Leyendas

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LA LEYENDA DEL TUNCHE

La leyenda del Tunche es conocida por varios. Se sabe que es un ser que vaga por las noches en la selva.
Algunos dicen que es un alma en pena, otros que es un ave, un brujo, etc. Pero lo que cuenta la leyenda en sí es
que este ser es reconocido por su inigualable silbido y es capaz de convertirse en un pariente cercano de alguna
persona, para de esta manera, podérsele acercar y finalmente llevarlo a la muerte.
Cuenta la leyenda el Tunche que existe un demonio que vaga en lo profundo de la selva peruana. Este, es un
alma en pena que deambula libremente entre los caminos de la selva, y cobra la vida de todo aquello que se tope
en su camino. Se dice que el Tunche fue un hombre atormentado que se volvió endemoniado, según cuenta
habitantes de la selva peruana que el Tunche se acerca lentamente a sus víctimas sin emitir sonido alguno y,
cuando ya está cerca de aquellos que andan solos por el camino, silba, anunciando la muerte del que lo escucha.
Su desgarrador silbido persigue al que huya de él, y a medida que se va acercando su volumen aumenta, así que
por más que corras, sentirás su presencia cada vez más cerca de la cual no escaparas.
Aquellos pocos que se han salvado de morir llevados por el
Tunche, han perdido la razón; de repente por la aparición o al
endemoniado silbido de su presencia (nadie sabe a ciencia
cierta lo que les pasa a las personas).
Sobre el destino de las víctimas es incierto, no se sabe si los abandona
a su suerte y mueren de hambre o devorados por algún otro animal,
o son devorados por el mismo «Tunche.
Yacuruna
Uno de aquellos enigmáticos seres que habitan en aquellos lugares, es un demonio maligno llamado
el Yacuruna.
El Yacuruna, del Quechua "Yaku" : Agua o Río y "Runa" : Hombre o Gente; literalmente "Hombre
del río", es el espíritu mágico más importante de la selva baja. Manda sobre todos los animales y
genios del agua, suele ser invocado por los chamanes y curanderos, en las sesiones de ayahuasca,
tanto para hacer el bien como para hacer el mal.
Muchos consideran al Yacuruna un dios; que rige los ríos y los lagos de la Amazonía cerca de
Iquitos. Él tiene el poder para convertirse en un ser humano; dando la apariencia de ser un tipo
atractivo para las mujeres de la zona.
Usando sus poderes mágicos de seducción, tiene por costumbre engañar a las muchachas
inocentes, enamorándolas y seduciéndolas; una vez que han caído a sus hechizos, rapta a estas
mujeres para su hogar; en las profundidades del agua donde se convierten en los seres subacuáticos
parecidos al Yacuruna, para nunca más verse otra vez por el mundo exterior.
Según esta leyenda de Iquitos, el Yacuruna en apariencia es parecido al dios Poseidón de mitología
griega. Un Ser Anfibio, cubierto de escamas verduzcas, los ojos de un demonio lujurioso en
búsqueda de víctimas.
Se dice que él Yacuruna viaja por los ríos y los lagos de la Amazonía por la noche montando un
enorme cocodrilo negro, ataviado con una boa que lleva como un collar. También, algunos dicen
que la Yacuruna se puede trasmutar en un delfín rosado. Además, muchas personas de Iquitos
creen que el delfín rosado del rió es atraído hacia el olor de sangre de mujeres menstruantes. Una
vez que su víctima inocente está ubicada, El Yacuruna puede transformarse desde la forma de un
delfín en la imagen de un forastero bien guapo. Una vez en forma humana, la Yacuruna pueda
hipnotizar a la chica y pueda usar artes para seducirla. Bajo de sus hechizos, la mujer está
secuestrada por el hechicero y traída para su reino en las profundidades de los ríos y los lagos de
la Amazonía.
Según cuenta la leyenda, el Yacuruna puede comunicarse con los animales acuáticos y utiliza sus
poderes para dominarlos. Se afirma además que duermen durante el día en las profundidades de
las aguas, pero cerrando solo un ojo, ya que siempre están en estado de alerta al tener numerosos
enemigos, y tiene razones para ello, ya que en varias ocasiones los nativos a quienes les arrebato
sus mujeres, intentaron cazarlo en su propio refugio, fracasando en su
intento ya que generalmente terminan siendo devorados por los
cocodrilos que custodian el lugar. Quienes pudieron escapar con vida,
aseguran hacerlo visto dirigiendo los ataques y lo describen como
parecido a los anfibios por el color azulado de su piel, extrañas
protuberancias alrededor del cuello y poseer unos ojos de gran
tamaño, por lo que están convencidos que no se trata de un ser
humano. A pesar de que los brujos muchas veces pactan con estos
demonios para llevar a cabo - según afirman - sus curaciones,
maleficios o salvar la vida de algún desaparecido, se puede adivinar
que tras la presencia de estas siniestras criaturas se esconde algo
mucho más oscuro y aterrador, siendo la principal incógnita su
procedencia

LEYENDA DEL MAPINGUARÍ


La historia de la misteriosa criatura denominada Mapinguarí está enraizada en los países de Bolivia,
Perú, Colombia y Brasil, y es uno de los casos de criptozoología con más testigos y defensores que hay
actualmente. De hecho, y aunque ya tiene su propia leyenda, es posible que algún día sea descubierto
«oficialmente», demostrando que la naturaleza aun tiene muchas sorpresas que darnos.

