Credito Agricola
Credito Agricola
Credito Agricola
AGRARIO
4 CREDITO AGRICOLA
3
00681
DEBATE AGRARIO
4 CREDITO AGRICOLA
Junio de 1986
PRESENTACION 5
EXPOSICION
"EL CREDITO AGRICOLA EN BOLIVIA"
Dr. Mauro Bertero Gutierrez, Presidente
Banco Agrícola de Bolivia
Presentación 7
Rol desempeñado por el Banco Agrícola 9
2.1 Créditos por Departamentos 11
2.2 Créditos por tipo de prestatarios 12
.4• 4,
Diagnóstico institucional
3.1. Análisis de la cartera 17
3.2. Cartera en mora y sus causas 19
3.3. Clasificación de la mora 23
3.4. Política de cobranza 33
3.5. Tasas de interés activa y pasiva 34
Conclusiones 54
COMENTARIO
Lic. Gustavo Birbuet Díaz, Unidad de Investigación
de S.E.M.T.A. 57
EXPOSICION
"EL CREDITO Y LOS CAMPESINOS"
Lic. Miguel Urioste F. de C., Investigador del
C.E.D.L.A.
EL DEBATE, EN RESUMEN 81
Crédito Institucional 90
Los sujetos del crédito institucional 91
Condiciones y objetivos del crédito institucional 92
Crédito informal 92
Crédito alternativo y/o tradicional 94
Crédito agrícola y Políticas de crédito 95
ANEXO
"EL PROGRAMA DE RECUPERACION AGROPECUARIA
CAMPESINO — PRACA"
Lic. Hugo Loza, Secretaría Ejecutiva de UNITAS
I. Antecedentes 101
Concepción y objetivos del PRACA 103
Resultados del Programa 1984-85 104
Programas agropecuarios 105
Organización y capacitación 107
PRESENTA CLON
5
— Intercambiar puntos de vista sobre modelos, marcos institucionales
y mecanismos operativos que podrían contribuir a la formulación
de algunos elementos para el diseño de un nuevo rol para el sector
agropecuario en el desarrollo nacional.
ILDIS
Junio de 1986
6
Texto de la intervención del Dr.
Mauro Bertero Gutierrez, Presiden-
te del Banco Agrícola de Bolivia
(BAB)
1. PRESENTACION
7
EL CREDITO AGRICOLA ha sido, es y seguirá siendo un
componente fundamental en la mayoría de los programas de
desarrollo de países subdesarrollados. Esto, porque sus
gobiernos han asignado, y seguirán asignando sumas impor-
tantes para programas de crédito agrícola. Sin embargo, aún
cuando estos programas tienen una orientación económica,
muchos de ellos son utilizados por los gobiernos como instru-
mentos de política. De esta observación se desprende que el
crédito agrícola puede servir para satisfacer objetivos políti-
cos que, de una y muchas maneras, difieren de las verdaderas
necesidades y de las realidades de los sectores agrícolas en
los países en desarrollo.
8
por conseguir la efectivización de un proceso de desarrollo
que responda a las demandas nacionales en cuanto toca a la
agricultura.
9
Estos extremos son tan ciertos, que los recursos captados
para los años 1971 y 1972 tenían fines explícitos de fomento
a la ganadería, algodón, comercialización de arroz e importa-
ción de maquinaria, todos ellos destinados al sector de media-
nos y grandes agricultores (FRA - I). (2 ).
10
mentales a implementarse y para la estabilidad del propio
Gobierno.
3. DIAGNOSTICO INSTITUCIONAL
17
solución. (Ver Cuadro No. 3)
CUADRO N o . 3
EVOLUCION DE LA CARTERA 1971 — 1985
(Miles de $b.)
18
Por otra parte, se puede advertir que la cartera en mora,
durante el período analizado, registra un promedio pondera-
do del 46 o/o, lo que quiere decir que el BAB en el transcurso
de estos 15 años ha desarrollado sus actividades con una capa-
cidad financiera reducida al 50 o/o.
