Cuento de Terror Me Acompañas APLICADO

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¿ME ACOMPAÑAS?

En la escuela hay un cuarto al final del pasillo del segundo piso, donde se guardan
algunas cosas algo viejas, como un globo terráqueo, un mapamundi que se colgaba de un
clavo en la pared y un modelo de plástico que servía para aprender las partes del
corazón. Te digo esto porque una vez acompañé al maestro a guardar unos materiales
que habíamos usado y pude ver algo. Aunque, la verdad, él trató de taparme la vista.

Como te imaginas, yo tenía curiosidad de saber qué había dentro del cuarto porque había
oído decir que... Bueno, cosas que dicen. Así que cuando el maestro preguntó “¿Quién
me ayuda?”, no lo pensé dos veces y dije “¡Yo!”. Sentí que todo el grupo me vio con
sorpresa porque apenas habíamos escuchado decir que el otro día... ¿Quién cree en
eso?
Mis amigas y amigos me preguntaron si no había sentido miedo. “Claro que no”, les
contesté.

La cosa es que volví a acompañar al maestro otro día para guardar unas maquetas. Era
una tarde de invierno, de esas que huelen a vacaciones. Ya estaba algo oscuro y éramos
el único grupo que quedaba en la escuela porque el maestro estuvo calificando las
maquetas una por una. Él llevaba dos maquetas y yo otras dos. A la pasada, bajó la
palanquita que enciende los focos del pasillo y se siguió caminando. Los focos no se
prendieron de inmediato, pero pensé que eso era normal porque son ahorradores y
siempre tardan en encender.

Esa vez, sin embargo, ya estábamos cerca de la puerta del cuarto y no se encendían. Eso
no me gustó nadita y me entraron los nervios porque decían que... “¡Bah!”, pensé. Desde
el salón, como a 50 pasos, estaban asomados Güicho, Dante y Alfonsina.
Karlita de plano estaba en el pasillo. Me parecía oír sus voces, pero no entendía. ¿O no
eran ellos? “De seguro se hacen los graciosos”, pensé.

Aunque esa parte del pasillo estaba oscura, me di cuenta de que el maestro dejó en el
piso las maquetas que llevaba para abrir la puerta, que estaba dura y rechinó un poco. El
maestro debió dejar la maqueta sobre una repisa al tiempo que dijo: “¡Fuuuu! ¡Qué olor,
parece que hubiera un...!”. ¿Dijo “muerto”?

Controlando mis nervios, le pasé las maquetas que llevaba y me di la vuelta hacia el
salón. Ya no estaban Güicho, Dante ni Alfonsina. Pensé: “A ver si no se escondieron para
tratar de asustarme”.
Solamente Karlita seguía en el pasillo. “Y ella les va a echar aguas”. Entonces sentí que
alguien me seguía, pero quién iba a ser si no el maestro. Me tocó el hombro y sentí su
contacto tan frío que quise gritar. ¿Y si no fue el maestro?...

Entramos al salón y comenzamos a guardar nuestras cosas. En eso se oyeron unos


pasos en el pasillo. Todos nos asustamos y hasta creo que el maestro también, pero dejó
sus cosas en el escritorio y se enfiló a la puerta. Todo el grupo lo siguió con la mirada
mientras los pasos se oían más y más cerca. Poco a poco se fue distinguiendo una
respiración agitada. Volteé a ver a Dante: así era como nos habían contado... Primero el
ruido de unos pasos lentos como de alguien muy cansado, y después el sonido de una
respiración profunda.

Vi cómo los ojos de Dante no querían ver hacia la puerta, pero tampoco volteaba para
otro lado.
¡Estaba paralizado!
—¡Usted! —exclamó el maestro dando un paso atrás y todos saltamos de nuestros
pupitres.

Pudimos ver una silueta a través de los gruesos vidrios del salón y por fin la figura que
quedaba en la puerta. Era el conserje. Ésa era la primera vez que lo veía bien, pues
apenas había llegado a la escuela un mes antes, justamente cuando empezó a contarse
que... ¿Será cierto?

—¡Qué susto me dio! —continuó el maestro. A Dante le volvió el color a la cara.


— Es que pensé que habían dejado la luz prendida —dijo el conserje—. Como creí que
ya se habían ido todos...

—Sí ya nos vamos —respondió el maestro.


Salimos del salón y a Güicho que se le va su balón al fondo del pasillo.

—A ver, ¿vas a ir por el balón o vas a dejarlo ahí hasta mañana? Qué tal si se lo roban —
dijo Alfonsina.

Güicho dejó la mochila en el piso, disponiéndose a ir por el balón, pero en eso dejaron de
escucharse las pisadas de nuestros compañeros en la escalera. Ya sólo nosotros tres
estábamos en
el pasillo. Güicho dijo:

—Mejor lo recojo mañana, ahorita no se ve dónde está.

En eso que el conserje apaga las luces y bajamos corriendo. Al otro día no estaba el
balón de Güicho.

1. ¿Cuál de los siguientes personajes está rodeado de misterio en el cuento?


A)Dante. B)Karlita . C)El maestro. D)El conserje.

2.Lee las siguientes partes que encontrarás subrayadas en el texto.


1. En la escuela hay un cuarto al final del pasillo del segundo piso...
2. Como te imaginas, yo tenía curiosidad de saber qué había dentro del cuarto...
3. La cosa es que volví a acompañar al maestro otro día para guardar unas maquetas.
4. Controlando mis nervios, le pasé las maquetas que llevaba y me di la vuelta hacia el
salón.
¿Con cuál de las partes anteriores inicia el conflicto que se desarrolla en el cuento?
A)La 1 . B)La 2. C)La 3. D)La 4.

3. Los siguientes elementos del cuento anterior son característicos de los cuentos de
terror, excepto:
A) Los pasos lentos. B) El salón de clases. C) La respiración agitada.
D) Las voces que no se entienden.

4. En los cuentos de misterio o terror es común que haya un lugar oscuro. ¿En el cuento
que acabas de leer aparece un lugar que cumpla esta situación?
A) No, lo único que pasa es que hay poca luz porque ya es de noche.
B) No, lo más parecido es el cuarto, pero se entiende que es una bodega.
C) Sí, es el pasillo que va del salón al cuarto donde se guardan las maquetas.
D) Sí, es la escalera, aunque ésta queda a oscuras porque el conserje apaga la luz.

5. El personaje que cuenta la historia acompaña al maestro porque


A) tiene curiosidad. B) no tiene miedo a la oscuridad.
C)quiere ver dónde queda su maqueta. D)no quiere estar con sus compañeros.

6. Cuando el maestro exclama “¡Usted!” es porque siente…


A) alivio. B) enojo. C) disgusto. D) sorpresa.

7.Elige la opción que presenta un fragmento del cuento escrito en primera persona.
A) “Era una tarde de invierno, de esas que huelen a vacaciones”.
B) “Desde el salón, como a 50 pasos, estaban asomados...”.
C) “La cosa es que volví a acompañar al maestro...”.
D)“De seguro se hacen los graciosos”.

8.En los siguientes fragmentos del cuento está subrayada una parte. ¿En cuál opción esta
parte sirve para dar suspenso a la acción? Si necesitas localizar las opciones en el
cuento, las encontrarás remarcadas.
A) “Y ella les va a echar aguas”. B) “A la pasada, bajó la palanquita...”.
C) “Como creí que ya se habían ido todos....”.
D)“Poco a poco se fue distinguiendo una respiración agitada”.

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