Ponencia de Dario Bazzani
Ponencia de Dario Bazzani
Ponencia de Dario Bazzani
Albert Einstein
I. INTRODUCCIÓN
La presente ponencia tiene por objeto examinar las diferentes respuestas que
ha dado el ordenamiento jurídico a la delimitación del objeto de la acusación
como referente del fallo y la posibilidad del fiscal o del juez de ampliar o variar
el objeto de la acusación durante el desarrollo del juicio desde la perspectiva de
la estructura constitucional del proceso penal, las garantías constitucionales y
los principios del derecho.
3Entre otras definiciones, “Conveniencia, coherencia, relación lógica”, Conformidad entre los
pronunciamientos del fallo y las pretensiones de las partes formuladas en el juicio.”. Diccionario
de la Real Academia de la Lengua Española, vigésima tercera edición.
4
Sin embargo, la identidad entre las peticiones de las partes y el fallo, puede
entrar en conflicto con la función del juez como garante de la legalidad, a quien
se le exige, como conocedor del derecho, impartir justicia de acuerdo a la
norma aplicable al caso y procurar que la verdad procesal se acerque a la
verdad histórica. En desarrollo de dicha función es posible que el juez se
enfrente al dilema de tener que escoger entre el principio de congruencia y la
justicia material o entre el primero y la ley. Los romanos llamaron a esta
5Devis Echandía, Hernando. Teoría General del Proceso, II. Editorial Universidad, Argentina,
1985, p.533.
5
posibilidad iura novit curia (el juez conoce el derecho) como la facultad y deber
que tiene el juez de aplicar las disposiciones pertinentes en una causa, aún
cuando las partes no las invoquen directamente.
Ahora bien, otras legislaciones disponen que en caso de surgir un nuevo hecho
en el juicio, este no hará parte del proceso y deberá investigarse por separado,
conservando el procesado la posibilidad de solicitar la acumulación de las
penas en caso de resultar condenado en el segundo proceso, tal y como ocurre
en la legislación colombiana.
7 Artículo 25. Revisión. Resolución 955 (1994), de 8 de noviembre, del Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas, por la que se crea un Tribunal Internacional para el enjuiciamiento de
los crímenes internacionales perpetrados en Ruanda.
11
A partir de estas posturas también surge una tendencia que considera que el
objeto del proceso no puede ser alterado por el operador judicial, si se identifica
posteriormente un delito distinto o tasación de pena distinta. Según esta tesis,
existen los siguientes límites:
“(…)”.
Así mismo, Gómez Orbaneja afirma que “el objeto de cada concreto proceso,
consiste en que aquello de que se acusa a una persona y sobre lo que versa la
actividad probatoria y ha de pronunciarse la sentencia, es un hecho
considerado como delito o falta, y no una determinada figura delictiva ni una
determinada consecuencia penal”11. De la mano de esta misma postura, De la
Oliva Santos, considera que “la acusación es la imputación, personalmente
individualizada, de una conducta con caracteres de delito. Y acusación, con la
sustancia o naturaleza que se acaba de decir, es también presupuesto de
procedibilidad absoluto en un proceso configurado como contradictorio”12.
“(1) El acta de acusación deberá indicar nombre del acusado, el reato del que
se le acusa, el tiempo y lugar de la comisión, sus elementos estatutarios y las
previsiones penales aplicadas (la acusación)”. (Traducción informal)
10S. 26/2/64 Tribunal Supremo Español Citado por ENDERLE, Guillermo Jorge, La
Congruencia Procesal, Buenos Aires: Rubinzal Culzni, 2007, pág., 347.
11 Cita: Gómez Orbaneja, Emilio y Herce Quemada Vicente, Derecho Procesal Penal. Madrid:
p. 1959. 8 y 9.
12DE LA OLIVA SANTOS, Andrés, Derecho Procesal Penal. Madrid: Editorial Centro de
estudios Ramón Areces, S.A, 1995. 522. P.
