Ficha 1 Wallerstein Abrir Las Ciencias Sociales
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Resumen
Capítulo 1: La construcción histórica de las ciencias sociales desde el siglo XVIII hasta 1945
Si bien la construcción sobre la idea de que se puede reflexionar sobre la naturaleza del ser humano y su
relación entre ellos; sus estructuras sociales es muy idea. Esta ha sido el resultado de una selección
inductiva de la plenitud de la experiencia humana en diferentes partes del mundo.
En este sentido la ciencia social se definió como la búsqueda de verdades que fueran mas allá
de esa sabiduría recibida o deducida; buscando la validación empírica. Esta visión clásica de la
ciencia contiene dos premisas: el modelo newtoniano y el dualismo cartesiano.
EL trabajo empírico cobra mayor importancia se van generando diferentes ramas de esta
subdivisión. EL siglo XIX es de una disciplinarizacion y profesionalización del conocimiento; ya
que la realidad se dividía en diferentes grupos de conocimientos para ser eficaz e
intelectualmente productiva. Al mismo tiempo resurge la universidad desde el siglo SVIII.
Debido a la revolución francesa se buscaba mas bien organizar y racionalizar el cambio social
donde la soberanía del “pueblo” era la norma; se genera el campo de la historia como
investigación científica. El concepto general era el rechazo de la filosofía (especulativa), junto a
la metafísica aristotélica ya que su método les permitía salir de la mente, ser objetivo donde
debía limitarse al estudio de los hechos reales sin conocer sus causas primera ni sus propósitos
últimos.
Desde Comte, J.S.Mill hablaron de ciencia positiva o ciencia exacta; pero ambas de una
cientificidad; concepción que va ganando terreno en las principales universidades hasta 1914 en
Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos. Para este año ya se había definido
concretamente algunas áreas: historia, económica, sociología, ciencia política, antropología y en
cierto grado el orientalismo.
La historia como los relatos del pasado, las descripciones del pasado del propio pueblo era una
actividad más antigua por quienes se encontraban en el poder; lo que diferenciaba a la nueva
disciplina era la búsqueda de “lo que ocurrió en realidad”. Así el científico debía hallar datos no
en bibliotecas o en su pensamiento sino en almacenar, reunir, controlar y manipular datos
exteriores. Se tendió a escribir sus propias historias nacionales, bajo fronteras estatales
existentes o en construcción en base a archivos; historiadores que no querían seguir justificando
a los reyes se encontraban justificando las “naciones” o los “pueblos”. Esto reforzaba su
cohesión social.
una ciencia que combinara lo abandonado por la economía política, entre ellos Max Weber
quien fundo la Sociedad Sociológica alemana.
Sociología, pensada como la reina de las ciencias, el positivismo es un “neologismo” creado por
Comte. Principalmente tenía el objetivo de encarar el descontento y el desorden de las
crecientes poblaciones de trabajadores urbano; ha conservado su preocupación por las
consecuencias sociales de la modernidad.
Si bien ya existía el conocimiento de los pueblos del resto del mundo (en forma de conquista),
el conocimiento sobre estos se relegaba a otras disciplinas. Denominadas tribus, razas, etc.; paso
a ser campo de la antropología; iniciando como practica por exploradores, viajeros y
funcionarios de los servicios coloniales de las potencias europeas. Algunos de los primeros se
interesaron por la historia natural de la humanidad, pero se volvieron etnógrafos de pueblos
particulares; aunque en este caso incluía la observación participante que amenazaba con el ideal
de la neutralidad científica. Se pensó que se estudiaba “pueblos sin historia”, así se resistieron
a formular leyes practicando epistemología idiográfica. Las civilizaciones “altas” eran las que ya
tenían escritura, sistemas religiosos difundidos y organización política en forma de grandes
imperios burocráticos. Pero en el siglo XIX se convirtieron en colonias o semicolonias europeas.
