Libro Del Alumnado Teoe
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Libro Del Alumnado Teoe
NOTA IMPORTANTE:
Los trabajos elaborados por los alumnos deben ser originales. El plagio de otros textos o
partes de ellos será penalizado con el suspenso de la asignatura, además de cualquier
otra acción que la universidad pudiera emprender. Si se desea reproducir textualmente
cualquier fragmento de un texto que se haya leído, ha de transcribirse entre comillas y
se debe indicar el autor y la obra de la que ha sido extraído. Del mismo modo, cuando
se copien literalmente fragmentos de textos tomados de internet, deben presentarse entre
comillas, con el nombre del autor, el título de la obra y la dirección de la página web en
que se encuentran.
SESIÓN 1: CÓMO ORGANIZAR LOS CONTENIDOS I
Pavlov
Orígenes
Skinner
Experimentos con
animales
CONDUCTISMO
Problemas
Fobias
1. Introducción:
1.1. Definición.
1.2. Los precursores: Pavlov y Skinner.
1.3. Experimentos con animales.
2. Reaprender a reaccionar:
2.1. Las fobias.
2.2. Liberarse de las fobias: la terapia de exposición.
2.3. Objetivos de la terapia de conducta.
3. Habilidades sociales:
3.1. Problemas con las habilidades sociales.
3.2. Terapias.
3.3. Programas de aprendizaje de habilidades sociales.
2
TÍTULO EL CONDUCTISMO
SUBTÍTULO Terapias breves y contrastadas para solucionar temores agudos
I El conductismo, también llamado terapia de conducta, se inició con los estudios del
N investigador ruso Ivan Pavlov y el estadounidense B. F. Skinner a principios del siglo
T XX. Ambos trataban de determinar cómo aprenden los animales y cómo gestionan sus
R emociones. Estos investigadores descubrieron que los animales desarrollan fobias e
O
incluso se deprimen a causa de unos aprendizajes básicos hechos por asociación de
D
U estímulos. Así, unas ratas de laboratorio sometidas a un entorno en el que no pueden
C predecir el castigo o la recompensa se deprimen de forma muy parecida a como lo
C hacen las personas. Estas asociaciones siguen unas leyes que, una vez dominadas, nos
I pueden ayudar a desaprender miedos o fobias irracionales y combatir depresiones. La
Ó idea es que todo lo que se aprende se puede corregir mediante un nuevo aprendizaje más
N óptimo.
2 REAPRENDER A REACCIONAR
En el caso de las fobias, una persona puede haber desarrollado un miedo a causa de una
experiencia traumática puntual. Por ejemplo, podemos tener pavor a los perros porque,
de niños, presenciamos el ataque de un perro agresivo. Para liberarnos de esa fuerte
asociación “perro/peligro inminente”, los conductistas proponen la terapia de
exposición, que consiste en ir acercándonos paulatinamente al objeto temido para
reaprender otra asociación, esta vez: “perro/no peligro inminente”. Este nuevo
aprendizaje se realiza tan lentamente como sea necesario. De buen inicio, el terapeuta
sólo nos mostrará fotografías de perros afables, de manera que vayamos sintiéndonos
cada vez más seguros ante el estímulo visual del animal. El objetivo final-al cabo de
diez o quince sesiones- es que nuestra mente sea más flexible, que no reaccione tan
impulsivamente ante el objeto temido y podamos escoger la forma de actuar. De hecho,
las terapias conductistas tienen mucho éxito en el tratamiento de todo tipo de fobias y
ansiedades agudas. La terapia de conducta concibe al hombre como un ser activo que
piensa, siente y se comporta en un entorno determinado y que aprende en la interacción
constante con ese entorno. El objetivo de la terapia es identificar las conductas que han
sido mal aprendidas y que crean una serie de interferencias en la vida del individuo para
desaprender aquello que ya no aporta un bienestar. El último paso es enseñar nuevas
pautas de acción para poder conseguir superar los problemas cotidianos.
3 HABILIDADES SOCIALES
En ocasiones, las habilidades sociales adquiridas durante la primera infancia pueden ser
inadecuadas si no existe un modelo familiar claro o bien si ha habido algún problema de
relación. En este caso, la terapia de centrará en la creación de nuevas pautas de
comportamiento que ayude a la persona a tener una mejor adaptación a un entorno
adulto y que faciliten la comunicación con los demás. Las terapias conductuales ofrecen
programas de aprendizaje de habilidades sociales que niños y adolescentes a los que les
cuesta comunicarse, que reaccionan mal ante situaciones estresantes o con problemas de
control de impulsos. En muchas escuelas de todo el mundo se aplican técnicas de este
tipo dentro del currículo normal.
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SESIÓN 2: CÓMO ORGANIZAR LOS CONTENIDOS II
d) Este trabajo se ocupa de la naturaleza de los movimientos sociales que han surgido en
este país durante las tres últimas tres décadas desde dos supuestos iniciales. El primero
es que para conocer la clase de movimientos que se producen desde el comienzo de la
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transición política es necesario saber cuáles son algunos aspectos básicos de los que
tuvieron lugar antes y se enfrentaron al régimen de Franco. Otro supuesto consiste en
afirmar que hay una importante relación entre los marcos cognitivos de estos
movimientos y sus relaciones con los partidos políticos en la evolución histórica de los
movimientos sociales en España. Mi argumento es que la combinación de aspectos
cognitivos y organizativos permite una visión más matizada sobre el origen de los
nuevos movimientos sociales, un controvertido concepto cuyo sentido y utilidad hemos
defendido en otro lugar.
(Enrique Laraña)
c) El presente trabajo intenta analizar los errores que cometen los estudiantes de español
como lengua extranjera en el uso de la lengua escrita, con el propósito de determinar si
éstos son comunes a las diferentes nacionalidades y a las distintas lenguas que éstas
representan o, por el contrario, si son específicas de cada una de ellas. En primer lugar
hacemos una revisión de la bibliografía más representativa sobre la posible interferencia
de la primera lengua en la expresión escrita de la segunda. Posteriormente explicamos la
metodología que hemos empleado para llevar a cabo este estudio y, seguidamente,
presentamos los datos obtenidos.
4. Modelos de conclusiones: características que debe poseer esta parte del texto.
a) Las hipótesis han quedado confirmadas con algunos de los datos recabados. La
diferencia de valores y usos de una y otra lengua en el sistema preposicional se pone de
manifiesto en el intento de generalización por parte del sujeto de los usos de la lengua,
hecho que encontramos en los fenómenos de sustituciones de unas preposiciones por
otras y las apariciones en contextos inapropiados.
c) En una próxima ocasión aportaremos más datos que contribuyan a conocer mejor la
madurez sintáctica de los escolares (sic), ya que observamos que, aun sin instrucción
precisa, van enriqueciendo la complejidad de las oraciones. Gracias a las
investigaciones sobre madurez sintáctica podremos mejorar la competencia
comunicativa de nuestros alumnos; manejando un conjunto de ejercicios que vayan
encaminados a la incorporación de destrezas de este tipo, lograremos controlar y hacer
avanzar el proceso de instrucción.
(Ana Nelsi Torres González)
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5. Redactar la conclusión del siguiente texto
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despertada por el beso del príncipe. El príncipe caza, monta, explora y descubre
mientras la bella duerme.
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SESIÓN 3: EL BUEN USO DEL LENGUAJE I. LA FRASE BIEN CONSTRUIDA
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E 3-2 *Las palabras polisémicas son cuando a un solo significante le corresponden
varios significados (tomado de Gómez Torrego 2002).
8. No te quedes a medias
E 8-1 El sistema permite mejorar, por una parte, el ruido de los vehículos y el alto
riesgo de accidentes.
E 8-2 En EEUU, los unos querían intervenir, pero nadie quería la guerra.
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TEXTOS PARA CORREGIR
1) Se calcula que a partir de cuatro dígitos, el cerebro humano tiene serios problemas
para retenerlos.
3) En los titulares de prensa es donde mejor se puede ver la dificultad que presenta el
lenguaje para designar profesiones que ahora son llevadas a cabo por mujeres pero que
generalmente lo habían sido por hombres.
4) Existe en nuestra y en otras lenguas con una función muy específica [...]
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SESIÓN 4: EL BUEN USO DEL LENGUAJE II. CONSEJOS PARA UTILIZAR
EL VOCABULARIO CORRECTAMENTE.
1. UTILIZA EL DICCIONARIO
3. El vocabulario debe ser apropiado. Hazte siempre esta pregunta: ¿Significan las
palabras que empleo lo que yo creo que significan?
E 3-1 El DRAE adolece de ejemplos que ayuden a comprender las definiciones.
E 3-2 Es muy popular porque sabe expresarse con mucho naturalismo en cualquier
ocasión.
E 3-3 El Ministerio de Sanidad obliga a los fabricantes a ofrecer la información
3-1. Carece
nutritiva sobre sus productos. 3-2. naturalidad
3-3. nutricional
E 3-4 Los López constituyen una saga famosa en esta localidad. 3-4. familia
3-5. caídas
E 3-5 Tras las lluvias torrenciales ocurridas ayer, algunos pueblos continúan 3-6. en disposición
3-7. lleno
incomunicados. 3-8. rebela
E 3-6 Vamos a colaborar con los Ayuntamientos de la zona para estar en disponibilidad 3-9. emprendedor
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a nivel de en cualquier caso
a raíz de en función de
a través de es evidente
bajo el punto de vista evidentemente
como muy de cara a
como mínimo de entrada
de alguna manera para empezar
en base a quiero decir que
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contratista, que subcontrató, legalmente o no, la obra a otra empresa que no ha cumplido
debidamente la tarea encomendada.
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SESIÓN 5: NORMA Y USO DE LA LENGUA: LO QUE SE PUEDE Y LO QUE
NO SE DEBE DECIR
EJERCICIOS
2. En la mayor parte de las oraciones siguientes se ha usado mal (o bien falta) una
preposición. Corregir donde sea necesario.
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SESIÓN 6. LA ESTRUCTURA DEL TEXTO ESCRITO
a) Aquí estoy otra vez en el Gijón. Está medio vacío, porque es temprano. Me acuerdo mucho
de la última vez que nos encontramos aquí… Nos sentamos en la misma mesa en la que estoy
ahora… Acaba de entrar un tipo con cara de hispanista recién salido de la Biblioteca Nacional, y
creo que viene con Irene, sí, es Irene, no me ha visto. Ella le coquetea (qué raro, ¿no?), y él tiene
cara de gil. No te lo vas a creer, qué casualidad, es que acabo de ver a Luis Panizza, tengo que ir
a saludarlo, después sigo.
(Una carta)
b) ¿Se ha desprendido de la imponente tradición de los estudios cervantistas –al modo en que ha
sucedido, por ejemplo, con los estudios de la poesía de Góngora– un consenso básico acerca de
cómo leer el Quijote? ¿Tenemos una lectura, o, dicho menos equívocamente: una interpretación
canónica de la obra?... Me parece que no. Y no porque falten admirables estudios de numerosos
aspectos de la obra, ni encumbradas elucidaciones de su sentido. Se considera con razón que la
magnitud y complejidad del objeto es la causa primera de que no exista todavía una exégesis a
la vez comprehensiva y capaz de suscitar asentimiento general. Pero también es obstáculo la
confusión que reina sobre los fines y los métodos de los estudios sobre literatura –asunto sobre
el cual, en estas páginas, solo podré hacer ocasionales observaciones–.
(F. Fernández Bonati, El Quijote y la poética de la novela.)
c) HOJALDRE RELLENO
Ingredientes: Para la bechamel
- 500 g. de hojaldre congelado - 100 g. de mantequilla
- 200 g. de queso azul - 1 cucharada de harina
- 300 g. de espinacas cocidas - 250 ml. de leche
- 1 puñado de piñones tostados
- 2 huevos cocidos
- 1 huevo para untar
- crema de espárragos
- salsa de tomate
Elaboración:
Haz una bechamel, añádele el queso y remueve hasta fundirlo. Agrega también los huevos
cocidos y troceados. En una sartén con muy poco aceite saltea los piñones y agrega la bechamel
junto con las espinacas cocidas y picadas.
Es conveniente que la bechamel quede espesita. Deja enfriar. Extiende el hojaldre, coloca
encima la masa estirada y enrolla el hojaldre. Pinta con huevo batido y mete en horno caliente
180º durante 30 minutos. Retira y sirve.
(K. Arguiñano: 1069 recetas, Madrid.)
