Tesis795 160219
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Tesis795 160219
TESIS DOCTORAL:
Dirigida por:
Dr. D. José Luis Izquieta Etulain
Dr. D. Juan María Prieto Lobato
dedicada a Manuel,
(diciembre de 2014)
ÍNDICE
Índices iii
Índice general
Relación de Figuras
Relación de Tablas
Relación de Gráficos
Relación de Acrónimos
INTRODUCCIÓN
Justificación y enfoque de la Tesis ......................................................................................... 3
Objeto, Objetivos, Hipótesis y Metodología ....................................................................... 5
Estructura de la Tesis ............................................................................................................ 10
Agradecimientos .................................................................................................................... 11
Capítulo 5.- TEORÍAS, MODELOS Y NUEVAS VÍAS PARA LA RSE ....... 167
5.1. La jungla argumental. Clasificando las teorías ...................................................... 169
5.2. Modelos de RSE. Sintetizando teorías ................................................................... 178
5.3. Revisando los términos. La RSE en clave de innovación ................................... 183
5.4. Nuevas vías para la RSE. Por un paradigma eco-social ...................................... 189
5.5. Conjugando racionalidades. Una propuesta de avance para la RSE ................. 202
Relación de Figuras:
Relación de Tablas:
Relación de Gráficos:
8.2.1.C.1. (2008) Prácticas de RSE desarrolladas por Áreas de Gestión ................... 283
8.2.1.C.1. (2008) Prácticas de RSE en el Área de gestión de personal ...................... 283
8.2.1.C.2. (2008) Prácticas de RSE en el Área de empleo y desarrollo local ............ 283
8.2.1.C.3. (2008) Prácticas de RSE en el Área de productos ...................................... 284
8.2.1.C.4. (2008) Prácticas de RSE en el Área de medio ambiente ............................ 284
8.2.1.C.5. (2008) Prácticas de RSE en el Área de clientes ........................................... 284
8.2.1.C.6. (2008) Prácticas de RSE en el Área de gobierno corporativo ................... 285
8.2.1.C.7. (2008) Prácticas de RSE en el Área de acción social .................................. 285
8.2.1.C.8. (2008) Prácticas de RSE en el Área de otros stakeholders ........................ 285
8.2.1.D.1. (2008) Diálogo de las empresas con sus stakeholders ............................... 287
8.2.1.D.2. (2008) Diálogo con stakeholders según sectores ........................................ 287
8.2.1.D.3. (2008) Diálogo con stakeholders según nº trabajadores ........................... 287
8.2.1.D.4. (2008) Diálogo con stakeholders según facturación .................................. 287
8.2.1.D.5. (2008) Área de mejora sobre la que se dialoga con los stakeholders ....... 288
8.2.1.D.6. (2008) Nº de Áreas de mejora sobre las que se dialoga ............................. 288
8.2.1.D.7. (2008) Valoración de la frecuencia e intensidad del diálogo ..................... 289
8.2.1.D.8. (2008) Valoración del nivel de formalización del diálogo ......................... 289
8.2.1.D.9. (2008) Valoración del grado de consenso alcanzado en el diálogo.......... 289
8.2.1.D.10. (2008) Valor de la contribución del diálogo a la mejora de procesos ... 289
8.2.1.D.11. (2008) Valor de la contribución del diálogo a la mejora de la imagen . 289
8.2.1.D.12. (2008) Valor de la contribución del diálogo a la innovación .................. 289
8.2.1.D.13. (2008) Medios empleados para comunicar la RSE................................... 290
8.2.1.D.14. (2008) Valoración de la cantidad de información difundida .................. 290
8.2.1.D.15. (2008) Valoración de la calidadad de la información difundida ............. 290
8.2.1.D.16. (2008) Valoración de la planificación de la pca. de comunicación ........ 290
