La Libertad Segun Soren Kierkegaard
La Libertad Segun Soren Kierkegaard
La Libertad Segun Soren Kierkegaard
Planteamiento
Kierkegaard tiene el acierto de que, desde joven, defendió la libertad humana, incluso
frente a la doctrina de la predestinación luterana (siendo Lutero el autor que más le influ-
yó), a la par que afirmó que el acto de fe es libre y que se accede a Dios por el esfuerzo
moral. En su Diario se lee que “tanto San Agustín como muchos modernos han mostrado
que es una ilusión concebir el libre albedrío en abstracto (liberum arbitrium); como si un
hombre en todo momento de su vida se encontrase siempre provisto de esta posibilidad
abstracta –de modo que en el fondo no se moviese de su sitio–, como si la libertad no fuese
en todo el tiempo un estado histórico. Me parece que la cosa se puede aclarar de una ma-
nera muy simple. Pensad en una balanza de precisión: cuando ha sido usada, aún solo por
8 días, ya tiene una historia. El propietario está ahora al corriente de este hecho histórico,
que la balanza tiende a propender a una parte o a otra: una historia que continúa a medida
del uso que se hace. También la voluntad tiene una historia, una historia ininterrumpida,
la cual puede hacer que un hombre pierda en último término la facultad de poder escoger.
Con esto, sin embargo, la historia no está terminada. Porque, como San Agustín dice jus-
tamente, este estado es el castigo del pecado, y es aún pecado. El concepto de pecado se
1 “Dos cosas sobre todo, dice Leibniz al principio de la Teodicea, han puesto al hombre en dificultad: la relación
entre la libertad y la necesidad y la continuidad de la materia… El primer problema ha ocupado a todos los
hombres, el segundo a los filósofos”. K ierkegaard, Sören, Diario (1842-44) ed. de Fabro, C., Morcelliana,
Brescia, vol. 3, 1980, p. 65.
2 Cfr. ibidem (1835), vol. 2, 1980, p. 35.
3 “El sistema procede con necesidad”. Ibidem (1850), vol. 7, 1981, p. 191.
4 Ibidem (1846), vol. 3, 1980, p. 240.
aferra en todo modo. No se trata de una cosa exterior, tal que el castigo sea otra cosa; no, el
castigo (= la recaída), aunque sea un castigo, es aún a su vez pecado”5. Nótese que en este
texto nuestro autor vincula la libertad a la voluntad. Vamos, pues, a estudiar, a continua-
ción, si la libertad humana, según Kierkegaard, es algo más que la voluntad humana. Pero,
en primer lugar, explicitemos que, según él, no se reduce al libre albedrío de esta facultad.
Según sus estudiosos, Kierkegaard entiende la libertad de doble modo: como libertas
y como libre albedrío (frie Ville). La primera es la ordenación al fin, la cual se perdió con
el pecado de origen; la segunda es la capacidad de elegir; que, en rigor –según el pensador
danés– es una quimera7. La clave de la vida es ganar con sufrimiento la libertas, la cual
no se alcanza sin la ayuda divina8. Se trata, entonces, de dar un salto: en la medida en que
uno se dirige al fin, abandona paulatinamente el libre albedrío, y su libertad se convierte
en necesidad.
9 K ierkegaard, S., Diario (1849-50), op. cit., vol. 6, 1981, pp. 83-84.
10 Binetti, María José, “La posibilidad necesaria de la libertad. Un análisis del pensamiento de
Kierkegaard,”Cuadernos de Anuario Filosófico, Serie Universitaria, nº 177, Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Navarra, Pamplona, 2005, p. 7. También Franco Barrio es de este parecer: “para Kierkegaard,
la libertad constituye la esencia del hombre”. Franco Barrio, Jaime, Kierkegaard frente al hegelianismo,
Universidad de Valladolid, Valladolid, 1996, p. 80.
11 Binetti, María José, El itinerario de la libertad. Un estudio basado en el Diario de Sören Kierkegaard según la
interpretación de Cornelio Fabro, Ciafic, Buenos Aires, 2003, p. 243.
