13 Construccion Social de Niñas y Niños Familias Docentes
13 Construccion Social de Niñas y Niños Familias Docentes
13 Construccion Social de Niñas y Niños Familias Docentes
NIÑOS Y NIÑAS:
familias, docentes y
otros agentes relacionales
María Camila Ospina-Alvarado
(Editora académica)
3
Tabla de catalogación
El Programa de Investigación “Sentidos y Prácticas Políticas de Niños, Niñas y Jóvenes en Contextos de Vulnerabilidad en el Eje Cafetero,
Antioquia Y Bogotá: un Camino Posible de Consolidación de la Democracia, la Paz y la Reconciliación Mediante Procesos de Formación
Ciudadana”, es un iniciativa cofinanciada por Colciencias y el Consorcio Niños, Niñas y Jóvenes Constructores de Paz: Democracia,
Reconciliación y Paz, conformado por la Fundación CINDE, la Universidad de Manizales, la Universidad Pedagógica Nacional.
Las obras derivadas del Programa que hacen parte de la colección titulada “La Paz Habita entre las Palabras”, no tienen fin econó-
mico o comercial y son una iniciativa sin ánimo de lucro de divulgación de conocimiento.
Se autoriza la reproducción del contenido de esta obra con fines de divulgación o didácticos, siempre y cuando no tengan ánimo de
lucro y se cite la fuente. Para cualquier otro propósito habrá de requerirse permiso por parte del comité editorial.
Libro Resultado de la línea de investigación: “Construcción social del niño y la niña: Familia y otros contextos relacionales”, de la
Maestría en Desarrollo Educativo y Social que el CINDE ofrece en convenio con la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).
Autoedición e Impresión,
Molano Londoño e Hijos Ltda. Editorial Zapata, Manizales, Colombia - 2018
4
Programa de Investigación
Sentidos y prácticas políticas de niños, niñas y jóvenes en contextos de vulnerabilidad en el Eje
Cafetero, Antioquia y Bogotá: un camino posible de consolidación de la democracia, la paz y la
reconciliación mediante procesos de formación ciudadana.
Cofinanciado por Colciencias – Contrato No. 0959-2012 –
Consorcio “Niños, niñas y jóvenes constructores de paz: Democracia, Reconciliación y Paz”, confor-
mado por: Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano – CINDE, Universidad
de Manizales y Universidad Pedagógica Nacional.
Entidades Cooperantes
Internacionales: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Red de equidad para la infancia, Red Iberoamericana
de Postgrados en Infancias y Juventudes (REDINJU). Estatales: Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (I.C.B.F), Alcaldía de Ma-
nizales (Secretaría de Desarrollo Social), Alcaldía de San Francisco, Universidad Tecnológica de Pereira. Empresariales: Fundación
Luker. ONG: Asociación Mundos Hermanos, Secretariado Nacional de Pastoral Social.
Grupo A: “Perspectivas políticas, éticas y morales de la niñez y la juventud” (Sara Victoria Alvarado Salgado) Universidad de
Manizales-CINDE.
Grupo A1: “Educación y Pedagogía: Saberes, Imaginarios e Intersubjetividades” (Héctor Fabio Ospina Serna) Universidad de
Manizales-CINDE.
Grupo A: “Jóvenes, Culturas y Poderes” (Germán Muñoz González) Universidad de Manizales - CINDE- Universidad Distrital
Francisco José de Caldas-Corporación Universitaria Minuto de Dios.
Grupo A1: “Administración y gerencia del talento humano” (Claudia Milena Álvarez Giraldo) Universidad de Manizales.
Grupo A: “Equidad y diversidad en educación” (Sandra Patricia Guido Guevara) Universidad Pedagógica Nacional - Universidad
Distrital Francisco José De Caldas.
Grupo B: “Derechos Humanos y Conflicto” (Claudia Alexandra Munévar Quintero) Universidad de Manizales.
Comité de Gerencia
5
Comité Técnico - Científico
Proyecto
4. Germán Muñoz González
Acción
colectiva de jóvenes. Jaime Pineda Muñoz
Proyecto 5.
Prácticas
discursivas de niños, niñas, jóvenes, de agentes familiares e institucionales Ligia López Moreno
frente a la política de “Haz Paz”, en contextos de vulnerabilidad y violencia del Eje
Miryam Salazar Henao
Cafetero.
Proyecto
6. María Teresa Luna Carmona
Narrativas sobre Paz, Conflicto y Cuerpo. Un estudio con niños, niñas y jóvenes del
oriente Antioqueño en el contexto del conflicto armado colombiano.
Proyecto 7.
Las condiciones y modos de construcción de subjetividades políticas para la paz en
Patricia del Pilar Briceño Alvarado
jóvenes de organizaciones interétnicas y feministas desde una perspectiva interge- Jorge Jairo Posada Escobar
neracional.
Proyecto 8.
Subjetividad
y formación ciudadana a través de las construcciones narrativas de do- Carlos Augusto Murillo García
centes y alumnos de colegios oficiales en Pereira y Manizales sobre la violencia en
escenarios educativos.
Proyecto
9. Claudia Alexandra Munévar Quintero
Conflictos
y movimientos sociales de jóvenes en contextos de vulnerabilidad en la Carlos Dávila Cruz
eco-región Eje Cafetero: hacia un proceso de constitucionalismo popular.
Rodrigo Giraldo Quintero
Proyecto 10.
Imaginarios
y subjetividades del trabajo en jóvenes: Condiciones para la construcción Claudia Milena Álvarez Giraldo
de ciudadanía.
Proyecto
11. Carlos Alberto Dávila
Tensiones
de la memoria: Víctimas, prácticas y conflicto armado en el departamento German Guarín
de
Caldas.
Proyecto 12.
Narrativas
colectivas de paz y conflicto armado desde las voces de los niños y niñas María Camila Ospina-Alvarado
de
la primera infancia, familias y agentes relacionales en el marco del posconflicto/ Sara Victoria Alvarado Salgado
posacuerdo.
Comité Financiero-administrativo
6
Equipo de investigación
Compilación
María Camila Ospina-Alvarado
Autoras
María Camila Ospina-Alvarado
María Isabel Valencia
María Alejandra Fajardo
Mónica Piedad Ramírez
Ana Carolina Martínez
María Andrea Ávila
Ana Milena Rincón
Sandra Milena Laiton Rozo
Yedsenit Olmos
Ilustración
Natalia Salazar Valencia
Programa:
Sentidos y Prácticas Políticas de Niños, Niñas y Jóvenes en Contextos
de Vulnerabilidad en el Eje Cafetero, Antioquia y Bogotá: Un Camino
Posible de Consolidación de la Democracia, la Paz y la Reconciliación
Mediante Procesos de Formación Ciudadana
Investigación:
• Procesos de construcción social de la niñez en contextos de conflicto
armado en el Eje Cafetero, Antioquia y área metropolitana de Bogotá:
La paz, la reconciliación y la democracia desde la perspectiva de narrativas
generativas de niños y niñas
Equipo de investigación:
María Camila Ospina-Alvarado, Sara Victoria Alvarado, Jaime Alberto
Carmona, Adriana Arroyo Ortega, Héctor Fabio Ospina, Nisme Pineda,
Ana María Arias Cardona, Ángela María Urrego, Olga Cecilia Giraldo,
Solanyer López, María Cristina Sánchez, María Isabel Valencia, María
Alejandra Fajardo, Mónica Piedad Ramírez, David Arturo Ospina, Irma
Lucía Serna, Aleyda Grandas, Samuel Parra, Mauricio Pineda, Erika Gio-
vana Romero, Carlos Mario Cano, María Zulay Escudero, Paola Fernanda
7
López, Carolina Espinosa, Carlos Enrique López, Laura Isabel López,
Mónica Julieth Gómez, Rocío González, Sara María Mejía, Lisse Dayana
Vásquez, Milena Velásquez, Lillana Lid Zuluaga, María Janeth Álvarez,
Paola Gerena, Karen Flechas.
Participantes:
Niñas y niños, sus familias y sus docentes, pertenecientes a las instituciones
educativas y comunitarias: Instituciones Educativas Distritales Ciudadela
Educativa Bosa y Carlos Pizarro Leon gómez, Comedor Comunitario del
barrio Caracolí en Ciudad Bolivar —adscrito en el momento del trabajo
de campo a la Fundación Creciendo Unidos—, y Jardín Infantil Casita de
los Rincones, en Bogotá; Instituto Manizales, en Manizales, Institución
Educativa Distrital Marcelino Champagnat, en Armenia, y Corporación
Crisol y su Jardín Infantil el Recreo, en Pereira, del Nodo Eje Cafetero;
e Institución Educativa Héctor Abad Gómez, en Niquitao, e Institución
Educativa José Antonio Galán, en La Estrella, del Nodo Antioquia. Así
como a los niños, niñas, familias y docentes participantes del pilotaje en
las instituciones: Benposta - Nación de Muchach@s de Bogotá, el Colegio
Creadores del Futuro, establecimiento de Blanquizal en Medellín, y el
Colegio la Asunción en Manizales.
En el Eje Cafetero:
Carmen Amparo López
John Alexander Sánchez
Carlos Andrés Castaño Ortiz
Jorge Hernán Salazar Cardona
Juan Benicio Rendón González
Andrés Gómez Ospina
María Amalfi Martínez
Sandra Yorlady García
María Julieta Rincón Zuluaga
Luz Mary Rojas Pérez
Hilda Clemencia Marín Valencia
María Marleny López M.
María Yessenia Ramirez Raigosa
Ana María Duque Mejia
Katherine Rivas Asprilla
Luz Elena Hernández Arbelaez
Olga Saineda Castro
Duvan Benjumea
María Socorro
Luz Mery Sánchez
Luz Marina Marulanda
Patricia Soto
8
María Consuelo Castro
Ricardo Ocampo Castaño
En Antioquia:
Yolida Ramírez Osorio
Diana Patricia Giraldo Benjumea
Carmen Lucia Betancur Ocampo
Patricia Matute Campuzano
Luz Elvira Ledezma
Lucia del Socorro Martínez
Mario Quintero Martínez
Marilú Aguirre
Carlos Andrés Vélez
María Elena Gallego
Juliana
En Bogotá:
Diego Alexander Quintero Mora
María Fernanda Lizarazo
Rodolfo Becerra
Susana
Neli Rodriguez Celi
Diana Marín Gómez
Sandra Hasbleydi Valero
Mónica María Lizarazo Sierra
William Ramiro Muñoz
Diego Alejandro Barbosa Romero
Leonel Umaña Parra
Germán Bermúdez Orjuela
Clara Inés Gutiérrez
Andrea Daza Castillo
Amparo Higuera Rojas
Yeimy Alexandra Lozano Robayo
Jhonan E. Lemos
Diego Germán Romero Bonilla
Erika Romero
Luz Cristina Rodríguez Pérez
Sofía Bohórquez Gómez
Alfredo Romero Tellez
Mónica del Pilar Guevara Parra
Maritza Saldarriaga
Alcira Janneth Torres Álvarez
9
Participantes línea de investigación:
María Isabel Valencia, María Alejandra Fajardo, Mónica Piedad Ramírez,
Ana Carolina Martínez, María Andrea Ávila, Ana Milena Rincón, Sandra
Milena Laiton Rozo, Yedsenit Olmos, Yenny Patricia Pineda Moreno, Isa-
bel Vanegas Sánchez y Nubia Rocío Suarez Molina, José Emilio Berrote-
rán Nieves.
10
AGRADECIMIENTOS
11
zajes que emergieron en los diálogos con ellos y ellas alrede-
dor de la construcción social de la niñez. Así como al equipo
general de esta investigación por el soporte teórico y meto-
dológico para ampliar la comprensión de la niñez desde sus
potencialidades y recursos.
12
CONTENIDO
17 PRÓLOGO I
Roberto Aristegui
23 PRÓLOGO II
María Hilda Sánchez
29 PRESENTACIÓN
María Camila Ospina-Alvarado
55 PARTE I.
Aproximación a los niños, las niñas y las
familias
57 CAPÍTULO 1.
Bases conceptuales de la perspectiva
sistémica y el construccionismo social
para comprender a los niños, las niñas y
las familias
María Camila Ospina-Alvarado
99 CAPÍTULO 2.
Una invitación a comprender a los
niños, las niñas y las familias desde
una mirada sistémica, ecológica y
socioconstruccionista…… … … … …
María Alejandra Fajardo Mayo
Yedsenit Olmos Rincón
13
119 CAPÍTULO 3.
El profesional y la familia, un
posicionamiento ético y político en la
apuesta por nuevos mundos posibles
Mónica Piedad Ramírez
151 CAPÍTULO 4.
Aportes del construccionismo social a
los procesos de investigación social y a
las prácticas educativas
María Camila Ospina-Alvarado
María Alejandra Fajardo
171 CAPÍTULO 5.
Implicaciones de una mirada sistémica en
la educación y la investigación social
sobre los niños y las niñas
Ana Carolina Martínez Murcia
Sandra Milena Laiton Rozo
197 CAPÍTULO 6.
Implicaciones del construccionismo
social en los procesos desarrollados
con los niños y las niñas en contextos
escolares inclusivos
Ana Milena Rincón Vega
14
219 CAPÍTULO 7.
Construcción social del niño y la niña en
contextos de conffllicto armado: familia,
escuela y comunidad
Mónica Piedad Ramírez L.
María Isabel Valencia S.
María Alejandra Fajardo M.
