Desarrollo Cognoscitivo y Disminucion de Funcionamiento

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DESARROLLO COGNOSCITIVO.

INTELIGENCIA Y HABILIDADES DE PROCESAMIENTO


¿La inteligencia disminuye en la adultez tardía?
La respuesta depende de qué capacidades se midan y cómo. Algunas de ellas, como la
velocidad de los procesos mentales y el razonamiento abstracto, pueden disminuir en los
años finales, pero otras tienden a mejorar durante la mayor parte de la vida adulta. Y aunque
los cambios en las capacidades de procesamiento pueden reflejar deterioro neurológico,
existe mucha variación individual, lo que sugiere que los deterioros del funcionamiento no
son inevitables y quizá puedan prevenirse. El efecto de los cambios cognoscitivos es
influido por la capacidad cognoscitiva temprana, la posición socioeconómica y el nivel
educativo.
Medición de la inteligencia en los adultos mayores
Los investigadores suelen usar la Escala de Inteligencia para Adultos de Wechsler (WAIS)
para medir la inteligencia de los adultos mayores. Las calificaciones que se obtienen en las
subpruebas de la WAIS arrojan un CI verbal, un CI de desempeño y un CI total. El
desempeño de los adultos mayores en la WAIS por lo general no es tan bueno como el de
los adultos más jóvenes, pero la diferencia se concentra sobre todo en el desempeño no
verbal.
El Estudio Longitudinal de Seattle: úselo o piérdalo
En el Estudio Longitudinal de Seattle de la Inteligencia Adulta, los investigadores midieron
seis capacidades mentales primarias: significado verbal, fluidez, número (habilidad de
cálculo), orientación espacial, razonamiento inductivo y velocidad perceptual.
Solución de problemas cotidianos
Por supuesto, el propósito de la inteligencia no es presentar exámenes, sino lidiar con los
desafíos de la vida diaria. En muchos estudios, la calidad de las decisiones prácticas (qué
carro comprar, qué tratamiento recibir para el cáncer de mama, cuánto dinero asignar a un
plan de retiro o cómo comparar las pólizas de seguros) comparten apenas una modesta
relación, si acaso, con el desempeño en tareas como las que se presentan en las pruebas
de inteligencia (Blanchard-Fields, 2007; M. M. S. Johnson, Schmitt y Everard, 1994; Meyer,
Russo y Talbot, 1995) y, a menudo, no se relacionan con la edad (M. M. S. Johnson, 1990;
Meyer et al., 1995; Walsh y Hershey, 1993).
Cambios en las capacidades de procesamiento
¿Qué explica el curso variado de las capacidades cognoscitivas en la adultez tardía?
En muchos adultos mayores, una ralentización general del funcionamiento del sistema
nervioso central es un factor importante que contribuye a la pérdida de eficiencia del
procesamiento de información y a los cambios en las capacidades cognoscitivas. La
velocidad del procesamiento, una de las primeras en deteriorarse, se relaciona con el estado
de salud, el equilibrio, el modo de andar y el desempeño de actividades cotidianas de la vida
diaria como buscar números telefónicos y contar el cambio (Ball, Edwards y Ross, 2007).
Una capacidad que tiende a hacerse más lenta con la edad es la facilidad para cambiar la
atención de una tarea o función a otra (Bucur y Madden, 2010). Este hallazgo puede explicar
por qué a muchos adultos mayores les resulta difícil manejar, una actividad que requiere
cambios de atención rápidos (Bialystok, Craik,
Klein y Viswanathan, 2004). Los adultos mayores tienden a desempeñarse mejor en tareas
que dependen conocimiento y hábitos arraigados

¿CÓMO CAMBIA LA MEMORIA?


