Pavlov Practico PDF
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e inhibiciones
■m m
_____________
Obras Maestras
del
Pensamiento
Contemporáneo
IVAN PAVLOV
REFLEJOS
CONDICIONADOS
E INHIBICIONES
PLANETA-AGOSTINI
I Iftilo o r i g i n a l : Ht'fU \c% conditionnels ri Inhibitions ( 1923)
Prólogo; S Montserrat I si ovo
Introducción: J F, 1 o Ny
I radiicción: Ramón (íil Novales
ïraducciôn cedida por Fdiciones 62 S.A.
Directores do la colección:
Di A n t o n i o A leg ro ( P r o f e s o r d e II? Filo,s o l ia , IJ.Ii. D e c a n o d e la I a cu itad de Filosofía)
Dr. José Manuel Herminio (Profesor de Filosofía Política, U,B,)
Dirección editorial : Virgilio Ortega
Diseño do la colección: lians Komherg
('obertura gráfica; Carlos Slovinsky
Realización ed ito ria l: P r o y e c t o s E d i t o r i a l e s y A u d i o v i s u a l e s C B S , S.A. IK
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© Agence littéraire et artistique y Editions Gonthier, S.A.
O Por la traducción Ediciones 62 S.A. ||||îB
© Por la presente edición: gres
¡J Editorial Planeta-De Agostini, S.A. (1993)
Aribau, 185, 1? - 08021 Barcelona m as
© Editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V. (1993)
Av. Insurgentes Sur # 1162. México D.F.
© Editorial Planeta Argentina, S.A.I.C. (1993)
Independencia 1668 I Buenos Aires
Depósito Legal: B-40.350/92
ISBN: 84-395-2193-6
ISBN Obra completa: 84-395-2168-5
Printed in Spain ¡ Impreso en España
Imprime: Printer Industria Gráfica
PRÓLOGO
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ÍVÁN PÁVLÜV
8
REFLEJOS C O N D I C I O N A D O S E IN H IB IC IO N ES
Í
de que la reacción del animal venía determinada por las
me pen
influencias del mundo exterior. Esto mismo sostuvo Secfae- les que
nov, el fisiólogo ruso que tanto influyó en Pávlov. Se- mi disc
chenov publicó en 1863 la obra Los reflejos del cerebro, obra de
que se tradujo al francés en 1884. El autor decía en ella:
REFLEJOS C O N D IC I O N A D O S I INHIBICIONES
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REFLEJOS CONDIC IONADOS E INHIBICIONES
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REFLEJOS C O N D IC I O N A D O S li INHIBICIONES
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IVÁN PÁVLOV
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jo en una ocasión que al principio su ciencia chocó en
Rusia con la oposición de los científicos pero que des
pués había alcanzado, com o era lógico, una gran difu
sión. Una buena muestra de este auge lo tenemos en el
último Congreso . Internacional de Psicología celebrado
en Moscú, el verano de 1966. Muchos de los trabajos in
cluidos en uno de los volúm enes de sus a ctas el dedicado
a los aspectos cibernéticos de la act’vidad integral del
cerebro, son de autores rusos.
La cibernética, unida a la reflexología, puede ampliar
mucho sus horizontes. N o lo decimos porque se hayan es
tudiado los reflejos condicionados desde el punto de vis
ta cibernético y se hayan construido diversos robots con
la cualidad de establecer reflejos de este tipo, sino porque
al ser la cibernética la ciencia que trata de la autorre
gulación, su o b jetivo coincide con el de la reflexología,
aunque dif'eran en la m etodología y en los puntos de
partida. La cibernética no sólo ha com pletado el arco
reflejo de Pávlov, cerrándolo con el feed-back (genera
lización del Gestaltkreis de V on W eizsäcker) sino que ha
introducido en él el concepto de patrón (el pattern de los
autores anglo-americanos, el Sollwert de los alemanes,
el but de los franceses), con el cual se ha establecido un
puente de un:ón entre las concepciones deterministas de
Pávlov y las teleológicas de biólogos com o Von Uexküll.*
La obra de Pávlov, pese a haber sido objeto de re
toques, no sólo perdura, en lo esencial, treinta años des
pués de su muerte, sino que ha adquirido mucha más di
fusión que en vida del autor. Poco podía im ag:nárselo,
cuando un año antes de morir, a los ochenta y seis, re
cién restablecido de una larga y grave enfermedad, de
cía hablando del futuro: «Quiero, quiero intensamente
vivir aún mucho tiempo... Hasta los cien años... y más
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IN T R O D U C C IÓ N
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Kl I I I JOS C O N D I C I O N A D O S I I N H I B I C I O N E S
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ciones y planteado nuevas cuestiones; para comprender
esta evolución baste decir que en la actualidad ningún
sabio se atrevería a dar una respuesta completa a la
pregunta: «¿Qué es exactamente un re fle jo condicionado,
dónde, cuándo y cómo se fija y funciona?»
