Churin Rebelion PDF
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A las cinco de la mañana del 18 de abril de 1663, cerca de mil indios cayeron
por sorpresa sobre el pueblo de San Juan de Churín y lo redujeron prácticamente
a cenizas. Este episodio fue el inicio de una serie de levantamientos, tanto en Chu-
rín como en otros puntos de la parte sureña del antiguo corregimiento de Cajatam-
bo, que se prolongaron hasta finales de agosto de 1663. A juzgar por la dispersa y
escasa documentación que ha sobrevivido hasta nuestros días, estas alteraciones
preocuparon de manera especial a las autoridades coloniales de la época. Conscien-
tes de que su ejemplo podían muy bien seguirlo las poblaciones indígenas de otros
corregimientos, el virrey y la Audiencia actuaron con cautela y tacto verdaderamen-
te extremados que permitieron, a la postre, debelar la insurrección y cortar sus
amenazantes ramificaciones.
Pese a que estamos hablando de sucesos que no siempre pasaron desapercibi-
dos para los historiadores del mundo colonial, es indudable que el movimiento de
1663 no ha sido estudiado hasta la fecha con la atención que merecen sus caracte.
rísticas y sus circunstancias casi únicas. Por lo menos dos trabajos clásicos, la Histo-
ria General del Peni del padre Rubén Vargas Ugarte S.J., y El COllde de Lemos, vi-
fTey del Perú de Guillermo Lohmann Villena, citan este episodio y hablan de algu-
nas de sus principales fuentes manuscritas l .
En algunos trabajos modernos se ha insistido, acertadamente, en cuestionar
una imagen muy arraigada dentro de la historiografía peruana, que muestra al siglo
XVII como una época de equilibrio y de estabilidad. Las investigaciones recientes
1 VARGAS UGARTE S.J., Rubén . Historia General del Perú (Virreinato) . Lima:
Carlos Milla Batres, 1971, t. IlI, p. 304.
LOHMANN VILLENA, Guillermo. El Conde de Lemas, vir.rey del Perú. Ma-
drid: publicaciones de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla,
1946, p. 83.
Debe destacarse que Lohmann indica en este libro la localización exacta
del documento que se transcribe en el apéndice nO 2, al final del presente
trabajo.
señalan, por el contrario , la presencia cada vez más clara, en todos los niveles del
mundo colonial seiscientista, de tensiones sociales y étnicas tanto soterradas como
abiertas. Siempre con referencia al movimiento que aquí estud iamos, debe destacar-
se, por ejemplo, la breve mención que sobre los sucesos descritos hacen Javier Tord
y Carlos Lazo, en Su valiosa síntesis titulada Economía y sociedad en el Pení colo-
lúal. Estos autores tienen el mérito de haber sido los primeros en elaborar una cro-
nología de las sublevaciones importantes del siglo XVII, en la que incluyen el levan-
tamiento de 1663. Por otro lado, Franklin Pease C.Y . ha sugerido la existencia de
elementos mesiánicos en algunas sublevaciones y conjuras indígenas del siglo XVII.
los cuales parecen estar referidos a la idea del renacimiento delInca. Pease conclu-
ye que estos elementos podrían constituir, con gran probabilidad, los modelos y an-
tecedentes inmediatos de insurrecciones ya francamente mesiánicas de tiempos pos-
teriores como las de Juan Santos Atahualpa y Túpac Amaru 2 .
El estudio del levantamiento de Churín contribuye, sin duda. a llenar muchas
lagunas sobre tema tan apasionante. La importancia de este suceso reside en el he-
cho de que se trataba de algo mucho más complejo que una simple protesta regional
contra los abusos de la mita y del trabajo en los obrajes. A su indudable carácter de
sublevación social, este movimiento añadió tintes marcadamente atáv icos, idolátri-
cos y mesiánicos, bastante originales dentro de todo el panorama del siglo XVII. Es
uno de los pocos levantamientos seiscientistas donde las fuentes hablan con cierta
claridad sobre la existencia de una especie de mesianismo del Inca, el cual era utili-
zado como abierta bandera de rebelión por los indios que asolaron Churín en 1663.
Huaura y Checras3 . Así delimitada en los mapas actuales, esta provincia confinaba
en la época colonial
" ... por el N.O. con la de Santa, por el N. con la de Huaylas, por
el N.E. con la de Conchucos, por el E. con la cordillera que sirve
de antemuralla a la de Huamalíes, por el S.E. con la de Tarma , y
por el S. con la de Chancay,,4.
Dentro del espacio anteriormente descrito, existían por lo menos tres sectores
ocupados por sendos grupos étnicos bien diferenciados. Al norte se encontraba la
región ocupada por las tres guarangas de Lampas. En la parte central del corregi-
miento se hallaba la zona de Ambar y la de Caja tambo propiamente dicha. Por últi-
mo , al sur, y bastante próximo a las quebradas de los ríos Huaura y Checras, podía
identificarse un abigarrado conjunto de pueblos que integraban lo que en el tiempo
colonial era conocido como el "repartimiento" de Andax o Andajes. Cada uno de
los tres sectores del corregimiento - norteño , central y sureño- tenía su propio
conjunto de autoridades nativas5 .
En este trabajo nos ocuparemos exclusivamente de Andajes, vale decir , de la
región sureña del corregimiento de Cajatambo . La más temprana referencia a los
asentamientos que formaban parte del repartimiento de Andajes se encuentra en
una cédula fechada en los Reyes, el 15 de enero de 1536, por la cual el marqués
gobernador Francisco Pizarro designó a Hernando de Montenegro el V iejo como
encomendero del cura ca Tumay Guarax,
" .. . señor del pueblo llamado Andax con todos los prin9ipales
indios e pueblos al dicho cacique [ . . .] subjetos . .. "6.
5. Los pueblos que formaban parte de la jurisdicción curacal de las tres guaran-
gas de Lampas pueden ubicarse en el Archivo General de la Nación del Perú
(AGNP a partir de la presente referencia), Derecho Indígena, c. 806, passim.
Los pueblos sujetos a los curacas de Cajatambo y Ambar, en la parte cen-
tral del corregimiento, aparecen citados en la Biblioteca Nacional del Perú
(BNP a partir de la presente referencia), Mss. B426 , passim .
Por último, hay una enumeración muy completa de los pueblos de la re-
gión de Andajes enAGNP, Derecho Indígena, c . 112, ff. 621 r. -741 v.
6. Aunque hay que observar que el nombre de Andax está limitado en la cédula
de Pizarro al pueblo donde habitaba el curaca principal de la región, dicho
apelativo -Andax o Andajes- fue utilizado durante toda la época colonial
para designar al repartimiento en su totalidad .