13
Así mismo, la legislación del Reino Unido, exige que el acta de acusación,
incluya la imputación jurídica:
“Tanto la resolución del procesamiento del juez como el acto acusatorio del
fiscal no pueden tener otro contenido fáctico que el mismo hecho, con todas las
idénticas modalidades y circunstancias de tiempo y lugar que les fueron
informadas al imputado previamente a su primera declaración. Lo contrario
importaría una vulneración a su derecho de defensa, si el procedimiento o la
acusación contuvieran alguna alteración de las circunstancias o ampliación de
la demarcación fáctica, las mismas habrían sido ingresadas al proceso con
posterioridad al descargo del imputado y sobre las cuales no habría tenido
conocimiento ni oportunidad de defenderse”13.
13M. Jauchen, Eduardo. Derechos del imputado, (Editorial Rubinzal Editores, Argentina 2005)
p.173 y 174.
14
14 MENDOZA, Juan. Los Principios del Proceso Penal. En Colectivo de Auto- res. Temas para
el estudio del Derecho Procesal Penal. Primera edición, La Habana: Editorial Félix Varela, 2002
15ROXIN CLAUS, Derecho Procesal Penal, Buenos Aires, Editorial: Editores del Puerto, año
2000 p. 160 y 164.
“(…)”.
proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
(…) b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada.”
16
LEY 94 DE 1938.
“ARTÍCULO 426. Cuando el Agente del Ministerio Público pidiere que se dicte
auto de proceder, formulará separadamente los cargos que aparezcan contra el
procesado y citará las pruebas en que ellos se funden. La vista fiscal analizará,
en conclusiones precisas y numeradas:
3o. La participación que en ellos haya, tenido el procesado o cada uno de los
procesados y las pruebas en que se funde”.
1o. Una narración sucinta de los hechos que hubieren dado lugar a la
formación del proceso, indicando los nombres de los procesados, sus apodos o
sobrenombres, su edad, estado, naturaleza, domicilio y oficio o profesión, si
fueren conocidos;
2o. El análisis de las pruebas que demuestren el cuerpo del delito y de las en
que se funde la imputación al procesado;
3o. La calificación genérica del hecho que se imputa al procesado, con las
circunstancias conocidas que lo especifiquen y
Por último, el juez de segunda instancia podía decidir sin limitación alguna
sobre la providencia impugnada, teniendo un amplio margen de acción con
respecto a los cargos, dado que según el artículo 197: “El recurso de apelación
otorga competencia al juez o tribunal de segunda instancia para decidir sin
limitación alguna sobre la providencia impugnada.”
En este caso la audiencia se suspenderá por el término de dos (2) días para
que las partes soliciten las pruebas que tengan relación con la nueva
adecuación.
“En los procesos con intervención del jurado, el juez dictará la sentencia de
acuerdo con el veredicto, con la resolución de acusación, con las pruebas
aportadas en el juicio y con el debate oral de la audiencia pública.
Podrá, por tanto, variar la denominación del delito dentro del género del
capítulo correspondiente del Código Penal y declarar cualquier otra
circunstancia modificadora de la culpabilidad y de la punibilidad. En todo caso
se consignarán con claridad las razones que el juez ha tenido para acoger o
rechazar los planteamientos del debate oral.”
Sin embargo, esta apreciación no resulta válida si se observa que se optó por
el mismo régimen mixto previsto en las leyes anteriores vigentes desde 1938,
puesto que en los requisitos de la acusación estaba prevista la exigencia de
señalar el capítulo y el título correspondiente en el Código Penal y en el trámite
previsto para la variación de la calificación se incluía la exigencia de respetar el
capítulo y el título correspondiente, previamente señalado en la acusación,
razón por la cual podríamos afirmar que se mantiene un sistema mixto con
flexibilidad intermedia respecto de la posibilidad de variar la calificación jurídica.
25
Vale la pena advertir que el Decreto 2700 de 1991, cuestión que reproduce la
Ley 81 de 1983, establece como condición para calificar el mérito del sumario
que se haya reunido la prueba que permita proferir resolución de acusación o
preclusión de la investigación. En este sentido la última norma citada incluye la
26
Eso explica que el proyecto de Ley 205 de 1992, que fue la base de la Ley 81
de 1993, hubiera previsto la inclusión de un nuevo artículo al Código de
Procedimiento Penal, el 455ª, que consagraba un régimen de variación de la
calificación por prueba sobreviniente o error en la calificación, en el cual se
garantizaba la posibilidad de solicitar nuevas pruebas en el juicio, frente a la
nueva calificación. Desafortunadamente, dicha fórmula novedosa ideada por la
Comisión Redactora del Proyecto, de la cual hicimos parte, no fue acogida por
el Congreso de la República.
