Danzas de Colombia
Danzas de Colombia
Danzas de Colombia
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Abozao: Danza y ritmo típico de la región del Chocó, se origina en la cuenca del río Atrato,
subregión del Chocó, al occidente de Colombia, como expresión danzaria preferencialmente
instrumental, y hace parte del repertorio festivo cuya ejecución se hace con Chirimía. La
coreografía se plantea como un juego de incitaciones mutuas entre el hombre y la mujer, en
cada pareja, terminando con un careo de acento erótico. El ritmo fuerte y variado de 2x4,
revela su ascendiente africano.
Es un baile de pareja suelta con movimientos libres e individuales, sin planigrafía definida;
tampoco tiene figuras preestablecidas ni hay coordinación de movimientos corporales, éstos
se presentan espontáneamente, destacando el movimiento de las caderas, hombros y rodillas,
con inclinaciones y rotaciones del cuerpo, vueltas y giros rápidos. Las parejas tienden a
mantenerse frente a frente, aunque de vez en cuando los hombres dan un rodeo a su pareja,
sin apartar la mirada de los movimientos corporales de la mujer. Como el contenido es
acentuadamente erótico, todos los gestos son incitantes y provocativos. Sobre este baile los
grupos de proyección han presentado formas coreográficas con base en círculos, filas o hilas,
conservando los movimientos característicos.
Bunde: Danza religiosa que se ofrece a los santos cuya coreografía difiere del currulao a pesar
de ser interpretado por los mismos instrumentos.
Como ritmo musical está muy extendido entre las comunidades afrocolombianas del litoral
Pacífico, con un posible ascendiente en Sierra Leona (África). Tiene carácter de canción lúdica y
difiere, en grado menor, de la forma de canto empleado en los velorios de los niños. En este
sentido es una expresión de los ritos fúnebres y, a la vez, una forma de canto inserto en el
ámbito de las rondas y juegos infantiles que ejecutan los chiquillos en el patio de la casa
mientras los adultos se ocupan del rito mortuorio propiamente dicho.
En la interpretación del bunde se emplean únicamente los tambores, que registran una
métrica pausada. Los cantos, en coro, se alternan con los toques del tambor en aquellas
ocasiones en que se trata de una celebración; en caso contrario, las voces no intervienen.
Numerosas canciones del repertorio del litoral, que son cantos de folclor lúdico o rondas de
juego, se bautizan con el nombre de bundes, tales como "El chocolate", "El punto", "El
trapicherito", "El florón", "El pelusa", "Jugar con mi tía", "Adiós tía Coti" y "El laurel".
Currulao} Es la danza patrón de las comunidades afrocolombianas del litoral Pacífico. Presenta
características que sintetizan las herencias africanas de los esclavizados traídos en la época
colonial para las labores de minería adelantadas en las cuencas de los ríos del occidente del
territorio. En la ejecución del currulao es posible aún observar características propias de un
rito sacramental impregnado de fuerza ancestral y de contenido mágico.
El currulao es un baile de pareja suelta, de temática amorosa y de naturaleza ritual. Los
movimientos de los danzarines son ágiles y vigorosos; en el hombre adquieren por momentos
una gran fuerza, sin desmedro de la armonía. La mujer perpetúa una actitud sosegada ante los
anhelos de su compañero, quien busca enamorarla con flirteos, zapateados, flexiones,
abaniqueos y los chasquidos de su pañuelo. La coreografía se desarrolla con base en dos
desplazamientos simultáneos: uno de rotación circular y otro de translación lateral, formando
círculos pequeños, los que a su vez configuran un ocho. Las figuras que predominan son la
confrontación en cuadrillas, avances y retrocesos en corredor, cruces de los bailarines, giros,
saltos y movimientos del pañuelo.
La danza adquiere gran belleza plástica mediante la concreción de variados elementos, como
la esbeltez de hombres y mujeres, la seriedad ritual de los rostros, el juego con los pañuelos y
la gracia de las actitudes, que son reforzadas con gesticulaciones, jadeos y giros. Como danza
patrón, el currulao presenta variadas modificaciones regionales denominadas berejú,
patacoré, juga, bámbara negra y caderona.
