La Prueba Testimonial y Clases de Testigos
La Prueba Testimonial y Clases de Testigos
La Prueba Testimonial y Clases de Testigos
La prueba testimonial se realiza a través del testigo. Este es la persona que comparece ante el
Tribunal para informar sobre determinados hechos que conoce. A la declaración que realiza el
testigo, se le llama testimonio. Este medio de prueba existe tanto en materia civil, como en
materia penal, aunque la respectiva reglamentación suele ser diferente.
El testigo, quien es llamado para declarar o exponer sobre los hechos materia del proceso por
haber tenido noticia de ellos por otros medios o a través de otras personas- testigo de referencia-
deberá efectuar una narración detallada de los hechos y circunstancias que rodearon la
ocurrencia de los acontecimientos.
Un testigo es la persona natural, capaz y extraña al juicio que por tener conocimiento de los
hechos materia de la controversia está obligada, en función de la buena administración de justicia
a declarar sobre determinados hechos. Se destaca en esta definición el rasgo de ajenidad del
testigo, si bien es un sujeto que conoció los hechos, el testigo no debe tener ningún interés en la
solución del conflicto, no debe estar parcializado hacia un resultado.
Ortells Ramos, cuando señala que “el testigo es la fuente de la prueba testifical, siendo la persona
que declara en el proceso ante el juez sobre su percepción y conocimiento de hechos y
circunstancias pasadas. Este autor señala que la prueba testifical tiene algunas características:
a) Se trata de un medio probatorio que exige la presencia y la declaración oral del testigo ante el
juez. Las declaraciones prestadas por el testigo fuera del proceso y en presencia de una persona
que no sea juez, no son prueba testifical. Por ello no puede confundirse la prueba testifical con
el testimonio documental.
b) El testigo ha de ser un tercero respecto a los sujetos del proceso; es decir, no se puede ser ni
juez ni parte en el proceso que declara.
c) La declaración de testigos debe referirse a los hechos pasados de los que haya tenido
conocimiento directo (por haberlos presenciado) o indirecto (porque se lo han contado)”.
Existen también factores que pueden influir en la retención y recuperación de los datos que los
testigos pueden aportar con su testimonio. Dentro de éstos podemos destacar:
- El tiempo de demora empleado para realizar la primera identificación o declaración.
- Los factores post-suceso que pueden incidir sobre el recuerdo del testigo antes de la
declaración, los datos que pueda adquirir luego de la ocurrencia de los hechos y que guarden
relevancia con los mismos.
-Una inadecuada toma de declaración, sesgos en la forma de preguntar, La entonación, el orden,
las preguntas tipo, ‘¿está seguro?’, ‘¿no cree que el suceso fue de otra forma?’, ‘¿no es verdad
que…?,’ etc., pueden afectar a la respuesta que va a otorgar el testigo.
- Factores de los testigos, un testigo es una persona y, como tal, hay que tener en cuenta una
serie de aspectos psicológicos del mismo. Por ejemplo, su personalidad, su estado de salud
mental y su moralidad. Cada uno de estos aspectos va a determinar la vivencia experimentada
y va a modular la declaración, la opinión sobre los hechos y, en general, la vivencia que haya
experimentado.
Debido al estado de trauma y al estrés sufrido por la víctima o el testigo, la inexactitud de la
memoria debe ser un importante factor a tener en cuenta puesto que nuestra memoria es capaz
de modificar los recuerdos, llegando incluso a crear recuerdos que, en realidad, no han
ocurrido. Por ello, habrá que modular la credibilidad que se está otorgando al testigo en cuestión.
En cuanto a la credibilidad de los testigos, existen varias técnicas que nos van a permitir evaluar
subjetivamente el nivel de exactitud de la declaración:
– Observación de conductas no verbales. Consiste en analizar la expresión corporal basándose
en el supuesto de que existen lazos entre las emociones y la conducta no verbal. Dentro de estas
conductas no verbales, por ejemplo, encontramos las características vocales (tono de voz más
agudo, mayores pausas, etc.), las características faciales (cambios de posición, parpadeos,
sonrisas, etc.) y los movimientos (menos movimientos corporales de manos, brazos, etc).
