Blow Hole Boys
Blow Hole Boys
Blow Hole Boys
Esta traducción fue realizada sin fines de lucro por lo cual no tiene costo
alguno.
E
l viento soplaba su largo cabello platinado a un lado, cubriendo
su hermoso rostro mientras se giraba hacia mí. Se estaba yendo
y eso me mataba. Alzó su mano con un ceño fruncido. Ojos
tristes y de hielo me devolvieron la mirada. Mi perfecto copo de nieve. Fue
mía por tan breve momento de mi vida, y ahora se estaba yendo y siguiendo
adelante. Expandiendo su mente y volviéndose parte de la sociedad.
E
l DJ local entrevistando a Blow Hole se veía un poco como a San
Nicolás. Salvo que en vez de un traje rojo, usaba una chaqueta
de cuero, y en vez de un gorro navideño, una bandana azul
cubría sus rizos grises.
—Bueno, hemos pasado por lo más profundo del infierno para estar
juntos. Si ella no se ha derretido todavía, no creo que alguna vez lo haga.
En vez de escapar, Zeke corrió a través del cuarto hacia mí. Todo
comenzó a moverse en cámara lenta mientras le gritaba que se ponga a salvo.
No me escuchó y antes de poder lograrlo, el fuego lo consumió. Sus gritos
resonaron a través del cuarto y perforaron mis oídos.
Me estaba derritiendo.
***
Mi mejor amiga, Megan, una vez me dijo que había una importante
diferencia entre tener sexo y hacer el amor. Nunca le dediqué mucho tiempo
a pensarlo dado que nunca planeé en tener la oportunidad de hacer
ninguno. Con seguridad, pensé que nunca sería capaz de tocar a un hombre,
mucho menos permitirle a uno tocarme.
—¿Nos?
—Sí, lo fue. —Lo besé suavemente y pasé mis uñas levemente por su
espalda.
Se sentía tan bien ser capaz de expresar mis sentimientos con tanta
facilidad. Era increíble ser capaz de decírselo tras meses de desear poder
escuchar su voz, tras meses de no sentir más que tristeza.
***
—Amigo, tengo que lavarme el culo y tengo todas mis cosas aquí.
Cubre tu paquete porque voy a entrar.
—De verdad, espero que anoche haya sido lindo porque mi noche fue
un asco de polla y bolas —dijo a la vez que abría su maleta y comenzaba a
buscar a través de sus ropas.
Se veía tan sexy en sus pantalones con cordel que apenas colgaba de
sus caderas tatuadas. Unos pantalones de chándal jamás se habían visto
tan atractivos.
—Sí, sí, sí. Adelante y ríanse, pero sugiero que encuentren algún lugar
más para poner sus culos porque voy a dormir en mi cama esta noche.
Chet agarró el resto de sus cosas y salió del cuarto. Grité que lo
lamentaba una vez más, y me guiñó un ojo antes que Zeke le cerrara la
puerta en la cara.
—Bueno, entonces, ¿qué quieres hacer esta noche? Digo que tomemos
una ducha y nos quedemos en la cama. —Pasó un dedo por el costado de
mi estómago.
—Nah, estás perfecta tal como estás. Me gustas desnuda. —Se inclinó
y pasó su nariz por el costado de mi rostro.
—Todo eso está bien, pero tenemos que comer, y estoy segura que si
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dejo esta habitación desnuda me arrestarán.
Nunca hubiera pensado que fuese posible, pero Zeke era incluso más
apuesto ahora que la última vez que lo vi.
M
e sentía vivo otra vez. Estar con Patience era como tomar
pequeñas caladas de alma y vida y exhalar todos los malos
recuerdos de los meses anteriores. Era increíble. Ella era
increíble, y la manera en que me hacía sentir era completamente un milagro.
Cuando desperté con sus labios sobre los míos, pensé que con
seguridad había muerto e ido al paraíso, como mínimo, un infierno
impresionante. Y si estaba en el infierno y esto solamente se trataba de un
cruel espejismo del mismo diablo, entonces que así sea. El diablo era bueno 14
conmigo si ese era el caso.
Una vez que se quedó dormida en mis brazos, observé la sombra del
ventilador de techo encima de nosotros bailar sobre su pacífico rostro.
Estaba más hermosa ahora que hace unos meses atrás cuando la observé
caminar alejándose de mí. Pensé que nunca regresaría de eso. Nunca había
estado tan destrozado, pero había sanado. Ella me volvió a unir beso a beso.
—¿Qué? Todo lo que estoy diciendo es que no los hacían así cuando
estaba creciendo. Salgamos de este calor —dijo y se dirigió a la puerta
principal—. Llegan a tiempo para la comida. Zeke, ¿Patience te ha dicho
sobre mi famoso espagueti?
Se giró hacia mí con una sonrisa tensa que entendí. Las cosas sin
duda alguna no estaban bien.
***
—Sólo tú. De hecho, me estás atrayendo ahora. —La atraje y llené mis
manos con su dulce trasero.
—Finn pasó. Dijo que se iban en una hora. —Bajó la mirada a sus
pies mientras clavaba los dedos nerviosamente en la alfombra mullida.
El hecho era que no iba a irme sin ella. Teníamos una hora hasta que
fuera momento de partir, lo que significaba que tenía una hora para
asegurarme que ella estaba de acuerdo con irse conmigo.
—Di que vendrás conmigo. No me iré sin ti. —Me eché hacia atrás
para mirarla a los ojos y ahí es cuando lo vi. El pánico. El miedo. Y alguna
otra emoción indefinible que me dijo que me encontraba dentro de más
infierno.
Negó con la cabeza con ojos tristes.
—No puedo.
—¿A qué te refieres con que no vendrás? Pero pensé… —Ni siquiera
pude acabar la oración. Las palabras se quedaron atoradas en alguna parte
en mi garganta y estaban comenzando a bloquear todo el oxígeno de mis
pulmones.
—Lo siento, Zeke. Creo que tras toda una vida de proteger a Sydney,
está grabado en mi ADN. No puedo respirar cuando pienso en dejarla.
—Pero ella está a salvo ahora, nena. Dijiste que Sarah estaba
cuidando bien de ella. Prometo que podemos regresar y visitarla cada vez
que quieras. Todo lo que tienes que hacer es decir las palabras y subiremos
a un avión rumbo a Florida. —La presión en mi pecho se expandió cuando
más lágrimas corrieron por sus mejillas—. Te necesito, copo de nieve, y creo
que me necesitas también. Por favor… ven conmigo.
Nunca antes había rogado por algo en mi vida, pero tenía que rogar.
Necesitaba que entendiera que no era nada sin ella.
21
Traducido por âmenoire & Smile.8
C
erré la puerta detrás de Finn y mi corazón se sintió como si
estuviera golpeado. Me sentía vacía, como si no estuviera llena de
aire, sangre y huesos. Estaba dispersa y seca. Iba a ir con él, ya
fuera que me quisiera o no. No podía regresar al lugar oscuro en que había
estado sin él. Teníamos una hora para llegar a la casa de tía Sarah, empacar
mis cosas y despedirme de ella y de Sydney.
Todo se congeló porque supe tan pronto como esa pregunta apareció
en mi mente que no podría hacerlo. Tanto como odiaba el oscuro lugar al
que fui cuando no estaba con Zeke, odiaba aún más la idea de estar sin ella.
Mi rostro estaba cubierto con sudor. Sentí una pequeña gota caer
desde la punta de mi nariz y rodar por mis labios. Me tomó un minuto
responder, pero cuando lo hice, las palabras lastimaron mi garganta. 24
—Me asustaste mucho. ¿Estás segura que estás bien? Déjame llevarte
al hospital y que te revisen. Estás muy pálida. Parece como si estuvieras a
punto de desmayarte.
Miré hacia sus ojos marrones y odié la preocupación que vi allí. Desde
el momento en que lo conocí, había tenido que preocuparse por mí. Sabía
cómo se sentía eso. Me había preocupado por Sydney la mayor parte de mi
vida y estaba a punto de alejarme de la persona que amaba debido a eso. Él
estaba tratando de hacer lo mismo al quedarse conmigo en lugar de terminar
su gira con la banda. No podía dejarlo hacer eso.
