El Impacto Del Maltrato en Los Ninos y Las Ninas e PDF
El Impacto Del Maltrato en Los Ninos y Las Ninas e PDF
El Impacto Del Maltrato en Los Ninos y Las Ninas e PDF
net/publication/237392900
CITATIONS READS
18 559
1 author:
Clemencia Ramirez
Universidad del Norte (Colombia)
10 PUBLICATIONS 381 CITATIONS
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
All content following this page was uploaded by Clemencia Ramirez on 08 October 2014.
2006
Clemencia Ramírez Herrera
EL IMPACTO DEL MALTRATO EN LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS EN COLOMBIA
Revista Infancia Adolescencia y Familia, julio-diciembre, año/vol. 1, número 002
Asociación Colombiana para el Avance de las Ciencias del Comportamiento
Bogotá, Colombia
pp. 287-301
http://redalyc.uaemex.mx
REVISTA INFANCIA, ADOLESCENCIA Y FAMILIA
VOLUMEN 1, NO.2 287
RESUMEN
E
l propósito de este artículo es revisar los hallazgos de algunos estudios en relación con el impacto del
maltrato infantil en los niños y las niñas en Colombia. Se analizan los objetivos de los estudios, así como
las estrategias metodológicas y los resultados en comparación con los planteamientos de otros autores,
en relación con el tema del impacto. Se hace énfasis en la dificultad de las definiciones del maltrato infantil
desde el punto de vista operacional en la investigación científica respecto al concepto. Las conclusiones de
los estudios muestran la magnitud y las consecuencias negativas en las distintas esferas del desarrollo de los
niños y niñas y cómo este interfiere con la salud mental en la edad adulta.
Palabras clave: abuso infantil, trauma psicológico, impacto, maltrato infantil, abuso sexual.
ABSTRACT
T
he purpose of this article is to review some empirical findings of different studies related with child abuse
in Colombia. It analyzes each investigation objectives, as its methodological strategies, and its results as
Key words: child abuse, psychological trauma, impact, child maltreatment, child sexual abuse.
* Correspondencia: Clemencia Ramírez, Decana Facultad de Psicología, Universidad de San Buenaventura, Sede Bogotá, Correo
electrónico: [email protected]; [email protected]
Recibido: Enero 17 de 2006 / Revisado: Febrero 27 de 2006 / Aceptado: Mayo 3 de 2006
REVISTA INFANCIA, ADOLESCENCIA Y FAMILIA
288
VOLUMEN 1, NO.2
E
n América Latina la situación de la niñez es de alto riesgo, debido a que los peque-
ños son víctimas de toda clase de tratos inadecuados y de situaciones de conflicto
(Ramírez, 1996, 2000, 2002). Más del 10% de los niños y niñas son víctimas de
maltrato psicológico y cerca del 30% de negligencia, Sáez, (2000) citado por Hewitt y
Ramírez, (2004).
El maltrato infantil se presenta en todos los lugares de la geografía nacional, en las
áreas urbanas y rurales. Es considerado un problema de salud pública por los índices que
ha alcanzado y a razón de los daños que ocasiona tanto a corto como a largo plazo, en la
reducción de la productividad y en la disminución en la tasa de años de vida saludable
que presenta la población. Los estudios sobre factores de riesgo, ha evidenciado Ramírez
(1996, 1998, 2000, 2002, 2005) a través de diversos estudios, que estos plantean que es el
resultado de la interacción de variables de diversa índole, que son de carácter individual,
social y cultural. De igual manera, es considerado un fenómeno psicosocial porque su
impacto no se presenta exclusivamente en el niño/a que lo padece sino en la familia, en
la comunidad y en la sociedad en general (Ramírez (2002); Ramírez y Navarrete, (2004);
Ramírez y col. (2005)).
Desde la puesta en marcha de la Convención Internacional de los Derechos de los
niños/as, (1990), Colombia ha venido haciendo esfuerzos en materia de legislación y
por lo tanto, en protección de niños y niñas. La necesidad de prevenir las acciones de
violencia y crueldad contra los niños y las niñas es cada día más evidente, no solo por
los datos derivados de los sistemas formales de información sino por aquellos reportados
diariamente por los medios de comunicación.
