Vigilia - Pascual - 2019 Sanma

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VIGILIA PASCUAL

Según una tradición muy antigua, ésta es una noche de vigilia en honor del
Señor (Ex 12, 42). Los fieles, llevando en la mano – según la exhortación
evangélica (Lc 12, 35ss) – lámparas encendidas, se asemejan a quienes
esperan el regreso de su Señor para que, cuando él vuelva, los encuentre
vigilantes y los haga sentar a su mesa.

La celebración de la Vigilia se desarrolla de la siguiente manera: después de la


breve liturgia de la luz o “lucernario” (primera parte de la Vigilia), la santa
Iglesia, llena de fe en las palabras y promesas del Señor, medita los portentos
que él obró desde el principio a favor de su pueblo (segunda parte o liturgia de
la palabra) y cuando el día de la resurrección está por llegar, encontrándose ya
acompañada de sus nuevos hijos, renacidos en el bautismo (tercera parte), es
invitada a la mesa que el Señor ha preparado para su pueblo, por medio de su
muerte y resurrección (cuarta parte).

Toda la celebración de la Vigilia pascual se hace en la noche, de modo que no


debe comenzar antes del principio de la noche del sábado, ni terminar después
del alba del domingo.

La misa de la Vigilia, aunque se celebre antes de la medianoche, es ya la misa


pascual del Domingo de Resurrección. Los fieles que participan en la misa de
la Vigilia pueden comulgar también en la misa diurna de la Pascua.

El Párroco, se revisten con las vestiduras blancas para la misa.

MONITOR:
Buenas noches hermanos, sean bienvenidos a la celebración de la fiesta de las
fiestas, la solemne Vigilia Pascual que vamos a comenzar, en esta noche
gloriosa de la Resurrección del Señor.

Les pedimos amablemente si apagan o bajan el volumen de su teléfono celular


(esperar 20 segundos) Gracias.

En la oscuridad de la noche surge una luz nueva, Cristo Resucitado.


Caminando tras él, venceremos nuestras propias tinieblas y seremos
iluminados con el resplandor de su resurrección.

1
Participemos activamente de todos los ritos de esta solemne Vigilia, con un
corazón sencillo y dispuesto, en vela, para que, de verdad, podamos vivir
intensamente lo que cada uno de estos signos significa como es:

1. La bendición del Fuego Nuevo.

2. La preparación del Cirio Pascual que representa a Cristo, Luz del


mundo.

3. El Pregón Pascual donde la Iglesia estalla en un jubiloso canto de


alabanza, de gratitud y de alegría.

4. La bendición del Agua donde recordamos nuestro bautismo.

5. Escuchemos atentos el mensaje que Dios nos dirige en su Palabra. para


descubrir en ella las maravillas de la obra salvadora del Padre.

6. Nutrámonos de su Cuerpo y de su Sangre de Nuestro Señor y Salvador.

Permanecemos en nuestros lugares y participemos con alegría.

Primera Parte
Lucernario
Solemne inicio de la vigilia
BENDICIÓN DEL FUEGO
Se apagan todas las luces de la iglesia.

En un lugar adecuado, fuera de la iglesia, se enciende el fuego. Congregado


allí el pueblo, llega el Párroco acompañado con los ministros.

Monitor:
Uno de los ministros lleva el cirio pascual.
No se lleva ni cruz procesional ni cirios.
El turiferario lleva el incensario sin carbones.

2
El Párroco, de pie y vuelto al pueblo dice:

 En el nombre del Padre,


y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
El pueblo responde: Amén

El Párroco dice:
L
a paz esté con ustedes.

El pueblo responde: Y con tu Espíritu

El Párroco hace una breve exhortación, con estas palabras u otras semejantes:

El Párroco dice:
Hermanos: En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó
de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados
por el mundo, a que se reúnan para velar en oración.
Conmemoremos, pues, juntos, la Pascua del Señor, escuchando su
Palabra y participando en sus sacramentos, con la esperanza cierta
de participar también en su triunfo sobre la muerte y de vivir con Él
para siempre en Dios.

Monitor: Enseguida bendice el fuego con las manos extendidas.


El Párroco dice:

D
ios nuestro, que por medio de tu Hijo nos has comunicado el fuego
de tu vida divina, bendice  este fuego nuevo y haz que estas fiestas
pascuales enciendan en nosotros el deseo del cielo, para que
podamos llegar con un espíritu renovado a la fiesta gloriosa de tu
Reino.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

3
R. Amén.

PREPARACIÓN DEL CIRIO PASCUAL


Si, por razones pastorales, parece oportuno hacer resaltar con algunos
símbolos la dignidad y la significación del cirio pascual, puede hacerse de este
modo: una vez bendecido el fuego nuevo,

Monitor:
Un acólito o uno de los ministros lleva el cirio pascual ante el Párroco.

El Párroco, con un punzón, graba una cruz en el cirio.

El Párroco dice:
A
1. Cristo ayer y hoy,
Traza la línea vertical;
2 0
El Párroco dice:

2. Principio y fin,
Traza la línea horizontal; 0 9
El Párroco dice: Ω
3. Alfa
Traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical;

El Párroco dice:

4. y Omega.
Traza la letra Omega, abajo de la línea vertical;

4
El Párroco dice:

5. Suyo es el tiempo
Traza el primer número del año en curso,
en el ángulo superior izquierdo de la cruz;

El Párroco dice:

6. y la eternidad.
Traza el segundo número del año,
en el ángulo superior derecho;

El Párroco dice:

7. A él la gloria y el poder,
Traza el tercer número del año,
en el ángulo inferior izquierdo;

El Párroco dice:

8. por los siglos de los siglos. Amén.