La misma amplitud de los problem as planteados y
el hecho de que se han dedicado m iles de experiencias
en el mundo entero para intentar resolverlos, indican
la importancia de este cam po de investigación. Su fe- cié
cundí dad ha quedado dem ostrada en diversas aplica- Ga
dones^-que-abarcan una escala variada com o el adies- peí
"FrámiorUn Hp animales rlf> rirrn^ la pedagogía, la tera- el
péutica por medio del sueño, e l.m é to d o psico-profilác- coi
tico, del parto sin dolor. Ja concepción córtico-visceraT" a^
de las enfermedades psicosomaticas," la psiquiatría, fe raE
publicidad, e incluso las falsas aplicaciones* que sólo tíe-~~ ^or
nen de científico y «p avlovian o» e t nombre, se presen- ere
J g n jc o m o un homenaje deL .vicio a J a v ir tud. “e
¿No reside el valor de la obra de Pávlov tanto en sus
descubrimientos y consecuencias com o en su método arí
de trabajo, su rigor científico y su probidad intelec- J111
tual? Por esto, sus escritos, en lugar de ser una lectura ^as
árida destinada a los especialistas, resultan un testimo- va ‘
nio de humanismo. ta €
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J.-F. L e N y tant
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26
* nder j Capítulo 1
“ Ato LAS C IE N C IA S N A T U R A L E S Y E L CEREBRO
a la
nado,
los y
ncias
iican ! Cabe decir con toda justicia que la marcha de las
ciencias naturales, ininterrumpida e irresistible desde
jilea- Galileo, se detiene por primera vez ante el segmento su-
dies- perior del cerebro o, dicho de manera más general, ante
tera- el órgano de las relaciones más complejas del animal
HTiSc- con el mundo exterior.1 Esta detención no es debida
:eraT~ ; al azar; las ciencias naturales se encuentran verdade-
P~T¡a i ramente en una situación crítica, ya que el cerebro, cuya
Ptie-~" formación superior es el cerebro humano, creó y sigue
»en- i creando las ciencias naturales, ha pasado a ser objeto
de la investigación de esas ciencias,
sus Examinemos la cuestión de más cerca. Desde hace
:odo ; largo tiempo, el fisiólogo somete el organismo animal a
ilec- j un estudio sistemático e incesante que sigue con rigor
tura las reglas del pensamiento naturalista científico. Obser-
mo- va los fenómenos vitales que se desarrollan ante su vis
ta en el tiempo y en el espacio, y se esfuerza en definir
. experimentalmente las condiciones elementales y cons
tantes de su existencia y desarrollo. Su sagacidad y domi
nio sobre los fenómenos de la vida aumentan sin cesar.
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C a p itu lo 12
E L R E F L E J O C O N D IC IO N A D O
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fue así durante mucho tiem po. La actividad psíquica-es
desde hace miles de años o b je to del estudio de una cien
cia especial: la psicología. Resulta sorprendente que has
ta después de 1870 la psicología no obtuvo, debido a su
m étodo habitual de excitación a rtificial, los primeros
hechos precisos que se referían a una cierta función fi
siológica de los grandes hem isferios: la función motora.
Con ayuda de otro m étodo tan habitual com o el anterior,
el m étodo de destrucción parcial, se adquirieron datos
suplementarios sobre la form ación de conexiones entre
otras partes del cerebro y los principales receptores del
organism o: o jo , oreja, etc. E sto origin ó grandes espe
ranzas, tanto a los fisiólogos com o a los psicólogos, so
bre la estrecha unión existente entre la fisiología y la
psicología. Los psicólogos adquirieron la costumbre de
com enzar sus tratados de psicología exponiendo la teoría
del sistema nervioso central y particularm ente de los
grandes hem isferios (órgan os dé los sentidos). Los "fi
siólogos interpretaban de m anera psicológica los resul
tados de la interrupción experim ental de la actividad.