La tarea de investigación científica en un país como Colombia es compleja en la me-
dida en que los recursos destinados para la misma son insuficientes y, por otro lado,
por la imposibilidad de obtener información precisa. Existen dos grandes fuentes de
variabilidad, la carencia de instrumentos confiables y la dificultad en la consecución
de muestras en el caso de las investigaciones de corte cuantitativo. Y en el caso de las
investigaciones cualitativas el tiempo y los costos de las mismas son los obstáculos
para lograr los resultados esperados. No obstante, lo anterior, y tratando de minimizar
los errores producidos por las fuentes mencionadas, se tienen algunas evidencias que
permiten analizar y contrastar los hallazgos en referencia a este tema.
El propósito de este artículo es discutir algunos resultados de investigaciones cien-
tíficas desde distintos marcos metodológicos que ponen en evidencia el impacto de las
situaciones de violencia, específicamente del maltrato en el desarrollo de los niños y las
niñas. Dicho impacto altera su ajuste en la edad adulta y se relaciona con el deterioro
ISSN 1900-8201 / Vol. 1, No. 2, 2006
gran mayoría a distintas fuentes de información, en unos casos a los sistemas de vigilancia
o a investigaciones realizadas por organismos nacionales o internacionales. Sin embargo,
es un común denominador que los datos sean inconsistentes entre una fuente y otra. Sin
embargo, en el estudio realizado por Guarín y Camacho (2001) las tendencias vistas en
países como Argentina, Chile, Colombia, Brasil, Bolivia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uru-
guay y Venezuela, muestran la existencia del maltrato en sus distintas dimensiones en
donde el físico sigue teniendo la mayor predominancia, manifestado en estadísticas de
notificación o en estudios epidemiológicos realizados en el nivel local. De igual manera,
el otro tipo de maltrato más frecuente es el emocional–psicológico y en su orden le siguen
la negligencia, el abuso sexual y el abandono.
La prevalencia del maltrato infantil en Colombia oscila entre el 1,99% de acuerdo
con Guarín y Camacho (2001) y el 36% de acuerdo con el Ministerio de Salud - UNICEF
(2003); pasando por valores de 4,8% -indicador internacional de la UNICEF- Guarín, y
Camacho (2001) y el 21,4% de abuso emocional, el 12,1% de abuso físico y el 2,6% de
abuso sexual, en el estudio nacional de salud mental, segundo estudio Nacional de Salud
Mental y consumo de sustancias psicoactivas en Colombia (1997). La tasa de preva-
lencia de maltrato infantil en el país se estima que es de 361 por cada 1.000 habitantes
(UNICEF (2003), Ministerio de Protección Social). De acuerdo con este estudio, entre el
1 y el 2% de los niños son físicamente abusados, 1 de cada 3 niñas y 1 de cada 6 niños
son sexualmente abusados (Ramírez, Navarrete, Vejarano & Hewitt, 2005).
En el año 2004, el Sistema de Información Médico Legal del Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses, reportó un total de 59.770 dictámenes por Violen-
cia Intrafamiliar, de los cuales correspondieron a maltrato al menor 9.847; maltrato de
pareja 36.901 y lesiones ocasionadas por maltrato entre familiares 13.022. Con relación
al año 2003, se presentó una disminución de 2.661 casos. Por esta violencia se perdieron
8.975 años de vida saludable (Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses,
2005).
Los problemas en el registro y en el desarrollo de estudios de carácter investigativo
radican en gran parte en las divergencias en la conceptualización y definición del fenó-
meno. Ahora bien, definir el maltrato infantil no es una tarea fácil, debido a los diferentes
conceptos que han hecho referencia a este fenómeno y a la perspectiva desde la cual se
esté definiendo. Aber y Zigler (1981) citados por Browne y col., (2002), han planteado
distintas aproximaciones a las definiciones de maltrato como son: la médica-diagnóstica,
legal, sociológica e investigativa. De igual manera, las definiciones han estado dirigidas
en función del propósito para el cual se han formulado.
ISSN 1900-8201 / Vol. 1, No. 2, 2006
Existen algunas dimensiones que agrupan las definiciones, las cuales están en función
del propósito para lo cual se ha determinado dicha definición; por lo anterior, se evi-
dencian unas tendencias en las definiciones. Algunas muestran un énfasis en el aspecto
jurídico y en el marco de los derechos si tiene fines de protección; otras en el criterio
social con fines de prevención, otras muestran un carácter clínico con fines de rehabili-
tación y recuperación y más específicamente aquellas operativas que tienen un propósito
investigativo (Ramírez, Cuadros, García, Orjuela, Mojica y Dávila, 2005).
