Manifiesto de Iturbide
Manifiesto de Iturbide
Manifiesto de Iturbide
DEL GENERAL
rLAG~~TIN DE IT~RBIIlE
LIBERTADOR DE MEXICO
--- ~
Edieion de La Voz do lUilxico.
MÉXICO.
AGUSTIN DE ITURBIDE.
G7
Nota.
MANIFIESTO
l-\NTERIOR.
NUMERO 1.
NUMERO 4
NOTA.
'lO
104
NUMERO 5.
NUMERO 6.
NUMERO 7.
NUMERO 8.
-
P'i'octamade S. M. el Emperador al
~jército triglrante.
Soldados trigarantes: nunca os ·dirigiera la pa
¡arba con mas necesidad, ni oon mayor importancia,
117
que cuando se empeñan en extravÍaros de la senda
del bien, y cuando la patria se interesa grandemcil_
te en el acierto de vuestros pasos. Yo estoy seguro
de la rectitud de vuestras intenciones, y os amo
cordialmente como á hijos los mas beneméritos,
porque vosotros cambiasteis momentáneamente y
sin estragos, el gobierno español en mexicano, ha-
ciendo independiente nuestro suelo, del dominio
extrangero, porque sois los primeros soldados del
mundo, que sabeis reunir al furor en la batalla, la
compasion con el venoido y débil, á la fortaleza
la generosidad; porque soy testigo de vuestra re·
signacion en las privaciones y fatigas. Os amo fi-
nalmente, porque me amais, y porque siempre ha-
beis unido gustosos vuestra suerte con la mía.
Sí, soldados, mi suerte y la vuestra están hoy
intimamente unidas á la de la patria: las desgra-
cias de esta, son nuestras yen su posteridad y bie-
nes, tendremos la mejor Farte, porque nadie nos
quitará la gloria de haberla dado libertad, conso-
lidado el gobierno que deseaba y precavídola de
males incalculables, á costa de sacrificios y fatigas,
que sabrá apreciar la posteridad.
Soldados: libertásteis por dos veces á la patria
de la anarquía; estais en el caso y obiigacion de
hacerlo la tercera. La. division en los pueblos es
causa precisa de su desolacion; esto es lo que pro-
cura el gobierno español, para dominarnos de nue-
118
vo y esto es por lo mismo, lo que mas cuidadosa,
mento debemos evitar. Sabed: qt:e las intrigas
inhumanas y astutas del gabinete de Madrid, son
causa de las guerras intestinas de Buenos-Aires,
aunque la España no haya sacado otro fruto que
el triste sacrificio de cien mil hombres. El mismo
empeño tiene en Colombia y en el Perú: sepamos,
pues, en México frustrar sus miras, imitando el
carácter firme y constante de los chilenos.
Mi voz debe ser para vosotros el norte mas se-
guro. He llegado á la última dignidad (aunque
contra mi voluntad y deseo): no tengo á que aspi-
rar, y por lo tanto no necesito hacer escala de ca-
dáveres, como otros quieren para subir. Acordaos
que siempre os dirigí á la vjctoria; siempre en fa-
vor de la patria; siempre por el camino del bien,
y siempre evitando la efusion de sangre, porque
para mí es de mucha estima la de cualquier hom-
bre.
Sabeis que cuando algunos representantes del
pueblo, extraviados en el santuario mismo de las
leyes, á tiempo que acabábais de establecer la re-
presentacion nacional, os llumaban carga pesada,
Q insoportable, asesillos pagados, y se empeñaban
en hacer desaparecer el ejército, yo fuí quien lo
sostuvo á todo trance, y lo sostuvo porque vues-
tros servicios inestimables os hacian acreedores á
ello, y porque era preciso para conservar nuestra
119
indep~ndencia, precaver las convulsiones interiores
y consolidar nuestro gobierno en su mismo estable-
címienlo. Considerad con atenta circunspeccion la
conducta y las operaciones de los que os hablan,
qué es lo que tienen que perlter, y á lo que pue-
den aspirar, y esta regla os será muy útil para
evitar el engaño.