La leyenda del Mapinguarí nos habla de un poderoso y sabio chamán, quien gracias a su sabiduría logró
descubrir el secreto de la vida eterna, pero su inmortalidad iba a tener un alto precio, nada menos que
la transformación de su cuerpo. El otrora humano chamán se convirtió en una criatura peluda, similar
a un oso, con el pelo de un tono rojizo y al que siempre acompaña un fuerte hedor bastante
desagradable.

De dos metros de alto, el Mapinguarí posee un rostro muy similar al de los humanos, se mueve
preferentemente por la noche y sus descomunales garras están orientadas hacia el interior del cuerpo.
Además, es capaz de caminar tanto a cuatro patas como a dos.

Por otra parte, algunos testigos afirman que posee una enorme boca en
el vientre, de la que sale el terrible olor que le acompaña siempre, y que
posee una cierta preferencia por la carne humana. Cuando no dispone de
humanos para saciar su hambre, se alimenta de los corazones de las
palmeras, tras destrozarlas con sus poderosas garras.Al contrario que en
el caso de otras criaturas legendarias, son cientos las personas que
aseguran haber visto al Mapinguarí en alguna ocasión, incluso el
biólogo David Oren se ha interesado por la autenticidad de estos
testimonios. Oren apuesta por que se trate de alguna especie de perezoso
gigante que se creía extinta hace cerca de 10.000 años, y que ha
sobrevivido inadvertida en la profundidades de la selva, o simplemente
de una especie aun no catalogada por la ciencia.

El Chullachaqui
Calixto, era un joven que residía en la zona rural, muy distante del pueblo.
Todos los fines de semana iba a vender sus productos agrícolas y se hospedaba donde su tío. El lunes muy
temprano retornaba por un angosto camino que le conducía hasta su casa, atravesando un amplio monte lleno
de animales peligrosos. No tenía miedo, era valiente, un fin de semana se adelantó en volver, era «domingo
siete».
-Calixto, quédate, es un día malo… -dijo su tío.
El joven hizo caso omiso a la petición de su tío. Arribó al atardecer a su casa y escuchó silbar a las perdices al
filo de la chacra, cogió su escopeta y se fue a cazar.
De inmediato llegó al lugar, con mucha precaución se fue acercando donde las escuchó gritar, la última vez.
Avanzaba agazapado, vió moverse una rama.
Efectivamente allí estaban posadas, levantó la escopeta, apuntó y disparó en el bulto. Las aves volaron y una
cayó al suelo, estaba buscando y escuchó que algo pataleaba, la perdiz daba sus últimos momentos de vida,
arrimó su escopeta a un árbol
Cuando se proponía levantar la presa, apareció un ser exótico muy raro que le impidió el paso.
Se quedó turulato, era algo inaudito. El ser extraño era enano, panzoncito, los dientes negros y sobresalientes,
completamente peludo como un oso, tenía una melena larga que llegaba hasta el suelo, un pie al revés, y usaba
hojas como vestido, en realidad era horrible.
El pequeño hombrecillo agarró al joven para morderlo y se pusieron a pelear, después de una ardua riña
aprovechó un descuido, de su adversario, propinándole un fuerte golpe, de inmediato le soltó.
Con mucha agilidad saltó donde estaba su escopeta y disparó contra el extraño en todo el vientre. El enanito cayó
de espalda al suelo, las tripas se le chorreaban y tenía que metérselas en su lugar.
Calixto al ver esa escena botó su escopeta y se olvidó de la perdiz, corrió pidiendo auxilio.
Llegó a su casa botando espuma por la boca, subió dos gradas y cayó desmayado al piso de emponado.
¡Mujer, algo estraño le ha sucedido a Cali!, sale a la puerta y encuentra tirado a su vástago, se asusta al verle en
ese estado, llama a su mujer, busca su zapato, atiende al desmayado, coge su machete y el candil. ¡Cuida de
cali, iré en busca del curandero!.
Al cabo de un cierto tiempo llegaron los dos hombres. El curandero se ocupó del joven tomándole el pulso.
-Pronto estará bien.
El curandero se puso a fumar su cachimbo, y con el humo iba soplando por la cabeza y resto del cuerpo de
Calixto, que permanecía echado en el emponado, sin poder hablar. Hizo tres veces la misma operación.
– Ya está curado.
-¿Qué ha tenido? -preguntó el padre.
-¿Qué ha sufrido mi hijito?… -la madre se pasea por el emponado.
-Señor -se sentó y se dibujó una sonrisa irónica en el rostro-, fue el Chullachaqui que le asustó.
-¿El Chullachaqui? -repitieron los padres.
Fuera de casa, el curandero narró como sucedió. Los padres se asombraron.
-El Chullachaqui es el diablo de la selva, les aparece a todas las personas que no creen en Dios, o no están
bautizados, el muchacho estará bien, ya pasó todo el peligro.
Al día siguiente relató a sus padres, igual como había narrado el curandero. Luego se dirigió al lugar de lo ocurrido
a recoger la escopeta.
El terreno donde lucharon estaba todo revuelto. Al ave la estaban comiendo las hormigas y a un costado se
encontraba un pequeño tronco podrido con un agujero en medio.
-Regresemos a casa -dijo el padre-. Ahora pensemos en los padrinos para bautizar a Cali.
-Si, los padrinos -dijo la Mujer.
-No tengan miedo -dijo el maestro-. Sólo es un cuento.