María Camila Ospina-Alvarado
259 CAPÍTULO 8.
Narrativas de los y las docentes sobre
la inclusión de niños y niñas con
discapacidad en primera infancia en el
jardín infantil colinas y el instituto de
integración cultural IDIC
María Andrea Ávila Babativa
Ana Carolina Martínez
15
PRÓLOGO I
17
normal, asumiendo la dimensión de la crítica, no necesaria-
mente tal empeño teórico accede a un cambio efectivamen-
te revolucionario de la ciencia a ese nivel. Para sostener un
cambio, lo que se necesita es la articulación de dos discursos
adicionales, la metateoría y la metodología, acompañando a
la propuesta teórica.
18
labra remite, refleja o “corresponde” con una determinada
realidad mental interna del usuario del lenguaje.
19
la luz de la indeterminación de los referentes en la ciencia
misma.
20
sentido. Esto significa plantear que el significado social se
establece en el contexto cultural e histórico.
21
Abre a posibilidades del lenguaje-acción y de los diálogos
generativos, que hacen disponible a la mano nuevas distin-
ciones constitutivas de la subjetividad de niños y niñas.
22
PRÓLOGO II
23
órdenes a la vez que, en medio de diferentes reflexiones,
hay fragmentos que suenan una y otra vez.
24
recreado desde ellas e interpretado por quien investiga. El
riesgo mayor, está en caer en más de lo mismo, es decir, en
afirmaciones que generalizan mientras critican las generali-
zaciones de los demás.
25
neraciones, transiten estas vías que de tiempo atrás merecen
tener una nueva luz, otros diálogos, relaciones y coordina-
ciones, para que sus territorios estén liberados de toda for-
ma de violencia.
26
último, sentir que ya su camino ha configurado nuevas rutas
teóricas, conceptuales y metodológicas. Igualmente, hoy día,
las autoras de los capítulos de este libro, releerán sus textos.
Ellas tendrán la inquietud de querer volver a mirarlos y re-
escribir no sólo su contenido sino su perspectiva epistemo-
lógica desde la cual hizo las críticas a otras epistemologías.
Incluso sus palabras estarán algo lejanas porque la época, el
contexto y las circunstancias académicas, profesionales y del
medio desde donde estudiaron, han cambiado en algo.
27
PRESENTACIÓN
29
Escenario Contemporáneo, y también conocimientos
alrededor de las subjetividades e identidades de los
niños y las niñas que dan cuenta de la dimensión ética
y política que se pone en escena durante el ejercicio de
la ciudadanía y el agenciamiento en la vida social, los
cuales han sido construidos en el marco del “Grupo de
Investigación Perspectivas Políticas, Éticas y Morales de
la Niñez y la Juventud”, escalafonado en categoría A
de Colciencias y al cual también pertenece la línea de
investigación.
30
En el segundo capítulo se presenta una invitación
a comprender a los niños, las niñas y las familias des-
de una mirada sistémica, ecológica y contextual. Des-
de esta mirada se toma como foco la interacción de los
miembros de la familia y los intercambios con otros
sistemas interaccionales, que incluyen los distintos am-
bientes de los que participan los niños y las niñas.
31
la investigación y la educación tradicionales y la pro-
puesta desde la perspectiva sistémica.
32
brinda el que estos niños y niñas sean narrados desde
las potencias, de forma generativa para transformar el
presente y construir el futuro.
33
A MANERA DE INTRODUCCIÓN. Retomando la
Experiencia de la Línea de Investigación
en Construcción Social del Niño y la Niña:
Familias y Otros Contextos Relacionales
35
tico participativa, busca conocer aquellas experiencias de los
niños y niñas que pueden aportar en la construcción de pre-
sentes y futuros de paz.
1 Se ha retomado la Convención Internacional de los Derechos del Niño, para contemplar dentro de esta
categoría a aquellos que tengan menos de 18 años.
36
humanos y los procesos de inclusión de los niños y las ni-
ñas. El construccionismo social se aceptó como la sombrilla
metateórica que abarcaría la aproximación a las categorías
mencionadas. Adicionalmente, buscando incluir las distintas
propuestas investigativas de todas y todos los participantes,
se consideró que sería relevante tener en cuenta otras cate-
gorías como las representaciones sociales acerca de los niños
y las niñas, su calidad de vida y su educación, el poder, el
empoderamiento, el lenguaje, la agencia y la transforma-
ción; otros escenarios relacionales como la comunidad; al-
gunas particularidades del contexto como la ruralidad; y
algunas condiciones como el nivel socio económico.
37
enfoque en el contexto colombiano actual2, c) reflexionar
acerca de los aportes del mismo a las investigaciones, a la
práctica profesional y al propio desarrollo humano de las y
los participantes, y d) entrar en diálogo con la investigación
“Procesos de construcción social de la niñez en contextos de
conflicto armado en el Eje Cafetero, Antioquia y área metro-
politana de Bogotá: La paz, la reconciliación y la democracia
desde la perspectiva de narrativas generativas de niños y ni-
ñas”, y con el GT Juventudes, Infancias: Políticas, Culturas e
Instituciones Sociales en América Latina.
2 Específicamente, el actual contexto colombiano hace referencia al impacto generado por el conflicto armado
en la sociedad luego de más de 50 años de violencia, y al momento histórico que se enmarca en la firma de los
acuerdos de paz y el subsiguiente periodo posacuerdo, que marca una transformación en la concepción de formas
de vida.
3 El lenguaje performativo se entiende, según Echeverría (2002) como construcciones lingüísticas que permi-
ten la construcción de subjetividades, identidades y realidades que tienen un carácter indeterminado, mutable e
infinito. En este sentido, el lenguaje no es solo una herramienta descriptiva sino que, por su carácter transforma-
dor, puede comprenderse como acción en sí mismo. En esta misma línea, Gergen (2007) plantea la generatividad
del lenguaje a partir del uso de la creatividad, la actitud crítica y la visión colaborativa para propiciar el cuestiona-
miento de modos de actar y pensar que han sido estereotipados.
38
nantes acerca de los niños y las niñas, buscando re-construir
y re-interpretar sus vidas y sus relaciones, al promover la
transformación en contextos sociales y políticos particulares,
a partir del empoderamiento de los niños, las niñas y sus
sistemas relacionales.
39
tigaciones a la línea estaba dada desde el contexto particular
en el que se realizaba cada proceso investigativo.
40
posicionamiento ético y político y la promoción del diálogo
de saberes en las prácticas investigativas y educativas.
41
de la familia, sino también de otros contextos relacionales,
nombrando la línea: “Construcción social del niño y la niña:
familia y otros contextos relacionales”.
42
textos de conflicto armado y violencia, en donde convergen
los múltiples significados marcados por sus diversidades
personales y culturales, entre otros contextos.
43
Desde esta perspectiva, en cada una de las investigacio-
nes que se emprendieron desde el grupo, los niños y las
niñas aportaron su voz y sus saberes, desde sus propias for-
mas de expresión (mediadas por el arte, el juego, el relato),
dejando de manifiesto su capacidad para construir nuevas
posibilidades y para potenciar las narrativas cotidianas hacia
una forma generativa que les permita crear nuevos futuros
y nuevos mundos posibles.
44
desarrollo humano, entendido como un proceso complejo
que está estrechamente ligado a factores ambientales, para
así tener en cuenta las características de los contextos en los
que se desenvuelven los sujetos al momento de realizar aná-
lisis y apreciaciones sobre formas de ser, actuar y pensar.
Por lo tanto, las interacciones que surgen en los entornos
inmediatos conducen a los sujetos a realizar acomodaciones
en sus modos de actuar, lo que a su vez también produce
transformaciones en el entorno. Por su parte, la compren-
sión de las familias se basa en el enfoque construccionista
social, lo que permite vincularlas desde un marco relacio-
nal, visibilizando las voces de cada integrante junto con las
configuraciones que emergen, cotidiana y vivencialmente, a
partir de las prácticas dialógicas entre unos y otros. Desde
la posición ético-política que tiene este colectivo de inves-
tigadores sociales, es necesario darle voz a las potencias y
recursos con los que han contado, cuentan y contarán las
familias, partiendo de las implicaciones de las prácticas dia-
lógicas en la constitución de los sujetos y sus relaciones. En
este sentido, es importante pensar en la comprensión de las
narrativas desde lo apreciativo, que dé relevancia a los ele-
mentos culturales, sociales, históricos y políticos. Así, desde
la práctica relacional, el construccionismo social tiene un
posicionamiento hacia la transformación, la reivindicación
social y las relaciones más equitativas.
45
Nuestra mirada frente a la práctica investigativa
46
sentido y relevancia a la práctica interdisciplinar e interac-
cional, al propiciar una comprensión de los sistemas a partir
de la interacción de sus elementos los cuales pueden mante-
ner o cambiar el rumbo de las realidades. Estos procesos di-
námicos producen personas, familias o grupos sociales. En
palabras de Sánchez y Valencia (2007): “Son fundamentales
los elementos que emergen en la dinámica de las realidades
estudiadas, no planeadas previamente por los investigado-
res, lo cual da la posibilidad del asombro y de poder des-
cubrir y enfrentar las realidades como se presentan en sus
tiempos y espacios específicos” (p. 16).
47
como pública. Una visión que convoca a comprender los
procesos de relacionamiento, el lenguaje performativo y el
diálogo de saberes como formas de abordaje e intervención.
48
Nuestra mirada a la práctica educativa
49
pectiva, el desarrollo no es una realidad objetiva sino un
proceso que depende del “conjunto de estructuras seriadas,
cada una de las cuales cabe dentro de la siguiente” (Bron-
fenbrenner, 1987, p. 23).
50
de nuevas realidades” (p. 348). De esta manera, para la lí-
nea de investigación, este postulado sugiere que la forma
de nombrar a los sujetos en las prácticas, como educadores,
educadoras, investigadores o investigadoras, esté demarca-
da por las potencias, promoviendo el rescate de las voces de
los niños y las niñas, de sus ideologías y formas de ser, de
sus habilidades, aptitudes y actitudes; lo que le permitirá a
los maestros y maestras, niños y niñas identificar rutas al-
ternativas de acción en el marco contextual del que dichas
prácticas emanan.
51
tendida como la permanente indagación y deconstrucción
frente a las realidades sociales, entendiendo las posibilida-
des del lenguaje para generar relaciones a partir de los pro-
cesos culturales en los cuales está inmerso en los contextos
sociales, ganando su significancia en la acción y en la parti-
cipación en convenciones sociales que configuran formas de
vida, lo que implica una deconstrucción de aquellos aspectos
sociales, económicos, culturales y políticos que sustentan las
realidades tal y como se presentan.
52
Referencias
Bertalanffy, L. (1989). Teoría General de los Sistemas. Fundamentos, Desarrollo, Aplicaciones.
México: Fondo de Cultura Económica.
Bronfenbrenner, U. (2002). La Ecología del Desarrollo Humano. Barcelona, España: Paidós.
Carretero, M. (1993). Desarrollo cognitivo y procesamiento de la información en Constructivismo y
educación. Buenos Aires, Argentina.
Gergen, K. (2007). Construccionismo Social, aportes para el debate y la práctica. En Estra-
da, Ángela y Díaz Granados, Silvia. Comp. Uniandes- Ceso. Departamento de Psicología.
Bogotá.
Gergen, K. (1996). Realidades y relaciones aproximaciones a la construcción social. Barcelona,
España: Paidós básica.
Maxwell, J. (2005). Qualitative Research Design: An Interactive Approach, Second Edition provides.
Printed in the United States of America.
Rosas, R., y Sebastián, C. (2001). Humberto Maturana. Piaget, Vigotski y Maturana. Cons-
tructivismo a tres voces. Buenos Aires: Aique, Pp. 55-78.
Sánchez, M., Valencia, S. (2007). Lectura sistémica sobre familia y el patrón de la violencia.
Manizales, Colombia: Editorial Universidad de Caldas
53
PARTE I.
Aproximación a los niños,
las niñas y las familias
55
CAPÍTULO 1.
Bases Conceptuales de la Perspectiva
Sistémica y el Construccionismo Social
para Comprender a los Niños, las Niñas y
las Familias5
Introducción
5 Este capítulo tiene pequeñas adaptaciones del capítulo publicado por la autora previamente: Ospina-Al-
varado, M. C. (2014). Las familias: sistemas interaccionales y construcciones relacionales, dialógicas, sociales,
culturales e históricas. Alvarado, S. V. & Ospina, H. F. Editores académicos. Serie Latinoamericana de Niñez y Juventud.
Cap. 8. pp. 225- 263. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Manizales: Universidad de Manizales; Sabaneta: Cinde.
57
En este sentido, a lo largo del capítulo se realiza un abor-
daje teórico y conceptual sobre las categorías de niñez y fa-
milia desde la perspectiva sistémica y construccionista social,
haciendo algunos comentarios generales acerca de la vigen-
cia y pertinencia de estas aproximaciones, con respecto a las
configuraciones actuales, marcadas por el contexto colom-
biano. Teniendo en la base este enfoque, se busca desarro-
llar planteamientos específicos útiles para el trabajo con los
niños, las niñas y sus familias, en el contexto colombiano, al
conceptualizar a la familia como un grupo construido so-
cialmente a través de las prácticas dialógicas, sobre el cual se
instauran narrativas dominantes. Se propone transformar
la mirada y las conversaciones deficitarias y carenciales en
torno a los niños, las niñas y sus familias, por una mirada en
la que el conflicto y las violencias presentes en el contexto
colombiano son entidades separadas de los seres humanos
y sus relaciones; por lo cual, al separar el problema de los
rasgos propios e inherentes de los niños, las niñas y a sus fa-
milias, se potencia la participación activa de niños y niñas, y
de la familia en general, como agentes activos en el proceso
de construcción social de paz.