Quería ser buena para él. Quería estar bien para él. No quería ser una
chica enferma que iba con su banda o una perra egoísta que era la causa
por la que él renunciaría a algo que tanto amaba. Dentro de diez años, me
aborrecería, y no habría nada que pudiera decir porque me odiaría a mí
misma, también. No. No podía permitirlo.
Lo mejor que podía hacer, era tomar la oferta de la tía Sarah de ayuda
médica, mejorar, y luego huir con Zeke. Eso es si estaba dispuesto a esperar
por mí. No podía pedirle que me esperase, por supuesto, pero tenía la
esperanza de que me quisiera lo suficiente como para darme tiempo. Tenía
la esperanza de que lo que teníamos se sostendría mientras atravesábamos
una cosa más, y entonces sería perfecta para él.
—¿Por qué? Si se trata de lo que yo quiero, eso es todo lo que nos debe
importar. A menos que... ¿No quieres estar conmigo?
—Quiero estar contigo más que nada. Es sólo... Tengo una beca de
fútbol completo en el estado de Florida —espeté.
—Eso está muy bien, nena. ¿Por qué no has dicho algo antes?
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Trabajaré y tú irás a la universidad. Es un plan perfecto.
—Lo sé, pero sería sólo por un corto tiempo. Hemos estado lejos el uno
del otro antes. Al menos esta vez podemos visitarnos todo el tiempo. Acabas
de decir que en cualquier momento que quisiera ver a Syd, todo lo que tenía
que hacer era subirme a un avión. ¿No será lo mismo para nosotros?
—Por favor, Zeke, por favor haz esto por mí. Quiero estar contigo, pero
cuando estemos listos. Blow Hole acaba de empezar y tienes que estar allí
para los chicos. No puedo decir que no a la universidad.
Se sentó en el borde de la cama y se pasó las manos por su pelo
húmedo, después rudamente por su cara. Me puse de rodillas delante de él
y apoyé mis manos sobre sus muslos.
Sus tristes ojos castaños me miraron. Pude ver el conflicto en sus ojos
y lo entendí. Pasando sus dedos a lo largo de mi mandíbula, respiró hondo.
Cuando rompí el beso, capturó mis mejillas en sus manos. Con una
sonrisa forzada y ojos tristes, me miró.
Los ojos de Zeke se encontraron con los míos a través del cuarto antes
de acercarse a su maleta y sacar algo de ropa. Necesitando estar lejos de la
densidad en la habitación, me fui al baño a lavarme los dientes y a
refrescarme antes de que fuera hora de irse.
Cuando salí del baño, los chicos se habían ido y Zeke estaba allí de
pie completamente vestido con sus maletas hechas. Su piel oscura parecía
más pálida y sus ojos eran los de un niño perdido. Nunca lo había visto tan
impotente y una parte de mí quiso mirar hacia otro lado y marcharme, pero
no pude. Esta vez necesitaba decir un adiós apropiado. Tenía la confianza
de que podíamos hacer esto y necesitaba que él viera esa confianza. Quería
que sintiera lo mismo.
28
Traducido por AnnaTheBrave & VckyFer
Una hora. Ese era el tiempo que tenía para decir adiós a mi copo de
nieve. No estaba seguro qué tipo de red maliciosa tejió a mí alrededor para
lograr que aceptara una relación a larga distancia, pero lo estaba haciendo.
El hecho es que haría cualquier cosa que ella me pidiera. Nunca le dejaría
saber eso, pero era la verdad.
Parecía bastante simple, pero sabía que no era así. Iba a ser un
infierno para los dos, pero si ella pensaba que era lo mejor, entonces lo
probaría. Por ella. Es increíble lo que el amor te hace hacer. El amor te hará
matar, hacer trampa y robar. También te alejará de la persona que inspira
tus sentimientos si mantiene una sonrisa en su rostro y les da felicidad.
Mientras tanto, sería miserable. Había sido así desde el momento en
que ella salió de mi vida, y continuaría siéndolo después de salir de la suya.
—Parece que necesitas una bebida —dijo Finn mientras se dejaba caer
en el asiento junto a mí.
Levantó una mini botella con una gran sonrisa y luego la arrojó en la
copa que estaba sosteniendo.
—Sí, bueno, buena suerte con eso. Espero que todo funcione. Solo
necesito que estés allí cuando estemos en el escenario. Blow Hole no sería
Blow Hole sin ti. Dejando a un lado todas las cosas de las chicas,
necesitamos que vengas, no solo que aparezcas. ¿Ya sabes a qué me refiero?
Cerré los ojos y me dormí. Cuando los abrí de nuevo, Chet estaba
parado sobre mí.
Patience: Te amo.
***
—¡Te amo, Zeke! —gritó la mujer medio desnuda por sobre la música.
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Joel, del personal del escenario, la apartó. Ella daba brincos arriba y
abajo, sin importarle el hecho de que no llevaba nada encima, y la multitud
se volvió loca.
Sonó y sonó y pude sentir que eso me estaba irritando. ¿Por qué no
me estaba respondiendo? Colgué y llamé de nuevo y de nuevo hasta que
finalmente me contestó.
—Podría estarlo si estuvieras aquí. ¿Por qué no estás aquí? —me quejé
muy ebrio.
No había sonido.
S
exo con Zeke.
Era solo práctica, pero había pasado tanto tiempo desde que jugué y
tuve compañeros de equipo. No me había dado cuenta de cuánto lo
extrañaba.
Una vez me dijo que era la chica más fuerte que conocía. En ese
entonces, no pude decirle, pero estaba tan equivocado. Era débil y entrar en
un loco ataque de ansiedad justo en frente de él, era una prueba de eso.
Afortunadamente, él no tenía idea de que era un ataque de ansiedad, pero
aun así, fue embarazoso de todos modos.
La Dra. Jensen, mi terapeuta, dijo que el fútbol era lo mejor para mí.
Durante muchos años, utilicé el deporte como mi desfogue. Ella creía que
volver al juego era una buena manera de comenzar mi proceso de curación.
Entonces, debido a eso, terminé inscribiéndome en Florida State. Bueno,
eso y el hecho de que la tía Sarah y Sydney eran posiblemente las mujeres
más avasallantes del mundo. Sydney podía ser bastante convincente con su
dulce y hábil manipulación.
***
Cruzó sus delgadas piernas y dirigió sus ojos azules hacia mí. A
menudo pensaba en lo mucho que admiraba sus ojos azules y su cabello
rojo fuego. Ella era mayor pero hermosa, y me gustaba el hecho de que no
me juzgara. Fuera o no porque le pagaban para que me escuchara, nunca
se inmutó, nunca juzgó, incluso cuando le conté cada detalle desagradable
de mi vida. Fueron las dos semanas más difíciles de mi vida.
—Estuvo bien.
—Como en estuvo bien —dije en medio del bocado del cielo—. Dejé 36
salir mucho vapor en el campo y conocí a algunos nuevos amigos.
Garabateó en su papel.
—No, ninguno.
Ver sus manos sobre mi hermanita fue todo lo que necesité. Todavía
podía recordar el sonido del arma, el olor de su sangre. Esa noche me
marcaría por el resto de mis días.
***
Más tarde esa noche, me senté en el teléfono con Zeke hasta que me
quedé dormida. Fue difícil ya que lo extrañaba mucho y no estaba segura
de si era la nueva medicina que la Dra. J me había recetado o qué, pero de
repente me preocupaba que estuviera con todas las chicas rockeras.
Confiaba en él con mi vida, pero sabía qué tipo de hombre era cuando lo
conocí. ¿Quién puede decirme que estar enamorado lo había cambiado?
Podría imaginarme que era difícil para un hombre como él enfrentarse día a
día con mujeres arrojándose sobre él. No estaba acostumbrado a negarse a
sí mismo nada.
Unos días más tarde, recibí una llamada telefónica de Zeke en estado
de ebriedad en medio de la noche. No duró mucho y luego el teléfono se
apagó. Eso no ayudó a enterrar al monstruo de ojos verdes que parecía estar
siguiéndome. Y cuando vi una actualización de MTV sobre uno de sus shows
y vi a una mujer desnuda arrojándose sobre él, tampoco ayudó mucho.
***
¿Por qué me estaba pasando esto a mí? ¿Y por qué no era lo bastante
fuerte para hacer que se detuviese? Me sentía estúpida por sentarme allí
temblando. Me sentía incluso aún más estúpida por llorar por ello. Odiaba
ser débil. Odiaba dejar que estás cosas tuviesen lo mejor de mí. No podía
luchar con él cuando estaba creciendo, de la misma manera que no podía
luchar conmigo misma y hacer que estas cosas se detuviesen.