BUFEO COLORADO
Dicen que, al noreste de Perú, a la entrada de la ciudad de Iquitos, una atrayente escultura de delfín
rosado recibe a todos los visitantes. Desde allí pueden sentirse las brisas del Amazonas y en aquel
mismo poblado habrá quien cuente la leyenda del “bufeo colorado”.

En la selva brasileña también se le conoce como Boto Bermelho y los turistas ingleses lo llaman
Amazon Pink River Dolphin, aunque cada etnia amazónica lo ha nombrado a su manera: Tonina, Inia,
Boto…

Dicen las voces populares que encontrarse al bufeo colorado es cuestión de suerte y muchos lo
describen como “uno de los animales más bellos que aún existe sobre la faz de la tierra”. Realmente
es un mamífero acuático, tiene una gran joroba y pico prominente, puede llegar a los 150 kg de
peso y a los dos metros de largo.

Este animal ocupa un lugar privilegiado dentro de la cosmovisión de la Amazonía, lo cual se explica,
entre otras razones, porque es protagonista de leyendas y cuentos populares. Gracias a ello, durante
miles de años ha estado prohibida su caza y su carne no es comida por las etnias oriundas del lugar,
porque se ha comentado, de generación en generación, que quien lo utilice como alimento sufrirá
mala suerte y calamidades.

Su simbolismo lo ha salvado de la extinción. Dicen que, a


orillas del Amazonas, en noches de celebración, aparecían
hombres extraños de tez blanca, altos, siempre con
sombreros. Buscaban a la mujer más bella de la fiesta, la
enamoraban, bailaban con ella durante toda la noche y
luego desaparecían juntos sin dejar rastro.

Al repetirse varias veces la historia, los indígenas se


propusieron seguir a aquellos seres extraños, para saber
el paradero de sus mujeres. En una de las fiestas les dieron masato, para emborracharlos, quitarles
los sombreros y verles el rostro.

Según cuenta la leyenda, en cuanto uno de ellos perdió el atuendo que llevaba sobre su cabeza, se
convirtió en raya, sus zapatos en cuchas, y su correa en boa. Cuando pasaron la embriaguez, los
hombres corrieron al río, pero sus cuerpos eran mitad bufeo rosado, mitad humano. Entraron a
aquellas aguas y nunca más volvieron a salir.

Actualmente, cuando un joven desconocido llega a una fiesta y porta un sombrero, siempre le piden
que se lo retire para cerciorarse de que no sea un boto y que no raptará a ninguna joven hermosa
para llevarla a las profundidades marinas. De esta leyenda se deriva la costumbre de decir, cuando
una mujer tiene un hijo con un padre desconocido, que es "hijo del boto"

AYAYMAMA
Esta es la historia de dos hermanitos muy pequeños de una familia típica de la selva, que envueltos
por la curiosidad planifican seguir a sus padres, a fin de darles una sorpresa. Los padres siempre
responsables y trabajadores, muy de madrugada tenían que internarse en las profundidades del
bósque tropical para cazar y recolectar frutos, no sin antes dejar provisiones para sus hijos, quienes
quedaban bajo el cuidado de la hermana mayor, pues eran tres los hermanos en total.
Aprovechando que esta dormía como un tronco, deciden emprender la marcha. Muy confiados que
el camino al borde de una ribera era el correcto, avanzan por horas deteniéndose solo a jugar con
mariposas que agrupadas y detenidas en la tierra húmeda, parecían colorear tapices azules, verdes
y amarillos sobre el camino.

