El Carisma de Poder

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Conceptos y Definiciones
Importantes
Los siguientes conceptos y definiciones pueden ayudarle a entender mejor
nuestras reuniones, el movimiento carismático y la fe Católica:
Carismas - Los carismas son un dones sobrenaturales que nos da el Espíritu Santo para
la edificación de la comunidad cristiana (1 Corintios 12, 7). Se recibe de manera
independiente de los méritos del individuo, y no es necesario para su salvación (1
Corintios 12,11). Un carisma es un don, no es una señal de santidad, o de mayor unión
con Dios (l Corintios 13,1). No puede uno ni atraerlo ni retenerlo sin la concesión del
Espíritu (1 Corintios 14, 28- 32).

En la lista de Corintios hay 9 carismas que se pueden distribuir en tres grupos:


1. Carismas de la mente: Sabiduría, Ciencia, Discernimiento de Espíritus.
2. Carismas de acción: Milagros, Sanaciones, Fe (de la que mueve montañas).
3. Carismas de la lengua: Profecía, Lenguas, Interpretación de lenguas. (1Cor.12:8-10).
Carisma de Sabiduría - Es el primero que señala Isaías, y el primero que señala aquí
San Pablo, y es el más importante. La sabiduría es más valiosa que el oro y la plata, es el
don de conocer los misterios maravillosos de Dios, su AMOR , su grandeza, su
preocupación por nosotros.
Carisma de Ciencia - Es algo de lo muchísimo que Dios conoce que lo da a saber a una
persona, a la que él quiera. Es conocer algo del presente, del pasado o del futuro, que
nadie lo puede saber, que no se puede aprender en ningún libro.
Carisma de Fe - Esa fe que mueve montañas. La dinamita más potente que conoce la
humanidad, que mueve las montañas del odio y de los celos, que desata las cadenas de
las drogas y del alcohol, que sana enfermos incurables, que arregla matrimonios que
ningún abogado puede solucionar, que resucita muertos.
Carisma de Sanaciones - Este carisma trata de sanar física e interiormente, con el poder
del Espíritu de Dios. Este don lo deben tener todos los que predican la palabra de Dios,
porque así lo prometió el mismo Jesús: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a
toda criatura... A los que creyeren les acompañarán estas señales... pondrán las manos
sobre los enfermos y estos se sanarán (Marcos 16:15-19).
Carisma de Milagros - El Carisma de Milagros es el don de hacer milagros. Lo prometió
Jesús también: En verdad en verdad os digo que el que cree en mi, ese hará también las
obras que yo hago, y las hará mayores que éstas (Juan 14:12). Parará las tempestades y
andará sobre las aguas, y multiplicará los panes y los peces, y resucitará muertos. ¡Y más
que esto promete Jesús!
Carisma de Profecía - La profecía es hablar a los hombres de parte de Dios, y nos anima
San Pablo a que aspiremos sobre todo al don de profecía (1 Cor. 14:1), y la define así: El
que profetiza habla a los hombres para su edificación, exhortación, y consolación (1
Cor.14:3).
Carisma de Discernimiento de Espíritus - Es el don de diferenciar lo que viene del bien
y el mal. Éste se necesita mucho en los últimos tiempos, porque hay muchos falsos
profetas y mesías...
Carisma de Lenguas - Es el don de hablar en la lengua que el Espíritu Santo quiera. El
que habla en lenguas habla a Dios, no a los hombres, pues nadie le entiende, diciendo su
espíritu cosas misteriosas (1 Cor. 14:2). Sirve para la edificación de la persona.
Carisma de Interpretación de Lenguas - Cuando uno habla en lenguas no entiende lo
que dice, ni ningún otro, a excepción del que Dios le ha dado el don especial de poder
entender e interpretar lo que el hermano oró o cantó en lenguas.

La Descripción De Los Dones Carismáticos”


1 Corintios 12

El Espíritu Santo reparte los dones soberanamente, pero para el desarrollo de los mismos se
vale de seres humanos con sus deseos, limitaciones, ambiciones, y demás características de
la personalidad. 1 Corintios 12,31 dice: “Procurad, pues, lo dones mejores…” Anhelar los
mejores dones no consiste en sentarse a esperar que por arte de magia surja la fe suficiente
para poder recibirlos como si llovieran del cielo. Es cuestión de prepararse diligentemente.
Por ejemplo, si anhela el don de “enseñanza”, habrá que dedicar muchos años para
desarrollar dicho.

Los que reciben los dones deben escudriñar con diligencia las Escrituras, los dones nunca
pueden suplantar a la Palabra de Dios, nuestra autoridad mas alta, en realidad, única, y
nuestra instrucción con respecto a la vida, siempre deben ser controlados por la Palabra de
Dios y hallarse en armonía con ella.

Los dones del Espíritu son nueve y para su estudio, se clasifican en tres grupos:

1. Dones de Revelación:

1.1. Palabra de ciencia.


1.2. Palabra de sabiduría.
1.3. Discernimiento de espíritus.

2. Dones de Inspiración:

2.1. Don de Lenguas.


2.2. Don de Interpretación de lenguas.
2.3. Don de Profecía

3. Dones de Poder:

3.1. Dones de Sanidades.


3.2. Don de hacer milagros.
3.3. Don de fe.

1. Los Dones de revelación:


1.1. Palabra de ciencia: Se refiere a una parte del conocimiento de Dios, que él ha querido
revelar. Es el don que revela la verdad escondida de las cosas y resuelve problemas en un
momento determinado. Esta revelación llega solo por la inspiración del Espíritu Santo.
Ejemplo: Josué 7; 1 Samuel 9; 2 Reyes 6,8-12.