12 Ibidem, p. 200.
13 Torralba Roselló, Francesc, Poética de la libertad. Lectura de Kierkegaard, Caparrós Editores, Madrid, 1998,
p. 37. Más adelante añade: “Para Kierkegaard, la afirmación de la libertad constituye el centro de gravedad de
su discurso filosófico-teológico”. Ibidem, p. 76.
14 Barreiro, José Luis, “Sören Kierkegaard y las fases de la personalidad”, Compostellanum, 15 (1970), p. 417.
15 Cfr. Fabro, Cornelio, L’essere e la libertà, pro manuscripto, Perugia, Año Académico 1967-1968, pp. 68-69.
16 Cfr. Fabro, Cornelio, Dall’essere all existente, Morcelliana, Brescia, 1957, p. 255. Del Diario de Sören, Fabro
saca estos puntos conclusivos respecto de la libertad: a) El fundamento metafísico de la libertad es la elección
de Dios. b) El fundamento existencial de la libertad es la elección de Dios. c) El fundamento objetivo de la
libertad es la constricción de Dios. d) El objetivo esencial de la libertad es devenir yo (Selvet). e) El supremo
objetivo de la libertad es devenir cristiano. No obstante, estas conclusiones esconden dos tesis que no parecen
compatibles, a saber, que en unas de ellas se considera que la libertad es una energía nativa, mientras que en
otras se declara que la libertad radica en la elección de Dios para devenir un yo y llegar a ser cristiano. Ahora
bien, la elección es un acto adquirido de la voluntad. Por tanto, en rigor, hay disparidad entre dotación natural
y adquisición. En efecto, para Fabro, el ser es la libertad (libertad nativa); a su vez, la libertad se adquiere en
el obrar (libertad adquirida). ¿Con qué carta quedarse? ¿Acaso se pueden reducir a la identidad ambos planos?
¿Cómo distinguirlas y compatibilizarlas? Cfr. sobre este tema: Pizzuti, Giuseppe Mario, Il filosofo dell’actus
essendi. La progressione teoretica dell’itinerario filosofico di Cornelio Fabro tra Tommaso d’Aquino e Sören
Kierkegaard, Edizioni Scientifiche Italiane, Napoli, 2011.
17 “Sólo la libertad puede salir de la duda en la cual he entrado con la libertad… Pero si debo liberarme de la duda
con la libertad, también debo haber entrado con la libertad (con un acto de voluntad)”. K ierkegaard, S., Diario
(1842-43), op. cit., vol. 3, 1980, p. 108.
18 Cfr. ibid (1949), vol. 6, 1981, p. 23.
19 En unos pasajes de su obra Fabro da a entender que la libertad radica en el acto de ser; en otros la ciñe a la
voluntas ut natura. Pero ambas tesis no son compatibles. Cfr. al respecto: Acerbi, Ariberto, y Romera, Luis,
“El pensamiento de Fabro acerca de la libertad” en La antropología de Cornelio Fabro, Anuario Filosófico,
XXXIX/1 (2006), pp. 101-131; Zizi, Paolo, Ontologia della libertà (Tra Kierkegaard-Heidegger-Fabro),
Unidata, Sassari,1987.
20 Cfr. al respecto: Fabro, Cornelio, “Freedom and existence in contemporary philosophy and St. Thomas”, The
Thomist, XXXVIII-3 (1974), pp. 521-556; “El primado existencial de la libertad”, Scripta Theologica, XIII, 2-3
(1981), pp. 323-337; “Atto esistenziale e impegno della libertà”, Divus Thomas, 1983, LXXXVI/2-3, (1983), pp.
125-161; Riflessioni sulla libertà, Segni (Rm), 2004; La preghiera nel pensiero moderno, Roma, 1983; “Libertà
teologica, antropologica ed esistenziale”, en Sánchez-Sorondo, Marcello (ed.), Atti del Colloquio Internazionale
di Etica, Città del Vaticano, 1991, pp. 15-30. Entre los inéditos se encuentra el siguiente texto correspondiente a
un curso en la universidad de Perugia: Essere e libertà, Perugia, 1967-68, pro manuscripto.