Aun cuando a diferencia de los orientalistas existieron científicos sociales que se interesaron en
comparar las civilizaciones occidentales (como Weber, Toynbee o Marx) no se interesaron en
las civilizaciones por si mismas sino más bien de explicar porque era el mundo occidental y no
esas otras civilizaciones el que había avanzado hacia la modernidad.
Geografía, psicología y derecho nunca llegaron a ser ciencias sociales; geografía intentaba
acercarse a las ciencias naturales; funciono como agregado menor de la historia además que en
las ciencias sociales se descuida el tratamiento del espacio y el lugar dando más atención a la
dimensión temporal por el acento en el progreso y el cambio social. Como los procesos eran
universales y deterministas, el espacio era teóricamente irrelevante; por lo tanto, el espacio no
era central para el análisis. Psicología se separó de la facultad de filosofía, pero termino en el
campo médico, no social, así que su legitimidad dependía de la estrechez de su asociación con
las ciencias naturales; lo redujeron a una legitimidad fisiológica o química; intentaron llegar a la
ciencia “biológica”. Si bien existieron psicólogos sociales, no tuvo éxito en su plena autonomía o
en algunos casos como subdisciplina dentro de sociología. El psicoanálisis surge de prácticas
médicas y se desarrolla fuera de la universidad por ser una actividad de “parias”. Estudios
legales, ya existía la facultad de derecho. Vista como demasiado normativa y poca raíz empírica.
La idea de por qué estos países logran dominar coinciden con la transición intelectual
darwiniana, dejando el campo de la biología a través de la meta construcción de la evolución
con la supervivencia del más apto.
Entre 1800 y 1945 se definen una serie de disciplinas dentro del campo de “ciencia social”; cada
una hacia esfuerzos por definir lo que la distinguía de las demás; principalmente de la disciplina
historia al buscar llegar a leyes generales que gobernaran el comportamiento humano. El
método incluía preferencia por datos producidos sistemáticamente, formulación de hipótesis,
Teorías Sociológicas IV Diego Camilo Marca Quezada
datos de la realidad en lo posible cuantitativos. Para validar esta separación la economía hizo
uso del supuesto cetiris paribus; los científicos políticos solo se interesaban en las estructuras
formales del gobierno.
Con el fin de la II guerra mundial se universaliza esa división de las disciplinas, aunque con más
resistencia en países comunistas y fascistas. Así las ciencias naturales estudiaban sistemas no
humanos, las humanidades estudiaban la producción cultural, mental y espiritual de las
sociedades humanas “civilizadas”.
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Resumen
Capítulo 2. Debate en las ciencias sociales de 1945 hasta el presente.
Tres procesos afectaron la estructura de las ciencias sociales desde 1945: cambio en la
estructura política del mundo con la predominancia de Estados Unidas; la mayor expansión de
la población y capacidad productiva del mundo; la expansión del sistema universitario a todo el
mundo multiplicando el número de científicos sociales.
La primera afecto sobre la definición de cuáles eran los problemas más urgentes a enfrentar y
los modos más adecuados de enfrentarlos. La expansión de los sistemas universitarios crea una
presión social por el aumento de la especialización y la expansión económica hizo posible esta
especialización. Las potencias empezaron a invertir en las ciencias sociales financiándolas y
dándoles ventaja sobre las orientaciones que parecían menos rigurosas orientadas a la política.
Así se generan tres cambios: 1) la validez de las distinciones entre las ciencias sociales; 2) el
grado en que el patrimonio heredado es parroquial y 3) la utilidad y realidad de la distinción
entre las “dos culturas”.
Existían tres líneas divisoras en la estructura de las ciencias sociales. La línea entre el estudio del
mundo moderno/civilizado y el mundo no moderno; la línea entre el pasado y el presente; las
marcadas líneas entre el estudio del mercado, el Estado y la sociedad civil. Estas tres líneas
fueron cuestionadas luego de 1945.