Como quiera que no fueron pocas las discusiones jurisprudenciales que suscitó
el régimen del Decreto 2700 de 1991, la Ley 600 de 2000 se ocupó de regular
el tema de la congruencia y la variación de la calificación, conservando la
concepción mixta del calificatorio, pero esta vez exigiendo solamente la
calificación jurídica provisional sin necesidad de enmarcarla por su ubicación
en el Código Penal.
Las normas de la Ley 600 de 2000, que desarrollan esta nueva postura son las
siguientes:
4. Las razones por las cuales comparte o no, los alegatos de los sujetos
procesales.
Lo anterior significa que a las luces del nuevo sistema procesal penal la
acusación no es más que un enunciado fáctico que contiene hipótesis a probar
en el juicio y que ese es el escenario para discutir los hechos con base en las
pruebas que se practicarán con las garantías de contradicción e inmediación.
De tal suerte que es altamente probable, que los hechos varíen en sus
32
circunstancias de modo, tiempo y lugar y que algunos elementos del tipo básico
y especial, sufran modificaciones que puedan desembocar en una nueva
calificación jurídica.
2. El nuevo sistema procesal impone límites al juez puesto que, de una parte,
impide invadir el ejercicio de la acción penal cuyo monopolio es del resorte
exclusivo del fiscal y, de otra, le prohíbe contaminar su criterio haciendo
valoraciones de la prueba en forma anticipada al fallo y que no sean producto
del debate probatorio propio del juicio oral.
Esto significa que la congruencia fáctica constituye una talanquera para el juez,
en tanto no puede cuestionar la imputación fáctica contenida en el petitum, es
decir, en la calificación, pues de lo contrario invadiría la función de acusación.
No ocurre lo propio con la calificación jurídica del comportamiento, la cual ya no
es exigencia de la acusación, simplemente se tiene como referencia para
efectos de fijar la competencia del juez y permitir al procesado aceptar cargos o
realizar acuerdos conociendo de antemano la calificación jurídica y sus
consecuencias
d) Los documentos, objetos u otros elementos que quieran aducirse, junto con
los respectivos testigos de acreditación.
CAPITULO II
35
“Artículo 338. Citación. Dentro de los tres (3) días siguientes al recibo del
escrito de acusación, el juez señalará fecha, hora y lugar para la celebración de
la audiencia de formulación de acusación. A falta de sala, el juez podrá habilitar
cualquier recinto público idóneo”.
“Artículo 339. Trámite. Abierta por el juez la audiencia, ordenará el traslado del
escrito de acusación a las demás partes; concederá la palabra a la Fiscalía,
Ministerio Público y defensa para que expresen oralmente las causales de
incompetencia, impedimentos, recusaciones, nulidades, si las hubiere, y las
observaciones sobre el escrito de acusación, si no reúne los requisitos
establecidos en el artículo 337, para que el fiscal lo aclare, adicione o corrija de
inmediato.
CAPITULO II
36
“Artículo 443. Turnos para alegar. El fiscal expondrá oralmente los argumentos
relativos al análisis de la prueba, tipificando de manera circunstanciada la
conducta por la cual ha presentado la acusación.
“No es posible dar a las formas legales propias de cada juicio el significado
de que, en los asuntos de carácter penal, la calificación inicial sobre el delito
y acerca de los hechos deba permanecer invariable. Por el contrario, el
objetivo de todo proceso, en especial los que se inicien en materia criminal,
es el de esclarecer lo acontecido, para administrar justicia con apoyo en la
verdad real y en la convicción razonada de quien resuelve. De lo cual se
desprende que el funcionario o corporación a cuyo cargo se encuentra la
decisión final debe estar en condiciones de modificar, parcial o totalmente,
las apreciaciones con base en las cuales se dio principio al proceso.”
“(…)”.
