Biodiversidad 1 Uno-32-47 Eckart Boege PDF

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De la conservación de facto

a la conservación in situ

H
ay dos formas por lo menos para conservar la diversidad biológica: una que confina la vida
silvestre a áreas determinadas en un mar de páramos de agricultura industrial y otra mile­
naria que proviene de una larga tradición de intervención humana cuyos patrones de uso
de los ­recursos han propiciado, beneficiado y mantenido la diversidad biológica. Esta tesis subyace
en el artícu­lo 8 inciso J del Convenio sobre Diversidad Biológica (cdb) que se refiere a los usos y co­
nocimientos tradicionales de las comunidades indígenas y “locales”.
La biodiversidad y la agrobiodiversidad son dos componentes que permiten analizar los territo­
rios de los pueblos indígenas como prioritarios para la conservación y el desarrollo. En efecto, las
culturas de los pueblos indígenas como “gentes de los ecosistemas” han tenido una práctica cultural
de largo plazo con el medio ambiente. Las técnicas usadas son de bajo riesgo, de modo que aun even­
tos poco frecuentes o extraordinarios, como una secuencia de varios años de sequía extrema, o inun­
daciones, no destruyen el patrimonio ecológico. Este tipo de relación positiva con la naturaleza de
larga duración la llamaremos conservación de facto. La conservación de facto en territorios de los pue­
blos indígenas se refiere a sistemas resilientes, siempre y cuando las condiciones de larga duración lo
permitan. En momentos de exacerbación de la globalización, la resiliencia de los ecosistemas en te­
rritorios indígenas está cuestionada.
Una forma de reducir los riesgos climáticos (sequía, heladas o exceso de lluvias) en la producción
de alimentos ha sido el aprovechamiento de “pisos ecológicos” o de distintos tipos de vegetación en
zonas serranas de México. En zonas de topografía quebrada, las comunidades indígenas han podido
establecerse en territorios que combinan un amplio espectro de condiciones, de modo que en un año
malo para las tierras bajas es posible cosechar en las partes altas; o si la producción agrícola es pobre,
queda el recurso de recolectar alimentos del bosque o de las selvas, además de los proporcionados
por la caza. Por esta razón, la diversidad de paisajes y las estrategias de producción múltiple son los
recursos más importantes de estas antiguas culturas.
Otra forma de reducir el riesgo ambiental es apostándole a la diversidad dentro de una misma par­ce­
la. De este modo, los cultivos múltiples en una área de siembra, como distintas variedades de maíz o

p. 32 Tronco de árbol. 33
El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México

la siembra mixta de cereales con leguminosas, so­ riedades. Al considerar la diversidad biológica
lanáceas y cucurbitáceas permiten que si las con­ como un recurso para su supervivencia y desa­
diciones de una temporada agrícola no son muy rrollo, las comunida­des mesoamericanas se han
buenas para el cultivo principal, aún haya cosecha convertido en “res­guar­dadoras” principales de
de las variedades o especies más resistentes, aun­ una parte importante del patrimonio biológico
que de menor rendimiento. Esta estrategia no da de la Tierra.
excedentes abundantes para el mercado de larga Sin embargo, en las últimas décadas, las po­
distancia. Sin embargo, como cultivos especiali­ líticas de industrialización de la agricultura y el
zados, reconocidos en el merca­do por su singula­ lla­ma­­do desarrollo rural intentaron fomentar la
ridad, podrían desempeñar un papel importante, pro­duc­ción mediante técnicas de alto rendi­
como lo hacen los llamados productos orgánicos. miento, estableciendo como estrategia producti­
Es muy común que en zonas de larga tradición va central la especialización a gran escala. Esta
cultural los productores tengan par­­celas con di­ aproximación no incorpora en su diseño el riesgo
versas especies o variedades, a pe­sar de que los ambiental (deterioro de suelos, acceso al agua,
técnicos agropecuarios convencionales insistan contaminación, pérdida de cultígenos no comer­
en que con el empleo de variedades de al­to ren­ ciales), social y aun económico. Respecto a la fac­
dimiento se pueden obtener mayores beneficios tura ecológica que han de pagar las generaciones
económicos. La reducción del riesgo es un ele­ futuras, podemos afirmar que la agri­cul­tu­ra indus­
mento muy valioso en las culturas tradicionales trial de la revolución verde reduce la diversidad
y es común que se pague con una disminución genética de especies y sus variedades, y deteriora
en los rendimientos. Por estas y otras razones, las la capacidad de otorgar servicios ambientales de los
comunidades indígenas en las zonas de culturas agroecosistemas. Las zonas de poca biodiversidad,
tradicionales, como Mesoamérica o los Andes, como el Bajío o La Laguna, se vieron favore­cidas
han resguardado diversos paisajes, especies y va­ por estas políticas. Las zonas de alta biodiversidad
en el sur de México se vieron marginadas.
1
Este concepto fue desarrollado por Kirchhoff en 1943,
Diferenciar entre la conservación de facto, in
a partir de consideraciones de Clark Wissler y Eduard Seler. situ y ex situ es un recurso para indicar que la con­
Las principales características de los pueblos mesoamerica­
nos que Kirchhoff consideró son: 1) utilización de un bastón
servación de facto se refiere a tradiciones de larga
plantador; 2) cultivo del maíz y su transformación en nixta­ duración de manejo o aproximación de la rela­
mal con el empleo de cal, y luego en masa; 3) producción de
papel, aguamiel y pulque a partir del maguey; 4) práctica de la
ción naturaleza-sociedad de los pueblos indíge­
autoflagelación y sacrificios humanos con fines religiosos; 5) nas. Una política in situ debe ser responsabilidad
cultivo del cacao; 6) construcción de pirámides escalonadas
como basamento de los templos; 7) práctica del juego de pe­
explícita de la nación para la conservación y el
lota; 8) fabricación de armas con bordes pétreos; 9) escritura; de­sarrollo de la biodiversidad y la agrobiodiver­
y 10) sociedad jerarquizada (Kirchhoff, 1960). Mesoamérica
comprende cinco zonas geográficas en México: área maya,
sidad. Jarvis et al. (2000), citados en Gil (2006),
que ocupa Centroamérica y el sureste de México; zona de de­finen la conservación in situ como “la conser­
Oaxaca, que abarca ese estado hasta el Istmo de Tehuante­
pec y el sur de Puebla; zona del Golfo, correspondiente a
vación de ecosistemas, hábitat naturales y el
Veracruz y Tabasco; occidente de México, que incluye Gue­ mantenimiento y recuperación de poblaciones
rrero, Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit y partes de Zaca­
tecas y el Altiplano Central, que comprende el estado de
viables de las especies en sus entornos naturales,
México, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos y Querétaro, así como la
porción septentrional de Puebla y el Distrito Federal. Meso­
américa se extiende hasta Centroamérica (Guatemala, Beli­ 2
Declaratoria y presentación de Servicios Ambientales
ce, y parte de Nicaragua, Salvador, Honduras y Costa Rica). de Oaxaca, A.C., Oaxaca, 2002.

