Impacto Social de La Globalizacion

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IMPACTO SOCIAL DE LA GLOBALIZACION

A pesar de que el término globalización se utiliza de maneras diversas, en él se


cristaliza una idea fundamental, a saber, la de la integración progresiva de las
economías y de las sociedades. Este proceso está impulsado por las nuevas
tecnologías, las nuevas relaciones económicas y las políticas nacionales e
internacionales de una amplia gama de actores, que va desde los gobiernos y las
organizaciones internacionales hasta las empresas, las organizaciones de
trabajadores y la sociedad civil.
Para la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, la
dimensión social de la globalización se refiere al impacto que este proceso tiene
en la vida y en el trabajo de las personas, así como en sus familias y sus
sociedades. Con frecuencia se plantean preocupaciones y cuestiones
relacionadas con el impacto de la globalización en el empleo, las condiciones de
trabajo, los ingresos, y la protección social. Más allá del mundo del trabajo, la
dimensión social abarca las cuestiones relativas a la seguridad, la cultura y la
identidad, la inclusión o la exclusión social y la cohesión de las familias y las
comunidades.
Si seguimos a Paul Kennedy y sus excelentes reflexiones sobre las perspectivas
del siglo XXI, las grandes tendencias de la sociedad contemporánea que se
destacan más son las siguientes:
 La explosión demográfica aún en expansión, el 95% de la cual se concentra
en los países en desarrollo, y el aumento rápido de una población que no
podrá ser sustentada según los modos y niveles actuales de consumo de
los recursos naturales;
 La revolución de las finanzas y de las comunicaciones que ha llevado a una
rápida internacionalización de las economías y al rol dominante de las
sociedades multinacionales en el contexto de esta nueva economía;
 La disminución de las tierras agrícolas como consecuencia de la extensión
de tierras arables ocupadas por ciudades, caminos e infraestructuras, así
como por los procesos de erosión, degradación y desertificación de muchas
de las tierras que se usaban anteriormente. Este hecho se observa
simultáneamente con la necesidad de aumentar la productividad de las
tierras aún disponibles para evitar que la malnutrición y el hambre
aumenten. Al mismo tiempo, observamos las posibilidades que ofrece la
revolución bio-tecnológica para esta finalidad de aumentar la productividad
de las tierras utilizadas;
 La nueva revolución industrial, que significa la robótica, la automatización y
las consecuencias de este fenómeno en la situación y condiciones del
empleo de la fuerza de trabajo;
 Las amenazas contra el medio natural que significan las nuevas formas de
vida y de producción, particularmente en los países desarrollados y sus
efectos de imitación en los países en desarrollo;
 La erosión del poder de los Estados nacionales sin haberse aún encontrado
un sistema político de sustitución apropiado para enfrentar los grandes
desafíos del futuro.
El Informe realizado en el año 2004 por la Comisión de los aspectos sociales de la
globalización convocada por la OIT muestra cómo, a raíz de esta globalización
desigual, se produjeron brechas en el empleo, en la protección social y también en
el diálogo social. Por tal motivo, la OIT destaca la importancia de ubicar los
aspectos sociales en el centro de la agenda de la globalización priorizando entre
sus objetivos los siguientes aspectos:
 Un enfoque centrado en las personas, en el que la piedra angular de una
globalización más justa es la satisfacción de las demandas de todas las
personas en lo que atañe al respeto de sus derechos, su identidad cultural y
autonomía; donde el trabajo decente, la plena implicación de las personas
en las comunidades locales en las que viven y la igualdad de género
resultan indispensables;
 Un estado democrático y eficaz, capaz de gestionar la integración del país
en la economía global, así como de proporcionar oportunidades sociales y
económicas y seguridad; reglas justas para una economía global que
ofrezca a todos los países igualdad de oportunidades y de acceso, así
como el reconocimiento de las diferencias en cuanto a las capacidades y
necesidades de desarrollo de cada país;
 Una globalización solidaria, donde sus participantes sostengan una
responsabilidad compartida en cuanto a la prestación de asistencia a los
países e individuos excluidos o desfavorecidos, de modo de contribuir a
remediar las desigualdades que existen entre los países y dentro de ellos, y
a erradicar la pobreza.
En esta misma línea, cabe mencionar la Declaración de la OIT sobre la “Justicia
social para una globalización equitativa” del año 2008 que destaca la necesidad de
avanzar hacia un mayor progreso y justicia social a través de la Agenda de
Trabajo Decente. Esta Declaración refleja el amplio consenso que existe acerca
de la necesidad de fortalecer la dimensión social de la globalización, con el fin de
avanzar hacia una globalización más equitativa y hacia un mayor acceso al trabajo
decente para hombres y mujeres en todo el mundo.
Las crisis financieras, económicas y sociales actuales confirman la necesidad de
avanzar hacia una mayor coordinación de las políticas públicas, tanto en el nivel
nacional (articulando políticas macroeconómicas, con comerciales, industriales,
laborales, de ingresos…) como entre la esfera nacional y la internacional. En este
sentido, los avances hacia un sistema de comercio internacional más equitativo,
que considere las particularidades nacionales y los distintos niveles de desarrollo,
no sólo permitirán morigerar los impactos locales de las crisis, sino también una
mejor inserción internacional de países en vía de desarrollo, tal como en el caso
de Colombia y el resto de Latinoamérica. Para ello, se requiere también revisar los
objetivos, herramientas y acciones de las instituciones multilaterales.

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