Miedo E Incapacidad
Miedo E Incapacidad
Miedo E Incapacidad
Cuando Jeison Aristizábal nació, hace casi 37 años, a su madre le dijeron que la vida de su hijo valía más bien
poco. Jeison sufría una parálisis cerebral causada por falta de oxígeno al nacer, tras dar a luz ella en casa de
una partera en Aguablanca, un distrito humilde de Cali (Colombia).
El niño nació también con una malformación en la cadera y fue creciendo con dificultades para hablar, caminar
o mover los brazos, actividades normales para otros.
"Cuando Jeison tenía 3 o 4 años, me dijeron que mejor le comprara una caja para poder sentarlo en la puerta
de la casa y que se dedicara a embetunar zapatos", le cuenta a BBC Mundo su madre, María Emilia
Aristizábal.
Pero María Emilia no desistió. Gracias a la obstinación de ambos hoy existe Asodisvalle, una asociación de
ayuda a discapacitados en Aguablanca, creada por el propio Jeison con la idea de que otros niños no tengan
que pasar por lo mismo que tuvo que pasar él.
Primero, multitud de operaciones para corregir su cadera y sus rodillas y ayudarlo a andar mejor.
A cada una de ellas le sucedió un periodo en la cama, luego en silla de ruedas y largos meses de
recuperación.
También sufrió rechazos en varias escuelas, que no querían hacerse cargo de un niño discapacitado.
"La psicóloga le dijo a mi madre que tenía que elegir si me mandaba a una escuela para discapacitados o a
una regular, y ella eligió la segunda", le explica Jeison a BBC Mundo.
BURLAS
Ni su madre ni Jeison se rindieron, a pesar de que las cosas no habían sido fáciles.
María Emilia se había quedado viuda, tras morir asesinado su marido en una riña callejera, y estaba sola y con
cuatro hijos.
Subsistía dedicándose a la venta ambulante en las ferias de Cali, vendiendo licor de manzanilla y otros
artículos puerta a puerta.
Tras mucho insistir logró que a Jeison lo aceptaran para empezar la secundaria en una escuela. "Era una
matrícula condicionada a que no hubiera problemas. Afortunadamente, él mostró grandes cualidades desde el
principio", dice María Emilia.
Hubo burlas de los otros niños, que lo llamaban "torcido" o "mongólico".
Pero Jeison aprendió a no rendirse y a sacar lo mejor de sí mismo, con apoyo de su familia.
Cuando tenía 17 años, una experiencia lo marcó y lo inspiró: Conoció a un vecino, un niño que tenía su mismo
problema y llevaba toda su vida en la cama porque su familia "era muy pobre y no podía comprarle una silla
de ruedas", explica él. "No podía ni ver la televisión, porque estaba en otra sala de la casa y él no salía de la
habitación".
Jeison se puso en contacto con una amiga que trabajaba en un diario y logró que le dejaran escribir dos
líneas pidiendo una silla de ruedas para su vecino.
"Publiqué dos renglones y a las 4 de la tarde ya había llegado la silla de ruedas".
Cuando volvió a visitar a su vecino, la vida le había cambiado. "Ya lo llevaban al parque, al médico…", relata
Jeison.
Entonces empezó a recibir llamadas de otros vecinos pidiendo ayuda, y cada semana seguía publicando los
dos renglones.
Luego, montó una sala de fisioterapia en el garaje de la casa de sus padres para atender a los niños, con una
fisioterapeuta, una colchoneta y una pelota.
"Empezamos con 20 y en una semana ya eran 50".
CAMBIAR PERCEPCIONES
Al tiempo, ocupó también la sala de la casa para hacer sesiones de terapia con los padres y un psicólogo.
Algunos de los padres pensaban que la enfermedad de sus hijos era un castigo divino.
El centro de ayuda a niños discapacitados fue creciendo y, con ayuda de donantes privados y del Estado
colombiano, hoy son cinco casas donde se atiende a 480 niños con discapacidades como síndrome de Down,
autismo o parálisis cerebral.
Jeison siguió formándose y en la actualidad, además de manejar su propio carro, está estudiando la carrera
de Derecho en la Universidad de Santiago de Cali.
El Congreso colombiano le otorgó la Medalla de la Cruz de Caballero.
También da charlas alrededor de Colombia explicando su historia de superación y sus "secretos para ser
feliz". Pero sobre todo se dedica a cambiar las percepciones y a ayudar a niños discapacitados para que
tengan más oportunidades en la vida que las que le daban a él al nacer.
ACTIVIDAD:
1. Escribe una experiencia en la que hayas tenido miedo a algo o a alguien, y esa situación no te permitió
realizar algo que querías hacer.
