Descripcion Del Huehuetl de Malinalco
Descripcion Del Huehuetl de Malinalco
Descripcion Del Huehuetl de Malinalco
Imagen 1- Izquierda: foto tomada por Marco Antonio Pacheco. Derecha:Lápiz sobre papel de Jose Maria
Velazco, foto tomada por Boris de Swan
1
tipo de técnica lo encontramos en la “Sinfonía india” de Carlos Chávez, o en una de las
muchas composiciones de Arturo Pantaleón, la “Suite - El ritual de Tezcatlipoca” Op.20. por
nombrar un ejemplo.
El instrumento a describir se encuentra en un excelente estado de conservación y actualmente
forma parte del acervo del Museo de Antropología e Historia en Toluca, Estado de México.
Según el arqueólogo José García Payón y el investigador Xavier Noguez, el Huéhuetl era
pertenencia de los habitantes del barrio de Santa Mónica en Malinalco hasta que el entonces
gobernador del Estado de México, José Vicente Villada, pidió que se trasladara al recién
fundado museo de arqueología, en Toluca.
Contexto crono-cultural
La identidad de los primeros pobladores en la zona de Malinalco es un poco incierta, según
Javier Romero, la presencia del imperio tolteca en este territorio antes de su destrucción es
factible, sin embargo, no fue hasta el 1188 d.C. que los colhuas comenzaron a habitar estas
tierras.
En el Posclásico tardío, la cultura mexica sometió a distintos pueblos que se encontraban en la
llamada “mesa del centro”, bajo el mando de Axayácatl se “expandió el imperio hacia los
valles de Toluca, en 1477” (Domínguez, 2010), dejando así, una clara influencia que se
materializó en las costumbres realizadas en el lugar. Cabe resaltar que, si bien se desconoce la
fecha aproximada de fabricación del instrumento, seguramente fue ensamblado tras la
conquista mexica.
Javier Romero destaca la importancia que tuvo Malinalco para los mexicas en su libro “El
huéhuetl de Malinalco”, en primer lugar está su posición estratégica en el llamado ohtli o
camino prehispánico, el destino de dicho camino era un centro religioso llamado la Chalma
pero además, tambien llevaba a la fortaleza de Oztuma, frontera con el imperio Tarasco,
cultura con la cual tenían ciertos roces.
En segundo lugar, Romero justifica su trascendencia por la cantidad de centros ceremoniales
que se encontraban ahí, “la ciudad prehispánica de Malinalco, con seguridad ocupó un área
considerable, mayor que la que actualmente ocupa el pueblo del mismo nombre, indicándonos
el número de sus templos católicos, la importancia que en la antigüedad tuvo la ciudad
prehispánica” la razón por la cual menciona los templos católicos es simple, “doquiera que en
un solo lugar, se hallen grandes templos dedicados al culto de la religion catolica, antes se
2
hallaron teocallis, casa de los dioses”, todo esto haciendo alusión al importante Convento
Agustino y la gran cantidad de iglesia que se pueden encontrar.
Un hecho crucial que hay que mencionar para comprender debidamente los simbolismos
plasmados en el instrumento es el llamado “Xochiyaoyotl” o guerra florida, se trata de un
conflicto bélico de connotaciones singulares, el objetivo de dichas contiendas era reunir
prisioneros que posteriormente serían sacrificados a los dioses en sus respectivos días de
festividad, como por ejemplo, a Tonatiuh, que, según el calendario ritual de los mexicas
llamado Tonalpohualli, correspondía al día 4-movimiento o Nahui-ollin
De nueva cuenta, Romero resalta la presencia del Cuauhtinchan y el de un temalacatl en la
zona arqueológica de Malinalco, el primero, la “morada de las águilas”, un lugar destinado al
culto del sol, Tonatiuh, e l segundo, una plataforma gladiatoria en la cual un prisionero se
debatía en combate contra los guerreros Cuauhtli-ocelotl (águila y tigre, respectivamente)
lucha que resultaba en la derrota del prisionero y su posterior sacrificio en honor al sol. La
debida mención de esto es muy importante puesto que los símbolos representados en el
Tlapanhuehuetl hacen referencia al dios del sol, también denominado Huitzilopochtli, y a
dicho enfrentamiento sobre el temalacatl.