En 1989, en la conferencia desarrollada por el National Institute of Child Health and Human
Development, se recomendó que el maltrato se podría definir “como el comportamiento que
se dirige hacia una persona, el cual (a) está fuera de las normas de la conducta y (b) incluye
unos riesgos sustanciales que causan daño físico y emocional. Chrirtoffel y cols. (1992)
REVISTA INFANCIA, ADOLESCENCIA Y FAMILIA
290
VOLUMEN 1, NO.2
citado por Ramírez (1998) afirma que los comportamientos incluidos consisten en acciones
u omisiones algunos de las cuales son intencionales y otras no. De hecho, el término
maltrato infantil, se refiere a una gran cantidad de comportamientos que implican riesgo
para el niño. En esta conferencia se consideraron distintas categorías de maltrato infantil
que son ahora reconocidas: (1) abuso físico, (2) abuso sexual, (3) negligencia, (4) maltrato
emocional. Cada una de estas incluye, a su vez, un espectro amplio de comportamientos.
Existen otras categorías contempladas como son el abandono, la explotación sexual de
niños y niñas y el Síndrome Munchausen by Proxy.
Uno de los pioneros en el estudio del fenómeno del maltrato, en la década de 1960, fue
Kempe y cols.(1962), quienes consideraron que el maltrato es el uso de la fuerza física en
forma intencional no accidental dirigido a herir, lesionar o destruir a un niño, ejercido
por parte del padre u otra persona encargada del cuidado del menor.
Por otra parte, Walker, Bonner y Kaufman (1988), consideran que la definición de mal-
trato infantil no sólo debe incluir el físico sino emocional, abuso sexual y abandono. Para
estos autores el maltrato físico es definido en función de las heridas que se propician al
menor que quedan como marcas de la lesión y que son observables luego de 48 horas de
haberse dado la situación de violencia.
Con base en lo anterior, Margarett Lynch (1995) retoma lo anterior e integra la definición
con la de Garbarino y Gillian (1983) en la que el maltrato infantil se define como actos
de omisión o comisión (por un padre o guardián) los cuales son juzgados por la mezcla
de valores de la comunidad y juicio de los expertos profesionales en los que se apunta
a considerar estos actos como dañinos e inapropiados para las víctimas; esta definición
según Lynch (1995), incluye tanto el abandono y la negligencia (omisión) como el mal-
trato físico (comisión), también puede ser ampliada mas allá del maltrato intrafamiliar
al abuso, abandono y explotación fuera de la familia y por la sociedad. Tal definición
permite hacer algunas diferenciaciones entre culturas y a través del tiempo (Ramírez,
Navarrete y Cifuentes, 1998).
Por otro lado, y desde la perspectiva de derechos más allá de la perspectiva clínica Vargas
y Ramírez (1999) en contraposición al término “maltrato” hacen referencia al concepto
“trato inadecuado” y consideran que son todos aquellos actos que por acción u omisión
desconocen los derechos fundamentales de los niños/as y por lo mismo, interfieren o
alteran su desarrollo integral y llegan o pueden llegar a poner en peligro su salud física,
psicológica, social y sexual. Se encuentran en un continuo y amplio espectro, los cuales
fundamentalmente obstaculizan el desarrollo integral de los niños y niñas.
ISSN 1900-8201 / Vol. 1, No. 2, 2006
En la revisión que hace Barnett y cols. (1994) sobre las definiciones históricas, cultu-
rales, políticas, teóricas y sociales del maltrato infantil plantea algunas definiciones con
fines investigativos y algunos indicadores de severidad para seis subtipos de maltrato
infantil, los cuales son: (1) abuso físico, (2) abuso sexual, (3) negligencia física, (4) falta
de cuidado, (5) maltrato emocional y (6) maltrato moral, legal y educativo (Righthand,
Kerr, Drach, 2003). Los indicadores de severidad inician desde el nivel leve, y cinco
categorías ascendentes hasta el rango de severo.
En este análisis se considera que las distintas formas de maltrato a los niños/as son:
el físico, el psicológico-emocional, el abuso sexual, el abandono y la negligencia. Cada
uno de estos se define según la acción y tiene impacto diferencial en el desarrollo tanto
a corto, como a mediano y largo término.