19
través de los D.S. 15327 de 2.2.78 y D.S. 15959 de 14.11.78;
las transferencias de carteras agropecuarias en mora de la
banca privada, como las del Banco do Brasil, por D.S. 13830
de 5.6.76 por $us. 5.862.984 y City Bank, por D.S. 13401
de 5.6.76 por Sus. 1.800.000.
a) Localización de la mora
CUADRO No. 4A
20
indexación y en moneda nacional, según los orígenes de su
financiamiento, tanto de organismos locatrrirro-rexternos.
(Ver Cuadro No. 7). 4 E 1 In E 17A
CUADRO N o . 7 PA P
CARTERA EN MORA POR TIPO 4E MONEDA GIZ
(En miles de $b.) 1
TIPO DE MONEDA No. Monto Equivalencia
Ptmos. en Sus.
En dólares 494 30.623.880.285 18.099.220
Con indexación 142 938.057.017 554.407
En M/Nacional 3.922 374.055.358 221.073
27
ciera que se ha propuesto llevar adelante.
28
CUADRO No. 9
PEQUEÑOS Y MEDIA- Cartera en Mora Cartera Total
NOS AGRICULTORES $b. o/o
Línea regular 214.617.010
Convenio Japonés 43.146.792
P.C.P.A. 39.729.989
Otros Prog. Especiales 24.826.677
322.320.468 10
GRANDES AGRICULTORES
Algodón 714.159.239
Caña 101.112.025
P.G.O. 40.357.566
Banco Do Brasil 100.418.685
CACEX 76.743.577
A.L.P.D. 169.667.324
1.202.458.416 38
TOTAL CARTERA
EN MORA: 1.524.778.884 48
31
CUADRO N 0 . 10
Pequeños y medianos
Agricultores Cartera Total Cartera Normal Cartera en Mora
33
Alaban prórrogas, normalizaciones con pago de intereses, así
como cobranzas judiciales según los casos, aplicando un cri-
terio de flexibilidad concordante al tratamiento que el
BAB podría recibir del Banco Central de Bolivia, nuestro
principal acreedor. Pero tales medidas de excepción, tanto
las adoptadas por el Gobierno como por el BAB, desgraciada-
mente no han sido comprendidas en su alta finalidad por los
prestatarios catalogados en éste tipo de cartera, mostrando al
presente elevados montos por concepto de capital e intereses,
no obstante haber recibido tratamientos de créditos de
"rehabilitación".
34
vas estipuladas en los convenios contractuales.
Conforme se demuestra en el Cuadro No. 13, (Ver Cuadro
No. 13) se puede observar el nivel de las tasas pasivas, que son
determinantes y decisivas en la política de fijación de tasas acti-
vas de crédito por parte del BAB. Esto, a su vez restringe esa
política por las condicionantes de la limitación, o fijación
tácita de las tasas activas en atención a las cláusulas estipula-
das en los convenios de captación de recursos.
DEUDA EXTERNA
DEUDA EN $us.
D,S.10014 CACEX 28 7
D.S.18921 Imp. Camiones Dodge 18 16
Importación Tractores FIAT(C.M.V.) 16 y 21 7.5
Importación Tractores FIAT(S.M.V.) 38 ,55 y 150 7.5
Al D-511-0281mp. Maq, Agrícola 28 2.5
DEUDA INTERNA
DEUDA EN Sus,
D.S. 12750 Algodón 1974/75 28 2.5 s/Libor
D.S. 13401 Algodón City Bank 28 2.5/8 s/Libor
D.S. 15774 Algodón 1978/79 28 15
D.S. 16824 Algodón 1979/80 28 15
F.A.E. 12,110 8.65
EX-BANCO DO BRASIL
D.S. 10487 28 2s/Libor
D.S. 13830 Ptmos. Ganaderos 28 2s/ Libor
(sigue)
39
FINANCIAMIENTOS TASA ACTIVA TASA PASIVA
o/o o/o
FUENTE: BAB
40
costosos por hallarse suscritos —en algunos casos— con una
tasa pasiva del 2 y 2.5 o/o sobre la tasa Libor, la misma que
ha fluctuado entre el 10 y 18 o/o.
