Reto de 30 Días de Oración de Una Madre-20

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Aviva Nuestros Corazones 2020

Aviva Nuestros Corazones


Po. Box 2000, Niles, MI 49120
AvivaNuestrosCorazones.com

Escrito por: El equipo de Revive Our Hearts, basado en las enseñanzas de Nancy Leigh DeMoss.

Edición General: Yamell Jaramillo

Traducido por al español por: El equipo de Aviva Nuestros Corazones.

Diseñado por: Nicole Tejera.


Ícono de la portada creado por Ates Evren Aydinel de The Noun Project.

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema
de recuperación, o transmitida de ninguna forma ni por ningún medio (ya sea electrónico, mecánico, fotocopia,
grabación, ocualquier otro) sin el permiso previo del editor, salvo lo dispuesto por las leyes de derecho de autor de
Estados Unidos.

A menos que se indique lo contrario, el texto bíblico se tomó de La Biblia de Las Américas. Derechos reservados 2000,
2001 por Crossway Biblias, una división de Good News Publishing. Utilizado con permiso.

Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de Life Action Ministries.

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DÍA 1
TIEMPOS DE NO TANTA QUIETUD

«Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; exaltado seré


entre las naciones, exaltado seré en la tierra».

SALMO 46:10

¿L a idea de tener un «tiempo de quietud» personal te ha hecho sentir


culpable durante estos años de maternidad? El tener tiempo de
oración y estudio bíblico en los rincones de la maternidad significa:

a. Contratar a una niñera

b. Asegurar la puerta y gritar de vez en cuando algo como: «¡DEJEN A


MAMI SOLA. ESTOY HABLANDO CON JESUS!».

c. Levantarte tan temprano que solo puedes sentarte y mirar la Biblia


con los ojos cansados y borrosos.

Pero la Biblia no dice que te calles. Dice que estés quieta.

La tranquilidad significa frenar tu vida con los niños. La quietud significa


tomar tiempo, detenerte y reconocer tu necesidad de Dios en medio del caos. No
tiene que haber un silencio absoluto. De hecho, incluir más de Dios mediante la
oración y el estudio bíblico es algo que puedes hacer con tus hijos.

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MODO DE HACERLO

QUE SEA UN JUEGO

Reúne a tu rebaño y practica el estar quietos. Primero, muévanse, salten y bailen. Cuando
digas «quietos» que todo el mundo se congele. Después de unos segundos de tranquilidad,
eleva una breve oración para que Dios cambie tu corazón y a tu familia a través de este
desafío. Repítelo. Luego de otra serie de quietud, lee en voz alta un capítulo de Proverbios
que corresponda al día específico. Haz una ronda más de movimientos, seguida por otra de
“congelamiento”. Aprovecha este momento, para ofrecer palabras de alabanzas a Dios.

¡Hecho! Acabas de pasar un tiempo con Dios, que incluyó oración, alabanzas y estudio de la
Biblia. Puede que no incluyera tranquilidad absoluta, pero hizo que tomaras tiempo para aquietar
sus corazones delante de Dios. Eso es todo lo que El necesita para comenzar a cambiarte.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Dios, por favor dame más momentos en los que pueda pasar tiempo contigo.
Utiliza este desafío para enseñarme Tu visión para la maternidad.

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DÍA 2
APRENDIENDO A ORAR

«Y aconteció que estando Jesús orando en cierto


lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos:
Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó
también a sus discípulos».

LUCAS 11:01

A ñade a la lista de cosas por las que te sientas culpable como madre, el no
querer hacer manualidades con tus niños y ser intransigente al no darle
caramelos a tu hijo de cuatro años de edad.

Sé que se supone que debo orar por mis hijos. De hecho, yo soy partidaria
de decir que como madre, la oración es mi trabajo principal. Quiero decir, que lo
hago. Pero a veces no sé por qué orar.

Tengo el gran consuelo de saber que los discípulos de Jesús, aquellos que
estaban tan cerca de Él, también estaban desorientados acerca de la oración.
Aun así, si nuestros corazones de madres van a ser transformados, la oración
debe ser parte del proyecto de cambio. Necesitamos que Jesús nos enseñe cómo
orar por nuestros hijos, cómo orar por nuestros matrimonios, y cómo orar por
nuestros corazones carnales para que sean transformados más a la imagen de
Jesús. Para que eso ocurra, tendremos que volver a aprender a orar.

Trataremos ese tema en los próximos días, ya que la oración es fundamental


para la transformación de nuestro corazón. Evita la tentación de pasar por alto
estos días y asumir que, «He oído todo esto antes». Piensa en una re-educación
en la oración como la base que usas en las uñas o un buen champú (con masaje
en el cuero cabelludo, por favor) antes del corte y el peinado. No es lo más
glamoroso, pero es la base necesaria y fundamental para allanar el camino de
manera que podamos hablar radicalmente de un antes y un después.

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MODO DE HACERLO

HAZ UN ÁRBOL GENEALÓGICO DIFERENTE

No se requieren materiales de arte o talento para esta acción, pero tus picaros niños se
sentirán libres de dejar correr su imaginación.

Anota los nombres de los miembros de tu familia troncal incluyendo el tuyo. Debajo de cada
nombre, escribe las necesidades de oración de cada persona. Esto puede tomarte un momento.
Date tiempo suficiente para considerar cómo deseas ver a Dios moverse en cada una de sus
vidas. ¿Cuáles son sus necesidades físicas, espirituales y relacionales? Escríbelas, y guarda ese
papel en un lugar donde puedas encontrarlo con facilidad.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, enséñame a orar como Tú lo haces, hazme consciente de las


necesidades de mi familia para poder confiártelas a Ti.

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DÍA 3
NEGOCIANDO

«Y él les dijo:’Cuando oréis, decid: Padre,

santificado sea tu nombre. Venga tu reino’».

LUCAS 11:02 (RV)

C uando mis hijos eran bebés y lloraban sin razón, mi marido tomaba sus cuerpecitos
gorditos y decía: «Vamos a inspeccionar el reino». Nuestro «reino» particular
abarcaba un rancho de tres dormitorios, un gran patio trasero, y de vez en cuando un gato
callejero. No es un castillo, pero tenemos tanta ropa que lavar que podríamos hacer una fosa,
de vez en cuando me siento como una doncella cautiva en la torre.

Podemos estar tan enfocadas en las necesidades de nuestros pequeños reinos que
perdemos de vista el cuadro completo. Por eso, cuando Jesús dio Su lección sobre la oración,
nos animó a cambiar drásticamente el enfoque de la misma.

Hagamos un simple esquema de dos pasos de la oración de Jesús.

Paso 1: Reconocimiento de la posición de Dios.

Jesús dijo: «Padre, santificado sea Tu nombre». Nosotros no decimos la palabra


«santificado” a muchas cosas, esto simplemente significa «santo, venerado, o sagrado». Un
simple, «Dios, Tú eres santo» es suficiente.

Paso 2: Bajar el trono.

Jesús nos animó a buscar las prioridades del Reino de Dios cuando oramos.
Probablemente hemos leído Sus palabras antes, pero cuando se trata de orar por las
necesidades de nuestra familia, ¿con qué frecuencia implementamos esto? Podrías sentirte
extraña al orar por las necesidades del reino de Dios antes que por las tuyas, pero considéralo
como una negociación. Tu reino termina en el límite de tu propiedad, pero el reino de Dios es
eterno e infinito. No te preocupes, no tienes que darle vueltas a tu cerebro alrededor de ese
tema, pues Jesús nos enseñó a orar dándole prioridad a las cosas del Reino cuando oramos.

Jesús nos da permiso de mantener nuestras oraciones simples. Con la frecuencia con
que puedas hoy, ora esta sencilla oración: «Dios, Tú eres Santo. Venga a nosotros Tu reino».

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MODO DE HACERLO

INSPECCIONA TU REINO
Da un pequeño paseo alrededor de tu «reino». Agradece a Dios por las cosas que Él te ha
confiado mientras le pides que expanda tus prioridades. Puede sonar así: «Gracias Dios, por esta
casa. Ayúdame a utilizarla para Tu reino. Gracias Dios, por mis hijos. Ayúdame a enseñarles
acerca de Ti. Gracias por esta provisión. Úsalas para satisfacer las necesidades del reino».

ORACIÓN DE UNA MADRE

Dios, Tú eres santo. Venga Tu reino.

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DÍA 4
IGNORANDO EL PRÓXIMO PASO

«Danos hoy el pan nuestro de cada día».

LUCAS 11:03

¿T e has dado cuenta que la maternidad se trata de averiguar cuál


será el próximo paso? Cuando nacen nuestros hijos, esperamos con
anticipación cada reto. Cuando tienen dos años, nos mordemos las uñas (o
contamos los días) para que vayan a la escuela. Luego, esperamos el siguiente
grado, la licencia de conducir, la graduación…

Todo lo que desvía nuestra atención hacia lo que vendrá después, nos impide
prestar atención a lo que está sucediendo hoy en día. Al parecer, esto no es sólo
un problema de las madres, ya que Jesús instruyó a Sus discípulos a pedir el pan
de cada día «todos los días». Asumo que la redundancia está ahí por una razón.
En caso de que te lo perdieras, la redundancia es a propósito.

¿Por qué necesitamos «el pan de cada día», «cada día»? Porque tenemos la
tentación de centrar nuestras oraciones demasiado lejos en el futuro. Esto
parece ser especialmente cierto en nuestras oraciones por nuestros hijos. «Jesús,
hazlos crecer y convertirse en adultos que Te sirvan. Preserva a sus esposas en
pureza; dales propósitos, ni se te ocurra dejar que ellos me lleven a un hogar de
ancianos. . . »

Yo supongo, que no hay nada de malo en estas oraciones, pero Jesús nos
anima a orar en el marco de tiempo en el que Dios se está moviendo —en este
momento. ¿Qué es lo que necesitan tus hijos hoy? Ora sólo por sus necesidades
actuales e inmediatas. Podrás orar por las necesidades de mañana, mañana, y
por las necesidades de la próxima década cuando llegue. Por el momento, pídele
a Jesús trabajar para satisfacer tus necesidades diarias, así... todos los días.

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MODO DE ACCIÓN

ALIMENTA A LOS PÁJAROS

Coge un trozo de pan y a tus hijos, y ve en busca de una bandada de pájaros. ¡No lleves tu
agenda. No te apresures. No revises el correo electrónico, Facebook, o Pinterest. . . y... ¡suelta el
iPhone! Disfrútalo el mayor tiempo que te sea posible, sin tener que preocuparte por el pasado
ni el futuro. Toma notas de cómo te sentiste en ese momento, y trata de volver a capturar esa
sensación al orar.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, gracias por ser el mismo ayer, hoy y siempre. Estoy agradecida de
saber que puedo contar contigo para satisfacer mis necesidades futuras, al
igual que lo has hecho en el pasado. Muéstrame cuáles son las necesidades
de mi familia en el día de hoy, y ayúdame a confiar en ti para satisfacer mis
necesidades diarias cada día.

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DÍA 5
Y PERDÓNANOS NUESTROS PECADOS MAMÁ...