•de ciertas partes de los hem isferios de los animales, por
analogía con lo que ocurriría en el m ism o caso en el mun
do interior del hom bre (p o r ejem plo, el «ve, pero no
com prende» de Munk).* Pron to el desencanto hizo presa
en los dos campos. La fisiología de los grandes hemisfe
rios se inm ovilizó en estas prim eras experiencias y dejó
casi de progresar. Entre los psicólogos había hombres
que, al igual que antes, se declaraban resueltamente a
favor de la independencia total del estudio psicológico
con respecto a la fisiología. Se hicieron otros intentos
para ligar las ciencias naturales triunfantes con la psi
cología, mediante el m étodo de la evaluación numérica
de los fenómenos psíquicos. Durante cierto tiempo se
pensó en abrir en la fisiología un capítulo especial de
psicofísica, debido al feliz hallazgo de W eber y de Fech-
n e r3 (ley que lleva sus nombres) de una relación numé-
204
REFLEJOS C O N D I C I O N A D O S E I N H I B I C I O N E S
ge una
era lo que ahora designamos con el nombre de «reflejo
tarse el
condicionado», y cuyo estudio ju stifica por completo la
realizó 1
esperanza que acabamos de citar. Hagamos dos sencillos
gundo,
experimentos al alcance de todos. Vertam os en la boca
de un perro una solución débil de cualquier ácido. Por de una
lo general provoca una reacción defensiva: el animal ción, a
rechaza la solución con bruscos m ovim ientos de la boca, el noml
segrega abundante saliva en la cavidad bucal (y, luego, tema n
fuera), que diluye al ácido y desembaraza la mucosa. conduc
Y ahora la segunda experiencia. P oco antes de introdu cierre j
cir el ácido en la boca del animal, sometámosle a la dujera
acción repetida de cualquier agente externo, un cierto es el i
ruido, por ejem plo. ¿Qué es lo que observamos? Basta unione
rá repetir éste ruido sólo para que se reproduzca la mis como
ma reacción: iguales m ovim ientos de la boca, la misma faetón
segregación de saliva. de la i
Estos dos hechos son exactos y constantes,. Hay que ción t
designar a los dos con el m ism o térm ino fisiológico de mo pr
reflejo. Los dos desaparecen si seccionamos los nervios lo que
motores de la musculatura bucal y los nervios secretores luto ja
de las glándulas salivares, es decir, los mandos efectivos, actiyit
o bien si extirpamos los nervios aferentes que parten de jo con
la mucosa bucal o de la oreja, o incluso si destruimos el ganisr
centro de la transmisión del flu jo nervioso (es decir, el Sacia
proceso dinánrco de excitación nerviosa) de los nervios este s
aferentes a los eferentes; para el prim er reflejo, este tas re
centro será la médula alargada y, para el segundo, los excita
grandes hemisferios. perioi
Frente a estos hechos no cabe opinión contraria a esta S&JL
conclusión fisiológica; por lo tanto, la diferencia entre mo d¡
estos reflejos es clara. En prim er lugar, sus centros son dad, <
distintos, como acabamos de ver. En segundo lugar, como cpndi'
indica la misma organización de nuestros experimentos, po es
el primer reflejo se ha reproducido sin ninguna prepa igual.