41
to, como una manera de compensar las políticas de precios
controlados de los productos agrícolas y/o los elevados pre-
cios de los insumos, sin tomar en cuenta sus costos operativos
que, de por si, resultaban altos por efectos de su cartera en
mora.
42
mos que otorgará el BAB, deberán ser suficientes para cubrir
los costos operativos, así como para crear reservas para prés-
tamos incobrables, preservación del mantenimiento de va-
lor de los recursos financieros y un margen para capitaliza-
ción sostenida del Banco; de tal modo que le permita alcan-
zar una situación de autosuficiencia conducente a la expan-
sión paulatina de un apoyo crediticio más efectivo en el área
rural.
43
Por ello, sostenemos la necesidad de rehabilitar primero lo
que ya se tiene; el Banco Agrícola de Bolivia.
44
vas en países como la República Dominicana, el Perú, Bangla-
desh, Filipinas, Vietnam.
45
cidad de repago, que los hacen acreedores a una considera-
ción positiva como sujetos de crédito.
46
vas para préstamos incobrables, preservar el valor de los fon-
dos de préstamo de los efectos negativos de la inflación, y
capitalizar al Banco para permitirle la expansión de la clien-
tela atendida.
47
mal administradas.
48
Así mismo, se observa que estos sectores agropecuarios con-
centran los problemas más complejos de una economía en de-
sarrollo, tales como bajos ingresos, desempleo, altos niveles
de desnutrición, entre otros, los cuales deben ser adecuada-
mente atendidos con el objeto de contar con un sector gra-
vitante en el desarrollo económico y social sobre todo por su
contribución al aumento de la oferta interna de alimentos y
materias primas.
49
En el panorama global del diseño de políticas para el sec-
tor, las autoridades gubernamentales deberán contemplar de
manera prioritaria las características de las estructuras de pro-
ducción del sector y su articulación en el aparato producti-
vo en conjunto, de tal manera que constituyan lineamientos
de política sólidos sobre los cuales se lleve a cabo la acción de
los bancos de fomento, en su calidad de brazos financieros
del desarrollo agropecuario.
50
financiera.
51
El crédito agropecuario se constituye en un instrumento de
apoyo con fines de mejorar la productividad y aumentar la
producción agropecuaria, permitiendo así el desarrollo de las
unidades económicas del sector. Para que el crédito cumpla
con este propósito, deben darse necesariamente una serie de
condiciones: que las unidades agropecuarias sean de un tama-
ño tal que permitan una producción a escalas técnicamente efi-
cientes; que puedan distinguirse claramente los créditos de
inversión o capitalización de aquellos créditos de operación, o
para financiar capital de trabajo; que el crédito se utilice
para los fines previstos, lo cual presupone una adecuada super-
visión y control.
52
parte del productor no debe ser causal para la desviación de
éste hacia el sector informal del crédito. En tal sentido, se
deben estudiar otras posibilidades tales como el desarrollo
de instituciones, o fondos de garantía sobre bases mutualis-
tas, o el ofreciento de la producción agropecuaria como
garantía de crédito. Estas operaciones han resultado exitosas
—en el caso del BAB — en algunos programas de crédito agro-
pecuario.
53
5.4. Descentralización operativa del financiamiento
6. CONCLUSIONES
54
que se torna vital si vemos las consecuencias de su no aplica-
ción en la realidad agrícola nacional: el crédito sólamente es
bueno, si es oportuno. En Bolivia, corno en muchos países del
mundo, el sector agrícola sufre la extemporaneidad del cré-
dito. Es decir, puede que existan recursos disponibles, para
un determinado cultivo, pero existen en épocas desfavorables
para llevarlo a cabo. De ninguna manera esto es de exclusiva
responsabilidad de los gobiernos; existe también una cuota
parte que corresponde a la burocracia internacional en su
proceso de aprobación y desembolso de los créditos.