Maltrato en los niños y las niñas en Colombia
291
CLEMENCIA RAMÍREZ HERRERA
cientemente por Ramírez y Pinzón (2005) para el estudio de prevalencia del maltrato y
los factores asociados en la costa Atlántica y el Litoral Pacífico colombiano.
El abuso sexual, por su parte, se considera como cualquier actividad de tipo sexual
de un adulto hacia un niño/a menor de 18 años. Esto incluye contacto sexual utilizando
la fuerza o la amenaza sin tener en cuenta la edad del niño/a en, la que, además, no hay
comprensión de la situación de carácter sexual. El contacto sexual entre un niño mayor
y otro menor se considera abuso si hay diferencia significativa en edad, desarrollo y ta-
maño del que abusa y la capacidad de informar del abusado; los actos sexuales abusivos
pueden incluir penetración sexual, tocamientos, actos sexuales o no contacto como el
exhibicionismo (Myers, Berliner, Briere, Hendrix, Jenny & Reid, 2002).
REVISTA INFANCIA, ADOLESCENCIA Y FAMILIA
292
VOLUMEN 1, NO.2
mente sistematizados en estudios longitudinales, pero algunos reportan que los niños
víctimas de abuso físico tienen problemas como retardos en el desarrollo, alteraciones
en los signos neurológicos blandos, lesiones físicas severas y cicatrices en la piel (Kolko,
Moser y Weldy, 1988).
Estudios más recientes muestran las consecuencias neurobiológicas del abuso y el mal-
trato físico, que implican un compromiso del desarrollo cerebral y del sistema nervioso
central (Van Der Kolk, 2004). Algunos estudios han demostrado los impedimentos en el
funcionamiento neurológico, así como en el funcionamiento fisiológico, el que se refleja
en una disminución de la serotonina y en un aumento de la dopamina y la testosterona
(Lewis, 1992). En una muestra combinada de niños maltratados física y sexualmente
con desorden de estrés postraumático se encontró que estos niños muestran grandes
REVISTA INFANCIA, ADOLESCENCIA Y FAMILIA
294
VOLUMEN 1, NO.2
Otra de las áreas afectadas como consecuencia del maltrato infantil, en todas sus
manifestaciones, es el área emocional. Allgunos estudios han encontrado dificultades
asociadas con problemas de la regulación del afecto, el control conductual y la interacción
social, que tienen un origen temprano a causa del maltrato y que se manifiestan durante
la adolescencia y la edad adulta (Righthand, Kerr y Drach, 2003).
Cicchetti y Toth (1995) encontraron que los niños que no tenían un vínculo seguro,
mostraban afecto negativo, dificultades en la relación con pares, y una disfunción en
el inicio de las relaciones íntimas. Adicionalmente, esto se relaciona con cuadros de
ansiedad y temor porque el niño no tiene la habilidad de regular sus emociones.
En un estudio desarrollado por Ramírez, Navarrete, Vejarano y Hewitt con apoyo de
Colciencias y la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá (2005), cuyo propósito
fue construir y validar una estrategia de intervención y prevención del maltrato infantil
a partir de la transformación de creencias, con una metodología IAP, en los grupos de
niños/as participantes encontraron evidencias del impacto del maltrato físico y la ne-
gligencia en la dimensión emocional.
En estos niños/as la relación de maltrato y emociones está matizada por cargas afectivas
negativas. En gran medida la percepción de la figura materna es maltratante, asociada con
pensamientos distorsionados y negativos de retaliación y venganza. Esto se manifiesta en
los siguientes narraciones: “Yo le digo en la mente todo lo que siento “Ojalá que hubiera
nacido en otra familia, que no hubiera tenido a mis hermanos y nada más”. “Vivir solo,
ni tener ni hermanos, no mamá, ni papá.” “Me quiero morir”. “Me quiero ir a otra parte”.
“Yo no quiero vivir con esa señora”. “Esa señora, no quiero vivir con ella”. “Los papás
no deben existir”. “Quiero tratarla mal, hacerle pistola y decirle groserías”.
Lo anterior muestra no sólo el procesamiento de la información que hace el niño/a a
partir de la experiencia de maltrato, sino también el efecto negativo en el área emocional
y su impacto en la relación con sus cuidadores.