Aparecieron los estudios de área, que eran estudios de zonas geográficas con coherencia cultural
histórica y lingüística. Estos estudios de área eran multidisciplinarios; las motivaciones políticas
eran la necesidad de conocer y tener especialistas acerca de las realidades actuales de las
regiones. Esto tuvo grandes consecuencias organizacionales para las ciencias sociales al poner
al descubierto la artificialidad de las separaciones institucionales del conocimiento de las
ciencias sociales. Rompiendo con la separación de la etnografía parecía que los métodos y
modelos también se podían a aplicar a regiones no occidentales. Así la cuestión era si ¿la zona
de occidente y no occidente eran idénticas o diferentes?; mientras antes se justificaba la
existencia de disciplinas de cencías sociales diferentes para su estudio, ya no se establecía
diferencia. Entonces la respuesta era que eran iguales, pero no del todo, Así la respuesta era
que existe un camino modernizante común para todas las naciones pero que estas se
encuentran en etapas diferentes de ese camino (no son iguales); así el desarrollo era el termino
por el cual cada país avanza en ese camino universal de modernización.
Una colaboración entre historia y ciencias sociales a partir de 1960; las ciencias sociales
contribuyen con instrumentos para el estudio del pasado, conceptos analíticos y la historia se
abre a la investigación cuantitativa estableciendo un refuerzo circular.
Esta visión historicista, de historia critica o de “ciencia social histórica critica” no se presentó con
fuerza por no tener tradición fuerte en la historia ni en critica de las ciencias sociales. Al mismo
tiempo algunos científicos sociales incursionaban reinos reservados a historiadores generando
análisis de seris de tiempo sin modificar los procedimientos y tampoco modificaban las leyes
generales. Los que se enfocaron en los cambios sociales a gran escala (Weber, Marx) tomaban
seriamente los contextos históricos criticando a sus colegas ahistoricistas, que era el mainstream
que olvidaba el carácter central del cambio social.
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Había convergencia en los escritos de científicos sociales históricos y los de los historiadores
“estructuralistas” consolidando esa cooperación cada vez mas estrecha entre historia y las
demás ciencias sociales generando en otros campos: la nueva historia económica; el nuevo
institucionalismo; la antropología histórica y la geografía histórica.
Aumento el compromiso de las tres disciplinas con las técnicas cuantitativas y modelos
matemáticos diferenciándose cada vez menos entre sí; las limitaciones eran las mismas aun
cuando se mantuvieran totalmente separadas y voces q defendían esa separación hubo una
creciente superposición del objeto de estudio y de la metodología de las tres disciplinas
nomotéticas. Para aun defender el derecho a una existencia separada se crearon nuevos
nombres “interdisciplinarios”.
Entonces mientras entre 1850 y 1945 el número de nombres utilizados para clasificar la actividad
del conocimiento se fue reduciendo hasta una lista corta de nombres, luego de 1945 esta curva
se mueve hacia la aparición de nuevos nombres, nuevos programas o departamentos, etc.
Entre 1950 y 1960 el debate era la validez de las distinciones entre las ciencias; para fines de
1960 y 1970 se pasa el debate, post guerra de en qué grado las ciencias eran “eurocéntricas” y
el patrimonio de las ciencias era parroquial.
Al tomar como modelo a las ciencias naturales han alimentado tres expectativas imposibles de
cumplir: expectativa de predicción, de administración, ambas basadas en la expectativa de
exactitud cuantificable. Se construyeron sobre la premisa de que las realizaciones sociales se
pueden medir y generar acuerdos universales.
En las ciencias sociales el objeto de estudio incluye a los propios investigadores y donde las
personas estudiadas pueden dialogar y discutir con estos investigadores. Las feministas por
ejemplo han cuestionado la capacidad de las ciencias de explicar su realidad o se alega que
representa a una minoría de la humanidad pero que habían dominado el mundo del
conocimiento ya que dominaba el mundo fuera de esas universidades.
dominantes las ideas de Europa y EEUU hasta 1970 por instituciones que predicaban la
aceptación de las disciplinas desarrolladas como universalmente normativas; buscaban la
aceptación de determinadas prácticas en la creencia de que eso maximiza la posibilidad de
alcanzar ciertos fines; la bandera de la universalidad de la ciencia y como auto considerarse el
reflejo de la razón al definir paradigmas universales.