Finalmente, soldados, tened presentes vuestros
juramentos, la denominacion de trigarantes, os 103
recuerdan. Debeis de sostener la religion cristiana,
mantener la independencia de nuestro país/y con-
servar la union entre sus habitantes. Jurásteis
tambien mantener la monarquía moderada consti-
tucional, porque así es conforme al voto unúnime
de los pueblos del septentrion. Yo)stoy ligado con
iguales juramentos, los hice en Iguala, y los he
ratificado solemnemente ante el Dios de la verdt>.d,
con la mayor efusion de mi corazon, porque estoy
plenamente convencido de haberlo hecho con la
mayor justicia y necesidad. Me vereis siempre ú
vuestro lado para desempeñar mis deberes, por los
cuales haré sacrificio gustoso de mi comodidad, de
mi reposo y de mi existencia: ni un padre a.nciano,
ni ocho hijos tlernos, ni una esposa amable, ni co~
sa alguna me servirá de obstáculo, para obrar con-
forhle á mis principios; por el contrario, en todas
esas caras prendas de la naturaleza, descubre mi
honor nuevos estímulos. N o salga de vuestros lá-
120
bios, ni se aparte de vuestros corazúnes el deseo
de sacrificaros conmigo, si es preciso, por la reli·
gion santa que profesll.mos, por la libertad de nues-
tra patria, por la union y 6rden entre todos sus
-.habitantes, y por la monarquía moderada constitu-
cional, pues que así lo jurásteis, así es convenien-
te, y ésta esla voluntad general de la nacion.
México, 11 de Febrero de 1823.-Agustin.
~'¡ U.MERÜ 9.
NUMERO 10.
PlUMERO.
SEGUNDO.
NUMERO 11.
Decreto.
El soberano congreso constituyente mexicano,
en sesion del dia de ayer, ha decretado 10 si-
guiente:
134
1. Que siendo la coronacion de D. Agustin de
Iturbide obar de la violencia y de la fuerza, y nula
de derecho, no ha lugar á discutir sobre la abdi·
cacion que hace de la corona.
2. De consiguiente, tambien declara nula la 8U-
cesion.hereditaria y títulos emanados de la coro-
nacion, y que todos los actos del gobierno pasadQ,
desde el 19 de Mayo 'hasta 29 de Marzo último,
son ilegales, ,quedando sujetos á que el actual los
revise, para confirmarlos ó revocarlos.
3. El S. P. B. activatá la pronta salida de D.
Agustin de Iturbide del territorio de la nacion.
4. Aq uena se verificará por uno de los puertos
del golfo mexicano, fletándose por cuenta del Es·
tacto un buque neuti:al, que lo conduzca con su fa·
milia al lugar que le acomode.
5. S 8 liSij i~ ;'u ~ (t D. Agustin de Iturbide, duranto
su vida, veinte y cinco mil pesos anuales, pagade-
ros en esta Citpital, con ¡a condicion de que esta-
blezca E,U residencia en cualquiera punto de la Ita·
lia. Despucs de su muerte gozará su familia de
ocho mil pesos, bajo las reglas establecidas para
las penSIOnes del montepío militar.
6 . .D. Agustin de lturbide tendrá el tratamien-
to de Exxelencia.
Lo que tendrá entendido, etc. México, 8 de Abril
de 1823. •
1;35
NUMERU
Decreto.
NUMERO 13.
NUMERO 14.
NUMERO 15.
NUM~RO 16.
-
Cz'rcular á los amzgos en L6ndres.
NUMERO 17.
Decreto.
El soberarro c::>rÍgreso general constituyente se
ha servido decretar lo que sigue;
147
l. Se declara traidor y fuera de la ley á D.
Agustin de Iturbide, siempre que bajo cualquier
título se presente en algun punto de nuestro ter-
ritorio. En este caso, queda por el mismo hecho
declarado enemigo público del Estado.
2~ Se declaran traidores á la federacion, y serán
juzgados conforme á la ley de 27 de Setiembre de
823, cuantos cooperen por escritos encomiásticos ó
de cualquiera otro modo, á favorecer su regreso á
la República mexicaRa.
3. La misma declaracion se hace, respectv de
cuantos de alguna manera protegieren las miras de
cualquier invasor extranjero, los cuales serán juz-
gados con arreglo á la misma ley.