8.2.1.D.17. (2008) Valoración del nivel de transparencia informativa ...................... 290
8.2.1.D.18. (2008) Valoración de la notoriedad alcanzada por la difusión ............... 291
8.2.1.E.1. (2008) Expectativa sobre el futuro de la RSE ............................................. 291
8.2.1.E.2. (2008) Expectativa sobre el futuro de la RSE según sectores ................... 291
8.2.1.E.3. (2008) Expectativa sobre el futuro de la RSE según nº trabajadores ...... 292
8.2.1.E.4. (2008) Expectativa sobre el futuro de la RSE según facturación ............. 292
8.2.1.E.5. (2008) Razón con que se explica la expectativa favorable ........................ 292
8.2.1.E.6. (2008) Razón con que se explica la expectativa desfavorable ................... 292
8.2.1.F.1. (2008) Principal beneficio de la RSE para la empresa ................................ 293
8.2.1.F.2. (2008) Principal desventaja de la RSE para la empresa .............................. 293
8.2.1.F.3. (2008) Principal desventaja según sectores de actividad ............................ 293
8.2.1.F.4. (2008) Valor del efecto positivo de la RSE en los procesos de gestión ... 294
8.2.1.F.5. (2008) Valor del efecto positivo de la RSE en la imagen y la reputación 294
8.2.1.F.6. (2008) Valor del efecto positivo de la RSE en la competitividad ............. 294
8.2.1.F.7. (2008) Valor del efecto positivo de la RSE en la innovación .................... 294
8.2.1.F.8. (2008) Valor del efecto negativo de la RSE en coste económico ............. 295
8.2.1.F.9. (2008) Valor del efecto negativo de la RSE en costes de oportunidad .... 295
8.2.1.F.10. (2008) Valor del efecto negativo de la RSE en incertidumbre ................ 295
8.2.1.F.11. (2008) Valor del efecto negativo de la RSE en expectativas ................... 295
8.2.1.F.12. (2008) Valor del efecto negativo de la RSE en efectos imprevistos ....... 295
8.2.1.G.1. (2008) Posicionamiento de la empresa ante la RSE (agrupados) ............. 296
8.2.1.G.2. (2008) Posicionamiento de la empresa ante la RSE ................................... 297
8.2.1.G.3. (2008) Posicionamiento ante la RSE (agrup) según sectores .................... 297
8.2.1.G.4. (2008) Posicionamiento ante la RSE según sectores ................................. 297
8.2.1.G.5. (2008) Posicionamiento ante la RSE (agrup) según nº trabajadores ....... 298
8.2.1.G.6. (2008) Posicionamiento ante la RSE según nº trabajadores ..................... 298
X Índices
8.2.1.G.7. (2008) Posicionamiento ante la RSE (agrup) según facturación .............. 299
8.2.1.G.8. (2008) Posicionamiento ante la RSE según facturación ............................ 299
9.1.1. (2014) Distribución de empresas encuestadas según sector de actividad....... 342
9.1.2. (2014) Distribución de empresas encuestadas por provincia ........................... 342
9.1.3. (2014) Tamaño de la empresa según nº de trabajadores ................................... 343
9.1.4. (2014) Tamaño de la empresa según facturación anual .................................... 343
9.1.5. (2014) Tamaño de la empresa según facturación anual agrupada ................... 343
9.1.6. (2014) Entorno geográfico en que compite la empresa .................................... 344
9.1.7. (2014) Mercado en que la empresa aspira a competir ....................................... 344
9.1.8. (2014) Tipo de clientes de la empresa.................................................................. 344
9.1.9. (2014) Valor que mejor define a la empresa ....................................................... 344
9.1.10. (2014) Principal fortaleza de la empresa............................................................ 345
9.1.11. (2014) Principal problema de la empresa .......................................................... 345
9.1.12. (2014) Principal aspiración de la empresa ......................................................... 345
