Piscinas Final

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PLANIFICACION

En la elección del tamaño y forma de la piscina se tendrá en cuenta


diversos factores, tales como los componentes que integran la familia, su
edad, el número de nadadores que posiblemente utilizaran la piscina, etc.
Es natural que aquellas familias que tengan niños pequeños o cuyos
componentes no sepan nadar, se inclinen por elegir una pileta más
decorativas que utilitaria, es decir, de boca ancha pero escasa profundidad.
En estos casos, la piscina de fondo plano o poca pendiente, parece ser el
modelo más indicado.
Por el contrario, cuando en la familia predominan las personas mayores
que, además, pretenden servirse de la piscina para practicar su deporte
favorito, se atenderá preferentemente a las formas de cazuela y de cuchara,
o en su defecto, de rampa muy pronunciada, a fin de encontrar la suficiente
profundidad que permita nadar con desembarazo, bucear y entrar
violentamente en el agua, arrojándose desde un trampolín o la torre de
saltos.
Es conveniente tener en cuenta dos factores que, a menudo, suelen
menospreciarse. Por una parte, hay que pensar que los niños pequeños
crecerán mucho más rápidamente de lo que muchas veces se piensa, así
como los no nadadores pueden aprender a nadar con cierta facilidad, al
amparo de la frecuente practica que podrán realizar, contando con una
piscina propia al alcance de la mano.
El otro factor a tener en cuenta es el de los posibles invitados que se
agregaran, en condiciones normales, al número de componentes que forman
la familia. Si hay muchos hijos, lo más probable es que tengan muchos
amiguitos. Por otra parte, las relaciones sociales de los padres pueden
aportar previamente y siquiera con relativa aproximación, este dato que
ayude a elegir el tamaño de la piscina. Existe la tendencia a no considerar tal
cuestión y, en la práctica, sucede que muchas piscinas resultan demasiado
pequeñas porque se juzgó las posibilidades reales con un exceso de
optimismo.
Fig. 30.- piscina en forma de riñón con estanque adicional de chapoteo, convertido en fuente
ornamental. (cortesía de Guilliam Diafilter española, S.L.)

A menos que existan poderosas razones del tipo económico, es


conveniente proyectar y construir una piscina en la que se pueda nadar con
desahogo; si hay niños pequeños siempre será preferible destinar para ellos
una pileta adjunta, parecida a los ejemplos que hemos reproducido en la
figura 14, 19, 26 y 27. Esta pileta complementa ornamentalmente el área
ocupada por la piscina, de manera que aun cuando los niños se hagan
mayores y dejen de utilizarla, puede quedar como un elemento decorativo. Y
en último extremo, con un pequeño gasto adicional, la pileta puede
convertirse en una graciosa fuente, similar a la que reproduce la figura 30.
En el supuesto de que han sido determinadas las principales
características, forma, dimensiones y emplazamiento y, siquiera
aproximadamente, el volumen de agua que contendrá el vaso, dará
comienzo la primera etapa, que debe resolverse enteramente sobre papel.
En efecto, la primera fase de ejecución se desarrollará sobre el tablero de
dibujo, llevando a efecto la realización de los planos. Planos que, casi
siempre, son precedidos de una serie de diseños que planteen y solucionen
decorativamente el problema planteado, intercalando la piscina en el paisaje
circundante. El proceso a seguir es parecido al que ofrece la serie de figuras
31 a 33.
Los planos propiamente dichos, es decir, los planos de construcción, son
los dibujos realizados a escala en donde se representa, linealmente, la obra
detallada a efectuar. Mediante un acotado oportuno, quedan registradas las
principales medidas pudiéndose obtener las restantes de un modo directo,
tomándolas del plano por medio de un doble decímetro.
Las figuras 36 y 37, intercaladas a manera de ejemplo, son planos
generales de planta y alzado. A estos planos generales, que son los que
manejara el constructor para llevar a cabo la ejecución de la obra
encomendada, se agregaran otros que representen distintos cortes de

Perfil natural del terreno gran piedra existente en el lugar elegido

Aprovechamiento lógico del terreno, evitando excavaciones innecesarias


Fig. 31.- planteo y solucion de una residencia en rio de janeirio proyectada por Oscar
Niemeyer.