—Bien, de verdad te ves mejor. ¿Estás lista para salir allí y golpear
algunos traseros? —preguntó Hope.
—Sí. Solo dame otro minuto. —Mi garganta dolía, así que me tomé
otro sorbo de agua.
Era la primera vez que la visitaba desde que la enterramos y fue duro.
Lloré y le expliqué la situación mientras deseaba que estuviese allí conmigo.
Ella tenía excelentes consejos. Extrañaba nuestras charlas y me arrepentía
del hecho de no haberme abierto más a ella. El no haber conseguido decirle
adiós aún escocía, pero no era tan malo como cuando había sucedido.
Megan no dijo nada cuando entré en el auto con los ojos rojos, no
hablamos hasta que entramos en el estacionamiento del restaurante para
cenar.
Parecía diferente. Su pelo había crecido desde la última vez que la vi
y había perdido los mechones multicolores e iba toda natural para mí. El
marrón miel le sentaba bien.
Era como en los viejos tiempos. Las cosas parecían ir bien para ella y
yo estaba feliz de verla sonreír, pero una vez que saqué el tema de Zeke y el
resto de los chicos, hubo una pequeña grieta en su fachada.
—Está bien que Zeke y tú estén haciendo esto. Creo que son buenos
para el otro. Y ¿Chet que tal lo está haciendo? —Jugaba nerviosamente con
un mechón de pelo.
—Parece que va tirando. ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con
él? —pregunté. 41
Tomó un sorbo de su té dulce.
—No tienes que fingir conmigo, Megs. Recuerda, sé todo sobre fingir.
Estaba tan alto que me perdí todas las llamadas telefónicas de Zeke
para desearme buenas noches. No fue hasta que seguí a Megan para entrar
al baño que las noté. Marqué su número y esperé a que él respondiese.
43
Traducido por Ale Grigori & âmenoire
N
o estoy seguro qué era peor: saber que mi copo de nieve estaba
en algún lugar donde no tenía nada que hacer, o estar celoso de
no estar allí con ella.
Sin embargo, más que nada, sentía miedo. Sabía lo que sucedía en los 44
rincones oscuros de El Foso, y también sabía que no quería que Patience
andara sola por ahí. No había pensado en el hecho que las chicas irían allí
cuando me dijo que iba a ir a Charleston a jugar un partido. Desearía
haberle pedido que no fuera sola.
—No tenían nada que hacer en El Foso. ¡Ambas saben que tan
peligroso puede ser ese lugar! —grité en el teléfono.
Odiaba ser cruel con ella, pero también odiaba que me mantuviera
despierto toda la noche preocupado.
Era obvio que estaba rodeada de otras personas y no quería tener esta
conversación en frente de ellos, pero nunca me importó una mierda lo que
los otros pensaran. Igual, nunca me había importado una mierda nada.
Pensando en eso ahora, preocuparse por alguien también era una jodida
mierda.
Colgué.
***
Me puso al día con su juego y me dijo que iría a visitar a su tía Sarah
y a Sydney. Dado que el estado de Florida estaba a pocas horas de distancia
de la casa de su tía, se quedaba en un pequeño apartamento de una
habitación en la universidad. Ideas sobre mudarme a Florida una vez que
las cosas estuvieran definidas con la banda y la gira se terminara, seguían
circulando en mi mente, pero las aparté sabiendo que pronto sería capaz de
escabullirme para un fin de semana con ella.
—¿Estás llorando?
—¿Estás mintiendo?
—Sí. —Sus sollozos se volvieron más altos en el otro lado de la línea.
—No, nadie me lastimó. Solo la pasé mal en Carolina del Sur. Fui a la
tumba de mi mamá y encima de todo, te extraño.
—Por supuesto que no. Tú vienes así que yo pagaré. Además, te debo
dinero de cuando pagabas mis multas.
—Por supuesto que sabía sobre ello. Lo sé todo, nena. Así que voy a
llamar al aeropuerto y luego te llamaré de nuevo cuando tenga todo
arreglado. ¿Suena bien?
Pude escuchar su sonrisa a través del teléfono y sentí como si hubiera
ganado una medalla.
—Suena genial.
—¿Sí?
Se rio.
—Trato hecho.
49
Traducido por VckyFer & Smile.8
L
o último que empaqué fueron mis pantaloncillos de gimnasia.
Tenía una enorme y tonta sonrisa en mi rostro mientras cerraba
mi maleta y la arrastraba por la sala para esperar mi taxi. De
todas las cosas que podía usar para excitar a mi hombre, esos malditos
pantaloncillos parecían ser el truco.
Llamé a tía Sarah y Sydney para hacerles saber que estaría fuera de
la ciudad por unos días. Prometí ir a comer como siempre cuando estuviera
de regreso. Intentaba tomar la cena con ellas al menos dos días a la semana, 50
y ya sentía que me lo estaba saltando.
Me sentía nerviosa por el vuelo, así que tomé otro Valium, gracias a
Hope, para poder conllevarlo. Me prometí a mí misma no volver a tomar más
de esas cosas, pero parecía que ahora estaba tomando al menos una a la
semana ahora. Ayudaba cuando me sentía ansiosa por algo.
Sonrió hacia mí, y luego levantó mi mano para besar mis dedos. Mío…
Eso era todo lo que podía pensar.
Después del espectáculo, Zeke fue directo hacia mí. Me besó en los
labios y me jaló con una gran sonrisa de felicidad en su rostro.
—¿Qué?
Inclinándose, colocó sus tibios labios contra los míos, y olvidé todo
sobre las chicas que corrían medio desnudas a través del escenario. ¿A
quién le importaba lo que hacían ellas? Él era mío.
Una vez más, su mano se movió por mi brazo desnudo y sus dedos
atraparon los míos. 54
—Sí —susurré.
—No te muevas de ese lugar. —Pasó uno de sus dedos por el lateral
de mi cuello y dentro de mi camiseta. Mis pezones se endurecieron e incliné
mi cabeza para darle más de mí misma.
—Estoy bastante seguro que Tiny va a patearte el culo por jugar con
su preciosa guitarra. —Me reí.
—Estoy bastante seguro que, si supiera para que la estaba usando, lo
aprobaría.
Miré hacia él con los ojos muy abiertos, y estaba más cerca. La sonrisa
traviesa en su cara me hizo saber que no había acabado. Dando otro paso
en mi dirección, tocó de nuevo, y de nuevo, el acorde que tocaba rebotó
dentro del altavoz y se abrió camino entre mis muslos. El pequeño manojo
de nervios alrededor de mi punto de placer saltó con las vibraciones, y no
pude evitar el pequeño suspiro que salió de mis labios.
Tragué saliva y lamí mis labios con ansiedad. ¿Qué tipo de chica sería
si le pidiera que siguiera? ¿Le gustaría eso? Quería excitarle más que nada,
pero alguien podría estar viéndonos. Mejor aún, alguien podría entrar a este 55
escenario vacío para desmantelar todo en cualquier momento.
Dio otro paso hacia mí y extendió su mano sobre las cuerdas como si
estuviera a punto a tocar de nuevo.
—Estoy esperando, Copo de nieve. Dime que quieres que toque para
ti, nena.
Era tan bueno en esto de la seducción, pero dos podían jugar a ese
juego. Ya no me importaba quién viniera o quién pudiera estar mirando. No
estoy segura de en qué me convertía eso, pero no me preocupé por ello. Si
Zeke pensaba que podía seducirme, le mostraría que podía jugar tan duro
como él, si no más.
—Dime lo que quieres, Copo de nieve. —Su voz era áspera y excitada.
Con una sonrisa ladeada, comenzó a tocar acordes simples. Sus dedos
tocaron las cuerdas una y otra vez, enviando vibraciones duras a mi falda
que sacudían todas las partes sensibles dentro de mis bragas.
Cerrando mis ojos, pequeños ruidos salieron de mis labios cada vez
que tocaba las cuerdas de la guitarra.
Se decidió por un acorde específico y lo tocó una y otra vez. Tocó más
y más rápido y podía sentirme a punto de correrme.
—¿Supongo que te gusta cuando toco para ti? —Su voz era ronca y
oscura.