17
Corte Constitucional, sentencia C-491 de 26 de septiembre de 1996. MP José Gregorio Hernández.
18
Corte Constitucional, sentencia C-541 de 1998. M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
41
“(…)”.
“(…)”.
“En el caso particular de la defensa, dentro del proceso penal, resulta de suma
importancia distinguir la posición del acusador de la que le corresponde asumir
al sindicado, en cuanto éste requiere que aquel defina la acusación para
proveer su defensa, de tal suerte que lo trascendente, desde una perspectiva
19
Corte Constitucional, sentencia C-620 de 2001. MP Jaime Araujo Rentería.
43
20 Corte Constitucional, sentencia C-1288 del 5 de diciembre de 2001, M.P. Dr. Álvaro Tafur
Galvis.
44
21
Corte Constitucional, sentencia C-199 de 2002. MP. Marco Gerardo Monroy Cabra
45
“(…).
22 Corte Suprema de Justicia. Sentencia del treinta (30) de noviembre de mil novecientos noventa
y cuatro (1994). MP Juan Manuel Torres Fresneda.
46
23Corte Suprema de Justicia. Sentencia del (29) de julio de (1998). MP Carlos Eduardo Mejía
Escobar.
47
“Pero como la conducta humana comprende una fase subjetiva y una objetiva
o externa, es necesario que la Sala haga algunas precisiones al respecto:”
“3.5. Sólo es procedente para hacer más gravosa la situación del procesado,
esto es, en su contra (verbigracia, de homicidio culposo a doloso; de cómplice
a coautor).”
“La anterior característica emana no sólo del texto de la norma que se refiere al
“reconocimiento de una agravante”, “desconocimiento de una circunstancia
atenuante”, y no a la inversa, sino del hecho de que el juez, al resolver los
cargos imputados en la resolución de acusación, puede, como se analiza
adelante, degradar la responsabilidad.”
“De manera que si el fiscal estima que el acusado debe ser condenado, pero
por una especie delictiva menos grave o que se le debe reconocer una
circunstancia especifica de atenuación o, en general, que se le debe aminorar
la responsabilidad, así lo debe alegar y no proceder a modificar la calificación a
su favor.”
“3.6. La variación puede ser respecto de un elemento básico estructural del tipo
(por ejemplo, de estafa o de abuso de confianza calificado, en cuantía que
exceda los 50 salarios mínimos legales vigentes, a peculado por
50
“3.7. La hace el fiscal por propia iniciativa o a petición del juez, pues aquél, en
la etapa de juzgamiento, continúa con la función acusadora...”
Desde luego que, en el ejemplo, también se podría condenar por otra figura
atenuada, como por abuso de confianza, pues, como se verá adelante, el juez,
al condenar, puede degradar la responsabilidad, siempre y cuando respete el
núcleo central de la imputación fáctica...”
Por ende, le está vedado agregar hechos nuevos, suprimir las atenuantes que
se le hayan reconocido al acusado, adicionar agravantes y, en general, hacer
más gravosa su situación.
“La Sala insiste, lo que no puede hacer el juez, sin romper la congruencia, es
agravar la responsabilidad con relación a los cargos imputados en la resolución
de acusación y sus modificaciones. Así, si se acusó por homicidio culposo y se
varió a homicidio simple, no se podrá condenar por homicidio agravado; y si se
acusó por lesiones personales, no se podrá condenar por tentativa de
homicidio.”
“Lo anterior implica que los sujetos procesales deben ser muy cuidadosos en
presentar, en sus alegatos, frente a la realidad probatoria y al entendimiento de
las normas jurídicas, aquéllas posibilidades de atenuación de responsabilidad a
las que se podría acudir, en subsidio de la absolución...” 26
Con todo, no obstante que la competencia para juzgar el delito de sedición está
radicada en los Jueces Penales del Circuito comunes, según se desprende de
la cláusula general de competencia que consagra el artículo 77, numeral 1°, de
la Ley 600 de 2000, en el caso que se examina y dado que éste se adelanta
bajo el especial trámite de sentencia anticipada, no resulta necesario radicar su
conocimiento en el Juez de esta categoría, porque tampoco es necesario que
para aplicar la nueva modalidad de sedición se varíe previamente la calificación
jurídica de la conducta.
