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Tema Vigilia T.C.

Viernes 3 de Mayo 2019

Tema: Profundizar y centrar más el mensaje de Cristo en todo lo que hacemos y


decimos.

Título: ¿quién decís que soy yo?

Pasaje: Mateo 16:15

El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Introducción

Si nuestra mayor necesidad hubiese sido la información, Dios nos hubiese enviado
un educador. Si nuestra mayor necesidad hubiese sido tecnología, Dios nos
hubiese enviado un científico. Si nuestra mayor necesidad hubiese sido dinero,
Dios nos hubiese enviado un economista. Si nuestra mayor necesidad hubiese
sido placer, nos hubiese enviado un comediante. Pero nuestra mayor necesidad
era perdón, por lo tanto Dios nos envió un salvador.

Charles Swindoll

____

La mayor necesidad del ser humano desde Adán, fue el Salvador para el perdón
de nuestros pecados. Las preguntas que podemos hacernos, entre muchas otras,
son ¿Quién es el Salvador? ¿Salvarnos de qué? Una vez salvo ¿Qué?

Desarrollo del tema

Contexto

En Mateo 16:15, encontramos una de las preguntas de Jesús, que como todas
sus preguntas, siempre iban acompañadas de una gran profundidad y verdad. El
contexto en el que aparece esta pregunta, nos enmarca desde el capítulo 15, lo
importante de cuidarse de la levadura de los fariseos y saduceos, que siempre se
opusieron al mensaje de la Verdad de la persona de Jesucristo. Sí, los fariseos y
los saduceos tenían muchas diferencias, sin embargo lo que los unía era su
legalismo producto de las costumbres de hombres que exigían y su purificación
externa, a través de lo cual lograban influenciar de manera profunda y efectiva la
vida de los oyentes. De la misma forma, Pablo expresa en 1 Corintios 5:7 tal
advertencia:

6 Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta


toda la masa?

7 Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin
levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado.

Este concepto de la levadura, con enseñanzas de hombres no ha dejado de estar;


aún hay mucho por recorrer, pues cada generación tiene una nueva teoría que
leuda la masa de la Verdad y más referente a la persona de Jesucristo. Y es así
como se antecede la historia en el capítulo 16, cuando Jesús les dice que tengan
cuidado con la levadura de los fariseos, y en el versículo 12, nos enseña que los
discípulos:

Entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura del pan, sino
de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.

Cuando entran a la región de Filipos, territorio gentil cerca al lugar donde se ubicó
la tribu de Dan, Jesús les pregunta y ¿qué dice la gente de mi? Esa pregunta es la
pregunta que ha surgido generación tras generación, ¿Quién fue, o quién es
Jesús? Dentro de las repuestas que dieron los apóstoles, se ubicaron en la
historia de las profecías de aquel misterio que no tenían muy claro, porque
debemos recordar que el Mesías era parte del misterio oculto del antiguo
Testamento (Efesios 3, Colosenses 1:26, 1 Corintios 2:10, 1 Pedro 1:10-12).
Las respuestas se remontaron también a lo que esperaban de la profecía a través
de Malaquías, la aparición de Elías (Mal 4:5) Hoy, encontramos respuestas algo
más salidas de la esperanza del Antiguo Testamento pero que describen a la
persona de Jesús como un revolucionario, un socialista, un modelo a seguir, un
hombre de Paz, hijo de Dios, entre otros.

Hay dos teorías que tienen bastante fuerza y que están siendo usadas en clases
de filosofía o humanidades en las instituciones educativas. Una de ellas, nos dice
que Jesús efectivamente es Dios, porque logró desarrollar el 100% de su cerebro;
de manera que cualquiera que logre desarrollar el 100% de su capacidad cerebral
y ser consciente, será Dios. Por tanto algún día dejaremos de creer en Dios; este
es el mensaje de la película Lucy, donde el director francés Luc Besson dice así
del argumento de la película:

“Cuando nuestro cerebro tenga más capacidad, dejaremos de creer en Dios”

La otra postura a la que se refieren hoy, es a partir de la definición de la palabra


Mesías. Han definido y menospreciado tal nombre que cualquier persona es
mesías, salvador; por tanto sí, Jesús es el mesías del cristianismo como Gandhi el
mesías o el Cristo para la India; pero cómo definir a Jesús siendo igual a Dios; eso
de ninguna manera. Por esta razón considerándola como una de las principales
razones, el mensaje de hoy se ha tornado es más en hablar lo que nos une como
el amor, los niños, la paz; y esto es bueno, sin embargo, lo que divide al
cristianismo del resto de las creencias y del mundo es Jesucristo. La pregunta que
nos concierne es ¿Dejaremos de hablar de Él por mantener una unidad con el
mundo por un bienestar social?