A menudo se considera que las fallas de la memoria son un signo del envejecimiento. El
hombre que mantenía su agenda en la cabeza ahora tiene que escribirlo en un calendario;
la mujer que tomaba varias medicinas ahora mide las dosis de cada día y las pone en un
lugar donde se asegure de verlas. La pérdida de memoria es la principal preocupación
manifestada por los estadounidenses viejos (National Council on the Aging, 2002). Se
estima que uno de cada cinco adultos mayores de 70 años presenta cierto grado de
deterioro de la memoria fuera de la demencia (Plassman et al., 2008). Pero en la memoria,
como en otras capacidades cognoscitivas, el funcionamiento de las personas mayores
disminuye con lentitud y varía de manera considerable.
Memoria de corto plazo
Para evaluar la memoria de corto plazo, los investigadores piden a una persona que repita
una secuencia de números, en el orden en que fueron presentados (retención de dígitos
hacia adelante) o en orden inverso (retención de dígitos hacia atrás).
La retención de dígitos hacia adelante se mantiene bastante bien en la edad avanzada
(Craik y Jennings, 1992; Poon, 1985; Wingfi eld y Stine, 1989), no así el desempeño en la
retención de dígitos hacia atrás (Craik y Jennings, 1992; Lovelace, 1990)
. ¿Por qué? Una explicación ampliamente aceptada es que la repetición inmediata hacia
adelante sólo requiere la memoria sensorial, la cual conserva su eficiencia durante toda la
vida, mientras que la repetición hacia atrás requiere la manipulación de la información
localizada en la memoria de trabajo, cuya capacidad disminuye de manera gradual con los
años (Gazzaley, Sheridan, Cooney y D’Esposito, 2007), lo que hace difícil realizar más de
una tarea a la vez (E. E. Smith et al., 2001).
Memoria de largo plazo
Los investigadores del procesamiento de la información dividen la memoria de largo plazo
en tres sistemas principales: memoria episódica, memoria semántica y memoria
procedimental.
En la memoria episódica, el sistema de memoria de largo plazo que tiene mayor
probabilidad de deteriorarse con la edad (Park y Gutchess, 2005). Dado que la memoria
episódica está vinculada a eventos específi cos, para recuperar una pieza de este “diario”
mental debe reconstruirse la experiencia original en la mente.
La memoria semántica es una especie de enciclopedia mental, pues contiene el
conocimiento almacenado sobre hechos históricos, ubicaciones geográfi cas, costumbres
sociales, signifi cados de palabras y cosas por el estilo.
Recordar cómo montar en bicicleta o usar una máquina de escribir es un ejemplo de la
memoria procedimental. Ésta incluye habilidades motoras, hábitos y procesos que, una
vez aprendidos, pueden activarse sin esfuerzo consciente.
Habla y memoria: efectos del envejecimiento
¿Le ha pasado alguna vez que no ha podido encontrar una palabra que conocía a la
perfección? Esta experiencia ocurre entre personas de todas las edades, pero se hace más
común en la adultez tardía (Burke y Shafto, 2004). En una prueba que exige defi niciones
de palabras, los adultos mayores por lo general se desempeñan mejor que los jóvenes, pero
les resulta más difícil encontrar una palabra cuando reciben su signifi cado (A. D. Smith y
Earles, 1996). Esas experiencias de “la punta de la lengua” parecen relacionarse con

los problemas en la memoria de trabajo (Schwartz, 2008). Los adultos mayores también
cometen más errores para nombrar en voz alta las fotografías de objetos, hacen referencias
más ambiguas y cometen actos fallidos en el habla cotidiana, y con más frecuencia llenan
las pausas con muletillas como “um” o “este”. Los adultos mayores también muestran una
tendencia cada vez mayor a cometer faltas de ortografía con palabras (como indict en inglés)
que se escriben diferente a como suenan (Burke y Shafto, 2004). Esos problemas refl ejan
una falla de la recuperación verbal y no del conocimiento del vocabulario, el cual, como
hemos visto, por lo regular se mantiene fuerte.
SABIDURÍA
La sabiduría también ha sido estudiada como una capacidad cognoscitiva. Como tal, se ha
definido como “una amplitud y profundidad excepcionales del conocimiento acerca de las
condiciones de la vida y los asuntos humanos, y un juicio refl exivo acerca de la aplicación
de dicho conocimiento”. Puede implicar insight y conciencia de la naturaleza incierta y
paradójica de la realidad y puede conducir a la trascendencia, el distanciamiento de la
preocupación por el yo (Kramer, 2003, p. 132

DISMINUCIÓN DE FUNCIONES
DE LOS VIEJOS JÓVENES A LOS VIEJOS DE EDAD AVANZADA
Envejecimiento primario Proceso gradual, inevitable, de deterioro corporal a lo largo del
ciclo de vida.
Envejecimiento secundario Procesos de envejecimiento que son resultado de la
enfermedad, el abuso y la falta de actividad física; a menudo pueden prevenirse.
Actividades de la vida diaria (AVD) Actividades esenciales y cotidianas que ayudan a la
supervivencia, como comer, vestirse, bañarse y circular por la casa.
Edad funcional Medida de la capacidad de una persona para desempeñarse de manera
eficaz en su ambiente físico y social en comparación con otros de la misma edad
cronológica.
Longevidad y envejecimiento
¿Cuánto tiempo vamos a vivir? ¿Por qué tenemos que envejecer? ¿Le gustaría vivir para
siempre?
Los seres humanos se han hecho esas preguntas durante miles de años. La primera
pregunta implica varios conceptos relacionados.
La expectativa de vida es el tiempo estadísticamente probable que una persona nacida en
un momento y un lugar específicos puede llegar a vivir, dadas su edad y condición de
salud actuales.
La expectativa de vida se basa en la longevidad promedio, o duración real de la vida de
los miembros de una población.
Las mejoras en la expectativa de vida reflejan una disminución de las tasas de mortalidad
(la proporción de la población total o de grupos de cierta edad que muere en un
determinado año).
El ciclo de vida humano es el periodo más largo que pueden vivir los miembros de nuestra
especie. El ciclo de vida más largo que se haya documentado hasta ahora es el de Jeanne
Clement, una francesa que murió a los 122 años de edad. La segunda pregunta expresa
un tema de la vejez: el anhelo por una fuente o pócima de juventud.

