Todo Unido PDF
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La identidad y la representación.
Elementos para una reflexión
crítica sobre la idea de región
(Segunda de dos partes)
Fierre Bourdieu*
Qu'anerá maou per lous Biarnes Couan lous lous hilhs parlen francés.
(Todo irá mal para los Berneses cuando sus hijos hablen francés)
ducir sus propios modos de verificación si logran realización. La región que se transforma en nación
imponerse en las creencia colectivas y a crear, por su aparece retrospectivamente en su verdad, es decir, a
virtud movilizadora, las condiciones de su propia la manera de la religión según lo veía Durkheim,
como una «ilusión bien fundada». Pero no logran
nada mejor cuando, abdicando de la distancia del
14. Se(mede admitir quedunode todoeltienqM queellos nosomeian su práctica a bcrílicasocio-
observador, los académicos retoman por cuenta
Ugica loa sociólogoscatán delemiinados ensuorientación hada unou otroextremo; objetivista
propia la rqiresentación de los agentes en un discur
o sutgetivista, del universo de lasrdadonesposibles dd otgdt^ porñctoivssedalescomo su
posición de ta jerarquíasocñl desu disdphna; es dedr,de susniveles deotatqteten»estatuta^
so, a falta de medios para describir el juego en el que
lia,queenun espacio geográfico sodalmente jerarquizado setraduce fiecuentemente pw una se produjeron esas rqiresentaciones y las creencias
pcsidta ceráial o local, fitdor pailiculatmente impotante cuando setrataderegidio dele^ que las fundan; iu> se trata de otra cosa sino de una
tialismo; pero tambián en laJerarquía técnica: bs csliat^jas «qnstemológicas» tan qwestas contribución, entre muchas otras, para la producción
comod dogpiatisnio delosguardianes dela (Btodwda te&icay d eqxaitaneismodelosapósto de la creencias, en donde se trata de describir los
lesde b paitidpadón end movimiento quepudieratenerencomún jHtqxmonarluiafiemade fundamentos y los efectos sociales.
eacapat a bs eidgcndasdd trabajo dentffico sin renundat a bs pretersiones de b auctoritas Breve: se trata, en éste como en otros casos, de es
cuandono se puedeo no se rpiiere cum|dir conesasexigendas; o solamente a bs másaparen
capar a la alternativa del registro «desmistificar» de
tes;es dedr, a bs nds escolares de entredbs (cano d uso coraáante de ks textoscanómocs).
los criterios objetivos y de la ratificación mistificada
Ferotambién puedenequilibrar, porun gdpe de suerte, b rdad&i óárectamerde conqxobada
y mistificadora de las representaciones y de las vo
end dgeto, entreóigctivisnw y subjetivismo, b aduladte y d elogk^ b oonqilicidad mistifi-
caday mistificadoa y b dcsmistificadón reductora, poque acqitenb probleniática olgdiv^ luntades para mantener reunido aquello que está re
esdedr, b estructuramismadd campode bichaen d cud b n^ión y d regionalismo estánen unido en la realidad; las clasificaciones objetivas; es
ju^ en lugarde otgetivarla Entantoque lossociólogos partidpanend ddnte sobre losoi- decir, incorporados u d}jetivados a veces bajo forma
tericsquoporbbn pemútirdeducir d sentido dd nxrvimiento regiaialisbo deprededrsu iiitu- de institución (como las ñonteras jurídicas) y la re
ra sincuestionar b lógica detu» bicba quecraiduce precisamente a b determinadón dd senti lación práctica, actuada o representada de dichas
do dd movhnienlo(si esreginial,nadoial, progresisbo retrógrada, de derecha o de izquierda, clasificaciones y en particular las estrategias indivi
dcéten) y sobreks criterics capaces dedeterminaresesentido-conorefirente d movimiento duales y colectivas (como las reivindicaciones regio-
obrero: «¿eepuedebaUaren estesentido de fiberadónnadond en d casode losmovifflientas
nalistas) en virtud de las cuales los actores sociales
regionalistas? Para aqudbs de losquebe estudiando sustrabajos,breqwesta es negativa. Por
procuran ponerlas al servicio de sus intereses, mate
una parte; d contenidode b reivinificación de Miadón», cuandoestáfamubdo eiqilieitamente;
riales o siinbólicos, a conservarlos y transformarlos;
reposa lo más común sobre el mantenúnieiito o d restablecimiento de bs rebdones soddes
praeqúlalistas: Porotraparte, estosepcdrb hacerbajod cmoepto deautogestidi, que;consi
pero tainbién las relaciones de fuerzas obj^vas,
deradoen estecontexto, ni^ b realidad de b estnicturaactud dd (Booeso de producción y de materiales y simbólicas y los esquemas prácticos (es
intercambio (...);que d proyecto deesosmovimientas sea d de darseunabaseptqmbri» b decir, implícitos confusos y más o menos contradic
olvido; peroel casodel Languedoc «qiuesto pw Loub QuéréestáaMparamostramas que b torios), gracias a los cuales los auctores sociales
recuperación porlosmovimientos deproductoresde oondgnas reglonalistas serealiza deSuma clasifican a los otros auctores sociales y valoran sus
itesbsada,cuandono en oposidón,en rdad&i a los ñádectudes emisores de b idedogb na- proposiciones en él marco de las relaciones objeti
donalista. ¿Es esto desvalorizar losmovimientos regksialistas tratándoles asi? No^ es simple- vas, al mismo tiempo que las estrategias simbólicas
menlereconocer que su erguego no estádadopw lo (]uede él opinanlosmilitantes, quesu sig de presentación y representación de sí mismos, que
nificación estáenotrapartey quesu inqnctosobre b evolución dd sistema sodd estálejos dd
oponen a las clasificaciones y a las representaciones
contenido rdvindicativo explícito de esosmovimientos» (Dulcaig 1976).«El pobhma esen-
(de ellos mismos) que los otros les imponen.
dd es;entonces, d (teloseriterics quenospermitirán dar crédito a esetipode movimiento de
Breve: es a condición de exorcizar el sueño de la
tal o cualsignificación sodab (L Quér^ ep. cit, pi 63). Se podráleertantbién^ 67 y 68)
qued autorddiateb olgetivadón deb attemativa deb partidpacábiy d (ágefivismo).
«ciencia reab> investida del derecho gracioso de ré-
15. La investigación marxisbsobre bcuestidi nacional o regkxud se encuentra bloqueada, sindu- gere fines y de régete sacra, del poder nomotético
da desdesusorígenes, po"d dectoooigugado dd uto{»smo intemadonalisb(sustentado porun de decretar la unión y la separación que la ciencia
evoludonisnio ingernw) y delecarxunidsmo; este;sin habbr de losefectos debs preocupado- puede darse como objeto incluso el juego mismo en
nes estratégieas dd mámenlocpie fiecuentemenle ha predeterminado los veredictos de una el cual se disputa el poder de administrar las fronte
«ciencia» orientada hada b práctiea y deaprovisb deunadenda verdadera y deh deneb y de ras sagradas, es decir, el poder casi divino sobre la
bs rebdones entreb prácticay h deneb). Sindudab eficaddad dd o(B)junlo deesosfactoes visión del mundo, en donde no h^ posibilidad de
se observa particubnicente bienen b teste -tipioamente gecutanle-de la causa primera, que realizar otra elección para quien pretende jugarlo ^
sin embargo ha estado fieeuentemeate desmentida por los beebo^ por bs solidaridades
no sufiirlo) sino de mistificar o desmistificar.
«ótrnca» o nacionales sobreb solidaridad de dase. Pero b incapaddadde Mstcaiografiar ese
prcblenoa ((pie porbs núsmas razones queb primadade bs rebdoneseqiedalcs o de bs re
Dominación simbólica y luchas regionales
laciones sodalesy geneal^oas esformulada y rcsudb en b historia) y b pretensión teoricisb
subr^ada sincesarde diseñar bs «oiaeiones viables» o de producir loscriterios dentificamen-
te validados de b identidad nackaial (Haupttí aL, 1974);parecen depender directamente dd El regionalismo (o el nacionalismo) no es sino uno
gradoen el cual b intención realisbde regiry de dirigirb (xienladónde b eioncbreal de bs de los casos particulares de las luchas propiamente
fixmteras y de los limites: noha sido(piep(R'azar que Stalinha sidod autorde b «delinici^ simbólicas dentro de las cuales los actores sociales se
másdogntátioay másesendalisb deb nación. comprometen -sea individualmente y en condiciones
cialmente afirmada y reconocida (identidad nacio ficatorías;todo lo que define la idea que ellos se hacen de etlos mismos; lodo lo incons
nal), por lo menos de los beneficios negativos im ciente por lo cual se constituyen como «nosouos», por oposición ha «ellos», a los
plícitos en el hecho de no estar más expuesto a ser «otros» y al cual conciben comoadhesión casi corporal. Esto explica la fuerza movili-
evaluado o a la autoevaluación (probándose la ver zadora tan excepcional de lodo aquelfo que se refiere a la identidad.
güenza o la timidez o jugando a matar al anciano 17. Esta alternativase imponetambién a los mie>nÍ>ros de las clasesdominarlasen la medida
por un mero esfuerzo compulsivo de corrección) en en que la dominación económica crece al doble casi inevitablemente respecto de una
función de los criterios más desfavorables. La revo dominación simlwlica.
objetivos para la acción de movilización. Aquellos tir el sentido y el valor de los rasgos estigmatizados
que creen poder condenar al sionismo simplemente y que la revuelta contra la dominación bajo todos sus
condenando el racismo, olvidan que el sionismo en aspectos, incluso económicas, tome la forma de la
sus orígenes es un producto histórico del racismo reivindicación r^onalista.^
(tanto como lo muestran por ejemplo las ficciones de La fe universalista, proclive a rechazar el recono
la política encaminadas a reconocer la «identidad cimiento de los efisctos particularistas y particulari
culturab) de los emigrados, sin al mismo tiempo zantes de la reivindicación nacionalista, aceptando
conferirles la sanción jurídica de este reconocimien al mismo tiempo la reivindicación de la autonomía
to; tenemos el derecho de preguntamos si una iden (Hóbsbawm, 1977: 3-24), encuentra una justifica
tidad cultural fundada inicialmente sobre un estigma ción en el hecho de que, como lo demuestran entre
puede ser realmente garantizada sin la protección de otros casos, el destino del sionismo o los efectos pa
un Estado independiente). Esto, incluso, si uno pue radójicos de la autonomización (inacabada) de los
de lamentar que, por una suerte de revancha de la cantones juracianos (Carpilloz, 1976), la autode
historia, aquellos que han sido las primeras victimas terminación, que no es sino la negación de una hete-
de las ideologías reaccionariasconectadas al territo rodeterminación, no hace sino reproducir el estig
rio o a la sangre hayan sido constrefiidas a crear to ma pero bajo una forma investida. Abolir el estigma
do sus elementos para construir su identidad, en realmente ^ no mágicamente, es decir, por ima
tanto que el territraio y la lengua sirven comúnmen simple inversión simbólica de los signos distintivos
te de justificación «d)jetiva» para la reivindicación que puede ir hasta una redefínición de los limites al
de la identidad. interior de los cuales la legitimidad de la identidad
Por muy alejada que parezca del nacionalismo sin asi definida se encuentra garantizada) supondría que
territorio, la reivindicación regionalista es también se destruyeran los cimientos mismos del juego que,
luia reqmestaa la estigmatización que produce el te al producir el estigma, engendra la búsqueda de una
rritorio de la cual es, aparentemente, producto. De rehabilitación fundada sobre la antoafirmación ex
hecho, se la región no existiera como espacio estig clusiva, presente en el principio mismo el estigma;
matizado, como «provincia» definida por la distan que se haga desaparecer los mecanismos a través de
cia económica y social (y no geográfica) en el los cuales se puede ejerce la dominación simbólicay
«centro», es decir, por la privación del capital al mismo tiempo los fundamentos subjetivos y obje
(material y simbólico) que reúne la capital,'^ no po tivos de la reivindicación de la diferencia que ella
dría reivindicar su existencia:'^ es porque ellaexiste engendra.
como unidad negativamente definida por domina No obstante esta paradoja, es por una especie de
ción simbólicay económica que algunos de aquellos desafio formulado a la combinación racionalismo
que participan en ella pueden ser llevados a luchar universalista-economismo evolucionista que sugería
(y desdeluegocon oportunidades objetivas de éxitoy eqierar efectos universalizantes en al economia y
de beneficio) para cambiar la definición, para inver- con ello la desaparición de las naciones y de los na
cionalismos; se observa que estos mecanismos son,
18. Elespacio propiamente politioo de lasrelaciones de dominacito sedefine porla relación evidentemente, el producto de un comienzo de uni
que se establece entre la distribucián de los poderesy de los bienes dentro del espacio versalización (históricamente encarnado por la tra
geográfico, y la distribución de los actores socialesen este espacio; la sustanda geográ dición jacobina). De tal suerte que el separatismo
ficarespecto de losbienes y delospoderes constituyen un bueníndice delpoder. aparece claramente como el úitico medio realista pa
19. El argumento movilizatorio «viviren el terruño»debe su fuerzareal -incluso para los ra combatir o anular los efectos de nominación que
citadinos- al trecho de (|ue, apartede los arranquesafectivos, el erdlio impuesto por la ahí están implicados, de manera inevitable, en la
investigación del trabajose acompaña de la experiencia de la devaluacidi simbólica de unificación del mercado de los bienes culturales
la descalificación ligada al hechode ser conducidoprácticamente a ofiecerdirectamente simbólicos a partir de que una categoría de los pro
sobremercadolingüístico dominante las actitudes «extrasgeras» (de áhi la funci&i reco ductores se ve mi condiciones de imponer sus propias
nocida a los submercados protegidos que se reconstituyen en el corazóndel mercado normas de percepción y de apreciacióiL Esto se ve
dmrúnartte; del fiontón parisinopara Counáges, a la asociaciónde amigasde los Vasco- bien en el caso de la lengua, en donde todos los
bemeses, para los empleadosde la banca postal). efectos de nominación se encuentran ligados a la
20. Se puede compreiuleren esta lógicapor qué la oposiciónentre el Norte y el Midi se re unificación del mercado que, lejos de abolir los par
encuentran en las actitudes relativas a la regióny al regionalismo: lasregiones en donde ticularismo, los ha constituido en estigmas negativos
la reivindicación económica y la ludia contra la dominadónadquieren fama regionalis (Bordieu y Boltanski, 1975: 2-33). De esta forma el
ta son aqudlas en donde los efectosde la dominación económica son muy daramente verdadero soporte objetivo del regionalismo occitano
duplicados por l<sefectos de la domiiuHñón simbólica (pronunciadón estigmatizada, d- reside no en las hablas locales que, de por sí hetero-
cátera). ipor
la confrontación con la lengua dominante, sino en el presas trasnacionales (esto todavía más en tanto que
írancés meridional, muy diferente del fiancés legí el equilibrio de las fuerzas entre las grandes poten
timo en lo que concierne a su sintaxis, tanto en su cias militares tiende a garantizar una protección de
vocabulario, y al menos en so pronunciación, para hecho para los países pequeños). No solamente la
servir de base a una devaluación sistemática de todos nueva división internacional del trabajo se abstiene
sus practicantes, independientemente de sus condi de eliminar a los Estados pequeños y aislados, sino
ciones de clase (bien que la proporción y la aptitud que es capaz de acomodarse rm^ bien a esas unida
para al «corrección» aumente cuando se eleva uno des oficialmente autónomas e incapaces de imponer
en la jerarquía social), asi como a una forma sua graves problemas a los capitales extranjeros (tanto
ve en estado larvario de racismo (fondado sobre la más si los poderes locales logran encoiftrar benefi
oposición mítica entre el Norte y el Midi).^' cios evidentes en la venta de su dependencia a las
Breve: el mercado de los bienes sinibólicos tiene grandes potencias económicas). Pero siimiltánea-
susIq^, que no son las mismasde la comunicación mente, la redistribución de las inversiones en un te
universal, entre sujetos universales; la tendencia al rritorio considerado, bajo la sola lógica de las tasas
fraccionamiento indeñnido de las naciones que ha de beneficios diferencial^ y la desubicacíón del po
impactado a todos los observadores se comprende si der que resulta de este hecho, tiende a impulsar la
se observaque en la lógica propiamente simbólicade revuelta contra el Estado.
la distinción, en donde existir no se reduce a ser di Una economía de las luchas regionalistas debe
ferente y en donde, dicho de otra manera, la exis ría también determinar los principios según los
tencia real de la entidad supone la posibilidad real, cuales las diferentes categorías de agentes socia
jurídicay politicamente garantizada, de afirmar ofi les involucrados en las luchas regionalistas de
cialmente la diferencia; toda unificación que asimile manera activa o pasiva se distribi^en entre parti
lo diferente encierra el principio de la dominación darios y adversarios del poder local. Si todos los
de una entidad sobre otra, pero también el de la ne
gación de una entidad por otra.
21. Se puede pensar queademás de los efectos de la transmisión directade las venteas so
Es necesario entonces romper con el economicis-
cialesasociadas al capital social, la pronunciación legitima juega un rol nada despre
mo -marxista o cualquier otro- que reduce el regio
ciable enelprivilegio delquese vuelven beneficiarioB, porelaccesoa la clasedominan
nalismo y el nacionalismo a la pasión, incluso a la
te, las personas que nacai en la región parisina en donde ha realizado sus estudios
patología, en tanto que, por el hecho de no reconocer
(privilegio que aumenta cuandouno se eleva en lajerarquíade las fiuiciones, desdelos
la contribución que implica la representación que los
óbiqios,los prefectos o los generales, hasta los directores de núnisterio, los inqieetores
actores sociales se hacen de la realidad -que aportan
fiscales o lospresidentes directores generales de lasgrandes empresas, todosubicados en
a la construcción de lo real- no puede comprender la
el centrodel podercentral).
contribución muy realista que la transformación co
Esta hipótesis encuentra una confirmación en el hecho de que la tasa de parisinos
lectiva de la representación colectiva proporciona
(nacidosen Pariso residentes de esta ciudad en el momento en que entran a sexto affo)
para la transformación de la realidad. Pero sin olvi
entrelosalumnos de las grandes universidades crecesegúnel mismoprincipio(es dedr,
dar, sin embargo, que hay una economía de lo sim
segiún lajerarquía siguiente: Escuela de Fuentes y Minas, Smnt-EUenne y SmntCloud,
bólico que es irreductible a la economía (en sentido
Fontenay, Ufan, Sóvres, Agronomía de Nancy, Minas de París, Politócnico y, en fin,
restringido) absolutamente real. Es asi que, como
HEC,la PENA y Ciencias Politices, quetienoi másdel S0%de sus alumnos residentes
señala mi^ bien Eric Hobifoawn (1977: 3-24), la
en Paris en el momento en que ingresan al sexto año). Se observa que los ben^cios
mundialización de la economía de la cual se podría
asociados al acento legitimo, elemento del capitalasociado al nacimiento en la cqiital,
haber esperado gran influencia para la desaparición
vienena duplicar losbeneficios ligadosa un origensocialelevado. Es asi que la oposi-
de los nacionalismos, podría haber permitido, en la
mfei es todavía más marcada entre las grandes universidadessi se toma en cuenta a la
lógica de la diferenciación simbólica, darse libre
vezel lugarderesidoicia de los padres al momento delingreso a sexto año y el origen
curso, crearlo asi las condiciones que autorizan al
social: asise tiene, porunapartelas universidades quereclutan unapartedestacada de
separatismo, casi sin límites económicos: en efecto,
el criterio del tamaño del territorio al cual se refe sus alumnos entre la burguesía parisina, es decir, Ciencias Políticas, HEC, ENA y la
rían los teóricos (en particular marxistas) para de- de Minasde París, y de la otra parte, las escuelas que rechitan sus alimmos sobretodo
lerminar los "Estados viables", es decir, capaces de entrala burguesía provinciana, es decirUbn, Sóvres, el PolHócaico y Agronomia. Asi,
ofrecer un mercado suficientemente amplio y di todoparece indlGar queel pesocreciente en el umverso de lasvias de accesoa las posi
versificado, y en seguida, capaces de protegerse cionesdonúnantes de Ciencias PolíticasHEC o la ENA,quienes bajo aparienciade no
contra las agresiones exteriores, pierde gran parte de tomar encuentasinocriterios de seleccifei universal, otorgan un reconocimiento particu-
su significación desde el momento en que se genera larmente señalado a las propiedades más características del hábitat legitiino, es decir,
liza la dependenciade los Estados (y de la naciones) parisino (comoel acento y sinduda el trato social)ha contribuida a refbrzaria desventa
con respecto a la economía y con respecto a las em ja de la burguesíaprovindana.
observadores coinciden en señalar que los intelec encuentra más ligado al poder central, nacional o
tuales juegan un rol determinante en el trabajo internacional.^^
simbólico -que es necesario para contrarrestar las Y reencontraiiamos asi el punto de partida, es de
fuerzas tendientes a la unificación del mercado de cir, las determinaciones que la ubicación, central o
los bienes culturales y simbólicos, asi como para local, en el espacio en que se participa, hacen pesar
aliviar los efectos de desconocimiento que dichas sobre la visión del juego que se juega y que solamen
fuerzas imponen a los partidarios de las lenguas y te la construcción del juego, en tanto que tal, permi
de las culturas locales- los observadores no se tirá neutralizar, al menos, d tiempo que exige im
afeitan jamás a situar la posición de esos intelec análisis. 4
tuales en el campo intelectual nacional, que po
dría estar en la base de sus tomas de posición
frente a las relaciones entre lo nacional y lo re
gional; todo parece indicar que tanto en el caso
de los novelistas regionalistas estudiados por
Remi Ponton como en el caso de los inspiradores
Bibliografía
de los movimientos regionalistas, el compromiso
del lado regional, del local, del provincial, que
proporciona a sus detentadores un capital cultural Benvcniste, E. (1969). Le voeabulaire des inslilutlons indoeu-
en un actitud contestataria (ambigua) contra lo central que se acompaña de una sois", en Actes de la Recherehe en Sclences Sociales, No.
reivindicación por la participaciónen los poderes locales. 17-18. Noviembre.
HENRI LEFEBVRE
219
La producción del espacio HENRI LEFEBVRE
creciente de todos los elementos de la economía política. En la economía políti‐
ca tradicional el movimiento era lo excepcional, era una perturbación de la es‐
tabilidad, ahora la estabilidad es simplemente un momento de los flujos. Hay
flujos de energía, materias primas, flujos de productos acabados, flujos de mano
de obra, flujo de capitales, sin contar pequeños flujos como los flujos de los au‐
tomóviles. Es una nueva relación de la economía política al espacio que se for‐
ma. Un flujo tiene un origen, un recorrido y un terminal. Por ejemplo, un flujo
de petróleo: un oleoducto, sale de Libia, atraviesa el Mediterráneo, pasa a una
refinería dada y de allí acaba en la gasolinera. Examinar el punto de encuentro
de estos flujos se convierte en un tema principal del trabajo de los economistas.
Los puntos fuertes –los espacios urbanos– son puntos de confluencia de flujos y,
al mismo tiempo que esta influencia creciente de los flujos que ocupan el espa‐
cio, ha nacido una forma nueva de la planificación, la forma más reciente de
planificación: la planificación espacial. La planificación espacial, el estudio de
los flujos y sus conexiones, está todavía en estado naciente, pero tiende a reem‐
plazar la planificación antigua por partidas contables de materias o por balance
financiero. Estos flujos son de una complejidad extrema, la planificación espa‐
cial parece que va a ser difícil. Una de mis hipótesis es que el capitalismo es in‐
capaz de hacer una planificación espacial.
La importancia creciente de un sector que antes era secundario, todo lo re‐
lacionado con el espacio; por ejemplo, la construcción, la urbanización, las in‐
versiones en este terreno, la venta y la compra del espacio como totalidad y la
especulación, por supuesto. Esta importancia es desigual según los países. Hay
países en los que todo lo que concierne a estos aspectos se convierte en el sector
principal de la economía, hay países en los que simplemente es una polea, en
otros países es todavía secundario. Los economistas japoneses me han explicado
cómo allí todo lo relacionado con la urbanización, infraestructura, etc., es una
polea de transmisión. En los periodos en que la economía muestra un creci‐
miento excesivo, se retiran capitales de los otros sectores y se introducen en to‐
do lo que es inmobiliario, urbanización, etc. Cuando la cosa se regulariza se
vuelven a meter los capitales en otros sitios. Eso ocurre en el Japón.
Asistimos a una gran paradoja en los países capitalistas. Por un lado la
ciudad ha estallado y por otro hay una urbanización general de la sociedad. Es‐
te resultado se da como cosa hecha pero, sin embargo, lo que aparece es otra re‐
lación de la sociedad con el espacio. Es, pues, con este conjunto de hechos como
se ha apoderado el capitalismo moderno del espacio total. En la realidad eco‐
nómica y social había sectores precapitalistas; primer sector precapitalista: la
agricultura; otro sector anterior al capitalismo: la ciudad. Desde hace algunos
años el capitalismo controla y ha puesto la zarpa sobre la agricultura entera y
también sobre la ciudad –realidades históricas anteriores al capitalismo–. A tra‐
vés de la agricultura y la ciudad el capitalismo ha echado la zarpa sobre el espa‐
cio. El capitalismo ya no se apoya solamente sobre las empresas y el mercado,
sino también sobre el espacio. Tenemos también el ocio. Con la industria del
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La producción del espacio HENRI LEFEBVRE
ocio el capitalismo se ha apropiado de los espacios que quedaban vacantes: el
mar, la playa, la alta montaña. Ha creado una industria nueva, una de las más
potentes: la industria del ocio.
Por esta nueva industria, por esta producción del espacio nuevo, el espacio
entero ha sido integrado al mercado y a la producción industrial a la vez que es‐
te espacio ha sido transformado –basta pasearse por las costas españolas para
ver cómo ha sido transformado– cuantitativamente y cualitativamente. Así
pues: integración al capitalismo de la agricultura y también de la ciudad históri‐
ca y extensión al espacio entero, comprendida la montaña y el mar, a través de
la industria del ocio. Es, pues, el espacio entero lo que se ha definido como algo
dominante y dominado, lo que introduce un movimiento dialéctico muy nuevo:
el espacio dominante y el espacio dominado.
De todo esto emergen conceptos nuevos. La relación del espacio con la so‐
ciedad proviene o tiene relación con varias ciencias: la economía política, la so‐
ciología, la tecnología, pero concierne también al conocimiento general puesto
que el conocimiento hoy implica una capacidad creciente de controlar el espacio
–la informática permite concentrar en un solo punto, en un aparato, lo que con‐
cierne a inmensas extensiones–. La tecnología trata el espacio a gran escala. Es
evidente que tomando el ejemplo de las autopistas se ve cómo la tecnología tra‐
ta el espacio a escalas gigantescas, pero aún más, la planificación espacial es la
que ahora comienza y que en Francia ha encontrado, en cierto modo, a los in‐
vestigadores de punta. Hay esfuerzos nuevos para tratar de ver estas relaciones
de la sociedad y del espacio, la ecología, por ejemplo; pero no pienso que la eco‐
logía pueda bastar ya que el núcleo científico de la ecología es muy estrecho. La
teoría de los ecosistemas es una teoría extremadamente interesante que recien‐
temente ha producido nuevos desarrollos gracias a la cibernética, pero que deja
de lado muchos aspectos de la cuestión, especialmente aspectos políticos. Estos
aspectos políticos son de una importancia considerable; el espacio ha sido
siempre político pero ahora lo es más que nunca. En el espacio planetario, en el
espacio de La Tierra, se enfrentan las estrategias y en lo concerniente a la estra‐
tegia todo es un asunto de espacio.
Los recursos puestos en marcha, los objetivos estratégicos, las ideologías y
los elementos teóricos. Hoy nos encontramos ante dos concepciones estratégicas
del espacio. El modelo soviético consiste en perfeccionar el modelo capitalista
pero, en mi opinión, no es esencialmente diferente de él: fortifica los dos puntos
fuertes del espacio, pone el acento sobre las grandes ciudades y las grandes
empresas. El chino es totalmente diferente, puesto que trata de arrastrar en el
desarrollo a todo el espacio, pone el acento sobre las comunidades de los pue‐
blos, las pequeñas y medias empresas, las ciudades pequeñas y medias, más
que sobre las grandes ciudades y las grandes empresas. Es otra concepción del
espacio que tiene como objetivo el combatir los desarrollos desiguales. Una de
las dificultades de nuestra situación es que el modelo chino, o la vía china, to‐
davía no ha demostrado con pruebas fehacientes los resultados. No estamos se‐
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La producción del espacio HENRI LEFEBVRE
guros todavía de que China, bajo la presión mundial, pueda mantener esta es‐
trategia del espacio que parecía tener hasta ahora. La vía china concerniente al
espacio tiene una gran ventaja y un gran defecto, es que no tiene como punto de
mira final o inmediato la productividad y el crecimiento inmediato. Cuando se
quiere arrastrar todo el espacio, el espacio social entero, en el desarrollo, hay
que admitir una disminución del ritmo de crecimiento. Cuando se quiere un
crecimiento inmediato y rápido se apunta hacia los puntos fuertes, hacia la con‐
gestión. Son dos estrategias del espacio profundamente diferentes. De todas
formas, nos encontramos ante problemas de estrategia del espacio dominante‐
dominado.
He aquí lo esencial, que voy a abordar ahora. Si nos referimos a la obra de
Marx, constatamos que Marx ha estudiado muy profundamente, en función del
capitalismo de su tiempo, las relaciones sociales de producción. Los economis‐
tas anteriores habían estudiado las relaciones de producción, la división del tra‐
bajo, por ejemplo; Marx estudia las «relaciones sociales de producción» y el cre‐
cimiento económico, tal como podía conocerse en su tiempo. Desde entonces se
ha atribuido a muchos economistas, más o menos americanos, la teoría del cre‐
cimiento. Estos economistas han dado la vuelta a la teoría marxista, que conocí‐
an muy bien, o la han desviado. La economía burguesa en su conjunto ha vivi‐
do estafando a la economía marxista.
Marx estudia el crecimiento en la parte de El Capital consagrada a la acu‐
mulación ampliada. Estudiando el crecimiento llegó a un problema nuevo que
únicamente adivinó al final de su vida. Hay una producción ampliada de cre‐
cimiento. En el curso de este crecimiento se preguntaba, ¿cómo se reproducen
las relaciones de producción? Este problema domina las ciencias sociales desde
fines del siglo XIX, pero los sociólogos en conjunto lo han resuelto de una ma‐
nera muy grosera; tanto Max Weber como Émile Durkheim afirman que las re‐
laciones sociales perduran por «inercia». Cuando Durkheim dice que a las rela‐
ciones sociales hay que tratarlas como cosas, dice lo que quiere decir aunque no
sepa que lo dice. Nos encontramos ante el problema de la reproducción de rela‐
ciones de producción. Marx lo presintió al fin de su vida. Lo sabemos ahora por
un capitulo inédito de El Capital que fue publicado hace dos años. Se encontraba
en los archivos del Partido Social Demócrata Alemán, en Amsterdam, donde
hay todavía muchos inéditos de Marx a los cuales no ha habido acceso durante
mucho tiempo; especialmente a toda la última parte de El Capital que está en
forma de borrador poco legible; hacen falta todavía años para descifrar estos
manuscritos. De este capitulo inédito de El Capital, resulta que Marx, al fin de su
vida, adivinaba el problema fundamental: los hombres cambian, las generacio‐
nes pasan, hay relaciones sociales que cambian y otras que persisten. ¿Cuáles
son las relaciones sociales que cambian y cuáles las que persisten? ¿Lo que per‐
siste, por qué lo hace? Y este inédito Marx llega a conclusiones a las cuales
habíamos llegado sin conocerlo; por ejemplo, que la presión del mercado mundial
está destinada a jugar un papel enorme en la reproducción de las relaciones de produc‐
222
La producción del espacio HENRI LEFEBVRE
ción. Mi hipótesis es la siguiente: Es el espacio y por el espacio donde se produce la
reproducción de las relaciones de producción capitalista. El espacio deviene cada vez
más un espacio instrumental.
La elaboración de todo esto es consecuencia de una clase social que yo co‐
nozco muy bien: los tecnócratas. Los tecnócratas han aprendido y aprenden a
servirse del espacio instrumental, en particular «mis queridos amigos» los tec‐
nócratas franceses. El espacio social deviene un espacio abstracto, el espacio del
hormigón, por ejemplo. Este espacio tiene varias propiedades bien definidas,
especialmente la de ser el espacio de la propiedad. Estas propiedades –que lo
son particulares, en tanto que espacio– consisten en ser óptico y ser visual. No
es un espacio sensorial que interesa al conjunto del cuerpo; es un espacio óptico,
que entraña problemas de signos, de imágenes, que se dirige únicamente a los
ojos. Con relación al cuerpo físico es un espacio metafórico, añadiéndole una
propiedad interesante, la de ser fálico.
Esta consecuencia surge de la planificación. El espacio es cuantitativo,
geométrico, matemático. Es en este espacio donde se opera la reproducción de
las relaciones de producción. Reproduce los elementos anteriores, es esencial‐
mente repetitivo y lo que repite a través de todos esos elementos es la repro‐
ducción de las relaciones de producción capitalista. Pero esta reproducción a
través del espacio es cada vez más incierta, porque este espacio está en si mismo
lleno de contradicciones; hay contradicciones del espacio y es por lo que digo
entre paréntesis, y a propósito, que la reproducción de las relaciones sociales de
producción, asegurada por el espacio y en el espacio, implica, a pesar de todo,
un uso perpetuo de la violencia. Espacio abstracto y violencia van juntos. No
desarrollaré mucho más este punto, particularmente escabroso...
Aparecen contradicciones nuevas que impiden que esta situación se estabi‐
lice. Estas contradicciones se añaden a las antiguas del capitalismo concurren‐
cial o competitivo y al imperialista, puesto que es el imperialismo en sí mismo
quien ha tomado esta forma de espacio dominante‐espacio dominado, con toda
la dialéctica que le corresponde. Hay que señalar, aunque éste no es el momento
de extenderse en esto, que con la inversión de situaciones, a la que hoy asisti‐
mos, los espacios dominados tienden a invertir la situación y convertirse en
dominantes, sobre todo cuando detentan fuentes de energía.
La principal contradicción –digo bien que se trata de la principal contra‐
dicción, ya que hay cantidad de contradicciones secundarias– es la siguiente: de
un lado está la capacidad de conocer, de tratar, de transformar el espacio a una
escala inmensa, e incluso a escala planetaria; y por otro lado, el espacio se halla
fragmentado, pulverizado por la propiedad privada, ya que cada fragmento del
espacio tiene su propietario. Está pulverizado para ser comprado y vendido.
Hace mucho tiempo que los arquitectos y los urbanistas han experimentado la
amplitud de este problema. Puesto que pueden concebir un espacio muy vasto,
223
La producción del espacio HENRI LEFEBVRE
lo que se llama, en una palabra que no me gusta mucho, medio ambiente 1 , pero
lo que pueden tratar en realidad son pequeños lotes de propiedad privada. Pero
el espacio también está fragmentado por las ciencias, las cuales cortan fragmen‐
tos de él para estudiarlos cada una con sus métodos. Yo, en cambio, he tratado
de mostrar que el concepto de espacio y el de producción del espacio son con‐
ceptos globales. Finalmente, el espacio se halla fragmentado por la estrategia;
estas estrategias, que son muy numerosas, se entremezclan y se superponen.
Existen varias: la estrategia de las compañías multinacionales, la estrategia de
los Estados, la estrategia de la energía... y otras. No se ha realizado todavía el
análisis estratégico del espacio moderno. Hay muchas informaciones que nos
faltan; por ejemplo, sobre las firmas multinacionales. ¿Cuál es la estrategia de
IBM? Se sabe que tiene una, pero no se conoce muy bien. Hay también la inver‐
sión brusca de la situación, por ejemplo, en la estrategia de la energía. En el te‐
ma del petróleo asistimos a una inversión o a una situación espectacular, a un
cambio de la situación. La contradicción es la siguiente: por un lado está la ra‐
cionalidad, todos los recursos de la racionalidad (la ciencia, la técnica, la estra‐
tegia), de la acción política llevada a cabo por políticos informados, de la tecno‐
cracia; y por otro lado hay un inverosímil caos espacial. Cuando se tiene ocasión
de haber visitado unos cuantos casos de caos espacial en el mundo se queda
uno sorprendido. Entre Tokio y Osaka, en la Europa del Norte, un gran caos es‐
pacial resultante de la racionalidad desplegada. Creo que tal vez no se puedan
llegar a resolver esas cuestiones, a veces se tiene la sensación de lo irremediable,
pero aceptar que sea irremediable es nihilismo. He tratado de exponer a través
de un concepto algo de lo que hay nuevo en el mundo desde los últimos veinte
años. El concepto lo explicará todo, en si mismo está naciendo...
Ya no se pueden estudiar sistemas separados; los sistemas, desde el mo‐
mento en que existen, tienen relación con el espacio y esta relación es determi‐
nante, dominante. Por ejemplo, ya no se puede estudiar el sistema urbano, o el
de transporte separadamente, ya que no son sino aspectos del problema general
del espacio. Es por lo que se asiste a una crisis del análisis de sistemas, que tuvo
un gran éxito en Estados Unidos y que ha mostrado su abstracción. El análisis
de sistemas trata el espacio abstracto en si mismo, lo fragmenta pero no lo co‐
noce en sí mismo, no lo comprende todo en sí mismo.
No creo, por otra parte, que haya un sistema total, que se cierre, que se es‐
tabilice. Las contradicciones del espacio son tales que impiden a ese sistema
constituirse, le impiden cerrarse. Yo pienso que hay nuevas relaciones que
emergen en el seno de todo esto. Una nueva relación del cuerpo y de la socie‐
dad con el espacio, en el seno de las formas antiguas aparecen o se esbozan
nuevas formas, pero las formas antiguas se defienden, tienen muchos medios
1 La palabra francesa utilizada por Lefebvre en su conferencia fue environnement, que a menudo
se traduce también por «entorno».
224
La producción del espacio HENRI LEFEBVRE
225
La producción del espacio HENRI LEFEBVRE
graciados no se podían ganar la vida; estaban obligados a entrar en estudios de
arquitectos, donde les obligaban a dibujar, y no sabían. No obstante, ahí dentro
hay una idea interesante: es que los usuarios no saben hablar, por no tener el
vocabulario y, si nadie se encarga de decir lo que los usuarios sienten, ¿quién va
a hablar en nombre de los usuarios? Los arquitectos no son así todavía, pero no
deja por ello de ser interesante esta hipótesis del espacio; no está solo, no es el
único, ya que en el régimen capitalista están también los promotores, los finan‐
cieros, los bancos y las autoridades administrativas y políticas. La producción
del espacio es un fenómeno extraordinariamente complejo, y en la práctica las
contradicciones que he señalado aparecen constantemente; porque unos conci‐
ben el espacio a gran escala y otros no lo conciben sino a la escala de la propie‐
dad privada. Así pues, la contradicción que apunté a nivel teórico es vivida
prácticamente, constantemente y, si tuviera tiempo de profundizar, mostraría
cómo aparece en la práctica.
He aquí como se plantea la cuestión. Estas contradicciones son tan fuertes
en la práctica, que han encontrado su expresión, aunque no del todo teórica, en
Estados Unidos. Hay allí algo nuevo que ha tenido un éxito inmenso durante
unos años, que a pesar de haber topado con sus propios limites, ha sido extra‐
ordinario como experimento. Se trata del Advocacy Planning, que traduciría‐
mos por «asesoría de la planificación». El experimento ha sido descrito por
Robert Goodman, en el libro Después de la Planificación (After Planning). Hay una
contraplanificación que procede de los usuarios, cuando tienen un portavoz,
cuando se agrupan y tienen un abogado (por ello se llama Advocacy Planning)
y de este experimento surgen todas estas contradicciones prácticas concretas,
que antes indicaba. Las he apuntado antes en un plano teórico, que podría pa‐
recer demasiado lejano de la práctica si no se fundamentara sobre estos hechos
concretos. Pero la práctica espacial no ha aparecido igual por todas partes, ni
con los mismos problemas. En Italia ha pasado a primer plano el problema del
arquitecto a causa de una tradición. En Estados Unidos ha sido un problema ju‐
rídico, tratado por abogados. Pero son, en definitiva, los mismos problemas:
aquellos que plantea la importancia cobrada por el espacio en el mundo mo‐
derno. En Francia es la planificación territorial, que es una práctica naciente.
Existe un organismo del Estado, muy importante, a pesar de que no tenga po‐
der de decisión, la Delegación de Ordenación del Territorio (DATAR) que está
directamente conectada con el primer ministro, que da al gobierno y al capita‐
lista privado toda la información que concierne al espacio, y son ellos quienes
tratan las cuestiones de los flujos que superan a los intereses del capitalista pri‐
vado y que los modelos clásicos del crecimiento no pueden explicar. Es la
DATAR quien elaboró los planes de la zona industrial de Fos. Me refiero a ellos
para destruir la ideología de la tecnocracia. El experimento francés de la
DATAR es importante, porque reúne un grupo de tecnócratas que tratan el es‐
pacio. Mi teoría va destinada a destruir su ideología y lo saben muy bien. Ellos
no creen en las contradicciones del espacio. Si muestro que hay contradicciones
en el espacio es para destruir la tecnología del espacio. No creo que hasta ahora
226
La producción del espacio HENRI LEFEBVRE
el espacio fuera lo más importante; lo que era más importante hasta ahora era el
tiempo, el tiempo histórico, el tiempo de trabajo, los ritmos del tiempo. Creo
que el espacio se vuelve lo más importante. El capitalismo ha llegado a resolver
algunas de las cuestiones con que se enfrentaba, pero las contradicciones del
espacio (es una hipótesis y no estoy muy seguro) no llega a resolverlas, aunque
lo intenta, especialmente en los países más experimentados: Inglaterra, Francia
y Alemania. Se dedica a resolver las contradicciones nuevas del espacio, espe‐
cialmente los flujos. Yo estaba hablando de Fos, junto a Marsella, y pienso que
el problema interesa porque ocurre algo parecido en Valencia. Fos está concebi‐
do en función de los flujos: los de energía del petróleo árabe, de minerales pro‐
cedentes de Mauritania o África, de mano de obra española, de turismo, junto a
los que comporta el valle del Ródano y todos los problemas de confluencia con
una planificación espacial muy avanzada, con métodos curiosos; por ejemplo, el
método de escenarios o esquemas del porvenir, del futuro. Se toma cierto nú‐
mero de variables que conciernen a los flujos y se examina lo que pasaría si tal
variable cambia, por ejemplo, qué pasa si el petróleo árabe escasea, si los mine‐
rales que vienen de África escasean. El método de escenarios o esquemas del
porvenir o del futuro reemplaza la antigua prospectiva. Tengo en cuenta todo
eso y trato de mostrar que no podrán resolver los problemas y, en el caso de los
CAOS de los que hablaba antes, el valle del Ródano está bien situado, en cuanto
a caos.
Estos tecnócratas trabajan con la hipótesis implícita de una reconducción
de las relaciones de producción. Son gentes llenas de «buena voluntad», quieren
hacerlo lo mejor posible pero fracasarán y ya he mostrado por qué. Dispongo,
pues, por mi parte, de un dispositivo teórico antitecnocrático, pero eso no su‐
prime la lucha de clases ni ofrece una determinación nueva.
... Hace unos años los militares de la OTAN encargaron a uno de mis ami‐
gos un modelo relacionado con el juego del ajedrez, porque la estrategia del
ajedrez, y sobre todo la manera como puede ser manejada por máquinas les in‐
teresaba. Este amigo, que es un gran matemático, había construido un bello
modelo de juego de ajedrez y una máquina que jugaba al ajedrez siguiendo ese
modelo. Jugaba muy bien, según su modelo cibernético, y llegaba a vencer a
buenos jugadores de ajedrez. Un día sucedió una gran catástrofe: la máquina
puso todas las piezas del ajedrez en el mismo cuadro, porque habían olvidado
poner en el programa que no debía haber más que una pieza en cada uno. Es di‐
fícil, puesto que para trabajar en este terreno, hace falta dominar todos los axio‐
mas, y trabajaba con la hipótesis de que la máquina sabía que no se podía poner
más que una pieza en cada cuadrado. Análogamente, en la cabeza de mis «ami‐
gos tecnócratas» está la hipótesis implícita y simplista de que el modelo de
producción capitalista es un sistema estable, que se puede potenciar su capaci‐
dad de cerrarse, que está cerrado, y éste es un postulado falso... y de ahí que no
hagan más que catástrofes en lo que se refiere a su intervención sobre el espa‐
cio.
227
La producción del espacio HENRI LEFEBVRE
... He aludido antes a la estrategia del espacio, y debo recordar que hay un
modelo soviético del espacio, inherente a la planificación soviética. Pienso que
ésta es una versión mejorada del proceso de crecimiento de los países capitalis‐
tas. He dicho «crecimientos de puntos fuertes», grandes empresas, grandes
áreas que concentran la producción. Hay una concepción china del espacio que
no sabemos si puede tener éxito, que consiste en arrastrar en el desarrollo a to‐
do el espacio, los pueblos, las pequeñas ciudades, en el crecimiento y en el desa‐
rrollo. Es totalmente diferente como concepción. En la concepción soviética
quedan zonas subdesarrolladas. Hay lugares hiperindustrializados e hiperur‐
banizados, aunque como no existe propiedad privada del suelo han podido evi‐
tar ciertos inconvenientes, pero el crecimiento de grandes ciudades y de gran‐
des centros deja de lado una gran parte del espacio. Si quieren que vaya un po‐
co más lejos en este análisis, la ley del desarrollo desigual, que fue explicada por
Lenin, no está controlada en el esquema soviético. La vía china va destinada a
combatir el desarrollo desigual en el espacio, pero no está sino empezando y no
conocemos casi nada sobre los procedimientos de planificación. Sabemos úni‐
camente que una parte de lo producido, creado o engendrado en tal o cual parte
del espacio, no pasa completamente por los circuitos centrales (bancos, ministe‐
rios) para ser redistribuido. Hay sectores descentralizados. Un núcleo rural fun‐
ciona con cierta autonomía y dispone de una parte de la plusvalía social creada
en él, pero no sabemos por qué procedimientos. No hay que olvidar tampoco,
por otra parte, que China está comenzando. Nos faltan elementos teóricos y de
información. En Paris ha corrido el rumor de que el Gobierno chino ha abando‐
nado esta vía para desarrollarse mis rápidamente en lo referente al armamento,
lo cual exige el crecimiento rápido de la industria metalúrgica, y también se ha
puesto de relieve la necesidad de reforzar el sector químico debido a la necesi‐
dad de abonos. Nuestra comprensión del caso chino no puede, de momento, ser
más que fragmentaria y, en consecuencia, podemos hacer una crítica del mode‐
lo soviético pero sin poder oponer argumentos convincentes de otros modelos.
228
La tesis de la producción del espacio en
Henri Lefebvre y sus críticos: un enfoque
a tomar en consideración
David Baringo Ezquerra
Doctor en Sociología por la UNIZAR y la UAB, post-grado en Planificación Urbana
por el IUAV (Italia). Profesor asociado de la Universidad de Zaragoza. Investigador
y docente en sociología urbana.
[email protected]
Due to different reasons, Henri Lefebvre's book "The Production of Space" is not a
reference document in urban sociology in the Spanish speaking world, this fact
contrast with its important influence in the Anglo-Saxon literature. This text was
originally published on 1974, and it is the main urban contribution of the Author in a
serial that started on 1968 with his "The Right to the City". The main objective of this
article is to resume and analyse the main thesis of the book, taking special attention
to his main contributions and limitations including some important concepts for
contemporary urban sociology as his unitary theory of space (physical-mental-
social), or the distinction between abstract space and differential space.
Key words: urban sociology, urban theory, urbanism, city, marxism, production of
space, right to the city, abstract space, differential space
1 A diferencia de otros autores, existe numerosa literatura que interrelaciona la obra con la
biografía del autor. Quizás los más esclarecedores en este sentido sean Shields (1999) y Merrifield
(2006)
2 El estilo de escritura de “La Producción del Espacio” ha sido definido, por ejemplo, como “vago”
su posterior traducción al inglés: Lefebvre H. (1991) The production of space. Oxford: Basil
Blackwell y Lefebvre, H. (1991) Critique of everyday life. Londres: Verso. Habría que esperar todavía
más, por ejemplo, para otros: Lefebvre, H. (2003). The urban revolution. Mineapolis: University of
Minesotta Press
5 Neil Smith (1998:55) señala que Lefebvre trata de aportar a la teoría marxismo en relación al
espacio algo similar a lo que Lukács aportó en relación al tiempo en su “Historia y Conciencia de
Clase”, ver Lukacs (1970)
Las interrelaciones, el juego trialéctico entre estas tres esferas, son muy inestable s
pero abren múltiples posibilidades de reflexión 6. Por ejemplo, como agudamente
señala Michael Dear, Lefebvre insiste sobre el hecho de que el espacio es vivido
antes de ser percibido, y que es producido antes de haber podido ser leído,
poniendo de esta manera en duda la virtud de la legibilidad de los espacios
urbanos (“ya que los espacios hechos –producidos- para ser leídos son los más
engañosos y los más travestidos”). Afirma que el principal objetivo de la lectura, de
la decodificación del texto espacial debe ayudarnos a comprender la transición de
los espacios de representación (o sea, vividos por la gente) a las representaciones
del espacio (o sea, concebidos de forma abstracta por los tecnócratas) (Dear,
1994:35). Esta afirmación es notable, ya que con frecuencia en las ciencias sociales
se suele tender sobre-estimar la documentación escrita y las verbalizaciones frente
a lo no-escrito y lo no-dicho.
La relación entre estas tres esferas puede (suele) ser conflictiva. Es el propio autor
francés quien destaca las relaciones especialmente beligerantes entre las
representaciones del espacio (el espacio de los burócratas y los técnicos) frente a
los espacios de representación (el espacio vivido y apropiado directamente por la
gente). Es una dialéctica profundamente marcada por la política y la ideología. O
sea, entre el espacio concebido y el vivido. Para el autor, el espacio vivido suele ser
un espacio dominado y experimentado de forma pasiva por la gente, por lo que con
frecuencia acaba siendo “objeto de deseo” por parte de las clases dominantes y sus
tecnócratas (los especialistas) que intentan codificarlo, racionalizarlo y,
finalmente, tratar de usurparlo con sus planos, proyectos y discursos. Para
Lefebvre (1974:49), lo que solemos considerar como la “realidad” del espacio
urbano es el resultado de un largo y contradictorio proceso histórico de la relación
dialéctica en torno a esta triplicidad. El sistema capitalista exacerbaría las
6 Ver un interesante estudio que relaciona la trilogía lefebvriana con la realizada por Lacan
(real/imaginario/simbólico) y Freud (inconsciente/preconsciente/consciente). Pile (1996)
7 A pesar de que muchos de los términos y conceptos desarrollados por Bourdieu con frecuencia
son utilizados por la sociología urbana, el autor francés no desarrolla una teoría específica para
cuestiones urbanas. Aunque utiliza con frecuencia el concepto “espacio social”, este no tiene
ninguna relación con la manera como utiliza el concepto Lefebvre. Cresswell (2002:380). Es
significativo, sin embargo, que uno de sus más relevantes discípulos, Loïc Wacquant, sea uno de los
más importantes sociólogos urbanos contemporáneos.
8 Una historia de la producción del espacio que hay quien ha considerado como “estereotipada,
9 Como en otros conceptos lefebvrianos David Harvey, a pesar de su crítica inicial, acaba
tardíamente retomando también –reformulado- este concepto. En concreto con lo que él denomina
el “utopismo espacio-espacial”. En todo caso, Havey critica el utopismo “abierto” de Lefebvre que el
geógrafo británico considera que supone “abrazar un romanticismo agónico de nostalgia y deseos
perpetuamente incumplidos”. Harvey (2003:212)
6. Dos críticos mayores a las tesis de Henri Lefebvre: Manuel Castells y David
Harvey
Aunque muy pocos dudan ya de la influencia que los trabajos urbanos de Henri
Lefebvre han tenido sobre la sociología urbana de las últimas décadas, como no
podría ser de otra manera, existen posiciones encontradas en torno a su trabajo,
con sus detractores y seguidores.
Entre los críticos a la tesis de la “producción del espacio” se encuentra uno de los
más referenciados sociólogos urbanos contemporáneos, Manuel Castells. A
diferencia de Lefebvre que atribuía una especificidad a “lo urbano” en la sociedad
(urbana) capitalista, Castells relaciona la problemática urbana con la problemática
industrial, y la problemática espacial con la problemática social. Las relaciones
entre ellas las califica como mecánicas, dialécticas, de lo que se deduce que Castells
no otorga una especial relevancia al hecho urbano en sí mismo (como sí hace
Lefebvre), sino que su interés por la ciudad se deriva como importante
“contenedor” de las relaciones de producción y reproducción capitalistas, como
muestra la definición que Castells hace de “lo urbano” y el “espacio urbano”.
Aunque ambos comparten el enfoque de base, las diferencias con Lefebvre a la
hora de concebir el fenómeno urbano son dramáticas:
“Lo urbano” nos parece que connota directamente los procesos relativos a la fuerza de
trabajo de modo diferente que en su aplicación directa al proceso de producción (pero
no sin relaciones, puesto que toda su reproducción está marcada). El espacio urbano
se convierte así en el espacio definido por una cierta porción de la fuerza de trabajo,
delimitada, a un tiempo, por un mercado de empleo y por una unidad (relativa) de su
existencia cotidiana. (Castells, 1974: 279)
A diferencia de Manuel Castells, cuyo interés por la ciudad fue evolucionando hacia
los movimientos sociales urbanos y, posteriormente, a la sociedad de la
información y otros, el geógrafo David Harvey ha centrado su interés durante casi
cuarenta años en los estudios urbanos. También de influencia marxista, las críticas
al enfoque y conclusiones de Lefebvre en sus primeros trabajos (sobre todo en
“Urbanismo y desigualdad social”, primera edición en inglés en el año 1973) han
ido moderándose con el devenir de los años. Es sus primeros trabajos Harvey
coincide con Castells en su ataque frontal desde el marxismo a los trabajos urbanos
de la Escuela de Chicago y a las teorías neoclásicas del uso de la tierra (Merrifield,
2002:133). Como Castells, Harvey (1977:318) también reconoce valor al trabajo de
urbano de Lefebvre, aunque lo considera incompleto en algunos aspectos
importantes. Coincidiendo con él en varios de sus planteamientos, los disensos de
Harvey en la hipótesis lefebvriana se centran en la crítica en torno al peso que
10 Aunque criticada, la tesis del segundo circuito del capital es el ámbito urbano es ampliamente
desarrollado por David Harvey, especialmente en Harvey (1985)
7. Conclusión
El principal objeto del presente trabajo ha sido el de ayudar a comprender la
importante contribución para los estudios de la ciudad que ha supuesto la obra
urbana de Henri Lefebvre, y en especial, “La Producción del Espacio”.
Reivindicando su fuerza explicativa para analizar el hecho urbano contemporá neo,
superando las críticas que en su día recibió principalmente por parte de la
sociología urbana marxista de corte estructuralista como los autores Manuel
Castells o David Harvey.
Transcurridas más de tres décadas y media desde la primera edición de “La
Producción del Espacio”, muchas de las ideas lanzadas entonces continúan siendo
utilizadas de forma habitual en los estudios sobre la ciudad y los fenómenos
Bibliografía
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BACHELARD, Gaston (1965). La poética del espacio. México: FCE
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GREGORY, Derek (1994). Geographical Imaginations. Oxford: Basil Blackwell
HARVEY, David (2003). Espacios de esperanza, Madrid: Akal
Introducción
Sin embargo, el trabajo cada vez más burocratizado de las estructuras técnicas
del desarrollo, tejido sobre el que se están sustentando los nuevos enfoques del
desarrollo en la escala local, que aleja cada vez más al profesional del territo-
rio y de la sociedad de su entorno, así como de los recursos que éste le ofrece,
cuestionan la operatividad del sistema por la carencia generalizada de propuestas
innovadoras y la pérdida de potencial endógeno. De ahí, la necesidad de ahondar
en la formulación de propuestas metodológicas orientadas a impulsar las labores
que son más propias de los agentes de desarrollo.
261
10. DIAGNÓSTICO TERRITORIAL Y POTENCIAL ENDÓGENO
ción previa con los políticos locales, con el objetivo de consensuar las actividades
a desarrollar, y sobre todo, configurar el plan operativo de actuación de las agen-
cias, en el que el diagnóstico territorial integrado es un referente esencial para
orientar tanto el sentido de la acción profesional como de la gestión pública.
1 Concepto tomado de Fermín Rodríguez Gutiérrez y aplicado con el sentido de reafirmar la necesidad de promover la actuación
técnica en espacios convenientemente delimitados que deben aspirar a dotarse de un proyecto o estrategia coherente y viable
de desarrollo.
