Río Fortuna - Tesis Antropo Ligadura de Trompas PDF
Río Fortuna - Tesis Antropo Ligadura de Trompas PDF
Río Fortuna - Tesis Antropo Ligadura de Trompas PDF
Es el cierre de su etapa
reproductiva"
2010
14JUL23i3 r
Expediente: 818.995
Julio 2010
i AIRES
.FAUTADDF. LJFL y LFTRJtS
Direcc,(de Bihitroteca
f319
AGRADECIMIENTOS
Esta tesis no hubiera sido posible sin tantas personas maravillosas que, en distintas
circunstancias y de diferentes modos, me acomjañaron.
Debo agradecer a Mabi Grimberg, por su dirección enérgica y aguda. Y a Moni Tarducci,
por su confianza y solidaridad.
A los y las "cumpas" del equipo, con quienes compartí lecturas, discusiones, cervezás,
experiencias de campo y de vida. Y especialmente a Guada García, Ceci Espinosa, Juanjo
Grégoric, Paula Isacovich y Virginia Manzano, colegas a quienes debo lecturas atentas y
comentarios enriquecedores.
A mis colegas de cátedra, por bancarme y alentarme, licencia mediante, a concluir esta
etapa.
r
• Silvia Fernández y Alicia de Santós, por l dedicación que pusieron en la édición del
texto.
A amigas y amigos, con quienes celebré, lloré, bailé, reí, viajé.., que estuvieron a mi lado,
y me quisieron así como estaba, así como soy. Por eso me siento afortunada. A Lucie,
Lula, Miri, Fede y Tato, que estuvieron especialmente cerca en este recorrido. Y a Eh por
la accidental convivencia en el tramo final. No puedo imaginar cómo habría sido sin el
apoyo de todos ellos/as.
ÍNDICE
Antropología del Estado y las políticas: acerca del gobierno de las poblaciones ... ..... 13
..........................................................................................................18
Capítulo1........................................................................................................................................33
Capítulo] .......................................................................................................................................56
La construcción de la ligadura tubaria como problema político y de política estatal ....... ..56
....................................................................................................................64
1
Capítulo III .86
Laresolución 874/03. ........................ ... ........... . .................... . ........... . ................ . ...................... ..97
Reconocimientoy tensiones ............. .... ... . .................................................. . ........ ............. . ..... 136
Capítuloy......................................................................................................................................152
Información sobre la ligadura: qué se dice y qué se calla... ............... . ........... ............... 161
2
La ligadura en espacios "privados" de atención médica ...................................................169
Conclusiones................................................................................................................................208
3
INTRODUCCIÓN
dominante, entendía que éste protegía la capacidad reproductiva de las mujeres aun
cuando ellas mismas no la quisieran para sí. Así, la práctica de ligadura tubaria quedaba
definida en términos generales como ilegal sin más. Era provista en la clandestinidad a
quienes contaran con los recursos económicos necesarios para costearla. Caso contrario,
frente a las resistencias a realizarla por parte de los/as profesionales en los servicios
públicos de salud, algunas mujeres recurrieron a otras agencias, como organismos de
control y defensa o judiciales.
1
La denominación es objeto de debate y es analizada en esta tesis. Entre tanto, me inclino por la primera de
ellas, coherente con la perspectiva política adoptada y el problema que analizo.
2
De no mediar nuevas intervenciones o tratamientos como los recién mencionados.
4
locales. Entre ellos, la potestad para decidir acerca de la propia reproducción constituye
un aspecto central (Corra y Petchesky, 2001; Jelin, 2000; Corra, 1997; Cook, 1994). No
obstante, pese a su reconocimiento, y la cada vez menos frecuente judicialización de los
pedidos de ligadura, la realización de esta intervención continúa siendo materia de
discusión, preocupación, demandas, resistencias, y tratamiento conflictivo. El acceso a
esta práctica evidencia, entonces, las tensiones, los lírnitesy las posibilidades que conileva
el proceso de construcción social de una política pública que en términos explícitos se
propone como de "reconocimiento de derechos" vinculados a la experiencia de la
(hetero)sexualidad y la reproducción.
A diferencia de lo que sucede en Brasil, por ejemplo, donde llegó a ser el método
p anticonceptivo más empleado por las mujeres en pareja (40% de ese universo), en la
Argentina, su prevalencia es muy inferior. En la Primera Encuesta Nacional de Salud
Sexual y Reproductiva, realizada en 2005-2006 por el Programa Nacional de Salud Sexual
y Procreación Responsable (Ministerio de Salud de la Nación) entre mujeres en edad fértil
(de 10 a 49 años) e iniciadas sexualmente, se registraba un 8% de mujeres con ligadura
tubaria, lo que representa el cuarto lugar entre los métodos anticonceptivos empleados.
En el reconocido servicio "de referencia" para esta práctica en la ciudad de Buenos Aires, -
en el que realicé el trabajo de campo, el porcentaje de ligaduras realizadas en los años
2005 y 2006 representaba el 4% y el 5% del total de nacimientos en esos años,
' Gran parte de intelectuales y feministas locales plantean el reconocimiento formal de los derechos
reproductivos y los derechos sexuales como acceso a la ciudadanía por parte de las mujeres, o sea, a una
cuestión de justicia social (Gutiérrez, 2004; Faur y Lamas, 2003; Ciriza, 2002; Maffía, 2001; Jelin, 2000;
Zurutuza, 1999).
Los métodos más usados eran: condón (42%); píldora (25%) y DIU (11%). La prevalencia regional más baja se
daba en la ciudad de Buenos Aires. Las más altas se observaban en el NEA y el NOA, donde la ligadura
tubaria se ubicaba en tercero y segundo lugar, respectivamente, en relación con los otros métodos
anticonceptivos (regiones que tienen los mayores porcentajes de mujeres con 4 o más hijos, y mayor número
promedio de hijos por mujer). Presentación realizada en la VI Jornada Nacional de Municipios y
Comunidades Saludables, realizada en la ciudad de Buenos Aires el 6 de septiembre de 2007.
6
Ponencia presentada en las VII Jornadas Nacionales de Debate Interdisciplinario en Salud y Población,
organizadas por el Área Salud y Población del Instituto de Investigaciones Gmo Germani, Facultad de
Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, agosto de 2007.
5
habían realizado en esos años un total de 182 ligaduras tubarias mediante la aplicación de
una guía "que permite al equipo de salud verificar la disposición de la usuaria sobre el
procedimiento". Pese a que en el año 2006 se concentran las tres cuartas partes de total de
estas prácticas, el trabajo hace notar, que ésta no varió desde la sanción de la ley nacional
26.130, en agosto de 2006 .7 Para que el porcentaje de ligaduras realizadas entre un año y
de las mujeres. En términos más generales, como dispositivo de un proceso más amplio
de regulación y control de las poblaciones.
' Esta ley regula las intervenciones de anticoncepción quirúrgica, es decir, atañe también a la práctica, para los
varones, de la vasectomía o ligadura de conductos deferentes. Desde entonces, el acceso a estas prácticas fue
establecido como un derecho de las personas capaces y mayores de edad, previamente informadas y dejando
por escrito su consentimiento.
6
Este problema se inscribe en un recorrido personal de investigación. En mi tesis de
licenciatura me interesé por articular la experiencia de la sexualidad y la reproducción
desde una perspectiva política, encarada desde los aportes teóricos de la antropología
médica y la problemática del género en perspectiva feminista. Indagué ese cruce a través
del análisis de las trayectorias reproductivas y anticonceptivas de mujeres pobres
residentes del sur de la ciudad de Buenos Aires que acudían a un centro público de salud
(del Río Fortuna, 2003). En esta investigación, utilicé los aportes de Eduardo Menéndez
sobre el "proceso salud-enfermedad-atención" (Menéndez, 1990) para revelar 'ciertas
formas de articulación de saberes y prácticas entre las mujeres en relación de
subalternidad. Luego, a partir de mi inserción profesional, 8 participé en diversas
investigaciones sociosanitarias sobre temas de la salud reproductiva: mortalidad materna,
prevención y tratamiento del cáncer cervical, atención hospitalaria del aborto incompleto,
embarazo y maternidad en la adolescencia, e implementación de la ley de salud
reproductiva de la ciudad de Buenos Aires. Esta última investigación, que surgió por
iniciativa de la Adjuntía en Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad
de Buenos Aires, mostró un aumento sostenido de reclamos o denuncias por diversas
cuestiones que se categorizaban como problemas de "salud reproductiva". Para el período
analizado (1998-2002) la mitad de los expedientes relativos a estos reclamos obedecía a
solicitudes de autorización para la realización de ligadura tubaria por parte de mujeres o
sus parejas, que también se incrementaban anualmente en ese período. El carácter
controvertido de esta intervención, también se manifestaba en las opiniones de los/as
profesionales de la salud entrevistados en el marco de ese estudio (Ramos et al., 2004).
8
Me refiero a mi incorporación al Centro de Estudios de Estado y Sociedad, CEDES como investigadora
asistente del Área Salud, Economía y Sociedad.
9 L a investigación contó con el apoyo de una beca doctoral del CONICET, de marzo de 2005 a marzo de 2010.
7
"reconocimiento" de esos derechos movilizan, a partir de la diversidad de sentidos,
alternativas, resistencias y reivindicaciones planteadas por los actores sociales vinculados
a esta cuestión. A su vez, como se verá, en el país el problema había sido escasamente
trabajado por la antropología y las ciencias sociales en general.
Una serie de interrogantes orientaron la formulación del problema: ¿Qué sentidos tienen
los "derechos reproductivos" y los "derechos sexuales" formalmente reconocidos? ¿Qué
status adquiere la práctica de la ligadura tubaria en este marco? ¿En qué términos pueden
expresar las mujeres su intención de ligarse las trompas, y efectivamente acceder a esta
práctica? ¿Qué otros actores y con cuáles fundamentos intervienen en este proceso de
demanda y decisión iniciado por las propias mujeres? En sus comienzos, la investigación
P.
En esta tesis retomo los materiales analizados en esa investigación 10 y sus resultados,
reelaborados a la luz de los interrogantes que de allí surgieron, y que implican la
complejización del abordaje de esta temática desde la consideración —más difícil pero
mucho más interesante— de las valoraciones, las expectativas, los temores y los deseos de
los sujetos concretos. Me preguntaba entonces ¿qué implica la ligadura tubaria, desde el
punto de vista de los y las profesionales, para ellos/as? Y según ellos/as ¿qué implica esta
intervención para las mujeres que la realizan? ¿qué sentidos le asignan a esta práctica
otros actores involucrados en su tratamiento (miembros de movimientos de
mujeres/feminismos, de iglesias, entre otros)? ¿en qué casos y cuáles son los beneficios
esperados que avalan la realización de esta práctica? ¿en qué circunstancias y por qué se
aconseja evitarla? ¿cuáles son las dificultades o situaciones problematizadas por los
actores y que atentan contra la práctica de esta intervención? ¿qué condiciones habilitan la
iealización de esta práctica? ¿y qué dimensiones o experiencias son habilitadas por ésfa?
° La naturaleza del material empírico analizado en esa oportunidad, y la necesidad de acotar el propósito de
aquella investigación a las posibilidades de tiempo y financiamiento, implicó la problematización del acceso a
esta práctica a ciertos casos: mujeres que solicitaron la realización de la ligadura de sus trompas en un servicio
público de salud y que, con más o menos "conciencia de derechos", pero siempre en "condiciones mentales"
de elegir, manifestaron su decisión de ligarse las trompas a fin de no tener más hijos, dentro y fuera del
ámbito sanitario, aunque con distinto éxito. Así, dejé relativamente de lado el problema de la "esterilización
de incapaces", de menores de edad, y la realización compulsiva de esta práctica. El análisis de los expedientes
excluyó la situación de mujeres que desconocían la posibilidad de solicitar esta intervención, para las cuales
no constituía una opción, así como aquellas situaciones en que las mujeres, aun conociendo esta posibilidad,
no contaban con los recursos necesarios para lograr instancias de reclamo por fuera de las instituciones
sanitarias. El abordaje etnográfico buscó superar esas limitaciones.
11
A través de la ley nacional 26.130/06.
wn
interpelados por las nuevas reglas? ¿qué modalidades organizan, desde entonces, el
acceso efectivo a esta práctica? ¿qué otros actores y con qué prácticas y sentidos participan
de esta politica?
II
El problema que abordo en esta tesis implica considerar ui -i espacio particular del campo
político donde se construye esta política sanitaria, que remite especialmente al ejercicio de
la sexualidad (o sexualidades, como más recientemente se nomiria) y la reproducción de la
población. Ambas cuestiones . han sido tratadas por la teoría social y política, e
investigadas empíricamente por las ciencias sociales en general y la antropología en
particular, entendidas como resultado de procesos socioculturales atravesados por
relaciones de poder. Dada la diversidad de dimensiones que cruzan el problema de esta
tesis, a continuación presento las principales lineas de trabajos que constituyen
antecedentes del tema propuesto. A partir del abordaje político de la sexualidad
vinculado al "problema de la población" como fue planteado por el filósofo francés
Michel Foucault (1978), presento una serie de trabajos que lo continuaron, abocados a los
siguientes ejes: los estudios etnográficos dedicados al análisis del despliegue de las
políticas y atentos a las prácticas de los sujetos involucrados e interpelados por ellas;
aquellos que se abocaron al estudio político de la sexualidad, y los que atendieron
especialmente a los procesos de normalización de las poblaciones a través de la
medicalización de la sexualidad y la reproducción. Luego reviso los trabajos acerca de la
práctica de ligadura tubaria para exponer, a continuación, los aportes conceptuales que
constituyen el marco teórico de elaboración de los datos etnográficos analizados en esta
tesis.
10
Sexualidad, saber y poder: el problema de la población
tienen casi un siglo, los estudios sobre la sexualidad, desde una perspectiva
último cuarto del siglo pasado (Nieto, 2003). La aparición del VIH/sida no hay duda de
siglo XIX, como objeto central de disciplinamiento y control social, blanco de exhortaciones
morales y religiosas, en los procesos de gestión económica y política de las poblaciones en los
modernos Estados capitalistas. De hecho, según este autor, la sexualidad es objeto de un nueva
lógica de poder que hizo su aparición entre los siglos )(Vll y XVffl, por exigencia de, y a
Previamente, conforme la ley, la expresión máxima del poder del soberano sobre su
tanto que en ella radicaba la fuerza productiva. La explotación de ésta requería controlar
la inserción masiva de los cuerpos de los trabajadores, y por eso la vida y sus fenómenos,
11
líneas en torno a lo que Foucau.lt denominó el "dispositivo de la sexualidad" constituye una de
las principales manifestaciones del biopoder. El control, la normalización e invasión de la vida
que éste supone, se realiza a través de distintas estrategias de saber-poder. Cada una de estas
• estrategias articula, como se dijo, técnicas disciplinarias del cuerpo dirigidas a los individuos, y
procedimientos de regulación que apuntan a la población: la histerización del cuerpo de las
mujeres; la pedagogización del sexo del niño; la psiquiatrización de las perversiones, y la
socialización de las conductas procreadoras (Foucault, 2002). En cuanto a esta última, en cuyo
marco se ubica la política que analizo en esta tesis, Foucault advierte que se trata de una
socialización que es al mismo tiempo politica, a través de la responsabilización de las personas
por la seguridad del cuerpo social; económica, porque existen estímulos o desalientos, y
médica, porque involucra criterios técnico-morales de la medicina.
Así, el biopoder con su foco en la sexualidad y especialmente a través de esta última estrategia,
remite a lo que, en un trabajo algo posterior, este autor planteó en términos de "el problema de
la población" (Foucault, 1978), de su gobierno, o gubernamentalidad. El concepto se refiere a la
aparición de la población como objeto o meta de gobierno y, a la vez, como instrumento mismo
de este gobierno a partir de las transformaciones económicas y demográficas del siglo XVffl.
La especificidad de la población -e irreductibffidad al modelo de gobierno de la familia- quedó
evidenciada a través de la estadística, dedicada al estudio de los procesos que son propios de
aquella (salud, fertilidad, educación, conducta moral, etc.). Este nuevo régimen de poder
apunta entonces prioritariamente a la gestión de la población, pero no elimina sino que
incorpora tanto el ejercicio de la soberanía sobre el territorio, como el despliegue de disciplinas,
y la familia se vuelve instrumento de gobierno. Esta modalidad de poder se realiza a través del
desarrollo de una serie de aparatos específicos de gobierno (institución judicial, médica,
administrativa) y una serie de saberes que organizan mecanismos reguladores, vueltos
aceptables por medio de la producción legislativo-jurídica. Y según el propio Foucault (2002),
en el campo del derecho, las luchas politicas giran cada vez más alrededor de los "derechos"
que contemplan aspectos vitales de la experiencia humana: derecho a la vida, al cuerpo, a la
salud, etc.
(, 12
cuestiones objeto de lo que compete al Estado y las que escapan a él, lo público y lo privado, lo
estatal y lo que no lo es, la gestión de la población se manifiesta como un proceso a la vez
interior y exterior al Estado. Y de hecho, sostiene, el Estado, mediante el ejercicio de la
gubemamentalidad, puede ser visto como una unidad de funcionalidad discreta, lo que, en
rigor, es una "abstracción mitificada cuya importancia es mucho más reducida de lo que se
cree"(Foucault, 1978: 16). De los trabajos antropológicos que comparten esta
reconceptualización del Estado me ocupo en el próximo apartado.
Antropología del Estado y las políticas: acerca del gobierno de las poblaciones
En esta línea, Didier Fassin analizó el despliegue de políticas contemporáneas que implican la
regulación administrativa y jurídica de las poblaciones a partir de la noción de biolegitimidad
(2003, 20017). Ésta refiere a la vigencia de un orden moral en el cual el plano de lo biológico,
representado por el cuerpo sufriente, constituye la fuente última de legitimidad. 12 Es decir,
cuerpo entre los desocupados que solicitan subsidios y los extranjeros indocumentados
que intentan su regularización en nombre de la razón humanitaria (Fassin, 2003). En otros
términos, el orden contemporáneo se caracteriza por la combinación de lógicas
burocráticas y tradicionalmente aplicadas a poblaciones indiferenciadas, con el despliegue
de "políticas de compasión" ante el sufrimiento resaltado, consecuencia de la gestión del
12
Fassin asocia el fundamento de este régimen contemporáneo de legitimidad a lo que Agamben (1997)
denomina "vida desnuda", que coincide con la zoé, por oposición a bios (vida social, política), en la distinción
aristotélica.
13
Estado del "caso por caso" que permite el abordaje individualizado a las historias
personales (Fassin y Memmi, 2004).
En este camino, Cris Shore y Susan Wright (1997) se abocaron al análisis de los cambios en
los estilos y sistemas de gobierno de las poblaciones y regulación del orden interno
propios de las racionalidades "neoliberales". Siguiendo la formulación foucaultiana,
resaltaron las politicas entendidas como instrumentos de poder, tácticas y normas, que
implican la construcción de determinados sujetos. Se trata, entonces, de "tecnologías
políticas" que operan en procesos de sujeción y subjetivación, constituyéndose en
"técnicas del self'. El campo que definen como propio de la antropología de la política
gobierno que conectan actores, instituciones y discursos a través del tiempo y el espacio,
vinculando así lo local, lo nacional y lo global.
Por su parte, Veena 'Das y Deborah Poole (2004), han propuesto el 'estudio de los
"márgenes del Estado". Sus trabajos etnográficos procuran distanciarse de la concepción
del Estado como organización racionalizada y legible, cuyas prácticas políticas de
regulación tenderían a relajarse o desaparecer —y con ello, a deshacer el Estado mismo-
hacia los limites o espacios territoriales y sociales periféricos. A través de ellos muestran
que las prácticas y politicas de la vida que allí tienen lugar dan forma a lo que se
denomina "Estado". De ahí que, según las autoras, la etnografía de los márgenes,
entendidos como intersticios entre los cuerpos, la ley y la disciplina, revelaría las formas
en que el biopoder, como dominio sobre la vida, constituye la actividad originaria del
poder soberano.
Dedicados al estudio del Estado, Aradhana Sharma y Akhil Gupta (2006) lo entienden
como artefacto cultural moldeado en el marco de dinámicas transnacionales, articulando
de manera contradictoria instituciones, prácticas y personas en un contexto globalizado.
Retoman la noción de gubernamentalidad para denunciar la reificación del Estado-nación
como formación política tradicionalmente asociada al gobierno y la soberanía sobre un
territorio, y que se representa a sí mismo como singular y coherente. En su lugar,
proponen indagar las formas que permiten asumir "el Estado" como autoridad suprema y
14
coordinadora de otras formas de relaciones sociales, dando cuenta de la dispersión con
que opera el poder y de cómo los sujetos lo experimentan. Para ello proponen, por un
lado, explorar etnográficamente las prácticas cotidianas de las agencias del Estado, los
procedimientos burocráticos. A través de estos actos banales, rutinarios y repetitivos el
Estado reproduce su superioridad, a la vez que se producen y mantienen las
desigualdades sociales (clase, género). Para los autores, su estudio permite aproximarse a
la micropolítica del Estado, y problematizar la implementación de programas y políticas.
Además del estudio de tales prácticas —aunque la distinción es analítica, debido a su
mutua constitución— cabe investigar las representaciones, muchas veces contradictorias,
que los sujetos y los agentes del Estado se foijan de él y a través de las cuales su poder se
pone en acto.
grupos. Su análisis revela la multiplicidad de voces con que se manifiesta el Estado, y las
estrategias desplegadas por éste y otros agentes que participan del campo político donde
se disputa la ciudadanía. Así muestra que, si bien la ciudadanía se construye
discursivamente como universal, opera sobre todo como una concesión del Estado y sus
agentes mediadores.
Guillaume Boccara (2007), por su parte, analiza el despliegue de una política intercultural
en salud en Chile, dentro de lo que entiende como un estado neoliberal diferencialista, en
tanto ejercicio de lo que denomia etnogubernamentalidad. Esta noción refiere al poder que
11 El autor trabaja sobre casos etnográficos de grups socialmente marginados involucrados en luchas por el
reconocimiento del derecho a permanecer en las tierras que ocupaban: la población del Morro de Andorinhas
(Niteroi, Río de Janeiro) y la Isla de la Marambaia (sur de Río de Janeiro).
15
En este sentido, Wedel et al. (2005) entienden que tal segmentación es característica de los
opciones. Así, dicen los autores, las políticas producen categorías de sujetos por ser
propia identidad, los tipos ideales establecidos por las políticas. De este modo, ellas
Otros autores han continuado el trabajo iniciado por Foucault acerca del análisis de la
morales, mediante los cuales se definen sujetos y grupos sociales en un proceso que
resistencias (Weeks, 2000; 1998). Como se adelantó, esta cuestión fue ampliamente
abordada a partir de la emergencia del sida, y este mismo autor se dedicó a ello (Weeks,
1995).
También en esta línea, Gayle Rubin (1989) realizó un análisis político de la sexualidad a
países del norte, principalmente Estados Unidos e Inglaterra. A través del análisis de la
señala como uno de los supuestos de la cultura occidental sobre el sexo. Muestra que éste
implica considerar la sexualidad como simple expresióñ de ana fuerza natural, presocial e
inmutable, concepción que es reproducida por las disciplinas mencionadas (Rubín, 1989).
16
De acuerdo con José Antonio Nieto (2003), estas características de la sexualidad humana
también fueron asumidas en gran medida, aunque de una forma menos evidente, por la
propia antropología. Según Carol Vance (1991) entre 1930 y 1970 los estudios seguían lo
que ella denomina el "modelo del influjo cultural". La sexualidad era asumida en los
términos planteados por el modelo biomédico: reducida a un impulso natural y marcada
por el binarismo sexual. Subsumida así a la construcción biomédica de la sexualidad,
según la autora, la perspectiva antropológica se limitaba a señalar la especificidad de las
conductas sexuales de los grupos estudiados.
proceso social que involucra la relación y las disputas entre el Estado y la sociedad civil,
relación que implica una tensión permanente en la resolución de las necesidades y
perspectivas de ambos términos (Cervantes-Carson, 2004).
Algunos trabajos (Vianna, 2005; Valdés, 2003, entre otros) muestran los procesos de disputa de
sentidos que, en tomo de la sexualidad, se expresan en la producción del derecho, siendo este
discurso un productor de desigualdades sociales, tanto simbólicas como materiales. Asimismo,
rol 17
ponen en evidencia el peso superlativo que el saber biomédico ha tenido en la definición de la
"normalidad" en lo que a la sexualidad y otros aspectos estratégicos de la vida cotidiana se
refiere. Esta articulación es el objeto de análisis de la sección que sigue.
Los aportes de Foucault fueron utilizados para el análisis de la construcción del saber
biomédico, como ima modalidad de poder experto y productivo, que opera procurando la
normalización de los comportamientos de la población (Foucault, 2002).
18
Este proceso - de profesionalización del saber biomédico, según Ivonne Szasz (1998),
medicalizó la sexualidad y la procreación, suponiendo para las mujeres, la separación e
intervención médica de su cuerpo a partir de la "capacidad" de este saber -patente en la
intervención técnico-aparatológica- de monitorear el proceso que desea controlar
(enfermedad, fertilidad, embarazo, parto). Otra consecuencia del proceso de
profesionalización de este saber, inicialmente monopolizado por los varones, implicó la
pérdida progresiva de legitimidad de quienes hasta entonces, las mujeres (profanas), se
ocupaban de esas cuestiones (Szasz, 1998).
Tal como Conrad (1982) señala la operatoria de este saber médico, promueve la
construcción social de patologías psiquiátricas, que minimizan el carácter social del
comportamiento humano e individualizan las dificultades humanas. Desde esta reducción
se propone un tipo de intervención que clausura otras opciones o niveles de intervención.
Así, la biomedicina, en continuidad con la tradición cartesiana, habilita una mirada sobre
el cuerpo individualizado y aislado (Le Breton, 1995). Este legado en la epistemología
occidental, el "cuerpo individual", en manos de la biomedicina (aunque también presente
en la antropología médica) implica considerarlo en su materialidad, oponiéndolo al
espíritu, la mente (Scheper-Hughes y Lock, 1987). Como muestran estas autoras, los
cuerpos permiten otras dimensiones de análisis, o son objeto de otros discursos: el
"cuerpo social", cuando el cuerpo aparece como símbolo o fuente de metáforas para
representar la relación entre naturaleza, sociedad y cultura; y el "cuerpo político" en su
carácter de objeto de regulación, control y vigilancia en función de las necesidades
sociopolíticas, mediante guiones sociales provistos por la cultura.
19
expresa autocontrol, autodisciplina, voluntad de poder, y responsabilidad. Estas nociones
legitiman el control y la supervisión de "los otros", definidos por atributos opuestos (y
valor negativo), que ya se encontraban subordinados, marginados, estigmatizados. Los
límites, siempre inseguros, son custodiados por "centinelas simbólicos", entre ellos, los
agentes de la medicina (Crawford, 1994). Bajo el paraguas de la salud, entonces, tienen
lugar proyectos morales y disciplinarios orientados a la regulación de la sexualidad y el
género, y la vigilancia de los límites de clase, etnicidad y raza, entre otros.
En el marco de estos aportes, investigadoras feministas como Rayna Rapp (2001), han
analizado de qué modos, por su capacidad reproductiva, el cuerpo femenino se toma
clave para el control de procesos y efectos en la población. Con énfasis en las iniquidades
que se expresan en el cuerpo, la reproducción fue llevada al centro de atención de la
antropología médica en los años setenta, aunque su análisis no se limitó sólo a esta
especialidad disciplinar (Rapp, 2001). En esta línea, es clásico el trabajo de Emily Martin
(1987) en el que, desde una perspectiva marxista, aborda la medicalización del cuerpo de
las mujeres en Estados Unidos atendiendo a la configuración de clase que adquieren sus
vidas reproductivas. Por su parte, Rapp planteó la noción de "reproducción estratificada"
en su análisis de los usos de la tecnología genética aplicada a los estudios diagnósticos
prenatales para detectar enanismo. Con esta noción mostró la participación de las
tecnologías de la biomedicina en la definición de lo normal y lo anormal (mutuamente co-
constitutivas) en aspectos vinculados a la reproducción: la personalidad (personhood), el
género y el parentesco (Rapp, 2001). Retomo estos trabajos puesto que son fértiles para
reflexionar acerca de las representaciones en torno a la práctica de ligadura tubaria y sus
efectos, entre los sentidos que orientan las decisiones de los profesionales al respecto.
Por su relevancia, centro la revisión en los estudios producidos en Brasil, donde el 40% de
las mujeres han realizado esta práctica, incluso antes de su legalización y regulación en el
año 1997 (Bemfam, 1997).
20
Una serie de trabajos provenientes del campo de la salud pública problematizan el
aumento de la realización, de ligaduras tubarias registrado algunas décadas atrás,
asociándolo al pago de honorarios profesionales y al incremento de las cesáreas. En estas
intervenciones es cuando se realiza la mayor parte de las ligaduras. Trabajos ya clásicos
çomo el de Carmen Barroso (1984) ofrecen una reflexión acerca de sus "determinantes
sociales". Entre ellos, identifica: la mercantilización de la regulación de la fecundidad con
propaganda médica de la práctica como garantía de libertad sexual en beneficio de grupos
econón-iicos del sector salud; la posición de la mujer en una cultura patriarcal donde es
responsable exclusiva de la anticoncepción y los hijos; dificultades de acceso a métodos
reversibles con seguimiento médico e información distorsionada acerca de sus efectos.
Todos estos factores contribuyen a hacer de la ligadura una opción tentadora (Barroso;
1984).
Por otra parte, además de estos y otros estudios sociodemográficos que dan cuenta de la
prevalencia de esta práctica (Bemfam, 1997) existen trabajos que, a partir de estos datos y
mediante asociaciones estadísticas analizan su impacto desde una perspectiva de salud
pública. En este sentido, algunos de ellos abordan el perfil sociodemográfico de la
población que accedió a la ligadura tubárica (Vieira et al., 2005; 2002); otros comparan este
"perfil" con el de la población que no accedió (Vieira y Souza, 2009); analizan el
comportamiento sexual y reproductivo de ambos grupos (Villela y Barbosa, 1995);
estudian el perfil de la demanda antes y después de la regulación legal de la '
anticoncepción quirúrgica (Carvaiho et al., 2007), e indagan sobre "arrepentimiento" entre
las mujeres operadas (Ludemir et al., 2009; Nervo et al., 2000; Vieira, 1998).
21
Desde una perspectiva socioantropológica, los trabajos suelen combinar metodologías
cuali cuantitativas. Así, fueron abordados los motivos y las decisiones en anticoncepción
entre las mujeres que se ligaron. Marta Lucia de Oliveira Carvaiho y Néia Schor (2005)
encontraron que el rechazo de los métodos reversibles se basa en representaciones que los
asocian a su baja eficacia, para lo cual recomiendan reforzar la capacitación de los
profesionales de la salud para poder contemplar factores personales, socioconómicos y
culturales que orientan hacia la elección del método. Otros estudios (Barroso, 1984; Pirotta
y Schor, 1999) concluyeron que la argumentación de las mujeres que solicitan esta
intervención una vez alcanzado el número de hijos que deseaban, expresa la
interiorización de la racionalidad económica, a la vez que remite a la señalada
mercantilización de la regulación de la fecundidad, que genera la preferencia de métodos
de alta tecnología. También fueron estudiadas las representaciones sobre sí mismas
después de la cirugía y la satisfacción con ella (Minella, 1996a;1998). Esta autora señala
que los malestares de salud referidos como inesperados por las mujeres ligadas, no son
sólo consecuencia de la desinformación que surge del ánimo de lucro de los profesionales
y de su convicción de evitar el aborto y la mortalidad materna a través de esta
intervención, sino de la falta de consenso en la propia medicina acerca de las
consecuencias orgánicas, sociales y emocionales de la esterilización (Minella, 1996b).
evalúa el cumplimiento de los criterios fijados por el programa para el acceso efectivo a
las prácticas de ariticoncepción quirúrgica tanto masçulina como femenina (Berquó y
Cavenaghi, 2003).
22
vertical del virus modelan el deseo y la decisión de las mujeres acerca de la vía de parto y
posible práctica de la ligadura (Hopkins et al., 2005; Knauth et al., 2003). En la misma
perspectiva se plantea que la "cultura médica local" sobre la ligadura y la organización de
la atención prenatal contribuye a explicar las tasas diferenciales entre las ciudades de
Porto Alegre y San Pablo de mujeres que acceden a ella en el momento del parto (Barbosa
y Knauth, 2003).
Por último, cabe señalar un estudio que aborda la organización del trabajo de un equipo
de salud de una institución filantrópica no gubernamental -cuyas actividades se ¿entran
especialmente en la atención de la salud materno infantil, incluida la planificación
familiar- respecto del proceso de decisión sobre la ligadura (Marcolino, 2004). El análisis
focaliza en categorías que refieren al proceso de trabajo: división, complementariedad,
interdependencia, tecnologías. Allí encuentra cierta tendencia al funcionamiento
multidisciplinario y a la horizontalidad que implica una consideración "más humanística"
de la mujer, atenta a sus condiciones de vida. No obstante, esto coexiste
contradictoriamente con la persistencia de decisiones fundadas en criterios técnicos que
surgen del conocimiento biomédico. El trabajo señala esta tensión en función de la
distribución de poder en el equipo y la institución de referencia, pero eJ análisis
permanece desarticulado del espacio social donde se construyen, reproducen y disputan
las representaciones y los sentidos que allí se juegan.
En nuestro país el problema fue escasamente abordado por las ciencias sociales. En su
mayor parte se trató de estudios sociológicos de opinión con metodología cuanti-
cualitativa. Algunos de ellos exploraron las opiniones de los/as especialistas de la
tocoginecología de servicios públicos del área metropolitana de Buenos Aires acerca de la
anticoncepción y el aborto (Ramos et al., 2001). La indagación, a través de la aplicación de
23
Los/as jefes de servicios, por su parte, se mostraron más abiertamente contrarios a la
realización de esta práctica.
estudio mostró que los/as entrevistados desconocían las condiciones en que era licito
practicar la ligadura tubaria y los requisitos administrativos para realizarla. Además, con
frecuencia la consideraban prohibida, sólo practicable por "indicación médica" y con
autorización judicial (aunque sin eliminar con esto la posibilidad de ser demandandos/as
a posteriori), y en oportunidades supeditada al consentimiento de la pareja de la mujer que
de esta práctica estuvieron entre las consignas que mayor cantidad de profesionales
juzgaron poco prioritaria (junto con la propuesta de "mejorar la calidad de la atención de
los abortos hospitalizados"). Por otra parte, la mayoría de los/as entrevistados se mostró
Por su parte, Diana Maffía (2001), quien se había desempeñado como Adjurita en la
Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, entidad que tramitaba reclamos para
acceder a la ligadura tubaria, señaló las frecuentes "barreras" para al ejercicio pleno de los
"derechos sexuales y reproductivos", entre las que destacó el desconocimiento por parte
de las mujeres, y la ausencia de mecanismos de control, participación y reclamo. El trabajo
24
asociaba "una cultura institucional poco democrática, y con una utilización del poder médico
paternalista y androcéntrica" (Maffía, 2001:30).
La politóloga Josefina Brown (2006; 2004a; 2004b) abordó "la lucha por la definición de
una política pública y un derecho ciudadano" (Brown, 2006:133) en la provincia de
Mendoza, a través del análisis de los debates parlamentarios registrados sobre el tema.
Las autoras de una publicación reciente, una médica bioeticista y una abogada,
presentaron un estudio estadístico del comportamiento de la demanda y la provisión de la
ligadura en los hospitales públicos de un partido de la provincia de Buenos Aires
(Urbandt y Bostiaricic, 2008), ampliando y actualizando los datos que una de las autoras
elaboró en un trabajo previo (Urbandt, 2002). Preocupadas por explicar las causas de lo
que entienden un "fuerte y constante incremento de pedidos de esterilización dentro del
hospital público" (Urbandt y Bostiancic, 2008: 28), las autoras señalan la dudosa
continuidad y el acceso a métodos anticonceptivos de carácter reversible, la insuficiente
"competencia moral" de las mujeres acerca de las implicancias permanentes de la
ligadura tubaria, y la resolución judicial que consideran devenida en "trámites
administrativos, fríos y burocráticos" (Urbandt y Bostiancic, 2008: 206). También
muestran, sin detenerse en el análisis, el aumento registrado en el porcentaje de prácticas
quirúrgicas autorizadas pero no efectuadas en los servicios públicos de salud sobre el
total de las autorizaciones judiciales.
25
III
resulta clave para abordar las construcciones sociales que la discusión del tema evoca: el
marco de las politicas de sexualidad y reproducción social, entendiendo que, como toda
política, implica relaciones de poder que moldean las experiencias de los sujetos y se
servicio de salud constituido en proveedor "de referencia" de esta práctica, a la luz de las
rutinas médico institucionales que median las reglas —leyes, normativas, programas— y
La noción de campo (Bourdieu, 1988; 1991) resulta útil para pensar el espacio social
distintos actores sociales o agentes participan de modo desigual, con sus prácticas,
uno en él. Las posiciones, desde las cuales los agentes actúan intentando modificar o
conservar el estado de las relaciones de fuerza, son definidas en el marco de relaciones de
hegemonía/subalternidad y por ello son relativamente variables (Bourdieu, 1991; 1988;
Para aproximarme a estos procesos resultan útiles algunos como conceptos como el de
construcción social, en tanto refiere a la compleja relación entre las representaciones ("la
articulación entre los modos de percibir, categorizar y significar") y las prácticas sociales
(las secuencias de interacción, sus modos de acción, y sus estrategias) de los sujetos
involucrados (Grimberg, 1997).15 Los procesos políticos e ideológicos comprometidos
pueden ser entendidos a la luz de lo que Bourdieu (1988) denominó luchas simbólicas, 16
para referirse a las disputas en tomo a las definiciones legítimas de las prácticas sociales.
Al mismo tiempo, para los agentes intervinientes, éstas implican disputar la legitimidad
de su injerencia sobre esas prácticas, asumiéndolas como su campo de intervención.
carácter relacional que, a partir del dimorfismo sexual —diferencias anatómicas entre
15
En este enfoque, las representaciones sociales articulan componentes cognitivos, normativos, valorativos y
emocionales.
16
Luchas que implican el despliegue de estrategias y recursos acumulados históricamente (Bourdieu, 1988;
Bourdieu y Wacquant, 1995).
27
varones y mujeres— distribuye roles, comportamientos, actitudes y formas de sentir
diferenciales entre unos y otras (León, 1995). Éste se manifiesta como un eje de la
problemática (Grimberg, 2008; 2002; 1998; 1995; Grimberg et al., 1997). La presente tesis
28
aplicación de las categorías de riesgo (de la epidemiología inicial del sida) sobre
individuos particulares. Los contenidos ambiguos que se vierten sobre estas categorías, de
acuerdo con Margulies, denotan y refuerzan las construcciones acerca de lo normal y lo
patológico, y la valoración moral de las personas y los conjuntos afectados.
conceptualización a lo largo de la tesis para, a través del análisis del material etnográfico,
explorar de qué modos y con qué sentidos los/as profesionales indagan, recuperan y
contemplan las condiciones de existencia, materiales, sociales, simbólicas, biográficas, etc.,
de las mujeres que atienden a la hora de evaluar si se trata de una "candidata" —tal como
ellos/as mismos refieren— a la ligadura tubaria o no.