«Y perdónanos nuestros pecados».

LUCAS 11:04

J usto en el momento en que la epidural se desvanece, la culpa te golpea


(tu instinto natural de madre puede superar la culpabilidad un par de
horas... te lo has ganado). A veces tenemos a madres culpándose por tonterías.
He tenido que trabajar mi culpa por darles a mis hijos demasiadas golosinas, por
protegerlos demasiado, por no valorarlos lo suficiente y por no dejarlos tener un
perro. Estos son delitos menores. El mejor recurso es simplemente dejar fuera la
culpa.

Pero hay delitos mayores que cometemos como madres. Delitos tan grandes
que me atrevo a llamar pecados. A veces me acuesto con ellos. No importa que
me justifique, diciéndoles que el heladero solo suena la campana cuando se da
cuenta que ellos están fuera, esa no es la verdad (¡Pero para mí, es conveniente!).
Mi ira hacia mis hijos a veces me asusta (y a ellos). Me quejo. Reclamo. Y de
acuerdo a la Palabra de Dios, todos estos son pecados que me separan de mis
hijos, y en última instancia, de Dios.

Jesús sabía que íbamos a pecar. Cuando Él nos enseñó a orar, nos dio una
solución simple para aliviar nuestras culpas, pedir perdón.

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MODO DE HACERLO

ESCRÍBELO

Escribe una lista de los pecados que has cometido como madre. Luego déjala descansar.
Pídele a Dios que te revele otras áreas de pecado que ni siquiera pudieras tener en cuenta. Escribe
lo que te venga a la mente. El objetivo no es crear una lista exhaustiva que resuma todos los
pecados que has cometido. Igualmente, el objetivo no es tampoco confrontarte con el pecado
de manera que amontones más culpa. El objetivo es ser realistas sobre el hecho de que todos
pecamos, y a veces la maternidad trae un conjunto único de tendencias pecaminosas.

Ahora, simplemente tienes que orar por esa lista. Pídele a Dios que perdone tus pecados.
Tira la lista a la basura de inmediato. Han sido perdonados. Haz el hábito de reflexionar sobre el
pecado todos los días y pedirle perdón a Dios frecuentemente.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, yo soy una pecadora, y no puedo dejar de pecar. Gracias porque Tu


gracia no se agota. Por favor, perdóname por los pecados que he cometido hoy, y
dame la sabiduría para dejar de lado las expectativas que no puedo cumplir como
madre.

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DÍA 6
DEVOLVER EL FAVOR

«Porque también nosotros perdonamos


a todos los que nos deben».

LUCAS 11:4

L a mayoría de los niños cometen errores. A veces esos errores señalan


de lleno nuestro desempeño como madres. Estamos conscientes de que
errar el blanco es parte del proceso de aprendizaje, pero cuando estamos muy
cansadas, estresadas o heridas como madre, su desobediencia, la ira y pérdida de
nuestros bienes nos pueden alterar.

Dios nos da un ejemplo radical del perdón en acción. Él no retiene nuestros


patrones pecaminosos contra nosotros. Él nunca dice: «Siempre haces eso»,
o «¡Ya te he dicho un millón de veces que no hagas eso!». En cambio, Él lanza
nuestros pecados en una dirección y decide caminar en la opuesta. Nosotras
estaremos amando a nuestros hijos cuando les ofrecemos el mismo tipo de gracia
inmerecida, que lo abarca todo.

La autora, compañera y madre, Rachel Jankovic, escribe: «Si perdonaste


que rompieran la ventana, actúa en consecuencia. Olvídalo. No guardes los
incidentes del pasado, especialmente si les dijiste que los perdonabas. Déjalo ir
tan lejos «como está el oriente del occidente» (Salmos 103:12).

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MODO DE HACERLO

CAMBIA TU VOCABULARIO

Los miembros de una familia tienen que pedirse disculpas unos a otros frecuentemente. De
hecho, decimos tanto las palabras «lo siento» que puede empezar a carecer de sentido. En cambio,
cuando cometes una ofensa, tienes que decirles a tus hijos: «Por favor, perdóname». Decir las
mismas palabras, cuando eres la que ofendes. Una petición de este tipo requiere una acción del
ofendido (perdón) y dar un paso hacia la reconciliación; tras el mal se establece el bien.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Padre, gracias por ofrecerme perdón con tanta libertad y completamente.


Muéstranos cómo ser una familia que valora el perdón y lo ofrece a cada uno de
sus miembros.

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DÍA 7
NO TE GUÍES A TI MISMA NI A OTROS

«Y no nos dejes caer en la tentación».

LUCAS 11:4

P odemos estar tan ocupadas encargándonos de guardar a nuestros hijos


del pecado que nos volvemos deficientes en la vigilancia de nuestros
corazones contra la tentación. Cuando Jesús enseñó a Sus discípulos a orar, Él lo
resumió con las palabras «Y no nos dejes caer en la tentación».

Esto parece obvio si lo piensas. Dios no nos va a dejar caer en la tentación. Él


desea guiarnos fuera del pecado, no hacia él. Sin embargo, estas palabras sirven
como recordatorio de que la tentación del pecado es una amenaza muy real. Las
cosas que nos tientan deben estar en nuestro radar, y tenemos que llevarlas a
Dios cuando hablamos con Él.

Debemos hacer todo lo que podamos para mantener a nuestros hijos en el


camino recto y angosto, y todavía tendrán la oportunidad de optar por pecar
voluntariamente. Me temo que «la manzana no cae demasiado lejos del árbol»,
ya que tampoco podemos escapar de nuestra naturaleza pecaminosa. Es una
buena idea pedirle a Dios que nos preserve de la tentación, pero también es
importante que nos esforcemos para mantenernos lejos del pecado.

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MODO DE ACCIÓN

ENCUENTRA UN PATRÓN

Piensa de nuevo en la lista de pecados del día seis. ¿Dónde ves patrones de pecados en ti
como madre? ¿Eres una madre airada? ¿Una madre amargada? ¿Una madre que lucha con los
pecados de la lengua? ¿Hay sitios en línea que te tientan, pero que no son apropiados para ti
como cristiana?

¿Cuáles pasos debes dar para mantenerte alejada de la tentación en estas áreas?

Te animo a tomar medidas audaces y buscar a quien rendirle cuentas. Sí, sé que hacerlo
puede ser doloroso, pero también lo es la realidad de nuestro pecado. Haz lo necesario para
mantenerte lejos de la tentación de pecar esta semana.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, te doy gracias por que enfrentaste la tentación y no pecaste. Hazme


consciente de las áreas en las que bajo la guardia con relación al pecado, y
muéstrame la manera de evitar la tentación en estas áreas.

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DÍA 8
HABLANDO DE LA ORACIÓN

«Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo,

dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se rompe


fácilmente». ECLESIASTÉS 4:12

P ermítanme perseguir un pequeño rastro de conejo antes de continuar


con la oración. Anticipo que Dios te está transformando en una mamá
piadosa, pero espero que El no se detenga allí. ¡Hay otra pieza fundamental en la
ecuación de la paternidad que necesita un toque sobrenatural—tu esposo!

¿Sabías que los investigadores han descubierto que las parejas que oran
juntas todos los días tienen una tasa de divorcio de menos del uno por ciento?
¡Ese es un seguro para una relación seria! ¿Qué pasa cuando oramos juntos,
que mantiene a las parejas unidas? El escritor de Eclesiastés tenía todo resuelto
(¡debió haber escrito un libro sobre el matrimonio!). Una cuerda hecha de dos
hilos, que te representan a ti y a tu esposo, no es tan fuerte como una cuerda
hecha de tres hilos, que te incluye a ti, a tu marido, y al Dios del universo. Es
muy importante invitar a Dios a participar en las decisiones que toman como
padres. La manera de invitarlo a Él es a través de la oración.

Si eres una madre soltera. . . ¡eres una heroína! Primero, por favor envíame
tu dirección para que te pueda enviar el trofeo más grande que pueda encontrar
¡eres una heroína! Pero en segundo lugar, es necesario saber que el principio
de tres hilos se sigue aplicando a tu maternidad. Sé intencional en encontrar a
alguien que puede orar con regularidad por ti, como medio de fortalecerte como
madre.

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MODO DE HACERLO

PONTE A ORAR

Haz o renueva tu compromiso de orar con tu cónyuge. Si esto es imposible para ti,
acércate a alguien que te ame y ame a tus hijos, y hagan planes para orar juntos por lo menos
una vez la semana que viene.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Señor, te doy gracias por la fortaleza que me das a través de la oración.


Enséñame a orar con otros frecuentemente de manera tal que pueda ser
fortalecida como madre.

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DÍA 9
¿CUÁL ES MI MOTIVACIÓN?

«En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan


cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios».

1 CORINTIOS 10:31 (NVI)

S i yo tuviera que hacer un reporte de un libro, en mi libro para las mamás,


«Más allá del tiempo del baño», resumiría el contenido en cinco palabras
— la maternidad es un ministerio. Un resumen breve que probablemente no me
haría obtener una A de cualquier profesor, pero realmente es un mensaje simple
y radical que tiene el poder de revolucionar tu actitud hacia la maternidad.

Si la maternidad es algo más que levantar buenos chicos, no tendríamos


que estar inquietas cuando nuestros hijos tengan dificultad en obedecer. Si el
trabajo doméstico tuviera un significado mayor que mantener los pisos limpios,
y las cubetas de ropas sucias vacías, podríamos hacerlo con alegría una y
otra vez (y ¡otra vez!) de nuevo. Si la maternidad es un trabajo para el Reino,
entonces podemos trabajar para el avance del Reino y no hacia nuestras propias
expectativas. Ver la maternidad como ministerio también nos vacuna contra la
sensación de que deberíamos estar haciendo algo «más» con nuestras vidas.

Martín Lutero no era una madre, pero entendió que el ministerio no está
limitado a lo que sucede detrás de un púlpito o incluso dentro de las paredes de
una iglesia.

Él escribió: «La idea de que el servicio a Dios debe tener solo que ver con el
altar de la iglesia, el canto, la lectura y el sacrificio es, sin lugar a duda, el peor
truco del diablo. ¿Cómo pudo el diablo conducirnos de manera tan eficaz por tan
mal camino y por la estrecha concepción de que el servicio a Dios se lleva a cabo
sólo en la iglesia, y por las obras que hagamos en la misma?... El mundo entero
podría abundar con servicios al Señor. . . No solo en las iglesias, sino también en
el hogar, la cocina, el taller y el campo».

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MODO DE HACERLO

CONSIGUE EL MENSAJE

Toma un bloque de notas adhesivas, y escribe en varias de ellas, «La maternidad es un


ministerio». Ahora pégalas en lugares donde sientas que tu papel como madre, es mundano o sin
sentido. Tal vez la lavadora es un buen lugar para empezar. Puede ser difícil ver el lavado de las
ropas como algo más que una pérdida de tiempo. Pero Dios es capaz de utilizar incluso los actos
más cotidianos de servicio para bendecir, capacitar e inspirar. Pon uno en el volante si compartir
el carro te está drenando la vida. Pon uno en la mesa de cambiar los pañales de tu bebé o en la
estufa. Donde quiera que realices trabajos que te hagan sentir como que no estás alcanzando
mucho con tu tiempo, pon una nota que te recuerde que la maternidad es un ministerio.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Padre, gracias por usar mi vida. Ayúdame a ver lo que estoy haciendo en
mi casa y por mis hijos como un ministerio que atraerá mis hijos a Tu reino.
Te presento las tareas de la maternidad como panes y peces a ti. Por favor,
multiplícalos para que mis hijos sepan que eres Dios.

