el tema acerca de  trabajar el programa era claramente un
tema personal o de conciencia de grupo, y acordaron dejar de hacer
comentarios o discutir sobre sus diferencias.

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Respetando estas directrices, los dos bandos descubrieron que desde luego
podían trabajar juntos para lograr una convención positiva. Una década mas
tarde, ninguno de los dos Inter. grupos ha cambiado su filosofía de cómo
trabajar el programa de OA, y sin embargo los dos están todavía creciendo,
todavía están organizando convenciones y celebrando juntos el Día de la
Unidad de OA, todavía muy activos en acontecimientos regionales y del
Servicio
Mundial. Los dos mantienen grupos muy fuertes de OA donde los individuos
encuentran la recuperación por medio  los doce pasos.
Los miembros del único grupo de OA en una pequeña ciudad del medio-oeste
tuvieron un conflicto parecido y también encontraron su camino a la unidad.
A las reuniones asistían menos de diez personas, y como ocurre con los
pequeños grupos de OA, uno o dos miembros que habían estado en el
programa hacían que las cosas funcionaran. Una noche, una OA que había
llegado hacía poco a la ciudad llegó y contó su dramática historia que la había
llevado cerca de la muerte por su compulsión por la comida. Describió como
había encontrado OA en California y como OA y un plan de comidas le habían
salvado la vida.
Los miembros de OA de la pequeña ciudad se sintieron muy impresionados
cuando esta mujer les habló de su pérdida de 50 kilos de peso, y se sintieron
inspirados por la luz de sus ojos y su obvio entusiasmo por el programa. Una
persona, sin embargo, que era el principal pilar del grupo, se puso nerviosa
cuando el miembro que había llegado de otra ciudad se refirió a su plan de
comidas. Esta persona había experimentado en si misma una recuperación
milagrosa de la compulsión por la comida y creía que parte de ese milagro era
que había sido liberada de años de dietas y planes de comidas compulsivos.
Ella utilizó su turno de compartir hablando en contra del plan de comidas del
otro miembro.
En unas cuantas semanas se formaron bandos alrededor de la veterana del
grupo y la recién llegada, y las reuniones eran dominadas por discusiones
acaloradas acerca del uso de los planes de comidas. Todo esto siguió durante
varios meses con sentimientos inflexibles por parte de los dos lados.
Entonces, una noche de finales del verano, la veterana y la miembro
trasladada se encontraron las dos solas, nadie mas aparecía en la reunión
semanal de OA.
Después de esperar diez minutos para que llegara una tercera persona,
finalmente estuvieron de acuerdo en empezar la reunión con solo ellas dos.
Juntas dijeron la
Oración de la Serenidad y empezaron a seguir el formato de la reunión.
Sentadas frente a frente en la mesa, se turnaron hablando de su experiencia,
fortaleza y esperanza. Poco a poco sus compartires se hicieron mas y mas
honestos. La veterana se encontró a si misma admitiendo a la nueva cuanto
envidiaba su recuperación, y como se había sentido eclipsada. El miembro
nuevo habló con ojos llenos de lágrimas de lo asustada que estaba de una
recaída, de cómo había querido empezar un grupo como el viejo suyo en
California, pero no había encontrado a nadie que quisiera unirse a ella. Mas
que nada, dijo, necesitaba comprensión y apoyo.
Anhelaba la fortaleza de la veterana y admiraba su experiencia con los
principios de OA.

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Antes de que la reunión terminara, la nueva y la veterana habían acordado
apadrinarse una a la otra. Cuando los otros miembros de OA volvieron a la
reunión la semana siguiente, encontraron un ambiente completamente nuevo.
La nueva no había renunciado a su plan de comidas y la veterana no lo había
adoptado. Todavía tenían distintas metas para su forma de comer, pero ahora
expresaban el apoyo de una a la otra para conseguir esas metas. Todavía era
mas extraordinario la nueva nota de amor y aceptación que se percibía en sus
voces cuando compartían sus razones para mantenerse en sus distintos
enfoques ante la abstinencia. Cuando algunos miembros del grupo decidieron
utilizar planes de comidas, la veterana no trató de disuadirlos. Cuando otras
personas siguieron la filosofía de la veterana, el nuevo miembro no lo
discutió. Habían descubierto que había sitio para mas de un enfoque de la
recuperación en este pequeño grupo.
Unidad no significa uniformidad. En OA aprendemos que podemos estar en
desacuerdo con otras personas en temas importantes y ser sin embargo
amigos que se apoyan unos a los otros. Escuchamos a otros con la mente
abierta, y aprendemos a expresarnos a nosotros mismos sin insistir en que
todo el mundo deba hacer las cosas como nosotros. Según vamos practicando
estas nuevas formas empezamos a comprendernos mejor los unos a los otros.
Se hace más fácil encontrar formas de hacer cosas que cubran las necesidades
de todos.

¿Cómo practicamos el espíritu de la unidad? Podríamos hacernos a nosotros

mismos unas cuantas preguntas acerca de cómo actuamos en nuestros grupos
de OA:

¿Está nuestro grupo dividido en grupitos indiferentes los unos con los otros?

¿Procuramos mantener el grupo unido, o favorecemos la división?

¿Desanimamos el cotilleo? ¿Desanimamos a los miembros del grupo a que
hagan el inventario de otros miembros?

¿Nos centramos en lo que tenemos en común, o resaltamos nuestras

diferencias, simplemente por el gusto de discutir?

¿Somos amables, incluso con aquellos que no nos caen bien? ¿O hablamos
sobre el amor del grupo de OA mientras somos hostiles con alguien?

¿Animamos a todo el mundo a prestar una completa atención al conferenciante

o a otros miembros del grupo mientras están hablando al grupo? ¿O hay
saludos o conversaciones individuales a menudo que distraen a la gente de la
reunión?

¿Nuestro grupo anima a hablar brevemente, o permitimos que alguien acapare

la discusión hablando tanto que otros no pueden hacer uso de sus turnos?

¿Los moderadores de la reunión permiten a los recién llegados dominar la

discusión o interrumpir a otros, o les ayudamos a ser parte del grupo

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rápidamente informándoles del formato de la reunión y de las normas básicas
de una forma amable?

¿Animamos a los miembros del grupo a usar el teléfono para ayudarnos unos a
otros, y no sólo para desahogarnos y cotillear?

¿Ignoramos a otros miembros o grupos cuya forma de trabajar el programa es

diferente a la nuestra?

¿Apoyamos las actividades de OA que nos ponen en contacto con otros grupos?

¿Nos hemos molestado en conocer a  OA como un todo? ¿Apoyamos a OA

como un todo lo mejor que podemos?

¿Animamos a todos los miembros del grupo a compartir con el grupo, incluso
aunque estén pasando una mala racha? ¿O tomamos la actitud de que
aquellos que tienen problemas no deben compartir?

La primera tradición de unidad nos recuerda una verdad muy importante: No

estamos solos. Estamos conectados a nuestros compañeros seres humanos.
Nuestra salud emocional y espiritual depende de la salud de nuestras
relaciones. La enfermedad de la compulsión por la comida que una vez nos
aisló nos ha llevado ahora a OA. Aquí, en grupos locales, con la función de los
padrinos, en los Inter. grupos, asambleas regionales, y OA en todo el mundo,
estamos aprendiendo a tener contactos con otras personas de forma tal que
nosotros les nutrimos y ellos nos nutren a nosotros mientas nos recuperamos
juntos

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TRADICIÓN DOS

 Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una

autoridad fundamental: un Dios bondadoso que se
manifiesta en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros
líderes no son más que fieles servidores, no gobiernan

El recién llegado puede preguntar, "¿Quien es el jefe de OA?" y quedar

asombrado por la respuesta que da la tradición dos: un Dios amoroso como se
expresa en la conciencia del grupo. La segunda tradición de OA puede parecer
totalmente poco práctica, pero funciona. Cuando nos enfrentamos a un
problema o a un reto, pedimos a Dios que nos guíe y nos muestre lo que es
mejor para el grupo como un todo. Luego, discutimos el asunto
cuidadosamente, votamos las posibilidades, y confiamos en que la decisión
que tomamos es la voluntad de nuestro Poder Superior.
Es un axioma en la sociedad humana que dondequiera que haya una
estructura de poder habrá luchas de poder. Esto parece ser cierto incluso en
organizaciones creadas por miembros idealistas y bien intencionados. Muchos
de nosotros, cuando nos vemos en posición de poder hacerlo, luchamos por
dominar a nuestros compañeros incluso si hablamos encarecidamente a favor
de la igualdad. En OA, sin embargo, no hay posiciones fuertes a las que
agarrarse. En vez de una estructura de poder, tenemos una estructura de
servicio. Las posiciones o juntas que se encuentran en OA existen solamente
para dar servicio. No tienen poder para hacer respetar las reglas a otros grupos
o miembros individuales. En los grupos de OA, los miembros son elegidos para
realizar servicios tales como ocuparse y distribuir el dinero del grupo, encontrar
oradores, asistir al Inter. grupo, o arreglar la mesa de literatura. Los grupos de
OA normalmente dedican muy poco del tiempo normal de una reunión a los
asuntos de trabajo de los grupos. Si alguien quiere hacer algún cambio en la
forma en que el grupo está funcionando – por ejemplo, encontrar un nuevo
lugar de reunión, o utilizar algunos de los fondos del grupo de una forma
distinta - esto se lleva a una reunión de trabajo de todos los miembros que
asisten al grupo con regularidad para su discusión. Algunos grupos celebran
estas reuniones junto con la reunión normal, y algunos lo hacen
separadamente. La conciencia informada del grupo decide qué acción ha de ser
tomada y los individuos actúan de forma tal que el grupo lleve a cabo esa
decisión. La conciencia de grupo no es lo mismo que la regla de la mayoría.
Esta conciencia es una expresión de la unidad del grupo de la que se habla en
la primera tradición, un lazo común que crece entre nosotros cuando nos
desprendemos de nuestros egos. Mas que ser guiados por intereses egoístas
individuales, buscamos como grupo aplicar los principios encerrados en los
pasos y tradiciones de OA a la decisión que se está tomando.
Para poder alcanzar una conciencia de grupo informada, afirmamos el derecho
de los miembros de todos los grupos a tomar parte en las discusiones, y

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escuchamos atentamente a los demás con la mente abierta. El propósito de
nuestras discusiones es asegurarnos de que la decisión tomada por el grupo
tome en consideración toda la información pertinente. Si tenemos que llegar a
alcanzar una decisión informada, el grupo tendrá que tener en consideración
las necesidades e ideas de todo el mundo.
Por esta razón, los grupos de OA escuchan con toda atención todos los puntos
de vista, incluso los puntos de vista de todas las minorías.
Nadie que se considere a si mismo miembro del grupo es excluido de hablar o
votar. Ya que, de acuerdo a la tercera tradición de OA, "El único requisito para
ser miembro de OA es el deseo de dejar de comer compulsivamente", la
mayoría de los grupos de OA no colocan la abstinencia u otros requisitos sobre
el derecho a voto. ¿Cómo podemos confiar en las decisiones de nuestro grupo si
permitimos votar a personas que están comiendo compulsivamente y pueden
no tener la cabeza clara? Esto es un peligro ciertamente, pero debe ser
sopesado contra la necesidad de mantener a OA abierta a todos los que
quieren lo que nuestra Hermandad tiene que ofrecer. Excluir a alguien de
hablar o votar sobre las decisiones del grupo les priva de una participación
efectiva en el grupo, una participación que puede ser esencial para la
recuperación de nuestra "enfermedad de aislamiento".
Aquellos que tiene una vasta experiencia con los grupos y tradiciones de OA
tienen mas que un derecho a hablar; tienen una responsabilidad de compartir
lo que ellos han aprendido. Algunas veces lo que tienen que decir puede ser
impopular, y pueden dudar en "remover las aguas". Sin embargo, la
experiencia de otros grupos de OA y las tradiciones de OA nos tienen que ser
dadas a conocer a todos nosotros si queremos actuar con sabiduría bajo la
autoridad de un Dios amoroso.
Una vez que todas las opiniones han sido escuchadas con amor, se vota la
conciencia de grupo. Cada uno de nosotros basamos nuestro voto en lo que
nosotros pensamos que es lo mejor para el grupo, no en las personalidades de
aquellos que apoyan un particular punto de vista, ni en lo que nuestros amigos
mas íntimos creen.
A la luz de la tradición dos, nadie nunca "pierde" una votación de la conciencia
de grupo en OA. Aquellos de nosotros cuyas opiniones difieren de la decisión
del grupo podemos sentirnos desilusionados y enfadados al principio. Con el
tiempo, sin embargo, a menudo llegamos a creer que el resultado fue algo
bueno para nosotros personalmente, lo mismo que para OA.
Tanto si en algún momento nos sentimos así como si no, la realidad es que
todos ganamos cuando se cumple la voluntad de Dios.
No todas las decisiones de nuestro grupo serán sabias y prácticas. Algunas
veces nos equivocamos y tenemos que buscar soluciones mejores a un
problema.
Se puede votar otra conciencia de grupo cuando es necesario corregir algo.
Como las personas, los grupos de OA aprenden de sus errores - y lo mismo
hace OA como un todo. Descubrimos que a veces nuestro Poder Superior nos
conduce a través de nuestras meteduras de pata.
Los miembros que llevan en OA el tiempo suficiente para aprender de tales
experiencias tienen a veces la tentación de pensar que sus opiniones deberían
mandar en sus grupos, a pesar de la tradición dos. Sin embargo, cuando ellos

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tratan de controlar en vez de servir a otros miembros, las cosas generalmente
no van bien.
Al empezar un nuevo grupo, una o unas cuantas personas pueden tener que
tomar todas las decisiones al principio, pero pronto la conciencia de grupo toma
la función directiva. El consejo de los veteranos continua siendo valioso, pero
no es bueno para los grupos o para sus líderes que una persona esté un una
posición de servicio durante demasiado tiempo. Una parte vital de nuestra
recuperación en OA es dar servicio, pero también es vital practicar la humildad
renunciando a nuestro servicio después de un período de tiempo especificado
para que alguien mas pueda tener esta oportunidad de llevar el mensaje de
OA.
Así pues, las posiciones de servicio cambian de acuerdo a una rotación regular
en los grupos de OA, incluso aunque la persona que esté haciendo el servicio
haya hecho un buen trabajo y esté dispuesta a continuar. Esto es un poco
desconcertante para el recién llegado que puede haber tomado como cierto que
aquellos que están haciendo servicio están a cargo de la reunión de OA. La
primera vez que un secretario o un coordinador del programa deja su servicio,
un recién llegado puede pensar que el grupo se está desmoronando o que su
líder esta desertando. Después de que el recién llegado asiste a la reunión mes
tras mes, sin embargo, él o ella empieza a encontrar seguridad en la forma en
que la reunión es guiada por medio de su conciencia de grupo. En algún
momento, el miembro que asiste a una reunión con regularidad decidirá tomar
parte en las discusiones y decisiones de la conciencia de grupo, decidirá que el
grupo sigue nutriendo su recuperación a pesar de los cambios, y verá
oportunidades para hacer servicio. Nos turnamos cubriendo las posiciones de
servicio en OA de la misma forma en que los miembros de una familia pueden
turnarse en realizar las labores de la casa. (1)
Todos los miembros de OA comparten la responsabilidad del funcionamiento de
OA. Algunas veces se oirá decir a miembros que no comprenden todavía como
funciona nuestra Hermandad cosas como estas, "¿Por qué han cambiado mi
folleto favorito?" o "¿Por qué no tienen una reunión en mi ciudad?". Pronto
aprendemos que no hay "ellos" y "a ellos" en OA,  solamente  "nosotros" y "a
nosotros". Actuando por medio de los comités de literatura formados por
miembros de todo el mundo, nosotros decidimos qué literatura publicar,
reescribir, o dejar de publicar. Si nosotros queremos una reunión en la ciudad,
depende de aquellos de nosotros que la queremos empezar una. Esta clase de
responsabilidad a veces nos asusta, hasta que recordamos las palabras de la
tradición dos. Todo lo que tenemos que hacer es el trabajo de a pié, y podemos
confiar el resultado a nuestro Dios amoroso que nos facilita todo lo que
necesitamos.
Este libro mismo es un ejemplo de cómo la segunda tradición funciona en OA.
Antes de estar terminado y ser aprobado por la Conferencia de Trabajo del
Servicio Mundial, y publicado en su versión final, la Hermandad de OA pasó un
período de trece años durante los que discutimos - a veces muy
acaloradamente- si había una necesidad o no del libro y como debería ser
escrito. Se hicieron tres borradores totales del texto y numerosas revisiones que
incorporaban sugerencias y comentarios de cientos de miembros de OA de todo
el mundo.

