Clase 11 (5-Noviembre)

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Clase 11 (5-noviembre).

La Muerte.
Existen cuatro significados típicamente asociados a la muerte independiente de
la cultura. Estos son:
- Muerte como organizador del tiempo.
- Muerte como un castigo divino por las acciones que hizo.
- Muerte como una transición donde la muerte es un punto de repartida
donde se muere y puede volver a vivir en otro cuerpo. Entiende la muerte
como parte de un proceso natural y en que, luego, se tendrá la opción de
vivir de otra manera.
- Muerte como pérdida del cuerpo y de lo que se pudo haber vivido
(sensaciones, metas, etc.).
Muerte clínica.
Consiste en el paro de los procesos vitales y corporales y se entiende como la
suspensión de los procesos vitales. Se declara cuando ya no hay signos de
respiración ni latidos cardíacos durante un tiempo significativo, o cuando
concluye toda actividad eléctrica en el cerebro.
Aspectos éticos.
En algunos casos es posible que el funcionamiento cortical cese, pero continua la
actividad en el troco cerebral por lo que se diagnostica un estado vegetativo
persistente. En este estado, la persona se encuentra inconsciente, pero presenta
latidos espontáneos y respiración por lo que no se puede declarar la muerte del
paciente.
Cuando una persona se encuentra en este estado, la familia debe tomar una
decisión ética principalmente respecto de la eutanasia.
Eutanasia significa “buena muerte”. Es un tema que se ha desarrollado
recientemente por los avances tecnológicos en que la familia puede llegar al
punto de preguntarse si es bueno o no que la persona mantenga su vida y cuál es
la calidad de vida en cuanto a eso. Al respecto, es difícil decidir y se propone un
petitorio o bien poder anterior donde la persona mientras esté consciente pueda
decidir.
Existen dos tipos de eutanasia principalmente:
• Eutanasia pasiva: se decide detener un tratamiento que le alargue la vida
de la persona.
• Eutanasia activa o asesinato por compasión: se introduce algo y ayuda a la
persona a quitarse la vida. La persona pudiese seguir viviendo y se toma
una acción para quitarle la vida.

Aspectos legales.
Desde el derecho civil, la muerte determina la desaparición de la personalidad
jurídica de la persona. Hay ciertos derechos y obligaciones personales del
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fallecido que, a morir, se extinguen, por ello, los efectos principales son la
extinción de los derechos y obligaciones personales del fallecido y su transmisión
a sus sucesores. Determina también la extinción de ciertos contratos como el de
sociedad o mandato, y a disolución del matrimonio.
Diferentes actitudes ante a muerte durante la adultez.
1. Adultez joven:
Los adultos jóvenes evitan pensar en la muerte ya que se siente la
vitalidad del cuerpo y la salud, a menos que haya tenido un acercamiento
propio a la muerte, o bien de un cercano.
Entienden de forma abstracta la muerte y su ocurrencia, y muchas veces
ocasiona rabia.
2. Adultez media:
En esta se dan cuenta de que de hecho van a morir. Sus cuerpos envían
señales de que no son tan jóvenes, ágiles y vigorosos como lo fueron
alguna vez, y pueden volverse introspectivos.
Estas personas perciben el tiempo de una nueva manera, ya que se dan
cuenta de que los padres han muerto y son “los siguientes”. En este
momento de la vida, el tiempo se percibe de un poco distinta.
3. Adultez tardía:
Están menos ancianos acerca de la muerte ya que lo ven como un proceso
natural y que ya han vivido lo que debería.
Les afecta también que las personas cercanas como amigos y parientes
gradualmente reorganizan sus pensamientos y sentimientos, que están
también pasando por este proceso, por lo que se enfrentan a ella de un
modo más tranquilo (en general).
Tanatología.
Es una ciencia definid como el estudio de la muerte y el proceso de morir. Es una
disciplina encargada de encontrar sentido al proceso de la muerte y se enfoca en
establecer entre el enfermo, su familia y el equipo médico un lazo de confianza,
esperanza y buenos cuidados, para que el enfermo muera con dignidad.
Cuidados paliativos.
Se relaciona mucho con la tanatología. Forman parte de un tratamiento integral
para el cuidado de las molestias, síntomas, y estrés de la enfermedad, cuya meta
es aliviar el sufrimiento y mejorar la calidad de vida tanto para el paciente como
su familia. El trabajo es con una unidad paciente-familia donde se la ayuda a
enfrentar de la mejor manera posible el tránsito hacia la muerte.
Muchas veces se ha pensado que estos se realizan exclusivamente al final de la
vida, sin embargo, esto es erróneo, ya que se ha visto que mantienen sus
acciones desde el inicio de la enfermedad crónica. Frente a esto, se hace la
distinción entre cuidado de soporte (durante la enfermedad desde su inicio a su
fin, controlando los síntomas y efectos secundarios, ayudando al afrontamiento
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psicológico del paciente y su familia) y cuidados de hospicios (cuando ya se está