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DÍA 10
EVALÚA LOS REBAÑOS

«Conoce bien la condición de tus rebaños,


y presta atención a tu ganado».
PROVERBIOS 27:23

E stás pastoreando tu pequeño rebaño. Suena glamoroso, lo sé, y realmente


es un trabajo importante. Pero... También significa tratar con el rebaño y
ocasionalmente pisar un montón de excrementos. Hemos perdido la imagen de
lo que significa pastorear ovejas en nuestra cultura, pero era una imagen común
en tiempos bíblicos.

Como no soy una criadora de ovejas (aunque sí tengo aspiraciones de poseer


una manada de cabras dóciles), consulté a mi ganadero favorito, Google, para
ver algunos consejos sobre pastoreo. Estos son algunos datos curiosos sobre las
ovejas:

• Las ovejas tienen un fuerte instinto gregario. En otras palabras, son,


naturalmente, divertidas y de buen humor.

• Debido a que son pequeñas, son vulnerables a los depredadores.

• Las ovejas se estresan cuando se separan de su rebaño.

• Las ovejas deambulan fácilmente. Ser un buen pastor requiere una


vigilancia constante para asegurarse de que las ovejas estén seguras.

No voy a llamar «ganado» a los miembros de tu pequeño rebaño, pero


¿no se parece mucho esta descripción de las ovejas a tus chicos? ¡A los niños
les encanta la diversión! Claro que lanzan ataques, pero nacen amando
bailar, divertirse y reír. ¡Debido a que son pequeños, son vulnerables a los
depredadores! Tales como los gérmenes, los pedófilos; la lista de posibles
amenazas a nuestros hijos es larga. Y, por supuesto, cualquier madre que ha
tenido que luchar con los dedos regordetes de su niño agarrados de su brazo
para enviarlos a la guardería de la iglesia sabe que nuestros hijos se estresan al
separarse de su propia familia (manada).

Esta analogía se ajusta más en el último punto. Nuestros niños son propensos

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a vagar. Ellos vagan lejos de nosotros en la tienda de comestibles. Vagan
de las reglas. De vez en cuando se desvían de la verdad que tan duramente
hemos trabajado para enseñarles. Eso es parte de su naturaleza como niños y
como seres humanos. Nuestro papel como madres es vernos como pastoras,
encargadas de perseguirlos cuando vagan y amorosamente traerlos de vuelta a
la manada.

Se requiere un contacto y una evaluación constante. También se requiere


tu atención. Como madre, puede ser fácil ser atraída hacia el escapismo. . . Para
utilizar nuestro tiempo libre constantemente en tareas domésticas, o en línea,
o cerca de nuestros hijos, pero en realidad no conectadas. Las pequeñas ovejas
tienden a alejarse cuando mamá está tan distraída.

Proverbios nos insta a conocer bien el estado de nuestros rebaños y prestar


atención a la grey. Eso requiere que abandonemos la escoba y el iPhone, y que
supervisemos a nuestros chicos.

MODO DE HACERLO

AYUNA DE LAS DISTRACCIONES

Identifica las principales distracciones que te impiden prestar verdadera atención a tus hijos.
Tal vez sean domésticas. O puede ser la atracción por un gran libro. Una vez que las hayas
identificado, haz un ayuno de ellas, por un día.

No te estoy pidiendo que renuncies a ellas para siempre (¡no te asustes!). Solo que te alejes
por un día para que te involucres realmente con tu rebaño. Acuéstate en el piso con tus hijos si
son pequeños. Llévalos a almorzar si son más grandes. Consulta con ellos. Pregúntales lo que
están haciendo. Averigua lo que los entusiasma y lo que ahora puede preocuparlos. Durante un
día entero, que tu enfoque esté en la evaluación de la condición del pequeño cordero que Dios te
ha confiado.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, gracias por ser el Buen Pastor. Por favor, revélame lo que me impide
estar atenta a las necesidades de mis hijos. Cuando me parezca que uno de ellos
esté vagando, dame sabiduría para dirigirlo de nuevo a Ti.

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DÍA 11
NO ES MAGIA

«No los adorarás ni los servirás; porque yo, el Señor tu

Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres

sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los

que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los

que me aman y guardan mis mandamientos».

ÉXODO 20:5-6

C uando miro la maternidad muy de cerca me parece más difícil.


Cuando estoy muy envuelta en las tareas diarias, me siento fácilmente
abrumada, frustrada y exhausta. Pero cuando miro el panorama de la
maternidad y me obligo a ver el cuadro completo, soy mucho más capaz de
hacerle frente.

Dios nos da una imagen muy REAL de Su plan para bendecir a nuestras
familias en Éxodo 20:5 - 6. Es una ecuación muy simple. Un padre que no ama
servir a Dios puede esperar que Él transfiera el dolor de sus pecados a sus hijos,
nietos y bisnietos. Esa es la mala noticia. La buena noticia es que Sus bendiciones
son más grandes que Su castigo. Un padre que ama a Dios y se esfuerza por
guardar Sus mandamientos puede esperar que ¡Dios bendiga a sus hijos, nietos,
bisnietos hasta las mil generaciones!

No se necesita una bola de cristal para ver cómo Su fidelidad afectará a otros.
Dios ha prometido que si tú lo amas con fidelidad (no perfectamente), y guardas
sus mandamientos, Él va a bendecir a tus hijos, y sus hijos, y sus hijos, y sus
hijos. . . ¡Esa es la motivación para mantener el rumbo!

Volvamos a la analogía de ayer sobre la cría de ovejas. A continuación


presentamos otras pequeñas trivialidades acerca de las ovejas.

«Las relaciones en el rebaño tienden a ser más cercanas entre las ovejas
relacionadas: en rebaños mestizos se tienden a formar subgrupos de la mismas

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razas y una oveja y sus descendientes directos a menudo se mueven como una
unidad dentro de grandes rebaños».

Por supuesto, en algún momento tus hijos tendrán que hacer una profesión
de fe por sí mismos. Tu fe no se puede pasar a través del ADN, pero Dios
está dispuesto y es capaz de construir un legado de fe a través de ti para las
generaciones futuras. Tú y tus hijos y los hijos de tus hijos, pueden presentarse
como una unidad de la fidelidad dentro de la «manada» más grande de tu
comunidad.

Trata de no pensar en las pequeñas cosas que estrechan tu enfoque actual.


En su lugar, trata de amar a Dios y guardar Sus mandamientos como madre.
Él ha prometido que las devolverá en bendiciones para tu rebaño por mil
generaciones.

MODO DE HACERLO

CAMINA POR EL CARRIL DE LA MEMORIA

Saca el álbum de fotos familiares. Mira hacia atrás, a tus padres y tus abuelos. ¿Fueron
fieles a Dios? ¿Has visto dividendos pagados en tu vida? ¿Eran infieles a Dios? ¿Cómo han sido
impactados tú y tus hijos

ORACIÓN DE UNA MADRE

Te amo, Señor. Ayúdame a cumplir Tus mandamientos hoy. Gracias por


bendecirme a mí, a mis hijos y a los hijos de mis hijos.

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DÍA 12
MOMENTOS DE CONEXIÓN

«Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino

criadlos en disciplina y amonestación del Señor».

EFESIOS 6:4

¿C ómo es exactamente el ministerio de la maternidad? ¿Qué puede


usar Dios de nuestro rol? Hay montones y montones de respuestas
a esa pregunta, pero la más sencilla es que Dios nos usa para dirigir y formar a
nuestros hijos para que sean como Él.

En «Más allá del tiempo del baño» escribí al respecto de esta manera:

«Tus hijos son también un grupo de personas no alcanzadas. Ellos no vienen


al mundo con el conocimiento y el corazón de Dios. Es tu trabajo enseñarles, y
es un gran trabajo. Es importante en el sentido de que exige mucho de ti, pero
también es algo grande en el sentido de que tiene una gran importancia. . .»

«Mantén tu lente enfocado y considera cuántas personas escucharán el


mensaje de Cristo, si enseñas a tus hijos a vivir la Gran Comisión. ¿Cuántas
madres serían desafiadas a vivir centradas en Cristo si te vieran hacerlo bien y
con alegría? ¿Cuántos maridos e hijos están conectados a esas madres?».

«Espero que entiendas que como madre enfocada en la misión, tu trabajo


no es pequeño o insignificante. Como colaboradora en la trinchera de la
maternidad, quiero empujarte a abrazar el concepto radical de que has sido
llamada a algo gigantesco».

Pero la gigantesca tarea de discipular a tus hijos no va a ocurrir a pasos


agigantados. No va a ser como una experiencia de campamento donde les son
descargadas enormes dosis de verdad y celo. No, el discipulado materno requiere
un enfoque lento y constante. He aquí un pequeño dato que te ayudará a tener
una mejor perspectiva.

Los padres tienen entre 3,000 - 4, 000 horas al año para discipular a sus
hijos. Los miembros del personal de la iglesia tienen menos de 100 horas.

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En término de puntos de contacto, tienes una enorme ventaja sobre
cualquier otra persona que vaya a influir en tu hijo. Eso significa que
cada segundo que pasas enseñándoles acerca de Jesús, orando por ellos, y
modelándoles los frutos del Espíritu se construye con el tiempo.

MODO DE HACERLO

HAZ UN DEVOCIONAL FAMILIAR

Si no tienes la costumbre de hacerlo, inicia un devocional familiar. Esto puede ser tan
elaborado como elegir un plan o un libro devocional y usarlo todas las noches o tan simple
como leer el mismo versículo en voz alta a tus hijos una vez al día y orar juntos en familia. Para
lograr una mejor manera de incorporar la Biblia en tu vida familiar de forma que sea manejable
y eficaz, te recomiendo «Juntos: Cultivando un apetito creciente por la Palabra de Dios» de mi
amiga, Carrie Ward (Nota: No disponible en español).

ORACIÓN DE UNA MADRE

Señor, gracias por darme la gran tarea de enseñar a mis hijos a que sean
como Tú. Ayúdame a administrar sabiamente los puntos de contacto que tengo
con ellos cada día de manera que pueda utilizarlos para mostrarles más acerca
de Ti.

27
DÍA 13
LA PRODUCTIVIDAD ES UN GRANERO
DESORDENADO

«Sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza

del buey hay abundancia de pan”

PROVERBIOS 14:4 (RVR1960)

P erdón por las continuas referencias al ganado, pero Dios parece tener
algo que enseñarnos de las ovejas, graneros y bueyes.