Traza el cuarto número del año, en el ángulo inferior derecho;

Después de haber trazado la cruz y los demás signos,

El sacerdote incrusta en el cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz,


diciendo al mismo tiempo:

El Párroco dice:

1. Por sus santas llagas 1


2. gloriosas,
3. nos proteja 4 2 5
4. y nos guarde 3
5. Jesucristo nuestro Señor. Amén.

5
Monitor:
Se pone carbón encendido en el incensario.

El Párroco enciende el cirio pascual con el fuego nuevo, diciendo:

El Párroco dice:
Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de
nuestro corazón y de nuestro espíritu.

PROCESIÓN
Inicia la procesión en el orden siguiente:
1. El turiferario con el incienso humeante.
2. El donador con el cirio pascual
3. El pueblo con sus cirios apagados.

A continuación el Párroco, toma el cirio pascual y, manteniéndolo elevado,


canta él solo:

El Párroco dice: Cristo luz del mundo.

Y todos respondemos:
Demos gracias a Dios.

En este momento los mayordomos encienden sus cirios en la llama del cirio y
comparten la luz a las personas que están cerca de ellos,

La procesión avanza de nuevo.

El Párroco se detiene a mitad de la Iglesia y elevando el cirio, canta por


segunda vez:

El Párroco dice: Cristo, luz del mundo.

Y todos respondemos:
Demos gracias a Dios.

Todos comunican la luz del cirio a los demás fieles.

6
Al llegar ante el altar, el Párroco, vuelto hacia el pueblo, canta por tercera vez:

El Párroco dice: Cristo, luz del mundo.

Y todos respondemos:
Demos gracias a Dios.

Entonces se encienden las luces del templo, menos las del altar

PREGÓN PASCUAL
El Pregón Pascual puede ser proclamado, en caso de necesidad, por un cantor
que no sea diácono. En este caso, el cantor omite desde las palabras “Por eso,
queridos hermanos”, hasta el final del invitatorio “El resplandor de su luz”, así
como el saludo “El Señor esté con vosotros”.

Monitor:
El Párroco pone el cirio pascual en el candelabro, que está preparado en medio
del presbiterio o junto al ambón.

Después pone incienso en el incensario, inciensa el libro y el Cirio y escuchar


el pregón en la sede.

Monitor:
La Iglesia, al verse iluminada por tanta luz, estalla en un jubiloso canto de
alabanza, de gratitud y de alegría. Se nos anuncian las maravillas que Dios
realizó y va a realizar esta noche. Escuchemos este Pregón Pascual con
profunda alegría. Escuchemos

Forma larga del Pregón Pascual


El Cantor:
Alégrense, por fin, los coros de los ángeles,
alégrense las jerarquías del cielo
y, por la victoria de rey tan poderoso,
que las trompetas anuncien la salvación.

Goce también la tierra, inundada de tanta claridad,


y que, radiante con el fulgor del rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero.

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Alégrese también nuestra madre la Iglesia
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

El Párroco.
Por eso, queridos hermanos,
que asistís a la admirable claridad de esta luz santa,
invocad conmigo la misericordia de Dios omnipotente,
para que aquel que, sin mérito mío,
me agregó al número de los diáconos,
complete mi alabanza a este cirio,
infundiendo el resplandor de su luz.

V. El Señor esté con vosotros.


R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

El Cantor:
En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón,
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Porque Él ha pagado por nosotros


al eterno Padre la deuda de Adán,
y ha borrado con su sangre inmaculada
la condena del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.

8
Esta es la noche en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.

Esta es la noche en que la columna de fuego


esclareció las tinieblas del pecado.

Esta es la noche que a todos los que creen en Cristo,


por toda la tierra,
los arranca de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
los restituye a la gracia y los agrega a los santos.

Esta es la noche en que,


rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo entregaste al Hijo!

Necesario fue el pecado de Adán,


que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!

¡Qué noche tan dichosa!


Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó del abismo.
Esta es la noche de la que estaba escrito:
“Será la noche tan clara como el día,
la noche iluminada por mi gozo”.

Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados,


lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos,

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la alegría a los tristes, expulsa el odio,
trae la concordia, doblega a los potentes.

En esta noche de gracia, acepta, Padre santo,


el sacrificio vespertino de esta llama,
que la santa Iglesia te ofrece
en la solemne ofrenda de este cirio,
obra de las abejas.

Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego,


que arde en llama viva para la gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla,
porque se alimenta de cera fundida
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.

¡Qué noche tan dichosa,


en que se une el cielo con la tierra,
lo humano con lo divino!
Te rogamos, Señor,
que este Cirio consagrado a tu nombre
para destruir la oscuridad de esta noche,
arda sin apagarse y, aceptado como perfume,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso,
Jesucristo, tu Hijo,
que volviendo del abismo,
brilla sereno para el linaje humano
y vive y reina por los siglos de los siglos.

R. Amén

Monitor: Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan.