27Corte Suprema de Justicia. Sentencia de Casación Penal, Bogotá D.C., diciembre 7 de dos
mil cinco (2005). MP Mariana Pulido de Barón. Rad: 24466
54
luces del derecho de defensa y concluye, tal y como lo había hecho la Corte en
auto de 14 de febrero de 2002, que no es necesaria la variación de la
calificación jurídica como presupuesto para garantizar el derecho de defensa,
cuando del resultado advertido por el Juez, no empeore la situación del
procesado punitivamente, como consecuencia de la modificación introducida en
el fallo. Igualmente aclara la Corte, que los cambios de denominación jurídica,
producto del tránsito legislativo, no se solucionan a través del régimen de
variación de la calificación, puesto que se trata de un fenómeno diferente que
simplemente altera el nomen iuris, dejando intacto el derecho de defensa que
ya ejerció el procesado conforme al contenido del tipo penal, el cual se
mantiene intacto. Al respecto, señaló la Corporación:
“El principio de congruencia que debe mediar entre la acusación y el fallo está
instituido para garantizar, además del derecho de defensa y la lealtad procesal,
la estructura lógica y jurídica del proceso, pues por regla general, quien es
acusado por determinada conducta delictiva, debe ser absuelto o condenado
por la misma.
28Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 29 de julio de 1998. Rad. 10827. M.P. Dr. Carlos
Eduardo Mejía Escobar.
55
´En cuanto concierne que una nueva ley modifique la denominación jurídica o
nomen iuris de un comportamiento sobre el cual se impartió la calificación
jurídica provisional en vigencia de una legislación anterior, como ocurre en el
asunto objeto de estudio, ha precisado la Sala que “no es necesario variar la
calificación, pues ésta sólo puede serlo cuando se incurrió en error al proferir el
pliego de cargos, o por prueba sobreviniente, y aquí la calificación dada fue
correcta, al tenor de la ley entonces vigente, sino que, simplemente, la
adecuación típica del comportamiento se modificó en la nueva ley”, sin que,
entonces, se produzca afectación al “principio de congruencia, a la estructura
del proceso o al derecho de defensa, si la conducta se calificó, en la resolución
de acusación, con la denominación jurídica de la anterior legislación y la
sentencia se dicta con la de la nueva normatividad, desde luego que
respetando el principio de favorabilidad´29.
29Corte Suprema de Justicia. Auto del 14 de febrero de 2002. Rad 18457. M.P. Dr. Jorge
Córdoba Poveda.
30 Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 22 de noviembre de 2005, M.P. Dra Marina Pulido
de Barón. Rad: 24388
57
La nueva postura asumida por la Corte Suprema de Justicia, parte del tenor
literal de las normas que regulan el procedimiento de variación de la
calificación jurídica en la Ley 600 de 2000. No obstante, debe advertirse que la
solución prevista en dicha normatividad, si bien prevé un mecanismo legal que
permite variar la calificación jurídica, no es el más afortunado, pues como se
vio, solo se aplica para aquellos casos en los cuales la variación empeora la
situación del procesado al momento de fallar, desconociendo que a éste se le
debe garantizar el derecho de defensa frente a la nueva calificación, con
independencia de si la misma es más beneficiosa o no desde el punto de vista
punitivo. Incluso, en aquellos casos en que el procesado tuvo la posibilidad de
controvertir la prueba que sirve de fundamento al nuevo delito por el cual se
condena, verbigracia, se acusó por tentativa de homicidio y se desvirtuó la
intención de matar, concluyendo el juez que debe condenar por lesiones
personales, subsiste un posible menoscabo al derecho de defensa material,
puesto que el procesado nunca tuvo la posibilidad de aceptar los cargos y
recibir la rebaja de pena correspondiente, conforme a la imputación jurídica por
la cual se condenó y que debió ser la correcta al momento de acusar. En
31Corte Suprema de Justicia. Sentencia de marzo ocho (8) de noviembre dos mil once (2011).