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obsesión en buscar el rostro de la persona amada (y el amor que pudo ser y acabó en aire) en el
rostro de otra persona. Y lo ha hecho en lo que resulta ser (escasa paginación, amplios
márgenes, generoso cuerpo de letra) una novelita corta que es corta, muy corta, sobre todo, en
ambiciones: creo que Ángeles Caso podía haber profundizado mucho más en esta historia y así
le hubiera salido una buena novela: hay muchas páginas en esta (novelita) que muestran que
estaba en el buen camino. Lástima.
(El País, Babelia, 23/2/1999)
1. 2. ¿Cómo se desarrolla cada uno de los siguientes textos? ¿Sigue algún tipo de
orden (temporal, espacial, lógico, inductivo, deductivo)?
c) Las dos partes del Quijote ofrecen, en cuanto a la técnica novelística, notables diferencias.
En la primera se unen a la acción central varias novelitas que, en conjunto, vienen a ser un
modelo de los géneros narrativos en boga: así tenemos la historia de Marcelo y Crisóstomo
(novela pastoril), la del Cautivo (morisca), la de Cardenio y Luscinda (sentimental), la del
Curioso Impertinente (psicológica) o el episodio de los galeotes (picaresca).
La segunda es, por muchos motivos, más perfecta que la primera. El estilo revela un mayor
cuidado, el efecto cómico deja de buscarse en lo grotesco y se logra con recursos más
depurados, y los personajes adquieren mayor complejidad al efectuarse en ellos la evolución a
que aludimos.
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(J. García López, Historia de la Literatura Española).
d) Acabo de tocar una de las notas esenciales de la novela policíaca: su carácter estrictamente
intelectual. [...] Nero Wolfe, que resuelve los “casos” sin salir de su domicilio, representa la
caricaturización de la distancia intelectual entre el “detective” y el suceso por él investigado.
[...] Dice Aristóteles que el entendimiento agente “entra en el alma desde fuera de ella”;
y en otro lugar enseña, completando la doctrina de Anaxágoras, que el nous, “la potencia en la
cual el alma piensa”, no está mezclado con la vida corporal, sino separado del cuerpo. Tan en
serio tomó Averroes esto de la separación del entendimiento agente que, exagerando las cosas
con imaginación arábiga, vino a ponerlo en la Luna. Para pensar es necesario, en suma, dominar
desde fuera aquello sobre lo que se piensa. ¿Tiene entonces algo de extraño que el detective,
anaxagórico sin saberlo, no pueda mezclarse con el suceso que inteligentemente desenreda?
(Pedro Laín Entralgo, La aventura de leer)
e) La pared donde cuelga la obra de Regoyos no tiene más de seis metros. El cuadro desplaza
una mínima parte de ella y, sin embargo, me presenta un amplio trozo de región bidasotarra: un
río y un puente, un ferrocarril, un pueblo y el curvo lomo de una larga montaña. [...]
Cuando miro esta gris pared doméstica, mi actitud es ferozmente de un utilitarismo
vital. Cuando miro el cuadro, ingreso en un recinto imaginario y adopto una actitud de pura
contemplación. Son, pues, pared y cuadro, dos mundos antagónicos y sin comunicación. De lo
real a lo irreal, el espíritu da un salto como de la vigilia al sueño.
Es la obra de arte una isla imaginaria que flota rodeada de realidad por todas partes. Para que se
produzca es, pues, necesario que el cuerpo estético quede aislado del contorno vital. De la tierra
que pisamos a la tierra pintada no podemos transitar paso a paso. Es más: la indecisión de
confines entre lo artístico y lo vital perturba nuestro goce estético. De aquí que el cuadro sin
marco, al confundir sus límites con los objetos útiles, extraartísticos que le rodean, pierda garbo
y sugestión. Hace falta que la pared real concluya de pronto, radicalmente, y que, súbitamente,
sin titubeo, nos encontremos en el territorio irreal del cuadro. Hace falta un aislador. Esto es el
marco.
(José Ortega y Gasset)
ANGUSTIA
Maruja Torres
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tiernos. El propio sentido de la autocrítica –que al crecer se va abandonando:
sin autocomplacencia resultaría bastante depresivo ser adulto– y el
endemoniado sistema de enseñanza masificada y exámenes globales arrasan
la propia estima de chicas y chicos que, además, se ven condicionados por el
culto que esta sociedad rinde al triunfo. Asimismo, las más livianas
condiciones en que su existencia se desenvuelve –hablando en términos
generales–, en comparación con la dureza que marcó –también en general– a
las generaciones precedentes, son brutalmente cuestionadas por la pavorosa
ausencia de futuro. Pues se les exige cumplir con creces, en nombre de las
facilidades iniciales que reciben, pero saben que nadie les esperará a la salida
de la universidad para mostrarles el camino hacia su lugar en el mundo.
Ellos son el resultado de nuestras más profundas malas notas.
I.
ENTENDER LO QUE SE LEE
Aparentemente, los datos del Informe PISA sobre la situación de nuestro sistema educativo han
suscitado esta vez cierta preocupación en la opinión pública: tal vez se deba a que el mayor
retroceso se registra en comprensión lectora. Los adolescentes españoles leen poco y no
entienden mucho de lo que leen. La alarma está justificada porque si falla eso se cierra el acceso
al resto de los conocimientos.
Ya es algo que emerja tal inquietud, porque las encuestas reflejan sistemáticamente que la
educación ocupa un lugar muy secundario entre las preocupaciones de los españoles. Algunas
reacciones oficiales no han estado a la altura de esa inquietud. Especialmente las rutinarias
apelaciones al pasado histórico, que no vienen a cuento, o la satisfacción de algunos
responsables autonómicos porque han quedado menos mal que sus vecinos. Circunstancias
como el fuerte aumento de la población inmigrante pueden ayudar a entender los resultados,
pero no sirven para justificarlos; sobre todo, no justifican visiones escépticas de que, se haga lo
que se haga, los resultados serán siempre parecidos porque dependen de factores familiares,
socioeconómicos o ambientales.
Si el estudio detecta un problema, requerirá medidas específicas para hacerle frente; por
ejemplo, de apoyo a esos escolares inmigrantes, o de estímulo de la lectura de los adolescentes.
Es de sobra conocido que la lectura de los padres llama a la lectura de los hijos y viceversa. En
España, el 44,5% no lee nunca o casi nunca un libro. Eso es un dato. Habrá que tenerlo en
cuenta para encontrar mecanismos que estimulen la lectura de los adolescentes en cuya casa no
se lea.
Leer es lo que lleva a comprender; y es lo que permite también expresarse con corrección a la
hora de responder a una pregunta sobre un texto e incluso de forma oral en la vida cotidiana. El
hecho de que el 38,5% de la población española adulta ni siquiera haya acabado los estudios
obligatorios es un factor decisivo en los resultados de los alumnos, como también lo es la
cantidad de libros que tengan en casa. Pero sólo faltaba que toda la responsabilidad de los malos
resultados de sus hijos en comprensión lectora fuera de los padres. Son las administraciones, en
este caso, especialmente las educativas y culturales, las responsables de identificar los
problemas y de promover iniciativas que ayuden a solucionarlos.
El fin de la lectura no es sólo disfrutar o conocer a los autores literarios, es también aprender;
según la nueva Ley de Educación. Sin embargo, esta propuesta de dedicar un tiempo a la lectura
en cada una de las asignaturas en Primaria y ESO ha pasado inadvertida. Esto obligaría a los
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alumnos a manejar otros libros aparte de los de texto, mapas, de divulgación, etcétera. La
responsabilidad de aplicarlo es de las comunidades autónomas y de los propios centros
educativos. La responsabilidad de los malos resultados es compartida y las soluciones deben
serlo también.
(El País, Opinión, 6/12/2007)
II.
Si es usted tan amable, me gustaría robarle unos minutos para contarle una
historia de Horror. Los hechos que me propongo relatarle tuvieron lugar hace
sesenta años, pero no sería muy aventurado pensar que bien podrían repetirse
dentro de, pongamos, sesenta días. Tomo los datos prestados de ese gran biógrafo
de la memoria secreta de Europa, W. G. Sebald, que reflexiona sobre éste y otros
temas de actualidad escalofriante en su último libro publicado a título póstumo:
Sobre la historia natural de la destrucción. Es la madrugada del 27 de julio de
1943 y volamos a bordo de uno de los incontables bombarderos de la RAF
suspendidos sobre los cielos de la ciudad de Hamburgo. Nuestra misión, nos han
comunicado nuestros superiores con esa claridad moral y solemne gravedad que
confiere el mover las piezas desde lejos, lleva el sonoro nombre de Operación
Gomorra y consiste en precipitar una apocalíptica catarata de diez mil toneladas de
bombas incendiarias sobre una serie de barriadas abarrotadas de población civil
que, si no se ha despertado todavía, está a punto de hacerlo. Las compuertas de la
bodega se abren. Descendemos en picado cabalgando sobre una de esas bombas, la
primera entre miles y miles que lloverán del cielo durante las próximas horas. Si
está usted acostumbrado a ver bombardeos en forma de luces de colores en un
monitor en verde cortesía de CNN, tal vez le interesen los detalles técnicos de esas
fosforescencias. Lo primero en volar, literalmente, son las ventanas y las puertas.
Cientos de miles a un tiempo en toda la ciudad, pulverizadas en un tornado de
cristal y astillas. Segundos más tarde los techos de manzanas enteras prenden en
llamas mientras las bombas de más tonelaje taladran las estructuras y apuñalan los
sótanos para inundarlos de fuego. En cuestión de minutos un área de unos veinte
kilómetros cuadrados infestada de seres humanos que hasta hace segundos estaban
tratando de conciliar el sueño se transforma en un océano de llamas de unos dos
kilómetros de altura. Lo que sucede a continuación es un fenómeno de física
elemental que recibe el nombre de “tormenta de fuego”. Ese bosque vertical de
llamas de dos mil metros que cubre el horizonte crea un efecto de succión de
oxígeno de tal magnitud que corrientes de aire de fuerza equivalente o superior a
un huracán se lanzan como gigantescas serpientes de combustible sobre la ciudad.
Esta pira infernal crece y crece durante unas tres horas. Agujas y cúpulas de
catedrales vuelan por los aires. Coches, tranvías, barcazas y centenares de personas
son arrastradas y atomizadas por las corrientes huracanadas de llamas. Un
maremoto de fuego avanza destrozando completamente todo cuanto encuentra en
su camino a una velocidad de unos 150 kilómetros por hora. A su paso apenas
quedan las fachadas ennegrecidas de edificios huecos, esqueletos carbonizados de
lo que minutos atrás era una suntuosa metrópolis. Los escasos supervivientes que
tratan de huir se hunden lentamente en un lago de alquitrán candente cuando el
asfalto bajo sus pies se funde.
Nadie sabe cuántos han muerto o cuántos van a morir antes del alba. No hay
modo de contarlos y los pocos que quedan con vida enloquecen y reniegan de su
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papel de testigos. Una eternidad más tarde amanece sin sol bajo una columna de
humo impenetrable de ocho kilómetros de altura. Las calles están sembradas de
cuerpos deformados que aún exhalan llamas azules. Fuentes y canales quedan
anegados por cadáveres cocidos. Charcos de grasa humana arden entre los
escombros. El silencio es ensordecedor. La gran mayoría simplemente se ha
evaporado, del mundo y de la memoria. Le decía antes que esta era una historia de
Horror. Por eso no tiene moraleja.
III.
Felipe Cuna
Las librerías neoyorquinas están repletas estos días de libros de los más famosos escritores
norteamericanos que esperan compradores que no llegan y que hacen creer en el mundo
editorial que el "best-seller" está viviendo uno de sus peores momentos.
Una revisión ocular y nada científica de las ofertas literarias que ofrece estos días la supertienda
de Bames & Noble de la calle 86 y la Segunda Avenida de Manhattan no deja lugar a dudas de
que la literatura estadounidense de ficción vive un fenómeno desconocido.
“Red Rabbit”, de Tom Clancy, “Prey”, de Michael Crichton, “From a Buick 8”, de Stephen
King, “Portrait of a Killer”, de Patricia Cornwell, y “Reversible Errors”, de Scott Turow, se
amontonan sin que los compradores se inmuten. ¡A pesar de las rebajas de hasta un 30 %!