La Jota: Siendo la jota un baile muy popular en las provincias españolas de Aragón y Valencia,
quedó muy poco de ella al convertirse en un ritmo criollo de sabor negroide. Del ritmo vivo y
fiestero de la "jota aragonés", se pasó a un ritmo emparentado con el toque del currulao. En
ella la melodía pierde casi todo el relieve sonoro y el "canto" propiamente dicho,
transformándose en una secuencia para ser bailada con pleno dominio de los tambores.
Existe diversidad de variantes: condoteña, careada, cruzada y sangrienta; todas estas
mantienen una estructura básica común, pero se diferencian en su contenido argumental. La
sangrienta, por ejemplo, es un cuadro dramático que gira en torno al duelo de dos
enamorados por ganar los afectos de la misma mujer. La careada, por su parte, describe los
recursos que emplean los pretendientes para enamorar a su pareja.
Mazurca: Ritmo, canto y danza del litoral pacífico, cuyo origen se remonta a las fiestas de los
esclavos en época colonial, con un marco coreográfico de especial relieve por la sofisticación y
elegancia con que se ejecuta la danza. Se acompaña de marimba de chonta, cununos (macho y
hembra), bombo y guasas instrumentos estos últimos interpretados por las mujeres quienes a
su vez hacen la parte cantada. La música y los coros tienen un cierto tono de lamento. Los
pasos y desplazamientos de la danza constituyen un juego amoroso manifestado por el
pañuelo que portan los bailarines.
La Moña
Danza de relación, es decir que cuenta con un argumento que se relata con versos durante su
ejecución.
Región Caribe
Algunos de los bailes típicos de la región norte de Colombia son: Bulle-rengue, Ciempiés,
Cumbia, Diablos y espejos, Farotas, Gaita, Garabato, Pilandera, Seré sese, etc.
Bullerengue
Esta danza típica colombiana es efectuada sólo por mujeres. Es quizás uno de los bailes en los
cuales se destaca con mayor fuerza la ascendencia africana. Ésta se pone en evidencia en los
tambores, el palmoteo y el canto coral que acompaña su ejecución. Al parecer, surgió como
una reacción cultural dentro del contexto ceremonial de las comunidades cimarronas,
probablemente en el Palenque de San Basilio. En esencia es una danza ritual que se realiza de
manera especial cuando las jóvenes llegan a la pubertad. El bulle-rengue simboliza la
fecundidad femenina, aunque no se descarta que también en tiempos coloniales haya tenido
connotaciones fúnebres.
Su radio de difusión es muy amplio. Posiblemente partió del Palenque de San Basilio y se
extendió luego a otros municipios del litoral Caribe y la provincia de Darién, en Panamá, en
lugares donde la concentración de la población afrodescendiente es muy alta. En dichos
lugares se sustituyó el batir de palmas por el choque de tablas de madera y se varió la temática
ritual por una de contenido amoroso. La danza se transformó en parranda callejera, bailada
por una pareja mixta. Tenemos muy pocas informaciones acerca del momento en que las
danzas de origen africano dejaron de ser expresiones rituales para convertirse en bailes
profanos.
Cumbia: Este baile típico es considerado uno de los más representativos del folclore
colombiano. Al parecer, la cumbia surgió durante la colonia en Cartagena con ocasión de las
fiestas de La Candelaria, celebradas por los esclavistas españoles el 2 de febrero, junto al cerro
de La Popa. Rápidamente se dispersó por otros lugares del litoral Caribe y conquistó las riberas
del río Magdalena y el norte de Antioquía. Hoy en día se considera la danza más importante de
la costa norte de Colombia.Y también en esta región se maneja la tambora relativa a mitos y
leyendas , se caracteriza por el movimiento de cadera de la figura femenina (la mujer).