La tesis está organizada en una introducción, seis capítulos que tienen como eje el
problema del acceso a la anticoncepción quirúrgica femenina en el servicio donde realicé
el trabajo de campo, conclusiones generales y el listado sistematizado de la bibliografía
[1
29
Ii regularidades y la diversidad presentes en la escena local; las prácticas concretas y las
exponen cada una de las estrategias desplegadas para la construcción de los datos y su
análisis interpretativo. Alli justifico la elección del servicio de obstetricia donde realicé el
trabajo de campo, reconocido "referente" de la ligadura tubaria, y reflexiono acerca de las
posibilidades y las dificultades que esto significó para mi trabajo. Discuto la adecuación
metodológica del trabajo etnográfico en instituciones de salud, y las particularidades que
adquirió en esta oportunidad la "entrada al campo", las interacciones cotidianas y no
tanto con los distintos sujetos, las negociaciones varias y los avatares que se presentaron
durante mi estadía allí.
30
particular en el espacio de la politica en "salud reproductiva". Se aborda el diseño del
dispositivo con el cual el servicio evalúa los pedidos de ligadura tubaria y las disputas y
negociaciones institucionales en torno a la regulación del acceso a esta práctica. Se
recuperan, también, las prácticas de otros servicios, agencias y ONGs con motivo de esta
práctica. Entre éstas, se exponen las prácticas de intervención de la Defensoría del Pueblo,
al tiempo que se analizan las modalidades de interacción de esta agencia con otros
servicios.
31
surge de la caracterización de las mujeres de menores recursos (que concurren al hospital
público) y aquellas con capacidad para negociar en el espacio "privado" la realización de
la ligadura.
32
CAPÍTULO ¡
SERVICIO DE SALUD
El campo en el que se dirime el problema politico del acceso a la ligadura tubaria exige un
abordaje etnográfico que permita conocer "desde adentro" (Heggenhougen, 1995) los
procesos de disputa y construcción de significados. Esto permite analizar el complejo
entramado social e histórico en que se despliegan las políticas públicas, desde su
definición hasta sus acciones (Danani, 2000; 1996).
Así, en tanto las políticas públicas no remiten exclusivamente a la forma legal, racional, en
la que se gobiernan las poblaciones (Wedel et al., 2005), la labor etnográfica posibiita
echar luz sobre las prácticas y los sentidos que los actores atribuyen a la cuestión, y así
aproximarse a las decisiones políticas, sus modos de implementación y sus efectos reales,
imaginados -tanto deseados como temidos-, insospechados.
Con este propósito, realicé trabajo de observación con participación, durante 2007 y 2008,
en un servicio de obstetricia de un hospital general de agudos del Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires, y entrevistas en profundidad a profesionales de salud y funcionarios
entre 2006 y 2008. El trabajo de campo incluyó la observación de actividades que los/as
profesionales del servicio seleccionado realizaron en otros espacios: convocados como
especialistas por otros servicios de la red sanitaria pública, o como expositores en jornadas
científicas. También observé los encuentros periódicos de la Coordinación del Programa
de Salud Sexual y Reproductiva con profesionales de los servicios de salud a lo largo del
curso de capacitación anual a cargo de esa coordinación. Se realizan una vez por mes
desde hace algunos años en el aula magna de un hospital general de agudos de la ciudad,
donde el Programa tiene su oficina. 17
17
Los encuentros se realizan los segundos jueves de cada mes durante la mañana, es decir, en el horario del
servicio. La convocatoria se lleva a cabo mediante memos enviados a las autoridades de los servicios
33
Mi inserción como antropóloga en el servicio para conocer los modos como se gestiona el
acceso a la ligadura tubaria, me llevó a explotar, voluntaria e involuntariamente, algunas
de mis posiciones de sujeto, tal como plantea Kelly da Silva (2005). Al respecto, esta
autora recupera la problematización del carácter supuestamente unívoco y acabado de la
identidad, al que opone, siguiendo el planteo de Henrietta Moore (1994), la construcción
fluida de una subjetividad, a través de la cual los individuos "toman urna variedade de
posiçóes de sujeito dentro de diferentes discursos", posiciones que pueden ser
contradictorias y conflictivas entre sí (Moore, 1994, citada en da Silva, 2005).
El desafío de desentrañar los sentidos que organizan aquellos modos de gestión a partir
de la inmersión en este campo no fue tarea sencilla. Implicó sobreponerme tanto a la
famffiaridad que el campo despertaba en mí, por haberme atendido durante años en un
hospital del área metropolitana de la ciudad, como un gran esfuerzo para aproximarme a
los sujetos de investigación, principalmente a los/as profesionales. De ellos me
distanciaba, sobre todo, la formación disciplinar y, en buena parte, el desconocimiento de
sus rutinas institucionales. Desde esta tensión entre la proximidad y la distancia, fundante
y característica del trabajo etnográfico, opera el ejercicio metodológico del
"extrañamiento" (Lins Ribeiro, 1986), que implica, justamente, tanto la práctica de
exotizar lo cotidiano o descotidianizar lo familiar, como entrar en contacto estrecho con lo
que al mismo tiempo se construye como "otredad" (Achiffi, 2005).
La selección de este servicio obedeció a cuestiones de diverso orden: por un lado, era
identificado por diversos actores como un servicio "amigable" y "centro de derivación"
para la provisión de una práctica comúnmente resistida por otros efectores del sistema
público de salud, y constituido en servicio de referencia para éstos y otros agentes
(Defensorías, organismos y programas del Estado; ONG de mujeres, etc.).
registrados como efectores (que solicitan y distribuyen insumos del Programa), a fin de facilitar la
participación de los/as profesionales. La asistencia y autoevaluación anónima otorgar un puntaje, lo que
funciona como un incentivo para la participación en los cursos.
34
Pór otra parte, el acceso fue facilitado por haber sido colega de estudio en el posgrado con
quien se desempeñaba en la jefatura del servicio. La jefa del servicio estaba realizando una
la "entrada al campo": el tema por indagar, expliqué, era cómo se desenvolvía el servicio,
de manera cotidiana, respecto de la práctica de anticoncepción quirúrgica femenina.
En general, como dan cuenta las etnografías hospitalarias, el acceso a estas instituciones es
celosamente regulado por otras instancias, como comités de bioética, y de docencia e
investigación. Esto es así, especialmente en cuanto a la aproximación a los "pacientes"
(Barber, 2007), pero expresa la reticencia a la observación y el cuestionamiento de las
prácticas profesionales en su espacio de trabajo (van der Geest y Finkler, 2004). El circuito
de autorizaciones formales, burocráticas, que se imponen a las investigaciones
antropológicas y sociológicas cuyo "campo" son las instituciones biomédicas, implica el
despliegue de retóricas y normativas institucionales, dispositivos y prácticas rutinarias,
microdisputas y disposición de los sujetos expuestos a la investigación, que deben ser
analizados (Margulies, 2006).
En este sentido, cabe destacar una particularidad del servició: tiene cierta trayectoria como
unidad de estudio/espacio de investigaciones de este tipo, en ocasiones seguidas de
intervenciones de capacitación profesional. De hecho, al entrar en contacto se iniciaba un
estudio exploratorio que buscaba describir actitudes y opiniones de profesionales y
mujeres operadas acerca de la ligadura tubaria. La jefa no encontró dificultades en esta
coincidencia. Fue necesario establecer acuerdos con las otras investigadoras, ex colegas de
mi centro de estudios sociológicos, una antropóloga y una socióloga, para evitar
superposiciones en el abordaje de los sujetos que entrevistaríamos.
35
presente por ese entonces, y era motivo de orgullo para la jefa del servicio, comprometida
personalmente en la labor que llevó a "su" servicio a posicionarse primero como
"pionero" y luego como "referente" en cuanto a la provisión de la ligadura tubaria. Así,
tanto el reconocimiento del servicio en estos términos, como el vínculo previo con la jefa
allanaron mi ingreso.
36
or
t trabajo de campo, concluida a fines del año 2007.
Así, esto favoreció tejer con ella relaciones, en cierta forma, en términos de pares, lo cual
implicó posibilidades y dificultades. Movida por su calurosa invitación, me encontré
participando de espacios que excedían mi interés pero que muchas veces estimé
conveniente no rechazar para consolidar mi presencia en el terreno. A partir de su ímpetu
por promover y consolidar un perfil de servicio volcado hacia la investigación sanitaria
37
me solicitó, en calidad de investiSadora, recomendaciones bibliográficas, asesoramiento
en la elaboración de proyectos y construcción y lectura de bases de datos. Estos pedidos, a
modo de contraprestaciones o "contra dádivas" (da Silva, 2005) del permiso de acceso
para desarrollar allí mi trabajo incluyeron la mencionada instancia de "devolución" y,
posteriormente, una suerte de informe de la gestión del servicio a partir de mis
observaciones. En el último apartado presento mis reflexiones sobre estos intercambios.
La dinámica del servicio estaba atravesada y caracterizada por los rasgos personales de su
jefa, quien expresaba gran entusiasmo y compromiso explícito con la perspectiva arriba
comentada. Pese a la coincidencia que señalé al respecto, sospechaba que los sentidos con
los que ella y yo cargábamos esas consignas diferían, y sólo una inmersión completa en el
terreno me permitiría averiguarlo. Comencé por participar -observando- de las reuniones
del equipo del consultorio de salud reproductiva, lo que me permitió aproximarme al
"punto de vista nativo", es decir, a las preocupaciones y los conflictos que experimentan
los/as profesionales frente a situaciones tanto rutinarias como las que les resultaban
particularmente inquietantes, aun cuando infrecuentes, y que en ese espacio eran
formuladas en sus propios términos. También se expresaban las alternativas de acción
consideradas posibles de ser llevadas adelante, y por omisión, se daba cuenta de las
excluidas.
Me advirtió que estas reuniones, idealmente semanales, irían espaciándose a lo largo del
año, hasta alcanzar una frecuencia mensual. Ella era la impulsora y coordinadora de estos
encuentros, que no continuaban cuando se ausentaba, ya sea por vacaciones o por
actividades fuera del servicio. Rara vez empezaron a horario, debido en parte a los
tiempos de atención del consultorio. Salía a buscar ella misma, o mandaba a llamar a
los/as profesionales que no estaban presentes y "retaba" a quienes se demoraban,
argumentando que era prioritario el trabajo conjunto en este espacio, aun cuando
implicara suspender momentáneamente la actividad asistencial. Al mismo tiempo,
establecía la agenda, que generalmente me anticipaba, fijaba tareas, indagaba, aceptaba o
rechazaba propuestas realizadas por el resto de las/os profesionales.
38
No estuve presente, por razones personales, en apenas un par. En casi todas ellas planteó
cuestiones referidas a la provisión de la ligadura tubaria. Cabe suponer que mi presencia
en el servicio, motivada por el interés en la gestión de esta práctica, forzó de alguna forma
su tratamiento explícito, entre otros temas relativos al desempeño del equipo, con lo que
contribuía a desbrozar los aspectos identificados como más problemáticos. Esto revela la
potencialidad del trabajo etnográfico a partir del cual, aun cuando la iriserción del
investigador/a no plantee la alteración de la realidad social que pretende abordar, su sola
presencia implica la modificación y cierta "escenificación" de las relaciones que se dan en
el campo. De hecho, es una posibilidad que, haciendo uso de su autoridad, hubiese
aprovechado mi interés en el tema para proponer sistemáticamente su discusión. Esta
hipótesis es abonada por el hecho de que, según me comentaron algunas profesionales,
en las reuniones a las que no pude asistir el tema no fue parte de la agenda, como
tampoco surgió espontáneamente. Asimismo, en ocasión de la "devolución" pactada, que
tuvo lugar en marzo del año siguiente (2008), la jefa del servicio anunció que con mi
presentación se reinauguraban los encuentros semanales, y se hicieron sugerencias de
espaciarlos, en virtud del "funcionamiento aceitado" que, juzgaron, se había alcanzado.
En efecto, la práctica de la ligadura tubaria constituía un tema con el que cotidianamente
lidiaban los/as profesionales de este servicio. Si bien la jefa no pareció revisar su
propuesta, en mi segunda etapa de campo sólo tuvieron lugar dos reuniones de este
equipo. Es difícil establecer la razón del espaciamiento de las reuniones, pero en todo
caso, confirman la sospecha de que una suerte de "puesta en escena" tenía lugar porque la
antropóloga (yo) estaba allí: sea su capacidad de mando y ejercicio de poder, sea un
particular y prioritario interés en la práctica de ligadura, o probablemente ambas.
39
este profesional resaltaba mi "extranjería" o no pertenencia a ese espacio médico
instituciona1. 18 Reconocía, al mismo tiempo, que ese mismo desplazamiento —más
cognitivo (y tal vez simbólico) que geográfico— me permitía el acceso a una instancia más
íntima, comúnmente no visible, a partir de mi inserción en "su" espacio laboral.
Poco después de ese comentario, la jefa de división contó que en otra institución la
propuesta de instalar cámaras de video en el quirófano de neonatología no prosperó
debido a la resistencia de los profesionales, por temor a ser vigilados y ser objeto de
demandas judiciales. Cuestionó esta resistencia que, en su opinión, surgía de la no
comprensión del propósito de la iniciativa: analizar a posteriori las maniobras médicas de
reanimación de recién nacidos a fin de mejorar la performance profesional. El comentario
de esta experiencia y su interpretación podrían pensarse como una analogía con el
quehacer antropológico en este espacio, y otorgarle otros sentidos (acaso funciones) a mi
presencia. De este modo, el interés por la "devolución" pactada radicaba en mi calidad de
"espectadora", cual atenta lente de una cámara. Y unido a esto, la expectativa de que
pudiera brindarles una mirada, distante y próxima a la vez, que permitiera revisar y
mejorar los procedimientos cotidianos y por eso mismo naturalizados/no cuestionados
por los propios protagonistas.
18 En otras oportunidades optó por la ironía, refiriéndose a mí como si fuera una colega del servicio "otra vez
de guardia vos?".
40
una tensión permanente. En esas reuniones, mi presencia resultó particularmente
paradigmática de la inserción como etnógraf a. Se me negaba participación por "extraña" o
"no nativa", y se forzaba una invisibiización que, en un movimiento contrario, me
incorporaba de modo subsumido, junto con el resto de las profesionales, en la estructura
jerárquica del servicio. Con sus intervenciones, en uno y otro caso, la jefa reforzó su
autoridad, al tiempo que resaltaba nuestra paridad a través de cierto conocimiento de las
técnicas de investigación cualitativas y resultados de investigaciones previas. Así, vale
explotar la "sospecha" a la que me referí más arriba, por cuanto revela la riqueza y
complejidad del trabajo etnográfico, en el que la inserción en el terreno conileva siempre
una alteración de las rutinas nativas. Hasta aquí me referí a cierta "puesta en escena" (o
exageración) de las relaciones jerárquicas, la definición de la práctica de ligadura tubaria
- entre los temas prioritarios, y el énfasis en un perfil "académico" o de investigación para
***
Me presentaba a las mujeres, siempre que se daba la oportunidad, como una estudiante
que estaba haciendo un trabajo de investigación para la facultad sobre el tema de la
19 Los cursos de orientación para el parto eran convocados en este espacio. Sin embargo, decidí no observar
esa instancia en la que, en general, participaban mujeres que atravesaban su primer embarazo y considerar
que era probable que la ligadura no fuera una opción anticonceptiva que contemplaran (tanto embarazadas
como obstétricas).
41
ligadura de trompas en los hospitales públicos de la ciudad de Buenos Aires. A partir de
esas conversaciones, se fueron imprimiendo al trabajo etnográfico otros sentidos: tanto fui
citada por ellas a modo de referente que las validaba, 20 como me vi compartiendo con
- ellas información, en general no provista por los/as profesionales, que surgía de su
curiosidad por mi tema de estudio. En ocasiones sentí incomodidad al hablar con ellas
sobre la condiciones formales de acceso a la ligadura, sobre todo al percibir su entusiasmo
con la idea, y por temor a aparecer frente a los/as profesionales qúe verían a continuación,
como una suerte de promotora de la práctica. Concluí que lo que hacía era charlar y
compartir información 21 de escasa difusión, y que lo contrario implicaba reproducir, por
Debo reconocer que la distancia social con las mujeres me resultó por momentos algo
difícil de sortear a la hora de comunicarme con ellas en la sala de espera. Esto también,
según puede observar en las consultas, constituía una fuente de dificultad en la
interacción entre ellas y las profesionales, en función de recursos diferenciales. Sin
embargo, compartir con ellas el espacio de espera durante horas, me permitió construir un
vínculo cuidadoso, de escucha atenta, respetuoso y horizontal. El tiempo en la sala de
espera me obligó a disciplinar mi cuerpo, dispuesta a soportar tanto como las mujeres que
aguardaban atenderse o sacar turno: la mayor parte del tiempo de pie, y con un frío
espantoso durante el invierno. Estas condiciones me hicieron padecer el espacio, y
percibir lo que todavía recuerdo como largas estadías, aunque las notas de campo, donde
registraba mi hora de llegada y salida del hospital, muestran que éstas se limitaban a unas
pocas horas. Al yerme, las profesionales solían comentarme que lamentaban que estuviera
haciendo "lo mío" en tales condiciones, distinguiéndome, del resto de las mujeres que
20
Por ejemplo, cuando una mujer embarazada que había solicitado la ligadura me relató, a la salida de la
consulta, que le había comentado a la profesional que su charla previa conmigo la había ayudado a confirmar
su decisión para ligarse, "y le dije que me veías muy convencida".
21
Al respecto, Barnes et al. (2003) discuten con el modelo técnico racionalista que la entiende limitada a la
instancia formal de divulgación una vez concluida la investigación. Sostienen que la "diseminación"
constituye una dimensión cotidiana de la investigación cualitativa que implica un posicionamiento ético,
político y comunicativo, llamando la atención, entre otras instancias, sobre la reflexividad como metodología
desplegada en las entrevistas.
42
aguardaban cotidianamente en esas mismas condiciones. 22
12 En cuanto a ellas, estaban naturalizadas (qué podían hacer?). A mi, en cambio, me ofrecieron, por ejemplo,
esperar en el consultorio (algo calefaccionado) hasta que llegara la profesional a cargo, y usar los sanitarios
internos, de uso exclusivo de los/as profesionales.
43
los cuales resuelven prescribir (o no) la anticoncepción quirúrgica femenina, entre otros
métodos anticonceptivos disponibles, que analizo en los capítulos V y VI.
El acceso a ese consultorio fue autorizado por la jefa del servicio, aunque supeditado a la
décisióñ dé cada una delas prófesionales, quienes tuvieroñ téacciohe diversas: álgtiirias,
en cuanto me veían en la sala de espera me invitaban a pasar; otras, sin ningún
entusiasmo, me dieron acceso sólo cuando lo solicité.
Al mismo tiempo, preferí acercarme a las mujeres citadas para el día, y hacerles conocer el
propósito de mi estadía allí y mi intención de observar las consultas con su
consentimiento. Consideré que, de esta forma, sería más fácil rehusarse, que estando
frente a un/a médico.
Una estrategia eficiente para conocer las tramitaciones en curso de la ligadura fue el
acceso a las fichas médicas de las mujeres citadas cada día para el control de su embarazo
o identificadas por la secretaria del consultorio de salud reproductiva cuando se trataba
de la primera consulta con motivo de esta práctica. 24 En esas fichas se señala quiénes
habían solicitado la práctica.
Seguramente el acceso al consultorio se vio en gran medida facilitado por el hecho de ser
yo misma una mujer, pero también en función de las múltiples relaciones de desigualdad
en las que se inserta este espacio, un servicio público de salud. En este sentido, en las
ocasiones en que quedé librada a la dinámica de atención, me encontré dentro del
consultorio sin que las mujeres supieran quién era yo, para qué estaba allí y, por supuesto,
sin que pudieran rechazar mi presencia. En esas oportunidades, la presentación
generalmente quedó en manos de la profesional a cargo del consultorio, y fui introducida
como si fuera una integrante más del servicio: "es una compañera de batalla", "es del equipo".
24
La posibilidad de esta identificación obedece a la modalidad de organización del consultorio de salud
reproductiva, que describo y analizo en el capítulo IV.
44
Desde la perspectiva de las profesionales, no era una situación problemática. Entendían
que por tratarse de un hospital docente, donde los/as estudiantes hacen sus prácticas
preprofesionales, y completan su formación médicos/as residentes y concurrentes que
rotan por allí, las mujeres estarían acostumbradas a ser vistas por varios/as profesionales a
la vez. Sin embargo, como me comentaron en la sala de espera, a muchas les disgusta
estar ante varios/as profesionales o "practicantes", como se refirieron a los/as estudiantes
o médicos más jóvenes, y más aún ser examinadas físicamente repetidas veces durante la
consulta.21 Entendiendo que estas mujeres ocupan una posición desfavorable,
25Sin embargo, sólo la profesional dedicada a la atención de adolescentes acostumbraba tomar el recaudo de
hacer salir al estudiante que observaba las consultas en ocasión de revisar a las más jóvenes. Las residentes,
por el contrario, atendían juntas en un número variable de dos a cuatro profesionales por consulta.
26
Analizo estos datos en el capítulo IV.
45
Q
Sin soslayar que para aproximarme a la perspectiva de los sujetos de estudio
(profesionales) y sostener relaciones en el tiempo debía suspender juicios de valor, de lo
contrario hubiera atentado contra la continuidad de mi trabajo presencial, 27 mi registro de
estas situaciones expresa el modo en que fue movilizada mi subjetividad 28 ante lo que
percibía como expresiones más o menos sutiles de violencia por parte del personal de
salud.29 Otras veces fueron las duras experiencias y condiciones de vida relatadas por las
27
Sin embargo, durante una consulta que hallé especialmente violenta me desvanecí. Sin pretenderlo, terminé
desempeñando el "rol del enfermo", un estado por el que no podía ser responsable, al tiempo que las médicas
se comportaron como tales conmigo, a la vez que desatendían a la mujer (abriendo la ventana por mí, ¡con ella
aún en la camilla!).
28 Una investigación reciente da cuenta del alcance que la exploración de cuestiones sensibles tiene en la
subjetividad de los/as investigadores, y señala diversos sentimientos referidos por los/as entrevistados con los
que me identifico en mi experiencia de campo: sensación de intrusión en las vidas de otros/as, culpá y
vulnerabilidad, autoexposición, extenuación (Dickson-Swift et al., 2007).
29
Y que, de cara a las alteraciones que mi sola presencia producía en las rutinas del consultorio, sospechaba
que hubieran sido aún más crudos sin mi participación en la interacción médico-paciente.
46
—"lo voy a tener que pensar"— para decidir el método que adoptarían. En torno a algunas de
estas cuestiones, también las profesionales me involucraron con la mirada. Estas
situaciones se constituyeron en objeto de problematización y análisis para esta tesis. Esto
sucedía en momentos también particulares, que motivaban y transmitían expresiones
valorativas de distinto orden. Podían ser tanto de aprobación ante el "cumplimiento"
referido por las mujeres de ciertas pautas de prevención y cuidado de la salud, como de
sorpresa, cuando se presentaba la inquietud por la ligadura tubaria en el consultorio
general. También de fastidio, indignación y malestar en otras oportunidades, al escuchar
y/o reprender a las mujeres por diversos motivos: preguntar por la anticoncepción como
si se tratara de un método convencional, "confesar" que no siguen las pautas en el uso del
preservativo o solicitar un certificado para justificar la ausencia en el trabajo debido a la
reciente colocación del DIU, no considerada motivo de indisposición. Estas miradas me
resultaron particularmente incómodas, experimentadas como una suerte de búsqueda de
complicidad, de ahí que acostumbraba, casi en un reflejo, a esquivarlas. No así cuando,
ante la evidente falta de comprensión, tan común en este espacio, las mujeres me dirigían
sus miradas, y las profesionales indagaban si habían formulado mal la pregunta. En
varias oportunidades esto me movió, sin proponérmelo, a la intervención explícita, con la
intención de aclarar el malentendido.
También intervine aportando algún tipo información y llegué, incluso, a ofrecerme para
salir a buscar elementos que hacían falta y a atender el teléfono. Mi respuesta obedecía al
temor a que la atención se viera perjudicada
47
del método a la disponibilidad de insumos, etc.
Asimismo, cuando con cierta presión la jefa del servicio me propuso abordar a las mujeres
que estuvieran internadas o en las instancias previas a realizar la ligadura, rechacé esta
alternativa: temí que esta alternativa pudiera llegar a funcionar como una suerte de
"control" último de la decisión de operarse, o garante de una decisión que se asumiría
bien tomada. Así, la inserción en el campo operó en mí subjetividad y cuerpo, de maneras
no previstas, forzando un nuevo desplazamiento subjetivo, que a partir de allí me llevó a
profundizar mis interrogantes y me obligó a tomar distancia de la mirada de los/as
profesionales.
***
48
En la "devolución" pactada compartí algunas de mis observaciones y reflexiones.
Consideré delicadamente los aspectos que mencionaría o no, sobre todo los críticos, dado
que pretendía continuar el trabajo de campo en una segunda etapa. Durante esa etapa
posterior intenté actualizar y profundizar las observaciones, así como despejar algunos
- interrogantes surgidos del análisis de los datos reunidos en la primera fase.
Durante esa jornada de intercambio, las resistencias, las justificaciones, los acuerdos y los
cuestionamientos que suscitaron mis comentarios me permitieron profundizar algunos
aspectos de la práctica y la perspectiva profesional. En esas reacciones quedaba de
manifiesto que mi trabajo de investigación realizado en el servicio había adquirido para
los/as profesionales los visos de una mirada de supervisión o control de su desempeño.
De este modo, frente a varios de mis comentarios, se detuvieron a explicarme y justificar
ciertas prácticas, reforzando mi condición foránea en ese espacio.
49
ingresar- unas y otras se disculparan exageradamente por las interrupciones de este tipo.
Por otra parte, la inserción en ese espacio se tomó más problemática, y algunas relaciones
se tensaron. Por ejemplo, ante la formulación de un conflicto entre las profesionales, una
- -
d lla eptó qu7e no - - quería discutló estando - Vo presente, y óha; duft tm7a --
consulta, le dijo a la mujer que atendía que yo estaba allí "para después darnos leña ". Este
último comentario muestra un cambio en la forma como la profesional eligió presentarme,
a la vez que evidencia una percepción diferente acerca de mi rol y el sentido de mi trabajo
allí (antes me había presentado como parte del equipo de salud).
Por último, sobre el trabajo etnográfico tuvo lugar una negociación acerca de sus usos y
sentidos hacia el final de esta segunda etapa de campo. Fue cuando la jefa del servicio me
solicitó un informe-resumen de las observaciones que formaron parte de aquella
devolución, para adjuntar a la postulación del servicio en un concurso que premiaba la
"gestión de la calidad de la atención" en salud. 3° Esta utilización se basaba en que el
trabajo etnográfico constituía, para ella, un antecedente favorable: el hecho de hacer
espacio a otra mirada profesional contribuía, per se, a elevar la calidad de la tarea
asistencial. Su interés en el material solicitado también radicaba en que incluía referencias
a cuestiones que ella interpretaba positivamente y a las que, por ello, intentaba promover
y darles visibilidad por distintos medios. Frente a este pedido, y la propuesta de
presentarme como parte del equipo de salud -credencial que, argumentó, me valdría
tener entre mis antecedentes- quedaron expuestas mis limitaciones para negociar.
Terminé por colaborar con la entrega de un resumen, en el que no dejé de incluir algunos
de los aspectos más críticos sobre las condiciones de atención, y aclaré que mi pertenencia
institucional, no se vinculaba al servicio sino a la investigación académica.
***
Entre 2006 y 2008 realicé entrevistas a profesionales de este servicio y del de ginecología
30
Concurso organizado por la Dirección General Adjunta de Programas Centrales, del Ministerio de Salud del
GCBA. Acordamos que le entregaría un resumen de las observaciones que compartí en esa instancia, sin
alterar su contenido crítico, y aclarando que no estaba vinculada al servicio.
50
del mismo hospital: médicos/as tocoginecólos/as —entre ellos/as, médicos/as de planta, de
guardia, residentes y jefes/as de servicio— quienes, en su mayoría, se desempeñan en los
distintos subsectores del sistema de salud, y licenciadas obstétricas y de trabajo social. Las
entrevistas procuraron relevar los modos que rigen históricamente la administración de la
práctica de la ligadura tubaria y los sentidos que ésta adquiere y confronta, y recuperar
transformaciones y continuidades
El corpus normativo que analizo en el capítulo 11,32 surge de las referencias realizadas por los
propios actores a medida que se fue definiendo el problema politico del acceso a la
anticoncepción quirúrgica femenina.
31
Las entrevistas fueron convertidas en texto bajo pautas estandarizadas de desgrabación (cursivas: énfasis;
( ... ): no se comprende; (entre paréntesis): observaciones nuestras; cor-: palabra cortada, interrumpida por el
propio entrevistado/a; se-pa-ra-ción: separación rítmica de palabra o frase; A: pregunta o intervención mía -
antropóloga—; M: médica/o; L.: licenciada; F: funcionario/a; [...}: supresión de un fragmento). Las entrevistas
fueron tomadas algunas de manera individual, otras, conjunta.
32
Las normas citadas allí —leyes, resoluciones, decretos, disposiciones, fallos— fueron obtenidas a través de la
Secretaría Legal y Técnica del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (en adelante GCBA):
www.buenosairesgov.ar , a excepción de la resolución 874/03 de la Secretaría de Salud, provista por la
Defensoría del Pueblo de la ciudad. También fueron revisadas las versiones taquigráficas de las sesiones de la
Legislatura porteña por la ley 418 y la Convención Constituyente. Éstas fueron obtenidas a través de la web de
la Legislatura porteña: www.legislatura.gov.ar y el sistema de información legislativa del Ministerio de
Economía y Producción: www.infoleg.gov.ar , respectivamente. A través de este sitio también accedí a la
versión taquigráfica del debate en el Senado acerca del proyecto de ley sobre anticoncepción quirúrgica.
33
La búsqueda de expedientes en los archivos de la Defensoría se realizó entre los meses de mayo y
septiembre de 2006, a través de varias palabras clave a fin de hallar la mayor cantidad posible de actuaciones
51
expedientes fue obtenido en una entrevista personal con el funcionario responsable del
área "Derecho a la Salud e Integración Social", donde se tramitaban estos casos, y con la
empleada que llevaba adelante la gestión de estas actuaciones, previo contacto telefónico
con ella. El siguiente cuadro muestra, por cada año del período considerado: a) la
cantidad total de actuaciones iniciadas; 34 b) las abordadas a partir de los documentos
"cargados" en el sistema (sólo los documentos elaborados por la propia Defensoría), y c)
las que fueron revisadas exhaustivamente a través del acceso a los expedientes físicos
(desarchivados a pedido mío):
iniciadas con motivo de la solicitud de realización de ligadura. La búsqueda: ligadura, ligamento, ligamiento,
esterilización quirúrgica, trompas, Falopio. Arrojó un total de 75 actuaciones para el período 2000-2005. El
trabajo de archivo en esta Defensoría fue concluido de acuerdo con el criterio de "saturación teórica" (Castro,
1996).
" La Defensoría denomina "actuaciones" los trámites o expedientes allí iniciados. Todos estos términos se
utilizan aquí como sinónimos.
15Búsqueda realizada en www.jusbaires.gov.ar por entrada de palabras clave (alguna de las siguientes:
ligadura, tubaria, trompas, Falopio), el 7 de noviembre de 2006.
52
Por otra parte, realicé una búsqueda de resoluciones originadas en tribunales de menor
rango (juzgados de primera instancia y cámaras de apelación) en la base de jurisprudencia
del- Fuero en lo Contencioso Administrativo y Tributario36 (en adelante Fuero CAyT),
- fuero propio del Poder Judicial de la ciudad, 37 donde es pertinente la presentación de
recursos amparo, procedimiento típico para iniciar al trámite judicial de solicitud de la
práctica de la ligadura tubaria. La búsqueda en todas las actuaciones del total de
expedientes contenidos en esta base (esto es, no sólo en el título o síntesis), produjo sólo
un caso38 vinculado al problema del acceso a la ligadura de trompas iniciado y resuelto
dentro del período señalado, mientras que otros seis fueron descartados por no estar
relacionados con el tema indicado o exceder el recorte temporal. Sin embargo, uno de los
expedientes descartados 39 —por no haber sido resuelto dentro del período seleccionado, y
vuelto abstracto en virtud de la nueva legislación respecto de la anticoncepción
quirúrgica-41 que contó con el patrocino del Defensor Oficial, me llevó a indagar en la
gestión de la Defensoría ante Juzgados de 18 Instancia del Fuero en lo Contencioso
Administrativo y Tributario41 (en adelante Defensoría CAyT) sobre solicitudes de acceso a
la práctica de la ligadura. 42 Para completar la recolección de documentos del circuito
judicial incluí una búsqueda en el fuero civil de la justicia federal en la ciudad de Buenos
Aires,43 donde generalmente se interponen las medidas referidas a prácticas médicas, sin
hallar antecedentes. 44
41Esta Defensoría pertenece al Ministerio Público de la Defensa, del Poder Judicial de la ciudad de Buenos
Aires.
42
Desde su creación, tuvieron lugar sólo cinco presentaciones ante esta Defensoría, y el mencionado caso era el único
que había alcanzado instancia judicial hasta ese momento.
43
La búsqueda se hizo a tsavés de la base de jurisprudencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil
www.pjn.gov.ar .
' La falta de antecedentes indica que las demandas fueron resueltas en primera instancia (sin que ninguna de
las partes intervinientes apelara el fallo). La recolección podría completarse con una búsqueda en el ámbito de
los juzgados, los que no cuentan con bases de datos publicadas.
53
De modo complementario, realicé entrevistas en profundidad y charlas informales con
personal de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, y de la Defensoría
CAyT a cargo del seguimiento de estos trámites. En esta última agencia, realicé una
entrevista, acordada telefónicamente, con la secretaria del Defensor Oficial, una
especialista en derecho que se desempeña en esta función desde la creación del Fuero
CAyT y su Defensoría.
el período aquí considerado, hasta mayo de 2004), entrevisté a una de las empleadas que
actualmente se desempeña en otra área de la Defensoría. Las pautas de las entrevistas
giraron en tomo a las actividades de la Defensoría en el campo de la salud y los derechos
reproductivos, en general, y al tratamiento de las solicitudes de realización de ligadura de
45
Tampoco fue posible hallar cita alguna de jurisprudencia local en la materia en la versión taquigráfica de la
182 sesión ordinaria de la Legislatura porteña —13 de julio de 2006—, donde se discutió un proyecto de
declaración en adhesión a proyectos de ley sobre la habilitación de las prácticas de anticoncepción quirúrgica
que eran tratados en la Cámara de Diputados de la Nación (expediente 1685-D-06). Sin embargo, en aquel
documento se menciona, entre los fundamentos, la práctica instituida entre los efectores públicos de salud, de
solicitar venia judicial para proceder con la práctica de ligaduras de trompas y vasectomías, calificada de
discriminatoria.
54
clinicas de pacientes del servicio.
55
CAPÍTULO II
Y DE POLÍTICA ESTATAL
entidades autárquicas como la Defensoría del Pueblo, hasta militantes del movimiento de
mujeres, profesionales de la medicina y la curia católica, participaron de la discusión,
negociación y definición que más recientemente llevó a la liberalización jurídica formal de
esta práctica.
soberanía nacional. Con esta intención se procuró aumentar su caudal humano a través de
46 Noción que encubre la desvalorización de las poblaciones nativas, las mestizas y ciertos contingentes
migratorios, y las campañas genocidas que tuvieron por blanco a las primeras.
56
la promoción de la inmigración, resumida en el lema de Juan Bautista Alberdi: "gobernar
es poblar".47
Los proyectos eugenésicos se vieron limitados por el poder político de la Iglesia Católica,
y su gravitación en la corporación médica. De este modo, las prácticas esterilizantes no se
presentaron como alternativas potables, puesto que para la Iglesia constituyen "ataques a
la dignidad humana" y atentan contra los "deberes del matrimonio canónico".49
47
La frase surge de su obra Las bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina,
Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1928 (1852), citado en M. Nari (2004).
18Para ese entonces se había completado un rápido proceso de transición demográfica iniciado en la última
década del siglo XIX (Torrado, 1993), situación que coincidió con la merma de la inmigración debido a la crisis
mundial.
19 También los dictados papales contribuyeron a esta limitación: en aquel tiempo, con motivo del aumento
mundial de las esterilizaciones, la encíclica Casti Connubii (1930) condenaba esta práctica y la del aborto, aun el
terapéutico (Felitti, 2009).
o
57
poblacional").51 Durante esos años se afirmó un movimiento internacional de promoción
de la "planificación familiar", en el que participaron una serie de agencias privadas tales
como la International Planned Parenthood Federation (IPPF), la Fundación Ford y la
-- - Fundación Rockefeller, entre otras. Finalmente, fue reconocido el "derecho humano
fundamental" de los padres a decidir libre y responsablemente el número de hijos que
desean y cuándo desean tenerlos. 52
41 los límites que la moral católica y la presión política de su Iglesia, han supuesto para las
En el seno de las Naciones Unidas (ONU), la relación entre crecimiento demográfico y desarrollo económico
-11
La autora se refiere a la reforma de los Códigos Civil, Comercial y Criminal. Con ella, se estableció la
capacidad plena de las mujeres más allá de su estado civil, se equiparó a los sexos en cuanto a derechos
civiles, y 'propiedad matrimonial, estableció la posibilidad de separación legal de mutuo consentimiento y
amplió las causales de despenalización del aborto, entre otras. Paralelamente, se fijó el uso obligatorio para las
mujeres casadas del apellido del marido (Felitti, 2009).
58
políticas públicas que refieren a cuestiones de sexualidad, reproducción, familia y
educación.
Pasados algunos años, estas actividades se vieron limitadas, primero, por el decreto
659/7411 del gobierno peronista, y luego por el decreto 3.938/77 de la última dictadura
gobierno argentino suscribió el Plan de Acción, que rechazaba el empleo de medidas coercitivas, y sólo se
opuso a los programas-de planificación familiar que privilegiaban la esterilización y el aborto (Felitti, 2009).
59
estos derechos se referían a la libertad para decidir acerca de si tener o no hijos, cuántos y
cuándo tenerlos, a la vez que ampliaban la perspectiva de la "planificación familiar". En
el discurso, estos derechos eran vinculados explícitamente a la noción de "autonomía" y
libertad de elecciones de las mujeres, apelando al orden de género, es decir, llamando la
atención para el reconocimiento de relaciones de subordinación y discriminación de éstas
y reivindicando la equidad de género (Corréa, 1997). Los "derechos reproductivos"
fueron consagrados en los noventa en conferencias auspiciadas por la ONU, 56 ligados a la
noción de "salud reproductiva", ya legitimada por la Organización Mundial de la Salud, y
a los derechos humanos (Cook, 1994). 57
democracia. Recién en 1986 el decreto 2.274 derogó los decretos restrictivos de los años
setenta. Este decreto es un hito significativo en la gestión de la sexualidad, y
especialmente en los modos de abordar la procreación, por cuanto, aun cuando no
apelaba explícitamente a la noción de "derechos reproductivos", y argumentaban razones
de salud pública, reconoció formalmente, por primera vez, "el derecho de la pareja a decidir
La Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos (Viena, 1993), la Conferencia Internacional sobre
Población y Desarrollo (El Cairo, 1994), y la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995). Los
documentos surgidos de estos encuentros se encuentran disponibles en www.un.org .