Un virus
“Crichton parece que ha bajado; Clancy desde luego que ha bajado y Turow no está llegando a
sus números”, ha dicho recientemente al diario The Washigton Post un muy asustado ejecutivo
de una casa editorial que no quiere revelar su nombre. Y que estos grandes nombres estén en
crisis es una pésima noticia para la mayoría de las firmas de la industria que basan el éxito de
todo el año en el que uno de los pesos pesados arrase.
Es un virus al que incluso no parece inmune King, cuyo “From a Buick 8” no ha suscitado el
interés entre los seguidores del escritor que ha convertido en oro todo lo que ha escrito en las
dos últimas décadas. Según Publishers Weekly, la revista más respetada del sector,
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“Dreamcatcher”, de King, vendió 55.000 copias en su primera semana en las librerías en abril
del pasado año.
Pero “Everything's Eventual”, publicado este Abril, sólo llegó a las 32.000 copias y “From a
Buick 8” ha vendido aún menos.
“The Bear and the Dragon”, de Clancy , cumplió sus números habituales en el otoño de 2000.
Con 100.000 copias en la primera semana. Pero “Red Rabbit” se ha tenido que conformar ahora
con sólo 68.000 copias vendidas en sus primeros días, el pasado mes de septiembre.
Estas cifras pueden impresionar a los editores españoles, pero están por debajo de lo habitual
para los grandes de Estados Unidos, donde los libros de King, Clancy y Mary Higgins Clark son
compañeros habituales de millones de ciudadanos que viajan todos los días de los suburbios a
las grandes ciudades en el tren.
A mitad de precio
Para asustar más a las firmas editoriales muchas de estas cifras se han vendido en grandes
superficies como las tiendas Wal-Mart y en establecimientos de venta al por mayor en los que
los libros de Bob Woodward o de Turow se ofrecen al lado del salmón noruego o junto a
estrambóticas cazadoras de mil colores que no se venden en las boutiques. Y a mitad de precio.
“No tienen compasión”, asegura el encargado de una famosa librería sobre las técnicas de estos
establecimientos baratos para vender los títulos al 50 % de su precio original.
Pero las que parecen más defraudadas con la oferta actual son las mujeres, que suponen el 70 %
de las compradoras de libros. Ya sean éstos para ellas o para sus maridos y novios.
Las norteamericanas huyen de las novelas de misterio que terminan en crímenes o de las
tecnológicas cuya trama es complicada de seguir. Les gustan más los textos sobre la vida que
conocen de cerca. Por eso el éxito de “El diario de las canguro” o de “No sé como demonios lo
hace”, de la británica Allison Pearson, en el que una madre de 35 años explica su vida con los
niños, su marido y su trabajo y se compara con las mujeres perfectas que saben conjugar estas
tres facetas con éxito.
(A) Habría que analizar sin ofuscaciones jeremíacas, junto a sus ventajas utilitarias innegables,
los perjuicios o pérdidas que nos inflige la lectura electrónica. La digitalización de textos, las
redes y foros interactivos han conseguido liberarnos de las “ataduras” del libro; de este modo, la
lectura electrónica se ha convertido en una especie de “simultaneidad textual” que inculca un
sentido fragmentario de la realidad, repudia las elaboraciones abstractas, disminuye nuestra
capacidad retentiva y mutila nuestra percepción de la historia. También devalúa nuestra especial
actitud ante el lenguaje; a nadie se le escapa que las palabras leídas o escritas en la pantalla de
un ordenador (palabras cambiantes que se desvanecen o actualizan sin cesar) poseen un estatuto
menos estable que las palabras inamovibles de un libro. La comunicación electrónica niega el
carácter ritual y perdurable del lenguaje, que es como negar sus posibilidades como vehículo
para transmitir conocimiento, relegándolo a una mera condición vicaria de transmisor de
informaciones. Así se alcanza ese estadio pavoroso de depauperación lingüística, donde las
arquitecturas sintácticas se desploman y los matices de la expresión –la ironía y la metáfora, la
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argumentación y el ingenio verbal– son suplantados por un rudimentario conglomerado del que
ha desertado la belleza.
(B) Existe, además, una razón primordial por la que el libro mantendrá siempre su supremacía
sobre la lectura electrónica. Se trata de su condición de abrigo para el espíritu, de esa especial
disposición para trascender y explicar el tiempo y garantizarnos “un porvenir tan tranquilo como
el pasado”. Cada vez que nos asomamos a un libro, escapamos de un mundo aturdido por la
banalidad y el vértigo para lanzarnos a la conquista de otro mundo más verdadero y postular una
realidad enaltecedora. La peculiaridad de esta conquista consiste en que no se trata de un mero
ejercicio de evasión, pues –como muy bien entendió Proust– la lectura deja libre la conciencia
para la introspección reflexiva. Al leer no nos limitamos a absorber contenidos, a estimular
nuestras dotes imaginativas o a mejorar nuestras habilidades verbales; por el contrario,
regresamos a nuestro mundo aturdido por la banalidad y el vértigo con una cosecha de
iluminaciones que irradian su influjo sobre la realidad y nos enseñan a ser mejores. Este viaje de
ida y vuelta, además, nos hace dueños de nuestro propio tiempo, de nuestra duración en la tierra;
la aventura de leer un libro nos proporciona el incalculable gozo de aprehender y comprender
nuestra vida, no sólo los acontecimientos que poblaron su pasado, sino también los que
otorgarán su argumento al incierto y multiforme futuro. Esta sensación de clarividencia explica,
por ejemplo, ese curioso fenómeno que todo lector verdadero ha experimentado: con frecuencia
nos ocurre que tratamos de evocar en vano el asunto de un libro que nos hizo felices en el
pasado, y, sin embargo, ¡cuán vívidamente recordamos el estado de ánimo, el clima espiritual en
que la lectura de dicho libro nos instaló, proyectándose como una reminiscencia hacia el futuro!
(C) Yo también puedo decir con legítimo orgullo que “los libros fueron mis pájaros y mis nidos,
mis animales domésticos, mi establo y mi campo” como escribe Sartre en algún pasaje de su
autobiografía. También para mí la biblioteca ha sido, como para Sastre, “el mundo atrapado en
un espejo”; también para mí la lectura ha sido una vocación de permanencia que ha exaltado y
consolado mis días. Por eso contemplo con cierto preocupado escepticismo esas proclamas más
o menos elegíacas que nos hablan de la muerte inminente de estos compañeros del alma. Los
profesionales de la catástrofe y los apóstoles del progreso coinciden en afirmar que los avances
en el ámbito de las comunicaciones electrónicas acabarán expoliando ese templo tan
costosamente erigido a lo largo de los siglos. Jamás he participado de esta visión fatalista y
lúgubre; como Humberto Eco, pienso que las nuevas tecnologías están difundiendo una nueva y
pujante forma de cultura, pero se muestran incapaces de satisfacer todas nuestras demandas
intelectuales. La comunicación electrónica viaja por delante de nosotros, se adelanta a nuestras
inquisiciones, procurándonos un copioso caudal de información; los libros, en cambio, viajan
con nosotros y acicatean nuestras pesquisas, deparándonos el difícil venero del conocimiento.
Precisamente porque no ofrecen soluciones rápidas e instantáneas, precisamente porque
estimulan nuestra curiosidad perenne, tienen la supervivencia garantizada.
(D) Creo, con cierta certeza, que esta compleja y hermosa forma de clarividencia, este sutilísimo
consuelo espiritual que alumbra nuestros días sólo nos lo puede procurar un libro, jamás un
artilugio electrónico. Quizá porque, como decía al principio, el libro es un objeto sagrado que
nos habita por dentro y nos vincula religiosamente con la vida. Sabemos que los israelitas
condenados al destierro custodiaban el rollo de pergamino del Torah en el Arca de la Alianza,
un receptáculo portátil que reproducía en miniatura el templo de Salomón. Los libros siempre
han propendido a ocupar un recinto sagrado; no me refiero ya a las populosas y exactas
bibliotecas, sino al recinto más sagrado del alma humana. Puedo concebir, en un esfuerzo de la
imaginación, una utopía funesta como la que ideó Roy Bradbury, en la que los libros hayan
sufrido persecución y alimentado el fuego, como pájaros asesinados, para sobrevivir instalados
en la memoria agradecida de unos pocos hombres libres. No puedo concebir, en cambio, a un
hombre libre deshabitado de libros; sería tanto como imaginarlo desposeído de alma, extraviado
en los pasadizos lóbregos de un mundo que no comprende.
22
(E) La consideración de la biblioteca como ámbito casi religioso, como refugio o templo donde
el hombre halla abrigo en su andadura huérfana por la tierra, la expresa, quizá mejor que nadie,
Jean-Paul Sartre en su hermosísima autobiografía. Las palabras, donde comparece el niño que
fue, respaldado por el silencio sagrado de los libros: “No sabía leer aún, y ya reverenciaba
aquellas piedras erguidas –escribe Sartre con unción–: derechas o inclinadas, apretadas como
ladrillos en los estantes de la biblioteca o noblemente esparcidas formando avenidas de
menhires. Sentía que la prosperidad de nuestra familia dependía de ellas. Yo retozaba en un
santuario minúsculo, rodeado de monumentos pesados, antiguos, que me habían visto nacer, que
habían de verme morir y cuya permanencia me garantizaba un porvenir tan tranquilo como el
pasado”. Esta quietud callada y a la vez despierta de los libros, esta condición suya de dioses
penates o vigías del tiempo que velan por sus poseedores y abrigan su espíritu los convierte en
el objeto más formidablemente reparador que haya podido concebir el hombre. El libro, en
apariencia inerte y mudo, nos reconforta con su elocuencia, porque entre sus páginas se aloja
nuestra biografía espiritual; y esta capacidad suya para invocar los hombres que hemos sido es
lo que lo convierte en nuestro interlocutor más valioso y ajeno a las contingencias del tiempo.
23
SESIONES 6-7. COHERENCIA Y COHESIÓN I
La cueva de Altamira admira a todo el mundo con 270 metros de largo desde la entrada hasta el
final. Para ello, sus habitantes distinguieron bien tres zonas. Una, a la entrada, donde aquellos
hombres antiguos desarrollarían gran parte de su vida, porque ya estaban protegidos de fríos,
lluvias y calores. Otra zona, más adentro, junto a la capilla sixtina del arte cuaternario. Los
bisontes nadan por las paredes con gran volumen, movimiento y policromía, pero no conocemos
el móvil de tanta calidad.
(J. Serrano, Guía práctica de redacción, Madrid, Anaya.)
Si se dice pensar algo, la construcción correcta es pensar que. Si se dice tratar de algo,
la construcción correcta es tratar de que.
El “dequeísmo” es el empleo de la preposición de cuando el régimen verbal no la admite. Por
ejemplo: *Tú piensas de que eso es lo mejor para ti.
Se cae en “queísmo” a menudo con estos verbos: acordarse, avisar, convencer, informar,
asegurarse, enterarse, hablar, preocuparse.
La regla práctica para evitar ambos vicios es usar la siguiente prueba:
Hay “dequeísmo” cuando se usa de con estos verbos: aconsejar, afirmar, comprobar, creer,
explicar, indicar, notar, pensar, recordar, suponer, advertir, asegurar, contestar, imaginar,
negar, pedir, pretender, saber, verificar.
El “queísmo” es la supresión de la preposición de ante la conjunción que cuando el régimen
verbal la exige. Por ejemplo: *¿Te acuerdas que ya vimos esa película?
24
4. Algunos consejos para lograr la coherencia textual
Texto 1:
Miguel de Cervantes fue un escritor español muy importante que compuso una novela
muy buena, llamada Don Quijote de la Mancha, en la que el protagonista, Don Quijote, anda
por los caminos de España en su caballo Rocinante. Con Don Quijote va Sancho, que es un
hombre gordo y de pueblo, que sabe muchos refranes, y que acompaña a Don Quijote en
función de escudero, y va en pequeño rucio o asno...
Texto 2:
Recientes interpretaciones del Quijote hablan de la importancia de los diálogos entre
Don Quijote y Sancho, ejemplo de sabiduría y comunicación y de amistad entre dos personajes
masculinos. Si en la literatura aparecen a menudo amistades femeninas, es mucho más raro
encontrar amistad entre dos hombres. Y El Quijote presenta un caso único de diálogos juiciosos,
en los que un escudero, aparentemente rudo y simple, y un caballero, culto y educado, dialogan
sobre todo lo humano y lo divino y se van enriqueciendo ambos del saber del otro.
