Francesco Borromini

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FUENTES LITERARIAS Y DOCUMENTALES DE LA HISTORIA DEL ARTE

TRABAJO INDIVIDUAL REALIZADO POR

MARÍA ALEGRÍA SÁNCHEZ

DNI: 49195366E

FRANCESCO BORROMINI

BAJO LA DIRECCIÓN DE

PROF.ª D.

MARIANO MONSERRATE CECILIA ESPINOSA

UNIVERSIDAD DE MURCIA

Facultad de Letras

Curso 2019/2020

Convocatoria de Enero
1

❖ Índice

Resumen 2

Palabras clave 2

Abstract 2

Keywords 2

Introducción 3

Estado de la cuestión 3

Objetivos e hipótesis 3

Francesco Borromini 5

1. Biografía 5
2. ​Cultura y motivación artística 6
3. Obra 8
4. Concepción como artista 10
5. Borromini en España 11

Conclusiones finales 12

Bibliografía 13

Anexo gráfico 13
2

❖ Resumen

En este trabajo se trata el controvertido tema que supone el artista Francesco Borromini, uno
de los grandes exponentes del Barroco Italiano. Se comenzará con su bibliografía y sus
motivaciones y cultura artística, lo que darán lugar a su obra, también desarrollada brevemente.
Además, se expondrán también las opiniones de los contemporáneos hacia el artista, al igual que
las percepciones e influencia que tiene en el mundo actual. Para finalizar, se explican las
relaciones de Borromini en España y las repercusiones que tuvo en el país, tanto positivas como
negativas.

❖ Palabras clave

Borromini, arte, Barroco, arquitectura, Bernini, Historia del Arte, Roma.

❖ Abstract

This project deals with the controversial theme of the artist Francesco Borromini, one of the
greatest exponents of the Italian Baroque. First, it will begin with his bibliography, his
motivations and artistic culture, which then lead us to his work, which will be briefly developed,
just like the previous topic. In addition, it will present the opinions of his contemporaries
towards him, as well as perceptions and the influence that he has in today’s world. Finally, it
explains Borromini’s relations in Spain and the repercussions they had on the country, which
were both, positive and negative.

❖ Keywords

Borromini, art, baroque, architecture, Bernini, History of art, Rome.


3

❖ Introducción

Francesco Borromini fue uno de los grandes genios de la arquitectura italiana del siglo XVII,
pero su figura fue muy controvertida en su tiempo. Sin embargo, en la actualidad se ha
revalorizado su obra, al igual que su historia, que junto con la de su enemigo Bernini,
conforman una de las más grandes enemistades existentes en la Historia del Arte. Gran parte de
su obra es olvidada por gran parte de las personas pero, a pesar de ello, siempre ha contado con
un gran número de seguidores incondicionales.

Su difícil e irascible personalidad, junto con su complicado y apasionado arte, nos dejan una
importante huella en la Historia que sigue perdurando a día de hoy.

❖ Estado de la cuestión

Para realizar este trabajo he seleccionado documentos que tratan al artista y a su obra en
profundidad, al igual que la evolución de esta, tales como tratados y catálogos. Así, las obras en
las que basaré la investigación son el tratado arquitectónico de Francesco Borromini, “Opus
Arquitectonicum” obra inacabada en la que se dejan ver sus ideas y características como artista
y la obra de Paolo Portoghesi, “The Rome of Borromini, architecture as language”. Para
contrastar la información, me apoyaré en un catálogo de obras de Richard Bössel titulado
“Borromini e l'universo barocco”.

Además, he seleccionado unas revistas de arte y opinión españolas que reflejan la


concepción y crítica de los españoles frente a la polémica figura de Borromini, en las que
además se mencionan sus influencias y huella en artistas del momento. Por ejemplo, la “ Revista
española de ambos mundos”, donde se refleja la concepción negativa que se tenía de este autor,
o “la revista del Museo Español de Antigüedades” del Doctor Juan de Dios de la rada y
Delgado. También tiene una gran importancia la revista mensual ilustrada “Historia y arte”, en
el cual se relata la influencia y relevancia de este autor.

Finalmente y acompañando al punto anterior, se empleará el libro de Alfonso Rodríguez G.


de Ceballos, “Francisco Borromini y España”, el cual será empleado para completar la
información dada por las obras anteriores.

