Cuestiones Previas Señor Guiseppe

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CUIDADANA

JUEZA DE MUNICIPIO ORDINARIO Y EJECUTOR DE MEDIDAS DEL

MUNICIPIO FALCÓN DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO

COJEDES

Su Despacho. -

Quien suscribe, GUISEPPE LO PRESTI CORDIO, venezolano, mayor de

edad, titular de la cédula de identidad N° V-10.992.818, soltero y de este domicilio,

asistido en este acto por los abogados en ejercicio OSCAR ROLANDO MURCIA

ROJAS y CARMEN AMINTA TORREALBA GALEA, debidamente inscritos en el

I.P.S.A. bajo los Nos. 133.719 y 103.962, respectivamente, domiciliados

procesalmente en el edificio Gran Palacio, piso 4, oficina 26, Avenida Aranzazu

Municipio Valencia del Estado Carabobo; ante usted con el debido respeto ocurro a

los fines de exponer:

A fin de contradecir el contenido del escrito incoado en fecha 17 de diciembre

de 2019, por la parte demandada, en el que de forma extremadamente ambigua

trata de hacer ver al tribunal una versión totalmente sesgada de los hechos, debo

decir que lo que puedo entender de esa redacción, es que pareciera que opuso las

cuestiones previas contenidas en el artículo 346 en sus numerales 6, 10 y 11 y que

todo lo demás que aportó a ese escrito forma parte de su contestación que

posteriormente consignará en su oportunidad procesal y como consecuencia de ello

no puedo ahondar en la cantidad de insultos y desaciertos que fueron agregados a

ese nefasto escrito, tanto a mi persona, como a mis abogados asistentes, los cuales

no tienen nada que ver en esta controversia, pero que pretenden ser intimidados,

con alusiones personales que en nada se relacionan con la ética que debe

acompañar a todo abogado a la hora de litigar.


CAPÍTULO I:

DE LA CONTRADICCIÓN DE LAS CUESTIONES PREVIAS

Su Majestad, la demandada, en una parte de su disperso escrito, expresa

entre otras cosas que en mi libelo en el aparte referente al capítulo II denominado

DEL OBJETO DE LA PRETENSIÓN Y SUS FUNDAMENTOS DE DERECHO,

incurro en el vicio delatado en el ordinal 6 del artículo 346, del Código de

Procedimiento Civil, pues según la demandada estoy accionando por RETRACTO

LEGAL ARRENDATICIO, de conformidad con el artículo 1546 del Código Civil y

que incurro en vicio de indeterminación del objeto de la pretensión, pues no indico

cuales son los gastos de la venta, invocando el artículo 340 en su numeral 4 del

Código de Procedimiento Civil, transcribiéndolo incluso:

Artículo 340 el libelo de la demanda deberá expresar:

El objeto de la pretensión, el cual deberá determinarse con precisión,

indicando su situación y linderos, si fuere inmueble; las marcas, colores

o distintivos, si fuere semoviente; los signos, señales y particularidades

que puedan determinar su identidad, si fuere mueble; y los datos, títulos

y explicaciones necesarios si se tratare de derechos u objetos

incorporales.

Ahora bien, su Excelencia, lo cierto es que no estoy demandando por

Retracto Legal Arrendaticio, como hace ver la demandada, mi demanda está

perfectamente delimitada en el Objeto de mi Pretensión y sus fundamentos de

Derecho a saber:

“CAPÍTULO II

DEL OBJETO DE LA PRETENSIÓN Y SUS FUNDAMENTOS DE

DERECHO:
Ciudadano Juez el objeto de esta pretensión es el de acudir como en efecto

