Cómo Hacer Un Masaje Con Piedras Calientes
Cómo Hacer Un Masaje Con Piedras Calientes
Cómo Hacer Un Masaje Con Piedras Calientes
1
Consigue o compra las piedras. Normalmente, las piedras que se utilizan para esta
terapia son las de basalto, dada su capacidad para conservar el calor. Además, estas
deben ser sumamente lisas para evitar que de algún modo la piel pueda irritarse. Sin
embargo, si no encuentras piedras de basalto, las piedras de río de superficie lisa
también sirven. Puedes pedir un kit de piedras para terapia geotermal en el sitio web de
Amazon o eBay; no obstante, si no quieres comprarlas, puedes ir a una cantera.
La cantidad de piedras que debes tener puede variar entre 20 y 30; sin embargo,
algunos masajistas profesionales suelen tener más de 45 o 60. Como mínimo, debes
contar con dos piedras ovales de aproximadamente 20 cm (8 pulgadas) de largo por 15
cm (6 pulgadas) de ancho, siete que entren en la palma de tu mano y 8 pequeñas del
tamaño de un huevo o de una cuarta.
2
Acondiciona tu espacio. Si no cuentas con una camilla para masajes, una cama o el
piso pueden servir. Una vez que hayas determinado dónde vas a realizar el masaje,
deberás extender una sábana limpia o una toalla gruesa sobre la cual el cliente pueda
acostarse. Esto no solo hará que se sienta más cómodo, sino que ayudará a absorber
cualquier exceso de aceite durante el masaje.
Para crear una atmósfera verdaderamente relajante, enciende algunas velas de
aromaterapia. Las fragancias relajantes como la lavanda, citronela, eucalipto y vainilla
ayudarán al cliente a sumergirse en la experiencia del masaje.[1]
Asimismo, puedes poner un poco de música clásica tranquila o sonidos de lluvia para
enriquecer el ambiente.
3
Calienta las piedras. Lo ideal sería que alistes las piedras de 30 a 60 minutos antes
de empezar la sesión. El agua debe calentar a 50 ºC (120 ºF) aproximadamente,
puesto que las piedras suelen enfriarse a 38 o 43 ºC (100 o 110 ºF) después de
sacarlas. Una vez que las hayas retirado, recuerda que debes limpiarlas una por una.
Para calentarlas, utiliza una olla de cocción lenta que tenga una capacidad de 5,5 L (6
cuartos) de agua como mínimo o, una sartén plana con paredes de aproximadamente 7
cm (3 pulgadas).
Dado que las piedras deben alcanzar los 40 ºC (105 ºF) al momento de aplicarlas, trata
de colocar un termómetro para caramelo dentro de la olla o la sartén para vigilar la
temperatura. Asimismo, como no quieres que el agua hierva, asegúrate de fijar la
configuración de la olla en las opciones “bajo” o “mantener caliente”.[3]
Además, debes aplicar un poco de aceite para masajes sobre cada una de las piedras
antes de usarlas.
4
De ser necesario, cubre al cliente. Antes de empezar el masaje, consulta con el
cliente y asegúrate de que se sienta cómodo con la temperatura de las piedras. Cada
persona va a reaccionar de manera diferente frente a las temperaturas diversas, y tu
intención no es que se quemen. Para evitar esto, lo mejor es colocar una sábana o una
toalla y luego poner las piedras encima.[4]
Ten en cuenta que el calor de las piedras puede tardar de 3 a 4 minutos en penetrar a
la piel.
arte 2
Realizar el masaje
1
Alinea las piedras a lo largo de la columna. Antes de comenzar el masaje debes
colocar, ya sea una hilera de piedras grandes donde la columna del cliente se va a
apoyar o, poner dos filas de piedras pequeñas a cada uno de los lados. Luego, coloca
una sábana más sobre estas piedras. Después, pídele al cliente que se acueste sobre
ellas mirando hacia arriba. No las saques hasta que la persona deba darse vuelta. [
2
Coloca cuatro piedras pequeñas sobre el rostro del cliente. Una vez que se haya
puesto cómodo, deberás tomar cuatro de las piedras más pequeñas y ponerlas sobre
las zonas de acupresión del rostro. Coloca una en la frente, otra debajo de los labios y
una a cada lado de las mejillas. Evita usar aceite en esas piedras, ya que este puede
obstruir los poros o irritar la piel.