21 “La voluntad será, por tanto, la subjetividad constitutiva y constituyente última del yo, y el dinamismo supremo
de la persona”. Binetti, M. J., El itinerario..., op. cit., p. 183.
Para Binetti –una de las personas que más ha investigado este tema en Sören– la liber-
tad kierkegaardiana, esa libertad originaria de la que hablaba Fabro, es “posibilidad para
la posibilidad”22, nada aún como realidad. También para Torralba Roselló, para quien “en
el plano antropológico, la noción de ser se puede traducir como posibilidad, mientras que
la de esencia se puede comprender bajo la categoría de necesidad”23, la libertad equivale a
la posibilidad. Sin embargo, Kierkegaard escribió que “la libertad nunca es una posibili-
dad, sino que es una realidad desde el mismo momento en que hay libertad” 24. Lo posible
para la libertad es el futuro25.
Kierkegaard escribió que “las bases de la decisión son la ética y la libertad”26. Para él
no se trata de elegir el bien o el mal, o entre el bien y el mal, sino de elegir querer, o sea,
la libertad no es elegir solo entre esto o lo otro, sino elegir el acto de elegir27, pues el acto
de querer o la abstención también se eligen. Con todo, aun así entendida, esta libertad es
de orden categorial y está fundamentalmente encuadrada en la voluntad. Sören habla de
elegir; de que elegir “es lo serio de la vida”28, pues con la elección el hombre se juega la
gloria29; también habla de decidir. Jolivet resumía esta tesis kierkegaardiana diciendo que
“lo propio de la existencia es elegir”30. Pero, conviene insistir: esta faceta de la libertad
está vinculada a la voluntad, no a la ‘libertad trascendental’, o sea, al acto de ser personal
visto como libertad, como la energía del espíritu.
La libertad, según nuestro autor, puede abrirse a lo superior (en rigor, a Dios) o a lo
inferior. Cuando se abre a lo inferior (en definitiva, a la nada) aparece la angustia, que es
fruto de la culpa. En esa tesitura se pierde la libertad. En ambos casos entiende la liber-
tad como elección, la cual es manifestativa, no lo radical en el hombre31. Kierkegaard no
22 Binetti, M. J., El itinerario..., op. cit., p. 102. En otro lugar esta autora escribe que Sören considera la libertad
como “posibilidad infinita y necesaria de poder ideal, dialéctico, intensivo y relacional” (Binetti, M. J., “La
posibilidad...”, op. cit., p. 15), es decir, como una posibilidad espiritual infinita que, en el fondo, coincide con su
propia necesidad, y que es relacional respecto de Dios.
23 Torralba Roselló, F., Poética..., op. cit., p. 63. Por el contrario, Maceiras Fafian interpreta la esencia como
posibilidad. Cfr. M aceiras, Manuel, Schopenhauer y Kierkegaard: sentimiento y pasión, Cincel, Madrid, 1985,
p. 138.
24 K ierkegaard, Sören, El concepto de angustia, Guadarrama, Madrid, 1965, p. 59.
25 “Lo posible corresponde por completo al futuro. Lo posible es para la libertad lo futuro, y lo futuro es para el
tiempo lo posible”. Ibidem, p. 173.
26 K ierkegaard, Sören, Etapas en el camino de la vida, ed. de Juana Castro, Buenos Aires, S. Rueda, 1952, p. 116.
27 “Lo que se hace patente a través de mi ‘o… o…’ es lo ético. No por ello se trata todavía de elegir alguna cosa, no
se trata de la realidad de lo elegido, sino de la realidad del elegir”. K ierkegaard, Sören, O lo uno o lo otro. Un
fragmento de vida, vol. II, Trotta, Madrid, 1997, p. 164.
28 K ierkegaard, Sören, “L’évangile des soufrances”, Discours édifiants, en Œuvres Complètes, Éd. de L´Orante,
Paris, vol. 13, p. 244.