lo hago, ante este órgano de administración de justicia, a los fines de

DEMANDAR por RETRACTO LEGAL, a la tercera extraña la ciudadana ANA

MINELBA TALARN LOPEZ, venezolana, mayor de edad, titular de la

cédula de identidad N° V-7.537.189, soltera y de este domicilio, para que

convenga o sea condenada a ser subrogada como compradora en la persona

de quien suscribe GUISEPPE LO PRESTI CORDIO, venezolano, mayor de

edad, titular de la cédula de identidad N° V-10.992.818, soltero y de este

domicilio, en las mismas condiciones de adquisición o cesión onerosa de los

derechos sucesorales que correspondían a sus cedentes MARIANA MARÍA

LO PRESTI DE OSORIO, PASCUAL MARIO LO PRESTI CORDIO,

BRIDIDA COROMOTO LO PRESTI CORDIO, venezolanos, mayores de

edad, titulares de las cédulas de identidad Nos. V-5.749.235, V-

5.749.236, V-10.327.282 respectivamente, sobre la porción de la Sucesión

Hereditaria conformada un inmueble ubicado en la avenida Miranda N° 14-

28, Tinaquillo, Municipio Tinaquillo del estado Cojedes, con cédula catastral

N° 09 02 01 urbano 04 32 12, el cual fue adquirido por nuestros causantes

mediante documento protocolizado por ante la Oficina de Registro Público

del Municipio Falcón, del estado Cojedes, en fecha 25 de mayo de 1981,

inserto bajo el N° 26, folios 62 al 64, protocolo 1°, tomo 1°, inmueble este

constituido inicialmente por un lote de terreno que tiene los siguientes

linderos: NORTE: edificio y terreno propiedad de Manuel Landaeta. SUR:

casa que es o fue de Victor Rotandoro. ESTE: que es su frente con Avenida

Miranda. OESTE: solar que es o fue de María Morales y cuyas medidas se

encuentran plenamente identificadas en el referido documento y sobre el cual

se encuentra construida una edificación de dos plantas, teniendo en la parte


de arriba una casa con tres habitaciones, salón, comedor y cocina, dos salas

de baño y en la parte de abajo un local comercial con oficina, sala de baño ,

con un área aproximada de 558,54 metros cuadrados, según se evidencia en

documento protocolizado por ante la Oficina de Registro Público del

Municipio Tinaquillo del estado Cojedes de fecha 13 de agosto de 1985,

inserto bajo el N° 28, tomo 1, el cual evidentemente NO PUEDE SER

DIVIDIDO COMODAMENTE, todo de conformidad con lo establecido en

el artículo 1546 del Código Civil, informando además al tribunal que el

tantas veces mencionado inmueble se encuentra en posesión de mi persona,

el cual constituye mi vivienda principal y comprometiéndome a pagar al

extraño comprador los gastos de la venta.

De la trascripción anterior que forma parte de mi libelo, se infiere

meridianamente que demando por Retracto Legal, consagrado en el artículo 1546

del Código de Procedimiento Civil, además indico la situación y linderos del

inmueble e indico todas las características que lo identifica, entendiendo que lo que

pretende la demandada es que yo proporcione los gastos de la venta que debe

suministrar ella, o posteriormente el tribunal mediante experticia

complementaria del fallo, pues como lo señalo mi pretensión es SUBROGARME

EN LA PERSONA DEL COMPRADOR DE LOS DERECHOS QUE FUERON

VENDIDOS POR LOS DEMÁS COMUNEROS, EN LAS MISMAS CONDICIONES

QUE SE LE VENDIERON A ESTE, de manera que la demandada sugiere que yo

tenga conocimiento de cuanto gasto ella en registros, emolumentos, honorarios

profesionales, en fin, sin sentido este pedimento, es por lo que solicito se declare

SIN LUGAR la cuestión previa contenida en el ordinal 6° del artículo 346 del Código

de Procedimiento Civil.
Más adelante, ya de forma un poco más organizada, la demandada opone la

cuestión previa contenida en el artículo 346, en su ordinal 10°, del Código de

Procedimiento Civil, la cual contradigo expresamente a tenor de lo siguiente:

Mi contraparte alega la caducidad de la acción por haber transcurrido un

tiempo de 44 días desde el momento de la venta, hasta el día de la interposición de

la presente demanda, indicando por supuesto que fui notificado desde hace mucho

tiempo de la venta, algo que rechazo, niego y contradigo de forma categórica y

rotunda, pues no es cierto que estos señores me hayan notificado de este infeliz

negocio que hicieron a mis espaldas y como es de suponerse no acompañó medio

de prueba alguno de esta notificación, por ser inexistente. En tal sentido, invito tanto

al tribunal como a la parte demandada a entrar en la página del Tribunal Supremo

de Justicia, Jurisprudencia, buscar por Índice Temático, Derecho Procesal Civil,

caducidad, expediente 2012-000307, con ponencia del magistrado Luis Antonio

Ortiz Hernández, de fecha 20 de febrero de 2013, donde se estableció lo siguiente:

“Sin embargo, mediante decisión número RC -00260 de fecha 20

de mayo de 2005, se amp lió el criterio a regir para el cálculo del

término de la caducidad para intentar la acción de retracto legal,

modificando el criterio jurisprudencial, que hasta esa fecha se

encontraba vigente, bajo los siguientes términos:

“En atención a la conjunción de derechos, principios y


obligaciones expuestos, especialmente que los
postulados proclamados por la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela imponen las
necesidades de una justicia efectiva, y que la novísima
legislación inquilinaria es de o rden público y confiere
derechos irrenunciables a los arrendatarios (artículo 7
de la Le y de Arrendamientos Inmobiliarios) inclusive el
derecho a retraer, aunado a que las previsiones
analizadas comportan cierto arcaísmo; la Sala a los
fines de dar cumplim iento a los artículos 26 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
anteriormente transcritos garantizando a todas las
personas el derecho de acceso que tienen a los órganos
de administración de justicia, establece que para todos
los casos, inclusive el de autos, el lapso de caducidad
a los fines de que quien tenga el derecho de ejercer el
retracto legal, incluso arrendaticio, encontrándose
presente y no habiendo sido notificado o avisado de la
enajenación del bien, pueda ejercer ést e, será de
cuarenta días, empero contados a partir de la fecha en
que quedó demostrado haber tenido conocimiento de la
predicha enajenación , pues si bien el derecho de
propiedad (implícito en el ejercicio de la acción de
retracto) debe encontrarse garantiz ado, la falta de dar
aviso o notificación, en casos como el planteado, es la
que origina tal incertidumbre y su cumplimiento en
modo alguno depende de quien tiene el derecho a
ejercer la acción sino del comprador, vendedor
(arrendador) y más recientemente, de acuerdo con la ley
vigente, para los casos de retracto legal arrendaticio,
únicamente del adquirente . Así se decide.
Por las motivaciones y razones jurídicas expresadas, la
Sala abandona el criterio establecido por la extinta Corte
de Casación en Sala Civil, Mercantil y del Trabajo, desde
su fallo de fecha 19 de octubre de 1954, caso Amable
Dugarte contra Cristina Moza o Meza de Mora y otro,
Gaceta Forense N° 6, Segunda Etapa, página 27 y
siguientes, reiterado, entre otras, en decisión dictada por
la también extinta Corte Suprema de Justicia en Sala de
Casación Civil, Mercantil y del Trabajo, el 19 de octubre de
1961, caso Carlos B. Hunter contra María Isabel Gramko de
Aristigueta y otra, Gaceta Forense N° 34, Segunda Etapa,
páginas 39 y siguientes; el 5 de mayo de 1999, sentencia
N° 219, Exp., N° 97.366, caso Rafic El Halabi El Halabi
contra Isabel Teresa Figueredo Escobar y otro; por esta
Sala de Casación Civil, el 21 de marzo de 2000, decisión
N° 55, Exp., N° 99 -761, caso José Noel Gómez Castro y
otros contra Luís García Dávila y otros. Así se decide.”
(omissis)

