Ensayo El Malestar en La Globalizacion

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 19

LA GLOBALIZACION

Este ensayo se basa en el libro de El malestar de la globalizacin de


Josepth E. Stiglitz quien tiene una visin amplia de los fenmenos de la
globalizacin, al pertenecer al Consejo de Asesores Econmicos del presidente
Clinton y trabajar en el Banco Mundial.
Y la hiptesis que vamos a manejar es El caso reciente de Argentina es un prueba irrefutable de lo dainas
que pueden resul-
tar las frmulas recomendadas por los tcnicos del FMI, sino se tiene en cuenta el desa-
rrollo integral de la economa, el cual debe incluir la variable social como uno de sus
principales componentes

Para empezar hay que entender primero que es la globalizacin ya que este
termino se ha convertido en algo comn y tiene interpretaciones econmicas,
sociales, culturales, religiosas etc.

La globalizacin es un tema polmico y se puede manejar desde varios puntos de vista, el ms
tratado en el econmico, pues es indiscutible afirmar que el campo en el cual la globalizacin
a estado actuando mas fuertemente desde sus inicios ha sido en el de la economa. Y si lo
analizamos con detenimiento la globalizacin tuvo su inicio y tomo la fuerza que hoy la
caracteriza en torno a la economa. Importante establecer que ms que ventajas o no se
identifican sus impactos.

La globalizacin de la economa es uno de los aspectos que ms influye en el desarrollo de un
pas en la actualidad, ya que si un pas quiere que sus productos puedan entrar a competir en
el mercado internacional tiene que, inevitablemente, relacionarse con otros pases para as
hacer ms fcil el proceso de comercializacin de sus productos.

Desde este punto de vista debemos incluir un aspecto que ha sido pieza fundamental para la
globalizacin de la economa, este aspecto es la globalizacin del comercio. La globalizacin
del comercio implica que los pases desarrollen un sistema de intercambio global, no solo de
bienes sino tambin de servicios y tecnologa. Este sistema de intercambio es indispensable
para que exista una economa global.

El comercio de productos de todo el globo tiene lugar en arcas de intercambio
institucionalizadas y centralizadas, estas reas de intercambio cumplen la funcin de difundir
la informacin acerca de las condiciones de la oferta y la demanda globales estableciendo as
un nivel fijo para los precios mundiales. En este punto surge un problema, si las exportaciones
y la economa mundial han crecido tan rpidamente en las ultimas dcadas, por qu sigue
habiendo una brecha cada ves ms grande entre ricos y pobres?.

De esta manera lo manifest en el ao de 1997 la ONU en su informe sobre el Desarrollo
Humano. Segn sus cifras desde 1960, cuando los ricos ganaban treinta veces ms que los
pobres, la concentracin de la riqueza mundial se ha duplicado, hasta hacer que actualmente
los ricos ganen setenta y seis veces ms que los pobres. Esto origino que en 1994 la poblacin
rica del mundo, que equivale al 20% de la poblacin mundial, halla consumido el 86% de toda
la produccin mundial de este ao. Todos estos factores han hecho que desde que el mundo
inicio su proceso de globalizacin, la brecha entre la poblacin pobre y la poblacin rica sea
cada vez ms grande. Las causas del anterior problema son varias y van desde las barreras
arancelarias y la explotacin de los pases subdesarrollados, hasta las leyes de proteccin de
patentes y propiedad intelectual, que impiden o dificultan el acceso de las naciones pobres a
las nuevas tecnologas.

Reuniendo todo lo mencionado con anterioridad, podemos decir que el mundo globalizado, no
es pues un mundo ms equitativo, es decir que la globalizacin desde el punto de vista del
Desarrollo Humano debe ser vista como un proceso de prdida para aquellos pases que no
tienen los recursos para marchar al ritmo de los que imponen el nuevo orden mundial.

Tambin ha trado consigo misma efectos en la poltica; el alcance que tiene el poder poltico,
la autoridad y las formas de gobierno han sido muy cambiantes en las primeras fases de la
globalizacin. Su desarrollo se ha tornado muy lento dividido en un "mundo interno"
organizado en reinos domsticos y extranjeros territorialmente limitados y el "mundo
externo" que abarca los asuntos diplomticos, militares y de seguridad. Estos mbitos fueron
la base sobre la cual los Estados-nacin crearon las instituciones polticas, legales y sociales.
Con el paso del tiempo, estas divisiones se han vuelto ms frgiles y cada vez ms arbitrarias
por los procesos nacionales, pero ms fuerte y cada vez ms en los procesos globales.
Actualmente la poltica, las reglas y el gobierno muestran un cambio territorial el cual abarca
al mundo entero.

Los Estados son instituciones, las naciones son colectividades de clases que comparten un
sentido de identidad y un destino poltico colectivo. Pero si bien se observa hoy en da los
destinos de las diferentes comunidades polticas se han debatido y discutido en muchas
ocasiones, y en cada una de estas ocasiones se ha llagado a la misma conclusin, los estados
deben unirse en una misma comunidad poltica, no importa que con esto se este violando la
soberana de los pases que no estn a la cabeza de la revolucin global.

En el mundo Actual, los principios clave de la democracia siguen estando asociados casi
exclusivamente con los principios y las instituciones del Estado-nacin soberanos. Los
gobiernos y los Estados siguen siendo actores poderosos y que ahora comparten el
protagonismo global con una variedad de otros actores y organizaciones. Tienen que tratar
con un enorme nmero de organizaciones intergubernamentales y regmenes internacionales
que operan en diferentes mbitos y con instituciones supranacionales.

Los regmenes Internacionales son la forma de encontrar nuevos modos de cooperacin y de
reglamentacin para los problemas colectivos. Estos enmarcan la institucionalizacin de la
poltica global.