❖ Objetivos e hipótesis
➢ Documentar la vida del artista y sus relaciones con el mundo, las cuales determinarán en
cierto modo su obra.
➢ Analizar la obra y evolución artística, relacionando este punto con el mencionado
anteriormente.
4

➢ Comprender la revolución e innovación que supuso el artista en su momento.


➢ Buscar opiniones y ver la concepción que las personas tenían de este artista, además de
sus seguidores.
➢ Investigar su gran influencia tanto en la Historia del Arte como en artistas españoles.
5

Francesco Borromini

1. Biografía

Francesco Borromini, cuyo apellido original era Castello, nació en Bissone, Italia, el 27 de
Septiembre de 1599. De sus padres se tiene escasa información, aunque se conoce que su padre
fue arquitecto y realizó trabajos para los Visconti ¹ . Siendo solo un adolescente abandonó su
lugar natal y se trasladó a Milán para trabajar como cantero. Allí pudo conocer la obra de
autores como Pellegrino Pellegrini o Francesco Maria Ricchino, las cuales influenciaron en sus
posteriores realizaciones barrocas. Un tiempo más tarde se volvió a trasladar, esta vez a Roma.
Ahí realiza la mayoría de su producción artística y, además, se pone en contacto con ese periodo
de transición artística y mediocridad por la que pasó la capital aproximadamente desde la
muerte de Miguel Ángel. Ahí fue acogido por Carlo Maderna, pariente por línea materna. Este
fue director de las obras llevadas a cabo para terminar San Pedro, y por lo tanto, mantenía cierta
relación con Miguel Ángel. Maderna, además de protector, le instruyó y resolvió interrogantes
relacionados con la arquitectura. A pesar de ser durante un gran periodo de tiempo un simple
cantero, junto a Maderna desempeñó cargos tales como el desarrollo de los dibujos de los
proyectos o, incluso la terminación de la Puerta Santa.

Cuando murió Maderna le sucedió Bernini en la dirección de las obras de San Pedro y ahí
comenzaron las discordias. La tensión existente entre ambos se hizo incluso más palpable
durante el desarrollo de los trabajos del palacio Barberini. Estos acontecimientos darían lugar a
una de las mayores rivalidades existentes en la Historia del Arte. Borromini pudo comenzar su
actividad artística independiente ya en 1634, comenzando con el convento para los Padres
Descalzos de la Orden de los Trinitarios, San Carlos. A partir de entonces, recibió generosa
cantidad de encargos, principalmente de órdenes religiosas, lo cual será tratado más tarde.

Baldinucci, un contemporáneo suyo, realizó un detallado retrato en el que, además de


describir fielmente al artista, lo declara, junto con Bernini, el más discutido y original arquitecto
de su época. Este retrato dice así:

«Fue Francesco Borromini hombre de gran y bello aspecto, de gruesos y robustos


miembros, de fuerte ánimo, de altas y nobles ideas. Fue sobrio en el comer y vivió castamente.
Estimó mucho su arte, por amor al cual no escatimó esfuerzos; a fin de que sus proyectos
alcanzarán entera pulcritud, los hacía de cera, y a veces de tierra, con las propias manos. Al
amor a las

1. Los Visconti fueron una familia noble del norte de Italia con una gran relevancia política y económica. En los
primeros años del Renacimiento llegaron a gobernar Milán, alcanzando el título de duques. (Argan, G. C. (1955).
Francisco Borromini y España. Madrid, España: Xarait Ediciones)
6

