Tema Vigilia T PDF
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Introducción
Si nuestra mayor necesidad hubiese sido la información, Dios nos hubiese enviado
un educador. Si nuestra mayor necesidad hubiese sido tecnología, Dios nos
hubiese enviado un científico. Si nuestra mayor necesidad hubiese sido dinero,
Dios nos hubiese enviado un economista. Si nuestra mayor necesidad hubiese
sido placer, nos hubiese enviado un comediante. Pero nuestra mayor necesidad
era perdón, por lo tanto Dios nos envió un salvador.
Charles Swindoll
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La mayor necesidad del ser humano desde Adán, fue el Salvador para el perdón
de nuestros pecados. Las preguntas que podemos hacernos, entre muchas otras,
son ¿Quién es el Salvador? ¿Salvarnos de qué? Una vez salvo ¿Qué?
Contexto
En Mateo 16:15, encontramos una de las preguntas de Jesús, que como todas
sus preguntas, siempre iban acompañadas de una gran profundidad y verdad. El
contexto en el que aparece esta pregunta, nos enmarca desde el capítulo 15, lo
importante de cuidarse de la levadura de los fariseos y saduceos, que siempre se
opusieron al mensaje de la Verdad de la persona de Jesucristo. Sí, los fariseos y
los saduceos tenían muchas diferencias, sin embargo lo que los unía era su
legalismo producto de las costumbres de hombres que exigían y su purificación
externa, a través de lo cual lograban influenciar de manera profunda y efectiva la
vida de los oyentes. De la misma forma, Pablo expresa en 1 Corintios 5:7 tal
advertencia:
7 Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin
levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado.
Entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura del pan, sino
de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.
Cuando entran a la región de Filipos, territorio gentil cerca al lugar donde se ubicó
la tribu de Dan, Jesús les pregunta y ¿qué dice la gente de mi? Esa pregunta es la
pregunta que ha surgido generación tras generación, ¿Quién fue, o quién es
Jesús? Dentro de las repuestas que dieron los apóstoles, se ubicaron en la
historia de las profecías de aquel misterio que no tenían muy claro, porque
debemos recordar que el Mesías era parte del misterio oculto del antiguo
Testamento (Efesios 3, Colosenses 1:26, 1 Corintios 2:10, 1 Pedro 1:10-12).
Las respuestas se remontaron también a lo que esperaban de la profecía a través
de Malaquías, la aparición de Elías (Mal 4:5) Hoy, encontramos respuestas algo
más salidas de la esperanza del Antiguo Testamento pero que describen a la
persona de Jesús como un revolucionario, un socialista, un modelo a seguir, un
hombre de Paz, hijo de Dios, entre otros.
Hay dos teorías que tienen bastante fuerza y que están siendo usadas en clases
de filosofía o humanidades en las instituciones educativas. Una de ellas, nos dice
que Jesús efectivamente es Dios, porque logró desarrollar el 100% de su cerebro;
de manera que cualquiera que logre desarrollar el 100% de su capacidad cerebral
y ser consciente, será Dios. Por tanto algún día dejaremos de creer en Dios; este
es el mensaje de la película Lucy, donde el director francés Luc Besson dice así
del argumento de la película:
2 La pregunta clave
El mundo está viviendo de la manera en la que vive, porque hay pecado; siempre
ha habido desde Adán y seguirá habiendo pecado, ya que mientras estemos en
este cuerpo débil, sin glorificación, aún hay pecado contra el que debemos lidiar.
Pero lo que sí es diferente desde tiempos antiguos a hoy, es la defensa que
presentemos o el argumento que expresemos; siempre hubo oposición a la verdad
de Dios, tanto en el Antiguo Testamento como en tiempos de Jesús y los
apóstoles, pero la defensa era firme y radical. No se había presentado un Jesús
tan humanizado como en nuestros tiempos. Un Jesús que sí fue 100% hombre,
pero no vivió en la centralidad de la sociedad ni su humanidad, sino bajo la
centralidad de su Padre; no se expuso un Dios a nuestros pies, sino un Dios que
nos humilla y coloca a Sus pies; esta es la gran diferencia.
Así podemos comenzar a profundizar más en la importancia de esta pregunta,
¿Quién dicen ustedes que soy yo? Que sería lo mismo que responder ¿Quién es
Jesús? Pero ahora los creyentes respondemos. Hay al menos tres razones por las
que debemos ver y llevar a ver a la sociedad, a definir a Jesús de formas más
reverentes, evitando aquellas frases como “chucho”, “el de arriba”, “ese man”, “el
man está vivo” incluso, aunque la Escritura en una ocasión haya hecho mención
de amigo, no hacer mayor énfasis en ello; pues lo hizo una sola vez y es muy poco
comparado con las muchas más que hace mención al Señorío de Cristo y nuestra
servidumbre hacia Él.