Me reí un poco.
—Te sientes tan bien, Copo de nieve. Tan condenadamente bien —dijo
mientras apoyaba su cabeza contra el reposacabezas y cerraba los ojos.
Seguí moviéndome hasta que el placer era tan grande y profundo que
no podía concentrarme. Ya no era capaz de controlar más mis movimientos,
me movía como una loca. Mis sonidos se emparejaron a mis caderas y
jadeaba y gemía en voz alta. No me importaba si alguien fuera del auto me
escuchaba; sólo importaba llegar a mi lugar feliz y hacer que Zeke se sintiera
tan bien como fuera posible.
Calor caliente me llenó mientras bajaba con fuerza una última vez.
—Me parece bien —dijo con una respiración pesada—. Por supuesto,
comida suena bien. —Podía oír la sonrisa en su voz.
59
Traducido por AnnaTheBrave, Brisamar58 & Florff
¿Q
ué es más sexy que una Patience celosa? Una Patience
seductora.
Tocar esas cuerdas y verla montar ese altavoz como si fuera una polla
vibrante fue lo mejor de mi vida. Ningún porno se compararía jamás. Copo 60
de nieve era por mucho la criatura más sexy que jamás había pisado la
tierra.
Los chicos ya estaban allí. Dos chicas que nunca había visto antes
estaban sentadas en el mostrador de la cocina, lanzando bolas de queso a
Chet mientras trataba de atraparlas en su boca. Ambas chicas sonrieron
seductoramente cuando entré, y sentí la mano de copo de nieve apretando
la mía.
El sudor corría por su rostro y cuando abrió los ojos para mirarme,
las lágrimas se deslizaron por su rostro pálido. Salté y corrí a por mi teléfono
celular en el tocador. Cuando volví al baño, caí de rodillas nuevamente y
comencé a marcar el 911.
Miedo. Había conocido este miedo con ella antes. La idea de que algo
le ocurriera me volvía loco. Me hacía arremeter contra cualquiera y cualquier
cosa cerca de mí.
—No te disculpes. Solo dime qué pasó —dije mientras usaba mi pulgar
para limpiar una lágrima errante en su mejilla.
No dije nada mientras daba media vuelta y salía del baño. Cerré la
puerta detrás de mí y me quedé allí en estado de shock. Sus palabras habían
herido mis sentimientos y no me gustaba ni un poco. Los sentimientos eran 63
nuevos para mí en general. Los felices los podía manejar, pero cuando copo
de nieve me cortó, me dolió mucho más que mi trasero latiendo todos los
días por mi padre.
—Diablos, no.
—Es como las chicas feas, hombre. No te gusta hasta que lo intentas.
Las chicas feas se esfuerzan más. —Se rio.
Una de las chicas chupó sus dientes y le lanzó un cojín para el sofá a
la cara.
—¿Quién dice que no eres una de las chicas feas a las que me refiero?
—Levantó una ceja y se metió otra papa en la boca.
Parecía enferma más que nada la noche anterior, pero todos se enojan
de manera diferente.
—Lo siento. Todo lo que escuché fue que te gustó la forma en que me
siento entre tus piernas —dije mientras la ponía de espaldas y subía encima
de ella.
***
Bailé lentas unas pocas veces con ella y observé desde lejos mientras
ella y Finn bailaron juntos unas cuantas veces. Había tenido un buen
poquitín de bebidas y estaba considerando seriamente bajar el ritmo para
así poder conducir seguros a casa. Si por casualidad no me ponía lo
bastante sobrio, podría tomar un taxi a casa, no era problema.
—Si la tocas otra vez, te mataré —dije con tanta fuerza que yo mismo
me sorprendí.
—Escucha bien imbécil. Esto no tiene nada que ver contigo. —Me
empujó en el pecho y mi pulso saltó.
Una o dos veces, alguien intentó tirar de mí para alejarme de él, pero
después de permitirme perderme, era difícil como el demonio retomarlo.
Cuando dejó de pelear y ya no pude ver más su cara, retrocedí y me puse
de pie. Todo el alcohol que había bebido se arremolinaba por mi cerebro y
me mantenía fuera de equilibrio.
Cambié la dirección para salir del bar tras ella, pero para el momento
en que conseguí llegar a la salida, ya estaba cruzando la calle. Ella no
conocía la zona y dejó su teléfono en casa. Estaba achispada y con sangre
salpicando su vestido, y no había una maldita manera de que fuese a dejarla
correr suelta por ahí sola por las locas calles de California.
N
o estaba segura de cuándo recibí la habilidad para moverme a la
velocidad de la luz, pero un minuto estaba parada en la acera
observando a una gran SUV dirigirse directamente hacia Zeke y
al siguiente minuto estaba cayendo sobre mis rodillas junto a él y gritando
su nombre. Mis gritos fueron agudos, tan agudos que lastimaron mis oídos.
O tal vez solo lo dijo una vez, pero sus palabras sonaron en mi mente
mil veces en un minuto. Aun así, no comprendía lo que estaba diciendo y
seguí peleando.
Salté hacia las puertas y golpeé las manos de Finn para que me
soltara. Cuando un paramédico intentó detenerme, lo empujé.
Una vez le disparé al hombre que conocía como mi padre y pensé que
conocía la conmoción, pero nada podría haberme preparado para esto.
Estaba conmocionada. La gente se movía a mi alrededor. Alguien me entregó
una taza de café y la sostuve ahí hasta que el calor de la taza se fue y el
líquido negro en el interior estuvo frío. Todo se había detenido y acelerado 73
al mismo tiempo, y tanto como quería rendirme y dejar que un enorme
ataque de pánico me tomara, los sistemas de respuesta de mi cuerpo no se
activaban.
Sus piernas no estaban rotas, pero estaban bastante mal. Era el corte
en la parte posterior de su cabeza que preocupaba a todos, pero conociendo
a Zeke, si estuviera despierto, estaría más asustado por el hecho de que su
mano fue aplastada. El médico dijo que pasarían meses antes de volver a
usarla nuevamente, si es que alguna vez lo hiciera.
Cerré los ojos solo por un segundo para dejarlos descansar, y cuando
los abrí de nuevo, la habitación estaba completamente iluminada por el sol.
Me tomó un minuto ordenar mi cabeza, pero una vez que lo hice, salté del
sofá y corrí al lado de Zeke. Él yacía inmóvil, pero respiraba, y en este
momento eso es todo lo que necesitaba saber.
Era extraño ver a Finn tan serio y tomando café. Usualmente estaba
drogado, bebiendo cualquier cosa que tenga alcohol, y ninguno de los chicos
era serio alguna vez.
—De acuerdo. Se supone que Chet traerá algo de comida más tarde.
Probablemente deberías comer algo cuando lo haga. —Me dio una sonrisa
amistosa.
—Deja de flirtear con mi chica, imbécil —dijo Zeke con voz áspera.
—Sí. Soy yo. Copo de nieve. Lo siento mucho, Zeke. Lo siento mucho.
Te quiero mucho.
—Zeke, por favor, quédate quieto hasta que lleguen las enfermeras —
le supliqué.
—No me voy a quedar aquí. Odio los hospitales y esa perra me drogó.
Me voy a casa. Llévame a casa —dijo mientras tiraba de su intravenosa.
—Cariño, estás herido. Por favor, deja que te cuiden. Si me amas, les
dejarás hacer su trabajo. Estaba preocupada. Ni siquiera quiero pensar en
que te pase algo más. No puedo perder a otra persona que amo. Por favor.
—No podía detener mis lágrimas.
—Zeke, está bien. Todo va a estar bien. Nos haremos cargo de todo y
volverás a tocar antes de darte cuenta —le dije de modo tranquilizador.
Esa era nuestra señal para irnos, pero me negué. Me sentaría ahí con
él hasta que estuviera mejor. Él haría lo mismo por mí, y no había forma de
que me fuera. Esto fue más o menos culpa mía, después de todo.
***
Tres días después, Zeke salió del hospital. Todavía no me había dicho
muchas cosas, respuestas básicas y ninguna pregunta. No estoy segura que
fue lo que más me preocupó; el hecho de que su mano estuviera aplastada,
o el hecho de que prácticamente había renunciado a todo control. Él no era
así y odiaba verlo en silencio aceptar todo. Estaba roto, física y mentalmente.