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De la conservación de facto a la conservación in situ

Pasiflora. Ninfa, Quintana Roo.

y, en el caso de las especies domesticadas o culti­ res. Esta responsabilidad adquiere una dimen­
vadas, en el entorno donde han desarrollado sus sión específica con los pueblos indígenas, misma
propiedades distintivas”. Agregan que que trataré de dilucidar en el presente trabajo.
Hay varias formas de conservación ex situ, co­
la conservación in situ de los recursos domestica­ mo los jardines botánicos, zoológicos y la genera­
dos se enfoca a los campos de los agricultores co­mo ción de bancos específicos de germoplasma. Es­te
parte de los agroecosistemas existentes, mientras tipo de conservación que se enfoca sobre todo en
que otros tipos de conservación in situ se ocu­pan las especies y en sus variantes es importante, pero
de las poblaciones silvestres que crecen en sus há­ tiene limitaciones graves por su costo, por el aisla­
bitat originales, que constituyen sus “re­ser­­vas ge­ miento de sus ecosistemas y por la inte­rrup­ción
néticas”. La conservación in situ tiene ventajas de los procesos evolutivos en sus con­dicio­nes na­
significativas: 1) la conservación tanto del material turales. Enfoco la atención en este traba­jo en la
genético como de los procesos que originan la di­ búsqueda sistemática para la conservación in situ
versidad; 2) la sustentabilidad de los programas de como política explícita que convoca la conserva­
fitomejoramiento depende en cierta forma de la ción y los saberes ambientales de los que han
disponibilidad continua de variación genética que convivido directamente con los ecosistemas.
pueda mantenerse y desarrollarse en los campos
de los agricultores, y 3) per­­mite la con­ser­vación de 3
Casas (2001) utiliza el concepto ex situ para indicar el
uso de los cultígenos fuera de su ámbito natural original e
un gran número de especies en un solo sitio. inmediato, de manera que aquí se describe una de las condi­
ciones de domesticación y adaptación de las plantas cultura­
les. En este trabajo utilizo el concepto ex situ para la conser­
Se puede agregar que además se cuenta con el vación del germoplasma en laboratorios y en parcelas
conocimiento empírico de millones de agriculto­ especializadas.

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El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México

A partir de la evolución del conocimiento de grupos o especies del mismo ecosistema puede
la biodiversidad, es necesario replantear las prio­ ser muy alto (diversidad beta); la complementa­
ridades y actividades de la bioconservación y riedad entre los fragmentos tiene importancia
asociarlas al concepto de desarrollo sustentable. para la conservación de los bosques y selvas, ya
Para ello es necesario definir qué se entiende que otros grupos de especies, flora, fauna y hon­
aquí por biodiversidad, ya que según la acepción, gos, dependen de la estructura vegetal y podrán
se formulan las políticas para su conservación. tener también una riqueza complementaria, y
1) Un organismo viviente contiene genes que 3) en una escala de paisaje, la diversidad incluye
definen las características específicas de este or­ distintos ecosistemas de vege­tación natural e in­
ganismo. tervenida de bosques y selvas, e inmersas en una
2) Las especies definidas como organismos matriz formada por espacios dedicados a usos del
que pueden reproducirse entre sí, aun cuando suelo agrícola y ganadero permanente o intermi­
existen variaciones en una misma especie. Una tente, y que contribuyen a mantener la biodiver­
especie es producto de miles o millones de años sidad regional; por ello, es muy importante la
de evolución. con­servación de la diversidad biológica de un pai­
3) Los individuos de especies determinadas saje determinado (diversidad gamma). La cuali­
necesitan formar comunidades para que la carac­ dad más importante de la biodiversidad es la de
terística “especie” se conserve, reproduzca o impulsar las trampas de energía complejas y per­
evolucione. Es decir, una especie no se puede fectas, adaptadas a cada condición ambiental es­
definir sólo describiendo al individuo o sus ca­ pe­cífica, y que los desechos generados por el me­
racterísticas específicas. ta­bolismo del sistema se tornan recursos accesibles
4) Las especies por sí solas no pueden sobre­ para el siguiente ciclo energético (dicho sea de
vivir, evolucionar o desarrollarse si no interaccio­ paso, el humano en la época industrial utiliza la
nan en “co-evolución” con otras especies. La energía entrópicamente, lo que quiere decir que
compleja interacción abiótica y biótica, energéti­ en el metabolismo el de­se­cho se vuelve energía
ca, cadenas tróficas, la ubicación, el metabolis­ calórica no accesible al si­guiente ciclo, como pro­
mo, recurso-desecho-recurso, forman ecosiste­ ductos contaminantes que se acumulan en la at­
mas, los cuales son difíciles de delimitar porque mósfera, suelos y mares).
interaccionan en su conjunto. Por ejemplo, hay El metabolismo de los ecosistemas propor­
ecosistemas tropicales húmedos, secos, de bos­ ciona los siguientes servicios ambientales bási­
que templado, de montaña. cos (Millennium Ecosystem Assessment, 2005):
Williams-Linera (2007) describe la diversi­ 1) de soporte (como la capacidad de los ecosistemas
dad biológica en sus tres componentes: 1) se ma­ de capturar la energía solar y convertirla en tejido
ni­fiesta a escala local y se puede medir por la vegetal, o productividad primaria, de la cual de­
rique­za de especies en un área determinada (di­ pen­demos todos los seres vivos); 2) de regulación
versidad alfa); 2) se expresa en la unión de gru­ (regular la composición química de la atmósfera,
pos o especies distintos dentro de los mismos la temperatura global, capacidad de intervenir en
ecosistemas en una “mesoescala”, debido a la el ciclo del agua —evotranspi­ra­ción, infiltración,
heterogeneidad topográfica y ambiental que escurrimiento—, el control de la erosión, control
cambia las condiciones microclimáticas en dis­ de vectores responsables de en­fermedades, cali­
tancias geográficas muy cortas; el recambio de dad del aire); 3) de provi­sión de bienes (agua,

