Ensayo Pares Craneales

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Pares

Craneale
s
Pedro vera
Profesora: Dra Lenny Piñero C.I
26.565.012
Los nervios craneales se consideran doce pares de nervios periféricos relacionados con actividades
motoras y sensoriales de la cabeza. Los nervios craneales tienen un origen aparente que es el lugar
donde el nervio sale o entra en el encéfalo. El origen real es distinto de acuerdo a la función que
cumplan. Las fibras de los pares craneales con función motora (eferente) se originan de grupos
celulares que se encuentran en la profundidad del tallo encefálico (núcleos motores) y son
homólogas de las células del asta anterior de la médula espinal. Las fibras de los pares craneales
con función sensitiva o sensorial (aferente) tienen sus células de origen (núcleos de primer orden)
fuera del tallo encefálico, por lo general en ganglios que son homólogos de los de la raíz dorsal de
los nervios raquídeos. Los núcleos sensitivos de segundo orden se encuentran en el tallo
encefálico. En cada par craneal podemos considerar un origen real y uno aparente: Origen
aparente: es el sitio de emergencia del nervio en la superficie de la masa encefálica. Origen real o
verdadero: es el sitio que da origen a las fibras nerviosas que constituyen el nervio. En el caso de
los nervios sensitivos o aferentes, su origen real corresponde a las células nerviosas periféricas,
que pueden agruparse formando ganglios anexos a los troncos nerviosos, o estar situados en los
órganos de los sensitivos, por ejemplo las fosas nasales, ojos u oídos. Los nervios motores o
aferentes, se inician en grupos neuronales situados en el interior del encéfalo, que constituyen su
núcleo de origen. Los nervios mixtos poseen dos raíces una motora y otra sensitiva, cada una de
las cuales poseen su propio origen real. Algunos pares craneales poseen fibras vegetativas
pertenecientes al S. Parasimpático, este es el caso de los nervios: m. ocular común, facial,
glosofaríngeo y neumogástrico. El examen de los pares craneales es esencial en el estudio del
sistema nervioso. La localización adecuada de las lesiones que afectan los nervios craneales
requieren: habilidad en el examen y conocimiento de la neuroanatomía del tallo cerebral y de los
nervios craneales.

En cuanto a las patologías de los pares craneales, podemos resaltar los siguientes:

I par

Las causas más frecuentes de alteración de la percepción olfatoria corresponden a lesiones locales
de la mucosa olfatoria: rinitis alérgicas e infecciones, atrofias de la mucosa, hipertrofia y
congestión, etcétera. Las hiposmias y anosmias de origen neurológico suelen ser unilaterales.
Pueden deber sea compresiones tumorales del bulbo o la cintilla olfatorios por meningiomas del
surco olfatorio. Éstos, así como los tumores de la cresta esfenoidal u otras masas ocupantes del
lóbulo frontal, pueden provocar el síndrome de Foster-Kennedy, caracterizado por anosmia
unilateral por afección del bulbo o la cintilla olfatorios, atrofia óptica por compresión del nervio
óptico y edema de papila contralateral por hipertensión intracraneal secundaria a la masa
tumoral. Las vías olfatorias pueden hallarse compro-metidas además en casos de meningitis,
neuropatías, hipertensión intracraneal, etcétera.
Los filetes del nervio olfatorio se lesionan por arrancamiento en el caso de fracturas de la base del
cráneo. La sensación de percibir de olores desagradables (cacosmia) o la percepción alterada de
los aromas (parosmia) pueden ocurrir en forma paroxística en las lesiones irritativas del lóbulo
temporal. Su localización preferente es el uncus del hipocampo, y se las denomina crisis
uncinadas

II par

Escotoma: pérdida de visión en una parte del campo visual.

Hemianopsia

Pérdida de visión en la mitad del campo visual. En la hemianopsia homónima la alteración afecta
hemicampos derechos o izquierdos equivalentes de ambos ojos. Por ejemplo, en la hemianopsia
homónima derecha se afecta la visión en la mitad temporal del ojo derecho y en la mitad nasal del
ojo izquierdo. La hemianopsia heterónima es la que afecta hemicampos no equivalentes. Por
ejemplo: hemianopsia heterónima bitemporal. En la hemianopsia altitudinal existe pérdida de la
visión en hemicampos superiores o inferiores.

Cuadrantopsia:

Pérdida de visión en un cuadrante del campo visual. En la hemianopsia o cuadrantopsia


congruente la afección compro-mete en forma simétrica ambos hemicampos o cuadrantes. La
hemianopsia o cuadrantopsia no congruente se caracteriza porque en un ojo la afección del
hemicampo o cuadrante es completa, y en el otro es parcial.