Texto 3:
Pic-nic de F. Arrabal nos presenta a un soldado en el campo de batalla. A este soldado van a
visitarlo sus padres un domingo para pasar el día con él. Es como si estuviéramos en tiempos de
paz y una familia va de merienda una tarde al campo. Para hacer buenas excursiones hay ya
buenas guías en cualquier librería, incluso guías de senderismo y paseos por bosques. Ahora se
ha puesto muy de moda la ecología y todo lo del campo. Pues allí, de excursión, fueron los
padres del soldado de Pic-nic, de Arrabal, pero, claro, aquello era la guerra y vinieron los
aviones, cuando estaban bailando, y los mataron a todos.
Texto 4:
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TE ESPERA LA PÍCARA
SE VENDEN, COMPRAN, CAMBIAN
LIBROS DE ESO
ACUDE EL DOMINGO
Ejemplo 2:
c) La progresión temática
Texto 1: […] Para su estudio sistemático, el esqueleto del hombre suele dividirse en cabeza,
tronco y extremidades. La cabeza, a su vez, consta de dos partes: el cráneo, comparable a una
bóveda, que protege la masa encefálica, que está formado por ocho huesos, y la cara, constituida
por catorce huesos.
El tronco está formado por treinta y tres vértebras, más o menos desarrolladas. En las
doce vértebras dorsales se articulan doce pares de costillas, de los cuales los nueve superiores se
unen al esternón para formar la caja torácica. Asimismo, pueden integrarse en el tronco las
clavículas, las escápulas y el hueso coxal.
Cada extremidad superior tiene tres huesos largos, además de los de la mano. Las
extremidades inferiores tienen cada una tres huesos largos, además de la rótula y los huesos del
pie. [art. ‘esqueleto’, Nueva Enciclopedia Larousse]
Texto 2: Los Sres. Martínez vinieron ayer a la Agencia a pedir información sobre un viaje a
Madeira. Les informé de las condiciones del viaje y de la situación de la isla. Ellos pedían
información para viajar bien y no muy lejos. Y yo les dije lo de Madeira, los aviones que iban a
la isla y cómo era y sus condiciones. Me preguntaron también cómo era esa zona y les informé
cómo podían viajar allí y las principales características de Madeira.
La publicidad no hace sino recoger los usos sociales. Como muy bien dijo Néstor Luján en uno
de sus artículos periodísticos, “la publicidad es un reflejo de nuestras costumbres”.
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La publicidad ha fomentado el uso de soluciones domésticas prácticas en plena revolución
familiar por la incorporación femenina al trabajo. También ha conseguido adelantarse a los
acontecimientos, como les contaré al hablar de Prenatal, un anunciante muy querido por mí con
el que conseguimos que los papás se sintiesen orgullosos de cuidar a sus bebés. La buena
publicidad trabaja a favor de la corriente y, en muchos casos, su afán innovador hace que
incluso se adelante a los cambios anunciados y propicie o empuje avances sociales.
La publicidad es un instrumento de progreso, de comunicación, hecho a medida de las
necesidades del hombre y con unas enormes posibilidades de mejorar nuestra calidad de vida.
(L. Bassat, El libro rojo de la publicidad, Barcelona, Plaza y Janés)
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SESIÓN 7. COHERENCIA Y COHESIÓN II
1. Analizar las relaciones existentes entre los elementos que aparecen en cursiva
Almuerzo y dudas
El hombre se detuvo frente a la vidriera, pero su atención no fue atraída por el alegre maniquí
sino por su propio aspecto reflejado en los cristales. Se ajustó la corbata, se acomodó el
sombrero. De pronto vio la imagen de la mujer junto a la suya.
– Hola, Matilde – dijo y se dio la vuelta.
La mujer sonrió y le tendió la mano.
– No sabía que los hombres fueran unos presumidos.
Él se rió, mostrando los dientes:
– Pero a esta hora –dijo ella– usted tendría que estar trabajando.
– Tendría. Pero salí en comisión.
Él le dedicó una insistente mirada de reconocimiento, de puesta al día.
– Además –dijo– estaba casi seguro de que usted pasaría por aquí.
– Me encontró por casualidad. Yo ya no voy por este camino. Ahora suelo bajarme en
Convención.
Se alejaron de la vidriera y caminaron juntos.
a) Ayer colisionaron dos vehículos en la carretera nacional VI. El hecho se produjo a las cuatro
de la tarde.
b) Los encontramos en el monte; allí estaba también Juan.
c) Juan y María prepararon bien el examen; él aprobó, pero ella no pudo presentarse.
d) Se sabe de memoria el libro; lo cual no quiere decir que lo haya entendido.
e) Los congresistas terminaron sus trabajos a las siete. Algunos fueron al teatro, otros se
marcharon al hotel.
f) Alfonso llegó tarde; le retuvieron en su oficina.
g) Manifestantes y policía se retiraron poco después. Aquellos, a sus casas; esta, a su cuartel.
h) En los alrededores se veían olivos, almendros y naranjos; todos estos árboles son de
plantación reciente.
3. Indicar las palabras que han sido elididas y señalar si es necesario reponerlas o
no para que la construcción sea correcta:
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4. Sustituir las palabras repetidas (mujer, hombre) por otras:
Un hombre de 29 años ha sido detenido como presunto agresor de una mujer, en la localidad de
X. Los hechos ocurrieron a la una y media de la madrugada del pasado día 10.
La mujer denunció lo ocurrido en la comisaría, y facilitó una descripción física del
hombre. Además de estos datos, otra pista fundamental para identificar al hombre se obtuvo de
la escasa conversación que la mujer tuvo con el hombre: el hombre dijo ser oriundo de un
pueblo de Cuenca.
A primera hora del martes se interceptó a un hombre que respondía a las características
físicas facilitadas por la mujer, y que era natural de un pueblo de Cuenca. El hombre,
identificado como X.X.X., fue detenido y reconocido.
El “paparazzi”
El paparazzi vendería a su queridísima y anciana madre por una exclusiva. Pero,
mientras tanto, tiene que trabajar. Su feudo son las islas del Mediterráneo, sobre todo Mallorca,
que tiene, además de paisajes lindos, todos los ingredientes para estos profesionales de la
liturgia mundana. Su oficio es arriesgado, ya que, para lograr una fotografía rentable de un
famoso, igual hay que escalar una montaña, subirse a un globo, disfrazarse de empleado de la
Telefónica o de lagarterana o enfundarse un traje de buzo. Y los riesgos no acaban aquí. Entre
los miembros de este gremio, casi tan excéntrico como el de los corresponsales de guerra,
circulan leyendas de fotógrafos que fueron atacados por los doberman de un traficante de armas,
por los guardaespaldas de una top-model que pretendía destruir el carrete con las valiosas fotos
o por los puños de una estrella de cine más agresiva de lo normal. [...] (S. Pàmies, El País: 29-
VIII-1995).
Era un poco tarde ya cuando el funcionario decidió seguir de nuevo el vuelo de la mosca. La
mosca, por su parte, como sabiéndose objeto de aquella observación, se esmeró en el
programado desarrollo de sus acrobacias zumbando para sus adentros, toda vez que sabía que
era una mosca doméstica, común y corriente y que entre muchas posibles la del zumbido no era
su mejor manera de brillar, al contrario de lo que sucedía con sus evoluciones cada vez más
amplias y elegantes en torno al funcionario, quien viéndolas recordaba pálida pero
insistentemente y como negándoselo a sí mismo lo que él había tenido que evolucionar
alrededor de otros funcionarios para llegar a su actual altura, sin hacer mucho ruido tampoco y
quizá con menos gozo y más sobresaltos pero con un poquito de mayor brillo, si brillo podía
llamarse sin reticencias lo que lograra alcanzar antes de y durante su ascenso a la cumbre de las
oficinas públicas.
(A. Monterroso, Cuentos, Madrid, Alianza Editorial.)
En los años cincuenta de nuestro siglo vivía en la localidad de San Ubaldo de Bassora
(provincia de Barcelona) un hombre muy rico llamado Augusto Aixelà de Collbató. Era el
último descendiente de una antigua estirpe de terratenientes, cuya laboriosidad, sensatez y tesón
habían hecho posible que un apellido noble y una fortuna considerable llegasen hasta él, para
extinguirse previsiblemente a su muerte, ya que en las fechas en que se inicia este relato y
29
aunque su edad corría parejas con el siglo, permanecía soltero. El grueso de su fortuna provenía
de una finca de casi 300 hectáreas, situada a caballo entre los términos municipales de San
Ubaldo (más tarde asimilado al de la ciudad de Bassora) y de Santa Gertrudis de Collbató, de
donde provenía una de las ramas del tronco familiar; en dicha finca, conocida en todo el
contorno por el apelativo de “casa Aixelà”, se asentaba la vivienda ancestral de esta ilustre
familia.
(E. Mendoza, El año del diluvio, Barcelona, Seix Barral.)
Un día, una aldeana con sus dos hijos se dirigían a su casa, caminando lentamente porque
estaban muy fatigados. Estando madre e hijos ya cerca de su casa, vieron brillar dentro de la
casa una lucecita que iluminaba débilmente las habitaciones interiores.
(2) a. Es un chico guapo, inteligente, agradable y, además, tiene sentido del humor.
– Por supuesto, es la pareja ideal.
b. Es un chico guapo, inteligente, agradable y, además, tiene sentido del humor.
– Ya, pero no me gusta.
Dado que existen problemas jurídicos, prácticos y teóricos, para generalizar el peaje,
veamos la otra opción: eliminarlos. Una red sin peajes sería más eficiente, acabaría con las
disparidades territoriales y nos acercaría al modelo centro/norte europeo. Pero suprimir los
peajes plantea exigencias que no se pueden obviar. Primero, las concesionarias tienen
derecho a indemnización. Segundo, el mantenimiento en condiciones correctas de las vías
donde se suprima el peaje constituirá una fuente adicional de gasto público.
(E. Montolío (coord.), Manual práctico de escritura académica, 2, Barcelona, Ariel.)
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9. Completar los siguientes enunciados introduciendo los marcadores discursivos
que se indican a continuación: por tanto, encima, sin embargo, es decir, además, por
cierto, no obstante.
1. Era esperable que lo nombraran ministro de obras públicas: su imagen es intachable, tiene una
sólida formación de ingeniero, conoce el sector público y ha gestionado varias empresas.
2. Según nuestro gerente, esta es una compañía muy seria. Nadie lo diría.
3. El Estado ha aportado una importante cantidad de capital a esa red de empresas
automovilísticas. Siguen presentando pérdidas.
4. Es una trabajadora incansable. Se marcha a las once de la noche, y se lleva papeles a casa.
5. Mañana el examen será en el aula 4. ¿Cómo está tu padre?
6. La mayoría de los alimentos son perecederos; se estropean en un intervalo de tiempo
relativamente corto.
7. La mayor longevidad permite a la mayoría experimentar consecutivamente varias relaciones
duraderas importantes; si una relación fracasa, da tiempo a concluirla y probar de nuevo.
10. Sustituir los marcadores del discurso en cursiva por otros de sentido semejante
a) Se instalan donde quieren, lo ensucian todo y, encima, insultan a los que se atreven a decirles
algo.
b) Hemos creado la página web de la empresa en Internet y no está dando los resultados
comerciales que esperábamos. No obstante, deberíamos mantenerla como medida de prestigio y
diferenciación respecto de la competencia.
c) Las encuestas realizadas en nuestros hoteles sobre nuestros servicios alimentarios han dado
unos resultados muy satisfactorios; así pues, este año repetiremos el cursillo de formación del
personal de cocina.
d) Parte de los objetivos marcados para este ejercicio se han cumplido satisfactoriamente. En
consecuencia, hemos de pensar que hemos ajustado suficientemente los medios económicos
empleados para alcanzarlos.
e) El programa de actividades deportivas ha tenido muy buena aceptación por parte de los
clientes de nuestros hoteles. De todos modos, habrá que ampliarlo y variarlo para el próximo
curso, si queremos mantener el nivel de ventas.
f) La composición de los menús de los clientes de nuestra residencia no ha recibido apenas
quejas este año; ahora bien, habría que revisarlos, ya que los elaboramos hace dos temporadas.
g) Le advirtieron que llegara puntual a la cita con los empresarios japoneses. Sin embargo, se ha
presentado veinte minutos más tarde de la hora acordada. Por lo tanto, deberás hablar con él
para reprocharle su actuación.
h) Hace un tiempo, pensábamos erróneamente que los clientes no deseaban expresar su nivel de
satisfacción sobre el servicio recibido. El 95 % de encuestas contestadas nos dicen, por el
contrario, que el cliente sí desea dar su opinión, tanto si esta es positiva como si es negativa.