' Posteriormente, y sobre todo en Estados Unidos, la alianza política de los movimientos feministas, gays y
lésbicos, impulsó la noción de "derechos sexuales", que refiere al derecho a la autodeterminación sexual, es
decir, a disfrutar de la propia sexualidad, incluidas las orientaciones distintas de la heterosexual dominante,
sin discriminación, coerción ni violencia (Corréa, 1997).
58 Su sigla en inglés es CEDAW, por Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination Against
Women. Fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979, y
suscripta por la Argentina el 17 de julio de 1980.
19Fue sancionada por la ley 23.179 en 1985 (decreto 964) y adquirió rango constitucional con la reforma de la
Carta Magna en 1994 (incorporada junto con otros tratados y pactos internacionales en el art. 75, inc. 22). En
su art. 16 establece que los Estados se comprometen a adoptar medidas que "aseguren condiciones de
igualdad entre varones y mujeres en los derechos a elegir libre y responsablemente el número de sus hijos y el
intervalo de los nacimientos y a tener acceso a la información, la educación y los medios que le permitan
ejercer estos derechos". A partir de la firma de la CEDAW, el Estado nacional es responsable de su
seguimiento a través del Consejo Nacional de la Mujer. Si bien se firmaron en el año 2000 el Protocolo
Opcional de la CEDAW y en 2002 su Protocolo Facultativo, este último luego fue objetado y recién en marzo
de 2007, después de ser aprobado por el Senado, fue ratificado por decreto presidencial, en la gestión de
Néstor Kirchner.
libremente acerca del número y espaciamiento de los hijos ". Establecía, además, acciones de
difusión y asesoramiento sobre anticoncepción a cargo del Ministerio de Salud de la
Nación.
'Eh1a5udaddé BieñóAIié láñ6 igüiéhté dé ájuél décrétó, él góhiérno iii nkié1 püs'óeñ' -'--
marcha el "Programa de Procreación Responsable", en 1987. Esta iniciativa fue la primera
experiencia oficial en el país basada en el reconocimiento de las personas a decidir sobre
sus pautas reproductivas y en el deber del Estado de posibilitar los medios para ejercer
ese derecho, a través de información y asistencia en anticoncepción. 60 Posteriormente, el
Programa fue políticamente respaldado por la ley de salud reproductiva y procreación
responsable (418/00), de la cual tomó su nuevo nombre. El debate legislativo se dio en un
clima tenso pero más favorable al ejercicio de la sexualidad no reproductiva, en el marco
de una política pública que reconocía explícitamente los "derechos sexuales y
reproductivos".
60
En un principio, el Programa fue implementado en sólo cuatro hospitales públicos y paulatinamente se
fueron incorporando más instituciones sanitarias.
61
En el piano nacional, fueron presentados proyectos de ley sobre salud reproductiva, sin que
llegaran a tratarse o sancionarse. No obstante, el clima de debate abierto durante el tratamiento
de uno de ellos,61 los acuerdos internacionales logrados en El Cairo y Beijing, y las acciones de
-- sensibilización emprendidas por el movimiento de mujeres, contribuyeron a la discusión y
aprobación de leyes y programas provinciales y municipales de salud reproductiva (Gutiérrez,
2004; CEDES, 2003).
necesario para su sanción en la Cámara de Senadores en octubre de 2002. Entre sus objetivos,
61
Proyecto presentado por un grupo de diputadas junto con la organización de mujeres MADEL (Mujeres
Autoconvocadas para Decidir en Libertad) que fue aprobado en 1995 por la Cámara de Diputados, pero una vez
en el Senado se venció el tiempo parlamentario para su tratamiento.
62
Refiriéndose a los avatares sufridos por estos organismos desde su creación, a partir de las relaciones de
dependencia política, desjerarquización y reducción presupuestaria.
63
Estadísticas oficiales sobre la distribución de indicadores de salud sexual y reproductiva en nuestro país
muestran un perfil epidemiológico que manifiesta condiciones sociales de marcada desigualdad. Sólo a modo
de ejemplo, la tasa de mortalidad materna expresada por 10.000 nacidos vivos en el año 2003 para el total del
país fue de 4,4 (Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación/OPS, 2006). Sin embargo, el dato desagregado
por jurisdicciones indica una importante brecha entre la ciudad de Buenos Aires, donde la TMM fue de 1,2 y
las provincias de La Rioja (16,9) y Formosa (13,5), las que, de acuerdo con los indicadores socioeconómicos, se
ubican entre las más desfavorecidas. El porcentaje de población cón necesidades básicas insatisfechas en el
año 2001 en la ciudad de Buenos Aires era del 7,8%, en Formosa del 33,6% y en La Rioja del 20,4% (Ministerio
de Salud, 2006, fuente: INDEC 2003). Al mismo tiempo, un estudio reciente muestra que el seguimiento de la
mortalidad materna en el período 1980-2002 da cuenta del impacto generalizado pero desigual del contexto
político y económico sobre este indicador, en las distintas provincias argentinas (Ramos et al., 2004).
64
Para una caracterización de los procesos de exclusión social de los años noventa en Argentina, véanse
Lozano (2001) y Fleury (1998).
65
Decreto 1.282/03, publicado en el Boletín Oficial el 26 de mayo de 2003.
62
se propone "garantizar a toda la población el acceso a la información, orientación, métodos y
prestaciones de servicios referidos a la salud sexual y procreación responsable" (art. 2, inc. f) y
especifica que los métodos y elementos anticonceptivos "deberán ser de carácter reversible, no
- abortivos y transitorios, respetando los criterios o convicciones de los destinatarios" (art. 6, inc. b).
También la ley 418/00 había establecido que los métodos anticonceptivos que serían
puestos a disposición de la población debían ser reversibles, transitorios y no abortivos. 66
Las posturas más conservadoras, particularmente legisladores/as de convicciones
católicas, 67 reiteraron la oposición al aborto y el carácter abortivo de algunos métodos,
básicamente del DILJ. Proponían incluir la "objeción de conciencia" 68 para no obligar a los
profesionales a informar y/o prescribir algunos de ellos. Finalmente primó la obligación
A continuación, abordo las prácticas de distintos actores sociales en torno a este esquema
jurídico inicial, y analizo en profundidad el "Consenso de Expertos sobre Ligadura
66
El aborto está tipificado en el Código Penal de la República Argentina como delito contra la vida. La
despenalización está prevista en caso de ser practicado por un médico diplomado y con el consentimiento de la
mujer si es para evitar un peligro para la vida o la salud de la madre que no puede ser evitado por otros
medios, o si el embarazo resulta de la violación o atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o
demente, caso en el que se requiere el consentimiento de su representante legal (Libro Segundo, Título 1,
Capítulo 1, arts. 85 a 88).
67
A diferencia del posicionamiento de la Iglesia Católica, el dictamen de mayoría que finalmente fue
aprobado contó con el apoyo de Iglesias y Organizaciones Ecuménicas.
66
La "objeción de conciencia" es "una forma de desobediencia jurídica" que implica que, en virtud de sus
imperativos éticos (religiosos o no), las personas pueden, con su conducta u omisión, contrariar la ley. Para el
caso de las prácticas médicas, la Argentina reconoce —aunque de manera dispar entre jurisdicciones,
especialidades y materias de salud— como un derecho de quienes se desempeñan en este campo (Navarro
Floria, 2006: 314).
e 63
c
por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. 69
Aun cuando la ligadura tubaria estaba en líneas generales legalmente prohibida, las
mujeres no dejaron de solicitarla y practicarla. De hecho, esta práctica estuvo "desde
siempre" disponible en el sector privado mientras que su acceso fue históricamente
obstaculizado en las instituciones públicas de salud, según expresaron varios/as
profesionales entrevistados y otros actores sociales. 70 Entre los/as profesionales de la salud
que se desempeñan en las instituciones públicas, se arraigó la práctica de exigir resolución
judicial para realizar esta intervención, cuando no se negaban, sin más, en virtud del
marco jurídico que establece el espectro de prácticas médicas lícitas.71 Consideraban que al
implicar la ligadura tubaria el cercenamiento de la capacidad reproductiva de la mujer,
esta práctica se encontraba regulada, además de por la ya mencionada ley 17.132/67, por
el Código Penal (1921).72 Este último, en su libro sobre delitos, se refiere a las lesiones que
produzcan "la pérdida de un sentido, de un órgano, de un miembro, del uso de un órgano o
69
Esta Defensoría es un órgano de promoción de derechos y control sobre el Estado, ente autónomo y
autárquico creado por el art. 137 de la Constitución de esta ciudad. Una de sus capacidades es la de iniciar
investigaciones sumarias y acciones judiciales en caso de violación —por acción u omisión— de derechos. Sus
oficios y resoluciones, si bien no son vinculantes, exigen, de parte de la autoridad interpelada, una respuesta
acorde dentro de plazos fijados legalmente sin oponer reserva alguna (Ley Orgánica n° 3 de la Defensoría del
Pueblo de la CABA, art. 31).
° Analizo las prácticas y los sentidos que organizan los modos diferenciales de tratamiento en uno y otro
espacio en el capítulo V.
' Realizo aquí una apretada síntesis de lo trabajado en la tesis de maestría (del Río Fortuna, 2007a), para
recuperar etnográficamente los años en los que la gestión de la ligadura tubaria adquiría, como se irá
desplegando, similitudes y diferencias con su modalidad contemporánea.
72
Si bien estas normas también aplican para la práctica de ligadura de conductos deferentes o vasectomía, ésta
no constituye una cuestión socialmente tan problematizada como la ligadura tubaria, y cuya demanda es
menor. No obstante, exige un análisis que excede el alcance de esta tesis.
64
individual en instancias judiciales o administrativas. 73 Las presentaciones ante la
Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires fueron en aumento en tomo al
cambio de milenio.74 Frecuentemente eran los propios profesionales quienes "en vez de
requerir la autorización judicial enviaban a las pacientes a la Defensoría del Pueblo afin de que este
organismo emitiera una resolución particular para cada caso".75
Al considerar que la exigencia de autorización judicial excedía lo establecido por esta ley,
y a fin de orientar los lineamientos que una reglamentación para los servicios públicos de
salud podría seguir, la Adjuntía en Derechos Humanos y Equidad de Género de esta
Defensoría impulsó la realización del "Consenso de Expertos sobre Ligadura Tubaria",
organizado junto con la Secretaría de Salud del GCBA. A continuación analizo los
fundamentos y las estrategias relacionados con esa iniciativa. Luego abordo los
principales ejes de debate y el documento allí acordado, y, finalmente, su apropiación y
reelaboración ministerial.
73 El corpus de análisis es básicamente el material reunido en los archivos de la Defensoría del Pueblo, por los
74Los datos, se recuerda, surgen de una investigación que contempló el período 1998-2002, en el que la mitad
de los reclamos iniciados en esta agencia relacionados con temas de salud reproductiva obedecían a la
solicitud de la práctica de ligadura tubaria.
71 Extraído de la resolución 1.217/03 de la Defensoría del Pueblo de esta ciudad. En efecto, este canal fue el
utilizado por el servicio donde realicé el trabajo de campo siempre que se considerara a la ligadura como la
"indicación terapéutica" pertinente (analizo esta dinámica de organización del acceso en el próximo capítulo).
65
biología, y 2 diputadas y 1 diputado (presidenta e integrante y vicepresidente
respectivamente) de la Comisión de salud de la Legislatura porteña. Contó, además, con
la presencia de autoridades y/o representantes de las instituciones convocantes en
distintos momentos de la jornada. Hubo entre los/as invitados, quienes interpretaron
críticamente la abrupta mayoría de profesionales de la medicina y el derecho por sobre
otros saberes involucrados en el tema, bogando a su vez por la consideración de otras
perspectivas. 76
Coordinaron la actividad dos asesores de la Defensoría (uno de ellos luego sería el Jefe del
Área de Derecho a la Salud e Integración Social al momento del trabajo de campo), y la
jefa de la unidad de obstetricia del hospital "referente" (que luego sería su directora),
presentada por el desempeño de ese cargo y como presidenta de la Asociación Argentina
de Salud Sexual y Reproductiva (AASSER)Y 7 A ella se reservó la exposición final.
76La búsqueda de contenidos sobre esta práctica en Internet revela el lugar central que acerca del tema
adquiere su regulación formal: las normas están presentes en los sites oficiales de diversos órganos de
gobierno de distintas jurisdicciones (Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación, gobiernos provinciales,
defensorías públicas de distintas jurisdicciones, INADI, entre Otros), y cuando se trata de novedades
legislativas son comentadas por periódicos de alcance nacional y provinciales. Asimismo, sobre ellas se
manifiestan diversos actores sociales interesados en el tema: grupos católicos, diversidad de agrupaciones de
mujeres, feministas, y de defensa de derechos humanos, colegios profesionales de abogados, colegios y
sociedades médicas de ginecología y obstetricia. Los contenidos allí referidos serán analizados
oportimamente.
71La AASSER se constituyó en 1998, integrada por ur grupo de ginecólogos/as y obstetras "históricos" de la
Asociación Argentina de Protección Familiar (AAPF). Aller Atucha (2006)
http://www.kinsev.com.ar/noticia.12hp?id=346.
71Ejercía como procuradora la Dra. Daniela Ugolini, recientemente promovida por el actual jefe de gobierno
como candidata al Tribunal Superior de Justicia porteño. Su candidatura, todavía vigente, fue ampliamente
impugnada por organizaciones sociales y de derechos humanos que argumentan que no reúne las condiciones
de "idoneidad técnica y moral, independencia de criterio y compromiso con los derechos humanos" que el cargo exige
(Diario Crítica, 26 de octubre de 2009).
66
la Procuraduría General, también allí presente. 80 Éstos eran el requisito del consentimiento
consentimiento de su cónyuge. Establecía, además, que una comisión formada por tres
profesionales de los servicios de ginecología y/u obstetricia fuera la responsable de
evaluar, en cada caso, si ameritaba la práctica solicitada.
como un "derecho humano" que consta en instrumentos del derecho internacional con
rango constitucional (la CEDAW y el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, entre otros) y el reconocimiento del "derecho a la salud integral", en
la Constitución de la CABA.
Por otra parte, la Defensoría argumentó que la ligadura constituía "un método de
infertilización femenina, y no de esterilización, como comúnmente se cree" por no ser definitivo.
los/as profesionales la conveniencia de recurrir a esta práctica ante "una auténtica situación
de peligro para la salud entendida integralmente", sólo era necesario el consentimiento de la
80
Éstos habían sidd expresados en el Dictamen de la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires
recaído sobre el expediente 5421/00.
82
La condición de consentimiento del cónyuge es planteada por algunos actores de cara a la figura del "fraude
moral" del que podrían ser objeto los varones casados cuyas mujeres practicaran esta intervención a sus
espaldas, ya que verían así afectados sus intereses. Este "vicio" legal podría llevar a plantear la nulidad del
matrimonio, de acuerdo con el Código Civil (arts. 219 y 220).
82
Remite a la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud: "un estado de completo bienestar físico,
mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones y enfermedades ", Constitución de la Organización Mundial
de la Salud. En Documentos Básicos, Documento oficial n 8 240, Washington, 1991, p. 23).
83
Se trata del Dr. Roberto Nicholson, uno de los primeros médicos que, al promediar los años sesenta,
promocionó la planificación familiar con métodos modernos (Felitti, 2009).
67
.
instituciones privadas (.1 que afecta derechos humanos protegidos" por la normativa
mencionada, y que implica la "reducción de una persona con plenas facultades a la de una
persona incapaz, cuya voluntad sobre su propio cuerpo no resulta soberana".
Con estos argumentos, la Defensoría propuso considerar la indicación médica precisa del
médico o equipo tratante, a diferencia de la propuesta junta médica reunida a tal efecto, y
el consentimiento de la mujer en forma escrita como únicas condiciones para proceder con
la práctica de ligadura tubaria.
éstos derechos estaban reconocidos en la Constitución local y en las leyes 153/99 y 418/00,
de estas normas se mencionaba apenas el "derecho a la salud integral". Es probable que la
omisión de esta noción haya sido estratégica, habida cuenta de la resistencia presente en
ese momento. Veamos ahora cuáles fueron los ejes discutidos en ese encuentro, las
principales posiciones, los acuerdos y las disidencias, y el balance de fuerzas en esta
instancia.
11
Resolución 2070/99, en la actuación 2922/99, que es el "caso testigo" comentado a continuación. Constituye
una de las actuaciones que motivó la resolución que entró en confrontación con el dictamen de la
Procuradora.
68
[1
Entre las palabras de apertura de la jornada, la Defensora del Pueblo relató el "caso
testigo" y las acciones institucionales que siguieron, hasta la resolución de base:
"[...] el año pasado se presentó a la Defensoría del Pueblo una mujer perteneciente a los
sectores más pobres y desprotegidos de nuestra sociedad, que había sido sometida a un
número significativo de cesáreas para dar a luz a sus hijos, que había tenido serios
estado de grave riesgo. Es en esa situación que la mujer solicita ayuda para lograr la
diagnóstico que advertía sobre los graves riesgos a su vida y a su salud, en el caso de
que para poder realizarla era preciso que la paciente obtuviera una autorización judicial.
Este pedido, simple para la concepción de la autoridad médica, sumó a los graves
presentó ante el juez que la escuchó y éste, en un breve trámite, le dijo que no podía
resolver la situación, ya que la autonomía de la voluntad se maneja en el ámbito de lo
privado y no en el de la justicia. Ella era una persona mayor, en uso pleno de sus
facultades y, sólo ella podía consentir una intervención sobre su propio cuerpo. Con esta
judicial para proceder. [ ... J Ante esa situación, la Defensoría decide presentar una acción de
amparo ante el poder judicial. Ya no para pedir permiso, sino para que el juez ejerza su
poder propio, que es la coacción, para que se realice la intervención. El juez responde a
esta acción dictando una rápida, brillante y precisa sentencia en la que explica y ordena
que, ante indicación médica precisa y ante la existencia de riesgo de vida, debe
procederse a la ligadura de trompas. Casos como el relatado no son hechos aislados, sino
que suceden en forma reiterada. De allí que se realizó la recomendación que hoy es materia
de análisis (Dra. Alicia Oliveira en el Consenso de Expertos sobre Ligadura Tubaria) 85 (el
resaltado me pertenece).
69
o
86
La Dra. Cecilia Rejo, Jueza en el Tribunal Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 79.
87
Se la conoce como "posición Hooft", mientras que la denominada "solución Riquert" es la que considera
innecesaria la autorización judicial en estos casos. Los nombres corresponden a dos magistrados (Medina,
2002).
70
judicialización de ciertos pedidos y, en el caso de que lleguen a instancias judiciales,
promover una ágil resolución.
expresa en el rechazo de los pedidos en el hospital público, y accede a ellos "en privado",
mediando honorarios .88
situaciones, fue planteado por una médica del servicio "de referencia", quien expresó que:
[ ... ] cuando la mujer está en riesgo de muerte y estamos en un quirófano, y hay un estallido
uterino, todos sabemos lo que tenemos que hacer: una reparación y la ligadura de trompas,
pensando en que uno le deja el útero y elimina la posibilidad de reproducción.
88
Ante la iniquidad en el acceso de las mujeres a la ligadura tubaria de acuerdo con su posición social y las
controversias respecto de su inscripción en el esquema jurídico, el acceso a esta intervención fue comparado,
por su similitud, con el aborto.
89
Los pedidos de ligadura tubaria por parte de las mujeres a instancias del parto, constituyen una de las
situaciones más problematizadas por los/as profesionales. Se considera que ese momento no es oportuno para
que la mujer tome una decisión tan radical debido, por un lado, al estado emocional que el parto supone, y
por otro lado, porque tal decisión amerita im tiempo prolongado de reflexión (estas situaciones son analizadas
en el capítulo VI).
71
Por lo tanto, frente al riesgo percibido por el/la profesional, se plantea una única
alternativa, que no les deja lugar a dudas sobre la conveniencia de ligar las trompas en ese
mismo momento, ni del tiempo de meditación de la decisión previa al consentimiento por
parte de la mujer.
También se acordó que el recurso a esta intervención debía ser una opción excepcional,
debido a su difícil reversibilidad, y para evitar que se convirtiera en una "opción facilista",
algunos/as participantes expresaron la necesidad de mejorar la oferta de métodos
anticonceptivos seguros y reversibles. 90 Marginalmente, se enfatizó la autonomía de la
mujer para decidir realizar esta intervención y se planteó que debería estar incluida en el
programa de salud reproductiva sin quedar su acceso supeditado a la opinión médica.
90
En este sentido, se señaló la demora con que, por ese entonces, se debatía un proyecto de ley de salud
reproductiva en la Legislatura porteña. Fue aprobado unas semanas más tarde, cuando se sancionó la ley
418/00, que puso a disposición de la población métodos anticonceptivos de carácter transitorio, reversible y no
abortivos.
91
Posición planteada por la propia Defensoría y con adhesión de la mayoría de los participantes.
72
Código Penal. Principalmente, se expresó que la noción de salud refería al bienestar
general, y que la norma futura debería asumir una concepción integral de la salud, y
contemplar aspectos psicológicos y sociales, además de los biológicos, incluso del ámbito
Otra cuestión que dio lugar a disensos fue la recomendación de la Defensoría (en la
para las pacientes que deban enfrentar la decisión de prestar o no conformidad para la misma, tanto
en el momento de tomar la decisión, como con posterioridad a la intervención quirúrgica ". Los/as
participantes se expidieron sobre la pertinencia del dictamen, en cada caso, de una junta
expidiera sobre cada uno de los pedidos, hasta la exclusión de toda opinión ajena a la
Las autoridades de corporaciones médicas 92 fueron los únicos participantes que apoyaron
riesgo de muerte de acuerdo con los criterios médicos. Representaron la perspectiva más
[ ... ] una opción excepcional a adoptarse en los casos en que los métodos anticonceptivos no
puedan ser utilizados por la mujer debido a dificultades de orden físico-clínico y/o
psicológico y/o social. La ligadura tubaria será accesible a las mujeres cuando exista una
indicación terapéutica precisa por parte del médico y/o equipo interdisciplinario de salud
•tratante, basada en pronósticos que indiquen un riesgo a la vida o a la salud entendida
como una integralidad bio-psico-social.
92
Se trata del Dr. Gustavo Gruber (secretario géneral de la FASGO, Federación Argentina de Sociedades de
Ginecología y Obstetricia) y el Dr. Oscar Contrera Ortiz (presidente de la SOGIBA, Sociedad de Obstetricia y
Ginecología de Buenos Aires). Este último, paradójica o tal vez irónicamente, destacó la "heterogeneidad de
opiniones" presentes en aquel encuentro. Sostuvo que su posición se alineaba con la opinión de colegas ex
presidentes de la sociedad, tal vez como recurso de legitimación de su postura. Aclaró, asimismo, que su
posición no obedecía a "ningún tipo de orientación ni indicación confesional" (esta "aclaración" es altamente
sugerente... ¡de lo contrario!).
73
Los criterios acordados asumieron la excepcionalidad de la práctica y, como condiciones
por la Defensoría. 93
predominio de la mirada médica, que dejó de lado las voces "feministas" más radicales y
habilitación de otras que merecen ser destacadas. Por un lado, reconoció que la
orden físico-clínico yio psicológico y/o social". Esto significa que las condiciones, que hacen de
la ligadura tubaria la única alternativa en anticoncepción, no obedecen necesariamente a
exclusivamente razones de naturaleza físico-clínica (del Río Fortuna, 2007a). Por otro lado,
[ ... I no requiere autorización judicial ni consentimiento del cónyuge, ya que es una decisión
que se encuentra en el ámbito de la esfera personalísima de la mujer y en relación directa
con el médico y/o equipo interdisciplinario de salud tratante.
Los acuerdos alcanzados en la jornada demoraron casi tres años en convertirse en norma.
Li
74
Entretanto, los tres legisladores/as que participaron del Consenso junto con una cuarta
- proyectos de ley que se habían presentado. En esos proyectos se procuraba poner fin a la
y de
práctica de ligadura tubaria, "en caso de estar en riesgo la salud psíquica o física de la mujer
la familia".95 Se expresaba que el acceso a esas intervenciones se enmarcaba en el derecho a
la "autonomía personal" reconocido por el art. 19 de la Constitución Nacional, 96 y se
planteaba que:
El engorroso y sufriente camino de deambular por las distintas oficinas buscando tardías
autorizaciones debe finalizar. Para ello se debe establecer una normativa clara desde el
Parlamento Nacional, para que no existan fantasmas como el de la mala praxis u otros que
impidan a las personas ejercer sus derechos y los profesionales no tengan temor a actuar
aterdiendo las necesidades de la gente.
judicial para proceder, a la vez que se los desestima, refiriéndose a aquellos en tanto "fantasmas
94Proyecto n5 20020558, en la sesión del 26 de marzo de 2002, autoría de Clorinda Yelicic, Juliana Marino,
Jorge Casabe y Beatriz Baltroc (autores de la declaración 218/06, los/as tres primeros son los que participaron
del Consenso de Expertos).
91Proyecto n2 20020558. Las otras prácticas mencionadas son la vasectomía y la interrupción del embarazo en
caso de diagnóstico de anencefalia.
96 "Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un
tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será
obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe" (Constitución Nacional, art. 19).
97 Se refiere a la Constitución de la ciudad (art. 20, inc. 4 y 5 del art. 21 y art. 37), y la ley básica de salud
(153/99).
o 75
IU
En mayo de 2003 la entonces Secretaría de Salud del GCBA dictó la resoludón 874 (en
adelante Res. 874), que establece el procedimiento a seguir ante solicitudes de ligadura
tubaria por parte de pacientes de los servicios del sistema de salud de la ciudad. 98 La
Si bien la Res. 874 sostenía las condiciones generales para el acceso a la ligadura tubaria
[...] deben ser analizadas y resueltas en concordancia con todas las normas que
Nacional, los tratados internacionales, así también de acuerdo con lo estatuido en el art. 37
reproductivos como derechos humanos básicos y las previsiones de los art. 4 inc. a, b, e, y
n de la Ley Básica de Salud (153) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Constitución Nacional) y los derechos humanos (especificando el art. 75, inc. 22, de la
carta magna nacional y la CEDAW como instrumento particular), en la resolución cobran
98
De acuerdo con la ley 153/99, art. 10, el sistema sanitario incluye los tres subsectores: estatal (o público),
seguridad social, privado (por lo cual, en este sentido, amplía el propósito de las recomendaciones del
Consenso de Expertos).
76
protagonismo las normas referidas al desempeño profesional. Que sean éstas las
mencionadas en primera instancia, aun cuando no se las identifique explícitamente,
resulta significativo de un particular estado de correlación de fuerzas. Correlación de
- - fuerzas que se pone de manifiesto en el lugar central de la ley 17.132/67 en los debates
acerca del alcance de la permisión/prohibición de la práctica en cuestión, leída, las más de
las veces, de manera restrictiva.
público que comprometa dicha objeción tanto en la práctica asistencial pública como en la privada".
Hasta el momento, sin embargo, este registro no ha sido implementado, y así se
perpetúan las condiciones que, por omisión, permiten el ejercicio de un "doble estándar"
en detrimento de las mujeres que se asisten en los servicios públicos de salud. Cabe
destacar que la resolución misma nunca fue publicada en el Boletín Oficial, lo que permite
suponer que su circulación y conocimiento fueron restringidos.
A continuación, me ocupo de las prácticas y disputas que dieron lugar a la más reciente
Sancionada por el Senado de la Nación el 9 de agosto de 2006 y promulgada por el PEN el 28 de agosto de
2006, decreto 1.110/06 (publicada en el Boletín Oficial el 29 de agosto de 2006).
77
o
Todavía era corriente la solicitud de autorización judicial para realizar las prácticas de
anticoncepción quirúrgica en las instituciones públicas de salud, y motivo de debates en la
Comisión de Salud de la legislatura porteña, cuando seis proyectos 100 de ley sobre
anticoncepción quirúrgica iban a ser tratados en la Cámara de Diputados del Congreso
de la Nación. Estas iniciativas recibieron el apoyo de un grupo de legisladores/as porteños
a través de una declaración.101 Unos días más tarde, un resumen de aquellos proyectos
obtuvo media sanción por amplia mayoría en la Cámara baja, 102 y pasaba entonces a
tratarse en Senadores, donde fue promulgada.
prácticas en todo el país, ya que en ese momento varias provincias contaban con
regulaciones legales o ministeriales que autorizaban las intervenciones de anticoncepción
quirúrgica. 104 Para la ocasión, esta funcionaria convocó a un panel de legisladoras y
especialistas, del que participaron tres diputadas nacionales (entre ellas, la autora de uno
de los proyectos); dos legisladoras porteñas (autoras, entre otros/as de la declaración 218
arriba mencionada); la directora del hospital "de referencia" y un funcionario de la
100Proyectos de ley n° 1142-D-06, 0756-D-06, 0589-D-05, 2202-D-06, 0527-D-06 y 1028-D-05, de autoría de las
diputadas nacionales Juliana Marino (Frente para la Victoria-Partido Justicialista), Marcela Rodríguez (ART),
María Elena Barbagelata (Partido Socialista, mandato cumplido), Graciela Gutiérrez (FpV-PJ), María del
Carmen Rico (Peronismo Federal) e Irene Bosch de Sartori (FpV-PJ).
01 Proyecto n0 200601685, en la sesión del 06-07-2006. Declaración n° 218, sancionada el 13-07-2006.
102En la sesión ordinaria del 28-06-2006, con 147 votos favor, 41 en contra y 2 abstenciones, la Orden del Día n°
463 "Implementación de métodos de anticoncepción quirúrgica" (Expedientes 0589-13-05, 1028-D-05, 0527-D-
06, 1142-D-06 y 2202-D-06).
103 Virginia Franganillo.
78
EJ
En los debates dados en distintos ámbitos sobre el tema de la anticoncepción quirúrgica, 107
no había duda de que tanto quienes alentaban la liberalización del acceso a ese método,
como quienes lo resistían, coincidían en cuanto a la población que mayormente se vería
afectada: los sectores más desfavorecidos, vulnerables, pobres, y dentro de ellos, las
mujeres. Claro que el impacto esperado, temido, deseado, en cada caso, difería.
práctica una vez habilitada legalmente. 108 Sería una alternativa que les permitiría ejercer el
derecho a decidir sobre sus pautas r.eproductivas de manera eficiente, y sin llegar al
perspectiva, fue considerada nociva en virtud de la baja densidad demográfica del país. 109
Fueron recordadas las prescripciones de "el General" que motivaron las restricciones en
advirtió que la iniciativa podía habilitar la esterilización de las mujeres pobres, repitiendo
las nefastas experiencias de campañas compulsivas que tuvieron lugar a partir de leyes
diversas oportunidades, en los que difundían las experiencias de "esterilización de pobres ",
Diputados, sentando, una vez más, su visión acerca de estas intervenciones, entendidas
108Este "perfil" se sostiene en parte en las estadísticas (las pocas que hay y que surgen del sector público de
algunas provincias que ya habían reglamentado estas prácticas) y gana consenso como "candidata" a la
ligadura tubaria.
109
Al tiempo que se alerta acerca de las consecuencias del fenómeno de "envejecimiento poblacional".
110 ¿iT?do en la misma edición de Páginall2, el día que Diputados aprobó el proyecto
causas indeseables e injustas para ellas. Y me refiero a que no han tenido garantizados los
derechos básicos que el Estado debe garantizar ahora y siempre, pero que desde hace
salud.
como dije ayer, no son métodos irreversibles que, además, debieron haber estado
la crisis de aquel momento fue que, en medio de ese tiempo de debacle institucional,
política, económica y social del país, se pudo sancionar aquella ley que estuvo largamente
postergada por el Congreso en virtud de cuestiones que llevaban a soslayar datos objetivos
un paso más para garantizar los derechos que comenzaron a ser garantizados en el
país.
81
haber estado contemplados" en el abanico de métodos anticonceptivos lícitos de acuerdo con
la ley (25.673/02) que creó el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable. 111
111
Ley que, se recuerda, garantiza la disponibilidad de métodos anticonceptivos de carácter transitorio,
reversibles, y no abortivos. No obstante, el texto legal finalmente aprobado (26.130/06) dispone la
modificación de aquella, para agregar estas prácticas entre los métodos admitidos (a través del art. 8, agrega el
siguiente párrafo al art. 6, inc. b. de la ley 25.673/02: "Aceptándose además las prácticas denominadas ligadura de
trompas de Falo pio y ligadura de conductos deferentes o vasectomía, requeridas formalmente como método de
planificación familiar y/o anticoncepción"). Asimismo, establece la reescritura de la ley nacional 17.132/67, a fin de
eliminar la condición de "haber agotado todos los recursos conservadores de los órganos reproductivos" para
practicar estas intervenciones, restándole así al acceso, un requisitoj que asumía su excepcionalidad (el art. 7
' establece que el art. 20, inc. 18 de la ley 17.132/67 queda redactado como sigue: [queda prohibido a los
profesionales que ejerzan la medicina] "Practicar intervenciones que provoquen la imposibilidad de engendrar o
concebir sin que medie el consentimiento informado del/la paciente capaz y mayor de edad o una autorización judicial
cuando se tratase de personas incapaces o menores de edad".
112
El proyecto fue aprobado con 35 votos a favor y 9 por la negativa (ninguna abstención).
82
o
texto completo tal como había sido aprobado en Diputados. 113 Junto con la diligencia con
la que el proyecto fue tratado en comisiones y en el propio Senado, 114 el impulso oficialista
de esta iniciativa también se expresó en la presencia del ministro de Salud de la Nación
La ligadura tubaria fue contemplada como una opción razonable por las voces menos
conservadoras de la oposición, en caso de tratarse de "mujeres realizadas", "madres de
muchos hijos", "mujeres en riesgo". Se problematizó, en cambio, que pudiera ser
A raíz de la falta de consenso entre los propios especialistas en cuanto a sus posibilidades de reversión se
113
procuró, sin éxito, la dilatación de los plazos parlamentarios para la vuelta del proyecto a comisiones y la
posibilidad de introducir modificaciones parciales.
114Cuestionamiento realizado por el episcopado (Página/12, 28 de junio de 2006), además de congresistas
opositores.
115Sin embargo, las declaraciones públicas que éste había realizado días antes —refiriéndose a estas prácticas
en términos de irreversibles— fueron retomadas por congresistas opositores a la iniciativa, lo que revela la
coexistencia de argumentos contradictorios entre quienes avalaban el proyecto.
Predicción que fue ridiculizada por otra senadora, quien destacó que ésta surge de los sectores religiosos
116
que aún se oponen al empleo del único anticonceptivo eficaz para evitar la transmisión del virus.
117 Ley, 26.130/06, art. 6.
118Según una nota de Página/12, el tratamiento de esta propuesta enfrentó "la oposición de algunas clínicas
privadas y obras sociales que se verían afectadas por la incorporación de estas intervenciones entre las
prácticas". que, una vez aprobada esta iniciativa legal, deberían ser provistas de manera totalmente gratuita
para los beneficiarios/as.
83
o
solicitada por mujeres sin hijos, y más aún, si fueran jóvenes. 119 Incluso se expuso el temor
respecto de la probable reducción de la edad para alcanzar derechos plenos en materia
civil y comercial a los dieciocho años, edad a partir de la cual las personas podrían
acceder a estas intervenciones quirúrgicas. 120 Así, los límites de la legitimidad del recurso
a esta práctica, se muestran relativamente corredizos, a la vez que se erigen con firmeza
en torno a cierto ejercicio de la maternidad biológica.
119
Anticipando los criterios desde los cuales se definen las "candidaturas", cuestión que analizo en el capítulo
VI.
120
Lo que, en efecto, sucedió pocos años más tarde, con la sanción de la ley 26.579, promulgada el 21 de
diciembre de 2009 a través del decreto del P.E.N. n°2.113 publicado en el Boletín Oficial n°31.806, el 22-122009.
84
¡
los realizados en condiciones precarias, que resultan peligrosas para la salud y la vida de la
mujer.
El análisis del proceso que llevó la construcción de la ligadura tubaria como problema politico
y de política estatal constituye el telón de fondo para abordar históricamente las prácticas
profesionales respecto de esta intervención en un servicio particular acerca. A partir de allí, y
en relación con una diversidad de actores, en el próximo capítulo analizo las modalidades de
acceso que tuvieron lugar en los últimos tiempos, previos a la sanción de la ley 26.130/06.
85
ci]
CAPÍTULO III
En este capítulo abordo las modalidades de acceso a la práctica de ligadura tubaria que se
del servicio un determinado color. El análisis se centra en las prácticas y los distintos
dispositivos desplegados en este servicio, junto con las interpretaciones y tensiones que
surgen de las normas revisadas en el capítulo anterior. En este recorrido, que dio lugar a
los pedidos de ligadura, y la negociación que tuvo lugar sobre él. Al mismo tiempo,
El servicio donde realicé mi trabajo de campo funciona en uno de los "pabellones" 121 de
un hospital general de agudos emplazado en el área central de la ciudad de Buenos Aires.
talleres textiles en los que suele emplearse a estos/as migrantes, en condiciones de extrema
121
La denominación, frecuente en el sistema sanitario, remite a la organización militar. El surgimiento del
hospital moderno -en Europa, entre los siglos XVII y XVIII- a partir del modelo del hospital militar (y
marítimo) fue analizada por M. Foucault (1990).
86
fl
que habita las "casas tomadas" en las zonas aledañas. El ferrocarril que conecta esta parte
de la ciudad con la zona oeste del conurbano bonaerense, facilita el acceso al servicio para
las mujeres que residen alli. En los alrededores del hospital mujeres y travestis ejercen la
- prostitución a toda hora, exhibiéndose en las veredas, plazas y puertas de los varios
albergues transitorios de la zona.
Por todo ello, la jefa del servicio lo distinguió de otros, por cuanto éste "no sólo ataja pibes ".
En este sentido, valoró positivamente el hecho de que el servicio funcione íntegramente en
un único espacio físico (pabellón) —desde el consultorio de salud reproductiva hasta la
maternidad, los consultorios externos de control de embarazo, la guardia
tocoginecológica, la sala de partos y el quirófano— porque "esto facilita el trabajo ideológico"
con los/as colegas, y la consulta cotidiana entre ellos/as. Durante su gestión y la de quien
la precedió en su cargo, la labor se orientó hacia la promoción de actividades asistenciales
vinculadas a cuestiones altamente sensibles, entre ellas, la oferta del dispositivo
intrauterino (en adelante DIU), método anticonceptivo al que algunos/as profesionales
atribuyen efectos abortivos y obstaculizan su disponibilidad efectiva en los servicios
públicos, prácticas permanentemente denunciadas por organizaciones de mujeres.
122
La denominación de este consultorio varía entre los/as profesionales y el contexto de enunciación. Otras
formas de referirse a él son: "Consultorio de Salud Sexual y Reproductiva", "Consultorio de Procreación
Responsable". Decidí tomar la más extendida de ellas, en adelante utilizada sin entrecomillar. Las variaciones,
no obstante, son significativas y serán analizadas en el texto.