55
Texto del comentario a la exposi-
ción "El Crédito Agrícola en Bo-
livia" realizado por el Lic. Gustavo
Birbuet Díaz, de la Unidad de In-
vestigación de Servicios Múltiples
de Tecnologías Apropiadas (SEM-
TA)
57
3.Que el pequeño agricultor tiene una morosidad significa-
tivamente menor y que contrae préstamos cuya "recupe-
rabilidad es cierta", demostrando la eficiencia de la eco-
nomía campesina.
58
condiciones de crédito implicaría solidaridad frente a los ries-
gos; bajar los costos de adminstración del crédito (por ej. con
un sistema generalizado de créditos en manos campesinas, o
con participación campesina); capitalizar al BAB con recur-
sos captados de otros sectores de la economía.
59
cuando no se trate en rigor de un excedente de producción,
de todas maneras tiene que fluir al mercado en proporciones
que permitan al campesino procurarse los bienes que no
produce, contribuyendo de tal modo con los alimentos que el
país consume.
60
asalariada. Al menos, no puede buscarse ésto en términos de
una política económica.
61
EXPOSICION
63
te un criterio temeroso, que confunde la necesaria capitaliza-
ción de las unidades de producción campesina para posibi-
litar su desarrollo y transformación, con un "sacrílego" fo-
mento de desarrollo de formas capitalistas de producción.
Superado este complejo, lo cierto es que si la unidad de pro-
ducción campesina no tiene posibilidad de combinar adecua-
damente, no solamente en cantidad, sino en formas de pro-
ducción y organización productiva los tres factores: tierra,
capital y trabajo, vinculados a las posibilidades de mercado y
el acceso a la tecnología, no podrá transformar su condición
actual de mecanismo de ajuste de la economía y la socie-
dad boliviana en el mercado de alimentos y de fuerza de
trabajo.
64
tariamente orientados a la difusión de tecnologías moder-
nas que, supuestamente, al adoptarse por los campesinos y
productores, conducirían a aumentos en la productividad y
producción agropecuaria total. Dentro de esta concepción, la
función que desempeñaría el crédito era primordial, pues se
suponía que haría accesibles a los pequeños productores los
instrumentos básicos necesarios para el trabajo. Sin embargo,
tal concepción del desarrollo ineluctable del capitalismo en el
agro, no produjo los resultados esperados. En unos casos, miles
de campesinos son reacios a participar plenamente en la eco-
nomía de mercado. En otros casos, los campesinos acceden al
crédito, lo invierten en la adquisición de algunos insumos, pe-
ro no logran significativos aumentos en la producción final.
Estas agencias de desarrollo y los gobiernos intermediarios
de esas políticas, no habían planteado cuáles podrían ser los
mecanismos que permitieran a los campesinos retener los
excedentes de su producción y aumentar la base material de
su sustentación.
65
muy importantes montos de financiamiento a los sectores em-
presariales y la mora en el pago de sus préstamos llevó al BAB
a una virtual quiebra, especialmente al habérsele transferido
—mediante Decreto de un gobierno "de facto"— todos
los pasivos de la banca privada internacional, que financió
desastrosas campañas en el oriente boliviano, en la década
del 70.
1.155.000 Has.
$b. 1.786.7 Millones a 25 $b.- 1 dólar
(3) Con fondos refinanciados del Banco Central de Bolivia
FUENTE: Banco Central de Bolivia, 1983
66
Este alto grado de concentración de la cartera de présta-
mos agropecuarios ha implicado, a su vez, un elevado grado
de concentración del subsidio otorgado a través del crédito:
el BAB, al otorgar indiferenciadamente créditos de fomento
durante las décadas pasadas, a una misma tasa de interés
para pequeños o grandes productores, ha estado subsidiado
sistemáticamente a un reducido número de "empresarios",
particularmente en el Oriente. Claro que hay algunas excep-
ciones de agricultores empresariales que no desviaron el crédi-
to hacia otras actividades.
67
por la vía del aumento de la productividad.
68
ingresos de los productores agropecuarios, particularmente
campesinos.