58
medio ambiente en el que interactúan con otros sistemas. Al
entender las familias como organismos, los niños y las niñas
son fragmentos de familia (Whitaker, 1992). La metáfora de
la familia como organismo hace referencia a que la familia
es un sistema vivo, abierto, flexible, el cual se transforma
por las propiedades que emergen de la interacción entre sus
miembros y de su propia interacción con otros sistemas: el
barrio, la escuela, la comunidad, etc.
59
incidencia en las transformaciones o afectaciones que pue-
da crearse entre ellas y en cada uno de sus subsistemas. No
obstante, en nuestro contexto colombiano aún persisten las
visiones tradicionales y desarticuladas sobre familia y escue-
la. Como lo mencionan Ospina-Alvarado y Gallo (2011), en
el caso de los centros de protección de menores en Colom-
bia, el trabajo mancomunado entre el personal profesional
de estos centros y la familia aporta al mantenimiento de las
transformaciones relacionales y a la construcción de inte-
racciones alternativas a las violencias. Sin embargo, como
lo plantean estas autoras, en la práctica es difícil lograr que
esta articulación se mantenga en el tiempo.
60
y Adolescencia, de manera desarticulada de la política de
familia, la cual se ha empezado a crear con posterioridad al
código (Galvis, 2012). Igualmente, a pesar de que el Códi-
go de Infancia y Adolescencia, en la Ley 1098/2006, postula
que el Estado busca garantizar a los niños y las niñas un de-
sarrollo pleno que favorezca el crecimiento en familia y co-
munidad (Secretaría Distrital de Integración Social, 2008),
la política pública orientada hacia la protección de ellos y
ellas se operacionaliza en centros de protección de meno-
res. Esta es una evidencia en torno a cómo esta población
es apartada de sus familias (Ospina-Alvarado y Gallo, 2011).
Adicionalmente, esta separación tiene implicaciones en tér-
minos de asignación de recursos. Un ejemplo de esto es la
Estrategia de Cero a Siempre –a partir de la cual se fundamentó
la Ley 1804 del 2 de agosto de 2016 Ley para el desarrollo
integral de la primera infancia De Cero a Siempre– Estrate-
gia con un foco fuerte en la inversión en la primera infancia
y, aunque realiza una alusión a la familia y a los contextos in-
teraccionales de los niños y las niñas, no considera la familia
y las interacciones de los niños y las niñas con otros actores
como ejes transversales (Comisión Intersectorial de Primera
Infancia, 2012).
61
Lo anterior ha conllevado a percepciones más comple-
jas acerca de las familias y a un mayor énfasis en el sujeto
observador del sistema de interacción familiar y en la inte-
racción de ese sujeto observador con las familias (Rosas y
Sebastián, 2001). Estas transformaciones han permitido el
desplazamiento de la cibernética de primer orden, en la que
el foco son las familias como sistemas independientes, ob-
servados por agentes externos que tienen la capacidad de
influir unidireccionalmente en el rumbo de dicho sistema,
hacia una cibernética de segundo orden, en la que el sis-
tema observante del que hacen parte sistema observado y
observador, ocupa un lugar activo en la misma observación
del sistema, dando cabida a las subjetividades como insumos
relevantes para la comprensión e interpretación de las rea-
lidades. Desde este punto se hace posible la construcción de
una visión de familia, a partir de una mirada compleja que
incluye múltiples niveles de interacción que trascienden el
ámbito familiar.
1.1. Las familias de los niños y las niñas como sistemas observados:
reflexiones desde la cibernética de primer orden
62
car una realidad que se comprende como única y genérica,
y a responder a los modelos normativos de familia.
63
se ubica en un rol de experto que puede identificar la des-
viación frente a la noción de familia normativa, con lo que
se desconoce la multiplicidad de familias posibles, que no
necesariamente son problemáticas, en diferentes contextos
y momentos históricos.
64
ciones tradicionales de familia basadas en la composición del
grupo familiar; composición cimentada en lazos de consan-
guinidad o de compromiso, constituyéndose en excepciones
frente a la norma, al existir grandes diferencias entre las
diversas culturas. Del mismo modo, “La familia siempre ha
sufrido cambios paralelos a los cambios de la sociedad” (Mi-
nuchin, 2003, p. 78), con lo que las tareas desarrolladas al
interior de este sistema tienen variaciones según el momen-
to sociohistórico y cultural, presentando transformaciones
en concepciones como género, generación, entre otras.
65
Desde un enfoque centrado en la estructura familiar,
Rodríguez (2004) menciona que no es posible el reconoci-
miento de un único tipo de familia en Colombia, connotan-
do como una aventura la constitución de cada nuevo grupo
familiar en el país, lo cual no ha sido atendido, según este
autor, por los investigadores e investigadoras sociales. Ro-
dríguez plantea que han surgido grandes transformaciones
en las familias colombianas a lo largo de la historia, existien-
do diferencias en la constitución de las familias en los dis-
tintos territorios colombianos. Gutiérrez de Pineda (como
se cita en Tovar y Cardona, 2003), quien en Colombia ha
hecho una lectura histórica de la estructura familiar, señala
que las transformaciones de las familias se deben a que “los
procesos de cambio familiar son resultado de su acomoda-
ción a las transformaciones de la sociedad y de la cultura
que conforma su entorno” (p. 275).
66
Según esta autora, las transformaciones expuestas lleva-
ron a la naturalización de jerarquías familiares fuertemente
marcadas por el género y por la edad, las cuales han ido
cambiando a partir del reconocimiento del trabajo realizado
por la mujer y de su participación como proveedora, lle-
gando a modelos más horizontales, derivados en parte del
ejercicio democrático propuesto por la pareja de padre y
madre, que da lugar a que los hijos y las hijas tomen algunas
decisiones en el ámbito familiar.
67
En el marco de la cibernética de primer orden, el enfo-
que estratégico “se focaliza en adecuar medios y fines. Su
intención está dirigida hacia el cumplimiento de objetivos
convenidos” (Wainstein, 2006, p. 79). Siguiendo a Wains-
tein (2006), este enfoque tiene como foco la identificación
de problemas y su resolución a partir del establecimiento de
metas, de la exploración de las respuestas y de la evaluación
de los resultados, teniendo como objetivo el cambio eficaz y
eficiente.
68
do, al retomar los mensajes enviados por los contextos a los
que pertenecen, como lo son la familia, la escuela, la calle,
el parque, entre otros. En general, en el contexto familiar,
los padres y las madres entregan, a sus hijas e hijos, mapas
preconfigurados con la intención de facilitar su existencia.
Sin embargo, este es un nuevo mensaje que alimenta el sis-
tema perceptivo-reactivo y que comunica a los hijos e hijas
su incapacidad para construir sus propios mapas mentales
(Nardone, Giannotti y Rocchi, 2003).
69
sujetos profesionales y en las familias, un lente deficitario y
centrado en la carencia frente a la interacción familiar.
70
Como lo menciona Hernández (2008), desde 1998 se pro-
mulgó en Colombia la política de salud mental, retomando
los lineamientos propuestos por la Organización Mundial
de la Salud, política en la cual, a pesar de reconocerse la im-
portancia de incidir en el contexto familiar y comunitario,
no se ha puesto en práctica acciones encaminadas a lograr
esta incidencia. Esta autora enfatiza en que a pesar de que
la terapia sistémica empezó en el país en los años 80, los
avances en términos investigativos, desde esta perspectiva,
han sido limitados y hacen parte del ejercicio académico de
las universidades que se han interesado en desarrollos rela-
cionados.
71
cional del cual hacen parte, tanto la familia, como los suje-
tos profesionales que interactúan con ella (Hoffman, 2005).
En este sentido, la cibernética de segundo orden implica la
ampliación de los sistemas que se tienen como foco, promo-
viendo una aproximación más compleja frente a la familia y
frente a los sistemas con los que ésta interactúa.
72
los hechos incluye la mirada del sujeto observador, propició
vías para observar a las familias desde unos lentes distintos a
los de las patologías, permitiendo la emergencia de nuevos
lenguajes para nombrar a las familias según sus recursos y
sus potencialidades.
73
Ubicar el foco en la relación entre el sujeto observador y
los contextos conlleva una responsabilidad importante en el
sujeto profesional –investigador, educador, terapeuta–, en
la medida en que él mismo influye en el fenómeno obser-
vado y se transforma en esta interacción, siendo relevante
posicionarse de manera ética y política, visibilizando el lugar
desde el cual hace sus observaciones e interactuando con el
sistema que observa.
74
con lo que se reduce la resistencia al cambio (Boscolo, Cec-
chin, Hoffman y Penn, 1978).
75
ción centrada en la connotación negativa. En la medida en
que el problema se construye a partir de la percepción del
sujeto observador y de la interacción entre este y la familia,
es necesario que la profesional, o el profesional, observe las
consecuencias de sus intervenciones. Es así como se empezó
a centrar la atención en los procesos cognitivos y percep-
tuales, dando preponderancia a los sistemas o marcos de
sentido, más que a los sistemas de conducta, con lo cual se
recupera la noción de realidad como un constructo social,
dependiendo así las ideas sobre el mundo de un sujeto ob-
servador específico (Boscolo et al., 1978).
76
una construcción relacional que se da en la interacción con
los demás (Polo, 1997).
77
Los ambientes ecológicos pueden visualizarse en el si-
guiente gráfico:
78
es necesario propiciar transformaciones cotidianas a nivel
relacional, que potencien dinámicas alternativas en los dis-
tintos ambientes ecológicos.
79
hábitos y rutinas, requiriendo del soporte de los otros en-
trornos para el mantenimiento de unos mínimos de calidad
de vida.
80
histórico, mediado semióticamente y agente de la cultura;
entendida la mediación como la construcción de significado
que se transforma en la internalización, deviniendo en cons-
trucciones culturales de sentido. Es así como la construcción
de sentido y las funciones psicológicas superiores, al inter-
nalizar (intrapsíquicamente) la actividad social, permiten la
construcción de sistemas de herramientas conceptuales que
transforman al sujeto en mediador activo entre el mundo
interno y el mundo externo (Rosas y Sebastián, 2001).
81
implicados en las coordinaciones lingüísticas (Rosas y Sebas-
tián, 2001).
82
lante a pesar de lo vivido. En algunos casos la solidaridad
ha sido aprendida en el campo, como práctica de arraigo
al territorio y a la comunidad, por lo que las familias son
capaces de ser solidarias con otras personas que han vivido
situaciones similares a pesar de que ellas mismas en muchos
casos no cuentan con las condiciones mínimas de vida digna.
83
2.1. Construccionismo social como una perspectiva crítica frente a
las teorías
84
de la perspectiva tradicional, se ha constituido una noción
única de familia, instaurada como una verdad que silencia la
emergencia y el reconocimiento de diferentes posibilidades
de familias.
85
de la cual la objetividad no se niega sino que se entiende
como un logro relacional que, tomando el lenguaje como un
medio pragmático, performativo y generativo, puede cons-
truir verdades locales y contextuadas (Gergen, 2007).
86
vierte en responsable de sus propios actos. Sin embargo,
Gergen propone que todo aquello que se considera real o
verdadero se presenta gracias a un proceso de coordinación
entre personas.
87
2.4. Los niños, las niñas y sus familias construidos desde el lenguaje
generativo
88
to histórico en el que se presentan (Anderson y Goolishian,
1998).
89
las familias, y sobre otras construcciones comunales, depen-
de de convenciones sociales.
90
si no es gracias a las acciones o las palabras de los demás,
las cuales tienen que ver con un juego relacional (Galicia,
2004). En este sentido, a partir de establecer un determi-
nado juego relacional, se construyen significados específicos
acerca de los niños, las niñas y sus familias, siendo posible
construir significados alternativos acerca de estos.
91
verdades absolutas. De esta forma, se sitúan las narraciones,
tanto de los sujetos profesionales, como de las familias, en
una cultura y sociedad específicas. El sujeto profesional y la
familia forman una comunidad en la cual cada quien aporta
sus recursos y conocimientos para generar concepciones di-
ferentes del futuro (Anderson y Goolishian, 1998).
92
el presente, moldeando así las vidas y las relaciones (White
y Epston, 1993).
93
ñas y sus familias, y que les permita posicionarse de manera
activa frente a este.
Conclusiones
94
la violencia como una entidad externa que afecta la vida de
la familia, pero que puede ser combatida con las fortalezas
familiares e individuales.
95
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98
CAPÍTULO 2.
Una Invitación a Comprender a los
Niños, las Niñas y las Familias desde
una Mirada Sistémica, Ecológica y
Socioconstruccionista
María Alejandra Fajardo Mayo
Yedsenit Olmos Rincón
Introducción
99
aportar a la comprensión del lugar que ocupan los niños y
las niñas en estas relaciones, y a la forma como construyen
sus 1subjetividades a partir de las percepciones y sentidos
que atribuyen a sus dinámicas de interacción.
100
Von Foerster (como se cita en Garciandía, 2005) expresa
que la perspectiva sistémica está constituida por cuatro ejes
fundamentales: la cibernética, el constructivismo, el pensa-
miento complejo y la hermenéutica. Para los efectos de este
escrito, y con la intención de reflejar el trabajo realizado en
la línea, serán retomados algunos planteamientos de la pers-
pectiva sistémica en relación a lo postulado por el modelo
ecológico, para exponer las implicaciones e influencias de
los diversos sistemas y ambientes en las prácticas relaciona-
les que se dan en las familias específicamente con los niños
y niñas.