2 La pregunta clave

Pero esta pregunta inicial de Jesús, no necesariamente fue la pregunta clave,


pues es normal escuchar cualquier cosa de cualquier persona a la que no se le
haya revelado el mensaje de la Escritura. Lo importante y lo relevante es ¿qué
pensaban los representantes del futuro cristianismo, estos son los apóstoles,
acerca de Jesús? Lo realmente crucial era lo que los seguidores de Jesús
definirían de Él mismo, ya que eran sus seguidores y quienes en tiempos
posteriores, hablarían de Él. Es precisamente lo que dice Mateo 16:15:

El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Esta pregunta fue fundamental, y seguirá siendo fundamental. Si en las diferentes


sedes e iglesias cristianas realizamos esta pregunta, ¿cuál sería la mayor
respuesta que escucharíamos? Sí, Jesús fue muchas cosas que hoy se dicen de
Él, pero a la vez no es lo que algunos dicen que es; pero en realidad la definición
que debemos dar es la de la Escritura, la cual no lo define como revolucionario o
socialista, tampoco un simple hombre de conducta a imitar. La Escritura, expone
una definición de Jesucristo que lo coloca en la más alta cumbre de todos los
seres humanos existentes, desde el tiempo de Adán y seguirá hasta la eternidad.

El mundo está viviendo de la manera en la que vive, porque hay pecado; siempre
ha habido desde Adán y seguirá habiendo pecado, ya que mientras estemos en
este cuerpo débil, sin glorificación, aún hay pecado contra el que debemos lidiar.
Pero lo que sí es diferente desde tiempos antiguos a hoy, es la defensa que
presentemos o el argumento que expresemos; siempre hubo oposición a la verdad
de Dios, tanto en el Antiguo Testamento como en tiempos de Jesús y los
apóstoles, pero la defensa era firme y radical. No se había presentado un Jesús
tan humanizado como en nuestros tiempos. Un Jesús que sí fue 100% hombre,
pero no vivió en la centralidad de la sociedad ni su humanidad, sino bajo la
centralidad de su Padre; no se expuso un Dios a nuestros pies, sino un Dios que
nos humilla y coloca a Sus pies; esta es la gran diferencia.
Así podemos comenzar a profundizar más en la importancia de esta pregunta,
¿Quién dicen ustedes que soy yo? Que sería lo mismo que responder ¿Quién es
Jesús? Pero ahora los creyentes respondemos. Hay al menos tres razones por las
que debemos ver y llevar a ver a la sociedad, a definir a Jesús de formas más
reverentes, evitando aquellas frases como “chucho”, “el de arriba”, “ese man”, “el
man está vivo” incluso, aunque la Escritura en una ocasión haya hecho mención
de amigo, no hacer mayor énfasis en ello; pues lo hizo una sola vez y es muy poco
comparado con las muchas más que hace mención al Señorío de Cristo y nuestra
servidumbre hacia Él.

1. Conocer a Jesús es conocer a Dios

Lo primero que debemos comprender más a fondo, es que conocer a Jesús es


conocer a Dios mismo; sí algo que parece ser obvio pero en realidad, no es tan
obvio o tan considerado. Hay dos pasajes que nos permiten entender esto.
Cuando Pedro dice “tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, ese concepto
hijo es ser igual a Dios, eso lo vemos en Juan 10:33, el concepto de ser Hijo de
Dios era muy evidente para los judíos de aquel entonces, pues ellos sabían que se
hacía igual a Dios. También pasajes como Juan 1:1, nos revelan que Él es Dios y
ha existido desde el comienzo. Por este planteamiento podemos comprender por
qué para los hebreos se hace muy complicado definir el término Elohim, pues el
nombre Elohim hace alusión a dioses, en plural y, al mencionar el plural deben
afirmar que eran varios y no uno solo. Lo dice Génesis 1:1, el Elohim Et, dioses
eternos; pero, sencillamente a la luz de la totalidad de la Escritura, Elohim lo
podemos traducir como la Santa Trinidad, por eso es plural.