Cuando la barriga comienza a sonar por hambre y con la


sensación de sentirse perdidos en medio del bósque, deciden
regresar. Luego de horas de caminata encuentran más y más
vegetación, pues sin mayor orientación, la selva parecía un
laberinto. Comienzan a llorar por el miedo de no saber a dónde
ir y la desesperanza de no ver más a los suyos. Todo a su
alrededor era vegetación, con árboles gigantes que muchas
veces cubrían los rayos del sol, que con dificultad ingresaban a
las partes más bajas. El pánico se apoderó de ellos, corren y
gritan pidiendo ayuda, pero en medio de la jungla solo el cantar
de algunos pájaros e insectos parecen responder a sus
demandas. Algunos sonidos singulares de aves comenzan a
aterrorizarlos, hasta parecía que el enmarañado bósque
cobraba vida y que las ramas de los árboles cobraban aspectos
siniestros y pretendían cogerlos. Cada cosa a su alrededor solo
les ocasionaba más terror.

El espíritu de la madre del bósque apenada por la situación de los niños decide enviarles algo de
comer. Por lo que al rato se percatan que hormigas comestibles salen a su encuentro. Luego que
el hambre se ha saciado, deciden descansar más tranquilos bajo la protección de un árbol de
huayruros. Cuando la tarde comienza a abrir paso al ocaso y la oscuridad comienza a cubrir la
densa vegetación, los niños lloran nuevamente reclamando esta vez la presencia de su madre,
repitiendo desconsoladamente: “ay ay mama, ay ay mama, dónde estas”. El espíritu de la selva al
ver que el llanto de los niños entristece las plantas, decide convertirlos en aves a fin que pudiesen
salir y regresar a casa alzando vuelo. Al llegar a casa, por desgracia encuentran que su madre
había muerto por la impresión de no encontrar a sus hijos en ninguna parte. Luego, las aves
emprenderían vuelo perdiéndose en dirección de la selva y desde entonces cantarían
melancólicamente: “ay ay mama, ay ay mama”. En adelante el desconsuelo y la pena de la pérdida
sería inagotable en sus cantos.

Los pobladores de la selva asocian los cantos de esas aves, con los niños desaparecidos en medio
del bósque tropical y la melancolía por la pérdida de la madre. Por ello, el mensaje del canto de
esas aves les recuerdan que deben regresar a casa temprano y velar por la salud de la madre hasta
el final de sus días. Las aves que dicho sea de paso repiten ese canto, se llamarían en adelante
pájaros “Ayaymama”.
LA LEYENDA DE LA SACHAMAMA
La leyenda de la Sachamama es uno de los mitos más interesantes que podemos encontrar en la selva peruana,
se dice que es una boa gigantesca de proporciones mitológicas que, tras miles de años de vida, es tan grande
que ya no puede reptar (puede medir más de 20 metros).
La leyenda afirma que en los lejanos bosques de la Selva de Perú, si te encuentras
perdido o simplemente te alejas de tu grupo de turistas, puedes toparte con una de
las serpientes que allí habita desde hace más de 2000 años. Una de las
singularidades de esta serpiente es que, debido a su increíble peso, ya no cuenta
con la suficiente capacidad para reptar a través de la selva. Gracias a sus poderes
de atracción logra hacer que sus víctimas – animales y hombres – caminen cerca
de su mandíbula y las devora sin contemplaciones.
Esta serpiente (Sachamama) que presenta cualidades divinas y es venerada por
tribus alejadas, que la utilizan para defender a sus cosechas, poblaciones en
general y también, hacer frente a aquellos que quieren destruir su hábitat dentro
del amazonas peruano.

LA RUNA-MULA
Hay una leyenda amazónica que habla de los castigos del adulterio. Una leyenda que hace alusión a los
comportamientos libertinos entre hombres y mujeres y a las trágicas consecuencias que estos pueden
desembocar. La Runa-mula sería la materialización física del adulterio, una mujer cegada por el deseo
que ha recibido su condena.Cuenta la leyenda que las mujeres que sucumben a los amores prohibidos
(hombres casados, miembros de la iglesia o relaciones con cualquier hombre si esta está casada) corren
el riesgo de transformarse en algo que les cambiará la vida para siempre.Las noches de luna llena un
jinete misterioso, vestido completamente de negro, llega a la casa de una de estas mujeres y comienza
a lanzar una serie de palabras al aire. Su voz poco a poco va transformando a la elegida en un ser mitad
mujer mitad mula, y automáticamente este híbrido sale al encuentro de la voz que lo reclama.

El jinete de ropajes negros monta la Runa-mula y comienza una larga


noche en la que los castigos físicos más crueles se imponen a la infiel.
La azota, la golpea y ésta sólo puede defenderse mediante estridentes
relinchos que se escuchan en todas las casas del lugar alertando a los
habitantes de la zona de que allí hay una mujer impura.