artes añadía también no poco sentimiento y celo, en lo que a la propia estima y reputación
se refería; por ello no quiso de ordinario obras que no tuviesen jamás grandeza, como templos,
palacios o similares. No suscribió nunca medidas tomadas por mano de sus jóvenes, diciendo
no convenir al arquitecto otro hacer que dibujar y ordenar, y procurar que todo fuese bien
ejecutado. Movido por el mismo sentimiento, no quiso nunca entrometerse en tratos o intereses
de los maestros de obras y con los patrones de las fábricas. No fue nunca posible hacerle
dibujar en competencia con algún otro artífice y una vez dio una constante negativa a un
Cardenal de gran mérito, que le persuadía de hacerlo en asunto que debía servir para las
fábricas del Louvre en Francia; replicando que los dibujos eran sus propios hijos: y no quería
que fueran mendicando la loa por el mundo, con peligro de no tenerla, como a veces veía a los
de los otros acaecer. Pocos días antes de su muerte entregó a las llamas todos aquellos dibujos
que él tenía destinados al tallado y no había podido ejecutar: y esto hizo por temor, que los
mismos no cayeran en manos de sus contrarios, los cuales o los deseasen además de los suyos
propios o los modificasen. No fue de ningún modo vencido por el deseo de bienes, los cuales
tienen por objeto la gloria; por lo que por la mayoría de sus dibujos, modelos y asistencias, de
no ser Pontificios, no quería tomar dinero, a fin, como él decía, de poder obrar a su modo;
incluso de los mismos Pontificios tomó sólo aquello que le fue dado, sin pedir cosa alguna.».
​ a existencia de Borromini fue inquieta y amarga, con un furor y
(Baldinucci, Borromini, 1955) L
pasión que impregnaban todas sus obras y su vida. Pasó de tener un carácter irascible a uno
atormentado y desesperado. Consumido por el insomnio y la enfermedad decidió escribir su
testamento y, durante un ataque de ira se golpeó con su espada (o se suicidó), falleciendo al día
siguiente arrepentido de su acción. Fue sepultado en San Giovanni dei Fiorentini² junto a
Maderna.

2. Cultura y motivación artística

Como ya ha sido mencionado anteriormente, la formación de Borromini comenzó a raíz del


abandono de su lugar natal. La formación de un artista que busca constantemente la perfección
de un estilo se identifica claramente en su actividad a lo largo de la historia. Por eso mismo,
cabe destacar que su formación no se completó en Milán, donde aún era muy jóven, sino en
Roma. La presencia de elementos septentrionales en sus obras ya eran típicos en la Italia central
en tratados como los de Serlio, Vignola y Palladio. Además, la iglesia de San Alessandro,
iniciada por Lorenzo Binago en el 1602, es un muy claro punto de apoyo para sostener la
educación lombarda del artista. Algunos elementos encontrados es enta se pueden observar en

2. San Giovanni dei Fiorentini es una iglesia en la que participó Miguel Ángel, Maderno y Borromini entre muchos
otros. (Argan, G. C. (1955). Francisco Borromini y España. Madrid, España: Xarait Ediciones)
7

obras posteriores de Borromini, tal como dos campanarios laterales y una cúpula cercana a la
fachada, tal como en Sant’Agnese en la plaza Navona. Por lo tanto, la estancia en Milán le
mostró algunas indicaciones manieristas.

Ya en Roma, se advierte la gran presencia de su maestro Maderna a pesar de que se le debe


considerar bastante autodidacta. Se podría decir que su estilo se fue modelando a través de la
observación y el trabajo, estableciéndose las bases de este durante el trabajo en San Pedro.

Otra influencia clara en la historia artística de Borromini nace de su culto a Miguel Ángel.
Este comprende el sentido del impulso interior, del “platonismo” de Miguel Ángel y su fin
supremo es revivir y reencontrar la tensión del maestro. A pesar de ello, pretende evitar las
formas miguelangelescas. No copia las formas, sino que se pueden encontrar en sus obras temas
formales, no solo de Miguel Ángel, sino de otros autores que le influenciaron. Esas influencias
se aprecian escasamente, como si fueran una guía para él que luego usaría a su manera y a su
gusto personal. La gran admiración hacia Miguel Ángel se puede observar claramente en las
mismas palabras de Borromini que decían así:

“… rogaría que se me recuerde, cuando alguna vez parezca que me aparto de los diseños
corrientes, aquello que decía Miguel Ángel, Príncipe de los Arquitectos, que el que sigue a
otros nunca avanza; y en verdad yo no me he dedicado a esta profesión para ser un simple
copista, aunque sé que al crear cosas nuevas no se puede recibir el fruto del esfuerzo sino muy
tarde, igual que no lo recibió el propio Miguel Ángel cuando al reformar la arquitectura de la
gran basílica de San Pedro era atacado por sus nuevas formas y ornamentos, muy censurados
por sus rivales, hasta el punto de que procuraron muchas veces hacerle retirar el encargo de
arquitecto de San Pedro, pero fue en vano, y el tiempo ha aclarado después que todas sus cosas
son dignas de imitación y de admiración”. (Borromini, Opus Architectonicum, 1725)