Aprender a envejecer
Pienso que de la misma forma que a los niños y adolescentes se les enseña y prepara
intensamente durante años a afrontar las vicisitudes de la edad
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adulta, los adultos,………., deben aprender activamente a envejecer, a conocer y superar los desafíos
de la longevidad [...]
…………………. ante la senectud hay que aprender a adaptarse a una perspectiva diferente del
tiempo, pues, tras estar acostumbrados a planear para el futuro durante la mayor parte de la vida, a
sembrar, a estudiar o trabajar y a privarse de placeres inmediatos con el fin de recibir o recoger los
frutos y recompensas del mañana, los mayores se enfrentan progresivamente con la incertidumbre
preocupante de un futuro que cada día se acorta más, lo que hace que los proyectos a largo plazo no
tengan sentido. [...]
…………………., a medida que el futuro se marchita, el pasado se revaloriza, pues en la vejez es
importante repasar con benevolencia el ayer,
aceptar la inalterabilidad de la vida ya pasada y reconciliarse con los conflictos
que no se resolvieron, con los errores que no se rectificaron y con las oportunidades perdidas; es
valioso reconocer a lo largo de este proceso que ya no se dispone de tiempo para volver a caminos
que no se recorrieron. [...]
...................................................... , es esencial mantener en lo posible una cierta autonomía y
una vida independiente, lo que no siempre es una tarea fácil, ya que
durante esta fase tardía de la vida existen múltiples amenazas contra la autodeterminación, y la
energía es limitada. ................................ , el envejecimiento del cuerpo y de los sentidos
disminuye la libertad de acción, mientras que los órganos internos llaman la atención
constantemente con su mal funcionamiento. .... las condiciones económicas, que por lo general
empeoran en la vejez, restringen la capacidad de tomar decisiones libremente. Las aptitudes psíquicas
y sociales también se van mermando. .... es como si el proceso natural del desarrollo hubiese dado
marcha atrás.
(L. Rojas Marcos, La ciudad y sus desafíos, 59-69)
En primer lugar
En segundo lugar
Además
Sin embargo
Por último/ Finalmente
En conclusión
32
SESIÓN 8. LA ESCRITURA CREATIVA AL ALCANCE DE TODOS
Planteamiento y objetivos
Ejercicios 1
1) Escribir una hipotética versión número cien del relato de Raymond Queneau.
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2) Escribir un texto propio en el que se utilicen los procedimientos: lipograma,
S+7 o literatura definicional.
3) Aplicar estos mismos recursos a un texto breve: un artículo del periódico del
día, un fragmento de una obra célebre, un manual de instrucciones, etc.
4) Elegir entre todos, aleatoriamente, tres palabras. Elaborar un relato breve que
incluya las tres palabras escogidas: la primera al principio del relato, la
segunda en su mitad y la tercera en su desenlace. (Logo-rallye)
5) Aplicar alguno de los procedimientos utilizados por Queneau (p.ej. la
sustitución de los sustantivos por sinónimos, lipograma, poliptoton, lítotes,
metáfora, etc.) al texto siguiente
Este año, España se queda sin la tradicional canción del verano, otra prueba de
que los tiempos están cambiando. Los expertos discográficos informan de que el
hito estival se adelantó a la pasada primavera. Fue entonces cuando ese actor
convertido en circunstancial cantante, David Fernández, promovido por una
cadena de televisión privada, La Sexta, llevó por todos los rincones el Chiki chiki.
David, bautizado en la vida musical como Rodolfo Chiquilicuatre, fue a
Eurovisión con su guitarra y su espectacular peluca con tupé. No triunfó, como
era previsible. Pero daba igual, porque no hizo el ridículo que le auguraban los
santones de lo musicalmente correcto ante la gran vulgaridad que el concurso
europeo exhibe desde innumerables lustros. (El país, 25.VIII.2008)
Recursos estilísticos
Lipograma: Juego literario consistente en escribir un texto en el que se omite una vocal.
El juego se ha practicado desde la literatura clásica griega, pero los momentos en los
que se ha recurrido al lipograma con mayor asiduidad coinciden con el barroco, con la
vanguardia histórica y la postvanguardia. Es referencia obligada la novela de George
Perec titulada La disparition, en la que el narrador renuncia a la letra e durante las más
de trescientas páginas del relato. En la literatura humorística española del siglo XX,
Jardiel Poncela lo practicó en alguna ocasión.
S+7: Otro juego literario practicado por el grupo Oulipo y por el propio Queneau, que
consiste en tomar un texto cualquiera como punto de partida y sustituir cada uno de los
sustantivos por el que aparezca en séptimo lugar, a partir del sustituido, en un
diccionario previamente seleccionado (DRAE, María Moliner, etc.)
34
Logo-rallye: Un juego literario más, consistente en introducir en un texto de
composición propia, y en el orden preciso, unas palabras previamente seleccionadas.
Por ejemplo, puede pedirse a los alumnos esa lista de palabras que los demás habrán de
utilizar en su ejercicio.
Literatura definicional: Otro juego propio del grupo Oulipo. Consiste en sustituir los
sustantivos (o los verbos o los adjetivos) de un texto previamente elegido por las
definiciones que de ellos ofrece el diccionario. El juego puede proseguirse mediante la
sustitución de los sustantivos del texto resultante por los que aparecen a su vez en la
definición que el diccionario ofrece de estas palabras. El juego, de resultados
disparatadamente cómicos, familiariza al alumno con el uso del diccionario, como
ocurría con el S+7, ayuda a perder el miedo a la escritura y además proporciona
herramientas para explorar posibilidades léxicas y retóricas diferentes.
Ejercicios 2
1) Tomar como referencia una noticia del periódico para construir, mediante una
interpretación libre, un relato de extensión muy breve. (Por ejemplo, ciento
cincuenta palabras)
2) Tomar como referencia una imagen (fotografía, cuadro, etc.) para construir, a
partir de ella, un relato de extensión muy breve.
3) “Rellenar” el siguiente esquema de una historia: A se encuentra con B y le pide
algo que B se resiste a conceder. Casualmente aparece C. A entiende que C lo
apoyará y recaba su ayuda, pero C parece inclinarse hacia la posición que
representa B.
4) “Rellenar” el siguiente esquema de una historia: A debe entregar un objeto en un
lugar (barrio, ciudad) que no le es familiar, pero no encuentra la dirección
precisa. Aborda a B para preguntarle por la calle buscada. B parece conocer con
exactitud el lugar y se muestra afable y dispuesto a guiarle a su destino, pero el
trayecto se dilata inopinadamente. La situación adquiere un desenlace
imprevisto, pero humorístico o entrañable.
Ejercicios 3
35
Bibliografía
Cortázar, Julio: Historia de Cronopios y de famas, Barcelona, Pocket-Edhasa.
Lausberg, H.: Manual de retórica literaria, Madrid, Gredos.
Queneau, Raymond: Ejercicios de estilo, Madrid, ed. Cátedra.
Sanchis Sinisterra, José: Dramaturgia de textos narrativos, Ciudad Real, ed. Ñaque
Spang, Kurt: Fundamentos de retórica, Pamplona, Eunsa.
36
SESIONES 9-13. LA EXPOSICIÓN ORAL
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La retórica clásica hablaba de 4 aspectos:
Aptum (Adecuación)
Puritas (Corrección)
Perspicuitas (Claridad)
Ornatum (Elegancia estética)
TIPOS DE DISCURSO
Se corresponden con las tres funciones del lenguaje de las que habla Bühler:
representativa, apelativa y expresiva. Atienden a la intencionalidad dominante del
discurso, a las situaciones en las que se pronuncia y a los contenidos que aborda. Pero
son muy habituales los discursos que combinan dos o hasta tres tipologías de las que
han sido mencionadas.
38
lo que podría volverse en contra de nuestras propias posiciones. No es oportuno,
sin embargo, recurrir a los sofismas, es decir, a las falsificaciones argumentales
–ni mucho menos de los datos-, pero sí es conveniente utilizar una estrategia
que nos sea favorable: obviar o soslayar aquellos aspectos que puedan resultar
incómodos de defender y potenciar aquellos elementos que cuenten a priori con
la simpatía del auditorio. La eventual utilización del argumento ad hominem
debe hacerse con prudencia y ponderación. En el texto número 8 podemos
encontrar un curioso ejemplo de discurso argumentativo, contaminado con
elementos propios del discurso emotivo. En el texto 15 proponemos otro modelo
de discurso argumentativo.
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aspectos formales de la intervención, es evidente que buena parte del éxito de
un discurso se encuentra en el interés de lo que se dice, en el conocimiento de la
materia de la que se trata. La preparación previa y la preparación remota son
imprescindibles para la eficacia del discurso. Es difícil interesar a un auditorio
en una materia sobre la que uno no tiene un conocimiento preciso y, si es
posible, amplio. Y ese conocimiento debe generar una pasión contagiosa. Es
precisa la imaginación y elaboración en el tratamiento.
Los retóricos hablan de los loci o catálogo de puntos orientativos para el
descubrimiento de las distintas facetas de un asunto: quis, quid, ubi, quibus
auxiliis, cur, quomodo, quando – quién, qué, dónde, con qué medios, por qué,
cómo, cuándo- (Matthieu de Vendôme, siglo XII).
40
bajo el punto de vista…). Y en muchas ocasiones puede ayudar el recurso
(moderado) al humor o a la ironía.
a. Es necesario preparar bien los materiales que se van a utilizar y no dar lugar a
imprevistos, pero conviene llevar solo lo imprescindible.
b. Hay que llegar al lugar en el que se presentará la exposición con un cierto
margen de tiempo, en previsión de contratiempos. Además, la antelación puede
ayudarnos a familiarizarnos con el espacio y contribuirá a que estemos serenos
antes de la intervención.
c. Debemos tratar de ofrecer una sensación de naturalidad, de orden y dominio de
la situación, para lo cual hay que cuidar la relación con los objetos que se portan
y con los que se van a utilizar. Deben colocarse de manera que no estorben la
visibilidad. Los objetos tienen que estar al servicio de quien habla y no a la
inversa. Nunca nos debemos parapetar tras los objetos, sino que debemos
mostrarnos sin miedo y sin arrogancia.
d. Actitudes internas: Preparación mental. Adoptar actitudes positivas, amistosas y
de respeto al auditorio. El auditorio no es el enemigo. “Voy a hacerlo bien: les
va a merecer la pena escucharme”. Modestia. Es buena una cierta tensión.
e. Actitudes exteriores: Cuidado del vestuario. Que sea adecuado a la situación y
en consonancia con lo que uno quiere mostrar de sí mismo a los otros. La
noción clásica de decoro aplicada al vestuario. Comodidad: que no se convierta
en una trampa.
f. La superación del miedo inicial. Relajación. El uso adecuado de la respiración.
Posibilidad de utilizar algunos trucos o algunos resortes que tranquilicen nuestro
ánimo y nos estimulen. El objeto fetiche. Gestos o acciones físicas.
g. Tratamiento al público. Es preferible excederse en la cortesía que quedarse por
debajo de ella. Si no existe mucha y sobradamente acreditada confianza
(compañeros de curso, amigos, familiares, etc.), es conveniente tratar de usted
41
al auditorio. En el caso de que parezca preferible tratar de tú, y salvo
excepciones como la citada, es mejor pedir permiso. “Si os parece, (si no tenéis
inconveniente), nos tratamos de tú, porque nos encontraremos más cómodos,
porque resultará más cordial, porque me siento entre compañeros” u otra
fórmula semejante.
h. Es bueno empezar hablando despacio, con precisión y con aplomo. Escucharse a
uno mismo. Eso dará seguridad para continuar con mayor confianza y
tranquilizará también al auditorio y le ayudará a entrar en el tema y en la
situación emocional idónea.
i. El comienzo de la intervención. Saludos de cortesía y agradecimientos. La
captatio benevolentiae. La protesta de humildad. Es preciso ganarse la
simpatía o la atención de quien va a escucharnos. El empleo del humor, el relato
de una pequeña anécdota, unas palabras emotivas y sinceras, etc., pueden
contribuir a ese objetivo. Hay que tratar de evitar los tópicos y no hay que
demorarse demasiado en el comienzo.
j. El planteamiento: Introducción al tema que se va a abordar. Delimitarlo con
claridad o crear una cierta expectativa sobre lo que se va a decir, a manera de
ligero enigma. Hay que observar una cierta proporcionalidad entre lo que se
propone y lo que se ofrecerá finalmente.
k. El desarrollo de la intervención. Hay que darle mucha importancia al ritmo, al
empleo de las pausas, a la entonación, al fraseo, a la musicalidad. La respiración
no debe ser entrecortada ni violenta, debe permitir una emisión serena. Con
naturalidad, debemos esforzarnos por vocalizar, por utilizar una dicción clara,
una emisión de la voz limpia.
