Cantos para El Ordinario de La Misa PDF
Cantos para El Ordinario de La Misa PDF
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En todos los cantos del ordinario de la misa, tiene prioridad el texto exacto de la
liturgia. En los casos en que no es así, debe seguir lo más cerca posible, el sentido del
mismo.
Señor, ten piedad
Gloria
Canto de alabanza
Siempre que se pueda, es preferible cantar con letra litúrgica, a reza el Gloria por su
carácter de gozosa alabanza. En los tiempos de Adviento y Cuaresma se deja de cantar o
rezar, retomando en la fiesta de Navidad y en la de Pascua (Salvo, Solemnidades).
Credo
Santo
Canto de alabanza
El Santo es el único canto que la propia liturgia invita a entonar: “Por eso con los
ángeles y arcángeles y todos los coros celestiales, te aclamamos cantando...” Si hay un
texto que siempre debe ser cantado en la misa, es éste. Tomado del Antiguo Testamento
(Is 6,9) y completado con una frase cristológica, expresa a alabanza universal por la
obra salvadora de Dios en Cristo y reactualizada en la eucaristía.
Debe ser cantado por toda la asamblea.
Ritmo: libre
Padre Nuestro
Es la principal entre todas las oraciones cristianas, la única que el mismo Jesucristo
transmitió a sus discípulos cuando le pidieron que les enseñara a rezar.
Resulta muy difícil reducir el Padre Nuestro a la forma de canción estrófica. El texto
obliga a adoptar una forma libre. No es necesario cantar el Padre Nuestro.
Cordero de Dios
Canto reflexivo
Estos cantos varían en su texto en función del carácter de la eucaristía, del tiempo
litúrgico o de la fiesta particular que se celebra.
Canto de entrada
Canto procesional.
La música y las palabras crean el ambiente espiritual para entrar en comunión con el
misterio de Dios, según el tiempo, el día o la fiesta que se celebra. Acompaña el ingreso
procesional del sacerdote que preside y de los demás ministros y acólitos.
Ritmo: que facilite el caminar
El ideal es cantar “Gloria y honor a ti, Señor Jesús”. Podría también cantarse algo
similar.
Acompaña la preparación del altar y la precesión con el pan y el vino. Dispone a acoger
el don por excelencia: Cristo, que se ofrece a sí mismo al Padre, mientras nosotros
presentamos al Padre nuestras ofrendas.
Momento en que puede cantar sólo el coro o puede ser música instrumental en vez de
canto de la asamblea.
Amén
La Plegaria Eucarística termina con las palabras del presidente “Por Cristo con El y en
El…”. La asamblea responde con el “Amén” más importante de la misa, confirmando el
misterio realizado. Este “Gran Amén” debería cantarse siempre.
Cantos de comunión
Expresan la unidad con Cristo y entre los fieles que se acercan al altar y el gozo de
participar en el anticipo del banquete del reino de Dios. Ayudan a crear un ambiente
festivo, reflexivo y fraterno.
Canto final
Este canto sólo tiene sentido si la asamblea está presente. Los cantos a la Virgen son
especialmente adecuados, pero éstos podrán ser también de acción de gracias, de envío
o relacionados con el tiempo litúrgico en curso.
No hay ninguna fiesta cristiana, en todas las culturas y tiempos, que haya inspirado
tantos cantos como ésta. Los villancicos son himnos a Dios hecho niño, encarnado en la
historia concreta de los pueblos, cuya alma expresan magníficamente.
En las tres misas de Navidad, y en las de la octava fiesta, no deberían faltar estos cantos,
que se pueden escoger para el inicio de la eucaristía, para la comunión y como canto
final.
Cuaresma
La Cuaresma no es un tiempo triste, sino más bien serio, recogido, meditativo. Los
cantos de la eucaristía deberían favorecer la atmósfera de recogimiento e interioridad
que se nos convida durante este tiempo litúrgico.
Pascua y Pentecostés
Pentecostés:
En estas 33 ó 34 semanas, la Iglesia celebra los misterios de la vida pública del Señor.
Es el tiempo más largo del año litúrgico, de modo que será importante cuidar la
variedad de la música. Hay que considerar que el Leccionario dominical se desarrolla en
tres años (ciclos A,B y C), de modo que será la Palabra de Dios la que indicará los
cantos más adecuados para la celebración. En el tiempo durante el año caen algunas
fiestas importantes que es bueno celebrar con cantos propios: La Santísima Trinidad,
Cuerpo y Sangre del Señor, Sagrado Corazón de Jesús y, el último domingo del año
litúrgico, Cristo Rey del Universo
Criterios para seleccionar los cantos
1. Cantar la misa
Casi todos los textos aprobados son bíblicos. Por ello no es conveniente
cambiar el texto de las partes de la Misa. Y en los cantos de entrada y
comunión examinar las letras.
¿Cuál es, en concreto, el lugar donde debe intervenir el coro? "No se puede
aprobar la práctica de confiar sólo al grupo de cantores el canto de todo el
Propio y de todo el Ordinario, excluyendo totalmente al pueblo de la
participación cantada" (Musicam Sacram 16). Por eso, el Gloria y el Credo
se han creado para que el pueblo y el coro puedan participar. El coro puede
cantar durante la presentación de las ofrendas y en la comunión, así como
también el canto de alabanza después de la comunión. Como dice el
documento Musicam Sacram, "algunos cantos del pueblo ... podrán
confiarse solo al coro, con tal que no excluya al pueblo de las otras partes
que le corresponden" (MS 16).