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De la conservación de facto a la conservación in situ

Hoja elegante.

alimen­tos, medicinas y fibras); 4) de con­servación diversidad biológica dentro del enfoque gené­
in situ de acervos genéticos endé­micos domesticados tico tienen objetivos muy específicos, relativa­
(E.B.), y 5) culturales (recrea­ción, educación y men­te fáciles de de­finir. Se ha acusado a las tras­na­
simbólicos, como lugares sagra­dos). ­cionales de fomentar las áreas naturales pro­tegidas
Ante la complejidad de lo que significa la bio­ (anp) para tener acceso monopólico a un acervo
di­­­versidad hay varias aproximaciones y enfoques genético amplio, que podría utilizar la biotecnolo­
posibles para la protección in situ (Johnson, gía. Reforzando esa idea, en México hubo inten­
1995), enfoques que dependen de los objetivos tos para que la compañía bioprospectora Diversa
de la con­­servación: Corporation, con sede en San Diego, California,
1) La aproximación genética. La estrategia junto con la unam revisaran de manera sistemáti­
de conservación para preservar algunas caracterís­ ca los in­ven­ta­rios genéticos en terrenos de pro­
ticas genéticas es una opción limitada a determi­ pie­dad federal (léase áreas naturales protegidas)
nadas especies. Esta aproximación podría apor­ (Nadal, 1999). Con este convenio, en sólo diez
tar información indispensable para el éxito o no años Diversa Corporation hubiese tenido la pro­
de es­pecies raras o amenazadas. También es útil piedad para comercializar las secuencias de adn
para identi­ficar las prioridades en la conserva­ de las especies de interés de prácticamente to­
ción de especies domesticadas relacionadas con das las anp. Afor­tu­na­­da­mente, la alerta ciudada­
sus pa­rien­tes silvestres; en especial, en aquellas na abortó ese esquema de bioprospección. Por
donde se sospecha que existe vulnerabilidad ello, se debe regular de manera decidida la apro­
genética. Las prioridades de conservación de la piación de los recursos biológicos genéticos por

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El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México

cos y sobre todo en laboratorios de conservación


de ger­moplasma como el Centro Internacional
pa­ra el Me­joramiento del Maíz y del Trigo (ci-
mmyt), el Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias (inifap) y el Co­
legio de Pos­graduados de Chapingo, y en menor
grado en ins­tituciones de provincia, entre otras.
El inifap tiene la colección de semillas más im­
por­tante ex situ de México, incluyendo parte del
maíz, frijol, amaranto, chiles y jitomates. Esta
apro­ximación es costosa, ya que requiere de una
amplia infraestructura de laboratorios. Además,
los requerimien­tos de colecta son complejos y
por lo general los intereses científicos sobre los
genes separan la in­ves­tigación de los actores que
generaron y repro­du­jeron por siglos ese germo­
plasma. Así, por ejem­plo, la des­con­textualización
en las colectas de maíz del cimmyt del medio na­
tural y social impide ubicar de manera estraté­
gica la conservación de los agroecosistemas que
lo ge­neró, sus procesos evolutivos y los servicios
ambientales intrínsecos de los ecosistemas como
diversidad biológica. Enfocarse en el germoplas­
ma del maíz responde sólo parcialmente a las ne­
ce­sidades de proteger y desarrollar la agrobiodi­
versidad mesoamericana en su lugar de origen.
Flores de nopal (Opuntia sp.). 2) La aproximación por especies. La unidad
para generar políticas para la conservación de la
intereses de terceros. Por otro lado, sería reduc­ biodiversidad ha sido la idea de número de espe­
cionista plantear que el papel de las anp sea úni­ cies por área determinada. Con frecuencia se se­
camente de reservorios genéticos estratégicos lec­cionan las prioridades de conservación in situ
para los intereses trasnacionales. Para las necesi­ mediante criterios como las “especies bandera”,
dades de conservación local y global, las anp son las “especies en vía de extinción” o “amenazadas”,
importantes para preservar —aunque de modo por ejemplo. Esta selección puede sesgar y res­trin­
parcial— los recursos bio­ló­gicos en los países gir de manera importante las políticas de con­ser­
megadiversos. En ese sen­tido las anp podrían ser va­ción, ya que se realiza sin entender la di­námica
parte de los reservorios ge­né­ticos de recursos bio­ ecosistémica o de comunidades. Las prio­­ridades
lógicos no privatizables re­cu­perados como deto­ para un grupo de especies no ne­ce­saria­mente son
nador de desarrollo del país. importantes para otro grupo taxo­nómico.
La aproximación genética se ha realizado en 3) La aproximación ecosistémica. Este acer­
Mé­xico de manera ex situ por los jardines botáni­ camiento, que podríamos llamar de “protección