262
Vicente Manuel Zapata Hernández
Con respecto a la primera línea de actuación, cabe señalar que la acción téc-
nica en desarrollo local adquiere con frecuencia una cierta complejidad derivada
263
10. DIAGNÓSTICO TERRITORIAL Y POTENCIAL ENDÓGENO
2 Unidades geográficas integradas, según la nomenclatura propuesta por Miguel Ángel Troitiño Vinuesa, una de las personas que
más ha reflexionado y trabajado sobre estos temas, que resultan del equilibrio dinámico entre variables naturales y económico-
sociales.
3 Las entidades y núcleos de población aparecen perfectamente delimitados en el caso canario, según el nomenclátor, existiendo
incluso cierta información estadística relativa a estas demarcaciones a partir de explotaciones específicas de determinadas
fuentes demográficas y socioeconómicas. http://www.gobcan.es/istac
4 Los principales elementos de las fichas individualizadas que conforman el catálogo empresarial pueden ser los siguientes:
264
Vicente Manuel Zapata Hernández
5 Los elementos esenciales de la ficha sintética de recursos endógenos pueden ser los siguientes: denominación; núcleo de po-
blación, localización, dirección; caracterización, usos y aprovechamientos, valoración; posibilidades y propuestas; observaciones,
comentarios e información complementaria.
6 Los elementos de la ficha de contactos permiten registrar ordenadamente la información relativa a las personas que han partici-
pado en la realización del diagnóstico (informantes cualificados): nombre y apellidos; responsabilidad y función; dirección postal;
teléfono y fax; motivo del contacto y/o interés para el proyecto; observaciones, comentarios e información complementaria; fecha,
hora e investigador.
265
10. DIAGNÓSTICO TERRITORIAL Y POTENCIAL ENDÓGENO
266
Vicente Manuel Zapata Hernández
Los métodos de análisis para explotar las fuentes citadas también son diversos,
desde el estudio de documentos a las entrevistas personalizadas o los grupos de
discusión. El trabajo de gabinete u oficina debe complementarse con la actividad
de campo, a partir de la programación de reconocimientos territoriales previamen-
te planificados. Esta labor mejorará sin duda el conocimiento y desenvolvimiento
técnico en el marco geográfico en el que se tiene que intervenir.
7 El enfoque integral de la Agenda 21 Local hace que el diagnóstico que se realiza en el marco de su proceso de implantación
sea bastante completo, por lo que, en muchos casos, su planteamiento puede coincidir con el impulsado desde las estructuras
técnicas del desarrollo local, siendo preciso, en este caso, favorecer la concurrencia de ambas iniciativas.
8 Con frecuencia se utiliza el esquema DAFO en la realización del diagnóstico de la realidad local. Se debe considerar entonces
que dicha herramienta no constituye un fin en sí mismo, sino un instrumento de análisis que permite la sistematización, interpre-
tación, evaluación y presentación de la información necesaria para la caracterización de cualquier situación, elemento, territorio,
fenómeno, etc.
267
10. DIAGNÓSTICO TERRITORIAL Y POTENCIAL ENDÓGENO
En este sentido, el territorio debe ser entendido como un medio dinámico que
evoluciona constantemente. De dichos itinerarios se puede obtener información
espacial, económica y social, se generan ideas para impulsar proyectos, se actua-
liza el diagnóstico y se identifican los recursos endógenos. Favorece además el
contacto directo con los actores en su ambiente y la proyección de la estructura
técnica, al mismo tiempo que implica un cambio en la actividad habitual de los
profesionales. A través de dicha labor también se puede conformar el banco de
imágenes del territorio en el que se interviene, material de indudable valor para la
argumentación, ilustración y presentación de iniciativas de desarrollo local.
El trabajo de campo se puede compartir con los gestores políticos y con otros
profesionales que también necesitan realizar labores de contacto directo con el
medio: arquitectos y aparejadores, trabajadores sociales, animadores sociocultu-
rales, agentes de extensión agraria, etc. Y sobre todo, es imprescindible llevarlo
a cabo frecuentemente con los elementos más dinámicos de la comunidad, de
modo que sea útil asimismo para que tomen conciencia de su realidad y se involu-
cren en las actividades esenciales que se promueven desde la estructura técnica.
9El catálogo se ha adaptado de los trabajos de Miguel Ángel Troitiño Vinuesa, pero se ha perfilado y ampliado como fruto de
nuestra experiencia personal en el marco de la iniciativa Geografía para el Desarrollo.
268
Vicente Manuel Zapata Hernández
La forma más adecuada de intervenir sobre los problemas del municipio es reconocerlos y actuar
colectivamente sobre las causas que los originan, y por ello, asimismo es necesario identificar
sus aspectos positivos para basar en estos puntos fuertes las propuestas de mejora. De ahí surge
la necesidad de trabajar de manera conjunta en la caracterización de la situación actual del tér-
mino, en el diagnóstico de su realidad, que debe considerar los aspectos económicos, sociales y
culturales, los institucionales relacionados con la gestión local, así como los de carácter territo-
rial, urbanístico y medioambiental, entre otros... ¡Reflexionemos sobre estos temas!
+ Puntos fuertes, aspectos positivos, factores de éxito, posibilidades
− Puntos débiles, aspectos negativos, factores de riesgo, problemas
269
10. DIAGNÓSTICO TERRITORIAL Y POTENCIAL ENDÓGENO
10 Según los diccionarios al uso, los recursos son aquellos elementos de que una colectividad puede echar mano para acudir a
una necesidad o llevar a cabo una empresa, lo que abre un amplio abanico de posibilidades de cara a la valorización del potencial
endógeno.
270
Vicente Manuel Zapata Hernández
271
10. DIAGNÓSTICO TERRITORIAL Y POTENCIAL ENDÓGENO
272
Vicente Manuel Zapata Hernández
1. Geográficos, territoriales.
2. Naturales, energéticos.
3. Ambientales, paisajísticos.
4. Infraestructuras y equipamientos.
5. Económicos, empresariales, financieros.
6. Humanos.
7. Socioculturales, patrimoniales.
8. Recreativos.
9. Técnicos, científicos.
10. Institucionales, administrativos.
273
10. DIAGNÓSTICO TERRITORIAL Y POTENCIAL ENDÓGENO
1. Identificación
Denominación. Número o código de ficha. Archivo informático.
2. Localización
Área geográfica (si existe división territorial). Situación. Acceso. Dirección.
3. Descripción: identificadores
Características. Dimensiones. Funcionalidad. Recursos asociados. Historia y antecedentes de
uso. Catalogación en el planeamiento municipal. Situación legal y propietario.
4. Valoración
Diagnóstico: esquema DAFO (síntesis de la información recopilada).
5. Documentación
Informantes y personas de contacto. Información de apoyo y bibliografía.
6. Posibilidades
Iniciativas vinculadas. Líneas de actuación. Proyectos.
7. Información técnica
Investigador/es. Fecha. Hora.
8. Base cartográfica
Localización (código de identificación).
9. Dossier fotográfico
10. Notas adicionales y comentarios
274
Vicente Manuel Zapata Hernández
Seguro que en tu municipio existen cosas que poseen un gran valor para ti (económico, natural,
cultural, histórico, sentimental, etc.) y que se podrían aprovechar mejor: casas tradicionales,
viejos caminos, terrenos agrícolas, tradiciones y fiestas, recetas de cocina, artesanías, edificios
importantes para la comunidad, antiguas ideas y proyectos, personas interesantes, entre otras.
Podrías indicar cuáles son esas cosas, esos recursos endógenos, que piensas deben ser recupe-
rados y puestos en valor para el beneficio de todos/as. Muchas gracias.
275
10. DIAGNÓSTICO TERRITORIAL Y POTENCIAL ENDÓGENO
como chequear su estado en cada momento. De ahí que entre las competencias
esenciales de los profesionales del desarrollo local se encuentren la realización del
diagnóstico territorial integrado y la estimación del potencial endógeno.
Referencias Bibliográficas
IZQUIERDO VALLINA, J. (2001). Manual para Agentes de Desarrollo Rural. Gobierno del Principa-
do de Asturias y Mundi-Prensa, Madrid, 453 pp.
276
Vicente Manuel Zapata Hernández
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TROITIÑO VINUESA, M. Á. (1997). «El diagnóstico y la valorización del territorio como elemento
de la planificación estratégica local». Conferencia impartida en el Master Universitario de Desa-
rrollo Local de la Universidad de La Laguna, junio de 1997 (26 pp mecanografiadas).
277
1
Desarrollo local y estrategias
Introducción
31
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
conexiones con otros lugares del mundo. En las empresas y sectores económicos,
en cambio, la lógica predominante es de tipo vertical. Los procesos productivos se
distribuyen espacialmente con distinta participación, fundamentalmente debido
a la inducción y selección que hace el actor dominante de las empresas transna-
cionales.
32
José Ángel Rodríguez Martín
fracaso de su compromiso estratégico para afrontar los avatares de ese gran shock
ocasionado por la globalización.
33
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
tes logísticos van reduciendo su ponderación. Así pues, mientras que a la compe-
tencia tradicional y a las organizaciones tayloristas les satisfacía una segmentación
espacial rígida en sus funciones y empleos, jugando el territorio un papel bastante
pasivo y en el que destacaba la provisión de recursos, «la nueva competencia
globalizada y las nuevas organizaciones tienden a conferirle al territorio un papel
sensiblemente más activo» (P. Veltz, 2006). Las especializaciones en esta econo-
mía poblada densamente de redes de flujos físicos e intangibles, poderosamente
conectada, valoran de modo ascendente el carácter relacional y la disponibilidad
de externalidades procesadas por el territorio desde el que se opera. El peligro
de fallos en ambos apoyos es el causante de las temidas deslocalizaciones y de
la pérdida de atractividad espacial. Constituyen entonces dos condiciones básicas
para dinamizar e innovar en el sistema productivo local que aspira a posicionarse
en el escenario global.
34
José Ángel Rodríguez Martín
En este epígrafe se pone el acento en los dos referentes que a mi entender tienen
mayor poder explicativo en cuestiones como las que aquí se tratan. De un lado, el
pensamiento sistémico se hace insustituible en casuísticas complejas como las del
desarrollo local, por cuanto el ensamblaje de materiales económicos, sociales y
territoriales sería imposible de integrar sin las interacciones y efectos de conjunto.
Se trata de postulados encaminados a construir conocimientos sobre los núcleos
y relaciones primordiales desde una óptica de redes que valora las sinergias y
el espíritu de los agentes. Esa complejidad, repetimos, sería inabarcable sin este
método sistémico. El otro eje que se revela como imprescindible en el método de
análisis es el de la prospectiva.
35
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
tar sobre ellos. Expresan aquellos focos que suscitan el interés de los agentes para
encontrar significados y pasillos de actuación. Si la esencia de toda estrategia es
elegir lo que no debe hacerse, esto es, evitar antes que otra cosa las desgracias
inesperadas, se entiende que una finalidad sea poner límites y fijar posiciones que
respondan a uno de los principios más queridos por el pensamiento sistémico: el
de la homeostasis. Según el mismo, cuanto más estructurado e integrado está un
sistema, menos es capaz de asimilar fluctuaciones tanto internas como externas.
Ninguna estrategia actual a nivel territorial es confiable cara al futuro, si no realiza
este constructo de estabilidad y autorregulación suficiente. Es decir, si no genera
entre los agentes y dispositivos con los que opera una notable detección para el
filtraje de oportunidades y el activar anticuerpos respecto a shocks y deterioros de
valoración. Lo perseguible es ir acumulando fuerzas materiales y voluntades en
torno a una malla organizativa y unas redes relacionales con apreciable sensibili-
dad a las contingencias y a su plasticidad funcional. Seguramente esa aspiración
esté fuera del alcance, por lo sofisticado del dispositivo, para comunidades aún
con necesidades más primarias. Pero es bueno saber cuáles son las metas que
otorgan mayor patente de supervivencia a lugares y sistemas productivos en el
mundo actual y venidero.
Una útil atalaya para visionar estos apartados de la «destrucción creativa», los
atractores, la homeostasis, y la flexibilidad, se sintetizan en la noción de reflexibi-
lidad social, manejada por autores como A. Giddens. Puesto que lo que está en
juego es un proceso de cambio, el hilo conductor explicativo debería centrarse en
la modificación de las bases sobre las cuales se construyen los niveles de confian-
za, la fiabilidad y la legitimación en el funcionamiento de los actores o agentes.
Es decir, se trata de cuestionar y examinar las prácticas dominantes al objeto de
reformar piezas y engranajes imperantes.
Pienso que tiene razón E. de Bono cuando dice que necesitamos pensar en
lo que puede ser y no sólo en lo que es. Colectivos y organizaciones deben plan-
36
José Ángel Rodríguez Martín
Verdaderamente ésta es una cuestión muy manida, pero como los tópicos, es
de inevitable pronunciamiento, siquiera fuese como prueba radiográfica, sobre el
relator que trasluce su tratamiento del «gran cambio». Seré muy sintético y pro-
curaré no hacer incursiones colaterales. La razón de inducir este epígrafe es que
se sospecha que las estrategias de desarrollo local y de desarrollo territorial apenas
hubiesen salido de la primera generación de análisis si no hubiese irrumpido esta
potente retroalimentación del sistema, al modo que lo han hecho en las dos últi-
mas décadas. Autores importantes enfatizan la inutilidad de buscar alternativas a
la globalización que no supongan descubrir huecos o nichos. Son pocos los que
suponen un test de confianza adivinando que existen soluciones con mayor ópti-
mo social y económico, si apuestan por la «desconexión» que si se arriesgan a ser
«engullidos» por la voracidad globalizadora. Me pregunto si existen gobiernos y
mesocracias ignorantes de que la aceptación de una sustancial alteración en las
coordenadas no comporta ajustes internos para evitar desplazamientos indesea-
dos. Es verdad que la ignorancia no es patrimonio de los despistados, sino tam-
bién de los que relativizan el poder del estar y querer ser en el mundo.
37
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
38
José Ángel Rodríguez Martín
nales, en función del poder cotidiano de los hábitos de consumo, de modo de vida
y de los modos de comunicación. En cuanto a la esfera pública, diferentes autores
confirman que cada vez es más móvil, circulante y ubicuo. Lo significativo es cómo
las decisiones y los mecanismos de participación, en consecuencia, responden en
los lugares a cuál es la entidad del capital social y de cohesión; a cómo son los
liderazgos sobre unos actores cuyas mentalidades son susceptibles de influencia
por esa cultura del globalismo, y a cuál es el poder que se tiene para adaptarlas de
diferente manera a sus espacios. La relación de este punto con la cultura territorial
es fundamental a la hora de las estrategias comprensivas de las localidades, tal
como se verá más adelante.
Lo que estará menos globalizado, es decir, con mayor autonomía en esta pa-
norámica general, será el conjunto de bienes públicos y colectivos, así como los
estilos políticos y las prácticas enraizadas en lo socio-cultural. Aspectos como la
legislación de los derechos de propiedad, la cohesión y conflictividad social, la
inserción exterior y sus bases de política comercial, la profesionalización de los
agentes, los equipamientos e infraestructuras, el sistema tributario, las relaciones
laborales,..., tendrán un perfil derivado del factor histórico, de las correlaciones de
fuerzas en los diferentes poderes, valores y experiencias gestadas en una cotidia-
nidad prolongada en el tiempo. Lo que haría la globalización entonces es incitar a
que se adapte a su propuesta de modelización. De ahí que, el diseño y voluntades
39
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
de ese mundo local, sean tan significativos de cómo encaja ese contrapunto de lo
diverso, el cual además está desafiando a través de los contactos y de sus ofertas
«desde dentro» prototipos diferenciales a lo que se tenía y hacía localmente.
40
José Ángel Rodríguez Martín
41
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
Los objetivos del desarrollo territorial son muy comprensibles: transformar sus
sistemas productivos locales si la situación va evidenciando desajustes irremedia-
bles, caso de no reestructurarse; generar mejor empleo y diversificar su tejido
productivo, mejorando el existente; propiciar un salto en la calidad de vida y en
las condiciones del entorno para atraer nuevos proyectos. Estas metas son impo-
sibles de materializarse si la esfera pública no interviene con energía y eficiencia.
La gestión pública y las técnicas de diseño institucional, así como los canales de
participación y control de agentes sociales mesocráticos, son una de esas condi-
ciones necesarias que impiden esos logros sin tal concurso. Naturalmente que
al igual que en el sector privado, los responsables públicos han de cuestionar
si su mentalidad y conocimientos están enterados acerca de los procedimientos
que mejor podrían resolver las situaciones problemáticas y las que actualizan sus
atractores vertebrales.
42
José Ángel Rodríguez Martín
43
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
44
José Ángel Rodríguez Martín
que en las estrategias de desarrollo local hay un principio rector, que es la visión
del proyecto que requiere movilizarlos socialmente y de los actores. Es asimis-
mo casi universal la inclusión en las estrategias de desarrollo local y territorial de
los capítulos de formación y profesionalización del factor humano, las políticas
medioambientales y las de I+D+i.
Los grandes desafíos a los que se enfrenta el desarrollo territorial pasan por
superar las amenazas, riesgos, tensiones y por dotar de coherencia la gestión de
los intangibles y el estilo del saber hacer. En una perspectiva creativa, las estrate-
gias fortalecen capacidades y actitudes de la población, de manera que sea capaz
de asegurar un desarrollo estable de su territorio (capacity building); desarrollar
actitudes y conocimientos en el factor humano para enfrentarse a procesos de
adaptación con espíritu proactivo, sabiendo que el objetivo de reestructuraciones
comparte sus retos con las oportunidades inéditas que aparecerán en esos mo-
mentos de cambios (capacity leadership); programas para capacitar y estimular a
los actores en una cultura dotada de mentalidad abierta a valores de flexibilidad
en innovación, formación de redes y alianzas (empowerment); fomentar las rela-
ciones entre empresas, instituciones de formación e investigación, organizaciones
empresariales y sindicales, gobiernos locales e instituciones del gobierno nacional,
de la comunidad autonómica y la UE, a fin de coordinar más eficientemente los
recursos mediante reducciones en los costes de transacción, mayor fluidez de las
interacciones y aumento de la confianza entre los actores implicados en el proyec-
to y las iniciativas.
45
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
En las estrategias no hay que confundir la visión del futuro de la que nace la
formulación de fines, con lo que son proposiciones tácticas, consistentes en el
plan que hay que seguir para cumplimentar el planeamiento previo. En esa visión
de futuro, las estrategias actuales tendrán como ejes articulantes esos factores
estructurantes, en dos temas ineludibles: el de la competitividad y el de la atracti-
vidad a nivel territorial.
La atractividad territorial es uno de los ejes temáticos que están ocupando más
interés por parte de los expertos y responsables que se relacionan con el desarro-
46
José Ángel Rodríguez Martín
La atractividad pone de relieve que no todos los territorios están igualmente pre-
parados para enfrentarse a los procesos de apertura y globalización; que los tipos
de intervención deben hacerse en función de las condiciones y no de los plantea-
mientos de antemano preparados fuera del lugar; que las capacidades técnicas,
liderazgos y organigrama competencial precisan una armonización y convergencia
de esfuerzos cuyo recetario siempre debe ser ad-hoc para ese lugar, pero con
47
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
En conclusión, las estrategias tienen que estirarse para dar de sí lo que podrían
lograr. Todo lo contrario de cualquier fatalismo previo, pues como bien proclama-
ba Mirabeau, eso sólo es propio de las almas sin voluntad. Por eso es bueno que
llegados a estas líneas finales, introduzcamos la reflexión sobre si los territorios
muy locales tienen «huecos» de supervivencia en la globalización. Escapemos a
esa leyenda que hace buena la ironía de García Canclini cuando sugería si la glo-
balización no sería un objeto cultural no identificado. Lo incuestionable es que tal
arquitectura mundial invita a los analistas a guiarse por la realidad de los hechos,
si el propósito es entenderlos, y no a tratar de contradecirlos o rendirse ante ellos
sin resistir a sus avasallamientos. Soy de los que comparten la impresión de ver
más riesgos en lo cultural, con todo el significado de lo que comprende, que en
lo estrictamente económico.
48
José Ángel Rodríguez Martín
Hemos dejado con toda la intencionalidad este breve epígrafe para el final del
capítulo. Las estrategias de desarrollo local y territorial de todo tipo de localidades
obedecen al mismo sustrato común y comparten objetivos cuando ponen volun-
tad decidida y saben que lo que está en juego son razones existenciales de ser y
estar. No es recomendable que los actores del lugar estén expectantes o muy bien
predispuestos a confiar en fórmulas un tanto milagrosas. Estoy seguro de que si
pudiésemos pasar al papel un catón de la receta curalotodo, no tendría ningún
efecto transformador significativo. Casi siempre en las estrategias, los actores lo
que primero esperan es no perder aquello con que cuentan de partida, figurando
en segundo lugar la expectativa de ganancia que conlleva el nuevo riesgo. Ha
sido una de las aportaciones interesantes de Kahneman en su versión sobre teoría
de juegos. Es verdad, y lo sabemos bien, que desde posiciones débiles la máxima
aspiración es convencer a los interlocutores fuertes, que ante eventuales desapa-
riciones o exclusiones, siempre acabarán perdiendo algo. Que les interesa más la
cooperación que la confrontación; las alianzas que el «canibalismo».
En territorios locales, máxime si son islas que llevan siglos abiertas al exterior, la
propensión al «mestizaje» y al «acuerdo delegado» ha penetrado profundamente
en los cromosomas de las topografías de los negocios. El numantismo no forma
parte ni de la axiología canaria (o sistema de valores), ni de las culturas productivas
49
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
50
José Ángel Rodríguez Martín
51
1. DESARROLLO LOCAL Y ESTRATEGIAS
52
José Ángel Rodríguez Martín
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STORPER, M. (1997). The Regional World: Territorial Development in a Global Economy. Guilford
Press.
54
cinco
módulo
Reflexiones sobre el
Desarrollo Local y Regional
• Julio César Díaz Argueta • Juan Fernando Ascoli Andreu
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Reflexiones sobre el
desarrollo local y regional (1a. edición)
colección: formación estratégica para docentes en sedes regionales.
serie: módulos sobre los ejes del proyecto de sedes regionales
Presentación
El presente material es producido dentro del Proyecto URL-KFW, un proyecto de
cooperación financiera cuyo soporte máximo es la actividad de la construcción
de Campus Regionales en el interior del país y ocupa un lugar especial dentro
del subcomponente de formación y actualización docente con un énfasis en la
actualización y desarrollo del pensamiento estratégico de los profesores de las
Sedes Regionales de la Universidad Rafael Landívar. Es parte fundamental de
un proceso integral de adecuación curricular para el fortalecimiento del Proyecto
General de Sedes Regionales.
Los temas planteados son temas básicos para el trabajo docente, pero también para la vida
cotidiana regional. Estos temas representan puntos álgidos en los procesos de desarrollo y
de educación pero, en la manera que los cultivemos y los podamos pulir, los convertiremos en
piedras preciosas que iluminen el devenir de la región y del país. Para ello, se ha tratado de
que estos materiales sinteticen puntos de vista actualizados de otros autores o instituciones
especializadas en cada uno de los temas tratados. La idea fundamental es poner al alcance
del cuerpo de docentes el mejor material disponible y conjugarlo creativamente en una
edición no comercial.
Los diversos autores han tratado de establecer nexos entre la teoría y la “praxis” y pasar de
los planos mundial y global, hacia lo regional y local, y viceversa; con la finalidad de que los
sujetos de formación mediante este material, converjan y generen pensamientos y destrezas
fundamentadas en el reconocimiento de la importancia de estos ejes para el desarrollo social
de su región y con vistas a un proceso educativo de calidad para el siglo XXI.
profasr iii
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
A este respecto, hacemos acopio de las palabras de Morin1 (1999) que, ante los retos del
futuro, nos urge a que mediante la educación asumamos el reto de “estar-vivir-ahí-en el
planeta” con lo que implica: los aprendizajes básicos (vivir, ser, hacer, compartir, comunicarse,
comprender, etc.), para ser dignos habitantes del planeta o aldea global. Para hacerlo llegar a
los estudiantes, sujetos de la formación, debemos primero sentirlo, aprenderlo y manejarlo con
creatividad los que nos apropiamos del proceso educativo y formativo en las SR de la URL.
Esperamos que este sea un aporte valioso a la reflexión, la discusión, al trabajo y, ante todo,
a la apuesta y propuesta por una docencia comprometida desde su puesto para una misión
en pro del desarrollo integral de su región y, por ende, del país.
1
Morin, E. (1999) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. París: UNESCO.
Introducción
El módulo de Reflexiones sobre el Desarrollo Local y Regional pretende plantear los elementos
fundamentales de esta novedosa estrategia, con la visión optimista de contribuir a impulsar
procesos exitosos en las diferentes regiones y localidades de nuestro país.
La dinámica de los diversos modelos de Desarrollo Local será diferente. Es necesario tomar
en cuenta la multiculturalidad del país, las zonas de vida existentes, las características propias
de las distintas regiones y comunidades, así como la dinámica estatal y privada en los otros
contextos y las posibles alianzas y concertaciones, dando un sello particular a los procesos
específicos, los niveles de competitividad e inserción al mercado local, nacional y global.
profasr
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Cada unidad detalla al inicio su contenido, a través del cual usted conocerá, comprenderá y
reflexionará sobre el Desarrollo Local, su definición, componentes, modalidades, estrategias,
actores, el marco jurídico, las experiencias obtenidas y, finalmente, visualizará los elementos
necesarios para la construcción de Modelos de Desarrollo Local.
cinco
módulo
Reflexiones sobre el
Desarrollo Local y Regional
profasr
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
í ndice
Presentación... v
Introducción... vii
2. Desarrollo Local... 15
Referencias bibliográficas... 79
Glosario... 85
universidad
universidadrafael
rafaellandívar
landívar
unidad
uno
1. concepción
Evolución en la
del Desarrollo
Objetivo:
Ubicar la temática del desarrollo desde su origen hasta el Desarrollo Local en el
contexto actual.
Reflexión inicial
L
a deuda del desarrollo afecta a todas las generaciones y los diferentes modelos
de desarrollo no han logrado derramar por goteo la copa de champagne y brindar
los beneficios sociales ofrecidos, de ahí los índices de pobreza y exclusión social
prevalecientes. Ha incidido la pretensión de un desarrollo universal, con modelos
estandarizados y descontextualizados que no se adaptan a las condiciones locales.
Previo a llegar al tema del Desarrollo Local, es necesario hacer referencia al itinerario
del desarrollo en general haciendo una breve referencia a sus conceptos, modelos,
teorías y metodologías, conforme los aprendizajes obtenidos y la relevancia de sus
componentes y/o actores. El propósito es señalar la ruta para que puedan profundizar
ya que no nos detendremos en el tratamiento de cada uno de esos componentes.
El término “desarrollo” recibe un fuerte impulso cuando las Naciones Unidas lo incorpora
en sus diferentes programas e instituciones, principalmente a través de las comisiones
regionales, como la Comisión Económica para América Latina CEPAL y el aporte de teóricos
2
reconocidos que identifican al crecimiento económico como desarrollo. La CEPAL impulsa
la utilización del Producto Interno Bruto per cápita, PIB, como indicador prioritario del nivel
de desarrollo de un país.
profasr
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
En esa perspectiva, el desarrollo constituye una condición social que permite la satisfacción
de las necesidades auténticas de la población, para lo cual se hace uso racional y sostenible
de los recursos y sistemas naturales y de la tecnología. El desarrollo es un proceso que
abarca el crecimiento económico y modernización económica y social, consistente ésta en
el cambio estructural de la economía y las instituciones (económicas, políticas, sociales y
culturales) vigentes en el seno de la sociedad, cuyo resultado último es la consecución de
un mayor nivel de desarrollo humano y una ampliación de la capacidad y la libertad de las
personas (Escribano, sf., 11).
Boissier señala que los conceptos vinculados al desarrollo están siendo revisados, a la luz
del derecho de los pueblos al desarrollo. Para él, el fracaso (político, técnico y ético) en los
esfuerzos por promover el desarrollo no es un fracaso del ideal en sí, ni tampoco del progreso
como concepto; es un fracaso de la eficacia y eficiencia de la intervención del Estado…
(Boisier, 2005:20).
Según Teotonio Dos Santos, el desarrollo no es una cuestión técnica ni una transición dirigida
por tecnócratas y burócratas sino una construcción social, que involucra a todos los sectores
de la sociedad.
El hecho de que el Desarrollo Local busque optimizar sus potencialidades, no es casual, sino
es un momento estratégico importante donde confluyen ideas, teorías, objetivos, actores
y metodologías determinadas, que consideran que, desde ese espacio, puede darse una
vinculación importante con lo global, encontrando respuestas adecuadas a las aspiraciones
sociales de bienestar y desarrollo, asimilando el cúmulo de experiencias de otros modelos
de desarrollo.
profasr
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
El desarrollo debe gestarse a partir de una racionalidad donde todos quepan, sin discriminación
para que puedan disfrutar del progreso social y participar en igualdad de condiciones, en la
producción de la riqueza, su distribución y consumo, superando cualquier ámbito moralista,
ideológico o discursivo.
El mayor desafío ético de todo modelo de desarrollo es el de la equidad social. Según Alwin,
la desigualdad económica y la pobreza material son dos dimensiones de la inequidad. Una
tercera es la desigualdad de oportunidades de desarrollo de las personas (2000:1-2).
profasr
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
En los años ochenta, después de la crisis de las tasas de interés y de los precios del petróleo,
la economía neoclásica tomó vigencia, impulsando los procesos de estabilización y ajuste
estructural, al pretender lograr el equilibrio macroeconómico y la superación de la inflación y el
déficit fiscal. Trata de reducir las distorsiones introducidas por la intervención estatal, motivar
la productividad de la industria, privatizar las empresas públicas ineficientes, atraer inversión
extranjera, mejorar el funcionamiento de los mercados y adecuar la estructura productiva de
los países a sus ventajas comparativas.
Las teorías sociológicas estudian el desarrollo desde la forma cómo surgen las sociedades, su
evolución, el papel de los movimientos y grupos sociales. Las teorías políticas analizan la forma
como se organizan las sociedades y sus instituciones con los factores políticos y sociales.
De estas teorías surge la teoría de la modernización y la teoría de la dependencia y, en los
últimos años, aparece la denominada corriente del post-desarrollo o postmodernismo.
Posteriormente surge la ética del desarrollo12 fundada por Denis Goulet13 influenciado por el
economista francés Louis-Joseph Lebret y científicos sociales tales como Gunner Myrdal.
Plantea que el desarrollo necesita ser redefinido, desmitificado y arrojado al ruedo del debate
moral (1960). Al tratar las causas de la desigualdad de la economía global, el hambre y el
subdesarrollo, Paul Streeten y Amartya Sen abordan una concepción del desarrollo en términos
de principios éticos, basados en la estrategia de las necesidades humanas básicas.
A dicha propuesta se suman otras valiosas como la de Boisier (1999), sobre capital sinergético
y desarrollo territorial. Según él, entender el desarrollo requiere de enfoques holísticos,
sistémicos y recursivos, a lo que aportan Morin, Prigogyne, Capra, Drucker, Fukuyama,
Habermas, Maturana y otros, que codadyuvan a la formulación de un nuevo paradigma
dinámico y sistémico que permite comprender en mejor forma el desarrollo y sus diferentes
dimensiones económica, social, humana, local y global.
En 1990 surge una nueva etapa del desarrollo cuando el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo, PNUD, impulsa el modelo del desarrollo humano con el aporte del
economista Mabuh Ul Haq, poniendo énfasis en la generación de capital humano al ampliar
las oportunidades, las capacidades y las posibilidades de elección.
La teoría de las capacidades impulsada por Amartya Sen, concibe el desarrollo como la
ampliación de las capacidades de las personas en lo económico, cultural, social y político.
Parte de la libertad de las personas para accesar a los servicios básicos que satisfagan sus
necesidades en un entorno cultural propio, mediante su empoderamiento. Considera que
el capital social coadyuva al sistema institucional para que sea eficiente y operativo. En el
capital social está la participación, tanto a nivel local como regional o nacional, dando lugar
al concepto de desarrollo participativo, el de desarrollo integrado y el de desarrollo endógeno.
Surge también el concepto de desarrollo sostenible, referido al capital natural, derivado del
crecimiento sostenible.
profasr
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
es contribuir a una globalización humanizada, donde sólo un carácter solidario dará una
verdadera globalización con conciencia humanista, con el fin de enfrentar los desafíos éticos
en el campo de la economía, la salud, la educación y el medio ambiente.
Según Vázquez-Barquero (1997), las teorías del desarrollo endógeno sostienen que la
competitividad de los territorios se debe, en buena medida, a la flexibilidad de la organización
de la producción, a la capacidad de integrar de forma flexible los recursos de las empresas
y del territorio. El territorio es un espacio de múltiples dimensiones y potencialidades que
refleja las interdependencias entre factores ambientales, económicos, sociales y culturales;
permite un desarrollo a escala humana: territorio y economía al servicio de la vida, orientado
a resolver las necesidades humanas.16
Para Boisier (1999), la endogeneidad del desarrollo regional habría que entenderla como un
fenómeno que se presenta por lo menos en cuatro planos que se cortan y se cruzan entre sí:
En el plano político donde expresa la capacidad regional para tomar las decisiones relevantes
con relación a diferentes opciones de desarrollo y a capacidad de diseñar y ejecutar políticas
de desarrollo y, sobre todo, la capacidad de negociar. En el plano económico se refiere a la
apropiación y reinversión regional de parte del excedente a fin de diversificar la economía
regional dándole una base permanente de sustentación en el largo plazo. En el plano
científico y tecnológico, como la capacidad interna de un sistema (territorio organizado) para
generar sus propios impulsos tecnológicos de cambio, capaces de provocar modificaciones
cualitativas en el sistema. En el plano de la cultura, como una suerte de matriz generadora
de la identidad socioterritorial.
Según Vásquez Barquero, con la globalización los sistemas productivos asumen dimensión
global, los Estados ceden espacio y liderazgo a las multinacionales; los medios de
comunicación y sus avances facilitan la comunicación entre los diferentes actores económicos.
La globalización es un proceso que se caracteriza por el aumento de la competencia
en los mercados, lo que implica la continuación de los ajustes del sistema productivo
de los países, las regiones y ciudades inmersas en la globalización. Dado que las
empresas no compiten aisladamente, sino que lo hacen juntamente con el entorno productivo
e institucional del que forman parte, el proceso de globalización estimulará la transformación
de la organización del sistema de ciudades y regiones, de acuerdo con la nueva división
internacional del trabajo (1997:1).
profasr 11
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Borja y Castells (1997) señalan que lo global y lo local son complementarios, significando
que son creadores conjuntos de sinergia social y económica; de ello se desprende la
importancia estratégica de lo local como centro de gestión de lo global en el nuevo sistema
tecno-económico, apuntalando los ámbitos de la productividad y competitividad económicas,
el de la integración socio-cultural y el de la representación y gestión políticas.
Reflexión final N
No existe un modelo único ni estático del desarrollo en el transcurso de las
coyunturas históricas. Desde el ofrecimiento de la modernización que asumió el
crecimiento económico, hasta el desarrollo endógeno redimensionado conduce
a la afirmación de que no basta imitar a los países industrializados para alcanzar
en sentido lineal, el desarrollo. Se deben fortalecer las competencias locales
que optimicen las potencialidades endógenas para que, de alguna manera, se
refleje el rostro humano en la misma globalización y se fortalezca la creación de
oportunidades para alcanzar un desarrollo sostenible, humano, participativo e
incluyente desde los espacios locales.
1
Ver autores como Solari, Franco y Jutkowitz (1976; 91), José Medina Echeverría. De esa
cuenta, el crecimiento explica el cambio social, y éste a su vez, explica el crecimiento
económico de un país, a partir de su surgimiento en la postguerra.
2
En los años 70 tanto destacan los aportes de Medina Echeverría como los de Sunkel y Paz. En
los últimos años, surgen modelos de crecimiento y también de desarrollo que se sitúan como
simbiosis en la economía neoclásica, según Vásquez Barquero.
3
Los precursores de la economía clásica que enfatizan en el crecimiento económico son: Adam
Smith, David Ricardo y Carlos Marx.
4
En la economía neo-clásica se encuentran: Marshall, Walras, Pareto, Pigou y otros, cuyo eje de
sus teorías es la distribución de la riqueza.
5
Poner el énfasis en la dependencia es preocuparse por las relaciones económicas, tecnológicas
y políticas entre los países desarrollados y subdesarrollados (Sunkel y Paz, 1985:15). Los países
del centro se definen por su hegemonía, su importancia, desarrollo e incidencia mundial sobre
otros llamados periféricos que tratan de imitarlos. El hablar de países en vías de desarrollo
acentúa las posibilidades de aprovechamiento del potencial productivo de una sociedad. Hablar
de países ricos y países pobres es priorizar el énfasis en la pobreza, es situar las políticas del
desarrollo en la esfera de la distribución de la riqueza.
6
Condiciones de salud, educación, alimentación, empleo, pobreza, etc.
7
Se habla de dependencia económica, social, política y cultural, que da lugar a la comparación
de modelos de desarrollo y a movimientos de emancipación, así como a las teorías de países
centrales y periféricos, países hegemónicos y dominados.
8
Basta echar un vistazo a la forma como se cumplen los derechos económicos, sociales y
culturales emanados de la ratificación del Pacto de San Salvador.
9
Usted puede profundizar sobre los diferentes modelos de desarrollo consultando la abundante
literatura al respecto.
10
La gestión ética del desarrollo conlleva el desafío de alcanzar el bienestar de la población, al
menos en seis dimensiones interrelacionadas. Económica, con su participación plena en la
producción, distribución y consumo de la riqueza. Política, a través del fomento del goce de las
libertades, la democracia y acceso al desarrollo humano con base en las tres generaciones de
derechos humanos y las subsiguientes que surjan. Social, mediante la participación organizada,
en las condiciones que dignifican la vida y permiten el acceso a los servicios básicos para la
reproducción social. Cultural, con el acceso a los medios que faciliten la vida, la dignifiquen y
prolonguen. Ambiental, obteniendo los bienes y servicios sin sacrificar los recursos naturales,
en bien de las nuevas generaciones. Espiritual, mediante el acceso a los medios que dignifiquen
la vida humana, fortalezcan la estima y el despliegue de las capacidades desde la práctica
cotidiana y su cultura (Díaz Argueta, 2005:24-25).
11
Destacado economista británico.
12
Según David Crocker, los pioneros son Gandhi en India, Raúl Prébisch en América Latina y
Franz Fanon en África- (1940) quienes criticaron el desarrollo económico colonial y/o ortodoxo
y Denys Goulet. También han aportado a la ética del desarrollo autores como Luis Camacho
(Costa Rica), Gotfrey Gunatilleke (Sri Lanka), y Kwame Gyekye (Ghana) y David Crocker (EE.
UU).
13
Goulet fue un pionero en encarar las cuestiones éticas y los valores planteados por la teoría, la
planificación y la práctica del desarrollo.
14
Ver a Vásquez Barquero, 1977.
15
Canzanelli, G. (2004). Valoración del potencial endógeno. Italia: Naciones Unidas.
16
Ver a Max Neef, 1994; Bramante, 1998; Canzanelli, 2001.
profasr 13
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
1
No.
EJERCICIO
Instrucciones: Con base a los conceptos vertidos aquí y la
lectura acuciosa que usted realizó, por favor responda las
siguientes preguntas.
1. Consulte las estadísticas más recientes sobre las cuales pueda definir las
condiciones de vida de la población en la región que atiende su Sede Regional.
¿
2. ¿Qué necesidades y potencialidades se pueden identificar en ellas?
3. ¿Qué entiende usted por desarrollo económico y social?
4. Retome sus respuestas y compártalas con uno o dos profesionales de otra
disciplina para obtener un punto de vista distinto que le permita replantear sus
respuestas.
5. ¿Qué y cuáles son las funciones del Estado Guatemalteco con relación al
Desarrollo?
6. Anteriormente se plasmó que: El desarrollo debe gestarse a partir de una
racionalidad donde todos quepan, sin discriminación para que puedan disfrutar
del progreso social y participar en igualdad de condiciones, en la producción de
la riqueza, su distribución y consumo, superando cualquier ámbito moralista,
ideológico o discursivo. ¿Dónde podría considerarse el sentir de la población para
promover el desarrollo? ¿Dónde se considera la historia y las expectativas de la
población que necesita desarrollarse?
7. ¿Qué teorías económicas se han evidenciado en Guatemala? ¿Cómo?
8. ¿Cómo se puede, desde la educación, integrar las ideas aquí vertidas para
promover el desarrollo en los grupos sociales representados en los estudiantes y
docentes de la universidad?
9. Tomando como punto de partida la propuesta de los cuatro planos de Boisier,
¿qué puede hacer la URL para generar estrategias de desarrollo endógeno desde
las aulas?
2. Desarrollo Local
Objetivo:
Caracterizar el Desarrollo Local en sus múltiples dimensiones y componentes,
bajo un enfoque sistémico.
Reflexión inicial
L
o local tradicionalmente se restringe a lo simple, a lo más pequeño geográficamente
delimitado. Con la globalización se redimensiona y pasa a definir una estrategia
de desarrollo que incorpora a los diferentes actores económicos, sociales e
institucionales los cuales, al optimizar los recursos locales y lograr alianzas, generan
respuestas de combate a la pobreza, propiciando el bienestar colectivo y una gestión
estratégica incluyente, participativa y democrática.
La promoción del Desarrollo Local se dio a partir de esa década desde las demandas y
necesidades de los desempleados y los excluidos del mercado formal de trabajo. Los
criterios que aplicaron exitosamente fueron: la cooperación entre los agentes económicos y
sociales locales, consenso en el plan estratégico general, un sistema abierto de consulta y
discusión, programas operativos con presupuesto asignado, instrumentos de aproximación
y análisis de la realidad.
Los agentes sociales y económicos con el interés común de defensa ante los problemas
de desempleo y deterioro económico y el bienestar social así como el afán de dinamizar su
región, impulsan estrategias que promueven la actividad económica, e interrelacionan lo social
y medioambiental, con énfasis en la inversión de la formación y cualificación profesional.
profasr 15
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
El enfoque sistémico del Desarrollo Local define el espacio local como un sistema integrado
por un conjunto de subsistemas interrelacionados entre sí y con su medio ambiente, cuya
finalidad es la satisfacción de necesidades de los diferentes subsistemas que le conforman.
En el subsistema social interviene una sociedad local, configurando un espacio humano, en
un ámbito de relación más inmediato, con creencias y valores que van a retroalimentar lo
colectivo desde sus propios aprendizajes, con altos niveles de participación democrática para
impulsar procesos de cambio que conduzcan al mejoramiento de su bienestar colectivo.
Con esa base sistémica, lo local se asocia al concepto de desarrollo endógeno, al desarrollo
integrado y al desarrollo desde la base. Asigna especial importancia a la historia y a la
cultura, incentivando el desarrollo que potencian los recursos y capacidades propias, unidas
por la voluntad solidaria y participativa. Los conceptos esenciales que sustentan al
sistema del Desarrollo Local son los de actores, territorio, cultura, sociedad, identidad,
concertación, participación social y descentralización.
profasr 17
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Los valores los fomentan los actores del Desarrollo Local, como parte de la cultura y
enriquecen el capital social, facilitando la toma de decisiones, la planificación, la gestión y
la evaluación del bienestar alcanzado, así como mediando en la interrelación con actores
nacionales y globales.
profasr 19
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
En Guatemala, el marco jurídico legal que facilita la participación social en los procesos de
Desarrollo Local y en la estrategia de descentralización se encuentran marcados dentro
de la Ley de Consejos de Desarrollo, Código Municipal y la Ley de Descentralización, así
como en la Ley de Desarrollo Social, todas con el marco de la Constitución Política de la
República de Guatemala. Lo importante es encontrar los mecanismos de aplicación local
para que sean eficientes.
Según Rozas (1992), en el proceso de Desarrollo Local, es importante considerar los niveles
de autonomía, de toma de decisiones, la autoestima, la capacidad de enseñar a otros, el
autocontrol, la auto responsabilidad, la identidad social con una realidad propia; la capacidad
profasr 21
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Reflexión final N
El Desarrollo Local es una estrategia que puede facilitar el enfrentar los desafíos
de la globalización y los Tratados de Libre Comercio, a partir de pensar lo global
desde lo local. Optimiza las potencialidades locales con una visión sistémica que
permite dinamizar el territorio con el aporte de los diferentes actores para alcanzar
una vida digna, generando capacidades para combatir la pobreza, el desempleo,
el desarrollo sostenible y la organización a través de la formulación de las políticas
adecuadas en lo económico y social que validen y legitimen a los gobiernos
locales, fortalezcan las identidades locales y la participación ciudadana. Con dicha
estrategia es posible alcanzar elevados niveles de productividad, competitividad y
sostenibilidad en el desarrollo.
1
Tal como se definió en el párrafo anterior.
2
Ver Troitiño (2002).
3
Municipalidades y Gobernaciones.
4
Iglesias, sindicatos, organizaciones campesinas, cooperativas, etc.
5
Puede ampliarse al consultar a Cotarruelo Menta, Romeo en Aspectos Estratégicos del Desarrollo
Local.
6
Se incluye el transporte, las comunicaciones, recintos feriales, parques empresariales o
tecnológicos, centros de servicios a las empresas además de las viviendas y los equipamientos
sociales.
7
Para ampliar sobre descentralización, puede referirse al módulo respectivo de esta colección.
profasr 23
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
2
No.
EJERCICIO
Instrucciones: Con base a los conceptos vertidos aquí y la
lectura acuciosa que usted realizó, por favor responda las
siguientes preguntas.
¿
1. ¿Cuál es la diferencia entre capital humano y capital social?
2. El cambio estructural, planteado desde sus cuatro dimensiones –económica,
sociocultural, política-administrativa y territorial- así como el crecimiento
económico son parte del Desarrollo Local. ¿Qué estrategias utilizaría usted para
abordar con sus estudiantes las manifestaciones que tienen esas dimensiones
en su Región?
3. Investigue sobre el enfoque sistémico para analizar la realidad social. Consulte
el CD anexo así como otras fuentes de información que estén a su alcance en
bibliotecas o Internet. Explique gráficamente cómo aplicar este enfoque a las
estrategias educativas que los docentes pueden promover en los estudiantes
para aprender a analizar los contextos sociales, locales y globales.
4. Defina, con sus propias palabras los siguientes términos: actores,
territorio, cultura, sociedad, identidad, concertación, participación social,
descentralización.
5. Con base a las definiciones vertidas en el numeral anterior, explique qué es el
Desarrollo Local para usted.
6. ¿Qué tipo de experiencias de Desarrollo Local conoce usted en su región?
¿Identifique sus actores? ¿Qué viabilidad ha tenido? ¿Cuáles son las mayores
dificultades que han tenido?
7. Identifique los recursos naturales, agrarios, histórico-culturales, ambientales,
paisajísticos, etnológico-antropológicos e institucionales de la región donde se
ubica la Sede Regional. Explique brevemente ¿cuáles de ellos están promoviendo
el Desarrollo Local y de qué manera?
8. Por favor haga una lista donde defina qué destrezas debe desarrollar una persona
que desee trabajar por el Desarrollo Local.
3. El Desarrollo
Económico Local
Objetivo:
Valorar los fundamentos teóricos y metodológicos para la comprensión del
Desarrollo Económico Local y su importancia para el desarrollo nacional.
Reflexión inicial
E
l desarrollo global está vinculado al Desarrollo Económico Local. Según
Alburquerque (2003), existe un núcleo globalizado de actividades dinámicas,
junto a una inmensa mayoría de actividades que se desenvuelven en ámbitos
locales, protagonizadas mayoritariamente por microempresas y pequeñas empresas. Si
en América Latina más el 96% de empresas formales son micro y pequeñas empresas,
y generan aproximadamente el 57% del empleo, pueden alcanzar un nivel adecuado
de participación en las decisiones económicas, sin ceder totalmente el terreno a las
transnacionales.
profasr 25
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
El ILPES (1998) señala que el Desarrollo Económico Local es aquel proceso reactivador y
dinamizador de la economía local, que mediante el aprovechamiento eficiente de los recursos
endógenos existentes de una determinada zona, es capaz de estimular el crecimiento económico,
crear empleo y mejorar la calidad de vida. GTZ (2001) indica que el Desarrollo Económico Local
es un proceso participativo y equitativo que promueve el aprovechamiento sostenible de los
recursos locales y externos, en el cual se articulan los actores clave del territorio para generar
empleo, ingresos para mejorar la calidad de vida de la población. Según Vásquez Barquero
(2000), se puede definir el Desarrollo Económico Local como un proceso de crecimiento y
cambio estructural que, mediante la utilización del potencial de desarrollo existente en el
territorio, conduce a la mejora del bienestar de la población de una localidad o una región. No
hay duda que el Desarrollo Económico Local es un proceso dinamizador de la economía local,
al ser participativo y equitativo, buscando la sostenibilidad y la incidencia en la calidad de vida
en localidades determinadas.
Los actores clave del Desarrollo Económico Local son: las empresas y
emprendedores locales; las asociaciones empresariales y profesionales; el Gobierno
Nacional y Municipal; la administración pública desconcentrada y descentralizada;
las ONG y agencias de cooperación; las Universidades y Centros de Investigación.
Todos ellos, en conjunto, forman el capital económico de la localidad y en alianza
estratégica con la base social conforman el capital social fortaleciendo la estrategia
del sistema económico local.
El sector privado está conformado por las micro, pequeñas y medianas empresas, así como
las cooperativas, cuyo conjunto forman el sistema productivo del municipio. Adicionalmente
están las empresas proveedoras de servicios públicos permanentes como agua, electricidad y
telefonía, que desde su propia lógica participan en la estrategia de crecimiento económico local
y contribuyen al mejoramiento de la calidad de vida de la población. El sector empresarial local
promueve la eficiencia en las cadenas productivas para obtener los mejores bienes y servicios.
Para ello optimiza la competititividad y desarrolla el proceso productivo en forma sistémica,
considerando incluso los beneficios sociales. El sector incluye a las empresas productivas y
empresas o instituciones financieras.2
profasr 27
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Para que se den las condiciones citadas, los gobiernos locales y municipales por su función
pasan a ser valores públicos que promueven las sinergias entre los diferentes actores
productivos y sociales de un territorio determinado, orientando las acciones estratégicas
innovadoras y planificadas conjuntamente, además de facilitar la prestación de servicios
administrativos y públicos básicos, para que los procesos productivos cuenten con la
infraestructura, servicios y condiciones necesarias en la cadena productiva y comercializadora,
articulando esfuerzos que beneficien a la población y propicien cambios en la calidad de
vida local.
Según cita Morales Barragán (2002), [un] territorio adquiere carácter competitivo si puede
afrontar la competencia del mercado y garantizar al mismo tiempo la viabilidad medioambiental,
económica, social y cultural, aplicando lógicas de red y de articulación interterritorial. En otros
términos, la competitividad territorial supone: la toma en cuenta de los recursos del territorio
en la búsqueda de la coherencia global; la implicación de los agentes e instituciones; la
Según Cotorruelo (2001), existe una estrecha interrelación entre los procesos de crecimiento
económico y desarrollo territorial; entre la competitividad de las organizaciones empresariales
y la de los territorios donde éstas se localizan. Entre los factores que influyen en la localización
de las empresas en los diferentes territorios se encuentran como factores limitantes y
motivadores los siguientes:
Factores de carácter limitante Factores de carácter motivador
• Costes de emplazamiento • Calidad de las comunicaciones viarias
• Costes laborales • Proximidad a clientes de singular importancia
• Costes de transporte • Disponibilidad de mano de obra cualificada/especializada
• Costes financieros • Nivel de productividad laboral
• Coste de la vida en el lugar • Disponibilidad suficiente de Telecomunicaciones
• Estabilidad política • Conocimiento e imagen positiva de la zona
• Presión fiscal • Existencia de incentivos fiscales y ayudas económicas
• Requisitos administrativos y burocráticos
para la instalación
• Tamaño y dinamismo del mercado local/regional.
profasr 29
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
de los actores económicos locales al papel del Estado, los gobiernos locales y los actores
sociales, a fin de que la interrelación entre lo económico, social y tecnológico, priorice el
enfoque ecológico, en el proceso de toma de decisiones e interrelaciones entre los diferentes
actores del territorio.
Uno de los principales desafíos que enfrentan los ciudadanos es encontrar los mecanismos
institucionales adecuados de participación que se articulen con sus capacidades individuales
y colectivas, para construir y movilizar los recursos de los territorios en los que habitan,
modificando incluso, los términos habituales de la relación entre los gobiernos locales y los
ciudadanos.
La estrategia constituye un proceso dinámico donde confluyen las sinergias entre actores.
Puede impulsarse con criterios radicales y verticales, donde prevalezcan los objetivos de
los agentes productivos; una forma gradual en la cual confluyen criterios más progresistas
y procesales; o bien el impulso en forma integral que tome en consideración la participación
de los distintos actores sociales. Tanto la forma gradual, como la integral, están más cerca
de ser coherentes con su entorno, con la concepción sistémica del Desarrollo Local y con la
relación dinámica con la población local. En la estrategia se hacen evidentes los siguientes
aspectos:
profasr 31
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Los gobiernos locales tienen, por tanto, una responsabilidad importante en la producción y
gestión del hábitat y equipamientos colectivos, que constituyen un capital social fundamental
como base de la productividad y competitividad de las empresas locales.
Según Alburquerque, las fronteras de los sistemas productivos locales no tienen por qué
coincidir con las fronteras político-administrativas de los diferentes municipios. En ocasiones, la
profasr 33
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Los mecanismos financieros para el impulso del Desarrollo Económico Local necesitan ser
eficientes, institucionalizables, concretos, organizados sistémicamente, flexibles, realistas,
transparentes y movilizadores de recursos complementarios; a efecto de contar con estrategias
financieras accesibles a los agentes productivos locales, y alcanzar los flujos y reinversión
adecuadas en proyectos sostenibles y rentables económica y socialmente.
El financiamiento por cooperación también es importante y éste puede asumir las modalidades
de: reembolsable y no reembolsable, siguiendo a Lazarte (2000). Las modalidades de
naturaleza no reembolsable o parcialmente reembolsable responden a una estrategia de
carácter social o económico. Aquí se incluyen los programas y proyectos para la atención de
emergencias, bajo mecanismos como reparto de alimentos, alimentos por trabajo o subsidio
directo a la producción para el autoconsumo u otros programas condicionales que favorecen la
capitalización local en infraestructura social, bajo mecanismos como los Fondos de Inversión
Social. Los subsidios de naturaleza económica se justifican si, en plazos definidos, se superan
las situaciones que le dieron origen. Ahí se incluyen fondos para la promoción de la forestación,
de la conservación y manejo adecuado de suelos, para renovación de cafetales, fondos para
promover la validación tecnológica y la diversificación productiva.
profasr 35
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Lo importante es considerar dentro del enfoque sistémico del Desarrollo Económico Local
al actor financiero que constituye uno de los ejes centrales para el logro de los propósitos
trazados por los diferentes actores del territorio, tanto a través de proyectos sociales como
de proyectos económicos.
Reflexión final N
El Desarrollo Económico Local requiere de creatividad, participación, estrategias
definidas y actitudes emprendedoras entre los diferentes actores económicos y sociales
locales para optimizar los recursos existentes en un territorio y generar las políticas
adecuadas para impulsar el crecimiento económico que dé lugar a la generación
articulada de políticas sociales que, en conjunto, incidan en la calidad de vida de la
población y fortalezca las alianzas público-privadas que brinden sostenibilidad a los
procesos productivos, comercializadores y a una adecuada vinculación al mercado
nacional y global.
1
Ampliar en la Ley y Reglamento de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, 2004.
2
El Desarrollo Económico Local no puede darse sin el financiamiento necesario. Por lo tanto, es
importante la presencia de bancos, financieras o cooperativas de ahorro y crédito en la región para
que fomenten el desarrollo económico local, facilitando créditos y microcréditos, para la inversión por
los agentes productivos locales.
3
Incluso el PNUD, en su Informe de Desarrollo Humano y las Metas del Milenio, señala los clusters que
considera necesarios de desarrollar para Guatemala.
3
No.
EJERCICIO
Instrucciones: Con base a los conceptos vertidos aquí y la
lectura acuciosa que usted realizó, por favor responda las
siguientes preguntas.
¿
actores principales del Desarrollo Económico Local, su actividad productiva, el tipo de
participación que tienen en la comunidad, sus objetivos, capacidades y recursos.
3. Investigue cómo está el gobierno central trabajando la generación de condiciones
y la transferencia de recursos entre los municipios, con el objetivo de fortalecer el
Desarrollo Económico Local y Regional. Busque otros colegas docentes en la Sede para
que, juntos, expliquen de manera sencilla cuál es el papel del gobierno con relación al
Desarrollo Económico Local.
4. Revise las condiciones básicas para el Desarrollo Económico Local aquí presentadas.
Con base en ello, evalúe qué condiciones se cumplen en la región donde se encuentra la
Sede Regional de la Universidad Rafael Landívar para promover el Desarrollo Económico
Local.