– Examen de algunas respuestas fisiológicas. Se basa en que los cambios de estado emocional
de un testigo, sobre todo los de tipo ansioso, producen cambios de tipo fisiológico. En este campo
destaca la utilización del polígrafo, entendido como un detector que registra las respuestas
corporales de una persona, tales como el pulso, la presión sanguínea y la respiración cuando
está siendo interrogada, con el objetivo de determinar si miente o no.
– Análisis del contenido de la declaración. Se basa en que una declaración sobre algo percibido
puede ser cualitativamente distinta a una declaración inventada. Para ello, por ejemplo, podemos
tomar como referencia el análisis de contenidos basados en criterios (Criteria-
based content analysis, CBCA), una técnica para analizar las palabras que expresan las
personas para ver si lo que dicen es o no creíble.
Clasificación de testigos
La doctrina procesal establece la siguiente clasificación sobre los tipos de testigos:
1. Por el vínculo con los hechos
Esta clasificación se vincula con la relación directa o indirecta que tuvo el testigo con los hechos.
De esta manera, un testigo puede ser referencial o presencial.
Directo o inmediato pues recibe los hechos propios sin interferencia y así los depone ante el juez.
Indirecto o mediato- no percibe la vivencia directamente, sino que recibe un conocimiento de las
personas que realmente tuvo contacto con la conducta o el hecho que se debate
a. Testigo presencial
Es el testigo que estuvo en el momento y en el lugar de los hechos. Esta prueba es directa, pues
la fuente presenció el hecho controvertido en el mismo momento en que se produjo; por ejemplo,
en un proceso por indemnización, se ofrece a un testigo que observó los daños que hizo el
demandado sobre un bien inmueble del actor.
b. Testigo referencial
Es el testigo que obtuvo la información de forma indirecta, pues sólo lo escuchó de otros. Él no
estuvo en el lugar, ni en el momento de los hechos. La doctrina procesal recomienda que no se
debe considerar al pie de la letra lo que este testigo informa. Por ejemplo, la vecina que escuchó
el balazo, pero no vio cómo mataron a la víctima.
El testigo presencial es de mayor credibilidad que el testigo referencial, pues este tiene
conocimiento directo de los hechos controvertidos. De esta manera, su testimonio se sienta sobre
bases sólidas; no obstante, creemos que hay que tomar con pinzas lo dicho por ambos tipos de
testigos, pues por la práctica procesal hemos visto que existen testigos directos o indirectos que
han mentido en su testimonio a cambio de algún beneficio, esto habría que erradicarlo de nuestro
sistema judicial.
2. Por el vínculo con el proceso
Esta clasificación se basa en el interés que presenta el testigo en relación al resultado del
proceso. Esta distinción hecha por la doctrina es algo compleja, ya que en la mayoría de sistemas
procesales se señala que el testigo no debe tener ningún tipo de interés. Según este enfoque
doctrinario los testigos pueden ser: externo y deponente.
a. Testigo externo al proceso
Este testigo no posee ningún interés en el resultado del proceso. Por ejemplo, en un proceso de
filiación, el recepcionista de un hotel que ofrece su testimonio sobre si la pareja era asidua
concurrente al lugar. Si este es citado a declarar en el proceso sería un testigo externo, pues el
recepcionista no tiene ningún beneficio con el resultado del proceso.
b. Testigo deponente
Es el testigo que tiene un interés inmediato en el proceso. Por ejemplo, en el proceso civil existe
lo que se conoce como el tercero civilmente responsable. Supongamos que un conductor
dependiente atropella a una persona, dejándola con lesiones leves. El agraviado puede
demandar al que ocasiono el daño, pero existe un tercero civilmente responsable que es el
propietario del auto. El propietario si es citado a declarar en el proceso sería un testigo
deponente.
