- Amalgama fue compuesta por Jose M. García Laborda para el saxofonista Manuel Miján y explora una variedad de técnicas para saxofón y piano, incluyendo diferentes escalas, métricas, y combinaciones de los dos instrumentos.
- La obra no tiene una forma estricta sino secciones fluidas conectadas por motivos musicales recurrentes.
- Amalgama representó un desafío técnico para saxofonista al momento de su estreno y sigue siendo interpretada hoy en día gracias a su calidad musical.
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- Amalgama fue compuesta por Jose M. García Laborda para el saxofonista Manuel Miján y explora una variedad de técnicas para saxofón y piano, incluyendo diferentes escalas, métricas, y combinaciones de los dos instrumentos.
- La obra no tiene una forma estricta sino secciones fluidas conectadas por motivos musicales recurrentes.
- Amalgama representó un desafío técnico para saxofonista al momento de su estreno y sigue siendo interpretada hoy en día gracias a su calidad musical.
- Amalgama fue compuesta por Jose M. García Laborda para el saxofonista Manuel Miján y explora una variedad de técnicas para saxofón y piano, incluyendo diferentes escalas, métricas, y combinaciones de los dos instrumentos.
- La obra no tiene una forma estricta sino secciones fluidas conectadas por motivos musicales recurrentes.
- Amalgama representó un desafío técnico para saxofonista al momento de su estreno y sigue siendo interpretada hoy en día gracias a su calidad musical.
- Amalgama fue compuesta por Jose M. García Laborda para el saxofonista Manuel Miján y explora una variedad de técnicas para saxofón y piano, incluyendo diferentes escalas, métricas, y combinaciones de los dos instrumentos.
- La obra no tiene una forma estricta sino secciones fluidas conectadas por motivos musicales recurrentes.
- Amalgama representó un desafío técnico para saxofonista al momento de su estreno y sigue siendo interpretada hoy en día gracias a su calidad musical.
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Análisis
Amalgama, de Jose M. García Laborda ,surge del encuentro en
Murcia del compositor con el saxofonista Manuel Miján, ya ambos se encontraban entonces dando clases como Profesores en el Conservatorio de esta ciudad. La obra fue estrenada por el citado saxofonista el 22 mayo de 1989 en el curso de un programa radiofónico en directo para RNE.
Características musicales
Como ya hemos citado al hablar de la obra de García Laborda, a
partir de finales de los ochenta el compositor empieza a demostrar uno de los rasgos de su estilo compositivo en esos años : cierto automatismo espontáneo, derivado de una inspirada inventiva y del dominio de unos recursos compositivos característicos, a los que no son ajenos ciertos procedimientos seriales libres (especialmente una escala de dos hexacordos complementarios). Al igual que muchas otra obras, Amalgama fue gestada en un breve período de tiempo, y de ello deviene una especial frescura e inventiva melódica
Cita el autor: “Amalgama” es una palabra derivada de la química y
que significa combinación, unión o mezcla de dos elementos. Este término se emplea también en la métrica musical, bajo la denominación de metros binarios y ternarios. Me pareció muy adecuada este título para reflejar las diversas combinaciones que aparecen en mi composición musical”. Pero el término no sólo aporta una propuesta verbal a la obra; en una breve explicación, Laborda mismo demuestra en su partitura los siguientes parámetros que derivan de la amalgama de los instrumentos.
- Una combinación de dos escalas modales elaboradas a partir de
planos armónicos que combinados entre sí dan por resultado un cromatismo parcial de 10 sonidos: a) do, do#, mi, fa#, sol y sib; b) re, mib, fa#, sol#, la y do. Cada modo aporta seis sonidos organizados sobre dos células interválicas similares (segunda menor, tercera mayor) - Una combinación de dos unidades métricas: 3/8 y 2/8 que aparecen como elemento de disolución del transcurso musical. - Una combinación de dos notaciones: métrica tradicional y notación libre - Una combinación de dos materiales: material fijo derivado de los modos y material indeterminado que opera en contraste. Como podemos ver, todos los elementos se amalgaman y al igual que en Bisonante, se establece un diálogo libre de jerarquías entre los dos instrumento. Pasemos ahora a un análisis más concreto.
La obra tiene una disposición formal bastante libre y aunque
tampoco haya elementos sobre los que extraiga el discurso de una forma metódica, sí es cierto que determinados giros melódicos o disposiciones métricas valdrán como células motívicas para enlazar unas secciones con otras.
Estudio Formal
En el primer compás un rápido giro melódico del saxofón presenta el
material interválico tipo a y ello es respondido por el piano de forma vertical. En el tercer compás observamos la misma disposición del motivo anterior pero modificado por el sobreagudo del saxofón, el trémolo de piano y el final “a solo” del saxofón. La nota que crece del saxofón, da la entrada a un rápido pasaje en cinquillos del piano que el saxofón interrumpe con un motivo cuyo elemento expresivo peculiar es el contraste brusco de dinámica en muy breve tiempo. A continuación el pasaje del piano realiza una progresión con el motivo levemente variado en su interválica y alcanza el registro agudo del instrumento. Aparece por primera vez en el saxofón los compases 2/8, 3/8 que interrumpen al piano. Su procedencia motívica podría partir del final del quinto compás. A continuación un pasaje donde piano y saxofón se alternan un motivo precedente del piano al que se le sustraen, añaden, o modifican rítmicamente, da paso a una posible segunda sección, compás 20.