Había planeado irme a casa antes de que empezaran las clases, pero
de ninguna manera iba a dejarlo cuando me necesitara aquí. Llamé a tía
Sarah y le dije lo que estaba pasando y me apoyó completamente
perdiéndome algunas clases para ayudar a Zeke.
N
o quería estar enojado. Nunca quise decirle cosas hirientes a
Patience, pero cada vez que miraba el yeso que cubría mi mano y
antebrazo derecho, no podía evitar sentir ira.
No dijo nada luego de que fui grosero con ella. No había querido serlo,
pero tras días de contener mi enojo, simplemente estalló. No obstante, pude
notar que herí sus sentimientos. Su labio inferior tembló un poco y sus ojos
se agrandaron. Me sentí como la mierda, pero estaba tan enfadado con todo
el mundo.
Ella ni siquiera tenía que estar allí ya. No tenía que verme yaciendo
como un vagabundo, sin ser capaz de trabajar. La universidad era donde
tenía tantas ganas de estar y ahí es donde debería estar.
Cojeé detrás de ella hasta la sala. Con la cabeza gacha, pude sentir
los ojos en el cuarto penetrarme y me sentí como un maldito inválido. Fue
vergonzoso como el infierno cojear como un maldito mocoso, pero dolía como
los demonios para poner demasiada presión en mi rodilla derecha.
—Esa sería yo. —Se cruzó de brazos como si estuviera rogando por
una pelea.
Puso las manos sobre sus caderas, sus uñas negras clavándose en la
piel revelada.
—¿Es algún tipo de broma? —le pregunté a los chicos.
—Amigo, puede tocar. Lo hará hasta que Zeke pueda volver a tocar.
—Finn me apoyaba.
Finn se rio.
—Hombre, creo que podría ser un poco intensa, incluso para ti.
***
Unos pocos días después, los chicos se fueron para terminar la gira
sin mí. Una vez que regresaron a la ruta, Constance incluida, solo fuimos
Patience y yo en el apartamento.
Casi había salido de la cocina cuando sentí sus dedos fríos sujetar mi
brazo. Quise quitármela de encima y gritarle, pero en cambio, me paré allí y
la dejé hablar.
—Una vez dijiste que querías que nos ocupáramos del otro. No quiero
ser tu niñera. Quiero cuidarte. Y para ser honesta, te necesito allí para que
cuides de mí. Estoy sola en ese apartamento, Zeke. Es solitario y a veces
siento miedo. Me despierto con terrible pesadillas y deseo más que nada que
estuvieras allí a mi lado. Por favor, ven a casa conmigo. Te necesito más de
lo que me necesitas. Lo prometo.
Quién hubiera pensado que ella sería la única a la que no podía decirle
que no. Es solo mi suerte haberme enamorado perdidamente de la única
mujer en el mundo que me tenía agarrado por las bolas. Sabía lo que estaba
haciendo cuando se trataba de mí. Por eso, una hora después, reservé dos
boletos de ida para Florida.
Traducido por Ale Grigori & AnnaTheBrave
Su boca y sus manos estaban cubiertas con salsa barbacoa. Era muy
adorable. Le di una servilleta de papel y se manchó todavía más la cara. Ella
pensaba que estaba tan grande, pero aún no podía manejar el pollo a la
barbacoa.
—Sólo hasta que mi mano mejore. No estoy haciendo nada en casa
ahora mismo de todos modos. Lo menos que puedo hacer es venir y ser útil
para Patience.
Zeke ayudó a subir las maletas lo mejor que pudo, y no dije nada
cuando se maldijo a sí mismo por no ser capaz de cargar más. Era un chico 87
tan independiente. Odiaba verlo luchar tanto. Me moví rápidamente,
subiendo y bajando las escaleras con más bolsas que las que mis pobres
brazos podían manejar, para que él no tuviera que esforzarse tanto.
—Hay un chico que conozco. Puedo conseguirte algo similar con él por
veinte dólares, ¿si quieres?
—¿Algo similar?
—Sí. Es un poco más fuerte así que podrías tomar solo la mitad y
obtener el efecto completo. No es nada peligroso, nena. No te haría eso.
Entonces, ¿quieres que lo llame?
Este era un nuevo bajón para mí. Comprar drogas de un tipo que no
conocía no era algo que quisiera hacer, pero necesitaba hacerlo. La idea de
tener un ataque de pánico en medio de una clase, o justo antes de salir al
campo, me hizo sentir más pánico. No quería que Zeke supiera que estaba
jodidamente medio loca, y con él viviendo conmigo ahora, descubrí que esa
era una posibilidad muy real si no tenía lo que me gustaba llamar mis
“píldoras relajantes”.
—Sí, llámalo.
—¿Qué hacen?
—Sí, estaré allí. —Le di los veinte dólares—. Gracias por esto, Hope.
Realmente lo aprecio.
—Te dije que eran cosas de chicas. —Fui a la cocina y busqué en los
armarios algo que no estuviera rancio.
—¿Fuiste de compras? ¿En una ciudad extraña sin auto y con una
mano rota? ¿Que estabas pensando?
—No tienes que hacer eso, lo sabes —le dije mientras me secaba con
una toalla el pelo.
93
Traducido por VckyFer & Smile.8
E
staba contento. La felicidad y el alivio podían encontrarse en los
ojos de mi copo de nieve. Nunca pensé que podía encontrar esa
paz una vez más. Sin embargo allí estaba, siendo montado por la
única mujer que alguna vez me hizo sentir algo emocional. Estaba
sobrecogido por la sensación de emoción que solo había sentido con ella.
En ese momento, todo cambió. Me atacó con sus uñas y las enterró
en mi cara y mi pecho. Me eché hacia atrás y sujeté sus brazos lo mejor que
pude, pero el yeso y el dolor lo hacían muy difícil.
—¡No! ¡No me toques! No más. ¡No me toques! —gritaba una y otra vez.
Salió de la cama y llegó hasta mí. Tomó mi yeso, el cual sin darme
cuenta, estaba sosteniendo contra mi pecho. La verdad es que ella me había
lastimado como una perra, pero nunca le diría eso.
—Fuiste la dueña del campo hoy, nena. Fue sexy como el infierno
verte. —La besé en la frente.
—¿Qué? Por supuesto que no fumé nada. Sabes que no toco esas
cosas, Zeke.
Sabía bien eso. Muchas veces, la había visto cuando todos se pasaban
un porro, pero algo en la forma en la que se veía gritaba drogada hasta la
cabeza.
—Lo sé, pero te ves drogada. Si lo hiciste, solo dímelo. Sabes que no
me importa esa mierda. En todo caso, me molestaría si no lo compartieras.
—Reí.
—¡Oye, te conozco! —Una chica con el pelo rubio rizado arrastró las
palabras en mi oído—. Eres ese guitarrista de Blow Hole, ¿verdad?
Estaba vestida para ser follada. Algunas chicas eran así. Sus
pantalones cortos eran de fácil acceso y su camiseta podría haber sido
llevada para la playa. Esos pantalones cortos vaqueros ajustados hacían
posible ver las tiras de su tanga negro y ella se aseguró de agacharse lo
suficiente como para captar la atención de los chicos a mi alrededor.
Si fuera el mismo chico que solía ser, hubiera extendido sus piernas
en la cama más cercana. Es una locura cómo cambian las cosas.
—Estoy aquí con mi novia. —Me puse de pie y me alejé, pero no antes
de ver cómo sus ojos se ponían como platos.
Estaba lejos de ser inocente. Sabía eso ahora. Podía jugar ese truco
ingenuo con algún otro idiota porque no me creería más esa basura. Ella
era la mayor jugadora en el juego. Es decir, tenía que serlo; incluso me 101
enamoré de su mierda. Tal vez realmente era una niña inocente y dulce
cuando la vi por primera vez, pero ese ya no era el caso. Era el que la había
domado y otros cabrones estaban tomando ventaja de ese hecho.
Su sonrisa se desvaneció.
—¿Qué pasa?
—Ah, vale. ¿Así que no te vi salir de una habitación del segundo piso
con algún hijo de puta? Maldita sea, debo estar alucinando. No tenía ni idea.
Tal vez alguien metió algo en mi bebida. Tal vez debería meterme en el baño
más cercano y rezar para que alguien venga y me salve. Tal vez podría
incluso conseguir que alguna idiota se enamorase de mí para poder follarla.