87
u
Los y las profesionales con más antigüedad en el hospital recuerdan la gestión de un jefe
de servicio, a principios de la década del noventa, cuya fuerte orientación religiosa
signaba la orientación del trabajo cotidiano. En aquel momento el servicio implementaba
el Programa de Procreación Responsable. La "consejería en anticoncepción" estaba a cargo
de las parteras y era realizada en el marco de los cursos sobre lactancia. Asimismo, estaba
fuertemente orientada hacia la promoción de métodos llamados "naturales" —abstinencia
periódica y coitus interruptus— y los insumos disponibles en anticoncepción eran
básicamente píldoras y DIIJs. Su provisión estaba sujeta a la realización de una serie de
estudios previos que en la gestión actual del servicio son considerados innecesarios, a la
luz de las demoras que tal procedimiento puede implicar para la adopción de estos
métodos anticonceptivos.
123Según me comentó una médica, empleados de la farmacia del hospital denunciaron estas actividades, pero
la medida no prosperó. La atención de adolescentes en cuestiones referidas a la sexualidad es objeto de
debate. En este sentido, la inclusión de los/as jóvenes como destinatarios de las acciones de la ley 418 fue una
de las más resistidas por los legisladores de convicción católica. Luego, grupos laicos vinculados a la Iglesia
Católica presentaron recursos judiciales contra la ley 418 a la que planteaban como inconstitucional porque
incorporaba métodos anticonceptivos considerados abortivos, afectaba el derecho a la vida, a la familia y el
ejercicio de la patria potestad. Estos recursos fueron desestimados por el Tribunal Supremo de Justicia. Para
un análisis de los cánones morales de las políticas públicas referidas a la sexualidad adolescente y no
reproductiva, véase del Río Fortuna y Lavigne, 2010.
88
fl
L .4
los/as profesionales:
M: No me voy a olvidar nunca de, una vez acá,' [apellido del jefe de servicio], de este
servicio de acá, nos trajo una paciente. Yo era residente creo de primero o segundo año. El,
- _.._ _eh,desdesus_(busJapalabr, -y envozhajasigue) principiosreligiosos que_tenía estaba_ --
obviamente totalmente en desacuerdo con eso. Y nos trajo una paciente y nos la sentó
enfrente de todos y nos dijo "esta señora...".
A: ¿Eso en un ateneo? U
M: Era como en esto, una especie de pase de sala, y dijo "vean, escuchen este caso", y la
mujer dijo "Sí, yo me ligué las trompas —nos mostró la [,histo ... grafía?]— (imita cierto
lamento) y ahora quiero quedar embarazada de vuelta". Y nos dijo ",vieron? Ahí está el
problema". Una anécdota nomás, pero... (Ginecólogo, de guardia, 3).
M: [ ... ] yo estoy en el servicio desde el año '92 y en ese momento ya nos cuestionábamos,
teníamos una dificultad, con el jefe histórico (que falleció), por las multicesareadas, porque
en una época había muchas multicesareadas. Donde, este señor dijo que si se enteraba que
había una sola ligadura, él se ocupaba de rajarnos, sumariamos, todo eso, o sea que es algo
que está instalado desde hace muchos años [ ... ] Eh, en realidad yo hacía algunas, y hubo un
día que, yo decía "si estoy de guardia, ¿este hombre cómo se entera que yo lo hago?".
Bueno se enteró, y ahí vino la amenaza, (imita tono de reprimenda) "que si alguno..."
Entonces lo que hacíamos con algunos residentes era tratar de apretar las trompas con una
(...) como para que (sonriendo, con incomodidad) se interrumpiera. Vigilábamos después
que no haya sangrado y decíamos "bueno, algo después le vamos a hacer". En realidad no
89
o
era cortarle, era una apretuj- una apretada con una pinza con dientes como para que se
interrumpa de esa manera, pero era todo, y hasta de eso se enteraba...
M: Tuvimos, en esa época, también tuvimos oficios judiciales para hacerlo, para hacer, me
acuerdo de un caso que era una mujer que vivía en el Patronato de la Infancia con un
problema gravísimo, social, multicesareada, y que tenía una hipertensión maligna, con una
retina ( ... ) era casi ciega, estaba en una situación terrible, y el juez había solicitado, bueno,
había autorizado la ligadura y la rechazaron, el doctor [apellido de ese jefe] le dijo que él no
lo hacía y que no iba a permitir que en su servicio se haga (Médica obstetra, jefa, 1).
La dinámica del servicio aparece así caracterizada por una fuerte jerarquía, en la que las
pautas que guiaban la actividad profesional cotidiana, dictadas desde las causas que
situaciones particulares.
riesgo de que se enterara (no así las medidas con las que, según la entrevistada,
amenazaba) a posteriori. En el relato confidente de su transgresión de las normas del
avaladas). En tal contexto, admite haber realizado estas prácticas a, por ejemplo,
"[mujeres] multicesareadas ". Como se verá, esto remite al riesgo que implicaría enfrentar un
nuevo embarazo, y debido a ese riesgo se practica la ligadura, en cierta forma,
Km
o
Cuando [nombre de pila de la jefa del servicio en ese entonces] sube a la jefatura después
de que se muere este señor [2000], ella empieza a habilitar el tema como oficialmente [ ... ]
Eh, ahí ya se empezó a hablar digamos, pero en ese momento hacíamos algo como (con
tono y gestos que transmiten un recorrido sinuoso, indirecto) a través de la Defensoría del
Pueblo que nos recomendaba, pero, una cosa así. Pero en realidad el tema instalado está
desde siempre pero asociado a la multicesareada y al alto riesgo. Pero oficialmente que se
empezó a trabajar fue después que [la jefa en ese momento] fue parte del Comité de
Expertos en el año 2000. Por eso te digo el circuito éste, instalado el tema está hace mucho,
pero que no se ponía sobre la mesa y no se armaba todo, eso fue después de que salió la
124
Organización no gubernamental vinculada al movimiento profesional de promoción de la atención de estos
aspectos de la salud, "descendiente" de la AAPF (ver capítulo II).
125 El hospital fue referente institucional del Programa Integral de Asistencia a Víctimas de Delitos Sexuales,
lanzado en noviembre de 2002 desde la Dirección General de la Mujer del Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires, y más tarde designado Centro de Coordinación y Eventual Derivación para el Tratamiento de Mujeres
() Víctimas de Agresión Sexual (a través de la Resolución de la Secretaría de Salud 2.557/03, que aprobó el
Protocolo de Acción ante Víctimas de Violación, elaborado por profesionales de este servicio de obstetricia).
126
A través de la asignación de un consultorio especialmente dedicado a "las chicas de AMMAR", como se
refieren los/as profesionales a las mujeres y travestis ligadas a esta organización (se trata de AMMAR Capital,
Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos). En el material informativo elaborado por la
organización, y que me mostraron mujeres que venían de allí para atenderse una de esas mañanas, se
identifica con nombre y apellido a la profesional referente del servicio que está a cargo de ese consultorio.
127
Se refiere a la resolución 874/03, de la Secretaría de Salud del GCBA.
91
a ser tTatada "oficialmente", aunque enfatizó el segundo de ellos, referido al lanzamiento
de la resolución 874/03 que generó las condiciones que habilitaron el tratamiento de los
pedidos de ligadura habilita. El primero refiere a la mayor visibilidad y accesibilidad que
Buenos Aires para poder realizar la ligadura tubaria. Para ello, la interesada debía
acercarse a esta agencia a fin de formular allí su pedido:
M: E ... ] la Defensoría en realidad siempre dijo que si había indicación médica ellos
no intervenían y estaba ( ... ). En realidad se cansaban mucho, no hacían todo el
circuito. Se decidían por otro método.
A: Será por eso que encontré expedientes que fueron cerrados después de un tiempo
porque la mujer no volvió...
Así, aun cuando sabían, por haber recurrido a esta agencia anteriormente, que si existía
indicación terapéutica para realizar la práctica de ligadura tubaria no era necesario otro
tipo de aval, éste y otros servicios no dejaron de solicitar su intervención. Con
conocimiento, incluso, de las dificultades para seguir el circuito propuesto.
En el caso de que las mujeres llegaran a la Defensoría, donde la presentación del reclamo
92
o
Luego, se enviaba im "oficio" a la dirección del hospital, del servicio o centro de salud
donde la mujer se atendía. En este documento se volcaban ciertos datos de la mujer:
antecedentes obstétricos, especialmente el número de cesáreas, la cantidad de embarazos
aunque hayan terminado en partos normales; problemas de salud —patologías preexistentes
y/o que se agravan, o que surgen con el embarazo, y enfermedades transmisibles por vía
materna—, y dificultades en la adopción de métodos anticonceptivos. También se
solicitaba remitir a la brevedad: 130 el diagnóstico de acuerdo con la historia clínica de la
mujer (y copia de aquella); informe si la ligadura tubaria era la indicación terapéutica
(caso contrario, las razones que impedirían tal práctica), y el informe sobre la evaluación
dlinica, los antecedentes obstétricos y psicológicos de la paciente.
Al mismo tiempo, se establecía una comunicación telefónica a partir de la cual era posible
conocer la situación de cada servicio en particular: la "posición ideológica" de la
jefatura/dirección y del personal de planta, y la disponibilidad de los recursos necesarios
93
c
para practicar la ligadura tubaria. Si se estimaba que quien resistía la realización de esta
cirugía era el/la profesional tratante, se recurría al "método del director de hospital ", como
relató risueño un funcionario de la Defensoría: un llamado a la máxima autoridad del
nosocomio en cuestión, quien luego "bajaría" al servicio la indicación de practicar la
operación. Si se trataba de una oposición por parte de la jefatura del servicio y/o dirección
del hospital, en cuyo caso el pedido de intervención de la Defensoría constituía, una
estrategia de los/as profesionales para ejercer presión sobre sus superiores, según
interpretó este funcionario, la realización de la ligadura solicitada por la mujer no estaba
garantizada. Frente a estas situaciones este ft.mcionario reconoció dos "tipos" de servicios:
a los que denominó "burocráticos", y "confesionales". Los primeros argumentaban el
temor a demandas penales ante la supuesta ilegálidad de la práctica, y por eso solicitaban
autorización de un juez para proceder, pero "al final de todas las vueltas responden bien",es
decir, terminan practicando la ligadura. Por el contrario, los "confesionales" (aunque rara
vez los/as profesionales se refieren a sí mismos de este modo), mostraban un
comportamiento similar a los anteriores pero no accedían a practicar la intervención en
cuestión.
Comité de Bioética o junta médica ad hoc, o bien, por tener que comprobar los
antecedentes referidos por la mujer (trastornos físicos y psíquicos, historia obstétrica,
dificultades en la adopción de métodos anticonceptivos):
sugerirá el método anticonceptivo indicado" (Informe del Director del hospital interpelado
94
1:)
o
en la actuación 5.451/01).
Para el caso de duda sobre los antecedentes en los que se fundaba la demanda de la
mujer, se propuso un método alternativo por tiempo indeterminado. Esto remite al
p r dl5l effa qu-e- se pt entatoda vez
Los trámites solían culminar con el dictado de una resolución, que en muchos casos
estaban rotuladas " con recomendación" Estas últimas fueron características de la gestión
que culminó en 2003. En los considerandos de las resoluciones de ese período, de•
alrededor de once páginas, se presentaban la situación personal de la mujer que solicitaba
la ligadura, así como la normativa aplicable (legislación nacional y local), la
jurisprudencia y doctriria.131
Las recomendaciones que incluyen estas resoluciones 132 eran dirigidas, por un lado, al
director/a del hospital, a quien se sugería arbitrar los medios necesarios para que los
profesionales de su institución cumplieran con la indicación terapéutica que consideraran
131
Básicamente las normas y los antecedentes judiciales que fundamentaban las resoluciones 2070/99 y 223/00
(ver capítulo II).
132
Se enviaban copias de estas resoluciones a las mujeres que habían solicitado la ligadura tubaria y a los
actores interpelados: director/a del hospital y secretario de Salud.
95
.
Cabe destacar que algunos expedientes fueron cerrados debido a la pérdida de contacto
con las mujeres demandantes. Como reconoció la profesional arriba citada, las mujeres "se
cansaban mucho, no hacían todo el circuito. Se decidían por otro método". Pese al
reconocimiento de las dificultades que implicaba para las mujeres emprender y completar
este circuito, el mismo funcionario de la Defensoría identificó a este servicio con un tercer
tipo, que calificó como "amigable". Destacó la apertura de servicios de este tipo, que "se
comportan en el marco de la ley ", y no cuestionó el recurso a la Defensoría, innecesario en el
marco de la ley. Al mismo tiempo, minimizó el costo personal para las mujeres de la
tramitación de la práctica a instancias de esta agencia.
La salida de ese circuito, por parte de las mujeres que llegaron a iniciarlo, es interpretada
- en términos de "abandono" no anunciado, y motivaban el malestar del personal que
llevaba adelante estos trámites por el tiempo invertido (del Río Fortuna, 2007a). Lo mismo
ocurría en la Defensoría del Fuero en lo Contencioso Administrativo y Tributario.
Durante el trabajo de campo tuve oportunidad de conocer a mujeres que por entonces
tenían intención de ligarse las trompas. Sin embargo, meses más tarde aún no habian
podido, por diversos motivos, volver a consultar o realizar y/o completar los estudios
quirúrgicos solicitados: falta de tiempo, reposo indicado por su obstetra, deterioro del
estado de salud de una con parálisis cerebral, precariedad habitacional. 133 Es preciso
entonces, contemplar las experiencias de vida cotidiana, desde las cuales, circuitos como
éste pueden representar serios obstáculos para las mujeres que quieren ligarse las
trompas.
o
133Cuando intenté comunicarme con una mujer que tenía indicación para practicar la ligadura al momento de
la cesárea programada (en su caso porque vivía con VIH) no pude dar con ella por haber tenido que dejar el
hotel donde vivía.
96
Aunque ninguno/a de los profesionales del servicio lo mencionó como práctica corriente o
eventual, entre las actuaciones iniciadas en la Defensoría encontré que el pedido de una
mujer que se atendía en este servicio durante este período (previo a la Res. 874) había sido
sometido a consideración del Comité de Bioética, por intervención de la dirección del
hospital. 134 Para ello se adjuntaba el informe elaborado por la jefa de división obstetricia.
Si bien allí se da cuenta de la consideración de dimensiones que refieren tanto a las
condiciones orgánicas como socioambientales, y se expresa la disposición a realizar la
práctica, ante esas consideraciones, el recurso a este órgano externo al servicio supone una
instancia más por la que debe pasar la mujer, con la consiguiente demora y exposición.
Este antecedente obliga, entonces, a relativizar la apertura de la que profesionales del
servicio hacen gala, al tiempo que explica su omisión.
La resolución 874/03
De acuerdo con la actual jefa del servicio, la Res. 874 significó un hito que dio lugar a un
tratamiento "oficial" de la práctica de ligadura tubaria. Por un lado, valiéndose de esta
norma, se comenzó a practicar la ligadura tubaria siempre por "indicación médica",
entendida como condición sine qua non, junto con la firma del consentimiento por parte de
la interesada. Es decir, ya sin dar, intervención a la Defensoría ni al Comité de úioética,
aunque nunca fue procedimiento de rutina en este servicio, mientras que era y aim lo es
en otros.
134
Se trata de la actuación 10.860/02.
97
Juvenil, al que pertenece el servicio de obstetricia. Su implementación, no obstante, se
inscribe en el espacio de las prácticas cotidianas, que implicaron tanto dejar en blanco esos
espacios, como firmar en calidad de testigos algún otro/a profesional del servicio sin
haber estado involucrado en la indicación terapéutica de esta intervención. 135
Sus profesionales coincidieron en señalar que el criterio clínico o la razón biomédica era el
límite que la Res. 874 establecía para el acceso a la ligadura, acceso que recién unos años
más tarde quedó, de acuerdo con la letra de la ley nacional 26.130/06, librado
exclusivamente a la decisión manifiesta de las personas debidamente informadas acerca
de lo que la práctica implica. Pese a que allí se definía la salud como "una integralidad bio-
psico-social ", y que las dificultades para la implementación de métodos anticonceptivos no
quirúrgicos obedecieran al "orden físico-clínico y/o psicológico y/o social", esto no llevó a
cuestionar la potestad de profesionales de la tocoginecología para valorar la conveniencia
de recurrir a la ligadura tubaria, quienes sólo en ciertos casos podrían requerir de las:
115Si bien no exploré los sentidos y las negociaciones que esta instancia pudiera implicar para los/as
profesionales que participaban, a la luz de las lógicas y las relaciones de fuerza que atraviesan la tramitación
de esta práctica, cabe suponer que también la signatura en calidad de testigo estaría supeditada a la
coincidencia en cuanto a la indicación de esta intervención.
136
Como se vio en la Introducción.
98
[ ... ] en ese momento teníamos dificultades con salud mental porque consideraban que esto
era una práctica ilegal. Entonces salud mental no quería, se abstenía de participar, o sea que
tampoco cumplía con la resolución, porque si la resolución decía que tenía que haber un
Planteada la "salida" del servicio de salud mental del circuito de evaluación de los
pedidos de ligadura, el servicio de obstetricia recurrió al de trabajo social, según refirió
una profesional de esta disciplina entrevistada, hasta que la jefa de ese servicio también se
negó a participar del proceso:
L: [ ... ] Y después la jefa, hubo un debate en donde la jefa dijo que no iba a hacer eso.
L: Porque ella sostenía, digamos desde más arriba, donde si salud mental no quería ser
parte de esto, nosotros tampoco podíamos dar cuenta y firmar esto. Porque había mucho
temor a esto de los juicios y esta cuestión. [ ... ] después a mi jefa, yo no-lo-sentía así, como
era de la jefa, entonces ella dijo: "si ustedes quieren hacerle la entrevista pueden hacérsela,
137
Entiendo que la conformación de un equipo multidisciplinario no es una condición exigida por la Res. 874,
ya que admite el acceso a la ligadura "cuando exista una indicación terapéutica precisa por parte del/la médico/a o
equipo interdisciplinario de salud tratante". De hecho, conformar un equipo multidisciplinario ad hoc habría
implicado, en cierta forma, transgredir el procedimiento que la resolución planteaba. Como se verá, no por
quedar en manos de médicos/as, las indicaciones terapéuticas —tanto sea que habilitaran o prescribieran, o
bien que contraindicaran o denegaran el recurso a la ligadura tubaria— dejaban de apelar a "condicionantes
psicosociales", "aspectos socioculturales", "riesgo social", tanto para referir el estado de salud, como al
considerar las dificultades para la adopción de métodos anticonceptivos.
99
ti
pero no le entregan nada que tenga que ver, o que diga algo de ligadura tubaria", no es
que nos prohibió que atendiéramos a las pacientes, de ninguna forma. Lo que nos prohibió
es entregar algo... (Trabajadora social, de planta, 11).
participación sistemática de profesionales del servicio social, una vez evaluados los
A: ¿Eran mujeres que ya tendrían un OK por parte de los médicos para hacerse la
intervención?
Sí, claró. De hecho iban con la derivación del doctor. Bah, primero lo habían planteado
en el consultorio, estaba armado así el dispositivo, e iban a servicio social. Y les hacíamos
firmar me acuerdo, como un consentimiento. Poníamos en el informe, bueno "se le informa
a la paciente que el método es irreversible, dice que es una decisión tomada, vino con su
pareja que está de acuerdo. [...1 no recuerdo haber hecho una entrevista donde la paciente
cambiara de opinión, o no conociera, no supiera de qué se trataba. No, no modificaba, a
pesar de que le cambiábamos el escenario: "de acá a 10 años, tenés 25, a los 35, de tu vida
sexual y reproductiva tenés 15 años más ¿no pensás que...?" en fin, y no, la verdad que no.
[...] La verdad que era, me parece, como un trámite en vano. Que vinimos a llenar un
espacio que por ahí, no sé si los médicos lo pedían ¿no?, así como (riendo) "no queremos
estar solos en esto". Y ahí bueno, "que otra mirada nos ayude". (Trabajadora social, de
planta, 11).
otra disciplina, puesto que en ese momento sólo con "indicación terapéutica" las mujeres
accedían a esta entrevista, venía a validar la decisión biomédica. Se observa también, que
representaciones y estrategias.
La resolución lo que nos permitió a nosotros fue establecer una guía de procedimientos
para todo el mundo igual, que no hubiera un, una persona o, ¿entendés? Que se pusiera
como una modalidad de trabajo, y ya no desde el consultorio de embarazo, sino también en
el consultorio de procreación.
M: Claro, pero nosotros ahí formulamos ya, en ese momento, la guía con toda la
problematización en torno a la autonomía y al consentimiento de las mujeres. O sea, ya la
guía de esa época ya habla de la cuestión de la autonomía.
Mr No, no era el espíritu de Stern, el espíritu de la resolución no era ese, tal cual. Era una
razón biomédica y además con un equipo multidisciplinario (Médica obstetra, jefa, 1).
Al tiempo que la profesional se refirió a las limitaciones que surgían del requisito de la
razón biomédica, planteó tiria perspectiva que entendía novedosa:
"la cuestión de la
autdnomía de las mujeres ". La indicación médica exigida para acceder a la práctica debía
gestión como jefa del servicio —ya había entrado en vigencia la Res. 874— esta profesional
"éCómo evaluar la decisión del usurario sobre anticoncepción permanente?" se pregunta una
101
actividades de difusión de la modalidad de provisión de la práctica de ligadura tubaria en
este servicio) 38 El documento incluye un formulario de consentimiento informado (con
una primera sección que brinla información acerca de la práctica, y una segunda parte
para ser rubricado por la interesada - y "el/los profesionales responsables del proceso de
consentimiento informado"), la revisión de algunas normas que la regulan (Res. 874; ley
17.132/67; Código Penal, art. 34) y jurisprudencia que la avaló en virtud del articulo 19 de
la Constitución Nacional. A continuación, esta guía de procedimiento incorpora el
"semáforo" propiamente dicho. 139 Allí se propone una serie de cuestiones por indagar,
entendiendo que:
Una de las responsabilidades del Equipo de Salud con las usuarias es verificar si eJia ha
138
Este material me fue facilitado por personal de la Defensoría en oportunidad de una entrevista, previa al
inicio del trabajo de campo en el servicio.
139
La última parte de esta guía se dedica a los aspectos quirúrgicos. Señala el aumento del riesgo de
morbilidad materna que implica la realización de la cesárea, y propone otro tratamiento quirúrgico
(minilaparotomía infraumbilical). Describe brevemente este procedimiento y comenta las alternativas en
cuanto a la ariestesia y el tiempo estimado de internación.
102
Preguntas Cautcla
decisión?
¿Por qué optó por Presión de otros Escuchó que puede No desea más hijos
¿Cómo tomó la Bajo presión, muy Sin tiempo, apresuradameni Luego de pensarlo e
¿Qué sabe del Poco: no sabe que es Tiene conceptos erróneos Sabe que es quirúrgico,
Disposición de ott Puede optar por otros Tiene pocos conocimientos Conoce, usó, fracasó, tiene
u horaria
consejería adicional.
103
o
sentido se incluyen tanto las relaciones familiares y de pareja (como fuente de presión u
objeción); el tiempo que la mujer lleva pensando sobre esta posibilidad; el motivo de la
decisión; su grado de conocimiento del método, y la posibilidad de recurrir a otros
métodos.
M: ¿Viste que ellos tienen un consentimiento? Un semáforo, que se usaba en ese momento,
ahora ya prácticamente no. Ellos debían, ante la solicitud de la paciente, llenar ciertos
requisitos del semáforo, bueno (enumerando): la cantidad de hijos, la edad de la paciente,
si había tenido algún trastorno en su vida que le hiciera tomar la decisión. Entonces eso iba
104
a un grupo: amarillo, rojo o verde, ¿me entendés? Eso era antes de la ley, porque era lo que
M: Claro, ¿me entendés? Si era "amarillo" o "rojo", era "no", porque es ni está segura, no
está convencida, escuchó nada más por ahí que podía haber una ligadura y lo planteó, no
sabe lo que es [...] Había vía libre, que en general el "verde" eran pacientes que venían con
A: Claro, el criterio médico (...) ¿Y nunca hubo un criterio, digamos, que no sea lo
clínico?
M: Y, antes de la ley no. No, en general era por criterio clínico (Ginecóloga, de planta, 2) (el
resaltado me pertenece).
Así, el "semáforo" fue referido como la herramienta que permitía juzgar el nivel de
distinto orden se enredan y condensan en el semáforo. En todo caso, queda claro que, si se
trataba de velar por la "decisión autónoma de la mujer", esto cabía siempre y cuando
los/as médicos aconsejaran realizar la práctica en cuestión, condición sine qua non de
blanco, sin las respuestas), fue valorada como una estrategia eficaz que permite saber el
compartirlo con quien deseen, para luego devolverlo firmado y ser incorporado a la
historia clínica:
[...1 esta instancia de llevárselo a su casa y devolverlo, lo devuelven escrito, y que ellas
mismas escriben en el semáforo lo que les parece, ¿viste? Entonces, digo, es como un
reaseguro, ahí sí que nadie me va poder juzgar... no es que está puesto el pulgar derecho.
[ ... ] Por suerte la tranquilidad que tenemos es esto de las, muchas minas que escriben esto,
105
w
entonces decís "bueno, esto no dependía del que tomaba, del que llenaba las crucecitas:
dependía de la señora, y está bueno", ¿me entendés? (Médica obstetra, 1) (el resaltado me
pertenece).
--
semáforo, de puño y letra de las propias interesadas en la práctica, fue planteada como
una instancia última de validación. Pero esta instancia requería, aunque parezca
informado, lo cual, según observé, no siempre ocurre. 14° De hecho, la discusión acerca de
[...} eso fue una decisión neurótica, que figurara el semáforo con el cual nosotros habíamos
tomado la decisión en la historia clínica. En el consentimiento informado [desde el Comité
de Bioética del hospital] querían que apareciera [ ... ] pidieron que se incorporara al
consentimiento informado, que era sólo la mitad hoja, en el reverso, el semáforo para el
consentimiento. Que estuviera en el consentimiento, o sea, que no quedara en el carnet en
poder de las mujeres, porque ese carnet perinatal se devuelve a las mujeres, se lo llevan a
su casa (Médica obstetra, jefa, 1).
prescripción médica de la ligadura, como llave de acceso a la práctica. Veamos por qué.
El servicio había implementado pegar una copia del cuadro-semáforo al carnet perinataP 41
responsabilizados por la provisión de la ligadura sin tener constancia de que las mujeres
hubieran sido debidamente informadas. A través de esta estrategia, según explicó la jefa
de servicio, era el/la profesional que había atendido a la mujer a lo largo del embarazo
140 Analizo los modos contemporáneos de implementación del consentimiento en el capítulo VI.
141 En este carnet se registran las consultas durante el control del embarazo.
106
Li
garantizaba, de este modo, que en caso de ser operadas de urgencia les fuera practicada
esta intervenciá, 142 ya que en esas circunstancias no se dispone de la historia clínica
Frente a la oposición del Comité de Bioética a que la mujer fuera portadora del
"semáforo" que la habilitaba a realizar la práctica por ella solicitada, el servicio concedió
del "semáforo" revela a este instrumento, siempre que arroje una "luz verde",
de la jefa del servicio sobre las condiciones que hicieron posible considerar "validado" por
este Comité el propio "semáforo":
M: El Comité de Bioética tuvo dos (se ríe) en realidad se confundieron. Creo que lo
entrevistadoras) ¿se acUerdan cómo fue esto? El proyecto para identificar a las mujeres, se
presentó junto con la guía, y firmaron las dos cosas juntas. [ ... ] Sé que es así porque
hicieron un solo consentimiento, y cuando yo dije (con tono fanfarrón) "pero sí, si acá se
hace", dijeron (con tono bobo) "no, eso, eso era para un estudio..." (más risas). Hubo
mucho lío con eso, después hubo mucho lío, pero mucho lío, porque el presidente del
interrumpe). Cuando salió la ley vinieron de la Defensoría para charlar con los del Comité
de Bioética, porque hay muchos lugares que insisten en el Coñ -tité de Bioética, y el
142
Es decir, que no sea desaprovechada la oportunidad quirúrgica, ya que esto implicaría someter a la mujer a
una nueva intervención para realizar la ligadura.
107
presidente quiso decir (riendo) quiso decir que él se había confundido en la firma, y quedó
como un mongui que nadie lo escuchó, y dijeron "bueno, bueno". Además el cura, porque
también en una declaración para un periódico que me habían hecho a mí, yo dije que
estaba validado por el Comité de Bioética, que incluía un cura en su, y en el periódico
apareció "validado por un cura". Entonces ahí también se armó un lío bárbaro con
Comité de Bioética, que hizo una manifestación de que ellos no habían, no había sido así,
pero bueno, nada. Tres semanas atrás el presidente del Comité había dicho dijo que él
estaba retranquilo porque sabía que eran todos semáforos verdes, .y entonces todos lo
miraron y le dijeron "pero, ¿qué querés decir con eso? —Y, que no se hacen". Se quedaron
todos como diciéndole "Cómo, ¿pero vos no manejás?" (risas) (Médica obstetra, jefa, 1).
resolución de los pedidos, los "semáforos verdes". En este equívoco, explicó la jefa del
Según refirió con ironía la misma profesional, hubo otra confusión que contribuyó a esta
sociológica, que también incluía un consentimiento informado, 143 el servicio remitió, junto
habría dado una confusión entre este consentimiento y el proyecto de investigación, por la
entrevistada se refirió al momento en que su validación adquirió estado público. Una nota
miembros hay un cura católico, ayala el procedimiento, pero no está previsto que tenga que evaluar
o
143
Se trata del proyecto de las colegas que mencioné en el capítulo 1, a quienes se dirige la profesional en un
pasaje de la entrevista.
108
.
cada caso en particular"»4 La irritación que, según me comentó, este anuncio provocó entre
los integrantes del Comité, evidencia la sensibilidad que el tema evoca, a la vez que
implica una disidencia con la postura hegemónica de la Iglesia Católica, institución que
históricamente ha condenado esta práctica. 145 No obstante, esta profesional reconoció que
el sacerdote fue el principal apoyo a la guía de entre sus colegas del Comité: a partir de su
abierta y radical oposición al aborto, entendía que la ligadura tubaria constituía i.ma
Una vez entrada en vigencia la Res. 874 el servicio ya constituía un "referente" para la
provisión de la práctica de ligadura tubaria, que venía absorbiendo la demanda que era
rechazada en otros servicios. Entre las historias clínicas revisadas, encontré notas de
mujeres de la zona oeste del Gran Buenos Aires 146 dirigidas a la directora del hospital, en
las que se solicitaba la intervención de ligadura tubaria. Las de esta ONG son
especialmente cordiales, en función del vínculo de sus integrantes con la directora del
hospital, también movilizada por los derechos que hacen a la "salud reproductiva" de las
mujeres. Según refirió la trabajadora social entrevistada, desde otros servicios sociales de
instituciones sanitarias públicas se comunicaban con sus colegas en este hospital a fin de
instrumento legal, que vos decías "bueno, esto es por una decisión política de bien ser,
146 Los elementos recabados por esta ONG para elevar el pedido al servicio son analizados en el capítulo VI.
109
.
Es común, entre los/as profesionales del servicio, hablar con orgullo de un desempeño
caracterizado por su singularidad, y orientado por la "decisión política de bien ser", según
ttédi -
entrara en vigor la ley 26.130/06 en un compromiso político que contrasta con la actitud
reticente de otros servicios a proveer esta práctica. Con esta estrategia de presentación de
un posicionamiento particular en el campo político institucional de la "salud
reproductiva", fue solapada la vigencia de la norma específica (la Res. 874), que en otras
oportunidades ella misma reconoció que había habilitado mayor apertura para la
provisión de la ligadura tubaria. Al mismo tiempo, silenciaba temores compartidos con
colegas de ese y otros servicios ante la vigencia del Código Penal. Contra esa
interpretación, en la guía de procedimiento se expresa que el art. 34 del mismo código
contempla la despenalización de la práctica cuando ésta fuera la indicación terapéutica, a
través de una intervención que sacrifica "un bien menor en aras de un bien mayor".
147
Veamos cuáles eran las modalidades de atención de los pedidos de ligadura en otros
servicios de salud y sus fundamentos.
A: Ahora, antes de que surgiera la ley de anticoncepción quirúrgica, ¿no tuvieron casos
en los que médicamente se hubiera justificado realizar la práctica, apelando a la ley de
ejercicio de la medicina, en tanto último recurso?
M: No, en la generalidad de los casos oficialmente uno hace lo que lo autoriza y permite la
ley.
147
Entiendo que se refería, en estos términos, al inc.3 del art. 34 del Código Penal sobre la inimputabilidad de
"el que causare un mal por evitar otro mayor inminente a que ha sido extraño".
110
r
-- Este profesional, jefe de unidad del servicio de ginecología del hospital donde realicé el
la práctica de ligadura de manera absoluta; y que la Res. 874, por ser una norma de rango
como un punto de inflexión, "un antes y un después" que trajo alivio a mujeres y
profesionales. No obstante, una vez que entró en vigencia, propuso dar participación al
ligadura a pedido de las mujeres. Esta estrategia fue, según explicó, desestimada a través
de un dictamen del propio Comité, por considerar que "con el aval del clínico o psicólogo que
corresponda era más que suficiente". Este "aval" implica, en rigor, someter el derecho de las
mujeres a practicar la ligadura al criterio del/la profesional, aunque con mayor diligencia
y menor exposición que la estrategia propuesta por aquel médico (evaluación a cargo del
Comité de Bioética). Teniendo en cuenta la interpretación que este jefe de unidad expresó
iniciativa para restringir el acceso efectivo de las mujeres a ella, puesto que la ley
Su colega, la jefa de división del mismo servicio, también expresó que antes de la ley
indicación terapéutica: "Previo a la ley no, la palábra es no,y mi palabra es no. Con la ley todo,
sin la ley, fuera de la ley nada, con o sin pago, nada". Más adelante en la entrevista, frente a la
situación de identificación de un riesgo clínico importante, admitió la pertinencia de la
indicación, aun cuando ésta implicara incurrir en un acto que entendía como ilícito a la
M: [ ... ] ¡resulta que la mujer tenía, clinicamente tenía los mil y un riesgos para otro
embarazo! Así que muy sabiamente quien la vio en el hospital...
A: (completando) Se jugó...
111
M: Se jugó y se la hizo.
M: Aún cuando no estaba la ley, porque hay casos y casos, que uno tiene que contemplar.
M: Claro, pero acá, ¿sabés cuál es el problema? Acá estás en un medio público, esto es un,
acá actuás como un funcionario público. Entonces (con gesto de disimulo) por ahí, sotto
yace lo podés llegar a hacer, pero con mucho cuidado, porque la cosa va, y cuando eso está
instituciones públicas quedaba sujeta al coraje de los/as profesionales (de otros servicios),
como demostró al adherir a la valoración de la actuación de aquel médico que "se jugó",
"sotto yace" como un acto de arrojo— como el rechazo a practicarla en ese servicio,
obedecen, desde -la -perspectiva-de-esta -médica, a-la posibilidad de ser objeto de demandas
penales.
servicio de obstetricia como una práctica vinculada al temor a ser sancionados en función
realizarla fue decreciendo, al tiempo que los juzgados y las defensorías todavía
interpelados comenzaron a dar un tratamiento más ágil y coactivo a los servicios para que
112
(provincia de Buenos Aires) muestra el incremento del porcentaje de pedidos de ligadura
tubaria judicialmente autorizados. Las autoras, Patricia Urbandt y María Carla Bostiaricic,
lo interpretan con alarma, a partir de proyecciones estadísticas técnicamente cuestionables
y consideran que el proceso de autor ización de estos pedidos resultó en "trámites
administrativos, fríos y burocráticos" (Urbandt y Bostiaricic, 2008: 206). Sin embargo,
desatienden el hecho de que el porcentaje de intervenciones autorizadas en instancias
judiciales, pero no efectuadas sobre el total de las autorizaciones judiciales, también fue en
aumento, lo que resalta la complejidad de las condiciones en las que se desenvuelven
estas resoluciones, que en parte son mediadas por las prácticas de los/as profesionales de
la salud.
En la ciudad de Buenos Aires, desde la Res. 874, cada vez más servicios fueron
sumándose a la provisión de esta práctica. Asimismo, la cantidad de actuaciones abiertas
por este motivo en la Defensoría del Pueblo comenzó a disminuir, año tras año, desde
2003 (como muestra el cuadro presentado en el capítulo 1). A continuación recupero las
estrategias con las que esta agencia se involucró, desde entonces, en la politica en tomo a
la ligadura tubaria.
Si bien, como se vio en el capítulo anterior, esa resólución no fue oficialmente publicada,
el jefe del área de salud de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires expresó
que la Res. 874 había sido difundida por la Secretaría de Salud del GCBA. También la
propia Defensoría contribuyó a darle visibilidad al incluirla en el Compendio Normativo 2,
que distribuyó entre los servicios de salud de la red asistencial pública. 148 Se trata de un
cuadernillo más extenso y exhaustivo que su versión anterior, producido por la gestión
previa, que compila una selección de normas, leyes, tratados internacionales, resoluciones,
148
La versión digital fue enviada por correo electrónico a los servicios, y la impresa en papel fue distribuida en
los talleres que se describen a continuación.
113
o
esta ciudad) 49 En virtud de esto, se consideró 'que "nadie puede alegar desconocimiento, y que
Memás,
orientados a difundir el esquema normativo vigente sobre las prácticas asistenciales en
salud)51 Estaban a cargo de estos talleres un abogado, una antropóloga y una trabajadora
social, todos empleados de la Defensoría. El abogado, como me señalaron en varias
relacionadas con aspectos legales, sobre todo los que se relacionan con el "fantasma de los
juicios por mala praxis ", según el funcionario a cargo del área. El estatuto fantasmagórico
que se atribuye a tales pleitos, se corresponde con la inexistencia de procesos judiciales
contra los profesionales por el hecho de haber realizado una ligadura de trompas. La
En el balance de 6ta estrategia, junto con la cantidad de profesionales que participaron -entre
149 En la primera versión se incluyen: resoluciones de la Defensoría sobre el consumo de ácido fólico para la
prevención de malformación fetal por anencefalia, la inducción del parto por diagnóstico de feto anencefálico,
la práctica de ligadura tubaria por indicación terapéutica, Consenso de Expertos sobre Ligadura Tubaria,
Tratados internacionales (CEDAW -arts. 12 y 16-, y menciona el Pacto de Derechos Civiles y Políticos; el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Convención Americana sobre Derechos
Humanos; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer);
Constitución de la CABA -arts. 20 y 37-, ley 418/439, ley 17.132 /67 -inc. 3 y 4 del art. 19; inc. 18 del art. 20-;
Código Penal -inc.. 1 y 2 del art. 86.
150Estos encuentros tuvieron lugar en los hospitales. Desde la Secretaría de Salud del GCBA fueron
convocados los servicios involucrados en la implementación del Programa de Salud Reproductiva y
Procreación Responsable a través de memos enviados a las autoridades de los hospitales.
e 114
Además de los lineamientos planteados por las autoridades de esos servicios, que se
prof esionales individuales. Aunque con distintos modos de gestión para uno y otro caso,
como se vio, una vez entrada en vigencia la Res. 874, la misión de esta agencia era
Disminución que este funcionario interpretó de manera paradójica: por un lado, reconoció
que "los números no son un reflejo de la realidad", ya que persistían dificultades para el
acceso a la práctica, lo que, por ejemplo, se observa en las derivaciones de mujeres hacia el
servicio donde hice el trabajo de campo. Por otra parte, el descenso de actuaciones
obedecía a una modalidad más informal de resolución que evitaba abrir expedientes. En
seguir de acuerdo con la Res. 874 ante las solicitudes de ligadura tubaria. Asimismo,
consideró que, sobre todo, fue la existencia de esta regulación la que habría contribuido a
disipar los "fantasmas" antes comentados. En el mismo sentido, entendió que otras
iniciativas de la Defensoría resultaron "faciitadores" de este entendimiento: el Consenso
situaciones previas similares; y el acercamiento más informal a los servicios. Estas últimas
dieron lugar a un proceso que una de las empleadas involucrada en estos trámites
salud.
