La Magia
La Magia
La Magia
Introducción
La historia presenta a Tesalia, una región del norte de Grecia, como escenario de
los acontecimientos. En la antigüedad, esta región era considerada como una zona
oscura y misteriosa, “cuna de las brujas y adivinas más famosas”. Aunque en la
actualidad sea difícil considerar como totalmente verosímil esta definición, ya que no
existen pruebas de ello; para gran parte del Imperio Romano Tesalia era tierra de brujas,
independientemente si lo era o no. Algunos autores anteriores habían hablado sobre la
presencia de brujas allí, un ejemplo de ello es Ericto, una legendaria bruja de Tesalia,
quien Lucano, un antiguo poeta romano, da un papel importante en su épica Farsalia.
A lo largo de la novela, sobre todo en los primeros libros, las brujas tienen una
gran presencia e importancia en el desarrollo de la historia. A continuación se presenta a
cada una de ellas y sus eventuales acciones y/o características:
Meroe: se hace presente a través del relato de un viajero con el que se encuentra
Lucio. El viajero relata como un conocido suyo, llamado Sócrates, fue víctima
de las brujas tras haber burlado a una de ellas, justamente a Meroe. De acuerdo
al relato del viajero, esta bruja era muy poderosa, era capaz de transformar en
animales a aquellos que la ofendieran. En una ocasión, a una mujer embarazada
le detuvo el parto, de manera que el bebé seguía en su vientre durante 8 años. En
otra ocasión, cuando los demás habitantes del pueblo en el que vivía decidieron
castigarla, Meroe hizo un hechizo y consiguió encerrar a todos en sus casas;
permanecieron así hasta que todos juraron dejarla tranquila y continuar con sus
labores. En el caso de Sócrates, un hombre de quien Meroe estaba enamorada y
sobre el cual realizó sus trabajos mágicos para conquistarlo y retenerlo, tras
haberla burlado y haberse escapado, la venganza no tardó en llegar. Mientras el
joven dormía junto a un compañero, ella y otra bruja, Pantia, irrumpieron en la
habitación, le arrancaron el corazón, recogieron la sangre y colocaron una
esponja en su lugar pronunciando un conjuro. Todo ante la presencia de su
compañero aterrorizado. Al día siguiente el joven se levantó completamente
normal pensando que todo había sido solo un sueño. Retomaron el viaje.
Habiendo ya recorrido bastante camino, se detuvieron para comer algo. En el
momento en que Sócrates bebió agua, la esponja que le habían colocado las
brujas en la herida, se salió provocándole la muerte. (Asno de oro, libro I) “Las
palabras del conjuro son las que realmente producen eficacia en la acción
mágica” (M. J. Hidalgo de la Vega, 1986, p. 77)
Panfila: era la esposa de Milón, hombre a quien visita Lucio y dueño de la casa
donde se hospeda. Era considerada por muchos una gran maga, “una hechicera
de primer orden y una maestra de en toda clase de encantamientos
sepulcrales”. Según las palabras de una mujer llamada Birrena, supuesta
conocida de Lucio, Panfila se interesaba por los jóvenes más guapos y realizaba
todo tipo de conjuros para enamorarlos y atraerlos hacia ella. Le advirtió al
mismo Lucio lo peligrosa que era la bruja y cuan cuidadoso debía ser de no caer
en sus trampas.
“En cuanto ve un joven bien parecido, se enamora de su belleza y
ya no tiene ojos ni corazón a no ser para él. Le prodiga caricias,
conquista su simpatía y lo encadena para siempre con los lazos de
un amor insaciable. Luego, a los menos complacientes y a los que,
por su frialdad, caen en desgracia, en un abrir y cerrar de ojos los
transforma en piedras, en borregos o en animal cualquiera; otros en
cambio son limpiamente eliminados. Ya ves lo que me inquieta en tu
caso y me decide ponerte en guardia. Pues la llama del amor jamás
se extingue en su corazón, y con tu juventud y tu hermosura eres
buen partido para ella” (Asno de Oro, libro II)
En una ocasión, Panfila trató de enamorar a un muchacho de Tesalia y para ello
ordenó a su sirvienta, Fotis, que recogiera el cabello del joven quien se
encontraba en la barbería, para poder utilizarlos en un conjuro. Pero el barbero
la descubrió y el plan no resultó. Panfila ideó otro plan y para llevarlo a cabo se
transformó en un búho tras untarse el cuerpo con un ungüento especial. (Asno
de Oro, libro III)
Se encuentra en todos los casos con un escenario común, la noche. Todas las
brujas realizan sus hechizos en la oscuridad de la noche; incluso la novela pone énfasis
en la oscuridad de una noche sin luna destinada a las prácticas mágicas. El asesinato de
Sócrates, la mutilación de Telifron, los trabajos de Panfila, su transformación en búho e
incluso la metamorfosis de Lucio en un asno, producida por su curiosidad y por un error
de la esclava Fotis al entregarle el ungüento equivocado; suceden durante la noche.
