Reflexiones Sobre La Historia de América PDF
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Anulóla B(>i\m's.
1. «Historia e Historias de las Américas». En Ensayos sobre la Historia del Nuevo Mun-
do. México, 1951.
2. «Unidad y Variedad de la Historia americana». En Ensayos sobre la Historia del Nue-
vo Mundo. México 1951.
3. «Ensayos sobre la Historia de América». Caracas, 1969.
4. «Existencia de américa». Madrid, 1965.
5. «introducción a la Historia de América», p.22. Madrid, 1957.
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6. ídem.
7. «Existencia de América» cit.'* p.47. En apoyo a esta teoría podemos decir, que, de he-
cho, se han venido elaborando esa historia de América. El propio MORALES PA-
DRÓN es autor de una de estas obras históricas. También han escrito: MARIO HER-
NÁNDEZ SÁNCHEZ BARBA «Historia Universal de América». Madrid, 1963. SIL-
VIO ZABALA: «El mundo americano en la época colonial». Argentina-México, 1967
y otros.
8. «América en la Historia», p. 178-180. Revista de Occidente. Madrid, 1970.
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10. J. M. Maravall; «Teoría del saber histórico», p.144-145. Revista de Occidente. Ma-
drid, 1958.
11. F. LOHM: «Ontologia der Geschichte». Pag. 65-66. Tubingen. 1978.
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Una vez que hemos definido la naturaleza del ser histórico se hace
preciso hablar del protagonista del discurrir de la Historia; del ser capaz
de impulsar el acontecer que aún pervive, ésto es, del Hombre en la His-
toria.
14. LEOPOLtX) ZEA: «Ensayo sobre filosotia en la historia». Pag. 10. México, 1958.
15. JOSÉ ORTEGA Y GASSET: «Historia como sistema». Rev.de Occidente. P.50. Ma-
drid, 1958.
16. HAECKER:«EI cristianismo v la Historia». C.p.ll. Pag.51-52. Madrid. 1979.
17. MARÍAS: «El tema del Hombre». PaB.l 1 y 13. Austral. Madrid, 1975.
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alma singular supera en todo un orden del ser al bien temporal de aque-
llos pueblos y razas». Compartimos con HAECKER que «no es la histo-
ria del individuo o de la persona la que posee la primacía y menos la
universalidad... sino la historia de las comunidades que protegen y nu-
tren a los individuos a los cuales ellos pertenecen...; el hombre es él mis-
mo y su prójimo. Aunque falte empíricamente el prójimo, metafísica y
teológicamente el hombre no es nunca sin él. Es la abundancia del ser,
manifiesta en el Dios trinitario de modo infinito e inefable y de modo fi-
nito en su creación».26 El hombre participa, naturalmente, en la Histo-
ria, pero no individualmente, sino en tanto es producto de la tradición,
miembro de una familia, perteneciente a una sociedad, partícipe de la
communis historia. A este respecto LAIN ENTRALGO explica que «el
hombre es, y no puede no ser ens historicum» y añade «nuestros labrie-
gos viven días tras días, bajo forma de costumbre, la historia de que esa
costumbre suya es decantada y prolongada consecuencia», se refiere al
hombre intrahistórico que hace, también historia, en cuanto posee los
valores esenciales de la comunidad.^''
29. ICAZA TIGERINO: «Solidaridad e integración del mundo hispánico». Revista Mun-
do Hispánico Tí' 256, p.68, y s.s. Madrid, 1969.
30. LUCIEN FEVRE: «Lhistoire cést la paix». Annales I, París, 1956.