Siempre Jesucristo estuvo desde el comienzo, pero aunque eso es claro para
algunos, no es claro para muchos y si bien es cierto es revelado por el Padre y no
comprendido por la capacidad de la mente humana, es muy cierto que esta debe
ser la centralidad de nuestra predicación al definir a Jesús, así como la
responsabilidad de nuestra defensa. Todos los por qué, se resuelven con la vista
en el Cristo eterno, humano y Dios a la vez. Los pasajes entonces que deseo
desarrollar, son Juan 14 y Colosenses 1. Juan 14:8-9 dice:
Jesús en esta conversación, expone el reencuentro que tendría con ellos un día,
pero Felipe no había entendido, por lo que Jesús le preguntó ¿aún no me
conoces? Ver a Jesucristo es ver a Dios. Es entender que es Él, el creador de los
cielos y la tierra, de todo lo que existe; es el creador del tiempo, de la sustancia,
del todo, por eso el énfasis de nuestra vida cristiana, predicaciones y discipulados,
de los congresos y de todo lo que hagamos, debe ser siempre con el celo de la
Escritura y el deseo cada día mayor de conocer más y más el carácter de Jesús -
Dios, conforme Su Palabra; pero ese celo comienza por ahondar en ¿quién es
Jesús? Felipe no lo entendía, pero era necesario que lo entendiera y no a través
de experiencias o emociones, sino de la razón que es la revelación de la Palabra a
la mente y el alma del cristiano. Por eso Jesús dijo conoce la verdad, conócela.
Jesús es la imagen de aquel Dios quien la gente se pregunta, ¿dónde está Dios?
¿Lo has visto? Hasta no ver no creer, Jesús dijo a Felipe me ves y ¿no me crees?
El conflicto no es ver o no ver, es la revelación que Dios de a cada persona según
el designio de su voluntad, como lo dijo en Mateo 16 a Pedro, mi Padre te lo
reveló. Pero aunque sea revelado a través de la Escritura, nuestra responsabilidad
en nuestra predicación y enseñanza es exponer tal mensaje, como los discursos
de Pedro, Pablo, Esteban. Jesucristo es lo más importante de la creación, del
mensaje de la Escritura, del mensaje de cristiano; no somos nosotros, es Él.
Por eso es descrito como primogénito. El término primogénito usado aquí, no hace
referencia a que fue creado primero, porque Jesús no fue creado, siempre existió;
el concepto griego que usa Pablo, es Protótokos, que es primero en prioridad y
soberanía. Es lo más importante y muy superior a cualquier otro ser creado.
Jesús es la imagen de Dios es decir, es igual a Dios y es uno con Dios (Jua 1:1;
Rom 9:5; Tito 2:13; 2 Ped 1:1; 1 Jua 5:20) Entender cada día más es en primer
lugar, un privilegio que se nos revela y en segundo lugar, una necesidad. Nunca
llegaremos a comprender la totalidad de aquel que lo es todo, pero sí debemos
estar más y más amando a Cristo y conociéndole en su soberanía, su
misericordia, su compasión, su ira, su disciplina, su castigo, su justicia; todo como
la Escritura lo define a Él y a su Carácter.
11 Este Jesús es la piedra desechada por vosotros los constructores, pero que ha
venido a ser la piedra angular.
12 Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a
los hombres, en el cual podamos ser salvos.
Una comprensión racional, que va a nuestra alma que canalizó sus emociones y
sus experiencias, lo llevaron a tener grandes convicciones; no refutaron el encierro
o el juicio de hechos 4, ni la amenaza de guardar silencio, “pero Señor estamos
predicando de ti, por qué pasa esto, por qué yo, por qué me enfermo, no acepto
un no por respuesta; no lo hicieron. Contaron lo sucedido, alabaron al Señor y
continuaron con la iglesia y la predicación de Jesús.
La piedra del ángulo, para recordar este concepto, era la piedra que colocaban en
el suelo, para trazar perfectamente las esquinas de los cimientos de las
construcciones, hoy contamos con ángulos, escuadras, láser y muchos otros
elementos para verificar cómo quedaron las medidas; en ese momento, el
fundamento se construía con una piedra colocada en una esquina que trazaba un
ángulo de 90º por lo que se llamaba piedra angular.
Conocer que es la piedra angular nos lleva a ser prudentes, humildes, piadosos,
es la lucha del creyente; esforzados por vivir la vida que la Escritura nos demanda,
ser fieles e idóneos, como lo menciona el nuevo testamento referente a Timoteo,
esto encarga a personas que sean fieles e idóneas (2 Timoteo 2:2), pero también
Deuteronomio. Cuando leemos el capítulo 1, se habla de una delegación que hizo
Moisés para abarcar el conflicto del pueblo, pero la delegó a personas que Dios
tenía de antemano listas; esas personas eran “sabios, entendidos y expertos”
(Deuteronomio 1:13).
