La Oscura Memoria de Las Armas Diaz Eterovic

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LA OSCURA MEMORIA DE LA VENGANZA: LA ARQUITECTURA DEL


RECUERDO EN RAMÓN DÍAZ ETEROVIC

THE DARK MEMORY OF REVENGE: THE ARCHITECTURE OF MEMORY IN


RAMÓN DÍAZ ETEROVIC

María Cecilia Luna


Profesora en Educación Básica
Alumna de Magíster en Literatura Mención Hispanoamericana
[email protected]

Resumen

En el presente artículo se analizará la relación entre la novela policial y el encuentro con la


memoria, encontrando así la relación de estos conceptos en la novela La oscura memoria
de las armas del escritor chileno Ramón Díaz Eterovic. Se esbozará la unión y proyección
entre el pasado y presente en la historia de los personajes de la novela, quienes se enfrentan
a los sucesos de los secuestros y asesinatos por parte de los militares y actores de la
dictadura militar chilena. Además, se indagará sobre el funcionamiento de la memoria y el
recuerdo y cómo estos repercuten hasta la actualidad en la mente de las personas que
vivieron esta conflictiva época.

Palabras claves: Ramón Díaz Eterovic, Novela Policial Chilena, Crítica Literaria, Memoria,
Siglo XX.

Abstract

In this article we will analyze the relationship between the police novel and the encounter
with memory, finding the relationship of these concepts in the novel La oscura memoria de
las armas of the Chilean writer Ramón Díaz Eterovic. The union and projection between
the past and present in the history of the characters of the novel will be sketched, who face
the events of the kidnappings and murders by the military and actors of the Chilean military
dictatorship. In addition, it will investigate the functioning of memory and memory and
how these affect the present in the minds of people who lived this difficult time.

Key words: Ramón Díaz Eterovic, Chilean Police Novel, Literary Criticism, Memory, 20th
Century.
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“El olvido que se desborda


necesariamente se transforma en memoria
y ahí la leña arrojada al fuego
es una rosa que destila su sangre
sobre el cristal azotado por la luz.”
Enrique Gómez-Correa, A Mira Simián

Introducción.

Ramón Díaz Eterovic comenzó a escribir novelas policiales en la víspera de la transición a

la democracia chilena llegando a ser uno de los principales escritores de este género en

Chile, sus obras traducidas a diversos idiomas realza la novela policial chilena al resto del

mundo. Pertenece a la generación de escritores de los ochenta, los cuales se gestan en una

política interna y represiva que alimentaba su desbordante creatividad. El país estaba

encandilado por las historias de secuestros, torturas y desapariciones de los ciudadanos con

ideales políticos distintos al régimen. Los hechos políticos que marcaron a Chile durante las

décadas del 70 y 80 han adoctrinado a la gente hacia el olvido e individualismo, incluso la

ciudad guardó hechos que se repetían por doquier y por medio de la investigación del

personaje del detective Heredia poco a poco fue manifestando un lenguaje que debía ser

codificado para dar a luz la resolución de estos crímenes, logrando de esta manera,

entregarles paz a los familiares de los torturados aún después del régimen.

En la novela La oscura memoria de las armas (2008), el detective Heredia indagará

sobre el supuesto asesinato de Germán Reyes quien fue torturado por los militares y

buscaba obsesivamente a sus torturadores junto a un grupo de otras víctimas, para ejercer

justicia y borrar por medio de la venganza ese recuerdo cruel. La memoria recobra vida y se

manifiesta en una búsqueda de compensación que a veces es acallada por la mano asesina o

bien, queda relegada en el olvido. Los personajes buscan incansablemente la tranquilidad


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en sus pensamientos y el detective indagará cómo llegar a la quietud por medio de

investigaciones hacia los partícipes de los secuestros.