69
diarios crediticios no gubernamentales encontrarán dificulta-
des muy serias en servir a las zonas rurales, porque los campe-
sinos y pequeños productores están reprimidos por la con-
tracción económica, los intermediarios bancarios están repri-
midos por las políticas financieras dispuestas por el gobier-
no y las tecnologías apropiadas, la infraestructura y los servi-
cios de apoyo no están disponibles. Es previsible que, en el
futuro, la contracción del crédito agropecuario y, en general,
la política de estabilización monetaria con recesión que se
está implementando, provoque una disminución sustancial en
la oferta agrícola en nuestro país.
70
De acuerdo a esta concepción, las tasas de interés de fo-
mento para los créditos a los campesinos pobres estarían
otorgando un subsidio que se desviaría hacia actividades
especulativas. Al mismo tiempo se estaría induciendo un pro-
ceso de descapitalización de las líneas de refinanciamiento.
71
rial y campesino están muy cerca de las que cobra la banca
comercial, es predecible una contracción importante en la de-
manda de crédito agropecuario. El crédito agropecuario debe
necesariamente ser más barato que el crédito que se destina
a otros sectores.
72
tipo de cambio con relación al dólar, aquellos agricultores
que han obtenido un crédito con cláusula de mantenimiento
de valor (dolarizado), serán más beneficiados que los produc-
tores que han obtenido un crédito con indexación al precio—
producto, porque los precios han subido más que el tipo de
cambio. Esta parece ser la dificultad en que se encuentran
particularmente los ONG que, pensando que era más justa la
política de indexación al precio—producto, están castigando a
los productores por el incremento de los precios. Incremento
de precios que, por el momento, es mayor que el crecimiento
del precio del dólar.
73
El crédito: instrumento de mercantilización.-
74
son mejores que las de organismos similares de América Lati-
na. Sus reglamentos, normas de funcionamiento, manuales,
etc., sirven de ejemplo a otros bancos de diferentes países de
América Latina. En términos de las normas procedimentales
y de la estructura operativa del BAB, no hay mucho que me-
jorar. Es una institución que reune condiciones óptimas para
implementar programas de desarrollo; lo evidente es que dife-
rentes gobiernos han hecho del BAB un depositario de
cuentas incobrables, de "empresarios" que destinaron el cré-
dito a fines especulativos no productivos.
El crédito es inoportuno.-
75
tales, sino también en los ONG. Los recursos para el financia-
miento, sean en dinero o en insumos, generalmente llegan
tarde o en el momento mismo de la siembra, cuando ya no
hay tiempo suficiente para financiar la preparación del te-
rreno, la compra de insumos, etc.
El crédito es insuficiente.-
76
Las gestiones que el pequeño productor campesino tiene
que hacer en las agencias del BAB para formalizar la solici-
tud; pagar el impuesto del 3 por mil para la renta; el cobro
del cheque; pago del crédito, etc., son horas de trabajo—
hombre que deben ser imputadas en el costo del crédito y
que ciertamente lo encarecen.
77
Es necesario que cada agencia regional publique, antes del
inicio de la campaña, el total del capital del que dispone para
esa campaña, luego, el total de los créditos que han sido . otor-
gados en el transcurso de la campaña, de acuerdo al número
de beneficiarios, por unidad de producción, superficie, rubros,
etc. Al concluir la campaña, es necesaria una tercera publica-
ción con los resultados productivos y el repago respectivo.
Es indispensable hacer del crédito una actividad legal, abierta,
totalmente aceptada por el conjunto de la sociedad local. En
la actualidad, la obtención del crédito aparece como un fa-
vor que otorga el agente del banco, o corno un privilegio de
determinados grupos, personas o instituciones. Esta recomen-
dación es válida. no solamente para el caso del BAB, sino tam-
bién para los ONG.