Esta pequeña joya de Proverbios 14:4 tiene mucho que enseñarnos acerca
de la hermosura de una vida desordenada. El autor contrapone dos imágenes.
La primera es la de un granero sin un buey. En verdad, es un granero limpio.
Puedo ver cómo un granero limpio puede tener un cierto atractivo, sobre todo
teniendo en cuenta el tipo de repulsión que tendría si un buey viviera allí (¡qué
asco!) Pero los graneros no están destinados a ser limpios. Tienen el propósito de
ser utilizados.

La segunda imagen incluye al buey. ¿Cuál es el resultado de tener un buey?


Según este pasaje, es abundantes cosechas. ¡Productividad. Utilidad. Fecundidad!
Pero ese buey debe ir a algún lugar cuando no está en el campo, y entonces, ¿qué
hace al agricultor? ¡Un granero desordenado!

Dos opciones —pequeñas cosechas, un granero limpio; o abundantes cosechas


a cambio del desorden que viene con la productividad.

Tener hijos nos desordena la vida. Hace de nuestros horarios un caos.


Ensucian nuestros pisos. Hacen que nuestros hogares luzcan descuidados. Pero
a cambio de todo ese desorden, los tenemos a ellos. Cuando estamos dispuestas
a hacer este intercambio—la vida desordenada de la maternidad, en lugar de la
granja limpia sin hijos —obtenemos la promesa de productividad del reino de
Dios.

28
MODO DE HACERLO

QUE SE DESORDENE
Advertencia: Tu tipo de personalidad va a influir en este caso.

Hoy deja que tu casa se ensucie. Que esté más desordenada de lo habitual. No recojas. No
limpies. No barras. No estoy tratando de volverte loca, pero quiero que hundirte en ese desorden
no sea tan crítico como la productividad.

Por la tarde o por la noche, haz de la limpieza una actividad familiar. Pon música divertida,
prométele una pequeña recompensa al miembro de la familia que sea más productivo,
y convierte ese desorden en orden. De esta manera la casa limpia será el resultado de la
productividad que el cuidado maternal ocasiona en tus hijos. Ellos aprenderán el valor de
trabajar juntos y mantener las cosas en orden, y mientras tanto se les estará recordando que la
productividad significa un granero sucio, un establo limpio seguramente será bueno mientras
dure.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Señor, gracias por tomar mi vida desordenada y usarla. Ayúdame a valorar


la utilidad de una casa limpia y la productividad de tener todo en orden.

29
DÍA 14
AFILA TUS FLECHAS

«Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del

vientre son una recompensa. Como flechas en las manos

del guerrero son los hijos de la juventud. Dichosos los

que llenan su aljaba con esta clase de flechas. No serán

avergonzados por sus enemigos cuando litiguen con ellos

en los tribunales».
SALMO 127:3 - 5 (NVI)

E ste pasaje del Salmo 127 es un pozo muy, muy profundo. Como madres,
seamos sabias para sumergir nuestros baldes allí y establecer la verdad.
El mensaje clave es que los niños son una bendición. Vamos a desempacar esa
pequeña joya mañana. Pero hoy, nos centraremos en la analogía de la flecha
y a continuación veremos cómo aplicarla usando nuestra familia como campo
misionero.

Este pasaje describe a los niños como flechas. Pero no flechas dejadas sin usar
dentro de una aljaba o flechas brillantes y sin uso dentro de una vitrina. No. Este
pasaje dice que nuestros hijos son como saetas en mano de un guerrero. Ellos
deberán ser formados en la batalla y utilizados en contra de nuestro enemigo.

Jim Elliot lo explicó de esta manera: «Los niños son flechas en una aljaba y han
de ser entrenados como misioneros y disparados al diablo».

El propósito de criar niños que sigan a Cristo no es que puedas alinearlos como
evidencia de tu buen manejo. El objetivo es educar niños que eventualmente sean
peligrosos para el enemigo y defiendan la causa de Cristo.

Ese «filo» requiere que busques saber cómo Dios ha dotado y equipado de
manera única a tus hijos para que colaboren con Dios y hagan crecer Su reino. Tu
trabajo es más importante que criar niños que sepan usar el baño, pararse bien en
la fila, y tener buenas calificaciones en la escuela. Estás llamada a una tarea mucho
más grande, la de equipar a tus hijos para que sean utilizados por Dios para llevar a
cabo Sus propósitos.

30
MODO DE HACERLO

PÍDELE VISIÓN

Comienza orando para que Dios te muestre los dones espirituales que Él ha dado a tus hijos,
la manera en que Él planea crearles pasión por el ministerio, y buscar la forma de animarlos a
hacerlo.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Padre, gracias por darme la tarea de formar a mis hijos para que sean usados
por Ti. Por favor, muéstrame los dones únicos que le has dado a cada uno de
ellos para que te sirvan. Ayúdame a alimentar su pasión por Ti y por el servicio
de Tu reino.

31
DÍA 15
UNA GRAN PREGUNTA

«Los hijos son una herencia del Señor, los frutos


del vientre son una recompensa».
SALMO 127:3 (NVI)

L os niños son un regalo. Esas son palabras que tienen el poder de


revolucionar tu día, tu semana, y tus años de crianza.

Este pasaje no nos dice que los niños siempre se sienten como un regalo
o que siempre van a actuar como bendiciones, pero los llama un regalo y
una recompensa. Tenemos la opción de creer esta simple verdad y actuar en
consecuencia o manejar la alternativa, de que nuestros hijos son una carga.

Elige ver a tus hijos como una bendición (y esto es una opción) en lugar
de insistir en las formas en que te estresan y frustran; trata de que cambie
tu actitud, de manera que tu comportamiento se extienda y mejore el clima
familiar. No te estoy pidiendo que aproveches el poder del pensamiento positivo
o te digas a ti misma que puedes hacerle frente. No. Te estoy pidiendo que creas
lo que Dios ha dicho: «He aquí, los niños son un regalo del Señor».

Cada vez que te encuentres en una encrucijada en tu día o en tu gran viaje


como mamá, detente y hazte una gran pregunta: «¿Son mis hijos una bendición
o una carga?». Entonces permítele a Dios responder para determinar tu próximo
movimiento.

32
MODO DE HACERLO

CUENTA TUS BENDICIONES


Haz una lista de todas las maneras en que tus hijos te bendicen. Desde las cosas grandes,
como los sentimientos que experimentas cuando te muestran amor, hasta las pequeñas cosas,
como los sonidos con los que llenan tu casa. . . Escríbelo todo. Mantén esa lista a mano para los
días en que tus sentimientos te engañen haciéndote creer que tus hijos son una carga.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Padre, gracias por mis hijos. Son un regalo con Tu nombre en la etiqueta.
Ayúdame a verlos como Tú los ves.

33
DÍA 16
UNA MADRE ENOJADA

«Como ciudad derribada y sin muro, Es el hombre

cuyo espíritu no tiene rienda».


PROVERBIOS 25:28 (RV)

A ntes de que tener los niños yo vivía más fresca que un pepino, pero la
maternidad tiene una extraña manera de sacar mis garras. A veces quiero
gritar. A veces quiero patalear fuera de la habitación. A veces quiero confrontarlos.
Pero entonces recuerdo que tienen dos y cuatro años. Yo soy la adulta, y con el
tiempo harán lo que ven. No importa cómo mis hijos se comporten, la Biblia no me
permite pecar en mi frustración, agotamiento, o ira.

La maternidad no es una excusa para la falta de auto-control en cualquier área.


Esta es una lección que tal vez aprendemos mejor durante el embarazo. Consumir
algunas calorías extras durante el embarazo, te hacen tener un bebé sano y un
cuerpo manejable después del parto. Si utilizas el embarazo como excusa para
enviar a tu esposo a medianoche corriendo a buscarte helado y comes nachos para
el desayuno, podrás tener un bebé sano, pero hasta que el empiece kindergarten,
continuarás ejercitándote en la caminadora.

La maternidad tiene una manera de hacernos fuertes. Conecta esas áreas en las
que carecemos de autocontrol o gravitamos hacia el pecado. Una vez conectadas,
debemos depender de Dios para encarrilarnos y volver a dirigirnos hacia un
comportamiento justo.

Cuando nos falta autocontrol como madres se derriban los muros de seguridad
de nuestros hijos. Si no saben cómo va a reaccionar mamá, no se sentirán seguros.
Si no podemos modelarles dominio propio, no van a ser capaces de exhibirlo ellos
mismos. No importa los retos que enfrentes como madre hoy en día, lo cansada que
estés, o lo mucho que puedas querer gritar y gritar, Dios te llama al dominio propio.
Si esto parece imposible, aquí está la buena noticia:

«Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley». (Gálatas 5:22–23 LBLA).

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Dominio propio (junto con muchas otras buenas cualidades que necesitamos
como madres) es la evidencia de la obra de Dios en nosotros. No tenemos que
proclamarlo o hacer que suceda; es un fruto que Dios va a hacer crecer en nuestras
vidas si se lo pedimos.

MODO DE HACERLO

AUTOEVALUARSE

Determina un área de tu maternidad en la que carezcas de dominio propio. Tal vez sea la ira,
como yo. Tal vez es el estrés de las comidas o fallar en mantener la disciplina. Pídele a Dios que
produzca el fruto del dominio propio en tu vida en estas aéreas.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Padre, gracias por hacer que mi vida produzca frutos. Enséñame como
madre, a tener control de mí misma. Muéstrame cómo mi falta de dominio
propio daña los muros de protección y seguridad en mi familia.

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DÍA 17
NO APLASTES LOS TOMATES

«Airaos, pero no pequéis; no se ponga el


sol sobre vuestro enojo».

EFESIOS 4:26 (RV)

¿O curre esto en tu casa? ¿No? Pides calmadamente a tus hijos «Por


favor entren al coche». Ellos no van. Se dirigen hacia su habitación
para buscar algo que se les olvidó. Se entretienen. Les dices de nuevo. «Por
favor, vayan al coche». Una vez más, los niños desobedecen. Pueden estar
dirigiéndose al coche, pero se toman su tiempo para llegar allí, y se retrasan por
la gran cantidad de distracciones que encuentran en el camino.

Les dices de nuevo. Esta vez los amenazas con castigarlos si no obedecen.
Ellos fingen cumplir. Estás tarde para llegar a la iglesia / escuela / trabajo, etc.
Por último, les gritas, «¡Entren al coche ahora mismo!».

Es una progresión natural de acontecimientos. Sé que nunca llegarías al


extremo de gritar si ellos se dieran prisa y cumplieran con lo que les pides,
sin embargo… Gritar a nuestros hijos nunca produce (a largo plazo) el tipo de
resultados que como madres debemos procurar.

En su libro «Corrección Creativa», Lisa Whelchel escribe, «Gritarle a nuestros


hijos que cooperen es tan efectivo como tratar de conducir un coche con la
bocina. Cuando por fin entró en mi dura cabeza que la ira no funciona, fui capaz
de frenarme un poco. Piensa en ello de esta manera: Nosotras no le gritamos
a una planta de tomate para hacerla producir. ¡Eso sería ridículo! Lo único que
podemos hacer es ponerle un apoyo en el centro para ayudarla a crecer en
la dirección correcta, cortarle las hojas muertas, fertilizarla, echarle agua, y
ubicarla donde le dé mucho sol. Al final, ciertamente el fruto que produce viene
de Dios, no como resultado de nuestra delirante forma de gritar».