No hay que alterar los acentos fónicos para enfatizar, ni tampoco alterar
la puntuación del lenguaje escrito. Sí pueden ser buenas otras “licencias”:
pausas, destacar una palabra, silabear (solo en algún caso), recurrir a los
“relieves” que puede proporcionar la voz, etc. Hay que evitar la monotonía, pero
hay que mantener siempre el sentido del discurso. Podemos recurrir también
(moderadamente) a la interrogación retórica, al uso de un leit-motiv o, como
se decía más arriba, a otras figuras retóricas. Hay que tratar de evitar las rimas
internas.
Algunos actores hablan de la palabra clave de la frase. O la frase clave
del párrafo. (“Portador de sentido”). Más adelante propondremos algún ejercicio
al respecto.
Ha de atenderse a la intencionalidad, a lo que pretendemos con el
discurso y con cada una de sus partes estructurales. En teatro se habla de
subtexto, es decir, de aquello que comunicamos, o que dejamos entrever, más
allá del sentido literal de la palabra.
l. La posición adecuada. La proxémica (o prosémica). En
determinadas circunstancias es preferible hablar de pie, bien paseándose, bien en
un lugar fijo (una mesa, un atril). Esa postura ofrece una mayor sensación de
dinamismo. Si se habla ante un atril o ante una mesa, es mejor dejar una cierta
distancia respecto al atril o la mesa. Es preferible permanecer erguido, sin
cruzar las piernas, a ser posible, con naturalidad y sin arrogancia, aunque con
personalidad y seguridad. No apoyarse (al menos no hacerlo de manera
continuada), ni ofrecer sensación de cansancio. Si es conveniente, se puede usar
la pizarra para anotar algunas cosas (nunca demasiadas), lo que proporciona
cierto juego y dinamismo. No es bueno “refugiarse” en la pizarra, como no es
bueno refugiarse en el ordenador, en el power point o en otras formas de
42
proyección, aunque pueden utilizarse, si es oportuno hacerlo y se tiene un cierto
dominio técnico sobre estos medios.
El área de la personalidad: la columna, el torso. Dar sensación de
personalidad acusada, de vitalidad y energía es importante, algo que el oyente
valora, pero sin exceso, ni prepotencia, porque estas actitudes podrían intimidar
o producir rechazo en quien escucha. Paradójicamente los oyentes valoramos
también una cierta proximidad que se traduce a veces en la comprensión de una
relativa fragilidad en quien habla, en algo que le haga semejante a nosotros.
Muchas veces será preferible, o simplemente necesario, sentarse. Entonces el
orador ha de permanecer erguido (también la voz sale mejor así), un poco
separado de la mesa y con las manos encima, visibles, libres o empleadas en
una relación discreta con algún objeto: bolígrafo, libro, papeles (ocasionalmente
el agua), etc. Es bueno tener en cuenta si la mesa tapa o no la parte inferior de
nuestro cuerpo y obrar en consecuencia (piernas, gestos, etc.).
m. Las distancias. Se habla de 4 tipos de distancias (divididas a su vez en cerca y
lejos): 1. Distancia íntima: cerca: contacto corporal; lejos: 20-60 cm.; 2.
Distancia personal: cerca: 60-90 cm.; lejos: 100-150 cm.; Distancia social:
cerca: 150-200 cm.; lejos: 200-400 cm.; Distancia pública: cerca: 400-800 cm.;
lejos: más de 800 cm.
n. La expresión corporal. Los sentimientos se expresan a través del movimiento
corporal y el movimiento influye – o puede influir- sobre los sentimientos y el
espíritu. Ejemplos. Todas las acciones motoras, sensomotoras y psicomotoras se
denominan en conjunto lenguaje corporal. El lenguaje corporal es
comunicación espontánea e instintiva, pero al mismo tiempo calculada. El
lenguaje corporal es un paralenguaje y acompaña a toda expresión verbal.
Puede acentuar su significado, modificarlo matizarlo o anularlo. El lenguaje
corporal es objetivo y mensurable (al menos, su dimensión y sus cualidades
temporal y energética), pero su interpretación es parcialmente subjetiva. (Rebel).
El lenguaje corporal es revelador de nuestro estado de ánimo y de nuestras
actitudes, y a un tiempo es parcialmente programable y puede ser útil para
nuestros propósitos.
o. El área de la expresividad: el rostro y las manos. La expresividad del rostro. La
kinesia (Cinésica, cinesia, quinesia…). La mirada tiene que ser serena,
comprensiva, atenta, pero no escrutadora, habitualmente. Mirar a los ojos –
entrecejo, dicen algunos- a varios de los asistentes de forma alternativa, de
manera que dé la sensación de que miramos personalmente a cada uno. No
quedar “atrapado” por la mirada de uno o de unos pocos, como si buscáramos su
aprobación o su indulgencia. No mirar al techo, a las paredes, al suelo, a la
ventana o al infinito. La cabeza debe permanecer erguida, desde luego, pero, en
ocasiones, ladear ligeramente el cuello ofrece sensación de afecto, amistad o
simpatía hacia quienes escuchan. Es una postura adecuada en las preguntas, por
ejemplo. Un efecto semejante podría tener el asentimiento ligero de cabeza o,
simplemente, adelantarla de forma ligera hacia el interlocutor. Es bueno que la
expresión del rostro deje traslucir una cierta emoción, una empatía, un
compromiso con lo que se está diciendo. El rostro acartonado da sensación de
indiferencia, de antipatía, de miedo al auditorio, de desapego o, simplemente, de
falta de seguridad y costumbre. Siempre con naturalidad y espontaneidad. Para
ello, el rostro debe relajarse. Si se habla para una cámara ha de recordarse que
magnifica notablemente los gestos, de manera que habrá que mostrarse
especialmente sobrio y comedido con la gestualidad facial, aunque nunca
43
inexpresivo (por la misma razón). Condiciones naturales y ensayos (cuidado con
artificiosidades o amaneramientos). Implicación con lo que se dice: ayudará a la
expresividad.
p. La expresividad de las manos. Cómo deben utilizarse. Las manos aportan la
otra fuente principal de expresividad. Hay personas naturalmente expresivas en
el movimiento de las manos, pero no suele ser lo habitual. Por tanto, hay que
cuidar algunos criterios. Defectos que deben evitarse: Nunca taparse con ellas, ni
tapar la boca u obstaculizar la voz. Tender a que los brazos permanezcan
semiabiertos. No es bueno levantar las manos en exceso: no por encima de la
cabeza, como si se temiera que el techo se fuera a venir abajo, excepto si en
alguna ocasión se pretende esbozar un gesto muy expresivo o contundente (que
casi siempre tendrá sentido humorístico o burlesco, porque los gestos
grandilocuentes pueden producir la risa en cuanto se perciben como excesivos).
Tampoco agitarlas ni hacer con ellas movimientos excesivamente violentos. No
debe apuntarse con el índice, porque resulta muy amenazador. Pero no solo han
de advertirse los inconvenientes de un mal uso de las manos, sino servirse de sus
posibilidades expresivas. Por eso, no hay que esconderlas o meterlas en el
bolsillo, ni aferrar el micrófono, como si alguien se lo fuera a llevar o a la mesa,
como si quisieran arrancarnos de allí. Hay que utilizarlas con la mayor
naturalidad posible. Pueden subrayar o intensificar aspectos del discurso, pero
también suavizarlo, matizarlo o relativizarlo. Pueden producir efectos de ironía
o de humor o de encuentro o empatía con el auditorio. Es mejor no ser
redundante, es decir, las manos no deben expresar exactamente lo mismo que
dice la palabra, lo que llevado al extremo resulta o cómico o ridículo. Puede
ayudar el uso de un bolígrafo, el recurso moderado a un libro o a unos papeles,
pero con cuidado (no “alinearlos” demasiado) o romper de vez en cuando las
expectativas o la previsibilidad del gesto.
El ofrecer la palma de la mano sugiere afecto, amistad o confianza
(siempre que no se haga con los brazos rígidos y movimiento brusco, que
sugeriría rechazo, distancia, miedo, etc.). El dorso de la mano, por el contrario,
sugiere prevención u oposición a algo
q. Otros elementos relativos a la presencia física. No importa alguna
“imperfección”, que hace más humana la intervención y hasta más entrañable,
personal o divertida, siempre que no sea excesiva. Algún gesto propio, alguna
ligera “manía” expresiva o similar.
r. Incidentes, imprevistos y contratiempos. Asumirlos siempre, adelantarse e
incorporarlos a la propia intervención. Nunca rehuirlos. Tomarlos con
naturalidad y con humor.
s. Cómo terminar una intervención. Hay que evitar el efecto del “aterrizaje
fallido” o la brusquedad excesiva. No demorarse en exceso ni dar ocasión a que
el moderador nos retire la palabra. Terminar con un rasgo de humor o de
cordialidad, con un elemento de ingenio o de afecto. Quizás con una frase
acertada e incisiva o quizás una síntesis clara o una expresión de ánimo o de
simpatía. Un buen final puede arreglar una intervención mediana. Previamente
conviene exponer una conclusión breve y clara que se desprenda de lo dicho,
aunque no necesariamente ha de ser redundante.
t. Si la intervención es en grupo (presentación de un equipo, mesa redonda,
diálogo o entrevista, etc.), han de tenerse en cuenta cuestiones como la
distribución equilibrada de tareas y la armonía entre quienes intervienen
(Establecimiento de códigos, tiempos y pautas de intervención, potenciación de
44
los aspectos positivos favorables de cada uno de los miembros del grupo, etc.).
Hay que potenciar actitudes de inclusión y no de exclusión, que deben
visualizarse. Es especialmente importante la actitud física cuando no se está
hablando, sino escuchando a los compañeros, reforzando su intervención, sin
reclamar para uno la atención de los oyentes.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
EJERCICIOS 1
EJERCICIOS 2
45
2. Rebajar la solemnidad o la gravedad que se presumen al acto de la intervención
en público, mediante el recurso al humor y al juego.
3. Proponer modelos de reflexión y análisis sobre el discurso, sus tipos, sus
formalizaciones y la manera de abordarlos por parte del hablante.
4. Ejercitar y contribuir a mejorar aspectos como la vocalización, la enunciación, la
creatividad expresiva, la disposición corporal y gestual, la relación con los
objetos, la capacidad de improvisación, etc.
5. Mostrar las posibilidades expresivas y creativas del discurso mediante el uso de
la entonación y la gestualidad.
6. Ofrecer ejemplos para la observación y el debate que ayuden a mejorar las
propias disposiciones para el discurso.
7. Desarrollar o fortalecer la memoria
8. Propiciar la capacidad de asumir distintos roles con naturalidad y soltura, lo que
conduce a una mayor flexibilidad en el comportamiento en público.
9. Ayudar a expresar y a discernir la intencionalidad oculta bajo el sentido literal de
las palabras pronunciadas.
10. Reelaborar un discurso a partir de un modelo propuesto
TEXTO 1
(En un aula)
Cristina 1: Buenas tardes. (Infla unos globos) Bien. Os preguntaréis qué hace una
profesora universitaria inflando globos en el aula, en lugar de dictar las preguntas del
examen que hoy nos va a ocupar. Vosotros venís preparados para un examen y yo me
pongo a inflar globos como si fuera a celebrar una fiesta infantil. Claro, ¿qué tienen
que ver esos dos globos –se preguntarán- con el tema del examen?, que, como bien
saben, se trata de: “Representaciones corporales en las políticas del cuerpo: Foucault.
Feminidad y la modernización del poder patriarcal. Actos performativos y construcción
de género.” Bien. ¿Qué tienen que ver estos dos globos inflados? ¿Qué tienen que ver
con lo que nos ocupa? Pues tienen que ver con la pregunta, la única pregunta del
examen de hoy. Apunten: Supongamos que una persona con alto nivel cultural, una
persona… supongamos, con una carrera universitaria, que incluso hizo el doctorado y
que yo misma lo supervisé. Supongamos que en su trabajo exponía con toda lucidez las
presiones que ejerce sobre el cuerpo femenino el modelo patriarcal vigente.