Hoy en da los Estados soberanos comparten el escenario de la poltica internacional con otros
actores, posteriormente los Estados modernos llegarn a compartir su autoridad sobre sus
ciudadanos y su habilidad para exigir sus lealtades, por una parte, con las autoridades
regionales y mundiales y por la otra con las autoridades subestatales y subnacionales, hasta
un grado tal que el concepto de soberana dejar de ser aplicable, entonces se podra decir
que ha surgido una forma de orden poltico universal.

Los efectos de la globalizacin en lo jurdico son tambin claros; para enfocar adecuadamente
este tema es preciso tener presente, en primer trmino, que la eficacia de las normas jurdicas
tiene manifestaciones distintas en el mbito interno de los Estados y en el mbito
internacional, respectivamente. En efecto, cada Estado organiza un sistema destinado a dar
eficacia a las normas jurdicas a fin de asegurar su cumplimiento obligatorio o de sancionar su
incumplimiento. Es as como, en cualquier pas, las Fuerzas de Orden y Seguridad Pblica
tienen como misin esencial la de dar eficacia al derecho. En el mbito internacional, en
cambio, no existe un mecanismo universal que asegure el efectivo cumplimiento de las
normas internacionales, sino que su eficacia queda, en gran medida, supeditada a la buena fe
de los Estados. Por lo dems si un Estado incurre en responsabilidad, como consecuencia de
haber cometido un ilcito internacional, la regla general para hacer efectiva las reparaciones
consiguientes es la indemnizacin de perjuicios.

Pero el denominado proceso de "internacionalizacin de los derechos humanos" ha llevado,
asimismo, a otorgar a los derechos reconocidos en tratados internacionales un rango superior
al de la ley comn, ya sea de orden constitucional o, incluso, supraconstitucional.

Una segunda manifestacin del impacto de la globalizacin en lo jurdico se encuentra en las
presiones de modificacin que experimentan los ordenamientos jurdicos de los Estados como
consecuencia de la suscripcin de acuerdos comerciales propios de los procesos de
cooperacin y de integracin econmica.

Tal vez el punto ms discutido ltimamente son los efectos de la globalizacin en la sociedad;
Desde hace unas dcadas, cuando inicio el proceso de globalizacin en el mundo, uno de los
sectores en los cuales ha tenido un mayor impacto es sin duda alguna el social. Para poder
analizar los efectos causados por la globalizacin en el mbito social, primero tenemos que
saber que estos estn muy relacionados con los efectos causados en lo poltico.

Para empezar, tenemos que decir que la internacionalizacin de la poltica y la economa ha
generado la interdependencia, interconexin e interrelacin de los estados y pueblos del
planeta. Esta rpida internacionalizacin poltica y econmica ha llevado a las sociedades ha
construir una especie de sociedad global, en la cual las frontera entre lo internacional y lo
domestico son cada ves ms tenues.

Esta emergente sociedad global, que no es homognea ni unificada, y que refleja tanto las
complejidades y contradicciones introducidas por la globalizacin, como los conflictos de las
sociedades domsticas, tiene sus propios cdigos y reglas legales, cuestiona al llamado
estado-cntrico, tiende a promover la gobernabilidad en mbitos y reas del sistema
internacional, ms all o en asociacin con la accin de gobiernos, y crea nuevas condiciones
que reflejan la dinmica del poder a nivel internacional y del mismo papel del mercado y el
estado.

En este punto surge una pregunta, todos los pases del globo estarn incluidos en esta
sociedad global?. En cierto modo es as, son sin duda alguna los pases industrializados los
que dan las pautas y dictaminan las reglas de esta sociedad global, dejando excluidos a los
pases subdesarrollados. Un ejemplo de lo anterior lo podemos encontrar en los pases de
Latinoamrica, los cuales desde hace unas dcadas han tenido que abrir sus frontera a la
exportacin y al continuo comercio con otros pases. Esta apertura de las fronteras e
integracin en el comercio mundial ha ocasionado la entrada de los pases Latinoamericanos
al mundo globalizado, pero tambin ha causado que la llegada de nuevos productos y
tendencias a las economas locales vallan deteriorando poco ha poco la sociedad y cultura
domestica para darle paso a la sociedad global, sociedad en la cual una ves adentro es casi
imposible salir.




Criticas a la Globalizacin

Desde sus inicios la globalizacin ha tenido partidarios, los cuales creen que los beneficios de
esta se reflejaran a mediano plazo, y contradictores, los que piensan que la globalizacin solo
es un proceso que hace crecer la brecha entre los pobres y los ricos.

Para las personas y los grupos que apoyan la globalizacin, algunos de los puntos a favor que
tiene son los siguientes:

El aumento del conocimiento, el cual es impulsado por los nuevos adelantos tecnolgicos
y los descubrimientos cientficos, los cuales sin duda han beneficiado a la humanidad.
Se ha propiciado la comunicacin continental del sector laboral para coordinar acciones
en defensa de los trabajadores. Los sectores vulnerables se han reconocido y han buscado
soluciones comunes, globalizndose la resistencia y las alternativas.
El proceso global ha permitido algunos espacios de democratizacin y redistribucin del
poder en el mbito local, lo que puede ser aprovechado por la sociedad civil.
La integracin internacional de redes de comercio justo para los pequeos y medianos
productores de la regin.