5. Explique cómo se pueden aprovechar las fortalezas del territorio (recursos naturales
y sociales) para iniciar o fortalecer procesos de desarrollo, propios de la región y
vinculados con el país y un mundo globalizado.
6. ¿Cómo se pueden dinamizar las instituciones públicas y/o privadas para promover la
facilitación y promoción del crecimiento económico, la productividad y competitividad
desde lo local?
7. Aprovechando las estrategias para el Desarrollo Económico Local, explique cómo podría
usted apropiarse de ellas y convertirlas en estrategia de enseñanza-aprendizaje desde
su ejercicio docente.
8. ¿Qué factores socioculturales y valores permiten la realización de actitudes innovadoras
o emprendedoras en la localidad y región a la que pertenece la Sede?
9. ¿Cómo podríamos aprovechar esos factores socioculturales y los valores para promoverlos
en el aula?
10. Elabore un perfil de un proyecto para impulsar el Desarrollo Económico Local en la
región donde se ubica la Sede, a partir de la alianza público-privada-Universidad para
someterlo a la consideración de los actores locales incentivando su participación.
profasr 37
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
4. Construcción de Modelos
de Desarrollo Local y Regional
Objetivo:
Sugerir lineamentos teóricos y metodológicos para la construcción de modelos
de Desarrollo Local de acuerdo a las características del país.
Reflexión inicial
Para impulsar el Desarrollo Local no existe un modelo único ni predeterminado. Todo
modelo que se genere para tal fin, será una construcción social participativa, donde los
actores sociales y económicos juegan un papel importante junto a las organizaciones,
instituciones y gobiernos locales. En su levantamiento, juegan un papel importante
la creatividad, las sinergias, la visión de corto, mediano y largo plazo así como el
compromiso con el desarrollo mismo. En todo caso, todo modelo es un tipo ideal,
la visión de la imagen objetivo de la situación a lograr con procesos sostenibles y
sustentables.
1. Definición de un modelo
A nivel general, es fácil encontrar definiciones de modelo como la que presenta la misma
WEB1 que define al modelo diciendo que es una conceptualización de un evento, un proyecto,
una hipótesis, el estado de una cuestión, que se representa como un esquema con símbolos
descriptivos de características y relaciones más importantes con un fin: ser sometido a
modelizacion como un diseño flexible, que emerge y se desarrolla durante el inicio de la
investigación como una evaluación de su relevancia. Ejemplos: la grafía del Ecosistema iniciada
con Park en la Ecología humana, que posteriormente se enfatizó más en el medio ambiente.
Según la Real Academia Española, el modelo deriva del italiano modello y hace referencia
a un arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo. Es la representación en
pequeño de alguna cosa. Constituye un esquema teórico, generalmente en forma matemática,
de un sistema o de una realidad compleja, como la evolución económica de un país, que se
elabora para facilitar su comprensión y el estudio de su comportamiento.
que se pretende conocer y explicar. El modelo, por lo tanto, es una construcción teórica que
puede utilizarse para llevarla luego a una simulación por medio de computadoras o a una
contrastación con los datos obtenidos de la práctica.2
Por el propósito de la presente unidad puede concebirse un modelo de Desarrollo Local que
implique los siguientes elementos:
GRÁFICO No. 1
profasr 39
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
De este modelo inicial, que supone en forma simple los elementos necesarios en el Desarrollo
Local, se deducen una serie de procesos, incorporando un conjunto de orientaciones y
componentes que, al desplegarlos simultáneamente, aseguran la participación de los diversos
agentes de desarrollo y, por lo tanto, la sostenibilidad.
GRÁFICO No. 2
La gestión es el impulso y promoción que se hace del Desarrollo Local, combinando la gestión
del desarrollo económico con el desarrollo social y desarrollo ambiental, tanto en el ámbito
urbano como rural. Tiene como meta alcanzar niveles adecuados de productividad y alcance
de la competitividad, mediante la optimización de los recursos locales.
En el modelo, todo descansa sobre la base social de la localidad, el territorio y la cultura que
se valorizan junto a los recursos naturales en el Desarrollo Local. De esa cuenta, se brindan
respuestas a las expectativas de la población, a través de beneficios directos en su calidad
de vida, desde su propia cosmovisión.
Un modelo representa lo que se quiere estudiar de modo más simple, centrándose en los aspectos
que se consideran importantes del fenómeno y dejando los detalles de lado. El modelo es un
instrumento para reflejar, a través de un esquema, un fenómeno y que no es el fenómeno en sí, que
es mucho más dinámico. El modelo es únicamente su representación y explicación. Un modelo
muestra la estructura de todo aquello que ha sido moldeado y debe ser comprensible, general,
predecible, simple, aprobado por hechos y verificable.
profasr 41
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Un modelo se llega a concebir como puede imaginarse la gestión del Desarrollo Local en la
práctica, a partir de las sinergias entre sus actores. Para ilustrar dicha situación de manera
integral, se ha elegido como ejemplo el modelo de Desarrollo Local propuesto por Giancarlo
Canzanelli3, sin pretender que se considere el más completo o el único. Dicho modelo es
el siguiente:
GRÁFICO No. 3
El modelo propuesto se concibe como la Carta del Desarrollo Económico Local e incluye
varios círculos con sus respectivos componentes. Así incluye el Círculo de las Metas donde
destacan la equidad, el medio ambiente, la gobernanza o gobernabilidad y el bienestar.
En el Círculo de los Problemas se ubica el potencial económico local e infraestructura, las
fuentes de inversión, los roles de relaciones entre los actores locales con actores externos,
el patrimonio de inteligencia y conocimiento. En cada uno de esos componentes hay una
serie de factores más operativos que viabilizan cada uno de los problemas fundamentales
del Desarrollo Local. En el Círculo del Capital se incluye el capital financiero, el capital social,
el capital humano y el capital físico.
La interrelación de esos componentes del modelo plantea las bases, actores, y metas del
Desarrollo Local concebido, por el autor, como desarrollo humano territorial y que brinda
un aporte fundamental al proceso que se ha venido planteando desde la primera unidad de
este módulo.
Este modelo se complementa con otros factores que son necesarios señalar como las políticas
del Desarrollo Local:
GRÁFICO No. 4
profasr 43
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Las estrategias de combate a la pobreza parten del hecho de invertir en capital humano, a
través de mejorar el acceso y los servicios educativos, a la vez de la generación de empleo
que permita la obtención de trabajo e ingresos adecuados para la subsistencia y la búsqueda
de la participación de la población en procesos y proyectos autogestionarios.
De esa cuenta, el Desarrollo Local necesita estar vinculado al nivel macroeconómico, al nivel
meso, al nivel meta y al nivel microeconómico, articulando en todos ellos las condiciones para
favorecer y facilitar la acción de los agentes productivos locales.
actores
profasr 45
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
En cualesquiera que sean los modelos, hay dos componentes que deben estar muy presentes:
los factores condicionantes de la competitividad sistémica del Desarrollo Local y las sinergias
entre actores y capital social, tal como lo plantea Alburquerque.5
GRÁFICO No. 6
Del modelo, sus políticas, sus niveles y ventajas, el Desarrollo Local llega a establecer
infinidad de sinergias entre los actores del proceso. De esa cuenta puede imaginarse un
proceso dinámico como el que se presenta en la siguiente página.
GRÁFICONo.
GRÁFICO No.7 7
6
profasr 47
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Las sinergias entre actores constituyen un potencial valioso para impulsar procesos conjuntos
de Desarrollo Local, orientados por sus objetivos, valores y recursos de la localidad, expresados
en la cultura, en la vida cotidiana y en las innovaciones propuestas en los planes estratégicos.
Los objetivos conllevan la búsqueda de la eficiencia institucional, la competitividad empresarial
y mediante sus alianzas y acciones estratégicas, el impulso de la cohesión social, la
productividad y la conservación de los recursos, a partir del manejo adecuado del entorno
político, económico, social y cultural, en el ámbito local, nacional y global.
El siguiente gráfico nos sintetiza los factores claves que intervienen en el Desarrollo Local
en una forma sistémica.
GRÁFICO No. 8
El fortalecimiento y manejo estratégico de los factores clave para el Desarrollo Local confirman
que el proceso es dinámico, que no es autosatisfecho y que necesita de un monitoreo constante
para orientar las estrategias claves y emprender procesos innovadores para fortalecer cada
factor con su propia dinámica y potencializarla hacia los objetivos definidos.
GRÁFICO No. 9
profasr 49
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Reflexión final N
El Desarrollo Local no tiene un modelo único, por lo que lo expuesto en la
presente unidad, debe considerarse como una serie de elementos básicos de
un modelo, que puede construirse en forma dinámica.
Cada región localidad tiene que ir generando su propio modelo de desarrollo
a partir de la identificación de sus recursos, la valorización del territorio y sus
potencialidades y a los valores prevalecientes en la interrelación entre sus
actores.
1
En: http://encyclopedie-es.snyke.com/articles/modelo.html
2
En: Embi.Eumed.net
3
Presentado en el Seminario Internacional Desarrollo Económico Local, realizado por el Departamento
de Estudios de Posgrado de la Escuela de Trabajo Social de la USAC, en noviembre de 2004.
4
Gallicchio, E. y Camejo, A. Desarrollo Local y Descentralización en América Latina. Productora Editorial.
Uruguay 2005. Pág.66
5
Alburquerque, F., (2003). Desarrollo Económico Local: Estrategia de Cooperación Público-Privada.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas Instituto de Economía y Geografía. Madrid. En:
http://www.infomipyme.com/Docs/GT/sidel/ponencias/albuquerque.htm
6
Elaboración propia.
No.
4
EJERCICIO
Instrucciones: Con base a los conceptos vertidos aquí y la
lectura acuciosa que usted realizó, por favor responda las
siguientes preguntas.
1. ¿Qué factores son los que necesitamos identificar para poder definir un modelo de
Desarrollo Local?
¿
2. Identifique una experiencia de una localidad (región, municipio o mancomunidad)
y, tomando como base todos los ejercicios realizados hasta aquí además de los
contenidos de esta unidad, explique si se puede identificar los elementos de algún
modelo de Desarrollo Local.
4. ¿Qué puede hacer la URL, como actor integrado a la comunidad local y regional
donde se encuentra para desarrollar propuestas de desarrollo local?
profasr 51
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Reflexión inicial
De las múltiples experiencias existentes en el mundo sobre Desarrollo Local,
específicamente sobre el desarrollo económico local, los aprendizajes orientan a la
necesidad de impulsar mayor participación social, a promover las alianzas entre los
distintos actores locales, públicos y privados, nacionales e internacionales, con el
propósito de obtener mejores condiciones de vida y optimizar los recursos existentes,
tratando de lograr los niveles de productividad que permitan generar empleo, combatir
la pobreza y alcanzar un Desarrollo Local sostenible, que pueda fortalecer la vinculación
con los mercados nacionales y globales, humanizando el desarrollo y favoreciendo las
sinergias entre actores.
Se pretende contribuir a la mejor comprensión de los contenidos planteados en las
unidades anteriores con la presentación de algunos casos seleccionados, tanto a
nivel internacional como nacional, para comprender las potencialidades del Desarrollo
Local como modelo viable en todo el mundo, con resultados diversos, de acuerdo a la
concepción del cambio esperado, a los componentes y actores que se involucran, a las
sinergias que se configuran, al uso óptimo de los recursos y la sostenibilidad derivada
de su gestión, así como de las alianzas estratégicas entre instituciones públicas y
privadas.
La reflexión de las lecciones aprendidas en diversos casos es importante y reafirma
los conceptos desarrollados en las unidades anteriores pero también confirman que
no hay modelos únicos, ni procesos comunes, sino elementos, fases necesarias y,
dependiendo de la valorización del territorio, la cultura, la interrelación dinámica entre
actores y agentes productivos, así como a las iniciativas emprendedoras e innovaciones
tecnológicas, así serán los resultados obtenidos. De ellos dependen los beneficios
sociales que se generan en los ámbitos local y regional, como nacional y la vinculación
que se alcance con lo global.
Dentro de sus aspectos fundamentales se plantea que los seres humanos constituyen el centro
de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible, aduciendo que el derecho
al desarrollo debe ejercerse de forma tal que responda equitativamente a las necesidades de
desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras, contribuyendo a erradicar la
pobreza. El alcance de una mejor calidad de vida conlleva eliminar las formas de producción
insostenibles, con la participación de los ciudadanos y la responsabilidad del Estado para
promocionar un sistema económico internacional favorable y abierto que lleve al crecimiento
económico y desarrollo sostenible de todos los países, para lo cual se atribuye un papel
fundamental a la ordenación del medio ambiente y el desarrollo. Todo esto, con relación a las
poblaciones indígenas y comunidades. Para ello, los Estados deben reconocer y apoyar su
identidad, cultura e intereses y lograr su participación efectiva en el desarrollo sostenible.
profasr 53
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Dentro del planteamiento de principios y objetivos ponen al ser humano también al centro
del desarrollo y fijan la orientación de la economía desde los gobiernos para satisfacer sus
necesidades con responsabilidad a través de las generaciones presentes y futuras, por medio
de políticas económicas sólidas y de base amplia. Además, promulga promover la democracia,
la dignidad humana, la justicia social y la solidaridad, así como la tolerancia, la eliminación de
la violencia, el pluralismo y la no discriminación, además del respeto a la diversidad.
Considera que para tener éxito en el combate a la pobreza es necesario que haya crecimiento
económico y mejorar la calidad del recurso humano así como realizar acciones que mejoren
las oportunidades económicas de los más desfavorecidos mediante una política social. La
democracia y el desarrollo económico y social no son sostenibles si no se conserva el medio
ambiente y los recursos naturales. Pretende estimular la creciente participación del sector
privado y el pleno desarrollo de su capacidad creativa, para la dotación de servicios a los
grupos más necesitados y aumentar la productividad y competencia, así como para mitigar
la pobreza.
profasr 55
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Aspectos relevantes. Analiza los cambios derivados de la crisis del fordismo en la zona
industrial donde se encuentra Montreal, dando lugar a la emergencia de nuevos sectores de
alta tecnología. Las acciones colectivas adquieren una forma comunitaria y popular, con un
liderazgo local, creando sinergias y alianzas con otros sectores comerciales e industriales,
mostrando por qué los actores del Desarrollo Local no pueden aislarse y limitarse a los
recursos endógenos y cómo, explorando vías estratégicas susceptibles de atraer inversiones
económicas mayores, conducen a logros económicos significativos a partir de innovaciones
sociales.
Actores involucrados. Corporaciones de Desarrollo Comunitario, actores sociales, agentes
productivos, comerciantes, industriales, bancos, empresas públicas y privadas.
Descripción de la experiencia. La crisis del fordismo puso en evidencia los cambios profundos
en la zona industrial nororiental de América del Norte, donde se encuentra Montreal. Muchas
empresas cerraron sus puertas buscando regiones más competitivas o cesar las actividades
productivas. La crisis trajo desempleo, la terciarización de la economía, pero también la
emergencia y el crecimiento de sectores nuevos, de alta tecnología. Estos sectores fueron
la aeronáutica, las telecomunicaciones y la industria biofarmacéutica. Lo cual permitió
reencontrarse con los senderos del crecimiento, con un nuevo universo productivo, pero
también social y político donde se asocian, en el marco de un territorio regional, el saber
tecnológico y científico, las organizaciones socio-políticas y las empresas.
Las comunidades locales elaboran estrategias para ofrecer ventajas comparativas que van
desde la oferta de mano de obra barata y de reglamentaciones poco exigentes, como en el
caso de una maquiladora, hasta la existencia de un medio humano, institucional y empresarial
de alta calidad. En el fondo, las nuevas reglas de la competitividad ponen el espacio en el
centro de las estrategias postfordistas de competitividad y rentabilidad.
El Tecnopolo Angus: una acción colectiva de lucha por el empleo de origen comunitario.
El principal objetivo de este proyecto es el de crear un parque industrial que actúe como
locomotora del desarrollo de toda la zona. Se trata, pues, de una experiencia voluntaria de
reconversión. El instigador y principal actor del proyecto es una organización del medio,
es decir, por la colectividad local. Se trata de la Sociedad de Desarrollo Angus (Société de
Développement Angus, SDA). Los Talleres Angus constituían un gran complejo industrial
que pertenecía a la compañía Canadian Pacific Rail (C.P.). El cierre de Angus planteó el
problema de la reconversión del sector y, por supuesto, del sitio en el cual la fábrica trabajaba.
Después de la compra de la mitad del terreno por diez millones de dólares canadienses, se
define la conformación de un parque de empresas concebido a partir de los conceptos de
distrito industrial así como de medios innovadores y que el proyecto sería dirigido por una
corporación independiente, representativa del medio: la Sociedad de Desarrollo Angus (SDA).
Para financiar el proyecto, la SDA hace un llamado a los principales actores económicos
y sociales del medio local: bancos, empresas públicas y privadas, organizaciones y, por
supuesto, la CDEC.
profasr 59
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
La estrategia adoptada por la SDA se basa en la movilización de los activos que representa
la comunidad en cuanto a su dotación social y organizacional para contrarrestar la tendencia
natural de las empresas a emplazarse en las zonas periféricas. Es una estrategia proactiva
apoyada en el liderazgo de las organizaciones locales, creando condiciones que favorecen
la innovación, las interrelaciones y el aprendizaje colectivo que crea redes de cooperación
entre las empresas. Se han creado importantes lazos con instituciones del medio local en
el barrio mismo, pero también con instituciones que no son locales pero que participan en el
Desarrollo Local, como las universidades y los centros de formación profesional. También
se han involucrado diversos organismos sindicales.
Conclusión
El proyecto lleva a redefinir el sentido mismo de la noción de local en la medida que
se ha estructurado una red de solidaridad y cooperación que va mucho más allá del
barrio. Su impacto se hace sentir en el conjunto de la ciudad. Lo local y lo global
no están desvinculados y las comunidades locales pueden actuar dando una cierta
orientación a las fuerzas del mercado, dándole pluralidad a la reconversión a la
nueva economía y, por consiguiente, a la metropolización. En lo territorial, esto se
traduce en una visión estratégica pluralista donde tienen cabida tanto los proyectos
del capital financiero, como aquellos que provienen de la sociedad civil.
Contexto. Situado en la parte occidental del país, el Estado de Jalisco tiene una superficie
de 80,836 kilómetros cuadrados, lo que equivale al 4% del territorio nacional. Su población
es de 6,400,000 habitantes, con un PIB regional que equivale al 7% del PIB nacional y un
PIB per cápita de 3,548 dólares en 1999. Jalisco es uno de los estados más importantes del
país, por su contribución al producto nacional, por la diversidad de su sistema económico, sus
actividades agropecuarias e industriales tradicionales, albergando numerosas industrias de
tecnología de punta, incluyendo las más importantes compañías de electrónica del mundo.
profasr 61
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Por otra parte, para modificar el tradicional esquema centralizado de creación de instrumentos
y toma de decisiones, la nueva administración pública del estado alentó la participación de
todos los sectores de la sociedad local. La participación de la sociedad local no se detiene
en la formulación de las propuestas, sino que continúa durante la puesta en marcha y
seguimiento de los programas.
profasr 63
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Lecciones aprendidas. Jalisco, uno de los estados más industrializados del país y, al mismo
tiempo, el que más aporta al PIB agropecuario de México, ha vivido recientemente una
experiencia singular de Desarrollo Local que logra combinar la política de fomento productivo
basada en la atracción de inversiones extranjeras y tecnología electrónica de punta con el
apoyo a las actividades tradicionales basadas en la microempresa y la pequeña empresa.
Conclusión
Propiciar el establecimiento de pactos territoriales que velen por el Desarrollo Local,
es importante e incluye la consolidación de las sinergias entre los actores locales,
productivos y sociales, públicos y privados a fin de que la alternancia política no
tire por la borda los avances alcanzados en estos procesos de Desarrollo Local
participativo y de descentralización innovadora.
profasr 65
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Los actores y sus sinergias. Desde los noventa se consolida la estrategia de Desarrollo
Económico Local gracias al papel activo del nuevo gobierno municipal que asumió en 1991. Se
abordó conjuntamente con el sector productivo local, la promoción de las pequeñas y medianas
empresas y la construcción de un entorno local favorable a la cooperación de instituciones y
actores relacionados con el Desarrollo Local, como la educación, la innovación tecnológica,
el empleo, la información empresarial y la búsqueda de mercados externos.
El Plan Estratégico para Rafaela constituye un paso importante liderado por la Municipalidad,
definiendo de manera concertada y participativa la planificación del crecimiento de la ciudad.
La visión definida es potenciar a Rafaela como centro productivo regional con proyección
internacional, desarrollándola como núcleo de capacitación y tecnología, reforzando su
identidad cultural emprendedora y garantizando el equilibrio urbano y la calidad ambiental
y de vida. En 1997 surge el Instituto de Capacitación y Estudios para el Desarrollo Local
(ICEDeL), fortaleciendo la interacción entre el Estado y la sociedad civil, y colaborando en el
proceso de transformación del nuevo Estado municipal.
El Programa de Formación Dirigencial. El Plan Estratégico para Rafaela (PER) definió entre
las prioridades, la realización de programas tendientes a fortalecer el entramado institucional
local, sobre la base de que una sociedad civil fuerte da como resultado una participación activa
de las instituciones en la toma de decisiones estratégicas para la comunidad, principalmente
en la definición del plan de mercado.
profasr 67
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Conclusiones
La articulación entre el sector privado empresarial y el gobierno municipal ha
iniciado una experiencia innovadora y sostenible; requiere ser fortalecida con
la vinculación e integración del resto de las entidades territoriales relevantes, en
especial del sector educativo y de investigación tecnológica, para profundizar un
contexto sistémico de competitividad territorial. El liderazgo del proceso es clave
para tener la capacidad de lograr el consenso, generar el diálogo, relacionar, manejar
los conflictos y escuchar.
Aspectos relevantes. Los actores locales pertenecen en su mayoría a la etnia Q’eqchi’. Han
desarrollado infraestructura turística y ampliado los servicios ya existentes en las cadenas de
servicios básicos como alimentación, hospedaje, camping y venta de artesanías, generando
empleo para hombres y mujeres de la comunidad.
Actores. Actores sociales organizados a nivel local, Universidad Vanderbilt, Universidad del
Valle de Guatemala, Cuerpo de Paz, USAID, AGIL, INTECAP, Ministerio de Cultura y Deportes
y agencias de cooperación.
El nombre de “Puerta al Mundo Maya” sirve para denominar la ruta turística ubicada entre el
municipio de Chisec, Alta Verapaz y el límite sur de Sayaxché, Petén. La ruta comprende los
destinos de Lagunas de Sepalau, Cuevas de Jul Iq’/Bombil Pek, Cuevas de Candelaria y el
sitio arqueológico de Cancuén, y aspira a promover la conservación y el desarrollo comunitario
de la zona.
Sinergias entre actores. Hasta hace un par de años, los habitantes de Chisec se dedicaban
al cultivo de su milpa, y a algunas actividades artesanales. Vivían en un municipio inaccesibe,
con caminos sin asfaltar y a pesar de sus atractivos turísticos, no desarrollaban una actividad
turística significativa. Un grupo de voluntarios del Cuerpo de Paz identifica alternativas viables
para el desarrollo económico de las comunidades Q’eqchi’ de la zona. Revelado el potencial
ecoturístico de la zona, los pobladores se organizan en Asociaciones de Turismo y Desarrollo
por comunidad y gestionaron el apoyo de otras organizaciones, como AGIL/USAID, logrando
capacitación que les permite administrar la ruta diseñada desde el año 2001.
El sitio arqueológico Cancuén cuenta con servicios turísticos básicos, pero se encuentra en
proceso de restauración e investigación y las comunidades cercanas en vías de capacitación,
por lo que aún no se ha abierto oficialmente al público. Asimismo, en la primera mitad del
2003 se iniciaron los trabajos de organización y capacitación en comunidades asociadas
a las Cuevas de Candelaria, para ser incluidas dentro de la ruta. Se está negociando la
co-administración de sus cuevas entre las comunidades locales y el Ministerio de Cultura y
Deportes.
Fortalezas
• Las Asociaciones de Turismo y Desarrollo Integral han contribuido a aumentar la cohesión
social y la capacidad de gestión de las comunidades.
• Los miembros (hombres y mujeres) de las Juntas Directivas han mejorado su capacidad de
elaboración de diagnósticos comunitarios y de propuestas de proyectos de desarrollo.
• Los actores locales están invirtiendo recursos propios.
• Las actividades turísticas tienden a diversificar los ingresos de la economía local y están
generando empleos.
• Las utilidades generadas han apoyado el mejoramiento de la infraestructura y/o la
creación de un sistema local de créditos.
• Los destinos ecoturísticos de la ruta ya son reconocidos en el mercado nacional.
Debilidades
• Las comunidades aún requieren del acompañamiento de los voluntarios del Cuerpo de
Paz para la gestión de recursos.
• Los servicios en los diferentes sitios turísticos aún son limitados.
• En algunas comunidades existen conflictos por la tenencia de la tierra.
• No hay apoyo y compromiso del actor municipal.
Resultados
• Se han creado negocios comunitarios para la prestación de servicios al turismo manejados
por las asociaciones locales y se ha fortalecido la fabricación de artesanías con recursos
locales.
profasr 71
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Lecciones aprendidas. Las comunidades han sido capaces de apropiarse de las bondades
de su patrimonio territorial y han optado por organizarse y emprender acciones innovadoras
para articular esfuerzos junto a otros actores para desarrollar sus comunidades, aprovechando
los recursos naturales con potencial turístico.
Conclusión
El potencial turístico de la zona es importante y la organización social al convertirse
en actores productivos de bienes y servicios para el turismo puede generar empleo y
mejorar las condiciones de vida de la población; al mismo tiempo, logra el desarrollo
en el territorio y conforma alianzas estratégicas que involucren a todos los actores
institucionales públicos y privados, nacionales e internacionales, facilitando la
promoción de los servicios en el mercado internacional.
Es en 1996 que surge el denominado Grupo Gestor, iniciativa novedosa, en la que un grupo
representativo de la sociedad local, se plantea el diseñar proyectos de inversión de largo plazo,
poniéndolos a disposición de inversionistas privados y estatales, con el interés fundamental
de generar empleo sostenible.
Alcances. Los alcances de esta iniciativa son sumamente importantes: tanto para los
procesos de Competitividad Nacional como para los procesos de descentralización económica,
orientando sus esfuerzos a:
• Dinamizar la economía local y regional, potenciando las fuentes de riqueza del
territorio.
• Facilitar la articulación de la demanda y la oferta de productos y servicios a nivel local,
nacional e internacional.
• Incrementar el nivel de producción y productividad local.
• Estimular la transformación de recursos para lograr mayor valor agregado a los
mismos.
• Fomentar y fortalecer el empleo, para aumentar los ingresos y la calidad de vida de la
población.
• Realizar un proceso de concertación para la integración y consolidación de actores y
sectores públicos y privados identificados como participantes directos (sector privado,
la municipalidad, la academia) y/o como aliados estratégicos.
• Promover la participación ciudadana con esquemas propositivos que motivan alianzas
estratégicas entre el sector privado, la municipalidad, la academia y otros grupos y
personas claves en el municipio.
• Coadyuvar al fortalecimiento técnico y financiero de su respectiva Municipalidad, como
entidad responsable de promover mejores condiciones de vida para la población.
• Impulsar mejores condiciones socio políticas a nivel local, por los niveles de participación
e involucramiento de la población en proyectos de beneficio general.
Conclusión
Los sectores empresariales pueden jugar un papel importante en la búsqueda de
alianzas con los otros sectores de la localidad y emprender experiencias innovadoras
en beneficio del desarrollo económico y social, generando investigaciones,
planificaciones estratégicas y alternativas de acción que viabilicen la concertación
social y eleven los niveles de competitividad local, apostando por procesos
sostenibles e integrales que permitan dinamizar la economía local y regional,
potenciando las fuentes de riqueza del patrimonio territorial.
profasr 75
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Reflexión final N
Las diferentes experiencias de Desarrollo Local, expuestas tanto a nivel internacional
como nacional, muestran las potencialidades de esta estrategia para asumirse
en forma integral, concertada y participativa. En el ámbito local las alianzas
estratégicas entre actores sociales y productivos son fundamentales para superar
las desigualdades, a través de la generación de empleo, mediante iniciativas
emprendedoras, simples o complejas, que llevan incluso a hacer atractiva la
localización de empresas nacionales e internacionales, con el consabido beneficio
para la población que tiene la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida.
5
No.
EJERCICIO
Instrucciones: Con base a los conceptos vertidos aquí y la
lectura acuciosa que usted realizó, por favor responda las
siguientes preguntas.
1. ¿Qué factores son los que necesitamos identificar para definir un modelo de
¿
Desarrollo Local?
4. ¿Qué puede hacer la URL, como actor integrado a la comunidad local y regional
donde se encuentra para desarrollar propuestas de desarrollo local?
profasr 77
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Ejercicio de cierre
Por favor revise todos los ejercicios realizados a lo largo de todas las
unidades. Examine el perfil del proyecto para impulsar el desarrollo
local y diseñe la estrategia para llevarlo a la práctica, tomando en
cuenta la misión y visión de la URL y las necesidades de la región
e identifique las fortalezas y debilidades existentes para obtener los
resultados deseados en el corto, mediano y largo plazo.
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DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
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profasr 83
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Glosario
profasr 85
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Equidad Incidencia
Trato justo de todos los seres humanos guiado Influencia o efecto de una acción o proceso en
por la consideración de lo que cada uno merece. otro, que sobreviene después de realizados y
Propensión a dejarse guiar, o a fallar, por el se manifiesta en los procesos sobre los que se
sentimiento del deber o de la conciencia, sin perder ejerció la acción.
de vista los derechos y la dignificad humana.
Endógeno L
Desarrollo que se origina por la convergencia de Local
causas y factores internos a una localidad. Relativo a un territorio, comarca o un país,
municipio, aldea, caserío o región, que hace
Estrategia diferencia con el ámbito nacional.
Curso de acción o proceso que conduce a la
toma de decisiones dinámicas requeridas en cada
momento que conducen a un fin determinado. M
Mancomunidad
Corporación o entidad legalmente constituida por
G la alianza por la agrupación de varios municipios.
Global Estrategia que empieza a impulsarse en el país
Se refiere al globo terráqueo en general. para tratar de enfrentar los problemas comunes en
Comprende el ámbito de acción mundial en su varios municipios y lograr el desarrollo mediante la
conjunto. acción de sus respectivas municipalidades.
Gobernabilidad Mercado
Conjunto de condiciones que facilitan y permiten Lugar o ámbito destinado para vender, comprar o
hacer gobernable una nación. Con esas permutar bienes o servicios. Refiere el conjunto de
condiciones la conducción política y la toma de actividades realizadas libremente por los agentes
decisiones preventivas y punitivas contribuyen al económicos sin intervención del poder público.
desarrollo económico y social de un país. Conjunto de operaciones comerciales que afectan
a un determinado sector de bienes. Plaza o país
Gestión social de especial importancia o significación en un orden
Acción de administrar los recursos en un contexto comercial cualquiera. Conjunto de consumidores
determinado e impulsar acciones para lograr el capaces de comprar un producto o servicio.
profasr 87
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
Productividad
Solidaridad
Rendimiento alcanzado en una unidad productiva
Adhesión circunstancial a las causas de otros
con base a las capacidades humanas, físicas
sectores o actores. Valor social que facilita el
y tecnológicas que se obtiene al comparar lo
compartir con otros en igualdad de condiciones,
producido y los medios empleados, tales como
para que logren sus objetivos o superen
mano de obra, materiales o energía en un ámbito
sus necesidades o problemas temporales o
agrícola, industrial, etc.
permanentes.
Planificación estratégica
Conjunto de acciones decididas para prever Sostenibilidad
situaciones y optimizar rendimientos en plazos Resultado de un proceso capaz de sostenerse a sí
de-terminados y visionarios, para las diferentes mismo en el tiempo y en el espacio, de acuerdo a
fases y objetivos previstos. las decisiones y acciones emprendidas.
Prioridad
Preferencia que se da a una acción con relación T
a otras, debido a su importancia, emergencia,
Territorio
co-bertura o incidencia en las formas de vida y
Porción de la superficie terrestre perteneciente
metas individuales o colectivas.
a una nación, región, provincia, que comprende
una jurisdicción, haciendo referencia a un lugar
R concreto, geográficamente determinado, cuya
Reconversión administración se circunscribe a través de normas
Reestructura de procesos económicos, sociales, e instituciones específicas, de acuerdo a la
organización social.
Tecnología
Conjunto de teorías y de técnicas que permiten
el aprovechamiento práctico del conocimiento
científico en los procesos sociales y económicos,
que incorpora un conjunto de los instrumentos
y procedimientos en un determinado sector o
producto.
V
Valores culturales
Principios, normas o cualidades que caracterizan
las distintas formas de vida existentes y las
acciones humanas, normando las actitudes y
comportamientos a nivel social, en lo individual
y colectivo, que se constituyen en factores
importantes de los procesos de desarrollo,
caracterizando a grupos humanos, de acuerdo
a su conformación económica, social, política y
cultural.
Valorización de recursos
Agregar importancia a los recursos que se utilizan
en un proceso económico o social determinado,
que al ser tratados de una manera aumenta su
valor.
profasr 89
Políticas
públicas
para el desarrollo
local y regional
Políticas
públicas
para el desarrollo
local y regional
J. Emilio Graglia
Graglia, J. Emilio
Políticas públicas para el desarrollo local y regional. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
ACEP Asociación Civil Estudios Populares, 2014.
160 p. ; 30x21 cm.
ISBN 978-987-21839-5-0
© Konrad-Adenauer-Stiftung
Suipacha 1175, piso 3º C1008AAW
Ciudad de Buenos Aires
República Argentina
Tel: (54-11) 4326-2552
www.kas.de/argentinien/es/
[email protected]
© ACEP
Libertad 417, 2º piso
C1011AAI
Ciudad de Buenos Aires
República Argentina
www.acep.org.ar/
[email protected]
ISBN: 978-987-21839-5-0
Impreso en Argentina
Diciembre 2014
PRÓLOGO......................................................................................................................................................... 9
PRESENTACIÓN.............................................................................................................................................11
APARTADO Nº 1:
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL...............................................................................15
CAPÍTULO I:
DESARROLLO INTEGRAL...........................................................................................................................17
1. Los valores del desarrollo integral.................................................................................................17
1.1. El valor de la verdad...................................................................................................................19
1.2. El valor de la libertad..................................................................................................................19
1.3. El valor de la justicia...................................................................................................................20
1.4. El valor de la solidaridad...........................................................................................................21
2. Las condiciones del desarrollo integral.......................................................................................21
2.1. Representatividad.......................................................................................................................23
2.2. Rendición de cuentas ...............................................................................................................25
2.3. Receptividad política.................................................................................................................27
2.4. La legitimidad democrática, origen y desempeño de los gobiernos.......................29
CAPÍTULO II:
NUEVO MUNICIPALISMO PARA EL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL.....................................33
1. Un nuevo municipalismo.................................................................................................................33
1.1. De los servicios urbanos al desarrollo local......................................................................33
1.2. La tercera ola del municipalismo..........................................................................................35
2. Los componentes del desarrollo local y regional...................................................................38
2.1. Capital físico.................................................................................................................................39
2.2. Actividad económica.................................................................................................................40
2.3. Capital humano...........................................................................................................................41
2.4. Capital social................................................................................................................................43
2.5. Gestión de recursos financieros............................................................................................44
2.6. Capacidad institucional............................................................................................................45
2.7. Transparencia...............................................................................................................................46
2.8. Participación política.................................................................................................................47
5
J, Emilio Graglia
CAPÍTULO III:
POLÍTICAS PÚBLICAS PARA EL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL............................................49
1. ¿Qué son las políticas para el desarrollo local y regional?....................................................49
2. Un Estado como responsable principal.......................................................................................52
2.1. Planeamiento estratégico y políticas de Estado..............................................................52
2.2. Proyectos y actividades ............................................................................................................53
2.3. Gobierno y administración pública......................................................................................54
3. La sociedad local y regional como destinataria y partícipe..................................................57
3.1. Necesidades locales y regionales, demandas y problemas.........................................57
3.2. Sociedad local y regional, Estado y mercado....................................................................60
3.3. La persona humana en la sociedad local y regional.......................................................61
APARTADO Nº 2:
ANÁLISIS Y DISEÑO DEL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL......................................63
CAPÍTULO I:
ANÁLISIS DE POLÍTICAS PARA EL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL.......................................65
1. Introducción.........................................................................................................................................65
2. Pasos del análisis.................................................................................................................................67
2.1. Necesidades a satisfacer y problemas a resolver ...........................................................67
2.2. Planes, programas o proyectos existentes........................................................................69
2.3. Planes, programas o proyectos “sobrantes” y “faltantes”..............................................71
2.4. Crítica y recomendaciones......................................................................................................73
CAPÍTULO II:
DIAGNÓSTICO DE POLÍTICAS PARA EL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL............................77
1. Introducción ....................................................................................................................................77
2. Fases del diagnóstico........................................................................................................................79
2.1. Enumerar y jerarquizar las necesidades locales y regionales.....................................79
2.2. Enumerar y priorizar los problemas locales y regionales.............................................81
2.3. Enumerar las alternativas .......................................................................................................84
2.4. Seleccionar las posibles............................................................................................................86
3 La participación sectorial y ciudadana en el diagnóstico....................................................89
CAPÍTULO III:
DECISIÓN DE POLÍTICAS PARA EL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL......................................93
1. Introducción..........................................................................................................................................93
2. Fases de la decisión.............................................................................................................................95
2.1. Valorar los criterios del diagnóstico......................................................................................95
2.2. Determinar la agenda gubernamental................................................................................97
2.3. Planear los objetivos............................................................................................................... 100
2.4. Planear las actividades........................................................................................................... 102
3. La representatividad gubernamental en la decisión........................................................... 104
6
Políticas públicas
APARTADO Nº 3:
GESTIÓN Y EVALUACIÓN DEL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL............................107
CAPÍTULO I:
DIRECCIÓN DE POLÍTICAS PARA EL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL................................ 109
1. Introducción....................................................................................................................................... 109
2. Fases de la dirección........................................................................................................................ 111
2.1. Implantar los planes, programas y proyectos decididos........................................... 111
2.2. Operar los planes, programas y proyectos decididos................................................. 113
2.3. Analizar lo ejecutado.............................................................................................................. 115
2.4. Corregir la ejecución............................................................................................................... 118
3. La productividad en la dirección................................................................................................. 120
CAPÍTULO II:
DIFUSIÓN DE POLÍTICAS PARA EL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL.................................. 123
1. Introducción....................................................................................................................................... 123
2. Fases de la difusión........................................................................................................................... 125
2.1. Informar las actividades planificadas o ejecutadas..................................................... 125
2.2. Divulgar las actividades planificadas o ejecutadas...................................................... 127
2.3. Analizar lo comunicado......................................................................................................... 130
2.4. Corregir la comunicación...................................................................................................... 132
3. La transparencia en la difusión.................................................................................................... 134
CAPÍTULO III:
EVALUACIÓN DE POLÍTICAS PARA EL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL............................ 139
1. Introducción....................................................................................................................................... 139
2. Pasos de la evaluación..................................................................................................................... 141
2.1. Medición del impacto deseado........................................................................................... 141
2.2. Medición del impacto logrado............................................................................................ 142
2.3. Comparación de los impactos (deseado y logrado).................................................... 144
2.4. Crítica y recomendaciones.................................................................................................... 146
BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................................................ 149
7
PRÓLOGO
Desde los inicios de este siglo, la Fundación Konrad Adenauer (KAS) y la Asociación Civil Estudios
Populares (ACEP) trabajan en conjunto con el objetivo de realizar los principios y valores del huma-
nismo cristiano. Nuestras instituciones creen firmemente en el respeto a la dignidad humana y en la
búsqueda del bien común, y es sobre la base de esos principios fundacionales que defienden la ver-
dad, la libertad, la justicia y la solidaridad como valores éticos de la vida social, política y económica.
Por eso ambas instituciones han elaborado e implementado cientos de conferencias, congresos, di-
plomados, cursos y seminarios, en asociación con distintos gobiernos locales y provinciales de la Ar-
gentina y con diversas organizaciones no gubernamentales, sindicatos, asociaciones empresariales,
universidades y centros de investigación, siempre buscando el fortalecimiento de las instituciones
republicanas y democráticas.
Uno de nuestros ejes temáticos más destacados ha sido la formación y capacitación en diseño y
gestión de políticas públicas en general y, particularmente, de políticas para el desarrollo local y
regional. A través de sus actividades, ACEP y KAS han facilitado el encuentro entre gobernantes y
administradores públicos, dirigentes partidarios y sectoriales, acercando enfoques teóricos y meto-
dologías prácticas a favor de la verdad dialogada, la libertad responsable, la justicia incluyente y la
solidaridad activa.
En los encuentros que organizamos, los dirigentes políticos y sociales intercambian conocimientos
y experiencias entre ellos y también con los expertos que forman parte de nuestros equipos de con-
sultores, formadores y capacitadores. De esa manera, tratamos de acercar el “saber” propio de los
ámbitos científicos y académicos con el “hacer” característico de la vida política y económica. Uno de
ellos es el Dr. J. Emilio Graglia, autor del libro que prologamos en esta ocasión.
Actualmente es integrante el Comité Académico de ACEP y coordinador de la Red KAS para el munici-
palismo y la regionalización. En ese marco coordina el “Diplomado Konrad Adenauer para Gobiernos
9
J, Emilio Graglia
Locales”, que se ha dictado en la ciudad de San Francisco (Córdoba) en 2012 y 2014 y en la ciudad de
San Juan en 2013. También coordina el “Diplomado Políticas Municipales para el Bien Común” que se
ofrece todos los años mediante el campus virtual de ACEP.
Además, en 2012 publicamos el libro de su autoría En la búsqueda del bien común. Manual de políticas
públicas, que se ha convertido en una referencia bibliográfica en diversas universidades iberoame-
ricanas. El año pasado publicamos tres Cuadernos de Trabajo (CdT) sobre análisis, diseño, gestión
y evaluación de políticas para el desarrollo local y regional que usamos en cursos y seminarios de
formación y capacitación para autoridades y funcionarios municipales.
A partir de la amplia aceptación y la consiguiente demanda que tuvieron esos Cuadernos de Traba-
jo entre autoridades, funcionarios y dirigentes sociales, luego de reimprimirlos, decidimos publicar
este libro que ahora presentamos. Esta publicación es, pues, una edición corregida y aumentada de
aquellos cuadernos. Como todas las exposiciones y los escritos del profesor Graglia, en este libro hay
un equilibrio entre la formación en valores y la capacitación en metodologías para su realización.
Desde ACEP y KAS sabemos que los valores sin metodologías terminan siendo retóricos y que las
metodologías sin valores terminan siendo anárquicas. Por lo tanto, es preciso conciliar aquellos con
éstas y compatibilizarlos. En esa línea de trabajo, auspiciamos la publicación de este nuevo libro del
profesor Graglia. Nos proponemos distribuirlo a lo largo y a lo ancho de nuestro país y de América
Latina a través de actividades presenciales y virtuales.
Esta publicación es una afinada aplicación al ámbito local y regional del reconocido “modelo relacio-
nal de políticas públicas” que el autor ha desarrollado y aplicado con el apoyo de nuestras institu-
ciones tanto en el país como en el extranjero. Creemos que puede ayudar en la formación de alum-
nos de grado y de postgrado y, también, en el asesoramiento y la asistencia técnica a los gobiernos
locales y subnacionales que quieran diseñar y gestionar el desarrollo de sus localidades y regiones
mediante políticas públicas.
En este libro, los lectores encontrarán un modelo teórico y metodológico para analizar, diseñar, ges-
tionar y evaluar políticas públicas que busquen el bien común, la satisfacción social y la aprobación
ciudadana a escala local y regional, basado en la participación en el diagnóstico, la representatividad
en la decisión, la productividad en la dirección y la transparencia en la difusión de las políticas públi-
cas para el desarrollo integral en las localidades y regiones.
Finalmente, destacamos que este trabajo propone y desarrolla una visión clara y explícitamente
comprometida con el humanismo cristiano, sus principios y valores, junto con una delicada conjun-
ción de los conocimientos de la investigación académica con la experiencia del ejercicio profesional
que perfilan al autor. Sin dudas, una forma de ser y de entender la ciencia y la vida en relación con la
política en general y las políticas públicas en particular. Esperamos que sirva en el camino que juntos,
ustedes y nosotros, caminamos cada día.
10
PRESENTACIÓN
Este manual se compone de tres apartados que han sido elaborados con el propósito de servir como
soporte de actividades de formación y capacitación para autoridades, funcionarios y empleados de
gobiernos y administraciones tanto municipales comosubnacionales (o provinciales) y nacionales.
En el Apartado Nº 1 se presenta el “marco teórico” del “modelo metodológico” que se propone con
el fin de analizar y diseñar, por una parte, y de gestionar y evaluar las políticas públicas que busquen
el desarrollo integral a escala local y regional, por la otra. Tanto el marco teórico como el esquema
metodológico han sido adoptados y adaptados del “modelo relacional” de políticas públicas (Graglia,
2004).
En el Capítulo I del primer apartado se tratan los temas del desarrollo integral y, en particular, se
presentan sus valores, es decir, la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad y, sobre esa base, sus
condiciones, o sea, la representatividad, la rendición de cuentas, la receptividad política y la legitimi-
dad democrática.
En el Capítulo II se analiza el paso de la prestación de los servicios urbanos a la promoción del desa-
rrollo local y, también, “la tercera ola del municipalismo”. Asimismo, se presentan los componentes
del desarrollo local y regional: el capital físico, la actividad económica, el capital humano, el capital
social, la gestión de recursos financieros, la transparencia, la capacidad institucional y la participa-
ción política, con sus respectivas dimensiones e indicadores propuestos.
En el Capítulo III se conceptualiza qué son las políticas para el desarrollo local y regional. Se analiza al
Estado como responsable principal y, a su vez, a la sociedad como primera finalidad y partícipe ne-
cesaria. Particularmente, se desarrollan seis relaciones: 1) entre planeamiento estratégico y políticas
de Estado; 2) entre planes, programas o proyectos y actividades; 3) entre gobierno y administración
pública; 4) entre necesidades, demandas y problemas; 5) entre sociedad, Estado y mercado; y 6) en-
tre persona humana y sociedad.
11
J, Emilio Graglia
Marco teórico
Desarrollo
integral
Marco teórico Nuevo
municipalismo
Desarrollo local
y regional
Políticas públicas
Elaboración propia
Análisis
Análisis
y diseño Diagnóstico
Diseño
Decisión
Elaboración propia
En cuanto al análisis, en el Capítulo Idel segundo apartado se plantean los pasos a seguir por los
analistas en consulta con los gobernantes y administradores públicos:
Respecto al diagnóstico, en el Capítulo II se plantean las fases a seguir por el equipo de diagnóstico
en consulta con los actores políticos y sociales:
12
Políticas públicas
Asimismo, en cuanto a la decisión, en el Capítulo III se plantean las fases a seguir por los gobernantes
en consulta con el equipo de planeamiento:
1) valorar los criterios del diagnóstico desde un punto de vista político, o sea, que busque
el bien común;
2) determinar la agenda gubernamental;
3) planear los objetivos de los proyectos, programas y planes (a corto, mediano y largo
plazo, respectivamente), los indicadores (tanto de gestión como de resultados), los ve-
rificadores y supuestos; y
4) listar, ordenar, programar y presupuestar las actividades a gestionar, es decir, a ejecutar,
comunicar y controlar.
Al final de los capítulos II y III se analizan los supuestos del diseño democrático de políticas para el
desarrollo local y regional. En particular se consideran dos:
Dirección
Gestión
Gestión y
evaluación Difusión
Evaluación
Elaboración propia
Respecto de la dirección, en el Capítulo I del tercer apartado se plantean las fases a seguir por los
gobernantes y administradores públicos con el apoyo de los analistas:
Asimismo, en cuanto a la difusión, en el Capítulo II se plantean las fases a seguir por los gobernantes
y administradores públicos con el apoyo de los analistas:
13
J, Emilio Graglia
Respecto de la evaluación, en el Capítulo III se plantean los pasos a seguir por los evaluadores en
consulta con los actores políticos y sociales:
Al final, en los capítulos II y III, se analizan los supuestos de la gestión democrática de políticas para
el desarrollo local y regional. En particular se consideran dos:
1) la productividad en la dirección y
2) la transparencia en la difusión de los planes, programas y proyectos y de las actividades
gubernamentales y administrativas.
14
Apartado Nº 1:
Desarrollo local
y regional
CAPÍTULO I:
DESARROLLO INTEGRAL
Sobre esa base, siempre de acuerdo con el humanismo cristiano, una sociedad que quiere positi-
vamente estar al servicio del ser humano “es aquella que se propone como meta prioritaria el bien
común, en cuanto bien de todos los hombres y de todo el hombre” (CDSI, 2005:115). El bien común
no es la simple suma de los bienes particulares. Desde un punto de vista teórico, no hay dudas con-
respecto al discurso. Nadie se atrevería a cuestionar dicha afirmación. Pero desde un punto de vista
práctico, nos preguntamos: ¿cómo lo reconocemos en los hechos?
Según la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el bien común es el conjunto de valores y condicio-
nes que posibilitan el desarrollo integral del hombre en la sociedad, incluido su desarrollo espiritual.
“El bien común es por ello el humus de una nación. Desde allí ella germina y se reconstruye” (CEA,
2005:Nº 7). El bien común de una nación “es un bien superior, anterior a todos los bienes particulares
o sectoriales” y su construcción “se verifica en la promoción y defensa de los miembros más débiles y
desprotegidos de la comunidad” (CEA, 2005:Nº 7). De esa manera lo reconocemos.
Consecuentemente, la búsqueda del bien común es la búsqueda del desarrollo integral (Bergoglio,
2011). De esa manera, diseñar y gestionar políticas a los fines del bien común supone la formulación
e implementación de planes (programas o proyectos) y actividades estatales que busquen el desa-
rrollo integral del hombre en la sociedad. ¿Cuáles son esos valores y esas condiciones que posibilitan
el desarrollo integral del hombre en la sociedad? La respuesta depende del marco teórico que se
siga. De acuerdo con el nuestro, los valores del bien común y, consecuentemente, del desarrollo
integral, son cuatro: la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad (CEA, 2005).
17
J, Emilio Graglia
Verdad
Libertad
Elaboración propia
Sobre esa base, Kliksberg (2008) concluye con una afirmación que hacemos nuestra: “El precepto
bíblico que ordena hacerse responsables los unos por los otros indica que frente a tanto sufrimiento
de tantos no hay lugar a más postergaciones en este desafío decisivo” (2008:13). El tema de los va-
lores es esencial y, a la vez, existencial respecto del desarrollo del hombre y de los hombres. Como
tan claramente dijo el Consejo Episcopal Latinoamericano (2007) en Aparecida (Brasil), sin valores no
hay futuro “y no habrá estructuras salvadoras, ya que en ella siempre subyace la fragilidad humana”
(CELAM, 2007:177).
Reivindicamos los valores del humanismo cristiano respecto de las políticas para el desarrollo, sa-
biendo que un mundo global requiere una ética global, común o mínima (llamada “ética civil”).
Como enseña Joan Carrera i Carrera (2003), esta propuesta pretende encontrar unos mínimos éticos
compartidos por todos los hombres y mujeres del mundo. El humanismo cristiano es, primero, un
humanismo y, luego, un humanismo cristiano. Con diferencias pero también con semejanzas con
respecto a otros humanismos no cristianos o no creyentes. Claramente se puede ser humanista sin
ser cristiano, pero no se puede ser cristiano sin ser humanista.
De acuerdo con Carrera i Carrera (2003), la aceptación de la ética mínima no debe suponer la diso-
lución de la ética cristiana (que es una ética de máximos). Primero, porque “los consensos conse-
guidos serán siempre provisionales” y, segundo, porque “para la ética civil son muy importantes los
consensos pero también los disentimientos” (2003:255). Siempre según Carrera i Carrera (2003), esa
tolerancia no debe significar la claudicación de los máximos de la ética cristiana, sino la posibilidad
de proseguir el diálogo. La búsqueda del bien común y, consecuentemente, del desarrollo integral,
requiere un diálogo que encuentre esos mínimos éticos.
18
1. Desarrollo local y regional
La mentira es la negación de la verdad como valor. No es fácil sostener la verdad, por supuesto. Pero,
sin dudas, más difícil es sostener la mentira. Se puede ganar una elección sin engañar a los electores.
Se puede gobernar una sociedad sin engañar a los gobernados. Sin dudas. La verdad “es un valor
fundamental que desde siempre la humanidad busca ansiosa. Tiene una dimensión objetiva que
fundamenta la actividad del hombre, posibilita el diálogo, fundamenta la sociedad e ilumina sobre
la moralidad de los comportamientos de los ciudadanos y de los grupos sociales” (CEA, 2005:Nº 27).
Se trata de la verdad “de la naturaleza del hombre, de la vida, de la familia, de la sociedad. Verdad,
también, de los hechos acaecidos” (CEA, 2005:Nº 27). Del respeto a este valor depende la probabi-
lidad o la posibilidad del diálogo tanto político como intersectorial. El diálogo no es un fin, sino un
medio en la búsqueda de la verdad. El diálogo entre los actores políticos (gobernantes y opositores)
y entre estos y los actores sociales (dirigentes empresariales y civiles) implica decir la “verdad propia”
y, sobre todo, escuchar las “verdades ajenas”, buscando, entre todos, la “verdad común”.
Dos grandes enemigos de la verdad son “el hablar imprudente” y “el silencio imprudente”. San Gre-
gorio Magno decía al respecto: “Así como el hablar imprudente conduce al error, también el silencio
imprudente deja en el error a los tendrían que ser instruidos” (Regla Pastoral, II, 4). No pocas veces la
verdad (de los hechos o de los dichos) y el escándalo van juntos. Al respecto, San Gregorio Magno
decía: “Debemos evitar el escándalo. Pero si el escándalo se produce por la verdad, antes que aban-
donar la verdad se debe permitir el escándalo” (Homilías sobre Ezequiel, VII, 5). No es fácil, pero es
imprescindible.
Un desarrollo que sea integral debe asentarse en la libertad. No puede haber desarrollo sin ella. La
libertad supone “estar libre de”, por una parte y, por la otra, “ser libre para”, o sea, no depender de
otro u otros y, simultáneamente, poder realizarse en lo personal y en lo social. La libertad en “sentido
negativo o restringido” es la libertad “formal”. Las constituciones de los Estados de derecho (tanto del
Estado “liberal” de derecho como del Estado “social” de derecho) aseguran las libertades “formales”.
19
J, Emilio Graglia
Un gobierno de facto niega las libertades “formales” porque prohíbe los derechos y las garantías
constitucionales. Por ejemplo, de acuerdo con el artículo 18 (primera parte) de la Constitución de la
Nación Argentina, cada uno de sus habitantes está libre de ser “penado sin juicio previo fundado en
ley anterior al hecho del proceso”, de ser juzgado “por comisiones especiales” y de ser “sacado de los
jueces designados por la ley antes del hecho de la causa”. La libertad “en sentido amplio o positivo”
es la libertad “real”, es decir, la posibilidad de realización personal en la sociedad. Una persona sin ac-
ceso a la salud o la educación, la vivienda o el empleo no es tan libre como otra persona con acceso
a esos servicios o bienes públicos.
La pobreza impide u obstaculiza las “libertades reales”. “La gran coartada”, en términos de Kliksberg
(2011), alega que los pobres son responsables de su situación. Pero la pobreza no es consecuencia
de “malas decisiones individuales” sino de “desigualdades abismales y deficiencias fundamentales de
organización social” (2011:54). La libertad “real” no va en contra de la libertad “en sentido negativo o
restringido”. Al revés, la libertad en “sentido amplio o positivo” no puede darse sin la libertad “formal”.
La posibilidad de realizarse personalmente en la sociedad presupone la vigencia de los derechos y
las garantías del Estado de derecho, indudablemente.
La justicia social implica la disminución de la brecha de ingresos como indicador de desigualdad, con-
cretamente. Decía al respecto San Gregorio Magno: “Dar lo necesario a los pobres es devolverles a ellos
lo debido: no es beneficencia. Es el pago de una deuda de justicia y no la satisfacción de una obra de
misericordia”.No puede haber justicia con un Estado injusto. Los Estados de derecho (a diferencia de los
Estados autoritarios o totalitarios) son, por definición, legales. Pero no siempre son justos. Los Estados
de derecho son justos cuando sus leyes respetan la dignidad humana y buscan el bien común.
Tampoco puede haber justicia con un mercado injusto. La economía “liberal” de mercado no es justa,
por definición. Conforme a las leyes del mercado, los ricos pueden ser cada vez más ricos mientras
que los pobres son cada vez más pobres. El aumento de la desigualdad no es una falla sino una con-
secuencia de la economía “liberal” de mercado. Esa ha sido una de las grandes contribuciones de la
economía social de mercado. Como recuerda Friedrun Quaas (2008), desde el punto de vista ético de
la lucha por la paz social, Alfred Müller-Armack llamó a la economía social de mercado una “fórmula
que intenta establecer un equilibrio racional entre los ideales de justicia, libertad y crecimiento”.