Yo entiendo que tus hijos pueden activar tus botones (¡Porque los míos hacen
lo mismo!) pero gritarles con ira nunca producirá buenos frutos en tu vida o en
la de ellos.

36
MODO DE HACERLO

HAZ UN FRASCO DE SANCIONES

Establece la nueva regla de que no habrá gritos de ira en tu casa. Cada vez que un miembro
de la familia grite o exprese ira, el resto de la familia tendrá permiso para llamarle la atención
cariñosamente. El infractor deberá colocar entonces una moneda en el frasco.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, gracias por ser ejemplo de dominio propio frente al enojo. Ayúdame a
pensar en el fruto que produzco cuando peco al airarme. Dame mayor dominio
propio y sabiduría para evitar gritarles a mis hijos cuando estoy enojada o
frustrada.

37
DÍA 18
CUANDO TODO FALLE, TIRA HARINA

«Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.


En el mundo tenéis tribulación; pero confiad,
yo he vencido al mundo».
JUAN 16:33

R ealmente había tenido un mal día. Ya sabes, uno de esos días en que
todo lo que puede salir mal, sale mal. Mi niñito de 2 años había regado
demasiadas cosas, mi bebé demandaba mucho mi atención, la comida se
quemaba en la estufa, y mi casa lucía como si una bomba de juguete hubiera
estallado. . . Después de un rato las cosas pequeñas parecían enormes, y empecé
a sentirme muy estresada y frustrada. Mi sangre empezó a hervir. Quería hacer
estallar mi cabeza. Quería gritarle a mi familia. Quería acurrucarme en el sofá y
sentir lástima de mí misma. Yo quería revolcarme en la idea de que Dios no me
había dado un puntapié. Sin embargo, no lo hice. En lugar de eso tiré la harina.

Me explico:

Cuando nos sentimos estresados y demandados al máximo, hay un montón


de maneras destructivas en las que podemos responder. Podemos atacar
a nuestros esposos e hijos. Podemos medicarnos con alimentos, yendo de
compras, o con el Internet. Podemos poner nuestras esperanzas en relaciones
humanas que nos tranquilizan. Podemos recurrir a sustancias como las drogas o
el alcohol, en busca de un aliciente para contrarrestar la depresión. Nos podemos
desahogar. Podemos aislarnos. Podemos caer en la desesperanza. O podemos
aferramos a la verdad de Dios y encontrar una manera de seguir adelante.

Cuando el día se puso súper estresante, me sentí que empezaba a creer


las mentiras del enemigo. Mis problemas parecían insalvables. Sentí un estrés
inmanejable. Sentí a mi familia como el enemigo. En lugar de arremeter o perder
el control, he encontrado una manera de controlarme. Agarré el enorme cubo
de harina que estaba usando para cocinar, lo arrastré fuera, llamé a mi marido
y mi hijo. Nos turnamos lanzándonos harina unos a otros, y al rato nos reímos
tanto, que el estrés al que nos enfrentamos simplemente se desvaneció.

38
Cuando todo estaba dicho y hecho (nos tomó una hora barrer toda la harina),
recordé que vivir la verdad de Dios es una elección. El estrés es parte de la
vida. Los días malos vendrán. La derrota y la desesperación siempre llamarán
a las puertas de nuestro corazón. Podemos reaccionar de manera que nos haga
daño a nosotros o a nuestra familia, o podemos encontrar la manera de seguir
adelante y aferrarnos a la esperanza que Dios nos ofrece en su Palabra.

Tú no tiene que tirar harina para manejar el estrés. Puedes dar un paseo,
llamar a un amigo, ir a recoger flores, tejer, dibujar, cantar, bailar. . . las
posibilidades son infinitas. El punto es hacer algo constructivo que te permita
tomar un respiro y obtener una perspectiva fresca.

¿De qué maneras constructivas te gusta eliminar el estrés?

MODO DE HACERLO

CREA UN FRASCO ANTI-ESTRÉS

En una hoja de papel, escribe las alternativas a formas poco saludables de lidiar con el
estrés. Incluye varios pasajes de la Escritura que te conforten y calmen, oraciones que puedas
hacer cuando el nivel de estrés se eleve, y actividades simples que puedan alejar tu mente de
los problemas. Los ejemplos pueden incluir soplar burbujas, salir a caminar, poner un poco
de música de adoración, o cocinar tu receta favorita. Incluye algo que sea poco probable que
hicieras en circunstancias normales como rodar por una colina, hacer una fiesta de piscina en la
bañera, o cantar un karaoke en la sala de estar.

La próxima vez que tu válvula de presión se eleve debido a la tensión máxima, saca una hoja
y eligeresponder con gracia, bondad y serenidad.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, Tú me advertiste que mis días tendrían problemas, y sin embargo,


siempre me sorprendo cuando las cosas no salen a mi manera. Ayúdame a
insistir en elegir la paz que Tú me prometes, en lugar de actuar en formas que
no Te glorifican.

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DÍA 19
TIEMPO DE LA VID

«Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano

no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la

vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece

en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque

separados de mí nada podéis hacer».

JUAN 15:4 -5 (RV)

C omo madres, tenemos la tendencia a pensar que hacer algo por nosotras
mismas es egoísta. Esta mentalidad deformada a menudo da como
resultado el que nos descuidemos, nos tensemos al máximo, y seamos incapaces
de hacerle frente a las exigencias de la vida familiar. Cuando nos negamos a
tomar tiempo para recargarnos, estamos rechazando la posibilidad de fomentar
relaciones que vivifican, y quizás lo más peligroso sea que al negarnos a tomar
tiempo para conectarnos con Jesús, nos secamos como una rama separada de los
nutrientes de la planta.

En el primer día de este cambio de imagen, te recuerdo que tu tiempo con


el Señor no tiene que ser en quietud. Cultivar una relación con Jesús no tiene
por qué significar largos períodos de silencio antes de que salga el sol. Pero Dios
nos llama a buscarle en oración, a tener hambre por Su Palabra y a leerla con
frecuencia, para adorarle, para servirle, y para trabajar en ser más como El. Esas
cosas no van a suceder por accidente, y requieren intención de nuestra parte,
sobre todo por el aumento de las demandas de la maternidad.

Estos versos de Juan 15:4-5 son un recordatorio de nuestra última fuente


de fortaleza. Jesús es la vid; somos sólo ramas. Jesús es capaz de dar fruto en
nuestras vidas y en las vidas de nuestros niños, pero solo somos conductos para

40
el cambio. Apartadas de Él no podemos hacer… Nada.

Para tener una verdadera transformación, necesitamos un cambio radical de


las prioridades. Con frecuencia trabajamos como tontas tratando de mantener
la casa limpia, los niños en orden, y nuestro programa familiar dominado.
Tratamos las cosas eternas como si fueran opcionales. Tendemos a decir que
vamos a orar y estudiar la Palabra sólo si encontramos el tiempo. La Palabra
de Dios nos insta a tener en cuenta que a menos que estemos aferrados a la
vid, nada podremos hacer… Incluyendo esas cosas que en nuestra maternidad
parecen tan urgentes.

MODO DE HACERLO

PLANTA DE RECORDATORIO

Coloca una pequeña planta en un macetero en algún lugar que puedas ver con frecuencia,
como la ventana de tu cocina o baño. En el macetero con un marcador, escribe Juan 15:4-5. Léelo
con frecuencia como un recordatorio de que nutrir tu relación con Jesús debe ser tu prioridad.
Sin eso te garantizo que te marchitarás.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, gracias por la abundancia que viene de aferrarse a Ti. Sin Ti, no puedo
manejar las responsabilidades de la maternidad, pero cuando me aferro a Ti,
puedo ser fructífera. Gracias por esta promesa. Enséñame a aferrarme.

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DÍA 20
UNA MENTALIDAD MINISTERIAL
CAUSA MOLESTIA

«Y al desembarcar, vio una gran multitud, y tuvo

compasión de ellos y sanó a sus enfermos».

MATEO 14:14

E n Mateo 15:29, encontramos a Jesús tratando de descansar en la ladera


de una montaña. Apenas se sentó, una multitud de gente vino a Él en
busca de ser sanados. ¿Cómo respondió? Él los sanó.

Cuando Jesús recibió la noticia de que su primo, Juan el Bautista, había


muerto, El trató de llorar solo. Pero las multitudes Le seguían y rogaron por Su
atención. Las Escrituras nos dicen que en lugar de esconderse en Su dolor, tuvo
compasión y sanó a los enfermos en la multitud (Mateo 14:13-14).

La noche antes de que Jesús fuera traicionado, Él no se escondió, Él no


huyó. Pasó la velada con Sus discípulos. Incluso se tomó el tiempo para servirles
lavándoles el polvo de los pies (Juan 13:1-17).

Si nos fijamos bien, nos encontramos con un patrón interesante. Sabemos


que Jesús pasó Su tiempo en la tierra, sirviendo a los demás. Pero alguna vez has
considerado ¿con que frecuencia ministró cuando estaba incómodo?

Él sirvió a otros cuando estaba cansado. Él sirvió a otros cuando hubiera


preferido estar solo. Él sirvió a otros cuando estaba triste. Él sirvió a otros
cuando había estado sirviendo sin parar durante días y días. Él sirvió a otros
cuando las cosas iban terriblemente mal en Su propia vida. Incluso sirvió a otros
cuando sabía que Su propia muerte estaba a la vuelta de la esquina.

He sido profundamente desafiada por esta verdad. No me importa servir a


los demás cuando es conveniente para mí. Me gusta ayudar cuando no afecta mi
agenda o encaja en mi día. Pero hay una gran cantidad de veces en que servir a
los demás es un inconveniente. Esto parece especialmente cierto con mi familia.
Estoy cansada. Estoy estresada. Tengo cosas más importantes que hacer que
responder a las necesidades de los que me rodean. En estas circunstancias,
me siento justificada en dar prioridad a mis propias necesidades y hacer

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temporalmente caso omiso a las necesidades de los demás. Pero así no fue cómo
vivió Jesús. Así no fue como Jesús sirvió. Y esto no es lo que Él quiere de ti y de
mí.

La realidad es, que servir a los demás requiere sacrificio. Si sólo lo hacemos
cuando es conveniente, hemos perdido el enfoque.

¿Qué te mantendría sirviendo como Jesús? ¿Vas a dejar que El te moleste


hoy?

MODO DE HACERLO

VE MÁS ALLÁ

Ve más allá en el servicio a tu familia hoy. Haz sus comidas favoritas, juega sus juegos
favoritos, haz algo muy especial por cada miembro de la familia. Obviamente, este no es un
ritmo que se puede mantener todos los días, pero sólo por hoy eleva el nivel de tu servicio en
casa.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, gracias, por Tu ejemplo de servicio cuando no resulta no cómodo.


Ayúdame a valorar más a las personas que mi comodidad. Dame la oportunidad
de servir a mi familia en Tu nombre hoy.

