Vigilia de Pentecosteìs 2019 PDF

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VIGILIA

DE PENTECOSTÉS



BAUTIZADOS Y ENVIADOS

AÑO DEL SEÑOR MMXIX
VIGILIA DE PENTECOSTÉS
PARA TENER EN CUENTA

LO QUE DEBE PREPARARSE
- La Iglesia se ambientará con sencillez y con dignidad, se le pide a la
Asamblea traer cirios para el signo de la luz.
- Para respetar el espíritu de la Liturgia, no hay “llegadas del Espíritu
Santo” con luces o ruidos, o efectos de humo, palomas etc.
- Si se quiere disponer la escena de la llegada del Espíritu Santo, ubíquese
fuera del presbiterio.
- Se buscarán los cantos de alabanza para los momentos iniciales.
- Los demás cantos de la misa se hacen como de costumbre.
- Las vestiduras litúrgicas son de color rojo.
- Tras el saludo litúrgico se lee la ambientación tomada de las palabras
del Papa Francisco en su vista a Colombia.

PRIMER MOMENTO
SIGNOS DEL ESPÍRITU SANTO
- Como ya se había encendido el fuego nuevo en la Vigilia Pascual no es
necesario hacerlo ahora.
- Debe resaltarse la importancia del Cirio Pascual, signo de la luz.
- Para la aspersión se dispone una fuente con agua. También la Caldereta
con el hisopo.

SEGUNDO MOMENTO
LUCERNARIO
- Para el lucernario Se pueden disponer también cerca al cirio pascual
siete candeleros para colocar allí los cirios que serán traídos por las
personas indicadas en cada signo.

TERCER MOMENTO
LITURGIA DE LA PALABRA
- Para las lecturas se recomienda ubicarlas con precisión en el
leccionario.

PROFESIÓN DE FE Y RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES
- Para las renuncias se usa la formula responsorial.
- Para la Profesión de Fe usamos el Símbolo de la fe recitándolo todos y de
modo completo.

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CUARTO MOMENTO
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
- Se puede hacer una presentación de ofrendas pero sin decir nada.
- Se usará para la misa la oración sobre las ofrendas, el Prefacio de la misa
de la Vigilia de Pentecostés.
- La Plegaria Eucarística debe escogerse entre la I, II o III, advirtiendo los
incisos propios de este día de Pentecostés.
- La oración post comunión y la Bendición Final son también de la Vigilia
de la Solemnidad de Pentecostés.

3
VIGILIA DE PENTECOSTÉS
INICIO DE LA CELEBRACIÓN

Tras la procesión de entrada se venera el altar como de costumbre, usando el incienso.

El Celebrante
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R. Amén.

El Celebrante
La gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la
comunión del Espíritu Santo que hoy es comunicado a la Iglesia como en el
día de Pentecostés, esté con ustedes.

El Celebrante
Hoy para nosotros esta iglesia es otra vez el Cenáculo.
Vigilar es hacer presente el espíritu de la primera comunidad que
“perseveraba en la oración” (cf.Hechos 1, 14) aguardando el cumplimiento
de la promesa de Jesús: el Espíritu Santo.

En Pentecostés la Iglesia emprende su camino misionero. Bautizados y
Enviados, hemos de proseguir la heroica tarea de los Apóstoles que,
motivados con la fuerza del Espíritu Santo, abrieron caminos de esperanza
y fueron evangelizadores que llevaron la luz de la verdad a las culturas y a
los pueblos en los que proclamaron la Pascua del Señor Jesús.

Este año celebraremos los cien años de la Carta Apostólica Maximum illud
con la que el Papa Benedicto XV nos recordó la naturaleza misionera de la
Iglesia. Allí se nos decía:

La grande y santísima misión confiada a sus discípulos por Nuestro
Señor Jesucristo, al tiempo de su partida hacia el Padre, por aquellas
palabras:
«Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a todas las naciones»
(Mc 16,15), no había de limitarse ciertamente a la vida de los apóstoles,
sino que se debía perpetuar en sus sucesores hasta el fin de los tiempos,
mientras hubiera en la tierra hombres para salvar la verdad.

