Visión Sobre El Estado y La Sociedad.
Visión Sobre El Estado y La Sociedad.
Visión Sobre El Estado y La Sociedad.
sociedad.
JORGE ANTONIO MORENO TORRES
BERENICE ROJAS VAZQUEZ
ERIKA VALERIA SALAS MARTINEZ
JULIO CESAR JUAREZ BECERRA
JOSE ISRAEL RODRIGUEZ REBOLLOSO
JAVIER ALVISO SALAS
MIGUEL ANGEL RAMOS RODRIGUEZ
HECTOR MANUEL ROMERO VAZQUEZ.
ALEJANDRO RAMOS MIRANDA
MATERIA TEORIA GENERAL DEL ESTADO
CUARTO CUATRIMESTRE CARRERA DE DERECHO.
PROF. LIC. JOSE DE JESUS CASTILLO MONCADA
INTRODUCCION
Si dos formas de gobernar un país están claramente en contraposición esas son las de
absolutismo y democracia. Curiosamente es posible que sin la primera la segunda no
hubiera existido nunca.
El absolutismo es el sistema de gobierno de un país en el que todos los poderes están
centrados de forma absoluta en una sola persona, el rey, a la que no se le cuestiona
ninguna de sus decisiones. Esto no es impedimento, no obstante, para que tenga
consejeros, principalmente miembros de la nobleza, para obrar con mayor justicia.
Sin embargo, la democracia es el Gobierno del pueblo para el pueblo, por lo que su
concepto viene siempre de la mano de elecciones, sistema de votación que permite a
todos los ciudadanos escoger en el plano político aquellos que van a ser los líderes de
la nación.
ESQUEMA Y DESARROLLO
La Inmanencia del Estado: Maquiavelo
No existe duda de que los orígenes del Estado se remontan al nacimiento de las
primeras formas de organización política. Así nos iniciamos en el tema según las
palabras del propio Maquiavelo:
“…al principio del mundo, siendo pocos los habitantes, vivieron largo tiempo dispersos,
a semejanza de los animales; después, multiplican doce las generaciones, se
concentraron y para su mejor defensa escogían al que era más robusto y valeroso,
nombrándole jefe y obedeciéndole. Entonces se conoció la diferencia entre lo bueno y lo
honrado, y lo malo y vicioso, viendo que, cuando uno dañaba a su bienhechor,
producían se en los hombres dos sentimientos, el odio y la compasión, censurando al
ingrato y honrando al bueno. Como estas ofensas podían repetirse, a fin de evitar dicho
mal, acudieron a hacer leyes y ordenar castigos para quienes las infringieran, naciendo
el conocimiento de la justicia, y con él que en la elección de jefe no se escogiera ya al
más fuerte, sino al más sensato y justo”.(1)
El pensamiento político occidental derivó –claro está- sus bases del concepto de
ciudad-estado ateniense. Pero el término Estado, para designar la organización política
fundamental de los hombres proviene del siglo XVI durante el Renacimiento en Italia.
Las formas políticas del Renacimiento italiano respondieron entonces a estructuras que
histórica mente le precedieron y que se traducen a finales de la Edad Media, en el
asentamiento de la monarquía, el poder temporal de la Iglesia y el feudalismo. Fue en
Italia donde se produjeron antes que en ningún otro lugar, una consideración y estudio
objetivos del Estado. Y fue en Italia donde Nicolás Maquiavelo, basándose
principalmente en la situación e historia de Florencia, trató de establecer la ley y el
gobierno de la vida de ese Estado:
“En la historia de Florencia –que en este sentido merece el nombre de primer Estado
moderno del Mundo– se encuentran unidos el pensamiento político más elevado y las
formas de desarrollo humano más variadas. En ellas la gente se ocupa de lo que en las
ciudades despóticas es asunto de una sola familia. Ese admirable espíritu florentino, a
la vez aguda mente crítico y artísticamente creador, estaba transformando
incesantemente la condición social y política del Estado, y describiendo y juzgando los
sucesivos cambios con la misma asiduidad. Florencia llegó a ser la patria de las teorías
y doctrinas políticas, de los experimentos y los cambios repentinos…”.