Por otra parte los grupos que van en contra de la globalizacin, que son una gran mayora,
afirman que la globalizacin es un proceso con fines econmicos, y ven en este las siguientes
desventajas:

El proceso de transformacin muestra dificultades para asumir la existencia y beligerancia
de sociedades pluralistas y multitnicas.
Los derechos de propiedad intelectual colectiva no son reconocidos porque se promueve
un proceso de concentracin y privatizacin del conocimiento y de los saberes,
violentando el derecho que tienen los pueblos sobre sus recursos y conocimientos.
La apertura de los mercados no marcha al mismo ritmo de las condiciones de los
migrantes, provocando que la fuerza laboral migrante vea violados sus derechos.
El control de las decisiones escapa de nuestros pases ya que se encuentran en el mbito
internacional. En cierto sentido los organismos internacionales son cmplices de las
acciones que deslegitiman a los gobiernos nacionales.
La direccionalidad que se impone al proceso desde los organismos internacionales, est
provocando el surgimiento de al menos dos tipos de humanidad, los que estn inmersos
en el circuito global y los que ya quedaron excluidos.
La exclusin poltica implica la prdida de capacidad para negociar provocando la prdida
de legitimidad de los gobiernos, lo que les impide presentar propuestas elaboradas a
partir del consenso social.


mayor control y sometimiento del desarrollo econmico, social, poltico y
cultural en la periferia del mundo capitalista, bajo modalidades mucho
ms sofisticadas e imperceptibles, de acuerdo con los intereses de las cor-
poraciones transnacionales y los Estados que las representan.
15
Sustentada en la fetichizacin del mercado, la globalizacin se traduce en
la promocin del consumismo desaforado en las naciones opulentas, en la
cultura del selo y trelo(como dira Galeano), con el consecuente dete-
rioro del medio ambiente y el agotamiento de los recursos naturales no
renovables. Este modo de consumo se traslada a travs de mltiples cana-
les a las naciones menos desarrolladas, las cuales, sin haber alcanzado el
nivel desarrollo adecuado, se ven abocadas a asimilar patrones culturales
ajenos a sus propias realidades. Como sealo en otro escrito, Este mode-
lo de consumo produce distorsiones de ndole estructural, impidiendo el
desarrollo del mercado interno y generando expectativas de vida no
acordes con la realidad de sus economas. A la larga, estos pases termi-
nan convertidos en mercados para los bienes y servicios, as como para el
conocimiento, provenientes de las naciones ms avanzadas. La alienacin
intelectual de los dirigentes de los pases en desarrollo es bien conocida,
igual que los efectos desastrosos de la aplicacin, por parte de estos, de
las recetas de poltica econmica y social, elaboradas en los centros mun-
diales del pensamiento(ROMERO, 2001: 61).
16
Los adeptos a la globalizacin tratan de convencernos de las bondades de
la libre competencia y de la apertura de los mercados, como premisa para

LA REALIDAD DE LA GLOBALIZACIN
Reconceptualizacin
Globalizacin no es lo mismo que homogeneizacin. Al tiempo que ope-
ran tendencias hacia la integracin de las economas mundiales, a la des-
truccin de las fronteras econmicas nacionales, a la conformacin de un
mercado mundial y de una "aldea global", tambin se consolidan procesos
de conformacin de megabloques comerciales de carcter regional y se
profundizan las desigualdades entre un puado de superpotencias tecno-
lgicamente ms desarrolladas y el resto de pases del mundo. Por eso, si
bien es cierto que con la profundizacin de la divisin internacional del
trabajo, especialmente despus de la segunda guerra mundial en el siglo
XX, se ha acentuado la interdependencia econmica, poltica y cultural
entre las naciones, sta, antes que garantizar la participacin de los pases
en igualdad de condiciones en el llamado mundo globalizado, es pro-
fundamente asimtrica, en favor de las naciones ms avanzadas. La con-
secuencia de este proceso ha sido la conservacin y reproduccin de la
pobreza en diferentes puntos geogrficos del planeta. Se trata en realidad
de un mundo de socios desiguales, donde los ms poderosos fijan las re-
glas del juego y poseen los medios para hacerlas cumplir, al tiempo que
los ms dbiles deben someterse a las mismas (NAYYAR, 2000:13).
De hecho, el enfoque de la llamada globalizacin no es ms que el pretex-
to para justificar la expansin planetaria del capital transnacional, sobre la
base de una nueva divisin internacional del trabajo, en la cual la vieja
especializacin de los pases en la produccin completa de bienes simila-
res, es reemplazada por la especializacin en la produccin de partes y
componentes que son utilizados para el ensamblaje final del producto en
un tercer pas. Por eso la globalizacin, como resultado de una mayor
complejidad de la divisin internacional del trabajo, de hecho significa un