Al igual que Miguel Ángel, también se aprecia influencia de la Antigüedad. Existen pruebas
que documentan su estudio de documentos romanos. Sin embargo, al contrario que con los
autores anteriores, Borromini aplica los conocimientos del mundo clásico de manera distinta.
Gracias al estudio y conocimiento que poseía, asume todas las formas empleadas en la
antigüedad, las comprende y las cuestiona. Las libera de ese carácter canónico que poseían,
siendo así asumidas por los artistas. Las pone a prueba y las contradice. Sus ideas van más allá
del rechazo a la antigüedad, Borromini renuncia a la idealización del mundo clásico o la
existencia de un clasicismo “suprahistórico y universal”. Todo ello dio lugar a que cambiara,
por ejemplo, la utilidad de los elementos, atribuyendo así un carácter ornamental y débil a los
elementos sustentantes, llevando la contraria constantemente a los autores antiguos. Aunque
estos detalles a día de hoy sean casi imperceptibles, en su momento fueron revolucionarios y
muy criticados, tema que se tratará más adelante. Francesco Milizia, consciente de esto, sometió
a Borromini a una exhaustiva crítica en la que decía tal que así:
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“Borromini llevó la extravagancia al más alto grado del delirio. Deformó todas las formas,
mutiló frontones, dio la vuelta a las volutas, cortó ángulos, onduló molduras y cornisas y
multiplicó cartuchos, caracolas, ménsulas, zigzags y mezquindades de toda suerte. La
arquitectura de Borromini es una arquitectura al revés. No es una arquitectura, es un
escaparate de ebanista fantástico”. (Milizia, F. Los abusos de Borromini, 1778).

Baldinucci, contemporáneo suyo, identifica su arquitectura una vaga tendencia a la


arquitectura gótica. A pesar de que no le falta fundamento a esta observación, cabe corregir que
el arte de Borromini, más que una vuelta al pasado, es una respuesta al presente y una visión del
futuro que no puede ser entendida si no se conoce el Renacimiento.

Por último, otro elemento que marcaría la arquitectura borrominesca es la gran religiosidad
de este. Se caracterizó por un gran sentimiento y pasión, lo que daba lugar a una arquitectura
vigorosa, repleta de furor desenfrenado. Todo ello se ve claramente en la vida religiosa que
llevaba el artista, además de que, como ya se ha mencionado anteriormente, sólo realizaba obras
para órdenes religiosas.

3. Obra

La obra de Francesco Borromini es considerada uno de los mayores exponentes de barroco


italiano. Nace de la contradicción entre tradición y revolución, movimiento, pasión y
sentimientos. Su arquitectura se caracteriza por el uso de efectos luminosos, minuciosidad en el
tallo de las formas, perfiles afilados, formas cortantes, estrías precisas y grandes resaltes en las
formas. Estas, acompañadas con los efectos de la luz, crean espacios vacíos que contrastan con
las formas voluminosas en sus fachadas. Su obra se centraba plenamente en las formas y en la
luz, sin distraer con el uso del color o la riqueza de los materiales. Estos eran, principalmente, el
ladrillo y el estuco y sus obras son plenamente blancas. A pesar de estos elementos austeros, sus
obras no transmiten esa misma idea. Los elementos ornamentales siempre se usaban con un
final. Las plantas y sus alzados demuestran que su concepción arquitectónica nunca se basó en
una idea preconcebida del espacio, sino que era una especie de síntesis de la mayor cantidad de
elementos plásticos y espaciales en contraste. Su forma de resolver la arquitectura se compara
constantemente con Caravaggioз.

Al mirar una obra de Borromini es inevitable sentir esa sensación de inestabilidad e


inquietud. Las curvas y contracurvas, la detallada teatralidad, los cuidados detalles, los espacios
que desembocan unos en otros... Todos estos elementos reflejan la percepción y la forma de

з. Caravaggio se caracterizó por crear grandes contrastes en sus obras basados, más concretamente, en efectos
lumínicos. (Argan, G. C. (1955). Francisco Borromini y España. Madrid, España: Xarait Ediciones)
9

ver el mundo que tenía el autor.