A Nicolás Maquiavelo, sin embargo, no le interesó determinar a fondo los orígenes del
ejercicio del poder ni del nacimiento del Estado. Era un hecho su existencia y la
necesidad de su conservación una realidad. De aquí que su principal interés al
enseñarnos cómo crear y conservar el poder, fue el idear los mecanismos idóneos para
defender el orden y los intereses creados en el orden político. Valoró la importancia
paralela existente en el orden económico, necesario para mantener las milicias y el
aparato gubernamental y también en el orden social, no incomodando a “los grandes”
en sus intereses.
Su teoría de las minorías, ofrece particular importancia al campo de la Teoría del Estado
por varias razones: la primera, porque desempeña una función importante en la
actividad creadora del Estado. Toda sociedad se estratifica política y económicamente
en dos clases que Maquiavelo llamó el pueblo y los grandes. Esta distinción constituye
uno de los aportes más notables del florentino al estudio del fenómeno político-social.
Para el florentino, toda organización política es el resultado de una unión natural de las
virtudes individuales en una virtud colectiva, encaminada a realizar la seguridad general.
La existencia de esta virtud colectiva se personifica en el Estado y se manifiesta en la
capacidad que este posea para crear un orden, que no es otra cosa que dar respuesta a
las necesidades de la población. Además, mostrar capacidad, no es una función
mecánica, sino el resultado de esa virtud colectiva antes dicha, de mantener vivas las
buenas costumbres contra “gli umori maligni” de todo orden civil. Ahora bien, ¿quién es
el sujeto agente de esa virtud colectiva? Para el florentino son siempre las minorías,
quienes tienen a su cargo la creación, el liderazgo, la estructura natural y jurídica y la
renovación del Estado. También la interpretación de las realidades políticas. Para el
creador, el reformador o el renovador del Estado, el pueblo es como un material que
espera una determinada forma, no cualquier forma. La función creadora viene ofrecida
por la capacidad y por la virtud individual. El elemento más característico de la virtud
individual es la libertad civil. Como en un Estado la creación y renovación es obra de
minorías, estas deben contar con ese libre albedrío para su función directora. En este
sentido, la libertad no depende de las formas de gobierno sino más bien, del mayor o
menor grado de aceptación y ajuste de éstas por los gobernados. Cuando Maquiavelo
habla de los grandes en El Príncipe, no se refiere a la minoría que es expresión de la
virtud colectiva, sino a la clase más poderosa. En otras palabras, enuncia una vez más
lo que las cosas son y no lo que debiera ser.
En ningún tipo de principado juegan los grandes un papel tan importante como en los
principados civiles, porque estos son obtenidos siempre con el apoyo popular o con la
ayuda de los grandes. Para conseguir el poder en un principado civil ya sea con el
apoyo de un grupo o del pueblo, “…no se necesita ni mucho valor ni mucha fortuna,
sino más bien una acertada astucia…Pues en toda ciudad se encuentran estas dos
inclinaciones distintas: el pueblo desea no ser dominado ni oprimido por los grandes, y
los grandes desean dominar y oprimir al pueblo; de estas dos inclinaciones opuestas
nace en las ciudades uno de estos tres efectos: o principado, o libertad, o anarquía”.
La que se refiere a la actuación del gobernante. En este caso, el Príncipe requiere, más
que cualquier otro hombre, cualidades de ser astuto, hábil, valiente, determinado, sagaz
entre otras. Estas virtudes más que cualidades superiores son cualidades útiles.
Veamos la que se refiere a su opinión sobre el pueblo:
“Procure un príncipe conservar el Estado, los medios que emplee serán siempre
considerados honrosos y alabados por todos; porque el vulgo se deja siempre coger por
las apariencias y por el acierto de la cosa, y en el mundo no hay sino vulgo; los pocos
no tienen lugar en él, cuando la mayoría tiene donde apoyarse”.
Rousseau utiliza el concepto de socialización, debido a que cree que el hombre por
naturaleza es un ser social, es por esto que actualmente desde el ámbito político, social,
moral y jurídico; el Estado lo resuelve por medio de acercamientos ya sea entre el
dualismo Estado-Población o Población - Población.
Se hace mención a que como sociedad participamos dentro de un contrato social, del
cual, cedemos libertad al Estado, brindado soberanía, a cambio de la administración,
organización y dirección de los recursos del Estado.
El poder del Estado es ejercido por medio de las Instituciones, que cada una conlleva su
fin social a la voluntad general para la convivencia, generando leyes. Limitando así a la
población a ejercerse por cuenta propia.