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De la conservación de facto a la conservación in situ

de las cajas negras”, poco conoce las dinámicas de aproximaciones provie­nen de disciplinas dife­
conservación de las áreas naturales de libre flujo rentes a las biológicas. La presencia humana en
e intercambio genético y de sus procesos evolu­ todos los ecosistemas y sus partes vitales exige
tivos. La estrategia de conservación in situ me­ una aproximación a ellos co­mo sistemas comple­
dian­­te esta aproximación es sencilla. Una vez jos que dé cuenta de las relaciones de contorno
que se clasifican los hábitat o ecosistemas y se de cada uno de los subsistemas que lo compo­
define su tamaño no sólo se protegen las espe­ nen. Así, los ecosistemas adquieren una dimen­
cies amenazadas (que posiblemente requerirían sión distinta ya que su devenir ha sido modifica­
un tratamiento especial como tales) sino también do por los sistemas de intervención humana
la diversidad general de las especies. Además, se (Millennium Ecosystem Assessment, 2005).
protegen los procesos evolutivos y los servicios Hoy estamos ante un cambio paradigmático
ambientales que estos sistemas proporcionan. de la conservación en el cual se considera que to­
Esta aproximación no requiere necesariamente dos los componentes de un paisaje determinado
del conocimiento de los ciclos completos de las están integrados, de modo que las áreas natura­
interacciones biológicas y geofísicas que les per­ les protegidas y no protegidas forman una unidad
miten sobrevivir, pero presenta dificultades para funcional. La conservación in situ, con una visión
definir y recortar metodológicamente los eco­ integrada, toma en cuenta no sólo las prioridades
sistemas naturales, sus límites y su protección. que exige la conservación biológica, sino que las
4) La aproximación biocultural. El Convenio ubica en los términos culturales, políticos, socia­
sobre Diversidad Biológica ha adoptado el en­ les y económicos que satisfagan las necesidades
foque ecosistémico para abordar tres objetivos, hu­manas básicas. Esta aproximación es compleja
que deben aplicarse estrictamente en todos los y poco explorada, ya que en la fijación de las prio­
ámbitos geográficos: a) conservación regional de ridades de conservación pueden intervenir más
la diversidad biológica; b) utilización sostenible variables que las estrictamente biológicas. Sin em­
de sus componentes, y c) participación justa y bargo, una estrategia de este tipo podría proteger
equi­­tativa de la utilización de los recursos gené­ mejor la megadiversidad de México, esto es, la
ticos (uicn, 2000). Para ello, la Conferencia de diversidad beta, sobre todo en las vastas re­gio­nes
Partes sostiene que es necesario desarrollar siste­ montañosas en donde viven los pueblos indíge­
mas de planificación biorregional a escalas nas y las comunidades campesinas en general.
adecua­das, a partir de los grupos sociales que ha­ Como en todas las otras aproximaciones, lo
bitan y utilizan la diversidad biológica. Los eco­ importante es trabajar en las escalas apropiadas.
sistemas no son unidades biológicas aisladas; el En esta última manera de concebir la conserva­
humano es un componente del ecosistema. El ción podemos ubicar el tema que nos ocupa en
concepto de diversidad biológica involucra este libro: la conservación in situ de la diversidad
genes, especies, poblaciones, comunidades y biológica y agrobiológica en territorios de los
ecosistemas y servicios ambientales vitales. Sin pueblos indígenas de México. En sentido estric­
embargo, el estudio de cada uno de estos aspec­ to, el concepto adecuado para este libro sería in
tos ha crecido con tiempos y ritmos distintos y etno situ (Challenger, 1998).
ha sido fragmentado o especializado en las disci­ En el siglo pasado, los taxónomos de la Es­
plinas de la biología. Paradójicamente, el con­ cuela Mexicana de Biólogos avanzaron a grandes
cepto de conservación y desarrollo y sus distintas pasos en el recuento de la diversidad biológica

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El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México