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Segunda Parte
Liturgia de la Palabra
Monitor: En esta Vigilia, “Madre de todas las vigilias” se proponen nueve
lecturas, siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo (la Epístola y el
Evangelio).

Antes de comenzar las lecturas, el Párroco exhorta a la asamblea con estas


palabras u otras semejantes.

El Párroco:
Hermanos: Con el Pregón solemne de la Pascua, hemos entrado ya
en la Noche Santa de la Resurrección del Señor.

Escuchemos con recogimiento la Palabra de Dios. Meditemos cómo,


en la Antigua Alianza, Dios salvó a su pueblo. Tales
acontecimientos se convirtieron en Promesa cuya plenitud se ha
cumplido en Cristo Resucitado. Abramos nuestro corazón a la
Promesa de Salvación que nos trae Jesucristo Vivo hoy.

Siguen luego las lecturas. Un lector va al ambón y lee la primera lectura.


Después el salmista o cantor dice el salmo, alternando con las respuestas del
pueblo. Enseguida todos se levantan, el Párroco, dice Oremos y después de
que todos han orado en silencio durante unos momentos, dice la oración
colecta. Lo mismo se hace en cada lectura.

PRIMERA LECTURA
Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.

Lector:
Del libro del Génesis: 1, 1-2, 2.

En el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y


caos; y las tinieblas cubrían la faz del abismo. El espíritu de Dios se
movía sobre la superficie de las aguas.

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Dijo Dios: “Que exista la luz”, y la luz existió. Vio Dios que la luz
era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz “día” y a
las tinieblas, “noche”. Fue la tarde y la mañana del primer día.

Dijo Dios: “Que haya una bóveda entre las aguas, que separe unas
aguas de otras”. E hizo Dios una bóveda y separó con ella las aguas
de arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios a la bóveda
“cielo”. Fue la tarde y la mañana del segundo día.

Dijo Dios: “Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo
lugar y que aparezca el suelo seco”. Y así fue. Llamó Dios “tierra”
al suelo seco y “mar” a la masa de las aguas. Y vio Dios que era
bueno.

Dijo Dios: “Verdee la tierra con plantas que den semilla y árboles
que den fruto y semilla, según su especie, sobre la tierra”. Y así fue.
Brotó de la tierra hierba verde, que producía semilla, según su
especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla, según su
especie. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del
tercer día.

Dijo Dios: “Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen
el día de la noche, señalen las estaciones, los días y los años, y
luzcan en la bóveda del cielo para iluminar la tierra”. Y así fue. Hizo
Dios las otras dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para regir
el día y la menor, para regir la noche; y también hizo las estrellas.
Dios puso las lumbreras en la bóveda del cielo para iluminar la
tierra, para regir el día y la noche, y separar la luz de las tinieblas. Y
vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del cuarto día.

Dijo Dios: “Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes y


revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo”. Creó
Dios los grandes animales marinos y los vivientes que en el agua se
deslizan y la pueblan, según su especie. Creó también el mundo de
las aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno y los bendijo
diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas del mar;

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que las aves se multipliquen en la tierra”. Fue la tarde y la mañana
del quinto día.

Dijo Dios: “Produzca la tierra vivientes, según sus especies:


animales domésticos, reptiles y fieras, según sus especies”. Y así
fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada
uno según su especie. Y vio Dios que era bueno.

Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que


domine a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales
domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra”.

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre


y mujer los creó.

Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense,


llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves
del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”.

Y dijo Dios: “He aquí que les entrego todas las plantas de semilla
que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen
frutos y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras
de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra,
a todos los seres que respiran, también les doy por alimento las
verdes plantas”, Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo
encontró muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto día.

Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus


ornamentos, y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de
todo cuanto había hecho.

Palabra de Dios.

Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.

13
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 103

R. Bendice al Señor, alma mía.

Bendice al Señor, alma mía;


Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.

Bendice al Señor, alma mía.

Sobre bases inconmovibles


asentaste la tierra para siempre.
Con un vestido de mares la cubriste
y las aguas en los montes concentraste.

Bendice al Señor, alma mía.


En los valles haces brotar las fuentes,
que van corriendo entre montañas;
junto al arroyo vienen a vivir las aves,
que cantan entre las ramas.

Bendice al Señor, alma mía.

Desde tu cielo riegas los montes


y sacias la tierra del fruto de tus manos;
haces brotar hierba para los ganados
y pasto para los que sirven al hombre.

Bendice al Señor, alma mía.

¡Qué numerosas son tus obras, Señor,


y todas las hiciste con maestría!
La tierra está llena de tus criaturas.
Bendice al Señor, alma mía.

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Bendice al Señor, alma mía.

El Párroco:
Oremos.

D ios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu amor


te muestras admirable, concede a quienes has redimido,
comprender que el sacrificio de Cristo, nuestra Pascua, en la
plenitud de los tiempos es una obra más maravillosa todavía que la
misma creación del mundo .

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

SEGUNDA LECTURA
El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
Lector:
Del libro del Génesis: 22, 1-18.

En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo:


“¡Abraham, Abraham!” El respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo:
“Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de
Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré”.

Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus


criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó
al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día divisó a lo lejos el
lugar. Les dijo entonces a sus criados: “Quédense aquí con el burro;
yo iré con el muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después
regresaremos”.

Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y


tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a su padre Abraham: “¡Padre!” El respondió: “¿Qué

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quieres, hijo?” El muchacho contestó: “Ya tenemos fuego y leña,
¿pero dónde está el cordero para el sacrificio?” Abraham le contestó:
“Dios nos dará el cordero para el sacrificio, hijo mío”. Y siguieron
caminando juntos.

Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham


levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo
puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo para
degollarlo.

Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham,


Abraham!” El contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No
descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño, Ya veo que
temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único”.

Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos
en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de
su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio “el Señor provee”,
por lo que aun el día de hoy se dice: “el monte donde el Señor
provee”.

El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le


dijo: “Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y
no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus
descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu
descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque
obedeciste a mis palabras”.

Palabra de Dios.

Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 15

16
R. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

El Señor es la parte que me ha tocado en herencia:


mi vida está en sus manos.
Tengo siempre presente al Señor
Y con Él a mi lado, jamás tropezaré.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

Por eso se me alegran el corazón y el alma


y mi cuerpo vivirá tranquilo,
porque tú no me abandonarás a la muerte,
ni dejarás que sufra yo la corrupción.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

Enséñame el camino de la vida,


sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

El Párroco:
Oremos.

D ios nuestro, excelso Padre de los creyentes, que por medio de


la gracia de la adopción y por el ministerio pascual sigues
cumpliendo la promesa hecha a Abraham de multiplicar su
descendencia por toda la tierra y de hacerlo el padre de todas las
naciones, concede a tu pueblo responder dignamente a la gracia de
tu llamado.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

17
TERCERA LECTURA
Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.

Lector:
Del libro del Éxodo: 14, 15-15, 1.

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “¿Por qué sigues clamando


a mí? Diles a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu
bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los
israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer el
corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria
a expensas del faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes.
Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus
carros y jinetes, los egipcios sabrán que yo soy el Señor”.

El ángel del Señor, que iba al frente de las huestes de Israel, se


colocó tras ellas. Y la columna de nubes que iba adelante, también
se desplazó y se puso a sus espaldas, entre el campamento de los
israelitas y el campamento de los egipcios. La nube era tinieblas
para unos y claridad para otros, y así los ejércitos no trabaron
contacto durante toda la noche.

Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar


durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y
dividió las aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban,
mientras las aguas formaban una muralla a su derecha y su
izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución y toda la
caballería del faraón, sus carros y jinetes, entraron tras ellos en el
mar.

Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo


al ejército de los egipcios y sembró entre ellos el pánico. Trabó las
ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban sino pesadamente.
Dijeron entonces los egipcios: “Huyamos de Israel, porque el Señor
lucha en su favor contra Egipto”.

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Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar,
para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus
jinetes”. Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las
aguas volvieron a su sitio, de suerte que al huir, los egipcios se
encontraron con ellas, y el Señor los derribó en medio del mar.
Volvieron las aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a todo el
ejército del faraón, que se había metido en el mar para perseguir a
Israel. Ni uno solo se salvó.

Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las
aguas les hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el
Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios,
muertos en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor
sobre los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y
en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron
este cántico al Señor:

SALMO RESPONSORIAL
Éxodo 15

R. Alabemos al Señor por su victoria.

Cantemos al Señor, sublime es su victoria:


caballos y jinetes arrojó en el mar.
Mi fortaleza y mi canto es el Señor,
él es mi salvación, él es mi Dios, yo lo alabaré;
es el Dios de mis padres, yo le cantaré

Alabemos al Señor por su victoria.

El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor.


Precipitó en el mar los carros del faraón
y a sus guerreros;
ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes.

Alabemos al Señor por su victoria.

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El mar cayó sobre ellos;
en las temibles aguas como plomo se hundieron.
Extendiste tu diestra, Señor,
y se los tragó la tierra

Alabemos al Señor por su victoria.

Tú llevas a tu pueblo
para plantarlo en el monte que le diste en herencia,
en el lugar que convertiste en tu morada,
en el santuario que construyeron tus manos.
Tú, Señor, reinarás por siempre

Alabemos al Señor por su victoria.


El Párroco:
Oremos.

S Eñor Dios, cuyos antiguos prodigios los percibimos


resplandeciendo también en nuestros tiempos, puesto que
aquello mismo que realizo la diestra de tu poder para librar a un solo
pueblo de la esclavitud del faraón, lo sigues realizando también
ahora, por medio del agua del bautismo para salvar a todas las
naciones, concede a todos los hombres del mundo lleguen a contarse
entre los hijos de Abraham y participen de la dignidad del pueblo
elegido.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

CUARTA LECTURA
Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor.

Lector:
Del libro del Profeta Isaías: 54, 5-14.

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“El que te creó, te tomará por esposa; su nombre es ‘Señor de los
ejércitos’. Tu redentor es el Santo de Israel; será llamado ‘Dios de
toda la tierra’. Como a una mujer abandonada y abatida te vuelve a
llamar el Señor. ¿Acaso repudia uno a la esposa de la juventud?,
dice tú Dios.

Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te


volveré a tomar. En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro,
pero con amor eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu
redentor.

Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que las aguas
del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no enojarme ya
contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los montes y
hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y mi
alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor, el que
se apiada de ti.

Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He


aquí que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras finas, tus
cimientos sobre zafiros; te pondré almenas de rubí y puertas de
esmeralda y murallas de piedras preciosas.

Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será grande su


prosperidad. Serás consolidada en la justicia. Destierra la angustia,
pues ya nada tienes que temer; olvida tu miedo, porque ya no se
acercará a ti”.

Palabra de Dios.

Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 29

21
R. Te alabaré, Señor, eternamente.

Te alabaré, Señor, pues no dejaste


que se rieran de mí mis enemigos.
Tú, Señor, me salvaste de la muerte
y apunto de morir, me reviviste.

Te alabaré, Señor, eternamente.

Alaben al Señor quienes lo aman,


den gracias a su nombre,
porque su ira dura un solo instante
y su bondad, toda la vida.
El llanto nos visita por la tarde;
por la mañana, el júbilo.

Te alabaré, Señor, eternamente.

Escúchame, Señor, y compadécete;


Señor, ven en mi ayuda.
Convertiste mi duelo en alegría,
te alabaré por eso eternamente

Te alabaré, Señor, eternamente.

El Párroco:
Oremos.

D Ios todopoderoso y eterno, multiplica, en honor a tu nombre,


cuando prometiste a nuestros padres en la fe y acrecienta la
descendencia por ti prometida mediante la santa adopción filial, para
que aquello que los antiguos patriarcas no dudaron que habría de
acontecer, tu Iglesia advierta que ya está en gran parte cumplido.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

22
R. Amén

QUINTA LECTURA
Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua.

Lector:
Del libro del Profeta Isaías: 55, 1-11.

Esto dice el Señor: “Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por
agua; y los que no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman;
tomen vino y leche sin pagar. ¿Por qué gastar el dinero en lo que no
es pan y el salario, en lo que no alimenta?

Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos


sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme y
vivirán.

Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas que
hice a David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos, como
príncipe y soberano de las naciones, así tú reunirás a un pueblo
desconocido, y las naciones que no te conocían acudirán a ti, por
amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te ha honrado.

Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo


mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el
criminal, sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a
nuestro Dios, que es rico en perdón.

Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos


no son mis caminos. Porque así como aventajan los cielos a la tierra,
así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus
pensamientos.

Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino


después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin
de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra

23
que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi
voluntad y cumplirá su misión”.

Palabra de Dios.

Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Isaías 12

R. El Señor es mi Dios y salvador.


El Señor es mi Dios y salvador:
con él estoy seguro y nada temo.
El Señor es mi protección y mi fuerza,
y ha sido mi salvación.
Sacarán agua con gozo
de la fuente de salvación.

El Señor es mi Dios y salvador.

Den gracias al Señor,


invoquen su nombre,
cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime.

El Señor es mi Dios y salvador.

Alaben al Señor por sus proezas,


anúncielas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión,
Porque el Dios de Israel
ha sido grande con ustedes.

El Señor es mi Dios y salvador.

24
El Párroco:
Oremos.

D ios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú que


anunciaste por la voz de tus profetas los misterios que
estamos celebrando esta noche, multiplica en el corazón de tu
pueblo los santos propósitos por que no podría ningún santo anhelo
alcanzar crecimiento sin el impulso que precede de ti.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

SEXTA LECTURA
Sigue el camino que te conduce a la luz del Señor.

Lector:
Del libro del Profeta Baruc: 3, 9-15. 32-4, 4.

Escucha, Israel, los mandatos de vida, presta oído para que


adquieras prudencia. ¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país
enemigo, que envejezcas en tierra extranjera, que te hayas
contaminado por el trato con los muertos, que te veas contado entre
los que descienden al abismo?

Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido los


senderos de Dios, habitarías en paz eternamente.

Aprende dónde están la prudencia, la inteligencia y la energía, así


aprenderás dónde se encuentra el secreto de vivir larga vida, y dónde
la luz de los ojos y la paz. ¿Quién es el que halló el lugar de la

25
sabiduría y tuvo acceso a sus tesoros? El que todo lo sabe, la conoce;
con su inteligencia la ha escudriñado. El que cimentó la tierra para
todos los tiempos, y la pobló de animales cuadrúpedos; el que envía
la luz, y ella va, la llama, y temblorosa le obedece; llama a los
astros, que brillan jubilosos en sus puestos de guardia, y ellos le
responden: “Aquí estamos”, y refulgen gloriosos para aquel que los
hizo. El es nuestro Dios y no hay otro como él; él ha escudriñado los
caminos de la sabiduría y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su
predilecto. Después de esto, ella apareció en el mundo y convivió
con los hombres.

La sabiduría es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez


eterna; los que la guardan, vivirán, los que la abandonan, morirán.

Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la claridad de su


luz; no entregues a otros tu gloria, ni tu dignidad a un pueblo
extranjero. Bienaventurados nosotros, Israel, porque lo que agrada al
Señor nos ha sido revelado.

Palabra de Dios.

Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 18

R. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta del todo


y reconforta el alma;
inmutables son las palabras del Señor
y hacen sabio al sencillo.

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

26
En los mandamientos del Señor hay rectitud
y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor
para alumbrar el camino.

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

La voluntad de Dios es santa


y para siempre estable;
los mandatos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.


Más deseables que el oro y las piedras preciosas
las normas del Señor,
y más dulces que la miel
de un panal que gotea.