Con posterioridad al dictado de Res. 874,151 se observa cierto cambio en la retórica de las
resoluciones de la Defensoría en referencia a la ley 418/00 de salud reproductiva y
151Cabe señalar que pasaron unos meses desde que ésta fue emitida hasta que fue incorporada, en los
considerandos de las resoluciones elaboradas por Defensoría, en relación con el marco normativo que
fundamentaba la posibilidad de recurrir a la ligadura tubaria en determinadas circunstancias.
115
LI
de entonces se refieren algunos de sus objetivos, recordando que esta ley se propone:
ligadura, y se inscribe la Res. 874 en el espíritu de la ley 418, ya que se señala que sus
principios constituyen el marco en el que fue dictada: allí la ligadura queda definida como
Al mismo tiempo se recuerdan las condiciones para el acceso a ella de acuerdo con esa
resolución.
Unos meses más tarde, cuando el tratamiento de estos reclamos pasó al área de salud, las
movimientos que tuvieron lugar durante el seguimiento del trámite hasta su culminación,
y cómo se resolvió la demanda. La única norma que las resoluciones de este período citan
sistemáticamente es la Res. 874, y ya no se menciona la posibilidad de iniciar acciones
judiciales. Asimismo, de las siete resoluciones de este período que indican "por problema
decisión de la mujer. Por un lado, esto parece confirmar la tendencia a recurrir a esta
agencia en circunstancias habilitadas por la normativa vigente, y por otra párte sugiere
construcción de esta política pública. Fue una de las empleadas del área de salud quien
sugirió que el posicionamiento personal de la actual Defensora del Pueblo 152 estaría entre
116
1
las causas de esa tendencia. 153 Esta interpretación puede sustentarse, por un lado, a partir
judicialmente las resistencias dogmáticas a realizar ligaduras (iniciativa que, como se vio,
formaba parte de las acciones de la gestión anterior). Por otro lado, la Defensora en ese
Por otra parte, la disminución de expedientes abiertos en el tema que nos ocupa, es común
empleada, esto es efecto de un cambio en la política institucional que recortó los vínculos
con las organizaciones de la sociedad civil y se volvió menos receptiva de los reclamós
individuales. 154
***
En este capítulo se mostraron los distintos modos en que la práctica de ligadura fue
de su autoridad en cada momento (que tiñe, también, otras actividades), al tiempo que se
revelan espacios de discrecionalidad. Fue en las dos últimas gestiones que el servicio se
perfiló como proveedor referencial para la ligadura, tanto para otros servicios como para
tanto en relación con profesionales de la salud de otras disciplinas, como a través del
recurso a la Defensoría del Pueblo, circuito que las mujeres debían recorrer para acceder a
153
Tendencia que su jefe interpretó mayormente de manera optimista, al destacar la agilidad y sensibilización
lograda entre los/as profesionales, efectos también reconocidos por esta empleada, no obstante su mayor
distanciamiento crítico.
1-14
A partir de una serie de medidas: dejó de circular una revista dirigida a organizaciones sociales vinculadas
al área y disponible en la Defensoría (que fue reemplazada por un newsletter electrónico); se levantó un
programa radial, y desapareció mucha folletería explicativa.
117
o
la práctica.
Las normas revisadas en el capítulo anterior se revelan aquí fuentes de tensiones a la vez
que dan lugar a modos de presentación "interesados" al decir de Bourdieu (1988), que se
manifiestan tanto en la mención como en la omisión de ciertas prácticas. Veamos ahora la
dinámica contemporánea del servicio.
118
CAPÍTULO IV
recorridos por las mujeres interesadas en ligarse las trompas. La logística de este servicio
El servicio de obstetricia
dispone de la mayor parte de la primera y segunda plantas de uno de los pabellones del
hospital, próximo al edificio-central de éste. Para acceder al -pabellón se debe cruzar eihall
central, tomar un pasillo que conduce al interior del predio y cruzar una de sus calles
155
El servicio está integrado por médicos/as obstetras, 7 de planta y 11 de guardia; residentes y concurrentes
de tocoginecología; residentes de medicina familiar; licenciadas obstétricas (parteras), todas de guardia
excepto una que tiene nombramiento de planta; dos licenciadas en trabajo social; varias enfermeras y agentes
de salud; una licenciada en psicología, y dos secretarias. Una de las secretarias se aboca principalmente a
tareas de recepción y entrega de turnos, y la otra, a la carga de datos para distintos programas sanitarios.
119
o
encuentran la habitación de las obstétricas y un aula para las clases, ya que se trata de un
hospital escuela.
En la segunda planta están las salas de internación del servicio, una en cada ala del
edificio, donde permanecen las mujeres que tuvieron recientemente su bebé, y las que se
recuperan de un aborto. Hacia el final de una de las salas hay dos despachos enfrentados
enfermeras, los baños de las pacientes, y una sala donde se guardan materiales
quirúrgicos y demás insumos. Junto a la puerta de acceso a esta planta (desde el descanso
Las salas de espera frente al consultorio de salud reproductiva y el registro civil (en el
primer piso), y frente a la guardia y el acceso a la maternidad (en el segundo) 157 son, en
(rodeando el ascensor), donde se disponen contra la pared algunos bancos y sillas. Están
iluminadas mayormente por la luz que entraba por las ventanas sobre las escaleras.
Entre la secretaría y los consultorios de control de embarazo hay un espacio de espera con
sillas. Sin embargo, la fila que hacían las mujeres ante la secretaría, tanto para sacar turno
como para anunciarse si estaban citadas para el día, solía llegar casi hasta la planta baja. 158
156
Esta distribución se vio afectada durante varios meses cuando comenzó la obra de modernización en el
centro obstétrico, en el primer piso. Durante ese tiempo, la guardia pasó a funcionar en la segunda planta y
muchas camas de las salas de internación en este piso quedaron ociosas.
157
Excluida la observación en el espacio de la sala de internación, no transité más que eventualmente por esta
sala de espera.
158
Volví a sorprenderme con esta imagen cuando reinicié el trabajo de campo, ya que en la primera etapa,
debido al cierre temporal de la maternidad, la cantidad de mujeres que atendieron su embarazo en el servicio
disminuyó considerablemente. Sin embargo, el tiempo de espera no se redujo, pues las mujeres que acudían
CA 120
1,
La mayoría de las mujeres, algunas con embarazos muy avanzados o con sus bebés,
disponibles. También circulaban por alli, con ropa de cama, las mujeres internadas.
- pared
piso estaban cubiertas de graffitis dirigidos a las criaturas recién nacidas que versan, por
ejemplo: "acá nació Thiago a las.... pesó.....Tu papá y tus hermanos ", "acá nació Nikol, la beba
más hermosa del mundo. Te queremos: tu papá, tus tías y primos ", "Sheila, la luz de mi vida, nació
acá", etc. En la sala de espera del primer piso un cartel: "Sres. Padres, por favor colaboren con
el hospital. No escriba las paredes", sugiere la costumbre instalada de dejar allí estos
mensajes.
Una deficitaria cartelería no permitía identificar con claridad los espacios del servicio
(consultorios, secretarías), 159 en cambio, en los espacios de espera hay una variedad de
negro) anunciaba "Curso para el parto. Aquí en maternidad lcr piso. Lunes 10.30y 14, martes y
miércoles 10.30". En otro pequeño cartel se detallaba el temario de cada una de las seis
clases del curso, y se indicaba el horario del curso especialmente dirigido a adolescentes.
También se anunciaba el día dispuesto para la atención y el control de adolescentes
embarazadas.
A las mujeres que allí se atendían se les recordaba, mediante carteles, sacar turno para la
otro cartel, poco vistoso, tamaño carta, blanco y negro, se anunciaba en letras grandes:
"solas nunca más". Informaba sobre la ley 1.040 160 y el derecho a elegir acompañante para el
parto: "preguntá en la maternidad, usá tus derechos".
tanto para atender su embarazo como para atenderse en el consultorio de salud reproductiva continuaron
siendo citadas a la misma hora, mientras que los/as profesionales acostumbraban llegar más tarde.
159
Por aquel entonces, profesionales y estudiantes de arquitectura tenían un proyecto de colaboración sobre
señalética hospitalaria para mejorar este aspecto.
160
Ley sancionada en junio de 2003 (publicada en el B.O. N° 1729, el 10 de julio de 2003) que establece el
derecho de la mujer a estar acompañada durante el trabajo de parto, el nacimiento y la internación por una
persona que ella designe.
121
También había varios afiches, coloridos, vistosos y plastificados sobre diversos temas.
Algunos promovían la lactancia materna, o la mostraban haciendo publicidad del uso del
ácido fólico (con firma de un laboratorio), o recordaba a los profesionales poner al recién
del organismos de
gobierno local y nacional, promovían el uso del preservativo bajo el lema "divertite y
cuidate" sobre una imagen de preservativos de colores varios; el, test de VIH con
información sobre los centros de salud de la ciudad donde realizarlo; el análisis de sangre
y la prevención de enfermedades del bebé.
reproductiva. Sin embargo, en algunas ocasiones la falta de espacio para las reuniones dio
lugar a disputas y malestar.
minúsculo. Cerrar la puerta una vez dentro exige un movimiento preciso para ubicarse
estrictamente entre el inodoro y el lavatorio, lo cual puede volverse una auténtica proeza
para una mujer con gran panza, y más aún si acompaña a un hijo/a pequeño. No contaba
con elementos de higiene, ni era acondicionado en el transcurso de la jornada de atención,
a pesar del uso intenso que tenía, por lo tanto el mal olor era frecuente.
Cerca de mediodía, solían acudir mujeres que ejercen la prostitución en la zona, que
procuraban ver a la profesional "de referencia", incluso fuera de los días asignados a su
atención. Luego, a excepción de los dos días a la semana que el consultorio de salud
y muy silencioso. No era raro que unas pocas mujeres, que estaban allí desde la mañana,
continuaran esperando ser atendidas para controlar su embarazo.
En las puertas del consultorio de salud reproductiva y su secretaría había carteles con la
advertencia de que "el Programa no atiende sin turno". Se informaba, además, que su
entrega, tanto para los turnos matutinos como vespertinos, se realizaba de 8 a 10.30, según
un cartel, y de 9 a 10 (retocado con marcador), según otro. Sin embargo, la secretaria, que
no iba todos los días, entregaba turnos en un horario más amplio. Cuando ella no estaba,
122
los/as profesionales entregaban los turnos, o bien, indicaban a quienes los requerían "volvé
cuando esté la secretaria ", o simplemente "volvé más tarde... o venite otro día ". La confusión
acerca de sus horarios de funcionamiento, y el incumplimiento de éstos, con frecuencia
tocaban la puerta con más o menos insistencia durante la consulta. Por otro lado, era
habitual que sus colegas ingresaran al consultorio sin tocar siquiera, porque rara vez las
profesionales trababan la puerta. Sin embargo, la trabaron cuando las entrevisté. Tal como
frecuente y por diversos motivos, sin ningún reparo por las mujeres que estaban siendo
atendidas.
Entre ambas puertas está la cartelera del servicio, donde se identifican los/as
profesionales y sus cargos, pero no está actualizada. Un gran afiche enmarcad& 61 era la
una hermosa mujer de tez muy clara, ojos azules, rasgos finos, delicadamente maquifiada,
con la leyenda "a vos que cuidas tu imagen..." y a la derecha continúa el mensaje, sobre la
desconcierto, personas con una orden casi ilegible que las refería allí. Y en una
oportunidad, una profesional del consultorio se asomó a la sala de espera y preguntó a las
mujeres allí presentes "ial guien más para pe erre?",déletreando apenás la sigla que remite a
secretaría.
Por último, cabe mencionar, que el hospital es reconocido y señalado por una placa en el
palier de entrada al edificio central que indica: "Hospital amigo de la madre y el niño",
' El afiche aclara "CELSAM colabora con este consultorio". Se trata del Centro Latinoamericano Salud.y Mujer,
una ONG en cuya dirección ejecutiva recientemente comenzaba a desempeñarse la directora del hospital.
123
o
No obstante, en virtud de las alternativas técnicas para practicar esta intervención, este
servicio debe articular sus actividades con el de ginecología. Veamos cuáles son estas
La ligadura tubaria puede ser realizada en tres instancias diferentes. Si la mujer que va a
ser intervenida está embarazada, la ligadura podrá hacerse al momento de practicar la
162
Para ser obtenida se debe dar cumplimiento a los "diez pasos a favor de la lactancia natural".
163
Las obras incluyen, además de la modernización del quirófano y la sala de partos, la construcción de dos
habitaciones individuales que permiten a las parturientas estar acompañadas con mayor privacidad durante
el trabajo de parto, el parto y la recuperación. Estas habitaciones están equipadas con mobiliario que brinda
más opciones y comodidad, en cuanto a las posiciones que la mujer quiera adoptar durante el trabajo de parto
y el alumbramiento, y con un espacio para la atención inmediata del recién nacido, sin necesidad de alejarlo
de su madre.
164
Una de las obstétricas entrevistadas comentó que la efectiva incorporación de la familia —en sentido amplio,
aclaró, ya que se admite a cualquier persona del entorno de la mujer por ella designada, no necesariamente su
pareja o familiar directo— en la sala de partos es, en el servicio, previa a la sanción de ley 1.040 y las
fotografías apuntaban a mostrar esto.
165
Se recomienda que sea a las veinticuatro horas del parto, a fin de no extender el tiempo de internación.
124
Li
de un próximo embarazo. Sin embargo, aun entre estas profesionales, esa denominación
persiste.
Tanto en mujeres que alumbraron por parto natural, como en aquellas que no han estado
recientemente embarazadas, las alternativas técnicas que se suelen considerar son la
laparotomía, la minilaparotomía o microcesárea, y la más sofisticada, laparoscopía. 166
Será, entonces, durante los controles prenatales o el parto (en el caso de las mujeres
más probablemente consulten o soliciten esta práctica quienes cuentan con algún
conocimiento de la ligadura tubaria.
Una serie de estrategias desplegadas durante los últimos años permiten al servicio de
obstetricia, aun con las dificultades que atraviesa el sector público de salud en general,
disponer de la capacidad técnica —infraestructura y recursos humanos capacitados— para
realizar la ligadura tubaria por medio de distintas técnicas quirúrgicas, que dependen del
momento reproductivo de la mujer.
En cuanto a las mujeres que no están embarazadas, la "puerta de entrada" prevista por el
servicio para la atención de consultas relativas a la ligadura tubaria, es el consultorio de
66
Las dos primeras técnicas pueden practicarse con anestesia peridural, raquídea o general. La laparotomía
consiste en realizar un corte en el abdomen, similar al de una cesárea, para poder llegar a hasta el útero y
proceder a la oclusión de las trompas. En el caso de la minilaparotomía, la incisión es más pequeña, de 2 a 5
cm. de longitud. En la laparoscopia se utiliza un laparoscopio, que es insertado en el abdomen a través de una
incisión de apenas 1 cm. Contiene un haz de fibras ópticas que permite una visión de las trompas y guía su
oclusión. Ésta se lleva a cabo mediante la inserción de otros instrumentos a través de una segunda incisión,
igualmente pequeña, realizada por debajo de la anterior. En cualquiera de los casos, la oclusión puede ser
realizada mediante distintas técnicas: por corte y sutura de ambas trompas; por electrocoagulación, o por
colocación de grapas o anillos de siliconas.
125
el
se inserta.
Sus integrantes le dedican entre una y dos jornadas por semana, y el resto se abocan a la
tercer año, 167 una médica concurrente, residentes de medicina familiar, una ginecóloga de
planta, 168 dos licenciadas obstétricas (una de planta y una guardia), una trabajadora social
Este consultorio •cuenta con la asistencia de una secretaria cuatro días a la semana.
asigna un día y horario a quienes lo solicitan. Varias mujeres son citadas cada día a la
misma hora (a las 8 de la mañana, o a las 11, o bien a las 13 los días que el consultorio
funciona por la tarde). Luego, la atención de cada jornada se resuelve por orden de
llegada. Casi siempre las profesionales comienzan a atender más tarde, y no es raro que
reprendan a las mujeres que se presentan más o menos pasada la hora asignada. Pese a
que las mujeres citadas acostumbran esperar varias horas, sólo algunas manifiestan su
malestar, aunque casi ninguna lo hizo frente a las profesionales. Otras me explicaron que,
corno conocen las demoras para ser atendidas, optan por ir más tarde a fin de esperar
menos.
Los turnos asignados son registrados en un libro, donde se consignan los datos de las
mujeres citadas. Es administrado por la secretaria del consultorio, por las obstétricas que
mujeres que parieron recientemente como las que acaban de atravesar un aborto, y
eventualmente por los/as profesionales que atienden el consultorio. Las más de las veces,
167
Quienes en segundo y cuarto año de la residencia se desempeñan en el servicio de ginecología.
168
Esta profesional, que atiende exclusivamente consultas por ligadura tubaria y vasectomía, está vinculada
formalmente al servicio de ginecología.
126
el carnet les es devuelto a las mujeres con la anotación de la próxima cita, sin ninguna
pregunta acerca de su preferencia o disponibilidad, e incluso sin avisarles que las verá
otra profesional.
En este consultorio se reciben las consultas sobre la ligadura. También se atiende a los
varones que consultan sobre vasectomía o ligadura de conductos deferentes, quienes son
derivados al servicio de urología del mismo hospital. Para ambos casos, esto se plantea
como una estrategia 17° con la cual agilizar la atención, absorbiendo las consultas donde se
procura que la sobrecarga de trabajo no sea el argumento de los otros servicios del
hospital, tanto ginçcología como urología, para rechazar la atención de estas demandas.
Funciona un día a la semana, por la mañana está a cargo la ginecóloga antes mencionada,
y por la tarde la obstétrica de planta. 171
169
Las otras especializaciones son comúnmente referidas como el "consultorio para adolescentes", el de "las
chicas de AMMAR", y el "de posaborto". Durante mi segunda etapa de campo comenzó a funcionar una
nueva especialización del consultorio de salud reproductiva, orientado a la atención de mujeres viviendo con
VIH.
170
Reciente al momento de iniciar el trabajo de campo, puesto que esta articulación fue posterior a la sanción
de la ley 26.130/06.
171
Esta profesional es coordinadora del Programa entre sus colegas. Una vez que las interesadas completaban
la ruta de estudios previos a la operación, ella las derivaba hacia la ginecóloga, a fin de obtener el turno
quirúrgico.
127
u
Según la jefa del servicio la atención de estas consultas concentradas en manos de ciertas
ligadura tubaria. Y consideró que fue una forma eficiente de organizar la atención de
mujeres derivadas hacia este servicio desde otros centros, tanto de la ciudad de Buenos
Aires como del conurbano bonaerense. La presencia de mujeres que consultaban y/o
contaban con indicación médica para realizar la ligadura tubaria, provenientes de otras
instituciones del área metropolitana, era persistente cuando hice mi trabajo de campo allí.
Muchas de ellas tenían una derivación escrita por otro/a profesional, en la que se
solicitaba su "evaluación para ligadura". Al presentarla, se les asignaba un turno para el
En otras oportunidades, y sin contar con esa derivación, algunas mujeres comentaron a la
parte, nunca presencié que la secretaria preguntara a las mujeres por su preferencia en
materia de anticoncepción. Sin embargo, la modalidad que busca concentrar las consultas
por la práctica de ligadura tubaria se asienta en una mayor publicidad de este motivo de
consulta.
Al consignar en la agenda los datos de las mujeres, tanto de las derivadas como las que
habían mencionado su interés, la secretaria del consultorio y también la de obstetricia, les
"anticipaba" lo que creía sucedería. Con una sonrisa y un guiño de ojo les entregaba el
turno, o con el comentario "venite este día que está la doctora que te va a operar";o bien con
cierta gravedad en el rostro, seria, con una ceja levantada en una expresión de duda,
secretaria me comentó que a las mujeres embarazadas que irían a tener a su bebé en otro
hospital les aclaraba que "no tienen mucha probabilidad de que las liguen, 90% de que las
128
[]
rechacen, para que se vayan mentalizando, porque no les puede dar seguridad de que serán ligadas.
A una mujer que estaba muy angustiada sí le aseguró que la ligarían, que tenía que volver después
del parto a sacar turno para operarse, que eso sí era seguro"(notas de campo). Así, se refirió a la
resistencia apracticar la ligadura tubaria en otros hospitales públicos, al tiempo que sus
consideraciones gestuales y verbales evidenciaron cierto apego y familiaridad con los
criterios médicos.
129
para atender, sobre todo al percibir la presencia de un hombre a un lado del escritorio, y
asumir que podría escuchar todo desde ahí, aunque ella y la mujer hablaban en voz baja y
el ruido ambiente era notable. En principio le pidió que se alejara, y luego procuró un
lugar con mayor privacidad y nos dirigimos al único espacio disponible, el aula del
servicio. La falta de espacio apropiado era problematizada por esta profesional, que no
contemplaba solamente la exposición que implicaba para las mujeres, sino para ella
misma. 173 En este sentido, resaltó su contribución en términos de un esfuerzo de su parte
D: [...] empecé a hacerlas ahora porque yo quería entrar a quirófano y [nombre de pila de la
jefa de obstetricia] me dejó, pero es...
111
De hecho, problematizaba estas condiciones sobre todo en relación con su trabajo, puesto que la secretaria
acostumbraba a permanecer dentro del consultorio durante estas consultas, organizando las historias clínicas,
pero también haciendo comentarios. Esta situación no la observé durante la atención de otros/as profesionales.
La disposición de las historias clínicas en el improvisado lugar de atención también constituye una forma de
descuido de la intimidad de las mujeres.
o
130
6
problemas estando en gineco, me aislaban. No sabés lo que fue al principio... ( ... ) como yo
era muy amiga de [nombra a la jefa] y estaba muy pro mujer, pro esto y pro todo lo que
ellos no querían hacer, me odiaban. Recién ahora... [...] porque no me dejaban entrar a
quirófano, hubo mucha.., pero avancé, ¿eh? Ahora recién es como que me están dando el
lugar, pero bueno, está bien.., no me importa, ¿entendés? Por algo que en realidad no era
para mí, porque es para, es decir, luchar por un derecho, a mí me parece que hay que hacer
las cosas bien, y no se estaban haciendo bien (Ginecóloga, de planta, 2).
Además de las condiciones laborales sufridas, esta profesional transmitió temores por el
posible correlato penal debido a la práctica de estas operaciones "aun sin contar con la
autorización legal. Nosotros hacíamos las ligaduras si creíamos que había riesgo para la mujer", y
dudó, incluso, si hacerlo explícito durante la entrevista, porque estaba siendo registrada
en grabador. Con ese comentario, mostró que compartía la interpretación de las normas
Cuando más tarde, a mediados de 2006, fue sancionada la ley nacional 26.130 sobre
por quienes, en un servicio y otro, sostienen haber sido "vanguardia" en esto, al tiempo
que, expresaron, procuraban que sus colegas adoptaran esta línea de trabajo.
174
Y como sugiere, por ejemplo, la propuesta realizada por el jefe de ese servicio comeiítada en el capítulo
anterior.
131
o
.
de ginecología las ligaduras tubarias en caso de mujeres que hubieran tenido su parto por
esta intervención. Este flujo se vio reforzado luego, durante el cierre temporal de la
maternidad, con el retorno de las mujeres que controlaban su embarazo en este servicio,
pero que habían tenido sus bebés en servicios donde no les practicaron la ligadura
solicitada.
Si bien los/as profesionales del servicio preveían el rechazo de los pedidos de esta práctica
en otros servicios, y se esperaba que las mujeres volvieran para ser intervenidas
trompas y que conocían esta alternativa me expresaron la dificultad que implicaría para
ellas la prolongación de su estadía en el hospital, pues tenían otros hijos/as pequeños que
con la atención de la criatura recién nacida. Básicamente para cuidar de ella y acercarle el
bebé cada vez que fuera necesario amamantarlo, para no interrumpir la preciada lactancia
Por otro lado, los/as profesionales no consideraban aconsejable esta situación, dado el
riésgo para el recién nacido/a de confraer alguna infección intráhóspitalria, más aún
acompañante tendría que ser otra mujer, ya que fuera del horario de visitas no se admitía
la presencia de varones.
Es frecuente que las mujeres reclamen e insistan en que les sea garantizada la cesárea para
Lo que sugiere, como se analiza en los próximos capítulos, el manejo de la información como un recurso
175
132
quirúrgico que la cesárea agrega al evento del parto.
Claudia era una mujer de treinta y seis años, delgada, de tez.curtida y sin algunos dientes.
Madre de siete hijos, "viuda" —se dijo— de un remisero asesinado durante un robo, y en
pareja con alguien cinco años más joven que ella. Me contó que durante el embarazo de su
sexto hijo había pedido ligarse las trompas en el hospital local, donde atendía su
embarazo, pero le explicaron que "el director la había prohibido porque no estaba permitido". Y
Claudia volvió a quedar embarazada. Fue sobre el final de este embarazo cuando decidió
viajar a controlarlo en este hospital. Le habían comentado que ahí le practicarían la
ligadura después del parto, y que se la tendrían que haber hecho antes, porque tenía
cáncer de cuello de útero, que le había sido diagnosticado antes del anteúltimo embarazo
(notas de campo). Las razones que le dieron en el hospital de su zona para no practicarle
la ligadura que había solicitado —e indicada en su caso, según profesionales de este
servicio— tanto remiten a la restricción legal como a la disposición de la autoridad de la
institución.
Durante los meses en que la maternidad funcionó apenas para la atención de algunas
o
133
o
emergencias, 176 una de las estrategias consistió, según me comentó la jefa del servicio, en
valerse del quirófano de la guardia general del hospital para realizar las ligaduras en
mujeres con indicación de cesárea. Es decir, con prescripción de cesárea por motivos
distintos de la ligadura y programada, o sea, sin tratarse de una urgencia. Sin embargo,
profesionales de guardia advirtieron la maniobra y cuestionaron la utilización de los
recursos de la guardia general, lo que obligó a limitar la cantidad de prácticas de ligadura
por esta vía. El cuestionamiento de estos profesionales sugiere cierta reticencia a practicar
la intervención, que no obedecería sólo al uso planificado de los recursos y contrario a la
lógica de funcionamiento de una guardia. 177 Otra de las medidas durante ese período fue
derivar desde este servicio a algunas mujeres con una nota firmada por su jefa y dirigida
puntualmente a• ciertos servicios, con cuyos responsables había un acuerdo previo
establecido personalmente. De este modo se procuró agilizar y garantizar la intervención
sin mayores dilaciones. 178
176
En este período la secretaria reforzó el control del tiempo de gestación de las mujeres que iban a sacar turno
por primera vez. Desde ese momento se aceptaba sólo a aquellas que, estimando la fecha de término, tuvieran
posibilidades de parir una vez finalizadas las obras. Caso contrario, se les indicaba que debían procurar
atención para controlar su embarazo en otro hospitaL excepto a aqueHas queya venían atendién -dose allí. A
éstas últimas se les advertía que, aunque pudieran seguir acudiendo a control, debían buscar un hospital para
el parto o ante cualquier emergencia.
177
La jefa del servicio atribuyó en parte, la dificultad en el trabajo de sensibilización de profesionales
empleados/as en las guardias de los servicios, al vínculo más laxo que los/as une a la institución.
Funcionarios/as de la Defensoría y del PSSyR identificaron en este sector profesional un lugar clave en cuanto
a la atención de la "emergencia reproductiva", sea que se trate de realizar la ligadura tubaria solicitada al
momento de practicar la cesárea "médicamente" indicada, o bien de administrar la anticoncepción de
emergencia, y frecuentemente denunciado por su incumplimiento. Para ello, desde estas agencias se
realizaron actividades específicas de relevamiento de información, capacitación y sensibilización.
176
Este mecanismo no era implementado en todos los casos. Cuando comenté a una de las secretarias la
situación de una mujer que tendría su tercera cesárea y quería ligarse, pero aún no sabía en qué servicio iría a
tener a su bebé (y por eso no sabía si le practicarían esta intervención) ella me respondió que no todas las
profesionales apelaban a este recurso —y sospechaba quién sería su médica tratante— lo que consideró
expresión de la reticencia a practicar esta intervención. Agregó que "en esos casos (mujeres con cesáreas
anteriores y con cesárea programada) si bien la res ponsabilidad es médica, una tiene que dar esa información ", yme
alenté a que, como ella, les hiciera saber de esta opción. Entre otros dispositivos para la administración del
acceso a esta práctica, la disposición a informar y echar mano de este recurso, será retomada en el capítulo VI,
134
en ella, 179 aunque ésta fue expresada informalmente ante sus colegas, puesto que el
registro de objetores no ha sido aún formalizado. A fin de garantizar la práctica a mujeres
que deban ser atendidas de urgencia, desde el año 2005 el servicio cuenta con dos
obstetras en todas las guardias. Así, si una mujer que realizará la ligadura a instancias del
parto debe ser intervenida en el transcurso de la jornada de trabajo de este profesional, su
colega practicará la intervención.
Este profesional es hijo de un antiguo jefe del servicio, quien fue antecesor en ese puesto de la profesional
179
135
tanto de orgullo como de malestar, al tiempo que se recuperan las prácticas de otros
Reproductiva del GCBA y de la Defensoría del Pueblo de esta ciudad respecto del circuito
Reconocimiento y tensiones
derivación desde otros servicios hacia éste, dio lugar a su consolidación como "centro de
referencia" para esta práctica. Y esta trayectoria fue capitalizada científica y políticamente.
En la medida en que supuso una línea de trabajo original, el equipo profesional "invirtió"
Esto le permitió al servicio, de acuerdo con los/as profesionales, "paliar" de alguna forma
los/as profesionales, no sólo de quienes estaban en la etapa de formación. Así, a través del
Al referirse a la labor del servicio sobre los pedidos de ligadura y otras cuestiones
controvertidas, 181 especialmente frente a sus colegas en otros servicios, 182 los/as
181
Entre otras, como la 'consejería pre y pos aborto" y una modalidad expeditiva en la prescripción de
métodos, que serán consideradas en el próximo capítulo.
136
[J
modalidad de resolución en uno y otro servicio. Señaló que en esa maternidad sólo
practicaban las ligaduras al momento de la cesárea y después del cumplimiento de los
requerimientos allí establecidos y no exigidos por la ley. Juzgó restrictivos esos requisitos,
y promocionó el uso del "semáforo" como una herramienta adecuada, que había sido
construida por su servicio, para evaluar los pedidos de ligadura y funcionar ante las
guardias, 183 sin reparar en las tensiones que éste genera. Se resaltaron entonces las
cuando todo marcha, se suben y quieren captar todo", porque, se dijo, habían propuesto
concentrar las ligaduras "de posparto". La jefa expresó que esto les quitaría el lugar
reconocjdo que fenían desdehácía treinta años como eféctorés dél Prograña, "con una
cobertura de 5000 pacientes al año, y no tienen derecho a llevarse eso ". Al repetir varias veces
que la antigüedad del servicio era de treinta años, alguien la corrigió, pues en realidad
habían transcurrido poco más de veinte años desde su inicio.
En un clima en que se respiraba malestar, con el rostro tenso y en tono desafiante, hizo
182
Como observé, en la situación que aquí describo, cuando acompañé a algunas profesionales que habían
sido convocadas por un centro de salud de otro hospital para exponer su modalidad de atención de la salud
reproductiva.
137
e
notar la ausencia de la ginecóloga (fue la primera vez que no la vi asistir a este espacio), e
interpretó que seguramente su jefe no le había permitido asistir para, así, restarle poder
tubaria, durante una reunión del equipo profesional de salud reproductiva, la jefa de
obstetricia se refirió a las prácticas del servicio de ginecología del mismo hospital: "pero
gineco hace mucho menos. El discurso de derechos y todo eso no lo tiene la jefa, que de pasillo me
dijo 'yo rajé a una de 28 años ". Y la ginecóloga que integraba el equipo aclaró "pero nunca
pasó por mí esa" (notas de campo). Así, la apelación explícita a "los derechos" de las
y otro servicio.
este sentido, la jefa del servicio de ginecología del mismo hospital reconoció que:
[...] ser referencia de algo a todos nos pone un poquito más en la luz. En realidad es un
tema preocupante todo lo del embarazo no deseado y qué sé yo, pero este (bajando la voz,
en tono confidente) para nosotros no es lo más importante. ( ... ) lo más preocupante es el
cáncer. (Ginecóloga, jefa, 9).
138
Asimismo, el hecho de que el reconocimiento se diera en torno a la práctica de la ligadura
tubaria fue referido con cierto malestar por el único autodeclarado objetor de conciencia
u
del servicio, en tanto ésta contraría el espíritu de su especialidad: "Me parece que una
maternidad no debe ser pionera en una cuestión que va contra la maternidad, pero bueno, cada uno
elige su camino" (Médico obstetra, de guardia, 5). Como prestación vinculada a la salud
gestante. Sin embargo, como se verá en los capítulos siguientes, de múltiples y más sutiles
tono prepotente) 'Flaco, por qué no lo hacés? A ver, ¿qué argumentos tenés para decir que no?'
Ninguno... ". La consideración del nuevo marco legal para esta práctica refleja la
expectativa de que las nuevas condiciones jurídicas, que vendrían a disipar los temores a
consecuentemente, se dispusieran a realizar esta práctica. Pero, sobre todo, señala su falta
ley debe aplicarse como un esquema flexible, a la luz del saber profesional, 186 nada de esto
185
Aunque el aumento de las prestaciones fue sostenido desde el año 2004, y no hubo un incremento
sustancial de las prestaciones a propósito de la ley.
86
Cuando se argumenta, por ejemplo, que aunque la ley reconozca el derecho de una joven a practicar la
ligadura, la bibliografía médica no la aconseja, lo que obliga, al menos, a diferir la intervención quirúrgica.
e
,
139
o
Por otra parte, fue especialmente cuestionada la gran afluencia de mujeres provenientes
del conurbano bonaerense. Sin embargo, la proporción de mujeres que residen en el Gran
Buenos Aires y que se acercan al servicio por otros motivos (la búsqueda de un método
una particular y mayor problematización. Asimismo, otra faz que adquiere el aumento de
penales:
M: Nos pasa mucho con las que son durante el embarazo y que después tienen un
prematuro [ ... ] Entonces, hay que derivar. [ ... ] la que volvió del [hospital público de la
ciudad de Buenos Aires], volvió furiosa, pateando puertas, gritando. [...} (con molestia) la
situación crítica la vivimos todos, y no te dan muchas ganas de atender a una paciente que
vos decís "esta mujer le drena la herida, le supura, se le infecta un punto y nos va a venir a
demandar!", ¿entendés? La verdad es que tampoco hay mucho derecho a que uno pase
malos momentos porque los demás tratan, trabajan mal. Ésta es la segunda instancia, que
es la vuelta que ahora estamos viviendo (Médica obstetra, 1, jefa).
que atienden, como si tuvieran una suerte de tendencia a iniciar litigios. La posibilidad de
profesionales del servicio. No obstante, la jefa —quien también manifestó este sentido en
situación de entrevista— frente al equipo a su cargo, optó por desestimar esta posibilidad,
constaba que no existían antecedentes del estilo después de haber pesquisado el tema en
práctica profesional a los dictados de la legislación —"la ley obliga, estén o no de acuerdo"—.
De esa manera sentó una línea de trabajo que había cuestionado en otras oportunidades) 87
187
Me refiero a la aquí anunciada "colisión entre la ley la opinión médica" arriba mencionada. Me ocupo del
tema en el capítulo VI.
140
El argumento de los otros servicios que derivaban a las mujeres para la realización de la
ligadura tubaria era que carecían de recursos técnicos y/o humanos capacitados. Este
argumento era repetido por las mismas mujeres al solicitar la práctica en el servicio y
cuando se presentaban en la Defensoría del Pueblo para presentar su reclamo. Los/as
profesionales del hospital sospechaban que esta justificación encubre una negativa
ideológica que bien podría, además, corresponder con una doble conducta, en cuanto a la
práctica "privada" de la profesión, al igual que cuando se apela a la "objeción de
conciencia". 188 La sospecha y el malestar, eran alimentados por considerar que la
intervención puede ser practicada con una técnica convencional, de baja complejidad y
económica (laparotomía) en caso de no dominar otras más novedosas, 189 o más
sofisticadas que requieren instrumental específico y ciertamente escaso (laparoscopía).
Otro argumento fue expresado durante las consultas por mujeres derivadas desde
instituciones públicas del conurbano bonaerense y de centros asistenciales de seguridad
social de la ciudad de Buenos Aires. 19 ° Les habían explicado que aún no había una
que consagraba este derecho en todo el país, y que afectaba a todos los subsectores del
sistema sanitario (obras sociales y empresas de medicina prepaga).
Durante una consulta con la ginecóloga de una mujer afiliada a una prepaga, surgió que
Cuando la coordinadora del Programa de Salud Sexual y Reproductiva se refirió a las actuaciones abiertas
por este motivo en la Defensoría del Pueblo en una de las jornadas del curso anual de capacitación (2008),
desde el auditorio alguien voceó con picardía "no se niegan, es que no tienen los aparatos", y ganaron las risas.
Así, esta ironía compartida sugiere la misma sospecha, en cuanto a la práctica de recurrir a aquel argumento
en lugar de sostener una abierta negativa.
189
Se trata de la minilaparotomía o microcesárea, técnica promovida activamente por el servicio
190
Cuando una mujer respondió que tenía obra social y quiso saber si esto era un inconveniente para operarse
en este hospital, la profesional le explicó que sólo debía tramitar la autorización de la práctica por la oficina de
Auditoría de éste, para que desde allí se solicitara la autorización a la obra social a fin de percibir el reintegro
para el hospital. Si bien podría suceder que a partir de allí la obra social decidiera realizarla en una institución
de su gestión, lo más probable —vaticinó la profesional y con ello tranquilizó a la mujer— era que la autorizaran
sin hacer objeciones.
- 141
de la auditoría le exigían una nota de la profesional, en la que justificara la ligadura
tubaria que iba a practicar. La profesional cuestionó: "a vos te parece? Que el médico tenga
que explicar, ¡como si fueran los padres, y las mujeres no pudieran decidir por sí mismas!". Le
respondió a la mujer que tenía que pelear, "sin putear, para no calentar a nadie", porque
estaba reclamando por un derecho, amparada por una ley (notas de campo). O sea, frente
a la obligación legal de proveer esta práctica sin costo extra para sus afiliadas, obras
sociales y empresas de medicina prepaga solicitaban justificación médica para la
intervención indicada. Esto implicaba limitar el acceso, sin que bastara la propia decisión
de la mujer para ello, como expresó la médica. Asimismo, esas entidades vigilaban la
labor profesional mediante la exigencia de estudios de imágenes que sostuvieran la
indicación de la práctica indicada, limitando la estrategia que, en efecto, tenía la
ginecóloga, quien me contó que había planeado pasar la intervención como si tratara de
una operación por quiste de ovarios. Esto revela la práctica profesional que en ocasiones
permite disponer y articular recursos de distintos subsectores, al costo de fraguar registros
médicos para facilitar la realización de esta práctica.