Díaz Eterovic ha escrito una extensa obra basada en las aventuras e investigaciones

del detective Heredia, la primera de ellas fue La ciudad está triste (1987), en la cual,

también debe resolver el asesinato de una universitaria y así darle paz a sus familiares. En

la última novela de la serie titulado Los fuegos del pasado (2016) el detective busca el

rastro de una adopción ilegal descubriendo secretos familiares. En palabras del autor, sus

novelas tratan sobre los hechos ocurridos en dictaduras de diversos países de

Latinoamérica. En las novelas, algunas historias se entrecruzan, por ejemplo en La oscura

memoria de las armas se toca el tema central de investigación de La ciudad está triste, en

el interrogatorio que hace Heredia al coronel Moltisanti, este revela información sobre

dónde fue arrojado el cuerpo de la universitaria asesinada, logrando con esto, la unidad de

un mega relato, o de las vivencias del protagonista.

En el libro Poder y crimen en la narrativa chilena contemporánea (Las novelas de

Heredia) (2002), sus autores Guillermo García-Corales y Mirian Pino, abordan seis novelas

del escritor que son: La ciudad está triste (1987), Nunca enamores a un forastero (1999),

Solo en la oscuridad (1992), Nadie sabe más que los muertos (1993), Ángeles y solitarios

(1995) y Los siete hijos de Simenon (2000). Analizan cada novela desde diversos puntos de

vista, tales como: las circunstancias del escritor, tradición y renovación de la narrativa

policial chilena, ingreso de la novela neopolicíaca, el poder, el espacio, la conciencia,

nostalgia, corrupción y utopía. Todos estos temas desde la perspectiva de la novela negra. 1

1
El libro es fundamental para comprender el proceso creativo y teórico de las novelas de
Díaz Eterovic. El estudio de la narrativa neopolicíaca del escritor se considera la
contextualización político cultural de su producción, privilegiando de esta manera la
relación que se establece entre el protagonista (Heredia) y la malla del poder, reflexionando
en la manera deshonesta de cómo esta se adquiere.
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En relación a la memoria, García-Corales y Pino plantean: “La memoria de Heredia es un

medio para la reconstrucción de un hecho que lo muestra en la pura acción, pero también lo

perfila en la condena verbal de sus circunstancias”. 2 La memoria deja de ser abstracta y se

transforma en una acción donde se puede visualizar. El recuerdo proyecta la imagen y la

hace viajar por el tiempo, donde este es solo un cúmulo de experiencias por parte del sujeto

que lo van forjando dentro de un vórtice que explotará con la consecuencia satisfactoria de

la venganza.

En otros artículos existentes que abordan la temática existencialista de la novela,

Guillermo García-Corales escribió el artículo La ética de la lucidez en la oscura memoria

de las armas (2014) en la cual se analiza la conexión entre crimen y poder y aprovecha de

exponer desde los inicios de la novela policial de autores como Chandler y Hammett

fusionándolos con la realidad social chilena para llegar a la novela social de Nicómedes

Guzmán y Manuel Rojas, esta fusión da pie para el análisis sobre el existencialismo de

Camus representado en Heredia.

Adán Toro en su artículo La palabra subalterna: La oscura memoria de las armas

de Ramón Díaz Eterovic como discurso crítico y de resistencia a los procesos de

Globalización da un esbozo sobre la respuesta crítica y de resistencia a los procesos de

globalización y neoliberalismo reflejados en el espacio urbano donde los personajes de la

novela de Díaz Eterovic se desenvuelven, esto conlleva a cambios producidos en la ciudad

y la subjetividad de los personajes. El autor da a conocer también la lucha que realiza

Heredia para destruir el concepto que se quiere entregar de la ciudad, él desea que todo la

corrupción sea develada y para lograrlo llegará a toda costa.

2
Guillermo García-Corales y Mirian Pino. Poder y crimen en la narrativa chilena
contemporánea Las novelas de Heredia. Chile: Mosquito Editores, 2002.
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Una vez en la calle, aspiré el aire adormecido sobre las copas de los árboles
y me bastó cerrar los ojos para imaginar las voces airadas, el tumulto, la
sangre desbocada de la ciudad que me acogía como un porfiado testigo de la
vida que fluía por sus entrañas. (Díaz Eterovic, La oscura memoria de las
armas, 218).