M.P Fernando Alberto Castro Caballero. Rad: 32685
58
En este orden de ideas, la Corte considera que el artículo 448 de la Ley 906 de
2004, interpretado de conformidad con los artículos 29 y 31 Superiores y 8º de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, comporta que el principio
de congruencia se entiende igualmente aplicable, dentro de los límites fijados
en esta sentencia, a la relación existente entre la imputación de cargos y la
formulación de la acusación.”32
32
Corte Constitucional, sentencia C-025 de 2010, MP Humberto Sierra Porto.
33Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 18 de abril de 2007 MP: Mauro Solarte Portilla,
Radicación No.: 23997,
60
“(…)”
“Y es natural que sea así, esto es, que lo inmutable remita únicamente al
apartado fáctico y no a la delimitación típica consignada en la acusación, por la
potísima razón que hasta ese momento, cuando apenas se da comienzo a la
34
Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 27 de julo de 2007, M.P. Ponente Alfredo Gómez
Quintero, Radicación No. 26468.
61
etapa del juicio, la fiscalía no cuenta con pruebas, en estricto sentido, que
relacionen lo sucedido y la responsabilidad del procesado, sino con elementos
materiales probatorios, evidencia física e informes, precarios en su contenido
suasorio y, en todo caso, menesterosos de aducción y práctica en la audiencia
del juicio oral para reclamar legitimidad y validez en el cometido de
fundamentar la sentencia.
“(…)”.
“Así las cosas, cuando el juez de conocimiento decide condenar por un delito
distinto a aquél por el cual la fiscalía acusa o pide condena no hace otra cosa
que asumir de manera oficiosa una nueva acusación, pues en últimas tan
35Corte
Suprema de Justicia. Sentencia del 28 de noviembre de 2007, MP Julio Enrique Socha
Salamanca Rad: 27518.
64
obligado está el funcionario judicial para absolver por el delito acusado, en los
casos en que la fiscalía renuncia a la acusación, como lo está para condenar o
absolver solamente por los hechos y la denominación jurídica que han sido
objeto de acusación, y no por otras.“36
Más adelante, la Corte resume los eventos en los que considera que se atenta
contra el principio de congruencia, según el criterio del resultado que se deriva
de la variación, en el sentido de que la transgresión a dicho principio depende
de si el fallo desmejora la situación del procesado respecto de la acusación.
Para efectos de realizar la comparación entre imputación fáctica y jurídica
contenida en la imputación, acusación y sentencia, la Corte únicamente toma
como referencia el alegato conclusivo del fiscal, cuando se solicita absolución.
En los demás casos la referencia la constituye la imputación vertida en
audiencia (fáctica) y la contenida en la acusación (fáctica y jurídica) así:
36Corte Suprema de Justicia. Sentencia del tres (3) de junio de 2009 M.P. Jorge Luis Quintero
Milanés Rad: 28649.
65
38Corte Suprema de Justicia. Sentencia de marzo dieciséis (16) de dos mil once (2011). M.P
Fernando Alberto Castro Caballero. Rad 32685
66
39
Sobre el punto puede consultarse, entre otras, la providencia del 27 de julio de 2007
(radicado 26.468).
40
Artículo 289 del Código Penal.
41
Corte Suprema de Justicia. Sentencia de octubre 16 de 2013. M.P. José Luis Barceló. Rad. 42258.
67
“(…)”.
tipicidad de los delitos y de las penas, así como desconocieron los derechos de
verdad y justicia de la víctima menor de edad, la Sala debería casar oficiosa y
parcialmente el fallo recurrido, con el fin de declarar al acusado penalmente
responsable por el delito de actos sexuales con menor de catorce (14) años e
imponerle una sanción privativa de la libertad dentro de los límites previstos en el
artículo 209 de la Ley 599 de 2000, con la modificación introducida por del artículo
5º de la Ley 1236 de 2008, es decir, una pena que oscilaría entre nueve (9) y trece
(13) años de prisión.
42Corte Suprema de Justicia. Sentencia del cinco (5) de marzo de 2014 M.P Eugenio
Fernández Carlier Rad: 41778
69
“1. Le asiste razón al representante del Ministerio Público, toda vez que el
Tribunal Superior de (…), sin motivo aparente, aplicó el artículo 207 (acceso o
acto sexual en persona puesta en incapacidad de resistir) y dejó de lado el
señalado en el artículo 210 del Código Penal (acceso carnal o acto sexual
abusivos con incapaz de resistir), para finalmente absolver a JPM sin
adentrarse en los motivos fundamentales del recurso de apelación postulado
por la defensa.