III, IV y VI Par

Parálisis completa

Al elevarse éste en forma pasiva se observa midriasis con abolición de los reflejos fotomotor,
consensual y de acomodación; desviación ocular hacia afuera (por predominio del recto externo);
movimientos oculares imposibilitados salvo la abducción (recto externo) y leve descenso ocular e
intorsión (oblicuo mayor). La topografía de la lesión se puede ubicar en el trayecto
intramesencefálico o periférico del nervio.

Parálisis incompleta

Oftalmoplejía externa del III par


Presenta los mismos hallazgos semiológicos que la parálisis completa pero con respeto de la
pupila y sin alteración de los reflejos. Las causas incluyen la neuropatía isquémica, vinculada con
diabetes e hipertensión, que en más del 65% de los casos se manifiesta sin alteración de las

pupilas y se acompaña de dolor y raramente aneurismas carotídeos que comprometen las fibras
centrales del nervio. Las fibras parasimpáticas que inervan la pupila transcurren por la periferia.

V par

Neuralgia del trigémino

Más frecuente en mujeres de alrededor de la quinta década de la vida. Se caracteriza por


episodios de dolor paroxístico punzante e intenso de segundos a un minuto de duración, que
aumentan progresivamente su frecuencia y pueden pasar de ser aislados a muchos por día.

VII par

Parálisis facial

Se reconocen dos tipos, la periférica y la central.

La Parálisis facial periférica corresponde a la lesión del núcleo del facial y sus eferencias, y las
lesiones son siempre homolaterales respecto de la parálisis. Los hallazgos semiológicos
corresponderán a la ubicación topográfica de la lesión.

La Parálisis facial central corresponde al compromiso de las vías faciales supranucleares por
afección cortical (área 4 pre-rrolándica) o de las vías de proyección cortical (que viajan por la
corona radiata, la cápsula interna y el tronco) en su trayecto hasta la protuberancia, donde la
información cruza hacia el núcleo del VII par (segunda neurona de la vía).

VIII Par

Las hipoacusias suelen acompañarse de tinnitus y, si la vía vestibular se afecta, se asocia vértigo.
Otros signos y síntomas dependerán de la causa que los origine. Las hipoacusias o sorderas por
afección del oído externo o medio se denominan de transmisión. Las hipoacusias o sorderas por
afección del oído interno o nervio coclear se denominan neurosensoriales, de percepción o
nerviosas. La lesión de los núcleos cocleares o de sus proyecciones a la corteza temporal es una
causa rara de hipoacusia.

IX Par

El IX par rara vez se lesiona solo. Su compromiso aislado determinará homolateralmente pérdida
de la sensibilidad en el tercio posterior de la lengua y pared posterior de la faringe, abolición del
reflejo nauseoso y pérdida del gusto en el tercio posterior de la lengua. No suele haber disfagia
por la indemnidad de los demás músculos faríngeos. Ésta puede presentarse en lesiones
bilaterales o cuando se asocia el compromiso del X par.

X Par

Lesión del tronco del X par entre su salida del bulbo y el agujero rasgado posterior:

habrá parálisis unilateral del velo del paladar, que estará péndulo y se desviará junto con la úvula
hacia el lado sano durante la fonación; voz nasal por deficiente elevación del velo y pasaje de aire
a la nariz; reflujo de líquidos hacia la nariz por la misma causa; ausencia de disfagia por
indemnidad de los pares X y IX contralaterales y el IX homolateral; ausencia de reflejos palatino y
nauseoso del lado lesionado; voz ronca o bitonal debido a parálisis unilateral completa de la
cuerda vocal, que se encuentra en posición cadavérica (intermedia entre la aducción y la
abducción por compromiso del laríngeo superior y el recurrente).

XI Par

La parálisis unilateral del XI par determinará debilidad en la rotación de la cabeza hacia el lado
opuesto y en la inclinación de ésta, por lo que se objetivará una menor protrusión del ECM que,
además, se palpará hipotrófico. La flexión de la cabeza producirá una inclinación leve del mentón
hacia el lado enfermo (predominio del ECM sano).Las fibras superiores del trapecio se encontrarán
hipotróficas, y el hombro, caído. Su elevación contra una resistencia evidenciará la disminución de
la fuerza.

XII Par

El compromiso unilateral del núcleo del hipo-gloso o del nervio conducirá a una parálisis de la
hemilengua homolateral. Ésta se encontrará hipotrófica, débil y podrá presentar fasciculaciones
(sobre todo en las lesiones nucleares: lesión de la motoneurona inferior). Se hallará desviada en el
interior de la boca, lo cual se objetivará aún más al solicitarle al paciente que la protruya. La
lengua se desviará hacia el lado enfermo, por predominio del músculo geniogloso contralateral
que la “empuja” hacia el lado opuesto. Por lo general, en la parálisis unilateral no hay disartria. La
parálisis bilateral producirá los mismos signos referidos pero la lengua no presentará desviaciones
y la disartria será evidente.

También podría gustarte