Pues bien: desde el momento en que los apóstoles «salieron y
predicaron por todas partes» (Mc 16,20) la palabra divina, logrando

4
que «la voz de su predicación repercutiese en todas las naciones, aun
en las más apartadas de la tierra» (Sal 18,5), ya en adelante nunca
jamás la Iglesia, fiel al mandato divino, ha dejado de enviar a todas
partes mensajeros de la doctrina revelada por Dios y dispensadores de
la salvación eterna, alcanzada por Cristo para el género humano.1

En este clima misionero, preparándonos para el Mes Extraordinario que
por voluntad del Papa Francisco celebraremos en Octubre, unámonos en
alabanza gozosa, en oración profunda, en la escucha de la Palabra y
abramos nuestra vida al don del Espíritu Santo para que seamos en verdad
“Bautizados y Enviados” a proclamar la esperanza.

Alabanzas

Se puede entonar ahora un canto de alabanza que llene de gozo el corazón de la asamblea.

1 Benedicto XV, Carta Apostolica Maximum Illud, 1-2

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PRIMER MOMENTO
LOS SIGNOS DEL ESPÍRITU SANTO:
LUZ, AGUA.

Luz
El celebrante pone incienso en el turíbulo y se acerca al Cirio Pascual, lo inciensa y luego dice:

Te rogamos, Señor,
que esta luz encendida en honor de tu Nombre,
que lleno de luz nuestro corazón
en la Noche Santa de la Pascua,
“continúe ardiendo para disipar la oscuridad de esta noche
y nos recuerde a Jesucristo, tu Hijo,
que, resucitado de entre los muertos,
brilla sereno para el género humano2”,
y nos ha prometido el Espíritu Santo
como luz que llena de vida al mundo
y hace de nosotros Bautizados y Enviados
a iluminar a todos con la luz de la fe.
R. Amén.

Se enciende el Cirio Pascual y luego se encienden los cirios del altar.

Luego la asamblea, recibe la luz mientras que se entona un canto apropiado.

Los fieles permanecen con el cirio encendido hasta después de la aspersión.

AGUA
ASPERSIÓN Y ACTO PENITENCIAL

El Celebrante
En el principio el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas y de ellas, por
la voz de Dios brotó la vida. Hoy, al celebrar esta solemne Vigilia en la
espera de un renovado pentecostés, pidamos que el agua que vamos a
bendecir, nos renueve en la gracia del Señor y nos recuerde que, por el
Bautismo fuimos purificados y santificados y enviados a proclamar la
esperanza y la alegría con la fuerza del Espíritu Santo recibido.
Se trae el agua que será bendecida3 en una vasija digna, convenientemente adornada, que ojalá pudiera
estar ya cerca al presbiterio. El Celebrante la bendice, diciendo:

2 Misal Romano. Pregón Pascual.


3 Misal Romano, Bendición del Agua.

6

Queridos hermanos:
Invoquemos con humildad a nuestro Dios y Señor ,
para que bendiga esta agua con la cual seremos rociados
en recuerdo de nuestro bautismo.
Que él nos renueve a fin de permanecer fieles al Espíritu Santo
que hemos recibido.

Y después de una breve pausa de oración en silencio, con las manos extendidas4, prosigue:
Señor y Dios nuestro,
acompaña con tu bondad a tu pueblo
que en esta santísima noche permanece en vela.

Al rememorar la obra admirable de la creación
y el acontecimiento aún más admirable de la redención,
te pedimos que bendigas esta agua.

Ella fue creada por ti
para dar fecundidad a la tierra
y restaurar nuestros cuerpos
con su frescura y pureza.