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

El Párroco:
Oremos.

D ios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con


hijos llamados de todos los pueblos, dígnate proteger siempre
con tu gracia a quienes has purificado con el agua del bautismo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén

SÉPTIMA LECTURA
Los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo.

Lector:
Del libro del Profeta Ezequiel: 36, 16-28.

27
En aquel tiempo, me fue dirigida la palabra del Señor en estos
términos: “Hijo de hombre, cuando los de la casa de Israel habitaban
en su tierra, la mancharon con su conducta y con sus obras; como
inmundicia fue su proceder ante mis ojos. Entonces descargué mi
furor contra ellos, por la sangre que habían derramado en el país y
por haberlo profanado con sus idolatrías. Los dispersé entre las
naciones y anduvieron errantes por todas las tierras. Los juzgué
según su conducta, según sus acciones los sentencié. Y en las
naciones a las que se fueron, desacreditaron mi santo nombre,
haciendo que de ellos se dijera: ‘Este es el pueblo del Señor, y han
tenido que salir de su tierra’.

Pero por mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las
naciones a donde llegó, me he compadecido. Por eso, dile a la casa
de Israel: ‘Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel.
Yo mismo mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes
profanaron entre las naciones. Entonces ellas reconocerán que yo
soy el Señor, cuando, por medio de ustedes les haga ver mi santidad.

Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los
países y los llevaré a su tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán
purificados; los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los
purificaré de todas sus inmundicias e idolatrías.

Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo;


arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de
carne. Les infundiré mi espíritu y los haré vivir según mis preceptos
y guardar y cumplir mis mandamientos. Habitarán en la tierra que di
a sus padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios’ ”.

Palabra de Dios.

Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
De los salmos 41 y 42

28
Estoy sediento del Dios que da la vida

Como el venado busca el agua de los ríos, así cansada, mi alma te


busca a ti, Dios mío

Estoy sediento del Dios que da la vida

Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible
ver de nuevo su templo?

Estoy sediento del Dios que da la vida

Recuerdo cuando íbamos a casa del Señor, cantando, jubilosos,


alabanzas a Dios.

Estoy sediento del Dios que da la vida

Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi


guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas.

Estoy sediento del Dios que da la vida

Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi


Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la cítara.

Estoy sediento del Dios que da la vida

El Párroco:
Oremos.

D Ios de inmutable poder y eterna luz, mira propicio el


admirable misterio de la Iglesia entera y realiza serenamente,
en virtud de tu eterno designio, la obra de la humana salvación; que
todo el mundo vea y reconozca que los caídos se levantan, que se
renueva lo que había envejecido y que, por obra de Jesucristo, todas
las cosas concurren asía la unidad que tuvieron en el origen.

29
El, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

R. Amén

Terminada la oración de la última lectura del Antiguo Testamento, con el


responsorio y la oración correspondiente,

Monitor: Cantemos con gozo exultante el himno del Gloria, en esta noche
del nuevo nacimiento de Cristo a la vida eterna por su resurrección. Alabemos
al Padre, que no ha abandonado a su Hijo en la muerte, gracias a la acción del
Espíritu.

El Párroco entona solemnemente el GLORIA, que todos prosiguen. Se tocan


las campanas, de acuerdo a las costumbres de cada lugar.

Se encienden las velas del altar.

Después del Gloria, el Párroco dice la Oración COLECTA, como de ordinario.

ORACIÓN COLECTA
El Señor Párroco, con las manos juntas dice:

Oremos.

Y todos, junto con el Párroco, oran en silencio durante unos momentos.


Después el Párroco, con las manos extendidas dice la oración colecta.

D ios nuestro, que haces resplandecer esta noche con la gloria


de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu de
adopción filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos
entreguemos fielmente a tu servicio.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Al final de la oración el pueblo aclama: Amén.

30
Monitor: Todos se sientan nuevamente.

Enseguida un lector lee la epístola de san Pablo.

EPÍSTOLA
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá.

Monitor: Gracias al bautismo, la vida del Resucitado se nos comunica,


salvándonos del pecado y de la muerte. Gracias damos a Dios por este
maravilloso don que nos hace en su Hijo Resucitado. Escuchemos.

Lector:
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 6, 3-11.

Hermanos: ¿No saben ustedes que todos los que hemos sido
incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo, hemos sido
incorporados a él en su muerte? En efecto, por el bautismo fuimos
sepultados con él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de
entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
llevemos una vida nueva.

Porque, si hemos estado íntimamente unidos a él por una muerte


semejante a la suya, también lo estaremos en su resurrección.
Sabemos que nuestro hombre viejo fue crucificado con Cristo, para
que el cuerpo del pecado quedara destruido, a fin de que ya no
sirvamos al pecado, pues el que ha muerto queda libre del pecado.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que
también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez
resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya
no tiene dominio sobre él, porque al morir, murió al pecado de una
vez para siempre; y al resucitar, vive ahora para Dios. Lo mismo
ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro.

Palabra de Dios.

Todos aclaman:

31
Te alabamos, Señor.

Terminada la epístola todos se ponen de pie y

Se entona solemnemente el Aleluya,

que todos repiten. Luego un salmista o un cantor dice el salmo, al que el


pueblo responde: Aleluya. Si hace falta, el mismo salmista canta el Aleluya.