Hubo un desafío al parroquialismo desde fines de los setenta como un desafío a su afirmación
de representar el universalismo; la crítica hecha por las feministas. Diferencia acá el desafío
epistemológico del desafío político; el segundo referido al reclutamiento del personal dentro de
las estructuras universitarias, la inclusión de otras perspectivas en las estructuras del
conocimiento.
Se decía que los científicos de los últimos 200 años se habían estudiado a si mismo o en contraste
consigo mismos. El desafío al parroquialismo ha ido más lejos que la cuestión de los orígenes
sociales de los investigadores; su argumentación iba más allá de nuevos tópicos o cuestiones
teóricas sino de que el razonamiento de las ciencias sociales contenía presupuestos que
incorporaban prejuicios a modos de razonamiento a priori sin justificación teórica ni empírica.
Esta crítica se justifica en la actualidad en la idea de inspeccionar y buscar los supuestos a priori
no justificados en las ciencias sociales.
Se trae los metalenguajes a primer plano y se los somete a la racionalidad critica para mezclar
lo universal y lo particular como objetivos, objetivos y lenguajes. Si los universalismos son
históricamente contingentes. Así los que tienen menos poder se encuentran en una situación
sin salida; no pueden aceptarlos como justos sin sentirse excluidos o disminuiros y no pueden
funcionar en esos universalismos predominantes ya que no responde a su realidad. Así los
excluidos van entre la integración y la separación así el reto es como abrir las ciencias sociales
de manera que respondan a las objeciones contra el parroquialismo.
Desde 1960 se han cuestionado desde ambos extremos la validez de la distinción entre las “dos
culturas; descontentos con las premisas newtonianas debido a la incapacidad ya de ofrecer
soluciones plausibles a dificultades y fenómenos más complejos con repercusiones en las
ciencias sociales.
Los sistemas complejos en las ciencias sociales implican la idea de múltiples unidades
interactuantes caracterizadas por el surgimiento y evolución de estructuras y organizaciones
jerárquicas internas y comportamientos espacio/temporales complejos. Los sistemas sociales
históricos están formados por elementos individuales capaces de adaptación interna y de
aprendizaje por medio de la experiencia (como la biología evolutiva y la ecología) más allá de la
complejidad dinámica no lineal de los sistemas físicos tradicionales.
Sistemas evolutivos complejos desarrollados por las ciencias naturales hacia un análisis basado
en dinámica de no-equilibrios, énfasis en futuros múltiples, bifurcación y elección, dependencia
histórica e incertidumbre intrínseca e inherente.
Segundo. Los estudios sobre “cultura” parece incluir tres temas principales uniéndolos y
mostrando su asociación: la importancia central de los estudios de genera y tipos “no
eurocéntricos”; la importancia del análisis histórico local como nueva “actitud hermenéutica”;
estimación de los valores asociados con las realizaciones tecnológicas y su relación con otros
valores. Se rompe con la idea de que la ciencia era más racional, más “dura” y más precisa ante
las humanidades, así se pone que la ciencia era más moderna, más europea y más masculina. El
tercer elemento ha sido la expresión de escepticismo acerca de los méritos del progreso
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tecnológico, desde las dudas hasta el repudio; frente a la crisis ecológica las afirmaciones de
universalidad de la tecnología han sido cuestionadas.
Estudios culturales ofrecen soluciones, pero también nuevos problemas, énfasis en importancia
de espacios locales puede descuidar las interrelaciones más amplias del tejido histórico; se
continúa creyendo que la búsqueda de la coherencia seguirá siendo obligatoria para la ciencia
social histórica reconstruida.
Los debates han hecho surgir duda de la claridad de las distinciones; la división tripartita ya no
es tan evidente como otrora parecía y por otro lado las ciencias sociales ya no son un pariente
pobre de las ciencias naturales sino hacia una potencial reconciliación.