Por otro lado, los efectos del maltrato se observan en la activación de conductas
emocionales externalizantes como consecuencia de los malos tratos: “Cuando la mamá
está brava con nosotros, y nos comienza a gritar y uno dice: ahí mamá y no se qué...
entonces comienza a tratarlo mal, y es que le da a uno mucha rabia la gente que lo está
tratando mal”.
Los niños frente a un estímulo neutro evocan sentimientos asociados con tendencias
depresivas como: “Está triste y sólo porque nadie lo quiere acompañar; está triste porque
la mamá se fue de compras y no lo llevó; está triste porque no lo dejaron jugar con los
ISSN 1900-8201 / Vol. 1, No. 2, 2006
amigos; está triste porque se orinó; está triste porque está solo por no hacer los deberes
de la casa. Está triste porque no lo dejan salir, está triste porque no tiene nada con qué
jugar; está triste porque tenía el cuarto desorganizado y la mamá le dijo que no podía
volver a jugar. Está triste porque lo dejaron encerrado en el cuarto, se quedó quieto todo
el día. Está bravo porque la mamá lo estaba mirando mal”. Lo anterior corresponde a las
narraciones de los niños/as estudiados por Ramírez, Navarrete, Vejarano y Hewitt (2005)
en las que se evidencia la tendencia a centrar la atención en las situaciones negativas de
la vida, lo cual se debe a la intensidad de los eventos vividos, este elemento interfiere
con la elaboración del trauma temprano y tiene como consecuencia un efecto nocivo en
la edad adulta.
REVISTA INFANCIA, ADOLESCENCIA Y FAMILIA
296
VOLUMEN 1, NO.2
Es evidente el impacto del abuso sexual en las distintas áreas de ajuste es evidente, por
ejemplo, Widom (1989) estudió una muestra de sujetos quienes habían sido arrestados por
violencia incluyendo asesinato, homicidio, violación y que, además, tenían una historia de
maltrato en la infancia. Los resultados de este estudio apuntan a afirmar que aquellos sujetos
que habían sido víctimas de abuso sexual no se habían involucrado en acciones violentas,
pero que aquellos que habían sido víctimas de trato físico inadecuado, habían sido arrestados,
en todas las ocasiones, por acciones violentas de alta severidad, y aquellos que habían sido
abandonados presentaban mayor tendencia a cometer delitos en la edad adulta intermedia.
Noll, Trickett y Puttman (2003) realizaron un estudio prospectivo, sobre el impacto del abuso
sexual en la infancia en el desarrollo de la sexualidad en la edad adulta. En este estudio
longitudinal con una evaluación de diez años se encontró que las personas que habían sido
abusadas iniciaron más temprano la intimidad sexual, con baja prevención del embarazo.
Mostraron preocupaciones sexuales predecibles por ansiedad, aversión sexual y problemas
comportamentales sexuales y ambivalencia sexual (una preocupación por lo sexual acompa-
ñada por aversión) acompañada de una disociación patológica. Esta última condición está
fuertemente relacionada con el hecho de que el padre biológico sea el abusador.
En un estudio realizado por Ramírez, Cuadros, García, Orjuela, Mojica y Dávila (2005)
con el apoyo de Save the Children, Programa para América del Sur, como aporte al Estudio
Mundial de la Violencia contra los niños y las niñas de las Naciones Unidas, con el propósito
de delimitar el estado actual del abuso y la explotación sexual de los niños y las niñas en
Colombia y Brasil, se analiza la percepción que tienen los niños y las niñas del fenómeno
del abuso y la explotación sexual infantil y se estudian los sentimientos y creencias que los
niños/as asocian a la experiencia; los hallazgos muestran datos sobre el impacto en distintas
áreas del desarrollo. En este estudio se trabajó con niñas, que en su mayoría habían sido víc-
timas de abuso sexual y algunas vinculadas a ESCI, en tres grupos de edad diferentes desde
la edad escolar a la adolescente. Se aplicó una estrategia cualitativa a partir de grupos focales
para los mayores y talleres dirigidos con los más pequeños. Estos niños/as se encontraban
en protección, por lo que pertenecían a instituciones de rehabilitación.