Los recuerdos de Heredia van construyendo su percepción de la ciudad, va

complementando el pasado y presente para llegar a un solo paisaje.

Luis Valenzuela Prado en Transición, memoria y neoliberalismo en la ciudad de la

oscura memoria de las armas de Ramón Díaz Eterovic donde estos conceptos viajan por el

campo de la narración y la ciudad va dibujándose de acuerdo al recorrido de Heredia

manteniendo una doble faz: la ciudad construida por el detective versus la ciudad como

escenografía a los acontecimientos de la dictadura. La ciudad se refleja en la novela como

el escenario que se ha transformado y da pie a las subjetividades de los personajes. En Los

dueños del vacío, Luis García Montero denomina a la ciudad como:

[…] el territorio de la cultura contemporánea, y no porque represente un


decorado superficial, sino porque aparece como el lugar donde se generan y
observan las contradicciones de los tiempos modernos. Es, por ejemplo, un
territorio muy indicado para observar las tensiones que de un modo
inevitable se producen entre identidad y homologación, entre singularidad y
anonimato, entre las soledades y las multitudes (101).

Se desprende así la alegoría de la conciencia y la urbe, entendiendo a esta última como el

locus que adopta el traje que el sujeto quiere vestirle, se transforma en un espejo que su

naturaleza urbana al cual se le obliga a “levantar siluetas de cristal” (García Montero, Los

dueños del vacío 101).

El origen del ser humano lucha contra los cambios de la ciudad, “si te rodeas de las

fuerzas de la naturaleza tus energías se multiplican” (Díaz Eterovic, La oscura memoria de

las armas 54) gatillando la continua controversia entre la esencia natural del sujeto como

tal, versus la construcción de las ciudades como grandes colosos de concreto. “Buses,
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autos, gritos, pasos, la ciudad con sus entrañas entreabiertas, desangrándose como una

bestia que han dejado morir en el camino” (Díaz Eterovic, La oscura memoria de las armas

159)

El detective Heredia observa el escenario y recuerda momentos de su juventud

recreados en nuevos personajes intrascendentales pero que de una forma u otra marcan el

paso del tiempo con su repetición, conectando así sus emociones con su razón. Da cuenta

del progreso a partir de la transformación de ese tiempo perdido a una actualidad concreta y

ya no mental. Las imágenes de la memoria se van ordenando y adquiriendo sentido para

lograr así un paso que satisfaga la urdimbre de nexos temporales y encontrar el final del

recuerdo que daña constantemente la realidad presente, ya que “solo la muerte permite

borrar los ecos de la memoria” (Díaz Eterovic, La oscura memoria de las armas 187)

Breve historia de la novela policial

Este tipo de novelas, son consideradas como una vanguardia. Ricardo Piglia, define este

concepto en palabras de Benjamin:

“[…] como una respuesta literaria a la situación social […] la vanguardia


sería una respuesta formal a una situación histórica y política. Desde esta
perspectiva, la literatura funcionaría como una especie de aparato bélico
respondiendo, a su manera, a una nueva situación social” (Piglia, Las tres
vanguardias, 42-43)

Los primeros indicios de la novela policíaca pueden encontrarse desde las tragedias

griegas, como Edipo Rey de Sófocles por ejemplo, donde él busca quién asesinó a su padre

y su investigación tiene un vuelco inesperado. Sin embargo en la compilación realizada por

Román Gubern titulada La novela policial, está editado un texto del novelista Thomas
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Narcejac3 en el cual comenta que no es factible que se considere esta afirmación ya que la

mitología no es compatible con el método. Con lo cual comenta sobre el nombre de novela

negra a este tipo de literatura por no poseer el encantamiento y elegancia típica de las

novelas, entendiéndose así que este tipo de narración posee elementos tales como enigmas,

drogas, armas, muerte, prostitución, etc. donde “el drama se convierte en espectáculo” y

este drama se torna repetitivo, transformándose así en una costumbre donde ya nadie se

impresiona.