en el hospital y se orienta a que la muerte sea de la mejor forma posible, con la
mayor calidad de vida en sus últimos momentos). En este último se prepara tanto
al paciente como a su familia para la transición.
Los principios de los cuidados paliativos son:
- Valorizan alcanzar y mantener un nivel óptimo de control del dolor y la
administración de los síntomas.
- Afirman la vida y entienden el morir como un proceso natural.
- No apresuran ni posponen la muerte, por lo que no se identifica con
ningún tipo de eutanasia como los vistos anteriormente.
- Integran aspectos psicológicos y espirituales en los cuidados del paciente,
por lo que es un trabajo multidisciplinario.
- Ofrecen un sistema de apoyo para ayudar a los pacientes a vivir tan
activamente como sea posible hasta el momento de su muerte con el
objetivo tenga una gran calidad de vida hacia el final de su vida. Se
intenta que maximicen la actividad de las personas para que puedan
sentirse útiles. Al respecto también se necesita de un tratamiento
ambulatorio en que se debe trabajar con las familias y el cuidador
principal para que lo dejen hacer cosas y no lo sobreprotejan; para esto se
utilizan principalmente terapias de grupos.
- Ayudan a la familia a ocuparse de la enfermedad del paciente y del duelo.
Se ha empezado a estudiar el cuidado de los cuidadores para que tengan
las herramientas necesarias para lidiar con las enfermedades de largas, los
conflictos interiores, etc.
- Exigen trabajo en equipo.
La conspiración del silencio.
Consiste en un dilema ético en que hay un paciente que tiene una enfermedad
terminal y se decide (entre el equipo médico y la familia) no darle al enfermo
dicha noticia. Es ocultar al paciente información sobre el diagnóstico o
pronóstico de una enfermedad terminal debido a la negativa de la familia y
consentida de los profesionales. Generalmente es la familia la que persuade al
equipo médico de no hacerlo por lo que se los entrena éticamente para no ceder
ante ello, pero igual muchas veces pasa. Constituye una de las barreras que más
obstaculiza el afrontamiento de una enfermedad terminal.
Esto es algo muy complejo porque la persona tiene el derecho de saber y
disponer de su tiempo para prepararse adecuadamente a esta transición que es
la muerte. Lo más complejo es el modo de decirlo.
Entre los factores que causan esta conspiración se encuentran:
- Necesidad de proteger al familiar enfermo, ya que se subestima su
capacidad de soportar la noticia.
- La necesidad de los familiares de auto-protegerse.
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- Dificultad de los profesionales para abordar situaciones muy difíciles o


negarse a las familias.
Estilos de afrontamiento.
Moorey y Greer (1989) plantean un modelo de cinco factores de estilos de
afrontamiento considerando:
- Visión del diagnóstico que tiene el enfermo: qué amenaza supone la
enfermedad.
- El tipo de control que considera el enfermo que ejerce sobre la
enfermedad: qué puedo controlar y qué puede hacerse frente a ella.
- Visión del pronóstico que posee el enfermo: cuál es el pronóstico probable
de la enfermedad y cómo es de fiable.
Los cinco tipos son:
1. Espíritu de lucha: las respuestas son activas con aceptación del
diagnóstico, actitud optimista, dispuesto a luchar contra la enfermedad
(locus de control fuerte) y participando en las decisiones sobre el
tratamiento.
2. Evitación o negación: en este caso, el paciente rechaza o minimiza la
seriedad del diagnóstico y evita hablar o pensar en la enfermedad consigo
mismo y con los otros. tiene un locus de control debilitado y se encuentra
en una etapa de negación.
3. Fatalismo o aceptación estoica: el paciente acepta el diagnóstico y
pronóstico, y responde de un modo resignado y fatalista; siete que tiene
un bajo control sobre la enfermedad por lo que no hace nada en contra de
la enfermedad.
4. Preocupación ansiosa: el paciente se encuentra preocupado, ansioso y con
miedo a cualquier tipo de dolor (de modo hipocondríaco). Aceptan el
diagnóstico y el pronóstico, pero tienen un control excesivo pero
inefectivo porque buscan mucha información, de modo que al presentarse
un tipo de dolor les indica la propagación o recurrencia de la enfermedad
buscando constantemente reafirmarlo.
5. Impotencia o desesperanza: los pacientes se sumergen en la depresión. Se
presenta una actitud pesimista y de desesperanza total. Tiene una visión
de la muerte de pérdida y muy oscura, y es complejo sacarlos de la
depresión para que trabaje en la transición de la muerte.
Significado personal en el afrontamiento a la muerte.
Paula Vergara (2011) define significado personal como aquel que representa el
contenido de la vivencia del sujeto que se actualiza constantemente,
dependiendo tanto de los recursos que tiene el sujeto como de las experiencias
que le acontecen.
O anterior se condice con lo que señalan otros autores en relación a la muerte
quienes la consideran como una forma en que la persona se prepara y enfrenta a
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la muerte dependiendo del significado de la misma y de los mecanismos de