Fig. 32.- detalle del anterior proyecto en el que puede apreciarse el trazado de la piscina
relacionado de manera directa con la línea contigua por medio de la roca mencionada. Las
necesidades de crear salas de estancia próximas, que se adapten a las escenografías del
paisaje justifica la forma adaptada por la edificación, cuyos puntos señalan el perímetro
del tejado.
sección o detalles particularizados, a fin de ayudar a la fácil comprensión del
proyecto y asegurarse de que la construcción se ajustara con exactitud al
mismo. En el transcurso del libro el lector encontrara multitud de
ilustraciones que pertenecen a este segundo grupo de planos parciales,
complementarios de los principales.
Los planos de una piscina debe hacerlos persona facultada, técnica o
profesionalmente, para ello. El presunto propietario se limitará, la inmensa
mayoría de las veces, a orientar en la elección de la forma y de las
dimensiones, así como en el emplazamiento, aunque en muchas ocasiones
hasta estos pormenores iniciales se dejan en manos de la firma especializada
que asumirá la construcción de la obra.
Los problemas que puede plantear tanto el proyecto como la consiguiente
construcción, irán decreciendo a medida que disminuya el tamaño de la
piscina, que puede llegar a tener unas proporciones similares a las de una
balsa para riego o una pequeña acequia; se comprende que, en tales casos,
cualquier contratista o maestro albañil podrá acometer la empresa, que en
poco se diferenciara de un modesto depósito para agua.

Fig. 33.-vivienda del famoso arquitecto Oscar Niemeyer, hijo, y a pocos kilómetros de Rio
de Janeiro. La foto corresponde a la realización de los planos 30 y 31.
NORMAS PREVIAS
Es frecuente que las disposiciones locales que regulan y autorizan
legalmente la construcción de este tipo de obras, cambien de una provincia a
otra. Por este motivo no especificamos aquí ninguno de los reglamentos u
ordenanzas a los que tendrá que sujetarse el proyecto, en cada caso.
Se da por supuesto que cada cual procederá de acuerdo con ellas,
recurriendo a la autoridad municipal competente, en el caso de no
conocerlas.
En todo caso, la oportuna autorización o permiso de obras, resolverá
favorablemente la cuestión legal.
En el plano figuraran representados no solo los elementos puramente
constructivos y aquellos que se refieran al acabado de la obra, sino también
aquellos otros de los servicios auxiliares, principalmente el equipo de
depuración del agua, con su esquema de circulación, y la situación de los
proyectos subacuáticos, cuando se proyecte iluminación submarina para la
piscina.

Fig.34.- esta es la conocida piscina que el arquitecto Giulio Minoletti construyo en San
Remo, en 1948. Se asemeja a un pequeño lago de proyección naturalista.
Fig. 35.- planos de planta y alzado de la anterior piscina.

En los capítulos dedicados a los temas correspondientes se abordan los


problemas relativos a la depuración y recirculación del agua, por una parte, y
la iluminación de la piscina y su zona colindante, por la otra, con la extensión
debida. Por lo que ahora nos limitaremos a resumir, muy brevemente, las
condiciones principales que deben ser tenidas en cuenta.
La situación del filtro del equipo depurador, depende del punto en donde
pueda ocultarse, caseta, arqueta, vallado, seto, etc. Pero para obtener los
mejores resultados, hay que tener en cuenta que la longitud de las tuberías
de toma y de retorno tendrá que ser lo más corta posible.
El “skimmer” (depurador de agua superficial) es muy conveniente situarlo
cercano a la parte central de una de las paredes laterales, aquella que esté
orientada a favor de las brisas o vientos dominantes locales, para que su
acción favorezca el trabajo de extracción de polvo, cuerpos extraños y grasas
que, flotando en el agua, serán aspirados por este aparato.
En el plano deben proyectarse, también, las zonas de paso y de servicios
anexos, cuando los haya, y, en cualquier caso, el sector limítrofe al perímetro
de la piscina, determinando su configuración y elementos que integraran el
mismo, veredas de paso, obra de jardinería, terraza, soláriums o plataformas
para tomar el sol y descansar, trampolines, toboganes, vestuarios, bancos,
etc.