—No es lo que piensas —dijo mientras sus ojos se llenaban de pánico. 102
—Entonces, por favor, ilumíname. ¿Qué otra razón hay para que un
chico y una chica se encierren en una habitación del segundo piso? ¡Oh
espera! ¡Lo sé! ¿Le estabas mostrando tu zona de strike? Deja que te
pregunte algo, Patience —dije su nombre con disgusto—. ¿Dejaste que te
follase, nena?
Una vez más, me dio una bofetada en la cara, y casi le rogué que lo
hiciera de nuevo. Quería sentir el dolor físico para que el dolor dentro de mi
corazón no fuera tan malo. Quería que algo, no importaba lo que fuera,
entrase y que simplemente todo desapareciera.
103
Traducido por Brisamar58, Florff & Flochi
M
e senté en el sofá y vi salir el sol. Iluminó la vieja pared de
ladrillos expuestos, haciendo bailar a pequeñas sombras
mientras aves y ramas de árboles se movían fuera de mi
ventana.
Las cosas estaban mal entonces, y tal como se veía ahora, las cosas
nunca iban a ser perfectas para Zeke y para mí. No quería perderlo, sin
embargo, parecía que nunca estaríamos juntos y felices. Había una pequeña
nube negra que nos seguía y nos golpeaba con un rayo cada vez que las
cosas parecían ir bien. De ninguna manera otras parejas tuvieron que lidiar
con tanto drama. Otras parejas no parecían luchar tanto como nosotros. No
era justo. ¿No nos merecíamos una oportunidad como todos los demás?
Estaba preparada para luchar por Zeke. Había luchado para estar con
él casi desde el principio, pero ¿estaba Zeke en el mismo lugar de nuestra
relación que yo? Él siempre había luchado por mí, pero verlo alejarse de mí
tan fácilmente la noche anterior me hizo pensar que no le quedaba ninguna
gana de luchar.
—¿Me perdonas?
Más tarde descubrí que Zeke había pasado la noche con la tía Sarah
y Sidney. Aparentemente pasaron el resto de la noche jugando cartas
después de que Zeke les había dicho que necesitábamos un descanso por
una noche. Estaba aliviada de descubrir que no había estado en una
esquina en la calle en alguna parte. En su lugar, había dormido en el sofá
de la tía Sarah.
***
Las siguientes semanas pasaron sin problemas. Fui a todas mis clases
y prácticas mientras Zeke se perdía por el campus o pasaba el rato en el
apartamento. Parecía que estaba bien con ello.
—Lo juro, si la entrenadora nos hace correr una vuelta más por ese
jodido campo, voy a estrangularla con ese maldito silbato —dijo Hope
mientras dejaba su cesta de papas fritas y su bolsa en la mesa frente a mí
y Zeke.
Oírles hablar mal el uno del otro podía ser entretenido, pero algunas
veces podía ser sumamente odioso. Había tenido que meterme de vez en
cuando, pero creo que Zeke extrañaba andar tocándose las narices con los
chicos y Hope extrañaba a sus tres hermanos mayores.
—Oh mira, copo de nieve, es ese tipo de tus clases. ¿Cuál era tu
nombre de nuevo, hombre? —contraatacó Zeke.
—Bien, considerando que tengo una polla2, eso tiene sentido. ¿Debo
señalar lo que tienes y lo que estás siendo?
—De acuerdo, buena charla, Hope. ¡Te veo el próximo martes3! —le
gritó a través de la habitación.
—Lo llamo como lo veo, nena. —Lanzó sus brazos sobre mis hombros
y sonreí mientras llevaba la botella de agua a sus labios.
—Lo siento tanto, nena. No sé lo que hice, pero por favor, abre la
puerta. —La puerta repiqueteó en sus bisagras—. Copo de nieve, déjame
entrar. Hablemos de lo que haya sido.
Estaba mejorando con las rápidas mentiras blancas. Era malo ser
buena en ello, pero funcionaba.
—¿Corriste hasta aquí desde la cafetería, la cual tiene baño, solo para
hacer pis?
—Había tanta gente allí. ¿No viste la fila al baño? Estaba intentando
llamar tu atención, pero estabas hablando con la camarera y no podía
esperar más. Lamento haberte asustado.
—No puedo esperar a poner mis manos sobre mi guitarra —dijo con
una gran sonrisa mientras sostenía la puerta abierta para mí—. Pero
primero quiero llenar mis manos de esto. —Me atrajo a sus brazos y me
sujetó el trasero.
—Nos vemos.
115
Traducido por Flochi
N
o estaba seguro cuándo me volví un loco celoso, pero se sentía
como si todo en lo que pudiera pensar era que mi copo de nieve
me iba a dejar por alguien más.
Era más que probable que tuviera que ver con el hecho de que sin
importar lo que ella dijo, constantemente sentía que me estaba ocultando
algo. Era uno de esos presentimientos que todo el mundo siempre decía que
nunca deberías ignorar. Seguí calmándome con que ella nunca haría algo
así. No era mentalmente capaz. Todavía tenía problemas con cualquiera que 116
no fuera Sydney o yo tocándola, pero cosas extrañas sucedían.
La lluvia llegó rápido y pronto había tanta agua cayendo por las
ventanas que todo afuera estaba borroso. Los árboles se mecían en el viento
mientras la gente corría a sus autos y se movía a ponerse en abrigo.
No pasó mucho hasta que vi sus rizos platinos rebotando por la puerta 117
del edificio. Arranqué el auto para acercarme, cuando el tipo alto de la fiesta
corrió hasta ella con su paraguas. Ella se apretujó bajo el paraguas y le tomó
la mano. Comenzaron a hablar y vi su cabeza ir hacia atrás mientras se reía
de algo que él dijo.
Casi detuve el auto y corrí hacia él. Si eso no le hiciera daño a Patience
también, juro que lo haría. Él se parró junto a ella por unos segundos más
y luego se dio la vuelta y se alejó mientras me detenía junto a la acera.
—Oh, Dios mío. ¡Estoy empapada! —Se rio y tiró de sus ropas.
—Por favor, no comiences con eso, Zeke. Te lo dije ya, estoy tratando
de engancharlo con Hope. —Suspiró molesta.
***
Tenía un vestido de un suave azul que era bajo y corto. Sus largas
piernas bronceadas estaban suaves y brillantes, y sus bonitos pies estaban
cubiertos por un par de tacones con tirantes plateados. Mis ojos se movieron
de su cabeza a pies, y no pude evitar sentir satisfacción al saber que era
toda mía.
Bien no era una palabra que usaría para describir la manera en que 119
se veía.
Me levanté del sofá y fui hasta ella. Rodeando su cintura con mis
brazos, acerqué su cuerpo al mío.
—Ya estoy duro con tan solo mirarte. —Pasé mis dedos bajando por
su cuello.
Negué con la cabeza porque sabía que Hope tenía razón. Tendría que
hacer de perro guardián con Patience viéndose de la manera en que se veía
y tantos malnacidos borrachos con manos toquetonas. Sin embargo, no me
importaba. Se veía hermosa y era mi trabajo protegerla.
Como sabía que pasaría, toda la noche me aseguré que esos malditos
mantuvieran sus manos para sí mismos. Tomé unos cuantos tragos con las
chicas y bailé unas pocas veces con Patience y sus amigas cuando el DJ
ponía alguna cosa que no fuera esa jodida cosa tecno.
Las buenas noticias eran que una vez acabáramos con el segundo 121
álbum, podría regresar a Florida para estar con ella hasta que fuera hora de
ir de gira de nuevo. Haría que esto funcionara. Encontraría una manera de
estar con ella sin dejar a la música y a la banda en suspenso. Ella se merecía
eso de mi parte, y por mucho que amara tocar, la amaba a ella más.
Esta era la primera vez que podía darle un buen vistazo dado que
prácticamente estaba parado justo frente a mí. Era como de mi altura, pero
al menos veinticinco kilos más delgado. Su cabello era rubio arenoso y
parecía grasoso. Sin dudas era un drogadicto y parecía que había bebido
demasiado. Él se inclinó contra la puerta para apoyarse y se meció cuando
la puerta se balanceó. Sus ojos oscuros contemplaron a Patience como si
ella estuviera desnuda frente a él y luego los vi deslizarse a su escote.