Al día siguiente la mujer se levanta totalmente magullada en su cama.


No recuerda absolutamente nada, sólo puede observar atónita una
serie de heridas que por alguna razón han aparecido en su cuerpo. Por
el contrario, la gente sí sabe que ha sucedido, y a partir de ese momento,
si se ven esos cardenales, esa mujer habrá desvelado su más oculto
secreto.

La leyenda asegura que este jinete misterioso es el mismísimo Diablo,


que con este comportamiento quiere dejar claro que el alma de esa mujer ya es suya por realizar esos
actos impuros. Al mismo tiempo recuerda al resto de habitantes de la zona que nadie está libre de recibir
ese castigo.

" La Tanrilla"
La "Tanrilla" es una Garza pequeña muy bonita y coqueta que según dicen, tiene en sus finas y
largas patitas el secreto para hacer encantamientos de amor.

Cuando un Curandero recibe el encargo de preparar el filtro de amor,


deberá cazarla por medio de un tiro de Pucuna (dardo de cerbatana),
pero también deberá estar dietando por varios días. Una vez casada, y
extraídos los huesitos de sus patitas, el Curandero los limpia y prepara
mediante icáros "cantos mágicos".

Una vez quitada la "médula", quedan una especie de tubitos y estos,


serán de utilidad para aquel "enamorado" que, deberá espiar a la
amada elegida usando estos como si fuera un largavista o binoculares, sin embargo, la
muchacha no debe saber que es observada. Si la operación ha sido exitosa, a los pocos días la
dama elegida aceptará gustosa los requerimientos del Galán

EL YANAPUMA
El Yanapuma es un felino de piel negra que habita en la selva amazónica y que ha sido objeto de
diversas leyendas arraigadas en la cultura popular amazónica.

Una de esas historias dice que en una ocasión, un cazador de la zona fue contratado para trabajar
para unos madereros que estaban instalados en campamentos a los lados del río Pachitea.

Un día, el cazador caminaba en compañía del cocinero cuando vieron a un animal blanco, extrañado,
el cocinero le dijo al cazador: “mira esa novilla, ¿Qué hace por estos lados?”, a lo que el cazador le
contestó: “no es una novilla, es un Yanapuma, un tigre del demonio”, le dijo al cocinero que debían
regresar para decirle a los demás que se fueran a acampar a otro lado.

Al cocinero le pareció graciosa la ocurrencia del cazador y regresaron al


campamento. Al llegar, el cazador de forma seria contó a todos lo que
habían visto y recomendó irse del lugar, explicándoles que el felino era
blanco, pero por la noche se volvía negro y atacaba a las personas,
también les dijo que las balas no podían hacerle daño al animal; pero
tampoco los madereros tomaron en serio las advertencias.

Al otro día, el cazador fue al monte a conseguir comida y cuando regresó al campamento, se
encontró con la desagradable sorpresa de ver los cuerpos de los madereros desperdigados en el
suelo. Los cuerpos se encontraban intactos, solamente tenían dos orificios en el cuello, donde el
Yanapuma les había extraído la sangre.

El cazador sabía que el animal tenía que estar todavía por los alrededores, así que se subió armado
con lanzas a un árbol a esperar. Después de un rato, escuchó el rugido del animal y del follaje salió
el Yanapuma intentando subir al árbol para atrapar al cazador, pero este le clavó la lanza en el pecho
matando al felino.

Esperó un rato antes de bajar, cuando de pronto salió un Yanapuma hembra que intentó subir al
árbol para agarrar al hombre, pero también le clavó una lanza y la mató; bajó del árbol y empezó a
caminar hacia otro campamento para avisar lo que había sucedido.
En la noche mientras avanzaba en la oscuridad le pareció escuchar las voces de los que habían
muerto en el viento, al parecer se disculpaban por no haberle hecho caso y solo le decían que
contara a todo el mundo la desgracia que había caído sobre ellos, como una advertencia para la
gente