El malestar en la globalizacin


Joseph E. Stiglitz,
traduccin de Carlos Rodrguez, Madrid, Taurus, Braun, 2002, 314 pginas.
El proceso de globalizacin emprendido en forma sistemtica a partir de 1990 tuvo
como objetivo aumentar el bienestar de la poblacin mundial. Instituciones como el
Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial y la Organizacin Mundial de
Comercio fueron las encargadas de liderar la tarea. Sin embargo, despus de doce
aos, el fracaso es indiscutible. El ltimo informe de la Comisin Econmica para
Amrica Latina (Cepal), divulgado por el secretario general Jos Antonio Ocampo,
seal que en el ao 2001, 214 millones de personas, es decir, el 43 por ciento de la
poblacin latinoamericana, vive en la pobreza, y de stas, 92.9 millones (18.6 por
ciento), en la indigencia.
As, el Premio Nobel de Economa en el 2001, Joseph Stiglitz, analiza en su libro las
polticas macroeconmicas emprendidas con mayor rigor por el FMI en la dcada del
90 con el inters de contribuir al crecimiento de algunos pases en desarrollo. No
obstante, el autor denuncia las fallas en que una y otra vez el FMI ha incurrido, por
causa de su fundamentalismo econmico.
El valor de la acusacin est en que Stiglitz conoce detalladamente la forma de
proceder del gobierno americano y de las organizaciones financieras multilaterales.
Despus de aos de investigacin y ejercicio docente en distintas universidades
norteamericanas, fue elegido en 1993 director del Consejo Asesor del Presidente
Clinton. Luego, en 1997 pas al Banco Mundial, donde fue economista jefe y
vicepresidente senior durante casi tres aos, hasta enero de 2000. Por lo tanto, y
como l mismo lo expresa, fue testigo de excepcin en un perodo colmado de
perturbaciones econmicas para el mundo, que empez con su estada en la Casa
Blanca, cuando Rusia inici la transicin del comunismo al capitalismo, y termin
cuando fue vicepresidente del Banco Mundial durante la crisis financiera que explot en
el Este asitico en 1997.
Antes de su llegada a la Casa Blanca, Stiglitz haba dedicado su trabajo e investigacin
a temas tericos y prcticos. As, l contribuy al desarrollo de la economa
matemtica abstracta, con los resultados alcanzados en lo que hoy se conoce como la
economa de la informacin. Adems, trabaj en temas ms aplicados como el
desarrollo, la economa del sector pblico y la poltica monetaria. Durante veinticinco
aos Stiglitz ha escrito sobre temas como quiebras, apertura y acceso a la informacin.
Tambin ha jugado un papel importante en la defensa de una transicin gradual de las
economas comunistas hacia el libre mercado, recriminando las llamadas terapias de
choque.
La sensibilidad de este economista del primer mundo, poco usual en la mayora, est
relacionada con su experiencia como docente en Kenia (1969-1971). Parte de mi
labor terica ms relevante fue inspirada por lo que all vi. Saba que los desafos de
Kenia eran arduos pero confiaba en que sera posible hacer algo para mejorar las vidas
de los miles de millones de personas que, como los keniatas, viven en la extrema
pobreza (Cepal, 13).
A pesar de toda su experiencia acadmica, Stiglitz concluye que sta no le sirvi de
mucho para afrontar los problemas con los cuales se encontr cuando lleg a
Washington. El sesgo ideolgico y poltico del Fondo Monetario Internacional, Banco
Mundial y la Organizacin Mundial del Comercio, los desviaba de su misin por
mantener un equilibrio econmico en el mundo.
El tema central del libro es un cuestionamiento al papel jugado por estas instituciones
econmicas en el proceso de globalizacin, las cuales en lugar de favorecer el
crecimiento y desarrollo de los llamados pases del tercer mundo, lo que han generado
es un desequilibrio, al no respetar las secuencias y los ritmos de estas economas. La
razn de dicha situacin, segn Stiglitz, est en que las decisiones son adoptadas
sobre la base de una curiosa mezcla de ideologa y mala economa, un dogma que en
ocasiones parece apenas velar intereses creados (Cepal, 16). Es precisamente ese
credo, es decir, el neoliberalismo, la causa fundamental del desajuste econmico,
social y poltico en el mundo. Ese es el segundo tema central en el anlisis de Stiglitz,
la crtica al libre mercado como estrategia de equilibrio de la economa, y el
menosprecio por la participacin del Estado como medio alterno para lograr el mismo
fin.
Cabe sealar que para el desarrollo de este trabajo, aparte de la propia experiencia de
Stiglitz, l utiliz otras tres fuentes: los funcionarios estatales, los empresarios y lo que
l denomina la red global de colegas acadmicos, es decir, profesores e investigadores
universitarios. Adems, tuvo el apoyo de universidades como Stanford y Columbia, y
recibi soporte financiero de las Fundaciones Ford, Macarthur y Rockefeller, la Agencia
Internacional de Desarrollo de Canad y el PNUD.
El libro est organizado en nueve captulos, con un estilo de narracin agradable
seguramente por no utilizar un tono acadmico, habitual de la teora econmica que
resulta muy fcil de entender. Los conceptos se hacen comprensibles para el lector
gracias a la variedad de ejemplos que Stiglitz va citando, fruto de su posicin
estratgica en la Casa Blanca y en el BM.
La primera parte del libro, que incluye los primeros tres captulos, es un examen al
papel desempeado por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la
Organizacin Mundial de Comercio, en relacin con el cumplimiento del objetivo inicial
por el cual fueron creados, es decir, el compromiso por sostener el equilibrio
econmico mundial. La tctica utilizada para evaluar esta tarea, una y otra vez, es
citar la experiencia vivida como funcionario del gobierno americano y del BM respecto
de algunos pases africanos y del Este asitico.
As, el primer punto de estudio es el papel desempeado por estas instituciones en el
proceso actual de globalizacin. Stiglitz seala cmo las ltimas reuniones del FMI, BM
y la OMC han terminado en conflictos y disturbios, ejemplo: Praga, Seattle,