en México (Toledo y Ordóñez, 1993). La do­cu­ se incluyen en las si­guien­­­tes categorías de protec­
menta­ción de su extraordinaria riqueza permitió ción: Parques Ma­rinos Nacionales, Reservas de la
que los especialistas clasificaran al país entre las Biosfera, Zonas de Refugio Submarino, Áreas de
diez naciones megadiversas a nivel mundial (To­ Pro­tección de la Flora y Fau­na, Área de Protec­
ledo et al., 2001). No obstante, esta noción ha ción de los Recursos Naturales, Santuarios, Zonas
tenido pocas repercusiones en el ámbito social y de Pro­tección Forestal, Parque Nacional, Área de
político, salvo si tomamos en cuenta las áreas na­ Pro­tec­ción de Flora y Fauna Sil­vestres y Acuáti­
turales protegidas. México tiene, por un lado, la ca. Estas distintas categorías de protección tie­
enorme responsabilidad de preservar esta rique­ nen procedimientos administrativos diferencia­
za y, por el otro, el desafío de incorporar esta les (en caso que existan).
megabiodiversidad como uno de los pivotes de En el capítulo referente al análisis de la rique­
su desarrollo. Amplios territorios de los pueblos za de la biodiversidad en territorio indígena se
indígenas son portadores de esta megabiodiver­ puede apreciar que de las 18 727 860 hectáreas
sidad. En este sentido, en combinación con los que tienen las anp federales en el territorio nacio­
conocimientos antropológicos, varios biólogos y nal, 1 467 034 de hectáreas son parte de los terri­
agrónomos han desarrollado una disciplina im­ to­rios de los pueblos indígenas. Es decir, en este
portante: la etnoecología, cuyos exponentes más momento no existe un procedimiento específico
destacados para México, entre muchos otros se­ que eleve a alguna categoría de protección a mi­
rían B. Berlin, Víctor Manuel Toledo, Robert llo­nes de hectáreas en que se encuentran los pue­
Bye, Alejandro Casas, Javier Caballero, Bruce F. blos indígenas. Las anp tienen un conjunto de
Benz, Cristina Mapes, Rafael Lira, Miguel Mar­ variantes que no siempre logran la conservación
tínez Alfaro, Janis Alcorn, Patricia Colunga, ni la integración de las poblaciones locales en la
Daniel Zizumbo, Efraín Hernández X., Rafael adminis­tra­ción de las mismas. A veces, los polígo­
Ortega P., Mauricio Bellón, Abel Muñoz, Alejan­ nos de estas áreas han quedado en el papel o no
dro de Ávila, Arturo Gómez Pompa, etcétera. hay recursos pa­ra ejercer la protección.
Así concebida, la conservación in situ es parte En las anp no se protege territorialmente la
del cambio frente al paradigma científico-comer­ agro­­biodiversidad ni los agroecosistemas creados
cial dominante. En este sentido, las políticas por los pueblos indígenas y campesinos. La ex­
públicas deben admitir el conocimiento de los cep­­ción es la Reserva de la Biosfera de Manan­
pro­ductores y productoras campesinos e indíge­ tlán, única área natural que se creó para proteger
nas en su calidad de actores activos dentro de los el teo­­cintle.
procesos productivos, e incluso como socios en A partir de estos trabajos, el debate respecto
la construcción de un sistema alimentario nacio­ a la conservación de los recursos fitogenéticos in
nal sustentable, soberano y autosuficiente. situ-ex situ ha estado presente en el ámbito acadé­
La conservación in situ que de manera explí­ci­ mico (Ortega et al., 2003a). Sin embargo, a pesar
ta se ha dado en la nación mexicana es el Sistema de que constantemente se ha expresado la ne­ce­
Na­cional de Áreas Protegidas de México (Sinanp) sidad de impulsar la conservación de la agro­bio­
y a nivel estatal y municipal se establecen otras diversidad in situ, defendiendo la postura de Her­
ca­­tegorías de protección. Es­te sistema nacio­nal de nández X., poco se ha hecho en la práctica.
áreas protegidas federales (Conanp, 2005) com­ Escribía el maestro Hernández X. (en Ortega
prende las áreas te­rres­­tres y marinas, mismas que et al., 2003a) que la conservación ex situ es im­por­

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De la conservación de facto a la conservación in situ

tante porque se tienen colecciones de plasma del proceso evolutivo y de consumo cultural, y
ger­mi­nal de todo el mundo fuera de sus áreas de 3) promover en la comunidad mundial el libre
origen; además, teóricamente se incluyen los me­ acceso a estos materiales (Hernández X., y M.
jores materiales utilizados en el fitomejoramien­ Za­­ra­te 1991), siempre y cuando se reconozca su
to, creando así una gama de materiales conserva­ origen y se evite que alguien los patente y lucre
dos y manejados en centros mundiales de origen. por encima de los productores originales.
Otra de las ventajas de la conservación ex situ es Hace algunos años se pensaba que la conser­
que resguardan especímenes de germoplasma vación in situ significaba construir vallas y man­
extintos o en vía de extinción. La gran desventa­ tener a los agricultores y al germoplasma en algo
ja para los fitomejoradores indígenas y campesi­ parecido a una caja de cristal. Sin embargo, los
nos es que de estos bancos de libre acceso se agroecosistemas más tradicionales son dinámi­
extrae plasma germinal que ellos produjeron, y cos y es necesario promover intercambios gené­
en combinación con recursos fitogenéticos de ticos para resolver la acumulación de mutaciones
otras partes generan especímenes, iniciándose en
consecuencia la ena­jenación, monopoliza­ción, Agave.
restricción y discrimina­ción al acceso del ger­mo­
plasma nativo. Por ejemplo, las empresas trasna­
cionales productoras de semillas han te­ni­do el
libre acceso a las se­mi­llas que se encuentran en
los bancos de germoplas­ma del cimmyt, ge­neran
híbridos y especímenes mejorados, y mantienen
en secreto el origen de las mismas. Éste es un
tema importante que implica la pér­dida de la so­
beranía nacional sobre el sistema ali­men­tario,
por un lado, y la monopolización de los sistemas
alimentarios, por otro.
Una desventaja más de la conservación ex situ
es el alto costo del mantenimiento y de la repro­
duc­ción del germoplasma, por lo que los países
ricos en biodiversidad, pero con insuficientes re­
cursos económicos, no pueden sostener adecua­
damente estos centros. Un último inconveniente
es que los bancos de germoplasma aíslan a los es­pe­­
címenes recolectados de sus procesos evolutivos.
Por ello, es imperativo conservar in situ los re­
cursos fitogenéticos originales, con los siguientes
objetivos: 1) mantener los sitios naturales, donde
se utilicen y manipulen los materiales genéticos
básicos para el consumo alimentario; 2) mante­
ner y desarrollar los materiales genéticos median­te
sistemas agrícolas que permitan la continuidad