Hiciste también del agua
un instrumento de tu misericordia,
cuando en el diluvio, purificaste la tierra
y le diste a la humanidad una nueva oportunidad
para vivir en tu amor,

Por ella libraste a tu pueblo de la esclavitud
y apagaste su sed en el desierto.

Por ella, los profetas anunciaron la Nueva Alianza
que habrías de realizar con los hombres.

Finalmente, por ella renovaste
nuestra naturaleza pecadora con el baño
de renacimiento espiritual al ser consagrada

4 Misal Romano, Vigilia Pascual, Bendición del Agua Común, adaptación.

7
por Cristo en el río Jordán.

Que ella, que broto del costado del redentor
junto con la sangre, nos recuerde ahora
nuestro bautismo, y renueve en nosotros la gracia
de ser hijos de adopción nacidos a la fe
por la muerte y resurrección de Cristo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Y se asperja la asamblea entonando un canto Bautismal. Luego se apagan los cirios del pueblo.

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SEGUNDO MOMENTO
LUCERNARIO
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Para este momento se disponen en la puerta de la Iglesia siete luces ya encendidas, luego personas
indicadas se acercan al altar llevando las luces, que se dispondrán delante del altar, no sobre él.

LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO, FUENTE DE VIDA
PARA LOS BAUTIZADOS Y ENVIADOS A ANUNCIAR EL EVANGELIO.

Ahora traemos al altar las luces que nos hablan de los dones del Espíritu
Santo:

DON DE SABIDURÍA
Una pareja de adultos mayores trae la luz:

El Celebrante
Dios de amor, regálanos la Sabiduría, la que
acompaña con su gracia a quienes nos han
enseñado a vivir, haz que aprendamos a
proclamar la verdad como Bautizados y
Enviados a evangelizar el mundo. Que nuestros
mayores, de quienes recibimos la fe, nos ayuden
a iluminar con la luz del Espíritu Santo el
camino de la proclamación de la esperanza.

DON DE CONSEJO
Una pareja de Catequistas trae la luz:

El Celebrante
Danos, Dios de amor, el don del consejo, así sabremos mostrar el camino
del bien a nuestros hermanos, podremos mostrar el camino de la fe a todos
y podremos asumir nuestro servicio de Bautizados y Enviados a mostrar
los mejores caminos con la alegría de nuestra vida. Que en nuestros
hogares la luz del Espíritu Santo haga de todos misioneros de la vida y de
la alegría.

DON DE CIENCIA
Unos jóvenes de la Catequesis pre sacramental de confirmación taren la luz.

El Celebrante

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Danos, Dios de amor, el don de la Ciencia, para que ilustrados en los valores
de la fe verdadera, sepamos guardar en el corazón tus enseñanzas que
superan todo saber. Danos tu Espíritu para que los Bautizados y Enviados
sembremos en el corazón de los jóvenes la ciencia de la fe, la luz de la
Palabra que renueva y da luz al corazón de quienes caminamos en medio
de las tinieblas de un mundo confuso y sin amor.

DON DE FORTALEZA
Unas personas de la Pastoral de los Enfermos traen la luz

El Celebrante
Danos, Dios de amor, la fuerza que de ti procede para vencer las acechanzas
del mal, para caminar por tus senadas, para vivir en tu amor, fortalecidos
por tu gracia, capaces de dar aliento y paz a los que sufren. Que el Espíritu
Santo haga de los que sufren lámparas luminosas que ofrezcan sus dolores
para que los Bautizados y Enviados a proclamar la esperanza lleven
consuelo y fortaleza a todos los que sufren.

DON DE ENTENDIMIENTO
Unos jóvenes traen la luz:

El Celebrante
Danos, Dios de amor, la capacidad de entender el amor con el que nos
regalas paz y esperanza, que nuestra inteligencia, iluminada por el
esplendor de la verdad, construya la vida y transforme el mundo con tu
amor. Que el Espíritu Divino despierte en el corazón de nuestros jóvenes la
entrega gozosa de la vida y a la renuncia a tantos caminos de violencia y
división, buscando el encuentro fraterno y gozoso en el que los Bautizados
y Enviados siembran vida y paz.