En sus orígenes, la cumbia es de ascendencia africana; en ella se distinguen atributos de una
ceremonia erótica que la acredita como una danza ritual. Con el transcurrir del tiempo, y por la
constante interacción con la población indígena, esta danza sagrada se adaptó a espacios
profanos, incorporándose así a todas las festividades de la región. Sus gestos describen un
coloquio amoroso entre hombres y mujeres. Hoy en día este baile representa tanto a la
población de origen africano, como a la indígena de la región.
La cumbia es una danza de parejas sueltas, de libre movimiento, que se realiza en sitios
abiertos, como calles, plazas o playas. Los desplazamientos se efectúan de manera circular en
torno a un punto central ocupado por los músicos. Según algunos relatos antiguos, en el siglo
XVIII la cumbia se bailaba de noche, alrededor de una fogata, y los músicos se situaban a un
lado de los bailadores.
En su paso, la mujer apoya las plantas de los pies y se desliza con pisadas cortas, marcando con
sus caderas el ritmo cadencioso que repican los tambores. El hombre levanta el talón del pie
derecho y mantiene en tierra la planta del pie izquierdo. En la cumbia la mujer realiza
movimientos diferentes a los del hombre. Éste danza con movimientos libres del cuerpo, baila
de frente, a los lados, por detrás y en rededor de su pareja, gira sobre sus talones, flirtea,
efectúa desplantes y morisquetas, se retira y abanica el sombrero y obsequia velas a la mujer
para halagarla. La mujer tiene desplazamientos más lentos, sensuales y altivos, porta en alto
un racimo de espermas con las que se defiende del constante asedio de su compañero.
Farotas: Es una danza satírica de Carnaval de origen colonial, que se conserva en Talaigua y en
varios pueblos de la depresión momposina. Versiones recientes contradicen la versión original
que hacía referencia a la manera como los hombres decidieron protestar, disfrazándose de
mujeres, por las violaciones que los españoles cometían con sus mujeres
Garabato: La danza del garabato representa la lucha del bien y el mal, de la vida y la muerte.
La muerte, personaje central, entra en escena y con su guadaña va eliminando uno por uno a
los danzantes, hasta que al final la fuerza del espíritu carnavalero la derrota, pues todos
resucitan y continúan bailando. Tiene posible vestigios agrarios por la utilización del
“garabato” que utilizan los campesinos en el desmonte. Observa casi las mismas características
coreográficas y jerárquicas de las danzas de congo, diferenciándose en el vestuario del hombre
que no, lleva turbante y tampoco lleva la comparsa de animales con sus máscaras.
Entre las danzas típicas del Interior de Colombia se encuentran el bambuco, el pasillo, el
sanjuanero, la caña, el sanjuanito, el sotareño.
Pasillo: Nació a mediados del siglo XIX en la atmósfera galante del vals del cual se derivó. El
pasillo se bailaba en campos y ciudades y no podía faltar en el repertorio de las bandas de
música. El pasillo popular tiene tres partes: una introducción que se repite; una segunda parte
en la cual la melodía adquiere pleno desarrollo y una tercera que es conclusiva y suele
repetirse en la ejecución.
Son tantos los bailes tradicionales de este país, que incluso hacer un pequeña y representativa
selección, resultaría demasiado larga. Así que nos enfocaremos en las 5 regiones del país y lrs
daremos algunos ejemplos.
La Costa Caribe
Las fuertes influencias indígenas y africanas de esta región, han originado uno de los ritmos
colombianos más conocidos a nivel internacional, la cumbia. La mezcla de estas dos culturas se
evidencia principalmente en los instrumentos utilizados: vientos, maracas y percusión. Aunque
en las últimas décadas este ritmo se popularizó y ahora existen diversas adaptaciones en otros
países, tan solo Panamá comparte sus orígenes tradicionales.
Pero esta región tiene un sinnúmero de ritmos que también son conocidos y aclamados. El
Mapalé, esa danza fuerte que se baila con todo el cuerpo y poca ropa, e invoca a las culturas
africanas; el Bullerengue, bailado y cantado solo por mujeres acompañadas de tambores; la
Puya, donde piernas y caderas se mueven rápidamente al son de la gaita y otros instrumentos,
o el Porro, el más tranquilo de este grupo, pero también el más coqueto y romántico, entre
muchos otros.