PREPARACIÓN DEL TERRENO

una vez emplazada sobre el plano la piscina, procederá trasladar la


situación de la misma sobre el terreno, señalando el perímetro que vaya a
tener con exactitud, utilizándose al objeto cualquiera de los procedimientos
conocidos para el replanteo de la base, mediante estacas y cordel, franja
ancha pintada con yeso, o recurriendo a hendiduras trazadas a golpes de pico
Esta primera parte, que resulta elementalísima, se iniciara aplanando la
superficie afectada y desbrozándola, hasta dejarla limpia, procurando que la
forma y las dimensiones queden bien delimitadas.
Al efectuar la excavación habrá que incrementar, como es lógico, las
dimensiones reales con el grueso que tendrán los muros de contención que
deban levantarse posteriormente, grosor que vendrá determinado por el
volumen del agua a contener dentro del vaso, por la naturaleza física del
terreno, y por las necesidades de la comarca que favorezca la utilización de
un determinado material.
Fig 36.- Planta y alzado de una piscina tipo riñón, con un volumen de agua de cerca de 120
metros cúbicos

Fig. 37. – planta y alzado de una piscina derivada del anterior tipo, para un volumen de
agua aproximada a los 75 metros cúbicos.
Estaca Nivel Estaca

Fig. 38.- Control del nivel de construcción de la piscina, en un terreno llano.

Fig. 39.- replanteo de una piscina rectangular tipo cuchara.

Fig. 40.- primera fase de la excavación. Se ha profundizado de manera uniforme.


Fig. 41.- segunda fase de la excavación. Se ha llegado a la máxima profundidad,
correspondiente a la tolva de la cuchara.

Si la piscina es del llamado tipo elevado, es decir, con el fondo


descansando sobre el propio suelo del terreno, la segunda fase será la de
proceder al apisonado concienzudo de la base, comenzando a construir a
continuación. Previamente, nos habremos asegurado de que el piso es
totalmente plano por medio del nivel (figura 38), procediendo a rectificar
mediante el oportuno rellenado, si no es así.
El caso de construir una piscina elevada se presentará muy pocas veces,
por cuanto ya hemos dicho que, en la actualidad, casi todas se disponen
totalmente enterradas y, en el supuesto contrario, la única concesión que
se adopta es la de que los muros sobresalgan 30 o 40 cm sobre el plano del
suelo, aprovechándose tal altura para que sirvan de cerco natural y de
asiento para los bañistas.
Por lo tanto, habrá que excavar, ahondando y extrayendo la tierra que
sobre, hasta llegar a la profundidad que se precise. Tratándose de piscinas
pequeñas, en donde es raro que las mayores profundidades alcancen
siquiera los tres metros, y en abrumador porcentaje presentan cifras
medias de 1.20 a 1.50 metros, el problema de la excavación es muy sencillo
también de resolver y no precisa de personal especializado. Bastara con
una pala y un camión para llevarse la tierra que sobre.
Incluso en ocasiones podrá sustituirse el equipo mecanizado por la mano
del hombre, llevando a cabo la operación a pico y pala y carretilla. A menos
que se trate de terreno rocoso y haya que recurrir a la dinamita para abrir
la zanja. Pero no es un caso que suela darse con mucha frecuencia.
La manera de proceder para la excavación viene representada en las
figuras 39 a 41. A partir del replanteo (figura 39) se llevará a cabo la
primera fase; que consistirá en profundizar de manera uniforme o con
ligera pendiente, según los casos, la totalidad del hoyo (figura 40).
Para una piscina de fondo plano, la zanja estará terminada al llegar a
este punto y podrá empezarse en seguida a construir. En el supuesto de
que se trate de una piscina en rampa o de plano inclinado, se entiende que
se comenzara a cavar simultáneamente por ambos extremos del perímetro
replanteado, alcanzando en cada una de las dos fosas la profundidad
correspondiente, esto es, la máxima y la mínima de la piscina, y se
terminara la operación excavando el resto de la zanja, cuyo plano inclinado
relacionara entre si las anteriores honduras.
El ejemplo tomado como modelo (figura 40) se refiere a una piscina en
forma de cuchara. En el dibujo podemos ver cómo, una vez conseguida la
profundidad uniforme de la futura pileta, se ha replanteado a su vez,
mediante estacas y cordeles, la conformación de la tolva, dividiendo el
área que corresponde a la misma en nueve partes iguales. La central,
indicara la situación de la zona de mayor profundidad, que se relacionara
con la citada zona de profundidad uniforme por medio de paredes de
pendiente muy acusada (figura 41).
Hemos explicado con cierto detalle el proceso de excavación de una
piscina rectangular; poca diferencia existirá si se tratase de otra forma
cualquiera, la circular, la oral, la de riñón, etc.; pues la única variación será
adaptar el contorno de la zanja al de la figura elegida y convenientemente
replanteada en el terreno, así como se excavará de acuerdo con la
profundidad que se requiera en cada caso.
EL TERRENO