Lo tendrá entendido, etc. México, 28 de Abril
de 1824.
NUMERO 19.
14
N U.ÜL',H.O 20 .
Copia núm. 1.
Oopia núm. 2.
Méxicanos: en el acto mismo de mi muerte, os
recomiendo el amor á la. patria y observancia de
nuesta santa religion: ella es quien os ha de con-
ducir á la gloria. Muero por haber venido á ayu-
daros; y muero'gustoso, porque muero entre voso-
tros: muero con honor, no como traidor: no quedará
á mis hijos y su posteridad esta mancha; no soy
traidor, no. Guardad subordinacior:, y prestad
obediencia á vuestros gefes, que hacip~ldo lo que
ellos mandan, es cumplir con Dios: no digo esto
lleno de vanidad, porque estoy muy distante de
tenerla.
168
NUMERO 22.
NUM:illH,v :'3 .
-
1'.o."' )
i;e.·
-
Oontestacion del ministro de la guerra, eztrañaudo
la tm·orosidad de Garza para la decapitacion de
Iturbide, l/ ofreciéndole la primera vacante de ge-
neral de brigada.
"Aunque el supremo poder ejecutivo ha visto
con mucha satisfaccion por los ~partes de V. S. de
17 y 19 del corriente, en que me a~isa el desem-
barco y muerte de D. Agustia de Iturbide, el gran-
de servicio que V. S. ha hecho á la nacion, pre-
servándola de una guerra civil, por un .solo acto
decisivo, por lo cual ha merecido la gratitud de
todos los patriotas mexicanos; ha reparado sin em-
bargo la irresolucion en que lo puso algunos mo..
185
mentos, sobre el cumplimiento de la ley, la falsa
sumision con que el referido Iturbide se presentó
á cometer el designio mas desastroso para nuestra
patria, reputando por dureza una ley tan saluda-
ble y preservativa del soberano congreso, que ma-
nifiesta la sabiduría y prevision con que trat6 de
evitar la ruina de la nacÍon."
"Así mismo memanda S. A. S., que á su nom-
bre dé á V. S. las debidas gracias, y le manifieste
que será ascendido á general de brigada efectivo,
en el momento que haya una vacante, que ahora
faH a, por estar completo el número de esta clase,
que designa la ley: y en cumplimiento de dicha
superior órden, lo comunico áV. S. para su inte-
ligencia y satisfaccion.-Dios y libertad.-Méxi-
cO, 28 de Julio de 1824.-Te'rán.'·
NUMERO 25.
ADVERTENCIA.
-
191
CONTRA-NOTAS
iE LA EDICION DE 1827.
.
de su inmoralidad y barbarie. ¿Qué podian esperar
.
los esclavos, al notar agreSIOnes tan horrendas con
su rey, consumadas por los mismos que se jacta.
ban de atacarlo? El éxito lo comprobó: el orgullo
español se dió por ofendido con las propuestas de
los gefes mexicanos, cargó la fu~rza . sobr~ ellos,
dictó ~uplicios, ejecutó asesinatos. ¿Qué podia na.
cerse en este caso? ¿Desistir d-e la empresa para
sacrificarse inútilmente·? ¿Contentarse con repre-
sentar para morir en un patíbulo, dentro de veinte
y cuatro horas, sin haber conseguido prender la
chispa gloriosa de lit insurreccion? No habia mas
que tres términos; ó no haber tomado las armas,
sino ceñídose á representar con sumision, y esto
hubiera sido sobre ciertamente peligroso, cierta-
mente inútil; Ó dejarlas rlespues de empeñada la
accion, y era lo mismo, con el agregado de una es-
túpida cobardía; ó continuar 1<1 guerra, que era lo
único que prometía esperanzas, lo único glorioso,
tanto mas, cuant~ desigual ~ra la lucha.