Comprender más a fondo la respuesta de ¿quién dicen ustedes que soy yo?, nos
va a llevar a ser más osados en la predicación de la Verdad de la Escritura,
cuidadosos y obedientes con la Escritura, entendiendo que la obediencia a los
mandamientos de Dios no es de ninguna manera legalismo, sino más bien eso es
amar al Señor y al prójimo (Juan 14:21.23; 8:31; 1 Juan 2:3; 3:22-24; 5:3),
resultado de la gracia que demanda más obediencia que la ley, solo que no es
simplemente “porque hay que obedecer”, sino porque le amamos; no obedecemos
doctrinas de hombre (eso es legalismo), que sería la levadura, sino sus
enseñanzas. La ley es útil para exhortar a los creyentes y mantenernos animados
y esperanzados haciendo todo lo que nos corresponde hacer, hasta que vuelva el
Señor, aunque la ley ya no es para atar la conciencia del hijo de Dios bajo
maldición.
No debemos manipular a los creyentes con amenazas de la ley, pero no por eso
debemos hacerla a un lado; los mandamientos, la forma del culto, los principios,
las señales del pacto, entre otros asuntos fundamentales de la ley, no son una
opción a dejar a un lado; la obra de Cristo es no para no hacer caso a la ley, sino
por nuestra incapacidad de cumplir la demanda de la ley. Hagamos lo que
podamos, Cristo hizo el resto.
Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos
conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos
hermanos;
Dentro del plan de Dios, el fin es ser hechos conforme a la imagen de Cristo;
dentro de un propósito eterno, perfecto y soberano. Cada aflicción, cada momento
difícil, cada momento de gozo, cada enfermedad o calamidad, es un paso para tal
fin; razón por la cual la misma carta de Romanos 12:12 nos dice:
8 Y Job tomó un tiesto para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas.
10 Pero él le dijo: Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos
el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios
El camino del cristiano que ha sido apartado por Dios y para Dios, comienza con
un proceso de santificación, transformación e identidad, hasta alcanzar la
glorificación en la eternidad. Aunque la salvación es por gracia, gratuita y no
merecida sino por misericordia, el proceso es hasta llegar a la imagen de Cristo,
no ser Cristo, sino seguir el modelo y pauta que Él marcó. Claramente debemos
considerar que no es nuestra fuerza o nuestro constante trabajo por cambiar, sino
que la mayor tarea y lucha es tener tiempo para orar y estudiar la Escritura; entre
más estamos en su presencia, más seremos como Él y más podremos estar en
conformidad a su imagen (Col 2) sin dejar de evangelizar, discipular, visitar, orar,
la familia y demás actividades que también están en la Escritura narradas. Pero el
fin primero es ser como Él.
Una vez más, el concepto primogenitura, no es por mayoría de edad, sino porque
Él es la prioridad y es inmensamente muy superior a cualquier persona creada en
la historia. Esto lo entendemos en el proceso de la vida de Cristo y su actuar
diario. Claramente la Escritura nos enseña a predicar acerca de Él, su muerte para
la salvación y vida. Pero la vida de Jesús es en gran manera imposible de
comprender a cabalidad, pero sí es posible descubrir más y más su carácter y
naturaleza con el pasar del día a día.
55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de
Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios;
56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra
de Dios.
57 Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una
contra él.
Lo que no debe suceder es que las personas pasen por alto la exposición de la
Escritura y digan “sí bueno chévere que creas eso, sí, yo no y también chévere”;
también debemos considerar que la molestia causada no sea por nuestra actitud
sino por la predicación del Evangelio de Jesucristo como las veces que el libro de
los Hechos nos revelan que sucedía o los evangelios, pues el mensaje de Jesús
fue es el mensaje de arrepentimiento y conversión.
3 Conclusión
¿Quién dicen ustedes que soy yo? No fue un tema de conocimiento humano, sino
revelación del Padre a Pedro, a su razonamiento y a su alma, y que ahora por la
obra del Espíritu de Dios quien nos lleva a la verdad, podemos día a día
comprender a través de las Escrituras aquellas palabras que lo describen. Cristo
es el mesías, el salvador del mundo, el creador de todo lo que existe, quien nos
lleva a tal reverencia que menguamos día a día para que Él sea exaltado.
Jesucristo, Rey de Reyes, soberano y eterno Dios, quien encarnó para darnos
libertad y salvación, autor y consumador de la fe; perfecto Dios y hombre, sin
pecado pero con los mismos padecimientos que nosotros, recibió el sufrimiento de
la cruz hasta la muerte. Pero que al tercer día resucitó dando la victoria sobre la
muerte y siendo el primogénito de toda su iglesia para vida eterna; ascendió a los
cielos y fue coronado en majestad sobre todo y desde los siglos hasta los siglos.
Cristo, merecedor de máxima honra y pleitesía, vive en nosotros para ser más y
más como Él; es en sí mismo la verdad, el camino y el sentido de existencia, pues
Él es la razón de la vida y es la vida misma. ¿Tendremos algún argumento para no
luchar y morir a nosotros, a nuestras pasiones, a nuestra vida? ¿Qué más
necesita la iglesia y el mundo para vivir en obediencia y piedad, con celo y
conocimiento verdadero de las Escrituras aparte de lo que hizo Jesucristo por
nosotros? Solo la revelación de parte del Padre a través de las Escrituras, nos da
la verdadera libertad.