Descripción detallada
El tlapanhuehuetl en cuestión mide 97 cm de altura, tiene una forma cilíndrica cuyo diámetro
es de 42 cm y el grosor de las paredes es de 4 cm.
En la parte frontal podemos ver claramente la representación del signo Ollin, siendo un ojo (el
mismo que el logo del INAH, o por lo menos, parecido) que a cuyos lados podemos apreciar a
un águila y a un tigre en posición danzante, izquierda y derecha, respectivamente, debajo,
podemos ver 4 puntos sucesivos, que representan el número 4.
Por la parte trasera se encuentra un águila con rostro y extremidades humanas, emprendiendo
vuelo, sosteniendo un abanico en la mano izquierda y una especie de sonaja en la derecha, en
el pico, sobresale el rostro del humano y a los lados de la cola del animal se distinguen los
pies.
Una especie de cinturón divide estas imágenes con la base del tambor, ataviado con lo que
podrían ser escudos mexicas o Chimalli, e n seguida nos encontramos con las tres patas que
sostienen el huéhuetl, en cada una vemos de nuevo al Cuauhtli y al Ocelotl, e n este caso, dos
patas corresponden al tigre y una al águila.
Interpretación
3
En la parte frontal, como ya mencioné, está el ojo y el número 4, que en conjunto representan
una fecha del Tonalpohualli, 4 -movimiento, en este dia los mexicas acostumbraban realizar la
fiesta en honor al sol. Los prisioneros recaudados en las guerras floridas tenían un valor
considerable, habían sido “elegidos” por el dios Huitzilopochtli y tenían la encomienda de
enviar un mensaje de parte del pueblo mexica, así como de alimentar con su sacrificio a la
mentada divinidad. El prisionero debía pelear contra los guerreros Cuauhtli-ocelotl,
representados también en el Huéhuetl tanto a los costados del Nahui-ollin como en las patas
del huéhuetl, todos en postura danzante. Esta lucha se consolidaba sobre el temalacatl, Fray
Bernardino de Sahagún no la describe como una especie de “danza” la cual al concluir, al ser
sometido el prisionero se le llevaba al Cuauhtinchan, se le abría el pecho y por último, se
sacaba su corazón.
El águila perfectamente tallada en la parte trasera no hace sino representar a Tonatiuh mismo
y, tanto la sonaja como el abanico que sostiene, son insignias utilizadas en los rituales con
tintes bélicos, reiterando esta homogeneidad guerrera que describe al pueblo mesoamericano.
Conclusión
Definitivamente la cosmovisión y filosofía del México precolombino es fascinante, pero
también bastante complicado y por esto, concibo el presente trabajo como un incentivo
personal para conocer de manera más rigurosa todo este mundo de conocimiento que se nos
ofrece como un campo de estudio del que aún hay bastante tela que cortar en materia de
arqueología e interpretación.
Bibliografía
-Romero Quiroz, Javier (1988). El huéhuetl de Malinalco. Edo. Mex, México: Facsimilar.
-Domínguez Chávez, Humberto. (2010). Los mexicas. 28/03/20, de UNAM Sitio web:
https://portalacademico.cch.unam.mx/materiales/prof/matdidac/sitpro/hist/mex/mex1/HMI/M
exicas.pdf
-Seler, Eduard. Die holzgeschnitzte Pauke von Malinalco und das Zeichen Atl- Tlachinolli
-García Payón, José. Los monumentos arqueológicos de Malinalco, Estado de México.
-Fray Bernardino de Sahagún. (1829). Historia general de las cosas de Nueva España. México
-Fray Diego Durán. (1880). Historia de las indias de Nueva España y islas de tierra firme.
México: Ignacio Escalante.
4
-Imagen 1 extraída de:
https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/el-tlalpanhuehuetl-de-malinalco-estado-de-m
exico