Al mismo tiempo, la economía social de mercado “es el intento de alcanzar los objetivos públicos orien-
tados hacia el bienestar común con base en un orden estable y resolver los eventuales conflictos de
la política económica por la vía pacífica” (Quaas, 2008:153). El trabajo a favor de la justicia implica “ser
20
1. Desarrollo local y regional
creativos”. En palabras del entonces cardenal Bergoglio (2005), es necesario “proyectar utopías” y, al
mismo tiempo, “hacerse cargo de lo que hay”. “Ser creativos no es tirar por la borda todo lo que consti-
tuye la realidad actual, por más limitada, corrupta y desgastada que esta se presente” (2005:78).
En contra del positivismo dominante en las ciencias jurídicas, debemos entender que ninguna legis-
lación, ningún sistema de reglas o de estipulaciones “lograrán persuadir a hombres y pueblos a vivir
en la unidad, en la fraternidad y en la paz; ningún argumento podrá superar el apelo de la caridad”
(CDSI, 2005:141). En la XIII Jornada de Pastoral Social (organizada por la Comisión de Pastoral Social de
la Arquidiócesis de Buenos Aires el 16 de octubre de 2010), el entonces cardenal Bergoglio1 sostuvo
que existe una tendencia, cada vez más acentuada, a exaltar al individuo en contra del hombre como
un ser en relación: “Es la primacía del individuo y sus derechos, sobre la dimensión que mira al hombre
como un ser en relación. Es la individualización de la referencia (…). Es la primacía de la razón sobre la
inteligencia, ‘ratio’ sobre ‘intellectio’. Esto ha sido calificado como el nuevo individualismo contempo-
ráneo” (Bergoglio, 2011:29). El gran enemigo de la solidaridad y del compromiso consiguiente es ese
individualismo asocial y amoral “que muchas veces tiñe el comportamiento de sectores o fragmentos
de nuestra sociedad, que no se reconocen en un marco mayor, en un todo” (Bergoglio, 2011:30).
Somos “ciudadanos en el seno de un pueblo”. Ciudadanos es una categoría “lógica”, mientras que
pueblo es una categoría “histórica y mítica”. El desafío de ser ciudadano comprende vivir y explicitar-
se en dos categorías de pertenencia. “Se vive en sociedad y se depende de un pueblo”, en palabras
de Bergoglio (2011:32). Somos ciudadanos “citados al bien común”. Se trata de un proceso, de una
integración, de un trabajo lento, arduo y muchas veces doloroso. Se trata de un “hacerse pueblo”.
Ese pasaje de la primacía del individuo a la primacía del hombre como un ser en relación implica el
recate de la solidaridad como uno de los valores principales.
1 El discurso del cardenal Jorge M. Bergoglio sj fue publicado por la Editorial Claretiana en el año 2011, bajo el título
Nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo: hacia un bicentenario en justicia y solidaridad.
21
J, Emilio Graglia
Según García Delgado (2006), el desarrollo retorna al espacio público y al debate político y académi-
co tras treinta años de implementación de una verdadera revolución conservadora “que destruyó el
contrato social bienestarista y subsumió todas las dimensiones de lo social a la lógica de la maximiza-
ción del interés individual” (2006:17). El mismo García Delgado junto con Chojo Ortiz (2006) han ob-
servado cuatro elementos o características centrales que debe tener el nuevo modelo de desarrollo:
que sea sustentable, equitativo, productivo y competitivo y, finalmente, consensual en la definición
de un rumbo y visión estratégica.
Vale como antecedente el Índice de Desarrollo Local para la Gestión que publicamos en el año 2004
con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer y que dos años después convertimos en el Índice de
Desarrollo Regional para la Gestión (Graglia y Riorda, 2006). Según ambos Índices, las condiciones del
desarrollo local y regional son ocho (sobre este punto volveremos más adelante, al considerar los
componentes del desarrollo y de la gestión del desarrollo local y regional): capital físico, actividad
económica, capital humano y capital social por una parte y, por la otra, gestión de los recursos finan-
cieros, capacidad institucional, transparencia y participación política.
Desde nuestro punto de vista, las condiciones del desarrollo democrático en general, y particular-
mente en América Latina, pueden resumirse en dos variables principales (al respecto pueden verse
el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina: IDD-Lat y Latinobarómetro): la representación
política, que como veremos se compone de la representatividad, la rendición de cuentas y la recep-
tividad por una parte; y, por la otra, la legitimidad democrática.
Uno de los elementos definitorios del concepto de representación política es su carácter multidi-
mensional. Tal cual enseña Antonia Martínez (2004), los análisis se han centrado en gran medida en
las características de los representantes y en la existencia de mecanismos eficaces de rendición de
cuentas. Sin embargo, cinco son las dimensiones que pueden encontrarse en el concepto de repre-
sentación política: la representación como autorización, la representación como responsabilidad, la
representación descriptiva, la representación simbólica y la representación como actuación sustan-
tiva (Martínez, 2004).
Representa-
tividad
Rendición Receptividad
Condiciones
de cuentas política
Legitimidad
democrática
Elaboración propia
22
1. Desarrollo local y regional
Sobre esa base se han distinguido tres dimensiones de la representación política: “la representación
como “representatividad”, la representación como “rendición de cuentas” y la representación como
“receptividad” (Martínez, 2004). De esa manera, una democracia es “representativa” si los gobernan-
tes son elegidos por los gobernados mediante elecciones competitivas (representatividad), si los
gobernados controlan las acciones y participan en las decisiones de los gobernantes (rendición de
cuentas) y si los gobiernos tienen capacidad para resolver los problemas públicos y satisfacer las
necesidades sociales (receptividad).
De acuerdo con el profesor Luis F. Aguilar Villanueva (2010), la cuestión acerca de “la capacidad y
eficacia directiva de los gobiernos” se ha colocado en el centro de las disciplinas que estudian el
gobierno y en el corazón de la preocupación ciudadana. Es el gran tema a considerar. En el pasado la
ineficacia directiva de los gobiernos se atribuyó a los defectos y vicios del “sujeto gobierno”. Sin em-
bargo, en años recientes se han resuelto razonablemente sus dos problemas crónicos: “la legitimidad
de su cargo y de su actuación” (Aguilar Villanueva, 2010:6-7).
Actualmente, el “sujeto gobierno” es elegido, controlado por los otros poderes públicos y los otros
órdenes de gobierno, sometido al escrutinio ciudadano, obediente de las leyes, respetuoso de las
libertades políticas y civiles, abierto a la participación ciudadana, transparente y rendidor de cuentas
(Aguilar Villanueva, 2010). Por lo tanto, en cuestiones de gobierno “el problema cognoscitivo y prácti-
co se ha desplazado del sujeto/la institución gobierno hacia el proceso de gobierno, la gobernación,
la gobernanza (Aguilar Villanueva, 2010:8). En nuestros términos, de la representatividad (“sujeto
gobierno”) a la rendición de cuentas y a la receptividad (“proceso de gobernar”).2
2.1. Representatividad
Uno de los factores de la representación política es la “representatividad” (Martínez, 2004). Por lo
tanto, una democracia es “representativa” si los gobernantes (de los poderes ejecutivos y legislati-
vos) son elegidos por los gobernados mediante elecciones competitivas (elecciones libres, sufragio
universal y participación plena). La “representatividad” se fundamenta en el mandato representativo,
que a su vez presupone la organización y el funcionamiento de los partidos políticos, las plataformas
y los sistemas electorales.3
2 La hipótesis según la cual “la legitimidad democrática depende de la receptividad política y no de la rendición
de cuentas” ha sido investigada en la tesis “Receptividad política y legitimidad democrática: Argentina, Chile y
Uruguay (2003-2010)” correspondiente al doctorado en Gobierno y Administración Pública por la Universidad
Complutense de Madrid (UCM).
3 En este punto de este primer apartado nos ocupamos de los partidos políticos y su crisis. Luego, en el Apartado
Nº 2, al considerar a la “representatividad gubernamental” y la consiguiente legitimidad de origen como uno de
los supuestos del diseño democrático, nos ocuparemos de las plataformas y sistemas electorales.
23
J, Emilio Graglia
Según Antonia Martínez (2004), algunos de los factores que se han aducido para explicar el pro-
gresivo distanciamiento entre electores y partidos son la existencia de medios de comunicación de
masas “que les permitía emitir mensajes directamente al electorado ”por una parte y, por la otra, la
existencia de mecanismos de financiación pública “que hacía que los afiliados fueran menos necesa-
rios como fuentes de ingresos” (2004:681). De acuerdo con la profesora española, “los electores, por
su parte, habían adquirido niveles de educación más elevados y desarrollado nuevos intereses que
los hacían más exigentes respecto a la oferta de los partidos” (2004:681).
Según Hans Blomeier (2006), el descrédito y la pésima imagen de los partidos políticos en América
Latina obedecen a “la falta de democracia interna, la falta de renovación de sus cuadros dirigenciales,
la corrupción y la ineficacia a la hora de gobernar”, afectan directamente a la democracia misma y re-
dundan en abstencionismo electoral y político, desinterés de la ciudadanía por participar en la políti-
ca y en sus organizaciones partidarias e imposibilidad de proyectar programas políticos de mediano
y largo alcance. “Sus efectos son el cortoplacismo y el personalismo excesivo en política” (2006:10).
Blomeier (2006) concluye que los partidos se están transformando crecientemente en meros apa-
ratos electorales, es decir, “en estructuras sin contenido programático cuyo principal sostén es el
intercambio de favores y de votos a cambio del acceso al aparato del Estado” (2006:11). La visión de
Hans Blomeier (2006) es tan realista como lamentable con respecto al fortalecimiento institucional
de los países de América Latina. Sin dudas, los partidos políticos ya no son intermediarios entre las
necesidades sociales y las posibilidades estatales.
De cara a la realidad latinoamericana, Daniel Zovatto (2006a) ha dicho que no es posible tener institucio-
nes políticas de calidad si no se fortalecen, democratizan, profesionalizan e institucionalizan los partidos
políticos. En su opinión, y siguiendo en este punto a Lipset, “nada contribuye tanto a la credibilidad y a la
consolidación de la democracia como el prestigio y la institucionalización de un sistema de partidos y, a
la inversa, nada erosiona más la vida democrática como el desprestigio y la parálisis de los partidos y su
incapacidad para ofrecer respuestas eficaces a las demandas de la ciudadanía” (2006a:35-36).
Ahora bien, considerando los enfoques de Martínez (2004), Blomeier (2006) y Zovatto (2006a), nos
planteamos la paradoja descripta por Juan J. Linz (2004). Según este autor, en todas las sociedades
donde la gente es libre para expresar sus preferencias “existe un amplio consenso acerca de la legiti-
midad de la democracia como forma de gobierno” y “también hay un acuerdo considerable sobre los
partidos políticos como esenciales para el funcionamiento de la democracia”. Sin embargo, “al mismo
tiempo, en gran parte de los sistemas democráticos la opinión pública está caracterizada por una
insatisfacción penetrante con, y desconfianza en, los partidos políticos” (2004:187).
Esa es la paradoja. De acuerdo con Linz (2004), “ya no encontramos que las ideas críticas sobre los
funcionarios de turno y los partidos estén acompañadas por un cuestionamiento radical de las
24
1. Desarrollo local y regional
Finalmente, coincidimos con Linz (2004) al afirmar que “algunos de los problemas con los partidos
políticos son casi inherentes a su naturaleza y por lo tanto difíciles, sino imposibles, de corregir a
través de la ingeniería institucional que suele terminar a menudo como un mero entretenimiento”
(2004:216). La paradoja de Linz (2004) se resuelve al observar que los partidos políticos son necesa-
rios para que una democracia sea “representativa”, pero no la legitiman si funcionan bien ni la des-
legitiman si funcionan mal. Lisa y llanamente, los partidos políticos no influyen sobre el apoyo de la
opinión pública a la democracia.
Según las definiciones conceptuales expresadas por Peruzzotti y Smulovitz (2002, citados en IDD-
Lat, 2005:131), el propósito de la accountability es ejercer control sobre los gobernantes para que
estos actúen respetando el marco legal y sean responsables en sus acciones, adecuándolas a las
demandas de la sociedad. La accountability coadyuva a que las acciones gubernamentales se co-
rrespondan con las preferencias de la ciudadanía, base de un gobierno políticamente responsable.
Sobre la base del supuesto de que se premia el control entre los poderes y la rendición de cuentas de
los gobiernos y las administraciones públicas ante la sociedad, siguiendo la clasificación del Índice
de Desarrollo Democrático de América Latina (IDD-Lat), distinguiremos dos tipos de accountability,
ambas integrantes de la “infraestructura ética” en términos de Villoria Mendieta (2000): la “accounta-
bility legal y política” por una partey, por la otra, la “accountability social”.
La “accountability legal” está orientada a garantizar que las acciones de los gobernantes y funciona-
rios públicos estén enmarcadas legal y constitucionalmente. De acuerdo con el IDD-Lat, “un gobierno
será legalmente responsable si es posible controlar que las acciones gubernamentales no infringen
la ley y se ajustan al debido proceso”.4 La “accountability política” es la capacidad del electorado para
hacer que las políticas gubernamentales respondan a sus preferencias. Según el IDD-Lat, “un gobier-
no es políticamente responsable si los ciudadanos tienen medios para castigar a administraciones
irresponsables o a aquellas cuyas políticas no responden a las preferencias del electorado”.5
25
J, Emilio Graglia
Junto con la accountability legal y política se incluye la accountability social como mecanismo de
control. En relación con la “accountability social”, siguiendo a Leonardo Avritzer (2002, citado en IDD-
Lat, 2005:11), el IDD-Lat sostiene que son “las acciones de una numerosa serie de asociaciones y
movimientos ciudadanos o de los medios, orientadas a exponer actos gubernamentales incorrectos,
a aportar nuevos temas a la agenda pública o a activar las agencias horizontales”. O’Donnell (2004)
destaca la propuesta de Smulovitz y Peruzzotti respecto de esta accountability que siendo vertical
no es electoral, llamándola “accountabilitysocietal vertical”.
El IDD-Lat considera dos indicadores para medir la “accountability legal”: la “elección de los jueces
de la Corte Suprema” y la “actuación del Ombudsman (o del Defensor del Pueblo), un indicador para
medir la “accountability política”: los “mecanismos de democracia directa”, y tres indicadores para
medir la “accountability social”: las “condiciones para el ejercicio de una prensa libre”, el “acceso a la
información pública” y el “habeas data” personal.
La “elección de los jueces de la Corte Suprema” como el primero de los indicadores de “accountability
legal” guarda relación con los procedimientos seguidos e injerencia institucional de cada uno de
los tres poderes de la República. De acuerdo con el IDD-Lat, este indicador “mide el grado de inde-
pendencia de los tres poderes”.6 A su vez, la “actuación del Ombudsman” (o del Defensor del Pueblo
según se lo llama generalmente) como el segundo de los indicadores de “accountability legal” señala
la posibilidad que tiene la ciudadanía de interponer denuncias o peticiones si se considera que sus
derechos han sido violados.7
Los “mecanismos de democracia directa” son el único indicador de “accountability política” propuesto
por el IDD-Lat. Estos mecanismos guardan relación con la existencia y aplicación de procedimientos
que permitan a la población expresarse para decidir cuestiones de políticas públicas (básicamente se
trata de tres mecanismos: el plebiscito, el referéndum y la consulta popular).8 El IDD-Lat entiende que
la aplicación de estos institutos sirve para “para castigar a administraciones irresponsables o cuyas
políticas no responden a las preferencias del electorado”.
En relación con los tres indicadores de “accountability social”, las “condiciones para el ejercicio de una
prensa libre” entienden la libertad de prensa como la posibilidad de uso de un medio que tiene la
población para hacer denuncias.9 A su vez, el “acceso a la información pública” obliga a las burocra-
cias estatales (gubernativas o administrativas) a rendir cuentas respecto de la información que usa
o difunde.10 Finalmente, el “habeas data” se refiere a una acción que garantiza el acceso de cualquier
6 Conforme al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos si intervienen los tres poderes, 5 puntos
si intervienen dos poderes y 0 puntos si interviene un poder solamente.
7 Con arreglo al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos por la existencia de la institución y 0
puntos por la inexistencia de la institución y, además, se asignan 10 puntos para el país con mayor cantidad de
presentaciones realizadas por la ciudadanía durante el año en cuestión cada 100.000 habitantes y para cada uno
de los restantes proporcionalmente. Se suman ambos puntajes y se divide por 2.
8 Conforme al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos si el país cuenta con mecanismos y los aplica,
5 puntos si el país cuenta con los mecanismos pero no los aplica y 0 puntos si el país no cuenta con los mecanismos.
9 Con arreglo al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con menor puntaje en el
“Índice de libertad de prensa” y para cada uno de los restantes proporcionalmente y, además, se asigna 10 puntos
para el país con menor “cantidad de violaciones a la libertad de prensa (periodistas víctimas de la violencia)” y para
cada uno de los restantes proporcionalmente. Se suman ambos puntajes y se divide por 2.
10 Conforme al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos si el país cuenta con legislación y 0 pun-
tos si el país no cuenta con legislación al respecto.
26
1. Desarrollo local y regional
Accountability legal
Accountability social
y política
Elección de los
Ejercicio de una
jueces de la Corte
prensa libre
Suprema
Mecanismos de
democracia Habeas data
directa
Elaboración propia
Según Collier y Levitsky (2000), los seis factores a considerar para una clasificación de las democra-
cias son los siguientes: elecciones libres, sufragio universal, participación plena, libertades civiles,
poder efectivo para gobernar y, finalmente, igualdad socioeconómica y altos niveles de participa-
ción popular en las instituciones económicas, sociales y políticas, control en los procesos de toma de
decisiones y todos los niveles de política.
Los primeros tres atributos son considerados requisitos básicos de una democracia. Los primeros
cuatro atributos son los que consideran las definiciones que reconocen a la democracia observando
un “mínimo procedimental”. Las definiciones que consideran un “mínimo procedimental expandido”
requieren de los primeros cinco atributos. Finalmente, las “definiciones o concepciones maximalistas
o multidimensionales” de democracia requieren de los seis atributos.
En términos del IDD-Lat, la representación como “receptividad” se refleja en el poder efectivo para
gobernar (Collier y Levitsky, 2000, en IDD-Lat, 2002:24), que a su vez se mide a través de la capaci-
dad para generar políticas de bienestar y eficiencia económica. El IDD-Lat mide la “capacidad para
11 Con arreglo al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos si el país cuenta con legislación y 0
puntos si el país no cuenta con legislación al respecto.
27
J, Emilio Graglia
generar políticas de bienestar” con cuatro indicadores: desempleo urbano, hogares bajo la línea de
pobreza, desempeño en salud y desempeño en educación. Asimismo, mide la “capacidad para ge-
nerar políticas de eficiencia económica” con cinco indicadores: libertad económica, PBI per cápita,
brecha de ingresos, inversión sobre el PBI y endeudamiento sobre el PBI.
Para el IDD-Lat, el desempeño en salud se cuantifica utilizando una variable de calidad y una variable
de esfuerzo. La primera se mide a través de la tasa de mortalidad infantil, mientras que la segunda
se mide mediante el gasto en salud. La tasa de mortalidad infantil es medida como la proporción de
menores fallecidos antes de cumplir un año de edad por cada 1.000 nacidos vivos. A su vez, el gasto
en salud es medido como el porcentaje del PBI destinado en un año dado.14
El desempeño en educación también se cuantifica utilizando una variable de calidad (la matricula-
ción secundaria) y una variable de esfuerzo (el gasto en educación). La matriculación secundaria es
medida como la relación entre jóvenes de todas las edades que asisten a escuelas de nivel medio y
la población en edad escolar del país correspondiente. A su vez, el gasto en educación, a semejanza
del gasto en salud, es medido como el porcentaje del PBI destinado en un año dado.15
El Producto Bruto Interno (PBI) mide el valor total de la producción de bienes y servicios de un país. A
su vez, el Producto Bruto Interno per cápita mide el valor total de la producción de bienes y servicios
de un país pero en relación con su distribución en la población.16 La brecha de ingresos compara
los ingresos del quintil más alto y del quintil más bajo de la población (considerando los ingresos
totales del hogar). Es uno de los indicadores más importantes en lo que respecta a la eficiencia de
los sistemas democráticos para promover la equidad, constituyendo una muy buena medida de la
desigualdad social,17
12 Conforme al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con el valor del desempleo
más bajo y para cada uno de los restantes proporcionalmente.
13 Con arreglo al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con el valor de los hogares
bajo la pobreza más bajo y para cada uno de los restantes proporcionalmente.
14 Conforme al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con menor tasa de mortali-
dad infantil y para cada uno de los restantes proporcionalmente y, además, se asignan 10 puntos para el país con
mayor gasto en salud sobre el PBI y para cada uno de los restantes proporcionalmente. Se suman ambos puntajes
y se divide por 2.
15 Con arreglo al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con mayor tasa de matricu-
lación secundaria y para cada uno de los restantes proporcionalmente y, además, se asignan 10 puntos para el
país con mayor gasto en educación sobre el PBI y para cada uno de los restantes proporcionalmente. Se suman
ambos puntajes y se divide por 2.
16 Conforme al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con el valor de PBI per cápita
más alto y para cada uno de los restantes proporcionalmente.
17 Con arreglo al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con el valor de la brecha de
ingresos más bajo y para cada uno de los restantes proporcionalmente.
28
1. Desarrollo local y regional
La libertad económica se mide a través del Puntaje en el Índice de Libertad Económica y considera
50 variables agrupadas en 10 factores generales.18 La inversión es el flujo de producto de un período
dado que se usa para mantener o incrementar el stock de capital de la economía, lo que trae como
consecuencia un aumento en la capacidad productiva futura de la economía.19 Respecto del endeu-
damiento, se considera la deuda externa total.20 El IDD-Lat entiende que el aumento en la inversión y
la disminución en el endeudamiento de un país también indican “eficiencia económica”.
Políticas de eficiencia
Políticas de bienestar
económica
Desempleo Libertad
urbano económica
Hogares bajo la
PBI per cápita
línea de pobreza
Desempeño Brecha
en salud de ingresos
Desempeño en
Inversión
educación
Endeudamiento
Elaboración propia
18 Política comercial, carga impositiva del gobierno, intervención del gobierno en la economía, política monetaria,
flujos de capital e inversión extranjera, actividad bancaria y financiera, salarios y precios, derechos de propiedad,
regulaciones y mercado negro. A los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con mayor Puntaje
en el Índice de Libertad Económica y para cada uno de los restantes proporcionalmente.
19 Conforme al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con mayor inversión sobre el
PBI y para cada uno de los restantes proporcionalmente.
20 Con arreglo al IDD-Lat, a los fines de la ponderación, se asignan 10 puntos para el país con menor endeudamiento
sobre el PBI y para cada uno de los restantes proporcionalmente.
29
J, Emilio Graglia
(Lipset, 1959). En las democracias representativas, esa convicción se funda tanto en el origen como en
el desempeño de los gobiernos (Aguilar Villanueva, 2010) y se refleja en el apoyo (difuso y específico)
de la opinión pública a la democracia (Crespo y Martínez, 2005; Mateo Díaz, Payne y Zovatto, 2006).
Siguiendo a Linz (2004), entendemos que los gobernantes deben expresar y llevar a cabo la voluntad
de los gobernados. Deberían ser “sensibles” a las demandas de la ciudadanía. Como bien observa
este autor, algunos encuentran perturbadora y desagradable la democracia dominada por las en-
cuestas. “Pero digámoslo de otro modo: los políticos deben expresar y llevar a cabo la voluntad del
pueblo, o al menos de los que votaron por ellos. Deberían ser responsive. ¡Eso es la democracia! El
perseguir sus propias preferencias más que la de los votantes ha sido la base de la crítica a la demo-
cracia elitista” (Linz, 2004:212-213).
Liderar, dice Juan J. Linz (2004), no significa ignorar sino apelar a la gente y responsabilizarse por las
decisiones y acciones que se toman e implementan. Luego, los ciudadanos pueden premiar o cas-
tigar a los líderes en la siguiente elección. Es una cuestión de creencias, no de referencias objetivas
o contenidos morales. “A pesar de que los políticos son objeto de una crítica constante, acertada o
incorrecta, incluyendo a los que la misma gente ha votado, la idea de que los pocos elegidos tienen
el derecho a gobernar como resultado del proceso democrático está menos cuestionada que en el
pasado” (Linz, 2004:216).
Como bien dicen Mercedes Mateo Díaz, Mark Payne y Daniel Zovatto (2006), “no hay que perder de
vista que la consolidación del sistema democrático descansa también, entre otras cosas, sobre el
apoyo de la opinión pública, apoyo que se va cimentando con el tiempo” (2006:297). Sabemos que
la opinión ciudadana puede ser alterada por la comunicación política gubernamental y que, a veces,
el apoyo o la satisfacción pueden estar infundados. Sin embargo, aceptamos esa amenaza a nuestro
enfoque teórico y lo hacemos desde una noción de la comunicación política que la distingue muy
claramente del marketing político.
Al respecto, Crespo, Garrido, Carletta y Riorda (2011) han sostenido que la comunicación política
“no se revela como una degradación de la política (más allá de algunas visiones en ese sentido) sino
que, por el contrario, la revaloriza y al mismo tiempo representa la condición de funcionamiento del
espacio público ensanchado de la democracia de masas y prácticamente sin fronteras” (2011:11).
Desde ese punto de vista, que compartimos, la comunicación política gubernamental puede forta-
lecer las creencias sociales o ciudadanas sobre la democracia y contribuir a reflejar la “legitimidad
democrática”.
La convicción con respecto al origen y al desempeño de los gobiernos debe reflejarse en el apoyo de la
opinión pública al “régimen democrático” y al “sistema democrático”. Es decir, el “apoyo difuso” y el “apo-
yo específico” que planteara Easton en 1965 y que Pipa Norris en 1999 desagregara en apoyo difuso a
la comunidad política, desempeño del régimen, apoyo a los principios básicos del régimen, apoyo a las
instituciones del régimen y apoyo a los actores políticos (Mateo Díaz, Payne y Zovatto, 2006).
El “apoyo difuso” puede medirse a través del apoyo de la opinión pública a los principios de la de-
mocracia, mientras que el “apoyo específico” puede medirse mediante la satisfacción de la opinión
pública con las realizaciones de la democracia. Tanto el “apoyo a la democracia” y la “satisfacción con
30
1. Desarrollo local y regional
la democracia” son indicadores que han sido medidos por la Corporación Latinobarómetro a partir
del año 1996, lo que permite hacer comparaciones.
El primero (apoyo) mide la población que prefiere la democracia a cualquier otra forma de gobierno,
es decir, la democracia como forma de gobierno en comparación con cualquier otra y, específica-
mente, con un régimen autoritario. El segundo (satisfacción) mide la población que está muy satis-
fecha o más bien satisfecha con el funcionamiento de la democracia en su país, es decir, no mide la
democracia como forma de gobierno sino su funcionamiento. El apoyo difuso puede depender de
la cultura política, mientras que el apoyo específico depende del proceso de diseño y gestión de
políticas públicas y, sobre todo, de sus resultados.
Satisfacción
Apoyo
con la
a la democracia
democracia
Elaboración propia
31
CAPÍTULO II:
NUEVO MUNICIPALISMO PARA EL
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
1. Un nuevo municipalismo
Sin embargo, todavía hay municipios que no son autónomos legal y constitucionalmente. Es decir,
todavía hay municipios que no gozan del reconocimiento legal y constitucional de sus autonomías.
A su vez, todavía hay municipios que gozan de esas autonomías según las leyes y constituciones
tanto nacionales como subnacionales pero no son realmente autónomos. Esta es, tal vez, la gran hi-
pocresía del municipalismo latinoamericano. Los municipios no tienen las competencias necesarias
según las leyes y constituciones o las tienen pero sin los recursos suficientes para atenderlas. Sobre
todo, no tienen los recursos financieros y humanos.
Esa reivindicación no tiene que ver con la población ni con territorio. La base y el punto de partida de
la reivindicación municipalista no dependen de la cantidad de habitantes ni de la superficie del ejido
o radio. Tampoco dependen de las formas de organización de los Estados nacionales o subnaciona-
les. La reivindicación municipalistaproviene del “principio de inmediatez”. Los municipios deben ser
autónomos porque las administraciones y los gobiernos locales están cerca de los problemas y, por
lo tanto, pueden y deben estar más cerca de las soluciones. A su vez, la reivindicación municipalista
es el fundamento de la descentralización política, económica, financiera y administrativa.
Con la lucha por las autonomías municipales como trasfondo, la evolución del municipalismo latino-
americano muestra dos grandes momentos (u oleadas) y un tercero, al que nos estamos introducien-
do. Con diferencias según los diversos regímenes de cada país, en general se puede observar que
en un primer momento las administraciones municipales se dedicaron solamente a la prestación de
33
J, Emilio Graglia
los servicios urbanos. Por ejemplo, el alumbrado, el barrido y la limpieza. También se puede observar
que esos servicios se hicieron cada vez más complejos y complicados, incluyendo el transporte ur-
bano de pasajeros, el tratamiento de aguas residuales y la recolección y disposición final de residuos,
entre otros.
En una segunda etapa, los gobiernos municipales se consagraron, además, a la promoción del de-
sarrollo local. De esa manera, se hicieron cargo de diversas materias concurrentemente con los go-
biernos subnacionales o nacionales. Por ejemplo, se hicieron cargo de satisfacer necesidades de
vivienda, medioambiente e infraestructura de servicios (Pacharoni, 2004), empleo y crecimiento
(Scandizzo, 2004), educación, salud y complemento de necesidades básicas insatisfechas (Cingola-
ni, 2004), participación, confianza, acción colectiva y cooperación (Cáceres, 2004) de una localidad
(Graglia y Riorda, 2006).
Vale la pena subrayar que el segundo momento no sustituye el primero. Es decir, la promoción del
desarrollo local no sustituye la prestación de los servicios urbanos. Aquella se agrega a esta. Los mu-
nicipios, sus administraciones y gobiernos siguen siendo responsables (primera y principalmente) de
prestar eficiente y eficazmente los servicios en la localidad, pero también se hacen responsables de
promover un desarrollo de la localidad. Las administraciones y los gobiernos municipales deben pres-
tar los servicios de alumbrado, barrido y limpieza en su territorio, pero también promover el desarrollo
del capital físico, de la actividad económica, del capital humano y del capital social de su territorio.
Elaboración propia
34
1. Desarrollo local y regional
Explícita o implícitamente, por convenios o por abandonos, la consecuencia del paso de la primera
a la segunda oleada del municipalismo ha sido la ampliación de responsabilidades a cargo de las
administraciones y los gobiernos municipales, sin los recursos suficientes en muchos casos. Sobre
todo, sin las transferencias ni los aportes de otras jurisdicciones. No pocas veces esto ha provocado
situaciones de desfinanciamiento y, consecuentemente, de ingobernabilidad por acumulación cre-
ciente de demandas insatisfechas. Esa indeseable consecuencia debe tenerse muy en cuenta de cara
a la tercera oleada del municipalismo.
Está claro que los gobiernos municipales no pueden prestar servicios urbanos ni (mucho menos)
promover desarrollos locales sin autonomías (legales y reales). Está claro, también, que los procesos
de transferencia de funciones de los gobiernos nacionales o subnacionales a los gobiernos muni-
cipales continuarán y se consolidarán los existentes, con los recursos suficientes en el mejor de los
casos. Ahora bien, se vislumbra una “tercera ola del municipalismo”.
Tanto en la primera como en la segunda etapa, los gobiernos municipales se relacionaron coope-
rando mutuamente en la prestación de servicios urbanos y, también, en la promoción de desarrollos
locales. Hay muchas experiencias sobre relaciones intermunicipales de cooperación recíproca. Por
ejemplo, dos o más municipios que se asociaban para realizar obras públicas de pavimentación, para
iniciar o impulsar actividades conjuntas en la formación de los recursos humanos o en la gestión del
turismo, etc.
Hasta ahora, hemos visto diversos gobiernos municipales que se asociaban para ayudarse en el ejer-
cicio de diversas funciones, pero siempre dentro de sus respectivos ejidos o radios. Sin embargo,
junto con esa cooperación intermunicipal que conocemos y destacamos, el “nuevo municipalismo”
se caracterizará por tres factores principales: el asociativismo intermunicipal, la coordinación inter-
gubernamental y la concertación intersectorial a escala regional.
35
J, Emilio Graglia
territoriales en coordinación con los gobiernos subnacionales y nacionales y en concertación con los
sectores privados” (Graglia, 2008). Respecto de esta hipótesis de trabajo, se imponen tres aclaracio-
nes a sendas cuestiones: qué entendemos por “asociaciones intermunicipales”, qué decimos al decir
“gobernando” y qué entendemos por “regiones territoriales”.
Por “asociaciones intermunicipales” entendemos los entes, las mancomunidades, las agrupaciones
o los consorcios (Giuliano, 2006) constituidos por gobiernos municipales. Sostenemos que los aso-
ciados deben ser gobiernos de municipios autónomos y reconocidos por los gobiernos nacionales
o subnacionales. Esto independientemente del tamaño de sus poblaciones (pueden ser ciudades,
municipalidades o comunas, etc.) y del alcance de sus regímenes legales, es decir, más allá de sus
formas de organización y funcionamiento, de sus competencias (materiales y territoriales) y sus re-
cursos financieros (propios o de otras jurisdicciones).
No las pensamos como simples asociaciones informales. Las pensamos como personas jurídicas de
derecho público, con capacidad legal para elegir sus autoridades y sancionar sus normas de organi-
zación y funcionamiento, para contratar, realizar obras y prestar servicios públicos en virtud de de-
legaciones de los gobiernos nacionales o subnacionales o de los gobiernos municipales asociados.
Las asociaciones intermunicipales de las que hablamos deben constituirse a partir de las autonomías
municipales y, sobre esa base, los gobiernos nacionales o subnacionales deben reconocerlas.
Al decir “regiones territoriales” pensamos en espacios geográficos. Esos espacios pueden ser homo-
géneos o heterogéneos desde un punto de vista social o económico. Más allá de la homogeneidad
o la heterogeneidad social o económica, lo importante es que esos espacios contengan los ejidos o
radios de los municipios asociados por una parte y, por la otra, las zonas existentes “fuera” de dichos
ejidos o radios pero “dentro” de la región a la que esos municipios pertenecen (si las hubiere). Hace-
mos esta distinción porque los regímenes legales (tanto nacionales como subnacionales) difieren en
cuanto a las competencias territoriales de los municipios.
21 En la República Argentina, un ejemplo del primer sistema es la provincia de Buenos Aires, mientras que un ejem-
plo del segundo sistema es la provincia de Córdoba.
36
1. Desarrollo local y regional
sistema) más las zonas existentes “fuera” de dichos ejidos o radios, pero “dentro” de la región a la que
esos municipios pertenecen (segundo sistema).
Elaboración propia
En la tercera ola del municipalismo, las administraciones y los gobiernos municipales seguirán pres-
tando los respectivos servicios urbanos y promoviendo los respectivos desarrollos locales, pero ade-
más deberán encargarse del desarrollo de su región. Está claro que el desarrollo local es la base y
el punto de partida del desarrollo regional, pero también debe estar claro que este es el soporte
de aquel. Para que se desarrollen las localidades debe progresar la región que las contiene, nece-
sariamente. Hoy por hoy, trabajar a favor del desarrollo local implica trabajar a favor del desarrollo
regional y viceversa.
Para los gobiernos municipales, y también para los gobiernos subnacionales y nacionales, será un
cambio de fondo respecto de las relaciones preexistentes. Para los primeros, una cosa es prestar un
servicio urbano o promover el desarrollo local con el apoyo subnacional o nacional y otra cosa es go-
bernar una región en asociación con otros gobiernos municipales y en coordinación con el gobierno
subnacional y el gobierno nacional. Asimismo, para los segundos, una cosa es descentralizar una
obra o un servicio a un gobierno municipal individualmente y otra cosa es descentralizar funciones
y recursos a una asociación intermunicipal que gobierna una región.
Estos cambios deben suponer un gran acuerdo inicial entre los gobiernos municipales y los gobier-
nos subnacionales o nacionales. No se puede pensar este “nuevo municipalismo” en términos de
37
J, Emilio Graglia
ganar-perder sino de ganar-ganar. Los primeros deberán asociarse con el propósito de gobernar
las regiones que ellos componen, ampliando sus responsabilidades, mientras que los segundos de-
berán favorecer la constitución de asociaciones intermunicipales, reconocerles personería jurídica,
competencias materiales y territoriales, transfiriéndoles recursos al efecto (a esos fines podrían crear
nuevas regiones territoriales, subdividir o reorganizar las existentes si fuera necesario).
Finalmente, el “nuevo municipalismo” del que hablamos deberá caracterizarse por la concertación
entre el sector gubernativo, por una parte, y los sectores privados, por la otra. Hoy por hoy, cualquier
política pública eficiente y eficaz supone que las diversas jurisdicciones gubernamentales trabajen
concertadamente con los privados. La ejecución de políticas para el desarrollo local y regional debe
ser concertada si busca ser exitosa. Para ejecutar planes (programas o proyectos) exitosamente debe
hacerse en concertación con los sectores empresariales y civiles. Esto supone, a su vez, diagnósticos
participativos previamente elaborados.
La ley de regionalización provincial adopta los ocho componentes del Índice de Desarrollo Local
para la Gestión (IDLG), elaborado por un equipo de investigación de la Universidad Católica de Cór-
doba y publicado en junio de 2004.22 Los valores del IDLG y del IDRG varían de 0 (mínimo desarrollo
o gestión) a 1 (máximo desarrollo o gestión) para cada localidad o región23 y para cada municipio o
Comunidad Regional.24 De esa manera, se puede analizar el desarrollo del capital físico, la actividad
económica, el capital humano o el capital social y, también, la gestión financiera, la capacidad insti-
tucional, la transparencia y la participación política entre 0 y 1.
El cálculo agregado de los ocho componentes deriva en un valor único de desarrollo para cada lo-
calidad o región y para cada municipio o Comunidad Regional, a la manera de un índice. Asimismo,
puede desagregarse el análisis a nivel de componentes, subcomponentes e indicadores, con el fin
de detectar los aspectos menos desarrollados o peor gestionados. Cabe señalar que el propósito
del IDLG y del IDRG no es comparar las diversas localidades o regiones ni los diversos municipios
o Comunidades Regionales ni establecer especies de “ranking” entre ellos, sino convertirse en una
herramienta que permita diseñar y gestionar políticas para el desarrollo local y regional.
38
1. Desarrollo local y regional
De acuerdo con el marco conceptual que explicita y justifica la pertinencia de cada uno de estos ocho
componentes del desarrollo (local y regional), a continuación nos remitimos a presentar y definir
muy brevemente los componentes, subcomponentes e indicadores de ambos índices. Al respecto,
consideramos que hay cuatro componentes que sirven para medir el desarrollo: capital físico, activi-
dad económica, capital humano y capital social por una parte y, por la otra, cuatro componentes que
sirven para medir la gestión del desarrollo: capacidad institucional, gestión financiera, transparencia
y participación política.
En general, podría decirse que desde el punto de vista del Índice de Desarrollo Local para la Gestión
(IDLG) y del Índice de Desarrollo Regional para la Gestión (IDRG), las necesidades del desarrollo local y re-
gional son el desarrollo del capital físico, el desarrollo de la actividad económica, el desarrollo del capital
humano y el desarrollo del capital social. Asimismo, podría decirse que los problemas públicos a resolver
para que puedan satisfacerse aquellas necesidades locales y regionales son la ineficiencia financiera, la
incapacidad institucional, la falta de transparencia y la falta de participación política, principalmente.
Desde ya, tanto la gestión del hábitat, en términos de Daniela Gargantini (2007), como la gestión del
territorio, en términos de Delgadino y Alippi (2006), son clave a los fines del desarrollo del capital
físico de una localidad o región. Sin gestión del hábitat y del territorio no hay desarrollo del capital
físico. Como bien afirma Winfried Michels (2008), la vivienda no puede ser reemplazada por otros
bienes. “Independientemente de que se trate de una cueva, una carpa, una casa propia o un rascacie-
los, la vivienda fue y es una de las necesidades básicas del ser humano, tan importante como comer,
beber y dormir” (2008:302).
Reconsiderando aquellas propuestas de los equipos de investigación, desde nuestro punto de vista,
los componentes para la medición del desarrollo del capital físico a escala local y regional deberían
ser los siguientes:
25 En el marco del Programa de Fortalecimiento Institucional de Municipios (PROFIM) del Instituto de Ciencias de la
Administración (ICDA).
26 En asociación con el Instituto Provincial de Capacitación Municipal (INCAM) del Gobierno de la Provincia de Cór-
doba.
39
J, Emilio Graglia
1) vivienda e
2) infraestructura de servicios, incluyendo tanto obras públicas como servicios públicos
Vivienda
Obras públicas
Infraestructura
de servicios
Servicios públicos
Elaboración propia
En términos del IDD-Lat, el desempleo urbano (junto con los hogares bajo la línea de pobreza, el
desempeño en salud y el desempeño en educación) sirve para medir la “capacidad para generar
políticas de bienestar”, mientras que el PBI per cápita (junto con la libertad económica, la brecha de
ingresos, la inversión sobre el PBI y el endeudamiento sobre el PBI) sirve para medir la “capacidad
para generar políticas de eficiencia económica”.
Según sostienen Ansgar Belke y Frank Baumgärtner (2008), el problema del desempleo trae con-
secuencias duraderas para el individuo, como el deterioro del nivel de vida y problemas psíquicos,
entre otros. Tradicionalmente, “la oferta excedente en el mercado laboral se mide únicamente en
función del índice de desempleo, sin considerar la oferta de mano de obra potencial que no está
registrada como desempleada y que por ello no se refleja en las estadísticas” (2008:162). Siempre
40
1. Desarrollo local y regional
según Belke y Baumgärtner (2008), la política económica persigue otros tres objetivos macroeconó-
micos: el crecimiento económico, la estabilidad del nivel de precios y el equilibrio externo.27
Reconsiderando aquellas propuestas de los equipos de investigación, desde nuestro punto de vista,
los componentes para la medición del desarrollo de la actividad económica a escala local y regio-
nal deberían ser los siguientes:
1) empleo,
2) crecimiento de la economía local o regional, incluyendo tanto la demanda (medida
por el consumo) como la oferta (medida por la producción) de bienes y servicios.
Empleo
Demanda (consumo de
Crecimiento bienes y servicios)
de la economía local
y regional
Oferta (producción de
bienes y servicios)
Elaboración propia
En comparación con las propuestas de aquellos equipos de investigación de la UCC y la UNVM, man-
tenemos ambos componentes y desagregamos el segundo en “demanda económica” y “oferta eco-
nómica”. Claramente, el desarrollo de la actividad económica supone el aumento del empleo y, de
esa manera, la disminución de la pobreza y la desigualdad por una parte y, por la otra, el crecimiento
tanto del consumo como de la producción de bienes y servicios de la localidad o región.
27 En vista de que no es posible realizar los cuatro objetivos a la vez, se habla del “cuadrado mágico” de la política
económica (Belke y Baumgärtner, 2008:164).
41
J, Emilio Graglia
Como se ha visto, el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina (IDD-Lat) considera la edu-
cación y la salud como dos de los cuatro indicadores de capacidad para generar políticas de bienes-
tar (los otros dos son el desempleo urbano y los hogares bajo la línea de pobreza). El desempeño en
salud se cuantifica utilizando una variable de calidad (la tasa de mortalidad infantil) y una variable
de esfuerzo (el gasto en salud), mientras que el desempeño en educación también se cuantifica uti-
lizando una variable de calidad (la matriculación secundaria) y una variable de esfuerzo (el gasto en
educación).
Mauricio Lisa (2007) sostiene que el medioambiente excede la problemática política, social y
económica, constituyendo algo más amplio y abarcador: la dimensión ambiental, que com-
prende también el concepto de desarrollo humano sustentable, “lo cual se plasma en la idea
de un modelo de economía social y ecológica de mercado” (2007:11). Para Delgadino y Alippi
(2006), el “desarrollo sostenible” se podrá alcanzar si la gestión de infraestructura y de servi-
cios se realiza con principios que contribuyan a la conservación de espacios rurales y urbanos,
minimizando las acciones que tengan impacto negativo sobre el ambiente y haciendo más
lentos los impactos.
Reconsiderando aquellas propuestas de los equipos de investigación, desde nuestro punto de vista,
los componentes para la medición del desarrollo del capital humano a escala local y regional de-
berían ser los siguientes:
1) educación,
2) salud y
3) medioambiente, incluyendo tanto el tratamiento de aguas residuales como la recolección
y disposición de residuos: cobertura de la recolección, tratamiento y reciclado de residuos.
Educación
Desarrollo del capital humano
Salud
Tratamiento de aguas
residuales
Ambiente
Recolección y disposición
de residuos
Elaboración propia
En comparación con las propuestas de aquellos equipos de investigación de la UCC y la UNVM, man-
tenemos los componentes “educación” (disponibilidad de servicios y tasa de asistencia escolar) y
42
1. Desarrollo local y regional
De acuerdo con Bernardo Kliksberg (2011), la idea de capital social surge cuando se deja de consi-
derar a los seres humanos como “unidades individuales que actúan en el mercado como oferentes
y demandantes de bienes” y se atienden por lo menos cuatro dimensiones de relaciones entre ellos
ajenas al mercado pero de gran peso en la vida concreta: el “clima de confianza al interior de una
sociedad”, la “capacidad de asociatividad”, la “conciencia cívica” y los “valores éticos” (2011:264-268).
Ahora bien, tanto el “clima de confianza al interior de una sociedad” y la “capacidad de asociatividad”
como la “conciencia cívica” y los “valores éticos” que plantea Kliksberg desaparecen cuando aparecen
el delito y la violencia. Al hablar del delito y la violencia incluimos los delitos que son sancionados por
los códigos penales y, también, las contravenciones que son sancionadas por los códigos de faltas.
Las conductas delictivas y violentas son una muestra de descapitalización social.
Seguridad
y convivencia
Participación
Fortalecimiento
de la sociedad civil Confianza
Acción colectiva
y cooperación
Elaboración propia
43
J, Emilio Graglia
Reconsiderando aquellas propuestas de los equipos de investigación, desde nuestro punto de vista,
los componentes para la medición del desarrollo del capital social a escala local y regional debe-
rían ser los siguientes:
1) seguridad y convivencia y
2) fortalecimiento de la sociedad civil, incluyendo participación, confianza y acción co-
lectiva y cooperación.
En comparación con las propuestas de aquellos equipos de investigación de la UCC y la UNVM, agre-
gamos el componente “seguridad y convivencia” (disponibilidad de servicios y tasa de homicidios
cada 100.000 habitantes) y mantenemos los componentes “participación en grupos y organizacio-
nes”, “confianza (tanto interpersonal como institucional)” y “acción colectiva y cooperación” como
subcomponentes del componente “fortalecimiento de la sociedad civil”.
Como se ha visto, la “receptividad” de los gobiernos y las administraciones públicas es uno de los tres
factores de la representación política que plantea la profesora Antonia Martínez (2004) junto con
la representatividad y la rendición de cuentas. Dicha receptividad gubernamental y administrativa
supone a su vez la “productividad” en la dirección de las políticas para el desarrollo local y regional.
Sobre este particular volveremos en el punto 3 del Capítulo I del Apartado Nº 3.
Pues bien, la dirección productiva de las políticas públicas en general y, particularmente, de las polí-
ticas para el desarrollo de una o varias localidades o regiones, presupone equilibrio o superávit fiscal,
aumento de la inversión y disminución de la deuda. La experiencia comparada demuestra que el
déficit fiscal (derivado del aumento de los gastos corrientes y la disminución de los ingresos propios
o las transferencias y aportes), la desinversión de capital y obra pública o el endeudamiento hacen
insostenibles las políticas para el desarrollo local y regional.
Reconsiderando aquellas propuestas de los equipos de investigación, desde nuestro punto de vista,
los componentes para la medición de la gestión financiera deberían ser los siguientes:
1) funcionamiento fiscal,
2) inversión de capital y
3) gestión del endeudamiento.
44
1. Desarrollo local y regional
Funcionamiento fiscal
Gestión financiera
Inversión
Gestión del
endeudamiento Deuda
Elaboración propia
La experiencia comparada demuestra que la descoordinación entre las dependencias de una misma
administración pública o entre los gobiernos, la falta concertación entre el sector estatal y los secto-
res privados y ciudadanos, la imprevisión y la consiguiente improvisación en la planificación del de-
sarrollo integral a escala local y regional o la ineficiencia en la gestión organizacional de los recursos
humanos hacen insostenibles las políticas para el desarrollo de una o varias localidades o regiones.
Reconsiderando aquellas propuestas de los equipos de investigación, los componentes para la me-
dición de la capacidad institucional a escala local y regional deberían ser los siguientes:
45
J, Emilio Graglia
Concertación
intersectorial
Planeamiento
del desarrollo
Gestión organizacional
y de los recursos
humanos
Elaboración propia
En comparación con las propuestas de aquellos equipos de investigación de la UCC y la UNVM, man-
tenemos el componente “gestión asociada” especificando la “coordinación intergubernamental” y la
“concertación intersectorial”, y desdoblamos el componente “capacidad de gestión” en dos: el “pla-
neamiento del desarrollo” y la “gestión organizacional (organización política y procedimientos admi-
nistrativos) y de los recursos humanos”.
2.7. Transparencia
Según las propuestas que hicieran aquellos equipos de investigación de la Universidad Católica de
Córdoba y la Universidad Nacional de Villa María, los componentes para medir la transparencia de
los gobiernos y las administraciones públicas a escala local y regional podrían ser cuatro (Riorda,
2004; Graglia y Riorda, 2006): 1) la “publicidad del presupuesto”, 2) la “publicidad de los actos de go-
bierno”, 3) la “presentación de las declaraciones juradas” y 4) la “percepción de transparencia”.
A su vez, la “publicidad del presupuesto” se podría medir a través de: a) la publicidad del presupuesto
presentado, b) la publicidad del presupuesto aprobado y c) la publicidad del presupuesto ejecutado.
La “publicidad de actos de gobierno”, mediante: a) retribuciones totales de planta política y asesores,
b) resultados de licitaciones públicas y c) boletín oficial. La “presentación de declaraciones juradas”,
por medio de: a) la presentación de declaraciones juradas del Ejecutivo y b) la presentación de de-
claraciones juradas del Legislativo. Finalmente, la “percepción de la transparencia” se podría medir a
través de: a) la percepción de corrupción y b) la percepción de acción de gobierno.
Como se ha visto, la “rendición de cuentas” de los gobiernos y las administraciones públicas es uno
de los tres factores de la representación política que plantea la profesora Antonia Martínez (2004).
Dicha rendición de cuentas gubernamental y administrativa supone a su vez la “transparencia” en
46
1. Desarrollo local y regional
la difusión de las políticas para el desarrollo local y regional. Sobre este particular volveremos en el
punto 3 del Capítulo II del Apartado Nº 3. Pues bien, la difusión transparente presupone publicidad
del presupuesto y acceso a la información pública. La experiencia comparada demuestra que las
fallas de secretismo y demagogia hacen insostenibles las políticas para el desarrollo local y regional.
Reconsiderando aquellas propuestas de los equipos de investigación, desde nuestro punto de vista,
los componentes para la medición de la transparencia a escala local y regional deberían ser los
siguientes:
Componentes de la transparencia
Presentado
Pubiicidad
Aprobado
del presupuesto
Transparencia
Ejecutado
Acceso
a la información
púbiica
Elaboración propia
En comparación con las propuestas de aquellos equipos de investigación de la UCC y la UNVM, man-
tenemos la “publicidad del presupuesto” especificando la publicidad del presupuesto “presentado”,
el “aprobado” y el “ejecutado”, sustituimos la “publicidad de los actos de gobierno” y la “presenta-
ción de las declaraciones juradas” por el “acceso a la información pública” en los términos del Índice
de Desarrollo Democrático de América Latina (IDD-Lat) y quitamos la“percepción de transparencia”
como componente.
47
J, Emilio Graglia
El IDD-Lat considera los “mecanismos de democracia directa” como uno de los tres indicadores para
medir la “accountability legal y política”. Los otros dos son la “elección de los jueces de la Corte Su-
prema” y la “actuación del Ombudsman (o del Defensor del Pueblo)”. Asimismo, considera el “acceso
a la información pública” como uno de los y tres indicadores para medir la “accountability social”. Los
otros dos son las “condiciones para el ejercicio de una prensa libre” y el “habeas data” personal.
Reconsiderando aquellas propuestas de los equipos de investigación, desde nuestro punto de vista,
los componentes para la medición de la participación política a escala local y regional deberían ser
los siguientes:
Electoral
Mecanismos de
democracia directa
No electoral
Consejos consultivos o
foros de la sociedad civil
Elaboración propia
48
1. Desarrollo local y regional
CAPÍTULO III:
POLÍTICAS PÚBLICAS PARA EL DESARROLLO
LOCAL Y REGIONAL
Planes Un Estado
(programas o proyectos) (nacional, subnacional o municipal)
y actividades como responsable “principal”
Elaboración propia
No dudamos en afirmar que el bien común es su razón de ser (CELAM, 2007) y que, consecuen-
temente, la satisfacción social y la aprobación ciudadana son sus fines (Aguilar Villanueva, 2010).
Asimismo, aseveramos que las políticas para el desarrollo local y regional son herramientas del Es-
tado (municipal, subnacional o nacional). Esa definición entraña dos nociones que la explican y la
49
J, Emilio Graglia
justifican desde el enfoque teórico que sostenemos: un Estado (nacional, subnacional o municipal)
como responsable principal por una parte y, por la otra, una sociedad local y regional como primera
finalidad y partícipe necesaria.
El Estado puede ser municipal, subnacional28 o nacional. No pocas veces se identifican las políticas
para el desarrollo local con las políticas municipales. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, las
políticas para el desarrollo de una localidad o región deben ser municipales, pero también pueden
subnacionales o nacionales. Por lo tanto, la búsqueda del desarrollo integral a escala local y regional
debe entenderse como una responsabilidad concurrente.
Desde una noción simplemente descriptiva, se dice que las políticas para el desarrollo local y regio-
nal son planes (programas o proyectos) y actividades estatales. Pero desde una noción más prescrip-
tiva, se agrega que deben buscar la satisfacción social y la aprobación ciudadana. La noción simple-
mente descriptiva define las políticas para el desarrollo local y regional “desde el sujeto” (el Estado).
En cambio, la noción más prescriptiva las define “hacia el objeto” (la localidad o la región). De esa
manera, puede haber planes (programas o proyectos) y también actividades pero sin políticas para
el desarrollo local y regional.
Si se adopta una noción simplemente descriptiva, cualquier plan (programa o proyecto) o cualquier
actividad estatal que privatizara o estatizara un servicio público (de recolección de residuos, por ejem-
plo) en una localidad o región sería una política para el desarrollo local y regional. Pero si se adopta
una noción más prescriptiva, la estatización o la privatización de ese servicio sería una política para
el desarrollo local y regional solamente si fuese capaz de subordinar los intereses de los gobernantes
28 De acuerdo con el régimen federal de la República Argentina, las provincias deben ser consideradas como Estados
subnacionales, por ejemplo.
29 Las “regiones” de la provincia de Córdoba en la República Argentina son un ejemplo de región “intermunicipal”
que incluye varios Estados municipales.
30 La “Región Centro” en la República Argentina es un ejemplo de región “interprovincial” que incluye varios Estados
subnacionales: las provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
31 El Mercado Común del Sur (Mercosur) es un ejemplo de región “internacional” que incluye varios Estados naciona-
les: la República Argentina, la República Federativa de Brasil, la República del Paraguay, la República Oriental del
Uruguay, la República Bolivariana de Venezuela y el Estado Plurinacional de Bolivia.
50
1. Desarrollo local y regional
o las demandas de los empresarios a las necesidades de la localidad o región (el medioambiente, por
ejemplo).
Sin dudas, la opción entre ambas nociones (la descriptiva o la prescriptiva) depende de la filosofía
política que se adopte como punto de partida. Inspirados por el humanismo cristiano, nos inclina-
mos a favor de la noción más prescriptiva por dos razones básicamente. La primera, porque orienta
los planes (programas o proyectos) y las actividades estatales a la búsqueda del bien común, la satis-
facción social y la aprobación ciudadana; y la segunda, porque de esa manera prestigia el concepto
de política para el desarrollo local y regional como herramienta del Estado al servicio de la localidad
o región.