ración previa, sin ninguna condición, mientras que el se ment<
gundo se ha obtenido mediante un cierto procedimiento. céten
¿Qué significa eso? En el primer caso, el paso del flujo
de una de las vías a las otras se realizó directamente,
sin procedimiento especial. En el segundo, este paso exi-
206
REFLEJOS CONDIC IO N A D O S E IN H IB IC IO N E S
ei
tes internos, que surgen en el p ro p io organismo, como
vivir pu^
por agentes externos, lo que garantiza la perfección del y respetar
equilibrio. Pero e l eq u ilib rio asegurado con estos refle
el punto |
jos sólo sería p e rfecto en el caso en que el medio exte
de unión«
rior fuera constante. C om o el m ed io exterior, además de
la unión
su extrem a diversidad, se encuentra todavía en estado
universal
de continuo m ovim iento, los refle jo s absolutos, como
mismo tie
conexiones permanentes, no bastan para asegurar dicho
cólogos 11
equilibrio y han de com pletarse con reflejos condiciona1
de combii
dos, es decir, con uniones tem porales. P o r ejemplo, no
basta que el anim al co ja sólo el alim ento que tiene ante bras o p<
él, ya que quedaría ham briento y podría m orir de inani tinguir, p
ción, sino que ha de ir en busca de la com ida y descu unión ten
brirla p or diyexsos indicios, ocasionales y temporales, contramo,
que son excitantes condicionados, estimulantes de los absorción
m ovim ientos del anim al hacia el alim ento y su aprensión, pleta. A
es decir, señales que provocan Un refle jo alimenticio píos psict
condicionado. L o m ism o ocurre con todo lo que se refie los expen
re al mantenimiento del bienestar del organismo y de la proporcio
especie, en sentido positivo y negativo, o sea lo que se es decir, i
ha de tom ar del m edio ambiente y lo que es preciso tQ fundar
evitar. N o es necesario tener gran imaginación para dar más cier
se cuenta de la innumerable cantidad de reflejos que for e]aborado
ma el sistema nervioso del hombre, situado en el amplio Qondicion
medio de la naturaleza y en un ambiente social que en perimentc
globa a toda la Humanidad. Consideremos el reflejo ali ferentes, ;
menticio. ¡Cuántas uniones condicionadas se requieren den pro\
para asegurar al hombre su alimento, y todo eso no es ha pasad«
a fin de cuentas más que un reflejo condicionado! ¿Son con cuya
necesarias en este caso las explicaciones detalladas? Va más preci
yamos más lejos y detengámonos en lo que se llama el de los gr
saber vivir, el tacto, que nos asegura una situación favo resultado:
rable en la sociedad. ¿Qué otra cosa es la cualidad de el presen
saber a qué atenerse con cada uno y en todas las circuns producirs
tancias, para que la actitud de los demás hacia nosotros
¿LajCfll
sea benevolente?;Eso obliga a adaptar el comportamien
flejo con<
to al carácter de la gente, a su humor y a las circuns
o varias
tancias, es decir, a actuar para con los demás teniendo en
con u í u £S
cuenta el resultado positivo o negativo de nuestros an-
za lo niáí
tenores encuentros con e llq s j N aturalm ente, este saber
vivir puede ir acom pañado o no de la dignidad personal
y respetar o no el a m or p ro p io de los otros, pero desde
el punto de vista fis io ló g ic o se trata, en los dos casos*
de uniones tem porales, de re fle jo s condicionados. Así,
la unión nerviosa tem p ora l es un fenóm eno fisiológico
universal en el m undo anim al y en la vida humana. Al
mismo tiem po es un fen óm en o psíquico; lo que los psi
cólogos llam an una asociación, trátese de la form ación
de combinaciones de acciones, impresiones, letras, pala
bras o pensamientos. ¿Qué razón tendríamos para dis
tinguir, para separar lo que los fisiólogos llaman una
unión tem poral y los psicólogos una asociación? Nos en
contramos en presencia de una fusión completa, de una
absorción total del uno en la otra, de una identidad com
pleta. A mi entender, e sto lo han reconocido los pro
pios psicólogos, algunos de los cuales han afirmado que
los experimentos sobre los reflejos condicionados habían
proporcionado una base sólida a la psicología asociativa
es decir, a la que considera la asociación como el elemen
to fundamental de la actividad psíquica. Esto es tanto
más cierto cuanto que un excitante condicionado ya
elaborado puede servir para form ar un nuevo estimulante.
condicionado, y últimamente se ha demostrado con ex
perimentos sobre los perros que dos excitaciones indi
ferentes, repetidas una tras otra, entran en unión y pue
den provocarse mutuamente. El reflejo condicionado
ha pasado a ser para la fisiología el fenómeno central,
con cuya ayuda se puede estudiar de manera cada vez
más precisa y concreta la actividad normal y patológica
de los grandes hemisferios. En nuestra exposición, los
resultados de este estudio, que ha proporcionado hasta
el presente enorme cantidad de hechos, no pueden re
producirse más que en sus rasgos más generales.
1 .a condición fundamental para que se forme un re
flejo condicionado es la coincidencia en _el tiempo, una
o varias veces seguidas, de una excitación indiferente
con un excitante inqondicionado.. E^fá formación seTreali-
za lo más rápidamente y con la menor dificultad cuan-
209
mmnmfíwxmmmumK
IVÁN PÁVLOV
superior
do el primer excitante precede de inmediato al excitan
nados. 1
te absoluto, tal como ha quedado demostrado en el ejem y de cor
plo del reflejo auditivo del ácido.