101
Lo sistémico y lo ecológico: perspectivas para comprender
a los niños, las niñas y las familias en el contexto
colombiano
102
este caso particular de una estructura social como lo es la
familia. En esta línea de ideas es preciso conocer una de las
definiciones que se han propuesto para comprender el con-
cepto de sistema. Ludwig von Bertalanffy (1968) define los
sistemas como complejos elementos en interacción, los cua-
les no pueden ser comprendidos de forma aislada sino que
requieren de las relaciones que surgen entre sí, por lo cual el
foco de atención está en el todo, entendido como el sistema
cuya cualidad fundamental depende de la interdependencia
de las partes que lo integran y del orden que subyace a di-
cha interdependencia. Esto hace que el todo sea entendido
más allá de un conglomerado; el todo es más que la suma de
sus partes. Dentro de estas relaciones se resalta el lugar del
observador, el cual, según la cibernética de segundo orden,
además de observar y estudiar los diversos sistemas que in-
tervienen en una situación, tiene en cuenta conceptos como
retroalimentación (o feedback) y circularidad. Estos concep-
tos, hacen alusión a la participación e interacción activa y
permanente que existe entre los sujetos y los entornos, y al
carácter circular del proceso en donde no existe una secuen-
cia o jerarquía sino, por el contrario, se trata de un ir y venir
que permite el fluir de los aprendizajes y de las relaciones.
No se trata de un proceso estático sino en constante trans-
formación, caracterizado por relaciones que son simétricas y
complementarias (Bateson, 1972).
103
rentes conexiones que se dan en la vida cotidiana, desde
las posibilidades de asumir diversos roles y con ellos prác-
ticas relacionales que impactan en las dinámicas del siste-
ma. En este sentido, la complejidad hace referencia a un
pensamiento que busca relacionar y ver las realidades como
un conjunto de elementos inseparables, que buscan dar un
sentido a las situaciones pero sin la pretensión de llegar a
una verdad absoluta (Morin, 2007).
104
do posicionarse como sujetos con capacidad de agencia y
participación, a medida que sus voces y sus apreciaciones se
reciben con validez.
105
La niñez en interacción con otros sistemas
106
Como complemento a esta postura, se considera perti-
nente establecer el vínculo con el construccionismo social
presentado por Gergen (1996), quien apoya la tesis ante-
rior al hablar del lenguaje significativo como producto de
la interdependencia social y del acuerdo mutuo, para dar
significado a las palabras. Así mismo, se postula el lenguaje
como un aspecto que construye las realidades en las que se
encuentran inmersas la niñez y las familias, respondiendo a
orientaciones que son resultado de la cultura y la sociedad,
pero que a pesar de la carga histórica no determinan la vida
dentro de una comunidad, ya que como Gergen (2007) lo
plantea, se cuenta con la posibilidad de transformar, decons-
truir y reconstruir realidades y otros mundos posibles. De
esta forma, el lenguaje se ubica en un lugar privilegiado que
no se limita a la descripción o a la narración de las situa-
ciones, sino que se encuentra en permanente conexión con
otros “circuitos” que amplían los sentidos y los significados.
107
resalta la capacidad de adaptación del ser humano a los di-
ferentes ambientes; lo cual respalda su naturaleza humana,
plural y pluralista. Plural porque reconoce las diferencias y
diversidades existentes entre los seres humanos en cuanto a
sus identidades, roles, formas de existencia y expectativas; y
pluralista porque, además de reconocerlas, las acepta como
valiosas, configurándose en una posición ética y política.
108
Según Bronfenbrener (1979), un microsistema se puede
entender como “el patrón de actividades, roles y relaciones
interpersonales que la persona experimenta tanto objetiva
como subjetivamente en un entorno determinado el cual
presenta características físicas y materiales particulares” (p.
41). Esa experiencia subjetiva incluye la concepción feno-
menológica del ambiente, en la cual tiene cabida el mundo
de la imaginación, de la fantasía y de la irrealidad. Pensando
en los niños y niñas, el microsistema puede estar conforma-
do por el hogar, la guardería, la escuela, el lugar de juegos y
esparcimiento, el barrio y la vereda, entre otros.
109
Por otra parte, el exosistema, como lo plantea Bronfen-
brenner (1979), hace referencia a uno o más entornos que
no incluyen, en nuestro caso, al niño o la niña como parti-
cipante activo; pero en los cuales se producen hechos que
afectan lo que ocurre en el entorno que los comprende, o
que se ven afectados por lo que ocurre en ese entorno. Estos
entornos pueden ser el lugar o la situación de empleo de los
padres, las actividades que realiza uno de sus hermanos, las
personas que suelen frecuentar los miembros del hogar o la
gestión que realiza un líder local.
110
El macrosistema de un niño o niña se encuentra enmar-
cado por la diversidad de culturas presentes en nuestros
territorios, entre las cuales los estilos de vida y las percep-
ciones de la realidad varían de acuerdo a si se trata de una
población indígena, afro, campesina o urbana. Esto por la
multiplicidad de creencias religiosas y valores que caracte-
rizan a cada comunidad; por el nivel socioeconómico y la lí-
nea de pobreza en la que viven las familias; por las gestiones
realizadas por el Estado y la aprobación de leyes de las que
depende el cubrimiento y satisfacción de las necesidades bá-
sicas de la niñez.
En este sentido, los niños y las niñas no son más seres pa-
sivos y receptores, sino que mediante su capacidad de agen-
cia logran incidir directa o indirectamente en los entornos o
sistemas que hacen parte de su cotidianidad.
111
ción de aspectos simbólicos y emocionales, inseparables a las
experiencias que tiene el sujeto dentro de un espacio cultu-
ral (González, 2005).
112
“¿Cómo influye el pertenecer a determinado tipo de fami-
lia?, “¿Cómo influye el contar o no con una adecuada nutri-
ción?”, o, por último, “¿Cómo influye el encontrarse o no en
una situación de discapacidad?”.
113
so de constituirse como humano, en el preciso lugar donde
la individualidad da paso a la constitución del “nosotros” o
el “entre nos”, a la naturaleza intersubjetiva que pone de
cara a los sujetos a criterios, acuerdos, normas y formas de
actuar compartidos (Alvarado et, al. 2012).Es así que, con-
siderar a los niños y niñas como sujetos que se constituyen
socialmente y que, a pesar de la influencia del contexto, no
son seres determinados sino que generan modos de inte-
racción y comprensión de la realidad (según sus formas de
percepción y relación con otros sistemas), permite entender
que hacen parte de una estructura social que tiene sus pro-
pias formas de interpretar la realidad, influenciada por la
creación de imaginarios socioculturales que influencian sus
procesos de subjetivación individual, pero que no la limitan,
dejando abiertas múltiples posibilidades de resignificación.
Todos estos aspectos están presentes en la historia y en la
subjetividad que van construyendo los niños y las niñas, lo
cual hace de ellos y ellas sujetos únicos y complejos, impreg-
nados e influenciados por todas estas situaciones, pero al
mismo tiempo con potencial y recursos para reconfigurar
sus realidades.
114
Con respecto a la interacción entre los ambientes, cabe
mencionar que los procesos educativos no ocurren sola-
mente en el escenario de la escuela, sino que se encuentran
permeados por las prácticas relacionales que se establecen
en las familias, por la situación socioeconómica y por la ac-
tuación del Estado como garante de derechos. Hablar de
escuela y de familia implica tener en cuenta la carga históri-
ca que traen consigo estas categorías y reflexionar acerca de
las implicaciones que esto tiene en las formas como se están
entendiendo y en las expectativas que se tienen frente a las
mismas.Esta carga histórica, ha generado la naturalización
de lenguajes y prácticas comunicativas saturadas por el pro-
blema; es decir, sustentadas en la carencia y en la afectación,
imposibilitando el reconocimiento de potencias. Teniendo
en cuenta que la alianza familia-escuela es importante para
propiciar espacios para el desarrollo humano, conjunta-
mente con la cooperación de otras instituciones, es impe-
rante un cambio en el lenguaje deficitario hacia un lenguaje
que hable de las potencias y permita construir narrativas
con posibilidades de acción desde la complementariedad (lo
que implica incluir las voces de los niños y las niñas), y que
no se encuentren saturadas por el problema, recordando
que los discursos considerados como verdaderos son los que
constituyen a las personas y sus relaciones (White y Epson,
como se cita en Ospina-Alvardo, 2012).
115
relacionales, que enriquecen las posibilidades de actuación
en miras de un cambio social, donde los niños y las niñas
asumen un rol activo en estas relaciones, donde además de
ser observadores logran compartir sus pensamientos, sus
ideas y actuar mancomunadamente con su entorno, con el
fin de promover cambios en las dinámicas socio-culturales.
Conclusiones
116
en las sociedades; implica centrar la atención en las interac-
ciones, las influencias, los valores y los rasgos culturales, que
permean nuestro ser y nuestro actuar. Conlleva a entender
que no son seres predeterminados, sino que están en cons-
tante transformación: su pasividad ahora es cuestionada por
su evidente capacidad de acción, de decisión y de transfor-
mación.
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118
CAPÍTULO 3.
El Profesional y la Familia, un
Posicionamiento Ético y Político en la
Apuesta por Nuevos Mundos Posibles
Mónica Piedad Ramírez
Introducción
119
con y por la niñez desde perspectivas complejas como lo son
el construccionismo social y la perspectiva sistémica.
120
ciones de sus integrantes, que no siempre generan avances
esperados ni impactos positivos sobre su dinámica social.
Calificar a la familia como funcional o disfuncional, cierra la
mirada a la pluralidad de sus interacciones y limita el accio-
nar de sus integrantes y de su participación en la sociedad;
esto en la medida en que se les atribuyen calificativos defici-
tarios que, repetidas veces, opacan e invisibilizan otras posi-
bilidades de actuar, como por ejemplo, desde los potenciales
que poseen y no desde las carencias con las que cuentan.
121
el conflicto armado, y que migran por desastres naturales y
por condiciones económicas.
122
De igual forma que a las familias, categorizar al niño y/o
la niña como “hiperactivo”, “autista”, “deficitario mental”,
“joven infractor” o “campesino desnutrido”, por ejemplo,
lleva implícitos estereotipos sociales que colocarán inevita-
blemente al sujeto dentro de una categoría disfuncional que
naturaliza la acción y valoración del profesional, limitando
la observación de otras posibilidades. Gergen (2007), desde
su perspectiva construccionista social, dice que esta es, ade-
más, una mirada individualizadora del ser, ya que se carac-
teriza a las personas desde estados interiores.
123
Lo deseable desde lo anteriormente planteado es enton-
ces ser cuidadosos y cuidadosas con los juicios y uso del len-
guaje deficitario. Alejarse de la posibilidad de debilitar al
grupo familiar o al niño y la niña con miradas prejuiciosas.
124
de la participación, donde uno de los principales desplaza-
mientos es la vinculación permanente con la familia como
miembro activo y participante de las decisiones, formas de
acción y direccionamiento de lo satisfactorio, real y significa-
tivo para sus particularidades.
125
¿Cuáles serían las posibilidades a través de las apreciacio-
nes, de los relatos acerca de las problemáticas más que de los
niños y las niñas calificados bajo éstas?, no serían ellos y ellas
los problemáticos o problemáticas. El desplazamiento es en-
tonces a llevar afuera ese adjetivo que lo califica y lo limita.
Es necesario tomar conciencia del impacto que estos posi-
cionamientos, desde lo problemático, generan. Se requiere
preferentemente visibilizar las formas que frecuentemente
alejan de miradas apreciativas.
126
De las disciplinas del conocimiento a las relaciones
generativas
127
necesidad de pasar de discursos acostumbrados de acuerdo
a la disciplina de conocimiento que maneja el profesional,
hacia la construcción de narrativas alternativas que permi-
tan conocer diferentes formas de interpretación de la fami-
lia (Ospina-Alvarado, 2011).
128
es un lenguaje con potencial creativo, si se parte de la idea
que este va más allá de juegos de palabras que se pueden
decir a cosas que se pueden hacer.
129
que permita actuar en común acuerdo. El reto es buscar
también un sentido práctico de las cosas, en la medida que
sirven para responder a una situación o momento específico
en la vida propia y en la de los demás.
130
miento social planteado por Gergen (2007) en su propuesta
construccionista social, surge la pregunta por el conocimien-
to que se genera a través de las relaciones.
131
Pedagogía desde lo diferente y lo diverso: un reto para el
profesional colombiano y latinoamericano
132
cución, en donde podamos discutir y analizar saberes com-
parados y visibilizar como aspecto clave el diálogo intercul-
tural.
133
orientan, por ejemplo, los discursos de los docentes a partir
del control ejercido por parte del Estado; lo cual delimita
el quehacer educativo a formas centralmente orientadas, y
pierde el carácter particular y específico de la atención de
acuerdo al contexto (y a las voces de quienes lo conforman).
Esto se puede visibilizar desde los estándares que plantea el
Ministerio de Educación Nacional (MEN) en Colombia, al
respecto de los criterios mínimos y homogenizadores que
pretenden teóricamente la equidad para los niños y las ni-
ñas, pero que seguramente se plantean, de forma indirecta,
como rectores de la educación, a pesar de la supuesta liber-
tad que se les brinda a las escuelas de establecer las priori-
dades.
134
oportunidades metodológicas, que permitan la reflexión y
la construcción del conocimiento y que faculten a los sujetos
para actuar sobre la sociedad. Se tejen oportunidades en los
encuentros, en las discusiones, en los diálogos, en las inte-
racciones que de allí nazcan.