Entonces, todas las políticas para el desarrollo local y regional son planes (programas o proyectos)
y actividades que buscan la satisfacción social y la aprobación ciudadana; pero no todos ellos son
políticas para el desarrollo local y regional, sino solamente aquellos que, además, “tienen al Estado
como responsable principal”. Asimismo, todas las políticas para el desarrollo local y regional son pla-
nes (programas o proyectos) y actividades que tienen al Estado como responsable principal; pero
no todos ellos son políticas para el desarrollo local y regional, sino solamente aquellos que, además,
“buscan la satisfacción social y la aprobación ciudadana”.
A partir de esas nociones puede desarrollarse un modelo que trate de responder al cómo, es decir, a
las cuestiones metodológicas: cómo “analizar y diseñar” y cómo “gestionar y evaluar” políticas para el
desarrollo local y regional32 que tengan al Estado como principal responsable y a la sociedad local o
la región como primera finalidad. Claramente, el cómo se subordina al por qué y al para qué. Es decir,
lo metodológico se relaciona estrechamente con lo ideológico.
Un modelo de políticas públicas subordinado a esa razón de ser y esos fines debería reconocer dos
características principalmente: la doble tendencia hacia la integración (Ensinck, 2008) y la descen-
tralización (Gill, 2010) de competencias y recursos estatales junto con el protagonismo creciente de
los sectores privados (con y sin fines de lucro) y ciudadano (Aguilar Villanueva, 2010) por una parte
y, por la otra, la subordinación de los intereses político-gubernamentales del Estado y las demandas
económico-empresariales del mercado al bien común de la localidad o región y, a su vez, la subordi-
nación del bien común de la localidad o región a la dignidad de la persona humana (Casaretto, 2011).
Desde ya, adelantamos que el Estado es el responsable “principal”, pero no exclusiva ni excluyente-
mente; y que la sociedad local y regional debe ser vista como primera finalidad, pero a la vez conside-
rada como partícipe necesaria. Siguiendo el enfoque de “gobernanza” de Aguilar Villanueva (2010),
el Estado es necesario pero insuficiente. Gobernanza “representa el nuevo perfil que ha ido tomando
el modo de gobernar y que destaca el hecho de que gobierno y sociedad sin perder su diferencia
e independencia producen ahora en modo asociado (‘coproducen’) un buen número de políticas,
inversiones, proyectos, y servicios públicos” (Aguilar Villanueva, 2010:35-36).
El mismo Aguilar Villanueva aclara que ese nuevo proceso de gobernar “no denota ni ensalza en nin-
gún modo el principio de la autorregulación y orden social mediante la mano invisible de mercados
32 Del análisis y el diseño (diagnóstico y decisión) nos ocupamos en el Apartado Nº2, mientras que de la gestión
(dirección y difusión) y la evaluación nos ocupamos en el Apartado Nº3.
51
J, Emilio Graglia
o sólo por los vínculos morales y afectivos de solidaridad, confianza y cooperación de las organiza-
ciones de la sociedad civil” (2010:43). Nuestra noción de políticas en general y, particularmente, de
políticas para el desarrollo local y regional “a modo de gobernanza”, reivindica un Estado presente y, a
la par, una localidad o región partícipes. Ese concepto de síntesis y sinergia entre lo estatal y lo social
anima nuestro marco teórico.
Según Alfredo Osorio (2003), las fases (grandes bloques) de actividades del planeamiento estratégi-
co son las siguientes: la “apreciación de la situación”, el “diseño normativo y prospectivo”, el “análisis y
formulación estratégica” y, finalmente, la acción táctica operacional. Asimismo, los momentos de la
planificación estratégica situacional (PES) propuestos por Carlos Matus (citado por Osorio, 2003:66)
son los siguientes: el “momento explicativo”, el “momento normativo”, el “momento estratégico” yel
“momento operacional”.
La apreciación de la situación es la primera fase o el primer gran bloque de actividades del pla-
neamiento estratégico y consiste en la reunión y valoración de información, describiendo el estado
actual del organismo en sus relaciones internas y en sus múltiples vinculaciones con el contexto. En
términos de Matus, el momento explicativo supone indagación y construcción conceptual de la
realidad “como fue, como es y como tiende a ser”.
El análisis y formulación estratégica es el tercer gran bloque de actividades del planeamiento es-
tratégico y consiste en la evaluación del presente en términos del futuro deseado y la determinación
de la factibilidad de las operaciones y acciones para alcanzarlo, estableciendo un modelo operacio-
nal que describe cómo llegar desde el presente al futuro deseado. En términos de Matus, el momen-
to estratégico supone la articulación del “deber ser” con el “puede ser”.
Finalmente, después de apreciar la realidad “como fue, como es y como tiende a ser”, de diseñar la
realidad “como debe ser” y de analizar la realidad como “puede ser”, la cuarta fase del planeamiento
estratégico es la acción táctica operacional y consiste en la puesta en práctica de las operaciones
y acciones establecidas en el plan estratégico y su versión operacional. En términos de Matus, el
52
1. Desarrollo local y regional
momento operacional supone acciones emprendidas para alcanzar los objetivos, es decir, hacer y
recalcular.
La planificación estratégica, el diseño y la gestión de políticas para el desarrollo local y regional son
complementarias, pero no se suponen recíprocamente. La planificación estratégica puede ser un
valioso punto de partida a los fines diseñar y gestionar políticas para el desarrollo local y regional,
pero no es un requisito indispensable. Si al momento de diseñar una política para el desarrollo local y
regional hubiera un plan estratégico, la recomendación es tomarlo como base. Pero si no lo hubiera,
entonces, lo recomendable es iniciar el proceso de diseño y, paralelamente, considerar la posibilidad
de formular un plan estratégico.
Suele decirse que la planificación a largo plazo o el consenso inicial son las notas distintivas entre las
políticas para el desarrollo local y regional y las “políticas de Estado”. Obviamente, ambas son condi-
ciones favorables, indudablemente, pero no la distinción fundamental. A veces, se planifica a largo
plazo o se consigue un consenso inicial pero el gobierno siguiente interrumpe las actividades. Otras
veces, en cambio, se planifica a corto (o a mediano plazo) o no se supera un conflicto inicial pero el
gobierno siguiente continúa las actividades. La continuidad es, pues, la distinción fundamental.
Los proyectos, programas y planes (sean estratégicos o no) son una condición necesaria pero in-
suficiente. Como se ha dicho, sin ellos no hay políticas públicas. Pero vale la pena subrayar que las
políticas son, también, actividades. Sin actividades tampoco hay políticas para el desarrollo local y
regional. Se definen las actividades en sentido amplio, o sea, como sinónimo de tareas (obras o servi-
cios). Los proyectos, programas y planes deben ser accionados. La satisfacción social y la aprobación
ciudadana son imposibles sin acciones. Por supuesto, lo ideal es que esas acciones hayan sido plani-
ficadas, programadas o proyectadas previamente.
Los proyectos, programas o planes sin actividades no son políticas para el desarrollo local y regional.
Son simples proyectos, programas o planes que muestran voluntarismo gubernamental. Por ejem-
plo, un “plan de educación” vale poco y nada sin escuelas donde se dicten clases, un “plan de salud”
vale poco y nada sin centros de atención primaria u hospitales donde se atiendan pacientes y un
“plan de ambiente” vale poco y nada sin recolección y disposición de residuos.
Muchas veces se anuncian “políticas para el desarrollo local y regional” que no se han implementado.
Según nuestro punto de vista, no cabe denominarlas ni considerarlas “políticas”. En el mejor de los
supuestos, pueden ser “planes, programas o proyectos para el desarrollo local y regional”. Luego, si se
53
J, Emilio Graglia
Asimismo, las actividades o acciones sin proyectos, programas y planes tampoco son políticas para
el desarrollo local y regional. Son simples acciones o actividades que demuestran activismo adminis-
trativo. Por ejemplo, el dictado de clases en las escuelas no implica un “plan de educación”, la aten-
ción de pacientes en los centros de atención primaria u hospitales no implica un “plan de salud” y la
recolección y disposición de residuos no implica un “plan de ambiente”.
Muchas veces se anuncian “políticas para el desarrollo local y regional” que no se han planeado. Se-
gún nuestro punto de vista, tampoco cabe denominarlas ni considerarlas “políticas”. En el mejor de
los supuestos, pueden ser “actividades para el desarrollo local y regional”. Luego, si provienen de pla-
nes, programas y proyectos, entonces, pueden considerarse “políticas”. Se trata, insistimos, de un res-
cate del significado de las palabras “políticas públicas” y no de un capricho en el uso de los términos.
Solamente juntos, proyectos, programas y planes, por una parte, “y” actividades, por la otra, configu-
ran una política para el desarrollo local y regional. Nos parece trascendente destacar que se trata de
una conjunción y no de una disyunción. No se trata del planeamiento o de la implementación como
opciones exclusivas o excluyentes. Se trata, pues, de un planeamiento que se implemente “después”
o de una implementación que se planee “antes”. Dicho en otros términos, de “proyectos, programas
o planes accionados” o de “acciones planificadas, programas y proyectadas”, indistintamente. En la
teoría es fácil decirlo, pero en la práctica es difícil hacerlo.
Un gobierno que no toma decisiones no gobierna. Luego, tomar decisiones correctamente es “gober-
nar bien”. Una administración pública que no implementa acciones no administra. Luego, accionar
correctamente es “administrar bien”. Pero el gobierno debe decidir (y hacerse cargo de sus decisio-
nes) consultando a la administración pública. Cuando los gobernantes ignoran a los administradores
54
1. Desarrollo local y regional
públicos, gobiernan mal. A su vez, la administración pública debe accionar (y hacerse cargo de su
acciones) consultando al gobierno. Cuando los administradores públicos ignoran a los gobernantes,
administran mal. Gobierno y administración son anverso y reverso de la realidad estatal.
Claramente, no hay Estado sin gobierno y no hay gobierno sin administración. Pero, en relación con
sus responsabilidades, debe establecerse un orden de prelación. El primero debe hacerse responsa-
ble de la administración del Estado. Pero la segunda no puede responsabilizarse del gobierno del Es-
tado. Si la administración pública no es productiva, el gobierno debe hacer reformas administrativas,
debe reorganizar las plantas de personal y las estructuras organizacionales. Pero si el gobierno no es
representativo, la administración pública no puede hacer reformas políticas, no puede modificar los
sistemas electorales o de partidos políticos.
Para tener políticas para el desarrollo local y regional son imprescindibles tanto los planes (progra-
mas y proyectos) gubernamentales como las actividades administrativas. Las fallas del gobierno o de
la administración pública son causas del subdesarrollo local y regional. Luego, los planes (programas
o proyectos) y las actividades estatales pueden ser diseñados o gestionados directamente o a través
de terceros. No se trata de un debate ideológico, sino de una opción metodológica. En cualquier caso
se requiere “la profesionalidad del servicio civil” en términos de Villoria Mendieta (2000).
El diagnóstico o el planeamiento de una política para el desarrollo local y regional pueden encar-
garse a una organización civil. La realización de una obra o la prestación de un servicio pueden con-
tratarse a una empresa privada (la pavimentación de calles o avenidas, el barrido y la limpieza, por
ejemplo). Ahora bien, lo que no se debe delegar es la responsabilidad tanto del gobierno como de la
administración pública en relación con los resultados de las políticas diseñadas o gestionadas para el
desarrollo local y regional. La responsabilidad de cara a la localidad o región es indelegable. Esa debe
ser la característica fundamental de un Estado (nacional, subnacional o municipal) “responsable”.
La “integración” (Ensinck, 2008) es un proceso a través del cual los Estados nacionales se asocian en
uniones interestatales o supraestatales. Un ejemplo al respecto es la Unión de Naciones Surameri-
canas (Unasur), integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay,
Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela. Por ejemplo, de acuerdo con su Tratado Constitutivo (Brasilia,
23 de mayo de 2008), la Unión de Naciones Suramericanas “tiene como objetivo construir, de manera
participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político
entre sus pueblos”.
55
J, Emilio Graglia
A partir de este doble proceso de integración y descentralización aparecen nuevos actores políti-
cos provenientes del sector estatal que se suman a los gobiernos y las administraciones públicas
(nacionales, subnacionales o municipales). Se trata de las “asociaciones intergubernamentales”. Las
políticas para el desarrollo local y regional deben ser diseñadas y gestionadas por un gobierno y una
administración pública, por supuesto. Pero, inexorablemente, en coordinación con otros gobiernos
y otras administraciones públicas y, además, con asociaciones intergubernamentales.
Por ejemplo, si se trata de una política nacional para el desarrollo local y regional del capital físico
o la actividad económica, el gobierno nacional no debería ignorar a los gobiernos subnacionales
o municipales ni a otros gobiernos nacionales. Si se trata de una política subnacional para el desa-
rrollo local y regional del capital humano, el gobierno subnacional no debería ignorar al gobierno
nacional o a los gobiernos municipales ni a otros gobiernos subnacionales. Si se trata de una polí-
tica municipal para el desarrollo local y regional del capital social, el gobierno municipal no debe
ignorar al gobierno nacional o al gobierno subnacional ni a otros gobiernos municipales.
Asimismo, si se trata del diseño o la gestión de una política nacional, subnacional o municipal para
el desarrollo local o regional del capital físico, de la actividad económica, del capital humano o del
capital social, no se debería ignorar a las asociaciones intergubernamentales. Considerando que la
integración no se limita a los Estados nacionales y que también los Estados subnacionales y munici-
pales se unen en asociaciones intergubernamentales,33 se recomienda consultar a las asociaciones
constituidas entre Estados nacionales, entre Estados subnacionales y entre Estados municipales.
56
1. Desarrollo local y regional
“sector comercial o industrial”, queda mayoritariamente identificado como sector privado con ánimo
de lucro. Respecto del “sector voluntario, asociativo o tercer sector”, quedan patentes los aspectos
de acuerdo y discrepancia sobre “su carácter sin ánimo de lucro, su implícito rasgo de privacidad y
la matizada diferencia entre lo voluntario y lo asociativo”. Finalmente, Doistua (2000) introduce un
novedoso “sector ciudadano” (2000:29-30).
¿Quiénes son los actores de esos sectores? Los actores sociales provenientes de los sectores privados
(con y sin fines de lucro) son las empresas privadas (tanto las empresas grandes como las pequeñas
y medianas empresas) y las organizaciones civiles (asociaciones o fundaciones, gremios y sindicatos,
universidades, etc.), respectivamente. Las personas individualmente consideradas (sin pertenencia
al sector estatal ni a los sectores empresariales o civiles) son los actores sociales del sector ciudadano.
Luego, los mecanismos para consultarlos son muchos desde el punto de vista metodológico. Se pue-
den distinguir mecanismos formales (consejos económicos y sociales, consultas populares, etc.) y
mecanismos informales (desde las entrevistas a informantes clave hasta los grupos focales, incluyen-
do, por supuesto, las encuestas de opinión pública). Pero desde el punto de vista teórico, la conclu-
sión es una: deben ser consultados antes de decidir, negociando y concertando con ellos después.
Sobre este punto volveremos al examinar la implantación social y la concertación intersectorial en la
dirección de políticas para el desarrollo local y regional (Apartado Nº3).
Si se diseña o gestiona una política (nacional, subnacional o municipal) para el desarrollo local y
regional, no se debe ignorar a las empresas privadas ni a las organizaciones civiles de la localidad o
región. Tampoco se puede ignorar a los ciudadanos sin sectores de pertenencia. Se impone, pues,
un “modelo relacional” de políticas para el desarrollo local y regional, con gobernantes y administra-
dores públicos que se relacionen entre ellos, con dirigentes privados (empresariales y civiles) y con
ciudadanos, en la búsqueda del bien común, la satisfacción social y la aprobación ciudadana.
La definición de las necesidades locales o regionales depende de diferentes factores. Entre ellos,
destacamos dos que nos parecen muy importantes. Por una parte, el marco ideológico y, por la otra,
el entorno social, político y económico de cada localidad o región. No se puede negar la influencia
de las ideologías de los analistas, diseñadores, gestores y evaluadores de políticas públicas, mucho
menos si se trata del desarrollo local y regional. Asimismo, una necesidad puede estar insatisfecha
57
J, Emilio Graglia
en una localidad y satisfecha en otra, puede estar satisfecha hoy pero estuvo insatisfecha antes o lo
estará después.
Las “necesidades locales o regionales” deben ser consideradas en particular (y no en general). Por
lo tanto, se deben especificar el o los sectores destinatarios de la política pública junto con las ma-
terias de las que se ocupa y los territorios donde se aplica. Por ejemplo, en cuanto a los sectores
destinatarios, se pueden distinguir las necesidades de niñas y niños, adolescentes, jóvenes, ancianas
y ancianos. Respecto de las materias, las necesidades de capital físico (Pacharoni, 2004), actividad
económica (Scandizzo, 2004), capital humano (Cingolani, 2004) o capital social (Cáceres, 2004). En
cuanto a los territorios, se pueden distinguir las necesidades de una o más localidades o regiones.
Se recomienda a los diseñadores la identificación de necesidades locales y regionales por sector o
sectores particulares y, también, por materias y por territorios también particulares (sobre este pun-
to volveremos en el Apartado Nº2, al considerar el diagnóstico de políticas para el desarrollo local y
regional). En primer lugar, porque si se recortan las necesidades locales y regionales a satisfacer por
sector, por materia y territorio, el diseño se pone en marcha más rápidamente y cuesta menos. En
segundo lugar, porque de esa manera, la gestión puede enfocarse a los sectores más débiles, en las
materias pendientes y los territorios subdesarrollados.
Desde nuestro punto de vista, a partir de una convicción ideológica previa al diseño y la gestión de
las políticas públicas, el gobierno, en consulta con la administración pública y la sociedad civil, debe
definir la o las estrategias para el desarrollo local y regional. Por supuesto, esa definición debería es-
tar en la plataforma electoral. Las estrategias para el desarrollo local y regional implican saber, antes
de iniciar el proceso de diseño y gestión de las políticas, cuáles serán los sectores sociales a privile-
giar, cuáles serán las materias y cuáles serán los territorios a atender preferentemente.
Muchos opinan que un “buen gobierno” (García Pizarro, 2007) debería ocuparse preferentemente de
las primeras (necesidades demandadas) pero preocuparse de las segundas (necesidades no deman-
dadas). La capacidad de anticipación distingue a un buen gobierno de un gobierno común y corrien-
te. Si la necesidad está, la demanda aparecerá. Un gobierno común y corriente espera la demanda.
Un buen gobierno la anticipa. ¿Cómo? Anticipar la demanda significa diagnosticar las necesidades,
los problemas y las soluciones posibles, tomar las decisiones y formular los planes, programas y pro-
yectos con el fines de satisfacerlas.
Junto con las necesidades demandadas o no demandadas hay que considerar las “demandas que no
responden a necesidades”. No pocas veces, en una la localidad o región, los sectores sociales deman-
dan lo que no necesitan. Las razones (o sinrazones) pueden ser diferentes. Entre ellas, las promesas
58
1. Desarrollo local y regional
demagógicas de las campañas electorales. El dilema de los gobiernos es, entonces, la tentación de-
magógica del “sí” o los eventuales costos del “no”. Atender las demandas que no responden a necesi-
dades puede causar crisis fiscales, pero no atenderlas puede causar crisis políticas y, en ambos casos,
situaciones de ingobernabilidad (Aguilar Villanueva, 2010).
En síntesis, un “buen gobierno” (García Pizarro, 2007) debería ocuparse primero y principalmente
de las necesidades que son demandadas, preocuparse de las necesidades que no son demandadas
(elaborando los planes, programas y proyectos a los fines de satisfacerlas), desactivar las demandas
que no respondan a necesidades reales (sin causar crisis políticas) y no elaborar planes, programas
o proyectos ni poner en marcha actividades si no hay necesidades o demandas que lo justifiquen o
lo explique.
En los enfoques teóricos predominantes, “necesidades sociales” y “problemas públicos” suelen uti-
lizarse como términos equivalentes. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, las necesidades
sociales y los problemas públicos no son iguales y, por lo tanto, deben diferenciarse a los fines del
análisis, el diseño, la gestión y la evaluación de las políticas públicas en general y, particularmente,
de las políticas para el desarrollo de una o varias localidades o regiones.
Los Estados nacionales, subnacionales o municipales, a través de los planes (programas y proyectos)
de sus gobiernos y, sobre esa base, de las actividades de sus administraciones públicas, deben re-
solver los problemas públicos como medio para que los sectores de una localidad o región puedan
satisfacer sus necesidades de desarrollo físico, económico, humano y social. Los Estados deben resol-
verlos pero no como fin sino como un medio.
Por ejemplo, las necesidades sociales a satisfacer para el desarrollo del capital humano y del capital
social de una o varias localidades o regiones podrían ser la educación, la salud y el ambiente por
una parte y, por la otra, la seguridad, la convivencia y el fortalecimiento de la sociedad civil. Pro-
bablemente, la educación, la salud y la seguridad son necesidades “demandadas”, mientras que el
ambiente, la convivencia y el fortalecimiento de la sociedad civil son “necesidades no demandadas”.
59
J, Emilio Graglia
Luego, a los fines de satisfacer la necesidad de “educación”, hay que resolver los problemas de deterioro
e insuficiencia de escuelas; para satisfacer la necesidad de “salud”, hay que resolver los problemas de
deterioro e insuficiencia de centros de atención primaria de la salud (CAPS) y hospitales; y para satisfa-
cer la necesidad de “ambiente”, hay que resolver los problemas de falta de cloacas. A su vez, a los fines
de satisfacer la necesidad de “seguridad” hay que resolver los problemas de deterioro e insuficiencia
de comisarías y para satisfacer la necesidad de “convivencia y fortalecimiento de la sociedad civil” hace
falta resolver los problemas de falta de formación y capacitación de líderes comunitarios.
Desde nuestro punto de vista, imprecisa pero gráficamente se podría decir que los problemas públi-
cos deben ser resueltos por los gobiernos y las administraciones públicas, mientras que las necesida-
des sociales deben ser satisfechas por los sectores privados y ciudadanos de una localidad o región.
Obviamente, los gobernantes y administradores públicos deben trabajar junto con los dirigentes
empresariales y civiles y los ciudadanos. Pero, insistimos, la resolución de los problemas que impiden
u obstaculizan la satisfacción de las necesidades es una responsabilidad de los Estados. El cumpli-
miento de esa responsabilidad explica su esencia y justifica su existencia.
Muchas veces, sin querer o queriendo, se considera que los Estados (nacionales, subnacionales o
municipales) o los mercados (de bienes o servicios) son los destinatarios de las políticas públicas en
general y, particularmente, de las políticas para el desarrollo local y regional. Desde nuestro punto de
vista, esto supone desvirtuar sus respectivas naturalezas, constituyendo “idolatrías” que hemos sufri-
do y que debemos erradicar (Graglia y Riorda, 2005) de la cultura (o incultura) política y económica.
Los Estados (nacionales, subnacionales o municipales) no deben ser los destinatarios de las políticas,
porque tanto los gobiernos como las administraciones públicas son instrumentos de la localidad o
región con el fin de asegurar un “orden político” de convivencia. Los mercados tampoco deben ser
los destinatarios de la políticas, porque son otro instrumento de la localidad o región con el fin de
asegurar un “orden económico” de convivencia. Desde ese punto de vista, vale destacar los principios
y el modo de funcionamiento de la economía social de mercado (Dickertmann y Piel, 2008).
Las políticas para el desarrollo local y regional se deben orientar al bien común, la satisfacción social
y la aprobación ciudadana, sabiendo que tanto los gobiernos y las administraciones públicas como
las empresas privadas integran una misma localidad o región junto con las organizaciones civiles
y los ciudadanos. Obviamente, hay planes (programas o proyecto) gubernamentales o actividades
administrativas que se destinan a gobiernos y administraciones públicas o a empresas, predominan-
temente. Por ejemplo, las políticas de reforma política o administrativa del Estado a escala nacional,
subnacional o municipal o de regulación o desregulación de los mercados.
60
1. Desarrollo local y regional
Si los planes, programas o proyectos y las actividades estatales se orientan a la satisfacción de inte-
reses gubernamentales o administrativos, la localidad o región se limita al quehacer de los Estados
nacionales, subnacionales o municipales, sin tiempo ni espacio para la iniciativa de los sectores pri-
vados. Asimismo, si los planes, programas o proyectos gubernamentales y las actividades adminis-
trativas se orientan a la satisfacción de demandas empresariales, la localidad o región se limita a los
mercados, sin tiempo ni espacio para la responsabilidad del sector estatal.
Las relaciones entre la localidad o región como primera destinataria y partícipe necesaria en el dise-
ño y la gestión de políticas para el desarrollo local y regional por una parte y, por la otra, los Estados
y mercados como sus instrumentos de convivencia política y económica, deben soportarse en el
principio de subsidiariedad. Según el humanismo cristiano, todas las sociedades de orden superior
deben ponerse en una actitud de ayuda (subsidium) respecto de las menores y, por lo tanto, de apo-
yo y promoción. De este modo, los cuerpos sociales intermedios pueden desarrollar adecuadamente
las funciones que les competen (CDSI, 2005:127).
De acuerdo con el principio de subsidiariedad, los Estados no deben intervenir cuando los actores
provenientes de los sectores privados y ciudadanos pueden satisfacer per se las necesidades de de-
sarrollo del capital físico, la actividad económica, el capital humano y el capital social de la localidad
o región. Pero deben intervenir cuando dichos actores no pueden hacerlo, subsidiariamente, resol-
viendo los problemas que impiden u obstaculizan la satisfacción de las necesidades de vivienda, in-
fraestructura de servicios, empleo, crecimiento, educación, salud, ambiente, seguridad, convivencia
y fortalecimiento de la sociedad civil.
En particular, una de las aplicaciones de este principio de subsidiariedad en relación con la realidad
estatal implica que los Estados nacionales no deben hacer lo que pueden hacer los subnacionales y,
a su vez, que los Estados subnacionales no deben hacer lo que pueden hacer los municipales a los
fines del desarrollo local y regional. Dicho en otros términos, los Estados subnacionales deben hacer
lo que no pueden hacer los municipales y los Estados nacionales deben hacer lo que no pueden
hacer los subnacionales.
La localidad o región (no los Estados nacionales, subnacionales o municipales ni los mercados) debe
ser la “primera” destinataria de las políticas para el desarrollo local y regional. Pero no la “última”. Desde
el punto de vista del humanismo cristiano, no caben dudas al respecto. La finalidad última de las polí-
ticas en general y, particularmente, de las políticas para el desarrollo local y regional, son las personas
humanas, la gente, los vecinos de una localidad o región, las personas de carne y hueso que habitan
o cohabitan en un tiempo y un espacio definidos, preferentemente las personas con menos recursos.
61
J, Emilio Graglia
Las políticas para el desarrollo local y regional deben orientarse a la búsqueda del bien común de
una localidad o región (esa es su razón de ser), la satisfacción social y la aprobación ciudadana (esos
son sus fines). En esa búsqueda, que no es transitoria sino permanente, los intereses político-partida-
rios y de las demandas económico-sectoriales deben subordinarse al interés general de la sociedad
local y regional. Ahora bien, el interés general debe ser visto y considerado, siempre, a favor de las
personas singulares que integran dicha localidad o región.
Nunca la satisfacción de una necesidad local o regional ni la resolución de un problema público pue-
den explicar ni justificar la violación de los derechos humanos (Steiner, 2010). El respeto por la dignidad
de la persona humana es la base y el punto de partida del desarrollo local y regional. El desarrollo del
capital físico, de la actividad económica, del capital humano y del capital social se explica y justifica por
y para las personas que viven y conviven en una sociedad y tienen necesidades insatisfechas.
Conforme al Episcopado Argentino, de esa dignidad “brotan los derechos fundamentales e inaliena-
bles de todo ser humano, que no lo abandonan nunca, desde su concepción hasta su muerte natural.
Y esto, no importa su condición: varón o mujer, rico o pobre, sabio o ignorante, inocente o reo, y cual-
quiera sea su color” (CEA, 2005:Nº2). Esta dignidad “es la clave y el centro del misterio del hombre y de
todo lo que lo atañe. Desde ella todo problema humano puede ser iluminado y hallar solución. Esta
dignidad nos ilumina también para apreciar la grandeza sublime de la vida terrena y de los esfuerzos
con el hombre procura hacerla más plenamente humana” (CEA, 2005:Nº2).
Desde nuestro punto de vista, pues, las políticas públicas en general y, particularmente, las políticas
para el desarrollo local y regional, se deben analizar, diseñar, gestionar y evaluar a partir de la subor-
dinación de los intereses gubernamentales y empresariales a la dignidad de la persona humana y la
búsqueda del bien común, a la luz del principio de subsidiariedad que oriente las relaciones entre la
sociedad local y regional, los Estados (nacionales, subnacionales o municipales) y los mercados (de
bienes y servicios). Se impone un “modelo relacional” (Graglia, 2004) tanto de análisis y diseño como
de gestión y evaluación de políticas.
De acuerdo con ese modelo, es recomendable que las nuevas políticas se diseñen a partir de las
políticas existentes, que las decisiones de los gobernantes se tomen a partir de un diagnóstico con
la participación de los actores privados y ciudadanos, que las actividades planificadas se implanten
social y legalmente, se operen coordinada y concertadamente, que las actividades planificadas y eje-
cutadas se comuniquen personalizada y masivamente, que haya control de los procesos de gestión y
que los resultados sean evaluados en términos de percepción sectorial y ciudadana.
62
Apartado Nº2:
Análisis y diseño
del desarrollo local
y regional
CAPÍTULO I:
ANÁLISIS DE POLÍTICAS PARA EL
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
1. Introducción
De acuerdo con el “modelo relacional” (Graglia, 2004), antes de diseñar una nueva política para el
desarrollo local y regional se deben analizar las políticas existentes. Ese análisis lo denominamos
“estudios de determinación” y se propone que los analistas sigan los cuatro pasos siguientes: 1)
identificación de necesidades y problemas locales y regionales; 2) inventario de planes, programas
y proyectos “existentes”; 3) detección de planes, programas y proyectos “sobrantes” o “faltantes”; y 4)
análisis crítico y formulación de recomendaciones.
Necesidades
y problemas Planes, progra-
mas y proyectos
“existentes”
Crítica y
recomendaciones
Planes, progra-
mas y proyectos
“sobrantes y
faltantes”
Elaboración propia
65
J, Emilio Graglia
El análisis (o estudios de determinación) puede tener como objeto una política presente o una polí-
tica pasada. Es decir, se puede analizar tanto una política que se está diseñando o se está gestionado
“ahora” como una política que se ha diseñado o se ha gestionado “antes”. Por ejemplo, se puede estu-
diar una política para el desarrollo del capital físico y la actividad económica que se diseña o gestiona
(en el presente) o una política para el desarrollo del capital humano y el capital social que ha sido
diseñada o gestionada (en el pasado) por un gobierno municipal o una asociación intermunicipal en
una localidad o región.
En el primer caso (estudio de una política presente), las conclusiones del análisis pueden servir
para decidir la ratificación (o rectificación) de programas o proyectos integrantes de un plan que
puso en marcha la presente gestión. Por ejemplo, en relación con un “plan para el desarrollo del
capital físico” de una localidad o región, se puede decidir la ratificación de los plazos de ejecu-
ción de los programas para la refacción o ampliación de viviendas existentes y para la construc-
ción de nuevas viviendas por una parte y, por la otra, la rectificación de los plazos de ejecución
de los programas para el tratamiento de aguas residuales y para la recolección y disposición de
residuos.
En el segundo caso (estudio de una política pasada), las conclusiones del análisis pueden servir para
decidir la continuidad (o discontinuidad) de programas o proyectos integrantes de un plan que puso
en marcha la pasada gestión. Por ejemplo, en relación con un “plan para el desarrollo del capital hu-
mano” de una localidad o región, se puede decidir la continuidad de los programas para la refacción
o ampliación de escuelas y para la construcción de nuevas escuelas por una parte y, por la otra, la
discontinuidad de los programas para la atención primaria de la salud o para la derivación de pacien-
tes de los centros municipales a los hospitales de otras jurisdicciones.
El análisis de las políticas existentes debe ser considerado como un insumo para el diseño de nuevas
políticas para el desarrollo local y regional. Vale destacar que el análisis puede servir, también, a los
fines de una investigación académica en el ámbito de las ciencias sociales. Muchos trabajos finales
de grado, tesinas y tesis de postgrado se plantean estos análisis comparativos sin la pretensión de
servir como insumos para el diseño de nuevas políticas. Se recomienda firmemente no diseñar nue-
vas políticas sin analizar las políticas existentes. Esta recomendación es la base para que las políticas
públicas puedan ser políticas de Estado.
Por ejemplo, antes de diseñar un nuevo “plan para el desarrollo de la actividad económica” de una
localidad se recomienda analizar los programas y proyectos existentes para aumentar el empleo o
incrementar el crecimiento tanto de la demanda como de la oferta de la economía local. Asimismo,
antes de diseñar un nuevo “plan para el desarrollo del capital social” de una región se recomienda
analizar los programas o proyectos existentes para mejorar la participación, la confianza o la acción
colectiva y cooperación. Primero, “analizar lo existente” y, sobre esa base, diseñar (o rediseñar) nue-
vos planes, programas o proyectos a gestionar.
Como decía el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio con motivo de la VIII Jornada de Pastoral
Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires (2005) bajo el lema “La Nación por construir: utopía, pen-
samiento y compromiso”: “Es necesario proyectar utopías, y al mismo tiempo es necesario hacerse
cargo de lo que hay. No existe el borrón y cuenta nueva. Ser creativos no es tirar por la borda todo
66
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
lo que constituye la realidad actual, por más limitada, corrupta y desgastada que ésta se presente”.
El análisis de políticas públicas en general, y particularmente de políticas para el desarrollo local y
regional, puede servir a ese fin.
“Si vamos a tratar de aportar algo a nuestra patria (nosotros decimos ‘a nuestra localidad o región’)
no podemos perder de vista ambos polos: el utópico y el realista, porque ambos son parte integrante
de la creatividad histórica. Debemos animarnos a lo nuevo, pero sin tirar a la basura lo que otros (e
incluso nosotros mismos) han construido con esfuerzo” (Bergoglio, 2005:78). Esta es, sin dudas, una
clave metodológica, pero también una clave teórica del “modelo relacional”. Diseñar y gestionar nue-
vas políticas para el desarrollo integral a escala local y regional (el “polo utópico”), pero a partir de la
realidad de cada localidad o región (el “polo realista”).
El análisis debe describir el perfil de la política en análisis. Es decir: cuáles son los sectores sociales
destinatarios, cuáles son las materias de las que se ocupa y cuáles son los territorios donde se aplica.
Por ejemplo, el sector social destinatario puede ser el de los jóvenes, la materia de la que se ocupa
puede ser el empleo y el territorio donde se aplica puede ser una ciudad. También debe describir si
se trata de una política municipal, subnacional o nacional.
Es muy importante que el análisis describa cuál es la gravedad y cuál es la urgencia de cada una de
las necesidades locales o regionales insatisfechas. Por ejemplo, si se analiza la educación en una
región, los analistas deben describir si la alfabetización, la tasa de asistencia escolar y el nivel de
instrucción alcanzado han aumentado o disminuido en comparación con los años anteriores y si
son mayores o menores en comparación con otras regiones semejantes. También deben describir
cuán urgente es la satisfacción de la necesidad “educación” para los gobernantes y administrado-
res públicos responsables de la política en diseño, para los dirigentes no gubernamentales y para
los ciudadanos.
Asimismo, el análisis debe diferenciar los motivos que explican o justifican la presencia de los pro-
blemas por una parte y, por la otra, las consecuencias de esos problemas. Los problemas no son sus
consecuencias ni sus causas. La mala atención a los pacientes de un centro de atención primaria de la
salud puede ser una consecuencia de un problema (por ejemplo, las fallas en la gestión organizacio-
nal de los recursos humanos), pero no es el problema ni mucho menos su causa (que puede provenir
de la falta de personal de la calidad necesaria o en la cantidad suficiente).
67
J, Emilio Graglia
Necesidad
Causa 1.1 Causa 1.2 Causa 2.1 Causa 2.2 Causa 3.1 Causa 3.2
Elaboración propia
Para identificar las necesidades a satisfacer, los problemas irresueltos y sus causas, los analistas pue-
den apelar a diversas metodologías según los casos. En general, se recomiendan las entrevistas a
informantes clave y los grupos focales para los gobernantes provenientes de los poderes ejecutivos
y legislativos (departamentos ejecutivos municipales o concejos deliberantes, por ejemplo) (García
Pizarro, 2007). Es decir, se recomienda que los analistas entrevisten al titular del departamento eje-
cutivo y sus funcionarios políticos, y también a los concejales municipales integrantes del bloque
oficialista.
Si el contacto con los gobernantes responsables de la decisión fuera imposible o improbable, se su-
giere el análisis de sus discursos (Graglia y Specchia, 2009). Esta dificultad suele presentarse cuando
se trata de investigaciones académicas y de estudios de políticas pasadas. Este primer paso del análi-
sis o de los estudios de determinación es descriptivo. Los analistas, en consulta con los gobernantes
responsables de la decisión, narran cuáles son las necesidades sociales, los problemas públicos y sus
principales causas, sin interpretaciones ni críticas. Veamos algunos ejemplos.
Si analizásemos una política de un gobierno municipal o subnacional para el desarrollo del capital
físico de una localidad o región, las necesidades sociales identificadas podrían ser, entre otras, la
vivienda y la infraestructura de servicios (obras públicas y servicios públicos). A su vez, el problema
prioritario identificado podría ser la “ineficiencia financiera” y sus causas principales, el déficit fiscal,
la desinversión o el endeudamiento público.
Asimismo, si analizásemos una política de un gobierno subnacional o nacional para el desarrollo del
capital humano de una o varias localidades o regiones, las necesidades sociales identificadas podrían
ser, entre otras, la educación, la salud y el ambiente. A su vez, el problema prioritario identificado
68
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
podría ser la “falta de transparencia” y sus causas principales, las deficiencias en la publicidad del
presupuesto o el acceso a la información pública.
Si analizásemos una política de un gobierno subnacional o nacional para el desarrollo del capital
social de una o varias localidades o regiones, las necesidades sociales identificadas podrían ser, en-
tre otras, la seguridad, la convivencia y el fortalecimiento de la sociedad civil. A su vez, el problema
prioritario identificado podría la “falta de participación política” y sus causas principales, la baja de la
participación en las elecciones competitivas y en los consejos consultivos y foros de la sociedad civil
existentes.
El análisis supone (o presupone) que hay planes y que esos planes incluyen programas y programas.
A partir de ese supuesto (o presupuesto), los analistas hacen esta consulta a los funcionarios corres-
pondientes. En relación con el planeamiento, Alfredo Osorio (2003) sostiene que diversos autores
coinciden en definir el plan como “una toma anticipada de decisiones destinada a reducir incerti-
dumbre y las sorpresas, y a guiar a la acción hacia una situación deseada, mediante una instrumen-
tación reflexiva de medios” (2003:16).
Según este autor, existen múltiples coincidencias en la descripción de los atributos del plan (2003:19):
reflexión previa y concomitante con la acción, enfoque racional de decisiones, reducción del azar y la
incertidumbre, anticipación de decisiones y acciones presentes orientadas a actividades y resultados
futuros, selección de opciones y provisión y ordenamiento de medios, previsión y promoción de ac-
ciones, previsión de la sucesión temporal de objetivos y estructuración de la acción, establecimiento
de hipótesis de las acciones, intención de modificar voluntariamente los acontecimientos, hacer que
las cosas cambien intencionalmente y decisión de asumir riesgos para alcanzar los fines deseados.
Por lo tanto, el análisis debe describir las principales características de esos planes y de sus progra-
mas o proyectos integrantes. En particular: cuáles son los objetivos (generales y particulares), cuáles
son los indicadores de esos objetivos (tanto de gestión como de resultados), los verificadores y fac-
tores externos, cuáles son los recursos asignados (tanto económicos y financieros como organizacio-
nales y humanos), cuáles son los plazos previstos a los fines de la implementación (corto, mediano o
largo) y quiénes son los responsables (de las decisiones, ejecuciones y comunicaciones, del control
de gestión y la evaluación de resultados).
69
J, Emilio Graglia
Plan/es
Proyecto 1.1 Proyecto 1.2 Proyecto 2.1 Proyecto 2.2 Proyecto 3.1 Proyecto 3.2
Elaboración propia
Para inventariar los planes, programas y proyectos existentes, los analistas pueden apelar a diversas
metodologías según los casos. Si bien pueden apelar a las entrevistas a informantes clave y los gru-
pos focales, en general se recomienda la técnica del cuestionario. Es decir, se recomienda que los
analistas preparen un cuestionario que sea sencillo y escueto. Este segundo paso de la metodología
que se propone puede malograrse porque los cuestionarios son innecesariamente complicados o
complejos.
Vale subrayar que el cuestionario no debe ser completado por los gobernantes consultados en el
primer paso, sino por los administradores públicos dependientes de ellos. Como veremos más ade-
lante, los administradores públicos son los llamados “mandos medios”, es decir, los jefes de depar-
tamento, división y sección que integran la planta permanente de cualquier administración pública
(municipal, subnacional o nacional) y, también, los directores y subdirectores concursados.
Si analizásemos una política de un gobierno municipal o subnacional para el desarrollo del capital
físico de una localidad o región, el “plan para el desarrollo físico de la localidad o región de…” podría
70
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
Para relacionar adecuadamente “necesidades, problemas y causas”, por una parte, con “planes, pro-
gramas y proyectos”, por la otra, se recomienda el trabajo de gabinete en equipos que deben ser
multidisciplinarios, a partir de un “pensamiento estratégico” (Martínez, 2006). A diferencia de los dos
primeros pasos, el tercer paso del análisis no es descriptivo sino interpretativo. Muchas veces se ase-
mejan los conceptos de “análisis” y de “descripción”. Desde ese punto de vista, analizar una política
pública en general y, particularmente, una política para el desarrollo local y regional, sería describirla,
nada más.
Desde nuestro punto de vista, los analistas deben describir y, sobre esa base, interpretar. La inter-
pretación de las políticas supone los tres atributos que Harold D. Lasswell (1971) requería en la con-
cepción emergente de las ciencias de políticas: “Primero, contextualidad: las decisiones son parte
integrante de un proceso social mayor. El segundo es la orientación hacia problemas: los científicos
de políticas hacen suyas las actividades intelectuales relacionadas con el esclarecimiento de metas,
tendencias, condiciones, proyecciones y alternativas. Tercero, diversidad: los métodos utilizados son
múltiples y diversos” (Lasswell, 1971).
A partir de dichos atributos, los analistas deben buscar dos defectos probables de las políticas para
el desarrollo local y regional que se analizan: planes, programas o proyectos “sobrantes” o “fal-
tantes”. Se entiende que hay “sobrantes” cuando se detectan planes que no tienden a satisfacer ne-
cesidades locales o regionales, programas que no tienden a resolver problemas públicos o proyectos
que no tienden a remover causas. Se entiende que hay “faltantes” cuando se detectan necesidades
locales o regionales sin planes que tiendan a satisfacerlas, problemas públicos sin programas que
tiendan a resolverlos o causas sin proyectos que tiendan a removerlas. Veamos algunos ejemplos.
71
J, Emilio Graglia
Sobrantes Faltantes
Elaboración propia
Supongamos que se analiza una política de un gobierno subnacional o nacional para el desarrollo
del capital humano y el capital social de varias localidades o regiones. Según los gobernantes en-
trevistados, las necesidades sociales identificadas son cinco: la educación, la salud y el ambiente (en
cuanto al desarrollo del capital humano), la seguridad, la convivencia y fortalecimiento de la socie-
dad civil (con respecto al desarrollo del capital social).
A su vez, los problemas prioritarios identificados son dos: la falta de transparencia y la falta de parti-
cipación política. Respecto de sus causas, se identifican cuatro como principales: las deficiencias en
la publicidad del presupuesto y en el acceso a la información pública (respecto de la transparencia),
la baja en la participación electoral (elecciones competitivas) y en la participación no electoral (tanto
en los consejos consultivos como en los foros de la sociedad civil existentes).
Según los administradores públicos entrevistados, el “plan para el desarrollo humano de la localidad
o región de…” incluye un “Programa de educación” (con proyectos de mantenimiento, refacción,
ampliación o construcción de escuelas y de revisión de contenidos educativos), un “Programa de sa-
lud” (con proyectos de mantenimiento, refacción, ampliación o construcción de centros de atención
primaria de la salud –CAPS– y hospitales y de derivación de pacientes), y un “Programa de ambiente”
(con proyectos de tratamiento de aguas residuales y de recolección y disposición de residuos).
A su vez, el “plan para el desarrollo del capital social de la localidad o región de…” incluye un primer
“Programa de seguridad” (con proyectos de mantenimiento, refacción, ampliación o construcción de
comisarías y de prevención de delitos y contravenciones) y un segundo “Programa de convivencia y
fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil” (con proyectos de formación y capacita-
ción de líderes comunitarios y de proyecto de fomento de la acción colectiva y cooperación).
72
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
En este tercer paso, los analistas deben interpretar las relaciones entre los planes34 y las necesidades
identificadas (educación, salud, ambiente, seguridad, convivencia y fortalecimiento de la sociedad
civil). También deben interpretar las relaciones entre los programas35 y los problemas identificados
(falta de transparencia y falta de participación política) y entre los proyectos36 y las causas principales
(deficiencias en la publicidad del presupuesto y en el acceso a la información pública, baja de la par-
ticipación electoral en las elecciones competitivas, en los consejos consultivos foros de la sociedad
civil existentes).
Vale subrayar que los analistas hacen sus interpretaciones sobre los defectos de las políticas que se
analizan de acuerdo con la información dada por los gobernantes responsables de la decisión (en el
primer paso) y por los administradores públicos funcionarios dependientes de ellos (en el segundo
paso). El análisis detecta planes, programas o proyectos tanto “sobrantes” como “faltantes” en com-
paración con las necesidades, los problemas y sus causas identificados por los gobernantes. Los ana-
listas interpretan las políticas existentes, pero no diseñan nuevas políticas. Se trata del conocimiento
del proceso y no del conocimiento en el proceso, según la distinción de Lasswell (1971).
Por ejemplo, una política de desarrollo del capital físico de una localidad o región debería incluir
planes, programas y proyectos para satisfacer las necesidades de vivienda, obras y servicios. Una
política para el desarrollo de la actividad económica debería incluir planes, programas y proyectos
para satisfacer las necesidades de empleo y de crecimiento. Una política de desarrollo del capital
humano debería incluir planes, programas y proyectos para satisfacer las necesidades de educa-
ción, salud y básicas. Una política de desarrollo del capital social debería incluir planes, programas
y proyectos para satisfacer las necesidades de participación, de confianza y de acción colectiva y
cooperación.
Sin embargo, las políticas son imperfectas por definición y, por lo tanto, perfectibles, también por
definición. El análisis debe criticar negativamente las incoherencias detectadas en el tercer paso (pla-
nes, programas o proyectos “sobrantes” o “faltantes”) y, también, criticar positivamente las coheren-
cias entre “lo que se debe hacer teóricamente” y “lo que se hace real y efectivamente”. La crítica de la
73
J, Emilio Graglia
que hablamos no es la crítica “destructiva”, sino la que sirve a los fines de mejorar la formulación y la
implementación de las políticas para el desarrollo local y regional
Para analizar la congruencia (o la incongruencia) de las políticas para el desarrollo local y regional en
análisis también se recomienda el trabajo de gabinete en equipos que, insistimos, deben ser multi-
disciplinarios, a partir de un “pensamiento estratégico” (Martínez, 2006). El cuarto paso del análisis
no es descriptivo (a diferencia de los dos primeros) ni interpretativo (a diferencia del tercero) sino
crítico. Los analistas hacen críticas y, sobre esa base, pueden y deben hacer las recomendaciones que
consideren a los fines del diseño de nuevas políticas.
Eliminar
sobrantes
Diseñar
faltantes
Gestionar o
evaluar
existentes
Recomendaciones
Elaboración propia
Este enfoque metodológico que proponemos no es nuevo en el desarrollo del análisis de políticas
públicas. En un artículo publicado en el año 1986 con el título “Entre el conocimiento y la política:
tres caras del análisis de políticas”, Douglas Torgerson (1986) planteaba la cuestión con una claridad
casi insuperable. Al decir de este autor, en una concepción amplia del término, “el análisis de política
incluye todas aquellas actividades dirigidas a desarrollar conocimiento que sea relevante para la
formulación e implementación de las políticas públicas” (Torgerson, 1986).
Sostenemos, pues, que los analistas deben recomendar la eliminación de planes, programas o
proyectos “sobrantes” si se hubieran detectado planes que no tienden a satisfacer necesidades
locales o regionales, programas que no tienden a resolver problemas públicos o proyectos que no
tienden a remover causas. Previamente, se aconseja que ratifiquen con los gobernantes cuáles son
las necesidades a satisfacer, los problemas irresueltos y sus causas principales, para subsanar proba-
bles omisiones. Tal vez deban reunirse con ellos para revisar las entrevistas en función de los cuestio-
narios respondidos por los administradores públicos.
74
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
En síntesis, los analistas deben recomendar la eliminación de los “sobrantes”, el diseño de los “faltan-
tes”, la gestión o evaluación de los planes, programas o proyectos “existentes”. Vale subrayar que los
analistas hacen sus críticas y recomendaciones de acuerdo con criterios personales y profesionales
(que son inevitablemente subjetivos) pero siempre a partir de la información dada por los gobernan-
tes responsables de la decisión y los administradores públicos responsables de la implementación
que han sido consultados.
El producto del análisis (o de los “estudios de determinación”) debe ser el primer insumo del diseño
de nuevas políticas para el desarrollo local y regional. El análisis se puede hacer sin un diseño a pos-
teriori, pero el diseño no se debe hacer sin un análisis a priori. Vale la pena resaltar que las fuentes
consultadas en el análisis son los gobernantes y administradores públicos, no los actores sociales.
Esa es una restricción que se supera en el diagnóstico que veremos a continuación.
75
CAPÍTULO II:
DIAGNÓSTICO DE POLÍTICAS
PARA EL DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
1. Introducción
Como se dijo en la presentación, el análisis (o “estudios de determinación”) y el diseño de las políticas
públicas en general y, particularmente, de las políticas para el desarrollo local y regional, anticipan y
configura la gestión. A su vez, el diseño consta de dos fases principales: 1) el diagnóstico y 2) la deci-
sión. En la búsqueda del desarrollo local y regional, según el “modelo relacional” (Graglia, 2004), en el
diseño, lo primero es el diagnóstico.
En esta fase se identifican las necesidades y los problemas locales y regionales y, sobre esa base, se
formulan las alternativas posibles. Específicamente, las fases de este proceso son las siguientes:1)
enumerar y jerarquizar las necesidades locales y regionales (según criterios de gravedad y urgen-
cia); 2) enumerar y priorizar los problemas locales y regionales (según criterios de frecuencia e inci-
dencia); 3) enumerar las alternativas a los fines de remover las causas de los problemas (fortalezas
u oportunidades); y 4) seleccionar las posibles (según criterios de capacidad real de intervención,
efectividad y factibilidad política.
Enumerar y jerarquizar
necesidades locales
y regionales
Identificar
necesidades
y problemas
Enumerar y priorizar problemas
locales y regionales
Diagnóstico
Enumerar
alternativas
Formular
alternativas
posibles
Seleccionar
posibles
Elaboración propia
77
J, Emilio Graglia
Desde nuestro punto de vista, los principales responsables del proceso de diagnóstico son los dise-
ñadores integrantes del equipo de diagnóstico. A esos fines, deben realizar una investigación acción
participativa (IAP). Las fuentes y los mecanismos de consulta de dicha investigación deben ser plura-
listas e idóneos. Se distinguen, entre las fuentes, los actores políticos y sociales y, entre los mecanis-
mos de consulta, la observación directa, las entrevistas a informantes clave, los grupos focales y las
encuestas de opinión.
Los actores políticos son los gobiernos y sus administraciones públicas (nacionales, subnacionales
o municipales) y las asociaciones intergubernamentales que ellos integran. Los actores sociales pro-
venientes de los sectores privados (con y sin fines de lucro) son las empresas privadas (grandes,
medianas o pequeñas) y las organizaciones civiles (asociaciones o fundaciones, gremios y sindica-
tos, universidades, etc.), mientras que los actores sociales provenientes del sector ciudadano son las
personas individualmente consideradas (es decir, sin pertenencia al sector estatal ni a los sectores
empresariales o civiles).37
Entre los mecanismos de consulta, se destaca la observación directa de los diseñadores durante
el proceso de diagnóstico. Las entrevistas a informantes clave y los grupos focales son las mejo-
res técnicas para entender la opinión tanto de los gobernantes y administradores públicos como
de los dirigentes privados (empresariales y civiles). A su vez, la encuesta es la técnica preferible
para conocer la opinión de la ciudadanía. Obviamente, el equipo de diagnóstico debe hacer las
opciones metodológicas correspondientes según los casos, ordenando y facilitando el proceso de
diagnóstico.
Sostenemos que se debe consultar a los ciudadanos, pero ellos no deben ser la única fuente de
consulta. También se debe consultar a los gobernantes y administradores públicos responsables de
la decisión e implementación de las políticas, junto con los dirigentes privados (tanto empresariales
como civiles). Luego, el equipo de diagnóstico debe hacer la síntesis, nada más y nada menos, siendo
un trabajo interdisciplinario que requiere “pensamiento estratégico” (Martínez, 2006).
Las consultas a diversos especialistas en desarrollo del capital físico, de la actividad económica, del
capital humano o del capital social, de acuerdo con la política para el desarrollo local y regional que
se diagnostica, pueden ser muy importantes para cotejar con las opiniones de los actores políticos
y sociales consultados. También pueden ser muy importantes los análisis de experiencias de otras
localidades o regiones que sean comparables.
37 Los propietarios de medios de comunicación social (Jacoby, 2011) y los directivos de partidos políticos (Zovatto,
2006a) son considerados actores sociales provenientes de los sectores privados con y sin fines de lucro, respecti-
vamente.
78
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
Definidas estas cuatro cuestiones, los diseñadores deben enumerar las necesidades locales y regio-
nales, preguntando a los dirigentes privados (empresariales y civiles) y a los ciudadanos:38 ¿cuáles
son las necesidades a satisfacer por el gobierno (nacional, subnacional o municipal) en relación con
el desarrollo en una localidad o región determinada? A partir de las respuestas específicas a esa pre-
gunta genérica, los diseñadores deben ordenar y facilitar el proceso de diagnóstico enumerando las
necesidades a satisfacer, es decir, listándolas de acuerdo con las fuentes y mecanismos de consulta.
Desarrollo local
y regional
Desarrollo
Desarrollo Desarrollo Desarrollo
de la actividad
del capital físico del capital humano del capital social
economica
Seguridad
Vivienda Empleo Educación
y convivencia
Ambiente
Elaboración propia
Por ejemplo, si diseñásemos una política nacional, subnacional o municipal para el desarrollo integral
de una o más localidades o regiones, las necesidades sociales a identificar podrían ser, entre otras,
el desarrollo del capital físico (incluyendo la vivienda y la infraestructura de servicios), el desarrollo
de la actividad económica (incluyendo el empleo y el crecimiento dela economía local y regional), el
38 Se supone que los gobernantes y administradores públicos han sido consultados en el análisis (o “estudios de
determinación”) de las políticas existentes sobre las necesidades a satisfacer.
79
J, Emilio Graglia
desarrollo del capital humano (incluyendo la educación, la salud y el ambiente) y el desarrollo del ca-
pital social (incluyendo tanto la seguridad y convivencia como el fortalecimiento de la sociedad civil).
Luego de enumerar las necesidades locales y regionales, los diseñadores deben jerarquizarlas. A los
fines de la jerarquización, se propone que el equipo de diseño analice la “gravedad” (tanto en el tiem-
po como en el espacio) por una parte y, por la otra, la “urgencia” (tanto social como política) de cada
una de las necesidades enumeradas. Ambos (gravedad y urgencia) son los criterios de jerarquización
de necesidades propuestos según el “modelo relacional” (Graglia, 2004).
En el tiempo
Gravedad
En el espacio
En la percepción
de los actores sociales
Urgencia
En la percepción
de los actores políticos
Elaboración propia
Por ejemplo, si se analiza el empleo en una ciudad, los diseñadores deben investigar si la desocupa-
ción ha aumentado o disminuido en comparación con los años anteriores y si es mayor o menor en
comparación con otras ciudades semejantes. También deben indagar cuán urgente es para los go-
bernantes y administradores públicos responsables de la política en diseño, cuán urgente es para los
empresarios y gremialistas y cuán urgente es para los ciudadanos. Partiendo de las respuestas, que
80
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
pueden ser desde diferentes hasta contradictorias, los diseñadores deben hacer la síntesis, siempre
citando las fuentes y los mecanismos de consulta.
En cuanto a la gravedad en el tiempo, se considera: “de alta gravedad” si las necesidades locales o
regionales a satisfacer aumentaron en comparación con otros períodos comparables, “de baja gra-
vedad” si disminuyeron y “de gravedad media” si no aumentaron ni disminuyeron. Respecto de la
gravedad en el espacio, se considera: “de alta gravedad” si las necesidades locales o regionales a
satisfacer son mayores en comparación con otros lugares comparables, “de baja gravedad” si son
menores y “de gravedad media” si son iguales.