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Varias veces durante aquellos años el proyecto entero parecía perdido entre tal
controversia y confusión. Trozos del libro fueron debatidos y votados en las
Conferencias de Trabajo del Servicio Mundial en 1987, 1989, 1990, 1992, y
1993 antes de que el libro fue finalmente aprobado en su forma actual.
Durante todos estos años, muchos de nosotros nos preguntábamos si un Dios
bondadoso como se expresa en la conciencia de grupo podría conseguir algún
día que el libro fuera publicado. Cada vez, sin embargo, tenían lugar una serie
de acontecimientos (a menudo inesperados) que resolvían los problemas y
volvían a colocar las cosas en su sitio.
Muchos de nosotros tenemos experiencias similares en nuestros grupo de
origen.
Cuando un problema del grupo es planteado para ser discutido, surge una
solución mejor de los esfuerzos de la conciencia de grupo que de cualquier
propuesta que los líderes del grupo pueden proponer ellos mismos.
Mientras la discusión progresa, una idea completamente nueva aparece, o,
desde la parte de atrás de la habitación, llega la voz de uno de los miembros
mas recientes con una idea fresca para resolver el problema. Para nuestro
asombro, las controversias acaloradas que amenazan con separar el grupo se
resuelven, y descubrimos que nuestro grupo ha salido realmente reforzado del
proceso.

¿Cómo vivimos los principios de la segunda tradición en nuestras reuniones

de OA?

¿Nuestro grupo anima a todo el mundo a tomar parte activa en las reuniones y
en las discusiones de conciencia de grupo?

Antes de votar acerca las decisiones de la conciencia de grupo, ¿el grupo se

toma el tiempo necesario para estudiar el tema lo máximo posible y discutirlo a
fondo?
Escuchamos con mente abierta los puntos de vista de todo el mundo?

¿Nuestro grupo presiona para que se acepten las ideas de ciertas personas
simplemente porque ellas han estado en OA durante largo tiempo?

¿Sentimos que tenemos que quedar bien en las discusiones de grupo, o

podemos mantener un buen espíritu en la conciencia de grupo, incluso si no
estamos de acuerdo con algo desde el principio?

¿Criticamos a los oficiales de servicio, a los comités de OA, y a los trabajadores

de las oficinas, o apoyamos sus esfuerzos?

¿Animamos a nuestros servidores a ser responsables?

¿El grupo presta la suficiente atención al secretario del grupo, al representante

de Inter. grupo, y a los que tienen algo que comunicar?

¿Los miembros de nuestro grupo se ofrecen voluntarios o tienen la buena

voluntad de aceptar los servicios del grupo (por ej. Secretario, tesorero), o

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nuestro grupo tiene dificultad para encontrar miembros que quieran hacer
servicio? ¿Nos ofrecemos para ayudar a preparar las cosas, limpiar, o hacer
otras tareas? ¿Hacemos todos – incluso los más nuevos o los más veteranos -
lo que podemos?

Muchos de nosotros llegamos a OA con años de experiencia tratando de dirigir

nuestras familias, amigos, o relaciones de trabajo bien por la fuerza o bien por
la manipulación. Nos hemos maravillado al ver lo bien que funciona la segunda
tradición en OA, simplemente por lo que ocurre cuando estamos dispuestos a
servir al grupo y dejamos a nuestro Poder Superior gobernar por medio de la
conciencia de grupo. Encontramos que la mayoría de las personas están
dispuestas a cooperar con entusiasmo con las decisiones que ellos ayudan a
decidir. En vez de argüir, ponernos de malhumor, criticar, o exigir, en OA
aprendemos a hablar de nuestras necesidades y deseos de una forma adulta y
dejar que otros hablen de las suyas, expresando nuestra buena voluntad para
aceptar cualquier decisión que tenga en cuenta las necesidades de todos. La
ira y la amargura son remplazadas a veces por la armonía y paz cuando
tratamos a todas las personas como importantes y escuchamos realmente lo
que todos tiene que decir. Cuando esto sucede, la voluntad de un Dios
bondadoso se está expresando por medio de nosotros y de todos nuestros
grupos de OA

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TRADICION TRES

El único requisito para ser miembro de OA es el deseo de dejar

de comer compulsivamente

La mayoría de las organizaciones tienen una lista de calificaciones para los

miembros, pero en OA solo tenemos un requisito: el deseo de dejar de comer
compulsivamente.
Ninguna persona que tenga este deseo puede ser excluida de ningún grupo de
OA. Los miembros de OA vienen de muchos y diferentes antecedentes, razas, y
religiones. Nosotros podemos, y lo hacemos, tener diferencias de opiniones, de
ideas políticas, de valores, de estilos de vida, de edad, de sexo, de orientación
sexual, y de estatus económico. Una persona nunca puede ser demasiado obesa,
o demasiado  baja de peso, o normal en su peso para poder ser un miembro de
OA.  Los recién llegados preguntan a veces, "¿Qué pasa si solo tengo 5 kilos que
perder?" la respuesta es que no hay requisitos de peso de ninguna clase en OA.
Ni tampoco es un requisito para ser miembro de OA tener experiencias comunes
con la enfermedad de la compulsión por la comida. Algunos de nosotros hemos
hecho muchas dietas, y otros no. Algunos de nosotros nos dábamos atracones,
y otros no. Algunos de nosotros ayunábamos. Algunos de nosotros nos
purgábamos con diferentes métodos. Contamos entre nuestros miembros a
aquellos que han estado comiendo desde la niñez y aquellos que nunca tuvieron
un problema con la comida hasta que se jubilaron. Todos los que hemos
experimentado el dolor de la compulsión por la comida y queremos parar somos
bien recibidos aquí, por igual
En OA encontramos incluso una gran gama de opiniones acerca del programa en
si - acerca de los doce pasos, las doce tradiciones y como aplicarlas mejor.
Nadie es expulsado de OA por no trabajar los pasos, no respetar las tradiciones,
no tener un padrino, o no adoptar las herramientas y los hábitos que muchos de
nosotros empleamos.
¿Significa esto que los pasos, tradiciones y herramientas no son importantes? No,
ellos constituyen la vital diferencia entre OA y todas las otras formas con que
hemos tratado de manejar nuestra compulsión por la comida. La recuperación es
un viaje, y el programa de doce pasos es la carretera que nosotros recorremos
juntos en OA. El propósito de la tradición tres es asegurar que la carretera siempre
será accesible a todos aquellos que deseen viajar por ella. Por esto decimos que
dos o mas comedores compulsivos que se reúnen para practicar los doce pasos y
las doce
tradiciones son considerados un grupo de OA, en tanto que, como grupo, no
tengan ninguna otra afiliación.
Como la tradición tres da a entender, un deseo de abstenerse- de dejar de
comer compulsivamente- está en el centro del corazón de la hermandad de OA.
Hay muchas opiniones entre nosotros acerca de lo que significa realmente,
dejar de comer compulsivamente. Nadie es excluido de la hermandad de OA a

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causa de su opinión personal de cómo conseguir la abstinencia. Observemos,
también, que aunque se requiere el deseo de dejar de comer compulsivamente,
una persona no tiene que estar abstinente para ser bienvenido a las reuniones de
OA. Nos animamos los unos a los otros a seguir viniendo, no importa nada mas.
De hecho, muchos de nosotros hemos seguido volviendo a pesar de los problemas
con nuestra abstinencia y hemos descubierto que ésta ha sido la clave para
nuestra recuperación. En OA nunca se cierra la puerta a un miembro que ha vuelto
a comer compulsivamente, y muchos miembros que han mantenido su abstinencia
durante mucho tiempo se han sentido ellos mismos en algún momento en el
pasado desesperados porque habían tenido problemas con su abstinencia o
habían sufrido una recaída.
De vez en cuando los grupos son importunados por miembros que rompen la
armonía de las reuniones. Incluso estas personas no son excluidas del grupo
de forma permanente del grupo negándoseles así la oportunidad de
recuperarse. Desde luego los grupos deben proteger a sus miembros de la
violencia u hostigamiento. Se ha sabido de grupos que se han enfrentado a
una persona que estaba actuando de forma abusiva y a quien se le ha pedido
dejar la reunión. Afortunadamente, estos casos extremos son muy raros. Hemos
visto que la mayoría de los casos de problemas de personalidades se pueden
tratar mejor en una base de uno a uno con el padrino. Nuestras reuniones de
OA no van a ser siempre perfectas, pero podemos encontrar recuperación en
ellas a pesar de sus imperfecciones. Cuando todas las personas son
respetadas y tratadas con amor, el grupo sobrevive y surge mas fuerte que
nunca de dicha experiencia
A lo largo de los años, muchos grupos de OA han tenido requisitos de
participación además del simple deseo de dejar de comer compulsivamente. En
algunos, por ejemplo, una persona tenía que haber seguido durante unos días
un cierto plan de comidas para poder compartir en el grupo. En otros, una
persona necesitaba el permiso de su padrino para compartir.
La cuestión surgió: ¿No es ésto una violación de la tercera tradición? Si la
gente debe cumplir ciertos requisitos para poder hablar en las reuniones,
¿no se les está privando de una participación efectiva en el grupo?
Generalmente la conciencia de grupo de OA como un todo ha estado de acuerdo
con esta interpretación de la tradición tres, pero ha habido mucha discusión
acerca de este punto. Después de todo, la autonomía de los grupos es también
una tradición de OA celosamente guardada, y los grupos que tienen ese tipo
de requisitos han sido vitales para la recuperación de muchos de nuestros
miembros.
Por medio de las votaciones en las Conferencias de Trabajo del Servicio
Mundial en 1983, 1987, y 1989, los delegados trataron de decidir una forma
de tratar este asunto que protegiera la autonomía de las reuniones y que al
mismo tiempo asegurara que todos los comedores compulsivos puedan sentirse
bienvenidos a nuestra hermandad. La política que ellos adoptaron decía: "OA
respeta la autonomía de cada grupo de OA. Sin embargo, sugerimos que
cualquier grupo que imponga un propósito especial, trabajos o normas debería
informar a sus miembros de que este propósito especial, trabajo o normas no
representan a OA como un todo. El único requisito para ser miembro es el
deseo de dejar de comer compulsivamente. Cualquiera que dice que es un

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miembro de OA es un miembro de OA. Nosotros, los de OA recibimos a todos los
miembros con los brazos abiertos" (1)
Dentro de nuestra hermandad todavía existen reuniones con requisitos
especiales. Dos ejemplos son las reuniones de recuperación de recaídas y las
de estudio de los pasos en las que se limita el número de miembros y en las
que los participantes deben comprometerse a asistir regularmente y realizar
los trabajos asignados. Tal apoyo puede ser una ventaja para el miembro de
OA que necesita ayuda extra para reforzar su programa. Sin embargo, a causa
de sus especiales requisitos, a estos grupos se les disuade de registrarse
en la Oficina Mundial de Servicios
También hay grupos en OA con un énfasis especial, tales como aquellos
específicos para recién llegados, para hombres, para mujeres, para gays y
lesbianas, para los que están en mantenimiento, o para bulímicos. En los
casos en que estos grupos están registrados como tales, no deben excluir a
ningún comedor compulsivo que quiera asistir y compartir, incluso si el
miembro no entra en la categoría hacia la que está enfocada la reunión
No queremos excluir a ninguno de nuestros compañeros que sufren o crear
barreras en su recuperación. Muchos de nosotros llegamos a OA sintiendo que
el resto del mundo no nos comprende a nosotros los comedores compulsivos y
nuestros problemas. Para nosotros, OA es el único lugar donde realmente
sentimos que pertenecemos.

¿Cómo vivimos por los principios que subyacen en la tercera tradición?

 ¿Nuestro grupo anima a que todos tomen parte en las discusiones?

 ¿Hacemos que se sientan bienvenidos toda clase de comedores compulsivos, o

preferiríamos no tener ciertos tipos de ellos en OA o en nuestro grupo de
OA?

 ¿En las discusiones nos centramos en las cosas que tenemos en común?

 ¿Permitimos que la edad, la raza, la forma de vestir, el peso, la religión (o la falta

de ella), las inclinaciones políticas, el idioma, u otros factores por el estilo
determinen si nos acercamos a ellos en las reuniones o por teléfono?

 ¿Nos impresionamos demasiado si viene un recién llegado famoso? ¿O por su

categoría profesional? ¿Por su experiencia en otro programa de doce pasos?
¿O nuestro grupo puede tratar a cada nuevo miembro simplemente como trataría
a otro comedor compulsivo?

 ¿Nos planteamos hablar con los recién llegados, incluso cuando su aspecto o
actitud no nos invitan a ello? ¿Les hacemos ver que son bienvenidos a OA?

 ¿El grupo sigue extendiendo su bienvenida a todos los comedores compulsivos,

incluso a aquellos que han criticado la forma de funcionar el grupo en el pasado?

Probablemente muchos de nosotros antes de venir a OA, hemos establecido

requisitos especiales para nuestros amigos, compañeros de trabajo, o miembros

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de la familia. "Te querré si…" caracterizaba muy a menudo nuestra actitud hacia
ellos. Puede que exigiéramos que otros vivieran de acuerdo a nuestras ideas o
poníamos condiciones a la amistad: "Si no estás de acuerdo conmigo, me has
traicionado". En OA hemos aprendido que las personas pueden tener una opinión
diferente a la nuestra en asuntos importantes y seguir siendo unos amigos
cariñosos que nos apoyan
Cuando aplicamos la tradición tres de OA, encontramos a menudo el tesoro de la
amistad donde menos lo esperamos, con personas que en otro momento
habríamos excluido de nuestras vidas. Tal tesoro está a nuestro alrededor, y todo
lo que tenemos que hacer es abrir nuestros corazones para recibirlo. OA es el lugar
donde aprendemos a abrir nuestros corazones, porque es aquí donde la mayoría
de nosotros experimentamos por primera vez una aceptación incondicional.
"Tenemos un hogar, si lo queremos" es como "Nuestra Invitación a Ti" en el libro
Comedores Compulsivos Anónimos expresa nuestra tradición tres. "Bienvenidos a
OA. ¡Bienvenidos a casa! (2)

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TRADICIÓN CUATRO

“Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que

afecten a OA como un todo”

Uno de los lemas favoritos en OA es "No hay obligaciones en este programa".