Existe un resumen de esta cédula en el Archivo General de Indias de Sevilla
(AGI a partir de la presente referencia), Justicia 450. Por la época del levanta-
miento indígena de 1663 , el encomendero del repartimiento de Andajes resi-
día en España (AGI, Escribanía de Cámara 514 A; BNP, Mss. B904). Pese a
la evidente decadencia de la encomienda como institución durante el siglo
XVII, esta circunstancia no fue obstáculo para que los sucesivos encomende-
ros de Andajes tuvieran propiedades (y probablemente otros intereses) en el
ám bito territorial del repartim ¡ento .
de San Juan de Churín , situado ligeramente encima de los 2,000 metros de altitud ,
junto al río Huaura , parece estar asociado a la historia del obraje textil que allí fun-
cionó durante la época colonial. De la documentación se desprende claramente que
hacia los últimos años del. siglo XV 1, Y por lo menos durante todo el siglo siguiente ,
el pueblo de Churín fue considerado por la administración virreinal como el más
inlportante de los núcleos poblados del repartimiento de Andajes. Esto se debió no
sólo al hecho de que era en Churín donde los indios de la región deblan cumplir los
turnos de mita indispensables para el funcionamiento del. obraje , sino también a que
era el punto tradicional de reu nión de los indios tanto para el pago del tributo como
para la ejecución de cualqu ier trámite burocrático que afectara al repartimiento en
su totalidad 10.
A contecinz ielltos
Los sucesos que relataremos tuvieron como escenario el pueblo y los alrede-
dores de San Juan de Churln , en la época del virrey conde de Santisteban (1661-
1666).
Por algu nas razones que no aparecen todavía absolutamente claras, los indios
del repartimiento de Andajes se habían negado a servir en el obraje de Churín al
menos desde el año 1662. Fue tan rotunda su negativa, que el virrey se vio obliga-
do a enviar una orden conminatoria a las autoridades étnicas de la región para que
depusieran su actitud. Con el objeto de hacer cumplir esta disposición, el virrey
comisionó al sargento mayor Gabriel de Ugarte para que marchara a los Andajes
e hiciera entender personalmente a los indios la provisión del real gobierno . Con es-
te propósito , Ugarte envió varios españoles a los pueblos del área con la finalidad
de convocar en Churín a todos los curacas, alcaldes y "camachicos" indígenas.
Sorprendentemente, los indios del repartimiento no acataron la convocatoria, y no
solamente ello , sino que llegaron a apedrear y a despojar de sus pertenencias a varios
de los comisionados. El episodio más dramático y provocador tuvo lugar en el pue-
blo de Pachangara, donde al ayudante Juan de la Plata
10. La primera referencia completa del nombre de San Juan de Churín, aparece
en un informe redactado por Alonso de Alvarado, corregidor de Cajatambo,
el 3fSept.f1587 (AGNP, Real Audiencia, Causas Civiles, leg. 80, c. 304, S. f. )
En otros documentos tempranos, el pueblo y obraje aparecen escritos como
Churi, sin la n final (ver, por ejemplo, AGNP, Real Audiencia, Causas Civiles,
leg. 80, c. 304, f. 8 r . - 29 r.) .
AGNP, Derecho Indígena, C. 112, ff. 514 r. y V. y 542 r. y v .; AGI, Lima
268 .
Ante semejante gesto , el desconcertado sargento mayor Ugarte optó por con-
centrarse con su gente en Churín, y escribió inmediatamente al virrey informando
que los indios del área se encontraban en franco estado de rebelión y que no había
otra alternativa que "conquistarlos de nuevo" .
Cuando el mercedario lray Cristóbal de Cuéllar, cura de la doctrina de Chu-
rín , reprendió públicamente a los indios por su actitud, éstos le respondieron
" ...vaxaron sobre Churin serca de mil yndios las caras y piernas
pintadas a usansa de yndios de guerra con cavelleras postissas lan-
sones y guaracas disiendo a boses guerra guerra guerra ... " 13 .
" ...vinieron dichos yndios ensima del serro que cae a la plasa con
banderas y fututos [sic] dando alaridos y gritos disiendo españoles
12. Idem ., f. 51 r . y v .
13. Idem ., f. 51 v.
veos [sic, /' idos'?] de nuestra tierra que esta tierra es de nuestro rey
. 15 '
mga . . . .
" ... y en los altos de los serros avian tocado businas y tremolaron
banderas dissiendo en boses altas que el dicho corregidor y toda la
demas gente que se hallava en dicho asiento de Churin se fuessen
de sus tierras .. ."16.
" ... y luego sin dilassion alguna embio papeles a todos los pueblos
para que vajasen todos los yndios assi para pedir de la justissia que
tenian como para la averiguasion de dicho delito cometido . .. "18.
" ... sobre seguro y de hecho y caso pensado los dichos yndios del
repartimiento de Andaxes se combocaron y pegaron fuego a las ca-
ssas [... ] donde se avia alojado dicho señor alcalde de corte [ .. . ] y
con grandes alaridos digeron todos dichos yndios guerra guerra y
mueran todos estos españoles porque estan en nuestra tierra y di-
siendo estas palabras repetidamente desembrasaron hondas con
piedras apedreando al dicho señor don Fernando , corregidor y de-
mas personas que se hallaron presentes que les obligaron a guareser-
sse en un guasi o cassa destechada por librarse de la furia destos
·
bar b aros yn d lOS.. .
,, 19
.
lión, llegó al pueblo a las cuatro de la tarde de ese mismo día, cuando más se lo ne-
cesitaba, en compañía de un puñado de hombres provistos con armas de fuego. Pe-
se a que los indios agobiaron a Carrera y a sus soldados con un sinnúmero de pedra-
das y galgas, el alférez no vaciló en penetrar dentro del poblado para socorrer al al-
calde. Asustados por los disparos y por la decidida actitud de Carrera, los indios ce-
saron sus ataques directos y se mantuvieron a la expectativa. Más tarde, en previ-
sión de un recrudicimiento de las hostilidades, y por consejo del alférez Carrera.
el alcalde acordó salir con su gente del asiento de ChurÍn. Luego de una breve ins-
pección del camino efectuada por el diligente Carrera, los españoles consiguie-
ron romper sigilosamente el cerco a las once de la noche, abandonaron el pueblo.
y recorrieron las dos horas de camino que separan a Churín de la población de
Llacsaura, situada ya en el corregimiento de Chancay, en la vecina región de Che-
cras21 .
Después de enviar a Domingo de Carrera desde Llacsaura para que se dirigie-
ra al pueblo de Caja tambo a traer más hombres armados, y convenientemente re-
forzado por el teniente del corregimiento de Chancay, el alcalde Velasco y Gam-
boa dio inicio a la represión a partir del 21 de agosto. Al encontrar despoblado el
caserío de Guacho, dio órdenes de pegarle fuego por completo. La situación fue en-
teramente distinta cuando el alcalde y sus hombres llegaron al pueblo de Pachanga-
ra
" ... donde hallaron los yndios a su ussanssa de guerra antigua pues-
tos a la defensa de dicho pueblo donde con alaridos y gritos desian
que primero avian de morir que darse a los españoles ... "22.
Caja tambo y retornó a Lima después de haber dado personalmente inició a las labo-
res de reconstrucción de Churín, los pobladores de Andajes persistieron en su nega-
tiva de trabajar en el obraje. Esta situación se prolongó durante varias semanas, has-
ta que el virrey designó a Domingo de Carrera como pacificador del área alterada.