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El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México

perjudiciales. Para que esto suceda es preciso: 1) el uno de los pilares cen­trales de las fuerzas produc­
intercambio regional del material genético; 2) es­ tivas de las culturas mesoamericanas e indígenas
tudios sistemáticos de fitomejoramiento con desde la Colonia hasta ahora ha sido el manejo,
centros de investigación interesados, y 3) capacita­ do­mesticación y di­versificación de la agro­bio­di­
ción técnica local para la creación de fitomejora­ versidad. El concepto de progreso y moderni­
dores del germoplasma indígena. dad, la visión de la “revolución verde” del desa­
La conservación in situ como objetivo de la rro­l­lo agrícola e indus­trial, así como el dominio
política pública debe reconocer a los campesinos de las trasnacionales en el establecimien­to de la
y pueblos indígenas en sus ecosistemas como los agricultura industria­lizada, se reflejó en la investi­
resguardadores de reservorios de germoplasma, gación agronómica dominante, y aún es parte del
el cual es estratégico para el sistema alimentario desprecio de las políticas públicas tanto de una
nacional y mundial. Tal estrategia debe impul­ parte de los centros de investi­gación como de los
sarse desde la visión que propone Leff (1998: responsables de la política agrícola del país.
67) de un mundo pluricultural y multipolar que
promueve la emancipación de los pueblos indí­ Se ha dejado de lado el manejo de la agrodiversi­
genas y comunidades campesinas. dad, que implica el conocimiento del medio y un
¿Qué ventajas tendría la conservación in situ tra­bajo de domesticación y manejo de los recursos
en los territorios de los pueblos indígenas y co­ genéticos de plantas bajo una organización social
mu­nidades locales? La variabilidad en los recur­ que dispone de hombres y mujeres empeñados
sos fitogenéticos indígenas es resultado de su en esta tarea, movidos por un sistema cultural que
cultivo en distintos pisos ecológicos y micro há­bi­ les permite una visión, una identidad y un sentido
tat. A diferencia de la agricultura industrial a de la vida. La agrodiversidad implica que se ha
gran escala, que produce sus monocultivos en domes­ticado una parte de la diversidad biológica,
grandes extensiones y terrenos planos preferen­ por lo que requiere ser analizada con una catego­
te­mente con riego, la mayoría de los productores ría particular, sobre todo porque es un elemento
de milpa cul­tivan sus terrenos en unidades de vital del desarrollo, pero que su falta de reconoci­
menos de cin­co hectáreas, en la montaña y con miento ha impedido su conservación, protección,
un sistema de temporal sujeto a las vicisitudes del aliento e in­cluso su incorporación a la economía
clima y de las plagas. Para asegurar la cosecha, la de mercado (Blanco, 2006).
agricultura mesoamericana no desarrolló grandes
sistemas de riego ni monocultivos. Su principal Estamos ahora en condiciones de definir la agro­
estrategia produc­tiva fue “botánica” (Rojas, ­biodiversidad mesoamericana, como la diversi­
1988; Terán y Rasmussen, 1994), en el sentido dad biológica que los indígenas domesti­ca­ron y
de desarrollar las va­riedades de una misma plan­ diversificaron para asegurar la satisfacción de sus
ta para enfrentar cualquier contratiempo, y a su necesidades básicas, generando una gama de
vez asociarlas con otras especies. Los grandes es­ agro­­ecosistemas que van desde la intervención
tudiosos de la evolución de las sociedades meso­ en la vegetación natural, la parcela o la milpa, has­
americanas hicieron más hincapié en las grandes ta el huerto familiar. El diseño de los espa­cios de
construcciones o infraestructura de los sistemas culti­vo intenta asegurar los mejores resultados y
agrí­colas; sin embargo, como lo demuestran los el ensamble entre las plantas cultivadas, y las ar­
es­tudios de Hernández X. (1987) y Rojas (1988), venses, e intenta desarrollar interacciones positi­

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De la conservación de facto a la conservación in situ