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DÍA 21
ROPA PEQUEÑA

«Entonces Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en el

Señor, mi fortaleza en el Señor se exalta; mi boca sin temor

habla contra mis enemigos, por cuanto me regocijo en tu

salvación. No hay santo como el Señor; en verdad, no hay

otro fuera de ti, ni hay roca como nuestro Dios».

1 SAMUEL 2:1 - 2

H ace poco me encontré tan rodeada de ropas pequeñas, que mis ojos se
nublaron. Yo estaba rebuscando en las bolsas de ropa de mi hijo mayor,
algunas que le sirvieran a su hermano menor. Como clasificaba entre montañas de
ropas de niño pequeño, de pronto me sorprendí por lo rápido que pasa el tiempo.

Todo esto me hizo pensar con nostalgia en una chica que sabía una o dos cosas
acerca de las ropas pequeñas.

En 1 Samuel 2:19 leemos: «Cada año su madre le hacía una pequeña túnica, y se
la llevaba cuando iba con su esposo para ofrecer su sacrificio anual».

Este es el trasfondo de la historia: Ana quería desesperadamente un hijo. Ella


oró y oró por uno. De hecho, ella juró que si Dios le daba un hijo, ella lo dedicaría
al servicio del Señor (1 Samuel Sam 1:11). Él respondió a su oración y le dio un hijo
al que llamó Samuel. Ana hizo lo que pocas madres tendrían el coraje de hacer.
Después del destete de su tan esperado hijo, mantuvo su promesa al Señor y lo
entregó para que viviera en el templo. El día en que dejó a su hijo en el templo, Ana
hizo esta oración:

«Mi corazón se regocija en el Señor, mi fortaleza en el Señor se exalta; mi boca


sin temor habla contra mis enemigos, por cuanto me regocijo en tu salvación. No
hay santo como el Señor; en verdad, no hay otro fuera de ti, ni hay roca como
nuestro Dios». (1 Samuel 2:1 - 2 LBLA).

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A pesar de que sus circunstancias maternas fueron difíciles, Ana eligió
regocijarse en su papel de madre.

A partir de entonces, ella sólo vio a Samuel una vez al año cuando visitaba
el templo para hacer un sacrificio anual. Como cualquier madre, ella siempre se
aseguraba de que su hijo tuviera una capa con qué abrigarse. Estoy segura que
el hecho que se describe como una «pequeña túnica” no es un accidente. Todas
las madres saben el significado de la ropa pequeña. Son recuerdos preciosos de
lo pequeño que una vez fueron nuestros bebés. Huelen a una nueva vida y nos
recuerdan mecedoras, primeras sonrisas y la alimentación de las 3 a.m.

Las ropas diminutas también nos recuerdan que como madres todas tenemos
una elección. Podemos estar agradecidas por la ropa, ya que representa pequeñas
vidas que se nos confiaron. O podemos quejarnos de la ropa sucia y perder por
completo el objetivo.

¿Vas a dar gracias a Dios por tus hijos esta semana?

MODO DE HACERLO

HAZ UN CANASTO DE AGRADECIMIENTO

Utilizando un marcador permanente, escribe 1 Samuel 2:1 - 2 en la parte inferior de tu


canasto de ropa (arriba de la canasta). Cuando estés lavando, ora este pasaje como oración
de acción de gracias a Dios. Deja que lavar se convierta en un recordatorio de que, incluso en
circunstancias difíciles, tus hijos, y sus pequeñas ropas son una bendición.

ORACIÓN DE UNA MADRE

«Mi corazón se regocija en el Señor, mi fortaleza en el Señor se exalta;


mi boca sin temor habla contra mis enemigos, por cuanto me regocijo en tu
salvación. No hay santo como el Señor; en verdad, no hay otro fuera de ti, ni hay
roca como nuestro Dios».

45
DÍA 22
SACRIFICIO DE NIÑOS

«Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien

amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en

holocausto sobre uno de los montes que yo te diré».

GÉNESIS 22:2 (NVI)

L a historia de Ana tiene mucho que enseñarnos como madre. Además


de demostrar gratitud, incluso en circunstancias difíciles a costa de
sacrificar a su hijo a vivir en el templo, Ana aprendió pronto la lección que Dios
está constantemente enseñándome. Mis hijos no son míos. Solo me los dan para
tenerlos por un momento fugaz, con la esperanza de que van a pasar toda la
vida sirviéndole a Él. Él es el verdadero Dador de la vida, y el Único capaz de
formarlos a Su imagen.

El tema del sacrificio de niños está escrito en la Biblia.

Abraham recibió la orden de sacrificar a su hijo tan esperado, al igual que


Ana. Pero para Abraham lo que estaba en juego era mucho más grande. Él
no tuvo simplemente la tarea de permitir que su hijo viviera en otro lugar,
luchó con la realidad de entregar su vida en el altar. Como padres, no podemos
imaginar siquiera la idea de tal acto, pero Abraham podía porque: a) su fe era
lo suficientemente grande como para estar seguro de que Dios cumpliría Sus
promesas, y b) sabía que Isaac nunca le fue dado para que se aferrara a él.

En Hebreos 11:17 - 19 leemos esta pequeña joya:

«Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había


recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será
llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de
entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir». RV

Abraham estaba dispuesto a obedecer a Dios en el sacrificio de su amado hijo


porque esperaba que Dios levantara Isaac de entre los muertos. Esto puede no
parecer un gran problema para nosotros, porque de la historia de Lázaro y Jesús

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conocemos sobre el poder de Dios para levantar de los muertos, pero Abraham
no tenía estas historias. Sólo sabía que Dios cumple Sus promesas, y por lo tanto,
si iba a sacrificar a su hijo de la promesa, entonces Dios debería traerlo de vuelta
a la vida.

Dios no te pide hoy sacrificar físicamente a tus hijos, pero te pide rendirte
y reconocer que en última instancia, son Sus hijos y que sólo los tienes en
préstamo.

MODO DE HACERLO

Hoy lee sobre el sacrificio de Isaac en Génesis 22

ORACIÓN DE UNA MADRE

Padre, gracias por confiarme estos niños por un tiempo. Te agradezco que en
última instancia, sean tus hijos, y ruego que estén contigo por toda la eternidad.
Ayúdame a sostenerlos con las manos abiertas y obedecer rápidamente cuando
me pidas que entregue el control de sus vidas como madre.

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DÍA 23
CONFIAR EN SU PADRE

«Isaac habló a su padre Abraham: «Padre mío». Y él re-

spondió: «Aquí estoy, hijo mío». «Aquí están el fuego y la

leña», dijo Isaac, «pero ¿dónde está el cordero para el holo-

causto?». Y Abraham respondió: «Dios proveerá para Sí el

cordero para el holocausto, hijo mío». Y los dos iban juntos».

GÉNESIS 22:7-8

L a historia acerca del sacrificio de Isaac en Génesis 22 tiene un bonito


final feliz para todos, excepto para la madre de Isaac, Sara. ¿Puedes
imaginar la emoción que sintió cuando se enteró de lo que casi le pasó a su
preciado hijo en la cima del Monte Moriah? (¡Nada menos, que al lado de su
esposo!) Estoy segura de que sus emociones se balanceaban del terror a la ira; de
la frustración al alivio.

Dudo que Abraham le diera a Sara todos los detalles de la expedición antes
de irse con Isaac. Podría estar equivocada, pero apuesto a que él dijo algo
como, «Isaac y yo nos vamos de campamento». Luego se marcharon… Tres días
subiendo la montaña y probablemente tres días para bajar, y Sara se quedó
debajo, esperando preocupada.

Pero Abraham fue un buen padre todo el tiempo. Lo más importante,


Abraham obedecía a Dios mientras criaba. No tenemos ninguna indicación en
las Escrituras de que Dios le reveló a Sara, Su mandamiento de sacrificar a Isaac,
sino sólo a Abraham. Así, que mientras Abraham confió en Dios, Sara tuvo que
tomar la decisión de confiar en su marido.

Hay una aplicación en esta historia que pudiera ser dura de seguir para
algunas de nosotras como madres. Admito que lo es para mí. ¿Estás preparada?
Redoble de tambores, por favor…

Parte de sujetar a tus hijos libremente consiste en soltar las riendas y dejar
que tu marido las tome.
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Sí, sé cómo los viste cuando él está a cargo. Sí, estoy muy consciente «en
términos generales” de la prerrogativa de un padre de criar que la mayoría de
las madres. Pero el hecho es que un padre es tan importante en la ecuación de
la crianza de los hijos como una madre. Negarse a ceder el control para permitir
que tu marido tome decisiones por tus niños, especialmente cuando van en
contra de las tuyas propias, no ayuda a que confiemos en los padres, y no
ayuda a tus hijos a aprender a respetar la autoridad de éstos, en sus vidas.

Este principio se aplica a otras personas en el mundo de tu hijo. Por ejemplo,


los abuelos tienen el papel único de ser «dadores de gracia». Ellos no tienen que
hacer cumplir la «ley” tan estrictamente como tú lo haces. Pero tener a alguien
que los ame incondicionalmente sin tener en cuenta las tareas domésticas y las
calificaciones es un regalo para tu hijo. Por lo tanto, deja que su padre y abuelos
hagan las cosas a su manera con tus hijos (siempre y cuando tu hijo esté a salvo,
por supuesto), y déjalos comer torta en el desayuno, si eso fue lo que negociaste.

Nadie conoce a tu hijo como tú, pero no eres la única que tiene el poder de
hacer una diferencia en su vida. A veces, tu trabajo es obedecer a Dios como
padre y, a veces, tu trabajo es confiar en aquellos que Dios ha puesto en la vida
de tu hijo.

MODO DE HACERLO

MUESTRA UN POCO DE AMOR

Toma algunas tarjetas y escribe notas de agradecimiento a tu marido, así como a los
abuelos de tu hijo, si los tiene. No tienes que ceder en hacer las cosas a su manera, pero puedes
agradecerles de las formas únicas en que están influenciando a tu hijo para bien.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Señor, gracias por todas las personas que aman a mi hijo. Ayúdame a ver
únicamente las formas en que lo ayudan a crecer y a madurar. Ayúdame a dejar
ir mi necesidad de controlar y confiar en los demás, como ellos confían en Ti.

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DÍA 24
TE PRESENTO ESTOS PANTALONES
APRETADOS COMO SACRIFICIO VIVO

«Y que vuestro adorno no sea externo: peinados


ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea
el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu
tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios».

1 PEDRO 3:3 -4

E ste pasaje no está diciendo que no podamos trenzarnos el cabello o usar


ropa linda (preferentemente comprada en rebaja). Y definitivamente no
está diciendo que no podemos usar joyas vistosas. . . «¡Aleluya Gloria a Dios»!
Pero es un fuerte recordatorio de que nada de lo que usemos y nada de lo que
podamos llevar es la fuente de la verdadera y duradera belleza.

Este es un buen recordatorio para las madres porque ser mamá cambia
nuestra belleza, a veces en formas que son difíciles de aceptar. Tengo un montón
de estrías y cicatrices para demostrar que esos hermosos muchachos de ocho
libras estuvieron una vez en mi estómago. Mi peso se ha elevado tanto, tanto,
tanto, que el ombligo se convirtió en una rosa. Y me gusta describir mi estilo
post-parto como «elegante dama globo». Por supuesto, mis hijos han dejado los
pañales, pero yo todavía estoy tratando de encontrar un par de pantalones
ajustados que tengan una cintura elástica.