135
Retos para la investigación en la construcción de conoci-
miento alrededor de las familias
136
Evidencia de esto la da Virginia Gutiérrez de Pineda
(como se cita en Pachón, 2007), ya desde 1968, al referirse
al estado de la investigación en la categoría de familia en Co-
lombia, notando desde entonces el compromiso de avanzar
sobre estas comprensiones de familia con carácter diverso y
complejo:
(…) tal como doña Virginia lo planteó hace ya medio siglo, cuando
participaba como delegada del Instituto Colombiano de Antropología
en un seminario de sociología en Bogotá, en el que se expusieron
múltiples conceptos sobre las estructuras familiares del país y donde
los profesionales hablaban con propiedad de la “familia colombiana”,
ante lo cual, ella con sarcasmo preguntó al público: ¿cuál familia?,
consiente de las diferencias familiares que existían en el país. Desde
ese entonces, cuando ella se hizo esa pregunta y decidió emprender la
monumental obra de comprender esas complejas realidades en toda
su magnitud, surgió en el país, además del legado de su obra, una
prolífica corriente de investigación sobre el tema, que ha dejado su
huella en el desarrollo de las ciencias sociales colombianas a lo largo
de la última mitad del siglo XX (p. 146).
137
la imagen que se está construyendo a partir de ellos (Ospi-
na-Alvarado, 2011).
138
un problema o asunto, no quiere decir que suponga pensar
sin ellos sino que, desde el alejamiento de estos, se debe ha-
cer un esfuerzo de búsqueda hacia nuevos campos de cono-
cimiento. Visto así, es deseable relacionarse con el quehacer
investigativo a partir de acciones que posibiliten la adqui-
sición de especificidad e identidad histórica, desde nuevos
significados.
139
Desde esta perspectiva de búsqueda de conocimiento
desde la frontera –como algunos planteamientos de pen-
samiento crítico latinoamericano lo mencionan, con la pro-
puesta de Zemelman (citado en Torres 2010) – el trabajo
en equipo inter, o transdisciplinario, toma validez en la me-
dida en que esas fronteras o zonas de límite se convierten
en espacios de posibilidad creadora e innovadora. De esta
interacción se formaría un verdadero híbrido que permi-
ta romper con pautas convencionales de investigación, que
trasciendan de lo puramente disciplinar.
140
ción a pasar de lo metateórico a la práctica, trascendiendo
del análisis crítico de la realidad a la búsqueda de la trans-
formación social6.
6 Vale la pena aclarar que una metateoría crítica es distinta que una metateoría transformacional, sin que esto
involucre el conformismo de la mirada acrítica de la realidad.
141
(2007), las apreciaciones están en constante cambio porque
responden a una comunidad de acuerdos:
142
Un acercamiento a la interacción donde la Investigación
Acción Participativa se constituye una vez más en una op-
ción transformadora, liberadora y con capacidad de acción
hacia nuevos mundos posibles.
Conclusiones
143
Conectar la práctica con las metodologías y la forma de
construir conocimiento desde un posicionamiento transfor-
mador, a través de la investigación y acción participativa, se
plantea como metodología posibilitadora de todos aquellos
retos, propuestas y desafíos mencionados en los acápites an-
teriores.
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146
Reflexión de la Autora en torno a los Aportes Provenientes
del Trabajo en la Línea y del Meta Diálogo en Relación al
Capítulo como Proceso Colaborativo
Mónica Piedad Ramírez
147
por el desempeño profesional frente al aprendizaje, los de-
rechos, la familia y la crianza de niños y niñas bogotanos, de
estratos socio económicos medio y medio alto, que son remi-
tidos a terapia ocupacional, y haber pasado a preguntarme
por procesos de construcción de paz con niños y niñas rela-
cionados con el contexto de conflicto armado colombiano,
desde la perspectiva de narrativas generativas, eje central
de la investigación que nace de mi participación como maes-
trante y de la cual participo actualmente, me ha permitido
validar la importancia de las prácticas relacionales, el valor
del lenguaje con potencial transformador y los sujetos con
potenciales más allá de ser sujetos carentes y deficitarios,
premisas que se validan en cualquier ámbito de trabajo.
148
PARTE II.
Estudios sobre Niñeces y
Prácticas Educativas
149
CAPÍTULO 4.
Aportes del Construccionismo Social a los
Procesos de Investigación Social y a las
Prácticas Educativas
María Camila Ospina-Alvarado
María Alejandra Fajardo
151
Puede tratarse de conocimientos que se producen, que se
reproducen, que se transmiten o que se reciben pasivamen-
te, pero que desde lo propuesto por el construccionismo, se
construyen socialmente a partir de las relaciones. Esto abre
un debate en torno a las creencias que se tienen sobre el co-
nocimiento que, como lo expone Gergen (2007), están sus-
tentadas en dos concepciones heredadas del pensamiento
occidental: la endogénica, que centra el conocimiento en el
individuo, en su mente y en su capacidad para hacer razona-
mientos; y la exogénica, que pretende llegar al conocimien-
to mediante una cuidadosa observación directa y objetiva
del mundo externo, evitando la participación de emociones
o sentimientos que tergiversen los resultados.
152
revelar la medida en que la “pizarra ha sido llenada” (Gergen, 2007,
p. 215).
153
ciones y a la interdependencia de los humanos, con el fin
de mantener prácticas culturales y reconstruir las formas de
reconocer y actuar en el mundo, a través de múltiples voces
y no desde el aislamiento del yo. Es, entonces, la reivindi-
cación de un conocimiento que se construye socialmente y,
de forma más concreta, comunitariamente; en donde, según
Torres (2013), es posible la coexistencia de múltiples visio-
nes que hacen imposible formular concepciones universales,
teniendo en cuenta que es en el mundo intersubjetivo y en
la realización de proyectos colectivos donde los sujetos se
reconocen, definen sus identidades, sus proyectos de vida y
conjuntamente sus proyectos políticos. Gergen (2007) agre-
ga que la única manera para llegar al significado es a través
de las acciones complementarias del otro, en donde se man-
tiene abierta la puerta a las resignificaciones que surgen de
las construcciones conjuntas que se dan en las conversacio-
nes; así mismo propone que el foco del proceso investigativo
ya no esté sólo en el sujeto sino en sus redes relacionales.
154
que se escuchan y aquellas que se silencian, las prácticas que
se instauran o se evitan, con ciertos modos de producción
de conocimiento y con ciertas acciones con intencionalidad
educativa. Se hace referencia (retomando un término aris-
totélico) a una racionalidad práctica en la cual se supera la
contemplación y observación del mundo como caminos para
la construcción del conocimiento, y se resalta que sólo es po-
sible llegar a la verdad de las cosas a partir de situaciones
concretas que tienen un significado para el ser humano; así,
la comprensión del mundo es situacional y está mediada por
los motivos, los fines y los modos de actuar (Herrera, 2010).
La propuesta del construccionismo social (Gergen, 2007,
2009 y 2012) sería aún más radical en cuanto a cuestionar
la pretensión de la ciencia por la “verdad” y a reconocer la
constante construcción de múltiples realidades relacionales,
sociales y culturales.
155
y que se requiere una coordinación lingüística como inter-
pretación de lo observado; y trascender la aproximación al
lenguaje como portador de la verdad, en el que las palabras
son concebidas como representación transparente y trans-
misión externa del mundo mental interno, para hacer uso
pragmático, performativo y generativo del lenguaje como me-
dio constructor de realidades locales, a través de las relaciones
con otros, otras y el mundo en la cultura (Gergen, 2007).
156
cada uno aporta sus conocimientos y experiencias, y los dos
aprenden mutuamente sobre las concepciones del mundo
que habitan. Se posibilita así la existencia de espacios en los
cuales no sólo se sostienen sino que se generan prácticas cul-
turales que conducen a diversas interpretaciones de la rea-
lidad desde pedagogías más contextuadas, colaborativas y
dialógicas. El privarse de estas reflexiones hace que se sigan
reproduciendo prácticas en las cuales:
157
plina (especialización), sino que pase por procesos de forma-
ción humana.
158
En cuanto a las prácticas investigativas, y siguiendo esta
línea de ideas, el investigador deja de ser quien predice y
controla conductas o situaciones y quien toma distancia del
objeto estudiado, para convertirse en un investigador que
se relaciona con aquello que estudia, que lo afecta y al mis-
mo tiempo se deja afectar. Se trata de un investigador que
valora el significado que tienen sus acciones en el contexto
local, donde son desplegadas y, como lo ha propuesto Ger-
gen (2007), comprende el significado de su investigación en
la vida cultural; es un investigador que no habla únicamente
desde su racionalidad sino que adquiere el compromiso éti-
co de darle voz a los otros, de llegar a conclusiones luego de
establecer acuerdos y compartir interpretaciones.
159
rescatar la capacidad de agencia de los sujetos, especialmen-
te de aquellos a los que tradicional e históricamente se les
han minimizado e invisibilizado sus potencialidades y ha-
bilidades por ser considerados víctimas, menores de edad,
personas en situación de discapacidad o, en general, por
presentar condiciones diferentes a las de las personas que,
desde una mirada dominante, se les ha otorgado el don de
ser portadores de la verdad.
160
y de las formas particulares como se vinculan a su renegociación
permanente (conciencia subjetiva) (Alvarado, 2016, p. 21).
161
propuestas pedagógicas, sustentadas en competencias y es-
tándares de calidad. Es allí donde las verdades absolutas o
los discursos dominantes deben ser sometidos a crítica, op-
tando por visiones de la realidad que incluyan la particulari-
dad que existe en la vida y las historias de los sujetos. Desde
este sentido, el construccionismo social se proyecta como un
marco que permite comprender las realidades que se estu-
dian en la academia y la influencia que tiene el complejo
relacional de las prácticas humanas en el ser y en el hacer, en
los diferentes entornos en los que participamos.
162
deconstrucción de los conocimientos, ya no como verdades
universales, sino como saberes locales en los que se vinculan
de manera íntima los sentidos y las prácticas; lo que implica
llevar a cabo propuestas metodológicas abiertas, flexibles y,
principalmente, participativas y orientadas a la acción trans-
formadora, y que privilegian los discursos, las conversacio-
nes, las narrativas y otros escenarios y prácticas múltiples en
las que se despliegue el mundo relacional, con significado
cultural y social.
163
comunicativa. Por un lado, y como ya ha sido mencionado,
están las narrativas y los estudios de los discursos como mé-
todos de investigación y acción, desde los cuales la experien-
cia humana se describe a través de historias que, en muchos
casos, se alejan de los relatos dominantes. Específicamen-
te, el construccionismo social propone el enfoque narrativo
sustentado en un lenguaje apreciativo y generativo, que ha-
bla de las excepciones, de las relaciones alternativas, de las
posibilidades de agencia y, en general, de aquellos detalles
que han sido omitidos en una historia que ya ha sido conta-
da y que pueden rescatar cualidades y potencias no contem-
pladas antes. Siguiendo esta línea de la generatividad del
lenguaje, hemos desarrollado varias investigaciones orien-
tadas al agenciamiento de los niños, las niñas y sus familias
(Ávila, Martínez y Ospina-Alvarado, 2013; Fajardo Mayo,
Ramírez Lozano, Valencia Suescún y Ospina- Alvarado,
2018; Gómez, Ospina-Alvarado, Alvarado y Ospina, 2014;
Ospina-Alvarado, Alvarado, Carmona y Ospina, 2017; Os-
pina-Alvarado, Alvarado y Ospina, 2014; Ospina-Alvarado,
Alvarado, Ospina y Gómez, 2017a y 2017b; Ospina-Alvara-
do, Carmona-Parra y Alvarado-Salgado, 2014; Ospina-Ra-
mírez y Ospina-Alvarado, 2017; Valencia, Ramírez, Fajardo
y Ospina-Alvarado, 2015).
164
De otro lado, emerge con gran fuerza desde el construc-
cionismo social el interés por la investigación orientada a la
transformación, a partir de la cual, como lo ha planteado
Fals Borda (1978), “es fundamental conocer y apreciar el
papel que juega la sabiduría popular, el sentido común y
la cultura del pueblo, para obtener y crear conocimientos
científicos” (p. 16). En la investigación acción se propone
un diálogo de saberes, tal y como lo ha propuesto Gergen
(2007) en relación a la polivocalidad. También Ghiso (2000)
destaca el carácter transformador del diálogo de saberes
como apuesta fundamental en las prácticas investigativas y
educativas: “la interacción caracterizada por lo dialógico re-
contextualiza y resignifica los “dispositivos” pedagógicos e
investigativos que facilitan la reflexividad y la construcción
de sentidos de los procesos, acciones, saberes, historias y te-
rritorialidades” (p. 2).
Conclusiones
165
América Latina, se hace necesario propiciar procesos de ar-
ticulación y encuentro entre las prácticas educativas e inves-
tigativas, con énfasis en la transformación relacional, social
y cultural. El construccionismo social nos ha permitido pen-
sar en dicha articulación y hacer una mirada reflexiva a la
misma, al aproximarnos a la construcción de conocimientos,
pero también a su deconstrucción y co-construcción de cara
a los territorios y a los actores, en particular a los niños, las
niñas, sus familias y otros agentes relacionales, compren-
diendo los conocimientos, ya no solo como dominio del in-
vestigador experto, sino de los procesos de co-construcción
colaborativa, dialógica y en general polivocal.
166
investigadores, maestras y maestros para construir conoci-
mientos y mundos en los que quepamos todos y todas.
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169
CAPÍTULO 5.