Se puede incluir aquí, una clasificación que realizó la historiadora M. José
Hidalgo de la Vega sobre cuatro tipos de magia que se distinguen en la obra:
En primer lugar hace referencia a la magia metamórfica, la considera “la más
importante de todas” y que “constituye el eje central de la novela” (M. J.
Hidalgo de la Vega, 1986, p. 75). No solo la transformación de Lucio en asno
pertenece a este tipo de magia, sino también se puede dar cuenta de otras
transformaciones tales como la de Panfila en búho; Meroe transforma a un
amante infiel en castor, a un tabernero rival en rana y a un abogado maledicente
en carnero; una maga se transforma en comadreja para poder tener acceso a una
estancia y robar partes de un cadáver.
La magia amorosa. Las brujas Meroe, Pantia y Panfila eran las que practicaban
este tipo de magia. Estas atraían y encadenaban con este arte amatorio a los
hombres que llamaban su atención y se enamoraban. Si no eran complacientes o
de cierta manera lograban burlarlas, caían sobre ellos las peores maldiciones.
Y por último la necromancia, esta práctica consistía en la apropiación, por parte
de las brujas para realizar sus rituales mágicos, de cadáveres o de algunas partes
de ellos en especial manos, narices, orejas, corazones y testículos; en la
violación de sepulcros, en la preparación de pócimas con estos elementos. Las
magas de Tesalia eran expertas en este tipo de magia. Aparece expresada en el
relato de Telifron.
Propone una serie de elementos particulares en los que se pueden observar su doble
sentido o empleo en las artes mágicas:
Flores. Las sacerdotisas llevaban flores y las iban deshojando para cubrir el
suelo por donde pasaría la diosa. Pero también representaban de manera
simbólica las rosas que según las indicaciones de la esclava Fotis, debía comer
Lucio para abandonar su forma de asno.
Espejos y peines de marfil. Las sacerdotisas llevaban espejos sobre sus espadas,
iban dirigidos hacia la diosa para que puedan verla los que se aproximaban, otras
llevaban peines en sus manos, utilizados para peinar el cabello de la diosa. A la
vez son utilizados en la magia negra con otros fines, se creía que los espejos
tenían la capacidad de capturar las almas; las brujas de Tesalia escribían sus
oráculos en espejos con sangre humana.
Ungüentos y perfumes. Eran elementos primordiales en la magia, en la teúrgia
utilizados para perfumar la estatua de la diosa; y en la goetia son elementos que
tienen un papel importante en la transformación de Panfila en búho y la de Lucio
en asno.
Lucernas, antorchas y cirios. Estos propiciaban las bendiciones de la diosa. La
lucerna tenían un rol primordial en la goetia, es uno de los elementos más
empleados en la brujería; utilizados por Meroe en la noche que asesina a
Sócrates; por Panfila para conocer las condiciones del tiempo a través de la
magia adivinatoria, cuando realizaba sus trabajos durante la noche y cuando
llevó a cabo su metamorfosis.
Tras haber realizado un recorrido por los relatos y libros más relevantes de la
novela, los que permitieron extraer y presentar los aspectos característicos de la magia
que se buscaba resaltar; se puede afirmar que la historia se desarrolla, en un principio,
sobre el plano de los acontecimientos producidos por la magia negra, es la que marca el
punto de inicio de las desventuras de Lucio tras transformarse en asno, su infinita
curiosidad lo llevó a interesarse sobre todo por esta rama de la magia. Mientras que en
el final de la historia se observa como la magia blanca o teúrgia toma un lugar relevante
y da un giro rotundo a la situación del protagonista, es la que le propicia su salvación, la
que le hace recuperar nuevamente su forma humana y allí comienza para Lucio el
camino al mundo de la magia, del cual deseaba tanto ser conocedor, pero a través de la
teúrgia y de la mano del culto a Isis.
Apuleyo. El asno de Oro. Traducción y notas, Lisardo Rubio Fernández (1993).
Madrid: Gredos
Hidalgo, María José. “La magia y la religión en las obras de Apuleyo”. Consultado el 3
de noviembre de 2019. Disponible en
https://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/71206/1/La_magia_y_la_religion_en_las_o
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