La Cuna Del Derecho
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El Ser humano desde sus inicios, ha luchado por adquirir una serie de
derechos fundamentales que son inherentes a su persona por el simple
hecho de tener vida. Derechos que se consideran intransferibles, inalienables
e imprescriptibles los cuales les permitan salvaguardar su existencia, sin
distinción de raza, sexo, religión, ideología política o estatus social. A este
conjunto de Derechos se les conoce como “Derechos Humanos”. Los cuales
son bandera a nivel internacional a la hora de abordar el tema “Justicia”.
“1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o
de cualquier otro carácter. (…). 2. Toda persona inculpada de delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho,
en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: a) derecho del
inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no
comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal; b) comunicación
previa y detallada al inculpado de la acusación formulada; c) concesión al
inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su
defensa; d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser
asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y
privadamente con su defensor; e) derecho irrenunciable de ser asistido por
un defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según la
legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare
defensor dentro del plazo establecido por la ley; f) derecho de la defensa de
interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan
arrojar luz sobre los hechos; g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí
mismo ni a declararse culpable, y h) derecho de recurrir del fallo ante juez o
tribunal superior. 3. La confesión del inculpado solamente es válida si es
hecha sin coacción de ninguna naturaleza. 4. El inculpado absuelto por una
sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para
preservar los intereses de la justicia.”
El Sistema Penal a nivel mundial se ajustó a una nueva realidad que se hizo
presente en la palestra internacional con el nacimiento de los Derechos
Humanos, algunos países adaptaron sus sistemas de justicia en mayor o
menor tiempo y otros a la actualidad aún les falta adaptarse y aplicar
imparcialmente la justicia, sin embargo lo cierto es que los DDHH actúan
como una límite entre la justicia penal y las sanciones que deben aplicarse a
quienes incurren en delitos. Debe existir proporcionalidad entre la pena y el
delito perpetrado. No se puede vulnerar o menoscabar la integridad física,
psicológica, psíquica de un privado de libertad. La Convención Americana de
los Derechos Humanos, indica en el numeral 6 del artículo 5 concerniente a
la integridad personal, refiriéndose a la pena de prisión: “Las penas privativas
de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación
social de los condenados.” De igual forma el Estatuto de Roma en el literal b
del artículo 55 establece que durante la investigación “Nadie será sometido a
forma alguna de coacción, intimidación o amenaza, torturas ni a otros tratos
o castigos crueles, inhumanos o degradantes.”