El 20 de octubre de 1663, el conde de Santisteban otorgó a Carrera el grado de ca-
pitán de infantería española y lo facultó, mediante una cautelosa instrucción secreta
fechada al día siguiente, a levar u n ejército destinado a reprimir a los indios en caso
de necesidad, bajo pretexto de que la reculta se hacía para la guerra contra los arau-
canos en eh ile 24 .
Posteriormente, el5 de noviembre del citado año, el virrey reforzó la posición
de Carrera sobre el área en proceso de pacificación al designarlo teniente general de
las tres doctrinas sureñas de Churírt, Andajes y Cochamarca, con autoridad judicial
independiente del corregidor de Cajatambo. En forma paralela a estas comisiones
y nombramientos. el virrey envió a la región de Andajes, entre los últimos meses de
1663 y los primeros del año siguiente, a dos jesu itas. los padres Bartolomé Mesía
y Hernando Lavayen, para que intentaran tranquilizar a los indios de Andajes uti-
lizando los medios más suaves y persuasivos. Parece ser que los mismos jesu itas
confesaron por escrito al virrey el fracaso de su misión, y recomendaron a Domin-
go de Carrera como la única persona capaz de pacificar el área. Las evidencias do-
cumentales sugieren que, mediante una combinación de amenazas y paternalismo,
Domingo de Carrera al~anzó el éxito esperado en su delicada misión. De hecho, uno
de los testigos del momento declaró que cuando Domingo de Carrera recibió el
nombramiento de teniente general de Andajes
" .. .llegó al dicho asiento de San Juan de Chunn hiso llamar a los
yndios todos de las tres doctrinas de dicho repartimiento de Anda-
xes y les mandó que enterassen dicho obrage y juntamente mandó
pregonar enterasen los tributos de su magestad que devian pena de
que si no lo hasian dentro de ocho dias serian castigados con lo
qual todo se vido cumplido dentro de dicho tiempo y se vieron los
tributos pagados los yndios travajando en el obrage acudiendo con
24. "Y porque el principal motivo de la leva -decía el conde en la instrucción se-
creta- es que el capitan Domingo de Carrera se halle con alguna gente a la
mano en el asiento de San Juan de Churin y por aquellos contornos tendrá su
cuartel y arbolada la bandera en el o en otro puesto sercano que le paresie-
re a proposito y seguro para poder acudir a los accidentes que se ofresieren
y obligar a los casiques enteren los yndios de mita con toda puntualidad se-
gun los repartimientos y numero que a cada uno de los pueblos les esta seña-
lado [ ... ] y disimulando que no ay otro pretexto para la leva que el de la ne-
cesidad de socorrer de gente el exersito del reino de Chile aunque el yntento
es que por este medio se entere la mita del obrage de Churin y asistan los yn-
dios en sus pueblos a vivir como antes y cumplir con su obligasion ... " Ins-
trucción secreta del virrey conde de Santisteban al capitán Domingo de Ca-
rrera. Lima, 21jOct.j1663, AGI, Lima 268. El nombramiento de capitán
aparece en este mismo legajo del AGI.
Información . .. Testimonio de Cuéllar, f. 54 r. y v.
220 HUGO PEREYRA PLASENCIA
26. "Alonso de Albarado [ . .. ] dice que como consta por esta aberiguazion que
hizo y por lo que sumariamente se a informado y entendido [ . . . ] a mas de
veinte y cinco años que el capitan Hernando de Montenegro hizo un obraje
en el repartimiento de Andax ... " Parecer de Alonso de Alvarado, corregidor
de Cajatambo, sobre la mita del obraje de Churín (San Juan de Churín,
3/Set./1587), AGNP, Real Audiencia, Causas Civiles, leg . 80, c. 304, s. f.
MITA OBRAJERA, IDOLATRIA y REBELION 221
" ... un obraxe que llaman San Joan de Churín que está en la pro-
vinyia de Caxatambo consistente en cassa de vivienda capi" a batan
cassa de percha labaderos de lana galpones y en él quarenta y qua-
tro tornos aparejados y dies y seis telares y otro telar de fressadas
con sus lissos = una romana y pesso de cruz = una barreta en los
indios mitayos que constará por las proviyiones que sobre ello hay
·
de1rea1 govlerno. . .,,30 .
Es sumamente difícil precisar cuál fue el exacto papel que cupo al obraje en
el desencadenamiento de la sublevación indígena de 1663. Hay indicios que hacen
suponer que el obraje se había vuelto una carga insoportable para los indios de An-
dajes en vista de la aguda baja demográfica que sufría la región desde hacía ya bas-
tante tiempo. De hecho , existió una clara tendencia a la disminución poblacional
que puede observarse con cierta claridad en la documentación concerniente al co-
rregimiento de Caja tambo en su conjunto. Las cifras disponibles son bastante elo-
cuentes: considerando todos los repartimientos que formaban parte del corregi-
Es posible que el débil equilibrio existente entre la exigencia cada vez mayor
de mitayos y el deterioro demográfico se haya finalmente roto en la época del le-
vantamiento . Por desgracia, no existen documentos que indiquen el número exacto
de los mitayos que eran requeridos para el obraje de Churín en 1663. La informa-
ción más próxima a los acontecimientos estudiados, correspondiente al gobierno
del virrey marqués de Guadalcázar , arroja , sin embargo , alguna luz sobre el tipo de
presión laboral a la que estaban sometidos los indios de Andajes en el momento de
la rebelión: hacia 1628 , sus obligaciones comprendían el envío periódico al obraje
de por lo menos 62 tributarios y de todos los muchachos menores de 17 años que
fueran necesarios para las l~bores textiles33 .
Con toda la importancia que tiene, el tema demográfico no agota la explica-
ción sobre las causas del levantamiento. De hecho, la baja demográfica no consti-
tuyó , ni remotamente, una característica peculiar del área que estudiamos, sino que
fue un fenómeno generalizado en todos los corregimientos. La ra íz más específica
del problema parece estar asociada a un caso de despojo de tierras a los indios, el
cual debió producirse a consecuencia de la expansión de las instalaciones del obraje
de Churín a lo largo del siglo XVII. Algo de esto se deja traslucir en ciertos gritos
de guerra de la rebelión (" . . .guerra, guerra, y mueran todos estos españoles porque
estan en nuestra tierra .. ." ; " ... dissiendo en boses altas que el dicho corregidor y
toda la demas gente que se hallava en dicho asiento de Churín se fuessen de sus tie-
rras ... ") que insistían en el abandono inmediato de las tierras del lugar por parte
de los europeos.
Esta suposición de que los indios se sentían propietarios de las tierras de Chu-
rín se ve muy reforzada a la luz de documentación de años posteriores. En 1712.
don J oseph licse Huaman , curaca de uno de los pueblos considerados rebeldes en
1663 , el de Nuestra Señora de la Concepción de Guacho , reclamó ante Andrés Za-
mudio y de las Infantas, juez encargado de la composición de tierras, la propiedad
no sólo de las tierras de los alrededores de Churín , sino de las que comprendían el
ámbito del obraje y de los baños termales. Y es ciertamente notable que los pobla-
dores de Guacho y de otras comunidades hayan mantenido la posesión legal de es-
tos terrenos por lo menos hasta comienzos de la década del 40 del presente sigl0 34 .