En cuanto a la percepción de sí mismos, las niñas que han pasado por experiencias de abuso
y ESCI, tienen mayor dificultad en reconocer, espontáneamente, sus órganos sexuales, en el
ejercicio de reconocimiento corporal utilizado en la estrategia. La funcionalidad del cuerpo
tiene una tendencia particular “para ser alguien y tener unos hijos y poder demostrarles que
somos alguien”. El cuerpo es concebido como la vía más importante para lograr respeto y
reconocimiento: “para crecer como personas”, “para respetarnos y respetar a los demás”,
“para trabajar la honestidad y para tener buena autonomía”, “para recuperar la confianza y
ISSN 1900-8201 / Vol. 1, No. 2, 2006
esperado”, “por qué a mí”. “El abuso sexual crea traumas”, “crean dolor”, “hay que limpiarse
lo que tiene sucio”.
En estos grupos la atención está focalizada en el abuso y no hay posibilidades de otras
experiencias narradas a partir de la exposición a las láminas. Es evidente por otro lado, que
no hay denuncias porque a los niños y niñas no se les cree lo que está sucediendo “los niños
no podemos decir nada, porque nos amenazan”, “porque la mamá le dice no sea mentirosa
y vaya para allá, y no le creo”, “muchas veces se les cree más a los violadores”.
En el aspecto emocional no hay diferencias entre los grupos de niños y niñas abusados
sexualmente con los de explotación sexual. En todos los casos el recuerdo de lo positivo
es muy limitado. En estos grupos es difícil recordar eventos agradables de la vida y por lo
tanto expresar sentimientos positivos es complejo. La percepción de su propia historia
está centrada en el momento del abuso y del trauma que han vivido.
REVISTA INFANCIA, ADOLESCENCIA Y FAMILIA
298
VOLUMEN 1, NO.2
llevar a cabo estudios de corte transversal y longitudinal de mayor alcance para deter-
minar la magnitud de este fenómeno y tener evidencias empíricas en el país.
Además de la necesidad de fortalecer la investigación en Colombia y generar más co-
nocimiento en torno a la problemática. Es urgente contar con programas de recuperación
que permitan que los niños que han sido victimizados puedan elaborar la situación de
trauma y desarrollar ajuste psicológico a lo largo de su vida. Adicionalmente, es necesario
orientar esfuerzos para fortalecer los programas de prevención y reducir la ocurrencia
del fenómeno.
Maltrato en los niños y las niñas en Colombia
299
CLEMENCIA RAMÍREZ HERRERA
REFERENCIAS
BARNETT, O., MILLER-PERRIN, C. Y PERRIN, R.D. (2005). Family Violence across the lifespan, Sage
publications, Thousand Oaks, London.
BARNETT, D., MANLY, J.T., AND CICCHETTI, D. (1994). Defining child maltreatment: The interface between
policy and research. In: D. Cicchetti and S.L. Toth (Eds.) Child abuse, child development, and
social policy: Advances in applied developmental psychology, vol. 8 (pp. 7-73). Norwodd, N.J.
Ablex Publishing Corporation.
BROWNE, K., HANKS, H., STRATTON, P. & HAMILTON C. (2002). Early prediction and prevention of child
abuse: A Handbook. England: John Wiley and Sons.
CARNES, C. (2005). Risk factor in child sexual abuse, 13th APSAC Colloquium on child Abuse and
Neglect. New Orleans: L.A.
CHILDREN, YOUNG PERSONS AND THEIR FAMILIES SERVICES (1998). Breaking the cycle: An interagency guide
to child abuse, Auckland , New Zealand.
CICCHETTI, D., AND TOTH, S.L. (1995). A developmental psychopathology perspective on child abuse
and neglect. J. of Am. Acad. Of Child and Adoles. Psych. 34 (5), 541-565.
COULBORN FALLER, K. (1999). Maltreatment in early childhood: Tools for research – based intervention.
New York: The Haworth Press.
CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO Y LA NIÑA. (1990) BOE.
No. 313, 31 Dic.
COHEN, J., PEREL, J. DEBELLIS, M. PUTMAN, F. (2002). Treating Traumatized Children. Clinical
Implications of the Psychobiology of Posttraumatic Stress Disorder. Trauma, Violence, & Abuse,
3, 2, 91-108.
DEPARTMENT OF HEALTH AND HUMAN SERVICES (2003). Emerging practices in prevention of child abuse
and neglect. Children´s Bureau Office on child abuse and neglect. Washington.