El género comienza a tomar un rol social narrando historias sobre el descontento de

los siglos XIX y XX nacidos de la revolución industrial. Roman Gubern reúne escritos

sobre el género que dan fe a esta “subcultura” y que tiene que ver con el inicio de la

revolución industrial, Gubern escribe sobre este tipo de novelas que:

“Ha acaparado la atención de sociólogos y psicólogos como manifestación y


síntoma de la neurosis de la sociedad industrial […] ha desarrollado una
“filosofía de la angustia” que también podría definirse como una “filosofía
de la inseguridad”, característica del desarrollo capitalista.”(8-9)

Se origina una lucha de los obreros por una libertad posible, donde intentan de una u

otra manera de castigar al patrón por la maquinación del cuerpo y por los maltratos sufridos

en la era industrial.

En la literatura policíaca de Díaz Eterovic se recupera el conflicto social de

dictadura para entregar tintes realistas a la novela, utiliza la triada crimen-política-violencia

para rememorar este tiempo además de entregar características transgresoras al protagonista

que irá al contrario del orden y del conducto regular del ente policiaco común. En La

oscura memoria de las armas, Heredia descubre los pormenores de un crimen producto de

3
El artículo La roman policier de Thomas Narcejac fue publicado originalmente en el
volumen colectivo “Histoire des littératures”, vol. III, dirigido por Raymond Queneau, pp.
1644 a 1670. Editions Gallimard, Encyclopédie de La Pléiade. París, 1958.
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la venganza, Germán Reyes quiso cobrarla y eso le cobró la vida, el detective se transforma

en un Quijote aventurero que recuerda el modernismo de Rubén Darío y el decadentismo de

Pedro Antonio González en los bares donde en su interior los borrachos son locos y libres

ajenos al mundo. El autor de la novela, en el prólogo escrito para el libro de Poder y crimen

en la narrativa chilena contemporánea. Las novelas de Heredia comenta: “Su deambular

por su barrio le permite desarrollar una visión muy particular sobre los espacios marginales

de una ciudad como Santiago” (14). Esta subjetividad de la ciudad, permite que en el

transcurso de la investigación para hallar a los culpables, Heredia relacione también el

pasado de dictadura con el presente, la fuerza de la memoria empuja a realizar actos que

pueden jugar en contra y se construye a través de las organizaciones de las víctimas.

La doble cara de la memoria

La palabra memoria en la Real Academia Española tiene varias significaciones, entre ellas

podemos destacar: “Facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado”

o “En la filosofía escolástica, una de las potencias del alma” la cual da el impulso vital para

demostrar que continúa el devenir con ese cúmulo de imágenes que unidas conforman el

recuerdo.

En el prólogo de Jorge Montealegre de su texto Frazadas del Estadio Nacional

(2003), realiza un viaje introspectivo sobre su estadía en el Estadio Nacional, indaga en su

memoria y en la de sus compañeros aduciendo que “la memoria duele”, es una angustia

constante que, reflejada en algún lugar de la ciudad, puede llegar a matar. Para Díaz

Eterovic “la memoria, la incansable memoria seguía trabajando” (71) y haciéndose carne

para ir cobrando a los criminales por la tranquilidad del alma.


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Se produce una comunicación entre la ciudad como espacio que acompaña la

investigación del detective Heredia. Los bares y calles dan la impresión de estadías pasadas

en donde el protagonista busca explicaciones a la naturaleza humana y el porqué de su

actuar tan irracional a veces. “Si te rodeas de la fuerza de la naturaleza tus energías se

multiplican” (54) dice Heredia en uno de sus pensamientos. Dando a entender que la ciudad

es una construcción de las emociones y subjetividades.

La ciudad se vuelve un imaginario urbano, en palabras de Lucía Guerra, la

definición de ciudad cambia según la perspectiva personal de los sujetos, dándole así, otros

significados de acuerdo a su propia experiencia.