Supongamos que esta persona es una mujer, una mujer de mediana edad y que se
llama, supongamos, Cristina, como yo. Y Cristina es una amiga mía, una íntima amiga
mía. Supongamos que Cristina es una mujer atractiva, inteligente, una gran
profesional. Pues bien, la pregunta es la siguiente: ¿Por qué a mi amiga Cristina le ha
46
dado por quererse inflar las tetas? (Explota los globos) ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por
qué? Bien, tiene hora y media para contestar la pregunta.
TEXTO 2
TEXTO 3
Tula (Hablando con Mariano): ¡Ya lo creo, Mariano! No sabes tú bien las cosas que
yo te diría… Pero es que no se me ocurre nada.
Mariano: Pues haz como si me hablaras diciéndome números, igual que hemos estado
haciendo toda la tarde… Si yo con que no dejes de mirarme y con que me pongas voz
cariñosa tengo bastante.
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Tula: Siendo tu gusto… (Con la expresión de si pronunciara frases de amor)
Cuatrocientos ochenta…
Mariano (También como si dijera algo muy apasionado): Diecisiete cincuenta y
nueve… Ciento veintiocho.
Tula: ¿Novecientos setenta y cinco?
Mariano: Trece.
Tula: Dos millones doscientas doce mil quinientas cuarenta y seis.
Mariano: Doce mil. Nueve mil novecientos. Veintitrés.
Tula: Mil…
Mariano: Sesenta y ocho…
Tula: Treinta. Dieciocho. Cuatro. ¡Dos!
Mariano: ¡Setecientos setenta y siete!
(…)
Federico (Leyendo en el libro, como si leyera párrafos novelescos interesantísimos):
Redondo, Hipólito, joyero, Bárbara de Braganza, 8. Redondo, Jaime, Pez, 3. Redondo,
Jesús, ultramarinos, Ercilla, 24. Redondo, Juan, imprenta, Alcalá, 2. Redondo Barrero,
Augusto, Luchana, 43… Dejando de leer. ¡Es precioso! Sigue tú, que le das más
emoción….
Heliodora: Pero, Federico…
Federico: ¡Sigue tú, mujer; que tú le das una emoción bárbara!
Heliodora (leyendo): Redondo Díaz, Pedro, Avenida de la Reina Victoria, 7. Redondo
Escudero, abogado, Preciados, 37…
TEXTO 4
(Don Julio)
Se retira la noche y el sol llega con una puntualidad asombrosa. Una
maquinaria perfecta que los hombres nunca podrán imitar. El animal humano siempre
falla. Su condición natural es el error. Lucha, estudia, sueña, se esfuerza, y todos los
días el sol viene a iluminar su fracaso.
He estudiado derecho, criminología, psicología, balística. He investigado el
sistema nervioso con vistas a mejorar los métodos de presión sobre el detenido. Un
terreno en el que estamos un poco como en la estomatología: seguimos desarrollando
métodos medievales. No se trata de profilaxis, sino de cirugía.
(Don Julio se detiene. Se acerca a la mesa y rebobina una casete. La pone en marcha.
48
Voz de don Julio)
Se retira la noche y el sol llega con una puntualidad asombrosa. Una maquinaria
perfecta que los hombres…
TEXTO 5
49
X: ¿Cómo?
Y: Reciclaje de basuras. Sistema de reciclaje. ¿Tiene?
X: ¿Qué es, exactamente, un retroambientador, si me permite la pregunta?
Y: ¿Hace mucho que se dedica usted a la venta de viviendas?
TEXTO 6
Estos textos breves nos van a servir para realizar ejercicios sobre las
posibilidades de la entonación. Por lo demás, pueden permitir alguna intervención,
aunque sea breve, de todos los alumnos. Una primera fase del ejercicio nos lleva a
pronunciar las mismas frases con entonaciones diferentes, de manera que se obtengan
resultados expresivos muy distintos. Por ejemplo, la frase a podría entonarse con
expresión de sorpresa, reprensión, sensualidad, ternura, compasión, etc. La frase b, con
entusiasmo o ilusión, con ironía o sarcasmo, con miedo o preocupación, etc. La frase c,
con humor, con lirismo, con un tono de reprensión, con sorpresa, con admiración, con
rabia, con dolor, etc. La frase d nos sugeriría la dureza de un tono inquisitivo, pero
también la humildad de quien quiere saber algo o la ironía de quien interrumpe una
disertación demasiado extensa o, autoritaria o confusa. La frase e podemos entonarla
con indignación, con ironía, con un tono conclusivo que pretenda demostrar o reprochar
algo, con miedo, con sorpresa, etc. La frase f podría pronunciarse como una orden
implícita, de una manera irritada o también como una invitación amable.
Con las frases siguientes podemos practicar otro ejercicio un poco más
ambicioso y complejo. Se trata de poner el énfasis en una determinada palabra o en un
segmento de la frase. Por lo general, las palabras de más peso en una oración son los
verbos y, en segundo término, los sustantivos. La entonación puede dar relieve, o no,
a ese valor. Ocasional y prudentemente podemos enfatizar adjetivos, pronombres, etc.
Obsérvense los cambios de significado que esta operación produce y, sobre todo,
adviértanse las extraordinarias posibilidades expresivas de la entonación. Así, en g, lo
efectos son muy distintos si enfatizamos atreverías, mirar o ventana. En h podríamos
jugar con las pausas. Por ejemplo, se podría hacer una ligera pausa tras piensas, lo que
enfatizaría el verbo. Podría remarcarse o aligerarse la pausa sugerida por la coma. O
podría insinuarse una ligerísima pausa tras hablaban.
En i las posibilidades son todavía mayores. Pruébese a enfatizar recuerdas, lo
último, frase, palabra, o a enfatizar la última frase, la última palabra. O a enfatizar
recuerdas y palabra. Pruébense otras combinaciones o también léase la frase de manera
neutra, sin énfasis ninguno.
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g. ¿Te atreverías a mirar por la ventana?
h. ¿Piensas que no se refería a ti, que hablaban en general?
i. ¿Recuerdas lo último que te dijeron, la última frase, la última palabra?
TEXTO 7
El siguiente texto puede servir para ejercicios de vocalización, pero también para
juegos más expresivos y poéticos con las pausas o la entonación. Puede valer además
para trabajar los efectos que produce la belleza fónica de la palabra. Podría sugerirse un
ejercicio coral, en el que cada alumno leyera un breve fragmento, quizás tan solo las
palabras que figuran entre dos comas, de manera que todo el grupo participara en la
lectura y el resultado fuera una obra coordinada y colectiva. Y podemos utilizarlo
también para ejercitar el énfasis (portador de sentido) de una palabra o un segmento
concreto del texto.
TEXTO 8
51
orador se sirve de un extraordinario dominio de la retórica para persuadir sin hacer
explícita su intención. El leit motiv irónico (Bruto es un hombre honrado) muestra
precisamente lo contrario. Merece la pena leerlo en voz alta, analizarlo y advertir sus
posibilidades expresivas y su inusitada eficacia. La intensidad creciente del discurso va
revelando la intención última del orador. Puede procederse después a una lectura
dramatizada que lo refleje.
Acaso convenga tomar buen anota de la eficacia o la belleza retórica de algunas
figuras estilísticas: enumeración, paralelismo, poliptoton, antítesis, etc.
(Shakespeare: Julio César. Acto III, escena 2. Discurso de Antonio ante los ciudadanos
de Roma, tras el asesinato de César. Traducción de J. M. Valverde)
TEXTO 9
Descreamos de la gente que lo ha vivido todo, porque cada situación debería volver a
vivirse y disfrutarse mil veces. No hay dos viajes de avión comparables, ni dos
segundos de sexo con la misma persona iguales. Y un libro cojonudo cambia a cada
año, si es que lo relees.
52
TEXTO 10:
Damas y caballeros:
Como en años anteriores, me ha caído en suerte una muy agradable tarea, aunque sea
una tarea para la que me temo ser muy poco adecuado. (…)
Pero, sea como sea, sólo puedo pedirles que tomen el deseo por la realidad, y me
presten su atención durante unos escasos momentos durante los que trataré de
expresarles en palabras lo que siento en ocasiones como esta.
Damas y caballeros: No es esta la primera vez que nos reunimos bajo este hospitalario
techo, alrededor de esta hospitalaria mesa. No es la primera vez que nos constituimos
en recipiendarios – o quizá debería decir mejor, en víctimas- de la hospitalidad de
ciertas buenas señoras. (…)
Cada año que pasa siento de un modo más nítido que nuestro país no tiene tradición a
la que deba más honor y con la que se sienta más celosamente comprometido que esa
que procede de su hospitalidad. Una tradición que es única entre las naciones
modernas, según me dicta mi experiencia (y he visitado no pocos lugares del
extranjero). Quizás haya quién diga que se trata de una falta más bien que de algo de
lo que debamos enorgullecernos. Pero incluso admitiendo tal cosa, se me ocurre que se
trata de una falta principesca, de una falta que confío en que se vea largamente
cultivada entre nosotros. De una cosa, por lo menos, estoy seguro. Mientras este techo
dé cobijo a las damas susodichas –y deseo de corazón que así sea por los años
venideros- la tradición de la genuina, calurosa y cortés hospitalidad irlandesa,
transmitida por nuestros antepasados a nosotros, quienes de tal modo la
transmitiremos a nuestros descendientes, vivirá entre nosotros. (…)
Damas y caballeros:
Una nueva generación crece entre nosotros, una generación animada por nuevas ideas
y nuevos principios, seria y entusiasmada por esas nuevas ideas, con un entusiasmo
que, incluso cuando se torna erróneo, es, en mi opinión, plenamente sincero. Pero
vivimos en una época escéptica y, si se me permite usar la frase, de mentes
atormentadas; a veces temo que esta nueva generación, tan educada o hipereducada,
carezca de aquellas cualidades humanitarias, hospitalarias y bondadosas que proceden
del ayer. Oyendo esta noche los nombres de aquellos grandes cantantes del pasado,
tuve la impresión, he de confesarlo, de que vivimos en una época de menor amplitud.
Aquellos tiempos pueden ser calificados, sin exageración, de amplios. Si aquellos días
se han ido de un modo irrevocable, esperemos, por lo menos, que en reuniones como
esta hablemos de ellos con orgullo y afecto, abrigando en nuestro corazón la memoria
53
de aquellos grandes que murieron y desaparecieron, cuya fama el mundo no permitirá
que se disipe. (…)
Sin embargo, (…) las reuniones como esta no pueden evitar el acoso de
pensamientos más tristes, rememoraciones del pasado, de la juventud, de cambios, de
rostros que esta noche echamos de menos. Nuestro paso por la vida está profusamente
sembrado de tan tristes memorias, a las que acudimos con melancolía siempre que nos
resulta imposible hallar el modo de afrontar con coraje nuestra labor entre los vivos.
Todos tenemos deberes y afectos que reclaman, con razón, nuestro esfuerzo más
extremo.
De modo que no me entretendré en el pasado. No permitiré que ningún tétrico
moralismo se introduzca esta noche entre nosotros. Nos hemos reunido aquí por un
momento, lejos del ajetreo y el bullicio de nuestras rutinas cotidianas. Nos encontramos
aquí como amigos, como compañeros, también, hasta cierto punto como colegas, en un
verdadero espíritu de camaraderie, invitados por las -¿cómo habría de referirme a
ellas?- Tres Gracias del mundo musical de Dublín. (…)
Damas y caballeros:
No voy a interpretar esta noche el papel desempeñado por Paris en otra
ocasión. No voy a intentar escoger entre ellas. Esta labor sería odiosa y estaría fuera
del alcance de mis pobres fuerzas. Pues cuando las contemplo, y veo a la decana de
nuestras anfitrionas, cuyo buen corazón, cuyo demasiado buen corazón se ha
convertido en perogrullada para todos los que la conocen, o a su hermana, que parece
gozar del don de la juventud perenne, y cuyas canciones pueden haber sido una
sorpresa y una revelación para quienes la han oído esta noche, o -la última, pero no la
menos importante- cuando considero a nuestra anfitriona más joven, hábil, jovial,
hacendosa y la mejor de las sobrinas, confieso, damas y caballeros, que no sé a cuál de
ellas habría de conceder el premio. (…)
Brindemos por todas ellas. Bebamos a su salud, por su riqueza, por su larga
vida, por su felicidad, por su prosperidad y por el mantenimiento de la muy digna y
bien ganada posición que han sabido labrarse en sus labores, y por la muy honorable y
afectuosa que tienen en nuestros corazones.