En su tratado Opus Archutectonium se pueden encontrar unas setenta grandes láminas


grabadas al cobre conteniendo plantas, alzados, secciones, perfiles, molduras y detalles del
edificio del Oratorio de la Congregación de San Felipe Neri en Roma, con una larga explicación
literaria. A pesar de no estar terminada, es una de las obras que más información contiene de la
obra del autor, pues la mayoría de sus proyectos fueron destruidos antes de su muerte para evitar
ser plagiados.

A continuación, se realizará una pequeña reflexión de las obras de Borromini, centrándose en


las características principales de cada una:

La primera obra en la que está documentada su participación es Sant’Andrea Della Valle,


donde, junto con su maestro, realiza únicamente tallas de distintos elementos. Por ejemplo,
realizó los capiteles y diseñó la linterna. Todo el diseño de la cúpula fue trabajada junto a
Maderno.

En el Palazzo Barberini, donde trabajó junto a Maderno y Bernini, se comienza a intuir la


personalidad del artista. Donde más se aprecia su huella es en la majestuosa escalera de caracol
situada en el interior (Imagen 1), de enormes dimensiones y con columnas pareadas. Además,
también fue autor de las ventanas y de la fachada trasera, la cual contrasta enormemente con la
principal por sus formas sinuosas repletas de entrantes y salientes. Por lo tanto, esta gran obra
arquitectónica reúne en ella una variedad de estilos que confluyen y contrastan entre sí, tal como
lo hacían las dos personalidades de los autores.

El Oratorio de los Filipenses es un gran proyecto encomendado parcialmente a Borromini.


Lo realizó de manera funcional y práctica, y en la fachada se puede ver el gran desarrollo de su
estilo particular, muy similar a la fachada del Palazzo Barberini. La obra está dotada de una gran
elasticidad y plasticidad. Su estructura es independiente a la del oratorio, lo que indica que el
artista se tomó una gran libertad artística, característica de este.

San Carlo Alle Quattro Fontane es la primera obra independiente del artista, de una gran
importancia. Fue un encargo de los Trinitarios Descalzos de San Juan de Mata y fue financiada
por Castel Rodrigo, amigo de Borromini. Lo primero en construirse es el convento. La iglesia es
de planta centralizada, resuelta mediante un espacio cubierto por un rombo, con espacios curvos
en su interior. En toda la obra arquitectónica se encuentran las características del autor
plenamente, perfeccionando su estilo y llevándolo así al máximo. La fachada (Imagen 2) es
posterior, teniendo incluso que ser finalizada por su sobrino. Esta se encuentra dividida en tres
calles, creando estas un espacio convexo. Además, se divide en dos pisos, separados entre sí por
una inscripción y un pequeño friso. Borromini, en sus planos e ideas anteriores a su muerte,
planeaba rematar la obra con un frontón pero se acabó modificando por un acabado más simple.
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Las formas sinuosas y los entrantes y salientes, al igual que los efectos de la luz, definen el
carácter de la obra, la cual es considerada (actualmente) una de las grandes joyas del barroco.

Sant’ivo della Sapienza (Imagen 3) es otra de las grandes obras maestras más conocidas del
autor. La capilla realizada por él consta de una planta centralizada a partir de dos triángulos
equiláteros superpuestos uno encima del otro, dando lugar a un hexágono, donde se le
introducen unas formas circulares, jugando así con los espacios cóncavos y convexos. La cúpula
que la cubre sigue el esquema de la planta, formada así por formas circulares y rectas que
contrastan entre sí, con unos pequeños ventanales y nervios, entre los que se encuentra una rica
decoración que confluyen en un óculo en el centro, lo que ilumina a la composición, dotándola
de una gran armonía y riqueza.

Borromini fue partícipe de otra gran cantidad de obras, pero normalmente eran
intervenciones, proyectos de restauración o trabajos concretos, tales como Sant’Agnese in
Agone, San Juan de Letrán, Sant’Andrea delle Fratte o el Palacio de la Propaganda Fide entre
muchos otros.