Aquel que vive la ciudad, simultáneamente la inventa, la redice y contradice


desde su propia subjetividad. Su percepción y su experiencia, insertas en un
contexto corporal, social y cultural, crean así́ fracturas y remodelizaciones
del espacio urbano dando paso a la imaginación. (Guerra, Ciudad, género e
imaginarios urbanos, 24)

Al igual que el lenguaje, la metrópolis está sujeta a continuas modificaciones y, en

la mayoría de las veces, depende de los sujetos entenderla. Ya adquirieron la enseñanza que

dejó la memoria y de acuerdo a eso van descifrando los mensajes que les entrega la ciudad.

La memoria se torna existencialista cuando es dañada, Germán Reyes ahora es “solo

un muerto que desea conocer el rostro de sus asesinos” (71) y la misión de Heredia es

encontrarlos.

En el artículo publicado de Javier Suárez y Luis Felipe Zapata 4 hacen un

acercamiento sobre la memoria, la reminiscencia y la neurociencia, definiendo los estratos

que tienen en nuestro cerebro y cómo se relaciona con lo que hacemos. “Así, la

reminiscencia se determina por la capacidad de rememorar, la cual permite reconstruir y

4
Suárez, Javier, y Luis Felipe Zapata. "LA MEMORIA Un acercamiento entre Aristóteles
y la neurociencia". Psicología desde el Caribe, no. 18, 2006, pp. vii-xi. Editorial
Universidad del Norte.
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reelaborar el pasado a través de la asociación de ideas” (4). A medida que las piezas del

puzzle van formando la idea del pasado, el presente va adquiriendo sentido y permite

entender con claridad lo que ha marcado la memoria, es otras palabras, lo concretiza,

transforma el recuerdo en acción presente.

En Henri Bergson la memoria está relacionada con el cuerpo en lo que a imágenes

se refiere ya que este último es un conductor que, por medio de movimientos, los transmite.

Por lo que postula tres hipótesis que podrían resumirse en que estos mecanismos “utilizan

la experiencia pasada para la acción presente” (Bergson, Materia y memoria 92). La

primera señala que “el pasado sobrevive bajo dos formas distintas” (92) lo que conlleva a la

segunda “el reconocimiento de un objeto presente se produce por movimientos cuando

procede del objeto, por representaciones cuando emana del sujeto” y finalmente “pasamos

de los recuerdos dispuestos a lo largo del tiempo a los movimientos que delinean la acción

naciente […]. Las lesiones del cerebro pueden afectar los movimientos, pero no los

recuerdos.” (93) Si se relaciona esto último a las víctimas de las torturas, pues la memoria

no se ve afectada al paso del tiempo, al contrario, se ve nutrida ya que va horizontalmente

almacenándose y el sujeto va adquiriendo aprendizaje y experiencia, pese al dolor que

sufrió durante ese tiempo.

Heredia, el detective transgresor

Continuando con la recopilación de Gubern, Antonio Gramsci en su texto Letteratura e vita

nazionale5 comenta que desde un sistema corrupto se engendró el rol del detective privado

que actúa al margen de la policía estatal. Está más cerca del pueblo, ya que este dejó de

5
El texto original de Gramsci Sul romanzo poliziesco, fue publicado en “Letteratura e vita
nazionale”, pp. 115-119. Siendo parte de los “Quaderni di carcere” XVIII. G. Einaudi
Editore. Torino, 1966.
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confiar en el sistema policial del estado y por tanto, buscará otros medios para satisfacer su

justicia.

La actividad “judicial” ha interesado siempre, […] la actitud del pueblo ante


el aparato de la justicia (siempre desacreditado y, por lo tanto, terreno
abonado para el éxito del detective privado o aficionado) y ante el
delincuente ha cambiado a menudo, o al menos, se ha coloreado de
diferentes formas. (Gubern, La novela criminal, 19)

Por lo que en este tipo de novelas, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, estos

personajes han adquirido más poder y la confianza del pueblo. Lo que ha sido alimentado

hasta la actualidad, las personas han dejado de creer en las promesas políticas y está

comenzando a creer en el apoyo mutuo entre pares.