ISSN 1900-8201 / Vol. 1, No. 2, 2006
DUQUE, L.F. KLEVENS, J. Y RAMÍREZ, C. (2003). Cross sectional survey of perpetrators, victims, and
witnesses of violence in Bogotá, Colombia. J. Epidemiol Community Health, 57, 355-360.
INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA LEGAL Y CIENCIAS FORENSES (2005). Datos para la vida. Aproximación
a las dinámicas urbanas de violencia familiar. Centro de referencia nacional sobre violencia,
Bogotá, D.C., No. 62, Vol.5, No. 10.
GUARÍN, L. Y CAMACHO, G. (2001). Panorama del Maltrato y Abuso Sexual en América del Sur. Bogotá:
Imprenta Editores.
HART, S.N., BRASSARD, M. R., BINGEELI, N.J., Y DAVIDSON, H.A. (2002). Psychological Maltreatment.
The APSAC Handbook on Child Maltreatment. London: Sage publications.
HEWITT, N. Y RAMÍREZ, C. (2004). Factores cognoscitivos de los padres asociados a la coocurrencia del
maltrato infantil y el consumo de alcohol. Tesis de Maestría, Universidad Católica de Colombia,
Bogotá.
KOLKO, D.J., MOSER, J.T. & WELDY, S.R. (1988). Behavioral/emotional indicators of sexual abuse in
child psychiatric inpatients: A controlled comparison with physical abuse. Child Abuse &
Neglect, 2, 529-541.
LYNCH, M. (1995). Risk factors of Child Abuse. Ponencia presentada en el V Congreso Nacional de
Maltrato y abandono Infantil. Bogotá.
MINISTERIO DE SALUD (1997). Segundo Estudio Nacional de Salud Mental y Consumo de Sustancias
Psicoactivas. Bogotá. (sin publicar).
NATIONAL RESEARCH COUNCIL. COMMISSION ON BEHAVIORAL AND SOCIAL SCIENCES AND EDUCATION. (1993)..
Understanding child abuse and neglect. Washington: National Academy Press.
RAMÍREZ, C. (1996). Models of intervention and prevention of child abuse in Colombia. Paper
presented at the 11th International Congress on Child Abuse and Neglect, Dublin: Ireland.
RAMÍREZ, C. (2002). The relationship between child physical abuse and the co-ocurrence of violent
and addictive behavior in young Colombian populations. Workshop presented at the 14th
International Congress on child abuse and Neglect. Denver: July 7-10
RAMÍREZ, C. (2002). Modelo integrado de evaluación clínica en el maltrato Infantil, Acta Colombiana
de Psicología. No. 7, pp. 61-69
RAMÍREZ, C. (2005). The intergenerational transmission as a risk factor in child abuse in Colombia.
Paper presented at the 13th Annual APSAC Colloquium on child abuse and neglect, New Orleans,
L.A.
RAMÍREZ, C., NAVARRETE, G. VEJARANO, M. Y HEWITT, N. (2005). A Social cognitive intervention and
prevention strategy in child abuse in Colombia. Paper presented at the 13th Annual APSAC
Colloquium on child abuse and neglect, New Orleans, L.A.
RAMÍREZ, C. CUADROS, M.I. GARCÍA, I., ORJUELA, L. MOJICA, R. Y DÁVILA, R. (2005). Current status of child
sexual abuse and exploitation in children: the Colombia and Brazil Case. Save the Children
programa para América del Sur, Bogotá
RIGHTHAND, S., KERR, B., Y DRACH, K,. (2003). Child maltreatment risk assessment, New York, The
Haworth Press.
VAN DER KOLK, B., MC FARLANE, A. & WEISAETH, L. (1996). Traumatic Stress: the effects of overwhelming
experience on mind, body and society. New York: Guilford.
VAN DER KOLK, B. (2004). Psychological trauma and its effects on the body. Paper presented at the
San Diego Conference on family violence. San Diego.
VARGAS, E. Y RAMÍREZ, C. (1999). Maltrato infantil: cómo comprender y mejorar la relación con los
niños. Bogotá: Editorial Planeta.
ISSN 1900-8201 / Vol. 1, No. 2, 2006
WALKER, E., BONNER, B., Y KAUFFMAN, K. (1988). The psychologically and sexually abused Child. New
York: Pergamon Press.
WARD, S. & FINKELHOR, D. (2000). Program evaluation and Family violence research. New York: The
Haworth Press.