Como individuos somos responsables de nosotros mismos y libres para trabajar (o
no trabajar) el programa de doce-pasos de la forma que deseemos. Los mismos
principios se mantienen para los grupos de OA. La tradición cuatro - la tradición
de la autonomía- da a los grupos de OA el derecho y la responsabilidad de
funcionar como ellos consideren, libres de toda influencia exterior. Autonomía
significa que los grupos de OA no pueden tener otra afiliación que OA. También
significa que ningún otro grupo o cuerpo de servicio - incluso dentro de OA- puede
mandar en la acción del grupo. Solo hay un límite a la autonomía del grupo en la
tradición cuatro:
Los grupos no deben hacer nada que perjudique a los otros grupos o a OA como
un todo.
La tradición cuatro da a los grupos de OA la libertad de hacer lo que sea mejor
para ellos. Cada grupo elige su propio lugar y horario, formato y costumbres.
Cada grupo toma sus propias decisiones - y errores- sin ninguna interferencia de
otro cuerpo de gobierno que no sea su propia conciencia de grupo.
Como consecuencia de ser los grupos autónomos, los miembros de OA que visitan
reuniones de fuera de su zona pueden encontrar costumbres de grupos que les
parecerán extrañas. "Esta gente no lo está haciendo bien", piensa el visitante,
¡Echo de menos a mi grupo!" Mas pronto o mas tarde, sin embargo, el visitante
descubre una verdad deliciosa. Las reuniones de OA de todo el mundo se parecen
en un aspecto: cada grupo de OA funciona dentro de una atmósfera que promueve
la recuperación de la compulsión por la comida por medio de los doce pasos y las
doce tradiciones. Una razón muy poderosa de que todos los grupos sean iguales
en espíritu es la segunda parte de la tradición cuatro. La autonomía se extiende
solamente a asuntos que no afectan a otros grupos de OA o a OA como u todo.
¿Qué clase de asuntos pueden afectar a la entera Hermandad de OA?
Un ejemplo podría ser un grupo que no utiliza los doce pasos y las doce
tradiciones como la base de sus reuniones. Llamándose a si mismo "OA" pero sin
ofrecer los principios de OA a sus miembros, este grupo estaría engañando a los
comedores compulsivos respecto el programa de OA y dañando a la Hermandad
como un todo. La definición de la Hermandad de un grupo de OA establece el
punto siguiente: Dos o mas comedores compulsivos que se reúnen para practicar
los doce pasos y las doce tradiciones son considerados un grupo, en tanto que
como tal grupo no tenga ninguna otra afiliación.
Los grupos que ignoran una o mas de las doce tradiciones provocan discordia
en la Hermandad. Por ejemplo, grupos han permitido que los desacuerdos
lleguen a ser mas importantes que compartir recuperación en las reuniones.
Otros grupos han dependido constantemente de un puñado de miembros para que

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los dirija, en vez de confiar en que Dios los guíe por medio de una conciencia de
grupo informada. Algunos grupos han puesto límite a sus miembros, ignorando la
tercera tradición. O, grupos han aceptado un alquiler gratis, fotocopias, y otros
servicios de personas e instituciones ajenas a OA a pesar de nuestra séptima
tradición de ser autosuficientes. Grupos han promocionado literatura no aprobada
entre sus miembros, o han centrado las discusiones de las reuniones en temas no
relacionados con la recuperación de la compulsión por la comida, olvidando
nuestro propósito principal tal como se expresa en la tradición cinco. El tiempo de
las reuniones ha sido utilizado para promover asuntos y temas ajenos, a pesar de
nuestras tradiciones seis y diez.
Grupos e individuos han roto el anonimato de miembros, incluso aunque dos de
nuestras tradiciones tratan este importante aspecto de nuestra Hermandad. De
éstas y de mas formas, los grupos a veces fallan en vivir de acuerdo a los
principios encerrados en nuestras doce tradiciones.
Sin embargo, una infracción de una tradición de OA no tiene como resultado
la expulsión sumaria de la hermandad de un grupo - ¡podríamos quedarnos sin
Hermandad si ese fuese el caso!
Cuando un grupo rompe una de las tradiciones, es generalmente porque los
miembros no están bien informadas de ellas, no porque los miembros elijan
ignorarlas. Cuando esto sucede los miembros de OA que conozcan las
tradiciones tiene la responsabilidad de hablar e informar al grupo de que
está actuando fuera de las tradiciones. Cuando ellos hablan, a continuación
viene una conversación acerca de las tradiciones, y la mayoría de los grupos
eligen actuar dentro de estas directrices que han sido probadas a través del
tiempo.
Incluso en casos en que esto no sucede inmediatamente, el grupo descubre pronto
por qué cada tradición es importante. Nuestras tradiciones existen para prever
problemas. Los grupos que ignoran las tradiciones generalmente se ven
involucrados en problemas de alguna clase. Los problemas surgen, o simplemente,
la atmósfera positiva en que el grupo ha estado actuando siempre cambia. Los
miembros se van, el entusiasmo se desvanece, y la supervivencia del grupo se ve
amenazada. Cuando esto sucede, los miembros que están familiarizados con los
principios de OA pueden señalar la fuente del problema como la violación de una
tradición, y en poco tiempo la conciencia de grupo informada devuelve al grupo al
camino correcto.
En casos extremos, donde un grupo está afectando a OA como un todo a causa de
su persistente negativa a actuar según los principios de OA, el grupo puede ser
borrado de las listas de reuniones de OA que se publican por los Inter. grupos u
otros cuerpos de servicio. Sin embargo, el cuerpo de servicio que emprenda tal
acción debería llegar a ello después de buscar profundamente en su interior. Es
demasiado fácil utilizar el poder de la mayoría en contra de los grupos en minoría
simplemente porque ellos hayan elegido una forma diferente de trabajar el
programa, y no porque ellos estén realmente perjudicando a otros grupos o a OA
como un todo con sus acciones.
Es fácil también para las emociones y los conflictos de personalidades
llegar a la decisión de no tener en la lista a un cierto grupo de OA. Cuando esto
sucede, la tradición de autonomía no es respetada y la unidad de la Hermandad
sufre.

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En 1988, la Junta de Custodios de OA, decidió no registrar en la Oficina Mundial
ninguna reunión que exigiera requisitos especiales a sus miembros.
Al mismo tiempo, la Junta permitió que se registraran grupos que habían colocado
requisitos específicos de abstinencia u otros para los oficiales o para oradores, ya
que estos requisitos no son requisitos para ser miembros del grupo. Aún así,
surgió la cuestión de si esto era o no una violación de la tradición cuatro que
claramente establece, "los grupos de OA deben ser autónomos…" Para asegurar
que la conciencia de grupo sea respetada, se dejó en manos de cada grupo juzgar
si las directrices para asistencia, para compartir, o para votar en el grupo eran
sugerencias o requisitos.
La autonomía significa también que los grupos de OA operan sin influencias
ajenas. Incluso cuando otras asociaciones nos facilitan un lugar de reunión,
no dejamos que influyan en el grupo de OA. De acuerdo, en que una reunión que
se celebra en una iglesia, un hospital, o escuela debe atenerse a las reglas del
edificio en lo que se refiere a fumar, ruidos, limpieza, renta, aparcamiento, y cosas
por el estilo. Pero los no-OAs no pueden limitar el derecho de los miembros a
expresarse en las reuniones. Ni puede la asociación estar limitada a los miembros
de la iglesia, empleados de la compañía, pacientes del hospital, o residentes del
área, ya que los grupos de OA están abiertos a todos aquellos que desean dejar
de comer
compulsivamente. Ciertamente no se debe permitir que organizaciones ajenas
introduzcan sus costumbres en las reuniones de OA.
Este fue el caso en los primeros días de OA de un grupo que se reunía en una
gran iglesia. No conociendo el concepto de autonomía de OA, el grupo empezó a
incorporar costumbres de la iglesia a las reuniones de OA- manos extendidas y
rezando por la curación de aquellos que tenían problemas con el programa. Los
miembros llegaron a ser casi 300 en muy poco tiempo. Miembros del grupo,
convencidos de que habían sido curados para siempre de la compulsión por la
comida, se olvidaron de trabajar los pasos. Pronto se encontraron de nuevo en las
garras de la enfermedad. En unos pocos meses el grupo se redujo a un puñado, y
eventualmente se deshizo.
Nuestra novata Hermandad aprendió mucho de esta experiencia. Vimos que la
autonomía de OA es esencial si hemos de vivir por nuestras tradiciones y
mantener el programa de recuperación de los doce pasos intacto.
Según nuestra Hermandad ha ido madurando, los grupos de OA han encontrado
formas de atender a sus necesidades propias y al mismo tiempo moverse dentro
de las doce tradiciones. Las reuniones de un énfasis especial son un ejemplo de
esto. En OA hay muchas reuniones con una dedicación especial, como reuniones
para jóvenes, para los que se mantienen, para lesbianas, para aquellos que han
perdido 50 o mas kilos, o para los que están en recaída.
Los grupos tienen autonomía para seguir formatos encaminados a sus
necesidades particulares. Sin embargo la asociación a un grupo está abierta a
todos los comedores compulsivos, y a todos los miembros se les debe dar la
oportunidad de compartir y tener voz en el funcionamiento de la reunión Dentro de
estas directrices, los grupos de OA con una dedicación especial florecen y nutren
la recuperación de los individuos que pertenecen a él.
La cuarta tradición ofrece a los grupos de OA la libertad de encontrar su
propio camino y aprender de sus propias experiencias. Al mismo tiempo, esta
tradición nos asegura a todos nosotros que nuestra Hermandad de OA no será

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perjudicada por las acciones equivocadas de un grupo y que las reuniones de
OA seguirán centrándose en los principios encerrados en los doce pasos y
doce tradiciones de OA.
Vivir de acuerdo a la cuarta tradición en OA significa aprender a actuar
autónomamente, aunque vivamos en armonía con otros. Aquí, aceptamos nuestra
propia responsabilidad, la de nuestros actos y sus consecuencias y la de
nuestra propia recuperación. Aprendemos a respetar la autonomía de otros
miembros de OA cuando los apadrinamos o los ayudamos. Al mismo tiempo,
aprendemos a aceptar la ayuda de los demás sin esperar que ellos hagan cosas
por nosotros que podríamos hacer nosotros mismos. Establecemos los límites
necesarios para nosotros y nuestros grupos de OA para no sufrir ningún tipo
de abuso por parte de otros, y expresamos nuestras necesidades abiertamente
sin insistir para que otros satisfagan esas necesidades de forma que pudiera
dañarlos.

¿Hasta que punto vivimos por la cuarta tradición?

¿Nuestro grupo considera que solo hay una forma correcta de hacer las cosas
en OA?   
 

¿Respetamos el derecho de otros grupos a tener costumbres diferentes a las

nuestras?

¿Nuestro grupo considera el bien de OA al tomar las decisiones de conciencia

de grupo?

¿Nos hemos parado a considerar que las actitudes y acciones de nuestro grupo
darán a los recién llegados la primera idea de OA como un todo?

¿Alguna vez tomamos en consideración que los actos de nuestro grupo pueden
afectar a la opinión pública acerca de OA?

¿Nuestro grupo dedica tiempo al estudio de las tradiciones? ¿Consideramos

las doce tradiciones al tomar decisiones según la conciencia de grupo?

¿Se mantiene nuestro grupo libre del control o de la influencia de asuntos

ajenos a OA?

¿Practicamos el principio de autonomía tomando la responsabilidad de nuestros

propios actos y evitando cualquier intento de controlar las acciones de otros?

Todos nosotros necesitamos el equilibrio implícito en el principio de autonomía de

ser los grupos y los individuos únicos que deberíamos ser. La tradición cuatro nos
supone un reto como individuos, como grupos, y como una Hermandad para
ajustar un equilibrio saludable entre nuestra responsabilidad con nosotros
mismos y nuestra responsabilidad de unos respecto a otros, mientras crecemos
juntos y trabajamos juntos como compañeros en recuperación.

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TRADICIÓN CINCO

“Cada grupo tiene un único objetivo: llevar el mensaje a los comedores en

exceso compulsivos que todavía sufren”

A nosotros comedores compulsivos se nos han ofrecido una amplia variedad de

soluciones a nuestros problemas, desde clubes de dietas, clínicas de
adelgazamiento, y programas de orientación,  hasta polvos, inyecciones y
píldoras. En mitad de este clamor que se levanta para llamar la atención del
comedor compulsivo, OA es única al ofrecernos un programa espiritual que ha
traído la recuperación a miles de personas que habían perdido la fe.
Aquellos de nosotros que hemos encontrado una forma sana de comer y vivir
tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que OA no es desviada de su
propósito principal. Nuestros grupos se reúnen para que podamos compartir la
recuperación por medio de los doce pasos y las doce tradiciones con
compañeros comedores compulsivos. OA siempre ofrecerá recuperación a
aquellos que sufren a causa de nuestra enfermedad en tanto que nosotros
recordemos que este es nuestro propósito primordial.
Una razón importante por la que mantenemos nuestro propósito primordial en
las reuniones de OA es porque nuestros grupos pueden ayudarnos a practicar
el paso doce. La experiencia nos ha demostrado que no podemos quedarnos el
precioso regalo de nuestra recuperación a menos que nosotros devolvamos
recuperación compartiendo el mensaje de OA. Cuando centramos nuestras
discusiones en los principios encerrados en los doce pasos y las doce
tradiciones, cuando compartimos como hemos encontrado la solución a nuestros
problemas con la comida practicando estos principios, descubrimos que
llevamos el mensaje a aquellos que todavía sufren, y a nosotros también. No
importa cuánta recuperación tengamos, seguimos necesitando oír el mensaje de
OA. Cada vez que ofrecemos nuestra experiencia, fortaleza y esperanza al
comedor compulsivo que todavía sufre, devolvemos lo que se nos ha dado y así
continua fluyendo el poder sanador que fomenta nuestra propia recuperación.
Mas aún, nosotros los miembros de OA tenemos la capacidad de ayudar a
nuestros compañeros comedores compulsivos de una forma en que los comedores
normales no pueden. Sabemos esto porque debemos nuestra propia recuperación
a otros miembros de OA. Nuestros doctores, familias, o amigos pueden haber
manifestado su preocupación por nuestros problemas con la comida, o pueden
habernos dado consejos, pero sus palabras no parecían ayudar. Sentíamos que
no nos comprendían. Sin embargo, en OA, encontramos personas que han hecho y
sentido las mismas cosas que nosotros habíamos hecho. Empezamos a escuchar
con entusiasmo lo que ellos tenían que decir.  Queríamos saber como ellos
estaban poniéndose bien. Entre  estas experiencias, descubrimos la clave
principal: El comedor compulsivo en activo puede encontrar mas fácilmente
ayuda de alguien que ha experimentado el dolor de la compulsión por la
comida que de doctores, familia o amigos. Hablando abiertamente acerca de
nuestras luchas desde la perspectiva de nuestra recuperación en OA, llevamos

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al recién llegado que sufre un mensaje de fortaleza y esperanza que no está
disponible en ningún lugar fuera de la hermandad de OA.
La tradición cinco nos recuerda que nuestra recuperación no viene
simplemente de comentar nuestros problemas con todos los demás. Es en el
mensaje de OA - en nuestros pasos y nuestras tradiciones- donde encontramos
las soluciones a nuestros problemas. Vivir según estos principios ha salvado
nuestras vidas. Honestidad, esperanza, fe, valor, integridad, buena voluntad,
humildad, autodisciplina, amor, perseverancia, despertar espiritual, servicio,
unidad, confianza, mente abierta, responsabilidad, aceptación, igualdad y
hermandad: estos doce principios de los pasos y tradiciones, mas que nuestros
problemas, deberían ser el centro de todas las reuniones de OA. Lo mismo se
aplica cuando apadrinamos a otros miembros de OA. Les ayudamos mas cuando
escuchamos, evitamos dar consejos y compartimos nuestra experiencia viviendo
según los principios de OA.
Un grupo de OA no es un club social, aunque hagamos amigos maravillosos en
OA y esperemos con ilusión verlos en las reuniones. La tradición cinco nos
recuerda que los grupos de OA a menudo mueren si los miembros del grupo
forman peñas o ignoran normalmente las necesidades de los recién llegados,
no esforzándose en darles la bienvenida o explicarles lo básico del programa
de recuperación de los doce pasos. Un miembro de OA escribió en Lifeline su
experiencia con la tradición cinco:
"En mis primeros años en OA, los moderadores nos sugerían que nos
presentáramos nosotros mismos a los recién llegados en el descanso. A pesar
de sus numerosos recordatorios, yo nunca lo hice, ni tampoco muchos de los
otros miembros. Solo Dios sabe cuántos recién llegados salieron por aquella
puerta de OA para nunca más volver. Debemos haberles parecido demasiado
cerrados….
Las cosas cambiaron cuando mi marido y yo nos mudamos a una ciudad donde
no
había reuniones de OA. Mi madrina me animó a empezar una. Estaba asustada,
pero acepté el reto. El grupo era pequeño - solo cuatro de nosotros- pero
estábamos deseando crecer. Esperamos a recién llegados, pero no había
ninguno…
Pronto supimos que dos de nuestros cuatro miembros iban a tener que dejar OA
por motivos del horario. Pero antes de que se fueran, ¡tuvimos nuestro primer
recién llegado! Caímos todos sobre ella. En el descanso, todo el mundo se levantó
y fue a hablar con ella. De repente descubrí que mi miedo a acercarme a una
persona nueva había desaparecido. Mi necesidad de recuperación había
sobrepasado mi miedo.
"Ahora ya no evito hablar con recién llegados. Ahora me acerco a ellos con
los brazos abiertos, les agradezco que hayan venido y los animo a volver. Sin
ellos, ¡este grupo nuestro no estaría celebrando su quinto aniversario!" (1)"Vital
Connection", Lifeline, Marzo 1990
El "comedor compulsivo que todavía sufre" no es siempre un recién llegado a OA.
Puede ser un miembro estable que está teniendo dificultades con la
enfermedad de la compulsión por la comida o con otros problemas. Ver a uno de
nuestros miembros recaer o enfrentarse a problemas personales puede
asustarnos, y podemos reaccionar condenando al miembro que rompe su
abstinencia o tiene alguna otra clase de dificultad. A menudo tratamos de evitar el

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tema evitando a la persona que sufre. Puede ser que utilicemos el lema "pégate a
los ganadores" como una racionalización para no hablar con la persona que está
en recaída en las reuniones de OA, o no llamamos nunca  a los amigos que han
dejado de venir.
Cuando reaccionamos  de esta forma, estamos olvidando el propósito primordial
de nuestro grupo, que es llevar el mensaje de esperanza a todos aquellos que
sufren - incluyendo a aquellos entre nosotros que hemos oído el mensaje muchas
veces antes.
La tradición cinco nos dice también que miremos mas allá de nuestro propio
grupo, a los comedores compulsivos que no han asistido nunca a una reunión.
Nuestro propósito primordial incluye una responsabilidad para llegar a estas
personas de la forma que podamos. Esta es la razón por la que cada grupo
gasta una parte de sus fondos apoyando a los Inter. grupos, a los grupos
regionales y al Servicio Mundial. Estos cuerpos de servicio extienden la
mano y el corazón de OA a todo el mundo a nuestro alrededor de una forma en
que no pueden hacerlo los grupos individuales: manteniendo oficinas de OA y
contestadores telefónicos; colocando anuncios y otra información acerca de
OA en los medios de comunicación; celebrando actos especiales, convenciones
y maratones; publicando listas de reuniones y literatura sobre el programa;
facilitando oradores e información para clubes, hospitales, escuelas y otros
grupos interesados; y en muchas otras formas.
Antes de OA muchos de nosotros simplemente vivíamos para comer. Ahora que
nos hemos unido en grupos en OA tenemos otro propósito. ¿Estamos tomando
decisiones que nos ayudan a llevar un mensaje de esperanza y recuperación a
otros?