Conclusión

La memoria juega un rol fundamental en la novela de Ramón Díaz Eterovic, está presente

en toda la saga del detective Heredia, ya que estas están entrelazadas y recuerdan el

momento histórico de la dictadura y lo que se escondía en época post dictatorial.

La búsqueda de la verdad y de ir juntando las piezas al final de toda una

investigación, da su resultado, y los culpables de dichas atrocidades pagarán su culpas ya

sea a través de la justicia o de la auto-tortura infringida por ellos mismos por miedo de

verse insertos en acontecimientos embarazosos o por el peso de mantener en silencio el

encubrimiento de los crímenes cometidos por ellos o sus camaradas, donde a veces

terminan suicidándose.

Díaz Eterovic, utiliza recursos testimoniales para hacer que el lector se sienta más

identificado con el espacio-ciudad donde la novela transcurre. El rol quijotesco del

detective y su actuar al margen de la sociedad le da más credibilidad y permite que la


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historia reviva y deje de ser una construcción imaginaria ajena a la realidad actual ya que en

ella aún se encuentran heridas sin cicatrizar. La ciudad y sus habitantes mantienen un

diálogo constante, se produce un nuevo lenguaje que no necesita palabras, solo historias

que son percibidas por los mismos actores o transeúntes, recordando así a Danny La Calle

-personaje creado por Grant Morrison en Doom Patrol (1990)- quien tiene la facultad de

transmitir mensaje por medio de grafitis o de la teletransportación, dejando así que los

personajes lean lo que les quiere comunicar, considerando además que Danny es un

travesti, por lo que la ciudad cambia constantemente de apariencia. La ciudad de Díaz

Eterovic, por medio de su arquitectura, hace viajar al protagonista a través de sus recuerdos

en los cuales, él se va conociendo retrospectivamente y buscándose cada vez más dentro de

su personalidad por lo que gracias a esto puede entender el escenario por donde transita a

diario y a los personajes que lo decoran entablando relaciones de cercanía con cada uno de

ellos.

La investigación del asesinato de Reyes, desde un punto de vista personal del

detective Heredia, es más auténtica que las instauradas por el sistema capitalista del estado,

descubrió más allá del asesinato, un juego de tráfico de armas que se mantenía oculto y que,

fuera de todo sentido común, algunas personas preferían morir que contar la verdad.

La ciudad se mantiene como un testigo eterno que con el pasar de los años pese a

que cambie de envestidura, guarda sus secretos y es la radiografía exacta de la sociedad en

la cual está inmersa. La percepción que tienen los sujetos de ella varía según la época y la

emocionalidad del mismo, ya que para cada cual tiene un significado diferente, cada sujeto

reacciona de cierta manera en particular frente a algún signo, símbolo y/o estímulo

procedente de ella.
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La memoria va formando, o mejor dicho, educando la personalidad del individuo y

la forma de ver al mundo, el cuerpo se transforma en un mecanismo que refleja este cúmulo

de experiencias y lo lleva al exterior, dando una continuidad a la vida del sujeto. En toda la

saga del detective Heredia, este va acumulando experiencias que lo irán marcando, sin

embargo mantendrá su esencia y pese que muchos años pasen, él seguirá siendo la misma

persona.

La novela nos entrega un punto de vista que no se puede dejar pasar, nos muestra las

cicatrices que quedan tanto en la memoria de las personas como en la ciudad y que a veces

pasan desapercibidas.
Luna 14

BIBLIOGRAFÍA

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Toro, A. “La palabra subalterna: La oscura memoria de las armas de Ramón Díaz Eterovic
como discurso crítico y de resistencia a los procesos de globalización”.
http://letras.mysite.com/rdet271216.html. 3 de junio de 2018. WEB.

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