Cumbia colombiana
La Región Andina
Dado que esta es la región más poblada de Colombia y que atraviesa el país de norte a sur, las
danzas tradicionales andinas son muy diversas y particulares. Por ejemplo, el Bambuco es una
de las más representativas del país y en su honor se realiza una importante fiesta folclórica
anual en el departamento del Huila. Este ritmo mestizo consiste en el cortejo de una pareja,
acompañado por instrumentos de cuerda, percusión y, en algunas ocasiones, de viento.
Se dice que el Sanjuanero es la versión fiestera del Bambuco, ya que su ritmo es más rápido y
el baile incluye unas cuantas zapateadas. Además, otro baile típico propio de la zona es la
Guabina. El atuendo de los danzantes es propio del altiplano y sus movimientos son cortos,
tímidos y hasta algo rígidos, al son de las más hermosas melodías de cuerda. En lo musical, es
parecido a la Rumba Criolla, que también se baila en pareja y representa todo el proceso de
una relación amorosa, desde sus inicios hasta el matrimonio.
En los Andes del sur hay otro ritmo importante y un poco desconocido: la Guaneña. Se dice
que inició como un canto de guerra, por eso sus melodías melancólicas, aunque la mayoría de
ritmos andinos altiplánicos tienen la capacidad de generar este sentimiento. Se baila en
grupos, con pasos cortos y pequeños saltitos, las mujeres visten chales y los hombres ruanas.
En esta región hay un ritmo muy especial que se escucha en los cuatro departamentos que la
conforman. El Joropo, que ha nacido como una tradición en torno a las actividades ganaderas
que se realizan en esta zona, tiene influencia de los fandangos españoles y algunas costumbres
indígenas.
Las melodías se interpretan con un arpa, un cuatro y maracas, aunque existen otras
variaciones que utilizan más instrumentos. El baile consiste en un zapateo rápido y constante,
mientras las parejas bailan tomadas de las manos, dando vueltas, y las amplias faldas de las
bailarinas se agitan en el aire. Las mujeres son muy importantes en la cultura llanera e incluso
muchas veces son ellas quienes cantan y tocan cualquiera de los instrumentos, sobre todo en
los torneos internacionales que se organizan en diferentes ciudades de Colombia y Venezuela,
país que comparte estas tradiciones.
La Costa Pacífica
Esta región también ha tenido una importante influencia de cultura africana e indígena, pero
sus ritmos no son tan fuertes como los de la región Caribe, aunque si igual de hermosos. Los
ritmos del pacífico tienen un instrumento en común que los hace armónicos y alegres: la
marimba. Ésta, junto con el sonido de los platillos y otros instrumentos de percusión,
conforman uno de los ritmos más conocidos del pacífico colombiano: el Currulao.
Este se baila en parejas separadas y, como elemento que se repite en casi todas las danzas, las
mujeres acompañan sus pasos con los movimientos de amplias y largas faldas. Además, los
hombres agitan pañuelos blancos en el aire y alrededor de sus bailarinas.
Otro ritmo muy importante en esta región es el Tamborito, de melodías alegres, movimientos
de cadera y gritos de júbilo cada cierto tiempo. Existen más bailes tradicionales en torno a
derivaciones de currulao, como el Bonde, la Juga, el Patacoré o la Contradanza, así que ya
podrá hacerse una idea de cómo son las celebraciones del pacífico.
Región Amazónica
La Amazonía colombiana no cuenta con un baile típico tradicional de la región, ya que son
tantos los pueblos indígenas que habitan en su territorio, que cada uno cuenta con sus propias
tradiciones. Además, al vivir en la zona menos poblada del país, sus costumbres no han tenido
la oportunidad de salir a la luz pública como las de otros lugares más concurridos.
Los tikuna son una de las etnias más representativos del sur de la Amazonía y sus bailes se
realizan con cantos y música producida por semillas y otros instrumentos de la zona.