El crédito asociativo.-
78
también para los ONG los programs de crédito condicionados
a cooperativas, o a cultivos colectivos, han resultado más con-
flictivos que los créditos a individuos o agrupaciones informa-
les. Cuando es concedido a agrupaciones cooperativas, la res-
ponsabilidad se diluye, no existe un criterio solidario y las
garantías que se ofrecen para la obtención de ese financia-
miento, no afectan por igual al conjunto de los socios benefi-
ciarios de ese crédito.
79
todo, de establecer hacia adelante programas autónomos de
crédito. Se puede afirmar que si no se obtienen recursos con-
cesionales de fuentes financieras externas, tanto para el BAB,
como para la ONG, los programas de crédito a campesinos
no existirían.
80
DEBATE
EL DEBATE. EN RESUMEN
81
CREDITO AGRICOLA, PERO ¿CUAL?
Para 1980, de 1.194 miles de Has. cultivadas en el país, 285 (23 o/o) corres-
pondieron al Departamento de Santa Cruz, región en la que la agricultura em-
presarial alcanzó mayor desarrollo. Aún así, si se considera como empresario
agrícola a todo aquel que cultiva más de 50 Has., la superficie correspondiente
apenas sobrepasaría las 70 mil Has. Es decir, un 52 o/o del total nacional.
("Política Estatal y Desarrollo Rural:la economía de cuatro cultivos en Santa
Cruz": AR R I ETA, Mario et ali: Ed. CIDC RUZ: Sta. Cruz, 1985; pag. 375).
83
concede; a quién; bajo qué condiciones y con cuáles resulta-
dos.
Crédito Formal;
Crédito Institucional;
Crédito Informal;
Crédito Alternativo y/o Tradicional.
CREDITO FORMAL
84
de crédito refinanciado que abre el BCB( 5 ). Es decir, con
recursos del Estado.
85
optaron por derivar sus préstamos a numerosos proyectos
descentralizados —dependientes del MACA sólo de manera
nominal— y luego, a partir de 1983, por financiar directa-
mente a las Corporaciones Regionales de Desarrollo, que
crearon sus propias unidades financieras de crédito estable-
ciendo una virtual dualidad de funciones con la Banca Esta-
tal.
86
61 o/o del total de su cartera de préstamos hasta el 30 de
septiembre de 1982 a los grandes agricultores; en tanto que
los pequeños, medianos y "campesinos" recibieron el restante
39 o/o. Sin embargo, el total de la cartera en mora de los pri-
meros alcanza al 62.3 o/o frente a un 2.6 o/o de los segundos.
87
más pura del capitalismo y tienen que favorecer a las estruc-
turas capitalistas, y es en Santa Cruz donde más se ha desarro-
llado esa estructura en el sector agropecuario nacional. El
campesino tradicional opera con elementos no económicos, sin
costos cuantificables, como la mano de obra familiar, los
insumos y semillas autoproducidos, etc., además de que no
destina toda su producción al mercado.
(6) La relación entre los montos medios del crédito concedido por el BAB a
"campesinos" es la siguiente: el 10 o/o, entre 1961 — 71; el 182 o/o, entre
1972 — 77; el 26.3 o/o, entre 1978 — 82 y el 55.5 o/o en 1983. La Banca Pri-
vada no otorga crédito a los campesinos. ("Política Estatal y Desarrollo Rural:
la economía de cuatro cultivos en Santa Cruz; ARRIETA;, Mario et ali: Ed.
CIDCRUZ, 1985; pág . 320").
88
Las condiciones del crédito formal
89
que se tornan los créditos. (7 ► Tasas de interés que resultan
prohibitivas para el campesino son convenientes para el gran
productor —aún si piensa honrar su deuda— que dispone de
una gama de posibilidades, incluídas las extraproductivas, pa-
ra manejarlas con beneficios.
CREDITO INSTITUCIONAL
90
al crédito en función del productor. Esto conduce a financiar
etapas anteriores y posteriores al proceso mismo de pro-
ducción hasta llegar a la comercialización directa de los pro-
ductos, eludiendo las intermediaciones.
91
numerosas unidades de producción individuales que, de otra
manera, tendrían que enfrentarse aisladas a las dificultades
del crédito y a la producción, en su conjunto.