Siempre Jesucristo estuvo desde el comienzo, pero aunque eso es claro para
algunos, no es claro para muchos y si bien es cierto es revelado por el Padre y no
comprendido por la capacidad de la mente humana, es muy cierto que esta debe
ser la centralidad de nuestra predicación al definir a Jesús, así como la
responsabilidad de nuestra defensa. Todos los por qué, se resuelven con la vista
en el Cristo eterno, humano y Dios a la vez. Los pasajes entonces que deseo
desarrollar, son Juan 14 y Colosenses 1. Juan 14:8-9 dice:

8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta.

9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces,


Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: “Muéstranos al
Padre”?

Jesús en esta conversación, expone el reencuentro que tendría con ellos un día,
pero Felipe no había entendido, por lo que Jesús le preguntó ¿aún no me
conoces? Ver a Jesucristo es ver a Dios. Es entender que es Él, el creador de los
cielos y la tierra, de todo lo que existe; es el creador del tiempo, de la sustancia,
del todo, por eso el énfasis de nuestra vida cristiana, predicaciones y discipulados,
de los congresos y de todo lo que hagamos, debe ser siempre con el celo de la
Escritura y el deseo cada día mayor de conocer más y más el carácter de Jesús -
Dios, conforme Su Palabra; pero ese celo comienza por ahondar en ¿quién es
Jesús? Felipe no lo entendía, pero era necesario que lo entendiera y no a través
de experiencias o emociones, sino de la razón que es la revelación de la Palabra a
la mente y el alma del cristiano. Por eso Jesús dijo conoce la verdad, conócela.

Como lo expresa el manual de crecimiento, si no sientes nada, ¿qué pasaría? La


revelación de la Escritura a nuestra razón y conocimiento, nos lleva a responder,
no pasaría nada, pues sé que Cristo prometió estar conmigo; la experiencia es
volátil, las convicciones no. La verdad revelada a nuestra razón e inundada
nuestra alma, genera convicciones; y la madurez espiritual nos mantendrá firmes,
aunque el pecado ronde desde nuestro interior. Por eso una vida piadosa es la
que lucha, se arrepiente, le duele, aborrece el pecado y cuando peca; no se siente
bien porque entiende que ha ofendido a Jesús, Dios.

Complementando este pasaje, ampliando la deidad de Jesús, dice Colosenses


1:15:

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación

Jesús es la imagen de aquel Dios quien la gente se pregunta, ¿dónde está Dios?
¿Lo has visto? Hasta no ver no creer, Jesús dijo a Felipe me ves y ¿no me crees?
El conflicto no es ver o no ver, es la revelación que Dios de a cada persona según
el designio de su voluntad, como lo dijo en Mateo 16 a Pedro, mi Padre te lo
reveló. Pero aunque sea revelado a través de la Escritura, nuestra responsabilidad
en nuestra predicación y enseñanza es exponer tal mensaje, como los discursos
de Pedro, Pablo, Esteban. Jesucristo es lo más importante de la creación, del
mensaje de la Escritura, del mensaje de cristiano; no somos nosotros, es Él.

Por eso es descrito como primogénito. El término primogénito usado aquí, no hace
referencia a que fue creado primero, porque Jesús no fue creado, siempre existió;
el concepto griego que usa Pablo, es Protótokos, que es primero en prioridad y
soberanía. Es lo más importante y muy superior a cualquier otro ser creado.

Jesús es la imagen de Dios es decir, es igual a Dios y es uno con Dios (Jua 1:1;
Rom 9:5; Tito 2:13; 2 Ped 1:1; 1 Jua 5:20) Entender cada día más es en primer
lugar, un privilegio que se nos revela y en segundo lugar, una necesidad. Nunca
llegaremos a comprender la totalidad de aquel que lo es todo, pero sí debemos
estar más y más amando a Cristo y conociéndole en su soberanía, su
misericordia, su compasión, su ira, su disciplina, su castigo, su justicia; todo como
la Escritura lo define a Él y a su Carácter.

2. Jesucristo es la piedra angular

No solo es la imagen misma de Dios, aunque esto ya es suficiente, sino que


también es la piedra angular de la fe; Hechos 4:11-12 dice acerca de esto, lo
siguiente:

11 Este Jesús es la piedra desechada por vosotros los constructores, pero que ha
venido a ser la piedra angular.

12 Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a
los hombres, en el cual podamos ser salvos.