Washington y Gnova. La pregunta que Stiglitz se formula es: Por qu la globalizacin
una fuerza que ha producido tanto bien ha llegado a ser tan controvertida? La
respuesta parece ser, que no obstante haber posibilitado la integracin ms estrecha
de los pases y los pueblos del mundo, producto de la reduccin de los costes de
transporte y comunicacin, y el desmantelamiento de las barreras artificiales a los
flujos de bienes, servicios, capitales y conocimiento (Cepal, 34), para la gran mayora
de los pases en va de desarrollo se convirti en un karma reflejado en el incremento
de su pobreza. A pesar de los intentos por reducir este flagelo, en la ltima dcada el
nmero de pobres ha aumentando en casi cien millones. En 1990 haba 2.718 millones
de personas que vivan con menos de dos dlares diarios. En 1998 el nmero de
pobres era estimado en 2801 millones1. Los responsables de este desastre social son
los partidarios de la globalizacin cuyo nico modelo es el capitalismo triunfante de
estilo norteamericano (Cepal, 29).
Aunque para Stiglitz la globalizacin en s misma no es buena ni mala, el error para l
en principio est en la velocidad con que se ha desarrollado. Instituciones como el FMI,
BM y la OMC han sido las encargadas de presionar dicho comps. La celeridad en la
eliminacin global de las barreras al movimiento de capitales y el comercio no han
respetado el ritmo y las condiciones propias que tiene cada pas para su desarrollo.
El autor indica cmo el FMI ha fracasado en los ltimos 20 aos, respecto a la misin
con la cual fue creado en julio de 1944 por iniciativa de la Naciones Unidas en la
Conferencia Monetaria y Financiera celebrada en Breton Woods, New Hampshire. La
idea era crear una institucin de carcter colectivo, que trabajara por mantener la
estabilidad econmica global, con el fin de evitar crisis similares a la Gran Depresin
de 1930. Sin embargo, desde 1980, no hizo lo que supuestamente deba hacer:
aportar dinero a los pases que atravesaran coyunturas desfavorables para acercarse
nuevamente al pleno empleo (Cepal, 40). Una ayuda que deba ser transitoria se
convirti en permanente, lo que degener en una posicin imperialista del FMI, pues
termin gobernando sobre los pases en desarrollo. An ms, ha usurpado las
funciones del BM, al ocuparse tambin de cuestiones estructurales de los pases, como
son el gasto pblico del gobierno, las instituciones financieras, el mercado laboral y sus
polticas comerciales. El FMI adems de ocuparse de las variables macroeconmicas de
los pases, es decir, el dficit fiscal, su poltica monetaria, su inflacin, su dficit
comercial y su deuda externa, acab anexando funciones que no le competan.
La orientacin keynesiana de la funcin de intervencin del Estado para mantener el
pleno empleo, fue reemplazada en la dcada de los ochenta por la mano invisible del
mercado. Sin embargo, esta frmula ha fallado, prueba de esto son los errores en
secuencia y ritmo que ha cometido el FMI en todas las reas en las que ha
incursionado en el desarrollo, manejo de crisis y transicin del comunismo al
capitalismo (p. 43). La razn que Stiglitz arguye para que esto haya acaecido est en
que las decisiones en este organismo se ejecutan en funcin de criterios ideolgicos y
polticos. Adems, la receta aplicada siempre fue la misma para todos los pases, sin
tener en cuenta sus particularidades culturales y las consecuencias sobre los seres
humanos que hacan parte de estos pueblos. Stiglitz as lo expone, cuando particip en
la primera administracin del presidente Clinton: Rara vez vi predicciones sobre qu
haran las polticas con la pobreza; rara vez vi discusiones y anlisis cuidadosos sobre
las consecuencias de polticas alternativas: slo haba una receta y no se buscaban
otras opiniones (p. 16).
Para Stiglitz, la razn que explica este proceder se encuentra en los esquemas
mentales tanto de los pases desarrollados como subdesarrollados. Para l, an
persiste la mentalidad colonial, es decir, la carga del hombre blanco y la presuncin de
saber qu es lo mejor para los pueblos en desarrollo. Las misiones del FMI se
comportan de manera similar a como lo hacan los funcionarios reales de la corona
espaola durante la colonia, es decir, con desconocimiento social, poltico y econmico
de los pueblos a los que pretenden trasplantar el desarrollo. Para ellos el desempleo es
tan slo una estadstica, un conteo de cuerpos econmicos, vctimas accidentales en
la lucha contra la inflacin o para garantizar que los bancos occidentales cobren. Los
desempleados son personas, con familias, cuyas vidas resultan afectadas a veces
devastadas por las polticas econmicas que unos extraos recomiendan y, en el caso
del FMI, efectivamente imponen (p. 50).
Stiglitz tambin seala que el problema de las instituciones econmicas internacionales
subyace en quin las gobierna, es decir, quin decide qu hacen. Adems, de quin
habla en nombre del pas. Para nadie es un secreto que los encargados de tomar las
decisiones son los siete pases ms industrializados, es decir, Estados Unidos, Canad,
Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Japn, mediados por los intereses comerciales
y financieros de estos pases. En el FMI son los ministros de Hacienda y los
gobernadores de los bancos centrales, representantes de la lite financiera de cada
pas los encargados de establecer las polticas econmicas que se deben seguir en el
resto del mundo. En la OMC son lo ministros de Comercio los que reflejan los intereses
del sector empresarial. Stiglitz cita cmo Robert Rubin, secretario del Tesoro, durante
el perodo en que l fue vicepresidente del BM, vena del mayor banco de inversin,
Goldman Sachs, y acab en la empresa (Citigroup) que controla el mayor banco
comercial: Citibank. El nmero dos del FMI durante este perodo, Stan Fischer, se
march directamente del FMI al Citigroup (p. 45).
No obstante la crtica a los organismos econmicos multilaterales, el inters de Stiglitz,
manifiesto en el segundo y tercer captulos, es recalcar la necesidad de que las