Luego 1í
Cabe elaborar el reflejo condicionado sobre la base
de excit
de todos los reflejos absolutos y a partir de todos los
los hem
agentes posibles del m edio interior y exterior, tanto bajo
grupo o
su aspecto elemental como bajo las formas más com
pidez bí
plicadas, con esta sola excepción: debe haber en los
mental,
grandes hemisferios elementos de recepción capaces de
percibir al agente en cuestión. Nos encontramos ante una guíente,
amplia síntesis realizada por esta parte del encéfalo. neraliza
Mucho más. La unión temporal condicionada llega a continu;
un extremo grado de especialización y de fragmentación santerm
de los excitantes condicionados y de las funciones del or medio *
ganismo, sobre todo en lo relativo a la función motora ruidos <
esquelética y a la función motora del lenguaje. Nos ha tos últL
llamos frente al análisis más sutil, producto de la activi rá final
dad de los grandes hemisferios. De ahí la enorme exten tono de
sión y profundidad de la adaptabilidad y del equilibrio diferent
del organismo con el medio exterior. La síntesis es un Estos t<
fenómeno de conexión nerviosa. ¿Qué es, pues, el aná se demi
f i s i s como fenómeno nervioso? Nos encontramos en pre Si, i
sencia de varios fenómenos fisiológicos distintos. El aná inhibid«
lisis se basa en la actividad de las terminaciones periféri constan
cas de todos los nervios aferentes del organismo, cada será mí
una de las cuales está especialmente capacitada para ción qu
la transformación de una especie determinada de energía ha teni
(en el interior o en el exterior del organismo) en un y desap
proceso nervioso de excitación, que es conducido lue go los
go a las células especiales, menos numerosas, de los seg clusión
mentos inferiores del sistema nervioso central, al igual paga, i
que a las innumerables células especializadas de los gran to m á s
des hemisferios. Desde allí, el proceso nervioso de ex se resti
citación se propaga, se irradia hacia otras células situa 3e inhil
das a una distancia mayor o menor. Por eso, cuando se en el es
elabora un reflejo condicionado a partir de un tono de el trabí
terminado, no sólo los otros tonos, sino también muchos nervios
otros ruidos provocan la misma reacción condicionada. con el 1
Esto es lo que en la fisiología de la actividad nerviosa hemos 1
210
REFLEJOS C O N D I C I O N A D O S E IN H IB I C IO N E S
211
mos otros ejem plos de inhibición. P or lo general, cuan
en «1 ***
do se quiere obtener un va lor más o menos constante
va de qv
y determinado del efecto condicionado, se prolonga du provocai
rante cierto tiempo la acción del excitante condicionado, dor, par
al que se añade un excitante absoluto que lo refuerza. tos caso
Durante los prim eros segundos o minutos de la excita mos ant
ción, según la duración de aplicación aislada del excitan en proo
te condicionado, no se registra ningún efecto, ya que cordame
esta excitación, com o señal prematura del excitante incon- aferente;
dicionado, queda inhibida. Este es el análisis de los diver proceso
sos momentos de la excitación en curso. La inhibición realizars
considerada se llama inhibición del reflejo retardado. excitació
La inhibición aporta sus correctivos a la acción del ex favorabl
citante condicionado com o señal, y ésta pasa a ser nula Come
si no se refuerza el excitante en el momento apropiado. y de inh
Esta es la inhibición extintiva, que dura cierto tiem ferios, cc
po y desaparece por sí misma. E l refuerzo hace reapa centran «
recer más de prisa la anulada acción del excitante con fúndame
dicionado. Existen, por lo tanto, excitantes condiciona los gran
dos positivos, es decir, que provocan un proceso de ex vilidad y
citación en la corteza cerebral, y excitantes negativos, diciones
que producen un proceso de inhibición. En los casos de la irre
citados se trata de una inhibición especial de los gran la primei
des hemisferios, de una inhibición cortical. Surge, en procesos,