Esta tercera vez se suponía que fuera la de suerte, pero en este caso,
la tercera vez estaba rompiendo mi límite. Patience obviamente estaba
atraída por este pedazo de mierda y si Hope estaba tan enganchada por él,
¿por qué se encontraba en la pista de baile en vez de encerrada en el baño
con él? No estoy seguro qué me enfadó más; él estando con mi chica o el
hecho de que ella me haya mentido. Estaba engañando. No había otra razón
para que ellos se encontraran así.
—¿C
uántas quieres esta vez? —preguntó Phillip mientras se
apoyaba contra la pared del baño.
Sabia en el fondo de mi cabeza que si Zeke me veía salir del baño con
Phillip, no sería bueno, pero este era el único cuarto donde él no se atrevería
a entrar. Solo me tenía que asegurar que Zeke no estuviera en ningún lado
y hacer esta visita rápida. Zeke comenzaría a preocuparse y buscarme al
minuto que se diera cuenta que no estaba allí bailando.
Le sonreí y le di las gracias con mis ojos antes de darme la vuelta para
irme. Fue entonces cuando vi a Zeke moviéndose directamente hacia
nosotros. Extendí mis manos para detenerlo, pero me pasó rápidamente.
—Lo siento mucho. Oh, Dios mío, lo siento mucho —dijo aterrorizado.
No lo quería en ningún lado cerca de mí. Me había saciado. Después
de meses de que él estuviera actuando celoso y loco, había alcanzado mi
límite. Terminé con todo esto. Terminé de discutir y terminé de intentar
ocultarle mi problema. Terminé en general.
—¡No puedo creer que te haya golpeado! ¡Ese bastardo! ¡Eso es tan
diferente de él! —dijo Hope mientras aceleraba por la interestatal.
—No sabe que las tomo. Por eso fue que comenzó esto. Me sigue viendo
a solas con Phillip. Le dije que te gustaba y estaba hablando con él por ti.
Esta noche me atrapó saliendo del baño de mujeres con él.
No dije nada más después de eso. Ella tenía razón. Fue por mi culpa
que Phillip salió herido. En realidad, la mayor parte de esto fue mi culpa,
pero eso no importaba. Zeke me golpeó. Si fue accidental o sin querer, me
había lastimado físicamente y no estaba de acuerdo con eso. Nunca estaría
bien con eso.
Salimos del hospital una hora más tarde. Me envolví en mi sudadera 127
con capucha que tenía en mi asiento trasero. Parecía que había sido
asesinada. Había tanta sangre en la parte delantera de mi vestido. Me sentí
un poco triste. Compré el vestido para Zeke y pareció encantado. Era
apropiado que el vestido se arruinara porque lo que teníamos juntos
también estaba arruinado.
Sabía que una vez que abriera la puerta de entrada, Zeke estaría ahí
y estaría realmente, muy enojado o muy, muy triste. No tenía ganas por
ninguno. No le tenía miedo a Zeke. Sabía que nunca haría algo para
dañarme a propósito, pero no podía dejar de lado el hecho de que lo había
hecho.
—Hice esto. —Su voz sonaba áspera. Sus ojos vagaron por mis
moretones—. Nunca he golpeado a una mujer en mi vida y juré que nunca
lo haría. Te lastimé. Lamento tanto haberte lastimado.
Cayó de rodillas frente a mí. Alzando la vista, una lágrima corrió por
su mejilla.
—Pase lo que pase, espero que me perdones por lastimarte. Por favor,
dime que me perdonas.
—Lo que hiciste no está bien. Te perdono, pero ya no puedo estar 129
contigo. —Las palabras quemaron mis labios.
—Lo sé. No puedo estar más contigo, tampoco. Te amo tanto que duele
a veces, pero somos letales como pareja. Sacamos lo mejor y lo peor el uno
del otro. Es una espada de doble filo. Me levantaste, y espero haber hecho
lo mismo por ti, pero ahora siento que estamos destruyendo lo que
construimos. Nos estamos destruyendo el uno al otro. Antes de que la
destrucción sea tan mala, creo que deberíamos… —No pudo terminar su
frase y honestamente, no quería que lo hiciera.
—Supongo que esto es el adiós. —Se limpió los ojos con el dorso de la
mano.
¿Cómo podría algo tan correcto sentirse tan mal? Aunque quería
llorar, no pude. Me quedé ahí y le devolví la mirada. Estaba esperando mi
respuesta, pero tendría que esperar una eternidad porque no importaba
cuánto quisiera responder, no podía.
Antes de que pudiera cerrar la puerta, corrí por el corto pasillo hacia
la sala de estar.
— ¡Zeke! —llamé.
—¿Sí?
131
Traducido por Anna, âmenoire & Ale Grigori
E
l punto más bajo era un lugar de mierda en el que estar. Había
estado allí antes, sin embargo, y estaba seguro que lo visitaría al
menos una docena de veces más antes de morir. Eso no
significaba que fueran vacaciones. Era un infierno.
Nunca había puesto mis manos sobre una mujer en mi vida. Solo
había habido un incidente en El Foso donde tuve que sostener a una mujer
para evitar que me golpeara en medio de una pelea de bar, pero eso fue todo.
Por supuesto, no estaba seguro si eso contaba, ya que ella era más hombre 132
que yo.
Las cosas estaban realmente jodidas esta vez. Lo que teníamos había
terminado. Tenía que terminar o terminaríamos con todo lo bueno que
quedaba en nosotros mismos. Aunque probablemente me desangraría sin
ella sosteniéndome, tenía que dejarla ir. Ella estaba obviamente lista para
seguir con el chico con el que la seguía viendo, y yo no podía seguirme
enloqueciendo.
Aun así, necesitaba saber que ella estaba bien. Nunca me perdonaría
haber lastimado a Patience, incluso si fue un accidente. No importaba lo que
ella me había hecho, no se merecía eso. Ninguna mujer merecía ser herida,
incluso si hubiera logrado arrancarme el corazón y romperlo en pedazos.
—Constance es buena gente. Está bien trabajar con ella y nos rompe
las pelotas cuando necesitamos ser enderezados —dijo Finn—. Ella y Tiny
hablaron varias veces. Y tocó increíblemente bien esa guitarra.
—Está enojado porque no tuvo tanto sexo como yo. —Rió Chet.
Sabía lo que necesitaba para sentirme mejor, pero regresar por Copo
de Nieve no era una opción. Nunca podría confiar de nuevo en ella. Nunca
había admitido engañarme con el idiota que después descubrí que se
llamaba Phillip. Al menos si lo hubiera admitido, podría haber tenido algún
tipo de cierre.
—¿Zeke?
—Sí, por supuesto que tengo tiempo. ¿Está todo bien? ¿Patience y
Sydney están bien? —Supe cuando hice esa pregunta que una de ellas no
lo estaba.
Los chicos estaban diciéndome algo y sólo los despedí con la mano.
Salí de la sala de grabación y entré al vestíbulo. Cayendo en un gran sillón
frente a la puerta, me abracé, esperando las malas noticias que sabría que
vendrían.
—Es Patience. Está en el hospital.
—Tuvo una sobredosis. Fue accidental, pero aun así sucedió. 137
Aparentemente, ha estado tomando una cantidad obscena de Xanax todos
los días. Unas semanas atrás fue golpeada con un balón de futbol soccer y
terminó en la sala de emergencia, el doctor le dio algo para el dolor. Mezcló
ambas cosas y su amiga Hope la encontró en su apartamento cuando no
apareció para uno de los juegos.
—Está bien, pero voy a hacer que la admitan. Es una chica enferma,
Zeke. Cuando te fuiste, solo empeoró. Finalmente admitió estarse
automedicando. Ha estado teniendo ataques de pánico durante todo este
tiempo y dejó de ver a su terapeuta. Realmente siento que esto es lo mejor.
—Podía escuchar las lágrimas en la voz de Sarah.
Cómo había podido vivir con ella y no saber nada de eso. Pensé que
estaba mejorando. Pensé que estaba superándolo todo, pero en realidad,
estaba automedicándose. Ni siquiera sabía que estaba viendo a un
terapeuta.
Sarah me dejó entrar a verla solo y estaba agradecido por eso. Había
tanto que aclarar, tanto que necesitaba ser dicho. Más que nada, sentía que
le debía una disculpa a Patience. De todas las personas en su vida, debería
haber sabido qué le estaba sucediendo. Debería haber sido a quien ella
acudiera, pero no lo hizo. No podía entender por qué no había venido a mí,
pero no tenía otra opción que creer que era porque había hecho algo mal.