9.2.1.A.1. (2008) Percepción de la RSE entre el empresariado regional ................... 348
9.2.1.A.2. (2014) Percepción de la RSE entre el empresariado regional ................... 348
9.2.1.A.3. (2008) Percepción de la RSE por parte de la empresa ............................... 348
9.2.1.A.4. (2014) Percepción de la RSE por parte de la empresa ............................... 348
9.2.1.A.5. (2014) Percepción de la RSE por sector de actividad ................................ 349
9.2.1.A.6. (2014) Percepción de la RSE por tamaño (nº trabajadores) ...................... 349
9.2.1.A.7. (2014) Percepción de la RSE por tamaño (facturación anual) .................. 349
9.2.1.A.8. (2008) Conceptos asociados a la RSE .......................................................... 350
9.2.1.A.9. (2014) Conceptos asociados a la RSE .......................................................... 350
9.2.1.A.11. (2014) Conceptos asociados a la RSE según sector de actividad ........... 351
9.2.1.A.12. (2014) Conceptos asociados a la RSE según nº trabajadores ................. 351
9.2.1.A.13. (2014) Conceptos asociados a la RSE según facturación anual .............. 351
9.2.1.A.14. (2008) Percepción de en qué debería consistir la RSE............................. 352
9.2.1.A.15. (2014) Percepción de en qué debería consistir la RSE............................. 352
9.2.1.A.16. (2014) En qué debería consistir la RSE según sectores ........................... 352
9.2.1.A.17. (2014) En qué debería consistir la RSE según facturación ..................... 353
9.2.1.B.1. (2008) ¿Hacen las empresas algún tipo de RSE? (resp.agrup.).................. 356
9.2.1.B.2. (2014) ¿Hacen las empresas algún tipo de RSE? (resp.agrup.).................. 356
9.2.1.B.3. (2008) ¿Hacen las empresas algún tipo de RSE? ......................................... 356
9.2.1.B.4. (2014) ¿Hacen las empresas algún tipo de RSE? ......................................... 356
9.2.1.B.5. (2008) ¿Hacen las empresas algún tipo de RSE? distrib. por nº trabaj .... 357
9.2.1.B.6. (2014) ¿Hacen las empresas algún tipo de RSE? distrib. por nº trabaj. ... 357
9.2.1.B.7. (2014) Modo en que se hace la RSE en la empresa .................................... 357
9.2.1.B.8. (2014) Modo en que se hace la RSE: distribución por sectores ................ 357
9.2.1.B.9. (2014) Modo en que se hace la RSE: distribución por nº trabaj ............... 358
9.2.1.B.10. (2014) Modo en que se hace la RSE: distribución por factuación ......... 358
9.2.1.B.11. (2008) Empresas con área funcional de RSE ............................................ 358
9.2.1.B.12. (2014) Empresas con área funcional de RSE ............................................ 358
9.2.1.B.13. (2008) Empresas con área funcional de RSE según sectores .................. 358
9.2.1.B.14. (2014) Empresas con área funcional de RSE según sectores .................. 358
9.2.1.B.15. (2008) Empresas con área funcional de RSE según nº trabaj ................. 359
9.2.1.B.16. (2014) Empresas con área funcional de RSE según nº trabaj ................. 359
9.2.1.B.17. (2008) Órganos funcionales de las empresas con Área de RSE ............. 359
9.2.1.B.18. (2014) Órganos funcionales de las empresas con Área de RSE ............. 359
9.2.1.B.19. (2014) Órganos funcionales de RSE según nº trabaj ............................... 359
9.2.1.B.20. (2014) Órganos funcionales de RSE según facturación ........................... 359
9.2.1.B.21. (2008) Uso de sistemas de gestión de la RSE ............................................ 360
Índices Xi
9.2.1.E.18. (2014) Razón con que se explica la expectativa favorable ....................... 381
9.2.1.E.19. (2014) Razón de la expectativa favorable, según sectores ....................... 381
9.2.1.E.20. (2014) Razón de la expectativa favorable, según nº trabajadores ........... 381