“En efecto, de la lectura del proveído del 20 de enero de 2011 surge tal yerro,
pues desde su inició el Tribunal hace referencia al ilícito prescrito en el artículo
207 cuando nunca fue insinuado por la Fiscalía en el diligenciamiento y mucho
menos por el Juez de primer grado, lo cual, además, vulneró el principio de
congruencia.
“El debate giró, en la imputación jurídica del delito de “acceso carnal o acto
sexual con incapaz de resistir”, una vez fuera variada la inicial de acto sexual
abusivo con ocasión de la condición de salud de la víctima quien fuera
diagnosticada con “retardo mental leve”, acusación que se concretó en
70
“De allí que, en el caso presente, bajo la propuesta del Tribunal sobre la
tipificación de los hechos denunciados, incluso aparecía admisible (de
encontrarlo debidamente probado) que encausara su decisión en el artículo
209 del Código Penal (actos sexuales con menor de catorce años), como
quiera que representaba una pena menor y respetaba el marco fáctico
decantado en la acusación; más no, el de acceso carnal abusivo con menor de
catorce años44, contemplado en el artículo 208, pese a que prevé una pena
igual, pues ello ya suponía variar el supuesto de hecho indicado.
“Todo esto para significar que equívoca fue la salida del sentenciador, a más
del error en la selección del fundamento normativo que desvió por completo el
análisis del recurso de apelación presentado por la defensa y dejó inconclusa
su resolución frente a la primera de las conductas acusadas y, de manera
sorpresiva, estudió un tipo penal que en nada había sido considerado.
“Y sólo por esta vía abordó los argumentos propuestos por la defensa, que
descartó ante la innecesaridad de demostrar si finalmente se incurrió en actos
o acceso, la veracidad que le merecieron los relatos de las sicólogas
presentadas por el ente acusador que examinaron a la niña y la situación de la
víctima, quien pudo verse afectada por el drama familiar que generaba la
privación de la libertad del padre.
“Lo cual no supone de manera alguna la superación del yerro detectado, por
cuanto, finalmente, la presunta responsabilidad por el delito de acceso carnal o
acto sexual abusivos con incapaz de resistir no fue analizado, pese a
suponerse su existencia como supuesto del delito de incesto.
“El acusado no podrá ser declarado culpable por hechos que no consten
en la acusación, ni por delitos por los cuales no se ha solicitado condena”.
“Es necesario anotar, sin embargo, que desde la SP, 27 jul. 2007. Rad. 26468,
la Corte viene admitiendo la posibilidad de variar en el fallo la calificación
jurídica atribuida en la acusación, es decir, condenar por un delito distinto al
contemplado en esta.
“Sobre el particular, se precisó en la reseñada decisión que el fiscal bien puede
“solicitar condena por un delito de igual género pero diverso a aquel formulado
en la acusación —siempre, claro está, de menor entidad—, o pedir que se
excluyan circunstancias de agravación, siempre y cuando —en ello la apertura
no implica una regresión a métodos de juzgamiento anteriores— la nueva
tipicidad imputada guarde identidad con el núcleo básico de la imputación,
esto es, con el fundamento fáctico de la misma, pero además, que no
implique desmedro para los derechos de todos los sujetos intervinientes”
(resaltado fuera de texto) y sin que se haga más gravosa la situación del
acusado.