Nada de esto tenía sentido para mí. Me sentí como si hubiera vivido
con una extraña todo el tiempo que estuve en Florida. Patience me conocía
mejor que nadie, pero obviamente yo no conocía nada de ella. Eso dolía.
—Se los compré a Phillip. —Abrió los ojos y una pequeña lágrima rodó
de su mejilla.
—¿Quieres decir que tú no…? —Ni siquiera pude decir las palabras.
La idea de que alguien más la tocara me hacía enfermar.
Había mucho más que quería decir, pero estaba lleno de emociones
encontradas. Me sentí aliviado de descubrir que no me estaba engañando,
pero aún estaba herido de que fuera deshonesta conmigo acerca de las
drogas. Pensé que éramos más cercanos que eso.
Cuando la miré, sus ojos estaban vivos de luz. Su color parecía como
si hubiera vuelto, y su sonrisa era brillante. No había forma de negarlo: no
importaba qué sucediera en el futuro, no importaba cuantas veces nos
levantábamos y nos desmoronáramos, estábamos destinados a estar juntos.
141
Traducido por Kalired & Flochi
D
espertar en el hospital con Sydney llorando por mí me
cambió.
Aprendí algunas cosas durante mi caos inducido por las drogas. Como
el hecho de que me perdí mucho. Había cosas pasando a mí alrededor que
no tenía idea, que incluían el trabajo escolar. Aparentemente, tuve una
conversación completa con Hope que nunca recordé tener.
Así es como aprendí que mezclar Lortab y Xanax no es una gran idea. 143
Te quitaba todo, eso era seguro, pero casi perdí mi vida en el proceso. Había
sido tan descuidada conmigo, pero cuando me desperté y vi las lágrimas
correr por la cara de Syd, supe que tenía que empezar a preocuparme y tenía
que comenzar rápido.
—No te voy a dejar, cariño. Tú eres más importante que todo eso.
—Zeke, estaré bien. No voy a ninguna parte. Aprecio que estés aquí
para mí, pero los muchachos también te necesitan. Vuelve a California,
termina el disco y luego regresa. Una vez que esté fuera de aquí, todo irá
mejor, descubriremos la forma de equilibrar para que todo mejore. Lo
prometo.
Decidí que volver a la escuela no era una opción para mí, y le pedí a
tía Sarah que estudiara los cursos en línea. Definitivamente iba a obtener
mi licenciatura en psicología. Quería poder ayudar algún día a chicas
jóvenes como yo. Entendía lo que significaba estar rota por el abuso. Sabía
lo que te hacía mentalmente. Quería poder estar ahí de la forma en que el
Dr. Jenson y el resto de los profesionales estuvieron para mí.
Zeke: Te extraño más. Tan pronto como las cosas estén terminadas
aquí, voy para allá.
Yo: Más
Zeke: Másst
***
Cuando llegó la hora del almuerzo, me quedé atrás de tía Sarah y Syd
y tuve una charla con mi madre. Le conté todo lo que había pasado desde
que se fue al cielo. No dejé un solo detalle. Casi podía escucharla diciéndome
que todo estaría bien.
Ella tenía una forma de mejorar las cosas. Incluso cuando estaba en
su lecho de muerte y apenas podía respirar profundamente, me tomaba de
la mano y me decía exactamente lo que necesitaba escuchar. No importaba
que ella estuviera muriendo y sufriendo; siempre hizo tiempo para mí.
Siempre estuvo ahí y extrañaba eso.
—¿Qué es?
—Eres perfecta.
Empaqué una bolsa de viaje, besé a Syd y tía Sarah en la mejilla, luego
me dirigí al hotel.
Eso es todo lo que tomó. Me alzó contra la pared y me besó con fuerza.
Sus manos se clavaron en mis caderas mientras comenzaba a presionar su
dureza contra mí una y otra vez.
—Quería tomarme el tiempo contigo. Quería que esto sea perfecto —
dijo mientras bajaba por el lateral de mi cuello y succionaba suavemente.
Sus vaqueros cayeron alrededor de sus caderas y pasé mis dedos a 148
través de su vello claro debajo de su ombligo. Gimió contra mi piel. Luché
con la cremallera de sus vaqueros hasta que finalmente pude meter mi mano
debajo de sus boxers.
Una vez que sus vaqueros tocaron el suelo, los únicos sonidos en el
cuarto fueron nuestros cuerpos juntándose y sus suaves susurros mientras
me decía lo hermosa que era, cuánto me amaba y la manera en que me 149
sentía.
—Pareces una diosa griega con esa sábana así envuelta. 150
—Quiero que cuidemos el uno del otro. Quiero abrazarte cuando estés
triste y protegerte de todo lo que amenace con herirte. Quiero quedarme
dormido contigo todas las noches y despertar con tu dulce sonrisa todas las
mañanas. Te amo más de lo que podría escribir en una canción, más de lo
que podría poner en palabras, punto, y quiero que seas mía siempre. ¿Te
casarás conmigo, copo de nieve?
Su sonrisa fue la más brillante que haya visto cuando tomó el anillo 151
de la caja y lo deslizó en mi dedo. Se puso de pie, me rodeó con sus brazos
y me besó.
La vida había sido difícil para Zeke y para mí. Hubo momentos difíciles
en que casi no lo logramos. Pero luego nos encontramos y nos sostuvimos
entre sí. No todo el mundo encuentra a su otra mitad. No todo el mundo
tiene la oportunidad de sentir el tipo de amor que Zeke y yo sentíamos por
el otro, pero me gustaría pensar que tras todo por lo que he pasado en mi
vida, Zeke era mi final feliz.
Nunca sería perfecta, nadie lo es, pero cuando estaba con Zeke, la
perfección no era necesaria. La verdad es que era un bello desastre y Zeke
era el loco pegamento que me mantenía unida.
Traducido por Flochi
E
l viento soplaba su largo cabello platinado a un lado, cubriendo
su hermoso rostro mientras se giraba hacia mí. Se estaba yendo
y eso me mataba. Alzó su mano con un ceño fruncido. Ojos tristes
y de hielo me devolvieron la mirada. Mi perfecto copo de nieve. Fue mía por
tan breve momento de mi vida, y ahora se estaba yendo y siguiendo
adelante. Expandiendo su mente y volviéndose parte de la sociedad.
Antes de que pudiera lograr regresar al auto, una mano diminuta tiró
de mi brazo. Dándome la vuelta, la encontré de pie frente a mí con lágrimas
en los ojos.
Antes de que regresara al auto, limpié mis lágrimas para que Patience
no supiera que me había alterado.
—Se ve tan pequeña yendo dentro de esa escuela tan grande —dijo
Patience cuando cerré la puerta y arranqué el auto.
—Sí, así es. —Me giré y miré a la escuela una vez más.
—Yo.
Me echó un vistazo con una mirada que me dijo que sabía que mentía.
—Bien. Tú ganas —dije a la vez que sacaba un billete de cien dólares 153
y se lo entregaba.
—Por qué no vas a sentarte y te relajas. ¿Hay algo que quieras? —Si 154
ella tenía que llevar y traer a este mundo a los bebés, entonces lo menos que
podía hacer era asegurarme que estaba cómoda y tenía todo lo que quisiera.
Lo extrañé con locura cuando estuvo de gira, pero con las niñas, ya
no podía ir con él, especialmente ahora que Skylar estaba en la escuela.
Esa noche, una vez que los chicos se fueron a casa y las niñas
estuvieron arropadas, Zeke me llevó a nuestro dormitorio y procedió a
desnudarme.
Todo estaba tan sensible y me sentía dolorida por él. Tiré de sus
caderas para presionarlo contra mí.
Fin
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Tabatha Vargo es una autora USA TODAY éxito en ventas, pero sobre
todo es una amante del té de Carolina del Sur. Ama todo lo viejo, histórico,
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campanas de viento y todas las cosas románticas. También adora a sus hijos
y a su amoroso y comprensivo príncipe azul
Traductoras
Ale Grigori
âmenoire
AnnaTheBrave
Brisamar58 159
Flochi
Florff
Kalired
Smile.8
VckyFer
Diseño
Aria
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