CREDITO INFORMAL
(8) Al respecto, ver el documento que se adjunta como anexo al presente número
de "DEBATE AGRARIO".
92
mía "formal" e "informal", (9 ► y ante las estimaciones de que
altos porcentajes del campesinado estarían fuera o muy
debilmente integrados al sector formal de la economía, surgió
la certeza de que la economía informal encuentra canales
igualmente informales para acceder al credito. Los volúmenes
que alcanzaría tal tipo de crédito, así como el conocimiento
de sus diversas modalidades operativas no han sido estudiados
y apenas si se cuenta con indicios que permitan formarse una
idea de su magnitud e importancia.
(9) Aunque los estudios sobre el tema han priorizado al Sector Informal Urbano
(SIU), el Sector Informal Rural ha sido caracterizado: "...en las periferias de
recursos naturales pobres suele encontrarse grandes masas de campesinos
minifundistas que operan con tecnologías primitivas, de escasa productividad.
El cuadro es bien conocido; estas economías campesinas del Noreste brasileño,
las zonas pobres del ande colombiano, ecuatoriano, peruano y boliviano, y
de muchos países de América Central, suelen sobrevivir con una escasa dota-
ción de capital productivo, débil articulación al mercado de insumos y finan-
ciero y casi sin contar con economías externas: desarticulación vial, carencia
de obras de riego, electricidad, etc." (CARBONETTO Daniel; en "El sector in-
formal urbano en los países andinos"; Ed. ILDIS, CEPESIU; Quito, 1985;
pág. 15).
93
Las modalidades del crédito informal, así como las tasas
de interés con las que opera, son muy variables según las re-
giones y los lazos sociales entre los contratantes. (1 0 En
todo caso, hay casi siempre un beneficio adicional para el
prestamista, que suele ser quien termina fijando los precios a
los que adquiere la cosecha, ofrecida como garantía de pago.
Según estudios de CEPAL, las tasas de interés suelen ser —en épocas de
normalidad económica— unas diez veces superior a las bancarias; (CEPAL;
"Campesinado y Desarrollo Agrícola en Bolivia", Ed, Cepal; Stgo de CHILE,
1982; pág. 113).
Para Ladman, que se basa en estudios sobre otros países, el crédito infor-
mal representa unas 3/4 partes del crédito total. (LADMAN, Jerri; "Agricul-
tural Credit Flowes and use in Bolivia"; Report Submited to R DD/USAID;
1977)•
94
que el deudor va pagando en términos de producto. El ayni,
en cambio, representaría un "crédito" en trabajo que debe
ser devuelto también en trabajo, o —desde hace relativamen-
te poco— en algún tipo de equivalente. (1 2 )
(12) En rigor, el crédito existió antes que el dinero. Lo que para sociólogos o
etnólogos aparece como "lealtades", "dádivas" u "obsequios ceremoniales"
debería ser percibido por los economistas como sistemas de créditos y su servi-
cio. Al respecto, ver los estudios de Murra acerca del tejido como medio de
pago en la economía andina. (MUR RA, John; "Formaciones Económicas y Po-
líticas del Mundo Andino"; Ed. Instituto de Estudios Peruanos; Lima, 1975).
95
to, tasas de interés y sujetos de crédito predeterminados por
el gobierno y/o los acreedores internacionales.
96
Mientras la agricultura no sea rentable, en términos de uti-
lidad mercantil, es inútil esperar que los empresarios repatrien
los fondos que mantienen fuera y se avengan a prescindir del
crédito fácil al que están habituados. No obstante, a lo largo
del tiempo se han producido importantes inversiones en equi-
po, maquinarias y otras mejoras en sus fincas, actualmente
subutilizadas.
(13) Entre las limitaciones más severas, está la de costos de transporte: los fle-
tes actuales del autotransporte para el tramo Santa Cruz — La Paz promedian
los 58 dólares por quintal; las tarifas ferroviarias son entre 7 y 9 veces más
altas en Bolivia que en los países limítrofes. En estas condiciones, no hay
producto que pueda soportar tales costos de acceso al mercado interno o
externo.