Respecto de la urgencia social, se considera: “de alta urgencia social” si las necesidades locales o regio-
nales a satisfacer son percibidas como muy urgentes por los actores sociales, “de baja urgencia social”
si son percibidas como poco urgentes y “de urgencia social media” si son percibidas como urgentes. En
cuanto a la urgencia política, se considera: “de alta urgencia política” si las necesidades locales o regio-
nales a satisfacer son percibidas como muy urgentes por los actores políticos, “de baja urgencia social”
si son percibidas como poco urgentes y “de urgencia social media” si son percibidas como urgentes.
Como puede verse, para cada pregunta se admiten tres opciones y a cada una de ellas se le asigna
una valoración relativa: alta, media o baja. Puede haber necesidades de “alta gravedad” en el tiempo
pero de “baja o media gravedad” en el espacio o viceversa. Asimismo, puede haber necesidades “de
alta urgencia social” pero de “baja o media urgencia política” o viceversa. Finalmente, puede haber
necesidades de “alta gravedad” pero de “baja o media urgencia” o viceversa.
Se considera cada una por separado asignándole una valoración en relación con cada uno de los cri-
terios establecidos. No se comparan las necesidades locales o regionales entre ellas. El análisis de las
valoraciones dará el orden de jerarquización que se busca. Mientras más imprecisa sea la delimitación
de necesidades locales o regionales a satisfacer, más largo será el listado de problemas irresueltos. Es
muy importante destacar que a los fines de la calidad de vida deseada como bien común de una lo-
calidad o una región, hay que satisfacer cada una de las necesidades locales o regionales. El orden de
necesidades jerarquizadas debe entenderse como una orientación para la decisión gubernamental.
Los diseñadores deben preguntar a los dirigentes privados (empresariales y civiles) y a los
ciudadanos:39 ¿cuáles son las dificultades que impiden u obstaculizan la satisfacción social de cada
una de las necesidades locales y regionales identificadas? Por ejemplo: ¿cuáles son problemas que
39 También se supone que los gobernantes y administradores públicos han sido consultados en el análisis (o “estu-
dios de determinación”) de las políticas existentes sobre los problemas irresueltos.
81
J, Emilio Graglia
impiden u obstaculizan el desarrollo del capital físico, de la actividad económica, del capital humano
o del capital social? A partir de las respuestas específicas a esa pregunta genérica, los diseñadores
deben ordenar y facilitar el proceso de diagnóstico enumerando los problemas a resolver.
Por ejemplo, si diseñásemos una política para el desarrollo del capital físico, de la actividad económi-
ca, del capital humano o del capital social de una o más localidades o regiones, los problemas identi-
ficados podrían ser, entre otros, la ineficiencia financiera (causada por el déficit fiscal, la desinversión
o el endeudamiento público), la incapacidad institucional (causada por fallas en la gestión asocia-
da, el planeamiento del desarrollo o la gestión organizacional de los recursos humanos), la falta de
transparencia (causada por deficiencias en la publicidad del presupuesto o el acceso a la información
pública) o de participación política (causada por la baja en la participación electoral o no electoral).
Desarrollo local
y regional
Fallas en el
Desinversión planeamiento del Deficiencias Baja de la
desarrollo en el acceso participación
a la información no electoral
Fallas en la gestión pública
Endeudamiento organizacional
de los RRHH
Elaboración propia
Además de listarlos, los diseñadores deben estructurar los problemas, es decir, deben establecer
cuáles son sus causas. Un problema estructurado es un problema con causas identificadas. No todas,
sino las principales. Al respecto, es muy importante aclarar que las causas de los problemas no son el
origen sino el motivo que explica o justifica su presencia actualmente. Asimismo, es muy importante
diferenciar los problemas de sus consecuencias. Las consecuencias hacen visible el problema pero
no son el problema. Esta instancia del modelo relacional puede asemejarse al “análisis del problema”
que propone la metodología del “marco lógico” (Ortegón, Pacheco y Prieto, 2005).
Luego de enumerar los problemas con sus causas, los diseñadores deben priorizarlos. A los fines
de la priorización, se propone que los diseñadores analicen la “frecuencia” y la “incidencia”, es decir,
cuántas veces se presenta cada problema y, a su vez, cuánto influye su solución sobre la resolución
de los demás problemas. Ambos (frecuencia e incidencia) son los criterios de priorización de proble-
mas propuestos según el “modelo relacional” (Graglia, 2004).
82
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
Según la percepción
de los actores sociales
Frecuencia
Según la percepción
de los actores políticos
En el corto/mediano
plazo
Incidencia
En el largo plazo
Elaboración propia
La frecuencia se analiza a partir de consultas a los actores sociales (la percepción de los actores políti-
cos ya se conoce a través del análisis o “estudios de determinación” de las políticas existentes), mientras
que la incidencia se analiza a partir de estadísticas (gubernamentales y no gubernamentales) y con-
sultas a expertos temáticos. Es incorrecto consultar a los expertos temáticos sobre la frecuencia y a los
actores sobre la incidencia. Aquellos no tienen por qué conocer la presencia de los problemas y estos
no tienen por qué entender las influencias entre los mismos. La metodología propuesta supone que los
diseñadores consideren cada uno de los problemas y averigüen ambos criterios.
Por ejemplo: ¿cuántas veces se menciona la “ineficiencia financiera” y cuánto incide su solución sobre
la incapacidad institucional, la falta de transparencia y de participación política? ¿Cuántas veces se
menciona la “incapacidad institucional” y cuánto incide su solución sobre la ineficiencia financiera, la
falta de transparencia y de participación política?¿Cuántas veces se menciona la “falta de transparen-
cia” y cuánto incide su solución sobre la ineficiencia financiera, la incapacidad institucional y la falta
de participación?¿Cuántas veces se menciona la “falta de participación” y cuánto incide su solución
sobre la ineficiencia financiera, la incapacidad institucional y la falta de transparencia?
Respecto de la frecuencia según los actores sociales, se considera: “de alta frecuencia” el problema
percibido por más de dos tercios de los actores sociales consultados, “de frecuencia media” el proble-
ma percibido por menos de dos tercios y más de un tercio y “de baja frecuencia” el problema percibi-
do por menos de un tercio. En cuanto a la frecuencia según los actores políticos, se considera: “de
alta frecuencia” el problema percibido por más de dos tercios de los actores políticos consultados,
“de frecuencia media” el problema percibido por menos de dos tercios y más de un tercio y “de baja
frecuencia” el problema percibido por menos de un tercio.
83
J, Emilio Graglia
problema y “de baja incidencia” el problema cuya solución no resuelve otro problema, en más
de cuatro años.
Partiendo de las respuestas, que pueden ser desde diferentes hasta contradictorias, los diseñadores
deben hacer la síntesis, siempre citando las fuentes y los mecanismos de consulta. Para cada pregun-
ta se admiten tres opciones y a cada una de ellas se le asigna una valoración relativa: alta, media o
baja. Puede haber necesidades “de alta frecuencia social” pero de “baja o media frecuencia política”,
o viceversa. Asimismo, puede haber problemas de “alta incidencia” en el corto/mediano plazo pero
de “baja o media incidencia” en el largo plazo o viceversa. Finalmente, puede haber necesidades de
“alta frecuencia” pero de “baja o media incidencia” o viceversa.
Se considera cada problema irresuelto por separado, asignándole una valoración en relación con cada
uno de los otros problemas irresueltos. Pero, a diferencia de lo que se vio para jerarquizar las necesidades
a satisfacer, se comparan los problemas entre ellos. El análisis de las valoraciones dará el orden de priori-
zación que se busca. Es muy importante destacar que a los fines de la calidad de vida deseada como bien
común de una localidad o región, hay que solucionar cada uno de los problemas con sus causas. El orden
de problemas priorizados debe entenderse como una orientación para la decisión gubernamental.
Según el modelo relacional, primero se deben identificar (enumerar y priorizar) los problemas con
sus causas y, luego, se deben formular las soluciones. Claramente, de poco o nada vale identificar
los problemas sin formular las soluciones alternativas. Sin embargo, la formulación de las soluciones
alternativas debe retroalimentar la identificación de los problemas. Si tenemos el problema pero no
la solución alternativa, debemos revisar el problema. Es un camino de ida y de vuelta. A la vez, no
pocas veces, primero se identifican las soluciones y luego se formulan los problemas con sus causas.
Siempre se deben plantear dos o más soluciones alternativas. Un buen diagnóstico enumera por
lo menos dos alternativas para remover una o más causas de uno o más problemas. No se puede
admitir un diagnóstico que imponga “la” alternativa a adoptar. No hay una sola causa que motive la
irresolución del o los problemas ni un solo problema que impida u obstaculice la satisfacción de la o
las necesidades locales o regionales. Tampoco puede haber una sola alternativa. La enumeración de
varias alternativas requiere creatividad e innovación del y en el equipo de diagnóstico. La consulta a
expertos puede ayudar a buscar y encontrar las otras alternativas.
Las alternativas suponen decisiones o acciones incompatibles, por definición. Por lo tanto, deben ser
excluyentes y no compatibles o complementarias. Entre dos alternativas, si se tomara o realizara la
84
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
primera, entonces, no se debería tomar o realizar la segunda y viceversa. Si las decisiones o acciones
en consideración son compatibles o complementarias, es decir, si pueden o deben tomarse o reali-
zarse conjuntamente, entonces son partes de una misma alternativa y no dos alternativas distintas.
De acuerdo con un enfoque incrementalista, consideramos que los diseñadores deben considerar
“mantener la situación existente” como una alternativa posible.
Por ejemplo, supongamos que el problema prioritario que impide u obstaculiza la satisfacción de
una necesidad de desarrollo del capital humano como la atención primaria de la salud es la incapa-
cidad institucional, y que su principal causa es la ineficiencia en la gestión de los recursos humanos.
En ese supuesto, contratar, por una parte, y capacitar al personal municipal a cargo de la prestación
de los servicios, por la otra, no son dos alternativas sino partes de una alternativa. Otra alternativa
podría ser, por ejemplo, privatizar la prestación del servicio (completa o parcialmente). Es decir, si se
privatiza no se contrata ni se capacita al personal municipal y viceversa.
Los diseñadores deben preguntar a los dirigentes privados (empresariales y civiles) y a los
ciudadanos:40 ¿cuáles son las alternativas para remover las causas de los problemas que impiden u
obstaculizan la satisfacción de las necesidades locales y regionales? A partir de las respuestas espe-
cíficas a esa pregunta genérica, los diseñadores deben ordenar y facilitar el proceso de diagnóstico
enumerando las soluciones alternativas, listándolas. Además, deben precisar si las causas a remover
son debilidades o amenazas. Este punto es muy importante y se recomienda el análisis FODA.
Tanto las debilidades como las amenazas influyen negativamente, provocando los problemas que
impiden u obstaculizan la satisfacción de las necesidades de desarrollo físico, económico, humano
o social de una localidad o región. Las debilidades son fuerzas internas, es decir, provienen de la
organización estatal, de los gobiernos o las administraciones públicas (nacionales, subnacionales o
municipales), mientras que las amenazas, a diferencia de las debilidades, no son fuerzas internas sino
externas, es decir, no provienen de la organización estatal sino del entorno social (de los sectores
privados, con o sin fines de lucro, o de la misma ciudadanía).
Desde nuestro punto de vista, si las causas son debilidades, las alternativas deben suponer fortale-
zas. En cambio, si las causas son amenazas, las alternativas deben suponer oportunidades. Tanto las
fortalezas como las oportunidades influyen positivamente solucionando los problemas (parcial o
completamente). Las fortalezas son fuerzas internas, mientras que las oportunidades no son fuerzas
internas sino externas. Tratar de solucionar debilidades estatales a partir de oportunidades prove-
nientes del entorno social es erróneo. También es erróneo tratar de solucionar amenazas sociales con
fortalezas provenientes de la organización estatal.
Por ejemplo, supongamos que el problema prioritario que impide u obstaculiza la satisfacción de
una necesidad de desarrollo del capital físico como la vivienda es la ineficiencia de la gestión finan-
ciera de los recursos municipales. Si su principal causa fuese la disminución de los ingresos propios
del gobierno municipal, es decir, una debilidad, la alternativa debería ser una fortaleza (el aumento
40 También se supone que los gobernantes y administradores públicos han sido consultados en el análisis (o “estu-
dios de determinación”) de las políticas existentes sobre los planes, programas y proyectos existentes y que estos
son sus alternativas.
85
J, Emilio Graglia
de esos ingresos). Pero si su principal causa fuese la disminución de las transferencias o los aportes
de otras jurisdicciones (subnacional o nacional), es decir, una amenaza, la alternativa debería ser una
oportunidad (el aumento de esas transferencias).
Elaboración propia
Unas veces, una fortaleza organizacional maximiza una oportunidad del entorno. Por ejemplo, la efi-
ciencia de la gestión organizacional de un gobierno municipal, puede mejorar el aumento de las trans-
ferencias del gobierno subnacional para la realización de obras de tratamiento de aguas residuales
en la localidad. Otras veces, una debilidad organizacional maximiza una amenaza del entorno. Por
ejemplo, la ineficiencia de la gestión de los recursos humanos puede empeorar la disminución de los
aportes del gobierno nacional para la prestación de servicios de recolección y disposición de residuos.
Los problemas, con sus causas, pueden ser internos o externos. Consecuentemente, las soluciones
alternativas también deben ser internas o externas. Por lo tanto, desde nuestro punto de vista es
clave descifrar su procedencia. Enumerar las alternativas a los problemas requiere un conocimiento
y entendimiento de la organización estatal y del entorno social. Conocer y entender el Estado y la
sociedad posibilitan aumentar las fortalezas y disminuir las debilidades de la organización guberna-
mental y administrativa para maximizar las oportunidades y minimizar las amenazas provenientes
del entorno privado y ciudadano.
Sin dudas, se trata de un trabajo de prospectiva que pretende anticipar las consecuencias eventuales
de la ejecución y comunicación de las diferentes alternativas. Es decir, respecto de cada una de las
alternativas enumeradas, los diseñadores deben preguntarse y preguntar a los actores y a los exper-
tos cuáles son las fortalezas y debilidades de la organización estatal para ejecutarlas y comunicarlas
y, también, cuáles son las oportunidades y amenazas del entorno social y económico para hacerlo.
Entre los extremos de una organización fuerte y un entorno oportuno por una parte y, por la otra, de
una organización débil y un entorno amenazante, la variedad es muy grande.
86
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
El primero es la capacidad real de intervención. Este criterio depende de los recursos financieros
(Scandizzo, 2006, 2007) y, también, de los recursos humanos (Martínez, 2006, 2007) tanto guberna-
mentales como administrativos. Más precisamente, dependen de la disponibilidad de dichos recur-
sos. Dentro de los recursos financieros se incluyen tanto los propios como los provenientes de otras
jurisdicciones. Dentro de los recursos humanos se incluyen las plantas de personal tanto político
(funcionarios) como permanente (empleados).
Disponibilidad de
recursos financieros
Capacidad real
de intervención
Disponibilidad de
recursos humanos
Efectividad
Factibilidad social
Factibilidad
política
Factibilidad legal
Elaboración propia
87
J, Emilio Graglia
Respecto de las fuentes de consulta, desde nuestro punto de vista, la capacidad real de intervención,
la eficiencia y la factibilidad legal se analizan a partir de estadísticas (gubernamentales y no guberna-
mentales) y de consultas a los actores políticos.41 La eficacia y la factibilidad social también se analizan
a partir de estadísticas (gubernamentales y no gubernamentales) y consultas, no a los actores políticos
sino a los actores sociales (dirigentes privados tanto empresariales como civiles y ciudadanos). En to-
dos los casos, las consultas a los expertos temáticos es recomendable y, a veces, imprescindible.
Establecidos los criterios, la metodología que se propone supone que los diseñadores consideren cada
una de las alternativas por separado y averigüen. ¿Es realizable con los recursos financieros y humanos
disponibles? ¿Es eficiente en el uso de los recursos y eficaz en el cumplimiento de los objetivos? ¿Es
factible socialmente y legalmente? Es muy importante destacar que a los fines de la calidad de vida
deseada como bien común, hay que remover (completa o parcialmente) cada una de las causas.
Partiendo de los datos e informaciones de las estadísticas y de las respuestas a las consultas a los
actores (políticos y sociales) y a los expertos temáticos, que pueden ser desde diferentes hasta con-
tradictorias, los diseñadores deben hacer la síntesis, siempre citando las fuentes y los mecanismos de
consulta. Para cada pregunta se admiten tres opciones y a cada una de ellas se le asigna una valora-
ción que puede ser: alta, media o baja. Se considera cada alternativa por separado asignándole una
valoración en relación con cada uno de los criterios establecidos. El análisis de las valoraciones dará
el orden de selección que se busca.
En cuanto a la efectividad, se consideran: “de alta efectividad”, las alternativas que sean eficientes en
el uso de los recursos y eficaces en el cumplimiento de los objetivos; “de efectividad media”, aquellas
alternativas que tengan eficiencia en el uso de los recursos pero sean ineficaces o que tengan eficacia
en el cumplimiento de los objetivos pero sean ineficientes; y “de baja efectividad”, las alternativas que
sean ineficientes e ineficaces tanto en el uso de los recursos como en el cumplimiento de los objetivos.
Respecto de la factibilidad política, se consideran: “de alta factibilidad política”, las alternativas que
sean aceptadas por la opinión pública y puedan aprobarse mediante decreto del Poder Ejecutivo; “de
factibilidad política media”, aquellas alternativas sean aceptadas por la opinión pública pero deban
aprobarse por ley u ordenanza o que puedan aprobarse por decreto pero sean rechazadas por la
opinión pública; y “de baja factibilidad política”, las alternativas que sean rechazadas por la opinión
pública y deban aprobarse por ley u ordenanza.
Una alternativa con máximas posibilidades de realización sería aquella con recursos financieros y
humanos suficientes, eficiente en el uso de los recursos y eficaz en el cumplimiento de los objetivos,
41 También se supone que los gobernantes y administradores públicos han sido consultados en el análisis (o “es-
tudios de determinación”) de las políticas existentes sobre la capacidad real de intervención, la eficiencia y la
factibilidad legal de los planes, programas y proyectos existentes.
88
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
aceptada por la opinión pública y aprobable por decreto (nacional, subnacional o municipal). Con-
trariamente, una alternativa con mínimas posibilidades de realización sería aquella con recursos in-
suficientes, ineficiente e ineficaz en el uso de los recursos y en el cumplimiento de los objetivos, re-
chazada por la opinión pública y aprobable por ley (nacional o subnacional) u ordenanza (municipal).
En medio se observa una ilimitada diversidad de combinaciones. Por ejemplo, una primera alterna-
tiva con “alta capacidad de intervención (financiera y humana)” pero con “media efectividad” y “baja
factibilidad política”; una segunda alternativa con “alta efectividad (eficiencia y eficacia)” pero con
“media efectividad” y “baja capacidad de intervención”; y una tercera alternativa con “alta factibilidad
política (social y legal)” pero con media “capacidad de intervención” y “baja efectividad”.
En 2005, la Conferencia Episcopal Argentina preguntaba: ¿cuál es el grado de participación del ar-
gentino en la vida social y, particularmente, en la defensa y el progreso de la sociedad política? La
respuesta sigue siendo actual: “Hay muchos signos positivos. En general, parece satisfactorio el ín-
dice de los votantes y aumenta la participación en la sociedad civil. Pero también hay señales nega-
tivas. Se exigen derechos, pero no siempre se conocen ni se cumplen los deberes. Que el pueblo no
interviene en el gobierno sino por sus representantes es un principio que muchas veces se interpreta
mal. Se piensa que los deberes del ciudadano se agotan en el acto eleccionario” (CEA, 2005:20).
Participación para
el desarrollo local
y regional
Legitimación y
Consulta
concertación
pre-decisional
pos-decisional
Elaboración propia
89
J, Emilio Graglia
Independientemente de la vocación política (que no pocas veces brilla por su ausencia, lamentable-
mente), reivindicamos la participación electoral (Mateo Díaz y Payne, 2006), porque sin elecciones
competitivas no hay legitimidad de origen de los gobiernos. Pero, al mismo tiempo, reivindicamos la
participación no electoral, es decir, la intervención de los actores privados (empresariales y civiles) y
ciudadanos en el diseño y la gestión de políticas democráticas (Nazareno, 2004).
Pero la participación sectorial y ciudadana no debe concluir sino iniciar en el diagnóstico. Los diri-
gentes de las organizaciones no gubernamentales (tanto empresariales como civiles) y los ciuda-
danos deben intervenir, también, en la gestión de las políticas públicas y en la evaluación de sus
resultados. Sostenemos el requerimiento de participación sectorial y ciudadana en la ejecución de
los planes (programas o proyectos), en el control de lo ejecutado y en los “estudios de impacto”.
Respecto de la ejecución, los gobernantes que decidieron los planes (programas o proyectos) para
el desarrollo local y regional deben negociarlos con dirigentes privados buscando su legitimación
(o implantación social). A su vez, los administradores públicos que operan las actividades deben
concertarlas con los dirigentes empresariales y civiles buscando su eficacia. La negociación y la con-
certación son clave para una gestión asociada del desarrollo local y regional. Esa gestión asociada
puede institucionalizarse en consejos o comisiones intersectoriales o no institucionalizarse, pero in-
defectiblemente debe ser legitimada y concertada.
En el diagnóstico de las políticas para el desarrollo local y regional, la participación supone la consul-
ta previa a la decisión gubernamental. El diagnóstico participativo es un diagnóstico consultivo. Ese
es el sentido y alcance de la participación en el diseño. Pero en la gestión, la participación supone
la legitimación y la concertación posteriores a la decisión gubernamental. Debe saberse que ambas
son posibles (o más fáciles) en la gestión si se ha consultado en el diagnóstico y, luego, se ha decidido
consecuentemente. Pero son más difíciles (o imposibles) si no se ha hecho de esa manera.
Los dirigentes de empresas privadas u organizaciones civiles que fueron consultados y fueron aten-
didas sus respuestas antes de la decisión gubernamental pueden asociarse en la gestión. Pero si no
fueron consultados o fueron consultados y no fueron atendidas sus respuestas, ¿por qué se aso-
ciarían en la gestión después de la decisión gubernamental? En síntesis, la participación sectorial y
ciudadana requiere “consultar” antes para “asociarse” después de decidir. Este planteo nos acerca al
enfoque incrementalista y al “ajuste mutuo partidario” de Lindblom (1979).
Vale conocer y entender que los dirigentes privados (empresariales o civiles) sostienen intereses
sectoriales, sean los intereses de sus empresas o de sus organizaciones. Son grupos de interés o lob-
bies (Lachmann, 2008). Pero también los gobernantes y administradores públicos tienen intereses
90
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
sectoriales. Ellos defienden los intereses de sus gobiernos o de sus administraciones públicas. Todos
deben ser responsables social y políticamente del bien común o bienestar general de la sociedad lo-
cal y regional. Pero no igualmente responsables. La responsabilidad principal es de los gobernantes
y administradores públicos del Estado nacional, subnacional o municipal.
Al respecto, Pasquino (2000), perfilando “la democracia exigente” en la posmodernidad, sostiene que
la democracia “continúa siendo un régimen político muy exigente puesto que actividades y conteni-
dos, funcionamiento y futuro, y su propia naturaleza exigen la intervención activa de los ciudadanos.
Podrán delegar conscientemente, y retirar su confianza, a equipos gobernantes. Lo que marcará la
diferencia será la propensión de los ciudadanos a mostrarse exigentes consigo mismos y con sus
gobernantes, y la disponibilidad de instrumentos culturales e institucionales a través de los cuales se
hacen valer los criterios en una democracia exigente” (2000:80-81).
La participación sectorial y ciudadana es la base para una “construcción de ciudadanía” que abarque
tres frentes (IDD-Lat, 2009): la ciudadanía civil, “en la que el marco jurídico institucional es el que
más ayuda para definir derechos y responsabilidades y los Estados, aun los más débiles, tienen a su
cargo la tarea de ponerla en vigencia y extenderla a todo el territorio de cada nación”; la ciudadanía
política, “cuya vigencia y extensión se ve fuertemente afectada por la escasa calidad institucional y
la pobre eficacia política de los sistemas vigentes en la región; y la ciudadanía social, “que presenta
los mayores problemas para su establecimiento en sociedades signadas por la desigualdad”.
91
CAPÍTULO III:
DECISIÓN DE POLÍTICAS PARA EL
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
1. Introducción
El análisis (o “estudios de determinación”) y el diseño de las políticas públicas en general y, particu-
larmente, de las políticas para el desarrollo local y regional, anticipan y configura la gestión, como
se dijo en la presentación. A su vez, el diseño consta de dos fases principales: 1) el diagnóstico y 2) la
decisión. Según el “modelo relacional” (Graglia, 2004), en la búsqueda del desarrollo local y regional,
en el diseño, lo segundo es la decisión.
A partir de las alternativas diagnosticadas para resolver los problemas que impiden u obstaculizan
la satisfacción de las necesidades locales o regionales, los gobernantes deben decidir los planes,
programas y proyectos a gestionar (ejecutar, comunicar y controlar). Específicamente, las fases de
este proceso son las siguientes: 1) valorar los criterios del diagnóstico, 2) determinar la agenda del
gobierno, 3) planear los objetivos y 4) planear las actividades a gestionar.
Valorar criterios
del diagnóstico
Adoptar alternativas
políticas
Determinar agenda
gubernamental
Decisión
Planear objetivos
Planificar objetivos
y actividades
Planear actividades
Elaboración propia
En esta fase se adoptan las alternativas políticas y, sobre esa base, se planean los objetivos y las ac-
tividades. La decisión puede ser considerada como la bisagra entre el diagnóstico y la gestión. Mu-
chos especialistas consideran que diseño y planeamiento son sinónimos. De esa manera, diseñar es
93
J, Emilio Graglia
planear y planear es diseñar. Nosotros creemos que pueden serlo, en un sentido amplio. Pero, en un
sentido restringido, el planeamiento es parte de la decisión y, a su vez, la decisión es parte del diseño.
El planeamiento de los objetivos y las actividades corresponde a los diseñadores, que pueden (o
no) ser los mismos que diagnosticaron las necesidades, los problemas y las alternativas. A veces los
equipos “de diagnóstico” y “de planeamiento” coinciden y otras veces son diferentes, dependiendo
de los planes, programas y proyectos. En general, desde nuestro punto de vista, lo recomendable es
que los gobiernos y las administraciones públicas tengan equipos de diagnóstico y planeamiento
integrados por personal de planta permanente, sin perjuicio de la asistencia que pudieran requerir
de técnicos y profesionales externos.
La valoración de los criterios del diagnóstico y la determinación de la agenda del gobierno son de
naturaleza “política”, pero suponen una perspectiva técnica de los gobernantes. A su vez, el planea-
miento de los objetivos y las actividades es de naturaleza “técnica”, pero supone una perspectiva po-
lítica de los diseñadores (Arnoletto, 2004). Esta perspectiva “técnica” o conocimiento de “lo técnico”
diferencia a un gobernante de un “puntero”. Aquella perspectiva “política” o entendimiento de “lo
político” diferencia a un técnico de un “tecnócrata”.
En sentido restringido, los gobernantes que deciden son los ejecutivos. Por ejemplo: en el régimen
federal de la República Argentina, el intendente o el gobernador (en los casos de políticas municipa-
les o provinciales, respectivamente), junto con los funcionarios políticos: ministros, secretarios o di-
rectores municipales o provinciales. Pero, en sentido amplio, también incluimos a los legisladores del
o los partidos del gobierno. Los concejales municipales o los legisladores provinciales, según el régi-
men argentino. No incluimos a los administradores públicos, es decir, a los jefes administrativos de
planta permanente, porque ellos no deciden los planes (programas o proyectos) gubernamentales.
Como se ha dicho, al gobierno corresponde la “decisión política” de los planes y de los programas
y proyectos integrantes (Aguilar Villanueva, 2010). Si no lo hacen, no gobiernan. Luego, si lo hacen
correctamente, “gobiernan bien” (García Pizarro, 2007). Pero ¿pueden los gobernantes ignorar a los
administradores públicos? Los gobernantes no deben ignorarlos, sino consultarlos. Cuando los go-
bernantes desconocen a los administradores públicos, gobiernan mal. En general y particularmente
respecto de las políticas para el desarrollo local y regional, el gobierno debe ser “relacional” con res-
pecto a la administración pública (García Pizarro, 2007).
A diferencia del diagnóstico, la decisión no es un proceso participativo. Pero, al decidir, los gobernan-
tes deben saber que no pueden desatender las conclusiones de un diagnóstico participativo “gratui-
tamente”. Es decir, si se ha consultado a gobiernos y administraciones públicas de otras jurisdicciones,
94
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
2. Fases de la decisión
A partir del diagnóstico, el gobernante tiene varias alternativas más o menos posibles. Pero en el
diagnóstico no se toman decisiones. Se analizan alternativas de solución a los problemas que impi-
den u obstaculizan el desarrollo de una localidad o región y, sobre esa base, se informa si la capaci-
dad de intervención, la efectividad y la factibilidad política de cada una de las alternativas son “al-
tas”, “medias” o “bajas”. Siempre de acuerdo con las fuentes consultadas y los mecanismos utilizados.
Nada más… y nada menos. Por lo tanto, puede decirse que condiciona pero no determina la decisión
de los planes y de los programas y proyectos integrantes.
Ahora es el turno de los gobernantes. Para ellos, no todos los criterios de selección valen (o pueden
valer) igual. La decisión supone apreciar o estimar políticamente los criterios de selección de las
alternativas posibles. Dicha apreciación o estimación corresponde a los gobernantes y no a quienes
intervinieron en el diagnóstico. Según su ideología y, también, del entorno social, político y econó-
mico, los tiempos y espacios de cada gobierno, los criterios de selección pueden valer desigualmen-
te. Para unos puede valer más la capacidad de intervención, para otros la efectividad y para otros la
factibilidad política.
Un primer grupo de gobernantes puede decir: “Si no tenemos los recursos financieros y humanos
suficientes, poco o nada importan la efectividad o la factibilidad política”. Un segundo grupo puede
decir: “Si no tenemos eficiencia y eficacia, poco o nada valen la capacidad real de intervención o la
factibilidad política”. Y un tercer grupo puede decir: “Si no tenemos factibilidad social y legal, poco
o nada valen la capacidad real de intervención o la efectividad”. El primer grupo va a privilegiar las
alternativas que tengan mayor capacidad de intervención, el segundo las que tengan mayor efecti-
vidad y el tercero las que tengan mayor factibilidad política.
Atento a ello, se recomienda que los gobernantes valoren políticamente cada uno de los criterios
de selección de alternativas posibles. A esos fines, deben estar asistidos profesionalmente por el
95
J, Emilio Graglia
equipo técnico que hizo el diagnóstico, proporcionándoles información y análisis. Sobre esas bases,
los gobernantes deben definir: ¿cuánto vale la disponibilidad de recursos financieros? ¿Cuánto vale
la disponibilidad de recursos humanos? ¿Cuánto vale la eficiencia? ¿Cuánto vale la eficacia? ¿Cuánto
vale la factibilidad social? ¿Cuánto vale la factibilidad legal?
Como se ha dicho, la ideología de los gobernantes influye sobre las respuestas a esas preguntas. Un
gobernante con una ideología cercana al Estado “neoliberal” de derecho puede valorar más la ca-
pacidad de intervención y la eficiencia, mientras que otro gobernante con una ideología cercana al
Estado “social” de derecho puede valorar más la eficacia y la factibilidad política. Además, influye su
plataforma electoral (o, por lo menos, debería influir). Ambas influencias no deben ser subvaloradas,
pero tampoco sobrevaloradas.
Por ejemplo, supongamos que se diseña una política subnacional o municipal para el desarrollo del
capital físico y, más precisamente, para la prestación de servicios en una localidad o región. Supon-
gamos que uno de los problemas es la ineficiencia en la gestión de los recursos financieros y que
una de sus causas es el déficit de la empresa subnacional o municipal a cargo de la prestación de los
servicios. Supongamos que las alternativas son dos. La primera (A1) supone aumentar el precio del
servicio. La segunda (A2) supone subsidiarlo.
Considerando esas dos alternativas, supongamos que con respecto a la “capacidad real de interven-
ción”, la primera alternativa supera a la segunda: el gobierno subnacional o municipal no dispone de
los recursos para subsidiar. Respecto de la “efectividad”, supongamos que la primera es más eficiente
y la segunda es más eficaz. Sin embargo, respecto de la “factibilidad política”, la segunda alternativa
supera a la primera: la opinión pública se opone al aumento del precio del servicio y este supone una
ley subnacional o una ordenanza municipal.
¿Qué hacer? Depende, obviamente, de la valoración política de los criterios del diagnóstico de
alternativas posibles. Veamos. Si un gobernante entiende que la capacidad de intervención y la
eficiencia valen más que la factibilidad política y la eficacia, entonces debe adoptar la primera
alternativa (A1) y descartar la segunda (A2), es decir, aumentar el precio del servicio. Pero si otro
gobernante entiende que la factibilidad política y la eficacia valen más que la capacidad de inter-
vención y la eficiencia, entonces debe adoptar la segunda alternativa (A2) y descartar la primera
(A1), es decir, subsidiarlo.
El gobernante debe valorar los criterios del diagnóstico desde el punto de vista de la “oportunidad
política”. ¿Cuál es la alternativa más oportuna desde el punto de vista político? ¿Una alternativa con
alta capacidad de intervención y una efectividad media pero con baja factibilidad política o una al-
ternativa con baja capacidad de intervención y efectividad media pero con alta factibilidad política?
Como puede observarse, el criterio es político, y este depende principalmente del entorno. Si no se
está en un año electoral o a inicios de un mandato, la alternativa más “oportuna” puede ser la prime-
ra. Pero si se está a fines de un mandato o en un año electoral, la alternativa más oportuna puede ser
la segunda.
96
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
Factibilidad
política y eficacia
Capacidad real
de intervención
y eficiencia
Elaboración propia
Más allá de esas especulaciones, en la teoría, la “oportunidad política” debería subordinarse a la bús-
queda del bien común de la sociedad local y regional (Roos, 2008). Es decir, una alternativa debería
ser considerada como más oportuna que otra si se orientara más y mejor al bien común. Pero, lamen-
table y frecuentemente, en la práctica, la política se convierte en “politiquería” y la oportunidad polí-
tica se transforma en “oportunismo político”. No se considera el bien común de la localidad o región,
sino el interés partidario del gobierno o los gobernantes de turno. De esa manera, la valoración de
los criterios del diagnóstico suele ser errónea.
El diagnóstico informa sobre las alternativas de solución a los problemas que impiden u obstaculi-
zan el desarrollo físico, económico, humano o social de una localidad o región. Sobre esa base, los
gobernantes valoran los criterios de selección de las alternativas posibles (la capacidad real de inter-
vención, la efectividad y la factibilidad política), viendo el entorno y considerando la oportunidad. A
partir de esa valoración política, ellos deben determinar cuáles son las alternativas a preparar como
planes, programas o proyectos y, consiguientemente, desechar la o las otras. Esto es, ni más ni me-
nos, determinar la agenda del gobierno.
Desde este enfoque, la agenda gubernamental es “el conjunto de alternativas adoptadas por los
gobernantes para remover (completa o parcialmente) las causas de los problemas que impiden u
obstaculizan la satisfacción de las necesidades locales o regionales”. En un planteo idealista, la agen-
da gubernamental debería coincidir con la agenda social. Las alternativas adoptadas por los go-
bernantes deberían responder a las necesidades locales y regionales, los problemas que impiden u
obstaculizan satisfacerlas y sus principales causas. El origen de la agenda gubernamental debería ser
97
J, Emilio Graglia
Sin embargo, muchas veces, ambas agendas se diferencian. Por un lado va la agenda gubernamen-
tal y por otro lado viene la agenda social. Es decir, los responsables de tomar decisiones no aceptan
las conclusiones del diagnóstico participativo, porque no quieren o porque no pueden. Pues bien,
si la agenda gubernamental no coincide con la agenda social, tarde o temprano se pone en marcha
un proceso de ingobernabilidad. “Gobernabilidad denota la posibilidad o probabilidad de que el
gobierno gobierne a su sociedad, mientras su opuesto, ingobernabilidad significa la posibilidad o
probabilidad de que el gobierno deje de gobernar a su sociedad, no la gobierne” (Aguilar Villanueva,
2010:23).
De acuerdo con Aguilar Villanueva (2010), las causas de fondo de la gobernabilidad y la ingobernabili-
dad pueden ser dos. La primera causa es “de origen social” y consiste en la disposición o indisposición
de la sociedad a aceptar, obedecer y reconocer que un gobernante o un determinado equipo de go-
bierno posean el derecho a dirigir y a mandar, a exigir obediencia. En cambio, la segunda causa es “de
origen gubernamental” y consiste en la capacidad o incapacidad del gobierno de dirigir a su sociedad.
98
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
Es muy importante destacar que cualquier agenda gubernamental (municipal, subnacional o nacio-
nal) para el desarrollo de una o más localidades o regiones debe tratar de remover las principales
causas de los problemas prioritarios que impiden u obstaculizan tanto el desarrollo del capital físico
y la actividad económica como el desarrollo del capital humano y el capital social. Se puede hablar,
entonces, no de una sino de varias “agendas para el desarrollo local y regional”.
Una agenda gubernamental para el desarrollo del capital físico y la actividad económica de-
bería incluir las alternativas políticas para remover las principales causas de los problemas priorita-
rios que impiden u obstaculizan la satisfacción de las necesidades de vivienda e infraestructura de
servicios (rutas pavimentadas, agua de red, electricidad y gas natural, movilidad y comunicación,
transporte interurbano, teléfono e internet por banda ancha), de empleo y crecimiento tanto la
demanda (consumo) como la oferta (producción) de bienes y servicios de la economía local y
regional.
Asimismo, una agenda gubernamental para el desarrollo del capital humano y el capital social
debería incluir las alternativas políticas para remover las principales causas de los problemas priori-
tarios que impiden u obstaculizan la satisfacción de las necesidades de educación, salud y ambiente
(tratamiento de aguas residuales, recolección y disposición de residuos), de seguridad, convivencia y
fortalecimiento de la sociedad civil (participación, confianza, acción colectiva y cooperación).
Vivienda Educación
Salud
Infraestructura de servicios
Ambiente
Empleo
Seguridad y convivencia
Elaboración propia
Cualquier agenda para el desarrollo local y regional debería incluir estas temáticas. Por supuesto,
mucho depende de las competencias y los recursos de los gobiernos respectivos. No es lo mismo
una agenda nacional o subnacional que una agenda municipal. Pero, insistimos, esta diversidad
de temáticas debe incluirse sin limitaciones previas. Muchas de estas temáticas son concurrentes,
99
J, Emilio Graglia
Elaboración propia
Los objetivos generales de cualquier plan para el desarrollo de una localidad o región deben ser
“satisfacer las necesidades locales o regionales”, mientras que los objetivos particulares deben ser
“resolver los problemas que impiden u obstaculizan satisfacerlas”. Se puede decir, pues, que para
satisfacer las necesidades hay que resolver los problemas mientras que para cumplir los objetivos
generales hay que cumplir los objetivos particulares. Sobre esa base, los objetivos de los programas
deben coincidir con los objetivos particulares del plan que integran mientras que los objetivos de
los proyectos deben ser remover las causas principales de cada uno de los problemas identificados.
Los objetivos de los proyectos, programas o planes deben ser a corto plazo (menos de un año), a
mediano plazo (entre uno y cuatro años) y a largo plazo (más de cuatro años), respectivamente,
dependiendo del mandato legal de los respectivos gobiernos nacionales, subnacionales o locales.
Los objetivos (generales y particulares) de los planes y los objetivos de los programas y proyec-
tos integrantes deben prever “indicadores”. Como se ha dicho, los objetivos sin indicadores son
deseos, tal vez buenos deseos, pero no sirven para el diseño de los planes ni de los programas o
proyectos integrantes. A su vez, debemos diferenciar los indicadores de gestión y los indicadores
de resultados.
Los indicadores de gestión sirven para analizar y, eventualmente, corregir los procesos de ejecu-
ción y de comunicación en las fases de la gestión. Son imprescindibles a los fines del control de
gestión (tanto de lo ejecutado como de lo comunicado). En cambio, los indicadores de resultados
sirven para medir la satisfacción social y la aprobación ciudadana respecto de las políticas diseñadas
y gestionadas a esos fines, en términos de percepción sectorial y ciudadana. Son imprescindibles a
los fines de la evaluación (o “estudios de impacto”).
100
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
Asimismo, los diseñadores deben prever los “verificadores”. Es decir, los instrumentos a través de
los cuales se van a comprobar los indicadores, quiénes serán los responsables de hacerlo y cómo
lo harán. En general, podemos decir que el monitoreo y la supervisión pueden servir para verificar
los “indicadores de gestión de la ejecución” y, a su vez, los reportes de las oficinas de información
administrativa (OIAS) y de los medios de comunicación social (MECOS) pueden servir para veri-
ficar los “indicadores de gestión de la comunicación”. Las encuestas de opinión (y, también, los
grupos focales y las entrevistas a informantes clave) pueden servir para verificar los “indicadores
de resultados”.
El planeamiento requiere prever los objetivos de los planes y los objetivos de sus programas o pro-
yectos integrantes con sus respectivos indicadores, verificadores y “supuestos”. Los supuestos (o fac-
tores externos) son las condiciones necesarias y suficientes para que se cumplan los objetivos de los
planes y de sus programas o proyectos integrantes. Son circunstancias que deben darse para que
los objetivos puedan lograrse pero escapan a las decisiones y acciones de los gobernantes y admi-
nistradores públicos, es decir, no dependen de ellos. En general, las políticas de otras jurisdicciones
pueden ser vistas y consideradas como supuestos o factores externos.
Por ejemplo, en el caso de una política (nacional, subnacional o municipal) para el desarrollo inte-
gral de una o más localidades o regiones, se deberían diseñar cuatro planes básicamente: un “plan
para el desarrollo del capital físico”, un “plan para el desarrollo de la actividad económica”, un “plan
para el desarrollo del capital humano” y un “plan para el desarrollo del capital social”. Obviamente,
se trata de un esquema general que debe especificarse según las realidades de cada localidad o
región.
A su vez, el “plan para el desarrollo del capital físico” podría incluir un primer “Programa de vivienda”,
con un proyecto de refacción o ampliación de viviendas existentes y un proyecto de construcción
de nuevas viviendas, y un segundo “Programa de infraestructura de servicios”, con proyectos de in-
fraestructura vial, agua de red, electricidad y gas natural y proyectos de movilidad y comunicación,
transporte interurbano, teléfono e Internet por banda ancha.
El “plan para el desarrollo de la actividad económica” podría incluir un primer “Programa de empleo”,
con un proyecto de identificación de la demanda laboral y un proyecto de formación y capacitación
de oferta laboral a escala local y regional, y un segundo “Programa de crecimiento de la economía de
la localidad o región”, con un proyecto de identificación de fortalezas y oportunidades del comercio
interno y externo y un proyecto de concertación intersectorial para la producción (agricultura y ga-
nadería, industria y minería, turismo, etc.).
El “plan para el desarrollo del capital humano” podría incluir un primer “Programa de educación”, con
un proyecto de mantenimiento, refacción o ampliación de escuelas y un proyecto de revisión de con-
tenidos educativos; un segundo “Programa de salud”, con un proyecto de mantenimiento, refacción,
ampliación o construcción de centros de atención primaria de la salud (CAPS) y hospitales y un pro-
yecto de atención primaria de la salud y de derivación de pacientes de los centros de los CAPS a los
hospitales; y un tercer “Programa de ambiente”, con un proyecto de tratamiento de aguas residuales
y un proyecto de recolección y disposición de residuos.
101
J, Emilio Graglia
Finalmente, el “plan para el desarrollo del capital social” podría incluir un primer “Programa de segu-
ridad y convivencia”, con un proyecto de mantenimiento, refacción, ampliación o construcción de
comisarías y un proyecto de prevención de delitos y contravenciones; un segundo “Programa de for-
talecimiento de las organizaciones de la sociedad civil”, con un proyecto de formación y capacitación
de líderes comunitarios y un proyecto de fomento de la acción colectiva y cooperación.
Planeamiento de actividades
Elaboración propia
Las actividades definen cómo se van a realizar los planes decididos con sus respectivos programas
y proyectos integrantes. También definen quiénes y cuándo lo harán, es decir, los responsables y
plazos. Un planeamiento con actividades pero sin responsables ni plazos es un mal planeamiento. Es
imprescindible definir cómo, quiénes y cuándo se van a ejecutar, comunicar y, finalmente, controlar
(analizar y corregir si fuera necesario) tanto la ejecución como la comunicación.
Prever o anticipar las actividades requiere la realización de una serie de trabajos a cargo del equipo
de planeamiento en consulta con diversos especialistas, según la política para el desarrollo local o
regional en diseño (desarrollo del capital físico, desarrollo de la actividad económica, desarrollo del
capital humano o desarrollo del capital social). En particular, el equipo de planeamiento debe listar
las actividades, ordenarlas y programarlas lógica y cronológicamente y, finalmente, presupuestar los
recursos financieros (propios otras jurisdicciones) y humanos (tanto de la planta política como de la
planta permanente).
Listar las actividades consiste en hacer un inventario completo de las acciones que implica la realiza-
ción de los planes y de sus programas y proyectos integrantes. Considerando que la gestión supone,
básicamente, ejecución, comunicación y control de gestión, el equipo de planeamiento debe listar
tres tipos de actividades. A ese fin, se requiere que diseñadores conozcan y entiendan tanto la orga-
nización como el funcionamiento de la gestión.
Entre las actividades a ejecutar en la gestión, el planeamiento debe diferenciar las actividades de
“implantación” (tanto social como legal) por una parte, y las de “operación” (coordinada y concertada)
102
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
por la otra. Se debe planificar cómo y quiénes implantarán social y legalmente las actividades pro-
yectadas. Es decir, anticipar las formas y los responsables de los procesos de legitimación y de lega-
lización. También se debe planificar cómo y quiénes operarán las actividades proyectadas. Es decir,
anticipar las formas y los responsables de los procesos de coordinación administrativa e interguber-
namental y de concertación intersectorial.
Entre las actividades a comunicar en la gestión se deben diferenciar las actividades de “informa-
ción” (o comunicación personalizada) por una parte, y las de “divulgación” (o comunicación masiva)
por la otra. Se debe planificar cómo y quiénes informarán las actividades proyectadas o ejecutadas,
es decir, cómo y quiénes se encargarán de informar lo proyectado y ejecutado a través de las oficinas
de información administrativa (OIAS). También se debe planificar cómo y quiénes divulgarán las acti-
vidades proyectadas o ejecutadas, es decir, cómo y quiénes se encargarán de divulgar lo proyectado
y ejecutado a través de los medios de comunicación social (MECOS).
Entre las “actividades de control”, deben ser diferenciadas las actividades de control de lo ejecu-
tado (tanto de la implantación como de la operación) por una parte, y de lo comunicado (tanto de
la información como de la divulgación) por la otra. Se debe planificar cómo y quiénes analizarán
y corregirán, si fuera necesario, lo ejecutado si no se correspondiese o se desviase en relación con
los indicadores de ejecución proyectados. También se debe planificar cómo y quiénes analizarán y
corregirán, si fuera necesario, lo dicho o hecho por el gobierno o la administración pública si no se
correspondiese o se desviase en relación con los indicadores de comunicación proyectados.
Después de listar las actividades, debe establecerse un orden lógico para cada una de ellas. Hay
actividades que deben ser ejecutadas, comunicadas o controladas con anterioridad o con posterio-
ridad respecto a otras. Por ejemplo, si se trata de construir escuelas u hospitales a partir de créditos
internacionales, primero se debe gestionar ese financiamiento y luego iniciar las construcciones.
Asimismo, hay actividades que deben ser ejecutadas, comunicadas o controladas simultáneamente.
Por ejemplo, si se trata de aumentar y mejorar los controles medioambientales, se puede incorporar
nuevo personal y, mientras tanto, capacitar al personal existente.
Después de listar y ordenar las actividades según una secuencia lógica, el equipo de planeamiento
debe programarlas. La programación supone la incorporación de la variable “tiempo”. Para progra-
mar es necesario establecer la duración (apreciada o estimada) de cada una de las actividades. Es
decir, su fecha de inicio y su fecha de finalización. Como se ha dicho, apriorísticamente, los proyectos
deben programarse a corto plazo, los programas a mediano plazo y los planes a largo plazo. La dura-
ción de un proyecto no debería superar el año, mientras que la duración de un plan debería superar
los cuatro años. Por lo tanto, la duración de un programa podría ir entre un año y cuatro años.
Finalmente, las actividades deben presupuestarse, es decir, hay que precisar todos los recursos para
su realización, tanto financieros como humanos. A veces el equipo de planificación descubre que los
recursos existentes son insuficientes. Entonces, debe revisarse la formulación de alternativas posi-
bles y, tal vez, la identificación de problemas irresueltos. La revisión del diagnóstico supone que los
gobernantes revisen la agenda gubernamental y se reinicie la preparación de los planes y los progra-
mas y proyectos integrantes, sus objetivos y actividades. Para evitar esta regresión con la pérdida de
tiempo y esfuerzo consiguientes, se enfatiza la importancia del diagnóstico bien hecho.
103
J, Emilio Graglia
En síntesis, para preparar los planes y los programas y proyectos integrantes, se debe anticipar cómo
será su gestión, desde la ejecución (implantación y operación) y la comunicación (información y di-
vulgación) hasta el control de la gestión (tanto de lo ejecutado como de lo comunicado). Es decir, se
debe anticipar en qué orden se realizará cada una de las actividades, cuánto durará y cuánto costará
cada una de ellas. Sin un listado ordenado, programado y presupuestado de las actividades a gestio-
nar no hay planes ni programas o proyectos y, por lo tanto, tampoco hay políticas para el desarrollo
local y regional.
Conforme a los factores a considerar para una clasificación de las democracias propuestos por Collier
y Levitsky (2000), el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina (IDD-Lat) considera tres
“condiciones de base”. Las elecciones libres son la primera condición e implican la realización de
elecciones “con una razonable competición política y con ausencia de fraude electoral”. El sufragio
universal es la segunda y supone que todos los ciudadanos puedan elegir libremente sus represen-
tantes. La participación plena es la tercera condición y refiere a la libre competencia de las fuerzas
políticas, con ausencia de proscripciones o prohibiciones de candidatos o partidos en los comicios.
Como bien ha enseñado Dieter Nohlen (1995), para poder ejercer libremente el sufragio el elector
debe tener oportunidad de elegir y gozar de la libertad de elección. “Sólo quien tiene la opción en-
tre dos alternativas, por lo menos, puede ejercer verdaderamente el sufragio. Además debe tener
libertad para decidirse por cualquiera de ellas; de lo contrario, no tendría opción. (…) Cuando estas
condiciones están dadas, hablamos de elecciones competitivas” (1995:10). Más allá de las diferencias
104
2. Análisis y diseño del desarrollo local y regional
entre los sistemas electorales y de partidos políticos, las elecciones competitivas son la primera y
principal condición de base.
Representatividad
para el desarrollo
local y regional
Partidos políticos,
Mandato
plataformas y
representativo
sistemas electorales
Elaboración propia
Nohlen (1995) sintetiza claramente las funciones de las elecciones competitivas al decir que ellas “ser-
virán siempre como instrumento de legitimación democrática del poder” (1995:17). Las elecciones
competitivas sirven a los fines de la legitimar el origen del poder democrático. Sin elecciones libres,
sin sufragio universal y sin participación plena no hay elecciones competitivas y, consecuentemente,
no hay representatividad ni legitimidad de origen. El fraude electoral, la restricción del sufragio y la
proscripción política niegan la representatividad y deslegitiman el origen del poder democrático.
Vale recordar que, como se vio en el Apartado Nº1, la legitimidad democrática descansa sobre dos
componentes. Por una parte, el “origen” de los gobiernos que hace al “régimen político” y, por la otra,
su “desempeño”, que hace al “sistema político”. Es decir, “la legitimidad de cargo” y “la legalidad de
actuación y la sensibilidad política”, respectivamente, en términos de Aguilar Villanueva (2010). La
“representatividad” se vincula con el origen de los gobiernos, mientras que la “productividad” (que
veremos en el Apartado Nº3) se vincula con su desempeño (o, más precisamente, con los resultados
de su desempeño).
Ahora bien, el mandato representativo implica una plataforma electoral que los candidatos y sus
partidos o alianzas propusieron y que los electores votaron. Siguiendo a Gutenberg Martínez Oca-
mica (2007), sostenemos que “entender al ciudadano de este tiempo, conocer lo que la gente quiere,
ordenar esas demandas en una plataforma seria y responsable; ofrecer ese programa, dialogarlo
con las personas integrándolas al proceso democrático, siendo capaces de traducir todo esto en un
mensaje que logre representar el contenido, junto con la adhesión del elector, constituye gran parte
de la tarea que los políticos deben afrontar” (2007:9-10).
105
J, Emilio Graglia
los planes de un gobierno nacional y, mucho más, de los gobiernos subnacionales o municipales. Sin
embargo, entendemos que la inobservancia de la plataforma electoral, sin las explicaciones y justi-
ficaciones correspondientes, constituye una traición de los gobernantes al mandato representativo
de los gobernados. No hablamos de las adaptaciones circunstanciales que supone la implementa-
ción de cualquier planeamiento, sino de los cambios estructurales que contradicen las propuestas
electorales.
Actualmente, tanto los sistemas electorales como los partidos políticos están en discusión. Conse-
cuentemente, está en discusión el mandato representativo. Respecto de las reformas electorales,
Bernd Löhmann (2010) ha sostenido que en principio “no hay nada llamativo en este fenómeno por-
que la democracia, a diferencia de los regímenes despóticos, es altamente dinámica. (…) Sin ir más
lejos, el mero progreso tecnológico y el avance de las telecomunicaciones promueven una modifica-
ción de las leyes electorales con el fin de agilizar el proceso eleccionario o bien de regular la función
de los medios masivos en tiempos de campaña” (2010:10).
Pero, como también sostiene Löhmann (2010), no todas las reformas electorales fortalecen la repre-
sentatividad de los gobiernos que toman decisiones. “En muchos casos (las reformas electorales)
favorecen los personalismos y la perpetuación en el poder del partido gobernante; o bien inducen
a una atomización tal del espectro político que impide los consensos necesarios para garantizar la
gobernabilidad; o, por el contrario, conllevan la desaparición de grupos minoritarios del espectro
político que se quedan sin posibilidad de representación ni identidad partidaria” (2010:11). Las tres
situaciones que plantea Löhmann (2010) son negativas a los fines de la representatividad.
Más allá de la crisis de los partidos políticos (a la que nos referimos en el Apartado Nº1) y del debate
con respecto al cumplimiento de las plataformas y a las ventajas y desventajas de los diversos siste-
mas electorales, a los fines del desarrollo integral a escala local y regional es imprescindible que los
decisores de las políticas surjan de elecciones competitivas. Como se vio en el Apartado Nº1, la “parti-
cipación política no electoral” es la base del diagnóstico participativo, mientras que la “participación
política electoral” es la base de la decisión de las políticas públicas en general y, particularmente, de
las políticas para el desarrollo local y regional.
106
Apartado Nº3:
Gestión y evaluación
del desarrollo
local y regional
CAPÍTULO I:
DIRECCIÓN DE POLÍTICAS PARA EL
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
1. Introducción
Como se dijo en la presentación, la gestión y la evaluación (o “estudios de impacto”) de las políticas
públicas en general y, particularmente, de las políticas para el desarrollo local y regional, realizan
y perfeccionan el diseño. A su vez, la gestión consta de dos fases principales: 1) la dirección y 2) la
difusión. En la búsqueda del desarrollo local y regional, según el “modelo relacional” (Graglia, 2004),
en la gestión, lo primero es la dirección.
En esta fase se ejecutan los planes, programas y proyectos decididos y, sobre esa base, se controla la
ejecución. Específicamente, las fases de este proceso son las siguientes: 1) implantar social y legal-
mente los planes, programas y proyectos decididos (legitimarlos y legalizarlos); 2) operar los planes,
programas y proyectos decididos (en coordinación con otros gobiernos y otras administraciones y
en concertación con los sectores privados); 3) analizar lo ejecutado (buscando fallas en la ejecución,
tanto la inacción como la inercia); y 4) corregir la ejecución (si se hubieran detectado fallas tanto en
la implantación como en la operación).
Implantar planes,
programas y
proyectos
Ejecutar
Operar planes,
programas y
proyectos
Dirección
Analizar lo
ejecutado
Controlar
la ejecución
Corregir
la ejecución
Elaboración propia
109
J, Emilio Graglia
Según Arnoletto (2005), la administración es un proceso que puede expresarse en forma generali-
zada como “funciones directivas” de planificación, organización, dirección y control. Al desarrollar
la dirección de las actividades como una de las funciones directivas, Arnoletto (2005) sostiene que
tanto el planeamiento como la organización son funciones secuenciales porque se realizan en forma
periódica y en momentos significativos en la vida de la organización. “La función de dirección, en
cambio, abarca lo secuencial y lo continuo; el largo, mediano y corto plazo con la gestión del día a
día” (Arnoletto, 2005:49).