condiciones determinadas, donde no existía hasta en la conclu
tonces, varía en extensión y desaparece en otras circuns se produi
tancias, lo que la distingue de la inhibición más o menos concentri
estable y constante de los segmentos inferiores del sis ción. L o
tema nervioso central, por lo que se la llama inhibición casos de
interna por oposición a la inhibición externa. Sería más menos fr»
exacto llamarla inhibición condicionada, elaborada. La todo en 1c
inhibición toma parte en el funcionamiento de los gran proceso <
des hemisferios de manera tan incesante, precisa y com revela un
pleta como en el proceso de excitación. excitante
Los estímulos llegados de hiera a los grandes hemis tarse), a «
ferios pueden entrar allí en contacto con islotes de exci
tación; los mismos estímulos pueden entrar en unión 5. E stad
temporal, según el principio de la simultaneidad, con el e x terio j
REFLEJOS C O N D I C I O N A D O S E INHIBICIONES
217
IVAN PÁVLOV
dades <
brio de sus procesos, en animales de sistema nervioso toda la
equilibrado y desequilibrado; los equilibrados y fuertes sa del <
se dividen según sus procesos sean móviles o inertes. poy di
Aproximadamente, esto corresponde a la sistematiza con otr
ción clásica de los temperamentos. Hay animales fuertes, ción es
pero no equilibrados, en los que son poderosos los dos obtenid
procesos, aunque la excitación predomina sobre la inhi
miento
bición: se trata, según Hipócrates, de los coléricos, tipos
del sisl
excitables e impulsivos. El tipo fuerte de los animales
namien
bien equilibrados, aunque inertes, calmosos y lentos, co
por lo ¡
rresponde al de los flemáticos. El tipo fuerte, bien equili
mo ani
brado, hábil, muy vivo y móvil, corresponde al de los
fisiólog
sanguíneos. Y, por último, el tipo débil que corresponde
a los ¡melancólicos de Hipócrates. El rasgo común que nada q
predomina en estos últimos es la facilidad de la inhi es raro
bición, debido a la debilidad constante de la inhibición No <
interna, que se irradia sin dificultad, y sobre todo bajo la este tra
influencia de la inhibición externa, producida por toda rior de]
clase de incitaciones externas, incluso las insignifican festacio
tes. En cuanto a lo demás, este tipo es menos uniforme La i
que los anteriores; se trata de animales en los que am do, es e
bos procesos son débiles, o animales cuya inhibición simulta
desaparece en seguida, agitados, que miran incesantemen nada co
te a su alrededor o, por el contrario, animales que están asociad
como paralizados, que se detienen al oír cualquier rui flejos ©
do. Esta diversidad se basa, naturalmente, en que los do los i
animales de un tipo débil, al igual que los de un tipo fuer Cuando
te, no se distinguen entre sí por la sola intensidad de hemos <
los procesos nerviosos. Pero el predominio de una de que ocu
bilidad excesiva ya en la inhibición sola, ya en los dos induccié
procesos nerviosos, anula toda la importancia vital de jos meo
las variaciones de los otros rasgos. La extrema facilidad que per
de la inhibición hace inválidos a estos animales en idén de las i
tico grado. sexual, <
Así, el tipo es el género congènito, inherente a la tiempo?
constitución y a T Í actividad nerviosa del animal: é f ge _ble, fácil
notipo. Però Como el animal está sometido desde su na peración
cimiento a las más variadas influencias del medio am poderose
biente, a las que se ve obligado a responder con activi rrespond
218
REFLEJOS C O N D I C I O N A D O S E INHIBICIONES
219
IVÁN PÁ VLOV
221
IVAN PAVLOV
Se h
una intensidad excesiva o cuando prolongamos sensible
activ
mente la acción de los excitantes inhibidores. El mismo
saria
efecto se produce con la elaboración de una diferencia
el ti]
ción dem asiado sutil, con el aumento del número de los
fuert
excitantes entre los reflejo s condicionados, con la al
vi ose
ternancia rápida de procesos de sentido contrario, con
2a !