1.2. Palabra de sabiduría: La sabiduría es la función que nos permite usar con eficacia los
conocimientos; resolver los problemas de manera que produzcamos bendiciones y victorias.
Si alguien tiene poco conocimiento, pero posee el don de sabiduría puede engrandecer el
conocimiento que tiene para la gloria de Dios. Ejemplos: Hechos 7,10; 1 Co. 6,5; 1 Reyes
3,16-28. Cuando falta sabiduría es bueno pedirla a Dios Santiago 1,5.

1.3. Discernimiento de espíritus: Este es el don que capacita para discernir espíritus.
Discernimos los espíritus por la manifestación del Espíritu Santo, juzgamos si ese espíritu
procede de Dios, o si es alguien ablando por el espíritu del hombre, o por el espíritu de
Satanás. Ejemplos: 1 Juan 4,1; 1 Timoteo 4,1.

El apóstol escribe sobre la importancia del discernimiento de espíritus, a menos que seamos
capaces de discernir a quienes entran entre nosotros con espíritus de seducción y doctrinas
de demonios, y oponernos a ellos, de lo contrario, el rebaño de creyentes débiles se verán
muy dañados.

2. Los Dones de Inspiración:

2.1. Don de lenguas: Para los que leen la Biblia sin ideas teológicas preconcebidas, queda
claro que en todos los momentos del libro de Hechos en que se presenta el bautismo en
Espíritu, las lenguas son una señal externa. Las lenguas mencionadas en 1 Corintios 12 y 14
son en esencia las mismas que menciona el libro de los Hechos, pero el propósito con el que
se usan es distinto. Por consiguiente, se llama “don de lenguas”. El bautismo en el Espíritu
Santo es lo que recibe el creyente para su vida de oración personal que al mismo tiempo
hacen una profunda comunicación con Dios. “Por que el que habla en lenguas no habla a los
hombres, sino a Dios; pues, nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios”. 1
Co.14,2. Esto produce progreso a nuestra vida de fe. “el que habla en lengua extraña, así
mismo se edifica” 1 Co. 14,4. La palabra edifica significa originalmente poner los ladrillos
uno sobre uno para levantar una casa. Las lenguas se convierten en el instrumento mediante
el cual es edificada nuestra propia casa espiritual. Hablando del don de lenguas, cuando se
une al de interpretación de lenguas, produce el mismo efecto que la profecía. 1 co. 14,13
dice: “el que habla, en lenguas extraña, pida en oración poder interpretarla”. A través del
don de interpretación, se comprende el mensaje en lenguas en el idioma del oyente, de
manera que estos puedan ser edificados. A través de esta interpretación sobrenatural,
pueden darse cuenta de que Dios esta en medio de nosotros y aumenta nuestra fortaleza.

2.2. Interpretación de lenguas: Nadie puede comprender un mensaje dado en lenguas,


mientras Dios no revele su significado por medio del Don de interpretación. Ejemplo: 1 Co.
14,2,13. La interpretación de lenguas es diferente a una traducción normal. La traducción
da generalmente el significado de lo que se ha dicho en otro idioma, palabra por palabra;
en cambio, la interpretación aclara el significado general de lo dicho en idioma extraño. Por
ejemplo, es posible que un mensaje en lenguas sea corto, y su interpretación larga. Pero
otra vez puede ser el mensaje en lenguas corto y la interpretación larga.

2.3. Don de Profecía: Hay dos clases de manifestaciones del don de profecía:

a) profecía bíblica: la proclamación de un mensaje recibido para edificación, exhortación y


consolación. 1 Co.14,3.
b) Pronunciaciones inspiradas por el Espíritu Santo por una revelación dada al
momento. La profecía se distingue de la predicación en que ésta es el producto de la
revelación conocida, mientras que la profecía es el resultado de una iluminación o
inspiración espontánea. 1 Co. 14,29; Hechos 27,10-11; 2 Pedro 1,21.

3. Los Dones de Poder:

3.1. Dones de sanidades: Tener los dones de sanidad indica el hecho de tener virtud
extraordinaria para sanar a los enfermos por medio de la oración de fe. Todo creyente
puede orar por sanidad divina y muchas veces Dios contesta esta oración, se entiende que no
siempre sanará aquellos por quien se ore, pues tiene que tomar lugar la soberana voluntad
de Dios y la actitud y condición espiritual del enfermo. Ejemplo: Hechos 8,6,13; 28,8-9;
Salmo 103,3; Is. 53,4-5; Mateo 8,16-17; 1 Pedro 2,24; Marcos 16,15-18.

3.2. Don de hacer milagros: La palabra milagros se refiere a sucesos notables o


sorprendentes que tienen lugar por intervención directa de Dios, sin que sigan las leyes de
la naturaleza generalmente conocidas. Un milagro es una suspensión temporal de las leyes
corrientes en la naturaleza por la intervención de un poder sobrenatural y divino. Ejemplo:
Juan 14:12. La Biblia está llena milagros: el cruce del mar rojo; Abraham y Sara.

3.3. Don de fe: La fe dada como don es en si misma una obra directa e inmediata del
Espíritu, y esto significa que él ha depositado fe divina en el corazón del creyente. Esta fe
fuerte y ferviente, superior a toda imaginación humana, se produce a fin de que Dios pueda
realizar grandes milagros. El creyente no la posee de manera permanente, sino que se
manifiesta a través de él cuando surge una necesidad, según el momento y el lugar
dispuesto por el Espíritu Santo. Debe distinguirse de la fe salvadora y esa confianza en Dios
sin la cual es imposible agradarle. Hebreos 11,1; Romanos 6,23; Mateo 17,20; Hechos 3,4-6;
1 Reyes 18,33-35. Romanos 10,17.

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