¿Nuestro grupo se centra lo suficiente en el propósito fundamental de OA?

¿Centramos nuestras discusiones en los doce pasos, las doce tradiciones, las
herramientas, y la recuperación de la compulsión por la comida?

¿Damos la bienvenida a los recién llegados a nuestro grupo y les dedicamos

una atención personal?

¿Tratamos de dar a conocer la hermandad de OA a la gente que no es miembro

de OA? ¿De qué forma apoyamos a nuestro Inter. grupo, a la región, y al Servicio
Mundial en sus esfuerzos para llegar a otros?

¿Alguna vez nos ofrecemos voluntarios para ayudar a los recién llegados, a
los que nos visitan de otras ciudades, o a otros miembros que lo necesitan,
en nuestras reuniones?

¿Qué hacemos para dar la bienvenida de nuevo a los miembros que regresan a
OA?

¿Nos planteamos el dar la bienvenida a los nuevos, hablar con ellos,

facilitarles números de teléfono?

¿Los recién llegados pueden encontrar padrinos en nuestro grupo?

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¿Alguien de nuestro grupo se plantea llamar a los recién llegados o a

miembros que no están viniendo a las reuniones?

¿Recordamos que los veteranos pueden ser miembros de OA que todavía sufren?
¿Cómo tratamos a un miembro veterano que está teniendo dificultades con la
compulsión por la comida o con la vida?.

Tanto a los grupos como a los individuos, la quinta tradición nos ayuda a
hacerlo fácil. Vemos que cuando nos centramos en nuestro objetivo  principal
de servicio, podemos empezar a desechar un montón de preocupaciones
innecesarias. Al concentrarnos en llevar un mensaje de esperanza a otros,
podemos utilizar nuestros talentos individuales de forma realmente útil para
otros. El resultado es mejor que cualquier resultado que hubiéramos planeado
para nosotros, porque encontramos una profunda satisfacción en el servicio
cuando unimos fuerzas para compartir la recuperación en OA.

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TRADICIÓN SEIS

“Un grupo de OA nunca debe respaldar, financiar o prestar el

nombre de OA a ninguna entidad allegada o empresa ajena,
para evitar que problemas de dinero, propiedad o prestigio nos
desvíen de nuestro objetivo primordial”

La tradición cinco define nuestro propósito principal. La tradición seis nos

advierte que nos atengamos exclusivamente a nuestro propósito primordial, no
importa cuantas empresas ajenas nos puedan interesar como individuos.
La persona que contesta el teléfono de OA o trabaja en cualquier servicio de
OA escuchará toda clase de propuestas interesantes. La gente querrá venir a
las reuniones a hablar acerca de técnicas de belleza o nuevos remedios para
la obesidad. Los miembros que estén buscando trabajo querrán poner anuncios
en las paredes de las dependencias de OA. Nuestra Hermandad ha sido invitada
a afiliarse con todo desde centros de salud a carreras a pié, desde libros
de cocina a restaurantes.
Se sabe que miembros de OA mal informados han utilizado nuestras listas de
teléfonos para realizar ventas. Miembros que no están familiarizados con las
tradiciones cinco y seis algunas veces introducen asuntos ajenos en las
reuniones de OA - cualquier cosas desde vitaminas a programas de tratamiento y
resurgimiento de iglesias.
Muchos de estas empresas son útiles y merecen apoyo y atención. ¿Por qué,
entonces, los grupos de OA, tradicionalmente acostumbran a decir no a todos
estos asuntos ajenos? La razón se puede resumir en dos palabras: Hazlo
simple. Aunque estos asuntos puedan valer la pena, amenazan con diversificar
la atención de la única misión del grupo, que es llevar el mensaje de
recuperación de los doce pasos a los comedores compulsivos que todavía
sufren.
En el pasado, algunos grupos de OA regalaban o vendían una amplia variedad
de literatura no aprobada por OA, panfletos, y libros publicados por empresas
ajenas. Sin embargo, según OA ha ido madurando, mas y mas grupos han
decidido distribuir solo literatura aprobada por OA en las reuniones.
Cuando un grupo de OA exhibe o vende literatura no aprobada por OA implica
que OA apoya la filosofía de quien quiera que sea que escribió esa obra. La
literatura aprobada por OA refleja la experiencia de muchos miembros de la
Hermandad cuya recuperación tiene unas raíces profundas en los doce pasos y
las doce tradiciones.
La sexta tradición ayuda a los grupos de OA a conseguir nuestro propósito
primordial de llevar el mensaje de OA. Si el tiempo de la reunión es ocupado
con discursos  para grupos religiosos u otro programa de doce pasos, si los
recién llegados no pueden distinguir entre la literatura de fuera y la
literatura de OA en nuestras reuniones, si los miembros ponen sus números de
teléfono en las listas de teléfonos de OA solo para ser molestados por

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llamadas para ventas, el mensaje de recuperación de OA pronto se pierde.
Aquellos que sufren de la desgracia de la compulsión por la comida necesitan
oír acerca de la solución encontrada al trabajar los doce pasos en nuestras
reuniones y llamadas telefónicas. También necesitan saber que no hay ningún
lastre, ni trucos ni ningún accionista exigiendo que se gane dinero
Hay muchos programas de tratamiento para personas con desórdenes
alimenticios fuera de OA. La mayoría reconocen el valor de los doce pasos y
tratan de involucrar a sus clientes o pacientes en las reuniones de OA.
Aunque otras empresas pueden recomendar OA, OA no recomienda ninguna de
esas empresas ajenas. Damos la bienvenida a todos los que vienen a nuestras
reuniones con el deseo de dejar de comer compulsivamente, no importa en que
otro tipo de tratamiento puedan estar comprometidos como individuos. OA no
esta afiliada a ninguna forma de tratamiento o terapia
Los grupos de OA a menudo se reúnen en instalaciones que pertenecen a
empresas ajenas, como iglesias, hospitales, agencias gubernamentales, o
compañía. Esto implica una no afiliación con la entidad que es dueña del
edificio en el que el grupo se reúne. Los grupos de OA tradicionalmente
pagan un alquiler por el uso de ese lugar de reunión cuyo dueño es una
empresa ajena.
En una ciudad, un hospital local abrió una unidad de desórdenes alimenticios,
empezó a llevar a sus pacientes a las reuniones de OA regularmente, y luego
convenció a un grupo de OA a que trasladara su lugar de reunión a la sala de
conferencias del hospital. Muchos antiguos pacientes de la unidad pronto se
convirtieron en fieles miembros de OA, y a menudo los oradores en las reuniones
de OA al compartir sus historias mencionaban el programa del hospital por su
nombre. Pronto, los conferenciantes, algunos poco tiempo fuera del tratamiento y
no muy familiarizados todavía con las tradiciones, estaban haciendo discursos
para el programa del hospital en la reunión de OA. Esto empezó a suceder tan
frecuentemente que a los recién llegados se les dio la impresión de que OA
recomendaba este otro programa.
En este punto, un miembro veterano de OA presentó una objeción, señalando la
sexta tradición de OA de no recomendar empresas ajenas. Tuvo lugar una
discusión de conciencia de grupo muy acalorada.
"¿Cómo podéis ser tan desagradecidos con el hospital después de todo el
apoyo que ha dado a OA?" preguntó un paciente. "Además, mi tratamiento aquí
me trajo a OA. Estoy compartiendo mi experiencia personal".
El tema se resolvió felizmente con una simple sugerencia. Los miembros de OA
necesitan tener libertad para compartir su experiencia, pero al grupo ahora
pide al conferenciante abstenerse de destacar los nombres de cualquier
empresa específica ajena, incluidos el programa de desórdenes alimenticios
del hospital
En los años transcurridos desde que nuestra Hermandad se fundó, otras
empresas e instituciones afines han surgido para ayudar al comedor compulsivo
que todavía sufre. Además de los programas para tratar los desórdenes
alimenticios, hay clubes donde se pueden reunir y relacionarse, casas de día,
librerías llenas de literatura sobre recuperación para comedores compulsivos,
sacerdotes de doce pasos, consejeros, retiros, y grupos de terapia. Una diferencia
crucial entre estos grupos y OA es que, mientras que muchos de ellos están
basados en los doce pasos, no se rigen a si mismo de acuerdo a las doce

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tradiciones. Por ejemplo, pueden tener
profesionales en puestos de autoridad, pueden tener requisitos para participar
además del deseo de comer compulsivamente, o pueden tener unos beneficios
como propósito primordial.
Muchos de estos programas han sido útiles a miembros de OA, y estamos
agradecidos de que como individuos podamos tener tantas posibilidades entre las
que elegir en nuestra recuperación y crecimiento espiritual. Desde luego, no
tenemos que sentirnos avergonzados si decidimos completar nuestra recuperación
personal en OA con otra clase de apoyo. Sin embargo, de acuerdo a la tradición
seis, los grupos de OA no tienen otra afiliación con ninguna de tales empresas
ajenas a OA. Tomamos las medidas que sean necesarias para asegurarnos de
que no utilizan el nombre de OA, y evitamos utilizar el tiempo y el espacio de las
reuniones de OA para promocionarlas. Tampoco OA está afiliada con otros grupos
de doce pasos y doce tradiciones, como AA, Al-Anón, o O-Anón, aunque muchos de
nosotros seamos miembros de ellos también. OA ha menudo se ha aprovechado
de la sabiduría y experiencia de otros grupos de doce pasos al tomar decisiones
para nuestra Hermandad, pero no somos parte de ellos, ni ellos nuestra. Tenemos
nuestro único
propósito que conseguir- facilitar una Hermandad de doce pasos y doce
tradiciones a los comedores compulsivos.
Como se dijo al tratar la tradición cinco, las reuniones de OA se centran en la
recuperación de la compulsión por la comida. Los miembros que ponen demasiado
énfasis en otras hermandades en las reuniones de OA dejan a los comedores
compulsivos con la impresión de que esos programas y los problemas que tratan
son mas serios o mas importantes para el comedor compulsivo que OA. Ese no es
el caso, y respetar la sexta tradición significa que nos abstenemos de conferenciar
sobre otros programas en las reuniones de OA.
Nuestra falta de ataduras con ninguna clase de empresa ajena da a nuestra
hermandad una maravillosa libertad. Funcionamos con un mínimo de
preocupaciones acerca de los fondos, de problemas de administración, o del éxito
o fracaso de aventuras ajenas a OA. Por regirse limpios de tales afiliaciones, los
grupos de OA se pueden concentrar en la recuperación de la compulsión por la
comida en vez de en problemas asociados con dinero, propiedades, y prestigio que
son la causa de tantos conflictos en el mundo que nos rodea.

¿Cómo respetamos la sexta tradición?

¿Nuestro grupo desanima la introducción de asuntos ajenos a las reuniones de

OA? ¿O racionalizamos que la gente necesita oír sobre lo que se está hablando,
así que no importa si por una vez ignoramos las tradiciones?

Cuando votamos en qué forma se van a usar los fondos del grupo y otros
recursos, ¿tenemos cuidado en no financiar empresas ajenas?

¿Nuestro grupo vende o distribuye literatura no de OA en nuestras reuniones?

¿Tenemos cuidado de no usar nunca los contactos de nuestro grupo de OA para

conseguir ganancias personales? ¿Decimos algo cuando vemos a alguien hacer un
uso equivocado de la lista de teléfono o de las reuniones?

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 TRADICIONES CCA

Cuando compartimos en las reuniones ¿tenemos cuidado de no implicar a OA en

empresas ajenas, como hospitales, programas de tratamiento de desórdenes
alimenticios, grupos de otros doce pasos, clubes, libros, publicaciones, sacerdotes,
y terapias? ¿Damos demasiado énfasis a éstas y menos a nuestra experiencia en
OA?

Cuando nos encontramos bien sea nosotros mismos o nuestros grupos de OA,
enredados en asuntos de dinero, propiedad y prestigio, tenemos una pista de que
podríamos haber estado involucrados en asuntos que deberíamos dejar aparte.
Causamos esta clase de problemas cuando cargamos con responsabilidades
ajenas o promovemos causas ajenas, desviando la atención y recursos del grupo
del propósito primordial de OA de llevar el mensaje de OA "Lo primero primero" es
otro lema que resume la tradición seis. En OA aprendemos a centrarnos en
nuestro propósito principal y a apartar de nuestros grupos todo lo que podría
interferir en nuestra capacidad de llevar el mensaje de OA.