También tenemos la sentencia bajo la ponencia del Magistrado

Carlos Oberto Vélez, en decisión N° 260, de fecha 20 de mayo de 2005,

Exp. N° 2004-000807, en el caso de Regalos Coccinelle , C.A., contra

Inversora El Rastro, C,A., y otra, estableció un nuevo precedente

jurisprudencial:
“Es oportuno señalar que los artículos supra transcritos
contienen principios relativos a la defensa del orden
constitucional y consagran para todos los usuarios de la
administración de justicia el derecho al debido proceso,
por lo que, entendido éste como la garantía respecto a la
oportunidad que tienen las partes para incorporarse en
las relaciones procesales previamente establecidas y
reguladas en el es pacio y en el tiempo , la Sala observa
con preocupación que mantener la solución dada al
predicho vacío legal, anteriormente transcrita,
precisamente para casos en que los justiciables
consideran vulnerados sus derechos, por cuanto tal
oportunidad de incorp orarse en las predichas relaciones
procesales no ha sido efica zmente sistematizada en el
tiempo, podría atentar contra el acceso que tienen todos
los justiciables por igual a la justicia, haciendo necesario
entonces que dicho lapso de caducidad venga
determinado por un acontecimiento diferente a la fecha
de registro de la escritura .
Tal como se encuentra planteada la solución dada,
precedentemente expuesta, lejos de garantizar al
arrendatario, en este caso, el ejercicio oportuno de la
acción de retracto leg al arrendaticio, lo que además
presupone para el inquilino la violación consumada de
otro de sus derechos cual es el de notificarlo de la
intención de poner en venta el bien arrendado o tanteo
legal; implica por una parte, la tolerancia a la infracción
de la ley, pues no obstante el incumplimiento del “aviso
que debe dar” el comprador o el vendedor (arrendador) a
quien tiene el mencionado derecho (por mandato del
mencionado artículo 1.547 del Código Civil), no es
susceptible de impedimento o sanción alguna pudiendo
en definitiva realizar la enajenación, aunado a que, de
otro lado, además, deja prácticamente ilusorio el ejercicio
de ese derecho a quien lo tiene.
Esto dicho responde a lo siguiente, de acuerdo con lo
señalado ocurre que, el arrendatario encontr ándose
presente, y apoyado en la seguridad ofrecida
expresamente por la letra de la ley, la cual le señala que
será avisado por parte del comprador o el vendedor en
caso de enajenación del inmueble que ocupa, pues se
repite, son ellos quienes deben darle t al aviso, estos
últimos en una actitud caprichosa a fin de burlar el
derecho del inquilino, se abstienen de cumplir con ello
(conducta que además implica una evidente mala fe), a
sabiendas que en definitiva cuando ocurra algún
acontecimiento o bien sea motus proprio que lo haga
tener conocimiento de lo ocurrido, en la mayoría de los
casos ya habrá transcurrido el lapso para ejercer la
acción correspondiente, pues si no es a través del
predicho aviso –cabe preguntarse - ¿Cómo tiene
conocimiento el arrendatari o del contrato traslativo?.
En la práctica con base a la interpretación dada al
artículo 1.547 eiusdem, no obstante la buena fe del
arrendatario es él quien resulta realmente obligado, pues
siendo que el lapso de caducidad legal de la acción es de
cuarenta días contados a partir de la fecha de registro de
la escritura, y dado lo insignificante que en definitiva
pareciera haberse constituido la falta de aviso, la
interpretación dada implica para el inquilino que es quien
debería acudir cada treinta días apro ximadamente
ante la Oficina de Registro Subalterno correspondiente
para verificar si ha habido o no enajenación del bien
arrendado y, en caso afirmativo, ejercer en el lapso que
resta los trámites pertinentes para incoar oportunamente
su derecho de retract o legal arrendaticio, quedando así
respondida la interrogante supra planteada.
Frente a ese despropósito, esta sede casacional en sus
funciones como instancia de control social en el ejercicio
de la jurisdicción, mal podría quedar impasible
observando como precisamente siendo llamada a ofrecer
una solución ante un vacío de ley, la manera brindada
pueda avalar cualquier práctica viciosa, en este caso, en
la que se ha convertido la conducta de los arrendadores,
toda ve z que ésta última atenta directamente con tra
quienes tienen menos recursos económicos, pues es
sabido que en la mayoría de los casos los inquilinos
carentes de recursos económicos suficientes, se
encuentran impedidos para sufragar los gastos que
ocasione la vigilancia constante en la Oficina de Registro
Subalterno respecto a la enajenación o no del inmueble.
De lo antes expuesto, se afirma que la solución a aportar
debe tener como norte y guía un verdadero y propio
sentido de seguridad jurídica siendo menester su
adecuación a la realidad social de todos; por tanto, debe
abarcar la protección que merecen prioritariamente los
mas débiles económicamente; limitar la autonomía de la
voluntad de las partes y, tener presente el derecho de
acceso a la justicia y a la defensa de los involucrados.
La novísima legislación constitucional persigue la
transparencia de sus ejecutorias, que en el caso
particular que se examina encuentra en el contenido de
los preceptos procesales contenidos en los artículos 17
y 170 del Código Adjetivo Civil un antecedente
inestimable, precisamente en lo atinente a la condena de
la conducta temeraria o, en todo caso, malintencionada
de omitir o retardar la notificación o aviso que la norma
impone, amparándose en que la consulta ante la oficina
registral es poco frecuente.
Concluyendo entonces, en el hecho cierto que lo
realmente previsto por el legislador fue una obligación
para el comprador o vendedor (poner en conocimiento de
la enajenación efectuada a quien tenga el derecho de
retraer, siempre que éste se encuentre presente ), a
través de una única manera (el aviso que éstos deben
dar), resaltando su importancia, pues de allí deviene el
lapso de caducidad para el arrendatario; considera esta
Sala que, en modo alguno tal incumplimiento debe ser
interpretado en perjuicio precis amente de quien sufre las
consecuencias de la falta de notificación, por el contrario,
debe exigirse su observancia .
Por tanto, es menester atribuir a los efectos de la
protocolización del documento negocial, carácter
meramente presuntivo, susceptible de s er desvirtuado
por los medios que la ley establece, con base en las
ra zones antes dichas; es decir, no se le considerará un
término inmutable para sustentar el lapso de caducidad
que genera.
En atención a la conjunción de derechos, principios y
obligaciones expuestos, especialmente que los
postulados proclamados por la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela imponen las
necesidades de una justicia efectiva, y que la
novísima legislación inquilinaria es de orden público
y confiere derechos irrenunciables a los
arrendatarios (artículo 7 de la Ley de Arrendamientos
Inmobiliarios) inclusive el derecho a retraer, aunado
a que las previsiones analizadas comportan cierto
arcaísmo; la Sala a los fines de dar cumplimiento a
los artículos 26 y 257 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, anteriormente
transcritos garantizando a todas las personas el
derecho de acceso que tienen a los órganos de
administración de justicia, establece que para todos
los casos, inclusive el de autos, el lapso de caducidad
a los fines de que quien tenga el derecho de ejercer
el retracto legal, incluso arrendaticio, encontrándose
presente y no habiendo sido notificado o avisado de
la enajenación del bien, pueda eje rcer éste, será de
cuarenta días, empero contados a partir de la fecha
en que quedó demostrado haber tenido conocimiento
de la predicha enajenación , pues si bien el derecho de
propiedad (implícito en el ejercicio de la acción de
retracto) debe encontrarse garantizado, la falta de dar
aviso o notificación, en casos como el planteado, es
la que origina tal incertidumbre y su cumplimiento en
modo alguno depende de quien tiene el derecho a
ejercer la acción sino del comprador, vendedor
(arrendador) y más recien temente, de acuerdo con la
ley vigente, para los casos de retracto legal
arrendaticio, únicamente del adquirente . Así se
decide. ”(omissis)