Como se puede apreciar, ambos problemas, el de la mita y lo concerniente
al despojo de tierras, eran consecuencia clara del conjunto de alteraciones socio-
económicas que la instalación del obraje de Churín había provocado en el reparti-
miento de Andajes. Por esta razón, no es de extrañar que el virrey conde de Santis-
teban y la Audiencia hayan actuado con tanta sagacidad y cautela para reprimir el
levantamiento de 1663 y para evitar su propagación a otras regiones. El conde no
ignoraba, ciertamente, la raíz genuina de los acontecimientos: comprendía perfec-
tamente que el mismo conjunto de causas que había desencadenado semejante es-
33 . Ver las provisiones de Luis de Velasco (El Callao, 21/En ./1597)"y del marqués
de Guadalcázar (Los Reyes, postrero de Feb. de 1628) concernientes a la mita
del obraje de ChurfQ, en AGNP, Real Audiencia, Causas Civiles, lego 80 , C .
304, S. f. El régimen de mita del obraje se mantuvo idéntico entre los gobier-
nos de estos dos virreyes.
calada de violencia en Churin podía muy bien encontrarse en casi todas las otras
muchas regiones del área andina cuyas economías se veían asimismo afectadas por
el funcionamiento de obrajes. Es sintomático que el virrey haya decidido aprobar
en Lima , el 14 de julio de 1664, a menos de un año del final de la rebelión de Chu-
rín, sus famosas Ordenanzas de Obrajes, destinadas a ser aplicadas en todo el Perú.
En palabras del mismo conde de Santisteban, este cuerpo legal buscaba
35. Carta del virrey conde de Santisteban (Lima, 4/Nov,-/1664), AGI, Lima 64.
En este mismo legajo se encuentra el texto impreso de las ordenanzas, bajo el
siguiente título: "Ordenanzas de obrages. Incluso lo determinado en las cedu-
las del servicio personal del año de 1601 y 1609 y que deye observarse de lo
que dispusieron los señores don Francisco de toledo y don Luis de Velasco
siendo virreyes destos reinos. Mandadas guardar y cumplir por el excelentisi-
mo señor don Diego de Benavides y de la Cueva, conde de Santistevan [ . .. ]
en junta que se ha formado para el desagravio de. los indios, por cedula de
su Magestad de 21 de setiembre de 1660".
226 HUGO PEREYRA PLASENCIA
" ... que siempre son mestizos, negros, mulatos o sambos y hom-
bres crueles y de mala conciencia enemigos de los mismos indios
que los buscan apremian castigan matan y les quitan quanto tienen
con pretexto de llevarlos al obrage ... "38.
" ... el haber oído decir que se había dado cédula para reducirlos
a esclavitud y sustraerlos de la tutela de sus caciques... "39.
Este insólito miedo a laesc1avitud por parte de los indígenas parece haber es..
tado más difundido de lo que se cree entre la población andina, especialmente du-
36. AGNP, Derecho Indígena, C. 112, ff. 489 r., 493 r., 513 r. - 514 V., 826 r.
38. De las "Ordenanzas de obrages ... " del conde de Santisteban. AGI, Lima 64
(ver nota 35).
39. VARGAS UGARTE S.J., Rubén. Historia General del Perú (Virreinato), op.
cit., p. 304.
MITA OBRAJERA, IDOLATRlA y REBELION 227
rante toda la década del 60 del siglo XVII, período que se muestra particularmente
rico en levantamientos y conjuras indígenas40 . En el caso de la sublevación de Chu-
rín, el temor a la esclavitud bien pudo actuar como el detonante que desencadenó
esta poco común explosión rebelde, de raíces mucho más complejas y profundas.
41. CURATOLA, Marco. "Mito y milenarismo en los Andes: del Taqui Onqoy
a Inkarrf". En: Allpanchis, nO lo, Cuzco, 1977, p. 76.
228 HUGO PEREYRA PLASENCIA
¿De qué época datan las evidencias sobre idolatrías en el área estudiada? Es
interesante descubrir que la región de Andajes, y todo el corregimiento de Cajatam-
bo en general, fueron de las zonas con mayor abundancia de casos de idolatría. La
lucha contra las religiones nativas se inició tempranamente, desde los tiempos del
arzobispo Barto10mé Lobo Guerrero (1609-1622), hasta la época del arzobispo Pe-
dro de Villagómez (1641-1671). Durante todo ese período , la extirpación estuvo a
cargo de visitadores nombrados especialmente por la autoridad eclesiástica limeña ,
y de los curas que administraban las doctrinas de Andajes. El primero en inspeccio-
nar sistemáticamente el repartimiento en bu sea de idolatrías fue el célebre extirpa-
dor Fernando de Avendaño, quien había sido designado por el arzobispo Lobo Gue-
rrero, en abril de 1613, como visitador de varias regiones situadas al norte de Lima ,
que incluían las tres doctrinas del repartimient0 43 . Entre setiembre y octubre de
1614, Avendaño visitó cerca de diez pueblos de Andajes, entre los que se encontra-
ban Rapaz, Taucur, Palpas, Nava, Guacho y Pachangara. En la Magdalena de Pa-
changara, el pueblo que alcanzaría los más altos niveles de rebeldía en 1663, Aven-
daño encontró culpadas por realizar prácticas idolátricas a 304 personas, u na de
las cifras más altas registradas en las inmediaciones durante la visita 44 . Posterior-
mente , curas como Juan Gutiérrez de Aguilar, doctrinero de Cochamarca hacia
1623, realizaron pesquisas dentro de sus respectivas jurisdicciones. El 23 de agosto
de ese año, Gutiérrez de Aguilar, quien tenía a su cargo los pueblos de Calpa, Ma-
ní, Guaca, Cochamarca, Yarocalla y Yarocalla Guacac, declaró contra un indio que
lo acusaba de corrupción que
" ... aora dos años por mandado de su señoria ilustrisima de buena
memoria [el arzobispo Lobo Guerrero 1procedi contra este testigo
y le hice una caussa de hechicero y ydolatra y le allé sinco guacas
que cometí y imbié al señor doctor Feliciano de Vega provissor que
fue ... "45 .
44. LISSON CHAVES, Emilio. La iglesia de España en el Perú, op. cit., pp. 227
Y s.
" .. .dixo que es s:ierto el haver ido el dicho [ . . .) don Luis a la doc-
trina de Churin con comision del señor aryobispo a la averiguayion
de unas idolatrias y supo este testigo como havia ymbiado a esta
yiudad de Lima a dicho señor aryobispo un cajon de ido los que ha-
via coxido y quitado a los indios de su antigua supertizion ... "46.