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 TRADICIONES CCA

TRADICIÓN SIETE

“Todos los grupos de OA deben financiarse a sí mismos, negándose a

recibir
contribuciones de fuera”

La tradición siete sigue a las tradiciones cinco y seis de una forma natural. Si la
Hermandad de OA ha de cumplir nuestro propósito primordial y permanecer libre
de influencias externas, debemos estar libres de la necesidad de contribuciones
externas también. OA debería auto mantenerse por completo.
Desde luego que hace falta dinero para mantener vivo el programa de OA. Cada
grupo tiene gastos como el alquiler o la literatura. Cuando los grupos individuales
se unen para formar un Inter. grupo, las oportunidades de llevar el mensaje de OA
se multiplican, pero también lo hacen los gastos. La mayoría de Inter. grupos
facilitan listas de reuniones, tienen teléfonos o contestadores automáticos,
distribuyen información acerca del programa de OA en sus comunidades, publican
boletines, y organizan maratones y convenciones. Muchos Inter. grupos mantienen
oficinas locales de OA donde se responde al teléfono, se vende literatura, y se
lleva a cabo el trabajo del paso doce.
Los cuerpos de servicio regionales de OA ofrecen convenciones, publican boletines,
ayudan a grupos nuevos e Inter. grupos a establecerse y llevan el mensaje de
muchas otras formas en sus regiones. La Oficina del Servicio
Mundial de OA también facilita servicios que suponen una parte vital en la
recuperación individual de cada miembro. Estos incluyen: publicación de libros,
panfletos de OA, y Lifeline, nuestra revista de recuperación; mantenimiento de
listas de reuniones de todo el mundo; y también contestar preguntas acerca de
nuestro programa a todo el mundo.
Todos estos esfuerzos están pagados por nosotros, miembros de OA que hacemos
donaciones. A nadie se le cobran cuotas ni inscripciones en una reunión regular
de OA. Pasamos la bolsa de "la séptima tradición", y muchos de nosotros nos
alegramos de contribuir a mantener a nuestros grupos y a la Hermandad a flote. 
Después de todo, OA es nuestro salvavidas, nuestro medio de recuperación de la
enfermedad de la compulsión por la comida.
La tradición siete nos dice que el apoyo financiero a OA es nuestra
responsabilidad como miembros de la hermandad. No pedimos ni aceptamos
ayudas de fuentes ajenas. Aunque OA sea una causa respetable nuestra
organización no es una organización de caridad. De hecho hay un límite en la
cantidad que un miembro puede donar en un año a la Oficina del Servicio Mundial
de OA.
Las razones para esto son claras. Si aceptamos regalos "gratis" de gente de fuera,
o demasiado de un solo miembro, nos hacemos un poco menos libres.
Podemos llegar a depender del dinero donado y nunca aprender a tomar nuestra
responsabilidad y pagar nuestra parte. La necesidad de mantener buenas
relaciones con el donante desvía la atención de nuestro propósito primordial. Por
su parte, el donante que está pagando a la manera de OA podría lógicamente

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 TRADICIONES CCA
esperar tener voz en nuestras decisiones. El que contribuya con grandes
cantidades podría sentir verdaderamente que tiene un derecho a gobernar el
grupo. Esto se llama problemas, porque nuestra máxima autoridad es un Dios
cariñoso tal como se expresa en la conciencia de nuestro grupo.
Para que las reuniones sigan funcionando son necesarios unos fondos. Al respetar
la tradición siete todos pagamos los gastos de nuestro grupo de nuestra bolsa,
sean del alquiler, de fotocopias, de café o de otros artículos. Sin embargo, hemos
aprendido por experiencia que no es bueno para los grupos guardar grandes
sumas de dinero.  Cuando el capital sobrepasa una reserva prudente necesaria
para hacer frente a los gastos a corto plazo, los grupos pasan estos fondos a sus
Inter. grupos, regiones y la Oficina del
Servicio Mundial. Estos cuerpos de servicio necesitan apoyo económico si han de
continuar llevando el mensaje de una forma diferente a la que pueden llevarlo los
grupos. Además, el exceso de fondos inevitablemente ocasionan problemas en los
grupos que los acumulan.
En un caso, un grupo había estado reuniéndose con armonía y creciendo
rápidamente durante un año, pero nunca había hecho una contribución al Inter.
grupo. Los fondos en la tesorería del grupo estaban bastante por encima de la
cantidad necesaria para pagar el alquiler de los meses siguientes y el servicio de
literatura estaba bien abastecido. Finalmente, la tesorera del grupo planteó el
tema del exceso de fondos. "Necesitamos mas diversión en nuestras vidas", dijo,
"¡cojamos el dinero y organicemos una fiesta!"
Otros miembros pusieron objeciones. "Mark, el secretario de nuestro grupo, se
traslada fuera de la ciudad", dijo alguien, "deberíamos comprarle un bonito regalo
de despedida con ese dinero". Pronto el grupo se enredó en una disputa acerca de
cómo gastar el dinero sobrante.
A otro miembro se le ocurrió otra cosa por fin. "Descubrí esta reunión cuando llamé
al teléfono del inter grupo. ¿No deberíamos enviar los fondos sobrantes al Inter.
grupo para ayudar a pagar los gastos del teléfono y otros servicios?" Después de
discutir sobre las tradiciones cinco y siete, el grupo votó quedarse el dinero
suficiente para cubrir los gastos de los siguientes tres meses, y enviar el resto
para ayudar al Inter. grupo, a la región y a la Oficina Mundial a llevar el mensaje.
Otro grupo, tratando de evitar acumular exceso de fondos, se pasó al otro extremo
y simplemente dejó de pasar la bolsa en las reuniones durante un tiempo. Esto
resolvió el problema de exceso de dinero, pero evitó que el grupo hiciera las
contribuciones necesarias a su Inter. .grupo y a otros comités de servicio. Una
semana un miembro hizo ver ésto al grupo.
Pero un segundo miembro se opuso. "La séptima tradición dice que hemos de ser
autosuficientes. No dice nada acerca de mantener al Inter. grupo ni a otro cuerpo
de servicio"
"¿No están esos grupos trabajando para nosotros?", preguntó un tercer miembro.
Ellos le dicen al recién llegado lo que es OA y como encontrar nuestra reunión. Si
no ponemos nuestra parte para apoyarlos económicamente, ¿cómo podemos
afirmar que somos autosuficientes?"
Durante la siguiente semana, los miembros del grupo pensaron en las maratones
y convenciones, en las publicaciones y listas de reuniones, y otros tipos de ayuda,
información y apoyo que los cuerpos de servicio de OA le habían dado a su grupo.

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 TRADICIONES CCA
Inter. grupo, región, y Oficina del Servicio Mundial son parte de nosotros también",
decidieron. Y votaron seguir pasando la bolsa para poder contribuir con sus
fondos a mantener funcionando a estos cuerpos de servicio.
En los casos en que un grupo tiene problemas económicos, la Hermandad como un
todo estaría feliz de "cargar" con la reunión nueva durante un tiempo.
Sin embargo, a la larga, esta dependencia se vuelve poco saludable. Tan pronto
como sea posible, los grupos de OA  tienen que pagar su parte de los costes de
los servicios que reciben de otros cuerpos de servicios. El mismo principio se aplica
a los individuos en OA. Incluso aquellos que estamos experimentando problemas
económicos tenemos que hacer alguna contribución en las reuniones de OA. Para
muchos de nosotros, nuestra buena voluntad al pagar nuestra parte es una señal
de que nos estamos recuperando y nutriéndonos espiritualmente.
Sin embargo, la séptima tradición no se refiere simplemente al apoyo económico.
Para ser autosuficiente por completo, los grupos y los individuos tienen que hacer
su parte del trabajo de servicio también. Las contribuciones económicas pueden
pagar el teléfono del Inter. grupo, por ejemplo, pero alguien tiene que contestar el
teléfono o contestar las llamadas. Se necesita dinero para imprimir y enviar los
boletines, pero
primero, miembros de OA tienen que escribir, editar, pasar a máquina, diseñar, y
poner las direcciones. Los grupos tienen que enviar representantes al Inter. grupo
para ayudar a tomar decisiones, llevar de vuelta al grupo las novedades, y
distribuir los boletines a las reuniones.
Los individuos deben ofrecerse voluntarios para ayudar a OA a celebrar
convenciones  y maratones. Nuestros Inter. grupos necesitan presidentes,
secretarios, tesoreros, representantes regionales y delegados a la Conferencia de
Trabajo del Servicio Mundial. Las reuniones son autosuficientes por completo solo
cuando contribuyen con su parte al trabajo que supone llevar el mensaje de OA a
un área, a una región y a todo el mundo. Los individuos son autosuficientes por
completo solamente cuando ellos hacen lo que pueden, cuando pueden,
devolviendo algo de la ayuda que se les ha dado en OA.
Incluso de la misma forma que hay un límite en la cantidad de dinero que la
Oficina del Servicio Mundial aceptará de un miembro también debería haber
límites sanos para dar servicio. Cuando un miembro, o un pequeño puñado de
miembros hace todo el trabajo, generalmente surgen resentimientos. A veces otros
miembros se sienten excluidos, de forma que OA se divide en dos grupos - los que
"están metidos" y los que "no están metidos" . Los de dentro se sienten abrumados
por el trabajo de servicio y su labor poco apreciada. Los de fuera se resienten con
los de dentro por tratar de controlarlo todo.
Un grupo de OA fue creado por un miembro que continuó haciendo todo el trabajo
de servicio en el grupo durante mas de dos años. Tenía la llave y abría la puerta,
dirigía las reuniones, se ocupaba del dinero, y representaba al grupo en el Inter.
grupo. Estaba extrañada de que su grupo no creciera. De hecho, disminuyó
gradualmente hasta que durante los días mas calurosos del segundo verano todos
excepto la fundadora dejaron de asistir.
Mientras estaba sentada sola por tercera semana consecutiva, examinó su trabajo
de servicio a la luz de lo que sabía de las tradiciones. "Creo que el PS esta
tratando de decirme algo". Dijo a las sillas vacías frente a ella. "Puede que tenga
que dejar de controlar y dejar que Dios se ocupe de esta reunión".

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La siguiente semana, otro miembro apareció temprano por la reunión y le preguntó
si podría tener la llave. "Necesito hacer mas trabajo de servicio", dijo. "Tener la
llave me asegurará venir a la reunión".
La fundadora no necesito mas pistas para saber la voluntad del Poder Superior.
Hizo que otros moderaran las reuniones, y el grupo eligió una nueva secretaria,
tesorera y representante del Inter. grupo. Nunca se tuvo que volver a sentar sola
en una reunión y preguntarse que había mal en el grupo.
El principio de ser autosuficiente es un principio bueno para los grupos y para los
comedores compulsivos en recuperación. En el grupo de OA, aprendemos a
depender de Dios para nuestra propia seguridad, mas que de otras personas.
Bajo la dirección de nuestro Poder Superior, aprendemos a hacer las cosas que
tenemos que hacer para cuidar de nosotros mismos y de nuestro grupo, material y
emocionalmente. Empezamos a contar con nuestro Poder Superior en vez de con
otras personas como fuente de nuestra felicidad y seguridad.
Paradójicamente, ser completamente autosuficientes significa que ahora somos
libres para pedir ayuda cuando necesitamos ayuda al hacer nuestro trabajo de
servicio en OA y también en otros asuntos. A la luz de la séptima tradición,
empezamos a ver mas claramente donde deben estar nuestros límites.
Empezamos a compartir nuestra vulnerabilidad con otros en OA sin esperar que
ellos se
encarguen de nuestras responsabilidades. Mientras nuestro Poder Superior nos
ayuda a ser autosuficientes, podemos abandonar nuestras enfermizas
dependencias y desarrollar relaciones sanas con las personas que comparten
nuestras vidas.
¿Cómo practicamos la séptima tradición de OA?
¿Realmente contribuimos a financiar OA todo lo que podemos, o simplemente
seguimos “echando 20 duros en la bolsa”?

Cuando se está pasando la bolsa ¿tenemos en mente cuánto podíamos estar

gastando si estuviéramos por ahí fuera dándonos atracones, en vez de venir a
OA? ¿Nos acordamos de todo el dinero gastado en programas de pérdida de peso
que no funcionaron?

¿Estamos dispuestos aquellos que nos estamos recuperando financieramente a

poner un poco más en la bolsa en beneficio del recién llegado que no puede
permitirse dar más?

¿Tratamos de contribuir en algo a la bolsa, incluso cuando tenemos miedo a

la inseguridad económica?

¿Nuestro grupo considera el trabajo de tesorero del grupo importante y se

preocupa de asegurarse de que se hace de una forma responsable? ¿Escuchamos
con atención el informe del tesorero?

¿Nuestro grupo paga sus gastos de la bolsa de la reunión? ¿Pagamos la cantidad

apropiada por la renta de nuestro lugar de reunión? ¿Pagamos nuestras copias de
listas de teléfono, o esperamos que las regale el jefe de alguien?

Cuando votamos cómo usar los fondos del grupo, ¿tenemos en mente que nuestro

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 TRADICIONES CCA
Inter. grupo, la región, y el Servicio Mundial sí pasan el mensaje, y lo que eso
cuesta? ¿Contribuimos?

Hacer nuestra parte del trabajo de servicio es también parte de ser completamente
autosuficientes

¿Nuestro grupo manda un representante a cada reunión del Inter. grupo?

¿Esperamos que todos los miembros del grupo se turnen en hacer servicio en OA?

¿Hacemos rotaciones de servicio o tenemos a la misma gente haciendo los mismos

servicios año tras año?

¿Algunos miembros tienen más servicios al mismo tiempo en OA de los que

pueden manejar con eficacia? ¿O animamos a los miembros menos activos a
involucrarse más?

La séptima tradición de decir no a las contribuciones de fuera y si a nuestras

responsabilidades como grupos e individuos de OA es un principio vital,
manteniéndonos a nosotros y a nuestra Hermandad libres de las complicaciones
que surgirían inevitablemente si dependiéramos de recursos externos. Siempre
que mantengamos esta tradición, pagando nuestros propios gastos de nuestro
bolsillo, ganaremos el respeto del público general y nuestro propio respeto
también.

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 TRADICIONES CCA

TRADICIÓN OCHO

“OA nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros

de servicios pueden crear trabajadores especiales”

OA está construida sobre la base de un miembro compartiendo su experiencia,

fortaleza y esperanza con otro miembro, sin ningún tipo de compromiso. Este
principio de darnos gratuitamente unos a otros hace a nuestra hermandad
única entre los programas para comedores compulsivos. Como miembros de OA
podemos dar muchas horas de servicio unos a otros, apadrinar, hablar en las
reuniones, y hacer el trabajo necesario en los comités y en otros servicios.
Ninguno de nosotros recibe un pago en dinero por hacer todo esto. Nuestra
recompensa es algo que el dinero no puede comprar - nuestra recuperación
personal
La tradición de no-profesionalidad ayuda a OA a mantenerse al margen de
cualquier motivo destinado a conseguir beneficios y concentrarse solamente
en ofrecer la recuperación de doce pasos a todo aquel que la busque. Los
recién llegados a menudo quedan impresionados por la honestidad que pueden
oír, por la profundidad de los compartires, y el espíritu de compasión que
se encuentra en las reuniones de OA. A ninguno de nosotros se nos paga por
estar ahí. Cada uno de nosotros es un comedor compulsivo, y todos venimos
buscando ayuda para nuestra recuperación personal. Sabiendo esto, podemos
confiar que cada uno de nosotros hablará con el corazón, para compartir lo
que nuestra experiencia nos ha enseñado, y para escuchar compasivamente a
nuestros compañeros miembros.
Ya que no hay miembros de OA profesionales, todos tenemos una oportunidad
igual para compartir los servicios. No necesitamos certificados, estudios, o
credenciales para compartir nuestro programa con compañeros comedores
compulsivos o para hacernos cargo de posiciones de servicio en nuestros
grupos madre. Todo lo que necesitamos es buena voluntad y un compromiso con
los doce pasos y las doce tradiciones de OA. Cada uno de nosotros juega un
papel clave. Ya que nuestro paso doce incluye pasar el mensaje de OA, es
bueno que haya muchas oportunidades de hacer servicio para todos nosotros.
Se contratan profesionales entre nuestros miembros o fuera de OA por su
experiencia o consejo cuando se necesita dicha ayuda para servicios que
exigen unas habilidades especiales. La tradición ocho dice que "nuestros
centros de servicios pueden emplear trabajadores especiales". Nuestra
experiencia nos ha demostrado que algunos empleados a sueldo son necesarios
para ocuparse de los asuntos de OA en las oficinas del Inter. grupo y en
nuestra Oficina Mundial de Servicios.
Por ejemplo, en una ciudad un Inter. grupo decidió abrir una oficina.
Encontraron un voluntario no profesional para dirigir la oficina, asegurarse
de que la correspondencia era atendida, de que las cuentas eran pagadas, el