Atendiendo a las propiedades físicas que presente, podemos establecer


una división de acuerdo con las siguientes denominaciones:
 Suelto
 Consistencia media
 Compacto
 Roca blanda
 Roca dura.

Fig. 42.-seccion transversal de una piscina. En el grabado de arriba, excavada sobre


terreno blando o suelto, con terraplén reforzado de hormigón. En el dibujo de abajo,
construida sobre terreno compacto
Los dos primeros, que pueden considerarse como terrenos de naturaleza
blanda son más fáciles de excavar, pero el revestimiento de los muros tendrá
que hacer frente a la doble carga que suponga la contención de tierras, por
una parte, y presión del agua, calculando ambos factores como si fueran
independientes (figura 42).
No es conveniente considerar que ambos empujes pudieran contrarrestar
entre sí, por varias causas, la principal de las cuales es la de que este tipo de
tierras blandas tarda bastante tiempo en adquirir su consistencia definitiva,
pudiendo dar lugar a que las paredes del vaso de la piscina, ante la presión
del volumen de agua contenida, cediese en parte y originase grietas que
arruinasen la obra.
Por la misma causa, mientras se trabaje en la profundización del terreno
habrá que preceder a entibar las paredes con cierta meticulosidad, en
previsión de un corrimiento de tierras, pudiendo servir al objeto los mismos
encofrados que se vayan disponiendo, reforzados convenientemente.
En este tipo de terrenos posibilita la posterior formación de socavones, el
movimiento de las aguas pluviales que arrastran, en el subsuelo, arenas y
tierras. El peligro de que, a consecuencia de ello, pudieran determinarse
plegamientos o hundimientos del solado de la piscina, al fallar en algunos
puntos el apoyo debido, tiene que ser previsto y conjurado por medio de un
sistema de drenaje, canalizando las posibles capas de agua que puedan
formarse en la dirección más conveniente.
Este saneamiento del terreno afectara al área que ocupe la piscina y su
obra, cuando menos, de manera que el tablero de hormigón que forme el
fondo del vaso estando construido, descanse sobre una zona firme desecada.
El sistema a utilizar, será cualquiera que sirva al objeto. El que
corrientemente se emplee en la localidad en donde deba efectuarse la obra
en cuestión.
Inútil será decir que este tipo de terreno requiere una construcción de
hormigón armado.
En cambio, tratándose de terrenos calificados como compactos,
compuestos de arcillas resistentes, así como también en la roca blanda, se
supone que las paredes verticales mantienen la debida cohesión, por lo que
será factible eludir al encofrado de los muros de la piscina, facilitando la
construcción tanto en rapidez como en economía, factores que conviene
aprovechar cuando las circunstancias lo permitan.
Incluso puede recurrirse al muro de hormigón sin armar, o a la
mampostería, con la precaución de impermeabilizar bien, después de
levantadas las paredes.
Finalmente consideraremos los terrenos duros, constituidos por zonas
rocosas, que ofrecerán una resistencia absoluta y en los que, la misma capa
del fondo, podrá servir de solera de la piscina, sin otra preparación que una
pequeña capa de hormigón muy rico, que sirve para igualar la

Fig. 43.- Corte longitudinal de una piscina en distintos desniveles de terreno. En el


último caso, el grado de inclinación aconseja la construcción de un muro de contención,
fig. 44.- nivelación de una piscina en terreno con pendiente. La tierra sobrante será la
que sirva para aplanar el piso de la edificación, salvándose el desnivel por el número de
escalones que se precisen en cada caso.

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