EL SIMPIRA
Como sabéis, la inmensa extensión del Amazonas que se encuentra
ubicado en el corazón de Sudamérica, es un lugar que despierta la
curiosidad de todo el planeta. Estudiosos y viajeros llegan hasta este
lugar para experimentar de cerca su extraordinaria biodiversidad y sus
ríos interminables. Sin embargo, estos no son los únicos misterios que
encierra este misterioso destino. En efecto, son conocidos toda clase
de mitos y leyendas acerca de extrañas criaturas que habitan el
inhóspito lugar. Uno de los mas enigmáticos pero sin duda el mas
peligroso es el Simpira, que si bien a primera vista podría parecer un
inmenso jaguar negro, posee cuernos en la cabeza como los venados,
así como patas disparejas de color blanco y una de ellas tiene forma de tirabuzón, la cual puede extender de manera
interminable como si de una serpiente infinita se tratase. A pesar de esa aparente ‘discapacidad’ es muy ágil como
todo felino y se desplaza con rapidez por las copas de los árboles en busca de pecadores y maldecidos, a quienes
atrapa con ese inmenso brazo que posee para llevarlos al infierno, donde convertidos en bestias formaran parte de su
sequito de esclavos en compañía de otros condenados, por toda la eternidad. Conocido también como el señor del
Panshin nete o mundo amarillo, se dice que el Simpira es en realidad el diablo en persona, cuyo único propósito es
llevarse para su ‘reino’ no solo a todo aquel que este condenado y no tiene salvación, sino también a quienes tienen
la desdicha de perderse en la inmensidad de la selva. Al igual que el jaguar, su extraordinaria agilidad y ferocidad hace
muy difícil que sea cazado y aquellos que lo intentaron, no vivieron para contarlo. Es por ese motivo, que el Simpira
tiene todos los ingredientes necesarios ser temido ya que siempre esta al acecho de sus incautas victimas a quienes
vigila escondido desde la espesura de la selva. No se tiene conocimiento de la primera vez que fue observado, pero
antiguas crónicas escritas por los misioneros, hablan de la existencia de una temible criatura “que tiene cuernos como
Satanás y de quien es su servidor el cual caza a los nativos, no para comérselos, sino para que lo adoren en el infierno”.
Precisamente se aprovecharon de esa circunstancia para cristianizarlos, afirmando que de esta manera sus almas serán
salvadas y no caerían “en las garras del maldito” pero aun así, continuaron desapareciendo. Es por ese motivo que
cansados de vivir en continuo peligro, en una ocasión los nativos decidieron organizarse y formando grupos, salieron
en busca de la criatura, evitando separarse para no terminar siendo sus victimas y se internaron en lo mas profundo
de la selva, alli donde se dice que mora. Luego de varios días de caminata por lugares desconocidos no pudieron
encontrarlo, por lo que decidieron regresar a casa, pero se dieron con la sorpresa de que se habian perdido y no había
manera alguna de volver, por lo que presas de la desesperación, cansados y hambrientos se dispersaron por la selva y
ello fue su perdición porque al poco tiempo, desde la distancia, comenzaron a escucharse los gritos y lamentos de sus
compañeros, sin que ellos pudieran acudir en su ayuda, porque no sabia donde se encontraban. Como el Simpira no
deja rastros, los nativos no tenían por donde escapar y uno a uno cayeron en sus garras. De aquellos grupos de
cazadores - que terminaron cazados - no se supo jamás. Desde entonces nadie mas ha intentado buscarlo, pero ello
no ha detenido al Simpira, que sigue merodeando la selva en busca de sus víctimas

LA LEYENDA DE LOS DIABLOS DEL MONTE


Había una vez, un montaraz que se dedicaba a cazar animales salvajes en la selva. Cierto día, fue a mitayear (cazar),
sin percatarse que era de día de carnavales, pues entonces los diablos celebraban su cumpleaños y aquel día los
diablos encontraron a este cazador en su chapana.
Entonces, los diablos le dijeron: ¿Ud. no sabía que hoy es nuestro cumpleaños? Y él les contestó: No, no sabía.

Y los diablos le dijeron: Te damos un plazo de 48 horas para que nos digas: Cuántos años estamos cumpliendo, y si
no sabes, te vamos a matar. Así, que ya sabes. Vete ya.
El mitayero volvió a su casa asustado, estaba muy preocupado, porque no sabía cuántos años estaban cumpliendo
los diablos. Y su mujer, se dio cuenta de su preocupación y le dice: Oye mi amor. ¿Qué es? ¿Qué tienes? ¿Que te
pasa? Te veo preocupado.
Nada, mi amor-le contestó él.
Cuéntame mi amor, tal vez te pueda ayudar- ¡No! Le dice él. No me vas a poder ayudar, pero, si tanto insistes, te voy
a contar. Esto me ha sucedido, mi amor. Cuando fui a montear……… y le contó, pues, todo lo que le sucedió,
entonces la mujer le contestó: Ay amor mío, eso, pues te preocupa tanto, déjalo a mi cuidado, yo voy a solucionar tu
problema.

El hombre se alegró, porque estaba muy triste. Dime no más, donde les voy a encontrar a esos diablos, entonces, el
marido le indicó donde y la mujer se fue al monte, se paró en el camino donde los diablos iban a aparecer, y cuando
escuchó el ruido que hacían cuando se acercaban.

La mujer se preparó, alzó su ropa, bajó su bombacha (calzón) y semidesnuda, se agachó, poniéndose en cuatro
patas, mirando hacia atrás, bien abierta de piernas.