vas entre las mismas. Se constru­yen así agroeco­ se­midomesticadas acompañan a las domestica­
sistemas en donde un tipo de cultivo protege al das en un constante intercambio del flujo gené­
otro, que ge­ne­ra nichos de hu­me­dad, que sostie­ tico en el interior de los sistemas regionales, for­
ne a las en­reda­deras, que repe­le a las plagas, y mando paisajes y ecosistemas funcionales de
que mejora y restituye los nu­trientes del suelo larga duración.
(que es una de las funciones de algunas legumi­ Esta cuestión no es un tema menor, ya que
nosas), etcétera. Es de­cir, la suste­ntabilidad de para la conservación in situ se requieren áreas na­
los agroecosistemas depende del en­samble en­ tu­rales y zonas de cultivo juntas, además de algu­
tre los distintos elementos de los po­licultivos, nos microhábitat donde el agricultor pueda de­
que en el caso de Mesoamérica depende de muy sarrollar su destreza. Estos espacios son campos
pocos insumos exteriores. de producción y experimentación a la vez. Las
Para resumir lo anterior, en los territorios de re­giones montañosas o selváticas en que habita
los pueblos indígenas siguen los procesos de do­ la mayoría de los pueblos indígenas reúnen estas
mesticación y diversificación, por lo que podría­ condiciones complejas. La producción maya, por
mos llamarlos laboratorios fitogenéticos de larga ejemplo, toma en cuenta el área de la milpa re­
duración en constante transformación. Según la cién desmontada, visualiza desde el prin­cipio
fao los recursos fitogenéticos se definen como las qué árboles va a dejar, genera rodales manipula­
plantas cultivadas, cultivares en desuso, va­rie­da­ dos, to­ma en cuenta porciones de selva en distin­
des locales, los pares silvestres, las arvenses pró­xi­ to estado sucesional donde se tiene una agri­cul­
mas a las variedades cultivadas, y estirpes es­pecia­ tura se­misilvestre con tubérculos, árboles frutales
les que resultan de la selección de ese material —co­mo el chicozapote (Manilkara zapota), las
genético. Esta definición debe aplicarse a la agro­ guayas (Meliococcus bijugatus)—; el huerto fami­
biodiversidad nativa o indígena de México. liar con frecuencia contiene frutales que pro­vie­
Especial atención para la conservación in situ nen de especies arbóreas y arbustivas de la sel­va,
merecen los centros de origen (Toledo et al., animales silvestres domesticados, como pa­­tos
2001) primarios y de diversificación, tanto de la pijije (Dendrocygna autumnales), guajolotes silves­
di­versidad biológica como de la diversidad de las tres (Agriocharis ocellata) o algún tepescuintle o
plantas cultivadas. Estos centros de domestica­ pe­carí. Es evi­dente que estos sistemas agro­sil­
ción son áreas geográficas donde las especies vopastoriles son marginales respecto a la agricul­
fueron adaptadas y que en la actualidad presen­ tu­ra industrializada, pero que, sin embargo, ma­
tan una alta variabilidad genética, en la cual se ne­jan, manipulan y elaboran un conocimiento
in­­­cluyen los parientes semidomesticados o silves­ concreto como “gente de los ecosistemas”. Este
tres. En esos centros se incrementa la diversidad co­noci­miento concreto es “la selva culta” a la que
genética disponible para los agricultores me­ se refiere Descola (1996) para los pueblos achuar
diante la hibridación o la introgresión (Mapes, de Ecuador.
1991). Las fronteras entre lo específicamente La lógica y el paradigma de la agricultura in­
natural y las plantas culturales mesoamericanas dustrializada es otra. Los agricultores dependen
no son claras. Las especies silvestres, ruderales y de semillas, insumos y energía, es decir, del uso
in­tensivo de la energía fósil y sus consecuencias
4
Véase el Tratado Internacional sobre los Recursos Fito­
negativas para el medio ambiente. Las semillas
genéticos para la Alimentación y la Agricultura, fao, 2001. son más genéricas y están diseñadas por los mo­

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El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México

no­polios agroindustriales para obtener una pro­ pulsó la revolución verde o la gana­dería extensi­
ducción a gran escala con características homo­ va. Por otro lado, las condiciones naturales y los
géneas, que se desarrollan en áreas favorables subsidios norteamericanos a su agricultura hacen
para la agricultura, como suelos profundos, pla­ que el maíz, sorgo y arroz mexi­cano sean menos
nos, sistemas de riego y mecanizables. En Méxi­ competitivos, lo que conlleva a la quiebra de los
co, estas condiciones se presentan sólo en un ter­ productores que participan en el mercado.
cio de las tierras arables. El desarrollo industrial En este marco, al imponerse las semillas de
y los procesos masivos de urbanización requirie­ alta pro­ductividad de tipo industrial y monopóli­
ron del aumento sustancial de la producti­vidad co so­bre la variabilidad de los cultivos mesoame­
de la agricultura de escala. Así, la revolución ver­ ri­ca­nos, se genera lo que podríamos denominar la
de aumentó drásticamente la productividad del ero­sión genética de los principales cultígenos del
campo, de manera que la agricultura creció más sistema alimentario mundial y nacional. Los pro­
rápido que la pobla­ción. Sin embargo, el sistema ductores y consumidores del campo pierden co­
intensivo en energía e insumos, desplazando bos­ no­cimientos importantes de la cultura agrícola
ques y selva primarios, se orientó a producir pro­ tradicional.
teína animal y no a cubrir las necesida­des básicas La concepción industrializada y productivista
de la población. Miles de campesinos quedaron influyó en la investigación para el fitomejora­
excluidos de los sistemas de producción que im­ miento en México. Hasta la década de 1970 los

Detalle de una cerca, Jiquipilco El Viejo, Estado de México.

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De la conservación de facto a la conservación in situ

cua­tro grandes programas de fitomejoramiento so mercantil. Se trata de satisfacer necesidades cul­