Carrera 2 Calle 7 Barrio la Gaviota Telefax: 5151971
Web: www.ismaelsantofimio.edu.co - E-mail: [email protected]
Ibagué – Tolima
“INSTITUCIÓN EDUCATIVA TÉCNICA ISMAEL SANTOFIMIO TRUJILLO”
Resolución Aprobación No. 000128 de Enero 16 de 2019
Niveles Preescolar, Básica y Media Técnica
Nit. 800068506-1 DANE: 173001005661
2. Escribe una experiencia en la que te hayas atrevido a hacer algo en lo sabías que no tenías la suficiente
capacidad y quedaste en ridículo con tus amigos o familiares.
3. Elabora un acróstico con la palabra: “S U P E R A C I O N”; recuerda que debe ser en forma de frase.
El nivel del agua seguía creciendo y el sacerdote, con el agua hasta la cintura,
continuaba rezando. Pasó entonces un bote de remos con varios hombres, que
le gritaron que subiera. El sacerdote respondió con firmeza:
- Id vosotros, no os preocupéis más por mí, que Dios me salvará.
Los hombres se alejaron mientras la tormenta no cesaba y el agua seguía
subiendo; tanto, que el sacerdote hubo de trepar al techo de la parroquia.
Cuando el agua estaba a punto de cubrirlo todo, se acercó al sacerdote un
helicóptero desde donde le hicieron señales para que cogiera la cuerda de
rescate, pero éste se negó:
- ¡Yo soy un hombre de fe!- gritó al helicóptero- ¡Dios me salvará!
Sin embargo, el agua continuaba cayendo y el sacerdote acabó por ahogarse y
llegó a las puertas del cielo. Cuando se encontró cara a cara con Dios, no pudo
sino recriminarle que lo hubiese dejado morir de ese modo.
- Mi Señor- le dijo el sacerdote con tristeza-, ¿por qué me abandonaste?
- ¿Pero de qué abandono me hablas?- le respondió Dios-. ¡Te envié una
camioneta, te envié un bote y te envié un helicóptero!
Más allá de la broma, esta breve historia nos ilustra sobre la importancia de
aprovechar las oportunidades que se nos presentan. Si dejamos pasar las
oportunidades una y otra vez, acabaremos creyendo que tenemos mala suerte;
acabaremos como el sacerdote del cuento, que creía que Dios le había
abandonado. Dicho de otro modo, si no aprovechamos nuestras
oportunidades, terminaremos quejándonos de que la vida ha sido
injusta con nosotros o de que el destino no nos ha dado lo que nos
correspondía.
Montse Parejo
Moraleja
Todos tenemos al menos una oportunidad en la vida, sólo es necesario creer que lo imposible es posible. La
vida misma es un banco de oportunidades
Yo creo que cada día de la vida los seres humanos tienen multitud de oportunidades y, como en el cuento, la
vida de un ser humano puede cambiar si decide a arriesgarse incluso con posibilidades de perder algo. Pero
mi recomendación es que no veas el aspecto negativo que puede traer consigo la elección, sino que veas
siempre la posibilidad de aprender algo. Siempre, incluso cuando crees que has perdido, has ganado algo:
experiencia. Ten en cuenta lo siguiente:
1. Entusiasmo: Cuando Todo te sale mal, cambiar de actitud te pone en otra sintonía. El entusiasmo nos da
soluciones, porque nos ayuda a ver lo bueno, incluso en lo que nos daña.
2. Resiliencia: La resiliencia es un escudo para la vida. Nos ayuda a recuperarnos de la adversidad, la
depresión y la tragedia.
3. Adversidad: La adversidad nos ayuda a bien vivir. Enfrentar la adversidad nos ayuda a perder el miedo, a
asombrarnos, fortalecernos, incluso nos puede enseñar a expresar el amor, a conocer la verdadera amistad, a
aprender que la vida es una escuela.
4. Oportunidades: La vida siempre da oportunidades y está en sus manos el poder de sacar el mejor partido
siempre y cuando no pasen por encima de los demás, antes que nada los valores, el respeto y el amor por el
prójimo debe estar primeros en la lista, eso determinará qué tan feliz se puede ser al disfrutar de una
oportunidad.
Por eso no debes olvidar, las oportunidades son bendiciones disfrazadas para que te sea un poco más
difícil hallarlas, para que al momento que llegues a apreciarlas puedas «saborear» cada parte de esa
oportunidad. Para reconocerlas solo requieres ser consciente de lo que tanto has buscado en tu vida,
permanecer alerta y no dudar ni un segundo en que mereces cada bendición que llega a tu vida.
Estas oportunidades deben ser aprovechadas en el momento que se presenten, ya que surgen en algunos
momentos de la vida y pueden no regresar, lo más importante es estar pendiente y atento cuando estas surjan
para no tener que arrepentirnos de no haberlas aprovechado y ver como otras personas triunfan en lugar
donde quizás nosotros deberíamos estar.
ACTIVIDAD: Qué debes aprender de la adversidad y las oportunidades de la vida, en esta cuarentena
obligatoria que estamos viviendo? Has una reflexión y escríbela, mínimo de una página
MUCHOS ÉXITOS.