defensa que haya utilizado durante la vida para afrontar los problemas.
Ansiedad de muerte.
Es la actitud de ansiedad que se puede tener ante la muerte o el miedo a la
muerte, tanto hacia el final de la vida, como en general. Está fuertemente
vinculado a la visión de la muerte como una pérdida donde la pérdida conlleva
que no se puede vivir lo que debería ni lograr lo que debería, entre otros. ante
esta visión, es más probable desarrollar una alta ansiedad ante la muerte.
Puede incluir el miedo al dolor o al sufrimiento, a la indignidad que a menudo se
involucra en el proceso de la muerte, el temor a no poder sobrellevar bien el
sufrimiento y la muerte, el miedo a un castigo después de la muerte, y el miedo
fundamentalmente a la pérdida del yo: que la persona deje de ser ella y se
simplemente una enfermedad o un cuerpo. Este ultimo aspecto es de los más
importantes a trabajar por medio de los cuidados paliativos.
Teoría contextual de la muerte.
Corr (2010) identifica cuatro dimensiones o tareas que una persona moribunda
enfrenta al final de la vida:
• Necesidades corporales: al debilitarse se requiere de más asistencia, por
lo que se debe trabajar para que no se sientan como una carga.
• Seguridad psicológica
• Apegos interpersonales: la importancia del trabajo con la familia para que
los apoyen y acojan tanto a él como entre ellos.
• Energía espiritual y esperanza.
Este enfoque holístico reconoce las diferencias individuales (puede afectar de
mayor o menor manera) y rechaza ampliar a generalizaciones. También reconoce
la importancia del afrontamiento y los esfuerzos de familiares, amigos y
cuidadores, así como de la misma persona que se enfrenta al final de su vida y
cómo se ve a sí misma.

De cara a la muerte.
Elisabeth Kübler-Ross fue una psiquiatra que trabajo mucho con los tratamientos
paliativos, y propuso una serie de etapas que vivencian tanto las personas que
van a morir como aquellos que están alrededor de estas personas. Estas etapas
pueden, como en cualquier otro proceso terapéutico, suceder en distintos
ordenes.
1. Negación o aislamiento: consiste en no darle mucho peso al pronostico.
2. Indignación e ira: se da más en la gente joven o cuando se producen
cambios en el trato.
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3. Pacto o negociación: comienza una aceptación de la muerte, pero el