97
DEBATE
AGRARIO
}
4 CREDITO AGRICOLA
Texto del artículo escrito para
"DEBATE AGRARIO" por el Lic.
Hugo Loza, miembro de la Secre-
taría Ejecutiva del la Unión Nacio-
nal de Instituciones para el Trabajo
de Acción Social (UNITAS)
1. Antecedentes
El área rural del país situada por encima de los tres mil
metros sufrió, en los últimos meses de 1982 y a principios de
1983, una sequía que ocasionó pérdidas importantes en la
producción y disminuciones significativas en el hato ganade-
ro. Esta ya difícil situación se vió agravada por la imposibi-
lidad —en las condiciones de producción de esa economía
agraria— de una siembra de invierno; la inexistencia de fuentes
alternativas de empleo; la posible desaparición de la semilla
nativa de papa y la cantidad de población afectada. De los
7 departamentos declarados zona de desastre por el gobierno,
el Comité Interinstitucional Pro Damnificados por la se-
quía (11, seleccionó como áreas de acción, los departamentos
(1) Conformado por la Iglesia Metodista, la Iglesia Bautista, Caritas, la Confedera-
ción Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia y UNITAS
101
de Chuquisaca, La Paz, Oruro, Potosí y —algunos meses des-
pués— Tarija, teniendo en cuenta, fundamentalmente, la exis-
tencia de organizaciones de base y equipos institucionales ca-
paces de coordinar el trabajo.
102
des. Así, la promoción de la vida comunitaria, a través de la
participación de las autoridades comunitarias en los mecanis-
mos encargados de organizar y vigilar el acopio, la distribu-
ción, la siembra y la recuperación de las semillas e insumos
utilizados, lo mismo que el fomento al trabajo asociativo,
bajo distintas modalidades de acuerdo a las regiones y depar-
tamentos, ha proporcionado una identidad en la cual se han
reconocido las instituciones que, posteriormente, decidieron
dar continuidad al programa.
103
veles de eficiencia superior y mejores resultados en la pro-
ductividad y la producción.
104
apoyo organizativo, educativo y técnico en actividades
ordenadas en los rubros de: cultivos tradicionales, alternati-
vos, experimentales, hortalizas, forestación, colonización y
sanidad animal.
I. Programas agropecuarios
a) Cultivos tradicionales
105
Cultivos alternativos y hortalizas
Cultivos de ensayo
d) Forestación y colonización
106
años y se han creado 6 núcleos. Con los fondos financiados
por el programa se ha comprado herramientas, semillas e insu-
mos, y se ha podido subvencionar gastos de transporte, salud,
educación y otros rubros.
e) Sanidad Animal
ILOrganización y Capacitación
a) Trabajo comunitario
107
ma comunitaria, debiendo destacarse la completa participa-
ción de la familia y la disposición de los campesinos para este
tipo de trabajo en las comunidades beneficiadas con el pro-
grama. El desarrollo del trabajo comunitario y la posición
dominante que puede adquirir al interior de las formas de
producción campesinas, está ligado a los resultados que se
esperan tanto en el campo productivo como en el terreno
social y este depende y recoge el consenso de las institucio-
nes que participan en el programa, de la posibilidad de redo-
blar esfuerzos en las acciones educativas a nivel de líderes y
promotores pero, sobre todo, a nivel de las bases campesinas.
108
comunitarias.
c) Integración de la mujer
109
d) Programas de capacitación
110
PUBLICACIONES DEL "DEBATE AGRARIO"
EL AGROPODER
Tres puntos de vista acerca del Agropoder; en ANEXO,
el texto que sirvió de base para las exposiciones.
CREDITO AGRICOLA
El crédito estatal de fomento desde la perspectiva del
Banco Agrícola de Bolivia; el crédito de las organizaciones
no gubernamentales; en ANEXO, un balance del crédito
campesino otorgado por el Programa de Recuperación
Agropecuaria Campesino (PRACA).