La globalización ha integrado las economías y sociedades a través de nuevas tecnologías, relaciones económicas y políticas. Sin embargo, también ha creado desigualdades en el empleo, protección social y diálogo. La OIT busca centrar la agenda de la globalización en las personas a través de trabajo decente, participación comunitaria e igualdad de género. Asimismo, promueve un estado democrático que brinde oportunidades y seguridad, reglas justas para la economía global, y una globalización solidaria
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La globalización ha integrado las economías y sociedades a través de nuevas tecnologías, relaciones económicas y políticas. Sin embargo, también ha creado desigualdades en el empleo, protección social y diálogo. La OIT busca centrar la agenda de la globalización en las personas a través de trabajo decente, participación comunitaria e igualdad de género. Asimismo, promueve un estado democrático que brinde oportunidades y seguridad, reglas justas para la economía global, y una globalización solidaria
La globalización ha integrado las economías y sociedades a través de nuevas tecnologías, relaciones económicas y políticas. Sin embargo, también ha creado desigualdades en el empleo, protección social y diálogo. La OIT busca centrar la agenda de la globalización en las personas a través de trabajo decente, participación comunitaria e igualdad de género. Asimismo, promueve un estado democrático que brinde oportunidades y seguridad, reglas justas para la economía global, y una globalización solidaria
La globalización ha integrado las economías y sociedades a través de nuevas tecnologías, relaciones económicas y políticas. Sin embargo, también ha creado desigualdades en el empleo, protección social y diálogo. La OIT busca centrar la agenda de la globalización en las personas a través de trabajo decente, participación comunitaria e igualdad de género. Asimismo, promueve un estado democrático que brinde oportunidades y seguridad, reglas justas para la economía global, y una globalización solidaria
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IMPACTO SOCIAL DE LA GLOBALIZACION
A pesar de que el término globalización se utiliza de maneras diversas, en él se
cristaliza una idea fundamental, a saber, la de la integración progresiva de las economías y de las sociedades. Este proceso está impulsado por las nuevas tecnologías, las nuevas relaciones económicas y las políticas nacionales e internacionales de una amplia gama de actores, que va desde los gobiernos y las organizaciones internacionales hasta las empresas, las organizaciones de trabajadores y la sociedad civil. Para la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, la dimensión social de la globalización se refiere al impacto que este proceso tiene en la vida y en el trabajo de las personas, así como en sus familias y sus sociedades. Con frecuencia se plantean preocupaciones y cuestiones relacionadas con el impacto de la globalización en el empleo, las condiciones de trabajo, los ingresos, y la protección social. Más allá del mundo del trabajo, la dimensión social abarca las cuestiones relativas a la seguridad, la cultura y la identidad, la inclusión o la exclusión social y la cohesión de las familias y las comunidades. Si seguimos a Paul Kennedy y sus excelentes reflexiones sobre las perspectivas del siglo XXI, las grandes tendencias de la sociedad contemporánea que se destacan más son las siguientes: La explosión demográfica aún en expansión, el 95% de la cual se concentra en los países en desarrollo, y el aumento rápido de una población que no podrá ser sustentada según los modos y niveles actuales de consumo de los recursos naturales; La revolución de las finanzas y de las comunicaciones que ha llevado a una rápida internacionalización de las economías y al rol dominante de las sociedades multinacionales en el contexto de esta nueva economía; La disminución de las tierras agrícolas como consecuencia de la extensión de tierras arables ocupadas por ciudades, caminos e infraestructuras, así como por los procesos de erosión, degradación y desertificación de muchas de las tierras que se usaban anteriormente. Este hecho se observa simultáneamente con la necesidad de aumentar la productividad de las tierras aún disponibles para evitar que la malnutrición y el hambre aumenten. Al mismo tiempo, observamos las posibilidades que ofrece la revolución bio-tecnológica para esta finalidad de aumentar la productividad de las tierras utilizadas; La nueva revolución industrial, que significa la robótica, la automatización y las consecuencias de este fenómeno en la situación y condiciones del empleo de la fuerza de trabajo; Las amenazas contra el medio natural que significan las nuevas formas de vida y de producción, particularmente en los países desarrollados y sus efectos de imitación en los países en desarrollo; La erosión del poder de los Estados nacionales sin haberse aún encontrado un sistema político de sustitución apropiado para enfrentar los grandes desafíos del futuro. El Informe realizado en el año 2004 por la Comisión de los aspectos sociales de la globalización convocada por la OIT muestra cómo, a raíz de esta globalización desigual, se produjeron brechas en el empleo, en la protección social y también en el diálogo social. Por tal motivo, la OIT destaca la importancia de ubicar los aspectos sociales en el centro de la agenda de la globalización priorizando entre sus objetivos los siguientes aspectos: Un enfoque centrado en las personas, en el que la piedra angular de una globalización más justa es la satisfacción de las demandas de todas las personas en lo que atañe al respeto de sus derechos, su identidad cultural y autonomía; donde el trabajo decente, la plena implicación de las personas en las comunidades locales en las que viven y la igualdad de género resultan indispensables; Un estado democrático y eficaz, capaz de gestionar la integración del país en la economía global, así como de proporcionar oportunidades sociales y económicas y seguridad; reglas justas para una economía global que ofrezca a todos los países igualdad de oportunidades y de acceso, así como el reconocimiento de las diferencias en cuanto a las capacidades y necesidades de desarrollo de cada país; Una globalización solidaria, donde sus participantes sostengan una responsabilidad compartida en cuanto a la prestación de asistencia a los países e individuos excluidos o desfavorecidos, de modo de contribuir a remediar las desigualdades que existen entre los países y dentro de ellos, y a erradicar la pobreza. En esta misma línea, cabe mencionar la Declaración de la OIT sobre la “Justicia social para una globalización equitativa” del año 2008 que destaca la necesidad de avanzar hacia un mayor progreso y justicia social a través de la Agenda de Trabajo Decente. Esta Declaración refleja el amplio consenso que existe acerca de la necesidad de fortalecer la dimensión social de la globalización, con el fin de avanzar hacia una globalización más equitativa y hacia un mayor acceso al trabajo decente para hombres y mujeres en todo el mundo. Las crisis financieras, económicas y sociales actuales confirman la necesidad de avanzar hacia una mayor coordinación de las políticas públicas, tanto en el nivel nacional (articulando políticas macroeconómicas, con comerciales, industriales, laborales, de ingresos…) como entre la esfera nacional y la internacional. En este sentido, los avances hacia un sistema de comercio internacional más equitativo, que considere las particularidades nacionales y los distintos niveles de desarrollo, no sólo permitirán morigerar los impactos locales de las crisis, sino también una mejor inserción internacional de países en vía de desarrollo, tal como en el caso de Colombia y el resto de Latinoamérica. Para ello, se requiere también revisar los objetivos, herramientas y acciones de las instituciones multilaterales.