Se dispuso, entonces, a redactar una pequeña nota, que me extendió para que leyera,
después de preguntarme el número de la ley. Allí expresaba: "La Sra... solicitó la práctica
que sería realizada por elección de acuerdo con lo que establece la ley 26.130". De esta forma, se
Cuando nos quedamos a solas, me dijo que aunque no puede evitar enojarse con los
médicos que derivan a este hospital porque "somos nosotros los que ponemos la cara", es la
gente la que tiene que reclamar, aunque no todos tienen recursos para hacerlo, como la
última mujer que acababade atender (notas de campo). Expresó así una caracterización
142
corriente entre los/as profesionales de las mujeres que se atienden en el hospital público,
tiempo, eso de "poner la cara" refiere, por un lado, al hecho de recibir a mujeres que
fueron rechazadas en otros servicios, y a quienes los/as profesionales dicen que tendrían
que reenviar al servicio que las derivó, a fin de insistir y apelar a la nueva legislación,
aunque la mayoría dice que no lo hace. Por otro lado, el comentario puede ser vinculado a
la representación de éstas como potenciales litigantes, como expresó la jefa del servicio
(arriba citada).
acceder a la ligadura tubaria planteaba, para la ftmcionaria a cargo del Programa de Salud
F: [ ... ] cómo organizar el tema quirúrgico: las horas de quirófano, los anestesistas, la
jerarquía del pedido. En este momento, a ciertas dificultades operativas, siempre la excusa
es "bueno, y, entre operar un cáncer y una ligadura..." (acompaña con un gesto que da a
entender que, en rigor, no se plantea alternativa) [...] bueno, es cierto, hay una prioridad,
pero bueno, también sabemos que las necesidades, para cumplir con anticoncepción
quirúrgica, son de menor complejidad que las que necesitamos para un cáncer (Coord. del
PSSyR gestión 2006-2008).
Las condiciones de precariedad por las que atraviesa el sector sanitario público
recursos revela una estrategia de resistencia a la provisión de esta práctica. Puesto que los
143
recursos disponibles son limitados por definición, tal escasez es siempre, en alguna
medida, relativa: las dificultades son innegables, pero la asignación de prioridades en la
tarea asistencial cotidiana exige la toma de decisiones 19 basadas en la legitimidad
Las "negativas encubiertas", como las señaladas, son más frecuentes que los casos en los
que se plantea abiertamente una negativa, según dijo. Además, reconoció, constituyen
una estrategia discursiva común entre los/as profesionales de la medicina.
"aceitando" los circuitos de referencia hacia los servicios que efectivamente se comportan
como proveedores de esta práctica. Esto, además, se consideraba económicamente más
eficiente e implicaría "jerarquizar los espacios que están de hecho trabajando ". Debido a la
inserción institucional y la capacidad presupuestaria del Programa, sin posibilidades de
orientar el financiamiento para ampliar la oferta de esta práctica en los servicios que
podrían ser "elevados" a la categoría de "centros de referencia", esta jerarquización sería
Decisiones que pueden ser pensadas como "más o menos trágicas", adaptando la formulación desarrollada
desde la sociología de la medicina —"decisiones trágicas"— para el análisis de las elecciones profesionales que
comprometen la vida de los enfermos en función de la asignación de recursos escasos (por ejemplo, órganos
para transplantes, medicamentos, tratamientos).
144
básicamente simbólica. 192
Esta gestión sostuvo un trabajo conjunto con la Defensoría del Pueblo en cuanto a la
anticoncepción quirúrgica, tanto femenina como masculina, como eje de una iniciativa
que tenía por objeto garantizar "la accesibilidad de los derechos sexuales y reproductivos ",
especialmente en torno a aquellos que generaban conflicto entre los actores sociales
intervinientes, según expresó la coordinadora del Programa. Así, por ejemplo, se
sometido a la discusión con los/as profesionales durante una jornada del curso de
implementación de este instrumento fue presentada como ima estrategia que permitía a
los/as profesionales "cubrirse las espaldas ". También para resguardar a las mujeres de
Consideró, además, que el síntoma del conflicto lo constituyen las denuncias por negación
de las prácticas de ligadura solicitadas, ya sea realizadas ante la Defensoría del Pueblo o
sobre la llegada al servicio donde hacía trabajo de campo, de una mujer que había
acudido a varios centros de salud para solicitar la interrupción del embarazo encuadrado
192
De acuerdo con lo establecido en la ley 418/00, con el primer millón de pesos de la recaudación anual del
Bingo (decreto P.E.N. 1772/92 y ordenanza 47.731, art. 39), se financia la adquisición de bienes y servicios no
personales del Programa. En cuanto a los recursos humanos, son los propios de los diferentes servicios de los
hospitales y centros de salud del Gobierno de la Ciudad. En consecuencia, perciben un salario, con excepción
de los concurrentes que trabajan ad honorem, que paga el gobierno del presupuesto global de la Secretaría de
Salud, destinado para ello y no específicamente para el Programa. Asimismo, los recursos físicos son los
propios espacios hospitalarios o centros de salud, también financiados a partir del presupuesto general
destinado a tal fin, y/o el presupuesto asignado a cada hospital.
193
Estaba prevista la elaboración de un modelo para ligadura y otro para vasectomía, pero la discusión giró en
torno al primero.
194
En la reunión mensual de octubre de 2007. Casi un año más tarde, los modelos de consentimiento para
ambas prácticas fueron enviados a través del mailing del Programa a los/as profesionales inscriptos en el
curso.
195
Haciendo referencia, a la posibilidad expresada durante la jornada del Consenso de Expertos y durante los
debates parlamentarios, como se vio en el capítulo II.
e 145
en una de las situaciones que se consideran no punibles, 196 manifestó:
E...] no se resuelven del modo que uno quisiera que se resuelvan, con un costo mucho
menor. [...] si se terminó resolviendo eso no generó un conflicto, le generó un conflicto a la
señora seguramente, que viene dando vueltas históricamente desde otras instancias [...] la
gente termina enojándose mucho o pidiendo que alguien le ofrezca, y entonces las cosas se
hacen por otro camino. Acá, que no sé qué hospital es pero me imagino, porque a mí
también me llegó el cuento, frente a la resolución del conflicto, con todo lo dificultoso, a la
señora se le terminó resolviendo el problema (Coord. del PSSyR, gestión 2006-2008).
Como se ve, en tanto las demandas no alcanzaron estado público, 197 esta funcionaria negó
el conflicto en torno a ciertas prácticas y con ello minimizó el costo personal y las
dificultades para las mujeres que las procuran recorriendo complicados circuitos. Al
mismo tiempo, resaltó la existencia de "mecanismos por los cuales las cuestiones se van
resolviendo". Éstos involucran, como se lee en el fragmento, la insistencia y el enojo, pero
también el dominio de cierta información por parte de las propias interesadas: "Van al
[hospital "de referencia"] ¡porque responden! La gente no come vidrio, la gente va donde le
solucionan los problemas ". Por otro lado, es la disposición de profesionales que rigen sus
prácticas de acuerdo con las normas lo que garantiza que, en algún punto de esos
Con la intención de "saber cómo responde el sistema también, qué compromiso tiene la
conducción de cada uno de los centros de salud", es decir, de qué modos se implementaba la
politica de acceso a la práctica de ligadura en cada servicio, desde el PSSyR se estaban
realizando visitas sistemáticas a cada uno de ellos, para entrevistar tanto con el director/a
e
196
Esta funcionaria es la autora del protocolo o procedimiento para la atención profesional de prácticas de
abortos no punibles (de acuerdo con una de las interpretaciones del Código Penal, art. 86, inc. 1° y 2°, que,
vale señalar, no es la más amplia), sancionado a través de la resolución 1.174 del Ministerio de Salud del
GCBA en mayo de 2007, meses antes de la entrevista.
197
Momentos antes había contrastado la falta de "casos" en la ciudad con experiencias recientes de solicitudes
de aborto rio punible en otras ciudades que habían sido visibilizadas ampliamente a través de medios masivos
de comunicación. El silencio de estos medios en lo que respecta a las demandas en la ciudad de Buenos Aires,
lo atribuyó al efecto replicador de las recomendaciones puntuales que emergieron de la Defensoría, ya que
consideró que contribuyeron al reconocimiento, desde las instituciones de salud, de los derechos de las
r) personas.
146
como con el equipo profesional. 198 Con ánimo optimista y concifiador, la estrategia
explicitada no incluía la toma de medidas de sanción: según su coordinadora, ésta sólo se
justificaría tras el incumplimiento de una recomendación de la Defensoría. Confiaba en
que la presión por intervención de esta agencia contribuyera con la alineación de las
prácticas profesionales a las normas) 99
Como parte del trabajo conjunto de la Defensoría con el Programa, a los pocos días de
sancionada la ley 26.130/00, el PSSyR convocó a esta Defensoría para presentar la ley. Esto
tuvo lugar en el marco del Curso anual de capacitación de los servicios que implementan
el Programa, denominado "Dilemas y controversias en salud reproductiva", y contó con
la exposición de profesionales del servicio donde hice el trabajo de campo, convocados/as
en función de su experiencia en la realización de ligaduras.
198
Varios meses más tarde, habiendo cambiado la conducción del Programa, todavía no contaba más que con
cifras tentativas acerca de las prácticas de anticoncepción quirúrgica efectivamente realizadas en los servicios.
Allí la coordinación adelantó la intención de modificar las planillas de registro de prácticas del Programa para
incorporar "consulta por - ligadura", "prequirúrgico para ligadura", etc. (aunque a riesgo de que se
superpongan los datos). Se planeaba acordar con Estadística del GCBA un código para egreso por ligadura
que se registraría en las historias clínicas. Si bien sería lo ideal, estimaban difícil que así quedara registrado en
los libros de quirófano.
199
En uno de los encuentros mensuales con los referentes del Programa, ridiculizó la reacción de quienes son
observados por esta agencia: imitó una exagerada actitud de desmentida que sugería una negativa previa:
"jpero si acá le podemos hacer la operación! Nadie le dijo que no".
200 Este relevamiento era realizado por una antropólogá que se desempeñaba en la Residencia
Interdisciplinaria de Educación para la Salud en el marco de su rotación profesional por esta Defensoría.
201
Se denominan así las actuaciones por iniciativa propia de esta agencia, es decir, sin que medie reclamo
particular.
147
Según me relataron las empleadas de la Defensoría,predominó entre los médicos/as una
postura de rechazo a atender pedidos de ligadura, argumentando "limitaciones
estructurales del sistema de salud" para prestar prácticas consideradas prioritarias, temor a
juicios por de mala praxis, y problemas de equipamiento para practicar ligaduras.
Varios/as profesionales llegaron a plantear que apelarían a la objeción de conciencia "no
porque estuvieran en contra de la práctica sino porque estaban en contra de una política que
priorizaba algo que no era realmente una cosa de salud pública, como sí lo era el tratamiento del
cáncer de útero".
L: Lo que plantean ellos, luego de las discusiones que hay sobre el tema de la
judicialización de las enfermas mentales, 202 de cómo se resolvía ese tema que también era
algo conflictivo, es que en realidad están decididos a no aplicar la ley como está en la
normativa, ¿no? La ley nacional dice que por voluntad de la persona que lo solicita. Lo que
(levantando la voz) propone el [hospital "de referencia"] al resto de los hospitales, luego de
que nosotros habíamos hablado y habíamos dicho esto, es que apliquen lo que el [hospital
"de referencia"] venía aplicando. [pregunté de qué se trataba] Ante indicación médica.
Indicación médica con, muy, con una restricción bastante importante, digo. Ellos tienen
armado desde hace bastante tiempo un semáforo donde hay ciertas situaciones
File la primera vez que escuché hablar de este instrumento —el "semáforo"—, ya familiar
para el personal de la Defensoría, y del cual enseguida me ofrecieron y entregaron una
copia. Relataron, entonces, una suerte de lobby realizado por el servicio, que promovía la
adopción de este "semáforo" como dispositivo para decidir, en cada caso, si realizar o no
202La ley 26.130/06 en su art. 3 establece "cuando se tratare de una persona declarada judicialmente incapaz, es
requisito ineludible la autorización judicial solicitada por el representante legal de aquella".
148
la ligadura de trompas solicitada por las mujeres. La propuesta, interpretada desde esta
agencia como un retroceso en relación con la liberalización que la flamante ley venía a
[...J una pelea así, atroz, porque bueno, nuestro abogado por supuesto se puso a tratar de
aclarar que acá ya el médico no tenía nada que hacer, nada más que, justamente, darle
lugar al pedido. O sea, no tenía ni que justificar la intervención. O sea, con el sólo hecho de
tener un consentimiento informado de la persona y su solicitud, tenía que directamente
acceder a la práctica (Lic. en trabajo social, área de salud de la Defensoría) (el resaltado me
pertenece).
negociación informal con los servicios que estarían dispuestos a practicar la ligadura, por
para con aquellos que derivan sin más. Por otro lado, con la promoción enfática de la
obligación legal de cada servicio que cuente con las condiciones materiales apropiadas de
organizar sus propios recursos para garantizar la atención de los pedidos de esta práctica.
En este sentido, cuando algunos meses más tarde esta agencia fue nuevamente convocada
por el PSSyR, una de las expositoras bogó por "no naturalizar el rechazo que imponen las
direcciones de los hospitales a estas prácticas", que llevaba a "derivar sistemáticamente a los
servicios que sí realizan: ésta no es la forma". El auditorio no respondió públicamente a esto, a
pesar de que continuaba siendo una práctica frecuente.
Otra cuestión, más relevante aún, que no merecía un posicionamiento crítico por parte de
indicación médica quedaba ligada a los criterios de distinto orden que este dispositivo
***
149
Las nuevas "reglas de juego" en el campo de la política pública aquí abordada surgen de
legal que más recientemente estableció que la práctica de ligadura tubaria no está
supeditada al criterio de los/as profesionales de la salud. Pero las normas, como mostré
resaltar las nuevas formas en que se expresan las resistencias en este novedoso contexto
las habían manifestado abiertamente, como de aquellos que, según los términos de esta
entrevistada, "tenían una visión más flexible". Esto revela la complejidad que adquiere la
de sus prácticas, como servicio "de referencia" o "amigable", tal como fue referido por
funcionarios/as del Programa, y la Defensoría, entre otros actores que comparten esta
perspectiva, incluidas las mujeres que procuraban ligarse las trompas. El reconocimiento
coordinación del Programa, y que incluye la práctica de tender relaciones personales con
los sujetos:
[ ... ] hay lugares donde empezamos un camino un poco más amigable con profes-, (se
corrige) algún profesional que no es que lo hace porque no le queda más remedio sino
porque entiende que es una práctica que tiene que ver con los derechos de las personas y
que es accesible pero, es todavía como... como la predisposición así de, de buena voluntad,
de compromiso [ ... ] (Coordinadora del Programa, gestión 2006-2008).
profesionales, por contraste con aquellos que no los tienen, quienes actúan bajo el peso de
150
las normas, "porque no le queda más remedio "203 Tales atributos remiten a lo que Fassin
(2003) refiere en términos de la arbitrariedad con que se ejecutan los lineamientos
formales de la política, y que hace a la buena o mala voluntad de los agentes encargados
de darles cumplimiento. 204 Esto obliga a considerar las condiciones sociomorales en que se
despliega la política en cuestión. Veamos entonces este contexto a partir de las formas en
las que la ligadura se manifiesta (o no) como una alternativa anticonceptiva en el servicio
"de referencia".
203
Puesto en estos términos, queda claro que la sanción no era la vía de acción que la coordinadora
consideraba posible desplegar para dar cumplimiento a las normas, de ahí su insistencia en la participación
colectiva para la implementación de aquellas y, con eso, la satisfacción de los derechos consagrados.
204
En su análisis de las políticas del gobierno francés de regularización de inmigrantes y de ayudas sociales a
desocupados, la otra figura que menciona en la aplicación desigual de una misma medida es la contingencia
(humor, cansancio, confusión de los agentes, etc.).
151
CAPÍTULO V
En este capítulo abordo las condiciones en las que se manifiesta el recurso a la ligadura en
el cotidiano del servicio "de referencia" para esta práctica. Al tiempo que recupero su
y referidas por profesionales y mujeres que se atendían en este servicio, describo y analizo
mujeres que se expresan en, y organizan, modos de gestión diferenciales para el acceso a
uno y otro ámbito implican, además de modos particulares de tensión de las normas, la
de salud —como acostumbraba repetir la autoridad del servicio— tienen lugar las
anticonceptivo así se trate de la primera consulta de una mujer que quiere adoptar un
152
método: éste es prescrito sin contar con los resultados de los estudios 205 que, de todas
con especialidad en salud reproductiva estén habilitadas a prescribir métodos- 206 todavía
conservadora sostiene la necesidad de contar con los estudios antes de adoptar un método
urgencia que ameritan y con la que deben ser resueltas las consultas por anticoncepción, y
se bogó por: "no indicar una chorrera de estudios". En este sentido, durante una jornada del
médico de guardia del servicio "de referencia" para ligadura— planteó que para colocar un
DIU no hay necesidad de tener un Papanicolau hecho, ya que —aclaró— es preferible tratar
un cáncer con DIU, que un cáncer con embarazo (y citó el caso que terminó con la muerte
de la mujer embarazada en Santa Fe, "y los médicos con un flor de juicio"). La difusión y
privilegiada para la prevención de la mortalidad materna por aborto 208 explicitada por
parte de actores, como en este caso, vinculados al gobierno local y nacional. En este
sentido, este profesional resaltó que el descenso reciente de la participación del aborto
205 Papanicolau y colposcopía para el DIU, análisis de laboratorio para las píldoras anticonceptivas
206
Como esta formación no habilita a estas profesionales a colocar DIUs, cuando están a cargo del consultorio
deben solicitar que un profesional obstetra acuda a realizar esta maniobra. Sin embargo, esto contradice la ley
de farmacia, según me explicó una de las obstétricas que se desempeña en el consultorio de salud
reproductiva. Por otro lado, la farmacia del hospital —donde se retiran los métodos anticonceptivos— sólo
admitía recetas de profesionales médicos que tenían su firma registrada allí. Las obstétricas de este
consultorio, entonces, acostumbraban tener recetarios en blanco pero firmados y sellados por otras
profesionales del servicio, a fin de agilizar la prescripción del método.
207Se alinean en esta perspectiva conservadora quienes plantean que es menester conocer las maniobras
abortivas —cuando éstas fueron realizadas— a fin de brindar la asistencia médica indicada, fundamento del
"interrogatorio" antes mencionado.
208Las muertes por aborto en el país representaban la principal causa de muerte entre las que se asocian al
evento reproductivo o "mortalidad materna" (Dirección de Estadísticas e Información de Salud, 2009).
153
entre las causas de estas defunciones obedecía a varios factores: las acciones promovidas
medicamentoso, en tanto prácticas de las mujeres, y las actividades del PSSyR, a través de
tanto a los parámetros clínicos que suelen fijarse para ello. La exageración que implica
jerarquizar aquel criterio para establecer las condiciones del alta de mujeres internadas
por aborto, aun cuando no pueda entenderse literalmente, viene a reforzar la prioridad
adquiere características particulares, como mostraré más adelante). Veamos ahora cómo
se plantea la ligadura en el cotidiano del servicio, y especialmente a través de las
Los días que funcionaba el consultorio de "consejería para ligadura", al mismo tiempo
que el consultorio "general" de salud reproductiva, era común que unas pocas mujeres
citadas para el día aguardaran a la ginecóloga que atiende en el primero de ellos por la
consulta "espontánea" —es decir, sin turno— por parte de mujeres derivadas desde otros
servicios, como se vio, generalmente con una nota firmada por el/la profesional que le
indicó el circuito a seguir.
No obstante, más allá de la intención del servicio de concentrar las consultas por ligadura,
éstas también se presentaban en el espacio "general" del consultorio, no sin que esto
produzca un intercambio de miradas entre las presentes, tal como pude observar,
incluyéndome en esta interacción con la profesional a cargo y la mujer que consultaba. En
ocasiones, una respiración profunda por parte de aquella, precedía a las preguntas y
154
considerarse, ya dentro del consultorio, 209 una de los primeras marcas que. distinguen y
transmiten la complejidad del tratamiento particular de esta práctica. Podría ser que esas
reacciones surgieran simplemente de la sorpresa; siendo que existía un consultorio
especializado para atender consultas con motivo de ligadura. Pero no deja de ser
significativa, puesto que el consultorio de salud reproductiva era, como se dijo, el espacio
dedicado exclusivamente a realizar la "consejería en anticoncepción". Esta actividad
también era realizada por las parteras en el marco del "curso para el parto" y en la sala de
la maternidad, coordinadas por la única de ellas que tiene nombramiento de planta. La
asignación de la coordinación a esa profesional puede entenderse como una forma de
garantizar la continuidad de estas tareas, centrales en el "perfil" del servicio.
El espíritu que caracteriza esta "consejería", de acuerdo con los/as profesionales, coincide
con la modalidad en que generalmente ésta se despliega en las consultas, según pude
observar: sobre todo cuando se trataba de una "consulta de primera vez" a este
consultorio, los/as profesionales dedicaron un tiempo generos0 210 a presentar más o
menos detenidamente la gama de métodos anticonceptivos disponibles en el hospital y las
ventajas y desventajas de cada uno de ellos. Esto apuntaba a permitir —como muchas
veces se explicitaba frente a las mujeres— que sean ellas quienes elijan el método de su
preferencia, que les resulte más cómodo y/o les de más confianza. Acostumbraban aclarar
que no necesariamente la decisión debía ser compartida por su compañero (sobre todo
cuando se hacía evidente que éste se desligaba de las medidas anticonceptivas), aunque
celebraban la presencia de sus compañeros en la consulta, y en el caso dé las mujeres que
209
Porque como se vio en el capítulo anterior, el acceso a este consultorio implica la exposición del motivo de
consulta ante la secretaria, a diferencia de otras prácticas.
210
Estas consultas solían insumir más tiempo que las "de seguimiento" ya que en esa instancia se completa.
una historia clínica específica de este consultorio, actividad que orienta el "interrogatorio" y compromete
especialmente la atención del/a profesional. Era común la queja por estas consultas, en función del mayor
tiempo que demandaban. La historia clínica recoge los datos personales: nombre, domicilio, número de
documento, fecha de nacimiento y edad, estado civil, máximo nivel de educación alcanzado y actividad
laboral. En ocasiones también son solicitados algunos de estos datos referidos a su pareja, aunque, si bien
constan en el formato impreso, no siempre ni todas las profesionales indagan esto. Se evalúa el "riesgo social"
a partir de preguntas sobre adicciones -drogas, alcohol- y violencia familiar y sexual, básicamente. Luego, se
indaga sobre: edad al momento de la menarca y características de los períodos; edad de la primera relación
sexual, cantidad de parejas sexuales y frecuencia de encuentros sexuales. Por último, se reúnen los
antecedentes bstétricos -embarazos, partos, abortos-, y las patologías padecidas.
155
solicitaron la ligadura, la ginecóloga les agradecía especialmente el gesto de estar
acompañándolas. Al mismo tiempo, siempre que éstas (las mujeres que plantearon su
intención de ligarse las trompas) estaban solas, esta médica indagó la opinión de su
pareja, sin cuestionar la respuesta, que siempre indicó que la decisión era compartida por
la pareja.
Cuando una mujer que había completado los estudios prequirúrgicos consultó con la
médica le preguntó porqué había firmado él, y ella sorprendida preguntó "Está mal?".
La profesional le aclaró que la decisión sobre su cuerpo sólo le competía a ella misma, y
que ni su marido ni ella como doctora podían decirle que no si era lo que quería. Y
agregó: "Que la decisión sea compartida con tu marido es perfecto, pero si él no quisieray vos sí,
acá te ligamos igual. Antes se pedía la firma del marido como un resguardo, se pedía de todo,
cuando era ilegal, pero ahora sólo hace falta tu firma"(notas de campo). Así, al tiempo que la
derecho a esta práctica por decisión personal, justificó la medida que el propio servicio
había implementado anteriormente. 2 11 Con esto, pasó por alto su propia práctica de
expresó una trabajadora social del servicio, quien reivindicó el derecho de las mujeres a
elegir esta práctica para no volver a quedar embarazadas. 212 No obstante, esta forma de
156
averiguar la opinión del compañero de la mujer revela que sigue vigente la consideración
del cuerpo de la mujer en relación con otro. Las mujeres que conocí en la sala de espera
expresaron esta tensión cuando, por ejemplo, una de ellas, que había ido a la consulta
acompañada por su marido me dijo: "aunque a él no esté de acuerdo, yo ya no quiero tener más
hijos, por eso me quiero ligar. Y como está de acuerdo, mejor que lo sepan", y le dirigió una
mirada, destacando así su presencia. Otra, que controlaba en el servicio su embarazo, pero
que iría a parir a otro hospital (por las obras en el centro obstétrico), en uno de los
haría firmar su compañero, por juzgar que "no va a estar de más ".
ligadura tubaria no fue mencionada entre las opciones. 213 Se presentaron los métodos
margen de error. Asimismo, subrayaron su carácter reversible, y aclararon que podían ser
abandonados cuando quisieran embarazarse. Más rara vez, explicaron que esta
reversibilidad implica que pueden cambiar de uno a otro si el que hubieran adoptado no
les resultara cómodo o les trajera algún inconveniente.
Las ventajas y las desventajas de los distintos métodos fueron mencionadas en términos
relativos, comparando las facilidades y dificultades que unos y otros tienen, tanto para su
213
Y más excepcional todavía, fue que se mencionara la vasectomía como una alternativa anticonceptiva para
la pareja. Los/as profesionales apelaron a la falta de hábito en la atención de varones al responder sobre la
rarísima mención de esta práctica. Si bien no es objeto de esta tesis, quiero llamar la atención sobre este
argumento, puesto que la referencia al otro método de empleo masculino —el preservativó— es infaltable. La
prevención del VIH/sida obviamente justifica el énfasis en este método, pero al considerar el tipo de
información que se brinda a unos y otras al mencionar las opciones quirúrgicas, se manifiestan construcciones
sociales que pueden contribuir a explicar esta diferencia (que puesta en números de cirugías realizadas es
impactante: hacia mediados de 2008, en este hospital se habían realizado 5 vasectomías y más de 200
ligaduras).
157
o
"El DIU sólo hay que controlarlo cada X tiempo, no tenés que estar pendiente de tener a
mano el preservativo. Las menstruaciones pueden ser más abundantes, más prolongadas,
más dolorosas, con sangrado intermenstrual, más flujo... pero todo esto puede no ser un
problema si no te molesta, no es una enfermedad."
"La ventaja de las pastillas es que son más efectivas, tienen beneficios cosméticos (acné),
previenen algunas enfermedades como cáncer de ovario, alivian el asma, suelen
regularizar los períodos. Y los problemas: hay que recordar tomar siempre a la misma
hora, requieren constancia, prolijidad, que cuando tenés un bebé tan chiquito es difícil."
(notas de campo)
Por el contrario, los tiempos que teóricamente implica la "consejería" algunas veces
fueron abreviados al lanzar la pregunta: "sabés con qué te querés cuidar?". Así, las
posibilidades de elección brindadas desde el consultorio se acotaban al no mencionar
todas las opciones, al tiempo que, en ocasiones, la oferta también se vio afectada por las
limitaciones estructurales y coyunturales de los métodos efectivamente disponibles.
En una oportunidad, la mujer que consultaba dijo que había estado la semana anterior y le
había explicado a otra doctora que quería ponerse un DIU. Aquel día se fue con la receta
para retirar el tes-t de embarazo de la farmacia del hospital y con turno para ese día —en
que observé la consulta— momento en que se inició su historia clínica. Trajo un frasco con
la orina por temor a no hacer bien la prueba (la profesional —una licenciada obstétrica— se
puso guantes descartables para ayudarla con la maniobra, pero le pidió a ella que destape
y luego que cierre el frasco). Al responder sobre su situación laboral —ella y su marido
trabajan a destajo en un taller de costura, a 60 centavos la prenda— contó que su marido se
quejaba: estaba decepcionado —dijo— porque hacían sufrir a la bebé, que a veces lloraba y
no podían atenderla, ya que cuando tenían una entrega que hacer no podían suspender la
labor, que podía extenderse entre las 7 y las 22 hs. La profesional le sugirió cambiar de
empleo, a limpieza, porque se pagaba mejor. No era novedad para la mujer, quien
respondió que le resultaría imposible teniendo dos criaturas. Y la profesional agregó: "por
158
9
Or
eso ni loca te podés quedar embarazada", en función de las condiciones de vida relatadas por
intranquila mientras aguardaba el resultado del test. La obstétrica llamó por teléfono al
médico [jefe de unidad de obstetricia] que haría la inserción del D[LT. Cuando éste llegó se
fijó si disponía del material necesario y salió en busca de los elementos faltantes. En ese
momento la mujer expresó con preocupación, angustiada, que necesitaba ponérselo, que
el marido la había maridado, y que esa era la tercera vez que iba al hospital y volvía sin el
DIU. Rompió en llanto, entonces, y casi sin poder hablar y muy angustiada dijo que su
marido la retaba por embarazarse. Entonces la profesional le señaló: "decile a tu marido que
tu doctora dice que no te rete, que no es tu culpa: eso es responsabilidad de los dos ", y le sugirió
que hablaran de esto también en la iglesia, ya que eso les había ayudado con el problema
del alcoholismo de él. A continuación, algo recuperada, la mujer preguntó: "y la ligadura
Evidentemente, esta mujer había tenido un contacto anterior con profesionales del
despues de manifestar que tenia intencion de colocarse un DIU. Pero en esa oportunidad
clínica. En aquella cita, la "consejería" o bien no tuvo lugar —y simplemente, una vez que
la mujer planteó que quería colocarse el DIU, se le indicó realizar la prueba que es
requisito— o bien no se mencionó la ligadura como una alternativa. Si bien algunos/as
mencionaban sólo a mujeres para quienes consideraban conveniente (la definición de esta
• capítulo). También podría haber ocurrido que la profesional que la atendió antes haya
desalentado esta posibilidad, y la mujer decidió, entonces, consultar a otra por esta
alternativa.
Esta última fue, de hecho, una secuencia observada en otra oportunidad: estaba a metros
O del consultorio de salud reproductiva cuando comenzó a oírse una discusión que venía de
U 159
ip
considerablemente alta, lanzándole "te dije que no son motivos para querer ugarte, podés
probar otras formas, ¡ya te expliqué! ". La mujer, incomodada y al borde del llanto, no fue
muy lejos. La secretaria, que estaba al tanto de la situación (su despacho está internamente
unido al consultorio) abordó a la mujer: "vos estás segura que querés esto?", y ante su
respuesta afirmativa, le dio cita con la ginecóloga.
Así también, entre las historias clínicas recientes de mujeres que solicitaron y practicaron
la ligadura de trompas en el servicio, 214 en una de ellas una médica dejó registrado que
había solicitado "rutina pre quirúrgica para ligadura".215 Pasados veinte días la mujer había
retornado: "trae hoja de ruta completa. Derivo a consultorio preqx [prequirúrgico] ". Otra
historia clínica para esta misma mujer había sido iniciada cuatro meses antes por otra
profesional: "refiere aumento de peso [indica un cambio de pastillas], doy consejería
[subrayado en el original] por edad [31 años], doy consentimiento. Indico repensar decisión "216
En esta oportunidad -que habría sido la primera consulta de la mujer por la ligadura- los
estudios prequirúrgicos no fueron indicados porque la médica no juzgó conveniente
practicarla (en función de la edad de la mujer) y así postergó la posibilidad de realizar la
intervención solicitada. El retorno de la mujer al consultorio muestra su fuerte intención
de realizar esta práctica, y la posibilidad efectiva de realizar todos los estudios solicitados
en poco tiempo. Y sugiere, además, la estrategia de consultar con otra profesional, una vez
214 Cuando solicité este material me fueron entregados 3 biblioratos, uno de ellos rotulado "ligaduras y
vasectomías realizadas". Era notable la informalidad con la que algunas incorporaban información acerca de
la realización de la práctica —otras no lo hacían en absoluto—, ya que no todas registraban la fecha de la
operación y la técnica aplicada.).
215
Para ello se acostumbraba extender una "hoja de ruta", que indica el circuito de autorizaciones y estudios
prequirúrgicos indispensables para toda internación (y las prescripciones escritas para realizarlos). Incluye la
autorización de la Auditoría a fin de gestionar el reintegro por la operación cuando se trata de beneficiarias de
obras sociales, análisis de laboratorio, electrocardiograma, radiografía de tórax, y evaluación del "riesgo
quirúrgico" por parte de especialistas en anestesiología. La realización de éstos puede insumir algunos meses,
teniendo en cuenta las demoras en la entrega de turnos y resultados, además de la disponibilidad para la
atención efectiva tanto por parte la institución como de la propia mujer.
216
A pesar de que los/as profesionales deberían firmar las observaciones y prácticas realizadas en cada
consulta, en el caso de las consultas por ligadura, lo más frecuente es que no queden identificados/as, puesto
que ni firman ni sellan, a excepción de la ginecóloga. El resto de los/as profesionales comúnmente registran
que la mujer solicitó la práctica, y que realizaron la "consejería", entregaron el consentimiento y la hoja de
ruta con las órdenes para los estudios prequirúrgicos, y derivaron a aquella especialista. Aunque no indagué
cómo fundamentan los/as médicos la práctica de no identificarse, es posible que esta se vincule con los
temores tantas veces mencionados.
160
que la primera aconsejara reconsiderar la decisión por no considerar conveniente la
realización de la ligadúra
A diferencia de lo registrado en aquella historia clínica (la más antigua), observé que en
las consultas por ligadura, el formulario de consentimiento informado sólo fue entregado
cuando se indicó la rutina de estudios prequirúrgicos (es decir, una vz que fue habilitada
la realización de la ligadura). Caso contrario, se dedicó algún tiempo a explicar en qué
entregado, aunque sí relatado como parte de la rutina ante los pedidos de ligadura en
situación de entrevista:
[ ... ] ahí empezamos a trabajar con lo que sería un semáforo, con el cual, bueno, vos ahí vas
viendo realmente, porque primero le das una información en un folleto ¿si? En la cual
bueno, se le explica ahí a la paciente qué es la anticoncepción quirúrgica ( ... ), este, cuáles
son los resultados, qué chances va a tener de embarazarse a futuro, cosa que ella se pueda
impregnar bien de este conocimiento y tener una idea más clara de, a lo mejor, este
imaginario que hay con respecto a la ligadura ¿si? Porque hay mucho (...) que esto es
El folleto a partir del cual se debería brindar información a quien exprese inquietud por la
consentimiento impreso (que incluye, como adelanté en el capítulo III, el "semáforo"). 217
Éste constituye el único material gráfico que informa sobre la ligadura. Si bien la
217
La dinámica de implementación del cónsentimiento informado y la operación del dispositivo llamado
"semáforo" son analizadas en el próximo capítulo.
161
acotado presupuesto del Program a ,218 las prácticas de ariticoncepción quirúrgica no fueron
anticonceptivo de tipo quirúrgico (es una pequeña operación). Sirve para evitar el embarazo en
forma permanente y definitiva." Debajo de él hay un gráfico del aparato reproductor
femenino .219 Luego se describe brevemente la operación: "La ligadura de trompas consiste
en cortar las trompas de Falopio, de manera tal que quede cerrado el paso entre los óvulos
y los espérmatozoides. La mujer no pierde sus características propias del ser mujer, ni la
10.000 mujeres operadas de ligadura de trompas puede quedar embarazadas ". Se aclara que la
(reposo relativo por una semana). En otro recuadro se advierten posibles complicaciones
relacionadas con la cirugía o con la anestesia, y en otro se destaca —junto al lazo—insignia
de la lucha contra el VIH/sida— "Tenga presente: La ligadura de trompas no previene el
contagio del virus del SIDA y de ninguna Infección de Transmisión Sexual. Lo único que las
previene es el uso correcto del preservativo en TODAS las relaciones sexuales" (resaltado
en el original).
En las consultas que observé, pocas veces llegó a desplegarse esta información, que
218
Desde el Programa se diseñaron y distribuyeron unos afiches vistosos, grandes y coloridos, pegados
repetidas veces en las paredes del servicio donde hice trabajo de campo (mencionados en el capítulo IV).
En él se señalizan los órganos que lo componen pero, a diferencia del modelo propuesto por el PSSyR, el
gráfico no está ubicado en un croquis del cuerpo femenino, que facilita su comprensión.
162
Una profesional vinculó la escasa mención dada a la ligadura durante la "consejería en
anticoncepción" con el tiempo que requiere alterar las rutinas profesionales: para el caso
de las opciones quirúrgicas, la relativa novedad con que su acceso fue habilitado, 220
explica la continuidad de un relato profesional que al exponer los diferentes métodos
anticonceptivos rara vez hace lugar a la mención de las alternativas quirúrgicas. Pero
también se refirió a la "sensación" —en sus propios términos-a de estar promoviendo la
elección del método hacia una práctica sin retorno. Así, en relación con una intervención
radical como la ligadura tubaria, la sola acción de informar adquiere un sentido adicional
—el de "hacer apología"— sentido no asociado a la mención de los otros métodos
anticonceptivos sistemáticamente ofrecidos.
Y la información la traen ( ... ) las informaciones vienen del imaginario social, ¿si? Esta
cosa del boca a boca, esta cosa de ( ... ). Tal vez no hay tanto de trabajo de difusión médica
con respecto a esto en cuanto a lo que tiene que ver con los medios, ¿no? Yo siempre digo
que el hecho de, en esa clase, el control prenatal es la instancia que la mujer tiene de
cuidarse de punta a punta, ¿si? Porque (...) de todo y hablamos. Entonces, el bagaje social
que tiene, la información que de boca a boca, socialmente hablando, se clarífica, se
-° Hacía menos de un año que regía la ley 26.130/06 cuando inicié el trabajo de campo en el servicio.