paciente hace una negociación con el tiempo que les queda. Ponen metas
antes de morir, para morir tranquilas.
4. Depresión: viven sentimientos de tristeza.
5. Aceptación: darse cuenta y aceptar que la muerte es un proceso natura y
que ellos pueden decidir qué hacer con el tiempo de vida que les queda,
para morir serenos. Muchos pacientes no logran alcanzar esta etapa, pero
los paliativos tienen por objetivo ayudar a que se acerque a esta etapa.
Aceptación de la propia muerte.
Consiste en enfrentarse a la finitud, es decir, que no se estará toda la vida. Es un
proceso que sucede a lo largo de la vida y en muchos niveles.
A nivel práctico, se pude hacer un testamento u obtener un seguro de vida. Tales
preparaciones se hacen más comunes con el aumento de la edad, especialmente
en la mediana edad tardía y posteriormente. A un nivel más profundo, los adultos
pueden comenzar a hacer preparativos para la muerte a través de algún proceso
de reminiscencia o revisión de sus memorias; recuerdan sus vidas y cuentan o
escriben los momentos que le fueron importantes en su vida, ya que buscan dejar
un legado.
Otra forma en que aceptan la realidad de la muerte de mejor manera es por
medio de la donación de órganos ya que existe la creencia de que viven en otra
persona de alguna manera.
Importancia de las despedidas.
Sirven mucho para el proceso de no dejar cosas pendientes y dejar todo claro, lo
que ayuda a aceptar la transición que se vive.
Para el que muere, es importante que se abra un escenario final donde se les da
la oportunidad de discutir una serie de temas colectivamente denominados como
cuestiones de vida:
- Gestión de la fase final de vida:
- Disposición del cuerpo posterior al fallecimiento.
- Servicios conmemorativos.
- Distribución de los activos en el testamento.
Suicidio asistido.
Se diferencia mucho de la eutanasia activa, ya que, en este ultimo es muchas
veces la familia la que toma la decisión, mientras que en el suicidio es una
decisión totalmente voluntaria del paciente que está por morir quien decide
interrumpir su vida. Para ello, se debe contar con dos médicos que hacen un
diagnostico y colaboran con el paciente por medio de medicamentos que les
ayudarán a terminar con sus vidas, por lo que el paciente puede planear lo que
será su muerte (hay una ventana).
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Los requisitos que evalúa el doctor es que el paciente solicita el medicamento


voluntariamente, debe tener una enfermedad terminal y es mentalmente
competente.
El duelo.
Pena, duelo y luto.
La pena corresponde al dolor, enojo, culpa, confusión, etc. que surgen al
momento de la perdida. Existen también la pena anticipatoria la cual ayuda a
preparase para lo que será el duelo posterior.
El duelo, es un estado de perdida resultante de la muerte de un ser querido.
Enmarca la perdida de alguien y cómo se va afrontando dicho proceso. Se puede
decir que la pena se presenta al comienzo del duelo, y luego ya no tanto. Hay
autores que hablan del duelo normal v/s el patológico en que la persona tiene
más dificultad en salir de él y se convierte en una patología que surge a raíz del
duelo, pero ya no es el propio duelo lo que se vivencia en la pérdida (cercano al
año, pero cambia y depende de muchas características y cómo fue la pérdida). El
DSM-V describe el trastorno de duelo persistente cuyos criterios de diagnóstico
son:
- El individuo ha experimentado la muerte de alguien con quien mantenía
una relación cercana.
- Desde la muerte, al menos uno de los siguientes síntomas está presente a
un nivel clínicamente significativo y persiste por al menos 12 meses en el
caso del adulto:
• Anhelo o añoranza persistente del fallecido.
• Pena y malestar emocional intensos en reacción a la muerte.
• Preocupación en relación al fallecido.
• Preocupación acerca de las circunstancias de la muerte.

- Desde la muerte, al menos 6 de los siguientes síntomas están presentes a


nivel clínicamente significativo y persisten por al menos 12 meses en el
caso del adulto:
1. Malestar reactivo a la muerte:
• Importante dificultad para aceptar la muerte.
• Experimentar incredulidad o anestesia emocional en relación a la
pérdida.
• Dificultad para rememorar de manera positiva al fallecido.
• Amargura o rabia en relación a la perdida.
• Valoraciones desadaptativas acerca de uno mismo en relación al
fallecido.
• Evitación excesiva de los recuerdos de la perdida.
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2. Se produce una alteración social de la identidad donde se presentan:


• Deseos de morir para estar con el fallecido.
• Dificultad para confiar en otras personas desde el fallecimiento.
• Sentimientos de soledad o desapego de los otros desde la muerte.
• Sentir que la vida no tiene sentido o está vacía.
• Disminución del sentimiento de identidad propia.
• Dificultad o reticencia a mantener intereses o hacer planes futuros.