En esa función de gobierno podemos reconocer dos aspectos diferentes y, a la vez, complementa-
rios: la “conducción”, que tiene que ver con la construcción del futuro, por una parte y, por la otra, la
“dirección propiamente dicha”, que es administrar los recursos disponibles. Entre ambos campos se
juega “el manejo de la economía del poder” (Arnoletto, 2005:50). La “construcción del futuro desea-
do” sin la administración de los recursos disponibles es idealismo sin origen. La “administración de
los recursos disponibles” sin la construcción del futuro deseado es realismo sin destino.
Como se ha dicho al analizar los Estados (nacionales, subnacionales o municipales) como respon-
sables principales del diseño y la gestión de políticas para el desarrollo local y regional, los planes,
programas y proyectos gubernamentales valen poco o nada si no se accionan, es decir, si no se
convierten en actividades. Esa conversión depende de la dirección. Esta es la fase donde los planes,
programas y proyectos decididos se convierten en actividades ejecutadas y controladas.
Las relaciones de los administradores públicos (jefes administrativos de planta permanente, también
llamados “mandos medios”: jefes de departamento, división o sección) con los gobernantes suelen
ser dificultosas. Los gobernantes suelen acusar a los mandos medios de “inacción” o de “inercia” en
la implementación de las actividades y estos a aquellos de “indecisión” o de “improvisación” en la
toma de decisiones. Lamentablemente, no pocas veces todos tienen razón. Presuponiendo la bue-
na voluntad de las partes, las dificultades provienen, mayoritariamente, de atribuciones, misiones y
funciones confundidas entre unos y otros.
Los empleados públicos en general y, particularmente, los mandos medios (con sus sindicatos), de-
ben entender que ellos no deciden los planes, programas y proyectos a implementar. A su vez, los
gobernantes (con su partido o su alianza de pertenencia) deben reconocer que el Estado precisa una
administración pública idónea, con recursos humanos formados y capacitados, ingreso y carrera por
concurso. Los mandos medios deben respetar a los gobernantes, pero los gobernantes deben ganar-
se ese respeto acreditando conocimientos y experiencias en los cargos que desempeñan, capacidad
de preguntar y, sobre todo, de escuchar.
Se ha dicho que a la administración pública corresponde la “acción operativa” de las actividades. Más
precisamente, a los administradores públicos compete la operación de las actividades planificadas
110
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
2. Fases de la dirección
Implantación
Legitimación Legalización
social y legal
Elaboración propia
En general, puede decirse que un plan, un programa o un proyecto han sido legitimados si han sido
aceptados por la opinión pública (Mateo Díaz, Payne y Zovatto, 2006) o, por lo menos, no han sido
rechazados. Para legitimar las actividades planificadas, los gobernantes deben negociarlas con los
actores privados, empresariales y civiles. Muchas veces los gobernantes descuidan la legitimación
de los planes, programas o proyectos decididos y tratan de operarlos directa e inmediatamente. Sin
embargo, la negociación intersectorial para implantación social es tan importante como la determi-
nación de la agenda gubernamental.
Entre las alternativas posibles provenientes del diagnóstico participativo, los gobernantes adoptan
unas y desechan otras. Sobre esa base, el equipo de planeamiento prepara los planes, programas
y proyectos gubernamentales, dependiendo de la amplitud de los objetivos y la extensión de los
plazos. Pero se trata de decisiones del gobierno que aún deben ganarse la aceptación de la opinión
pública. ¿Cómo hacerlo? Mediante negociaciones con dirigentes empresariales y civiles, según los
objetivos y las actividades de cada proyecto, programa o plan, es decir, negociando con los grupos
de interés (lobbyismo).
111
J, Emilio Graglia
Werner Lachmann (2008) sostiene que por grupos de interés o lobbies “se entienden las asociacio-
nes voluntarias de personas o corporaciones fundadas con el fin de influenciar a los representantes
políticos legítimos (especialmente el Legislativo y el Ejecutivo). Estas agrupaciones, también deno-
minadas grupos de presión (pressure groups), quieren incidir en el proceso estatal de decisión, dando
énfasis a sus intereses particulares. (…) El arco se tiende desde los sindicatos tradicionales, las aso-
ciaciones profesionales de empleadores, las federaciones campesinas, las asociaciones de contribu-
yentes, hasta grupos ideológicos, sociopolíticos y ambientalistas” (2008:215).
La “legitimidad” supone un grado de aceptación ciudadana que asegure o, por lo menos, facilite la
operación de las actividades previstas en los planes, programas y proyectos gubernamentales, sin
que sea necesario el uso de la fuerza. Atento a ello, cada uno de los planes y de sus programas o
proyectos integrantes deberían ganarse la aceptación ciudadana. Eso no supone que solamente se
puedan operar las decisiones aceptadas por la opinión pública. Un gobierno puede decidir la puesta
en marcha de un plan, programa o proyecto a pesar del rechazo de la opinión pública, por supuesto.
Sin embargo, esa debería ser la excepción y no la regla.
La aceptación ciudadana debe ser vista como un “punto de llegada” del proceso de diseño y ges-
tión de políticas públicas. Como se ha dicho, las políticas públicas en general y, particularmente, las
políticas para el desarrollo local y regional, buscan la satisfacción social y la aprobación ciudadana.
Esos son sus fines. Pero también es considerada como un “punto de partida” que asegure o facilite
la realización de las obras o la prestación de los servicios. De esa manera, se requiere un diagnóstico
participativo antes de la decisión de los planes, programas y proyectos y, a la vez, una negociación
intersectorial antes de la operación de las actividades.
Ahora bien, los planes, programas y proyectos pueden ser legítimos o ilegítimos, es decir, pueden
ser aceptados o rechazados por la opinión pública pero, siendo gubernamentales, en un Estado de
derecho también deben ser legales, sin excusas ni pretextos. Se puede decir que los planes, pro-
gramas o proyectos han sido legalizados si han sido aprobados por el poder correspondiente, sea
el Ejecutivo o sea el Legislativo (Payne, 2006; Payne y Allamanda Zavala, 2006). Para legalizar las
actividades planificadas, los gobernantes deben acordarlas con los actores políticos, sobre todo si
requieren aprobación legislativa.
La “legalidad” supone que el gobierno y la administración pública obren de acuerdo con las leyes vi-
gentes. De esa manera, lo contrario de un poder legal es un poder arbitrario. Si bien todos los Estados
(nacionales, subnacionales o municipales) producen normas jurídicas y se organizan de acuerdo con
ellas, un Estado de derecho implica, además, sometimiento del gobierno y la administración pública
a los contenidos y procedimientos legales vigentes. Esa es, ni más ni menos, la diferencia fundamen-
tal entre un Estado de derecho y cualquier otra forma de Estado autoritario o totalitario. No importa
si se trata de un Estado federal o unitario o de un Estado liberal o social de derecho.
Como se ha dicho, para legalizar las actividades planificadas, los gobernantes deben acordarlas con
los actores políticos. En cuanto a los acuerdos institucionales, deben diferenciarse los procedimien-
tos formales e informales. Es importante conocer los procedimientos formales, pero, también, en-
tender los procedimientos informales. En cuanto a los “formales”, estos se diferencian según la forma
de gobierno, por una parte y, por la otra, según la forma de Estado. A su vez, con respecto a los
112
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
“informales”, deben entenderse las modalidades del gobierno por partidos, sobre todo si los planes,
programas o proyectos gubernamentales requieren aprobación legislativa.
Se supone que la primera gestión política (es decir, el acuerdo con los legisladores que apoyan al
gobierno) ha sido hecha con motivo de la determinación de la agenda gubernamental y que la se-
gunda (o sea, el acuerdo con los legisladores que se oponen al gobierno) se hace aquí y ahora, si
fuera necesaria. El propósito de estos acuerdos institucionales, a diferencia de las negociaciones con
los grupos de interés, no es que el plan, programa o proyecto sea aceptado por la opinión pública,
sino que sea aprobado por el Poder Legislativo. Se trata de la implantación legal o “legalización” y no
de la implantación social o “legitimación”.
Con la operación de los planes, programas o proyectos decididos se inicia la realización de las obras
públicas o la prestación de los servicios públicos (Delgadino y Alippi, 2006) a los fines de solucionar
los problemas irresueltos y, de esa manera, satisfacer las necesidades insatisfechas. Es decir, en el
marco de una política local o regional para el desarrollo humano, por ejemplo, este es el momento
de la construcción de nuevas escuelas o nuevos hospitales o de la refacción de las escuelas y los hos-
pitales existentes en la localidad o región. A la vez, es el momento de la prestación de los servicios de
salud y de educación, por ejemplo.
113
J, Emilio Graglia
Operación asociada
Operación
Coordinación Concertación
asociada
Elaboración propia
Delgadino y Alippi (2006) sostienen que los servicios públicos son acciones que se efectúan para al-
guien. “De la misma manera que cuando se desarrolla el proceso de fabricación de un bien decimos
que estamos frente a un proceso de ‘producción’, cuando se produce un servicio lo llamamos ‘servuc-
ción’. La ‘servucción’ tiene particularidades que la diferencian de la producción. (…) los servicios ge-
neralmente no se pueden almacenar, son intangibles, una vez prestado el servicio, si no es utilizado
en ese momento, la oferta no se puede guardar” (2006:155). Por lo tanto, no es lo mismo operar o
realizar una obra que operar o prestar un servicio.
A los fines de la operación de las actividades planificadas (sean obras o servicios), los administradores
públicos deben adecuar los presupuestos financieros, las estructuras orgánicas y plantas burocráti-
cas de acuerdo con los objetivos y las actividades de los planes y de sus programas o proyectos inte-
grantes, suponiendo que son posibles. Muchas veces, erróneamente, se observa el proceso inverso.
Los objetivos y las actividades se ajustan a los presupuestos, las estructuras o plantas preexistentes.
En ese marco, el juicio a favor o en contra del déficit o el superávit de los presupuestos, el tamaño
de la organización estatal o de la cantidad de empleados públicos, por ejemplo, dependen de los
objetivos y las actividades que se diseñen y gestionen. Sin embargo, debe reconocerse que déficit
permanente, grandes organizaciones y plantas, por una parte, y políticas para el desarrollo local y
regional mínimas, por la otra, es, claramente, una desproporción a reformar.
La adecuación de las estructuras orgánicas supone revisar puestos de trabajo y relaciones de au-
toridad de los cargos políticos (ley u ordenanza de ministerios, secretarías y direcciones generales)
y, también, de los mandos medios (manual de misiones y funciones tanto de direcciones y subdi-
recciones como de jefaturas de departamento, división y sección). A su vez, la adecuación de las
plantas burocráticas supone revisar los regímenes de ingreso y egreso del personal, los sistemas
de promoción, capacitación y evaluación, el régimen de remuneraciones, los agrupamientos y las
categorías en uso. Ambas adecuaciones son necesarias a los fines de una operación efectiva de las
actividades.
A partir de las adecuaciones financieras, orgánicas y burocráticas a los objetivos de los planes, pro-
gramas y proyectos decididos, las claves de la operación son dos: la coordinación administrativa e
intergubernamental por una parte y, por la otra, la concertación intersectorial. Sin coordinación ad-
ministrativa e intergubernamental o sin concertación intersectorial, la operación de los planes y de
sus programas o proyectos integrantes fracasa. A su vez, la coordinación tanto administrativa como
intergubernamental puede ser “horizontal” o “vertical”.
114
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
Por “coordinación administrativa horizontal” se entiende la que se establece entre unidades adminis-
trativas de igual jerarquía, es decir, entre ministerios de un gobierno, entre secretarías de uno o varios
ministerios, entre direcciones de una o varias secretarías o entre jefaturas de una o varias direcciones,
por ejemplo. Por “coordinación administrativa vertical” se concibe la que se establece entre unidades
de distinta jerarquía, es decir, entre un ministerio y las secretarías dependientes, entre una secretaría
y las direcciones dependientes, entre una dirección y las jefaturas dependientes, por ejemplo.
Por “coordinación gubernamental horizontal” se entiende la que se establece entre los gobiernos
nacionales, entre los subnacionales o entre los municipales (Giuliano, 2010), mientras que por “coor-
dinación gubernamental vertical” se concibe la que se establece entre el gobierno nacional y los
gobiernos subnacionales, entre estos y los gobiernos municipales o entre el gobierno nacional y los
gobiernos municipales (Gill, 2010). También la coordinación gubernamental (tanto horizontal como
vertical) requiere consulta e información, especialmente en el ejercicio de competencias concurren-
tes y también delegadas.
115
J, Emilio Graglia
de vista, la dirección de las políticas para el desarrollo local y regional no concluye con la ejecución.
Además, es indispensable controlarla. Dirigir es más que ejecutar. Es ejecutar y controlar lo ejecuta-
do, analizándolo y corrigiéndolo.
La administración pública puede hacer este análisis de la ejecución directamente o por terceros. Es
decir, con personal de la planta permanente o apelando a analistas contratados (provenientes de
universidades o consultoras, por ejemplo). Por supuesto, ambas posibilidades tienen sus ventajas y
desventajas, dependiendo de las características de cada administración pública. Nos parece preferi-
ble la primera opción, o sea, que el análisis de la ejecución esté a cargo de personal de la planta per-
manente, lo que requiere recursos humanos formados y capacitados a ese fin y, también, estructuras
orgánicas con presupuestos adecuados (Martínez, 2006, 2007).
Según el enfoque que se propone, en esta instancia no se analiza si hubo fallas en el diseño (en el
diagnóstico o en la decisión) de la política. No se analiza cómo se han identificado las necesidades
a satisfacer, los problemas a resolver y sus causas a remover ni se analiza cómo se han formulado las
alternativas posibles. No se analiza cómo se ha determinado la agenda gubernamental ni se analiza
cómo se han planeado los objetivos y las actividades. Tampoco se evalúan los resultados de la polí-
tica. En esta instancia se analiza si se ha ejecutado (implantado y operado) según los planes, progra-
mas y proyectos decididos previamente.
El análisis de la ejecución significa que los administradores públicos (directamente o a través de ter-
ceros) analicen comparativamente, por una parte, “lo implantado y lo operado”, y por la otra, “lo pla-
nificado, programado y proyectado”. Sobre esa base, las preguntas a responder son: ¿el gobierno ha
implantado social y legalmente los planes, programas y proyectos decididos? ¿La administración
pública ha operado coordinada y concertadamente los planes, programas y proyectos
decididos?
Para saberlo, los administradores públicos deben examinar la ejecución. ¿Cómo examinar hacerlo?
Se recomiendan dos instrumentos: el monitoreo y la supervisión. Tanto el primero como la segun-
da sirven a los efectos de verificar los “indicadores de ejecución” (implantación y operación). Por lo
tanto, estos deben ser listados, ordenados, programados y presupuestados como “actividades de
control de la ejecución” al preparar los planes, programas y proyectos gubernamentales.
116
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
“a posteriori” (concluida la ejecución) vale la pena solamente a los fines de no cometer los mismos
errores en el futuro.
Fallas en la ejecución
Inacción Inercia
Elaboración propia
En la “inacción” hay planes, programas o proyectos decididos, pero no hay actividades de im-
plantación u operación. Es decir, se toman las decisiones gubernamentales pero no se legitiman
o no se legalizan, no se realizan las obras o no se prestan los servicios previstos en el planea-
miento. En la “inercia”, en cambio, hay actividades de implantación u operación pero no hay pla-
nes, programas o proyectos decididos previamente. Es decir, hay negociaciones con los actores
sociales o acuerdos con los actores políticos, obras o servicios pero no hay planeamiento previo.
La “inacción” es la decisión sin acción posterior, mientras que la “inercia” es la acción sin decisión
anterior.
117
J, Emilio Graglia
Como se ha dicho, tanto la “inacción” como la “inercia” son fallas en el proceso de ejecución que se
deben detectar y corregir. Siendo ambas negativas, la segunda es el “mal menor” en comparación
con la primera. Es decir: entre “no hacer” y “hacer inercialmente”, es preferible lo segundo. Vale la
pena destacar que no pocas veces, la “inacción” o la “inercia” son las consecuencias de la “indecisión”
o la “improvisación”. No se deciden los planes, programas y proyectos o se deciden improvisadamen-
te y, por lo tanto, nada se hace o se hace según los usos y costumbres de la administración pública
(inercialmente).
Para detectar las fallas en la ejecución (tanto la inacción como la inercia en la implantación o en la
operación), recomendamos que los administradores públicos apelen a la asistencia técnica y pro-
fesional de analistas externos (que pueden provenir de universidades o consultoras, por ejemplo).
Los administradores públicos pueden conocer que los planes, programas o proyectos decididos no
se han ejecutado o que se han ejecutado incorrectamente. Pero los analistas externos deben ser los
encargados de detectar las fallas en la ejecución que lo expliquen. La intervención de externos con-
tribuye a la imparcialidad en la detección de fallas.
Sostenemos que la corrección corresponde a los mismos gobernantes que decidieron (o debieron de-
cidir) la puesta en marcha de los planes y los programas o proyectos integrantes cuya ejecución se con-
trola en esta instancia. “Quien decide también corrige la ejecución”. La corrección de los rumbos de la
ejecución (sea de la implantación social o legal o sea de la operación coordinada y concertada) no pue-
de corresponder a los administradores públicos, sencillamente porque ellos no tomaron las decisiones.
Obviamente, ellos serán los responsables de poner en marcha los ajustes que decidan los gobernantes.
118
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
marcha de un plan de descentralización que requiere una ley y sendos convenios con los gobiernos
municipales pero no lo ha acordado con los legisladores ni con las autoridades municipales y, a con-
secuencia de ello, no se sanciona la ley ni se firman los convenios.
Las “fallas por inacción” deberían superarse implantando social y legalmente por una parte y, por la
otra, operando coordinada y concertadamente. Es decir, hacer ahora lo que no se hizo antes. Cla-
ramente, la corrección de estas fallas implica costos sociales y políticos para el gobierno y la admi-
nistración pública que se hubieran evitado o, por lo menos, minimizado, si se hubiera negociado y
acordado en tiempo o si se hubiera coordinado y concertado en forma.
Pero las fallas en la ejecución pueden no ser “por inacción” sino “por inercia”. Como se dijo, hay “fallas
por inercia” cuando se ejecutan las actividades pero sin planes, programas o proyectos decididos
previamente. Por ejemplo, una administración municipal que atiende al público por la mañana por-
que según los usos y costumbres el horario de atención no es por la tarde. Las “fallas por inercia” de-
berían corregirse decidiendo los planes y los programas o proyectos integrantes primero, para que
puedan ser ejecutados a continuación.
Elaboración propia
119
J, Emilio Graglia
Ahora bien, del análisis de lo ejecutado pueden derivarse, básicamente, dos conclusiones. La prime-
ra, que hay fallas en la ejecución (“inacción” o “inercia”) y, por lo tanto, debe corregirse lo ejecutado,
como se ha dicho. Se ajusta lo ejecutado a los planes, programas y proyectos decididos, presupo-
niendo que se ha decidido correctamente. La segunda, que se han implantado y se han operado los
planes, programas o proyectos decididos y, por lo tanto, no hay fallas en la ejecución. En este segun-
do caso, se debería analizar, además, si hay satisfacción social y aprobación ciudadana respecto de
las políticas mediante la evaluación (o “estudios de impacto”).
Al analizar “lo implantado y operado” en comparación con “lo planeado, programado y proyectado”,
los analistas no consideran si los destinatarios están satisfechos y, por lo tanto, aprueban las políticas.
Para saberlo se requieren otros estudios complementarios, específicamente la evaluación o “los es-
tudios de impacto” de las políticas existentes. El control de lo ejecutado hace al “control de gestión”,
mientras que los estudios de impacto hacen a la “evaluación de resultados”. Es posible que se ejecute
correctamente pero que no se alcancen los resultados esperados en términos de percepción secto-
rial y ciudadana.
Si se han ejecutado los planes, programas o proyectos decididos y, además, los destinatarios están
satisfechos y aprueban las políticas, nada a corregir. Pero si se han ejecutado los planes, programas o
proyectos decididos y, a pesar de ello, los destinatarios están insatisfechos y desaprueban las políti-
cas, entonces, las fallas no son de ejecución y, por tanto, los administradores públicos deben buscar
las fallas en el diseño. Tal vez hubo “imprevisión” o “ceguera” en el diagnóstico de las necesidades, los
problemas y las soluciones. Tal vez hubo “indecisión” o “improvisación” en la decisión de los planes,
programas o proyectos.
A los fines de detectar fallas en el diseño, recomendamos que los administradores públicos (de plan-
ta permanente) apelen a la asistencia técnica y profesional de analistas externos. Los administrado-
res públicos pueden observar que se han ejecutado los planes, programas o proyectos decididos
mediante el análisis de la ejecución. Pero los analistas externos deben ser los encargados de detectar
las fallas en el diseño que lo expliquen. La intervención de externos contribuye a la imparcialidad
en el análisis. A partir de las recomendaciones de los analistas, los gobernantes pueden decidir la
corrección del diagnóstico o de la decisión.
3. La productividad en la dirección
Como se dijo en el Apartado Nº1, la “receptividad” es una de las condiciones del desarrollo integral
en general y, particularmente, a escala local y regional. La “receptividad” es uno de los factores de la
representación política junto con la “representatividad” y la “rendición de cuentas”, de acuerdo con
el enfoque teórico de la profesora Antonia Martínez (2004). Por lo tanto, una democracia es “repre-
sentativa” si es “receptiva”, y lo es si los gobiernos (nacionales, subnacionales y municipales) tienen
capacidad para resolver los problemas públicos y satisfacer las necesidades locales y regionales.
Al analizar la acción del representado, Antonia Martínez (2004) enseña que la representación se
construye a partir de la relación entre ciudadanos y políticos y que uno de los escenarios se articu-
la sobre las señales emitidas por los ciudadanos y las políticas instrumentadas, “correspondencia
120
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
denominada como receptividad” (2004:687). Desde nuestro punto de vista, esa “correspondencia”
es, a su vez, el resultado de la sensibilidad para interpretar las señales de los ciudadanos (Linz, 2004)
y de la capacidad directiva para gestionar políticas públicas que respondan a las demandas y necesi-
dades sociales (Aguilar Villanueva, 2010).
Para que no fallen en la búsqueda del desarrollo local y regional, la gestión de las políticas públicas
en general, y particularmente la dirección, debe ser productiva. La productividad es el reverso de la
receptividad, es decir, de la sensibilidad para interpretar las demandas y necesidades de desarrollo fí-
sico, económico, humano y social de una localidad o región y, a su vez, de la capacidad directiva para
satisfacerlas mediante políticas de vivienda, obras y servicios, de empleo y crecimiento económico,
de educación, salud y ambiente, de seguridad, convivencia y fortalecimiento de la sociedad civil.
Productividad
para el desarrollo
local y regional
Sensibilidad
Receptividad
y capacidad directiva
Elaboración propia
Respecto de la administración pública, erróneamente, unos han sostenido que por ser “pública” pue-
de ser ineficiente en los recursos y otros han sostenido que para ser “administración” puede ser inefi-
caz en los objetivos y resultados. Los primeros han sido autores de una administración del Estado sin
conciencia fiscal y con gastos desproporcionados respecto de los recursos. Los segundos han sido
cómplices de una administración del Estado sin compromiso social, indolente a las necesidades y a
los problemas. El debate entre “la configuración jerárquico-burocrática de la administración pública”
y “la nueva gestión pública (NGP)” es una muestra al respecto.
La productividad en la dirección de las políticas para el desarrollo local y regional depende de la efec-
tividad de los administradores públicos, principalmente en la operación de las actividades planifica-
das a los fines del desarrollo local y regional por una parte y, por la otra, en el análisis de lo ejecutado.
Cualquier administración pública (sea municipal o sea subnacional o nacional) debe ser eficiente y
eficaz en la coordinación administrativa e intergubernamental y en la concertación intersectorial de
lo planificado, programado y proyectado. También en cuanto al análisis de la ejecución.
Ahora bien, dicha productividad también requiere la efectividad de los gobernantes, principalmente
en la implantación de las actividades planificadas a los fines del desarrollo local y regional por una
121
J, Emilio Graglia
parte y, por la otra, en la corrección de lo ejecutado. Cualquier gobierno (sea municipal o sea sub-
nacional o nacional) debe ser eficiente y eficaz en la implantación social y legal de lo planificado,
programado y proyectado. También con respecto a la corrección de la ejecución.
Sin esta relación virtuosa entre administración pública y gobierno, las políticas para el desarrollo
local y regional no pueden ser productivas. Para que la administración pública pueda ser eficiente y
eficaz en la operación coordinada y concertada de las actividades planificadas, el gobierno debe ser
eficiente y eficaz en su implantación social y legal. A su vez, para que el gobierno pueda ser eficiente
y eficaz en corrección de la ejecución, la administración pública debe ser eficiente y eficaz en el aná-
lisis de lo ejecutado.
La llamada “reforma de la administración pública” se ha limitado, muchas veces, al ajuste de las es-
tructuras orgánicas y los procedimientos administrativos, pero principalmente al ajuste de las plan-
tas de personal. A partir de una mirada restringidamente economicista, la “reforma de la adminis-
tración pública” se ha limitado a la disminución de los gastos de personal mediante el despido de
empleados públicos. Bajo la consigna de “desburocratizar la administración pública” se desguazaron
las estructuras y los procedimientos para luego, argumentando sus limitaciones, abrir las puertas a
la consultoría privada.
Pero la verdadera reforma administrativa del Estado (nacionales, subnacionales y municipales) debe-
ría orientarse a la adecuación tanto de las estructuras orgánicas como de los procedimientos admi-
nistrativos a la satisfacción de necesidades locales y regionales y la resolución de problemas públicos
más que al ajuste en el presupuesto del sector estatal. La reforma que propiciamos requiere una clara
y firme decisión política y, sobre esa base, una gestión estratégica de los recursos humanos.
La formación y capacitación de los empleados públicos, jefes (de sección, división y departamento),
subdirectores y directores de carrera o concursados debe ser priorizada por el gobierno. Esta ha sido
y sigue siendo una asignatura pendiente. Mucho se discute sobre la cantidad de los empleados pú-
blicos de una administración (municipal, subnacional o nacional) y el costo que supone. Pero poco
se discute sobre la calidad de esos empleados, su ingreso, su carrera y su egreso.
Como bien ha dicho David Martínez (2007), la productividad de una organización es el efecto pro-
vocado tanto por los procesos unos como por los resultados. “La productividad de una organización
debe ser definida en relación a sus funciones y objetivos, vale decir que los parámetros de produc-
tividad encuentran básicamente dos canales de definición que deben ser complementarios y equi-
librados: el que puede definir la misma organización (porque conoce sus propios procesos y resul-
tados) y el que puede definir la comunidad (por ser ella la receptora de los procesos y resultados de
aquella)” (2007:148).
En la dirección de las políticas públicas en general y, particularmente, de las políticas para el desarro-
llo del capital físico, la actividad económica, el capital humano o el capital social de una o más locali-
dades o regiones, esa productividad del gobierno y de la administración pública en la implantación y
operación de las actividades planificadas, debe complementarse con la transparencia en la difusión
de las decisiones gubernamentales y las acciones administrativas.
122
CAPÍTULO II:
DIFUSIÓN DE POLÍTICAS PARA EL
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
1. Introducción
Como se dijo, la gestión y la evaluación (o “estudios de impacto”) de las políticas públicas en gene-
ral y, particularmente, de las políticas para el desarrollo local y regional, realizan y perfeccionan el
diseño. A su vez, la gestión consta de dos fases principales: 1) la dirección y 2) la difusión. En la bús-
queda del desarrollo local y regional, según el “modelo relacional” (Graglia, 2004), a partir del diseño
(diagnóstico y decisión) y la ejecución, en la difusión, se comunican las actividades planificadas o
ejecutadas y, sobre esa base, se controla la comunicación.
Específicamente, las fases de este proceso son las siguientes:1) informar las actividades planificadas
o ejecutadas (o sea, comunicarlas personalizadamente); 2) divulgar las actividades planificadas o
ejecutadas (o sea, comunicarlas masivamente); 3) analizar lo comunicado (buscando fallas en la co-
municación, tanto el secretismo como la demagogia); y 4) corregir la comunicación (si se hubieran
detectado fallas tanto en la información como en la divulgación).
Informar actividades
planificadas
o ejecutadas
Comunicar
Divulgar actividades
planificadas
o ejecutadas
Difusión
Analizar lo
comunicado
Controlar
la comunicación
Corregir la
comunicación
Elaboración propia
123
J, Emilio Graglia
Al planear las actividades, el equipo de planeamiento debe prever y anticipar cómo, quiénes y cuán-
do van a comunicarse (informarse y divulgarse) las actividades planificadas o ejecutadas por una
parte y, por la otra, cómo, quiénes y cuándo va a controlarse (analizarse y corregirse) la comunica-
ción. Se requiere, pues, un equipo de planificadores que conozcan y entiendan respecto de la comu-
nicación gubernamental y administrativa y, de esa manera, puedan anticiparla y configurarla.
La comunicación (información y divulgación) toma como punto de partida las actividades planifica-
das o ejecutadas. Pero también pueden comunicarse las necesidades locales o regionales, los proble-
mas que impiden u obstaculizan satisfacerlas o las alternativas posibles a esos fines. De esa manera,
la comunicación puede entenderse como un proceso de soporte tanto del diagnóstico como de la
decisión de los planes (programas o proyectos) y la ejecución de las actividades. Ahora bien, desde
el punto de vista comunicacional es bueno saber cuál es la fase que se comunica a los fines de no
mezclar los mensajes ni sus destinatarios.
En la fase del diagnóstico, las alternativas no deben comunicarse como planes, programas o proyec-
tos ni como actividades. Si se comunica, una alternativa es una posibilidad, entre otras, para resolver
un problema. Luego, en la fase de la decisión, los planes, programas o proyectos no deben comu-
nicarse como alternativas ni como actividades. Si se comunica un plan, programa o proyecto, es
una decisión gubernamental. Finalmente, las actividades ejecutadas no deben comunicarse como
alternativas ni como planes, programas o proyectos. Si se comunica una actividad, es una obra o un
servicio que se realiza o se presta.
Muchas veces (por ignorancia o por mala fe) se mezclan estas cuestiones, lamentablemente. Se co-
munica como actividad lo que no es más que un plan (programa o proyecto) o se comunica como
un proyecto (programa o plan) lo que no es más que una alternativa. También es bueno saber que la
clave de la comunicación de políticas para el desarrollo local y regional son los problemas a resolver
junto con los resultados actuales o potenciales. Nunca comunicar sin los problemas a la vista, pero
nunca comunicar solamente viendo los problemas. Ambos errores suelen divorciar al Estado y la
sociedad. Hay que comunicar lo que se diagnostica, decide o ejecuta para resolver los problemas.
124
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
2. Fases de la difusión
Gobiernos y Sociedades
administraciones locales o
públicas regionales
Elaboración propia
Sin una información personalizada, es decir, directa e inmediata, no hay comunicación, sin comuni-
cación no hay transparencia (Riorda, 2004) y sin esta no hay satisfacción social ni aprobación ciuda-
dana. La administración pública debe informar los planes, programas o proyectos gubernamentales
42 Va más allá de las mesas de entrada y salida de expedientes. Se basa en la transparencia de las decisiones gu-
bernamentales y acciones administrativas, apuntando a la aprobación ciudadana como uno de los fines de las
políticas para el desarrollo local y regional (Priess, 2002b).
125
J, Emilio Graglia
y las actividades administrativas y, además, debe hacerlo acercándose a los ciudadanos. Ahora bien,
siendo necesaria, la información es insuficiente a los fines de resolver los problemas locales o regio-
nales. Se requieren obras públicas o servicios públicos, primero y principalmente.
Ese es el sentido y, también, el alcance de una información administrativa que personalice la comu-
nicación. La información administrativa se integra dentro de la apertura de la administración pública
a la sociedad local y regional. El derecho a la información administrativa supone que los sectores
privados y ciudadanos de la localidad o región puedan conocer y, de esa manera, evaluar los planes,
programas o proyectos gubernamentales y las actividades administrativas en general y, en particu-
lar, el derecho a ser escuchados y a recibir una respuesta, siendo estos sendos deberes y no gracias
de los Estados nacionales, subnacionales o municipales.
Un medio a los fines de hacer realidad ese derecho sectorial y ciudadano es la organización y la
puesta en marcha de las llamadas “Oficinas de Información Administrativa” (OIAS). En cuanto a las
competencias, esas oficinas deben ocupar sede tres cuestiones, básicamente: la “información verti-
cal ascendente”, la “información horizontal” y la “información vertical descendente”. Además de estas
Oficinas de Información Administrativa (que podemos llamar “OIAS presenciales”), los administra-
dores públicos pueden apelar a oficinas “virtuales” a través del soporte de internet (Von Wuthenau,
2011). Claramente, las redes sociales son una herramienta para personalizar la comunicación de las
políticas públicas.
La primera cuestión es la información vertical ascendente e implica recoger las quejas y peticiones
(también las iniciativas) que los sectores privados y ciudadanos destinen a la administración pública
como consultas o demandas a los Estados nacionales, subnacionales o municipales. Este es el punto
de partida de las Oficinas de Información Administrativa: querer, poder y saber “escuchar” a los acto-
res de los sectores privados y ciudadanos.
La tercera cuestión es la información vertical descendente, e implica informar a los sectores priva-
dos y ciudadanos las respuestas correspondientes a las iniciativas (también a las quejas y peticiones),
los trámites a seguir, los planes, programas o proyectos y las actividades existentes al respecto. Este
es el punto de llegada de las Oficinas de Información Administrativa: querer, poder y saber “respon-
der” a los actores de los sectores privados y ciudadanos.
Como ha observado Peter-Alberto Behrens (2011), “la presencia de Internet ya forma parte de la coti-
dianeidad en América Latina. Nos resulta difícil imaginar que hace apenas 10 años, un acceso media-
namente veloz a Internet fuera un lujo tanto desde el punto de vista tecnológico como económico
parta el común de los habitantes. No son pocos los cibernautas latinoamericanos que, igual que sus
coetáneos europeos o norteamericanos, hoy simplemente son incapaces de concebir un mundo
126
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
sin páginas web ni correo electrónico. Facebook, Twitter o LinkedIn ya son imprescindibles para sus
vidas como el teléfono celular para la gran mayoría de la población” (2011:9).
Sin embargo, esta realidad aún no se aplica a todos, como el mismo Behrens (2011) ha observado.
“La penetración de Internet en las sociedades de la región, pese a su dinámica ascendente, no deja
de ser modesta. Pero los datos no siempre reflejan el acceso a Internet vía cibercafés o terminales
de uso comunitario, que especialmente en zonas rurales es cada vez más amplia. Y en una perspec-
tiva no muy lejana, también será un hecho el acceso a Internet por medio de la telefonía celular. Es
incuestionable, entonces, que la brecha digital, al menos en su acepción tecnológica, pronto será
cancelada” (2011:9). De esa manera, se trata meramente de una cuestión de tiempo (Behrens, 2011).
Al respecto, vale subrayar que el “acceso a la información pública” es uno de los indicadores de “ac-
countability social” que utiliza el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina en la dimensión
“calidad institucional y eficiencia política” (IDD-Lat, 2013). A escala local y regional, la información o
comunicación “personalizada” es un elemento clave para la calidad de gestión en las administracio-
nes públicas (nacionales, subnacionales y, sobre todo, municipales), como bien lo han enseñado
Carlos Fara y Rubén Sutelman (2008).
“Hoy, todos somos clientes inquietos. Queremos que nos atiendan bien, que nos den la informa-
ción correcta y que no nos hagan perder el tiempo. (…) Claro, cuando se trata del Estado esto pa-
rece una utopía. Sin embargo, es posible y los ciudadanos lo demandan cada vez más (aunque el
Estado no es una empresa y los ciudadanos no somos clientes” (Fara y Sutelman, 2008:64). Atento
a ello, es necesario que las administraciones públicas mejoren sus relaciones con los ciudadanos
y, en particular, con los destinatarios de las políticas. A ese fin, es necesario que les informen en
tiempo y forma sobre la prestaciones de los servicios públicos, ganando en satisfacción social y
aprobación ciudadana.
En coincidencia con Martínez Ocamica (2007), creemos que el marketing político es una herramienta
en las campañas y, también, en las gestiones. “Afortunadamente, tanto para la sociedad como para
los expertos, es evidente que el marketing político puede realizar una importante contribución al
desarrollo político de la comunidad, permitiendo una expresión democrática que responda a las
demandas de la ciudadanía. (…) Creemos en una política de calidad, en un marketing que tiene
43 Va más allá de la propaganda o la publicidad oficial. A semejanza de la información, apunta a la aprobación ciu-
dadana como uno de los fines de las políticas para el desarrollo local y regional, basándose en la transparencia de
las decisiones gubernamentales y actividades administrativas (Priess, 2002b).
127
J, Emilio Graglia
presente la ética y el bien común y que es lejana a los materialismos, extremismos y populismos que
desprestigian una actividad tan digna como necesaria” (2007:10-12).
Gobiernos y
administraciones
Medios de Medios de
comunicación social comunicación social
Sociedades
locales o regionales
Elaboración propia
Desde nuestro punto de vista, hace falta un marketing político que sirva para divulgar las actividades
planificadas o ejecutadas y, de esa manera, transparentar la gestión gubernamental. Pero es inadmi-
sible un marketing político que sirva para ocultar los problemas irresueltos de una localidad o región
o negarlos. El ocultamiento y la negación de los problemas imposibilitan su resolución y, además,
son dos maneras de mentir que deben ser rechazadas como formas de corrupción política.
Sin una divulgación masiva, mediata e indirecta, tampoco hay comunicación, sin comunicación no
hay transparencia (Riorda, 2004) y sin esta no hay satisfacción social ni aprobación ciudadana. El go-
bierno debe divulgar los planes, programas o proyectos gubernamentales y las actividades adminis-
trativas y, además, debe hacerlo acercando a los ciudadanos. Ahora bien, como se dijo respecto de la
información, siendo necesaria, la divulgación es insuficiente a los fines de satisfacer las necesidades
locales o regionales. Se requieren obras públicas o servicios públicos, primero y principalmente.
En ese marco, el gobierno debe tratar de comunicar masivamente, transparentar las políticas para
el desarrollo local y regional, ganándose ganarse la aprobación ciudadana. “Nada aporta rememo-
rar los buenos viejos tiempos, quizás no tan buenos si recordamos que hasta los programas más
128
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
aburridos contaban con importantes audiencias, producto de la falta de cualquier otra alternativa y
que periodistas con vocación misionera interpretaban su trabajo como continuación de la política
por otros medios; y que los políticos nos abrumaban con monólogos interminables. Es un mundo
que pertenece definitivamente al pasado” (Priess, 2002a:9).
Los sectores y ciudadanos demandan satisfacciones y soluciones a los gobiernos y las administracio-
nes públicas a través de los medios de comunicación. Luego, a partir de intereses propios (empresa-
riales y, también, políticos), estos publican dichas demandas fijando “sus” jerarquías y prioridades. Si
el gobierno simplemente reacciona a las “demandas publicadas” por los medios de comunicación,
renuncia como responsable principal del diseño y gestión de políticas para el desarrollo local y re-
gional. Pero si no reacciona, puede perder aprobación ciudadana, especialmente si los medios de
comunicación social transmiten necesidades y problemas real y efectivamente.
¿Se puede reconvertir este dilema? No es fácil, y mucho menos cuando los medios están en manos
de un monopolio empresarial. Pero se debe hacer y sin caer en la tentación de una hegemonía gu-
bernamental. Bernd Löhmann (2010) ha destacado el riesgo tanto de los monopolios privados como
de las hegemonías gubernamentales. “Cuando los medios están en pocas manos, sean éstas públicas
o privadas, crece exponencialmente el riesgo de manipulación de la ciudadanía y esto atenta contra
el funcionamiento mismo de la vida en democracia. Por esta razón debe evitarse la concentración
comunicacional para que la ciudadanía acceda a una efectiva diversidad de contenidos audiovisua-
les” (2010:9).
¿Cómo reconvertir aquel dilema? Diseñando y gestionando políticas para el desarrollo local y
regional. La divulgación masiva de políticas para el desarrollo local y regional a través de los medios
de comunicación requiere planes (programas o proyectos) gubernamentales y actividades adminis-
trativas que tiendan a la satisfacción de necesidades y la resolución de problemas. Más allá de los
intereses empresariales o políticos, los medios de comunicación van a divulgar decisiones y acciones
de interés social (sectorial o ciudadano) y no de interés gubernamental o administrativo. Esa es la
salida de un esquema “reactivo” y la entrada a otro esquema “proactivo”.
Vale subrayar que las “condiciones para el ejercicio de una prensa libre” es otro de los indicadores de
“accountability social” que utiliza el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina en la dimen-
sión “calidad institucional y eficiencia política”. A escala local y regional, la divulgación o comunicación
“masiva” es un elemento clave para la calidad de gestión en los gobiernos (nacionales, subnacionales y,
sobre todo, municipales), como bien lo han enseñado Carlos Fara y Rubén Sutelman (2008).
129
J, Emilio Graglia
Finalmente, sepamos que la comunicación puede mejorar pero no sustituir el diagnóstico, la deci-
sión o la ejecución de las políticas. Como tan clara y acertadamente ha dicho Frank Priess (2002b) al
analizar la “comunicación política en tiempos de crisis”, la comunicación es importante y hasta cen-
tral, “pero no va a funcionar nunca si detrás no hay una política, una visión, un proyecto (…). Quedó
demostrada la importancia de tener un rumbo propio, visión, perspectiva, un proyecto, una estrate-
gia, algo, que sí pueda ser comunicado. Pero es necesaria otra cosa, hoy más que nunca: ¡Liderazgo!”
(2002b:112-113).
A semejanza de lo que se dijo con respecto al análisis de la ejecución, la administración pública pue-
de hacer este análisis de la comunicación directamente o por terceros. Es decir, con personal de la
planta permanente (Martínez, 2007) o apelando a analistas contratados (provenientes de universida-
des o consultoras, por ejemplo). Por supuesto, ambas posibilidades tienen sus ventajas y desventa-
jas, dependiendo de las características de cada administración pública. A semejanza de lo que se dijo
con respecto al análisis de la ejecución, nos parece preferible la primera opción, o sea que el análisis
de la comunicación esté a cargo de personal de la planta permanente.
Según el enfoque que se propone, en esta instancia no se analiza si hubo fallas en el diseño (en el
diagnóstico o en la decisión) ni en la ejecución de la política. No se analiza la identificación de las
necesidades, los problemas y sus causas ni la formulación de las alternativas posibles. No se analiza la
determinación de la agenda gubernamental ni el planeamiento de los objetivos y las actividades. No
se analiza la implantación ni la operación. Tampoco se evalúan los resultados de la política. En esta
instancia se analiza si la sociedad conoce y entiende lo que el gobierno y la administración pública
han comunicado (informado y divulgado).
130
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
Para saberlo, los administradores públicos deben examinar la comunicación. ¿Cómo pueden hacer-
lo? Se recomiendan dos instrumentos: por una parte, las encuestas de opinión y, por la otra, los
reportes de las Oficinas de Información Administrativa (OIAS tanto presenciales como virtuales) y los
medios de comunicación social (MECOS). Las encuestas y los reportes sirven a los efectos de verificar
los “indicadores de comunicación” (información y divulgación). Por lo tanto, estos deben ser listados,
ordenados, programados y presupuestados como “actividades de control de la comunicación” al pre-
parar los planes, programas y proyectos gubernamentales.
Las encuestas y los reportes son un conjunto de actividades diseñadas para seguir la comunicación
tanto de los planes, programas o proyectos gubernamentales como de las actividades administrati-
vas. Ambos tratan de analizar y, sobre esa base, corregir tempranamente los desvíos de la comunica-
ción, es decir, “chequear” si la sociedad conoce y entiende lo informado y lo divulgado. De esa mane-
ra, sirven para “retroalimentar” la comunicación. Claramente, los planteamos “durante” el proceso de
la comunicación porque buscamos un análisis que sea el fundamento de los ajustes necesarios sobre
la marcha. El análisis “a posteriori” vale la pena a los fines de cometer los mismos errores en el futuro.
Nos parece que el análisis de las encuestas de opinión y los reportes de las OIAS y los MECOS debe
estar a cargo de empresas privadas u organizaciones de la sociedad civil contratadas a ese fin. “La
consigna es la profesionalización de la comunicación institucional, aun cuando en muchas partes los
retrógrados sigan apostando al discurso unilateral y algunos políticos sigan convencidos de ser ellos
mismos sus mejores relacionistas” (Priess, 2002a:10). Respecto de sus destinatarios, las conclusiones
del análisis de lo comunicado deben ser puestas a consideración de los gobernantes, para que pue-
dan corregir la comunicación si fuera necesario.
Fallas en la comunicación
Secretismo Demagogia
Se divulgan planes,
No se divulgan los planes,
programas o proyectos
programas o proyectos
inexistentes
No se informan Se informan
las actividades actividades inexistentes
Elaboración propia
131
J, Emilio Graglia
que se han ejecutado. A su vez, la “demagogia” es otra falla que se observa cuando el gobierno o la
administración pública divulgan planes, programas o proyectos inexistentes o informan actividades
inexistentes.
A semejanza de lo que se dijo en relación con la detección de fallas en la ejecución, para detectar las
fallas en la comunicación (tanto el “secretismo” como la “demagogia” en la información o en la divul-
gación) recomendamos que los administradores públicos apelen a la asistencia técnica y profesional
de analistas externos. Los administradores públicos pueden conocer que no se ha comunicado o que
se ha informado o divulgado incorrectamente una decisión o una acción. Pero los analistas externos
deben ser los encargados de detectar las fallas en la comunicación que lo expliquen. La intervención
de externos contribuye a la imparcialidad en la detección de las fallas.
Sostenemos que la corrección debe corresponder a los mismos gobernantes que decidieron (o de-
bieron decidir) la puesta en marcha de los planes y los programas o proyectos integrantes. A se-
mejanza de lo que se dijo con respecto al control de la ejecución, “quien decide también corrige
la comunicación”. La corrección de los rumbos de la comunicación (sea de la información o de la
divulgación) no puede corresponder a los administradores públicos, sencillamente porque ellos no
tomaron las decisiones. Obviamente, ellos serán los responsables de poner en marcha los ajustes
que decidan los gobernantes.
132
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
Por ejemplo, supongamos que el titular del departamento ejecutivo de un gobierno municipal pone
en marcha un proyecto de higiene urbana que incluye nuevos recorridos y horarios con respecto a
los servicios de transporte urbano de pasajeros en la zona del centro y en los barrios de la periferia.
Sin embargo, la administración pública no lo ha informado a los vecinos de la ciudad o lo ha hecho
con contradicciones. Por lo tanto, los usuarios desconocen el proyecto o no lo entienden.
Por ejemplo, supongamos que el cuerpo deliberante de un gobierno municipal sanciona el presu-
puesto anual de ingresos y egresos con subas en las tasas de los servicios de alumbrado público,
barrido y limpieza. Sin embargo, la Secretaría de Servicios Públicos dependiente del Departamento
Ejecutivo Municipal no lo ha divulgado a los vecinos de la ciudad o lo ha hecho con contradicciones.
Por lo tanto, los contribuyentes desconocen la suba o no la entienden.
Las “fallas por secretismo” deberían superarse comunicando personalizadamente (informando) y co-
municando masivamente (divulgando). Es decir, hacer ahora lo que no se hizo antes. A semejanza de lo
dicho con respecto a la corrección de las “fallas por inacción”, la corrección de las “fallas por secretismo”
también implica costos sociales y políticos para el gobierno y la administración pública que se hubieran
evitado o, por lo menos, minimizado, si se hubiera informado y divulgado en tiempo y forma.
Elaboración propia
Pero las fallas en la comunicación pueden no ser “por secretismo” sino “por demagogia”. Hay “fallas
por demagogia” cuando se comunica una decisión que no se ha tomado como si se hubiera tomado
133
J, Emilio Graglia
o una acción que no se ha implementado como si se hubiera implementado. Por ejemplo, un go-
bierno local comunica la construcción de cloacas, pero apenas ha iniciado los trámites para un finan-
ciamiento internacional a esos fines. También hay “fallas por demagogia” cuando se comunica. Las
“fallas por demagogia” deberían corregirse tomando las decisiones e implementando las acciones,
primero, para que puedan ser comunicadas a continuación.
Ahora bien, del análisis de lo comunicado pueden derivarse, básicamente, dos conclusiones. La pri-
mera, que hay fallas en la comunicación (de “secretismo” o de “demagogia”) y, por lo tanto, debe
corregirse lo comunicado, como se ha dicho. Se ajusta lo informado o lo comunicado para que se
conozca y entienda, presuponiendo que se ha decidido y ejecutado correctamente. La segunda, que
tanto los planes, programas o proyectos decididos como las actividades ejecutadas se conocen y
entienden y, por lo tanto, no hay fallas en la comunicación. En este segundo caso, se debería analizar,
además, si hay satisfacción social y aprobación ciudadana respecto de las políticas (evaluación o
“estudios de impacto”).
Al analizar “lo informado o divulgado” en comparación con “lo conocido o entendido”, los analistas
no consideran si los destinatarios están satisfechos y, por lo tanto, aprueban las políticas. Para saber-
lo se requieren otros estudios complementarios, específicamente la evaluación o “los estudios de
impacto” de las políticas existentes. El control de lo comunicado hace al “control de gestión”, mien-
tras que los estudios de impacto hacen a la “evaluación de resultados”. Es posible que se comunique
(informe y divulgue) correctamente pero no se alcancen los resultados esperados en términos de
percepción sectorial y ciudadana.
Si se han conocido y entendido las actividades planificadas o ejecutadas y, además, los destinatarios
están satisfechos y aprueban las políticas, nada a corregir. Pero si se han conocido y entendido las
actividades planificadas o ejecutadas y, a pesar de ello, los destinatarios están insatisfechos y desa-
prueban las políticas, entonces, las fallas no son de comunicación y, por lo tanto, los administradores
públicos deben buscar fallas en la ejecución o en el diseño. Tal vez hubo “inacción” o “inercia” en la
ejecución. Tal vez hubo “imprevisión” o “ceguera” en el diagnóstico o hubo “indecisión” o “improvisa-
ción” en la decisión.
A los fines de detectar fallas en la ejecución o en el diseño, recomendamos que los administradores
públicos (de planta permanente) apelen a la asistencia técnica y profesional de analistas externos.
Los administradores públicos pueden observar que se han comunicado tanto los planes, programas
y proyectos como las actividades mediante el análisis de la comunicación. Pero los analistas deben
ser los encargados de detectar las fallas en la ejecución o en el diseño que lo expliquen. La interven-
ción de externos contribuye a la imparcialidad en el análisis. Sobre esa base, los gobernantes pueden
decidir la corrección de la dirección o del diseño.
3. La transparencia en la difusión
Como se dijo en el Apartado Nº1, la “rendición de cuentas” es una de las condiciones del desarrollo
integral en general y, particularmente, a escala local y regional. La “rendición de cuentas” es uno
de los factores de la representación política junto con la “representatividad” y la “receptividad”, de
134
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
acuerdo con el enfoque teórico de Antonia Martínez (2004). Una democracia es “representativa” si es
“responsable”, y lo es si los gobernados controlan las acciones y participan en las decisiones de las
administraciones públicas y los gobiernos (nacionales, subnacionales y municipales) a los fines de
resolver los problemas públicos y satisfacer las necesidades locales y regionales.
Para que no fallen en la búsqueda del desarrollo local y regional, la gestión de las políticas públicas
en general y, particularmente, la difusión, deben ser transparentes. La transparencia es el reverso de
la rendición de cuentas, es decir, de los poderes de control de los representados con respecto a las
políticas de vivienda, obras y servicios, de empleo y crecimiento económico, de educación, salud y
ambiente, de seguridad, convivencia y fortalecimiento de la sociedad civil que se decidan y accionen
a los fines de satisfacer las demandas y necesidades de desarrollo físico, económico, humano y social
de una localidad o región.
Transparencia
para el desarrollo
local y regional
Poderes
Rendición
de control de
de cuentas
los representados
Elaboración propia
Bien observaba Norberto Bobbio (1991) en El futuro de la democracia que el debate secular sobre
la representación política estaba dominado por “los poderes del representante” y el “contenido de
la representación”. Sin embargo, se trata, también, de los poderes de control de los representados.
“Mandato no imperativo” por una parte y control por la otra no son más que dos caras de una misma
moneda. Para que la “rendición de cuentas” no sea una gracia sino un deber de los administradores
públicos y gobernantes, debe fundamentarse en los derechos de los habitantes y ciudadanos de una
localidad o región.
135
J, Emilio Graglia
Al respecto, dice Maurizio Cotta (1994) que del modelo del fiduciario “se extrae la indicación de la
necesidad de un cierto margen de autonomía para los representantes que les permita una acción de
respiro más amplio de lo que permitía la presencia del mandato imperativo”. A su vez, el modelo del
delegado “nos da en cambio el elemento del vínculo, al que en alguna medida debe estar también
sometido el representante: sin tal elemento resultaría desnaturalizada la misma función de la repre-
sentación que es justamente la de garantizar un cierto grado de control de los ciudadanos sobre el
poder político” (1994:1386-1387).
La representación política supone, pues, que los gobernados elijan a los gobernantes, pero también
que los gobernantes rindan cuentas a los gobernados. Al respecto, Carrillo Flórez (2006) ha observa-
do que “las elecciones son aún un mecanismo importante, aunque insuficiente para una rendición
de cuentas plena. La necesidad de contar con niveles adicionales de protección contra los abusos
de autoridad es particularmente acentuada en países con instituciones representativas poco desa-
rrolladas y cuyos mecanismos de rendición de cuentas en el entorno legislativo están pobremente
configurados” (2006:129-130).
En relación con las elecciones como mecanismo de rendición de cuentas de los gobernantes a los
gobernados, Adam Przeworski (1998) incorpora una distinción entre el “modelo de mandato” y el
“modelo de responsabilidad”. En un “modelo puro de responsabilidad”, los votantes utilizan el voto
solamente con el propósito de sancionar al gobernante, “y toda la información disponible para los
electores está dada por el desempeño del gobernante”. En un “modelo puro de mandato”, en cambio,
los electores comparan las promesas que hacen los candidatos para el futuro, “y utilizan el voto sólo
para escoger el mejor candidato” (1998:18).
Sin embargo, “matando dos pájaros de un tiro”, siguiendo la metáfora de Przeworski (1998), se trata
de la utilización del voto con ambos propósitos. Por una parte, como mandato, es decir, “para tener
los mejores gobernantes” y, por otra parte, como responsabilidad, es decir, “para que se mantengan
virtuosos” (Przeworski, 1998:17-19). Ahora bien, además de las elecciones como mecanismo “ver-
tical”, las democracias representativas presentan también mecanismos “horizontales”. Przeworski
(1998:21-25) enumera cuatro: la separación de poderes, la supervisión de la burocracia, las agencias
independientes y la descentralización.
Manuel Villoria Mendieta (2000) ha planteado la necesidad de una infraestructura ética como un
“conjunto de esclusas o muros formales e informales de contención contra la corrupción o el fraude”
que consta de sistemas de controles (jurídicos y no jurídicos) y de actitudes y comportamientos so-
ciales y políticos. Villoria Mendieta (2000:152-171) enumera cinco: el apoyo político, un marco legal
eficaz, una sociedad civil activa y vigilante, sistemas diversos y coordinados de control y un organis-
mo coordinador. Desde nuestro punto de vista, la lucha en contra de la corrupción y a favor de la
transparencia es imposible sin apoyo político y sin una sociedad tan activa como vigilante.
Esos controles que plantea Villoria Mendieta (2000) pueden ser, por una parte, “controles internos”
(como inspectores internos e interventores, controles burocráticos, representatividad de la burocra-
cia, actuación responsable de los sindicatos, procedimientos de alerta en caso de corrupción, fraude,
abuso o despilfarro y adecuado sistema de gestión de personal) y, por la otra, “controles externos”,
como control parlamentario (ombudsman o defensor del pueblo y tribunal de cuentas) y control
136
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
judicial. Sin esos controles no hay “infraestructura ética”, los poderes de control de los representados
y el deber de rendición de cuentas de los gobernantes se vuelven ficcionales.
Como dice Pasquino (1994), la corrupción política “es un modo de influir en las decisiones públicas
que golpea al corazón del propio sistema” (1994:379). Pues bien, la transparencia no impide pero
trata de minimizar la corrupción política. Si las políticas públicas en general y, particularmente, las
políticas para el desarrollo local y regional no se comunican o se comunican engañosamente, se
beneficia la corrupción y se perjudica la transparencia. Como se dijo en el Apartado Nº1 al presentar
los cuatro valores del bien común y del desarrollo integral, la verdad es violada cuando se la oculta
(secretismo) y cuando se la falsea (demagogia).