3. Por la forma de comparecencia
Esta clasificación se vincula en relación a la voluntad y a la espontaneidad del tercero al momento
de emitir el testimonio. En ese sentido puede ser que una persona acuda voluntariamente al
juzgado a informar lo que vio, como también puede ser que sea renuente a asistir. Por ello, bajo
este enfoque la doctrina clasifica a los testigos en testigo espontáneo y testigo refractor.
a. Testigo espontáneo
Es el testigo que expone su testimonio, pese a que ningún mandato judicial lo obliga, sino que
su conducta es impulsada por su sentido de justicia. Por ejemplo, en un proceso donde se quiere
descubrir al asesino de un joven, un grupo de cinco personas que observaron el hecho delictivo
se acercan voluntariamente al juzgado para realizar su manifestación de lo ocurrido.
b. refractor
Es aquel testigo que posee información relevante para dilucidar los hechos controvertidos. No
obstante, no tiene voluntad de hacerlo y, por ello, es coaccionado para que acuda a comparecer
ante el juez. Por ejemplo, supongamos un proceso donde se trate de descubrir cómo ocurrió la
muerte de dos jóvenes que paseaban por la Amazonia peruana. La única persona que sobrevivió
es el tercer acompañante y este no quiere declarar. Para ello, la ley faculta al juez a obligarlo
coercitivamente a que brinde su testimonio. El tercer acompañante renuente sería un testigo
refractor.
Consideramos que el testimonio de aquel sujeto, que en aras de solucionar el conflicto y
colaborar con la justicia se acerca al proceso para ayudar a esclarecer los hechos, tiene mayor
valor probatorio que aquel testigo que es obligado a declarar. No obstante, tenemos que ser
cautos y verificar si esa espontaneidad es porque realmente desea ayudar. En cuanto al testigo
refractor consideramos que el derecho debe coaccionar a aquellos sujetos que no colaboran con
la justicia.
4 Por la forma como han conocido los hechos
Esta clasificación de los testigos se vincula a la manera como se han conocido los hechos; se
basa en las distintas formas de aprehender la información relevante para el proceso. Según este
enfoque, pueden ser testigos de hechos ajenos, testigos de hechos personales, testigos de la
fama y testigos de oídas.
a. Testigos de hechos ajenos que han conocido o percibido por medio de alguno de ¡os
sentidos (vista, oído, tacto, gusto y olfato)
Este tipo de testigo se caracteriza por relatar los hechos que conoció a través de sus sentidos y
ajenos a su persona. Por ejemplo, en un proceso cuya materia es “violencia familiar, tres vecinos
son citados como testigos. Estos han observado los maltratos físicos, han escuchado los
improperios e insultos de la pareja; por ello, son testigos directos, no obstante, no han participado
de los hechos. Serían considerados por la doctrina de acuerdo con este enfoque como “testigos
de hechos ajenos.
b. Testigos de hechos que ha realizado personalmente
Este tipo de testigos narran los hechos realizados por ellos mismos. Su testimonio tiene
importancia, ya que sus actos presentan estrecha vinculación con los hechos controvertidos: por
ejemplo, un testigo de hecho seria aquel tercero que es citado para que reconozca un documento
que supuestamente él redactó.
c. Testigo de conocimiento que ha conocido acerca de la fama ostenta alguien
Este tipo de testigo no narra los hechos que hizo, ni narra lo que vio, sino relata lo que sabe
sobre una persona que es parte de un proceso. Esto se debe a la cercanía o el conocimiento que
tiene con la forma de vida del sujeto. Se le llama “testigo de fama”, pues la información que ofrece
al proceso es sobre la conducta de un determinado sujeto. Por ejemplo, un testigo es citado para
que ofrezca testimonio sóbrela conducta de un hombre a quien se le imputa ser el presunto autor
del delito de estafa. También este tipo de testigo puede aparecer en los procesos civiles, por
ejemplo, en un litigio donde se discute la tenencia de un menor de edad. El testigo es citado para
que ofrezca su testimonio sobre la conducta de la madre que desea tener el cuidado del hijo.
d. Testigo de Oídas
Este tipo de testigo no conoció los hechos en forma directa, sino que “solo le han contado cómo
sucedió todo”. Este tipo de prueba testimonial carece de confiabilidad, no obstante, en
determinadas situaciones ofrecen indicios al juzgador. Por ejemplo, en un proceso civil donde se
discute la tenencia de un menor de edad, un testigo es citado para que se ofrezca su testimonio
sobre la conducta de la madre que desea tener el cuidado del hijo. Solo que ha este testigo no
le consta que la conducta de madre sea como manifiesta, pues él solo dice lo que escuchó de
ella.
e. Testigo de conducta:
Pablo Sánchez lo entiende como aquellos que acuden ante la autoridad judicial a pedido de del
imputado a fin de aportar elementos de juicio sobre la honorabilidad o buena conducta del mismo.