DON DE PIEDAD
Unas personas de la Pastoral Litúrgica, acólitos o lectores, traen la luz

El Celebrante
Danos, Dios de amor, la piedad verdadera, el amor profundo y humilde, la
capacidad de glorificarte con nuestra vida, infunde en el alma de tu Iglesia
el anhelo de santidad y de gracia. Que tu Espíritu Santo ilumine la Iglesia
para que en cada celebración se selle la alianza de amor con la que los
Bautizados y Enviados celebramos la Pascua del Resucitado y hacemos de
nuestra liturgia una escuela de alegría y de esperanza.

DON DE TEMOR DE DIOS

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Una pareja de Consagrados, trae la luz

El Celebrante
Danos, Dios de amor, la gracia de tu santo temor, el propósito de nunca
ofenderte, la voluntad de seguir tus mandamientos, el firme deseo de ser
fieles a tu voluntad. Que el Espíritu Divino haga de los consagrados una
fuente inagotable de bendición y de esperanza, y que los Bautizados y
Enviados seamos todos misioneros que evangelizan con la vida entregada
y ofrecida por amor.

El celebrante
Hermanos:
La luz llena ahora nuestra Iglesia. Seamos luz de esperanza, luz de
encuentro, luz de consuelo, luz de paz. Que el Espíritu Divino nos haga
arder en caridad, y que Bautizados y Enviados por la gracia de su amor
fecundo, llenemos de luz la vida y la esperanza de la Iglesia.

Si se ha dispuesto alguna representación de Pentecostés puede ahora desvelarse e iluminarse.
Ahora puede entonarse un canto de alabanza.

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TERCER MOMENTO
LITURGIA DE LA PALABRA
INTRODUCCIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA

El comentador
Vamos a acoger la Palabra que el Espíritu Divino grabo en el alma de los
profetas, del salmista, del apóstol. Pidamos que abra nuestro corazón a este
don maravilloso y pidamos la capacidad de comprender con el alma lo que
Dios nos quiere revelar.

Entonando un canto apropiado, se trae procesionalmente al altar el libro de las Lecturas y se entrega al que
preside, quien a su vez lo entrega a los que van a proclamar las lecturas indicadas para la misa de la vigilia
y que son seguidas con las oraciones que se indican a continuación.

PRIMERA LECTURA

Comentario:
El Espíritu Divino viene para permitirnos un mismo lenguaje para
expresarnos. Es el lenguaje del amor, el de la gracia, el de la vida. Dios nos
ofrece en esta palabra una invitación a buscar la unidad, el amor verdadero
que supere toda división y nos una en la verdad y en la esperanza.

Y se proclama la Lectura con su salmo,

Lectura del libro del Génesis 11,1-9.
Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al
emigrar (el hombre) de oriente, encontraron una llanura en el país de
Sanaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Vamos a preparar
ladrillos y a cocerlos.»

Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de
cemento. Y dijeron: «Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance
al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de
la tierra.» El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo
los hombres; y se dijo: «Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no
es más que el comienzo de su actividad, nada de lo que decidan hacer les
resultará imposible.
Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua
del prójimo.»

12
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la
ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de
toda la tierra, y desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.
Palabra de Dios.

SALMO 112

R. Alabado sea el nombre de Dios

¡Alaben siervos del Señor, alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. R.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono
y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? R.

Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa, como madre feliz de hijos. R.

luego de lo cual el Celebrante dice:

Oremos

D

ios de amor, que en esta noche
nos concedes acoger tu Espíritu de amor,
haz que la Iglesia extendida
de uno a otro confín de la tierra,
sea en medio del mundo
dividido por odios y discordias,
instrumento de tu paz y vínculo de amor
para todos los pueblos.
Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que contigo vive y reina
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de los siglos.
R. Amén.