" . ..vinieron dichos yndios ensima del serro que cae a la plasa con
banderas y fututos [sic] dando alaridos y gritos disiendo españoles
veas [sic, ¿idos?] de nuestra tierra que esta tierra es de nuestro rey
inga ... "48.
da la misma ciudad de Lima, se vio afectada por cierta conspiración contra los espa-
ñoles, organizada por un líder indígena que se hacía llamar Gabriel Manco Cápac51 .
Es perfectamente lícito preguntarse si tanto estos sucesos, como los de Churín, for-
maron parte de una misma oleada mesiánica vinculada a la idea del renacimiento del
Inca.
Resulta impresionante observar que la imagen del Inca se conserva en varias
celebraciones actuales que tienen lugar en la región estudiada. Esta rememoración
del Inca se lleva a cabo todos los años, en el contexto de las fiestas patronales de
pueblos como Santiago de Andajes, Santo Tomás de Cochamarca y Nuestra Seño-
ra de la Anunciación de Oyón. Durante ellas, los pobladores realizan una represen-
tación dramát ica de la captura y ejecución del Inca a manos del "capitán" Francis-
co Pizarra y de sus soldados. Aunque la representación no muestra neceseriamente
acontecimientos estrictamente históricos, su motivo principal y su fondó simbóli-
co aluden evidentemente, con tintes lastimeros, al traumatismo de la conquista:
en el momento culminante de la trama, uno o dos incas son "degollados" por las
espadas de los españoles o "vasallos,,52.
Una impresión general permite deducir que se trata de la fusión del teatro
español con ciertos rituales de inspiración prehispánica. Pese a las brumas que to-
davía envuelven el origen exacto de estas representaciones, es seguro que la histo-
ria de la captura y muerte del Inca por los españoles ya era mostrada en la provin-
cia de Cajatambo a fines del siglo XVIII. Hacia 1792, en su Descripción de la pro-
vincia , el minero Joseph de Coquet dejó una extraordinaria reseña de estas repre-
sentaciones, notable por su parecido a las que se hacen en la actualidad:
51. PEASE G.Y., Franklin. "Mesianismo .. . ", op. cit ., pp. 61-65 .
52. La mayor parte de los datos consignados en este párrafo han sido recopilados
en el terreno. Agradezco de manera especial al Sr. Carlos Vásquez Corrales,
condiscípulo de la Academia Diplomática del Perú, por toda la ayuda que
me brindó durante el viaje de investigación que realizamos a Churfn a comien-
zos de agosto de 1985_
Hay información sobre estas fiestas en la publicación titulada Caxatambo.
Revista sobre el folklore e historia de la provincia de Cajatambo, nO 3, año U,
vol. 1,1957 _ Ver la explicación de la carátula y las pp. 34-36.
Todo lo visto anteriormente nos lleva a constatar, con bastante seguridad, que
el recuerdo del Inca como símbolo del orden prehispánico perturbado por la con-
quista, pervive hasta nuestros días en la memoria colectiva de los pueblos que anta-
ño formaron parte del rep'!Ttimiento de Andajes.
FUENTES MANUSCRITAS
Justicia 450
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bo, nO 3, año n, vol 1, 1957.
MITA OBRAJERA, IDOLATRIA y REBELION 235
APENDICE N° 1
"El señor lizenciado don Fernando de Velasco y Gamboa cavallero del orden de
Santiago alcalde del crimen de la real audienc;ia de la c;iudad de los Reies y jues
nombrado para la aberiguasion y castigo de los culpados en la guerra y ruina del
obraxe del asiento de San Juan de Churin y alsamiento de los yndios de las dotrinas
de Cochamarca, Andajes y Churin perdiendo la obedienc;ia a su magestad y sus rea-
les justisias certifico en quanto puedo y a lugar de derecho que aviendo empesado a
prosesar en. dicha averiguasion y hecho algunas diligencias en ella fue nesesario pren-
der algunos yndios prinsipales de las dichas doctrinas y para tenerlos con toda segu-
ridad y custodia no hallando se con gente para ello se embio a llamar al thesorero
Domingo de Carrera alferes del numero de esta provinc;ia de Caxatambo estando los
yndios de las dichas doctrinas levantando las paredes del dicho obrage el savado que
aora pasó que se contaron dies y ocho de agosto de este pressente año se levantaron
y amotinaron contra el dicho señor jues y sus ministros como a las onse del dia ti-
rando muchas piedras mas de ochosientos yndios que para este efecto se avian jun-
tado y pegaron fuego a la casa de dicho señor jues que le obligo a retirarse con to-
dos los suios que eran seis hombres a la yglecia de este .dicho asiento donde los di-
chos yndios les sercaron y embistieron tirando muchas pedradas con las ondas y vis-
to que se reparaban en el siminterio della se subieron los dichos yndios a los c;erros
sirfumbesinos del dicho asiento y dellos sercaron todo este dicho asiento sin sesar ni
[sic] tirar pedradas que alcansaron y pasavan donde estava el dicho señor jues y es-
tando en el aprieto que se puede considerar con riesgo manifiesto de las vidas por
tener ataxados y sercadós todos los caminos los dichos yndios como a las quatro de
la tarde del dicho dia cumpliendo con la orden que le avian dado al dicho alferez
Domingo de Carrera vino a este dicho ac;iento con otros quatro hombres con bocas
de fuego y viendo los yndios que entrava se fueron todos a ataxar el camino por
donde venia y le arronxaron [sic] desde los c;erros muchas piedras y galgas al camino
que estubo su vida a gran riesgo y de los que venia [n] con él y sin embargo con el
gran balor que le acompañase entró en este dicho asiento y se congrego y socorrio
al dicho señor jues estando apretado en aquel estado .y que se hallava [sic] conque
juntos pudieron resistir la furia yncontastable [sic] de los dichos yndios con las ar-
mas de fuego que truxo el dicho Domingo de Carrera y aviendo pasado en arma y
defensa toda aquella tarde del dicho señor jues viendo que ya seryan mas de las
ocho de la noche y que no c;esavan los yndios de dar muchas voses y amenasando a
los españoles que estavan en el dícho ac;iento y que podria ser que reforsandose los
dichos yndios viniesen al dicho asiento y subseder alguna desgrac;ia grande haviendo
el dicho señor jues acordado con el dicho Domingo de Carrera saliesen de este dicho
236 HUGO PEREYRA PLASENCIA
asiento para el de la Lasaura dixo al susodicho que para mejor conseguirlo yria a es-
plorar y reconoser el dicho camino con otros quatro ombres y lo hisso asi yendo
hasta cosa de un quarto de legua con gran riesgo de su vida y bolvio y dixo al dicho
señor jues que con seguridad podia salir y lo hiso subir en su mula y el a pie con sus
armas en la mano y los demas que le acompañavan salieron de este dicho asiento co-
mo a las onse de la noche y llegaron al de Lasaura y haviendo llegado al asiento de
Lasaura ordeno el dicho señor jues al dicho Domingo de Carrera fuese a la provinc;:ia
de Caxatambo y juntase su compañia y con ella viniese al dicho asiento de Lasaura
para lo que se ofresiese al servic;:io de su magestad y haviendo ydo sin dilasion algu-
na a los seis dias bolvio al dicho asiento con dose ombres con sus armas de fuego y
dixo al dicho señor jues tenia otros sesenta hombres con sus armas en la villa [de 1
Oyon al servicio de su magestad y viendose el dicho señor jues con tal socorro se
bolvio a este asiento de Churin y ordeno que en el le asistiese el dicho alferes Do-
mingo de Carrera a su persona con veinte ombres que elixiese de satisfasion con sus
armas de fuego asta que su exselensia le ordenase otra cosa y lo hiso asi y se esta
con su merc;:ed con la dicha gente a su costa por lo qual esta quieto y pasifico y sin
reselarse de los dichos yndios por el cuidado y vigilansia que tiene el dicho alferes
Domingo de Carrera y visto el dicho señor jues que el dicho Domingo de Carrera
y su gente se an estado en este dicho asiento dose o catorse dias hasta que los dichos
yndios se an pasificado y alsado y reedificado el dicho obraxe y que estan actual-
mente enterando lo le ordeno se retirase con su gente a sus casas y para que conste
con la lealtad que a servido en esta ocasion el dicho Domingo de Carrera acudiendo
en todo a lo que se le a ordenado como tan leal vasallo de su magestad mando dar
esta certificasion. Fecho en el asiento de San Juan de Churin en catorse dias del mes
de septiembre de mil y seiscientos y sesenta y tres años. Don Fernando de Velasco.