instituciones econmicas internacionales respeten las condiciones particulares de cada
pas al momento de realizar los ajustes econmicos; sin olvidar, el papel relevante que
tiene el Estado en dicho proceso. Para ello describe los xitos alcanzados en pases
africanos como Uganda, Etiopa y Botsuana, al igual que en el Este asitico,
especficamente China, donde se cumplieron los ritmos y las secuencias de cada uno
de ellos. Adems, Stiglitz propone desarrollar convenios en donde se tenga en cuenta
el plano poltico, por ejemplo: estrategias que incluyen la reforma agraria pero no
incluyen la liberalizacin del mercado de capitales, que plantean polticas de
competencia antes de la privatizacin, que aseguran que la creacin de puestos de
trabajo acompae la liberalizacin comercial (p. 118).
En el captulo cuarto Stiglitz presenta la catstrofe econmica para los pases del Este
asitico que fueron obligados por el FMI ha realizar la apertura indiscriminada de sus
mercados de capitales, concretamente: Corea del Sur, Indonesia y Tailandia. El
producto final de este desajuste, provocado por el movimiento incontrolado de dinero
en las bolsas asiticas, fue la crisis en 1997 de las economas emergentes.
Stiglitz denuncia que lo absurdo de la implementacin de esta poltica subyace en el
supuesto inters por mejorar la situacin del sistema empresarial y bancario, lo cual
era un exabrupto, pues la regin haba estado creciendo durante las tres ltimas
dcadas con base en el ahorro interno de los pases. Entonces por qu inducir la
entrada masiva de capitales, si no hacan falta recursos para generar desarrollo y
crecimiento en la regin? Aunque Stiglitz una vez ms determina como causa de esta
crisis el fundamentalismo del mercado en cabeza del FMI y del Tesoro norteamericano,
no deja de nombrar lo que l denomina la teora de la conspiracin, es decir, la
maniobra por debilitar las economas asiticas con el fin de controlarlas va
endeudamiento, pues ese era el resultado despus de haber ejecutado los programas
de rescate.
No obstante, Stiglitz tambin expone cmo pases de esta regin que no siguieron los
preceptos del FMI corrieron mejor suerte, casos de Malasia y China, el primero por
resistirse al mandato del FMI y el segundo por haber optado firmemente desde 1970
por una gradualidad respecto de la apertura de sus mercados.
Sin embargo, gran parte del mundo en desarrollo no ha podido aplicar sus propias
reglas, Amrica Latina es una prueba de ello. El declogo del Consenso de Washington,
dictado por el FMI y cuya esencia espiritual para el orden econmico es la mano
invisible del mercado, no ha generado bienestar; al contrario, el resultado final ha
sido favorecer a la minora a expensas de la mayora, a los ricos a expensas de los
pobres (p. 46).
Los tres siguientes captulos se centran en el anlisis del fracaso ruso en la transicin
de una economa totalitaria a una de mercado. El capitalismo desarrollado en la ltima
dcada del siglo XX, que fue un curso acelerado de economa de mercado, qued en
evidencia con la crisis de 1998; los ros de miel y leche prometidos por EE.UU. y el FMI
no brotaron. La terapia de choque implementada desde las oficinas del FMI y del
Tesoro norteamericano no funcionaron y al contrario de generar crecimiento, lo que
provocaron fue pobreza. Para Stiglitz la frustracin se explica por el carcter especfico
del proceso; la transicin, ms que un cambio econmico, era una transformacin
social, es decir de las estructuras sociales y polticas: parte de la razn de los funestos
resultados de la transicin econmica fue el no reconocimiento de la centralidad de
estos otros componentes (p. 177).
As, las medidas implementadas por Rusia desde el principio como eje articulador del
cambio fueron nicamente econmicas. El primer paso fue la liberalizacin instantnea
de precios, que desat una inflacin que liquid los ahorros y situ la cuestin de la
macroestabilidad en el primer lugar de la agenda (p. 183). De aqu en adelante las
polticas centrales del modelo fueron estabilizacin, liberalizacin y privatizacin, con el
agravante que el proceso se inici sin ningn marco regulatorio, lo que confluy en una
situacin de corrupcin endmica. Por lo tanto, los rusos intentaron tomar un atajo
hacia el capitalismo y crear una economa de mercado sin instituciones fundamentales,
e instituciones sin un marco institucional bsico (p. 181).
Para Stiglitz fue el FMI el responsable de esta crisis, ya que los lineamientos trazados
por esta institucin no funcionaron; medidas tales como la privatizacin, que hacen
parte de la receta obligatoria para que el FMI ayude a los pases en problemas, no
dieron resultado: es fcil privatizar a marchas forzadas si uno no presta atencin a
cmo se privatiza, y si en esencia se trata de entregar valiosa propiedad estatal a los
amigos de uno (p. 186). Luego la privatizacin en lugar de contribuir al desarrollo
econmico ruso, lo que gener fue desconfianza en las reformas. El ejemplo ms
elocuente de este proceso fue el programa de prstamos a cambio de acciones
estatales, a travs del cual el gobierno ruso obtuvo recursos econmicos de los bancos
privados. El problema fue que el Estado no pudo cubrir la deuda y los bancos se
quedaron con las compaas en lo que cabe considerar como ventas fingidas (aunque
las autoridades realizaron subastas de puro teatro) y unos pocos oligarcas se
convirtieron en millonarios en un instante (p. 204).
Para Stiglitz, estos comportamientos asumidos durante el proceso de transicin rusa
socavaron el contrato social que una al gobierno con sus ciudadanos, debido al
resquebrajamiento del capital social, es decir, las reglas de juego dentro de una
sociedad. Uno no se enriqueca trabajando duro o invirtiendo, sino empleando los
contactos polticos para conseguir barata la propiedad estatal en las privatizaciones
(p. 206). La denuncia de Stiglitz apunta en direccin al error cometido por el FMI, el
cual solo se centr en los ajustes macroeconmicos, dejando de lado los problemas de