(James Joyce: Fragmento del relato Los muertos, incluido en su libro
Dublineses. Traducción de Fernando Galván)
TEXTO 11
Este breve texto podría ser muy útil para incentivar la creatividad de los
alumnos. Puede memorizarse sin problemas y dramatizarse después muy libremente.
Por ejemplo, alguien podría decirlo reclinado, como si estuviera a solas. O decírselo a
un compañero, como si se tratara de una conversación informal. O decírselo casi al
oído, como una confesión de la que se avergonzara. O utilizarlo como si se tratara del
comienzo de una conferencia o de una intervención pública. O gritarlo, como si se
tratara de una manera de liberarse de esta presión. O leerlo en voz alta como un texto
literario ajeno que se mira con alguna extrañeza.
54
TEXTO 12
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hubieran podido desarrollar algo así como el juramento de Hipócrates de los médicos:
¡la promesa de utilizar la ciencia únicamente en beneficio de la Humanidad! Tal como
están las cosas, lo más que se puede esperar es una estirpe de enanos inventores, que
podrán alquilarse para todo. Además, he llegado al convencimiento de que nunca
estuve verdaderamente en peligro. Durante algunos años fui tan fuerte como la
autoridad. Y entregué mi saber a los poderosos para que lo usaran, no lo usaran o
abusaran de él, según conviniera mejor a sus fines.
He traicionado a mi profesión. Un hombre que hace lo que yo he hecho no
puede ser tolerado en las filas de la Ciencia.
TEXTO 13
(Una azafata de vuelo, en el pasillo de un avión con problemas, trata de calmar a los
pasajeros (…) La joven, siempre sonriente, lleva en las manos un chaleco salvavidas.)
No… No, señora, no… Está usted muy equivocada. La responsabilidad de la compañía
por muerte, lesiones o cualquier otro daño corporal sufrido por el viajero… está
limitada por la Ley de Navegación Aérea, en su artículo 117. El artículo que usted dice,
el 118, sólo se refiere a la destrucción, pérdida, avería o retraso… de los equipajes
facturados o de mano… Los equipajes, ¿comprende? De modo que las prótesis y
trasplantes de miembros corren por cuenta del viajero… Lea, lea bien el dorso del
billete. Ahí lo explica todo muy clarito…
(Sacudida del avión. La azafata, sin dejar de sonreír, se agarra a los asientos)
Pero no tiene de qué preocuparse… Y volvamos al chaleco salvavidas… Creo que no
me expliqué bien… Yo no he dicho que no sirva para nada… Claro que sirve… ¿Cómo
no va a servir? Flotar, van a flotar como los ángeles… el problema son los… O sea: yo
me refería sólo a los tiburones. Quiero decir que, cuando llegan los tiburones, estos
chalecos se ven a tres kilómetros. Con este colorcito, ¿verdad?
(Sacudida. Misma reacción.)
¿Llevan bien apretado el cinturón de seguridad? No se vayan a dar un coscorrón con
el portaequipajes… Pues les hablaba del color… Claro: los aviones de salvamento
también los ven de lejos. El problema es quién llega primero: los aviones o los
tiburones. Por eso, lo principal es conservar la calma. Con chaleco o sin chaleco,
conservar la calma. Eso a los tiburones los desconcierta mucho y, a lo mejor, ni atacan.
Pero claro, si ven a alguien pataleando como un loco, se excitan y…
(Sacudida. Misma reacción)
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¿Llevan todos bolsas para el mareo? No vayamos a dejar el avión hecho una
porquería…
(José Sanchis Sinisterra: Turbulencias)
TEXTO 14
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Ascitis
Eso es un indicio en caso de cirrosis hepática
Estasis cardíaca etcétera
O piletrombosis
En las diversas formas de peritonitis
Se puede encontrar
Un exudado
Fibrinoso y purulento
Derrames de sangre
Derrames de bilis etcétera
TEXTO 15
58
SESIÓN 14. LA EXPRESIÓN ORAL. EL DIÁLOGO
Situación: Paco y Enrique son amigos y compañeros de trabajo; Paco, recién llegado de
vacaciones, desconoce una serie de informaciones que le proporciona Enrique en el
transcurso del intercambio comunicativo que mantienen: su jefe, Carlos, les ha enviado un
nuevo correo “amenazante”, la reunión que se había cancelado ha vuelto a ser convocada, el
proyecto se les está escapando de las manos, la jefa europea no es consciente de la gravedad
del problema debido a que Carlos no está siendo demasiado sincero con ella, etcétera.
2. Señalar los rasgos coloquiales y/o vulgares que aparecen en el siguiente diálogo
incluido en un texto escrito:
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− Yo qué sé por qué. Pues porque las tías sois la pera. Se estaba siempre quejando de que me
paso todo el día y parte de la noche trabajando y no le hago caso, no la saco, y cuando estoy en
casa, dice que soy un muermo y que no la hablo.
− Eso me suena. ¿Trabaja?
− Claro, es enfermera. Pero ella ya sabe como es el trabajo de fotógrafo, es un trabajo full-time.
− Pero podías arreglártelas para estar con ella y compaginar horarios, ¿no?
− Pues la verdad es que no lo sé. Desde hace unos meses salgo con una tía, tú la conoces porque
trabaja en Radio Nacional, una chiquilla joven y eso.
− Pero tú lo que eres es un cabrón, y perdona.
− No, oye, que no es lo que imaginas.
− ¿No es lo que imagino? Pues ya me contarás.
− Pero si mi mujer no sabe nada de este asunto y, además, no es el primero.
− A lo mejor es que tu mujer está hasta el gorro de que le pongas los cuernos. Tú crees que ella
no se entera, pero lo sabe perfectamente y lo que no quiere son escenas ni follones.
− Pero irse de casa, así…
− ¿Y como quieres que se vaya, tío? ¿Tirándote una olla de agua hirviendo encima o qué?
− No me entiendes. Una mujer no puede abandonar a su marido y largarse de casa así como así.
Verás mi madre cómo se va a poner, me echará la culpa a mí. Y además me deja así, tirado; ahí
te pudras.
(Carmen Rico Godoy, Cómo ser mujer y no morir en el intento, Madrid, pp. 75-76)
DELGADO. […] ¿Sabes en quien estaba pensando que también encarna a la perfección esa
tendencia a buscar la simplicidad, a dar con alguna identidad que nos permita refugiarnos en
algo estable y claro, que nos permita ser, aunque sea de vez en cuando, una sola cosa? En los
jóvenes. Atención, no es que esa tendencia se dé en ellos. Sospecho que se me podría sorprender
a mí mismo en ese tipo de tareas y que también ando por ahí, a veces, buscando y creyendo
encontrar certidumbres identitarias. Si hablo de los jóvenes es porque en ellos, o en buen
número de ellos, se me antoja como más evidente.
Pienso en eso que llaman «tribus urbanas». Detesto el calificativo, porque es uno de esos
engendros propios de los medios de comunicación, ellos también abandonados a la tarea de
mercadear con simplicidades, que es lo que hoy vende. Pero, para entendernos, si tuviéramos
que emplear un lenguaje más aceptable por las ciencias sociales, hablaríamos más bien de
«cultura» o «subculturas» juveniles. La antropología y la sociología urbanas llevan décadas –
desde la de 1920– estudiándolas. Se ha trabajado este tipo de asociaciones como sociedades
intersticiales, agrupaciones humanas provisionales que colonizan, por así decirlo, espacios
intermedios entre las grandes instituciones sociales, como la familia, la escuela o la religión, eso
que llamamos «instituciones primarias». Lo interesante es que no se asemejaban en casi nada a
los grupos de edad registrados en otras sociedades o épocas, sino que funcionaban como si
fueran nuevos grupos étnicos, sólo que la unidad generada ya no estaba basada en vínculos
religiosos, idiomáticos, territoriales o históricos, ni siquiera en intereses comunes, sino mucho
más en parámetros estéticos y escenográficos compartidos.
Lo que quiero decir es que cada una de esas microculturas juveniles –de esas «tribus»– se funda
sobre todo en la exhibición de elementos puramente estilísticos: vestimenta, dialecto,
alteraciones corporales, peinado, gestualidad, formas de entretenimiento, pautas alimentarias,
gustos… Sería pertinente hablar de auténticas asociaciones de consumidores en la medida en
que los individuos que asumen esos rasgos se vinculan a partir de inclinaciones personales que
60
sólo pueden verse satisfechas en y a través del mercado, y que buscan ante todo establecer su
identidad a partir no de lo que son, sino de lo que parecen o quieren parecer. Estaríamos ante
grupos humanos cuyo reconocimiento no se basa en el concierto entre conciencias, sino entre
experiencias. Son culturas, subculturas o cuasiculturas, tanto da, pero lo cierto es que, en estos
casos, el término cultura haría referencia no, como hasta ahora ha venido siendo al menos para
los antropólogos, a una manera coherente de vivir, sino a una forma no menos coherente de
parecer.
CRUZ. Ah, bueno, si lo planteas ahí, la cosa entonces presenta unos matices específicos y, sin
duda, bien interesantes. Aunque yo no soy ni antropólogo ni sociólogo, sino únicamente filósofo
(especialista en generalidades como habría dicho Manuel Sacristán), me ha llamado la atención
ese grupo, el de los jóvenes, también por lo mismo que señalas. Y aunque es cierto que muchos
de los rasgos que a veces se les atribuyen los comparten también otros segmentos
generacionales de la sociedad, creo que hay algo propio de dicho grupo que merece la pena ser
subrayado.
En los últimos tiempos viene desarrollándose, especialmente en Alemania, una línea de
investigación que propone un desplazamiento del énfasis a la hora de analizar los procesos de
construcción de las identidades personales. Es probable que, como resultado de la influencia del
psicoanálisis y de otras corrientes de la psicología, se haya tendido hasta ahora a dar por
descontado que la etapa biográfica fundamental para la elaboración del «yo» sea la infancia –
para algunos incluso en sus primeras etapas, donde ya quedaría prácticamente diseñada la propia
personalidad–. Pues bien, frente a tan arraigada tendencia están surgiendo corrientes que
reivindican la importancia de la adolescencia y la primera juventud (aunque tanto los conceptos
como sus contornos precisos siempre resultan difíciles de perfilar), como los momentos en los
que el sujeto empieza a ser consciente de que posee una identidad –o sea, que los demás le
atribuyen una forma de ser particular– y, en consecuencia, intenta irla modelando.
En este punto, la articulación con lo que decías aparece enseguida. En efecto, ser joven (o
mejor, ser definido como joven por los otros) no deja de ser una forma de parecer y de
aparecer; de hacerse visible, de hacerse notar. En definitiva, de empezar a existir.
(Texto de Manuel Cruz y Manuel Delgado, “¿Son los jóvenes lo que parecen?”, en Pensar por
pensar. Conversaciones sobre el mundo y la vida, Madrid, Aguilar, 2008, pp. 142-144.)
4. Intercambios comunicativos
4.1 Señalar los procedimientos para atenuar palabras o expresiones con connotación más
fuerte:
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e) Si no le importa, ¿puede bajar el volumen del altavoz?
4.4. Señale las formas utilizadas para reforzar la imagen del interlocutor:
1) A.- Hemos preparado un ejemplario a doble cara para no multiplicar los papeles.
B.- Muy buena idea, así ahorramos fotocopias.
2) A.- Se encuentra en un momento fundamental de su formación profesional. Es
conveniente que busque cursos o programas que le permitan estar al día de las
últimas investigaciones.
B.- Claro, ya lo creo.
3) A.- Avise al técnico.
B.- De acuerdo.
4) A.- Si falla tantas veces la alarma, habrá que buscar una solución. Quizá
necesitemos un… no sé…
B.- Un sensor de movimientos.
A.- Algo así
5) A.- Nuestros productos se preparan por los mejores expertos del sector.
B.- Ajá.
A.- Y se someten, además, al juicio de auditores externos que garantizan su
calidad.
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BIBLIOGRAFÍA
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Madrid, Instituto Cervantes-Espasa Calpe.
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