- La alteración provoca malestar clínicamente significativo o disfunción en


áreas social, laboral y personal.
- La reacción de duelo es desproporcionada o inconsistentes con las normas
culturales, religiosas o apropiadas a su edad.
*Duelo traumático: duelo debido a un homicidio o suicidio con
preocupaciones angustiantes persistentes acerca de la naturaleza
traumática de la muerte, incluyendo los últimos momentos del fallecido,
el grado de sufrimiento y de lesiones mutilante, o la naturaleza maliciosa
o intencionada del fallecimiento.
El luto, es la manera en que se expresa el dolor que se vive con la pérdida.
Modelo de tres etapas del duelo del sobreviviente:
1. Conmoción e incertidumbre: inmediatamente después del deceso, los
sobrevivientes con frecuencia se sienten perdidos y confundidos. Su
conmoción y su incapacidad para creer en la muerte, puede protegerlos de
reacciones más intensas. Se presenta principalmente al momento de la
pérdida.
2. Preocupación por la memoria de la persona muerta: el sobreviviente
intenta adaptarse a la muerte, pero no puede aceptarla todavía. Se
presenta el llanto, insomnio, fatiga y pérdida del apetito.
3. Resolución: la persona renueva el interés en las actividades cotidianas. Los
recuerdos de la persona fallecida se mezclan con sentimientos de cariño y
tristeza, en vez de agudo dolor y añoranza.
Reacciones ante la pérdida.
• Patrón comúnmente esperado: la angustia va de un alto nivel, y con el
tiempo va disminuyendo.
• Ausencia de aflicción: no hay angustia ni al inicio, ni durante ni al final del
duelo. Esto, en general se relaciona con un trastorno de dolor más
adelante, pero necesariamente se da. Es alguien que no se complica con la
muerte.
• Aflicción crónica: se mantiene afligida por un largo período de tiempo.
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• Resiliencia: es la reacción más común a las pérdidas y se diferencia de las


otras porque, al inicio, hay una baja aflicción y con el tiempo va
disminuyendo gradualmente. Se presenta porque son personas que aceptan
la muerte de manera natural y por lo mismo, se vive de forma más serena.
Tareas de duelo del sobreviviente.
1. Aceptar la realidad de la pérdida: consiste en que la persona es capaz de
hablar y procesar lo que sucedió y lo que rodeó el suceso.
2. Trabajar emociones y dolor de pérdida: ser capaz de regularlas y
expresarlas adaptativamente.
3. Adaptarse a la ausencia del ser querido
4. Reubicar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo: reconstruir la
vida y actividades diarias, y ver la muerte del ser querido como algo
natural y ya no tanto como pérdida.
Perdidas significativas.
• Sobrevivir a un cónyuge: la viudez es uno de los mayores retos
emocionales que puede enfrentar una persona. Significa no solo lo perdida
de un compañero de vida, sino la alteración de prácticamente cada
aspecto de la existencia del cónyuge vivo. Se producen cambios en la vida
social de cada uno donde la mujer tiende a juntarse más con otras
mujeres y suele funcionar como catalizador para la introspección y
crecimiento propio, mientras que el hombre tiende a retraerse un poco
más y luego buscar nuevas nupcias y cercanías (es 4 veces más probable
que un hombre se vuelva a casar que una mujer).
Además, se producen cambios económicos sobre todo cuando muere el
sostenedor principal.
Asimismo, se producen cambios de la salud física debido al estrés de la
muerte o que el otro era quien recordaba de diversas cosas importante en
su día a día.
• Pérdida de un padre:
Puede ser muy ambivalente porque depende de la calidad de las
relaciones que se dio en la familia. Es, generalmente, la pérdida de la
relación más larga que se ha tenido en la vida.
Se producen cambios en el yo y en las relaciones, y, en un nivel más
profundo, puede ser una experiencia de maduración.
• Pérdida de un hijo: es muy complejo porque es algo que no se espera por
lo que se ve de un modo antinatural.
Los factores que ayudan a este proceso son enfocarse en el trabajo,
desarrollar distintos intereses y relaciones, y participar de terapia grupal.
Esto se da tanto en un hijo crecido (no pude ver en qué terminaba su
desarrollo) como en un neonato (queda la fantasía de que pudo haber sido
su vida).
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• Pérdida ambigua: se relaciona con perdidas que no están del todo claras y
por lo tanto es confusa y difícil de resolver, porque no tienen un cuerpo ni
pasan por un proceso de despido.
Las características que ayudan a soportar la pérdida son la espiritualidad,
el optimismo, poder soportar dos ideas opuestas al mismo tiempo y ser
capaces de vivir con incertidumbre.
Frente a estos casos, se recomienda que se haga ciertos rituales que
ayuden a reparar este proceso.

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