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 TRADICIONES CCA
teléfono contestado, de que se hacían los pedidos necesarios, y se llevaban
los registros. ¡Era bastante trabajo! Después de varios meses de un servicio
muy dedicado, la directora enfermó y tuvo que renunciar. El Inter. grupo
empezó a buscar a otro director voluntario. Pasaron dos meses, y la posición
de servicio no se cubría. "Me gustaría ayudar", decía la gente, "pero no
tengo tiempo para hacer tantos servicios". Finalmente, cinco miembros de OA
se pusieron de acuerdo para repartirse y ocuparse así del trabajo, haciendo
turnos en la oficina. Este arreglo era mejor que no tener ningún director,
pero la confusión seguía siendo la orden del día. Se olvidaban detalles
continuamente, y los voluntarios a menudo tenían que irse de la oficina para
ocuparse de otras prioridades en sus vidas. Nadie, ni siquiera el dueño del
local, sabía quien se ocupaba de las cosas, o a quien llamar si surgía algún
problema. Por fin el Inter. grupo aceptó el hecho de que el trabajo de director
gerente era demasiado grande para ser manejado por voluntarios y demasiado
importante para dejarlo a su suerte.
"No nos lo podemos permitir", dijeron, "pero vamos a tener que contratar a un
gerente"
Así que lo hicieron. Aunque no era un requisito que el gerente fuera un miembro de
OA, decidieron buscar primero entre los miembros, ya que un director que
estuviese también en OA necesitaría menos entrenamiento para contestar
preguntas acerca de la hermandad. Encontraron un miembro en recuperación con
la necesaria habilidad en asuntos de negocios a un  sueldo razonable, y OA en
aquella ciudad tuvo su primer empleado con sueldo. La dirección efectiva de la
oficina ayudó a que OA se fuera fortaleciendo en aquella ciudad, y la creciente
hermandad estaba contenta de pagar al director por un trabajo bien hecho.
Sin embargo, nosotros no cobramos nada por el servicio que hacemos en OA –
esas horas que pasamos llevando el mensaje de recuperación a otros comedores
compulsivos. A los miembros que moderan retiros de OA o acontecimientos
especiales se les reembolsan los gastos por viajes y estancias, pero no se
les paga por moderar, incluso si son profesionales que cobran en asuntos no
de OA.
Algunos miembros de OA han trabajado en hospitales y en centros de tratamiento
de desórdenes alimenticios como terapeutas profesionales y han descubierto que
su experiencia de OA les es de gran valor en sus trabajos.
La cuestión surge por si están o no rompiendo la octava tradición al aceptar una
paga por trabajar con personas que sufren desórdenes alimenticios. Estas
personas, sin embargo, cobran por su trabajo como terapeutas profesionales, no
como miembros de OA profesionales. Para estar seguros, ellos pueden hablar con
sus clientes de su experiencia de OA. Pero en los grupos de terapia que dirigen
como profesionales, ellos tienen autoridad. Son responsables de aplicar sus
conocimientos en el campo de la psicología a las necesidades de sus clientes.
Cuando asisten a las reuniones de OA, ellos son simplemente miembros de OA sin
mas autoridad que la de cualquier otro miembro del grupo, y son libres para
centrarse en su propia recuperación. A estos miembros "dobles" se les pide que
hablen solo acerca de su
recuperación personal en los actos de OA para evitar no implicar recomendación
alguna de un asunto ajeno por parte de OA como un todo.
Las reuniones de OA a veces son terapéuticas, pero no son lo mismo que grupos
de terapia. La mayor diferencia entre los grupos de OA y grupos de terapia se

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 TRADICIONES CCA
puede ver en la tradición ocho. OA no tiene terapeutas profesionales  con la
responsabilidad de guiar y trabajar con miembros del grupo. Aunque la mayoría
de nosotros nos sentimos libres para compartir nuestros problemas en las
reuniones de OA, facilitar psicoterapia no es el propósito de OA. Durante el
proceso de recuperación, algunos de nosotros hemos descubierto la necesidad de
ayuda de un grupo de terapia con un director profesional, además de OA. Al
trabajar algunos de nuestros problemas en terapia, hemos podido conseguir que
nuestras necesidades sean atendidas mientras seguimos centrándonos en los
doce pasos en nuestras
reuniones de OA. El gran bien que OA hace por el comedor compulsivo que sufre
en todo el mundo es todavía, en su mayor parte, hecho por miembros de OA no
profesionales que devuelven lo que se les ha dado tan generosamente. Este
espíritu de cuidar y compartir sin ningún tipo de compromiso es uno de los
mayores efectivos que tenemos que ofrecer como una hermandad, porque lleva
consigo una única fuerza sanadora.
En OA aprendemos a dar nuestro apoyo cariñoso a otros gratuitamente, sin tratar
de dar consejos a las personas o cambiarlos; ni esperamos que otros trabajen
nuestro programa por nosotros. Al seguir con nuestra calificación de "no
profesionales" en OA, compartimos y escuchamos con buena voluntad a nuestros
compañeros comedores compulsivos, pero tratamos de abandonas las
expectativas de que ellos deberían resolver nuestros problemas por nosotros, que
nosotros deberíamos resolver los suyos, o que otros nos pagarán de alguna forma
el trabajo que hacemos por ellos. Es servicio es nuestra recompensa. Cuando nos
acercamos a los otros de esta forma, a menudo descubrimos que nos responden
con un amor y confianza mas profundos
¿Cómo estamos aprendiendo a vivir por el principio de no-profesionalidad en OA?

¿Tratamos algunas veces de “arreglar” a otras personas en OA dándoles nuestros

expertos consejos, o nos contentamos con compartir nuestra propia experiencia,
fortaleza y esperanza?

¿Tratamos de hablar como expertos en nuestras reuniones de OA?

¿En recuperación?
¿En sociología?
¿En medicina o nutrición?
¿En el Libro Grande?
¿En la Hermandad de OA o en el programa?
¿En psicología?
¿En temas espirituales?
O, ¿incluso en humildad?

Cuando tenemos algún problema con nuestro programa, ¿tratamos de esconderlo

ante nuestros ahijados o ante nuestro grupo de OA porque queremos ser
admirados como si fuésemos “profesionales”?

 ¿Elevamos a otros miembros de OA a la categoría de “gurús” o expertos a causa

de su experiencia o de su magnetismo personal? ¿Tratamos alguna vez a algunos

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 TRADICIONES CCA
de nuestros miembros como profesionales, olvidando que ellos vienen a OA para
su propia recuperación?

¿Hacemos responsables a otras personas de nuestra abstinencia o de otros

aspectos de nuestra recuperación?

¿Podemos distinguir lo que hacen los empleados de OA de lo que hacen los

miembros al compartir su experiencia personal, fortaleza y esperanza?

¿Podemos distinguir entre lo que hacen los terapeutas y los programas de

tratamiento de los desórdenes alimenticios y el compartir en OA?

Cuando respetamos la tradición ocho de OA, descubrimos un hermoso espíritu de

servicio humanitario que se convierte en un factor importante en nuestra curación.
Somos todos no profesionales en lo que se refiere a nuestro apoyo a la
recuperación de cada uno de la compulsión por la comida, dando y recibiendo
apoyo y hermandad sin esperar nada a cambio. Al vivir por el espíritu de esta
tradición, podemos cada uno volvernos hacia el que está a nuestro lado y decir
confiadamente desde el fondo de nuestro corazón, "Pongo mi mano en las tuyas
porque me preocupo por ti"

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TRADICIÓN NUEVE

“OA, como tal, nunca debe ser organizada, pero podemos crear
juntas de servicios o comités responsables directamente ante
aquellos a quienes sirven”

Los visitantes de algunas de las reuniones libres de OA a veces sacuden sus

cabezas y dicen, "La tradición nueve es la tradición a la que esta gente se adhiere
al máximo. ¡Este grupo nunca está organizado!"
Aunque a veces nuestra reuniones de OA pueden parecer caóticas, el caos no es el
fin de la tradición nueve. A lo que esta tradición nos anima es a permanecer tan
libres como sea posible de la burocracia que tiende a formarse alrededor de las
organizaciones, adquiriendo vida propia y cubriendo el propósito real del grupo.
Todo lo que hacemos en OA está relacionado con nuestro propósito primordial de
llevar nuestro mensaje de recuperación basado en principios espirituales.
Ocuparse de los asuntos del grupo es muy importante. Sin embargo, se pasa el
menor tiempo posible dentro de las reuniones eligiendo los líderes, votando sobre
ciertos asuntos, organizando acontecimientos, o haciendo informes. En su lugar,
nos concentramos en compartir nuestra experiencia, fortaleza y esperanza entre
nosotros, y en estudiar los pasos y las tradiciones
A fin de dejar nuestro tiempo de reuniones lo mas libre posible de actividades de
organización, los grupos de OA crean juntas de servicio, como Inter. grupos, para
ocuparse y dirigir los asuntos referentes a la coordinación de actividades de
información pública, funcionamiento de los diferentes servicios, publicación de
boletines y planificación de eventos especiales. Estas juntas de servicio están
organizadas. Los Inter. grupos tienen oficiales votados y estatutos por los que se
rigen. Generalmente los grupos de OA que se han unido para formar un Inter.
grupo enviarán cada uno de ellos un representante a las reuniones de Inter. grupo
para ayudar con el trabajo, conseguir respuestas a los problemas del grupo, e
informar de vuelta a los grupos acerca de lo que el Inter. grupo está haciendo.
Aunque nuestros cuerpos de servicio han de tener una cierta organización, OA
como tal, es animada por la tradición nueve a mantener el énfasis en la
Hermandad, mas que en la organización. Esta tradición ayuda a asegurar que
Dios seguirá siendo nuestra última autoridad en OA. Sin una estructura de poder
organizada en la que operar, ninguna persona individual o grupo de personas
puede gobernar a otras. 
Ningunas reglas pueden ser ignoradas, ningún castigo aplicado, ninguna orden
dictada. Para estar seguros, los Inter. grupos y la Oficina del Servicio Mundial
pueden borrar de sus listas grupos que ignoren continuamente nuestras
tradiciones, pero ningún grupo pude ser multado o se le puede ordenar que se
disuelva. Los grupos de OA no operan por ningún privilegio del Servicio Mundial ni
de nadie mas. Por el contrario, el Servicio Mundial obtiene su autoridad de los
miles de grupos
de OA de todo el mundo.

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Ni puede ser expulsado de OA ningún miembro tampoco. Los miembros vienen y
van a su gusto contribuyendo tanto o tan poco como ellos deseen, y no existe
ninguna estructura de poder cuyos requisitos sean diferentes. Nuestra
experiencia nos ha demostrado que ningún tipo ni cantidad de organización
impedirá el caos en OA a menos que vivamos por los principios espirituales
encerrados en los pasos y en las tradiciones. Nuestra supervivencia
individual y de nuestros grupos depende de nuestra adhesión a estos
principios, no de nuestra obediencia a ninguna estructura de poder.
Esta tradición de "no organizada" puede ser muy desconcertante para aquellos
de nosotros que sueñan con reuniones perfectas que siempre funcionan con
suavidad de acuerdo a reglas que todos comprendemos. Algunos de nosotros nos
sentimos inseguros cuando descubrimos que no hay reglas, solo sugerencias y
tradiciones, y ningún líder con autoridad para reforzar estas tradiciones.
Sin embargo, después de habernos quedado durante un tiempo, empezamos a ver
que esta clase de organización de poder humano no es necesaria después de
todo. Las reuniones que a nuestro parecer están lejos de la perfección
pueden sin embargo ofrecernos el milagro de la recuperación. Nuestros grupos
cometen errores, pero la mayoría se las arregla para sobrevivir. De hecho,
descubrimos que podemos aprender de nuestros errores y crecer mas fuertes.
Después de observar el funcionamiento de esta tradición durante un tiempo,
la mayoría de nosotros empezamos a confiar en que realmente hay un Poder
Superior que guía la Hermandad de OA por medio de nuestra conciencia de
grupo. Podemos relajarnos, confiar en Dios, y apreciar la sabiduría de la novena
tradición. ¿Significa esto que si vemos violaciones de las tradiciones en nuestros
grupos no debemos decir nada? ¡Todo lo contrario!.
Cuando se rompen las tradiciones, los individuos tenemos la responsabilidad
de manifestarlo en alto - con amabilidad y claridad- incluso cuando nos
podemos hacer impopulares  ante algunos miembros de nuestro grupo por
hacerlo.
A menudo los miembros rompen las tradiciones porque no las comprenden bien a
ellas o bien a los principios espirituales en las que estas tradiciones se basan. Al
decir cuándo se ha roto una tradición, ayudamos a otros miembros de OA a
aprender acerca de estos principios espirituales. Es una forma importante de
compartir nuestra experiencia en OA.
Sin embargo, una vez que hemos hablado, tenemos que aceptar que pueda surgir
algún conflicto, que a nuestras palabras no se les preste ninguna atención,
y que no tengamos ninguna forma de imponer nuestra forma de hacer comprender
la tradición al resto del grupo. Hablamos a favor de las tradiciones lo
mejor que podemos, pero dejamos los resultados al Poder Superior.
Un miembro escribió en Lifeline acerca de cómo ella había hablado a favor de
las tradiciones en una reunión: "El coordinador de la reunión quería leernos
de un pequeño librito escrito por un líder religioso. Antes de empezar,
dijo, "Se que no es literatura aprobada por la Conferencia, pero, ¿alguien
se opone a que lo lea al grupo?"
Yo respondí tranquilamente, "Sabes que voy a oponerme. Nuestro propósito
primordial durante una reunión de OA es llevar el mensaje de OA. Fuera de las
reuniones podemos hacer lo que queramos"
A pesar de esto, los otros miembros que estaban en la habitación, la
apremiaban para que hiciera lo que quisiera ya que ella era la coordinadora.

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Un recién llegado se preguntaba por qué no podíamos compartir cualquier cosa
que pensáramos que pudiera ayudar. Varias personas estaban enfadadas por mi
objeción y se comentó acerca de la necesidad de mantener la mente abierta.
La lectura fue a duras penas suprimida y seguimos con una reunión algo menos
que serena. Después me dijeron que yo había hecho pensar a otros miembros que
era muy arriesgado ofrecerse para moderar.
Mientras experimento la soledad y dolor de luchar por mis convicciones,
estoy llena de interrogantes. ¿Estaba siendo un fiel servidor dispuesta a
hablar a favor de las tradiciones? Si recurrimos a hacer lo que queramos en
una reunión, ¿es una reunión de OA, o una reunión de "Todo-Vale Anónimo?" (1)
La mayoría de los veteranos han descubierto que por defender nuestras
tradiciones vale la pena el riesgo de ser criticados o de que la reunión
pueda ser "todo menos serena". La alternativa podría ser algo peor para
nosotros que una impopularidad momentánea y unos conflictos. Podría ocurrir
que si nos quedábamos sentados sin decir nada mientras nuestras tradiciones
son ignoradas las reuniones de OA perderían su foco de atención en los
principios del programa de los doce pasos. El gran poder sanador que hemos
encontrado en estas salas de reunión ya no estaría allí para nosotros. Vivir
de acuerdo a la novena tradición significa que no dependemos de ninguna
autoridad o estructura de servicio para imponer las tradiciones. Todos
tenemos nuestra responsabilidad de hablar alto y decirlo cuando están siendo
ignoradas.
De la misma forma, la novena tradición no significa que los grupos no
deberían tener ninguna guía para dirigir sus reuniones. Cuando los problemas
surgen - problemas que tienen que ver con temas como formato para la
reunión, fumar, conversaciones cruzadas - los grupos a menudo celebran
reuniones de conciencia de grupo para encontrar las soluciones. Algunos
grupos celebran estas reuniones separadas de sus reuniones regulares, para
no disminuir el tiempo de compartir; otros grupos celebran las discusiones
de conciencia de grupo y votaciones durante las reuniones regulares, para
que así todos los miembros del grupo puedan tomar parte. Los individuos que
respetan la conciencia de grupo seguirán las directrices que el grupo ha
decidido. Como sucede con las tradiciones, cuando los individuos ignoran la
conciencia de grupo, todos los miembros tenemos el derecho y la responsabilidad
de hablar en alto.
Sin embargo una vez que hemos expresado nuestros pensamientos, la novena
tradición nos dice que nos relajemos y dejemos que el Poder Superior se haga
cargo de la reunión. Vemos que no podemos forzar nuestra voluntad en el
grupo de OA, no importa lo correcto que nos pueda parecer a nosotros.

¿Practicamos bien la tradición nueve?

¿Nuestro grupo apoya a nuestros oficiales y comités de servicios? ¿O criticamos a

los que hacen servicios y ponemos en duda sus motivos?

¿Somos lo suficientemente maduros para hacernos responsables del bienestar

de OA y de nuestra propia recuperación? O, ¿esperamos que “ellos”  nos lo hagan
todo?

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 ¿Tratamos de comprender y apoyar la estructura de servicios de OA? ¿Hacemos
lo que está en nuestras manos para ayudar a los distintos cuerpos de servicios de
OA a llevar el mensaje?
 ¿Usamos la paciencia y la humildad al realizar los distintos servicios que
cogemos?

