Familias Que Comen El Cordero Viven Satisfechas
Familias Que Comen El Cordero Viven Satisfechas
Familias Que Comen El Cordero Viven Satisfechas
En Éxodo 12, se instituye la Pascua por primera vez en la Biblia, como celebración de
la salida del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. En el Nuevo Testamento,
Jesucristo celebra esta fiesta con sus discípulos, pero les dice: Haced esto en memoria
de mí; por lo que ya no recordamos solamente la liberación de Israel de la esclavitud
de Egipto, sino el sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario.
Según la escritura en Éxodo 12, el día diez del mes debían escoger el cordero, y debían
hacerlo de acuerdo al comer de cada uno; es decir, no tan solo debían considerar la
cantidad de personas, sino el que cada uno quedara satisfecho. Dios quiere que todo el
que esté en tu casa, cuando se siente a la mesa y experimente el sacrificio, tenga
satisfacción.
Uno de los problemas existentes en los hogares es que hay tanto distanciamiento y
esto ha producido que unos estén satisfechos, mientras que otros no. Esto lo vemos
con Caín y Abel; uno queda satisfecho, mientras que, por su mala actitud, el otro no.
De la misma manera, hay familias que terminan hiriéndose, maltratándose entre sí
porque no han llegado al punto de entender que lo único que puede satisfacer todas
sus necesidades es el Cordero que comen.
En medio de todo lo que estamos viviendo como familias tenemos que entender esto,
que lo único que trae verdadera satisfacción, es cuando todos comemos del mismo
Cordero; es cuando, dentro de cada uno de nosotros, hay suficiente de Jesús, que
entonces hay verdadera satisfacción en nuestras vidas.
Los que están en nuestras casas, tienen que estar todos satisfechos, procuremos que
todos estén comiendo del mismo Cordero. Lo único que llena el corazón es que, cuando
te sientes a la mesa, coman todos del mismo Cordero, del sacrificio de Cristo.
Como familia debemos recordar el sacrificio de Jesucristo: que fue lo máximo, lo más
grande que nos pudo dar, su vida por nuestra salvación y redención. Y su sacrifico es
más que suficiente para que vivamos dándole gloria a Dios.
Lo que nos debe satisfacer como familia, lo que nos debe llenar como familia es que
juntos comamos de su sacrificio, y el saber que tenemos derecho a su Gracia, a las
riquezas de su herencia por lo que Jesucristo hizo por nosotros en la cruz del Calvario.
Que aunque hoy como familia todo se nos niega, no poder trabajar por la cuarentena,
todo se nos obstaculiza, por medio de Jesucristo todo se nos fue otorgado y solo es
cuestión de tiempo.
2 Corintios 1:10 Mantengamos firme nuestra confesión como el Apóstol Pablo “el cual
nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte.
Afuera puede haber luchas y batallas, pero como familia hay satisfacción solo cuando
comemos el Cordero, cuando comemos su Palabra, cuando comemos de su sacrificio.
El pan sigue siendo pan, el vino sigue siendo vino pero revelacionalmente son el cuerpo
y la sangre de Jesucristo que nos dio redención y salvación.
1a Corintios 11:23-24 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que
el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo
partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced
esto en memoria de mí.