Si hubo partidas de americanos, decididos solo
á desahQgar sus pasiones, no nos debemos admi-
rar, pues este es el resultado preciso de las revolu- .
ciones, á mas de que 1:\0 eran ellas en su mayor
195
parte tales. Las tropas realistas enchidas de or-
gullo, y rabiosas de venganza, perpetraron, sin
duda mayores, mas en número, y mas mal, circúns·
tanciados los crímenes. El robo, el estupro, la violen
cia, la rapiña, la obcenidad, la blasfemia, el sacrile-
gio, el homicidio, la crueldad, la sevicia, el horror,
el estrago, llevaban por divisas esas hordas de fora-
gidos, acaudilladas por gefes sin moral, sin patria,
sin honor, y sin conciencia. Ellas peleaban sin jus-
ticia; las de los americanos, con la mas evidente:
ellas contaban con los auxilios de un gobierno sis-
temado y opulento; los otros con el único de sus
escasas fortunas, y denodados pechos, ellos ........ .
¿pero á qué cansarnos? Todas las razones, que á
unos hacen aparecer como fieras, 6 bandidos sin pu-
dor, sin humanid3d ni gloria, consti1 uyen á los otros
héroes magnánimos, atletas impertérritos, ~constan.
tes adalides.
~ (d) Hé aquí una nueva prueba, de que
los americanos, no deseaban la guerra desastroza;
pues en el caso propuesto, otra habria sido la con-
ducta del Sr. Hidalgo~
~ (e) Protejer 6 servir al rey de España,
en la usurpacion pacífica de las Américas, no es
accion que cede en honor del Sr. Iturbide. El rey
de España, no era legítimo dueño del hemisferio
de Colon, y sí solo, un poseedor de mala fe; de
consiguiente, protegiendo á este de su lucha con-
196
tra los verdaderos dueños, era favorecer la injus-
ticia, y canonizar el delito. Ménos malo fuera que
el Sr. Iturbide dijese, que sirvió, como ta n tos, po
equivocacion al tirano, que no hacer alarde de unosr
procedimientos que condena la filosofía y la ra~on.
~ (f) Dígase lo que se quiera,.el Srr. Itur-
bide, sabia dirijir al soldado á la victoria, sabia
entusiasmarlo y precaverlo: era. militar.
~ (es) A varios individuos, les oí aplau-
dir las decantadas muel'te~ de Salvatierra, como
un hecho de justicia, como accion heroica y digna
de un génio superior, cuando vivia el gobierno e ~
pañol: muri6 éste, y gobernó Iturbide, no se men-
cionaron tales atentados: cayó Iturbide, se hizo
l'eminicencia de ellos, reprobándolos hasta el úl-
timo término de exageracion. Para mí, las muertes
de Salvatierra, siempre fueron inhumanas; perojuz-
go que las crueldades de Concha, la sevicia de Hé-
bia, la sed ferina de Negrete y otro:" y otros ... ge-
fes realistas de aquel tiempo, DO pueden entrar en
comparacion con 1&.8 de Iturbide . tOur tam varíe?
~ Constitucion media y ley para todo, de"
bi6 llamársele á la española: era un plagio (co-
mo lo son muchas\ ; pero nos aprovecharon sus mis.
mos defectos, y perdieron á los españoles.
~ Vé aquí como dividida 13. nacion en tres
partidos, en cuanto al modo de tratar á los espa-
ñoles, la lenidad mexicana apénas ha estado en
197
parte, no la mayor, por el sistema de mas modera-
cion, sin embargo de que todos conocen, que es in-
compatible la tranquilidad pública, con la perma-
nencia de ellos entre nosotros.
~ Entónces habia tres sectas que acabaron
con el gobierno que las nutria; pero no consta
que hubiese mas que tal cual logia escosesa: y se
hizo lo mismo que ahora: una parte de sus agen~
tes deprimia al clero, otra lo alentaba . De este
modo, luchando los eclesiásticos entre la confian-
za de mejoras, y desesperacion por los ataques brus-
cos que le dirigian, tomaron con empeño la rega-
neracion y se logró. Esta misma táctica que se
us6 para destruir al gobierno español, se está
practicando hoy para hacerlo renacer de sus ce-
nizas.
~ Este es D. Vicente Rocafuerte, autor
del bosquejo: hombre hábil; pero habla mas de lo
que pIensa.
~ y aun está no se puede decir, que ~se
ejecutó durante la guerra de independencia, sino
d€spues de concluida. El hecho, cualquiera que
fuese, muestra evidentemente lo bien querido que
estaría Concha: pocas horas ántes de presentarse
en la palestra titubeaba, obraba con irregularidad
como un sonámbulo, y teniendo arbitrios para evi·
tal' aquel fracaso, no supo echar mano de ellos.