 ¿Somos conscientes de aquellos ante los que somos responsables en cualquier

trabajo en OA?

 ¿Nuestro grupo ha dado la debida importancia a estudiar  las tradiciones y

cómo se pueden aplicar a nosotros?

¿Tenemos miedo de hablar cuando vemos que las tradiciones son ignoradas en
nuestro grupo?

¿Podemos dedicarnos a nuestro trabajo en cualquier servicio de OA y confiar

los resultados a nuestro Poder Superior, incluso cuando las cosas no van como
creemos que deben ir?

¿Practicamos la rotación de nuestros líderes en nuestro grupo? ¿Hablamos de

cómo la rotación de los líderes está relacionada con la humildad individual
y el principio de anonimato de OA?

En OA, hemos descubierto que las cosas funcionan mejor cuando la

organización se mantiene mínima. El orden que una vez buscamos en reglas y
estructuras de poder lo hemos encontrado en su lugar en la libertad.
Confiando en nuestro Poder Superior en vez de en una estructura organizada,
podemos ahora tomar la responsabilidad por nuestras vidas compartidas y por
la hermandad de OA en la cual nos estamos recuperando juntos.

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TRADICIÓN DIEZ

“OA no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades, por lo

que el nombre de OA nunca debe mezclarse en polémicas públicas Vivimos
en un mundo al que le encantan las controversias”

Cuando llegamos a OA y oímos por primera vez la décima tradición, nos sorprende
que esta organización, que tanto apoya nuestra recuperación de la compulsión por
la comida, no se compadezca para llevar su peso moral a otras buenas causas.

¿Cómo puede OA quedarse parada y no decir nada sobre los muchos males
sociales que parecen moverse sin restricciones en nuestro mundo?

La razón es simple. Nuestros miembros proceden de muchas áreas y

antecedentes, y tenemos muchas modalidades de opiniones sobre todos los
temas. Si OA tuviera que ponerse del lado de uno de ellos, una parte de
nuestros miembros se verían separados de nuestra Hermandad, lo mismo que
muchos de nuestros compañeros que todavía sufren fuera de OA. Si permitimos
que la controversia acerca de asuntos ajenos aleje a personas que necesitan
la recuperación que OA tiene que ofrecer, estaríamos alejándonos de nuestro
objetivo principal de llevar nuestro mensaje al comedor compulsivo que
todavía sufre.
¿Significa esto que con el fin de mantener la unidad de OA los miembros
individuales de OA deben sacrificar la libertad personal de su forma de
pensar y renunciar a todas las inquietudes y actividades externas? Desde luego
que no. Como individuos somos libres de creer y trabajar por cualquier causa que
elijamos. La décima tradición nos pide que dejemos estos temas afuera cuando
entramos por las puertas de OA. Incluso la mas valiosa de las otras causas no
tiene lugar en una reunión de OA.
El programa de recuperación es esencial para cada uno de nosotros. Nuestra
misma supervivencia depende de él. Sin él, muchos de nosotros estaríamos
pronto tan ocupados por completo con la compulsión por la comida que nos
quedaría poco tiempo o energía para hacer algo mas- incluyendo efectivamente
el apoyo a otras causas que significan tanto para nosotros. Esta es la razón
de por qué tenemos cuidado de guardar a nuestra Hermandad de incluso la mas
pequeña conexión con asuntos ajenos.
Las violaciones de la décima tradición parecen muchas veces bastante inocentes,
pero pueden tener consecuencias muy amplias. Este fue el caso cuando una
columnista de un periódico, de alcance en todo el mundo, declaró en su columna
de consejos que un aspecto del programa era una creencia en Jesucristo. Desde
luego, OA no tiene opinión sobre el Cristianismo o cualquier otra religión, pero el
público en general no sabe esto. Incluso después de que la oficina Mundial
aclarase esta confusión, la misma idea se reflejó en otra columna posterior. La
razón, de acuerdo a un miembro del personal de la periodista, fue que, a pesar de

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nuestras protestas oficiales, la columnista había recibido cartas a lo largo de los
años de comedores
compulsivos que habían sido animados en sus reuniones a "poner su fe en
Jesucristo". Muchos comedores compulsivos que todavía estaban sufriendo y
que pertenecían a otras religiones e individuos no religiosos fueron desanimados
sin ninguna duda a buscar la ayuda de OA porque algunos miembros introdujeron
temas externos en la reuniones de OA.
No tener opinión acerca de asuntos ajenos significa también que no nos oponemos
a tales causas. Comentarios ridículos e irrespetuosos sobre religiones, clubes de
dietas, creencias políticas, y otros asuntos no tiene sitio en las reuniones de OA.
No necesitamos despreciar a otros para llevar el mensaje de recuperación que OA
tiene que ofrecer. De hecho, comentarios negativos y risas a expensas de otros
generalmente interfiere con la atmósfera positiva de las reuniones de OA. Muchos
de nosotros sufrimos del hábito de pensar y hablar negativamente.
Desesperadamente necesitamos una atmósfera positiva en nuestro grupo de OA si
queremos recuperarnos. Así pues, podemos ver la sabiduría de guardar silencio
acerca de temas asuntos ajenos en las reuniones de OA.
¿Qué son exactamente asuntos ajenos? Esta cuestión se ha planteado mas de
una vez entre nosotros. Por ejemplo, muchos miembros de OA son también
miembros de AA, Al-Anón, O-Anón, y otras hermandades, y estos grupos a veces
tienen su lugar en historias compartidas en reuniones de OA. Sin embargo, OA
como un todo, no tiene opinión acerca de ningún grupo de tratamiento para el
alcoholismo, uso de drogas, codependencia, u otros desórdenes compulsivos, y
consideramos que es mejor no ser desviados por ellos en las reuniones de OA.
OA es única en ofrecer la recuperación por medio de los doce pasos y doce
tradiciones a aquellos que sufren de la compulsión por la comida. Este es un
papel vital que ninguna otra hermandad puede cumplir. Así pues, los grupos
de OA centran sus charlas en la recuperación de la compulsión por la comida,
en vez de en esos otros temas.
Pero, ¿qué pasa con los programas de pérdida de peso y desórdenes
alimenticios? Estos, también, son asuntos sobre los que OA no tiene opinión.
Como individuos podríamos compartir las experiencias que hemos tenido con
ellos, pero como una organización, no tenemos nada que decir tanto a favor
como en contra. Hablamos del programa de OA en nuestras reuniones y en
nuestra literatura. Nuestra experiencia con él, honestamente compartida,
nunca falla al ofrecer esperanza al comedor compulsivo que esta sufriendo.
Respetando la tradición diez, la mayoría de los grupos de OA solamente
venden literatura aprobada por OA en sus reuniones, y no utilizan literatura
ajena como base para los estudios de sus grupos (1) Se han escrito muchos
libros y folletos que han sido útiles y han ayudado a personas individuales
pero no han sido aprobados por OA como un todo. Ciertamente, la política de
no vender o utilizar estos libros no pretende evitar su uso entre los
miembros. Simplemente significa que no tenemos opinión acerca de ellos. La
experiencia de OA se puede encontrar en nuestra propia literatura. Nuestros
libros y panfletos son producto de la conciencia de grupo de OA como un todo
y han sido desarrollados, editados y revisados por comités formados por
miembros de OA de todo el mundo. Han sido aprobados por nuestra Conferencia
de Trabajo del Servicio Mundial por tener una amplia aplicación en nuestra
hermandad. Esto no significa, desde luego, que todos estemos de acuerdo con

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todo lo que dicen. Simplemente significa que ellos se centran exclusivamente
en los principios de OA y el mensaje de OA de recuperación de la compulsión
por la comida por medio de los doce pasos.
La tradición diez acerca de concentrarnos en nuestro mensaje y evitar
controversias es una de la que los comedores compulsivos podemos aprender
mucho. Se resume en el lema "Vive y deja vivir". Vemos que podemos vivir
vidas mas felices y efectivas cuando centramos nuestra atención en hacer la
voluntad de nuestro Poder Superior día tras día en vez de en los conflictos.

¿Estamos practicando la tradición diez?

¿Damos alguna vez la impresión de que hay una “opinión de OA” sobre dietas?

¿Sobre clubes de dietas? ¿Sobre médicos de dietas? ¿Sobre píldoras de dieta?

¿Sobre psiquiatras o terapeutas?

¿Sobre centros de tratamiento de desórdenes alimenticios?

¿Sobre iglesias o religiones?

¿Sobre nutrición?

¿Sobre planes de comida?

¿Sobre ejercicio?

¿Sobre vitaminas?

¿Sobre el azúcar?

¿Sobre los grupos de doce pasos?

¿Ridiculizamos algunos de estos temas o mostramos falta de respeto?

¿Podemos compartir honestamente nuestra experiencia personal relativa a ellos

sin mencionar nombres o dar la impresión de que estamos manifestando la
opinión de OA?

Tanto en el formato como en las costumbres del grupo, ¿tiene nuestro grupo
cuidado de no dar a entender que OA tiene una opinión acerca de cualquiera de
ellos?

¿Encontramos OA más interesante cuando hay una chispa de controversia en el

grupo? ¿Alguna vez introducimos temas ajenos simplemente para que la gente
reaccione?

¿Tenemos miedo de hablar a favor de la décima tradición cuando oímos a alguien

relacionar a OA con asuntos ajenos?

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¿Usamos alguna vez nuestro contacto íntimo con amigos de OA para propagar
asuntos ajenos a OA?

¿Podemos seguir compartiendo la Hermandad de OA – e incluso una amistad

íntima – con gente que no comparte nuestra opinión? ¿Nos centramos en nuestros
lazos de unión, más que en las diferencias?

La tradición diez nos libera para concentrarnos en la recuperación de la

compulsión por la comida sin los conflictos que parecen desencadenarse en el
mundo que nos rodea. Muchos de nosotros hemos sido arrastrados por la
emoción de los conflictos. Desde luego, ninguna persona o grupo puede vivir
completamente libres de conflictos, pero en OA aprendemos que podemos vivir,
e incluso desarrollarnos, con un mínimo de disensiones OA tiene bastante emoción
que ofrecer, mientras vemos a comedores compulsivos recuperarse por el milagro
de los doce pasos. Esto no podría suceder si permitiéramos convertir nuestra
Hermandad en una plataforma de debates. Por esta razón, la décima tradición de
no tener opinión acerca de asuntos ajenos es una nuestras costumbres mas
cuidadas en OA

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TRADICIÓN ONCE

“Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la

atracción que en la promoción, y debemos mantener siempre
nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio, la
televisión, el cine o cualquier otro medio de comunicación
pública”

En OA hemos encontrado por fin esperanza, un camino que nos lleva lejos de
la comida y de la compulsión por la comida. Llenos de entusiasmo por el
programa de OA, muchos de nosotros queremos hablar de OA a todos aquellos
que están comiendo compulsivamente. Llevar el mensaje es, después de todo,
una parte importante de los pasos y el propósito primordial de la hermandad
de OA. La tradición once nos da algunas guías para pasar el mensaje de OA,
guías de las que todos los miembros necesitan ser conscientes cuando empezamos
a compartir nuestro programa con gente de fuera de OA.
La primera sugerencia es que hagamos publicidad de OA al público en general
sin promocionarla. Así pues, utilizamos los medios públicos de comunicación-
radio, televisión, periódicos, tablones de anuncios, anuncios en el listín telefónico,
notas en los boletines, películas, exposiciones en ferias de salud, etc.- para
facilitar información objetiva acerca de nuestro programa.
Queremos que la gente sepa lo que es OA y como puede encontrar nuestras
reuniones. En esa publicidad, sin embargo, no promocionamos a OA con
llamamientos personales, recomendaciones de celebridades, o con alguno de
tantos otros medios de persuasión.
Usar los medios de comunicación de esta forma no-profesional permite a OA
atraer hacia si misma a aquellos que están dispuestos para aprovecharse de
lo que nosotros tenemos que ofrecer. Pocos de nosotros, de los que formamos
ahora parte de esta hermandad probamos OA la primera vez que oímos acerca de
ella. Podíamos estar necesitando este programa entonces, pero nos costó un
tiempo a algunos de nosotros decidirnos a venir y estar dispuestos a
trabajar los pasos. Hasta que no estuvimos dispuestos, nadie nos habría
podido "vender" este programa. De la misma forma que todo esto sucedió con
respecto a nosotros, así sucede también con otras personas que se pueden
beneficiar de OA. Pasamos mejor el mensaje cuando compartimos francamente lo
que es OA y cual ha sido nuestra experiencia, sin tratar de decir a los
demás que ellos necesitan la misma clase de recuperación que nosotros. Al
respetar la undécima tradición, respetamos el derecho de otros a elegir OA
por ellos mismos.
Esta es la política de relaciones públicas para la hermandad de OA. Hacemos
todo lo que podemos para decirle a la gente lo que es OA, como funciona, y
donde nos reunimos. No publicamos fotografías de "antes y después" de

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nuestros miembros en los medios publicitarios. No prometemos una rápida
pérdida de peso o garantizamos los resultados. No tenemos gente famosa que
se ponga delante del público para hablar de su éxito con el programa e
invitar a otros a que se nos unan.
De hecho la tradición once establece que todos los miembros individuales
mantengan su anonimato personal cuando hablen de su pertenencia a OA en
cualquier medio público de comunicación. Para respetar la tradición once aquellos
de nosotros que escribimos libros o somos entrevistados por un periódico o una
estación de radio o canal de televisión tenemos dos opciones. Podemos evitar decir
que somos miembros de OA (incluso aunque digamos que somos comedores
compulsivos). En ese caso somos libres de usar nuestros nombres completos o
mostrar nuestros rostros. Aquí el énfasis está en el individuo, y no nos conectamos
públicamente con el programa de OA.
Nuestra otra opción es salir e identificarnos como miembros de OA. Cuando
hacemos esto nos aseguramos de que nuestros rostros no se ven ni nuestros
apellidos se dicen. Cuando tenemos cuidado de respetar la tradición once de esta
forma, el énfasis se centra en OA, mas que en nosotros mismos. Al tratar con los
medios de comunicación, algunas veces cometemos el error de suponer que los
entrevistadores y los fotógrafos conocen ya la tradición de anonimato de OA.
Muchos profesionales de los medios de comunicación tienen solamente un
conocimiento superficial acerca de OA. Es asunto nuestro explicarles la onceava
tradición y pedirles que nos ayuden a proteger nuestro anonimato. Cuando
nosotros escribimos acerca de la hermandad de OA para los medios de
comunicación o en libros, no nos identificamos como autores con nuestro nombre
completo. (1)
No es por casualidad que la palabra Anónimo es parte de nuestro nombre. El
anonimato personal a nivel público muestra al mundo que tomamos muy en serio
esta tradición, y que otros se pueden unir a nosotros y estar seguros de que su
anonimato será mantenido en privado.
Algunos de nosotros hemos protestado, "Yo no tengo nada que esconder. La TV
es un medio visual, y los recién llegados se sentirán atraídos por mi perdida de
peso y mi historia. Además, no me preocupa quien pueda saber que soy un
miembro de OA"
Esto puede ser cierto, pero pasa por alto que OA es un programa espiritual.
Cuando una persona asume el papel de un portavoz de OA, su acción plantea
problemas de una índole espiritual a ese individuo y a la Hermandad de OA.
Plantea problemas al miembro individual porque no tenemos ningún valor
espiritual duradero que ganar- y quizás si mucho que perder- por dar publicidad a
nuestra recuperación en OA. Cuando ignoramos la undécima tradición nos
separamos de los otros miembros de OA para poder representar el papel de
portavoz. Ser "estrellas" puede ser divertido, pero inevitablemente nuestro estatus
estelar nos aísla. Luego tenemos muchas dificultades en poder pedir ayuda a
otros miembros de OA cuando lo necesitamos. La humildad es una de las
cualidades esenciales que debemos desarrollar para podernos recuperar de la
compulsión por la comida. Mantener nuestro anonimato a nivel de los medios de
comunicación es una forma en la que practicamos la humildad. Es una forma en la
que dejamos nuestra ambición personal para poder mantenernos en una buena
condición espiritual.
Aquellos que no respetan nuestra undécima tradición causan un perjuicio al

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espíritu de la hermandad de OA que es esencial para nuestra curación. Tales
violaciones del anonimato pueden llevar el nombre de OA ante el público, pero
inevitablemente pueden causar celos entre los miembros de OA y una competición
buscando recompensas publicitarias y económicas. Al mismo tiempo, la ruptura
del anonimato representa de una forma equivocada a la hermandad de OA ante el
público al poner las personalidades antes que los principios. Ellas implican que la
recuperación personal de un miembro o la recaída se une al "éxito" o "fracaso" de
OA. La tradición once nos ayuda a asegurarnos de que no dañamos la
Hermandad de OA en nuestros equivocados intentos de promocionarla.
La insistencia de OA en el anonimato personal y nuestro rechazo a promover
nuestro programa por medio de celebridades u otras técnicas de persuasión
hace a OA única entre los programas para los comedores compulsivos. Por medio
de nuestra experiencia en OA aprendemos que no siempre tenemos que estar
promocionándonos tanto a nosotros mismos como nuestros puntos de vista
ante otras personas. En otros momentos podríamos haber temido no ser
apreciados o amados si no procurábamos decirles a otros acerca de nuestros
logros profesionales. Ahora podemos liberarnos de esos miedos y hacer
tranquilamente la voluntad de Dios, confiando que el respeto y la consideración
que realmente necesitamos vengan a nosotros una vez que dejemos de tratar de
conseguirlo.