Nuestra belleza y cuerpo post -parto pueden ser desalentadores, pero


nuestros cuerpos son, en última instancia, las herramientas que serán usadas
por Dios, no unos artefactos que se conservan en su forma original. Nuestro
objetivo nunca debería ser mantener el cuerpo de cuando teníamos 18 años,
más bien tratemos de usar nuestro cuerpo para servir a Dios plenamente y para
amar a nuestros hijos. No importa que tengamos algunas abolladuras y marcas
en el camino.

Al igual que La productividad es un granero desordenado (día 13), la


maternidad y el cuidado de los niños significan un cambio en nuestra belleza.

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Pero eso no implica que tengamos que tirar la belleza con el agua del baño.
La Palabra de Dios promete un tipo de belleza que no se marchita, y que es de
gran valor a los ojos de Dios, pero es del tipo que sólo puede irradiarse desde el
interior. No se puede permear el corazón de afuera hacia adentro.

Aunque tu etapa actual en la vida te impida cultivar la clase de belleza


exterior que te gustaría tener, puede ser hermosa. Trabaja para tener un espíritu
tranquilo y apacible, y pídele a Dios que continúe dándote un corazón hermoso.
No tienes que ignorar por completo tu belleza exterior, en lugar de eso trabaja
por un cambio de pensamiento de manera que puedas entregar el deseo por ese
tipo de belleza a Dios como parte de tu decisión de servir a otros a través de la
maternidad.

MODO DE HACERLO

ESCOGE LA VERDAD

Escribe Romanos 12:1 en el espejo del cuarto de baño esta semana:

«Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros
cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional». - Romanos
12:1

ORACIÓN DE UNA MADRE

Padre, gracias por hacerme a Tu imagen. Gracias que tengo la esperanza de


un tipo de belleza que no depende de cuánto tiempo ha pasado desde la última
vez que teñí mi pelo. Ayúdame a valorar la belleza interior sobre la exterior y
permite que mi valor esté basado únicamente en la suficiencia de Tu Palabra.

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DÍA 25
LA CALIDEZ APLICADA A LA MATERNIDAD

«Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo,

pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva,

será de Jehová. Y adoró allí a Jehová».

1 SAMUEL 27-28 (RV)

V ayamos una vez más a la historia de Ana. Janet Parshall escribe, «la
historia de Ana nos enseña lo que significa ser una verdadera mujer de
Dios. Abandonó sus propios planes. Ella sabía que Dios estaba a cargo, no ella.
Ella creyó lo suficiente como para decir «sí», incluso cuando la desesperación la
había hecho salir de su zona de comodidad y pedir lo impensable.

«La maternidad nos trae la imagen de colchas, sonajeros y juguetes alineados


en la cuna. Pero la maternidad es en realidad uno de los fuegos mediante el cual
Dios nos refina. La realidad de la maternidad es que es un medio para aprender a
rendirnos, a dejar ir, confiar y creer que Dios es Dios».

La maternidad fue la chispa que encendió el fuego purificador debajo de Ana.


Su deseo de ser madre y luego su papel único como una madre que en última
instancia se dejó conducir a una total dependencia del Señor.

Tengo una buena amiga que dice que cualquier cosa que nos haga depender
de Dios es una bendición. Esta es otra razón por la que los niños son un regalo.
Nos empujan hacia Dios en busca de gracia, paz, sabiduría y paciencia. Y
trabajan como pequeños incendios, quemando las impurezas en nuestras propias
vidas mientras buscamos criar hijos piadosos en tiempos sombríos.

La maternidad no es para débiles. No es fácil vivir el plan de Dios para


nuestras vidas y dejar de lado lo que queremos para nosotras mismas o nuestras
familias. Es muy difícil poner a las personas y cosas que más amamos en el
yunque de Dios para que Él nos moldee y nos dé forma. Pero como ilustra la
historia de Ana, incluso cuando el sacrificio parece insoportable, podemos
confiar en Dios para que arregle las cosas para nuestro bien y para Su gloria.

52
MODO DE HACERLO

SEAMOS COMO ANA


Permitamos que Dios use a nuestros hijos como fuego purificador para que sean
consumidas aquellas áreas que no lucen como Jesús.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Señor, usa a mis hijos y mi papel como madre para hacerme más como Tú.

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DÍA 26
UN GRAN EVANGELIO PARA LAS PEQUEÑAS
TAREAS DE LA MATERNIDAD

«Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa

para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el

ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio

solemnemente del evangelio de la gracia de Dios».


HECHOS 20:24

L a maternidad parece estar compuesta de un millón de pequeñas cosas. Tenemos


a nuestros pequeños bebés. Doblamos ropitas. Perdemos sus zapatitos en
nuestras minivans y sus diminutos calcetines, en nuestras secadoras. Celebramos sus
pequeños pasos y sus pequeñas victorias. Y hay días en que parece que no podemos
pensar más que se aumenten las horas del día— en cinco minutos más de sueño, treinta
segundos de duchas, dos minutos de castigo. Todas esas pequeñas cosas tienden a
reducir nuestro enfoque, pero, en realidad, el panorama es mucho mejor y mayor.

Continuemos con el tema del sacrificio de niños, si nos fijamos en la historia de la


muerte de Jesucristo en la cruz. El hecho de que Dios Padre permitiera que Jesús, Su
hijo, muriera en la cruz es un gran mensaje. De hecho, no hay nada más grande que el
Evangelio. El mensaje de que Jesús dejó el cielo, vino a la tierra, y murió en la cruz para
salvarnos de nuestros pecados y crear la vía para que vivamos con Él por la eternidad es
enorme. Es significativo. Es complejo. Es importante. ¡La buena nueva del Evangelio es
muy, muy grande!

¿Tiene el gran mensaje del Evangelio algo que enseñarnos sobre las aparentemente
pequeñas tareas de la maternidad? ¿Podemos aprender algo de la gran historia de Jesús
y aplicarla a las pequeñas historias que vivimos con nuestros hijos?

El Nuevo Testamento comienza con estas palabras: «El libro de la genealogía de


Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham» (Mateo 1:1).

A partir de ahí, la historia bíblica se desarrolla con una larga lista de avisos del
nacimiento. Durante diecisiete versos, el autor traza la familia de Jesús a través de
cuarenta y dos generaciones. La lista incluye a madres como Rahab, Rut y Betsabé.

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Entonces, de repente la vemos. Ella es la nueva mamá en la mesa.

Es cierto, Jesús tuvo un nacimiento espectacular. El anuncio de su nacimiento se


produjo en la forma de un coro de ángeles resplandecientes (Lucas 2:8-21) y una estrella
fugaz que atrajo a los magos para que viajaran a tierras lejanas (Mat 2:1-12). Pero el papel
de María en los acontecimientos históricos era bastante ordinario.

La naturaleza ordinaria de la maternidad, a menudo nos hace cuestionarnos su


significado, por lo que vale la pena considerar si lo ordinario o lo extraordinario tuvo
un mayor impacto en la historia de Jesús. Los pastores vieron a Jesús una vez y luego
volvieron a pastorear ovejas. Los magos dejaron sus regalos como bienvenida al bebé y
luego regresaron a su tierra. Pero María. . . María se teje en cada rincón de la historia de
Jesús. Desde Su concepción hasta Su muerte y resurrección, la madre de Jesús es una
figura constante en el plan de Dios para redimirnos a través de la vida y la muerte de su
Hijo.

Madre, Dios tiene Sus ojos puestos en ti, para llevar a cabo Sus propósitos
extraordinarios a través de tu vida de madre aparentemente normal. A veces te puedes
sentir como que estás viviendo una vida en pequeña escala, pero no pierdas de vista
el hecho de que, como María, tienes una posición y un llamado único a ser una figura
constante tanto en la vida de tu hijo, como en el reino de Dios.

¿Qué pequeñas tareas de la maternidad estás llevando a cabo hoy? ¿Qué le


preguntarías a María sobre la maternidad si tuvieras la oportunidad? ¿Qué gran visión
te ha dado Dios para tu familia en medio de todas las pequeñas cosas?

MODO DE HACERLO

MIDE DE MANERA DIFERENTE

¿Marcas la altura de tus hijos en la pared o en un marco de la puerta? A medida que van
creciendo en altura, Dios también ha estado utilizando a tus hijos para tallarte, hacerte a ti y a ellos
más como Él, creciendo en Su conocimiento y amor. Vuelve a la pared en la que has marcado la altura
de tus hijos, o inicia una nueva, y añade marcas que muestren cómo Dios ha estado obrando en tu
familia. ¿Han aceptado tus hijos a Jesús como Salvador? Márcalo abajo. ¿Ha hecho El, crecer el fruto
del Espíritu en ti? Márcalo. ¿Él ha ampliado tu visión para tu ministerio familiar? Señálalo.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, ayúdame a estar siempre atenta a las buenas nuevas de Tu sacrificio en la


cruz. Cuando esté demasiado centrada en las pequeñas cosas, recuérdame la forma en
que usas las cosas pequeñas para lograr grandes propósitos.

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DÍA 27
HABLANDO DE LAS PEQUEÑAS COSAS...

«Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante

oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a

conocer vuestras peticiones delante de Dios».

FILIPENSES 4:6

M i hijo de dos años y medio de edad, amaba su chupete. Se había cambiado


a una cama de chico grande; sus esfínteres estaban entrenados, pero
se apegaba a ese pequeño pedazo de plástico permanentemente. Le rogamos, lo
sobornamos, lo amenazamos, pero él no se rendía.

No puedo decir que oraba específicamente sobre el chupete, pero sí trato de cubrir
todos los aspectos de la crianza de los niños en oración. Cuando estoy ansiosa, oro.
Cuando estoy agotada, oro. Cuando me siento incómoda con una transición o un nuevo
reto, oro. Le llevo todo a Jesús, porque no puedo soportar la idea de la maternidad sin Él,
y porque quiero que Él esté en el centro de mi papel de madre.

Una mañana estaba adorando al Señor, cuando sentí una dirección muy clara en mi
corazón: «Hoy es el día de quitarle el chupete».

No fue físicamente que me vi instada a dar este paso —esta parte de mí estaba
tan agotada que no podía soportar la posibilidad de perder más horas de sueño a
consecuencia de eliminar el chupete. No fue mi lado racional tampoco —esa parte se lo
hubiera quitado hace mucho tiempo. No pudo haber sido mi lado emocional —que temía
las lágrimas que estaba segura vendrían del pequeño niño que tanto amo. Sé que suena
extraño, pero creo que el Espíritu Santo estaba empujándome a quitarle el chupete en
ese mismo momento.

Por lo tanto, lo hice —y no tengo otra palabra para describir el milagroso resultado.

Claro, mi hombrecito derramó algunas lágrimas, se rebelaba en contra de mi


decisión como si estuviera de luto por la pérdida de un buen amigo. Él tomó su siesta a
la perfección, y sólo pidió el chupete una o dos veces. Se fue a la cama sin lágrimas. Sin
lamentos. Sin gritos. Sin arrojar nada.