29 K ierkegaard, Sören, “Nous en venons à la gloire du choix qu’il est accordé à l´homme de faire”. “Les lis des
champs et les oiseaux du ciel”, Discours édifiants, en Œuvres Complètes, ed. cit., vol. 13, p. 197.
30 Jolivet, Régis, Las doctrinas existencialistas, Gredos, Madrid, 4ª ed., 1976, p. 51.
Que Kierkegaard entiende la libertad desde el punto de vista ético es neto, porque sin
ella la tarea de perfeccionamiento humano a lo largo de la existencia en que consiste la
ética es imposible: “todo hombre se desarrolla con libertad…. Un hombre no se crea a sí
mismo de la nada… él mismo en su concreción es una tarea”39. A su vez, la ética es la base
para la decisión religiosa: “la decisión es una concepción religiosa de la vida, construida
sobre datos éticos”40. El paso de la ética a la religión radica precisamente en la decisión: “la
decisión no es la fuerza del hombre, ni su coraje, ni su habilidad… sino que es un punto de
31 Frente a esta tesis Fabro defiende que la libertad para Kierkegaard es el núcleo del ser humano. Cfr. Fabro,
Cornelio, Tra Kierkegaard e Marx, en Opere Complete, vol. 9, Logos, Roma, 1978. En el cap. V añade:
“Para Kierkegaard la libertad es sobre todo posibilidad de escoger la verdadera elección, de escoger eso que
únicamente se debe escoger, de escoger el Absoluto y así obtener la libertad de la segunda vuelta, la libertad
como acto”. Ibidem, p. 99. En cambio, para García A milburu, “la libertad es principalmente para Kierkegaard
capacidad de elección”. García A milburu, María, La existencia en Kierkegaard, Eunsa, Pamplona, 1992, p. 180.
32 “Interpretando así la libertad, ésta se opondría a la necesidad, lo cual demuestra que se ha concebido la libertad
dentro de una categoría puramente mental. No, lo opuesto de la libertad es la culpa”. K ierkegaard, S., El
concepto..., op. cit., p. 200.
33 “La libertad ha quedado establecida como no-libertad, pues se ha perdido la libertad”. Ibidem, p. 225.
34 “La relación de la libertad con la culpa es la angustia”. Ibidem, p. 201.
35 “La libertad es siempre comunicativa… la no-libertad, en cambio, se encierra cada vez más dentro de sí misma
y no desea tener ninguna comunicación… El ensimismamiento es cabalmente mutismo. El lenguaje y la palabra
son, en cambio, lo salvador”. Ibidem, p. 227.
36 Ibidem, p. 232.
37 Para Kierkegaard, “el hombre no nace libre, pero tampoco nace esclavo. Ya desde el principio de su vida, tiene
la posibilidad de ser libre”. Torralba Roselló, F., Poética..., op. cit., p. 82.
38 K ierkegaard, S., Etapas., op. cit., p. 168.
39 K ierkegaard, S., O lo uno..., op. cit., vol. II, p. 291.
40 K ierkegaard, S., “Palabras sobre el matrimonio”, en Tres discursos sobre circunstancias supuestas, Trotta,
Madrid, 2010, p. 169.
Kierkegaard –como buen luterano– basa su fe en la sola Scriptura43, y busca que los
textos estén aprobados canónicamente, pero es consciente de que los textos no dan la fe
sobrenatural, sino que esta procede de Dios. Lo que quiere indicar es que en este te-rreno
no se trata solo de asuntos racionales ‘objetivos’, filológicos, históricos, etc., sino, ante
todo, de asuntos ‘subjetivos’: fe, decisión, las cuales son internas: “toda decisión, toda
decisión esencial, reside en la subjetividad”44. Y así, el cristianismo es –según él– un
asunto de decisión: “si ser cristiano es la dificultad, la decisión absoluta, entonces la única
introducción posible es la que repele y justamente por repulsión apunta a que se trata de
la decisión absoluta”45.