pobreza, desigualdad y capital social.
A pesar de las claras evidencias de corrupcin en Rusia, el FMI lider el plan de rescate
cuando estall la crisis en 1998, al punto que del paquete de salvamento estimado en
22.600 millones de dlares, el FMI coloc 11.200. Este dinero slo sirvi para que los
inversionistas locales y extranjeros lograran ponerse a salvo, al trasladar sus dlares a
cuentas en el exterior. Stiglitz seala una doble moral en esta actuacin, ya que a los
pases pequeos y no estratgicos, como Kenia, se les denegaba el crdito debido a la
corrupcin, pero se segua prestando dinero a pases como Rusia, donde la corrupcin
alcanzaba un nivel muy superior (p. 191). Esta accin ubica al FMI como una
institucin poltica, pues el rescate econmico ruso en 1998 obedeci a un inters por
mantener a Boris Yeltsin en el poder. Adems, las polticas del FMI estuvieron en
consonancia con las opiniones emanadas por las directivas del Tesoro, quienes
estaban atemorizados por el peligro de un retroceso hacia el comunismo (p. 214), de
ah la determinacin de realizar un ajuste econmico rpido, y no gradualista. Para
Stiglitz, lo que en gran medida determin el revs ruso fueron los intereses
econmicos americanos en cabeza del sector financiero y comercial, junto con la
ideologa predominante en la comunidad financiera.
En el captulo sptimo Stiglitz llama la atencin sobre la posibilidad de encontrar
mejores caminos hacia el mercado que los propuestos hasta ahora por el FMI. Para
sustentar esto seala los xitos alcanzados por Polonia y China, pases que siguieron
estrategias diferentes a las ofertas realizadas por el Consenso de Washington. El rasgo
comn de estos dos procesos ha sido una poltica gradualista de liberalizacin. Polonia
no emprendi una veloz privatizacin y no puso el control de la inflacin a niveles
cada vez ms reducidos por encima de todas las dems consideraciones
macroeconmicas (p. 230). No obstante, s tom otras precauciones, como construir
el apoyo democrtico a las reformas, ajustar las pensiones a la inflacin y crear la
infraestructura institucional para una economa de mercado. El caso chino comienza en
la agricultura, con el movimiento desde el sistema de produccin comunal (colectivo)
hacia el sistema de la responsabilidad individual; en la prctica una privatizacin
parcial (p. 231). El gobierno central chino se preocup tanto por la estabilidad como
por el crecimiento, pero el eje de su poltica econmica fundamentalmente fue la
creacin de competencia, nuevas empresas y empleos. La estrategia de estos dos
pases fue relativamente sencilla, y consisti en no demoler tan rpido el sistema del
cual venan; muy distinto a lo que sucedi con Rusia, donde la consigna fue privatizar
lo ms pronto posible. La irona final es que muchos de los pases que adoptaron
polticas ms graduales pudieron acometer reformas ms profundas ms rpidamente
(p. 235).
Los dos ltimos captulos son una propuesta para una nueva agenda,
recomendaciones que Stiglitz hace a la falta de coherencia terica del FMI. Aunque
ste fue creado para corregir los fallos del mercado internacional, hoy sus economistas
creen dogmticamente que son los mercados los encargados de enmendar estas
imperfecciones.
As, el FMI hoy visiblemente rechaza las ideas de Keynes, a mi juicio no ha articulado
una teora coherente de los fallos del mercado que justificara su propia existencia y
proporcionara una justificacin racional de sus intervenciones concretas en los
mercados (p. 248). Prueba de ello es lo que sucede con el mercado cambiario, en
donde el FMI interviene cuando ocurre alguna crisis, a pesar que la teora indica que
los tipos de cambio, como cualquier precio, son determinados por el mercado. El papel
del FMI con esta poltica no ha servido sino para favorecer a los especuladores. Por
ejemplo, cuando el FMI y el Gobierno brasileo gastaron 50.000 millones de dlares
para sostener el tipo de cambio en un nivel sobrevaluado a finales de 1998, a dnde
fue el dinero? (p. 251).
Stiglitz cita otra situacin en la cual el FMI evidencia su incoherencia: cuando impone
un rgimen de austeridad en aquellos pases en problemas, con el objeto de recuperar
la confianza de los inversores. Sin embargo, lo que muestra la realidad es que su afn
por evitar el contagio de otros pases, termina provocando precisamente dicho
efecto, pues los llamados ajustes significan exportar la recesin a los vecinos.
Otro ejemplo de la incoherencia del FMI es el relacionado con el manejo que dicha
institucin realiza de las bancarrotas. En la economa de mercado, si un ente financiero
realiza un mal prstamo, las consecuencias corren por cuenta del mismo. Sin embargo,
lo que el FMI patrocina es el rescate de los acreedores, al facilitarles el dinero a los
gobiernos para que cubran las deudas. El resultado: pases ms endeudados y
prestamistas ms ricos. Dicha situacin se present en Rusia en 1998. En este caso,
aunque los acreedores de Wall Street estaban prestando dinero a Rusia, al mismo
tiempo hacan saber cun grande sera el rescate... (p. 254). Por lo tanto, el adagio
popular la cura resulta ms cara que la enfermedad define en forma concreta los
problemas de coherencia del FMI.
En el ltimo captulo Stiglitz hace su gran aporte al enunciar de manera concisa lo que
l considera que debe ser la nueva agenda de las instituciones econmicas
internacionales, de tal manera que cumplan con su misin de mantener el equilibrio
econmico mundial. Stiglitz seala como condicin indispensable para alcanzar estas
metas, redisear las instituciones, al igual que todo el proceso de globalizacin. Los
siete puntos de la agenda son los siguientes:
1. Aceptacin de los peligros que conlleva la liberalizacin de los mercados de capitales
y los flujos de capital de corto plazo (dinero caliente), ya que imponen abultadas
externalidades, lo cual significa mayores costes para quienes no son parte activa en el
proceso de transacciones.
2. Es imperioso fijar reglas claras sobre las quiebras y moratorias, para que