Por mandado de su merced, Simon Peres de Alvarrasin, escribano de su magestad".
APEND ICE N° 2
Información realizada por el capitán Dom ingo de Carrera, teniente de justicia ma-
yor del repartimiento de los Andajes, sobre el levantamiento indígena de 1663 en
Chur(n. La Magdalena de Cajatambo, 7-10 de junw de 1664 (extracto).
Fuente : Archivo General de la Nación del Perú. Protocolo nO 1570, Gaspar de Que-
sada, 1671-72, fr. 49 r . -72 r.
el real gobierno digo que por el año pasado de mil y seiscientos y sesenta y tres se
conbocaron todos los yndios del dicho repartimiento de Andajes con sabiduria y
comunicazion de otras quatro probincias circunbezinas y baxaron al pueblo de San
Joan de Churin con bozinas y vanderas publicando guerra y derribaron el obraxe y
quemaron todo el pueblo menos la iglesia la qual defendio el padre presentado fray
Cristobal de Cuellar cura de la dicha doctrina de Churin saliendo con el Santisimo
Sacramento en las manos y sin enbargo prosiguieron en sus atrozidades y desobe-
diencia a su magestad y aviendo abisado y dado parte a vuestra merced del caso
baxo a dicho asiento con la xente que pudo conduzir y estando vuestra merced en
dicha pla~a de Churin binieron los dichos yndios y en los altos de los ~erros toca-
ron buzinas y tremolaron banderas diziendo a bozes que nos fuesemos de su tierra.
Despues de esto determino su excelencia y real acuerdo de justicia que biniese el
señor doctor don Fernando de Velasco y Gamboa del consejo de su magestad y su
alcalde de corte de la [f.49r./v.] sala del crimen de la ciudad de Lima al conozi-
miento y castigo de este caso y aviendo enpezado a cono~er del delito sabado a diez
y ocho de agosto del año de sesenta y tres como a las diez del dia sobre seguro y de
caso pensado se conbocaron los dichos yndios de dicha provincia y repartimiento
de Andaxes y pegaron fuego a las casas de el encomendero donde se abia aloxado
dicho señor don Fernando acabado de redificarlas por su merced y vuestra merced y
con grandes alaridos dijeron todos guerra guerra y mueran todos estos españoles
porque esta tierra es nuestra y con hondas los enpezaron a apedrear y para aberse
de escapar de la furia de estos barbaros se metieron en un guasi o casa destechada y
dichos yndios como consta a vuestra merced con un religioso lego de San Francisco
les enbiaron a dezir que si querian escapar las vidas les diesen tres cabezas y que si
dentro de media ora no respondian baxarian al pueblo y quitarian las vidas a todos
quantos españoles abia en él sin que se escapase ni vuestra merced ni el señor alcaI-
de de corte ni los sazerdotes y en esta ocasion como consta a vuestra merced entré
en dicho asiento con riesgo manifiesto de mi vida pues con piedras y galgas me que-
rian quitar a socorrer el aprieto referido y viendo la temeridad grande de dichos in-
dios y peligro en que nos allabamos fue de parezer saliesemos a Lasaura dos leguas
de dicho asiento como se hi~o saliendo a las onze de la noche desde donde se le dio
quenta del subceso a su excelencia y real gobierno el qual determino se retirase di-
cho señor don Fernando a la ciudad de Lima y que fuesen a dicho asiento los padres
Bartolome Mejia y Hernando de Lavayen de la Compañia de Jesus para que reduje-
1
sen con los medios mas suabes [f.49v./f.50r a dichos indios y abiendo trabaxado
con ellos en su reduzion y redificazion conozieron ser el remedio mas eficaz para su
conserbazion escribir a su excelencia para que se le encargase su pazificazion y con-
serbazion de dichos indios a mi el dicho capitan Domingo de Carrera que los tengo
reduzidos al primer estado que tenia [n] acudiendo a la obligazion de mita de dicho
obraxe como actualmente lo esta n con toda paz y tranquilidad pagando sus reales
tributos pues mediante las demonstraziones que en esta parte e obrado quedan con
toda sugezion motibo principal a que se debe atender y para ocurrir a donde mas
conbenga a mi derecho se me re~iba informazion de todo lo aqui contenido certifi-
cando vuestra merced como juez ordinario y correxidor de esta provincia lo expre-
238 HUGO PEREYRA PLASENCIA
su magestad al rey nuestro señor le respondian los dichos yndios que se metiesse
solo en el exersisio de su ofisio de cura y no en otra cossa y que advirtiesse que este
repartimiento de los Andaxes con otras muchas provinc;ias estavan combocados a
no obedeser a la real justisia de su magestad y que el tiempo me lo diria corno den-
tro de muy poco tiempo lo eí;perimenté el ser berdad pues el miercoles dies y ocho
de abril del año passado de sesenta y tres corno a las sinco de la mañana vaxaron so-
bre .Churin serca de mil yndios las caras y piernas pintadas a usansa de yndios de
guerra con cavelleras postissas lansones y guaracas disiendo a boses guerra guerra
guerra a lo qual quatro o seis españoles que estavan en dicho asiento se juntaron
con este testigo y fueron a la yglessia y sacando el Santisimo Santo en las manos
por ver si apasiguavan la furia con que avian empessado a derribar dicho obrage y
quemar dicho pueblo hallo que era antes yndessenc;ia el tener el Santissimo en las ma-
nos en la plassa por ver no le davan la adorasion y respeto que se devia conque de-
terminó llevarle con dichos españoles a la yglessia donde le tubo hasta la noche des-
cubierto y hasta que acavaron [f.51v. /f.52r.] dichos yndios de derribar todo el obra-
ge y asolar y quemar todo el pueblo de Churin conque [se] determinó avisar al
maestre de campo don Luis de Torres y Portugal corregidor desta provincia de
Caxatambo y aviendo vajado con la jente que pudo a remediar dicho delito referido
dentro de dos dias llegado a dicho asiento vinieron dichos yndios ensima del serro
que cae a la plasa con banderas y fututos [sic] dando alaridos y gritos disiendo es-
pañoles veos [sic] de nuestra tierra que esta tierra es de nuestro rey inga conque es-
to referido se quedo sin remedio ninguno ni castigo por determinar el maestre de
campo don Luis de Torres y Portugal dar quenta de todo a su excelencia de todo lo
referido a lo qual respondio avia determinado en el real acuerdo de justisia embiar
para la averiguassion y castigo de dicho delito al señor doctor don Hernando de Ve-
lasco y Gamboa del consejo de su magestad y alcalde de corte de la real sala del cri-
men de la ciudad de Lima y aviendo llegado dicho señor alcalde de corte al dicho
asiento de Churin nuebe de agosto de sesenta y tres y luego sin dilassion alguna em-
bio papeles a todos los pueblos para que vajasen todos los yndios assi para pedir de
la justissia que tenian corno para la averiguasion de dicho delito cometido [f.52r./v.]