Atentos a ello, destacamos la importancia de dos de los tres indicadores de “accountability social”
propuestos por el Índice de Desarrollo democrático de América Latina (IDD-Lat): las “condiciones
para el ejercicio de una prensa libre” y el “acceso a la información pública” (el tercero es el “habeas
data”). Como se dijo, según el primero, “se entiende a la libertad de prensa como la posibilidad de
uso de un medio que tiene la población para hacer denuncias”, y de acuerdo con el segundo, “se
obliga a las burocracias estatales (gubernativas o administrativas) a rendir cuentas respecto de la
información que usa o difunde”.
137
CAPÍTULO III:
EVALUACIÓN DE POLÍTICAS PARA EL
DESARROLLO LOCAL Y REGIONAL
1. Introducción
Según el “modelo relacional” de políticas públicas (Graglia, 2004) y, particularmente, de políticas para
el desarrollo local y regional, el análisis y el diseño anticipan y configura la gestión, mientras que la
gestión y la evaluación realizan y perfeccionan el diseño. Como se vio en el Apartado Nº2, antes de
diseñar nuevas políticas se deben analizar las existentes. Este análisis de las políticas existentes debe
ser considerado como un insumo para el diseño de nuevos planes, programas y proyectos para el
desarrollo local y regional.
En el diseño, lo primero es el diagnóstico, que, como se ha dicho, debe ser participativo. En esta fase
se enumeran, jerarquizan y priorizan las necesidades y los problemas que impiden u obstaculizan el
desarrollo del capital físico, la actividad económica, el capital humano o el capital social de una o más
localidades o regiones. Sobre esa base, se enumeran y seleccionan las alternativas posibles a los fines
de remover las principales causas de los problemas prioritarios.
A partir del diagnóstico de necesidades, problemas y alternativas, en la decisión, se valoran los cri-
terios del diagnóstico, se determina la agenda del gobierno (municipal, subnacional o nacional) y se
planean los objetivos con sus indicadores (de gestión y de resultados), verificadores y supuestos y las
actividades a ejecutar, comunicar y controlar durante la gestión. La decisión de la agenda guberna-
mental y de los planes, programas y proyectos debe ser representativa.
Como se ha visto en este apartado, en la gestión, lo primero es la dirección, que, como se ha dicho,
debe ser productiva. En esta fase se implantan social y legalmente los planes, programas y proyectos
decididos (es decir, se legitiman y legalizan) y se operan en coordinación con otros gobiernos y otras
administraciones y en concertación con los sectores privados. Sobre esa base, se analiza lo ejecutado
y se corrigen las fallas de inacción o inercia, si las hubiera.
A partir del diseño (es decir, del diagnóstico y la decisión) y la dirección de las políticas para el desa-
rrollo local y regional, en la difusión, las actividades planificadas o ejecutadas se informan a través de
las Oficinas de Información Administrativa (OIAS presenciales o virtuales) y se divulgan mediante los
medios de comunicación social (MECOS). Sobre esa base, se analiza lo comunicado y se corrigen las
fallas de “secretismo” o “demagogia” si las hubiera.
139
J, Emilio Graglia
Gobernar y administrar por políticas públicas (Aguilar Villanueva, 1996a) en general y, particularmen-
te, por políticas para el desarrollo local y regional (Graglia, 2008), requiere un diseño participativo y
representativo de planes, programas y proyectos de vivienda, infraestructura de servicios, empleo,
crecimiento, educación, salud, ambiente, seguridad, convivencia y fortalecimiento de la sociedad
civil. Sobre esa base, una ejecución productiva (Scandizzo, 2004) y sin inercias de las actividades pla-
nificadas y, finalmente, una comunicación transparente (Riorda, 2004) y sin demagogias.
Ahora bien, es posible que el gobierno y la administración pública ejecuten lo planificado y que la so-
ciedad local y regional lo conozca y hasta lo entienda correctamente pero no se logren los resultados
esperados en términos de percepción ciudadana. A veces se planifica, se ejecuta lo que se planifica
y se comunica correctamente tanto lo planificado como lo ejecutado, pero la sociedad no acepta o
rechaza las políticas gestionadas. Para saberlo, hace falta la evaluación de los resultados (o “estudios
de impacto”).
Para evaluar los resultados o el impacto de las políticas para el desarrollo de una o más localidades
o regiones, se propone que los evaluadores sigan los pasos siguientes: 1) medición de efectos “de-
seados” según los planificadores y gobernantes; 2) medición de efectos “logrados” según los desti-
natarios de las políticas en evaluación; 3) estudio comparativo entre “resultados deseados” según los
primeros y “resultados logrados” según los segundos; y 4) evaluación crítica y formulación de reco-
mendaciones a los fines de mejorar el proceso de diseño y gestión de las políticas para el desarrollo
local y regional.
Efectos
“deseados”
Efectos
“logrados”
Crítica y
recomendaciones
Estudio
comparativo
Elaboración propia
La evaluación contrasta efectos “deseados” según lo planificado y decidido por los planificadores y
gobernantes “antes de la gestión” por una parte y, por la otra, los efectos “logrados” según lo perci-
bido por los destinatarios “después de la gestión” de las políticas correspondientes. A diferencia de
los controles de gestión, la evaluación analiza los resultados. El control de la ejecución analiza si se
han ejecutado los planes, programas y proyectos decididos. A su vez, el control de la comunicación
140
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
analiza si se conoce y entiende lo que se ha comunicado sobre los planes, programas o proyectos y
las actividades. Ambos son controles de procesos y no de resultados.
2. Pasos de la evaluación
Durante las fases de dirección y de difusión, los “indicadores de gestión” han servido para controlar
los procesos de ejecución (implantación y operación) y de comunicación (información y divulga-
ción). En general, a través del monitoreo y la supervisión se ha controlado la ejecución, mientras que
mediante los reportes de las Oficinas de Información Administrativa (OIAS presenciales y virtuales) y
de los medios de comunicación social (MECOS) se ha controlado la comunicación.
Ahora, se debe apelar a los “indicadores de resultados” para medir la satisfacción social y la consi-
guiente aprobación ciudadana en relación con las políticas diseñadas y gestionadas, en términos de
percepción sectorial y ciudadana. Vale destacar que esos son los fines de las políticas públicas según
el marco teórico del “modelo relacional” (Graglia, 2004). Pues bien, estos indicadores son imprescin-
dibles para evaluar si la sociedad local y regional acepta o rechaza dichas políticas.
Por ejemplo, supongamos que se ha diseñado una política de vivienda en el marco de una política
para el desarrollo local y regional del capital físico. Se supone que el equipo de planeamiento ha
previsto cuánto disminuirá el déficit habitacional en la localidad o región en el corto, mediano y
largo plazo (indicador de gestión) y, además, qué porcentaje de la población en general o de los
beneficiarios de la política en particular estará satisfecho o muy satisfecho44 en esos mismos plazos
(indicador de resultados).
44 A los fines de medir la satisfacción con la democracia, Latinobarómetro considera cuatro categorías: “muy satis-
fecho”, “más bien satisfecho”, “no muy satisfecho” o “nada satisfecho”. Al mostrar los resultados, Latinobarómetro
suma los porcentajes de ciudadanos “más bien satisfechos” y “muy satisfechos” con la democracia.
141
J, Emilio Graglia
Efectos deseados
Elaboración propia
Este primer paso de la evaluación es descriptivo. No incluye interpretaciones ni críticas. Los evalua-
dores se limitan a considerar cuáles fueron la satisfacción social y la aprobación ciudadana “espera-
das” de acuerdo con las previsiones del equipo de planeamiento y la decisión de los gobernantes
responsables de las políticas en evaluación en términos de percepción sectorial y ciudadana.
Como se dijo en el Apartado Nº2, las encuestas de opinión y los grupos focales pueden servir para
verificar los indicadores de resultados. Si se busca conocer la opinión de los ciudadanos en general,
es recomendable la encuesta. En cambio, si se busca conocer la opinión de los usuarios de un servi-
cio o los beneficiarios de una obra en particular, se recomiendan los grupos focales. No son opcio-
nes excluyentes sino complementarias. Por lo tanto, se pueden hacer encuestas a los ciudadanos y
grupos focales a los usuarios del servicio o los beneficiarios de la obra, comparando los resultados,
dependiendo de los verificadores previstos en la planificación.
Por ejemplo, al evaluar una política (municipal, subnacional o nacional) para el desarrollo del capital
humano de una o más localidades o regiones, de educación, salud o ambiente, se puede consultar a
la ciudadanía en general (a través de una encuesta de opinión) o particularmente a los destinatarios
de la refacción o ampliación de escuelas u hospitales existentes o a los habitantes de los barrios don-
de se realizaron nuevas obras de tratamiento de aguas residuales o se prestaron nuevos servicios de
recolección y disposición de residuos (mediante grupos focales).
Carlos Germano (2008) afirma que a través de las encuestas cuantitativas “el gobernante puede cuan-
tificar la aprobación de su gestión en general, pero también medir su desempeño en áreas particula-
res: estándares de calidad de los servicios públicos (alumbrado, limpieza, deportes, cultura, turismo,
entre otros), obras públicas realizadas, medidas gubernamentales, etcétera” (2008:47). Respecto de
las encuestas cualitativas (grupos focales), Germano (2008) sostiene que son herramientas ideales
para localidades (o regiones) “tendientes a recibir fuertes oleadas migratorias, con importantes cam-
bios económicos recientes o con crecimientos poblacionales desmedidos” (2008:49).
142
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
Efectos logrados
Elaboración propia
Como se dijo en el Apartado Nº1, la razón de ser de las políticas públicas en general y, particular-
mente, de las políticas para el desarrollo del capital físico, la actividad económica, el capital hu-
mano y el capital social de una o más localidades o regiones, es “la búsqueda del bien común de
la sociedad local y regional” y sus fines son la “satisfacción social” y la “aprobación ciudadana”. Este
es el núcleo del marco teórico del “modelo relacional” de análisis, diseño, gestión y evaluación de
políticas públicas.
Las políticas públicas deben orientarse al bien común, es decir, al desarrollo integral del hombre en
la sociedad y, consecuentemente, a la satisfacción social y la aprobación ciudadana. Las políticas
para el desarrollo local y regional deben hacerlo a escala territorial, o sea, en relación con una o más
localidades o regiones, mediante planes, programas y proyectos de vivienda e infraestructura de
servicios, de empleo y crecimiento, de educación, salud y ambiente, de seguridad y fortalecimiento
de la sociedad civil.
Pues bien, en este segundo paso de la metodología de evaluación se debe medir esa satisfac-
ción social y esa aprobación ciudadana, que es consecuencia de la “receptividad política” y causa
de la “legitimidad democrática”. Es clave evaluar la satisfacción de la sociedad local y regional y
la consiguiente aprobación de los sectores privados y ciudadanos que la integran porque este
es un punto de llegada que alimenta y retroalimenta otro punto de partida en el proceso de
políticas públicas.
A esos fines, se debe consultar a los destinatarios (sean los ciudadanos en general o los usuarios o be-
neficiarios en particular) su opinión sobre las diversas políticas en evaluación. Siguiendo la metodo-
logía de Latinobarómetro, se recomienda preguntar: “¿En general, diría Ud. que está ‘muy satisfecho’,
‘más bien satisfecho’, ‘no muy satisfecho’ o ‘nada satisfecho’ con el funcionamiento de la política de
(….) en la localidad de (…) o en la región de (…)?”. También siguiendo la metodología de Latinoba-
rómetro, se recomienda mostrar los resultados de los ciudadanos o destinatarios “muy satisfechos”
y “más bien satisfechos” sumados, siempre dependiendo de los indicadores de resultados previstos
en la planificación.
Por ejemplo, si se trata de evaluar la satisfacción social y la consiguiente aprobación ciudadana con
respecto a los resultados de un programa de seguridad y convivencia en el marco de una plan de
desarrollo del capital social de una o más localidades o regiones, se puede consultar a los ciudada-
nos en general o particularmente a los destinatarios: “¿En general, diría Ud. que está ‘muy satisfecho’,
‘más bien satisfecho’, ‘no muy satisfecho’ o ‘nada satisfecho’ con el funcionamiento de los proyectos
143
J, Emilio Graglia
de prevención del delito y la violencia que se pusieron en marcha en esta localidad o región durante
este año?”.
A semejanza del primero, este segundo paso de la evaluación también es descriptivo. Tampoco in-
cluye interpretaciones ni críticas. Los evaluadores se limitan a considerar cuáles son la satisfacción
social y la aprobación ciudadana “alcanzadas” de acuerdo con la percepción de los destinatarios (ac-
tores sociales de los sectores privados y ciudadanos) de las políticas en evaluación, en términos de
percepción sectorial y ciudadana (indicadores de resultados).
Según el “modelo relacional”, en el tercer paso de la metodología, los evaluadores deben rela-
cionar el impacto deseado (visto en el primer paso) con el impacto logrado (considerado en el
segundo paso). Es decir, el equipo de evaluación debe establecer las relaciones entre los resulta-
dos que los planificadores y gobernantes esperaban al poner en marcha estas políticas por una
parte y, por la otra, los resultados que los destinatarios (actores sociales de los sectores privados
y ciudadanos) perciben de la puesta en marcha estas políticas, siempre en términos de percep-
ción sectorial o ciudadana.
Para relacionar el “impacto deseado” según los planificadores y gobernantes con el “impacto logra-
do” según los destinatarios, se recomienda el trabajo de gabinete en equipos multidisciplinarios a
partir de un “pensamiento estratégico” (Martínez, 2006). No hay encuestas de opinión ni grupos foca-
les como en los pasos anteriores, pero puede haber entrevistas a informantes clave. En esta instancia,
los evaluadores trabajan “a puertas cerradas”.
144
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
Impacto
Impacto
equilibrado o
deficitario
superavitario
Elaboración propia
Se habla de impacto “equilibrado” cuando el impacto “deseado” es igual que el impacto “logrado”.
Por ejemplo, en el marco de un plan de desarrollo del capital humano de una localidad o región, los
planificadores y gobernantes esperaban que a los dos años de la puesta en marcha, más del 50% de
los destinatarios estuvieran “muy satisfechos” o “más bien satisfechos” con respecto al programa de
educación y, en particular, al proyecto de “mantenimiento de edificios existentes”. Según las encues-
tas, entre el 45% el 55% está “muy satisfecho” o “más bien satisfecho”.
A su vez, se habla de impacto “superavitario” cuando el impacto “deseado” es mayor que el impac-
to “logrado”. Por ejemplo, en el marco de un plan de desarrollo del capital humano de una localidad
o región, los planificadores y gobernantes esperaban que a los dos años de la puesta en marcha,
más del 30% de los destinatarios estuvieran “muy satisfechos” o “más bien satisfechos” con respecto
al programa de educación y, en particular, al proyecto de “construcción de nuevos edificios”. Según
las encuestas, el 50% está “muy satisfecho” o “más bien satisfecho” con el primero y el 50% con el
segundo.
Como se ha dicho, los dos primeros pasos de la evaluación son descriptivos. Simplemente, los eva-
luadores consideran los resultados esperados según las previsiones del equipo de planeamiento y
las decisiones de los gobernantes por una parte y, por la otra, miden los resultados logrados según
las percepciones de los destinatarios, usuarios o beneficiarios. Luego, el cotejo de ambos impactos
que se hace en este tercer paso es interpretativo.
De esa manera, los evaluadores captan los alcances de las políticas para el desarrollo local y regional
que se evalúan. Es decir, la lejanía o cercanía entre las perspectivas del equipo de planeamiento y
de los gobernantes respecto a lo “deseado” y la perspectiva de los destinatarios, usuarios o benefi-
ciarios respecto a lo “logrado”. De esa manera, la brecha que se observa puede obedecer tanto a una
sobreestimación de lo deseado como a una subestimación de lo logrado.
145
J, Emilio Graglia
Puede suceder que los planificadores y los gobernantes responsables de las políticas en evaluación
hayan sido muy optimistas en la previsión de los resultados. Pero también puede suceder que los
destinatarios son muy pesimistas en la percepción de esos resultados. En el primer caso, el error ha
estado en el planeamiento y en la decisión. En el segundo caso, el error puede estar en la percep-
ción. Debemos reconocer que los planificadores y gobernantes se equivocan en sus previsiones,
pero también debemos reconocer que los actores de los sectores privados o ciudadanos se pueden
equivocar en sus percepciones.
Según el “modelo relacional”, en el cuarto paso de la metodología que se propone, los evaluadores
deben concluir con respecto a la suficiencia o insuficiencia de las políticas para el desarrollo local y
regional que se evalúan. Básicamente, las conclusiones pueden ser dos. Si el impacto “logrado” se-
gún los destinatarios, usuarios o beneficiarios es igual o mayor que el impacto “deseado”, las políticas
en evaluación han sido suficientes para la satisfacción social y la aprobación ciudadana. En cambio,
si el impacto “logrado” es menor que el impacto “deseado” por los planificadores y gobernantes, las
políticas en evaluación han sido insuficientes para la satisfacción social y la aprobación ciudadana.
La evaluación debe ser crítica. De esa manera, puede contribuir a mejorar el proceso de diseño y
gestión de las políticas públicas. Ahora bien, esa crítica puede ser tanto negativa como positiva.
La evaluación debe criticar negativamente la insuficiencia de las políticas para el desarrollo local y
regional. Es decir, la existencia de una brecha entre los resultados “deseados” según los planificado-
res y gobernantes y los resultados “logrados” según los destinatarios de las políticas en evaluación.
Asimismo, la evaluación debe criticar positivamente la suficiencia entre lo “deseado” y lo “logrado”
respecto de los resultados.
Para evaluar la suficiencia o insuficiencia de las políticas para el desarrollo local y regional en evalua-
ción, a semejanza de lo dicho en el tercer paso de la metodología que se propone, también se reco-
mienda el trabajo de gabinete en equipos multidisciplinares a partir de un “pensamiento estratégico”
(Martínez, 2006). A diferencia de los dos primeros pasos y a semejanza del tercero, no hay encuestas
de opinión ni grupos focales pero puede haber entrevistas a informantes clave. En esta instancia, los
evaluadores siguen trabajando “a puertas cerradas”, recomendándose la consulta a expertos temáti-
cos, considerando las políticas en evaluación.
146
3. Gestión y evaluación del desarrollo local y regional
Recomendaciones de la evaluación
Continuar
la gestión
Controlar
la gestión
Controlar
el diseño
Recomendaciones
Elaboración propia
Si el impacto “logrado” es igual o mayor que el impacto “deseado”, es decir, si se trata de un impacto
“equilibrado” o “superavitario”, los evaluadores deben recomendar la continuidad de las políticas
en evaluación. Si los resultados “logrados” según los destinatarios son iguales o mayores que los
resultados “deseados” según los planificadores y gobernantes, no hay razones para recomendar la
discontinuidad de las políticas en evaluación.
Por ejemplo, no parece lógico discontinuar los programas de educación, salud o ambiente integran-
tes de un plan para el desarrollo del capital humano de una o más localidades o regiones, sino hay
brechas entre lo “deseado” según los planificadores y gobernantes responsables de la política en
evaluación por una parte y, por la otra, lo “logrado” según la percepción de los destinatarios. Si la ma-
yoría de los destinatarios están satisfechos o muy satisfechos con los proyectos integrantes de esos
programas, ¿por qué discontinuarlos?
Sin embargo, si el impacto “logrado” es menor que el impacto “deseado”, es decir, si se trata de un
impacto “deficitario”, los evaluadores deben recomendar un control de lo ejecutado y comunicado,
buscando fallas en la ejecución o en la comunicación. Se trata de hacer un control de la gestión (tan-
to de lo ejecutado como de lo comunicado). Desde una respectiva lógica y cronológica, este control
se debe hacer antes de la evaluación de los resultados. Pero si no se hizo antes, se debe hacer ahora,
después o junto con la evaluación de los resultados de las políticas ejecutadas y comunicadas.
El déficit de impacto que surge de la evaluación de resultados de una política de desarrollo del ca-
pital social o la actividad económica puede obedecer a la “inacción” o la “inercia” del gobierno o de
la administración pública en la ejecución de las actividades planificadas. Posiblemente estas no se
implantaron social o legalmente o no se operaron con la coordinación administrativa e interguber-
namental o la concertación intersectorial requeridas.
147
J, Emilio Graglia
Asimismo, el déficit de impacto que surge de la evaluación de resultados de una política para el
desarrollo del capital humano o el capital social puede obedecer al “secretismo” o la “demagogia”
del gobierno o de la administración pública en la comunicación de las actividades planificadas o
ejecutadas. Posiblemente estas no se informaron a través de las Oficinas de Información Administra-
tiva (OIAS presenciales o virtuales) o no se divulgaron mediante los medios de comunicación social
(MECOS).
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154
Planes Estratégicos en Procesos de Desarrollo
Local-Regional. Sus Luces y Sombras
María Evelyn Becerra1
Resumen
El presente documento tiene por objeto profundizar en el análisis de las brechas
que se manifiestan entre los objetivos y el diseño por un lado y la implementación y los
resultados por el otro, durante la ejecución de Planes Estratégicos llevados a cabo en
estrategias de Desarrollo Local-Regional
Se considera que existen diferentes causas que van determinando tanto el mayor
o menor acercamiento de los resultados a los objetivos que dieron origen al lanzamiento
del Plan Estratégico como así también a la posibilidad de sustentación del mismo a
mediano y largo plazo.
La propuesta de poner en estado de visibilidad las limitaciones y obstáculos que se
plantean durante el proceso y las perspectivas de viabilidad futura, como así también
indagar acerca las condiciones de posibilidad existentes al punto de partida, se sostiene en
la apreciación de que en la presentación de estas experiencias, generalmente se suele
hacer hincapié en los logros obtenidos, desdibujándose a veces las innumerables
dificultades que se sortearon en el camino, que también son relevantes,
fundamentalmente para ahondar en la búsqueda de alternativas para su superación.
1
Docente-Investigadora. Directora del Proyecto Nº 50408 “Desarrollo Local -Regional” de la Secyt de la
Universidad Nacional de San Luis
[1]
1 - Algunos aspectos conceptuales
1.1 - Un Plan de Desarrollo Local
Según Reese (1999) “la planificación estratégica del desarrollo supone una
definición consciente de la orientación y destino que dará una comunidad a sus recursos y
activos existentes (recursos naturales, actividad industrial, capital humano, etc.), y de las
modalidades de exploración y explotación de sus recursos y activos potenciales. Cuando
hacemos referencia a la comunidad, entendemos por ello al colectivo de representantes de
los diversos sectores y actores socio-económicos que la integran, incluido el Estado. En un
proceso de sucesivas iteraciones, la comunidad acuerda una orientación del desarrollo,
decidiendo cómo se asignarán los recursos, y como se financiará su explotación. El proceso
en su conjunto constituye un verdadero aprendizaje social sobre las fortalezas y debilidades
de la comunidad territorialmente constituida.”
[2]
1.2 - Las limitantes del proceso
Sostiene Reese (1999) que un Plan Estratégico debe considerarse un instrumento
de gestión. Su objetivo es servir de herramienta para transformar la realidad a partir de
establecer estrategias para promover el desarrollo. Por lo tanto el Plan Estratégico
representa un proyecto colectivo y global de la ciudad y la gestión, con objetivos
intersectoriales dirigidos al desarrollo y capaz de convertirse en un "espacio" de acuerdos y
movilización de la sociedad
Las limitantes que se presentan en el curso del proceso tienen, a su vez, variadas y
complejas características. Por lo que no es posible clasificar tipológicamente las
limitaciones en términos políticos, sociales o metodológicos, ya que los problemas que
aparecen en el curso del proceso “atraviesan” todas estas cuestiones al mismo tiempo.
Por esta razón los analiza según los momentos en que aparecen con mayor fuerza:
1- el momento previo a la formulación del plan en el que se diseñan las
metodologías y la organización del proceso;
9El rol que jugará el municipio en el proceso suele generar suspicacias: existe una
fuerte desconfianza por el uso político “partidario”
[3]
9La participación de los diferentes sectores sociales no es equitativa.
9Períodos largos entre la fase de elaboración del plan y las fases de implementación
Entre otros motivos los autores consideran que en esos procesos existen dos puntos
que no han sido tenidos en cuenta en su justa magnitud. El primero se refiere a las
modalidades de la participación: la metodología usada no facilita una participación activa y
sostenida en el tiempo ni es acorde a las características de interacción de las culturas
locales. El segundo se refiere a los criterios de análisis sobre la información que se toman
para definir propuestas viables: suele focalizarse la atención en indicadores estadísticos y
cuantitativos relacionados con la demografía, la economía o los recursos existentes y no se
toman en cuenta aspectos relacionados con los patrones culturales de interacción, la historia
local, las formas de vida cotidiana.
[4]
1.3 - La cultura: una dimensión clave para el desarrollo
En función de lo enunciado precedentemente se incluyen estos conceptos de
Kliksberg (2007) que sostiene que se necesita una visión integrada del desarrollo y plantea
en su trabajo la necesidad de reintegrar un plano que ha sido excluido, el cultural, a una
visión integrada de desarrollo, donde tiene un gran papel jugando junto con las discusiones
sobre como ha funcionado la macroeconomía, los problemas sociales y los
cuestionamientos políticos, que surgen de toda sociedad respecto de los fallos en el
funcionamiento del sistema apoyado por toda la población, la democracia.
[5]
3 – La conciencia cívica Cómo actúa la gente frente a todo o que es de interés
colectivo desde cuidar los espacios verdes hasta pagar los impuestos. Todo ello es
indicativo del nivel de conciencia colectiva en una sociedad.
Aprobación por Ordenanza del Concejo Deliberante del Anteproyecto elevado por el
Poder Ejecutivo.
2
wwwmunicipiodemerlo.com.ar.
[6]
La Municipalidad de Villa de Merlo, tanto su Ejecutivo Comunal como el Honorable
Concejo Deliberante, y diversas instituciones de la sociedad civil, pusieron en marcha el
“Plan de Desarrollo Local y Regional de Villa de Merlo.” El mismo busca optimizar los
recursos de gestión y financieros de la localidad y su área de influencia para lograr un
desarrollo territorial competitivo y lo más sustentable posible a mediano y largo plazo.
Ello supone:
• Apoyar y guiar un Plan Estratégico abierto y participativo en el que se contemplen las
visiones compartidas por los actores públicos y privados de la localidad.
• Participar en la formulación técnica de estrategias, acciones normativas y proyectos
concretos.
• Formular un Programa de Ordenamiento Territorial, Urbanístico y Ambiental.
• Proponer un Código Urbanístico con instrumentos específicos de zonificación, apertura y
uso del suelo, de edificación, de usos, preservación, etc.
• Abrir una Cartera de Gestión de Políticas Públicas del Desarrollo donde se materialicen las
líneas del Plan.
• Respaldar un plan de gestión de la Imagen de Marca de Merlo y un Plan de Marketing
Territorial, encuadrados en una amplia estrategia comunicacional.
• Fortalecer los recursos de gestión local.
• Favorecer la creación de una Agencia de Desarrollo, y de otras instancias y organizaciones
a medida de Merlo, con su componente político – institucional, financiero y de articulación
con otros modos de planeamiento y gestión del desarrollo,
2. Por qué un Plan de Desarrollo Local y Regional en Merlo
[7]
b. La necesidad de adecuar visiones de futuro tras superarse las consecuencias más
graves de la crisis del año 2001
Transcurridos varios años de una de las mayores crisis de la historia argentina, la actual
coyuntura se erige como una situación apropiada para la implementación de un Plan de
Desarrollo. Esto se debe fundamentalmente a: • La necesidad de generar desde el Gobierno
Municipal Estrategias del Desarrollo Local y Regional enfocadas al crecimiento económico,
la generación de empleo y la creación de riqueza genuina.
• Los cambios que se están produciendo en las preferencias y en los hábitos de los
consumidores sean éstos inversores, visitantes o nuevos residentes
[8]
9Su ubicación territorial a nivel provincial, interprovincial y microrregional, como
nodo de la Comarca de BioComechingones
9La riqueza en expresiones organizativas a nivel de la sociedad civil y las
posibilidades de “tejer redes” de cooperación entre los diversos actores.
[9]
9 La paradoja de una alta sensibilidad ambiental que convive con prácticas
ambientalmente poco amigables y refractarias a la preservación del patrimonio tangible e
intangible.
9 Las insuficientes articulaciones entre actores no posibilita una apuesta más fuerte
a la innovación, a la calidad en procesos productivos y en la gestión pública y privada y a la
generación de conocimiento aplicado, que contribuyan a poner en valor los recursos
endógenos del territorio
Se percibe una insuficiencia en el diseño e implementación de políticas municipales en
alianza con otros niveles de gobierno y con los actores privados que premien y
estimulen la innovación creativa y los emprendimientos en las áreas prioritarias para el
modelo de desarrollo. La necesidad de romper el aislamiento fomentando la
[10]
organización de redes de interdependencia entre las empresas ligadas a los mercados
y a los públicos que se quieren captar.
9 Una débil institucionalidad que contribuya a promover relaciones más sinérgicas,
a través de la creación de ámbitos de convergencia multiactorales que trabajen por el
desarrollo.
3 - A Modo de Reflexión
Si se analizan las limitaciones y bloqueos enunciados en el apartado anterior en el
Informe considerado, - a los que se agrega lo advertido a través de la observación directa
en diferentes ámbitos de debate - , en función de la clasificación establecida por Reese
precedentemente se podrían arriesgar las siguientes reflexiones
[11]
- Con un equipo de profesionales para efectuar la tarea técnica seleccionado de un
conjunto de consultoras que se presentaron al Concurso que fuera llamado para tal fin.
- Con un cúmulo de actividades previas de sensibilización de la comunidad.
[12]
donde se manifiesta la necesidad de detenerse sobre la identidad colectiva, que ha sufrido
fuertes convulsiones producto de su historia reciente
9 Magnitud de los intereses en juego, entre otros, en virtud del incremento vertiginoso
de la tierra y de las aspiraciones de la conservación del entorno paisajístico.
Cobra aquí todo su sentido, esta frase del comienzo del trabajo acerca del lugar de
la cultura - “la manera de vivir juntos que moldea nuestros pensamientos, nuestras
imágenes y nuestros valores” - en una visión integrada del desarrollo económico, social y
político. Es el Capital Social que pesa fuertemente en términos de progreso económico y
tecnológico y en la sustentabilidad del desarrollo.
[13]
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ESCUELA DE ADMINISTRACION Y GESTION DE
NEGOCIOS
DESARROLLO LOCAL Y
REGIONAL
(DOCUMENTO DE TRABAJO; EN PROCESO DE CONSTRUCCIÓN)
Sixto AROTOMA C.
Subsistema
Subsistema
organizacional
axiológico
SINAPSIS
Subsistema
Subsistema procedimental
subliminal
Subsistema de
acumulación
3
10/05/2019
EL DESARROLLO:EMERGENCIA
EMERGENTE COMO
SISTÉMICA
LA AURORA
Desarrollo local
5
ORIGEN DE LAS TEORÍAS DE DESARROLLO LOCAL
7
¿Que es el de el desarrollo local?
9
Qué es el desarrollo local?
• “El concepto de desarrollo local supera, y va más allá, de los límites del
crecimiento económico, de la competitividad y de la productividad. El
componente social es medio y fin del desarrollo local.
• La identidad con su tierra, los valores de asociatividad y cooperación, la red de
instituciones, las reglas que generan confianza, los valores intangibles culturales
son los que generan riqueza que les permite mejorar su situación social y
económica.
• La propia comunidad local, dirige el crecimiento, pero es la comunidad la que
regula y exige niveles de calidad de vida y sustentabilidad para el desarrollo
como espacios y recursos para la conservación del ambiente, las actividades
culturales y recreativas. “ (José María Fernández)
10
DESARROLLO LOCAL
11
ELEMENTOS COMUNES EN LAS DESCRIPCIONES DE DESARROLLO
LOCAL
• 1. Responden al fracaso de las políticas del modelo fordista y al modelo de Polos de Crecimiento. Al
mismo tiempo ofrecen una alternativa a la insatisfacción creada por las políticas tanto neoliberales,
como de Sustitución de Importaciones procedentes de centros de poder nacionales o
transnacionales.
• 2. La fortaleza del desarrollo local está en las pequeñas y medianas empresas locales capaces de
articularse en red y competir en el mercado globalizado.
12
Factores del Desarrollo Local
15
ACTORES DEL DESARROLLO LOCAL
16
LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y EL DESARROLLO LOCAL
En diversos foros nacionales e internacionales se ha mencionado la importancia de los
vínculos entre instituciones de educación superior y de investigación con las empresas y el
sector público, de tal forma que los esfuerzos de investigadores tengan un impacto real en
la economía y la sociedad.
Muchas experiencias de desarrollo local en el mundo han sido iniciadas por académicos
de institutos o universidades.
17
A MODO DE CONCLUSIÓN:
18
DESARROLLO INTEGRAL
• Sustentabilidad:
19
MODELOS DE DESARROLLO
20
DESARROLLO ENDÓGENO
Ventajas: Desventajas:
• Mayor flexibilidad productiva y • Menor escala productiva y de
adaptabilidad. comercialización.
• Dinamismo en la creación de empleo. • Menor experiencia en mercados externos.
• Mayor utilización de los recursos locales. • Inferior margen de ganancia.
• Menor costo ecológico sobre el medio. • Menor nivel tecnológico y capacidad de
• Tendencia a la “empresa red” (que inversión
caracteriza a la sociedad de la información). • Dificultad en el acceso a créditos.
• Mejor nivel de integración al sistema • Mayor dificultad en el acceso a asistencia
productivo de sectores vulnerables. técnica, capacitación e información
actualizada.
21
“No hay ninguna receta que
asegure el éxito en materia de desarrollo.
Pero sí hay por lo menos dos afirmaciones ciertas:
si el desarrollo se encuentra en nuestro futuro,
no será con las ideas del pasado que lo alcanzaremos;
si el desarrollo es un producto de la propia comunidad,
no serán otros, sino sus propios miembros
quienes lo construyan”.
Sergio Boisier
22
¿Por qué una política de innovación?
INNOVACIÓN
COMPETITIVIDAD ECONÓMICA
-Mejora de eficiencia
-Supervivencia de empresas
-Alternativa a reducción de costes
SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL
-Mejor aprovechamiento recursos
-Procesos limpios
-Reducción de impactos
ESCUELA DE ADMINISTRACION Y GESTION DE
NEGOCIOS
DESARROLLO LOCAL Y
REGIONAL
(DOCUMENTO DE TRABAJO; EN PROCESO DE CONSTRUCCIÓN)
Sixto AROTOMA C.
DESARROLLO LOCAL Y
REGIONAL
(DOCUMENTO DE TRABAJO; EN PROCESO DE CONSTRUCCIÓN)
Sixto AROTOMA C.
Subsistema
Subsistema
organizacional
axiológico
SINAPSIS
Subsistema
Subsistema procedimental
subliminal
Subsistema de
acumulación
3
10/05/2019
EL DESARROLLO:EMERGENCIA
EMERGENTE COMO
SISTÉMICA
LA AURORA
Tres componentes del desarrollo local
El territorio constituye el
elemento central del desarrollo
local rural, a la confluencia de 3
corrientes de iniciativas:
•Los actores caracterizados por
su nivel de organización y su
capacidad de adaptación
•Las instituciones públicas a
través de políticas específicas
•El contexto internacional y la
presión económica y cultural de
lo global
1)- Global, Local y desarrollo
• Significación de lo Global
• Consecuencia para la definición del
desarrollo
• Crecimiento, desigualdades y pobreza
• Implicación en la percepción de lo local
• Los modelos de desarrollo
• Desarrollo y territorio
2)- Integración, región y
desarrollo local rural
Desarrollo Disparidad
GLOBAL
Desarrollo Estrategia
LOCAL
Cada proceso de desarrollo es un
Arreglo entre
Una estrategia adaptativa
Y una respuesta a un contexto dado
¿ Que dice la teoria ? 3
Aglomeración
Crecimiento
Ciudad
Crecimiento y desarrollo
Se relacionan con un proceso
De concentración y de polarización
El los cuales las ciudades intermedias
Juegan el mayor papel
¿ Que dice la teoria ? 4
Regulación
Desarrollo
Migración
Convergencia: convergencia en 1 y
Ln( i ,t 1 ) Ln( yi ,t ) ui
el tiempo T yi ,t
n 2
Convergencia: convergencia
entre regiones
y y
i0
Indice de Shannon: IS j
FPI
LnG J
Pij ij
P H PK
i j j
IG j 0.5
i
1
2
b gb
X i X i 1 Yi Yi 1 g
Indice de Gini / Curva de n 1 Pij
Lorenz Yi
i 1 Pj
Basado en la comparación de grupos
Pd i ic
Centralidad C i
P i
i
Analisis de Varianza
IntraGrupo yi yG
2
Intra Inter yi y
2
i
InterGrupo yG y
2 i
Inter /( p 1)
F
Intra /(n p)
Inter
Coefd
Total
La convergencia o la participación de los departamentos en las
desigualdades nacionales
Convergencia
200 4000
100 2000
0 0 Beni
Cochabamba
La Paz
-100 -2000 Oruro
Pando
-400 -8000
-500 -10000
Contradicción convergencia / crecimiento
No existe independencia de lugar con respecto a otro, sobre todo cuando se trata de
agricultura o de manejo de recursos naturales
Un problema
como el
analfabetismo
puede
abarcar más
de un
departamento
3 principios
Carácter estructural y organizado
La disponibilidad de recursos y la producción son una pequeña parte del
problema de desarrollo local.
Las externalidades son más importantes que los factores de producción
¿ Se caracteriza La
agricultura peruana
por sus ecosistemas ?
Tecnologia sostenible no quiere decir sistema
sostenible: el caso de la zona cafetera colombiana
3 principios
Carácter estructural y organizado
Carácter primordial de las externalidades
Lo local puede ser sostenible únicamente si existe un contexto regional
sostenible
Migración
Especialización
Variación de la pobreza
(10 años)
La migración toma mucha importancia para la estrategia de reducción de la
pobreza y para el desarrollo regional
Leaving region
- - - 0 + 0 0 - -
temporary migration
- - + + 0 - + 0 0
Arrival
+ - + + - - + - -
Los nuevos enfoques del desarrollo se basan en la interacción
Territorio-Gobernabilidad
A D
Pobreza
• Aspectos cuantitativos:
– PIB/cápita ajustado al costo de la vida
– IDH: calidad de vida / longevidad / nivel de conocimiento:
parámetros demográficos
• Aspecto dinámico
– Resiliencia: nivel de recursos necesario para cambiar de
estrato social o territorial
En resumen : ¿El territorio?
DESARROLLO LOCAL Y
REGIONAL
(DOCUMENTO DE TRABAJO; EN PROCESO DE CONSTRUCCIÓN)
Sixto AROTOMA C.
4
LA HETEROGENEIDAD A
ESCALA MUNDIAL
País A País B
NÚCLEO
GLOBALIZADO
Segmentos con
reducida o nula Segmentos con
inserción al inserción al
núcleo núcleo
globalizado globalizado
País C
PORCENTAJE DE LAS
EXPORTACIONES EN EL PIB, 1998
– Inversiones
– Cambio y difusión tecnológica
– Gestión empresarial
– Articulación a escala global
LA INSERCIÓN DE ALGUNAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS
EN LAS CADENAS DINÁMICAS INTERNACIONALES
Aglomeración, especialización en la
globalización, rendimientos crecientes y
externalidades positivas internas
Urbanización e infraestructuras eficientes
condición esencial competitividad
Ciudad-regiones son “locomotoras”,
impulsoras de interrelaciones productivas,
potencialidad innovativa
Fuentes de competitividad
Interrelaciones humanas y
organizacionales (institucionales)
Cuasi bienes públicos, colectivos, no
comercializables (actividades
vinculadas con conocimientos y difusión
de saberes e información)
Confianza
TIPOS DE INNOVACIONES PRODUCTIVAS
1. INNOVACIONES TECNOLÓGICAS
* DE PROCESO (Nuevos equipos, nuevas instalaciones,
mejoras en la línea de producción, control de calidad,
informatización)
* DE PRODUCTO (Nuevos materiales, mejoras en diseño y
diversificación de productos, creación de marcas, certificación
de calidad, control ambiental)
2. INNOVACIONES DE GESTIÓN
* Mejoras en flexibilidad y eficiencia productiva,
cualificación de recursos humanos, mejoras en los procesos
de trabajo, acceso a redes de información, relación con
proveedores
3. INNOVACIONES SOCIOINSTITUCIONALES
* Promoción de actividades innovadoras,
descentralización de decisiones sobre innovación,
concertación de agentes públicos y privados, difusión
de buenas prácticas.
2. LIMITACIONES DE LA VISIÓN
TRADICIONAL SOBRE EL DESARROLLO
La introducción de
innovaciones no depende
tampoco del tamaño de las
empresas
La introducción de
innovaciones también es
posible en los sistemas locales
de pequeñas empresas
La introducción de innovaciones no
depende tampoco del tamaño de las
empresas
La introducción de
innovaciones también es
posible en los sistemas
locales de pequeñas
empresas
CAPITAL CAPITAL
ECONÓMICO NATURAL
* Infraestructuras básicas de desarrollo * Valorización del medio ambiente
* Servicios para la producción como activo de desarrollo
* Fomento territorial de las microempresas, * Diversificación productiva en el medio rural
PYMES y cooperativas * Planificación del desarrollo sostenible
* Sector financiero especializado ambientalmente
territorialmente
* Sistemas territoriales
de innovación
CRECIMIENTO
ECONÓMICO
IMPORTANCIA DE LOS NIVELES MICRO,
MESO Y TERRITORIAL
NIVEL META
Factores socioculturales
Escala de valores CREACION DE “ENTORNOS
ASEGURAR CONDICIONES Patrones básicos de organización INNOVADORES” PARA EL
GENERALES DEL REGIMEN FOMENTO EMPRESARIAL
política, jurídica y económica
DE ACUMULACION
NIVEL MESO
LA COMPETITIVIDAD DE LA EMPRESA
NIVEL MACRO ES RESULTADO DEL ESFUERZO Políticas:
ORGANIZATIVO E INSTITUCIONAL Infraestructura Física;
DEL CONJUNTO DE LA SOCIEDAD
Políticas: Monetaria; Educacional; Tecnológica;
Presupuestaria, Fiscal, Ambiental; Regional;
Cambiaria, Comercial, Desarrollo Rural, Industrial;
NIVEL MICRO
de Competencia Turismo; Política selectiva de
Innovaciones productivas
y de comercialización; importaciones y exportaciones
Capacidad de gestión
empresarial y tecnológica;
Relaciones laborales;
Fuente: Revista de la CEPAL,
Stgo. de Chile, No. 59, 1996. Integración en redes de
cooperación interempresarial; etc.
F. Alburquerque
EL ENFOQUE DEL DESARROLLO ECONÓMICO
LOCAL
APRENDIENDO DE LAS
MEJORES PRÁCTICAS:
LAS INICIATIVAS DE
DESARROLLO LOCAL
DIVERSIDAD DE LAS INICIATIVAS DE
DESARROLLO LOCAL
3-10
ALGUNAS DIFICULTADES PARA
ESTE ENFOQUE MAS NOVEDOSO
EL ENFOQUE SECTORIAL PREDOMINANTE:
NO INVITA A ESTA VISIÓN MAS SISTEMICA
DE LA ECONOMÍA CONFORMADA POR UN
CONJUNTO DE SISTEMAS ECONÓMICOS
LOCALES.
UNA NUEVA MENTALIDAD
ALEJADA DEL SUBSIDIO
8. Institucionalidad para
el desarrollo local
6. Fomento empresarial y
7. Coordinación de programas
formación de recursos
e instrumentos de fomento
humanos
1. Movilización y participación
De actores locales
Elmayor obstáculo para el
desarrollo de una pequeña y
mediana empresa o subsistema
productivo no es su tamaño
sino SU AISLAMIENTO y la
AUSENCIA de un ENTORNO
TERRITORIAL COMPETITIVO
LAS EMPRESAS NO ACTÚAN EN EL VACÍO, SINO
EN CONJUNTOS DE ESLABONAMIENTOS
INTERRELACIONADOS
NECESITAMOS CONOCER LOS ESLABONAMIENTOS
PRODUCTIVOS ESPECÍFICOS O CONJUNTO DE
RELACIONES CON PROVEEDORES Y CLIENTES
ASÍ COMO LA LOCALIZACIÓN TERRITORIAL DE LOS
DIFERENTES AGRUPAMIENTOS DE EMPRESAS
LA FALTA DE ESTA
INFORMACIÓN ECONÓMICA Y
TERRITORIAL BÁSICAS
DIFICULTA
CONSIDERABLEMENTE LA
MODERNIZACIÓN
EMPRESARIAL DE LAS MIPES.
LA PRODUCTIVIDAD Y LA
COMPETITIVIDAD DE LAS EMPRESAS
DEPENDEN DE TRES GRANDES
CONJUNTOS DE FACTORES:
Cambios INTERNOS en las empresas.
Establecimiento de REDES con otras
empresas (eslabonamientos productivos
“hacia atrás” y “hacia adelante”) y
entidades oferentes de servicios a la
producción.
Características del ENTORNO territorial.
EMPRESA Y ENTORNO COMPETITIVO TERRITORIAL
DOTACIÓN DE SERVICIOS
INFRAESTRUCTURAS AVANZADOS DE APOYO
BASICAS EMPRESA A LA PRODUCCIÓN
MERCADO
DE TRABAJO
SISTEMA FISCAL
CULTURA LOCAL
FAVORABLE A LAS
DE DESARROLLO
MICRO Y PYMES
SISTEMA EDUCATIVO
Y DE FORMACIÓN DE
SISTEMA DE RECURSOS HUMANOS SISTEMA JUDICIAL
SALUD EFCIENTE
Aclareciendo algunos Conceptos
La ASOCIATIVIDAD o COOPERACIÓN
interempresarial, y
La construcción de ENTORNOS INNOVADORES
TERRITORIALES, junto a otros actores locales,
públicos y privados.
ESTO HACE INTELIGENTE
Y OBLIGADA UNA
ACTUACION FACILITADORA
DESDE LA OFERTA,
EN TAL SENTIDO.
LOS SERVICIOS AVANZADOS A EMPRESAS
INFORMACIÓN EMPRESARIAL
CAPACITACIÓN EN GESTIÓN EMPRESARIAL Y
TECNOLOGICA. ASESORAMIENTO
CAPACITACIÓN DE RECURSOS HUMANOS
CONSULTORÍA DE EMPRESAS
APOYO A LA INNOVACIÓN PRODUCTIVA
COMERCIALIZACIÓN Y FOMENTO DE LA
EXPORTACIÓN
COOPERACIÓN EMPRESARIAL Y CREACIÓN DE
EMPRESAS
ASESORAMIENTO FINANCIERO
CAPACITACIÓN EN GESTIÓN
EMPRESARIAL: (Empresarios,
profesionales, personal; cuestiones
pedagógicas)
Introducción de herramientas
informatícas en la gestión (no solo en la
contaduría) y en la producción.
Informática y calidad de productos
CAPACITACIÓN EN GESTIÓN
TECNOLÓGICA y ASESORAMIENTO:
COOPERACIÓN EMPRESARIAL Y
CREACIÓN DE EMPRESAS
Fomentar la cooperación directa e indirecta
entre empresas. Promover redes de objetivos
acotados entre empresas y orientar los
servicios de las entidades oferentes a grupos
de empresas que comparten problemas.
Alentar alianzas estratégicas empresariales y
Bolsas de Subcontratación de empresas.
Estimular (via acciones precisas) la
capacidad emprendedora local y la creación
de nuevas empresas. Estrategia integral
basada en el proceso emprendedor
Proceso emprendedor Mipymes
Etapa de gestación del proyecto
(Motivación, competencias, redes y
experiencias previas, fuentes e
identificación de oportunidades de
negocios, elaboración de proyectos)
Puesta en marcha (Evaluación y
decisión de iniciar, Acceso a recursos –
humanos y financieros-)
Desarrollo inicial. (Ingreso al mercado)
COMERCIALIZACIÓN Y
FOMENTO DE LA EXPORTACIÓN
FACILITAR LA INFORMACIÓN DE
MERCADOS.
FACILITAR EL ACCESO A LOS CANALES
DE COMERCIALIZACIÓN Y MERCADOS
EXTERNOS
CAPACITACIÓN EN COMERCIO EXTERIOR
ORGANIZACIÓN DE FERIAS Y VISITAS DE
IMPORTADORES
ACOMPAÑAMIENTO EN EL PROCESO
EXPORTADOR
ASESORAMIENTO FINANCIERO
ASESORAR A LAS MICROEMPRESAS Y
PEQUEÑAS EMPRESAS EN EL ACCESO AL
CRÉDITO.
ASESORAR EN EL DESARROLLO DE
PRODUCTOS FINANCIEROS (Leasing,
Fideicomisos, venture capitls, etc.).
DESARROLLO Y EVALUACIÓN DE
PROYECTOS DE INVERSIÓN.
FOMENTAR LA CREACIÓN DE
SOCIEDADES DE AVAL Y DE GARANTIA
RECÍPROCA.
CERTIFICACIÓN DE RIESGO PYME.
EMPRESA Y ENTORNO COMPETITIVO TERRITORIAL
DOTACIÓN DE SERVICIOS
INFRAESTRUCTURAS AVANZADOS DE APOYO
BASICAS EMPRESA A LA PRODUCCIÓN
MERCADO
DE TRABAJO
SISTEMA FISCAL
CULTURA LOCAL
FAVORABLE A LAS
DE DESARROLLO
MICRO Y PYMES
SISTEMA EDUCATIVO
Y DE FORMACIÓN DE
SISTEMA DE RECURSOS HUMANOS SISTEMA JUDICIAL
SALUD EFCIENTE
Governance y gestión del DEL
Junio 2004
Anexo sobre
Mercados Externos
¿Oportunidades de negocios?
DESARROLLO LOCAL Y
REGIONAL
(DOCUMENTO DE TRABAJO; EN PROCESO DE CONSTRUCCIÓN)
Sixto AROTOMA C.
Subsistema
Subsistema
organizacional
axiológico
SINAPSIS
Subsistema
Subsistema procedimental
subliminal
Subsistema de
acumulación
3
Diploma en Desarrollo Local
EL DESARROLLO:EMERGENCIA
EMERGENTE COMO
SISTÉMICA
LA AURORA
Contexto década de los 70´
• la innovación
• la capacidad emprendedora
DESARROLLO LOCAL Y
REGIONAL
(DOCUMENTO DE TRABAJO; EN PROCESO DE CONSTRUCCIÓN)
Sixto AROTOMA C.
Sixto AROTOMA C.
10.05.19 Sixto AROTOMA 1
DESARROLLO LOCAL COMPETITIVO: METODOLOGÍA
E INSTRUMENTOS
INTRODUCCION
Sixto AROTOMA
El éxito del desarrollo local viene condicionada por una filosofía y metodología
que debe considerar cinco ejes o variables condicionantes:
a) Fundamentos: (lo endógeno; lo participativo)
b) Principios filosóficos: (crecimiento económico, equidad, sustentabilidad
ambiental)
c) Objetivos: (objetivos para un territorio ético; y objetivos para la
competitividad)
d) Factores: (humanos, organización, empresas, innovación, cultural, natural,
articulación, capital)
e) Actores: (personas, empresarios, institucionales)
CONDICIONANTES DEL DESARROLLO LOCAL: Cinco
ejes condicionantes
1) Estrategias
2) Estrategias de desarrollo local
3) Estrategias y experiencias de desarrollo local
4) Desarrollo local y regional
INSTRUMENTOS PARA EL DESARROLLO LOCAL
1) Introducción
2) Etapas de la Planificación estratégica
2.1. Mesa de concertación social y técnica
2.2. Misión y visión
2.3. Macro entorno
2.4. Micro entorno
2.5. Análisis interno
2.6. Evaluación
2.7. Ejes estratégicos
2.8. Actuaciones – Planes estratégicos
2.9. Cuadro de mando
LA INTELIGENCIA PARA LOGRAR INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
OPORTUNIDADES PARA LA INNOVACIÓN
Sixto AROTOMA C.
10.05.19 Sixto AROTOMA 1
DESARROLLO REGIONAL INTEGRADO Y
COMPETITIVIDAD TERRITORIAL
INTRODUCCION
Sixto AROTOMA
• La situación de pobreza de un importante sector de población que hoy habita los espacios
rurales, tiene trascendental incidencia en la estructura social del conjunto de la población,
distribuyéndose espacialmente la marginación al constatar que más de la mitad de los
hogares rurales se enfrentan a condiciones de pobreza y gran parte de la pobreza urbana
tiene principalmente origen rural.
• La expansión de los niveles de pobreza y pobreza extrema rural, asociadas a los procesos de
desintegración social, se convierten en serias limitantes de toda posibilidad de reactivar
territorios productivos, al mismo tiempo que socava procesos identitarios y de concertación
básicos en el desarrollo territorial rural, tal y como lo establecen Schejtman y Berdegué (2003),
Redes de integración social e institucional de los territorios rurales
Gráfico 1.
COMPETENCIA DE LOS AGENTES QUE INTERVENIENEN
EN EL DESARROLLO DEL ENTORNO RURAL
Construcción de
instituciones
PÚBLICO
Públicas
ÁMBITO DE GESTIÓN
Construcción de
instituciones
colectivas y
sociedad civil Construcción de
instituciones
Territoriales
PRIVADO
Comunidades
Empresas
Familias
Individuos
ÁMBITO TERRITORIAL
El desarrollo rural
Confianza en el desarrollo más allá del enfoque
endógeno acompañado asistencial y
de un ambiente de compensatorio
cooperación internacional
Promover sectores
Gestionar estratégicos en forma
el cambio estructural Disminuir los costos específica
de producción
“En un proceso de transformación gradual del medio rural, los efectos sociales y
territoriales que genera la apertura, la liberalización de los mercados y la
globalización, tienen un carácter excluyente de la modernización agraria deseada,
en lo referente a determinados estratos de productores, las regiones y los
productos...”
Integración en redes:
el desarrollo polarizado desarrollo rural endógeno
Gestión Pública, Planeación Regional y Ordenamiento
Territorial para el medio rural
El ordenamiento territorial no se restringe a un mero sentido
holístico, además de esa consideración, debe presentar un
carácter operativo que se exprese en políticas, normas e
instituciones, a partir de cuatro dimensiones:
a) El desarrollo social y económico como principal fin, que
implica crecimiento económico, unido a la distribución
equitativa de la riqueza,
b) la sostenibilidad ambiental como la principal condición a
cumplir,
c) la participación en la gestión como el método a utilizar, y
d) la inclusión social y los valores culturales como la expresión
de la diversidad de la realidad regional mexicana.
La sola estrategia de racionalidad económica de mercado no puede
resolver los problemas derivados de la necesidad de una activación
productiva a escala local, marcada por una alta diferenciación de territorios.
Gestión Pública, Planeación Regional y Ordenamiento Territorial para el medio
rural
COMPETITIVIDAD TERRITORIAL
Sixto AROTOMA C.
10.05.19 Sixto AROTOMA 1
COMPETITIVIDAD TERRITORIAL
INTRODUCCION
Sixto AROTOMA
• ESTUDIO MONITOR
•Competitividad social, capacidad de los agentes para trabajar conjuntamente sobre la base de
objetivos comunes del desarrollo local y orquestada por la concertación entre los distintos niveles
instituciones;
•Competitividad ambiental, capacidad de los agentes para valorar los recursos locales y del
entorno, garantizando al mismo tiempo la conservación y protección tanto de recursos naturales
como de los ecosistemas vulnerables.
•Competitividad económica, capacidad de los agentes para producir y mantener el máximo valor
añadido al territorio mediante la diversificación y complementariedad de los recursos,
caracterizando el valor específico de los productos y servicios locales.
•Competitividad de localización local y relación global, capacidad de los agentes para situarse
con relación a otros territorios mediatos, inmediatos y de carácter nacional y subnacional
Perú, para 2018 retrocedió al puesto 63
AREAS
CIUDAD
ESTRATEGICAS DEL SOLVENTE
PLAN
CONSENSO SOCIAL
CIUDAD PARA LA CIUDAD
SOSTENIBLE Y CONVIVENCIA COMPETITIVA
RESILIENTE
CIUDAD
CONVIVE
Modelo de Gestión Económica orientado a
la Productividad y la Competitividad
UNIVERS C.
TECNOLOG Secretaria
MINAS
CIUDAD PRO
MUNICIPIOS COMPETITIVA
HUAMANGA
INCORA, CARCE
BANCO PRODUCIR
AGRARIO CONSEA
SENA, INPA,
INAT,
CORPOICA COOP PROCOMPITE
INTERNAL
COSECON
CONSENSO SOCIAL
ESTRATEGIA GENERAL
ALIANZAS ESTRATEGICAS
PLAN
DEL
CONVIVENCIA SOCIAL
10.05.19 Sixto AROTOMA 17