3
Utiliza piedras de medianas a grandes a lo largo del esternón, clavícula y en las
manos. El tamaño de las piedras puede variar de acuerdo a la talla y contextura de la
persona. No obstante, pon una o más piedras a ambos lados de la clavícula, dos
grandes a lo largo del esternón y dos del tamaño de tu palma en las manos. No es
necesario que la persona las sujete, en lugar de eso, debe sostenerlas ligeramente y
permanecer totalmente relajado.
4
Utiliza una piedra del tamaño de la palma de la mano para masajear el resto del
cuerpo. Una vez que hayas colocado todas las piedras en la parte de adelante, toma
una del tamaño de tu palma y aplícale aceite. Luego, recorre las fibras musculares de
la cabeza a los pies para masajear cualquier nudo que haya quedado. Asimismo,
debes tomarte un tiempo para darle masaje a las piedras que previamente colocaste
sobre la piel. Cuando termines, podrás retirarlas todas.
5
Pídele al cliente que se voltee. Una vez que hayas masajeado la parte de adelante,
pídele al cliente que se dé vuelta y que se eche boca abajo. Este es un buen momento
para retirar las primeras piedras que colocaste antes de que se acostara. Además,
puedes tomarte un momento y cambiar la sábana o la toalla para mantener todo limpio.
Asimismo, asegúrate de cambiar las piedras, de tal forma que permanezcan calientes.
6
Coloca unas piedras en las escápulas, la parte posterior de las rótulas y entre los
dedos del pie. Escoge las piedras más grandes para las escápulas y la parte de atrás
de las rótulas. En el caso de los dedos del pie, coloca una piedra pequeña entre cada
uno de ellos. Luego, envuelve cada pie con una toalla para que las piedras se
mantengan en su lugar y para mantener el calor.
Después de colocar estas piedras, toma una del tamaño de tu palma, aplícale aceite y
úsala para masajear todo el cuerpo de la cabeza a los pies, mientras retiras las piedras
que acomodaste anteriormente.
Parte 3
Prueba distintas técnicas
1
En lugar de usar las manos, realiza el masaje con las piedras. Hazlo moviéndolas
suavemente sobre las zonas rígidas y doloridas. Debes presionar las piedras con
fuerza; sin embargo, esta técnica prácticamente no causa dolor, ya que los músculos
deben estar bastante relajados por efecto del calor
2
Combina las piedras calientes con otras técnicas de masaje. Prueba un masaje
sueco o un masaje de tejido profundo. Esto te ayudará obtener el máximo provecho de
la experiencia. Mientras que las piedras calientan los músculos y alivian la rigidez, se
pueden aplicar otras técnicas de masaje, sin causar ninguna o muy poca molestia, con
las piedras aún sobre la piel o después de retirarlas.
3
Alterna las piedras calientes con piedras frías de mármol. Muchas personas
descubren que después de un tiempo, sus cuerpos están tan relajados a causa de las
técnicas de masaje con piedras calientes, que incluso no notan el cambio de
temperatura al aplicar las piedras frías. A menudo, esta técnica está indicada en casos
de lesiones que implican hinchazón o inflamación acompañada de dolor.
Advertencias
Sin importar si tú mismo vas a realizar una terapia geotermal o si vas a contratar a un
terapeuta para que realice el trabajo, ejecutar las técnicas adecuadamente es
fundamental. Para mejores resultados, conversa con un especialista en el campo de los
masajes o pide una cita con un masajista experimentado y acreditado para informarte
acerca de la terapia geotermal.
Nunca dejes las piedras en un lugar, a menos que hayas comprobado que el cliente se
siente cómodo con la temperatura.