163
aproximadamente). Algo irritada y con un gesto de desaprobación, la profesional que
recién cité preguntó: "Pero de dónde sacaron esa información? ". Este comentario constituye
mujeres, en sus recorridos instituciona]es fueron "rebotadas" por este u otros servicios
cuando expresaron su deseo de ligarse las trompas: es en esa trama que se dan distintos
procesos de transacción que tienen lugar entre los conjuntos sociales y sus saberes
(Menéndez, 1994). En este sentido, cabe resaltar que los criterios mencionados por las
mujeres como aquellos con los que los/as profesionales definen el acceso a la ligadura, se
cuentan entre los que efectivamente operaban como parámetros (cantidad de hijos, de
cesáreas, cierta edad) y las categorías mencionadas por las mujeres no se alejaban
demasiado de las que, en rigor, organizaban las rutinas profesionales en torno a esta
Al mismo tiempo, con esto se invisibffiza y descalifica el rol de otras mujeres, como los
recursos sociales siempre disponibles, los que tanto en relación con las alternativas
Expresando la hegemonía que como clase o sector los/as profesionales de la salud ejercen
sobre los conjuntos sociales subalternos, y en el caso que nos ocupa especialmente sobre
las mujeres, la violencia simbólica se manifiesta toda vez que restan validez a sus saberes,
cuestionan sus prácticas, y rechazan o se burlan más o menos abiertamente de sus
No, lo que vos tratás de hacer en ese momento es, 25 años con un solo hijo, si no tiene
ninguna indicación médica de que no puede tener más hijos, no sé, porque tiene una
164
ocurre, o porque la amiga o la vecina le dijo "mirá que en el [hospital "de referencia"]
ligan las trompas y si te las ligás nunca más tenés hijos, y ni el DIU ni..." Es decir, que
vienen con esa mentalidad, uno trata de revertir esa mentalidad que tienen las pacientes
[...] y ver cuál es la realidad y por qué ella se quiere ligar las trompas, porque hay millones
ae éxcuas T,ór iaspi l pácienÍes ie quieren iiár las trompas. Lasqie vienen que, - - -
desde que el marido quiere que se ligue las trompas, o que ella, porque tuvo un parto o un
embarazo y un parto traumático y no quiere más tener hijos, este... (Médica residente,
obstetricia, 6)
Estos fragmentos muestran que se desvalorizan los saberes, las expectativas, las
experiencias y los contextos de vida cotidiana de los que emerge la decisión de recurrir a
esta práctica por parte de las mujeres. En el último de ellos se revelan otras cuestiones en
Durante las consultas que observé, pero también durante las conversaciones en sala de
espera con las mujeres que se habían ligado las trompas, las mujeres que solicitaron la
165
ligadura expresaron que no querían tener más hijos, y algunas agregaron que no querían
arriesgarse a volver a quedar embarazadas -como ya les había pasado- por cuidarse con
otro método. Otras justificaron su decisión, además, mencionando problemas de salud
propios o de sus hijos/as, las complicaciones padecidas en los embarazos anteriores, y las
dificultades económicas para tener una familia más numerosa.
Fueron, como dije, muy pocas las ocasiones en que se incluyó en el espacio de la
"consejería en anticoncepción" la mención de la ligadura, y en ningún caso a la mujer que
consultaba pareció resultarle una alternativa conveniente. Mis notas no registran sus
características, apenas mi sorpresa por el hecho de que se informara acerca de su
disponibilidad. No obstante, teniendo en cuenta que fue en la segunda etapa, esto tanto
podría ser efecto de mi presencia en ese espacio -cuando, con la "devolución" se hizo más
claro, como expresaron, que constituían mi "objeto de estudio"- como el paso del tiempo,
que paulatinamente iría permitiendo modificar sus prácticas cotidianas.
Al desvalorizar, como se vio, las experiencias que motivan la decisión de las mujeres de
recurrir a la ligadura, y vinculando su pedido a la calidad de la información que tienen las
mujeres acerca de esta práctica, un médico reivindicó la capacidad de los/as profesionales
para evaluar los pedidos:
Todavía no vienen con una información que podamos decir realmente que sea buena. Por
eso es que el médico, frente a ese pedido, el rol del médico, yo quiero jerarquizarlo, que
debe brindarle la información y, obviamente, debe evaluar si esa paciente realmente por un
capricho o realmente por una necesidad real es que solicita este procedimiento. (Médico
ginecólogo, jefe, 10)
Así, una vez removida legalmente la indicación terapéutica como cláusula que
condicionaba el acceso a esta práctica, el rol profesional se reubica en torno a la habilidad
para discernir la naturaleza de los pedidos, distinguiendo aquellos que son planteados
"por un capricho", "por comodidad" de los que obedecen (y deben ser atendidos) a una
"necesidad real" o "mayor conveniencia". Se advierte aquí la moralización de la sexualidad no
reproductiva, cuya experiencia no admite -legítimamente- comodidad ni rapidez, tal como
expresó el mismo entrevistado (citado páginas arriba), al tiempo que habilita el control a
166
partir de criterios técnico morales de la biomedicina.
Por su parte, la ginecóloga que atendía consultas por ligadura, muy pocas veces incluyó
referencias al impacto o consecuencias de la ligadura en la vida sexual. En esas
efá ñpórfáhté cúidársé ñ1aftiédida qfidllffábaF
disfrute de las relaciones sexuales, "que se ven afectadas por tantas otras cosas: cansancio,
trabajo, preocupaciones cotidianas... porque la idea es disfrutar de la sexualidad,y la ligadura es
una forma" (notas de campo). Así, la promoción de medidas anticonceptivas —entre ellas la
ligadura— se justifica más recientemente vinculándola a la posibilidad de vivir la
sexualidad de un modo placentero. Entonces, es el exigido comportamiento
"responsable", como tantas veces explicitaron los/as profesionales ante las mujeres que
atendieron, expresado a través de la adopción de medidas anticonceptivas, lo que habiita
el legítimo disfrute de la sexualidad. Y al mismo tiempo habilita el control, que se expresa
toda vez que son los/as profesionales quienes evalúan para quién "la ligadura es una
forma", y para quien no.
El tiempo dedicado para la "consejería para ligadura" fue referido por los/as profesionales
como esencial para la toma de decisión por parte de la mujer:
El tema del arrepentimiento es lo que se trata de ir viendo eh, con la consejería, por eso no
es que en un día se define. O sea, viene alguien y plantea, sobre todo las embarazadas. En
el embarazo como tenés 9 meses por delante, o 5 meses por delante, la citás más seguido y
lo vas charhndo. En la que viene no embarazad-a -no--la vez tan frecuentemente. Trat-ás de
plantearlo, pero el tema no es "bueno, querés ligadura, se te hace". Viene la consejería [ ... ]
pero entonces por eso hay que tomarse tiempo en la consejería. (Médica obstetra, de planta,
4)
Así, los pedidos planteados en los primeros meses del embarazo posibilitarían que la
"consejería" se de como un proceso de información que permita establecer la convicción
de la mujer con respecto a la ligadura a lo largo de las consultas, a fin de evitar atender a
un pedido "poco meditado" por parte de la mujer que luego de lugar al arrepentimiento.
Con este argumento —"que no sea un recurso de desesperación sino una decisión realmente",
según dijo la médica recién citada— los/as profesionales se resisten a dar curso a los
167
pedidos planteados en coyunturas particulares recientemente experimentadas,
entendiendo que éstas dan lugar a "demandas poco reflexionadas ", tales como la reciente
notificación de un resultado positivo para el test de VJH, o transitando, un embarazo que
no había sido planeado. -
Pero, en ocasiones, las mujeres llegan a pedir la ligadura cuando están ya cerca del
término del embarazo. Esto genera malestar entre los/as profesionales, como pude
observar cuando asistí, sin proponérmelo, a una consulta de una joven en el hall de la sala
de la maternidad con dos médicas obstetras: le dijeron que no podían asegurarle si
terminaría en parto o en cesárea, y que lo principal era controlar su diabetes para llegar a
término en buen estado. Sobre lo que parecía el final del encuentro la joven dijo que le
había comentado a su médico del centro de salud donde controlaba su embarazo que
quería hacerse la ligadura. Las profesionales enmudecieron un momento, y luego, en
primer lugar le preguntaron su edad. (...) Una de las médicas -la jefa del servicio- que
estaba ya retirándose, volvió hacia ella y le dijo que le darían un material para leer, para
informarse sobre la práctica, "para que lo compartas con tu mamá, tus hermanas, amigas, con
quien vos quieras, o no lo compartas si no querés". Una vez camino a su despacho, esta
profesional, con una mirada que transmitía cierta sospecha me dijo en voz baja y sin
disimular su molestia -"y viene ahora, por primera vez..." Retomé las palabras de la joven,
quien le habría comentado al médico con el que se atendía su intención de ligarse, a lo que
me respondió "Sí, pero la debe haber rajado, y viene acá porque sabe que acá hacemos... Por más
joven que sea, yo por mí se la haría: diabética, con tres chicos, uno discápacitado... pero es un tema
con estas chicas tan jóvenes que quieren ligarse" (notas de campo). Expresó así, la molestia por
la afluencia de mujeres a las que, momentos después, se refirió como "paracaidistas, que
caen así, con la pretensión de ligarse".
También, la ligadura fue sugerida por los/as propios profesionales, durante el embarazo
de las mujeres o incluso al momento del parto, siempre que se tratara de una cesárea. Y
algunas mujeres también plantearon su pedido en la instancia misma de la cesárea. Esta
situación -en la que se refirieron a las mujeres como "las que entran por la ventana"- es
especialmente problematizada por los/as profesionales, en parte por considerar que es un
momento que "supone un estado emocional muy particular". Esta apreciación puede ser
168
asimilada a la construcción del "estado puerperal" como un momento de revolución
hormonal e irracionalidad que expresa la locura latente del funcionamiento normal del
organismo femenino (Daich, en Tarducci, 2008).
mujeres que conocí en la sala de espera desconocían que se pudiera realizar esta
intervención en otro momento distinto de la cesárea. Resta explorar en qué medida esto
contribuye a que la mayor parte de las intervenciones fueran realizadas al cabo del
embarazo. 221
resaltar que todas las intervenciones realizadas en estas circunstancias fueron Preferidas
por su carácter clandestino, 222 apelando a una prohibición total establecida por las normas
antes vigentes que, como se vio en el capítulo II, consideraban situaciones excepcionales
que implicaban su despenalización.
La práctica de esta intervención a nivel privado asumía, por un lado, ciertas características
Para los años 2005 y 2006, sólo el 8% de las ligaduras se habían realizado en mujeres que no habían estado
221
embarazadas recientemente; mientras que el 62% fue practica intracesárea y el 30% en el puerperio inmediato.
Más del 90% de loas mujeres que se operaron hicieron su pedido durante su embarazo. Datos que surgen de
un trabajo del equipo de profesionales de salud reproductiva del servicio, presentado en las VII Jornadas
Nacionales de Debate Interdisciplinario en Salud y Población, organizadas por el Área Salud y Población del
Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, en
agosto de 2007.
222
Puesto que si bien se realizaba en instalaciones y dentro de la estructura administrativa de instituciones de
obras sociales y clínicas privadas, el acuerdo siempre era entre el médico/a y la mujer, honorarios mediante.
169
manejo del secreto que implica no dejar constancia en documentos, entre otros), al tiempo
que organizaban las rutinas profesionales en las instituciones sanitarias públicas, desde
En cuanto al motivo de elección de esta práctica entre las mujeres que contaban con
suficientes recursos como para poder costearla, un profesional expresó:
Y, en privado.., eh, viendo los casos que yo veo, eh, acceso a la anticoncepción tienen, por
ahí el tema de la ligadura es algo cómodo... y te olvidás, no tenés ni que tomar la pastilla
todos los días, ni estar pendiente del DIU, que si te baja y demás. O sea, tiene esas ventajas.
Las desventajas de la irreversibilidad, pero hay mujeres que ya la tienen muy clara, 6
chicos, que se quedaron embarazadas por mala suerte para ellas, según ellas. Está bien, es
válido. (Ginecólogo, de guardia, 3)
atienden en el sector público se inclinan por la ligadura, no son experimentadas por las
de los sectores más desfavorecidos, las que procuran atención en los servicios públicos,
•1 entendiendo que "esta legislación es como para países con otro nivel, acá hay que educar a las
170
mujeres ", durante el encuentro en el que participó como invitada la jefa del servicio "de
referencia" (notas de campo).
Así, este escenario se completaba con la imagen de la mujer arrepentida: aquella que tiempo
-
fadéf rh5ié dé
contra el/la profesional que atendió su pedido. Y parecen ser exclusivamente las mujeres
que se asisten en los servicios públicos de salud las que podrían tomarse una amenaza.
Por el contrario, ninguno de los/as entrevistados se refirió a las mujeres que consultaban
de manera privada en términos de potencial amenaza, caso cambiaran de opinión después
de ligarse las trompas. Sin embargo, comentaron los "recaudos" basados en el manejo del
secreto que rutinariamente se tomaban a fin de minimizar su exposición. Estos incluían la
terminación del embarazo con la programación de una cesárea, para evitar dejar cicatrices
que no pasarían desapercibidas ante la mirada de otros/as colegas, o la institución médica
de previsión social o prepaga (ya que así esta práctica queda solapada en el acto
quirúrgico de la cesárea).
Por otra parte, la provisión efectiva de la ligadura en este espacio se basaba, en parte, en la
consideración de las circunstancias que rodeaban a la mujer que solicitaba la práctica y
que permitían comprender su decisión:
[ ... ] Lo que pasa es que la hacés igual por un arreglo personal. Vos tenés una relación
médico-paciente en privado mucho más estrecha quizás que en el hospital, entonces vos
sabésa quien se la vas a hacer. No es una paciente que vino por primera vez y la viste y te
pidió la ligadura, porque no se la hacía. Se la hacías en una paciente que seguiste nueve
contexto... [ ... ] (en voz baja, con tono grave). Si la paciente te denunciaba.., eso no se lo
hacías a cualquiera. (Ginecóloga, de planta, 2)
La acción de cierta empatía entre los/as profeinales con las mujeres que atendían en este
ámbito, surgida de la mayor proximidad en el espacio social —en comparación con la
distancia social que supone la relación médico-paciente en los servicios públicos— junto al
beneficio económico, contribuían a tensionar las normas legales de manera diferencial en
los espacios "públicos" y "privados" a través de las prácticas profesionales cotidianas.
171
Como sostuve en otro trabajo (del Río Fortui-ia, 2009), discursivamente, esto se expresó en
presentaciones que contrastaban las dinámicas institucionales de estos espacios.
Asimismo, la caracterización estereotipada de las mujeres que asistían a uno y otro, y que
daba lugar a un vínculo también confrastado en cada uno de ellos, organizaba las -
prácticas y rutinas profesionales de modo diferencial, al tiempo que reforzaba la
vigilancia del acceso a la ligadura en el caso de las mujeres de los sectores más
desfavorecidos.
Con la nueva legislación, que estableció formalmente el acceso gratuito a esta práctica en
todos los subsectores del sistema sanitario, su realización en instituciones de carácter
privado o semipúblico implica pasar por una serie de instancias burocráticas y de
evaluación a cargo de distintos profesionales:
A nivel privado, eh, sí, están llegando los pedidos, y las obras sociales y prepagos (se
casos tendría que derivarlo a la obra social para vehiculizarlo (imitando cierto tedio) a
través de psicóloga, auditoría médica, una cantidad de vueltas, o sea que no queda en mí, a
pedido del prepago, la decisión final. Que en realidad no es lo que marca la ley.
(Ginecólogo, 10)
Las complicaciones y la demora que implica tal circuito podría llevar a las mujeres que
cuenten con los recursos económicos necesarios a incurrir en gastos de bolsillo (como
antes) a fin de agilizar la resolución. Así, con ésta entre otras estrategias profesionales, se
reconfiguraría el mercado en torno a esta práctica. Pero lo que este fragmento también
muestra, es la consideración por parte del profesional del poder decisivo que debería
tener su opinión frente al pedido de esta práctica. Por el contrario, la disposición de
nuevos mecanismos de evaluación por parte de las empresas de salud y entidades de
seguridad social implican una suerte de desplazamiento, que opera a través de la
dispersión de la capacidad de decisión —más allá de la decisión manifiesta de la mujer,
cabe recalcarlo— entre una variedad de actores que podrían actuar a partir de una
172
diversidad de criterios en sentidos contrapuestos. 223
Se observa, entonces, que los términos público y privado empleados por los/as profesionales
de la salud, retoman pero exceden las referencias a la organización del sistema sanitario
réitñét
diferenciales de clandestinidad, penalidad y caracterización de las mujeres que atienden
en uno y otro. Tales nociones, entonces, deben ser entendidas como multívocas y
relacionales.
Este argumento, presente desde los años '60, cuando se desarrollaron las primeras
actividades de planificación familiar, más recientemente contribuyó a legitimar la
ligadura tubaria como método seguro y eficaz de evitar la concepción y, así, los riesgos
del aborto. Así, el problema del aborto constituye el contrapunto en el que se fundamenta
el recurso de la ligadura tubaria compartido, como se vio, por distintos actores sociales, al
tiempo que encierra sentidos disputados acerca de la naturaleza femenina, su sexualidad
223 Si bien en estos niveles de atención pueden establecerse mecanismos como éstos, que limiten el acceso a las
prácticas de anticoncepción quirúrgica —que desde que rige la ley 26.130/06 deben ser provistas gratuitamente
a los/as beneficiarios de obras sociales y prepagas, sus intereses se deben haber visto afectados por la
modificación de la regulación legal de esas prácticas. De ahí el lobby que opusieron a su sanción (Página 12,
28/06/06).
173
y la maternidad.
pública, es su concepción como crimen "contra la vida" lo que llevó al sacerdote que
BiéTid oyafJá há1uiitái6ñ d
el aborto. Asimismo, varias mujeres que se ligaron las trompas y otras que se mostraron a
del aborto. Resta explorar en qué medida esto expresa un proceso de incorporación de la
perspectiva médica y los cánones morales tradicionales que bien puede resultar
estratégica a la hora de solicitar una práctica cuyo acceso es dirimido por los/as
profesionales de la biomedicina.
No obstante el entusiasmo que expresó la jefa del servicio en relación a las realización de
consultorio de salud reproductiva alentó el trabajo en esta línea —"a la uruguaya ", como
refirió_225 la recepción, sin embargo, generó cierta incomodidad y el tema fue abandonado
sin darse discusión alguna. A pesar de que la suya no representaba una posición
sostener esta perspectiva. En este sentido, participó junto a otras profesionales del servicio
mostró orgullosa a la vez que ansiosa: "si todo sale bien vamos a empezar a trabajar menos en
En este sentido, hacia finales de 2007, festejó la publicación de una guía práctica para la atención del aborto
no punible, y resalió que ésta incluye la interrupción del embarazo en cualquier caso de violación (cláusula
presente en el Código Penal que es interpretada, las más de las veces, en sentido restringido).
225
La ley 18.426, de Defensa del derecho a la salud sexual y reproductiva de Uruguay, sancionada el 1° de
diciembre de 2008, contempla la "consejería pre y posaborto" -que incluye recomendaciones, prescripción de
antibióticos, información acerca de maniobras que no se deben realizar, y sobre las "señales de alarma" ante
las cuales procurar atención médica- aun cuando la interrupción voluntaria del embarazo continúa siendo
definida como un delito.
174
las sombras ", y este momento sería, segúi-i ella "cuando la gente entienda que es para la
reducción de daños. Ese argumento no se puede objetar, porque no se trata dehacer un aborto, sino
de evitar mayores riesgos para la que quiera abortar ". (notas de campo).
demandas del movimiento de mujeres de donde surgió este concepto, como se vio en el
capítulo H. Sin embargo, cuando algunas profesionales del equipo aluden a esta consigna,
los sentidos contenidos alli no coinciden con aquellas. Constituyen, sí, un elemento para la
todavía muy resistida, y que se expresa en las prácticas asistenciales que efectivamente
provocada la pérdida del embarazo). Como parte del programa de atención posaborto,
parte de las mujeres que atravesaron recientemente un aborto, con una importante
cantidad que se inclinó por el DIU, que les fue colocado en el mismo acto quirúrgico de
completar el aborto, previa solicitud de su consentimiento.
226
Esta actividad se inició con una investigación sociomédica realizada por un centro de estudios (CEDES)
acerca de las condiciones de atención del aborto en curso, que fue seguida de una instancia de capacitación
para sus profesionales. Así, el servicio se proponía una conducta asistencial que se alejara de los malos tratos
que, como la bibliografía sociológica señala (Checa y Rosenberg, 1996; Ramos y Viladrich, 1993, entre otros), y
como organizaciones de mujeres continúan denunciando, signan el pasaje de las mujeres por las instituciones
de salud en estas circunstancias, donde son acosadas con interrogatorios, sospechadas, castigadas, y
culpabilizadas tanto de provocar la interrupción del embarazo como de no procurar atención médica a
tiempo.
175
cuestionamientos, según comentó una residente durante una de las reuniones del equipo
profesional de salud reproductiva. Las objeciones, dijo, asumían que en tales condiciones
las mujeres no habrían tenido tiempo suficiente para decidirse por este método, y podrían
.J_g2_ psmosi -
sorprendida.
22 'Quientampoco mencionó los efectos adversos de la medicación para provocar un aborto. En cuanto al DIU,
la única vez que se informó al respecto, estaban a cargo del consultorio profesionales que proveen este método
en menor medida que sus colegas.
176
sala de espera, y que se había ligado las trompas en el servicio cuando tenía 44 años,
Le pregunté por qué se había ligado: "Y, 11 chicos, 3 fallecidos, diabética. ¿Y cómo supiste?
pgüwt-A ijt
era peligroso. ¿Y no se te había ocurrido antes? —Sí, pero antes no era como ahora, que con
6 chicos te ligan. No, me sacaron cagando antes [en el mismo hospital].
R: Sí, sí, me cortaron, no me ligaron, no me ataron las trompas, me las cortaron, yo lo pedí
$ así porque ya no quería saber nada. El último embarazo me arruinó la vida, yo ya no
quería. Ellos me embarazaron.
A: ¿Cómo es eso?
R: Sí, porque ella (señalando hacia el consultorio) me venía dando inyecciones, y un tiempo
que ella no estuvo viniendo porque tenía a la madre enferma yo vine a pedir más [la
doctora le daba 4 ó 5 cajas y Ramona se las hacía aplicar en la salita]. Y acá me mandaron a
la salita, y ahí me dijeron que cómo me estaban dando eso, que tenía mucha hormona, que
no era para mi. Y al final me dieron unas pastillas, pero por 4 meses no me bajó, y ahí ya
estaba embarazada... y me vine acá. Yo estaba remal, con una depresión, no quería saber
nada... y vine como loca, porque yo no quería eso, y lloraba, y lloramos juntas con la
doctora... ella enseguida pone el hombro, y me dijo "y qué le vas a hacer, ya está mami, lo
tenés que aceRtar." Le mostré lo que me habían dado, porque me quedó de recuerdo la
cajita que estaba tomando. No podía creer que me habían dicho eso "pero cómo no te
dieron !". Además allá sólo te dan pastillas (con gesto de expendio) en cambio la doctora
...
me hacía ecografías, todo. Y ahora, que ya no tengo nada que ver con esto (señalando el
consultorio) vengo igual, porque la doctora me conoce...
plantearle la alternativa de ligarse las trompas, cuando atravesaba un embarazo que había
intentado evitado. Frente a un embarazo que "le arruinó la vida", la ligadura tubaria fue
177
e
El próximo y último capítulo de esta tesis, se detiene eit el análisis de las rutinas
profesionales y las construcciones sociales en que aquellas reposan, y que implican, frente
a cada mujer, contemplar la posibilidad de presentar esta práctica como una posibilidad,
una indicación médica o una medida altamente inconveniente.
178
CAPÍTULO VI
aquí los discursos de los/as profesionales y la observación de otras prácticas, y analizo una
focalizo algunos aspectos que permiten entender la práctica de ligádura tubaria como una
actividad técnica que tiene lugar en la vida cotidiana de las personas. Esa noción se basa
materialmente a quien las ejecuta —evidenciando el carácter maleable del cuerpo— sino que
involucran la transformación de las relaciones sociales con los otros.
de "elecciones técnicas" del etnógrafo francés Pierre Lemonnier (2002) es útil para el
problema que analizo. Este autor planteó que las representaciones acerca de la técnica —y
la elección entre las posibilidades técnicas disponibles— se imbrican en otras
179
representaciones, es decir, se insertan en y resultan compatibles con el universo social y
simbólico más amplio que implica consideraciones "no técnicas"; lo que en rigor —señala-
lleva a cuestionar las distinciones entre lo "técnico" y lo "social". Desde ahí es que cabe
indagar ¿qué significados adquiere la práctica entre los/as profesionales de la salud? ¿con
¿cuáles lógicas y en qué sentidos orientan su elección (o no)? Para ello, describo y analizo
ligadura tubaria y que contribuyen a delinear los modos de intervención biomédica de los
cuerpos femeninos.
Como se vio en el capítulo II, durante los debates de los proyectos de ley sobre
ligadura, fueron los datos aportados désde jurisdicciones que ya venían proveyendo esta
práctica para contrarrestar la inquietud de quienes, oponiéndose a la liberalización de esta
las mujeres que se ligaron l trompas allí antes y después de que entrara en vigor la ley
26.130/06 expuesto en unas jornadas científicas, 228 contribuyera a erradicar esa "fantasía",
según refirió a esta posibilidad. Sin embargo, pese a la mntencÍón de alentar a otros
servicios a funcionar de acuerdo con lo que la ley promueve —el derecho de las mujeres a
decidir sobre su propio cuerpo en materia de capacidad reproductiva a través del recurso
a esta práctica— la presentaciónde las características de las mujeres que se operaron como
228
vJJ Jornadas Nacionales de Debate Interdisciplinario en Salud y Población, Instituto de Investigaciones
Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, 2007.
180
Así, la relativa estabilidad 229 del número de prácticas realizadas, y la persistencia del
"perfil" —1caracterizado por la edad y la cantidad de hijos/as de las mujeres al momento de
la operación— obliga a dirigir la atención hacia los criterios con que se dirime la
"conveniencia" de realizar esta práctica, puesto que "la media de edad de las mujeres que
accedieron al método es de 34,5 años (22-47 años). El promedio de hijos en este grupo es de 6 (0-
14)".230 Para mediados del año 2007, la edad media de las mujeres operadas fue 33,4 años,
y el número promedio de hijos era 5.3 (310).231
Como se vio, el "semáforo" establece criterios para el proceder profesional frente a las
solicitudes de ligadura a fin de estandarizar la evaluación de los pedidos de ligadura
tnbaria, a través de una serie de preguntas, y en función de los "factores de
arrepentimiento" :232
[ ... ] el tema no es "bueno, querés ligadura, se te hace". Viene la consejería [ ... ] pero entonces
por eso hay que tomarse tiempo en la consejería. Pero el semáforo sí, generalmente uno a
veces.., piensa en el semáforo (en voz baja, como dudando) "esta mujer se puede
arrepentir", y eso es lo que se anota. Pero no significa que con eso no vaya a ligadura.
Porque después se pone el ok o sí, o no. Pero es como que es una alerta para ver en las
siguientes consultas qué puntos tratar. Si tenemos un semáforo con muchos amarillos o
muchos rojos y sigue pidiendo ligadura tenés que seguir hablando mucho y machacando
mucho en cada consulta a ver realmente qué quiere. Y lo que es conveniente para ella. Es
más que nada a nivel, ahora el semáforo funciona más que nada a nivel de guía para la
121Porque existe un leve aumento, producto de la demanda acumulada que recién con la sanción de la ley ve
facilitado el acceso a la práctica en cuestión.
° La base (n= 182) corresponde a los años 2005 y 2006, sin que varíe significativamente de un año a otro.
231 Sobre la base de 21 mujeres de las que se tenían los datos, de las 24 mujeres operadas ese año. De éstas 24,
sólo una era soltera, y casadas o en uniones estables las otras 23. El estado civil no fue consignado en las
planillas de los años anteriores.
232 Estos, se recuerda, son: mujer joven, menor de 30 años; con pocos o sin hijos, y con todos los hijos del
mismo sexo. Para más detalles, ver capítulo III.
181
practicar o no la ligadura a pedido de la mujer, teniendo en cuenta las chances de
unánimemente a las mujeres para quienes un próximo embarazo implicara un riesgo para
hipertensión arterial, etc.). Así, la "conveniencia" de recurrir a esta práctica estaba todavía
asociada a los criterios en los que se basaba la "indicación terapéutica". Estos criterios,
como se verá, remiten al saber técnico de la biomedicina desde el que se establece el
"riesgo clínico" 23 al tiempo que encubre valoraciones sociomorales, puesto que se fundan
La autora retomaba allí la noción de "candidatura" planteada por Ronald Frankenberg (1994) en relación
231
Es en virtud de estos criterios que durante el tiempo que estuvo cerrada la maternidad se gestionaba
23-1
ágilmente la derivación de algunas mujeres que atendían allí su embarazo, y que se ligarían las trompas al
momento del parto (estrategia a la que me referí en el capítulo IV): fue a mujeres con varias cesáreas y otras
viviendo con VIH, que la jefa del servicio extendió una nota dirigida al director de otro nosocomio,
priorizando de esta forma la atención de mujeres que, de embarazarse nuevamente, enfrentarían mayores
riesgos vitales.
182
de los/as profesionales del servicio y del hospital, personal de la Defensoría y
derivación de mujeres para ser operadas en este hospital, previa aplicación del
mujeres eran referidas allí con una carta. Transcribo a continuación ana de ellas,
Htal. [...]/Dra. [ ... ]: nos dirigimos a Ud. a fin de informarle la situación de la señora...., de
años de edad, DNI..., la cual se presenta en nuestra institución el día ... solicitando se
articulen los medios para la realización de una ligadura tubaria bilateral. Se la derivo al
hospital local, encontrándose el mismo de paro por tiempo indeterminado. La sra.
manifiesta haber usado métodos anticonceptivos, los cuales no le han proporcionado
resultados positivos. Además la sra. ... tiene ... hijos. Ante esta situación, solicitamos a ud.
tomar en cuenta los motivos expresados por la señora y efectivizar la realización de la
ligadura. La sra. ... ha sido informada de las consecuencias de dicha práctica, completando
la ficha de ligadura tubaria bilateral y el semáforo (lo cual se adjunta), frente a lo cual ha
manifestado su consentimiento. Agredeciéndole su atención y descontando que a la sra.
se le garantizaran sus derechos en su hospital, la saludamos con mucho afecto." (firma la
presidenta de la ONG). 237
Así, tanto la nota como la ficha adjuntada y la propia implementación del "semáforo"
sugiere que, a pesar de los términos en los que la ley reconoce el derecho universal al
acceso, como se anunciaba en el cartel que exhibe esta fundación, sólo algunas mujeres
eran derivadas al servicio para operarse, de acuerdo con criterios que no se distinguían,
entonces, de los que organizaban las prácticas médicas, expresados en la exposición de los
236
Un cartel en -su sede que anuncia: "Ligadura tubaria bilateral o 'atarse las trompas' es -un derecho humano, la ley
26.130 dice que todas tenemos derecho a esto en el hospital público y gratuitamente. consúltenos!!!" (subrayado en el
origini). -
237
En otra carta, con similar formato, firmabá una de las abogadas que integra la fundación. La ficha que se
adjunta recoge los datos personales —nombre y apellido; edad; cantidad de hijós; cantidad de embarazos— un
formulario que indaga si está embarazada (y fecha probable de parto); problemas de salud y dificultades en
embarazos previos; servicio donde realiza controles de salud ginecológica; utilización actual y previa de
métodos anticonceptivos y dificultades experimentadas; si le fue sugerida la ligadura, por quién y qué
información le fue brindada. Se adjunta -el "semáforo" propiamente dicho (que señala con cruces en los
casilleros "verdes" para todas las respuestas), no el consentimiento.
183
datos que estos documentos recogen. Veamos a continuación de qué modos la noción de
"candidatas" organizaba las actividades de la "consejería".
información que la profesional les brindaba a éstos cuando consultaban por la vasectomía:
la médica destacaba que la intervención no interferiría en "las funciones del hombre", en
el funcionamiento del pene y su capacidad eréctil, asumiendo así la centralidad de la
184
experiencia de la sexualidad masculina.
Luego, solía seguir el planteo de ciertas situaciones o escenarios hipotéticos: " Y qué
pasaría si dentro de x tiempo querés que tu hijo tenga un hermanito? " Y si cambiás de pareja y
",
e7ñjó
maternidad podría reinstalarse más adelante, sólo fueron planteadas a las mujeres más
jóvenes238 y a las que tenían "pocos hijos/as". Se guiaba, así, de acuerdo a los criterios
El espacio de tiempo dedicado a la "consejería" fue más amplio frente a mujeres cuyos
"perfiles" no cuadraban con los criterios establecidos en el dispositivo (los que se ordenan
en la caja de colores y/o los "factores de arrepentimiento"), al tiempo que incluyó
información sobre métodos transitorios y reversibles. No obstante, la información en
238
El "corte" suele trazarse en los treinta años —siguiendo el "semáforo"— pero resulta más conflictivo cuando
la mujer está próxima a los veinte.
239
Durante mi segunda etapa de trabajo de campo la información brindada fue más exhaustiva que en la
primera fase. Caben aquí las mismas hipótesis que planteé en el capítulo anterior acerca de la incorporación
de la ligadura entre los métodos anticonceptivos disponibles al momento de realizar la "consejería en
anticoncepción".
185
torno a la práctica en cuestión no fue más exhaustiva. Sólo en esos casos se observó la
Por el contrario, otra fue la rutina cuando se trató de mujeres con características que las
cuidado. La mujer respondió que casi nunca: sólo en una oportunidad había tomado
los hombros, como si fuera toda lo que pudiera decir. La profesional opinó: "seguramente
información no te faltaba, por el medio donde trabajás" [era enfermera en un hospital público
con indicación de leerlo detenidamente, compartirlo si así lo deseaba con quien quisiera, y
firmarlo, con la aclaración de que sólo su firma era necesaria (a diferencia, como se vio,
del procedimiento antes corriente de solicitar la firma del marido). Asimismo, a aquellas
mujeres consideradas "candidatas" se les entregó la "hoja de ruta" y las órdenes para los
solicitado, sin dedicar más que unos pocos minutos a la "consejería", que no incluyó
información ni promoción de otros métodos (reversibles) más que para garantizar que no
fueran a embarazarse en el lapso de tiempo que les tomaría realizar los estudios previos a
186
intervención, sin siquiera desplegar la información disponible en el consentimiento
entregado. 240
Los tiempos de la "consejería" se veían acotados, también, cuando eran las hijas de las
social". En efecto, este constituye otro criterio que contribuye a definir el "perfil" de las
"candidatas", desde el cual justifican la realización de la ligadura:
Antes era un tema, cada vez que me veían aparecer a mí con una paciente para ligadura
era... de terror. Una paciente, en general pacientes o familiares de acá, de gente del
hospital, que tenía 5, 6 hijos, con un sueldo que, también lo económico. O sea, no es
solamente el riesgo de vida, el riesgo de, social de un chico que nace y no tiene ni para
un factor de "riesgo social", noción que no atañe estrictamente a la mujer sirio, y sobre
servicios públicos pero que remitían a distintas lógicas (resistencia ideológica de las
240
Esta debilidad de la comunicación de la naturaleza de la operación, fue manifestada por algunas de las
mujeres que se operaron: durante una consulta de control pos operatorio, presencié las dudas que planteó una
- - mujer, acerca de la operación y su eficacia. La profesional se puso seria y le preguntó si había leído el
consentimiento, que para eso se lo dieron con tiempo —le dijo— para que lo leyera tranquila y se sacara las
dudas. La mujer, sonriendo, se disculpó alegando no ser una gran lectora: "lo que leo me entra y me sale". La
profesional le explicó que con el método que emplean para realizar esta operación es altamente improbable
que se pueda embarazar, aunque no pueden decir —porque la jefatura no les permite— que es 100% seguro, y la
mujer se mostró aliviada por la alta eficacia.
187
.
insumos hacia los servicios). Otras veces, en esas mismas condiciones de existencia, se
la intervención solicitada, en función del "riesgo social". Así, de acuerdo con la posición
conveniente realizar la ligadura, en parte en función del riesgo clínico, procurando así
ponerla a salvo y con ello garantizar el ejercicio de las funciones maternales para con sus
hijos.
Vale señalar que entre los expedientes de la Defensoría el único informe médico que daba
cuenta de esta dimensión en la evaluación del pedido de una mujer de recurrir a esta
práctica, correspondía a este servicio de obstetricia. 241 La consideración de las dificultades
practicar la ligadura tubaria, al tiempo que los "criterios clínicos" están atravesados por
apreciaciones morales.
inconsulta: "Ahora, si viene una mujer, no sé, de 39 años, con 8 hijos, que tiene un montón (se
interrumpe) y, creo que ahí hace falta ni preguntarle si está de ac-, hay que hacerlo".
241
Se trata de la actuación 10.860/02.
188
.
ignora la diversidad de sentidos que la reproducción adquiere entre otros grupos sociales
y las dificultades objetivas para satisfacer las decisiones reproductivas entre los conjuntos
sociales más vulnerables, distinguiendo conductas moralmente aceptables (propias de
"nosotros") de las inaceptables, las de "los otros". Así, se preservan las relaciones sociales
vigentes y, en ellas, su lugar privilegiado. Es necesario, pues, extender la propuesta de
Standirig (1992) acerca del abordaje antropológico de las prácticas que de cuenta del
significado cultural específico, del contexto socioeconómico y político más amplio y de las
formas de expresión de la sexualidad, para incluir también en el análisis, los contextos
cotidianos en que se insertan la maternidad y las decisiones (no) reproductivas.
***
es, que en momentos previos inmediatos a la intervención, mujeres internadas para ser
operadas cambiaron de opinión y desistieron de ligarse las trompas. Interpretó estas
situaciones como "un semáforo, una advertencia, para nosotros ", que debía obedecer a la
"relajación" en el empleo del dispositivo, según dijo. Expresó que esto podría evitarse
con"un buen trabajo de comunicación y prevención", a la vez que destacó la necesidad de
estudiar los factores asociados a este cambio de parecer a fin de orientar la "consejería". El
énfasis en estudiar estadísticarnente a la población que asisten fue expresado en relación a
otras cuestiones. Por un lado, el servicio acostumbra (como se vio en el capítulo IV)
elaborar trabajos a partir de la clínica. Por otra parte, esta expectativa de generar
información sobre cuestiones que resultan problemáticas, puede vincularse con la
necesidad de generar rutinas que contribuyan a reducir la incertidumbre en la práctica
asistencial cotidiana, en el sentido planteado por Berg (1992).
189
(asumiendo una respuesta afirmativa), si aquella mujer —protagonista de su relato— había
tenido una evaluación favorable, me dijo "Sí, pero por ella".242 Pregunté si no habría sido
conveniente que otro/a profesional charlara con ella sobre su motivación, tal vez alguien
del capop cemos así", me respondió sin más. No obstante, en situación de -
entrevista subrayó el malestar que generaba a los/as médicos un cambio de opinión a
última hora, en virtud de la dedicación que, destacó, el equipo ponía a la "consejería" :243
Y, nos da mucha bronca (se ríe). Básicamente nos da bronca porque, justamente, por todo
este proceso del compromiso que ponemos en la consejería, en que lean, en que compartan,
en el famoso semáforo y en todo esto que ponemos y que, en un minuto.., qué sé yo. Hubo
dos casos que fueron de pánico antes de entrar a quirófano. Bueno, habrá que trabajar con
alguien que haga stress prequirúrgico, qué sé yo... no, volvieron y se fueron con un DIU
muy contentas. (Médica obstetra, jefa, 12)
este fragmento. Tanto de éste como del intercambio que cité arriba, surge que el
realización de la práctica de cara a una decisión firme y sostenible en el tiempo (con muy
profesionales, al tiempo que reproduce y valida esos mismos cursos de acción (Berg,
pueden implicar tales situaciones para los/as médicos, en las que el cuestionamiento se
dirige, primero hacia la mujer, y luego hacia aquellos/as. En este sentido, contribuye al
242
Vale resaltar que, aunque la decisión de la mujer puede reconfigurarse a la luz de diversos factores, un/a
profesional debió habilitarla a realizar la práctica. Dada la dinámica asistencial corriente aquí analizada, es
posible que habiendo sido considerada una "candidata", la instancia de la "consejería" durante la consulta de
esta mujer no haya merecido especial o suficiente atención. Abona esta posibilidad el argumento que
desarrollo a continuación, acerca de la confianza en el "semáforo".
243
Y seguramente los contratiempos y reajustes que implica en cuanto a la asignación de los recursos del
servicio.