la acción simultánea de excitantes condicionados opues
sólo
tos o, finalm ente, con el cam bio brutal de la estereotipia
ligrai
dinámica o p o r la inversión de los excitantes condiciona rante
dos que actúan en un orden determinado. La neurosis, del
calmi
tipo excitable se expresa p or un debilitamiento notable ment
que llega hasta la desaparición casi total del proceso in efecti
hibidor que en el estado norm al es ya inferior al pro
ment
ceso de excitación: las discriminaciones elaboradas pero
de la
aún no completam ente estables son desinhibidas, la ex
ment»
tinción de los reflejos se retrasa con exceso, el reflejo
los d
retardado se convierte en refle jo a corto plazo, etc. El
rápid
animal pierde toda moderación, se comporta nerviosa
les cc
mente en el curso de los experimentos en el potro: se
que r
enfurece o, lo que es más raro, cae en somnolencia,
teñid:
lo que no le ocurría antes. La neurosis del tipo débil -re
Es
viste casi exclusivamente un carácter depresivo. La activi-
la ne
dad refleja condicionada es caótica, desaparece frecuen
neuró
temente, el animal en el potro se encuentra casi de conti
nuo en una de las fases del estado hipnótico>(los refle esta e
Tambi
jos condicionados están ausentes y el animal llega in
cluso a rechazar el alimento que se le ofrece). rosis
Las neurosis experimentales se alargan en la mayo lógica,
ría de los casos y duran meses y años. Se han ensayado temas
con eficacia procedimientos curativos en los casos de neu compr
rosis prolongadas. Desde hacía tiempo empleábamos el r histeri
bromuro en el estudio de los reflejos condicionados, cuan ¡ bres ei
do tratábamos con animales impotentes para servirse de zación
la inhibición. El bromuro era de gran ayuda para ellos. y los a
Una larga serie de los más diversos experimentos sobre y de d
los reflejos condicionados en los animales ha demostrado, V. meros
sin duda alguna, que el bromuro, no se relaciona direc Adei
tamente con la excitación, a la que no debilita, como se estudio
creía, sino con la inhibición, a la que refuerza y tonifica. da la cl¡
222
Se jnanifestado com o regulador y restaurador de la
a c tiv id a d nerviosa turbada, pero con la condición nece
saria y esencial de calcular exactamente sus dosis, según
el tipo y el estado del sistema nervioso. Para un tipo
fuerte y en un estado aún satisfactorio del sistema ner
vioso, hay que sum inistrar grandes dosis que van de
2 a 5 gramos por día, m ientras que a los tipos débiles
sólo se les da dosis mínimas, centigramos o incluso mi
ligramos. El brom uro adm inistrado de esta manera du
rante una o dos semanas basta a veces Dara curar radi
calmente una neurosis crónica experimental. Ultima
mente se han realizado experimentos que prueban el
efecto curativo, aún más eficaz en los casos particular
mente graves, de la acción combinada del bromuro y
de la cafeína, a condición de em plear dosis minuciosa
mente calculadas y de tener en cuenta la mutua acción de
los dos componentes. A veces, aunque de manera menos
rápida y menos completa, se llegaba a curar a los anima
les concediéndoles un descanso prolongado o corto, aun
que regular, o dispensándolos de las tareas difíciles con
tenidas en el sistema de los reflejos condicionados.
Es lógico relacionar estas neurosis de los perros con
la neurastenia humana, tanto más cuanto que ciertos
neurólogos insisten en la existencia de dos formas de
esta enfermedad: la neurastenia agitada y la depresiva.
También forman parte de este grupo determinadas neu
rosis traumáticas y ciertos estados de reactividad pato
lógica. Debemos pensar que el reconocimiento de dos sis
temas que señalan la realidad al hombre nos permitirá
comprender la naturaleza de las dos neurosis humanas: la
C histeria y la psicastenia. Si se puede dividir a los hom
bres en dos grupos distintos, según el sistema de señali
zación que predomina en ellos, es decir, los pensadores
y los artistas, se comprende que en los casos patológicos
y de desequilibrio general del sistema nervioso, los pri
meros serán psicasténicos y los segundos, histéricos.
Además de aclarar el mecanismo de las neurosis, el
estudio fisiológico de la actividad nerviosa superior nos
da la clave de ciertos aspectos y manifestaciones en el cua-
223
IVA N PAVLOV
tem
dro de las psicosis. D etengám onos en ciertas formas de
esta
mania, las variaciones de la m anía persecutoria, lo que
de i
Pierre Janet llam a sentiments d’emprise, y en las «in
una
versiones» de K retschm er. E l en ferm o se ve persegui
casi
do por aquello de lo que se esfuerza en huir. Le parece
casi
que sus pensam ientos secretos son descubiertos y conoci
exp<
dos p o r todos; busca la soledad y le obsesiona la idea de
que
que, aunque esté solo en su habitación, hay alguien con
to i
él, etc. Se trata de lo que Janet llam a sentiments
la fe
d'emprise. K retschm er cita el caso de dos muchachas que
casi
al llegar a la pubertad sintieron atracción sexual por cier
cons
tos hombres, atracción que rechazaron por una u otra
que
razón. Com enzó a atorm entarlas una idea fija : les pare
enfei
cía que su excitación sexual se revelaba en su rostro
y que todo el m undo se daba cuenta. De repente, a una ción
de ellas le pareció — la sensación fue muy clara— que La n
^xeso&aà&l la serpiente, seductora de E va en el Paraíso, tentador medí
sexual, se había alojad o en ella, se m ovía en su cuerpo poso
&Ç&NYS&&RS meca
y subía hasta la boca; la otra creyó que estaba encinta.