Implicaciones de una Mirada Sistémica en
la Educación y la Investigación Social
sobre los Niños y las Niñas
Ana Carolina Martínez Murcia
Sandra Milena Laiton Rozo
Introducción
171
rado, 2012) quien nos dice que la realidad está conformada
por mapas, es decir representaciones de la realidad. A partir
de esa comprensión se indica que no hay un único mapa
ni una única forma de leerlos pues lo que se plantea es la
multiplicidad de estos. En investigación estos mapas por su
complejidad no pueden ser abordados en su totalidad, por
ende, se hace necesario que el o los investigadores deter-
minen qué parte van a abordar e interpretar. Así mismo, el
investigador se aproxima a los fenómenos sociales a partir
de unos lentes específicos, por lo que es responsabilidad de
este explicitar el posicionamiento ético y político desde el
cual se instaura su proceso investigativo.
172
La investigación como un proceso relacional
173
conociendo la singularidad en la diversidad, vinculándose
en lo local y validando las relaciones que allí se establecen.
Sus preguntas van orientadas a visibilizar el saber popular,
a establecer interpretaciones a partir de las narraciones y
vivencias de los participantes, a reconocer las construcciones
sociales de un sujeto o colectivo, a generar transformaciones
tanto en el investigador como en la comunidad, a realizar
deconstrucciones de situaciones y significados de los parti-
cipantes y a validar y visibilizar las voces de los sujetos.
174
Principales desplazamientos de la investigación tradicional
a una perspectiva sistémica
175
Del mismo modo, los procesos investigativos han estado
permeados por una serie de desplazamientos desde una
perspectiva tradicional a una sistémica, los cuales son expli-
citados por Ospina-Alvarado (2012), teniendo en cuenta los
aportes de Estupiñan (2007), Bronfenbrenner (1987), Bos-
colo, Cecchin, Hoffman & Penn (1978), quienes basan sus
principales contribuciones en una cibernética de segundo
orden para visibilizar y comprender las familias, al niño, la
niña y la escuela en relación con otros contextos relaciona-
les. Por esa razón, en este escrito se trasponen dichos apor-
tes:
176
En la cibernética de segundo orden se hace referencia al sistema
observado, al incluir al observador en aquello que observa, por lo que
la objetividad se vuelve una tarea imposible. Desde esta noción, el
observador realiza sus observaciones a partir del lente de su cultura,
lengua y familia (p. 5).
177
de la verdad. Verdad que se considera legítima si es trasmi-
tida en entornos y medios científicos (Gergen, 2007). Por
ende, el investigador a partir de su investigación establece
una verdad la cual es avalada por la comunidad científica.
Mientras que, desde una perspectiva sistémica el o los inves-
tigadores se visibilizan como agentes activos, quienes me-
diante el diálogo entre iguales, dan voz a los participantes
de la investigación empelando diversas estrategias de traba-
jo colaborativo y cooperativo donde se constituyen múltiples
interpretaciones y verdades de acuerdo a las características
de los sujetos y de los contextos.
178
- De la generalización científica a los hallazgos específicos a una
sociedad y cultura
179
cuenta los procesos políticos, culturales, económicos y edu-
cativos que están permeando las concepciones y el aborda-
je de la infancia, así como también es importante tener en
cuenta a nivel microlocal los procesos mencionados ante-
riormente, ya que, muchos de ellos varían y poseen unas
particularidades a nivel departamental, municipal y local
que los determinan y hacen particulares. Por ello, en los
procesos investigativos es relevante la contextualización de
la población ya que esta contribuye significativamente a la
interpretación de los significados que los sujetos le atribu-
yen a las vivencias alrededor del fenómeno a investigar.
8 Es internase por el contexto del uso del lenguaje, relacionar una visión fenomenológico-hermenéutica.
180
Así las cosas, en la investigación social en Colombia, la
perspectiva sistémica le permite a los agentes sociales e in-
vestigadores observar cómo los sistemas educativos se crean
sus propias unidades, elementos y estructuras de análisis,
queriendo decir con ello, que las relaciones que se consoli-
dan entre estos no son únicas sino que son producto y resul-
tado de la correlación entre las partes y el todo.
181
En ese sentido, estas hipótesis de carácter sistémico en
investigación se consideran un buen insumo para el investi-
gador ya que orientan las líneas de acción en pro de conocer
las relaciones que se establecen en el sistema investigado y a
fin de corroborarlas o descartarlas. Por ello, para la Línea de
Niñez «Construcción Social del Niño y la Niña: La Familia y
otros contextos relacionales» la formulación de hipótesis de
carácter relacional no se centran en una dificultad atribuida
al sujeto, sino en el sistema relacional que está generando
que los niños, las niñas, los jóvenes y las familias presenten
barreras en los diferentes sistemas en los cuales participan.
Debido a ello, la investigación se centra en corroborar o des-
cartar las hipótesis en la que los sujetos son visibilizados y
abordados a partir del sistema relacional.
182
tigador se refiere a los niños y a las niñas en una situación
determinada y contextualizada, pone en escena la voz de
los niños y las niñas, de las familias, de los docentes, de la
comunidad y de otros agentes que pueden contribuir a dar
un significado real a la situación y categorías que son objeto
de estudio.
183
conoce que por la complejidad y variabilidad que presentan
tantos los contextos, como las situaciones y los sujetos estos
procesos se pueden suscitar y conducir al investigador a ha-
llar categorías y situaciones emergentes que no se habían
considerado al inicio de la investigación.
184
en el fenómeno a estudiar. Seguidamente, es fundamental
entender que la investigación es un proceso cíclico, flexible,
cambiante y articulado donde se debe visibilizar la voz y los
significados que los participantes construyen alrededor del
fenómeno.
185
entre estos. Por ello, el enfoque sistémico pone su mirada
en la conectividad relacional lo cual, implica que la acción
es recíproca entre los órganos que componen el panorama
educativo, es decir, los componentes de la familia, los grupos
humanos, lo social, la cultura, etc.
186
poseedor de una verdad absoluta a la construcción colectiva
del saber.
187
La escuela es un sistema compuesto por sus formas de proceder y las
actitudes de los (as) que allí trabajan, las políticas y procedimientos
establecidos por el Estado y la comunidad, las fuerzas que inciden
en su desempeño como lo son los recursos económicos y la población
estudiantil, entre otros (Hall & Hord, 2006; Negroni, 1996; Senge,
2005 en Ramos 2007, p. 14).
188
tes de retroalimentación entre la comunidad educativa. En
esta medida, se genera y vislumbra la construcción circular
del proceso educativo (Ospina-Alvarado, 2012).
189
Cambia continuamente con la experiencia y operan, en cada instante,
como un sistema relacional, en virtud de lo cual, es necesario evitar
la trivialización y reducción de la complejidad social, entendida
como instancias de predicción y control. En consecuencia, la noción
de sujeto (…) se transforma en un sistema exo-auto-expositivo que
conoce, actúa y decide (Oliva, sin año, p. 12).
190
por el crecimiento, el bienestar, el diálogo, la convivencia y
la motivación hacia el proceso de aprendizaje de los niños y
las niñas.
191
(Ospina-Alvarado. (2012). Inédito. PPT: Bases conceptuales de la perspectiva sistémi-
ca en psicología: Del individuo a la familia. Maestría en Desarrollo Educativo y Social.
UPN-CINDE. Línea de Niñez: “Construcción Social del Niño y la Niña: La Familia y otros
contextos relacionales, p. 27).
192
conexiones entre estas (Ramírez, 2000; Torre & Voyce, 2000, citados
por Ramos 2007, p. 13).
193
componentes de acuerdo a las particulares necesidades de los mismos
y a las demandas de sus ambientes (Ramos, 2007, p. 15).
194
resignificacion, la transformación de la cultura se hace posi-
ble en la interrelación con los otros y con el contexto mismo.
Conclusiones
195
vos están compuestos por subjetividades, ideologías, valores,
sentimientos, emociones, etc. Por este motivo lo educativo y
la investigación son aspectos complejos de las realidades a
investigar y observar.
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196
CAPÍTULO 6.
Implicaciones del Construccionismo Social
en los Procesos Desarrollados con los
Niños y las Niñas en Contextos Escolares
Inclusivos
Introducción
197
el construccionismo social se encuentra una alternativa para
comprender las prácticas educativas inclusivas de niños,
niñas y jóvenes con discapacidad desde la apertura de un
abanico de posibilidades que pueden resignificar y propi-
ciar nuevas formas de entender y actuar frente a la realidad
educativa del país.
198
de neutralidad; sin embargo, a diferencia de la exogénica,
el enfoque principal se halla en los poderes de la razón in-
dividual.
199
a una red de supuestos; es decir, un discurso compartido
acerca de la naturaleza de los seres humanos, sus capaci-
dades y su relación con el mundo y los otros. Desde esta
idea es posible encontrar el lugar que ocupa el lenguaje en
este proceso, el cual, desde una apreciación crítica, permite
comprender nuestras formas de relación inmersas en una
cultura y, a través de ella, abrir un espacio a la consideración
de las alternativas futuras. Para Gergen (2007), la crítica no
se considera como reveladora de los intereses sesgados,sino
como aclaradora de las consecuencias pragmáticas del pro-
pio discurso.
200
los que interactúa el individuo; es decir, es una construcción
comunal más no individual, gracias a lo cual se hace más
pertienente la construcción de verdades locales más que
universales,que hablan del contexto y de la cultura desde
las experiencias de cada sujeto.
201
mente de los demás” (p. 76). Por lo cual el contexto social,
las tradiciones y la cultura permean la construcción colectiva
de saberes.
202
constituirse en un aporte para dar cuenta de las interaccio-
nes y procesos que en la escuela tienen lugar y que para este
caso se caracterizan por se inclusivos, diversos y con reco-
nocimiento de las voces de niños, niñas, jóvenes, maestros y
familias, quienes desde comprensiones tradicionales quizás
han sido silenciados, enfoque que enriquece la creación de
ejercicios pedagógicos locales y contextuados.
203
En primera instancia, se visibiliza la experiencia y la
postura de la familia y, como cada uno de sus integrantes,
puede configurar y construir el concepto del niño, la niña o
el joven, independientemente de la presencia de una con-
dición de discapacidad o no. Del mismo modo, se toma la
voz de las familias tocando puertas para lograr el proceso
inclusivo de su hijo o hija con discapacidad, y se evidencian
las narrativas de familias que creen que sus hijos regulares
deben aceptar la diversidad, formarse en valores y contri-
buir a una sociedad que permita la aceptación del otro como
legítimo, otro sin discriminación.
204
Metodología
205
dición está acompañada con discapacidad intelectual. Para
identificar sus relatos se denominará como E4. Por último,
participaron dos estudiantes sin discapacidad, compañeros
de clase. Ellos serán identificados como E2 y E3.
206
hacia los niños y las niñas y los jóvenes en condición de
discapacidad.
Concepto de Discapacidad
207
pertinentes en el currículo y ha sido un proceso bonito porque nos
damos cuenta que los niños con discapacidad sí aprenden y pueden
vivir en sociedad (D2).
208
ca) de las personas, la cual tiene, a juicio de Gergen (2007),
profundos efectos en lo que denomina el debilitamiento
cultural, pues si se hace referencia a lo que la persona con
discapacidad no puede hacer con la misma agilidad de una
persona sin diagnóstico, se puede entrar en un círculo vicio-
so que limita la participación de la persona con discapacidad
en contextos sociales. Por tanto, de los términos utilizados
por cada adulto, profesional o investigador, para referirse
a los niñosniñas y jóvenes con discapacidad, depende la
mirada que tengan otras personas o instituciones en los que
ellos se desenvuelven.
209
lo cual permite visibilizar que los estudiantes regulares con-
sideran que no es adecuado llamar la atención cuando su
compañero con discapacidad muestra tales comportamien-
tos y, por ende, lo aceptan tal cual es.
210
En este sentido, emerge un reconocimiento de los apor-
tes del proceso de inclusión. En este sentido, en el discurso
de uno de los maestros se evidencia que, en el proceso de in-
clusión, la escuela es una institución protagónica en relación
a la construcción de sociedad. Del mismo modo, el maestro
menciona la importancia de romper esquemas, permitiendo
que cada vez las prácticas educativas sean más inclusivas,
favoreciendo de esta manera un cambio social que constru-
ya la participación de cada ser humano sin discriminación
alguna.
211
el compartir espacios con estudiantes con pocas habilidades
sociales que tendrían incidencia en la convivencia sana.
212
En este sentido, se evidencia la credibilidad de la familia
en el proceso de interacción, pues se percibe en sus narra-
ciones la idea de que, a partir de este, los niños y niñas en
condición de discapacidad con compañeros regulares van
configurando la aceptación del otro como legítimo otro, sin
discriminación alguna; y con el respeto, las mismas oportu-
nidades y mayor participación en el contexto escolar regu-
lar.
213
o en el descanso, para mí eso quiere decir que es parte de un grupo
(F1).
Conclusiones
214
tante ejercicio de procesamiento y análisis de la información
obtenida, gracias a lo cual, a continuación se contextualizan,
a manera de conclusiones, la forma como se transforman las
distintas miradas en las categorías trabajadas para los com-
pañeros de clase, los docentes, las familias y cuáles son los
aportes del proceso inclusivo de niños y niñas en condición
de discapacidad, en el escenario escolar regular, visto des-
de la perspectiva del construccionismo social. Inicialmente,
es importante resaltar que se observa el fortalecimiento de
vínculos afectivos de los estudiantes con discapacidad junto
con sus compañeros en el contexto escolar, a partir de la in-
teracción, dado que en sus narrativas hacen referencia a sus
mejores amigos, al apoyo que sus compañeros les brindan
en momentos que requieren ayuda para desplazarse, para
realizar su tarea apropiadamente y, por supuesto, la alegría
que les da participar con sus compañeros en las actividades
culturales, cívicas y deportivas que se realizan en el colegio.