“No obstante, ya en SP, 16 mar. 2011. Rad. 32685, había puntualizado la Sala
que los jueces pueden efectuar el cambio de la calificación jurídica sin ser
necesario que medie solicitud expresa de la Fiscalía. Sobre el particular,
textualmente señaló:
“Si bien en el precedente citado por el defensor de Nelson Enrique Galvis
Rojas (2) , la Corte consideró que en la sistemática prevista en la Ley 906
de 2004 el juez puede condenar al acusado por un delito distinto al
formulado en la acusación, siempre y cuando (i) el ente acusador así lo
solicite de manera expresa, (ii) la nueva imputación verse sobre una
conducta punible del mismo género, (iii) la modificación se debe orientar
hacia un delito de menor entidad, (iv) la tipicidad novedosa debe
respetar el núcleo fáctico de la acusación, y (v) no se debe afectar los
derechos de los sujetos intervinientes, aquella primera exigencia merece
ser modificada en el sentido que los jueces de instancia se pueden
75
“Así en CSJ AP, 28 mar. 2012. Rad. 36621, en la cual se citaron decisiones
anteriores, la corporación expresó:
“Necesario es señalar, en pos de consolidar una línea jurisprudencial
sólida frente a tal temática, que con la entrada en vigencia de la Ley 906
de 2004, la Sala ha superado la tesis, en su momento reinante sobre el
denominado principio de congruencia estricto (3) , para abrir paso a una
postura morigerada frente a las facultades del juez en la sentencia (4) :
‘… Ahora, si bien el principio de congruencia impide al juez, cuando
dicta el fallo, modificar completamente la denominación jurídica de
los hechos, ello no es óbice para degradar la conducta a favor del
procesado; por ejemplo, tomando en cuenta circunstancias que redunden
en beneficio del procesado, atenuantes específicas o genéricas, o incluso
condene por una ilicitud más leve, siempre y cuando no se afecten los
derechos de los demás intervinientes’” (resaltado fuera de texto).
“En AP, 24 sep. 2014. Rad. 44458 reiteró la Corte, que cuando de manera
excepcional el juez pretenda apartarse de la exacta imputación jurídica
formulada por la Fiscalía, aun tratándose de la denominada congruencia
flexible, es necesario que respete los hechos, se trate de un delito del mismo
género y el cambio de calificación se produzca respecto de una conducta
punible de menor o igual entidad.
46
Corte Suprema de Justicia. MPS. María del Rosario González y Gustavo Enrique Malo, mayo 25 de
2015. Rad. 44287.
78
“(…)”
47
Corte Suprema de Justicia. Mayo 25 de 2016. M.P. Gustavo Enrique Malo. Rad. 43837.
80
“En ese orden, habida cuenta del cambio jurisprudencial como se viene de
exponer, cuyo aspecto medular se cifra en que la solicitud de absolución que
eventualmente formule el delegado del ente acusador en el alegato final, no es
vinculante para el juez de conocimiento, quien en todo caso, habrá de proferir
la respectiva sentencia con fundamento en la estimación de las pruebas
practicadas en el juicio oral, cuyo referente para efectos de la congruencia es el
acto complejo de la acusación, valga decir, escrito y formulación oral; se
concluye que frente al caso particular no se vulneró tal postulado.”48
Del anterior recuento jurisprudencial queda claro que si bien la Corte ha variado
progresivamente su criterio de la congruencia estricta hacia la congruencia
flexible, continúa utilizando el criterio del resultado como límite a la variación de
la calificación, haciendo depender la misma de si el nuevo delito o
denominación jurídica comporta unas consecuencias jurídicas punitivas más
48
Corte Suprema de Justicia. Agosto 3 de 2016. M.P. Fernando Alberto Castro. Rad. 41905.
81
V. NUESTRA PROPUESTA
Así las cosas, toda prueba practicada en el escenario del juicio oral,
haya sido admitida en precedencia o con posterioridad por ser
sobreviniente, puede servir de fundamento al cambio de calificación,
siempre y cuando no altere la imputación fáctica en su núcleo esencial,
contenida en la acusación o en su adición, en los términos explicados en
precedencia.
VI. BIBLIOGRAFIA.
ROXIN CLAUS, Derecho Procesal Penal, Buenos Aires, Editorial: Editores del
puerto, año 2000.
S.26/2/64 Tribunal Supremo Español ENDERLE, Guillermo Jorge, La
Congruencia Procesal, Buenos Aires : Rubinzal Culzoni, 2007, pág., 347
Sentencia de 5 de junio de 1922 Obtenida en: del Rio Ferretti, Carlos. (2008).
Deber de congruencia (rectius, correlación) de la sentencia penal y objeto del
proceso: Un problema no resuelto en la ley e insoluble para la jurisprudencia
chilena. Ius et Praxis, 14(2), 87-125.