Este caso es lo que K retschm er llam a inversión. Desde pondt
SSSSB^'SO&I por e
Qs&cacanfcfl el punto de vista del mecanismo es, sin duda, idéntica
al sentiment d’emprise. Se trata de un estado patoló da un
gico subjetivo que cabe explicar fácilm ente como una de la
0Mseçta&'
manifestación fisiológica de la fase ultraparadójica. Ba te añ<
ftsam&ça&l jo la influencia del estado de inhibición y de depresión, actuaj
mço£&a\*s' en el que se encontraban las dos muchachas, la idea de perjud
la virginidad, por sí misma poderoso estimulante positi en el
bfcmmsx® vo, se transform ó en su contrario, y llegó a ser una ver físioló{
nxròtai\xft£ dadera sensación; a una le parecía que alojaba en su artifici,
&^rota.sv^| cuerpo al tentador sexual, y la otra era importunada un ami
smagriteòxa por la idea del embarazo, com o resultado de relaciones dentes
jk^smsía- sexuales. Lo mismo ocurre al enfermo poseído de un menos ;
i\SKI3«àû^® sentiment d’emprise. La poderosa idea positiva de «es
\ate.vy&\.esü Al e¡
toy solo» se transforma en condiciones semejantes en
w^cs^ocvuj afeccior
otra idea completamente opuesta: «siempre hay alguien
tas&QBL^VLv a mi lado.» ces casc
En el curso de los experimentos sobre los reflejos funciona
condicionados se observa con frecuencia, en los estados corteza <
difíciles de los sistemas nerviosos, que una inhibición reflejos ■
teCistetafc...? Se basan
224
sâc&^e&^.’Vfc
gOtTO&tofift
vaB HBBHBBi
HI i l i;JOS C O N D I C I O N A D O S I. I N H I B I C I O N E S
225
tid a c del metrónom o, tim bre, etc., y enfermemos uno de igg
los puntos de aplicación de estos excitantes condicionados,
dejando intactos los otros. Hem os enferm ado un islote ais
lado de la corteza cerebral con los procedimientos pato
3
las
001
u<
génicos descritos antes. La afección tiene manifestaciones
5CT
de form a e intensidad diversas. La más ligera alteración
ma
consiste en un estado hipnótico crónico: este islote produ
ce una fase de igualación o una fase paradójica en lugar opc
sací
de la relación normal entre la magnitud de la excitación
producida y la intensidad física del excitante, lo que, ba deb
sándose en lo anterior, podría interpretarse como una me 1
dida de protección fisiológica de la zona cortical en dificul sen
tad. Con el desarrollo posterior del estado patológico, el com
excitante no sólo deja de producir un efecto positivo, sino dar,
que provoca una inhibición en ciertos casos. En otros, se dad
produce lo contrario. El refle jo positivo se hace particu men
larmente tenaz: se extingue más lentamente que los refle debí
jos normales o se deja influenciar menos fácilmente por pare
la sucesiva acción inhibidora de los excitantes condicio cual,
nados negativos. Con frecuencia se distingue por su con- todo
siderabe intensidad entre los otros reflejos condiciona a ca<
dos, lo que no ocurría antes de la enfermedad. El pro Se si
ceso de excitación de este punto se ha hecho crónica to o
y patológicamente inerte. La excitación del islote pato recon
lógico puede quedar sin efecto en los puntos de la corteza cIotin
cerebral que corresponden a otros excitantes, o bien
ducir
basta tocarlo con un excitante para destruir de una u
relaci(
otra manera todo el sistema de los reflejos. Cabe admi
tir que en las enfermedades de zonas aisladas de la Vdej,
corteza cerebral en las que predomina el proceso de in ’“» « o
hibición o el de excitación, el mecanismo patogénico
consiste en una ruptura de equilibrio entre los procesos
opuestos: se debilita más uno u otro de los procesos. Es
un hecho que, frecuentemente, en los casos de inercia
del proceso de excitación, el bromuro ayuda eficazmente
iSÍ
'Wo 4
226
reflejos c o n d i c i o n a d o s e i n h i b i c i o n e s
227
silencio e l V>c<* ° ® a t f d e la
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C a s a c a s de este fenómeno n o son raras en lo s