De la supra transcrita decisión, la representación judicial de la

accionante del juicio de retracto legal arrendaticio, solicitó aclaratoria,


la cual mediante decisión N° 1376 de fecha 29 de junio de 2007 la

Sala Constitucional le declaró Improcedente, dejando señala do lo

siguiente:

“Por tanto, se deja expresamente establecido que la aplicación


inmediata del cambio de criterio que la Sala adoptó en el caso
sometido a revisión, no constituye aplicación retroactiva de la
norma dado que de ninguna manera se viola algún derecho
adquirido del arrendatario o adquiriente, por el contrario de
manera instantánea y favorable, por una parte, se impide que
se produzcan actos contrarios a la ley, y de otro lado, se
ampara el derecho que el ordenamiento jurídico confiere al
arrendatario, de acuerdo con las necesidades sociales
tuteladas por la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y en estricto apego al principio de Seguridad
Jurídica, que esta Sala garantiza a todos los justiciables
como vigilantes que somos del cum plimiento de las leyes,
según corresponde asumir en un “...Estado democrático y
social de Derecho y de Justicia...”, según lo previsto en el
artículo 2 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.

Con base en las ra zones de hecho y de derec ho

precedentemente expuestas, se repite, y con especial atención al

fallo constitucional vinculante anteriormente transcrito, el cual,

expresamente reconoce que no es el cambio de criterio

implementado por la Sala, anteriormente referido, el que

atenta contra la Constitución y los derechos, garantías y

principios que la misma consagra, sino la aplicación

inmediata que tuvo, esto es, para el propio caso de donde se


originó, y no que lo fuera a futuro , que en esta ocasión la

Sala de Casación Civil, hace valer la oportunidad, en atención a

los alegatos contenidos en la demanda del caso sub iudice, para

dejar establecido el ámbito temporal de aplicación del


prenombrado cambio de criterio de esta sede de Casación

Civil, contenido en la decisión N° 260, de fecha 2 0 de mayo

de 2005, Exp. N° 2004 -000807, en el caso de Regalos

Coccinelle, C.A., contra Inversora El Rastro, C,A., y otra

ratificado en otros fallos posteriores, resultando entonces

aplicable para todos los casos análogos que se encuentren

en fase de decisi ón en cualesquiera de las instancias a partir

del día siguiente de la publicación del mismo, según ya se

dijo, el 20 de mayo de 2005. Así se decide .”