ALELUYA
Monitor: Cantemos con el Aleluya, la acción salvadora de Dios, que arrancó
a Cristo del poder de la muerte, pues el brazo del Señor ha hecho la maravilla
de las maravillas, resucitando a su Hijo

Mientras el coro y la asamblea cantan el aleluya, el Párroco pone incienso al


incensario.

Después el Párroco va al ambón llevando el Evangeliario, acompañado por los


ministros que llevan el incienso.

SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 117
R. Aleluya, aleluya.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno,


porque tu misericordia es eterna.
Diga la casa de Israel:
“Su misericordia es eterna”.

R. Aleluya, aleluya.

La diestra del Señor es poderosa,


la diestra del Señor es nuestro orgullo.
No moriré, continuaré viviendo,
para contar lo que el Señor ha hecho.

R. Aleluya, aleluya.

32
La piedra que desecharon los constructores,
es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente.

R. Aleluya, aleluya.

EVANGELIO
Ya en el ambón, el Párroco dice:
El Señor esté con ustedes.

El pueblo responde:
Y con tu espíritu.

Párroco:
Del Santo Evangelio según San Lucas: 24, 1-12
Y mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente, labios
y pecho, el pueblo aclama:
Gloria a ti, Señor.

El Párroco inciensa el libro de los Evangelios.


Luego proclama el Evangelio.

E l primer día después del sábado, muy de mañana, llegaron las


mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían
preparado. Encontraron que la piedra ya había sido retirada del
sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos


varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de
miedo e inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: “¿Por
qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha
resucitado. Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo:

33
‘Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los
pecadores y sea crucificado y al tercer día resucite’ ”. Y ellas
recordaron sus palabras.

Cuando regresaron del sepulcro, las mujeres anunciaron todas estas


cosas a los Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a
los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María (la madre de
Santiago) y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas
palabras les parecían desvaríos y no les creían.

Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo vio los


lienzos y se regresó a su casa, asombrado por lo sucedido.

Acabado el evangelio el Párroco dice:


Palabra del Señor.

Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
HOMILÍA

Monitor: Tomen asiento para escuchar la Homilía de nuestro


Párroco

Tercera Parte

Liturgia Bautismal

BENDICIÓN DEL AGUA BAUTISMAL


Monitor: Lo mismo que fue bendecido el fuego, para que fuera luz nueva,
que nos iluminara en esta noche santa de la Pascua, ahora se bendice el agua
(que dará nueva vida a los que van a ser bautizados en ella), que será luego
derramada sobre nosotros, en recuerdo de nuestro bautismo.

34
El Párroco se dirige a la fuente bautismal, bendice el agua bautismal,
diciendo con las manos juntas, la siguiente oración:

D ios nuestro, que con tu poder invisible realizas obras


admirables por medio de los signos de los sacramentos y has
hecho que tu criatura, el agua, signifique de muchas maneras la
gracia del bautismo.

Dios nuestro, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas


en los mismos principios del mundo, para que ya desde entonces el
agua recibiera el poder de dar la vida.

Dios nuestro, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio


prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres, al hacer que de
una manera misteriosa, un mismo elemento diera fin al pecado y
origen a la virtud.

Dios nuestro, que hiciste pasar a pie enjuto por el mar Rojo a los
hijos de Abraham, a fin de que el pueblo liberado de la esclavitud
del faraón, prefigurara al pueblo de los bautizados.

Dios nuestro, cuyo Hijo, al ser bautizado por el precursor en el agua


del Jordán, fue ungido por el Espíritu Santo; suspendido en la cruz,
quiso que brotaran de su costado sangre y agua; y después de su
resurrección mandó a sus apóstoles: “Id y enseñad a todas las
naciones bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo”.

Mira ahora a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del


bautismo. Que por la obra del Espíritu Santo esta agua adquiera la
gracia de tu Unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen,
limpio de su antiguo pecado por el sacramento del bautismo, renazca
a la vida nueva por el agua y el Espíritu Santo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

35
RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS
BAUTISMALES
Monitor: En esta noche santa, vamos a renovar las promesas del bautismo,
con el cual Cristo nos ha injertado en su Pascua. Que el agua que va a ser
bendecida y derramada sobre nosotros, nos haga tomar conciencia de la
importancia y fuerza, de este gran sacramento pascual

Párroco:
¿Renuncian al pecado, para que puedan vivir en la libertad de los
hijos de Dios?

Sí, renuncio.

Párroco:
¿Renuncian a las seducciones del mal, para que el pecado no los
esclavice?

Sí, renuncio.

Párroco:
¿Renuncian a Satanás, padre y autor del pecado?

Sí, renuncio.
PROFESIÓN DE FE
Párroco:
¿Crees en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?

Sí, creo.

Párroco:
¿Crees en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de la
Virgen María, murió y fue sepultado, resucitó de entre los muertos y
está sentado a la derecha del Padre?

36
Sí, creo.

Párroco:
¿Crees en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la
comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la
resurrección de la carne y en la vida eterna?

Sí, creo.

Párroco:
Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
liberó del pecado y nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu
Santo, nos conserve con su gracia unidos a Jesús nuestro señor,
hasta la vida eterna.