215
compañeros deben ser respetuosos, solidarios, ordenados y
tolerantes.
216
que las familias de estudiantes sin discapacidad reconocen
que dicho proceso favorece en sus hijos la aceptación por la
diversidad y la formación en valores como: respeto, solida-
ridad, colaboración, amistad. Así mismo, las familias de es-
tudiantes en condición de discapacidad perciben dicho pro-
ceso como una oportunidad para que sus hijos aprendan a
solucionar problemas cotidianos, independientes y, a su vez,
para que no sean vistos desde la deficiencia sino desde las
potencialidades.
217
De igual manera, es necesario continuar escuchando las
narrativas de las personas involucradas en el proceso de in-
clusión, no solo en el contexto escolar y familiar, sino tam-
bién en el contexto social, puesto que, actualmente, gracias
a la inclusión educativa, ya existen muchas personas con
discapacidad: Jóvenes y adultos que se desenvuelven en un
rol laboral aportando significativamente a nuestra sociedad.
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218
CAPÍTULO 7.
Construcción Social del Niño y la Niña en
Contextos de Conflflicto Armado: Familia,
Escuela y Comunidad
Mónica Piedad Ramírez L.
María Isabel Valencia S.
María Alejandra Fajardo M.
María Camila Ospina-Alvarado
Introducción
219
de los niños y niñas en las dinámicas de violencia asociadas
al conflicto armado, que han marcado sus vidas con innega-
bles consecuencias.
220
rentes actores que ven presentes en la escuela, y sus ideas de
paz como potencial de transformación del conflicto.
221
familias como construcciones sociales y culturales dinámicas,
diversas y cambiantes, de acuerdo a las condiciones del me-
dio. Partiendo de que el lenguaje generativo juega un papel
fundamental en la construcción de realidades, se propone
que no se puede llegar a una definición única de familia y
que es necesario escuchar e interpretar lo que narran las
personas, con el fin de lograr una mayor compresión de es-
tas construcciones colectivas.
222
consideran que sus familias se encuentran “en medio” de los
grupos armados, teniendo que apoyar en algunos momen-
tos a un grupo y en otras oportunidades a otro. Una niña de
16 años comenta al respecto:
Si uno llegaba y la miraba mal, de una vez “papi mire que este chino
me está mirando mal”, y de ahí empezaban los problemas. Allá una vez
el padrastro por culpa de mi hermana le pegó a mi mamá, entonces yo
también me le alcé y ahí casi, ese día casi lo mato (Niño de 16 años).
223
La violencia vivida de manera cotidiana lleva a que se
deterioren lazos familiares importantes, como los existentes
entre hermanos, los cuales podrían significar un apoyo im-
portante en momentos difíciles, como los vividos en el con-
flicto armado:
224
ya no podía recochar con mi hermana, (…) o sea ya no podía estar con
ella, ya tenía que ocuparme de otras cosas (…), ya tenía que hacer era
lo que ellos me mandaban…
225
la educación es desplazada para realizar otros oficios en el
hogar, sin que esto se configure en una molestia para los
niños y las niñas. Por el contrario, se percibe cómo la adop-
ción de estos roles influye significativamente en la constitu-
ción de sus subjetividades con una marca fuerte de género,
llegando a sentirse valientes y dignos (a pesar de las críticas
de sus seres cercanos), por el hecho de realizar actividades
que se piensan exclusivas para las mujeres. Un ejemplo de
lo anterior está dado por el siguiente relato:
Pues los demás me decían que yo era un hombre bobo, que esos
trabajos de la casa los tenía que hacer era una mujer, que en ese caso
lo tenía era que hacer mi mamá, que yo no tenía por qué lavar ropa,
lavar ollas, que lavar platos, que yo no tenía que hacer nada de eso.
Entonces yo decía si a mí me gusta hacer esto quién me lo va a impedir,
y entonces empezaban a decir que yo era del otro lado, o sea como
dicen por ahí, que yo era marica (Niño de 16 años).
226
sea lo que yo hacía yo sé que mi hermana nunca lo va a hacer, que es
ayudarle a mi mamá.
Con el padrastro era (…) como más brusca porque (…) me decía
cualquier cosa que a mí no me gustaba, entonces yo le colocaba mala
cara pero no le decía nada. Y pues el padrastro era muy peliancero y
eso y no me gustaban era las peleas de él con mi mamá (Niño de 16
años).
Ella no me pegaba como hacen otras mamás que maltratan a los hijos,
no. Mi mamá no era de esas (…) yo cuando estaba pequeña, recién
nacida, me dio una enfermedad que era una tal varicela, que le da en
el cuerpo a uno, y yo quedé hospitalizada (…) me pongo a llorar y le
digo que yo la quiero a ella por salvarme, porque ella mantenía en el
hospital, así día y noche.
227
Pues, con él [padrastro] me la voy bien, porque, primero que todo, el
me crió como cuando tenía seis años (…). Cuando empezó a criarnos
nos dio todo, el estudio, el tiempo que estudié allá, primero, segundo
y tercero (Niña de 15 años).
Me dicen que yo le hago falta a ellos para que cuide al bebé y a los
dos que son pequeños y para que le ayude a mi mamá… bueno, ella
mantiene enferma (…) y eso también me da duro porque siempre que
ella está enferma yo estoy con ella, y soy la que más puedo cuidar a
mi mamá …
228
Con el padrastro ya cambió harto, las cosas ya cambiaron, él está
pendiente, él me llama cada 8 días o sino cada 16 días, (…) me
pregunta que qué me hace falta, y es pa’ mandarme plata, y yo le
digo que, o sea a mí me puede hacer falta plata y eso pero yo le digo
al padrastro que no, que yo tengo acá, que yo estoy bien y que no me
hace falta nada, o sea porque yo también lo considero…
229
nes de inseguridad generadas por abuso y estructuras de
poder, sobre la población en cabeza de los Grupos Armados
Ilegales (GAI); también se configura en escenario de paz, en
la medida en que se construyen y validan prácticas para la
convivencia pacífica y se gestan relaciones favorecedoras a
partir de lo que los niños y las niñas consideran como ingre-
dientes necesarios para que la paz sea posible.
Los profesores son tratados por los GAI como sujetos que
amenazan sus propósitos de guerra, en tanto suponen que
ellos y ellas se introducen furtivamente en la escuela con
propósitos encubiertos, por lo que se convierten en víctimas
de intimidaciones por parte de estos grupos, lo que ocasiona
la interrupción de sus labores y la movilización permanente
de personal:
230
Porque piensan que son como (…) vienen como profesores, pero
supuestamente no son profesores, que son otra cosa, como gente…,
esto... infiltrada o si no gente importante que va como a analizar las
cosas, entonces por eso es que no dejan… que por ahí no pueden estar
y no sé qué. Entonces ese es el problema, y por eso es que cuando
llegan profesores y eso… siempre los fastidian y esa vaina, entonces
unos profesores dicen que están aburridos, que no es por nosotros
sino es porque no pueden estar allá, que ya les han avisado, entonces
que se vayan, por eso es que los profesores casi no van por allá (Jóven
de 18 años).
231
aprender acerca de las dolorosas consecuencias de la gue-
rra, como se entrevé en esta narración:
Como que las alumnas no se preocupan casi por las cosas (…) por los
problemas que hay (…) ahí en esa escuela no se preocupaban por los
problemas que habrían, no tenían precauciones o algo así, y entonces
al secuestrarlos entonces la muchacha ya tenía más entendimiento de
lo que se trataba un secuestro o la guerra, los problemas (Niño de 15
años).
Pues eso lo rayan todo con FARC, que yo no sé qué por todo lado (…)
lo rayan todo, escriben muchas cosas en las paredes y en las puertas,
las ventanas… la palabra que siempre colocan es que “están presentes”
(…) han dormido en las escuelas y colegios (Niña de 16 años).
232
Del mismo modo, con la presencia de los GAI hay mo-
mentos en los que se suspenden las actividades escolares,
como lo comenta un niño cuando se refiere a la implicación
de los grupos armados en la educación: “Cuando amanecen
en las escuelas, pues no hay clase” (Jóven de 18 años).
…la policía debería estar como haciéndoles más como que talleres
a los Jóvenes para que no se vayan a incluir en eso y también que
haiga más como más patrullaje en las comunidades o en los barrios
(…) pa’ que no se filtre tanta gente por ejemplo los milicianos de la
guerrilla…o ya jefes, ya grandes que no dentren a los barrios ni a las
comunidades (Jóven de 18 años).
233
Mis abuelos no me mandaban sola a estudiar, éramos un grupo de
niños… como que así cerca de las casas habían niños que estudiaban
en la misma escuela o sea lo hacíamos todo juntos (…) Nunca nos
dejan solos porque más que todo, solo una no sabe qué le pueda pasar,
en grupo íbamos todos (…) En esos tiempos se escuchaban muchos
comentarios (…) que salían a violar a las niñas que yo no sé qué, que
los niños se los llevan, que los pueden matar que yo no sé ni cuantas
cosas (...) en ese tiempo éramos como 10 ó 15, éramos como súper
pequeños, estábamos como en cuarto o en quinto (Niña de 15 años).
234
trucción de la paz en sus espacios comunitarios, incluida la
escuela:
(…) es que era muy chistoso, para qué le cuento, o sea nosotros
dibujábamos y pegábamos hasta las puntas de las casas así sea un
dibujo muy feo, así sea un mamarracho, lo que sea lo dibujábamos así,
y dibujábamos cosas muy bonitas sobre las paz, entonces lo pegábamos
sobre la escuela y lo dejábamos así (Niña de 16 años).
Fallas estructurales
235
universidad, entonces uno no puede estar... por ejemplo yo quisiera ir
ya en décimo y en once… así yo sienta que es muy pesado… soy una
persona que yo quiero estar ya en la universidad, estar ya saliendo
(Niño de 15 años).
Fue más la situación económica casi y pues todo eso viene de una
línea, pues por qué fue el desplazamiento forzoso, fue por eso que
nos desplazaron, después fue que el año pasado o antepasado fue que
llovió harto y se metió por todas partes el (…) porque ahí sí dijo que
qué íbamos a hacer nosotros, que si íbamos a ponernos a estudiar
por nosotros mismos que él nos iba a comprar el mercado y nosotros
mismos cocinábamos Niño de 15 años).
236
los diferentes actores del contexto. Se recopilan aquí algu-
nos de los significados expresados por los niños y las niñas
en sus acepciones de escuela como escenario de formación y
de ampliación de sus posibilidades de vida futura.
237
hay educación, se va a encontrar en la calle, pues si no hay
educación todo lo que nos digan en la calle todo lo vamos a
hacer” (Niña de 16 años).
238
porque no supieran orientarse, porque siempre la educa-
ción viene de los padres, pero si los padres son malos, que
los golpean así o algo, hay maltrato sí que pior” (Niño 15
años). “Yo digo que sin educación no habría más posibili-
dades, uno como todo en el mundo se descubre en el al-
gún momento (…) la educación comienza por los padres y si
ellos no saben entonces, estaríamos graves” (Niño 15 años):
239
“ (…) disciplina (…) no estar molestando” (Niña de 15 años).
En las maneras de actuar y comportarse en relación a los
otros y las otras, niños y niñas validan la equidad a partir
de la importancia que cobran cada uno y cada una de los
actores de la escuela: “ (…) por ejemplo, que los profesores
lleguen a tiempo y los alumnos también, que las personas
cuando digan algo lo cumplan” (Jóven de 18 años), “no te-
ner preferencias” (Niño de 15 años), “ (…) no creerse más
que los demás” (Niña de 16 años).
240
profesores (…) y le altera las notas al profesor (...) o también
cuando le roban a uno las cosas” (Niña de 16 años).
241
parte de un grupo, siendo posible así la construcción de paz
desde las relaciones en la escuela.
242
son suficientes para la constitución de comunidad: “La co-
munidad no es ni la suma de los individuos, ni de sus intere-
ses, ni de fines compartidos; tampoco puede pensarse como
comunidad unitaria y homogénea que actúa como un sujeto
colectivo” (p. 204).
243
Esta unión, en referencia a la comunidad, se expresa a
través del compartir y del respeto:
244
embargo, toda la trama se posicionó en el seno de la familia
que finalmente va a la asamblea.
245
Primero cambié con mi familia y con los vecinos. Con los vecinos a
lo último ya me taban diciendo ole porqué usted se fue pa’llá ellos
pensaban… este chino aquí nacido en esta vereda y ya viene es a
mandarlo a uno (…) Lo que me cambió a mí o sea es que yo quedé mal
delante de la gente. O sea y yo quedé fue como mal en ese sentido, o
sea quedé como un zapato como dicen. No es que me caigan tan bien
allá en la vereda pero cuando supieron que yo iba allá a reuniones y
esa vaina pues entonces ahí sí fue que quedé como un zapato (Niño
de 16 años).
Viviendo en Benposta
246
si esa gente la estaba buscando todavía o no. Y pues, nosotros no
queríamos venirnos para acá (Niña de 16 años)-
¿El peligro? No, fue la situación económica primero que todo, pues
porque este año fue que empezó todo, fue que empezó a producir eso
y ya le dio de pronto le da más estudio a mi hermano y le puede dar
lo que él quiera, si él quiere comprarse un computador, ya lo puede
dar, ya pa’ los dos de pronto no… (Niño de 15 años).
