El neuromarketing estudia cómo reacciona nuestro cerebro ante la publicidad y nos influye como consumidores. Analiza nuestras emociones, atención y capacidad de retención tras exponernos a estímulos publicitarios. Aunque a veces compramos por necesidad, otras veces somos influenciados de forma impulsiva. El neuromarketing se clasifica en visual, auditivo y kinestésico dependiendo del sentido que estimula para atraer consumidores y alterar su comportamiento de compra.
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El neuromarketing estudia cómo reacciona nuestro cerebro ante la publicidad y nos influye como consumidores. Analiza nuestras emociones, atención y capacidad de retención tras exponernos a estímulos publicitarios. Aunque a veces compramos por necesidad, otras veces somos influenciados de forma impulsiva. El neuromarketing se clasifica en visual, auditivo y kinestésico dependiendo del sentido que estimula para atraer consumidores y alterar su comportamiento de compra.
El neuromarketing estudia cómo reacciona nuestro cerebro ante la publicidad y nos influye como consumidores. Analiza nuestras emociones, atención y capacidad de retención tras exponernos a estímulos publicitarios. Aunque a veces compramos por necesidad, otras veces somos influenciados de forma impulsiva. El neuromarketing se clasifica en visual, auditivo y kinestésico dependiendo del sentido que estimula para atraer consumidores y alterar su comportamiento de compra.
El neuromarketing estudia cómo reacciona nuestro cerebro ante la publicidad y nos influye como consumidores. Analiza nuestras emociones, atención y capacidad de retención tras exponernos a estímulos publicitarios. Aunque a veces compramos por necesidad, otras veces somos influenciados de forma impulsiva. El neuromarketing se clasifica en visual, auditivo y kinestésico dependiendo del sentido que estimula para atraer consumidores y alterar su comportamiento de compra.
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NEUROMARKETING
El neuromarketing se define como la ciencia que estudia la forma en la que
reaccionamos ante una campaña de ventas y cómo nos comportamos ante ella como consumidores. Es decir, cómo reacciona nuestro cerebro antes, durante y después de comprar. En general, tiene por objetivo analizar cualquier reacción que se produzca en nuestro cerebro tras recibir impactos publicitarios. Para ello se valoran: Las emociones. La atención. La capacidad retentiva. Esto es así porque aunque a veces compramos por necesidad (de forma racional), hay otras muchas que la fuerza de ventas nos atrae hasta llevarnos a comprar de manera impulsiva. Ejemplos de Neuromarketing Somos seres emocionales por naturaleza. Por muy claro que tengamos cuáles son nuestras necesidades básicas, siempre habrá estímulos sensoriales que activen nuestro cerebro y nos lleven, como hemos visto, a iniciar un proceso de compra. Por esto es que el neuromarketing juega con prácticas tan evidentes, a la vez que efectivas, como las siguientes: Poner música de fondo con el estilo acorde al tipo de comercio, pues por ejemplo los ritmos más calmados nos llevan a tomarnos nuestro tiempo. Aplicar precios entre 1 y 5 céntimos por debajo para crear una sensación de “menor coste”, algo que funciona a pesar de que somos súper conscientes de esta práctica de neuromarketing. Colocar los productos más caros en las zonas más vistosas, así como poner carros de la compra de gran volumen para crearnos la necesidad de comprar mucho y caro. Cualquiera de éstas atiende a una tipología de neuromarketing según el sentido que se están estimulando. Estos son los 3 grandes grupos en las que podemos clasificarlas: Neuromarketing visual Este tipo de neuromarketing consigue que un recurso publicitario remueva nuestras emociones, capte nuestra atención y permanezca en nuestra memoria a través de impactos visuales. Neuromarketing auditivo Se trata de otro muy buen ejemplo de neuromarketing basado en el uso de sonidos y melodías para activar en el consumidor emociones concretas, como la alegría, el romanticismo o la relajación. Tal y como ocurre con las imágenes, la música tiene el poder de estimular nuestro lado más sensible y, llegado el caso, alterar nuestro comportamiento de compra. La música y los sonidos se suelen utilizar en neuromarketing para: Generar una asociación en la mente del consumidor hacia una marca concreta. Acondicionar comercios y espacios físicos para fomentar la compra a través de las emociones. Potenciar los beneficios de un producto a través de sonidos, como el chasquido al morder un alimento crujiente o el sonido del gas al abrir una lata de refresco. Además piensa que cuantos más sentidos seas capaz de estimular a través de tus anuncios y campañas publicitarias, más accesibles serán a todo tipo de público. Neuromarketing kinestésico (olfato, gusto y tacto) A través de los olores, los sabores y las experiencias táctiles también podemos cautivar a nuestros consumidores. ¿O es que nunca te ha apetecido entrar a comprar en la panadería de tu zona al percibir el olor del pan recién hecho? Por otro lado, el sentido del gusto es posible estimularlo no sólo con degustaciones reales, sino también mediante imágenes de alta calidad y sonidos propios de los productos de alimentación. Esos que activan nuestras papilas gustativas. ¿Y el tacto?, ¿te has fijado que, por ejemplo, los teléfonos móviles son cada vez más ergonómicos y agradables al tacto? Esto es porque, según se ha demostrado científicamente, también somos más propensos a comprar después de haber tenido una buena experiencia táctil.