Enseguida el Párroco, rocía al pueblo con agua bendita mientras se canta un


canto adecuado

ORACIÓN UNIVERSAL
El Señor Obispo invita a los fieles a orar, por medio de la siguiente monición:

H ijos de Dios, por la fe y el bautismo, oremos confiadamente a


Cristo resucitado que venció el pecado y la muerte y nos da la
luz de la vida

A cada petición, el pueblo responde: Jesús resucitado, escúchanos.

1. Por el Papa Francisco, por nuestro Obispo Francisco y todos


los cristianos, para que todos seamos renovados con la gracia
de la Pascua. Oremos.

Jesús resucitado, escúchanos.

37
2. Por los que en esta solemne Vigilia Pascual están recibiendo
los Sacramentos de la Iniciación Cristiana, por sus padres,
padrinos y familiares, para que confirmen su nuevo nacimiento
con la fe y el testimonio de una vida injertada en Jesucristo.
Oremos.

Jesús resucitado, escúchanos.

3. Por todos los pueblos de la tierra, sobre todo los que integran
nuestra Diócesis, para que en ellos florezcan la paz, la justicia,
seguridad, el amor, la concordia y el respeto, frutos de la
Pascua. Oremos

Jesús resucitado, escúchanos.

4. Por cuantos celebramos esta Noche Santa con la renovación de


nuestra fe, de nuestro bautismo, de nuestra vida de hijos de
Dios y hermanos de Jesús, para que recuperemos el sentido de
ser discípulos y misioneros de Cristo resucitado. Oremos.

Jesús resucitado, escúchanos.

5. Por nuestra Diócesis de Cuautitlán, encabezada por nuestro


Obispo Francisco que junto con los Presbíteros, Diáconos,
institutos de vida consagrada y fieles laicos, logremos el
desarrollo del Plan Diocesano de Pastoral. Oremos

Jesús resucitado, escúchanos.

6. Por cada uno de nosotros, para que proyectemos desde la fe el


compromiso por transformar nuestra sociedad desde la familia,
el trabajo y nuestra participación ciudadana. Oremos.

Jesús resucitado, escúchanos.

38
El Párroco:

P adre Celestial, que por la muerte de tu Hijo en la cruz


restauraste la antigua dignidad del hombre, concédenos los
bienes que te pedimos para que, así, los que hemos renacido por el
agua y el Espíritu Santo, conservemos siempre la alegría pascual.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

Cuarta Parte
Liturgia Eucarística
Acabada la liturgia de la palabra, se coloca en el altar el corporal, el
purificador, el cáliz y el misal, mientras tanto puede ejecutarse un canto
apropiado.

Procesión de las ofrendas

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


El Párroco, con las manos extendidas dice:

A cepta, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que


el memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo, que
estamos celebrando, nos obtenga la fuerza para llegar a la vida
eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén
PREFACIO
El misterio Pascual

En verdad es justo y necesario,

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es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en esta noche
en que Cristo, nuestra Pascua,
fue inmolado.

Porque él es el Cordero de Dios


que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte,
y resucitando, restauró la vida.

Por eso,
con esta efusión de gozo pascual,
el mundo entero se desborda de alegría
y también los coros celestiales,
los ángeles, los arcángeles,
cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado. Aleluya.
Celebremos, pues la Pascua, con el pan sin levadura, que es de
sinceridad y de verdad. Aleluya.

ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN

El Párroco: Oremos.

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I nfúndenos, Señor, el espíritu de caridad, para que, saciados con
los sacramentos pascuales, vivamos siempre unidos en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

La asamblea responde:
Amén.

BENDICIÓN SOLEMNE
El Párroco, extiende las manos hacia el pueblo y dice:
El Señor esté con ustedes.

Pueblo:
Y con tu espíritu.

Monitor: inclinamos la cabeza para recibir la bendición solemne.

Párroco:
Que Dios todopoderoso, los bendiga en éste día solemnísimo de
Pascua y, compadecido de ustedes, los guarde de todo pecado.

Pueblo: Amén.

Párroco:
Que les concedas el premio de la inmortalidad quien los ha redimido
para la vida eterna con la resurrección de su Unigénito.

Pueblo: Amén.

Párroco:
Que ustedes, que una vez terminados los días de la Pasión, celebran
con gozo la fiesta de la Pascua del Señor, puedan participar, con su
gracia, del júbilo de la pascua eterna.

Pueblo: Amén.

41
Párroco:

Y la bendición de Dios todopoderoso,


Padre
Hijo 
y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre
Pueblo: Amén.

DESPEDIDA.
Párroco:
Hermanos, en la paz de Cristo Resucitado, vayan a servir a Dios y a
sus hermanos. Aleluya, aleluya.

Pueblo:
Demos gracias a Dios. Aleluya, aleluya.

Monitor: Definitivamente, ha sido una noche de fiesta, de gozo y de sereno


optimismo y confianza, pues sabemos por la fe que el Señor vive para
siempre.

Ahora al salir, nos podemos felicitar, llenos de alegría, deseándonos felices


pascuas de resurrección, deseo que ojalá lo prolonguemos durante los
cincuenta días de Pascua que hoy comenzamos.

Que la luz de Cristo ilumine nuestras vidas y nos haga participar de su triunfo
y de su resurrección.

Todos Agitemos nuestros globos como nos dice el Papa Francisco, para
comenzar con esta gran fiesta.

El coro entona el
CANTO DE SALIDA.

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