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SEGUNDA LECTURA

Comentario:
Dejemos que la gracia de Dios renueve la creación y pidamos que el Espíritu
Divino transforme nuestras vidas y llene con su poder el vació uq reina en tantos
corazones.

Lectura del Profeta Ezequiel 37, 1-14.
En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí, y con su Espíritu
el Señor me sacó y me colocó en medio de un valle todo lleno de
huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran
innumerables sobre la superficie del valle y estaban completamente
secos.
Me preguntó:
—Hombre mortal, ¿podrán revivir estos huesos?
Yo respondí:
—Señor, tú lo sabes.
El me dijo:
—Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: ¡Huesos secos,
escuchad la Palabra del Señor! Así dice el Señor a estos huesos: «Yo
mismo traeré sobre ustedes espíritu y vivirán. Pondré sobre ustedes
tendones, haré crecer sobre ustedes carne, extenderé sobre ustedes
piel, les infundiré espíritu y vivirán. Y sabrán que yo soy el Señor.»

Y profeticé como me había ordenado, y a la voz de mi oráculo, hubo un
estrépito, y los huesos se juntaron hueso con hueso. Me fijé en ellos:
tenían encima tendones, la carne había crecido y la piel los recubría;
pero no tenían espíritu. Entonces me dijo:

—Conjura al espíritu, conjura, hombre mortal, y di al espíritu: Así dice
el Señor: «De los cuatro vientos ven, espíritu, y sopla sobre estos
muertos para que vivan.»

Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu y
revivieron y se pusieron en pie. Era una multitud innumerable. Y me dijo:
—Hombre mortal, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice:
«Nuestros huesos están secos, nuestra esperanza ha perecido, estamos
destrozados.» Por eso profetiza y diles:

14
Así dice el Señor: «Yo mismo abriré sus sepulcros, y los haré salir de sus
sepulcros, pueblo mío, y los traeré a la tierra de Israel. Y cuando abra sus
sepulcros y los saque de sus sepulcros, pueblo mío, sabrán que soy el Señor.
Les infundiré mi espíritu y vivirán; los colocaré en su tierra y sabrán que
yo, el Señor, lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: 95, 1-2a. 2b-3. 9-10a. 11-12 (R.: 3)

R. Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones.

Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su nombre. R.

Proclamen día tras día su victoria. Cuenten a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

póstrense ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra
toda; decid a los pueblos: «El Señor es rey.» R.

Delante del Señor que ya llega, ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R.

El Celebrante:
Oremos

S
eñor Dios, lleno de poder,
que levantas al hombre caído y lo conservas en tu fidelidad;
aumenta el número de los que serán renovados por tu gracia
santificante
y haz que tu Espíritu conduzca siempre
a todos los bautizados.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.





15
TERCERA LECTURA

Comentario:
Toda carne, todo ser humano, fortalecido e iluminado por el Espíritu será
profeta, es decir, podrá iluminar la historia de la humanidad con la luz de la
fe, podrá leer la presencia de Dios en la vida de la humanidad, podrá mostrar
el camino del bien a sus hermanos.

Y se proclama la Lectura con su salmo,

Lectura de la profecía de Joel 3, 1-5.
Así dice el Señor:
«Derramaré mi Espíritu sobre toda carne: profetizarán sus hijos e hijas, sus
ancianos soñarán sueños, sus jóvenes verán visiones. También sobre mis
siervos y siervas derramaré mi Espíritu aquel día.

Haré prodigios en cielo y tierra: sangre, fuego, columnas de humo. El sol se
entenebrecerá, la luna se pondrá como sangre, antes de que llegue el día el
Señor, grande y terrible. Cuantos invoquen el nombre del Señor se
salvarán. Porque en el monte de Sion y en Jerusalén quedará un resto; como
lo ha prometido el Señor a los supervivientes que él llamó.»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial: 146

R. Alaben al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel;
él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas. R.

Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados. R.

16
Entonen la acción de gracias al Señor,
toquen la cítara para nuestro Dios,
que cubre el cielo de nubes,
preparando la lluvia para la tierra. R.

Que hace brotar hierba en los montes,
para los que sirven al hombre;
que da su alimento al ganado
y a las crías de cuervo que graznan. R.

No aprecia el vigor de los caballos,
no estima los músculos del hombre:
el Señor aprecia a sus fieles,
que confían en su misericordia. R.

El Celebrante
Oremos.

D ios Dios todopoderoso y eterno,


tú has querido prolongar la celebración del misterio pascual
durante cincuenta días;
has que los pueblos dispersos se congreguen
y las diversas lenguas se unan en la proclamación
de la gloria de tu nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

HIMNO DEL GLORIA
Ahora, con la Iglesia, proclamemos la gloria de la Trinidad.
Gloria a Dios en el cielo….

Oremos.

O
Se hace la colecta de la misa
h Dios que
por el misterio de Pentecostés
santificas a tu Iglesia
extendida por todas las naciones;
derrama los dones de tu Espíritu
sobre todos los confines de la tierra

17
y no dejes de realizar hoy,
en el corazón de tus fieles,
aquellas mismas maravillas que obraste
en los comienzos de la predicación evangélica,
por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que contigo vive y reina
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
R. Amén.

y se prosigue con las dos lecturas y el salmo del día de Pentecostés y los demás elementos de la liturgia.

EPISTOLA

El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 22-27.

Hermanos :
Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con
dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las
primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de
ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve, ya no es
esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando
esperamos lo que no vemos, esperamos con perseverancia.

Así también el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque
nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos inefables.

El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su
intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios

Aleluya
Aleluya, aleluya.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu
amor.

18
EVANGELIO

Manarán torrentes de agua viva
XLectura del santo Evangelio según San Juan
7, 37-39.

El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie gritaba:
—El que tenga sed, que venga a mí;
el que cree en mí que beba. (Como dice la Escritura: de sus entrañas
manarán torrentes de agua viva.)

Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran
en él. Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido
glorificado.

Palabra del Señor.

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RENOVACIÓN DE LA GRACIA DEL BAUTISMO Y DE LA CONFIRMACIÓN

Tomando la luz del Cirio Pascual, los fieles encienden sus cirios.

En el día gozoso de Pentecostés, anual memoria de las maravillas que el
Espíritu Divino realizó al inicio de la evangelización, renovemos nuestra fe
y reavivemos la gracia recibida en los sacramentos del Bautismo y la
Confirmación.
El Celebrante
¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Asamblea
Sí, renuncio
El celebrante
¿Renuncian a todas las seducciones del mal para que el pecado no los
esclavice?
Asamblea
Sí, renuncio
El Celebrante
¿Renuncian a Satanás, autor y fuente de pecado?
Asamblea
Sí, renuncio
El Celebrante
Hagamos ahora nuestra profesión de fe:

Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,

En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan.

y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,

20
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero
la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

Compromisos

Una vez hemos profesado nuestra fe,
Quieren seguir siendo fieles a la gracia recibida.
R. Si quiero.

Quieren seguir anunciando con la vida la presencia renovadora del Espíritu
Santo.
R. Si quiero.

Quieren vivir la alegría de la fe en comunión con toda la Iglesia, con el Papa,
nuestros Obispos y con cuantos anuncian el Reino de la paz y de la verdad.
R. Si quiero.

Quieren dejarse iluminar y guiar por la luz y la fuerza del Espíritu Divino
que se nos ha dado en la gracia del Bautismo y en la alegría de la
Confirmación?
R. Si quiero.

Digamos con fe:
Esta es nuestra fe,
esta es la fe de la Iglesia
que nos alegramos de profesar
en Cristo Jesús. Amén.