Estos testigos también llamados testigos de carácter pueden otorgar información respecto de
hechos anteriores o posteriores al delito, pudiendo acreditar desencuentros o conflictos,
amenazas o antecedentes de los hechos, movimientos extraños, , reuniones , visitas en fin en
cuanta acciones varias posteriores al evento criminal, esto puede ser útil para acreditar o
desacreditar a los actores materiales del evento criminoso o a los testigos de aquellos o por otro
lado no concurrirán a la persona misma pero si su testimonio.
Aquel que si bien no conoce el hecho, posee información relevante sobre circunstancias
precedentes o posteriores al hecho delictivo ocurridas entre las partes en conflicto (agraviado e
imputado).
f. Testigo atípico:
Es la persona que resulta ser ofrecida o presentada como testigo y que deviene a ser citada
como tal por la policía, el fiscal o el juez a pesar de que carece de conocimientos reales sobre el
asunto, entonces ocurre que de todas maneras está en la obligación de cumplir con todos los
deberes de los testigos así sea para manifestar que no conoció el hecho que suponía
erróneamente que había conocido.
La declaración del testigo de referencia o de oídas solo ayuda a aclarar un hecho, mas no lo
valida». El testimonio de este tipo de testigos no tiene mérito probatorio suficiente para
desvirtuar la presunción de inocencia.
«Él me comentó que fue él quien lo mandó a matar». «Ella me dijo que le
robaría». Declaraciones de este tipo, de los denominados testigos de referencia o de oídas, no
tienen valor probatorio ni constituyen prueba directa. La participación de esta clase
de testigos en un proceso solo puede colaborar a esclarecer hechos que se han dado por ciertos,
y no para validarlos.
Según Alvarado Velloso, el testigo tiene tres deberes fundamentales, estos permiten que esta
prueba logre su cometido, el maestro argentino señala al respecto:
El deber de comparecer
Todo testigo está sujeto al cumplimento de tres deberes de diferente contenido; el de
comparecer, el de declarar y el de decir la verdad es la declaración. El deber de comparecer a
raíz de él, el testigo debidamente citado al efecto ha de comparecer ante el juez que lo citó sin
poder excusarse a voluntad pues el comparendo constituye una carga pública. Si no comparece
sin causa justificada, se constriñe su comparendo (…)
El deber de declarar o atestiguar
Comparecido el testigo ante el juez, debe declarar acerca de lo que le pregunten las partes. Caso
de no hacerlo, en algunos códigos se constriñe su declaración, con lo cual se le quita el carácter
de deber al que estamos estudiando.
El deber de decir verdad
Comparecido el testigo y colocado ya en posición de declarar, debe ahora decir ve dad acerca
de lo que es interrogado. Para asegurar ello, desde antiguo la ley le exige prestar solemnemente
juramento de que así lo hará e identificarse y responder adecuadamente una serie de preguntas
cuya respuesta sirve para conocer el grado de imparcialidad del testigo
Testigo protegido es una persona que ha presenciado un hecho punible y concurre a juicio, en
cambio un colaborador eficaz es un delincuente arrepentido, que tiene conocimiento de la forma
como funciona una organización criminal, se ha separado en forma oportuna, proporciona
relevante información y goza del derecho penal premial.
En definitiva, nos encontramos ante un campo de estudio subjetivo en muchos de sus aspectos
y, sobre todo, muy delicado. La memoria, la credibilidad y la exactitud del testigo van a depender
del hecho que se haya cometido, de la sugestionabilidad de la persona, de las interacciones que
haya tenido y de una gran inmensidad de factores. Y todos, o la gran mayoría de ellos, deben
ser tenidos en cuenta para determinar el grado de fiabilidad que otorgamos a lo que dice un
determinado testigo.