En razón de la Jurisprudencia invocada, resulta claro que al no existir

notificación a mi persona, previa a esta demanda de la venta efectuada en el

documento protocolizado por ante la Oficina de Registro Público del Municipio

Tinaquillo del estado Cojedes de fecha 16 de septiembre de 2019, inserto bajo el N°

2019.1324, asiento registral 1, N° de matrícula 319.8.2.1.10046, el lapso de

caducidad no puede ser alegado por la demandada, consecuencialmente debe ser

declarada SIN LUGAR la cuestión previa contenida en el artículo 346, en su ordinal

10°, del Código de Procedimiento Civil, tal como formalmente solicito sea su

pronunciamiento, teniéndose como contradicha la referida cuestión previa.

Finalmente, la demandada opone la cuestión previa contenida en el ordinal

11 del artículo 346, del Código de Procedimiento Civil, a saber, la prohibición de la

ley de admitir la acción propuesta, o cuando sólo permite admitirla por determinadas

causales que no sean de las alegadas en la demanda, por supuestamente no haber

consignado el precio de la venta. En este particular debo adivinar qué es lo que

pretende la demandada, pues no existe tal causal de inadmisibilidad, pues repito,

no es esto algo que yo pueda establecer, además la norma civil no me obliga a

hacer la oferta real de pago junto a la demanda, al contrario la misma norma citada
por la demandada, el artículo 1544 del Código de Procedimiento Civil, establece

claramente que no puedo tomar posesión, sino después de haber satisfecho todas

las obligaciones inherentes al reembolso del precio de la veta y de los gastos y

costos de esta, gastos que debe expresar y probar que se hicieron la parte

demandada, consecuencialmente debe ser declarada SIN LUGAR la cuestión

previa contenida en el artículo 346, en su ordinal 10°, del Código de Procedimiento

Civil, tal como formalmente solicito sea su pronunciamiento, teniéndose como

contradicha la referida cuestión previa.

A manera de reforzar mi afirmación invoco la sentencia emitida por la Sala

de Casación Civil de fecha 26 de febrero de 2002, ponencia del Magistrado Levis

Ignacio Zerpa, N° 000353, donde se estableció lo siguiente:

“Siendo ello así debe entonces, precisarse en esta oportunidad que –en
sentido lato- la cuestión previa contenida en el ordinal 11° del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil, comprende tanto a las situaciones en las que
una disposición legal no otorgue acción (la excluya expresamente) como
cuando la ley la somete al cumplimiento de determinados requisitos de
admisibilidad.

En efecto, aunque en sentido estricto cabe diferenciar entre las demandas


que estén prohibidas expresamente por la Ley o que bien aparezca clara la
intención del legislador de prohibirlas, de aquellas demandas cuya
admisibilidad está sujeta al cumplimiento de cierta clase de requisitos, lo
cierto es que tanto en uno como en otro caso estamos en presencia de
supuestos de inadmisibilidad de la demanda por así disponerlo la Ley. En el
primer grupo, esto es, en las demandas expresamente prohibidas por el
legislador, puede enunciarse, entre otros casos y a título de ejemplo, aquellas
cuya pretensión sea lo adeudado por juego de suerte, azar, envite o apuesta,
conforme a los términos del artículo 1.801 del Código Civil. En tales
situaciones, existe una prohibición absoluta del legislador que no está
sometida al cumplimiento o acaecimiento de algún requisito.
En los casos que la doctrina nacional cita, se ve que el elemento común para
considerar prohibida la acción es precisamente la existencia de una
disposición legal que imposibilite su ejercicio. Cuando ello sucede así la
acción y consecuentemente la demanda, no podrá ser admitida por el órgano
jurisdiccional.”

Finalmente solicito se tengan por contradichas las cuestiones previas

alegadas sin fundamento alguno por la parte demandada y sea condenada al pago

de las costas de la presente incidencia y en definitiva DECLARADAS SIN LUGAR,

con todos los pronunciamientos de Ley.- Es Justicia que espero en Tinaquillo,

Estado Cojedes a la fecha de su presentación.-

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