190
disciplinamiento profesional, al cuestionar sus modos de implementación en el marco de
Esta sensación de que está automatizado viene a raíz de una mujer que era muy joven, 22
u -----
utilizado otro método, y que la mina exigía por su derecho, y [nombre de pila de una
profesional] le había firmado el semáforo verde, lo cuál no estaba mal. Pero en realidad lo
que estaba mal era que la mujer no había tenido oportunidad de conocer nada y que estaba
evidentemente frente a una situación que la desbordaba, que era un hijo a continuación del
otro, que no estaba previsto ( ... ) el momento de la decisión no era adecuado ¿entendés?. A
raíz de eso volvimos a reunirnos y a ver que bueno, que eso era una columna amarilla:
nunca usó un método anticonceptivo, eh. Eso no era para decirle (con tono diligente,
despreocupado) "ok, sí, chau, te ligo", sino para repensar la situación ¿entendés? [ ... ]
Repensar, volver a la consej ería, esto significa. Que siempre decimos, no le negamos a la
mujer, nunca le decimos "no te lo vamos a hacer". Le decimos "tenés que pensarlo mejor,
¿qué te parece si por un tiempo podés usar otra cosa ... ?", ¿entendés? Tomar en cuenta
también esta nueva experiencia por ahí, que nos pasó con una mujer arrepentida que está
feliz con el DIU: la siguen viendo en el centro de salud, y la mina está bárbara, y "ah que
suerte que no me hice eso!" (Médica obstetra, jefa, 1) (el resaltado me pertenece)
Aquí, al tiempo que expresó su confianza en este dispositivo, la jefa del servicio cuestionó
la forma en la que otra profesional había resuelto su implementación. De ahí que justificó
su revisión, y luego la estrategia de "repensar (...) volver a la 'consejería ", al tiempo que -
una serie de tensiones e incluso contradiccioneS, 244 tales como la limitación del acceso que
algún otro método anticonceptivo (aunque no siempre), o bien, que la pareja esté de
definieron como "grandes casos" o "casos difíciles". Así, ante situaciones en las que
"proceder con la ligadura [implicaba] transgredir las recomendaciones del semáforo ", según
244
En el mismo sentido, Alejandra Roca (2009) analiza el despliegue de dispositivos que permiten lidiar con el
carácter "híbrido" del embrión en los centros especializados en su producción, al tiempo que encubren una
serie de tensiones.
191
planteó la jefa del servicio, se pusieron en acción otros dispositivos: una mayor dedicación
aún resuenan, y que fueron objeto de los relatos construidos durante mi trabajo de campo.
Cabe suponer que estas modalidades de abordaje hayan sido movilizadas por la
insistencia de las mujeres en su pedido. En cambio, de acuerdo con los datos elaborados a
Las ténsiones
La decisión expresa de las mujeres jóvenes se convierte en objeto de una atenta mirada.
ocasiones se incluye en esta categoría a mujeres con dos hijos/as, aun cuando entienden
que se trata de situaciones cualitativamente diferentes. Sólo a ellas, les fueron planteados
En una consulta, frente a una mujer de veinte y pocos años, la profesional enfatizó la
192
quirúrgica. Como la joven nunca se había cuidado, la profesional comenzó a explicar,
pausada y cuidadosamente, que la ligadura es algo definitivo, y que si bien estaba en su
derecho y si seguía queriendo se la irían a hacer, convenía que antes probara con alguno
de los miles de métodos que le permitirían dejarlos si no se sintiera bien o no le gustarai
También le dijo que teniendo en cuenta que tenía dos bebés chiquitos, y que ella misma
era muy chiquita, podría cambiar de opinión y más adelante podría querer tener otro hijo
—"a todas las mamás nos pasa, que con el parto y mientras el bebé es chiquito decimos que este es el
último, pero después los chicos crecen y a veces queremos tener otro"— y para eso la ligadura no
tenía retorno. "Por eso quiero que lo pienses un poquito más, y mientras tanto buscamos otra
forma de cuidarte, yo ahora te voy a contar qué métodos hay y elegimos uno para que pruebes
mientras pensás lo otro un poco más. Después podés venir y decirme que el método no te gustó, que
estás segura y querés hacerte la ligadura ". Explicó, entonces, en términos llanos cuáles eran
los otros métodos anticonceptivos, y luego le indicó uno de ellos.245 Al día siguiente la
joven se presentó en el servicio acompañada por su marido y diciendo que lo había
pensado más y que quería que le realizaran la ligadura, entendiendo que era una práctica
de consultorio 246 (notas de campo).
El cuestionamiento que recibió este pedido por parte de mujeres jóvenes y con pocos hijos
implicó, según observé, la interpretación de sus vínculos personales (que remiten a otras
mujeres) en términos de presiones, restándole convicción y autonomía a su decisión de
practicar la ligadura. Así, cuando otra mujer joven con dos hijos explicó que no quería
tener más, y que una de süs cuñadas lé dÍjo que podría hacerse una ligadura, la
profesional le dijo varias veces que la decisión la tenía que tomar ella, que su cuñada no
podía decidirlo por ella, que la decisión debía "salir de su corazón ". Luego le preguntó si lo
había hablado con su marido o si se había mandado sola, por su cuenta. " Y él que piensa
de esto? —Me dijo que tenía que hacer lo que a mí me pareciera. —Claro, es tu decisión, no la de tu
cuñada ". Luego le preguntó cuántos hijos era su sueño tener: "uno apenas" respondió la
245
En la historia clínica se lee la dificultad experimentada por la profesional a la hora de comunicar la
naturaleza de esta intervención y la resolución temporal de la solicitud: "Solicita ligadura tubaria. Se realiza
consejería. La paciente nunca utilizó ningún método anticonceptivo en su vida sexual. Se trata de explicar que es un
método definitivo. Se instruye sobre ACO de lactancia. La paciente acepta, se cita 1 mes".
246
Según me comentó, unos días más tarde, la profesional que la atendió en esta segunda instancia
193
joven (notas de campo). Tiempo más tarde, al cabo de la devolución que realicé al equipo
de profesionales de este servicio, y debido a que uno de los aspectos crítkos allí señalados
se refería a estas cuestiones, volvió sobre el caso de aquella joven: " te acordás? Pobrecita,
vino porque la mandaron las cuñadas.... Cuñadas con las que aquella mujer vivía, todas ellas
y sus parejas —habían migrado desde Bolivia— empleados en un taller textil y en el que se
alojaban, muy probablemente en condiciones de hacinamiento, junto a sus hijos/as.
Resulta evidente que este modo de interpretación de las referencias con que las mujeres
llegan a solicitar la ligadura, conileva un ejercicio tutelar del saber-poder profesional que
refuerza su subordinación, restándoles potestad para decidir. Esta posición fue
fundamentada por una de las obstétricas entrevistadas, como se observa a continuación:
Bueno, nosotros trabajamos mucho con respecto a que es su derecho. Creemos que,
estamos convencidos de que esto es así, por eso a lo mejor nos enojamos bastante cuando
vemos que vienen a (imitando tono de reclamo) "( ... ) es un derecho!" Hay situaciones muy
especiales, muy especial, en la cual por detrás del derecho de esta mujer pero tratás de
trabajar otras cosas para que bueno, este derecho esté bien adquirido, ¿si? Que no tenga
un efecto traumático a futuro. Pero.., son situaciones muy especiales, y no de todos los
días. En general la mujer viene con un convencimiento claro, que se trató en el consultorio,
que justamente el semáforo te abre o te cierra la puerta del acceso para la ligadura, ¿si? Así
que bueno, cuando la mujer llegó a la anticoncepción quirúrgica es porque está bien claro
que es el cierre de su etapa reproductiva. Que hay situaciones muy puntuales
que a lo
mejor uno (busca la palabra) palea para adelante para ir trabajándolo, no por el hecho de
no hacerse cargo, al contrario, es hacerse más cargo del tema. Porque no hacerse cargo es
"vos lo querés? Listo". Es una forma de hacerse más cargo de la situación de la paciente
(se corrige) la mujer, no de la paciente. Yo creo que para una mujer eh, no es fácil decidir
realmente "no voy a tener más hijos", ¿si? Eh... es un deseo pero en este momento
realmente ella tiene claro de no querer tener más por lo que significa tener un hijo, por su
historia social. Pero esto es como si te sacaran el útero: sabés que nunca más (se
interrumpe) a ver, qué dura que soy diciendo esto, ¿no?, pero eh... la mujer es
esencialmente, a lo mejor, maternal, ¿si? Esa cosa de decir, bueno, cuando surgen estos
arrepentimientos, tal vez eh, una cosa es lo que uno puede decir y otra cosa es lo que
realmente me pasa, y lo que quisiera a lo mejor es irme castrada con esa posibilidad. (Lic.
Obstétrica, de guardia, 7) (el resaltado me pertenece)
194
Así, esta profesional destacó la ftmción de velar por "una buena adquisición del derecho".
Para ella, la consideración de los criterios incorporados al "semáforo" y la dilación eran
las estrategias que permitían dilucidar la conveniencia o no de realizar la práctica
solicitada. Estas_prácticas se justificaban en virtud del carácter "esencialmente inaternal"de
las mujeres que exige "minimizar" la chance de "arrepentimiento" ante una decisión
radical. Es así que, a partir de la naturalización de la vocación maternal de las mujeres se
construye el deber o compromiso profesional con la definición de la pertinencia o no de la
anticoncepción quirúrgica frente a cada mujer que plantea la intención de irse "castrada".
Simultáneamente, se expresa el disgusto que provoca la situación en la cual es
cuestionada la autoridad profesional desde la apelación al derecho de algunas mujeres
que expresaron su deseo de ligarse las trompas.
Otra profesional justificó la resistencia a ligar las trompas a mujeres jóvenes en los
siguientes términos:
No, no, él, por eso te digo, muy lógica la postura de él [el sacerdote católico que integra el
Comité de Bioética del hospital]: en esos casos de muchos chicos, de una mujer en un mal
medio social, etc., etc, él también estaba de acuerdo (hace una pausa) Y es lo que pensamos
todos, creo que pensamos todos, (bajando la voz) no les voy a preguntar el pensamiento de
ustedes, pero (alzando la voz) ante una mujer joven uno se lo plantea, realmente. Lo mismo
que nosotros vemos que tiene un cáncer de ovario, fíjense la comparación que les voy a
hacer: un cáncer de ovario en una mujer joven. La conducta en un cáncer de ovario es sacar
todo lo que más se puede. Pero si esiina mujer joven, y que puede llegar a-tenerhijos, uno,
a pesar de que estamos hablando de un cáncer, trata de ser conservador. Entonces cuando
uno toca este tema de la ligadura de trompas, sabiendo que no va a poder gestar más,
tenemos, es una cosa como que uno está (busca la palabra) forzado a explicar y a que ella
esté bien segura de lo que va a hacer. ¡Porque estamos a favor de la vida! (Ginecóloga, jefa,
9)
195
concepción a futuro; en otro, un efecto colateral de un procedimiento quirúrgico frente al
diagnóstico de cierta patología.
Así, los pedidos de las más jóvenes suelen ser seguidos de una prolongada indagación:
M: Porque a veces uno ve que hay mujeres con pocos hijos, muy jóvenes, y uno les plantea
las posibilidades, les da los pro, los contras. También por el tema de que la maternidad a
veces, el deseo de maternidad aparece en una mujer de 24, 25 años, ¿viste? Tiene una vida
reproductiva bastante larga. Pero bueno, es un derecho y muchas lo plantean: "es mi
derecho", y uno bueno, tiene que darle el abanico de posibilidades, hacer una buena
consejería, pero si realmente ella lo decide, bueno [...] De pronto, 18 años, (con gesto de
complicación) también hay que ver la edad, los factores, qué es lo que la motivó a eso.
Quizás habría que darle terapia, ver si tuvo alguna experiencia, o algo que la llevó a esto.
Es muy importante esto ¿viste? Cuando vienen estas cosas como medio descolgadas, fuera
de, de lo que uno imaginaría, eh... y ahí uno se mete medio en el lugar, pero ¿viste?,
método mientras tanto como para que no se embarace, pero ver si hay un temor al
embarazo por algo específico, algún trauma que vivió...
M: De 18 no, había sí una de 22 años, este, con un solo, uno o dos hijitos. Y sí, se estuvo
haciendo tratamiento psicológico y demás {...] hasta que finalmente bueno, se decidió, pero
se le dio un tiempo, se le dio un método, se le habló mucho, se hizo una consej ería (relata
con ritmo lento) muy lenta, indagando en muchas cosas, viendo cómo se manejaba ella,
cómo iba tomando ella la decisión, cómo iba asumiendo las cosas. (Médica obstetra, de
planta, 4) (el resaltado me pertenece)
Los datos relevados muestran que las situaciones que involucran la demanda de esta
práctica por parte de mujeres jóvenes resultan especialmente dilemáticas para los/as
profesionales, y por ello ameritan más tiempo. Su juventud es definida en términos de la
etapa reproductiva que les resta y deben transitar. Así se instala sobre ellas la sospecha de
196
patologizado, ya que contradice al que se supone natural y que se espera que "aparezca"
más adelante: el deseo de ejercer la maternidad.
siendo jóvenes y aim sin haber experimentado la maternidad biológica requieren esta
práctica aparecen, al igual que los juicios por mala praxis, como una posibilidad temida
que la ley vigente habilita, aunque contraste con el "perfil" de las mujeres que
efectivamente solicitan la ligadura en el hospital:
Y sí... hay mujeres que piden la ligadura y no han tenido hijos. No acá, en este hospital en
especial, pero a veces hemos escuchado de afuera de mujeres que no quieren tener hijos y,
o sea, no me ha pasado acá adentro en el hospital [ ... } las que vienen acá obviamente son las
que tienen varios hijos o cesáreas o que no tienen ningún método o porque ningún
247
Cabe señalar que tanto en los expedientes de las Defensorías, como en las consultas, todas las mujeres que
solicitaron la práctica ya tenían hijos/as.
197
Hasta aquí se vio en detalle cómo opera la consideración de la relación que hace de la
mujer una madre, y colateralmente, cómo se contempla el vínculo de pareja. Éste
constituye otro de los núcleos de tensión en la gestión del acceso a la ligadura tubaria, que
trato a continuación.
Distintas profesionales se refirieron a la situación en la que una mujer expresó, justo antes
de entrar al quirófano, que su marido no acordaba con la decisión que ella había tomado.
Al tomar conocimiento de la disidencia, la situación se tomó particularmente
problemática para los/as médicos, quienes solicitaron la intervención de una especialista
de trabajo social. Su participación en esta ocasión, contrastó con la que, de rutina, había
tenido lugar en un período anterior (a la que se refirió "como un trámite en vano ", en tanto
su evaluación no difería de la que realizada por los/as médicos). Relató, cómo sigue, el
tratamiento del "caso":
L: [ ... J hubo un caso de un arrepentimiento en donde por ahí yo me quedé por ahí
manifiesta que ella [la paciente] quería ligarse y que el marido no la dejaba. "Entonces
bueno —me dice— fijate, hacele la entrevista". Y bueno, hablé con ella y me contó más o
. menós esto. Entonces yo (hace una..hreve pausa) le hablé. ..por....teléfono. Sí, y ah.í...es donde.
creo que está mi error ¿no? Porque, no para citarlo, sino [que] tuve la intención de
abordaje ni la forma ¿si? Y obviamente el señor muy enojado me respondió que ella podía
ligarse, pero que él la dejaba...
A: ¿Y entonces?
L: Bueno, yo le ofrecí obviamente que viniera, porque además (baja la voz) se había
internado para ligarse, ya estaba acá. Y su argumento era, porque era una paciente, ponele,
de 28 años, o 29, y él tenía 50 largos, entonces él decía que él se iba a morir, porque tenía
problemas de salud y que ella tenía la posibilidad de tener este, de enamorarse de nuevo y
tener hijos. Eso es lo que él decía. Obviamente que estaba, había ahí una cuestión de poder
198
digamos, porque por un lado "sí, vos hacé lo que quieras... pero yo me voy". Entonces
viste, no era muy coherente su discurso con su actitud. Y no se ligó. [...]
A: Frente a una situación similar ¿qúé te parece que podrías hacer ahora?
L: Me parece que, primero seguir hablando con ella, por ahí hacerle una entrevista ( ... ),
en otro contexto, que ella ya venía con esto. Como que ella nos tiró la pelota a nosotros,
porque ella sabía de esta situación. [...J Igul vino a internarse ¿si? Entonces me parece que
no era ese el momento para resolverlo, y nos tiró a nosotros la pelota, estaba buscando
que nosotros lo hiciéramos, (ríe) y yo la agarré, mal pero la agarré. Este, bueno, entonces
me parece que, quizás no estaba demasiado también trabajado con ella, para que ella lo
pudiera haber hablado con su pareja de mejor manera, digo, porque obviamente plantearlo
así... Te digo más, me acuerdo patente que era así, como que estaba por entrar más o
menos (ríe) una cosa así, "ay, pero mi esposo me dijo que si yo me lo hago él se va, me deja
y entro en una crisis de angustia".
L: ( ... ) quizás hay otras mujeres que tampoco los maridos comparten, pero ellas tienen la
decisión ¿si? No necesariamente tienen que compartirla, pero si no lo dicen... Por lo general
las doctoras creo que lo preguntan esto.., si es una decisión conjunta, si él sabe, me parece
¿no? que forma parte (asiento) pero si ella miente, porque puede mentir, puede decir que
sabe.., el tema fue, porque me acuerdo, fue así, a segundos, y donde ella antes había dicho
otra cosa, pero en -ese momento apunto de ser llevada,- -lo ma-n-i-fiesta Porque sí, sí, me
acuerdo que me llamaron así "tenemos esta dificultad" [ ... J ellos estaban ante esa
emergencia, ¿si? (Trabajadora social, de planta, 11) (el resaltado me pertenece)
para realizar la ligadura (y, en ese caso, operar), o bien, atendiendo a su angustia a raíz
debilidad del proceso de tratamiento del pedido de esa mujer, en el que había resultado
199
avalada por el dispositivo empleado en el servicio.
En ui-la situación similar, 248 lo que aquí la trabajadora social interpreta como relaciones de
No está bien eso de plantear esta posibilidad por el lado de la violencia. Como en el caso de
una chica joven de 30, casada con un señor mayor, de 60, tenían hijos y ella se quería ligar
aunque él no quería: él decía que ella era joven, que él podía morirse pronto pero ella
podría tener otra pareja y tener la posibilidad de tener más hijos con otro. ¡Ojalá a mi me
violentaran de esa forma! Al final, esta mujer se fue con un DIU y está chocha. Cuando la
vi me dijo, 'Pensar que me quería ligar, ¡si así estoy bárbara con él DIU!'. (notas de campo)
Así, durante una conversación informal, esta profesional, sin cuestionar la resolución que
tuvo, minimizó el conflicto que el "caso" generó, y que había suscitado un diagnóstico de
violencia. Lo que uno y otro relato muestran, es que en el dispositivo de evaluación de los
respecto. Esta tensión hace que sólo en ciertas circunstancias tome lugar una evaluación
momento exige, de acuerdo con los/as profesionales, una rápida respuesta a fin de
248
No puedo afirmar que se trate del mismo "caso". A pesar de las diferencias, permite iluminar las diversas
perspectivas con que pueden ser caracterizadas y abordadas situaciones similares.
200
aprovechar la instancia quirúrgica. En tales circunstancias no hay lugar al tiempo de
meditación que se recomienda, por aplicación del "semáforo", y a los fines de consentir la
vos entrás a una cesárea, más que tenés la ventaja que la paciente está despierta, ahí sí
existe el consentimiento que se firma después a veces. Si hay una indicación médica, que
vos, es no sé, su 42 o 3Q cesárea, vos abrís la pared abdominal y encontrás un útero que está
( ... ), que está abierto de lo adelgazado que está... ya que, otro embarazo más significaría
que quizás tenga una ruptura uterina y tenga una urgencia que operar ahí mismo y
termine en histerectomía, es decir, de sacarle el útero. Entonces sí hablás de la, con la
paciente en el mismo acto quirúrgico y le decís "mirá, (con tono diligente) por indicación
médica te tendríamos que ligar las trompas porque no tenés más indicación de tener otro
embarazo por el estado de tu útero y bla, bla, bla", y ella da el consentimiento en ese
momento este, después bueno, se pide el consentimiento después por una cuestión de, de
legalidad. (Médica residente, obstetricia, 6)
Como esta médica comienza por señalar, la ligadura "por indicación médica" constituye
implicaría un futuro embarazo. Así, cuando se plantea "no tenés indicación de tener otro
embarazo", impone condiciones de existencia que excluyen otras opciones por parte de las
propias mujeres.
En una conversación informal con la jefa del servicio de obstetricia, cuando le pregunté a
qué se refería la categoría "otras situaciones" en las que, según la estadística del servicio,
una ligadura había sido realizada, 249 expresó con cierta crítica que:
249
En relación al evento del embarazo. Las otras categorías eran las ya comentadas: "intracesárea", "posparto"
e "intervalo".
° Embarazo inviable puesto que la anidación del óvulo fecundado tuvo lugar en las trompas de Falopio.
201
hicimos fuera de la norma [..] porque no le dimos tiempo para reflexionarlo, tenía todas las
condiciones para una indicación médica, pero no era lo ideal, podría haberse arrepentido,
pero no, la mujer está feliz..." (notas de campo).
—como reconoció esta médica— supuso la violación de las normas de aplicación del
"arrepentimiento", que en este caso fue despreciado en función de los criterios con los
ciertas situaciones en que las mujeres solicitan la práctica recién en la instancia quirúrgica,
aquellas que "entran por la ventana", retomando su categorización. E n estos casos, se
de entrevista con esta profesional se pudo profundizar en los sentidos que organizan
M: [...] uno también necesita estar razonablemente seguro y tranquilo con la decisión del
otro. Creo que nadie debería hacer nada así, ¿entendés? Ni una cirugía de nariz. Uno no va
al cirujano "buenas, sacame la nariz". Se dialoga, se habla, qué esperás, qué querés, qué
problemas podrían ocurrir, ¿entendés? Ninguna cosa médfca así, de cierto peso en el
futuro, uno debería tomarla así. No es lo mismo, no es una apendicitis, que no importa,
que no importa si te conozco o no, que cuando antes te opere mejor. O un antibiótico para
una infección urinaria. Esto es una cosa que uno puede darse un plazo para pensarlo.
A: Sí, sin embargo a veces los plazos no están cuando en el medio de una cesárea se
encuentran con algo que indica que... ¿qué pasa ahí?
flotando en el abdomen, muerto el niño y muerta la madre, ahí como que no hay duda
digamos de... a ver, si yo te tengo que amputar una pierna por diabetes, y te digo "te la
202
amputás...". Vos ahí podés elegir: "me la amputo, no me la amputo, me tomo medio día
para pensarlo o no lo pienso". Deberías poder pensarlo. Nosotros le avisamos a la mujer,
no es que de repente le ligamos y después cuando se despierta le decimos (con tono
relajado) "buenas, te ligamos". En el mismo momento es (con serenidad y calidez) "mirá,
encontramos esto... ¿te parece?". En general nos dicen que sí.Y después completamos la
información. Pero hay un riesgo cierto, que podemos certificar. Si vos encontrás una rotura
uterina, de múltiples cesáreas y todo eso, es como que mucha duda no te queda de qué es
lo necesario...
A: No, no, es que estoy pensando que tal vez a la mujer sí le queden dudas por haber
tenido que tomar una decisión que en el momento, frente a la propuesta médica,
también le pareció razonable, por eso dijo que sí, pero que podría haber tenido...
M: Hay que ver.., es que, ¿qué vamos a hacer? ¿La vamos a cerrar y lá vamos a abrir más
tarde? Es complicado. Esto es como una urgencia, o una emergencia, como quieras decirle:
estás ahí, y en ese momento había que tomar decisiones que uno siempre las hace en su
mejor buena fe, digamos, basado en sus conocimientos. Otra cosa es cuando es algo que
uno puede elegir, y que es algo que vos definís. No. No hay. No debería haber mucho
ruido con eso, ¿entendés? Tanto para la mujer como para nosotros. [ ... ]
A: Y cuando durante la cesárea encuentran una situación que amerita una ligadura, ¿les
pasó de proponerla y que las mujeres digan que no?
M: (asiente) No, no, te da mucha bronca. Porque decís (sonríe irónica) ¡pero cómo está
arriesgando suvida!, pero no- entiende, no -lo entiende. -Pero bueno, -pasa, a--m-i me pasó
Mujeres con 11 chicos, con placenta previa, diabéticas, que vos decís ¡por Dios, señora, se lo
pido por favor!, y no, no, no. Y hace poco hubo otra persona [...J que nos miraba, pero
horrorizada ¡por qué nosotros le decíamos esto! (Médica obstetra, jefa, 12) (el resaltado me
pertenece)
La decisión de realizar la ligadura en esa instancia, aun cuando —se reconoció— no eran
los dictados de criterios técnico morales. Así, desde una racionalidad técnica que define la
203
emergencia o la "urgencia médica", 251 se justificó la decisión de practicar la ligadura
surgida durante la instancia quirúrgica dejando de lado la decisión de la mujer. Tanto esa,
como la rutina a seguir cuando la opinión médica no aconseja proceder y que implica la
dilación de la práctica (puesto que, se argumenta, es indispensable un tiempo para
meditar al respecto), encubren la subordinación social y técnica de las mujeres a la
hegemonía del saber biomédico (Menéndez y Di Pardo, 1996). Esto se expresa, asimismo,
cuando frente a mujeres que no son concebidas como "candidatas", el curso de acción a
seguir es "cerrar y volver a abrir". Y lo mismo ocurre cuando -aun ya prescrita la
hijos Ç que suena horrible pero parece que si el bebé se muere es probable que lo quieran reponer con
otro" (notas de campo).
Así, los pasos previstos para el acceso a esta práctica a través de la implementación del
consentimiento informado, como para otras, 252 se revelan insertos en rutinas profesionales
$
Sobre la operación de esta noción en manto a la intervención quirúrgica para "corregir" la ambigüedad
25 1
204
cuerpos y la sexualidad femenina a la matriz heterosexual reproductora, esquema que
torna inteligibles los cuerpos sexuados y las marcas de género. Esta matriz -que supone
Otros efectos de la alteración somática en los comportamientos de las mujeres una vez
suprimida la posibilidad de embarazo, fueron señalados por algunos/as profesionales. Por
un lado, plantearon la "pérdida de pacientes": con esto se refirieron al riesgo de que,
después de la operación, las mujeres dejaran de realizar los controles más o menos
periódicos de su salud, sobre todo en lo que hace a los chequeos de su salud
ginecomamaria, muchas veces realizados exclusivamente a propósito de los embarazos
(es decir, a partir del contacto de las mujeres con el servicio de salud con motivo de los
controles prenatales). Por otra parte, sugirieron que aquellas dejarían de implementar
medidas preventivas frente a infecciones de transmisión sexual y VIH una vez que
"desapareciera" para ellas la preocupación del embarazo. Sin embargo, paradójicamente
los/as profesionales reconocieron que el control periódico no es una práctica extendida
entre estas mujeres, ni el preservativo el método adoptado.
Se revela, así, una mirada y abordaje biomédico de los cuerpos, construidos desde una
óptica biologizante, ahistórica y asocial (Menéndez, 1990) que estima los riesgos para el
251En términos de una técnica anticonceptiva -entre otras- pero de carácter definitivo, que no requiere de
"indicación médica" ni debe supeditarse al ejercicio efectivo de la maternidad biológica o una edad mínima
(más allá de la establecida para el alcance de derechos civiles plenos).
205
palabras, se ignora a quien "encarna" el proceso, al ser el propio cuerpo el agente activo
de la experiencia y parte esencial del self (Good, 1994), que a su vez "corporiza" las
relaciones sociales en las que se encuentra (Csordas, 1994).
el cuerpo es usurpadiiñ
lo experimenta, restándole potestad para decidir sobre él. Pero por otra parte, el cuerpo
(teóricamente dotado de capacidad reproductiva) es reintroducido como parte esencial de
la persona velando, aun contra la decisión manifiesta de la mujer, por su conservación: el
cuerpo femenino completo aparece aquí como soporte de relaciones constitutivas de la
persona, tanto efectivas como potenciales. No obstante, el compromiso subjetivo con la
técnica, en tanto la modificación del cuerpo afectaría un aspecto central en la constitución
$ de la persona generizada, sólo es contemplado cuando, a criterio del/a médico, no cabe
practicar la operación. Caso contrario —sea que apelen al "riesgo clínico", "riesgo social" o
"riesgo reproductivo", o "paridad cumplida"— se prioriza la supervivencia del cuerpo a
ser intervenido, desconsiderando tanto los procesos subjetivos que pueden acompañar la
práctica quirúrgica, como aquellos efectos considerados clínicamente adversos. Así, la
vigencia de discursos que esencializan la identidad femenina en base a una inclinación
maternal inmanente conlleva el control del género (Butler, 2003) que se manifiesta tanto
en la dilación o la negación por parte de los/as profesionales de la realización de esta
técnica como en el ofrecimiento o prescripción de esta práctica a fin de asegurar la
supervivencia de una mujer que "cumplió" con la maternidad.
206
particular de cada actor social). El escenario es tanto más complejo, y las tensiones
asociadas a la administración del acceso a la anticoncepción quirúrgica se renuevan y
manifiestan de manera paradigmática en un servicio reconocido como "referente" en
- cuanto apovisión de esta práctica.
207
CONCLUSIONES
En esta tesis procuré mostrar los modos complejos en que se gestiona la sexualidad de las
mujeres a través del caso de la ligadura tubaria. El análisis de esta gestión en el nivel en
que se dirime concreta y cotidianamente el acceso a esta práctica se centró en las rutinas
médico institucionales y las prácticas discursivas de los/as profesionales a partir del
trabajo de campo intensivo en un servicio de salud constituido en proveedor referencial
de esta intervención.
varias de ellas realizaron, solicitaron o estaban tramitando la ligadura tubaria. Otras voces
fueron recuperadas en cuanto el análisis de las diversas aristas del problema de
investigación lo requería, entre ellas, las de profesionales de otros servicios y hospitales
públicos de esta ciudad; funcionarios/as; legisladores/as; militantes de organizaciones de
mujeres, y representantes de la curia católica.
El- abordaje etnográfico, histórico y relacional resultó adecuado para el estudio de las
articulaciones entre las prácticas y sentidos que distintos sujetos otorgan a la ligadura
tubaria, y el contexto normativo-institucional en el que se desenvuelven. Éste permitió
una comprensión más compleja de la interacción social que supone el despliegue de una
208
política pública que remite a la atención médica (indispensable para la intervención
quirúrgica en cuestión), al tiempo que se revela como dispositivo de regulación del
ejercicio de la sexualidad y la reproducción de la población, así como a la regulación de
género.
El recorrido a través de los hitos jurídico normativos que regularon las prácticas
asistenciales en materia de salud reproductiva, reveló las disputas, negociaciones,
intereses, y apropiaciones inherentes a estos procesos políticos que refieren a la
sexualidad y la reproducción y que devinieron "derechos" vinculados a la salud de la
población. En ese recorrido, se evidencia el problema de la incidencia y las consecuencias
epidemiológicas del aborto inseguro como condición habffitante, primero, de los métodos
209
anticonceptivos modernos —reversibles— aún en un contexto sociopolitico adverso al
control de la natalidad.
También la más reciente liberalización del acceso (formal) a la ligadura tubaria se fundó
tanto en el derecho a la "autonomía" en materia de sexualidad y reproducción —en el
marco del reconocimiento explícito de los "derechos reproductivos" y los "derechos
sexuales"— como en la necesidad de evitar el impacto del aborto en la población, por sus
consecuencias en la salud y la vida de las mujeres a la vez que para la salud familiar.
Pero las normas, como surge del análisis de las prácticas de los distintos actores sociales,
conllevan permanentemente la posibilidad de interpretación, disputa, apropiación y
resignificación. Por un lado, como se vio, es común la referencia a la modelación
diferencial que el marco jurídico ejerce sobre las prácticas profesionales, según el ámbito
de desempeño. De acuerdo con esta perspectiva, el ejercicio asistencial en el sector
"público" de salud aparece como indefectiblemente expuesto a los mecanismos
reguladores del Estado, mientras que las prácticas en el sector "privado" lo hacen dotadas
de la capacidad de sustraerse a sus normas. Paralelamente, el análisis recupera sentidos
subyacentes que vinculan las prácticas en uno y otro sector, de manera no mecánica, a las
representaciones acerca del ser mujer y ser madre que rige (o debe regir?) en los distintos
210
sectores sociales. A partir de allí, los términos público y privado se revelan multívocos:
vitales de las mujeres según su pertenencia de clase, sino que modelan sus recorridos y
experiencias.
Por otra parte, ante la redefinición jurídica de las condiciones de acceso a la ligadura en
una particular correlación de fuerzas —que estableció que la práctica de ligadura tubaria
no está supeditada al criterio de los/as profesionales de la salud— asistimos a
"desplazamientos" de argumentaciones que sugieren resistencias a las nuevas
condiciones legales.
Asistimos, en efecto, a uit reposicionamiento del poder médico que obliga a relocalizar su
expertise, a la que era imprescindible apelar cuando la condición legalmente definida para
el acceso a esta práctica era la "indicación médica". La autoridad médica, según surge del
análisis, aparece ahora más abiertamente informada —porque siempre lo fue— desde
211
construcciones sociales, culturales y político-ideológicas, a partir de las cuales la
biomedicina sigue regulando el orden moral de la población. Es desde este lugar que
los/as profesionales reclaman ser quienes velen por tomar las medidas más
"convenientes" para las mujeres, y esto tanto aiando aceptan o sugieren como cuando
demoran o rechazan practicar la ligadura.
212
solicitaron la ligadura de sus trompas eran madres— lo que, en buena medida, toma
meritoria la protección de la salud y, sobre todo, de la vida de la mujer.
En este purto sigo el planteo de Reis Mota (2005), quien entiende que, en un marco de
principios jerárquicos y desiguales que coexisten con principios igualitarios e
individualistas (refiriéndose al sistema jurídico brasileño tal como lo plantea de Kant de
Lima (1995, 2002), pero lo mismo puede decirse de la organización sociopolítica y el
sistema de relaciones de género aquí vigentes), la ciudadanía es, más que un beneficio
universal, una concesión del Estado y de sus agentes mediadores. Estos últimos se
constituyen como los "legítimos detentadores de los mecanismos de administración de
conflictos y producción de verdad, protegiendo los derechos de los 'hiposuficientes', de
los no ciudadanos" (Reis Mota, 2005:187). Para ciertos grupos o individuos el
reconocimiento de los derechos, entonces, "dependerá de la dimensión de la consideración
que es atribuida a una persona o en relación a una identidad colectiva" (Reis Mota,
2005:187, el resaltado es del autor).
Otras condiciones, como se vio, hacen de la ligadura una opción viable. La noción de
"riesgo social", no sólo asume la identificación de la mujer con la maternidad, sino que
conileva la valoración moral de los contextos y los modos de ejercicio de esa maternidad.
Así, las condiciones de vulnerabilidad que atraviesan muchas mujeres y sus familias
213
e
constituyen el fundamento de la intervención que limitará su descendencia. Subyace aquí,
la noción de "responsabilidad" que acompaña la definición de los "derechos" en materia
de sexualidad y reproducción. Esta implica un juicio desde una ética centrada en el
individuo, que ignora las condiciones objetivas de desigualdad, a la vez que aísla el
ejercicio de la sexualidad y la reproducción del contexto tanto material como simbólico en
el cual su experiencia tiene lugar.
Así, en el despliegue de esta política de control que vela por los limites corporales
legítimos —siempre porosos— en función de la matriz que los atraviesa y organiza, el gesto
menos admitido, el más ilegítimo, consiste en la liberación de la sexualidad femenina. Tal
vez sea allí donde la figura siempre hipotética, fantasmagórica, de la mujer que siendo
muy joven se niega a la maternidad, cobra sentido, no sólo representando lo abyecto, sino
proyectando su sombra sobre cada mujer que desea para sí esta intervención.
De los datos etnográficos construidos en esta investigación, cabe un análisis que debería
enfocar la operación de procesos de sujeción-subjetivación en los que, como plantean
Shore y Wright (1997), el despliegue de politicas implica la construcción de sujetos.
Como mostré, la exposición de sí por parte de las mujeres que acceden al consultorio de
salud reproductiva —de sus motivos, sus malestares, sus expectativas, su biografía (en
términos de antecedentes reproductivos), sus preferencias en cuanto a anticonceptivos-
1
214
o tiene lugar en una secuencia de exhibiciones que, especialmente cuando se trata de
mujeres interesadas en la ligadura tubaria, comienza en la interacción con personal
administrativo.
4
sino que supone significados culturalmente aceptados, prácticas imitativas (de género),
relaciones de desigualdad, es decir, coacciones estructuradas pero pasibles de ser
subvertidas. La ligadura tubaria podría representar una alternativa en el repertorio de
estas parodias. Para ello se impone un abordaje que conjugue técnicas y teorías que
excedieron el alcance de esta tesis pero que bien vale llevar adelante.
De los hallazgos de esta investigación surgen nuevos interrogantes que plantean algunas
líneas que merecen ser abordadas etnográficamente.
En tanto las políticas contribuyen —a través de las prácticas de distintos actores sociales
involucrados en su despliegue— a definir los contextos en que se inscriben las biografías
de los sujetos, puesto que suponen experiencias diversas y desiguales de disponer de su
cuerpo, su sexualidad y su reproducción, cabe indagar de qué modos se configuran en
condiciones particulares de existencia para los sujetos y los conjuntos sociales, y cómo
éstos las experimentan en su vida cotidiana.
215
Asimismo, cabe profundizar el análisis de las acciones de demanda colectiva y los
sentidos que le asignan a esta práctica los grupos que disputaron politicamente su
redefinición jurídica. Al mismo tiempo, la elaboración de trayectorias de mifitarites de
estos movimientos podrá arrojar alguna luz sobre los vaivenes de la construcción de estas
políticas.
Los recorridos de las mujeres aquí esbozados ponen de manifiesto las dificultades y
obstáculos varios que éstas afrontaban —y aún hoy afrontan— al iniciar este camino.
Camino que bien puede torcerse por estos u otros motivos, entre los que habrá que
considerar, también, la operación de los deseos, las expectativas, los temores, etc. Así, la
reconstrucción de las trayectorias individuales, las estrategias con que tramitaron la
práctica y los sentidos que las mujeres asignan a sus cuerpos una vez que, en distintas
circunstancias, perdieron su capacidad reproductiva, son problemáticas que merecen ser
indagadas a la luz de procesos los procesos de normalización y construcción de sujetos
que el despliegue de las políticas implica. Éstas son cuestiones que abordaré en la etapa
de investigación posdoctoral que iniciaré en breve, para la que me propongo continuar el
abordaje de algunos aspectos que excedieron el recorte de la problemática trabajada y de
otros que no alcanzaron a ser profundizados aquí. Así, espero contribuir aportando al
terreno de conociminto dadó por la articulación de las trayectorias de estudio ya clásicas
del campo de la antropología médica, con la más reciente "antropología de las políticas".
Por último, y simulando el cierre de una etapa que anhelo continuar, vale retornar la
propuesta de Mariza Peirano (1992): confío en la temporalidad de las explicaciones que
concilian rigor cinético-académico y "ruido" etnográfico, para volver sobre éstos y la
cantidad de detalles y datos etnográficos que, en virtud de otra temporalidad —que hace a
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