aviendo presso miercoles dies y seis de dicho mes y año al governador casiques y al-
caides para la averiguasion savado de dicho mes Isic] corno entre las dies y las onse
del dia comensaron mas de seis siento s yndios todos abonados [sic] guerra guerra
mueran estos españoles juntamente con esto avalansandose a la cassa donde vivia el
señor alcalde de corte y viendo se les hasia resistenc;ia le pegaron fuego conque di-
cho señor alcalde de corte y maestre de campo don Luis de Torres y Portugal se ha-
llaron obligados con este testigo y la poca jente española que avia pues aun no 1Ie-
gavan a dose personas a yrse a una cassa pequeña de un indio y destecharla para te-
ner alguna defenssa del fuego que yva ynprendiendo [sic] en todo el pueblo y vien-
do con el pueblo [sic] el riesgo y peligro de vida en que estavan determinaron em-
biar un religiosso lego de San Francisco llamado fray Antonio de la Cruz que al pre-
sente estava en dicho assiento que fuesen a donde estavan dichos yndios y les dije-
sse de parte del señor don Fernando que de parte de su magestad les perdonava el
delito cometido y que vajasen a la obediencia que se devia a su magestad a lo qual
240 HUGO PEREYRA PLASENCIA
respondieron con dicho religiosso que se irian y nos dejarian con tal que les embia-
semos tres cavessas la una del governador don Fransisco Yapanchagua la otra de
Joseph Grimaldos y la otra de Juan de Salasar y que esto avia de ser dentro de me-
día ora y que de no de haserIo assi dentro de dicho termino referido nos pasarían
a cuchillo con lo qual detérminamos primero el morir todos juntos que haser dicho
entriego que nos pedian y dichos yndios viendo que [f.52v _/f.53r_] tardavamos en
embiarles respuesta con toda furia y empeño con alaridos y hondas se yvan vajan-
do hassia la parte y lugar donde estavamos quando fue Dios servido de embiarnos
para nuestro remedio y socorro al capitan Domingo de la Carrera y como dichos yn-
dios lo viesen antes que nosotros por estar ensima de los zerros todos juntos corrie-
ron hasia la parte donde venia largandole de lo alto de los serros muchas galgas y
con las hondas tirandole infinitas pedradas y no obstante tanto riesgo se entro por
en medio de ellos por aver savido media legua antes que llegase a dicho assiento de
Churin en el riesgo en que estavamos y que estariamos ya todos muertos conque
con dicha entrada de dicho capitan Domingo de Carrera los yndios se acobardaron
y aunque nos tiravan pedradas de los serros no se atrevian a haser embistida como
de antes lo hassían porque dicho capitan con tres o quatro hombres con bocas de
fuego salio a la plassa dando les gritos disiendoles raja de borrachos que yo os hare
que deis a su magestad la obedienc;ia que se deve y sobre el casso os quitarle la vida
o perdere al mía con que los dichos yndios oyendo esto cobraron grandissimo ho-
rror y miedo y viendo era ya de noche y que los yndios se yvan juntando mas fue
de acuerdo dicho capitan que saliesemos dos leguas de dicho asiento y que en este
dicho parage podriamos juntar jente y castigar semejante delito y poniendo algunas
dificultades a dicha subida dijo dicho capitan que el yria con otros hombres y asegu-
raria [f.53r_/v_l la salida hisolo assi con ardiles [sic] que tubo de mandar disparar por
diversas partes conque a las dies y las onse de la noche salimos de dicho asiento y
domingo veinte de dicho mes aviendonos dejado dicho capitan en lugar seguro se
fue a Caxatambo a traer jente que nos asistiesse y aviendo vajado el teniente de
Chancay que al presente estavaen el obrage de Cachan por notisía que tubo del ries-
go en que aviamos estado con toda la jente que pudo determino el señor don Her-
nando subir lunes en la noche veinte y uno de dicho mes al pueblo de Guacho a la
redussion de dichos yndios y viendo no avia nadie en él le mando pegar fuego y
de ay passaron todos los españoles al pueblo de Pachancara donde hallaron los yn-
dios a su ussanssa de guerra antigua puestos a la defenssa de dicho pueblo donde
con alaridos y gritos desían que primero avian de morir que darse a los españoles
ubo algunos muertos de parte de dichos yndios y de la nuestra algunos heridos con
que se determinó el que se bolviesen a Llacsaura lugar donde estavamos quando sa-
limos de Churin hasta que ubiesse mas jente para yr sobre dichos yndios conque
jueves veinte y quatro del dicho mes llego el dicho capitan [f.53v . /f.54r.] con mas
de quarenta hombres y le dijo al señor don Fernando vamonos a Churin y alli vajen
todos estos yndios reveldes y den la obedienc;ia a vuestra merced en nombre de su
magestad hissose assi y viernes veinte y sinco de dicho mes teniendo notisia dichos
yndios de como dicho juez estava en el dicho asiento y con el dicho capitan Dom in-
go de Carrera al qual les avian dicho avia cometido el castigo de semejante delito va-
MITA OBRAJERA, IDOLATRIA y REBELION 241
por Dios nuestro señor yn berbo saserdotiz y lo hisso y prometio de dezir verdad y
siendo le preguntado por el tenor del pedimento dixo que lo que save este testigo
es que por el año passado de mil y seissientos y sesenta y tres supo este testigo co-
mo los yndios del repartimiento de los Andaxes avian hecho junta y combocatoria
con todos los demas yndios de otras quatro provint;ias sircumbesinas al dicho repar-
timiento y vajaron al pueblo de San Juan de Churin co.n bo.sinas y vanderas publi-
cando. en bo.ses altas guerra guerra y en execusion y cumplimiento de ella derriba-
ron el obrage y quemaron todo el pueblo esepto la yglesia la quallo ubieran hecho
si no fuera por el padre presentado fray Cristobal de Cuellar cura de la dicha doctri-
na que salio co.n el Santisimo Sacramento en las manos para que con el respecto que
se devia a su divina magestad se apasiguasen y sin atender a ello los dichos yndios
prosiguieron a sus atrosidades y desobedienc;ia a su magestad para cuyo remedio su-
po assi [f.56r./v.] mismo este testigo se le dio auto y parte al maestre de campo don
Luis de Torres y Portugal co.rregidor y justissia mayor de desta provinciá co.n cuya