CONCLUSION
El libro escrito por Maquiavelo, era un completo manual de gobierno, en esa época, el sistema
de gobierno más común, era el de los señores feudales, llamados también príncipes (primero
entre sus iguales), en este libro Maquiavelo habla sobre, cada uno de las situaciones a las que
se puede enfrentar un gobierno como este.
Maquiavelo nos ofrece, en efecto, una política exenta de moralina, que diría Nietzsche, y ha
pasado a la historia, como el primer realista político. Nadie supo distinguir con tanta nitidez la
distancia que se abre entre cómo funciona de hecho la política y cómo nos gustaría que lo
hiciera. Su mensaje no puede ser más meridiano, la política siempre es estratégica, siempre
ha de vérselas con actores que tratan de maximizar sus intereses con todos los medios a su
alcance, y ninguno de ellos hace aspavientos a los instrumentos que sean necesarios para
alcanzarlos. Es preciso observar, sin embargo, que al presentarnos este dato fundamental de
lo político, nuestro autor contribuye a desvelarnos la naturaleza profunda del poder,
desprovista ya de mitos e ideologías legitimadoras, su rostro desnudo.
La constatación de que Maquiavelo en eso tiene razón es, en definitiva, lo que nos ha llevado
a diseñar todos los diques posibles para evitar que la razón de Estado o la persecución del
interés propio, tanto por parte de los gobernantes como de los grupos de interés, traspase
ciertos límites. Esa ha sido la labor tradicional de la democracia y de las instituciones del
Estado de derecho. Hoy, junto con la exigencia de ética pública, funcionan como algunos de
los condicionantes externos de la acción política.
El fin se impone a pesar de su inmoralidad, pero unos son más digeribles para las
“circunstancias del tiempo” que otros. Como se ve, lo importante es el éxito de la acción, no su
adecuación a principios. O, desde otra perspectiva y por quedarnos en nuestro país, las
nuevas medidas dirigidas a evitar la corrupción, que son una respuesta a la tendencia de un
sector de la clase política a perseguir sus propios intereses a expensas del interés público,
responden a una clara presión ciudadana para imponer un nuevo dique a los políticos.
Maquiavelo diría que lo hacen más por ser reelegidos que porque crean en ellos, pero lo que
importa a la postre es que existan y constriñan su acción.
En el contrato social Rousseau habla de que el gobierno ideal sería como la aristocracia
que los más sabios son los que deberían de estar en el poder.
Porque así la sociedad no se llena de vicios, y de egoísmos donde el más fuerte, el que
tiene el poder sobre los débiles.
Ya que la democracia es muy utópica, todos los ciudadanos tendrían que estar
gobernando y no es así, además de que en una sociedad tristemente no todos están
preparados para gobernar, ni para elegir a un gobernante. Específicamente en el caso
de México, que tenemos un sistema democrático lleno de vicios debido a que realmente
los que llegan al poder no están preparados ya que llegan ahí aprovecharse de la
ignorancia de los más débiles.
Rousseau decía que entre más fuerte sea el gobierno menos temor se le tiene al
soberano- el pueblo, esto es una realidad, en nuestro país, le falta tanto poder al
gobierno que muchas veces el pueblo es el que acaba gobernando. En caso específico,
las mafias, el gobierno no puede acabar con ellas que tiene que ceder en vez de tratar
de terminar con ellas, por la fuerza con la que cuentan.
El contrato social que propone Rousseau se hace en beneficio del pueblo para que no
culmine la soberanía. El objetivo de este contrato es que el pueblo tenga el poder, el
gobierno solo la administración. Sería ideal tener un Estado que funcione bajo ese
sistema pero la realidad es que este tipo de gobierno es muy difícil que subsista, ya que
es muy fácil caer en vicios ya que el hombre es intrínsecamente egoísta y busca tener
el poder. Además de que dicho contrato social si es viciado puede afectar la libertad de
las personas, y por consecuente con su dignidad.
Después habla de la importancia de las asambleas ciudadanas en donde trabaja toda la
ciudadanía, pero deben de existir de manera ajena al gobierno. En esas asambleas,
dice el autor, es donde el soberano debe expresar su libertad ciudadana, es la manera
de recordar el bien común al pueblo.
BIBLIOGRAFIA