No cabe ética sin libertad; no cabe cristianismo sin libertad. Pero ¿qué es la libertad
para Kierkegaard? Por una parte, y de acuerdo con la ética, la libertad es la dimensión
humana por medio de la cual individualizamos nuestra historia, particularizamos nuestra
existencia mediante las decisiones finitas, es decir, lo que favorece la realización de las
diversas concreciones de la existencia humana (asunto que no dejará caer en saco roto el
existencialismo posterior). Por otra parte, y de acuerdo con el cristianismo, la libertad es
la que se elige a Dios o reniega de él.
De acuerdo con lo que precede, en ambos casos se trata de una libertad dialéctica, de
decir, de ‘alternativa’ (aut-aut). Por tanto, la libertad del sujeto, según Kierkegaard, no se
puede entender como una nativa apertura a la realidad irrestricta, sobre todo, a la realidad
divina, esto es, no se puede entender como ‘libertad trascendental’, sino como una capaci-
dad de escoger o no escoger, que se puede inclinar, por una parte, a cosas externas y, por
otra, a Dios.
41 Ibidem, p. 170.
42 Cfr. ibidem, p. 171.
43 K ierkegaard, S., “El cristianismo es el Evangelio”, Diario (1851), op. cit., vol. 9, 1981, p. 22.
44 K ierkegaard, Sören, Post-scriptum definitivo y no científico a las ‘Migajas filosóficas’ (1846), Sígueme,
Salamanca, 2010, p. 44.
45 Ibidem, 377. Cfr. asimismo: ibidem, p. 33.
A modo de conclusión
Los intérpretes de Kierkegaard vinculan la libertad, bien con la posibilidad, bien con
la necesidad. Para unos, ser libre sería elegir de entre posibilidades; para otros en cambio,
sería escoger lo mejor, para que la libertad deviniese necesaria. Repárese, sin embargo,
que tanto la posibilidad como la necesidad son nociones lógicas (de filosofía modal, en
concreto), no referidas a la realidad. Por tanto, hay que verlas como nociones ajenas a las
preferencias del autor danés, porque ambas, por pertenecer a la línea especulativa del
racionalismo-idealismo, están muy lejos de tener que ver con la explícita hegemonía de la
voluntad defendida por Kierkegaard. De modo que, en su caso, es pertinente vincular la
libertad a la voluntad, no a la razón. No parece, pues, que la libertad, según nuestro filóso-
fo, sea posibilidad o necesidad, sino decisión, que no es ni una cosa ni otra.
Bibliografía
Acerbi, Ariberto, y Romera, Luis, ‘El pensamiento de Fabro acerca de la libertad’ en “La
antropología de Cornelio Fabro”, Anuario Filosófico, XXXIX/1 (2006), pp. 101-131.
Binetti, María José, “La posibilidad necesaria de la libertad. Un análisis del pensamiento
de Kierkegaard”, Cuadernos de Anuario Filosófico, Serie Universitaria, nº 177, Servi-
cio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, Pamplona, 2005, p. 7.
Fabro, Cornelio, “Atto esistenziale e impegno della libertà”, Divus Thomas, 1983, LXXX-
VI/2-3, (1983), pp. 125-161.
--------------, “El primado existencial de la libertad”, Scripta Theologica, XIII, 2-3 (1981),
pp. 323-337.
--------------, “Freedom and existence in contemporary philosophy and St. Thomas”, The
Thomist, XXXVIII-3 (1974), pp. 521-556.
--------------, Tra Kierkegaard e Marx, en Opere Complete, vol. 9, Logos, Roma, 1978.
K ierkegaard, Sören, Diario (1835), ed. de Fabro, C., Morcelliana, Brescia, vol. 2, 1980.
---------------------, O lo uno o lo otro. Un fragmento de vida, vol. II, Trotta, Madrid, 1997.
Viallaneix, Nelly, “Le liberté chez Kierkegaard: écoute ton Libérateur”, Les Cahiers de
Philosophie, 8-9, 1989, pp. 23-34.