La Ciudad Vacia Cuento

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LA CIUDAD VACIA

VALORES: TRABAJO EN EQUIPO, CONFIANZA

Érase una vez una ciudad en donde las calles estaban vacías porque la gente estaba todo el
día en su casa aprovechando las nuevas tecnologías.

Sin embargo, a Luisa le seguía gustando salir a dar un paseo por la ciudad, aunque no fuera
acompañada. Le gustaba recorrer todo lo bueno que tenía aquel lugar y observarlo todo con
sus ojos, aunque por otro lado le daba mucha pena ver como la biblioteca, el museo, el
parque o las cafeterías estaban totalmente vacías.

¿Por qué todo el mundo había decidido no disfrutar de la realidad? Pensaba una y otra vez
en cada uno de sus paseos. Un buen día se encontró a una señora sentada en un banco y ésta
se asustó mucho al verla:
- ¡Pero jovencita! ¿Qué haces tú por aquí?
- Solo paseaba... ¿Le parece raro? - contestó Luisa acercándose a ella-
- Sí, porque apenas me encuentro con gente y la poca gente es ya mayor, que recuerda lo
bonito que fueron todos estos sitios antes de que estuvieran vacíos. Ahora la gente joven
prefiere hablar por internet y enviar fotos, hablar a través del móvil y divertirse desde casa.
- Tiene razón. Yo solo tengo 18años, pero me gustaría volver a conocer todo aquello. ¿Qué
podría hacer? ¿Le gustaría ayudarme? sería divertido – dijo Luisa a la señora entusiasmada-

La señora se llamaba Josefina y le explicó a Luisa que hacía unos años trabajaba
organizando todas las fiestas de la ciudad.

- Podría ayudarte a organizar una gran fiesta para que la gente salga de sus casas, pero
necesito mucha imaginación y esto supondrá mucho esfuerzo.
- ¡Llamaré a todos mis amigos Josefina! Y entre todos pensaremos algo para recuperar y
devolver a la realidad a nuestros vecinos – dijo Luisa mientras sonreía feliz -
- Está bien Luisa. Si la semana que viene consigues reunir a tus amigos y que dejen en casa
sus móviles, iPad y ordenadores…nos veremos justo en este banco al lado del roble y yo te
ayudaré en lo que pueda – dijo Josefina levantándose para marcharse.

Durante toda la semana Luisa se dedicó a contar a todos sus amigos, en el receso de la
escuela, la conversación con Josefina. Algunos preferían jugar y ni siquiera se paraban a
escucharla.

Entonces Luisa tuvo la idea de hacer carteles en su casa con fotos de cómo habían sido
aquellos lugares que ella quería recuperar y dos días después de tener todos sus carteles
hechos, los pegó en el recreo.
Los jóvenes se quedaron sorprendidos de todas las cosas divertidas que se podían hacer en
su ciudad y al llegar a casa hablaron con sus padres y les dijeron que tenían que recuperar la
ciudad.

Una vez cumplido el plazo, Luisa apareció a la hora indicada en el banco, al lado del roble
y cuando Josefina llegó vio asombrada como Luisa estaba acompañada por todos los
vecinos, regresando la confianza a toda la comunidad de la ciudad.

La fiesta fue un gran éxito. Los vecinos comprobaron cómo podían disfrutar mucho
haciendo actividades juntos, compartiendo sus ideas y trabajando en equipo sin necesidad
de usar teléfonos, ni ordenadores de ni ninguna clase de tecnología y que la tecnología se le
debe dar un buen uso sin dejar de lado el compartir con tu familia, con amigos y vecinos….
con la naturaleza, después de este gran encuentro las calles y lugares de aquella ciudad
nunca más volvieron a estar vacías.

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