21
Oración de los Fieles

Reunidos para celebrar la plenitud de la revelación del amor de Dios, en
este día gozoso de Pentecostés presentamos nuestras necesidades
diciendo:
R. Oh, Señor, escucha y ten piedad.

• Por la Iglesia, para que unida al Papa Francisco en la caridad, sea
constructora de paz en medio del mundo, Roguemos al Señor
• Por nuestros pastores, para que imitando la mansedumbre y la
bondad del Pastor de los pastores, hagan crecer en la esperanza a
cuantos les han sido encomendados, Roguemos al Señor
• Por los sacerdotes y diáconos, para que, enriquecidos con la Prudencia,
sigan sirviendo al Pueblo de Dios que se les ha confiado. Roguemos al
Señor
• Por los que gobiernan las naciones para que movidos por la paciencia,
sean servidores de la unidad y de la reconciliación. Roguemos al Señor
• Por los hogares, para que valorando la modestia, la castidad, trabajen
unidos en el gozo de la fe y alienten a todos a vivir en el amor de Dios,
roguemos al Señor.
• Por nuestra comunidad Parroquial, para que enriquecida con los dones
del Espíritu de frutos de gracia y sea mensajera de esperanza y de vida,
Roguemos al Señor

Acoge, Señor, nuestras súplicas confiadas y concédenos la alegría de
servirte con limpio corazón, por Cristo, nuestro Señor.
R. Amén

La misa prosigue con todos los elementos de la misa de la vigilia de Pentecostés: oraciones, prefacio. La
Plegaria Eucarística tiene unos elementos propios para el día de Pentecostés.

22
CUARTO MOMENTO
LITURGIA EUCARÍSTICA
Presentación de las ofrendas
Bendito seas, Señor, Dios del universo,
por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos;
él será para nosotros pan de vida.

Bendito seas por siempre, Señor.

Bendito seas, Señor, Dios del universo,
por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos;
él será para nosotros bebida de salvación.

Bendito seas por siempre, Señor.

Oren, hermanos,
para que este sacrificio, mío y también de ustedes,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

El Señor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Oración sobre las ofrendas

C
olma, Señor, estos dones
con la bendición de tu Espíritu,
para que tu Iglesia, por el amor que le concedes,
se esfuerce por llegar a ser en verdad
sacramento de salvación para todo el mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Plegaria Eucarística

El Señor esté con ustedes
Y con tu espíritu.

23

Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.

E

n verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Pues para llevar a plenitud el sacramento pascual,
enviaste hoy al Espíritu Santo
a quienes constituiste hijos adoptivos
por la comunión con tu Unigénito.
En los comienzos de la Iglesia
Él reveló a todos los pueblos el conocimiento de Dios,
y congregó a las más diversas lenguas
en la confesión de una misma fe.

Por eso el mundo entero desborda de alegría
con esta abundante efusión de gozo pascual,
y también los coros celestiales,
los Ángeles y los Arcángeles
cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CP
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,

24
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.

Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC
Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,

Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan
en el Cuerpo y + la Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,

Junta las manos.
que nos mandó celebrar estos misterios.

En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente y con precisión, como
lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

Muestra la Hostia consagrada al pueblo, la deposita luego sobre la patena y la adora, haciendo
genuflexión.

Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,

Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,

25
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.
TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión.

Luego dice una de las siguientes fórmulas:

CP
Éste es el Misterio de la fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC
Así, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.

26
C1
Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios, san José su esposo
los apóstoles y los mártires,
y todos los santos,
por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.

En el día en que la efusión de tu Espíritu


ha hecho de ella sacramento de unidad para todos los pueblos.

C2
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa N.,
a nuestro Obispo N.,

al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.

En el día en que la efusión de tu Espíritu
ha hecho de ella sacramento de unidad para todos los pueblos.

Atiende los deseos y súplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia.

Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,


a todos tus hijos dispersos por el mundo.