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¡Ustedes como madres saben lo grandioso que es esto! Todo el asunto me hace
preguntarme, «¿Qué quería Dios decir cuando dijo que podía confiar en Él para todo?”

Filipenses 4:6 dice: «Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y
súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios».
(Énfasis añadido)

¿Todo? ¿En serio? Supongo que una parte de mí siempre asumió que en este
versículo «todo» significa, todo lo espiritual, o todo de lo que siento vergüenza de hablar
en mi clase de la escuela dominical. Pero todo, ¿todo? Creo que nunca creí que Dios se
preocupaba por las cosas insignificantes de mi vida, como quitar un chupete.

Debido a que no fue necesario librar una batalla por dejar un chupete muy querido
me ha hecho tomarle la Palabra a Dios. Esto me hizo pensar que realmente El se
preocupa por todos los rincones de mi vida y que puedo realmente confiar en Él en
todos los detalles.

Ciertamente, eso no quiere decir que todas las batallas se puedan ganar tan
fácilmente, pero sí significa, que Dios está con nosotros mientras atravesamos
cada prueba que nos presente la maternidad, no importando qué tan grande o tan
aparentemente insignificante sea.

MODO DE HACERLO

RECUERDA DAR PEQUEÑOS PASOS DE FE

¿Qué hay de ti? ¿Hay evidencia de que Dios se preocupa por las «pequeñas
cosas» en tu vida? Si eres madre, ¿puedes pensar en un momento en el que Dios
te ayudó en alguna área que te hacía sentir ansiosa o insegura? Escríbelo en los
márgenes de tu Biblia junto a Filipenses 4:6 como un recordatorio de que como
madre debes confiar en Dios con los «chupetes».

ORACIÓN DE UNA MADRE

Señor, gracias por la promesa de que puedo echar mis preocupaciones sobre
Ti, como alternativa a la ansiedad. Ayúdame a confiar en Ti cada vez más, con
las pequeñas cosas de mi familia que me hacen sentir preocupada, molesta o
estresada.

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DÍA 28
TENER POR SUMO GOZO

«Hermanos míos, tened por sumo gozo

cuando os halléis en diversas pruebas».


SANTIAGO 1:2

N o hace mucho tiempo, yo estaba almorzando con una amiga. Ella había
estado recientemente atravesando por una prueba importante con
su hija adolescente. En el día de nuestra cita para almorzar, ella parecía haber
superado un período de rebelión dolorosa de su hija, pero llegar allí requirió un
gran dolor, lágrimas, oraciones, y preocupación. Mientras recordaba el valle
oscuro que acababa de atravesar como madre, ella dijo algo extraño: «Cuento con
Sumo Gozo».

¿Gozo? ¿En serio? Estamos hablando de una oración que expone tu corazón,
saca tus lágrimas, una temporada en que sientes como muere tu maternidad,
y ella la describe como gozo. Esto parece imposible cuando estamos frente a
una prueba. Se siente dolor, incomodidad, da miedo… Y, sin embargo, la Biblia
nos manda a contar nuestras pruebas como gozo. ¿Por qué? Porque en última
instancia, las pruebas son las que conducen a la fe perfecta y completa que nos
permite aferrarnos a las promesas de Dios plenamente y sin dudas.

Tu tiempo de prueba como madre está a la vuelta de la esquina. O tal vez, lo


estás atravesando ahora. Quizás, como mi amiga, tu hijo ha elegido el camino
del pecado. Tal vez has recibido un diagnóstico que te aterra. Tal vez te están
sacando los molares… ¡Yo sé lo probada que puedes ser!

Cuando llegan las pruebas, siempre tienes las mismas opciones. Puedes
huir de ellas, apresurarte a pasar por ellas a tu manera, trabajar con pánico,
nerviosismo, miedo y frustración. O… Puedes tenerlas por sumo gozo, sabiendo
que Dios es capaz de utilizarlas para fortalecer tu fe y la de tus hijos.

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MODO DE HACERLO

ELIJE EL GOZO

Cuando enfrentes pruebas con tu hijo, ya sean grandes retos o pequeños golpes en el
camino, responde diciendo: «Yo elijo el gozo». El gozo es una opción sin importar lo que la vida
(o tus hijos) te lancen porque Dios ha hecho grandes cosas para ti, y Él ha prometido usar tu
prueba para completar Su obra en ti.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, no importa lo que la vida me lance, ayúdame a tenerlo por sumo gozo.

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DÍA 29
ADVERTENCIA: MADRES TÓXICAS

«Haced todo sin murmuraciones... ».


FILIPENSES 2:14A (RV)

S er madre cambia nuestras amistades. Tendemos a reunirnos con las


mujeres que están en la misma etapa de la maternidad y cuyos hijos se
llevan bien con los nuestros. Sin embargo, estos parámetros superficiales pueden
llevarnos a pasar la mayor parte de nuestro tiempo con madres que son tóxicas.
Ellas pueden saber cómo planificar una cita para jugar, pero si son chismosas,
quejumbrosas, o madres que usan tácticas que no están alineadas con el Fruto
del Espíritu, juntarte con ellas no te hace ningún bien.

Ves. . . Quejarse... es un problema grave. Tendemos a verlo como algo natural


cuando se crían los hijos. Cuando las mujeres se reúnen, tienden a intercambiar
historias sobre quién tiene la menor cantidad de sueño, lo que les causó estrés
el día anterior, y lo que su hijo está haciendo que lo puede hacer enfermarse.
Entiendo que sentimos la necesidad de desahogarnos, pero en última instancia
no es saludable.

En 1 Corintios 10 nos encontramos a Pablo enumerando algunos pecados


graves entre los israelitas cuando huyeron de Egipto. Primero ráfagas de
idolatría. Eso era obvio. Luego les advierte contra la inmoralidad sexual.
Comprobado. Lo tengo. Pero entonces, dice esto:…

«Ni provoquemos al Señor… Ni murmuréis, como algunos de ellos


murmuraron, y fueron destruidos por el destructor». (1 Cor. 10:9-10 LBLA)

Sí. Has leído bien. Pablo incluye las quejas a la par con la idolatría y la
inmoralidad sexual. ¿Qué tienen estos tres pecados en común? Todos ellos son
divisivos. Ponen un obstáculo entre nosotros y los demás, y siempre entre
nosotros y Dios.

Es por eso que simplemente no puedes permitirte el lujo de pasar tiempo con
madres que se quejan. Dales un saludo en el preescolar. Envíales una tarjeta de
Navidad, pero no gastes tu tiempo con ellas. Son tóxicas. Que sus costumbres de
murmurar y quejarse de la maternidad se borren de ti. La maternidad es muy

60
dura, y tus palabras son demasiado importantes como para correr el riesgo de
contaminación.

MODO DE HACERLO

ACÉRCATE

Acércate a una nueva amiga que hayas visto hablar con cariño de sus hijos. Invítala a ella y
a sus hijos a tu casa a jugar y comer. Haz un hábito de forma proactiva de pasar tiempo con las
madres que no se quejan.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Señor, perdóname cuando me quejo. Enséñame a hablar de la maternidad de


una manera que Te honre.

61
DÍA 30
UN CAMBIO DE IMAGEN INTERMINABLE

«Y estoy seguro de esto, que el que comenzó en vosotros

la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo».

FILIPENSES 1:6. (RV)

E s el momento. Tu cambio de imagen está terminado. Todo lo que queda


por hacer es revelar tu nuevo yo. Es mi oración ferviente que Dios haya
usado este desafío de treinta días para hacer una obra radical en tu corazón y
que la diferencia entre el «antes» y el «después» sea dramática.

Eso podría significar que has abrazado tu papel con entusiasmo renovado y
compromiso para ver la maternidad como un campo misionero. Tal vez Dios te
ha retado en algunos hábitos o actitudes y te está transformando para que, como
madre, seas más semejante a Él. Tal vez has desarrollado el hábito de la lectura
de tu Biblia todos los días. ¡Hurra! Dios ha prometido que Su Palabra nunca
retornará vacía; ¡siempre dará frutos en tu vida!

También ha prometido que seguirá trabajando contigo a medida que


aprendas de la maternidad a Su manera. Filipenses 1:6 promete que continuará
construyendo la buena obra que Él comenzó en tu corazón hasta que esté
completa. ¡Puedes estar segura de que continuará formando un corazón de
madre en ti! De esa manera, tu cambio de imagen como madre no tendrá fin;
¡solo está empezando!

Y. . . ... ¿Ahora qué?

El siguiente y más importante paso es seguir buscando el corazón de Dios


para la maternidad. Si no lo has hecho, toma una copia de mi libro «Más Allá del
Tiempo del Baño» (Nota: No disponible en español). Está lleno de la Palabra de
Dios, y te prometo que te va ayudar a tener las prioridades y la mente de una
madre del reino.

¿Podría también sugerir un cambio de imagen del grupo? Coge un grupo


de madres amigas, haz un plan de orar y leer la Palabra de Dios juntas. Puedes

62
utilizar este cambio de imagen como guía, inicien un club de lectura juntas,
o simplemente hagan un pacto para reunirse regularmente para orar juntas.
Puedes encontrar algunos grandes recursos para orar con otras madres
enhttps://www.momsinprayer.org/leaders-corner/en-español.

Lo más importante es seguir aferrándote a la Vid. Que tu primera prioridad


sea nutrir tu relación con Cristo.

MODO DE HACERLO

HAZ UN PLAN

Específicamente, ¿qué medidas vas a tomar mañana para seguir creciendo? ¿Quieres iniciar
un estudio de la Biblia? ¿Iniciar un grupo de oración? ¿Escribir los versículos de este cambio de
imagen en tarjetas para memorizar?

No dejes de desarrollar una estrategia. Conoce las maneras en que puedes seguir saturando
tu maternidad con la Verdad de Dios. Luego, entra a nuestro blog en BeyondBathTime.com y
déjanos un comentario informándonos al respecto.

ORACIÓN DE UNA MADRE

Jesús, gracias por trabajar en mi corazón este mes. Quiero ser una madre
conforme a Tu Verdad. Ayúdame a seguir creciendo en Ti y a poner en práctica
el sagrado rol de la maternidad.

63
¡Comparte tu estímulo con otros!

¿Cómo ha cambiado este desafío tu corazón y tu vida, querida amiga? ¿Te


ha animado Dios mientras has leído Su Palabra? ¿Hubo días difíciles en los que
solo necesitabas dejarle los resultados a Dios? Recuerda que Dios es fiel, y Él te
bendecirá por tu disposición a obedecerle. Una cosa es segura, ¡nunca serás la
misma debido a tu compromiso de ser más como Cristo!

¿Tomarías un momento para compartir con nosotras cómo este reto ha


impactado tu vida?

[email protected] @avivanuestroscorazones

Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgenmuth

Para tomar otro reto de 30 días dirígete a la página:


AvivaNuestrosCorazones.com y busca entre los tópicos
“Retos de Oración” en la sección de Recursos.

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© Aviva Nuestros Corazones - Usado con permiso.


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