Este texto de Hechos 4, refuerza precisamente el concepto de la respuesta de


Pedro. Cuando Jesucristo preguntó en Mateo 16, Pedro dijo “eres el Cristo” y sí,
tuvo el concepto correcto y completo, pero no entendía su significado; razón por la
cual se convirtió en el salvador de Jesús: “no vayas a Jerusalén”. Ahora en
Hechos 4, Pedro comprendía de una manera mucho más profunda el sentido de
aquellas palabras que había pronunciado en aquel entonces, al responder “eres el
Cristo, el hijo del Dios Viviente”.

Una comprensión racional, que va a nuestra alma que canalizó sus emociones y
sus experiencias, lo llevaron a tener grandes convicciones; no refutaron el encierro
o el juicio de hechos 4, ni la amenaza de guardar silencio, “pero Señor estamos
predicando de ti, por qué pasa esto, por qué yo, por qué me enfermo, no acepto
un no por respuesta; no lo hicieron. Contaron lo sucedido, alabaron al Señor y
continuaron con la iglesia y la predicación de Jesús.

La piedra del ángulo, para recordar este concepto, era la piedra que colocaban en
el suelo, para trazar perfectamente las esquinas de los cimientos de las
construcciones, hoy contamos con ángulos, escuadras, láser y muchos otros
elementos para verificar cómo quedaron las medidas; en ese momento, el
fundamento se construía con una piedra colocada en una esquina que trazaba un
ángulo de 90º por lo que se llamaba piedra angular.

Esa piedra que produciría el fundamento de la fe cristiana, era y es Jesucristo;


ningún otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, reemplazará a Cristo Jesús.
Eso es digno de gloria, honra y reverencia; cuando esto lo profundizamos más y
más, podemos definir cuál debería ser la motivación para dar la vida por Cristo o
ser radicales y celosos con la verdad de la Escritura, o cómo ejercer gobierno
eclesial, la disciplina eclesial, el temor y reverencia al estar al frente buscando la
aprobación de Dios. Como dicen por ahí, en una ocasión se acercó un miembro de
la iglesia al pastor predicador, y le dijo: - pastor no me gustó hoy la alabanza; el
pastor le contestó: - me alegra, pues era para el señor y no para usted.

Conocer que es la piedra angular nos lleva a ser prudentes, humildes, piadosos,
es la lucha del creyente; esforzados por vivir la vida que la Escritura nos demanda,
ser fieles e idóneos, como lo menciona el nuevo testamento referente a Timoteo,
esto encarga a personas que sean fieles e idóneas (2 Timoteo 2:2), pero también
Deuteronomio. Cuando leemos el capítulo 1, se habla de una delegación que hizo
Moisés para abarcar el conflicto del pueblo, pero la delegó a personas que Dios
tenía de antemano listas; esas personas eran “sabios, entendidos y expertos”
(Deuteronomio 1:13).

Comprender más a fondo la respuesta de ¿quién dicen ustedes que soy yo?, nos
va a llevar a ser más osados en la predicación de la Verdad de la Escritura,
cuidadosos y obedientes con la Escritura, entendiendo que la obediencia a los
mandamientos de Dios no es de ninguna manera legalismo, sino más bien eso es
amar al Señor y al prójimo (Juan 14:21.23; 8:31; 1 Juan 2:3; 3:22-24; 5:3),
resultado de la gracia que demanda más obediencia que la ley, solo que no es
simplemente “porque hay que obedecer”, sino porque le amamos; no obedecemos
doctrinas de hombre (eso es legalismo), que sería la levadura, sino sus
enseñanzas. La ley es útil para exhortar a los creyentes y mantenernos animados
y esperanzados haciendo todo lo que nos corresponde hacer, hasta que vuelva el
Señor, aunque la ley ya no es para atar la conciencia del hijo de Dios bajo
maldición.

No debemos manipular a los creyentes con amenazas de la ley, pero no por eso
debemos hacerla a un lado; los mandamientos, la forma del culto, los principios,
las señales del pacto, entre otros asuntos fundamentales de la ley, no son una
opción a dejar a un lado; la obra de Cristo es no para no hacer caso a la ley, sino
por nuestra incapacidad de cumplir la demanda de la ley. Hagamos lo que
podamos, Cristo hizo el resto.