Todo ello deriva de que mientras que si anteriormente el hexacordo
sobre el que estaban construidas todas la relaciones interválicas era el tipo a, aquí aparece por primera vez un material con tipo b. El piano realiza un motivo sincopado también nuevo en la mano derecha, que es coloreado con una talea rítmica 3-3-2 de semicorcheas que descienden cromáticamente en su mano izquierda. El saxofón, responde a unísono, después del agregado de notas del piano. Algunas interrupciones de los compases 2/8 y 3/8 se suceden en las varias repeticiones que este motivo suscita. El piano realiza intervenciones esporádicas, remarcando el ritmo del motivo con agregados del hexacordo, hasta el compás 34. Aquí un pasaje en seisillos ascendente con la combinación de los dos hexacordos, finaliza con la talea anterior en forma acórdica descendente. Tres compases 3/8-2/8-3/8 nos llevan a una tercera sección de carácter totalmente libre, casi improvisatorio.
En esta nueva sección (aproximadamente del compás 40 al 60) el
material se dispersa y aparecen motivos precedentes sin un hilo temático claro: motivo de dinámica contrastante, figuración rítmica del piano que parece aludir a los compases de amalgama tan recurrentes, mordente que descansa sobre nota larga del inicio y motivo en compás 50 de la segunda sección en el saxo. En el compás 61, continua la variación progresiva sobre elementos anteriores pero de una forma más lineal. Así encontramos, el motivo inicial de la obra en el compás 61 pero con la interválica tipo b o la disminución rítmica del motivo de la segunda sección en el compás 62 en el piano. Tras un descenso cromático con la el nuevo motivo rítmico en el piano, el saxofón primero invirtiendo el motivo rítmico del piano y luego con un cinquillo que asciende hasta un re# sobreagudo llegamos a la cuarta sección, muy contrastante con respecto a las anteriores.
La cuarta sección, de carácter melódica y una textura clara de
melodía acompañada, tiene dos partes diferenciadas. La primera va del compás 73 al 86, la segunda del 90 al 104. En la primera, el saxofón, sobre un ostinato en negras del piano, realiza una melodía de carácter neomodal. El piano con su mano derecha, responde con una imitación a partir del compás 76. Dos compases de amalgama con un multifónico del saxofón interrumpen la melodía y el piano, todavía con el ostinato, toma ahora la iniciativa con un tema de carácter más reflexivo. El saxofón realiza un acompañamiento en seisillos descendentes en base a la interválica a. De nuevo los compases de amalgama interrumpen el discurso, aunque aquí deberíamos hablar mejor de generadores de forma puesto que establecen una separación sólida entre las dos partes bien diferenciadas de la cuarta sección.
En la segunda parte el saxofón, con el motivo inicial de la obra
realiza una melodía cuyo carácter tiene relación neomelódica con la primera parte de esta cuarta sección. La interválica ahora surge de la combinación de los hexacordos que suponen una progresión de una segunda mayor ascendente con respecto al motivo del inicio de la obra. El piano aporta un tapiz impresionista con sucesión de acordes mayores cuya distancia de las fundamentales es una quinta disminuida. De nuevo los compases de amalgama en los compases 99, 100, 101 funcionan como interruptores del discurso. Todo ello alcanza hasta el compás 105, aquí se suceden dos breves episodios a solo entre saxo y piano que nos conducen a la cadencia.
La cadencia conlleva la peculiaridad de ser conjunta entre ambos
instrumentos. En ella el autor trabaja diferentes articulaciones sobre notas largas en el saxofón, inserta multifónicos y motivos muy rápidos con grandes saltos interválicos. Observamos también un pequeño bucle aleatorio de 10 segundos entre los dos instrumentos con la interválica conjunta. El saxofón realiza sus notas desde una disposición lineal y el piano de forma vertical. Los compases de amalgama también tienen su cabida: sobre un multifónico sostenido por el saxofón, el piano realiza los motivos rítmicos que lo caracterizan. Una coda pone punto y final a la partitura. El piano inicia un ostinato sobre tresillos de semicorchea, a la que se une el saxofón en progresión melódica con una pequeña variante al final de cada compás que le hace subir hasta un sol sobreagudo. A continuación el saxofón desciende, primero en glissando desde un la sobreagudo, rítmicamente para luego ascender hacia los dos últimos compases, los de amalgama, que ponen fin a la obra Consecuencias para el repertorio
Amalgama supone un reto para cualquier saxofonista. En ella se dan
cabida prácticamente todas las posibilidades instrumentales. Es ciertamente una obra redonda como lo atestigua que todavía se interprete y haya sido grabada varias veces por diferentes saxofonista, entre ellos el destinatario.
Su fecha de composición la empareja, además de por su calidad, con
Bisonante, como repertorio primerizo de un instrumentos ya no en ciernes en cuanto a un repertorio contemporánea de calidad. De todas formas, todavía podemos observar en obras como Amalgama una exploración sistemática de los recursos. El lenguaje saxofonístico comenzaba a ser conocido y comprendido por los compositores gracias a la labor entre otros de su destinatario que tantas obras ha estrenado, ya no solo como solista, sino como miembro de diferentes cuartetos (“Orpheus” y “Cuarteto Español de Saxofones”)