Detrás de este anhelo está el temor, no tanto de la edad cronológica como del
envejecimiento biológico: la pérdida de la salud y de las capacidades físicas. La tercera
pregunta expresa la preocupación no sólo por la duración sino por la calidad de la vida.
¿POR QUÉ ENVEJECE LA GENTE?
¿Qué ocasiona la senectud, un periodo marcado por deterioros evidentes del
funcionamiento corporal asociados con el envejecimiento? ¿Por qué varía su inicio de una
persona a otra? Y, para el caso, ¿por qué envejece la gente? La mayor parte de las
teorías sobre el envejecimiento biológico caen en dos categorías (resumidas en la tabla
17-2): teorías de la programación genética y teorías de tasa variable.
Cambios físicos
Algunos cambios físicos que por lo general se asocian con el envejecimiento resultan
evidentes para un observador casual, aunque afectan más a algunos ancianos que a
otros. La piel envejecida tiende a palidecer y a perder elasticidad, y puede arrugarse a
medida que se reducen la grasa y la masa muscular. Tal vez aparezcan venas varicosas
en las piernas; el cabello de la cabeza se adelgaza y se torna gris y luego blanco, y el vello
corporal comienza a escasear. La estatura de los ancianos se reduce a medida que se
atrofi an los discos entre las vértebras espinales. En especial entre las mujeres con
osteoporosis, el adelgazamiento de los huesos puede ocasionar cifosis, llamada
comúnmente “joroba de la viuda”, una curvatura exagerada de la columna vertebral que
por lo general ocurre entre los 50 y los 59 años (Ball, 2009). Además, la composición
química de los huesos cambia, lo que crea un mayor riesgo de fracturas. Otros cambios,
menos visibles pero igual e importantes, afectan a los órganos internos y los sistemas
corporales, el cerebro y el funcionamiento sensorial, motor y sexual.
ENVEJECIMIENTO DEL CEREBRO
En las personas normales saludables, los cambios en el cerebro durante la vejez suelen
ser sutiles, hacen poca diferencia en el funcionamiento y varían de manera considerable
de una persona a otra, de una región del cerebro a otra y de un tipo de tarea a otro.
Además, la plasticidad del cerebro puede “reorganizar los circuitos neuronales para
responder al desafío del envejecimiento neurobiológico”
FUNCIONAMIENTO SENSORIAL Y PSICOMOTOR
Las diferencias individuales en el funcionamiento sensorial y motor se incrementan con la
edad (Steinhagen-Th iessen y Borchelt, 1993). Algunos ancianos experimentan deterioros
notables, pero otros prácticamente no presentan cambios en sus habilidades.
Visión y audición
Los ojos viejos necesitan más luz para ver, son más sensibles a la luz y puede resultarles
difícil localizar y leer las señales. Por ello manejar puede ser una actividad peligrosa, en
especial de noche. Los adultos mayores pueden tener difi cultades con la percepción de
profundidad o de color, o con actividades diarias como leer, coser, ir de compras o cocinar
(Desai et al., 2001). Las pérdidas en la sensibilidad al contraste visual pueden ocasionar
problemas para leer letras muy pequeñas o muy claras.
SUEÑO Los adultos mayores suelen dormir y soñar menos que antes. Sus horas de sueño
profundo son más restringidas y pueden despertarse con mayor facilidad por problemas
físicos o exposición a la luz (Czeisler et al., 1999; Lamberg, 1997), o quizá como resultado
de cambios relacionados con la edad en la capacidad del cuerpo para regular los ciclos
circadianos de sueño y vigilia (Cajochen, Münch, Knoblauch, Blatter y Wirz-Justice, 2006).
Sin embargo, puede ser peligroso suponer que los problemas del sueño son normales en
la vejez. El insomnio o falta de sueño crónica puede ser un síntoma o, si no se atiende, un
precursor de la

depresión. Tanto la falta como el exceso de sueño se asocian con un mayor riesgo de
mortalidad (Gangswisch, 2008).

FUNCIONAMIENTO SEXUAL
El factor más importante para mantener el funcionamiento sexual es la actividad sexual
continua a lo largo de los años. En una encuesta nacional, 53% de los adultos
estadounidenses de 65 a 74 años y 26% de los de 75 a 85 años dijeron ser sexualmente
activos. Los hombres tienen una probabilidad mucho mayor que las mujeres de mantener
la actividad sexual en la vejez, lo que en gran medida se debe a que, por constituir una
población menos numerosa, es más factible que tengan pareja (Lindau et al., 2007).

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