A nuestros hermanos difuntos


y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,

27
Junta las manos
por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice.

CP o CC
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:
Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
El amor de Dios a sido derramado en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
movidos por ese Espíritu digamos con fe y esperanza:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padre nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Con las manos extendidas, el sacerdote solo prosigue, diciendo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,

28
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.

Junta las manos.

El pueblo concluye la oración aclamando:
Tuyo es el Reino,
tuyo el poder y la gloria
por siempre, Señor.

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
«La paz les dejo, mi paz les doy»,
no tengas en cuenta nuestros pecados
sino la fe de tu Iglesia,
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.

Junta las manos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

El pueblo responde
Amén.

El sacerdote, vuelto hacia al pueblo, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.

El pueblo responde:
Y con tu espíritu.

Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Dense fraternalmente la paz

Y todos, según las costumbres del lugar, se intercambian un signo de paz, de comunión y de caridad. El
sacerdote da la paz al diácono o al ministro.

Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y pone una partícula dentro del cáliz, diciendo
en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,
unidos en este cáliz,
sean para nosotros
alimento de vida eterna.

Mientras tanto se canta o se dice:

29
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.

Esta aclamación puede repetirse varias veces, si la fracción del pan se prolonga. La última vez se
dice: danos la paz.

A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:
Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo,
que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la Vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos
y jamás permita que me separe de ti.

El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevada sobre la patena o
sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:

Este es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.

El sacerdote, vuelto hacia el altar, dice en secreto:

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.

Y consume reverentemente el Cuerpo de Cristo.

Después toma cáliz, y dice en secreto:

30
La Sangre de Cristo me guarde para la Vida eterna.

Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.
Después toma la patena y el copón y se acerca a los que van a comulgar. Muestra la Hostia a cada uno
sosteniéndola un poco elevada, y le dice:

El Cuerpo de Cristo.

El que va a comulgar responde:
Amén.

Y comulga.

El diácono, si distribuye la sagrada Comunión, lo realiza de la misma manera observan los mismos ritos.
Si se comulga bajo las dos especies se observa el rito descrito en su lugar.
Cuando el sacerdote ha comulgado el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunión.
Finalizada la Comunión, el sacerdote o el diácono, o el acólito, purifica la patena sobre el cáliz y también el
cáliz.
Después el sacerdote puede volver a la sede. Si se considera oportuno, se puede dejar un breve espacio de
silencio sagrado o entonar un salmo o algún cántico de alabanza.

Luego, de pie en el altar o en la sede, el sacerdote, vuelto hacia el pueblo, con las manos juntas, dice:

Oremos.

Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se
haya hecho antes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión.

Oración después de la comunión

E

ste don que hemos recibido, Señor,
nos comunique sin cesar aquel fervor del Espíritu Santo
que maravillosamente infundiste a los Apóstoles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

El pueblo, al terminar, aclama:

Amén.

RITO DE LA CONCLUSIÓN

Después tiene lugar la despedida. El sacerdote, vuelto hacia el pueblo, extendiendo las manos, dice:
El Señor esté con ustedes.

31
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.

Dios, Padre de las luces,
que iluminó la mente de los discípulos
con la luz del Espíritu Santo,
los alegre con sus bendiciones,
y les conceda con abundancia los dones de su Espíritu.
R. Amén.

El mismo fuego admirable
que descendió sobre los discípulos,
con su fuerza poderosa
purifique sus corazones de todo mal,
y los ilumine con su claridad.
R. Amén.

Y el que se dignó congregar en la confesión de una sola fe
las más diversas lenguas,
les conceda perseverar en esta misma fe,
y por ella los haga pasar
de la esperanza a la plena visión.
R. Amén.

El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo, + y el Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.

El pueblo responde:
Amén.
Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, vuelto hacia el pueblo, dice:
Pueden ir en paz, aleluya, aleluya

El pueblo responde:
Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya

Después el sacerdote venera el altar con un beso, como al comienzo. Seguidamente, hecha inclinación
profunda con los ministros, se retira.

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