Entonces, los diablos aparecieron en el camino y al ver a la mujer calata agachada con la cabeza metida entre las
piernas mirando atrás, los diablos se asustaron y dijeron: Oye, oye, oye ¿Qué es? ¡Ay taitito! ¡Que tene! Como dice el
mañanero en Radio Colinas ¿Qué es?, quedaron asustados los diablos y bola su ojo.

Oye, durante estos 375 años que estamos cumpliendo, nunca hemos visto un animal tan raro, con tres bocas y uno
bien “barbusho” (peludo) ¿Qué es?. Vámonos, este feo animal puede ser peligroso y nos vaya a devorar en nuestro
cumpleaños. ¡Vamonos ya! ¡Vami ya! ¡Vansiá!.

Es así, como la mujer, por fin: les hizo hablar a los diablos, de cuántos años cumplían los diablos.

La mujer se levantó, subió su bombacha y se fue a su casa a contarle a su marido de los años que cumplían los
diablos
EL GRAN PATITI

De todas las historias inventadas y verdaderas se destaca la de “El Gran Patiti”, última morada de los incas.
Tendremos que remontarnos a las lejanas épocas del año 1572, cuando los españoles avanzaron sobre
Vilcabamba, encontrando una ciudad abandonada por sus ocupantes incas.

La llegada de los invasores se vio frustrada, no sólo por la desaparición de los habitantes previo a su llegada, sino
también porque la hallaron quemada y sin tesoros visibles. Solamente encontraron a su gobernante inca: Tupac-
Amaru. En represalia lo trasladaron al Cuzco y lo ejecutaron públicamente.

¿Dónde estaba el inmenso tesoro inca que los españoles anhelaban? El misterio cubrió las laderas de las
montañas y las profundidades de los valles. Surgió así la Leyenda del Dorado.
Dicen antiguos cronistas que, al conocer del avance implacable de los españoles sobre sus tierras, los incas
decidieron internarse cada vez más en su intrincado territorio. Su objetivo final era llegar a El Gran Paititi,
también conocido como Casa Blanca o La Casa del Rey Tigre.

Este lugar era considerado uno de los más importantes puestos de avanzada inca dentro de las selvas peruanas.
Se dice también que con ellos llevaban el gran tesoro inca que todavía no ha sido encontrado. Tampoco se tuvo
nunca noticia del verdadero, exacto lugar de emplazamiento de Paititi, a tal punto que todavía no se la halló.

Se podría pensar que ésta es una fábula más, sobre los misterios incaicos más destacados, si no fuera porque en
1537 el Padre Saleciano Juan Carlos Polentini escribió un libro al que tituló “Las rutas por Paititi”. Esto viene a
confirmar que dicha ciudad realmente existió, y que la floresta conocida como Madre de Dios aún la oculta en su
seno de las miradas ambiciosas de los continuos exploradores que no cejan en su empeño de descubrirla; algunos
por la codicia de apoderarse de los supuestos tesoros allí escondidos, y otros por el interés arqueológico que
dichas ruinas despiertan en los estudiosos del tema.

Lo que sí se sabe de seguro es que, después de la derrota sufrida por los incas en Ollantaytambo, un grupo
aborigen se dirigió hacia el Este en busca de la mítica Paititi, llevando consigo el tesoro que querían esconder.
Más de cuatrocientos años pasaron desde entonces, y la Leyenda del Dorado, que nos habla de una ciudad de
oro oculta en las selvas peruanas atrajo al interior de la verde jungla un sinfín de expedicionarios, que siempre
volvieron con las manos vacías, y que, incluso, llegaron a perder sus propias vidas en el intento.

Desde entonces una vasta región del Amazonas fue recorrida por exploradores: científicos y aventureros, como
ya adelantáramos; sin que nadie pudiera develar el misterio de la Leyenda más conocida del Perú: la Leyenda del
Dorado.

Conspiraron, para que se mantuviera el secreto de la ubicación geográfica de El Gran Patiti, distintos factores;
todos de real relevancia. Entre los más estacados podemos citar la gran extensión de terreno virgen que ocupaba
el Imperio Inca. En la época de mayor apogeo se extendía desde el norte de Quito, Ecuador, descendiendo por los
Andes y el oeste de la costa hasta ocupar la región central de Chile. A ese inmenso territorio agregaban hacia el
este sus caminos, intrincadas redes que conectaban todo el imperio. Sus mejores y más grandes ciudades se
encontraban también en el este, o en el interior del terreno ocupado por inexpugnables selvas, a la derecha de la
Cordillera de los Andes. Esto era así porque mantenían un constante comercio en toda su vasta zona, y sus
caminos generalmente se perdían dentro de selvas frondosas, cerradas y peligrosas, al punto que no muchos se
arriesgaron luego a penetrarlas en sus búsquedas de tesoros incaicos.