4. Concepción como artista

A pesar de ser un gran artista y ser considerado a día de hoy uno de los mayores exponentes
del Barroco en Italia, Borromini era rechazado por completo por sus contemporáneos, los cuales
le tachaban de loco, desmesurado, de tener falta de gusto, además de su mal humor, además de
criticar duramente a su obra por lo motivos mencionados anteriormente.

Para entender la motivación de la crítica hay que comprender el contexto en el que se


desarrolla su arte. Borromini realiza su arte en un momento de decadencia del Renacimiento,
donde además, cuestiona las formas clásicas y de la antigüedad. Es por eso que los estudiosos
no lo toleran, pues algo que se sale fuera de lo establecido siempre es mal visto al principio.
Francesco Milizia, mencionado anteriormente por sus grandes críticas al arquitecto, dice una
vez más tal que así:

“Borromini ha sido uno de los primeros hombres de su siglo por la magnitud de su ingenio
y uno de los últimos por el uso ridículo que de él ha hecho. En arquitectura ha sido como
Séneca en el estilo literario y como Marini en poesía. Al principio cuando copiaba lo había
bien, pero después se puso a hacer las cosas por sí mismo, movido por un desenfrenado amor
por la gloria, y para sobrepasar a Bernini cayó, por así decir, en la herejía. Prefirió ser
excelente gracias a la novedad. No comprendió la esencia de la arquitectura”. (Milizia, F., Los
abusos de Borromini, 1778). ​A pesar del odio que recibía, también tenía fieles seguidores
incondicionales que le apoyaban a él y a la revolución que estaba impulsando. Entre ellos se
encontraban Andrea Pozzo y Giovanni Battista Passeri, ambos pintores contemporáneos de
Borromini. Además, existieron una gran cantidad de arquitectos que se inspiraron en sus formas
11

y le estudiaron, llegando incluso su influencia a España de lo que se hablará en el siguiente


apartado.

5. Borromini en España

Francesco Borromini era tenido en los medios romanos como “ferviente adicto a la causa
Española”, pero a pesar de ello, en el país era más conocido y mejor considerado su antagonista
Bernini, simpatizante del partido antiespañol de Roma debido a su estrecha relación con el Papa
Urbano VII. Todo ello se ve reflejado, por ejemplo, en documentos donde este Bernini es
alabado redactados por don Diego Saavedra Fajardo, o cuando Velázquez entrevistó a grandes
autores del momento, incluyendo a Bernini y excluyendo, evidentemente, a Borromini.

Borromini mantenía estrechas relaciones con personajes e instituciones españolas , vistiendo


incluso a la moda española del momento, pudiendo confirmarse esto con su retrato en su obra
Opus Architectonicum.​ Borromini nació en Bissone, en Lombardía, lugar que en ese momento
formaba parte de la corona española. Es por ello que en ese momento era “súbdito” del rey de
España.

Para más credibilidad, su primer encargo independiente de gran importancia fue español.
Más concretamente, era un mesón que usaban los religiosos españoles para reunirse y, gracias a
Borromini, fue restaurada, siendo hoy su gran obra maestra San Carlo Alle Quattro Fontane.

Además, se sabe ciertamente que don Manuel de Moura fue un gran amigo y seguidor de
Borromini, rechazando el arte de Bernini. Se asombró tanto frente a su obra que la apoyó
económicamente. Borromini, debido a esta estrecha amistad, decidió dedicarle unas palabras en
su tratado artístico, refiriéndose a él como “mi señor y protector”. Además, Borromini también
mantuvo estrechas relaciones con la corona.

Respecto a la concepción que tenían los españoles de él, se podría decir que era más bien
negativa. Incluso en algunos escritos, más que realizar una crítica, se hablaba a veces desde la
ignorancia, desconociendo incluso la ocupación del artista 5 e incluso sólo mencionarle para así
elogiar a Bernini. Todo ello se culpa a la llegada de la época de la Ilustración.