del Instituto Nacional de Investigaciones Agríco­ turales, culinarias, estéticas y rituales, entre otras.
las se basaban en selecciones o líneas de no más Un tema que en México no ha sido discutido
de cinco maíces nativos. En la mayoría de los pro­ explícitamente es el aprovechamiento a ultranza
gra­mas se intentó utilizar germoplasma y mu­ que hacen las grandes compañías productoras y
tantes introducidos del extranjero. El éxito fue comercializadoras de semillas de los conocimien­
limitado debido a la fuerte incidencia de enfer­ tos de los campesinos y de los pueblos indíge­
medades causadas por la introducción de mate­ nas, ya que patentan sus semillas y monopolizan
riales exóticos (Ortega et al., 1991: 177). su distribución.
Ortega concluye que ha sido muy limitado el El estímulo a la conservación in situ no signi­
uso de materiales nativos para el fitomejoramien­ fica interrumpir ni aislar de los procesos evoluti­
to. Esto se explica por 1) la resistencia y dificul­ vos al germoplasma original, ni rechazar la intro­
tades generalizadas entre los fitomejoradores ducción de innovaciones por parte de los mismos
para incorporar nuevo germoplasma a sus pro­ campesinos o fitomejoradores de las institucio­
gramas; 2) las nuevas series de colectas con rendi­ nes. Se trata de evitar la expropiación y destruc­
mientos sobresalientes estuvieron individual­ ción de sus conocimientos y prácticas y de gene­
mente en desventaja en cuanto a la altura de la rar escuelas campesinas de fitomejoradores de
planta y el acame, en comparación con el germo­ semillas, de mejoramiento de sus agroecosiste­
plasma convencional y con las poblaciones que mas, que puedan garantizar los procesos evoluti­
ya se tenían formadas, y 3) el predominio del vos por regiones del germoplasma indígena. En
material colectado por la Fundación Rockefeller México, los múltiples centros de investigación y
(principal financiador del cimmyt durante mu­ enseñanza agrícola deberían considerar este as­
cho tiempo) no tuvo el enfoque de favorecer las pecto como parte constitutiva de sus planes de
va­riedades y razas indígenas para su uso en Mé­ extensión, investigación y enseñanza (Ortega,
xico (Ortega et al., 1991: 180). Se puede agregar comunicación personal).
que las políticas dictadas por Conasupo respecto En conclusión, podemos afirmar que la di­
de la compra de maíz a los productores discrimi­ mensión de la conservación in situ rebasa el para­
nó de manera sistemática las variedades indíge­ digma agronómico, conservacionista y académico,
nas, especialmente las variedades de color. y destaca el papel activo —y el carácter de sujeto
A pesar de las anteriores afirmaciones, todavía y no objeto social— de los campesinos y los pue­
existen reductos importantes para la conserva­ción blos indígenas, ya que ellos integran la con­ser­
in situ. (Aragón et al., 2006). Por ello, es ne­­cesario vación de la biodiversidad y el uso de la agro­bio­di­
abandonar la idea de que el mejoramiento recae versidad. El objetivo de las políticas sociales para
sólo en los centros de investigación pú­blicos o en la conservación in etno situ debería ser mantener a
las grandes compañías semilleras trasnacionales. largo plazo el funcionamiento complejo de los eco­
Más bien, es deseable incorporar la fuerza cam­ sistemas y sus servicios ambientales para el bien­
pesina indígena para conservar, introducir, re­ estar de los productores y la sociedad en su con­
combinar y mejorar el germoplasma indígena.
El objetivo campesino e indígena de produ­
5
Esta discusión se dio con inusitada vehemencia en la
cir semillas y desarrollar su fitomejoramiento no India, país megadiverso, tanto en diversidad biológica como
es exclusivamente la productividad para un in­gre­­ en la agrobiodiversidad. Véase Swaminathan (1996).

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El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México

junto, lo que incluye el desarrollo de la cultura de ver­sificación, ni la adaptación de las especies a las
los pueblos indígenas en una nueva dimensión. nuevas condiciones ambientales; en especial en
En el caso de la conservación del germoplas­ el contexto del cambio climático global; b) las po­
ma indígena y campesino de facto, in situ y ex situ, blaciones silvestres proporcionan materiales que
podemos adelantar con Ortega (2000) las siguien­ evolucionan de acuerdo con los cambios en el cli­
tes conclusiones: ma, enemigos naturales, contaminación, etcé­­te­ra;
1) Con la conservación de facto se han mante­ el principio básico de reserva genética es conser­
nido vivos los ecosistemas y paisajes durante lar­ var la suficiente diversidad que permita a las es­
gos periodos. Los pueblos indígenas con su cul­ pecies llevar a cabo su potencial evolutivo com­
tura mesoamericana han “coevolucionado” con pleto. La conservación de un lu­gar en donde
la flora y fauna, participando en esa proeza cultu­ crece una especie no necesariamente implica que
ral de domesticar o semidomesticar un abanico se conserva su variación genética; es necesario
de especies que conforma 15.4 por ciento del sis­ disponer de estrategias diseñadas de acuerdo con
te­ma alimentario mundial. La reforma agraria las necesidades de cada especie o pa­riente silves­
permitió, en parte, la reorganización de los territo­ tre; c) se evita la erosión genética (por manipula­
rios, y se crearon nuevos modelos comunitarios ción de las colecciones) del acervo ge­né­tico nacio­
de silvicultura después de varios movimientos so­ nal, y d) se evita el flujo uni­lateral de los recursos
ciales. Sin embargo, la revolución verde, el aban­ genéticos desde los pro­ductores cam­pesinos e in­
dono del campo por el Estado, la expropiación o dígenas hacia los bancos de germo­plas­ma nacio­
negación del germoplasma domesticado por pro­ nales e internacionales, las insti­tu­cio­nes acadé­
gramas oficiales de la Secretaría de Agricultura, micas y las empresas trasnacionales.
los subsidios norteamericanos a su agricultura de 3) La conservación ex situ, más interesada en
ex­portación y las nuevas oleadas de emigración los genes y, a veces, en el fitomejoramiento de
ponen en riesgo este tipo de conservación. las variedades, no ha redundado en una experien­
2) Con la conservación in situ como política de cia de intercambio fructífero entre los producto­
una nueva aproximación hacia el campo me­xi­ res campesinos indígenas y los centros de inves­
cano se evita que se pierdan valores sociales, cul­ tigación públicos.
tu­rales y ecológicos centrales: a) no se detienen
los procesos evolutivos, de domesticación, de di­ p. 47 Cerca viva en Ocotillo, San Luis Potosí.

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