Es necesario destacar las penurias ocasionadas por el clima, con sus extremos de frío-calor, humedad-sequía,
valles por debajo del nivel del mar y montañas altísimas, con relieves escarpados y siempre excesivos. Las
alimañas tienen su parte en la problemática de avanzar rápidamente por selvas cerradas, ya que es zona de
jaguares, víboras venenosas, insectos que propagan enfermedades fatales o inoculan sus potentes venenos.
Debiendo tomar resguardo al cruzar sus ríos, infestados de cocodrilos y pirañas, además de la famosa anaconda;
la serpiente más larga del mundo, que alcanza con facilidad los 12 a 15 m. de largo y que puede matar a un
hombre envolviéndolo con sus potentes anillos y comprimiendo su musculatura.

Por otro lado la extensión de sus carreteras, caminos y ciudades fue tal que abarcaron incluso Bolivia, en cuyas
selvas se encontró una línea de pequeños fuertes que se dirigían hacia el este y se cree que eran avanzadas por
donde sedirigieron los incas, en su intento de escapar de los españoles, junto con sus tesoros.

Esto fue documentado por Jorge Orellano, Director del Instituto de Arqueología de La Paz, Bolivia. Y en sus
investigaciones concluye afirmando que los fuertes, hallados en las selvas, eran escalas dentro del viaje
migratorio de los incas desde la región de Madre de Dios en Perú; región que se suponía parte del Gran Paititi.

Asimismo hay un estudio de un arqueólogo brasilero, Aurélio Abreu, que señala en el Estado de Bahía, Brasil, las
ruinas encontradas de una ciudad que se supone fue construida por los incas. Dichas ruinas distan más de 3.000
km de Cuzco,
“…Se llega a ellas a través de las selvas más peligrosas y densas del mundo, muchas de ellas hasta ahora
inexploradas.”Fuente: Cidades perdidas e antigosmistèrios daAmérica do Sul.Editorial Siciliana.
Esto apoya la teoría de muchos historiadores que señalan que el imperio inca llegó hasta las playas atlánticas del
Brasil.

Lo más interesante de estas teorías lo constituye el hecho de que existe documentación que señala la existencia
de túneles, hasta ahora no descubiertos, por donde los incas atravesaban las zonas más peligrosas de las selvas
en su camino hacia el Este.

Si vamos a considerar esta información como verdadera debemos tener en cuenta que los túneles partían de
Vilcabamba, tomando rumbo este por debajo de las selvas, dirigiéndose al Imperio de Paititi. Al llegar a este
punto las teorías ya no señalan que fuera una sola ciudad, sino que afirman se trataba de un vasto imperio regido
por hombres blancos bajo las órdenes de un rey, conocido como “Rey Tigre”.

Afirman los expertos que Paititi significa Jaguar, y sabido es la importancia que dicho animal tenía en la
sociedad y religión de los antiguos pueblos precolombinos. Otro dato importante a tener en cuenta era que el Rey
Tigre vivía en una casa blanca a orillas de un inmenso lago. Y aquí las leyendas se entremezclan, porque a todo lo
que venimos detallando se agrega la leyenda que habla de que los incas huyeron de los españoles transportando
sus tesoros hacia el interior de América, y que los arrojaron en el centro del Lago Titicaca, cuya máxima
profundidad no ha podido ser medida por su increíble hondura.

¿Verdad o leyenda? El Gran Paititi, también llamado El Dorado, sigue vigente en la mente de miles de
exploradores; que sueñan descubrirlo para apoderarse de sus secretos y, fundamentalmente, de los tesoros que
oculta. Algunos lo buscaron en las cuencas del río Orinoco, cerca de las fronteras de Colombia, Venezuela y
Brasil. También partieron sucesivas expediciones a diferentes lugares de la Amazonía, sin obtener resultados
positivos. Se busca fundamentalmente en la región este dela Cordillera de los Andes. Hasta hoy el mítico El
Dorado sigue siendo justamente eso: un Mito. Tal vez algún día un Elegido de los Dioses sepa hallar los caminos
que conducen a él.

Los saludo en la Luz de la Palabra, a sabiendas de que quedan aún muchas ciudades perdidas y otras
desaparecidas por causas naturales, que ocultan sus misterios bajo un manto de verde vegetación intrincada, en
la maravillosa América. Haremos lo posible para acercar nuestras investigaciones a Uds., para que puedan
determinar si estamos ante una realidad de nuestros ancestros o si sólo se trata de leyendas. Me inclino a
aceptar la primera propuesta, pero dejo a cada lector la decisión de aceptar o no, lo expresado en esta Editorial.
Con gran respeto y en la defensa de la Paz Mundial

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