notisia vaxo al pueblo de Churin con la jente que pudo condusir y estando en la
plassa de dicho pueblo vinieron los dichos yndios y en los altos de los serros avian
tocado businas y tremolaron banderas dissiendo. en boses altas que el dicho. corregi-
dor y toda la demas jente que se hallava en dicho. asiento de Churin se fuessen de
sus tierras y teniendo notissia del dicho. levantamiento el excelentisimo. seño.r co.nde
de Santistevan virrey governador y capitan general destos reino.s y real acuerdo de
justissia determinaron viniese el señor do.ctor do.n Fernando de Ve lasco y Gamboa
del consejo de su magestad y su alcalde de corte en la real sala del crimen de la ciu-
dad de Lima al conosimiento y castigo de los yndios y el levantamiento. que avian
hecho y aviendo el dicho. seño.r alcalde de corte empesado a conoser de la dicha
caussa un dia savado que se contaron dies y ocho. de agosto del dicho año de sesen-
ta y tres como a oras de las dies del dia sobre seguro y de hecho y caso pensado los
dichos yndios del repartimiento de Andaxes se combocaron y pegaron fuego. a las
cassas del encomendero donde se avia alojado dicho señor alcalde de co.rte acavado
de redificarlas por su mandado y con grandes alaridos [f. 56v./57r.] digeron to.dos
los dicho.s yndios guerra guerra y mueran todos estos españoles porque estan en
nuestra tierra y disiendo estas palabras repetidamente desembrasaron hondas con
piedras apedreando al dicho señor don Fernando co.rregidor y demas personas que
se hallaron presentes que les obligaron a guareserse de [sic] un guasi o cassa deste-
chada por librarse de la furia desto.s barbaros yndio.s y por ver si se podian redusir
a la obediencia de su magestad que Dios guarde se dispusso que fuesse un religioso
lego de San Francisco que se hallo pressente en aquella o.cassio.n y les dijese viniesen
a la obediencia de su magestad que en su real nombre les perdo.naria los delitos y de-
sacatos el qual aviendo buelto. truxo por respuesta que si querian escapar las vidas
les diesen tres cavessas como eran la de don Francisco del Campo. Yapanchagua go.-
vernador Jo.seph Grimaldo.s y Juan de Salasar y que si dentro de media o.ra no.
le [s] respondian vajarian al pueblo y quitarian las vidas a todos quantos españoles
avia en el sin que se descapase [sic] ni el dicho seño.r alcalde de corte corregidor y
saserdotes y estando en este empeño. y a co.sta de la vida el dicho capitan Domingo
de Carrera entró en el dicho asiento,d e Churin aviendole los dichos yndios echadole
MITA OBRAJERA, IDOLATRIA y REBELION 243
por los caminos y despeñaderos muchas piedras y galgas procuraron quitarle la vida
y con todos estos riesgos entró a socorrer al dicho señor alcalde de corte y corregi-
dor los quales estavan en grande aprieto y que reconosiendo el dicho capitan Do-
mingo de Carrera el gran riesgo que tenian [por ]Ia temeridad de dichos yndios y en-
trado [f.57r./v.] dicho señor alcalde de corte corregidor y demas personas que se
hallaron presentes en consulta para disponer lo que devian haser en el caso presente
reconosiendo unos y otros el riesgo que tenian de perder las vidas fue de pareser el
dicho capitan Domingo de Carrera que era temeridad aguardar segunda emboscada
por ser los yndios muchos y se esperava mayor ruyna y que para desvaneserles y se
frustrasse sus intentos saliesen todos a Lasaura dos leguas de dicho asiento conque
paresio acordado lo dispuesto por el dicho capitan cuyo pareser siguieron todos
saliendo del dicho asiento a las onse de la noche desde donde se dio quenta del
sussesso a su excelencia y real govierno de donde vino orden se retirasse dicho
señor don Fernando y vajasse a la ciudad de Lima y que fuessen al dicho asien-
to de Churin los padres Bartolome Mexia y Hernando de Lavayen de la Compa-
ñia de Jesus para que con su predicassion y enseñansa redujiesen a los dichos
yndios por los medios mas suaves y combenientes a la paz y quietud de dicha
provin¡;ia y aviendo ydo y travajado con ellos los dichos padres para su redu-
sion y redificassion de dicho obrage y cassas reconosieron que el remedio mas
eficas para su conservasion era escrivir y dar quenta a su excelencia para que
[f.57v./58r.] la conservassion de la paz de dichos yndios era [sic] se le encargasse
al dicho capitan Domingo de Carrera como con efecto se le encomendo y se le
despacho titulo de teniente general y justissia mayor y capitan de jente de leva para
que con la prudencia y sagasidad que siempre acostumbrado [sic] el dicho capitan
Domingo de Carrera y por los mejores medios y mas suaves dispusiesse la paz y
quietud y conservassion de dichos yndios como con efecto lo dispusso assi y me-
diante ello y a costa de su vida y de mucha hasienda los redujo al primer estado que
tenia [n] acudiendo a la obligassion de mita de obrage como actualmente lo estan
con toda paz y tranquilidad procurando que los tributos y averes de su magestad se
enteren con toda puntualidad en las reales caxas desta provin¡;ia que estan a cargo
del dicho corregidor y asimismo save este este [sic] testigo que el dicho capitan Do-
mingo de Carrera pudiendo con la mano de tal aYer levantado mucha jente de paga
la a escussado a su magestad hasiendo este gasto a espenssas suyas y anteponiendo
su vida y hasienda a todo desseando la paz yobedien¡;ia que se deve a su magestad
y real justissia [f.58r./v.] en que assi por lo dicho como por las muchas partes y cali-
dades del dicho capitan Domingo de Carrera es digno d~ que su magestad (Dios le
guarde) y su excelencia en su real nombre le ocupe en los mayores puestos de go-
vierno en que dara muy buena quenta de todo y que esto que a dicho es lo que save
y la verdad so cargo del juramento que fecho tien"e en que se afirmo y ratifico y di-
jo ser de hedad de setenta y dos años y que no le tocan las generales de la ley y lo
firmo juntamente con el dicho corregidor.
El bachiller don Pedro Qanbrana [rubricado]
Don Luis de Torres y Portugal [rubricado]
Ante mi, Gaspar de Quessada, escribano de su magestad [rubricado]
244 HUGO PEREYRA PLASENCIA