Me vine porque mi mamá… ella no podía darme el estudio pero yo sí
quería estudiar. Ella me hizo el proyecto para venirme para acá. Yo le
dije que yo me venía, así sea lejos pero… y ya, estoy juicioso porque
hizo el esfuerzo para que yo viniera para acá y pudiera estudiar. Yo he
cambiado mucho porque yo allá casi no estudiaba (Niño de 14 años).
247
nombrados con palabras relacionadas con cargos públicos,
como lo son “alcalde” o “diputada”. Se toman las decisiones
en la “asamblea” que se realiza semanalmente, en la que to-
dos y todas pueden participar y son desarrolladas por cuen-
ta de la coordinación que realiza la “junta de gobierno”.
“Office” es lavar los platos. Eso nos toca un solo día, nos toca que por
ejemplo camarear, es dar la comida, servirla porque la hacen, no más
servirla (…) yo estoy ahí, yo vivo pero yo soy el que mando más ahí de
que el grupo mío que pongan pilas a terminar rápido, porque llegan
se demoran y nos toca otra vez repetir (Niño de 15 años).
248
De pronto aquí que uno comienza hablando, como ir a estudiar, todo
el tiempo ocupado, casi no hay entonces diversión, entonces el día del
niño se pasa pero demasiado rápido (Niño de 15 años).
Acá pues me siento muy ocupada a veces me siento, no tengo tiempo
para mis cosas generalmente tengo más tiempo para la comunidad
que para mis cosas (…) a mí me hace sentir bien, pero algunas veces
así más o menos porque como que ni tengo horas libre como para
hacer, ni para lavar, hasta ahorita fue que lavé después de tres días
(Niña de 15 años).
249
iba haciendo las cosas, a veces allá (…) atrevidamente y eso lo he
cambiado aquí (Niña de 15 años).
Me ha hecho cambiar porque… Mi mamá me sacó, primero por el
grupo armado, segundo porque era muy… rebelde. Aquí he cambiado
mucho. Pues aquí soy un poquito calmadita, no le contesto a ningún
otro y grande (…) Como contestarle a la gente mayores, a contestarle
a las amigas que… bueno, que llegan y le hablan, le dicen cosas y que
uno no se pone bravo (Niña de 13 años).
250
hasta amenazado o quien sabe… Y aquí en Benposta pues, aprendí
muchas cosas, como a tener esa mirada de que… mientras allá… allá
a mí no me importaba el estudio. Yo estaba en sexto y me tiraba de
a seis materias. Yo quería salir… y no sé y como hacer cagadas y ser
malo. No sé… esas pesadillas que yo tenía antes. A lo que es ahora…
yo cambié… y esos pensamientos fueron influencias de las malas
amistades. Hubiera sido tenaz (Niño de 14 años).
251
Siguiendo a Torres (2013):
252
educativos que acompaña la experiencia de los niños y niñas
participantes en la investigación:
Trabajar con el chino que puede aprender cosas de uno así como uno
puede aprender de él, pues digamos que podemos avanzar a algún
punto positivo y eso es una de las mejores cosas de acá de Benposta y
esas cosas traumáticas que han vivido, seguramente no las han logrado
curar porque eso es casi que imposible pero que si logran vivir con eso
y logran agarrar pa’ algún lado y eso me parece muy importante.
253
sabilidad de los sujetos que la conforman en un horizonte de
construcción de paz.
254
interpretación de un país que en crisis necesita de nuevas
voces de aliento, no sólo para quienes se encuentran inte-
resados en el tema de la niñez en el contexto del conflicto
armado, sino también para hacer realidad la construcción
de paz desde el reconocimiento del valor por el lenguaje
gestado en las interacciones.
Conclusiones
255
contexto social, cultural y político, que influye sus formas
de actuar, pensar y comprender la realidad; pero sin olvidar
que estos agentes sociales también logran afectar y transfor-
mar sus vidas cotidianas, al narrarse a sí mismos, al narrar a
los otros y al buscar de forma colaborativa la resignificación
de sus realidades.
256
como la justicia, la equidad, el respeto, la responsabilidad y
el compromiso como categorías de análisis nombradas por
los niños y las niñas en la construcción de sus significados de
paz en las relaciones al interior de la escuela.
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El Búho.
258
CAPÍTULO 8.
Narrativas de los y las Docentes sobre
la Inclusión de Niños y Niñas con
Discapacidad en Primera Infancia en el
Jardín Infantil Colinas y el Instituto de
Integración Cultural IDIC
Introducción
259
tituto de integración cultural de carácter privado, posterior
a ello se hace un rastreo bibliográfico donde se pretende
determinar a nivel investigativo y conceptual que se ha he-
cho a nivel de Colombia en los últimos 10 años en relación
a la inclusión educativa de niños y niños en condición de
discapacidad en la primera infancia desde un enfoque na-
rrativo. A partir de dicha arqueología se encuentra un vacío
investigativo respecto al tema, ya que se propenden por in-
tervenciones desde el campo de la rehabilitación y la restitu-
ción de derechos, faltando investigaciones donde a partir de
visibilizar la voz de las y los docentes se llegue a comprender
los relatos que ellos y ellas han construido a partir de un
marco relacional.
260
afectivas, económicas, educativas particulares, las cuales el
sistema educativo debe tener en cuenta y dar respuesta sin
dejar de lado los procesos colectivos y colaborativos. Este es
el gran reto que enfrentan las instituciones educativas y los
agentes que convergen en ella.
261
reconocemos que el sujeto posee una condición especifica
en su desarrollo pero lo nombramos desde sus capacidades
estas se convierten en el punto de referencia para un trabajo
que tiene como objetivo la potenciación de dichas habilida-
des.
Método
262
significados y del saber práctico y de las claves cotidianas
presentes en los procesos de interrelación, identificación y
reconstrucción personal y cultural” (p. 4).
263
Resultados
Con base a los relatos de las y los docentes tanto del jar-
dín infantil Colinas, identificadas con la sigla (I), como del
Instituto de Integración Cultural (IDIC) identificados con
la sigla (S), se presenta un acercamiento a la construcción
social que han elaborado de las categorías de discapacidad
e inclusión educativa. Estas se constituyen a partir de sus
experiencias en el ámbito profesional y personal y de los
conocimientos adquiridos en el ámbito académico, los cuales
se ven implícitos tanto en los relatos como en su quehacer
pedagógico.
264
como de educación formal ocasiona una falta de armonía
entre el sujeto y su entorno, no pudiendo este adaptarse
ni desempeñarse en los diferentes sistemas (familia, escuela,
barrio, comunidad y sociedad) de la forma que se espera de
acuerdo a los relatos de estas docente.
265
La discapacidad desde una visión de las potencias
Las y los docentes tanto del Jardín colinas como del Insti-
tuto de Integración Cultural, expresan a través de sus rela-
266
tos lo que sintieron y sienten cuando comparten un mismo
escenario y procesos con niños y niñas en condición de dis-
capacidad.
267
vulnerables o con dificultades, entre estos se cuenta la pobla-
ción en condición de discapacidad.
268
desarrollo genera que las docentes sientan la necesidad de
protegerlos y acogerlos.
269
ellas y ellos transformaciones tanto a nivel personal descu-
briendo o reafirmando en ellas sentimientos de amor y ca-
riño, como a nivel profesional ampliando sus conocimientos
acerca de la discapacidad y de estrategias pedagógicas acor-
de con particularidades en el desarrollo.
270
En estas narrativas se evidencia que todos los niños y ni-
ñas tienen el derecho a la educación y a otros contextos de
participación donde se potencialicen las habilidades de cada
de ellos y ellas. Por otro lado, estos relatos de las y los docen-
tes están situados en el nuevo modelo educativo formal que
busca aceptar la diferencia y trabajar de manera colaborati-
va por el desarrollo integral de la infancia.
271
por actividades enfocadas al aprendizaje de competencias
académicas tal y como lo evidencian los siguientes relatos: ¨
Guías, vocabulario por medio de flash card y contextualiza-
ción de los temas¨ (S6). ¨El énfasis en los temas por medio
de títeres, láminas de colores, audio, utilización de sellos y
diversos materiales¨(S2). “Es la oportunidad que se debe
brindar a los niños y niñas de pertenecer a una institución
educativa para potenciar sus habilidades y destrezas según
su nivel de discapacidad¨ (S1).
La diversidad en el aula
272
dicación y concientización que esta permeado por alegría y
amor. Tal y como se visibilizan en los siguientes relatos:
273
les quienes nos asesoran y acompañan, así mismo mantener
una comunicación constante con la familia. (I3).
274
comprometidos y dispuestos a apoyar todos los procesos¨.
(S1).
Discusión
275
entorno a las temáticas de discapacidad e inclusión educati-
va en la primera infancia.
276
niños ni las niñas que poseen esta condición adquieran los
aprendizajes y desarrollos acordes con su edad.
277
los niños y niñas, cuando se identifica alguna dificultad o
problema la circunstancia es atribuida al sujeto y se mantie-
ne esta connotación sin visibilizar factores externos que in-
dudablemente inciden en una condición de discapacidad y
que pueden estar manteniendo o agravando la situación del
sujeto. Este planteamiento coincide con lo mencionado por
autores como Gergen (2007), Ferreira y Rodriguez (2006),
quienes postulan que cuando se habla desde el déficit o la
insuficiencia ésta se atribuye a una condición propia del su-
jeto sin tener en cuenta factores relacionales ni culturales.
278
actitudes de miedo y temor ocasionado por el desconoci-
miento frente a la discapacidad y al cómo orientar proce-
sos de enseñanza – aprendizaje de forma efectiva. Un factor
adicional que se halló en nuestra investigación se refiere a la
falta de preparación desde el pregrado en la atención edu-
cativa de sujetos en condición de discapacidad. Pero desde
una perspectiva constructivista social ha generado en las do-
centes el interés por indagar, conocer las historias de vida
y proponer nuevas estrategias pedagógicas que posibilitan
paulatinamente transformar las representaciones frente a la
niñez con discapacidad.
279
Así mismo, la presente investigación coincide con los
planteamientos de Gergen (2007), en la medida en que se
generan transformaciones en los sujetos y en las relaciones
cuando se empieza hablar desde un lenguaje apreciativo y
de las potencias. Las y los docentes en sus narrativas coinci-
den en que en el trabajo y en la relación con niños y niñas
en condición de discapacidad, se han generado cambios en
ellos y ellas a nivel personal y profesional en la medida en
que han adquirido mayores conocimientos frente a la disca-
pacidad, se han incentivado su capacidad de investigación e
indagación y se empieza a visibilizar realmente lo que signi-
fica el hablar y actuar desde un enfoque diferencial.
280
fancia como la interacción de varios elementos, donde se re-
conocen valores, políticas y prácticas que apoyan el derecho
de cada niño y niña y su familia a participar en una amplia
variedad de actividades y contextos. Este resultado coinci-
de con el modelo ecológico de Bronfenbrenner (1987), al
situar los distintos subsistemas (niño y niña, familia, jardín,
colegio) y otros contextos relacionales como sistemas diná-
micos que se complementan y se significan a través de la
interacción.
281
va exige que los alumnos se sientan miembros valorados y
con participación real en la vida social. Este objetivo lo han
logrado las y los docentes gracias a los espacios y acciones
generadas donde se afianzan los vínculos y el reconocimien-
to del otro.
282
Conclusiones
283
nocen las capacidades que poseen los niños y niñas y desde
allí se orienta el trabajo pedagógico siendo este precisamen-
te el reto que nos propone la inclusión educativa, lo cual
implica para las y los docentes eliminar barreras actitudina-
les, fortalecer procesos de indagación e investigación, poner
en escena conocimientos aprendidos tanto en el pregrado
como en el trabajo cotidiano, deconstruir y construir nuevos
significados frente a la discapacidad y la inclusión, generar
redes y entablar diálogos y comunicación efectiva con las
familias para realizar un trabajo cooperativo en pro de los
niños y las niñas.
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285
ALGUNAS IDEAS PARA CONTINUAR LA
CONVERSACIÓN
287
En la comprensión de los niños y las niñas, el equipo reto-
ma elementos de la perspectiva sistémica y del construccio-
nismo social, relevantes en el contexto colombiano, como se
ha expuesto a lo largo del libro. Del enfoque sistémico reto-
mamos el énfasis en las interacciones y los sistemas, aproxi-
mándonos a los niños y niñas desde sus relaciones con otros
y otras y con los entornos relacionales en los cuales partici-
pan, como lo son la familia, la escuela, el barrio, el parque,
la calle y la comunidad. Del mismo modo, la alusión a los
niños y niñas, desde una mirada compleja, la proponemos
arraigada a un contexto histórico, social, cultural, económi-
co, político, ideológico, comunicativo y relacional.
288
no, el cual ha posicionado por muchos años a los niños y las
niñas desde la indefención, las implicaciones de ser menores
de edad, la victimización y la invisibilización.
289
Retomando algunos planteamientos del construccionis-
mo social, proponemos la transformación social como pun-
to de llegada de estas prácticas, partiendo de la necesaria
orientación desde la pragmática, entendida como pertinen-
cia social. Del mismo modo, como línea de investigación
consideramos que es responsabilidad del investigador y la
investigadora social el dar a conocer los resultados promo-
viendo así la transformación a nivel comunitario, académico
y de política pública.
290
SOBRE LAS AUTORAS
291
y publicaciones: Niñez, familia, subjetividad, construcción
social, construcción de paz.
292
sional de apoyo a la inclusión proyecto 735 Secretaria distri-
tal de Integración social localidad Rafael Uribe Uribe.
293
sidad Pedagógica y CINDE. Participante de la Línea de In-
vestigación “Construcción Social del Niño y la niña: Familia
y otros contextos relacionales”.
294
295