Retos y sugerencias
Recuperar la Palabra
Una vez que hemos visto la situación actual, proponemos unos retos que
debemos afrontar con realismo, viendo la situación concreta de cada
comunidad y las posibilidades que tiene.
El canto depende
1
de la celebración: Eucaristía, exequias sin misa, sacramentos del bautismo,
del perdón, del matrimonio.
2
del tiempo litúrgico: Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua, tiempo
ordinario, fiestas de la Virgen, de los santos...
3
de la estructura literaria de cada canto: si es aclamación, himno,
procesional, responsorial...
4
del momento de la celebración: entrada, rito de la fracción, comunión...
5
de las posibilidades de cada lugar: sólo asamblea, coro, instrumentos, del
presidente de la celebración...
6
de la categoría del canto: si es para acompañar un rito, como la procesión,
para interiorizar, como el salmo, etc
Es importante
1. cantar. Es una de las cosas que sin duda debemos promover en nuestras
celebraciones. ¿Para qué? Para crear un clima colectivo, para crear un ambiente de
oración y alabanza, para que los sentimientos de todos entren en el corazón.
2
cantar bien. Los cantos con ritmo no debemos cantarlos arrastrándolos.
Con ganas y dedicación, con uno que anime y dirija el canto se consiguen
buenos efectos. Así disfrutaremos más de la calidad del canto y de la
satisfacción de cantar bien.
3
saber dosificar el canto. Es decir, no se trata de cantar todo y todos,
diciendo que cuanto más se cante mejor. La celebración necesita espacios de
silencio, de música, espacios para escuchar, etc.
4
tener organista, animador de cantos, solistas y coro. Todos ellos dan a la
celebración un ambiente de "cosa" bien hecha y preparada. Claro que
depende de las posibilidades de cada asamblea. Pero, tendiendo a este
objetivo.
Recordamos que:
a)
hay cantos que habría que cantar siempre: Santo, antífona del salmo,
aclamación después de la consagración, aleluya, amén de la Plegaria, etc.
b)
el canto tiene que estar muy unido al momento concreto, al tiempo litúrgico.
No se debe pensar en que es bonito tal canto para integrarlo en misa.
c)
hay que preguntarse primero que momentos necesitan más fuerza expresiva
y por tanto, necesitan ser cantadas. No debemos ir a la misa con unos cantos
ya pensados y, después, mirar dónde los metemos.
d)
no hay que andar con la preocupación de introducir cantos nuevos; ni con la
tranquilidad seguir siempre con los mismos cantos.
e)
el buen animador conoce bien su asamblea y es capaz de saber en concreto
la forma de animar para que el canto litúrgico sea tomado con interés.
f)
el animador sabe liturgia
Cantos de la Eucaristía
Es conveniente ensayar momentos antes de la Eucaristía. Ahora bien, no se
trata de repasar todos los cantos, sino la antífona del salmo y algún otro que
no esté bien aprendido. Otro consejo: no hacer un ensayo demasiado pesado.
Si no se aprende un día, se aprenderá en varios.
Por último, la antífona y todo canto debe ser motivado: hay que decir por
qué se canta y a qué viene este canto.
El canto de entrada
"La finalidad del canto de entrada es hacer que los fieles reunidos
constituyan una comunidad. El objetivo de este canto es
El acto penitencial
El Gloria
Las lecturas
El salmo responsorial
La profesión de fe
Además, las letras que hemos usado hasta ahora deben ser abandonadas. No
es el momento del ofrecimiento. El ofrecimiento se realiza después de la
consagración. En este momento no tenemos más que pan y vino sobre la
mesa-altar y no a Cristo.
La Plegaria Eucarística
• Otras aclamaciones. Las Plegarias para las misas con niños prevén
otras aclamaciones. Convendría introducirlas algunas veces
cantándolas. En algunas ocasiones, se podrá introducir alguna
invocación al Espíritu Santo después de las epíclesis.
El Padrenuestro
El Cordero de Dios
Estos dos gestos tienen previsto un solo canto, que se canta después del
gesto de paz y durante la fracción: es el "Cordero de Dios" que termina con
"danos la paz".
La comunión
El canto final
El Misal no prevé ningún canto final. No hay, pues, canto final. Lo normal
sería cantar la fórmula de la bendición. Y, una vez que se ha despedido a la
asamblea, salir con música de órgano.
Abrir la
celebración
Himno o canto Toda la asamblea
Canto de entrada Fomentar la unidad
acomodado Coro y pueblo
Acompañar la
procesión
Versículos y
Salmo Meditar la Palabra respuesta de la Cantor y pueblo
antífona
Recitado o cantado
Credo Profesión de fe Alternando
una estrofa
Unirse a las
Oración de fieles Respuesta cantada Toda la asamblea
peticiones
Presentación de
Descanso Canto coral Coro
los dones
Aclamación y
Aclamaciones de
ratificación de la Al unísono Toda la asamblea
la Plegaria
asamblea
Oración de
Padrenuestro Al unísono Toda la asamblea
hermanos
No hay canto
Canto final
previsto
Cantos que
Quién Qué hace Dónde canta
canta
• Bendición
Dirige la
participación del
pueblo