¿Cómo practicamos la undécima tradición?

 
¿Cómo da a conocer nuestro grupo su lugar de reunión y su horario a los
comedores compulsivos que puedan querer asistir?

¿Cómo informa nuestro grupo – o apoya a nuestro Inter. grupo cuando hace
información pública – sobre el programa de OA?

¿Es nuestra recuperación en OA lo suficientemente atractiva para atraer a

otros comedores compulsivos a OA?

¿Hablamos de OA con tanto fanatismo, o tan a menudo, que la hacemos poco

atractiva a la gente de nuestro alrededor?

¿Tenemos cuidado en ocultar  los rostros y los nombres de los miembros en

cualquier noticia cuando hablamos de OA con periodistas o escribimos algo
nosotros mismos?

¿Nuestro grupo o Inter. grupo facilita información sobre nuestra tradición once a
los medios de comunicación de nuestra área? ¿Les pedimos que mantengan el
anonimato de todos los miembros en sus reportajes sobre OA?

¿Estamos dispuestos a hablar de la undécima tradición siempre que veamos que

es ignorada?

"Atracción mas que promoción" Es bueno para nosotros y esencial para la

hermandad de OA. Nuestra recuperación individual, lo mismo que la unidad del
grupo y su efectividad, depende de esta clase especial de relaciones

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públicas. La onceava tradición está basada en la fe en nuestro programa y en
ese Poder Superior a nosotros que guía a los comedores compulsivos hasta
nuestras puertas. Todo lo que tenemos que hacer es dejar que los hechos
sobre OA y sus principios sean conocidos. Podemos depender de nuestro Poder
Superior y de este programa milagroso para atraer a aquellos que puedan
beneficiarse de lo que OA tiene para ofrecer. Cuando mantenemos nuestro
tradición de anonimato aseguramos que OA seguirá siendo una Hermandad
espiritual, apoyándonos a todos nosotros en nuestra recuperación. (2)

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TRADICIÓN DOCE

"El anonimato es la base espiritual de estas tradiciones,

recordándonos siempre que debemos anteponer los principios a
las personalidades"

Vivir de acuerdo a las doce tradiciones de OA hace necesario que adoptemos

unas actitudes que al principio pueden parecernos raras a muchos de
nosotros. Por ejemplo, colocamos el bienestar del grupo de OA por encima de
nuestros propios deseos. Renunciamos a nuestras aspiraciones de dirigir a
nuestro compañeros en la hermandad. Damos la bienvenida en nuestras
reuniones a todas las personas que desean dejar de comer compulsivamente, no
importa lo que pensemos o sintamos sobre ellos. Renunciamos a nuestra
dependencia de las autoridades o estructuras de poder, junto con nuestras
ambiciones para subir a lo alto de unos peldaños imaginarios de OA. Cesamos
en nuestros intentos de utilizar OA para promocionar nuestras asuntos y
empresas ajenas favoritas. Pagamos nuestra parte y dejamos de esperar que
otros mantengan a OA funcionando sin nuestra ayuda. Renunciamos a todas las
aspiraciones de ganar un estatus profesional como miembros de OA.
Renunciamos a toda ambición de que algún día seremos aclamados públicamente
por nuestra recuperación o servicio en OA.
Detrás de todas estas actitudes de auto sacrificio está solamente un
fundamento espiritual, tan importante para nuestras hermandad que es parte
de su nombre: anonimato. Sin una base, ninguna casa se puede sostener. Es
muy importante que todos nosotros comprendamos y respetemos el anonimato si
OA ha de sobrevivir y nosotros hemos de encontrar aquí la recuperación.
Nuestra experiencia con los muchos aspectos del anonimato empieza cuando
entramos por la puerta como recién llegados. En ese punto puede que muchos
de nosotros no queramos que nadie mas sepa que estamos viniendo a OA o cómo
nos sentimos realmente con respecto a nosotros mismos. En OA encontramos un
puerto, un lugar en el que compartir nuestros sentimientos y experiencias
con otros seres humanos que también sufren de la enfermedad de la compulsión
por la comida. Cuando todos respetamos el anonimato de todos los demás,
podemos confiar en que nadie de fuera de estas salas sabrá que estamos
viniendo a OA a no ser que nosotros mismos lo digamos. Por ser este un
programa de principios, no de personalidades, esperamos que lo que nosotros
compartimos aquí no será motivo de cotilleo o juicios, ni dentro ni fuera de OA.
Sin embargo el anonimato significa mucho mas para nosotros que simplemente
no cotillear. La calidad de nuestra recuperación en último término depende
de la comprensión del anonimato como un principio espiritual, y cómo este
principio nos hace capaces de cambiar.
Muchos de nosotros llegamos a OA cargando con el exceso de equipaje de mucha
vergüenza y orgullo. Estamos avergonzados por haber sido incapaces de
controlar por nosotros mismos nuestra comida, y sin embargo somos demasiado

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orgullosos para admitir que necesitamos ayuda con nuestro comer y nuestras
vidas. Para poder recuperarnos, vamos a tener que dejar la vergüenza y el orgullo
para  así poder acudir a otros en busca de ayuda. Al practicar el anonimato,
empezamos este proceso de soltar riendas.
Ser anónimo en OA significa ser uno entre muchos, aceptarnos a nosotros mismos
como ni peores ni mejores que nuestros compañeros. Esta aceptación nos coloca
en un estado de humildad. Nos dispone para ser enseñados. Nos encontramos a
nosotros mismos escuchando atentamente a personas cuyos apellidos no
conocemos. Pueden ser mas jóvenes que nosotros, o tener menos éxito según unos
estándares materiales. Pueden venir de diferentes ambientes. Escuchamos porque
nos identificamos con ellos. Hemos descubierto que simplemente pueden decir
algo que sea clave para nuestra recuperación.
Con mas frecuencia de lo que parece, vamos a las reuniones con solo nuestros
nombres de pila, no porque nos sintamos embarazados acerca de nuestra
pertenencia a OA, sino porque los apellidos realmente no son importantes
para nosotros aquí. Los miembros de OA pueden ser famosos o desconocidos.
Podemos haber conseguido muchas cosas, o, solo unas pocas, mucho dinero o
poco. Al practicar nuestra tradición del anonimato, afirmamos una verdad muy
importante. En OA todos estamos en un mismo pie de igualdad - reducido a la
impotencia a causa de nuestra compulsión por la comida y liberados en la
recuperación por este programa milagroso. Dinero, inteligencia, y estatus,
no significan ninguna diferencia en nuestras posibilidades de recuperación.
Anonimato no es lo mismo que secreto. Como el panfleto de OA, Las
Herramientas de Recuperación dice, "No es una ruptura de anonimato utilizar
nuestro nombres completos dentro de nuestro grupo o cuerpos de servicio".
(1) Muchos de nosotros hemos descubierto que nuestro trabajo de servicio en
OA se hace mas fácil cuando nos identificamos completamente, y hace mas
fácil a los demás llegar hasta nosotros cuando necesitamos ayuda. Mientras
que hacemos lo imposible para evitar el cotilleo, tenemos que recordar que
"no es una violación del anonimato hacer una lista de paso doce para los
miembros del grupo que tienen problemas, siempre que tengamos cuidado en
abstenernos de discutir cualquier información personal específica". (2) Por ejemplo,
podríamos poner en la lista de dicha ayuda sin romper el anonimato
de una persona diciendo, "¿Has hablado últimamente con Mary? Le iría bien una
llamada de teléfono".
Debemos recordar también, que no todos los miembros dejan el hábito del
cotilleo inmediatamente cuando entran por las puertas de OA, y que puede haber
recién llegados presentes que no están familiarizados con las tradiciones. De
forma que lo mejor puede ser compartir de forma general en las reuniones y
guardar los detalles mas íntimos para nuestros padrinos u otras personas en las
que hemos aprendido a confiar en OA. Aquellos que han recorrido el camino de los
doce pasos antes que nosotros conocen la confianza sagrada de recibir inventarios
personales y la importancia del anonimato. Muchos de nosotros encontramos que
la aceptación incondicional y confianza que surge de la práctica del anonimato nos
abre los unos para los otros de forma que nunca habíamos experimentado antes.
Cuando respetamos la tradición doce, a ninguna persona o grupo de personas
se les da nunca un estatus especial en OA. Nuestros líderes no reciben honores
especiales; son simplemente nuestros fieles servidores. Cuando aplaudimos la

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pérdida de peso de alguien o celebramos aniversarios de abstinencia en nuestras
reuniones, no significa que estamos señalando a estas personas para su gloria.
Significa que nos estamos regocijando por la recuperación de un compañero
comedor compulsivo. El miembro de OA que está abstinente de la compulsión por
la comida no es mas importante que el miembro que está en recaída. Los recién
llegados y los jóvenes comparten en nuestras reuniones de la misma forma que lo
hacen los "más mayores" de OA. A algunos miembros se les invita a hablar frente
a grandes grupos de OA pero eso no les hace mas importantes que cualquier otro
en la Hermandad. Después de compartir, generalmente se sientan entre la gente y
escuchan al siguiente conferenciante. Quieren aprender todo lo que pueden, y
nunca saben a quien puede elegir el Poder Superior para que les enseñe.
En OA aprendemos que nuestra recuperación nos llega por medio de los
principios del programa, no por las personalidades. Descubrimos que podemos
aprender de y trabajar en armonía con personas cuyas personalidades nos
desagradan, en tanto que nos centremos en los principios de OA. Muchos OAs
hemos tenido la experiencia de escuchar de labios de compañeros miembros a
los que detestábamos de corazón las palabras que nos habían salvado cuando
estábamos confusos.
Muchos de nosotros hemos tenido también la experiencia de poner a ciertos
miembros en un pedestal, solo para verlos resbalar o caer. A veces hemos tratado
de construir nuestro programa alrededor de una persona que admirábamos, un
padrino o un conferenciante. Inevitablemente llegó el día en que esa persona nos
falló en algún sentido, y nuestra recuperación se vio amenazada. Entonces fue
cuando aprendimos la importancia de colocar los principios antes que las
personalidades. Hemos descubierto a través de años de experiencia que los
principios de OA son a prueba de fallos. Son la sólida base sobre la que podemos
edificar vidas plenas de significado
A lo largo de los años nuestra Hermandad ha aprendido lo importante que es
resaltar estos principios salvadores mas que las personalidades cuando
planeamos convenciones y otros acontecimientos especiales. En el pasado, los
Inter. grupos han invitado a miembros de OA que son muy conocidos como autores
de libros, oradores, o expertos en desórdenes alimenticios para hablar en
eventos especiales. Los Inter. grupos "subrayaron" esos nombres en los
folletos y en los boletines. En algunos casos, cientos de comedores
compulsivos acudieron al escuchar la "palabra" conferenciante. Era un
beneficio a corto término pero, con el tiempo, surgieron los problemas.
Algunos de estos oradores estaban mas interesados en la autopromoción que en
los principios del programa. Algunos se aprovecharon de su estatus de estrella
para colocar sus propios libros y programas de tratamiento. Algunos miembros
que todavía estaban luchando pusieron su confianza en estos individuos, mas que
en los principios del programa. En una ocasión, surgieron rumores de abusos
personales. Como los Inter. grupos que organizaban los actos habían utilizado
estos miembros famosos como atracciones estelares, les resultó difícil prevenir
tales rupturas de las tradiciones.
Después de años de estas dificultades, los delegado a la Conferencia de
Trabajo del Servicio Mundial de 1990 votaron sugerir que "Inter. grupos,
grupos individuales, o cualquier otro cuerpo de servicio organizador se
abstuvieran de publicar los nombres o títulos de los oradores/líderes en los actos
de OA en todo el material (folletos, boletines, etc.)".(3)

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El anonimato fomenta la humildad y previene del resurgimiento de ese ciego
ego que lleva a la compulsión por la comida en exceso. Prevenidos por
nuestras tradiciones de colocarnos a nosotros mismos o a otros en una
posición de distinción dentro de nuestra Hermandad, encontramos mas fácil
para cada uno de nosotros ser simplemente parte del grupo. Ser una parte del
grupo es esencial para recuperarnos de nuestra enfermedad de aislamiento.
Significa apoyar y ser apoyados por nuestros compañeros miembros de OA y
compartir abiertamente las alegrías y los retos de nuestras vidas. Hay cosas
que nunca podríamos atrevernos a hacer en un grupo en el que estuviéramos
tratando de hacernos populares
Así pues, es para fomentar nuestra propia recuperación que cultivamos la
actitud de humildad implícita en la tradición doce. Mientras seguimos
creciendo espiritualmente, empezamos a perder nuestro deseo de prestigio en
OA y en otras áreas de nuestras vidas. Es una satisfacción suficiente estar
en recuperación- funcionando plenamente y contribuyendo como seres humanos.
Y sabemos que no podemos atribuirnos el mérito de ello incluso. Compartimos
el crédito con el Poder Superior y nuestros compañeros miembros de OA que
nos han apoyado y enseñado tanto. También aceptamos la responsabilidad por
nuestras acciones, mirando solo a nuestras faltas y no haciendo el
inventario de nadie excepto el nuestro

¿De que formas actuamos para colocar los principios antes que las
personalidades?

¿Nuestro grupo informa siempre a los recién llegados sobre el significado y

la importancia del anonimato en OA?

¿Tenemos cuidado de no dar los nombres de los miembros de OA, incluso dentro
de la Hermandad?

¿Repetimos alguna vez algo personal que hemos escuchado en las reuniones o
de otros miembros?

¿Damos el mismo valor a todos los miembros por igual, o tratamos a algunas
personas como estrellas o “gurús”?

¿Nuestro grupo apoya y confía en nuestra conciencia de grupo, o permitimos

que alguna o algunas personalidades fuertes manejen las cosas?

¿Defendemos los principios de OA, sin importar quien pueda disgustarse?

¿Alguna vez nos sentimos tentados a considerar el “éxito” en OA como un

vehículo para el estrellato personal?

¿Usamos el anonimato para fomentar el propósito fundamental de OA,

permitiendo que la identidad de los miembros sea conocida dentro del grupo
para que nos puedan invitar para hacer el trabajo del paso doce?

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 TRADICIONES CCA

¿Cuál es la importancia real de cada individuo en la Hermandad de OA?

Según nos vamos recuperando en OA, llegamos a creer que el anonimato es una
de nuestras mas preciadas posesiones. El anonimato es el fundamento
espiritual de nuestras vidas transformadas, al igual que de las tradiciones
de OA. Somos comedores compulsivos, viviendo en recuperación, ya no mas
esclavos de la comida. Sabemos que el apoyo para nuestra recuperación estará
siempre ahí para nosotros, siempre que recordemos poner los principios antes
que las personalidades, respetando estas vitales doce tradiciones que nos
unen a todos en la Hermandad de OA.

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