Deus ultionum Dominu8.
198
~ La experiencia que se burla de los
raciocinios, principalmente en artes conjetura-
les como la política, ha demostrado, que con-
viene á los mexicanos, solo la forma democrá-
tica, popular, federal. Con sumagisterio dominan-
te, nos ha hecho ver, que lo mismo será abandonar
esta clase de gobierno, que sumirnos en la anarquía,
ó en el despotismo. Los mexicanos tienen virtu-
des primordiales íntimas: esto basta, para prome-
terse la duracion de su libertad: las demás virtu-
des, son retoños de éstas, y no habiendo esta cla~e
de gobierno que las fecunda, se sigue, que solo en
él podrán fructificar; porque la virtud, es' el re-
sultado de la educacion, auxiliada por la. buena
disposicion de la naturaleza. Esta es innegable en
los mexicanos; luego es inconcuso, que solo l,uede
hacer su felicidad. aquel gobie: no que prodl:ce lit
mejor educacion, y este es el democrático, p0pU--
lar, federal.
~ * El plan de Iguala y tratados de Cór-
doba, si desgraciadamente hubieran tenido su
exacto cumplimiento, habrían sido el instru lleno
to de una ruina irreparable para el Nuevo Ml: ndo.
El primero fué, no hay duda, el que nos aca-
bó de emancipar, y á su vez, la obra maestn en
política; pero con un Borbon en México, ¡cuál
habría sido nuestra suerte? La mas desventur ~da,
La independencia seria puramente nominal. Para
199
mí peor fuera eso, que el sistema antiguo de los
vireyes.
~ Ojalá fuera el único caso que pudiera ci-
tarse en comprobacion de la ignorancia de algunos
de los diputados del primer eongreso, que se lla-
m6 constituyente. ¡Pobre patria!~
A la verdad, que tanta razon habia para lo uno,
como para lo otro, porque ningun hombre de sin-
déresis, podia ser tolerante expectador de la apa-
tía del primer congreso, de las facciones que lo
compusieron, ni del des6rden del sistema imperial,
de su aparato insultante, de su aptit ud Qminosa.
(a) Ninguna conducencia tiene el artículo 17
de la copstitucion española, con la autorizacion
para aprehender á los diputados. Este fué un
lazo tendido al Sr. Iturbide, por los mismos ene-
migos, para precipitarle, disminuirle su fuerza
moral, y vengarse de él, con él mismo. Como esta
providencia, fueron muchas; é igual táctica se es-
tá usando ahora, para debilitar á nuestro gobier-
no; mas sus conatos, serán vanos: les sucederá hoy,
lo que les ha sucedido ayer: cada paso de los bor-
bonistas para esclavisarnos, nos ha prevenido y
afianzado en el goze de nuestros derechos, y á
ellos los ha hecho de peor condiciono
(a) El plan de Iguala, no fué mas que la indica-
cion de la voluntad nacional, en una fecha en que
no se podía expresar por un 6rgano fiel y legíti~
16
200
mo; ni el Sr. Iturbide como libertador, podia go-
.
zar de este carácter universal. Variaron las cir-
cunstancias: pudo la nacion emitir su voto con
franqueza, y no estuvo por muchos de los artículos
que forman la subsistenc¡'a de dicho plan.
(d) Ya lo dice claramente su causa instruida:
ya lo dicen los clamores públicos: él mismo lo dijo
en Jq, asonada militar de l>uebla.
(f) No hay mas que decir á esto, sino encojer-
I!e de hombros. Que aquel congreso, fué compeli-
do á una transformacion que poco le favorece, es
innegable; luego sus miembros en la mayoría, no
cumplieron con sus deberes, 6 por ignorancia ó por
malicia: yo no tengo la culpa de formar esta suma
sencilla: tres y tres son seis: la culpa será del
que puso en columnas ambos números. Si he de
decir mi opinion, la diré francamente: si permane-
cen mas tiempo, aquella legislatura y gobierno, ya
Paquito de PauIa estaría ahorcános oon su boca
llena de risa.
-
201