3. Es la medida final del cristiano

Finalmente, lo que debemos considerar a la luz de la Escritura, es que la vida de


Cristo es el modelo final de la vida del cristiano; en otras palabras, el propósito de
Dios al separarnos para Él, es conforme lo menciona Romanos 8:29:

Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos
conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos
hermanos;
Dentro del plan de Dios, el fin es ser hechos conforme a la imagen de Cristo;
dentro de un propósito eterno, perfecto y soberano. Cada aflicción, cada momento
difícil, cada momento de gozo, cada enfermedad o calamidad, es un paso para tal
fin; razón por la cual la misma carta de Romanos 12:12 nos dice:

Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.

O el libro de Job nos enseña en Job 2:8-10:

8 Y Job tomó un tiesto para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas.

9 Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y


muérete.

10 Pero él le dijo: Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos
el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios

El camino del cristiano que ha sido apartado por Dios y para Dios, comienza con
un proceso de santificación, transformación e identidad, hasta alcanzar la
glorificación en la eternidad. Aunque la salvación es por gracia, gratuita y no
merecida sino por misericordia, el proceso es hasta llegar a la imagen de Cristo,
no ser Cristo, sino seguir el modelo y pauta que Él marcó. Claramente debemos
considerar que no es nuestra fuerza o nuestro constante trabajo por cambiar, sino
que la mayor tarea y lucha es tener tiempo para orar y estudiar la Escritura; entre
más estamos en su presencia, más seremos como Él y más podremos estar en
conformidad a su imagen (Col 2) sin dejar de evangelizar, discipular, visitar, orar,
la familia y demás actividades que también están en la Escritura narradas. Pero el
fin primero es ser como Él.

Una vez más, el concepto primogenitura, no es por mayoría de edad, sino porque
Él es la prioridad y es inmensamente muy superior a cualquier persona creada en
la historia. Esto lo entendemos en el proceso de la vida de Cristo y su actuar
diario. Claramente la Escritura nos enseña a predicar acerca de Él, su muerte para
la salvación y vida. Pero la vida de Jesús es en gran manera imposible de
comprender a cabalidad, pero sí es posible descubrir más y más su carácter y
naturaleza con el pasar del día a día.

Por ejemplo, tenemos la celebración del nacimiento de Jesús, Navidad; tenemos


la semana de la pasión de Cristo, su muerte y su resurrección; pero no hay una
fecha conmemorativa importante que exponga la ascensión de Jesús, con tal
participación como las anteriores mencionadas, que celebremos tal día. El 30 de
mayo, que es transportado al 3 de Junio este año 2019, se conmemora la
ascensión de Jesucristo y por eso es festivo, no obstante ¿cuál es la actividad que
se desarrolla acerca del tema?
En lo personal, considero que una de las evidencias más fuertes de la vida, obra y
cumplimiento de las profecías de la Escritura es el momento de la ascensión. La
ascensión reveló cumplir la profecía acerca de la coronación de Jesucristo como el
Rey de Reyes, por lo que Esteban puede pronunciar las palabras narradas en
Hechos 7:55-57:

55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de
Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios;

56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra
de Dios.

57 Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una
contra él.

La ascensión, no es más importante que lo sucedido antes, su muerte, o después,


su resurrección; solo que Jesucristo debía ascender para ser coronado en
majestad y estar a la diestra del Padre, esperando el tiempo determinado para
volver por su iglesia y culminar la profecía escrita en su Palabra y la esperanza de
la vida nueva en la eternidad para aquellos que en Él creemos. Si no hubiera
ascendido, no volvería sencillamente porque nunca se fue. Es rey de Reyes y
Señor de Señores. Este conocimiento acerca de Jesucristo, es lo que provocará
en la sociedad dos reacciones:

a. Ó se convierte y nacen de nuevo


b. Ó se molestan y se incomodan por el mensaje de la Verdad de la Escritura.

Lo que no debe suceder es que las personas pasen por alto la exposición de la
Escritura y digan “sí bueno chévere que creas eso, sí, yo no y también chévere”;
también debemos considerar que la molestia causada no sea por nuestra actitud
sino por la predicación del Evangelio de Jesucristo como las veces que el libro de
los Hechos nos revelan que sucedía o los evangelios, pues el mensaje de Jesús
fue es el mensaje de arrepentimiento y conversión.