prestamistas e inversores en economas emergentes no se atengan a las polticas de
salvamento de acreedores por parte del FMI; y as no estimular el tipo de prstamos
temerarios tan comunes en el pasado.
3. Destinar menos recursos a los rescates econmicos de los acreedores occidentales,
pues este dinero permite que se cobre ms de lo que se habra cobrado en otras
circunstancias.
4. Es imprescindible tener una regulacin bancaria transparente, tanto en los pases
desarrollados como en va de desarrollo, con el objeto de no patrocinar prcticas de
prstamos que fomenten la inestabilidad econmica. Se necesita una aproximacin a la
regulacin ms amplia, menos ideolgica, adaptada a las capacidades y circunstancias
de cada pas.
5. Se debe persuadir una mejor gestin del riesgo con respecto a la volatilidad de los
tipos de cambio. Los pases en desarrollo deben aprender a manejar esos peligros,
probablemente mediante la compra de seguros contra tales fluctuaciones en los
mercados internacionales de capitales.
6. En relacin con lo anterior, dentro de la gestin del riesgo, es necesario tener
mejores redes de seguridad que salvaguarden a la poblacin ms frgil de los pases
en crisis, lo que significa por ejemplo incluir programas de seguro de desempleo.
7. Finalmente Stiglitz sugiere construir mejores respuestas a las crisis. Los
antecedentes muestran que la actuacin del FMI en 1997-1998 fue desastrosa. As las
respuestas ante las crisis financieras futuras debern situarse en un contexto social y
poltico (p. 299). En otras palabras, Stiglitz reclama que el FMI juegue el rol para el
cual fue creado, es decir, proveer financiacin para activar la demanda en los pases
que se encuentran en recesin. Frente a dicha situacin el autor es sumamente crtico
al decir por qu cuando EE.UU. atraviesa una recesin aboga por una poltica fiscal y
monetaria expansiva, y cuando la atraviesan ellos se insiste en justo lo contrario (p.
299).
A manera de colofn, Stiglitz dictamina que lo que se necesita es una globalizacin con
un rostro ms humano, es decir, ms justa y ms eficaz para elevar los niveles de
vida, especialmente de los pobres. No se trata slo de cambiar estructuras
institucionales. El propio esquema mental entorno a la globalizacin debe modificarse
(p. 307). Para ello, l manifiesta su esperanza de cambio en las instituciones
econmicas internacionales, dada las transformaciones observadas en el BM. Adems,
prescribe la necesidad de modificar el concepto de ayuda implementado por el sistema
financiero mundial, ya que ste se limitan ha designar condiciones respecto del auxilio,
olvidando que los pases se resienten por las reformas, y realmente no las asumen ni
se comprometen con ellas. Stiglitz tambin demanda una condonacin de la deuda
para que los pases en desarrollo puedan crecer.
Sin embargo, resulta curioso que Stiglitz reclame de los pases en desarrollo una
posicin ms proactiva, cuando l mismo sabe que uno de los principios elementales
del capitalismo es someter al otro, es decir imponer condiciones. l deja en manos de
estos pases la decisin de aceptar la ayuda internacional; as los pases pueden
elegir, y entre sus opciones figura el grado al que desean someterse a los mercados
internacionales de capitales (p. 308).
No obstante, l mismo afirma que la globalizacin, tal como ha sido defendida, a
menudo parece sustituir las antiguas dictaduras de las lites nacionales por las nuevas
dictaduras de las finanzas internacionales. A los pases, de hecho, se les avisa que si
no respetan determinadas condiciones, los mercados de capitales o el FMI se negarn
a prestarles dinero (p. 308). Entonces, cul autodeterminacin al momento de tomar
sus 2 Portafolio, martes 14 de enero 2003. propias decisiones, si la estabilidad
econmica, social y poltica de un pas depende de unos prstamos? Adems, qu
clase dirigente estara dispuesta ha exponer sus privilegios de poder a cambio de
sobrevivir slo con los recursos nacionales, si eso probablemente los pondra en la
picota pblica frente a sus gobernados? Por eso la deuda sigue creciendo, y los
organismos financieros multilaterales prestando.
Colombia parece ser el vivo reflejo de esta situacin; el actual gobierno tuvo que
someterse a las condiciones que le dict el FMI, es decir, implementar la reforma
pensional, laboral y tributaria, con el fin de obtener los recursos necesarios para
gobernar durante los prximos cuatro aos. El aval del Fondo Monetario Internacional
le permitir a Colombia acceder a los mercados de capitales en mejores condiciones,
al mismo tiempo que activar los recursos pactados con la banca multilateral2. Lo
nico es que Colombia tiene que aplicar la frmula, es decir, disminucin del gasto
pblico, control de la inflacin y tasas de inters competitivas con la devaluacin. As,
a pesar de los fracasos experimentados en distintas latitudes del mundo, el FMI sigue
con la misma receta recesiva; la nueva agenda sigue siendo una quimera para
nosotros.
No obstante, el trabajo de Stiglitz es sumamente productivo al sealar los
responsables del desequilibrio econmico, social y poltico. La opinin crtica emanada
de alguien como l, que conoce el mundo financiero internacional, es determinante al
momento de evaluar el proceso de globalizacin. El ajuste de cuentas que Stiglitz hace
al Consenso de Washington, en cabeza del FMI y el Departamento del Tesoro
americano, fue ms que justo para ms de la mitad de la humanidad que vive en
condiciones de pobreza. Nadie desconoce que la globalizacin es importante en la
medida que permite un intercambio masivo de conocimiento e ideas, lo cual
seguramente edifica sociedades ms democrticas y justas; lo que s resulta negativo
es la ideologa del libre mercado como mecanismo de equilibrio econmico global. La
autorregulacin no ha funcionado y, como Stiglitz lo enuncia, es necesaria la
participacin del Estado. La teora keynesiana parece tener hoy ms vigencia que
nunca.

Comentario
Articulo: La Globalizacin: Peligros y Repuestas
Autor: David Held

También podría gustarte