Incluso en las bibliotecas de estudiosos arquitectos no se encontraba ninguna obra en la que


se tratara al arquitecto, mucho menos su tratado artístico Opus Architectonicum. Cuando se creó
la biblioteca de la Real Academia de Bellas artes de San Fernando en Madrid se introdujo la

5.Teodoro Ardemans menciona a Borromini por primera vez en la literatura española, diciendo: “El caballero
Borromini, pintor y arquitecto” (Argan, G. C. (1955). Francisco Borromini y España. Madrid, España: Xarait
Ediciones)
12

obra del arquitecto romano (ya en 1764), debido a que se creó un lista de libros que faltaban y
eran indispensables para el estudio de la arquitectura Italiana.

Las influencia del artista no fue del todo abundante, pero sí fue digna de estudio. En el
Setecientos se pensaba que el Barroco castizo español era plenamente influencia de Borromini,
pero más tarde se concluyó que eso no era posible, pues no se entendían los principios y
motivaciones en los que se inspiraba el movimiento. Por lo tanto, la influencia o elementos
empleados de Borromini se trataban de algo superficial, epidérmico, que se incluía a las obras.
Por lo tanto, los arquitectos admiraban las formas de Borromini y las interpretaban a su manera.
Algunos de estos autores fueron José Jimenez Donoso, Francisco de Herrera el Mozo, ambos
estudiosos de Borromini.

Algunas de estas dichas obras se localizaban, principalmente en Madrid. Algunas de ellas


fueron la fachada del Noviciado de San Luis Obispo, un calco de Santa Inés, la Iglesia de San
Luis Obispo de la Calle de la Montera, similar al Oratorio de San Felipe de Neri en unas
ventanas en el cuerpo superior de la torre o la Iglesia de San Miguel, antigua iglesia de los
Santos Justo y Pastor de Madrid. Otra gran obra en la que se aprecian grandes similaridades es
la Fachada de la Catedral de Valencia (Imagen 4), la cual nos recuerda en sus formas a San
Carlos.

Por lo tanto, a pesar de ser un artista mayoritariamente despreciado en España, Borromini fue
capaz de dejar una pequeña huella e influencia que perdura y es valorada a día de hoy.

❖ Conclusiones finales

Francesco Borromini fue un gran genio incomprendido por la mayoría de sus contemporáneos,
siendo odiado por muchos y amados por otros. Siempre ha sido y será un personaje digno de ser
recordado en la Historia del Arte, ya sea por su historia, su obra, su forma de pensar y ver el
mundo, o la gran huella que ha dejado. Bien cabe destacar que su influencia nos sigue
acompañando a día de hoy pero, a pesar de ello, sigue siendo un artista muy infravalorado. Es
por ello que, con este trabajo, he pretendido lograr aprender y comprender a este gran
arquitecto, seguir su obra, y ver que todos los esfuerzos y obstáculos por los que pasó no fueron
en vano. Por lo tanto, considero que este trabajo me ha ayudado a interesarme incluso aún más
por Borromini y me motiva a seguir pregonando e investigando su historia.
13

❖ Bibliografía

- Argan, G. C. (1955). Francisco Borromini y España. Madrid, España: Xarait Ediciones.

- Borromini, F. (1725). Opus Architectonicum Equitis Francisci Borromini ex eiusdem


exemplaribus petitum. Roma, Italia: Sebastianus Gianninus.

- Bösel, R., & Frommel, C. L. (2000). Borromini e l'universo barocco: Catalogo. Milán, Italia:
Electa.

- Gil Dorregaray, J. (s.f.)(1875). Tomo IV. Museo Español de Antigüedades, pp. 433–440.

- Hauser y Menet. (s.f.) (18969. Tomo segundo. Historia y arte : revista mensual ilustrada, pp.
1–18.

- Mellado, F. P. (s.f.) (1855). Tomo Segundo. Revista española de ambos mundos, p. 164.

- Portoghesi, P. (1968). B001F3LT8S. Nueva York, Estados Unidos: New York : George
Braziller, cop. 1968..

❖ Anexo gráfico

Imagen 1. Escalera del Palacio Barberini, Barberini Cornisi.


14

Imagen 2. Fachada de San Carlo Alle Quattro Fontane, Blog de Historia, cultura y arte.

Imagen 3. Cúpula de Sant’Ivo alla Sapienza, Wikipedia.


15

Imagen 4. Fachada de la Catedral de Valencia, Valencia a pedacitos.

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