3 Conclusión

Podemos decir entonces para concluir a la pregunta de Jesús, ¿quién dicen


ustedes que soy yo?, que la respuesta es más profunda de lo que parece ser;
cada día debe ser más y más amplio nuestro conocimiento, pasión y verdad y
reverencia, acerca de Quién es Jesucristo y, de igual forma, esa profundidad nos
debe llevar a estudiar la Escritura más y más porque, nuestro interés es amar al
Señor, menguar cada día más a nuestras pasiones y deseos, caminar día a día
llevando la cruz hasta el fin de la misma, que es la muerte. Así, podremos
profundizar más en nuestro estudio bíblico y en nuestro tiempo de devoción y
predicaremos aún más centrados para agradarlo a Él, antes que a quienes están
escuchando nuestro mensaje (Gal 1:10) guardando siempre el corazón, el amor y
la mansedumbre con que lo hacemos, las intenciones y buscando siempre edificar
y extender el reino de los cielos antes que nuestra fama.

Es fundamental entonces, no simplemente ver a Jesús en la totalidad de la


Escritura, sino entenderlo y conocerlo en la totalidad de la Escritura, qué se dice
acerca del Rey de Reyes y cómo opera la reverencia y la piedad en aquellos que
lo buscan. Es importante aclarar que no siempre al usar la Escritura estamos
diciendo lo que ella dice, por eso la predicación expositiva que no es nueva, cobra
un valor tan importante, que no nos lleva a buscar pasajes que digan lo que
deseamos o necesitamos decir que es la predicación temática, sino que nos llevan
a decir lo que la Escritura dice dentro de su contexto primario y total de cada
pasaje, con pasajes que no hemos considerado o libros de la Escritura que no
hemos estudiado; expositivo y sistemático, es un sistema que vale la pena
implementar en nuestras predicaciones.

¿Quién dicen ustedes que soy yo? No fue un tema de conocimiento humano, sino
revelación del Padre a Pedro, a su razonamiento y a su alma, y que ahora por la
obra del Espíritu de Dios quien nos lleva a la verdad, podemos día a día
comprender a través de las Escrituras aquellas palabras que lo describen. Cristo
es el mesías, el salvador del mundo, el creador de todo lo que existe, quien nos
lleva a tal reverencia que menguamos día a día para que Él sea exaltado.
Jesucristo, Rey de Reyes, soberano y eterno Dios, quien encarnó para darnos
libertad y salvación, autor y consumador de la fe; perfecto Dios y hombre, sin
pecado pero con los mismos padecimientos que nosotros, recibió el sufrimiento de
la cruz hasta la muerte. Pero que al tercer día resucitó dando la victoria sobre la
muerte y siendo el primogénito de toda su iglesia para vida eterna; ascendió a los
cielos y fue coronado en majestad sobre todo y desde los siglos hasta los siglos.

Cristo, merecedor de máxima honra y pleitesía, vive en nosotros para ser más y
más como Él; es en sí mismo la verdad, el camino y el sentido de existencia, pues
Él es la razón de la vida y es la vida misma. ¿Tendremos algún argumento para no
luchar y morir a nosotros, a nuestras pasiones, a nuestra vida? ¿Qué más
necesita la iglesia y el mundo para vivir en obediencia y piedad, con celo y
conocimiento verdadero de las Escrituras aparte de lo que hizo Jesucristo por
nosotros? Solo la revelación de parte del Padre a través de las Escrituras, nos da
la verdadera libertad.

Dependiendo de la profundidad con la que respondamos la pregunta de


Jesucristo, así será definido todo lo que hagamos; pues siendo vasijas de barro,
simples vasijas que se desechan porque no es por nosotros sino por su gracia (2
Corintios 3-4), tenemos al tesoro verdadero que es Cristo y su Palabra; no es por
nosotros sino por Él. De manera que cada discípulo, cada sede, cada región, cada
oración y acción se deben centrar en conocerlo y glorificarlo más y más; y así las
personas de las sedes entenderán el inconveniente de hoy y entenderán que la
Escritura es la máxima autoridad en materia de fe y práctica. Saldrán, vivirán,
testificarán de Cristo y continuará la expansión del mensaje del Evangelio de
Jesús, aún cuando la muerte nos rodee.

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