9.2.1.E.21. (2014) Razón de la expectativa favorable, según facturación ................. 382
9.2.1.E.22. (2008) Posicionamiento de la empresa ante la RSE (agrupados) ........... 383
9.2.1.E.23. (2014) Posicionamiento de la empresa ante la RSE (agrupados) ........... 383
9.2.1.E.24. (2008) Posicionamiento de la empresa ante la RSE ................................. 383
9.2.1.E.25. (2014) Posicionamiento de la empresa ante la RSE ................................. 383
9.2.1.E.26. (2008) Posicionamiento ante la RSE según sectores ................................ 384
9.2.1.E.27. (2014) Posicionamiento ante la RSE según sectores ................................ 384
9.2.1.E.28. (2008) Posicionamiento ante la RSE según nº trabajadores.................... 385
9.2.1.E.29. (2014) Posicionamiento ante la RSE según nº trabajadores.................... 385
9.2.1.E.30. (2008) Posicionamiento ante la RSE según facturación .......................... 386
9.2.1.E.31. (2014) Posicionamiento ante la RSE según facturación .......................... 386
9.2.1.F.1. (2014) Enfoques o estrategias que la empresa conoce ............................... 388
9.2.1.F.2. (2014) Enfoques o estrategias que la empresa ha incorporado ya ............ 389
9.2.1.F.3. (2014) Enfoques sobre los que la empresa desea recibir información ..... 390
9.2.1.F.4. (2014) Distibución de Enfoques según mayor puntuación ....................... 391
9.2.1.F.5. (2014) Distibución de Enfoques por puntuación y categorías .................. 392
9.2.1.F.6. (2014) Distibución de Enfoques por mayor puntuación en categorías ... 393
Relación de Acrónimos:
Hablar hace tan sólo dos décadas de la Responsabilidad Social de las empresas (RSE)
habría resultado extraño, al menos en el contexto empresarial español. Pero hoy la idea de
que la empresa ha de asumir un papel más activo en la configuración y consecución de las
aspiraciones colectivas de progreso no es en absoluto extraño, sino más bien una condición
de supervivencia para la propia empresa como institución económica. La RSE se ha ido
convirtiendo poco a poco en una vía de legitimidad social para la empresa, en la medida en
que el poder y la eficacia de la sociedad civil para fiscalizar su conducta se ha multiplicado
exponencialmente gracias a las posibilidades de organización y conectividad que conceden
las redes sociales.
Estamos, por tanto, ante una configuración nueva de las relaciones sociales y ante
nuevas fuerzas que presionan para redefinir el rol social de la empresa, a la que se exige
ahora que adopte una actitud distinta ante los retos y problemas del mundo, de muchos de
los cuales ella misma es corresponsable.
La RSE, como eje decisivo de este nuevo marco de relaciones empresa-sociedad, toma
impulso en el contexto europeo a partir de la publicación en 2001 del Libro Verde1 de la
responsabilidad social de las empresas, un documento de la Comisión Europea que aspira a
situar este concepto en el centro de una nueva estrategia europea de desarrollo empresarial
para el futuro. Desde entonces se han multiplicado las firmas, las entidades privadas, las
instituciones públicas y las organizaciones civiles interesadas en promover y llevar a la
práctica distintas fórmulas y vías para la implementación del compromiso social de la
empresa. También se ha ido incrementando poco a poco el conocimiento y el interés de la
opinión pública por este enfoque, así como la investigación académica sobre RSE.
sociedad tiene del concepto y la confusión que se da entre éste y otras actividades, la falta
de formación y cultura de proactividad en las empresas, o la ausencia de una base científica
que aporte conocimiento sobre la implantación y los efectos de la RSE.
Razones de este tipo son las que nos han llevado a considerar esta materia como
objeto de investigación, tanto en su plano teórico como en el empírico. La RSE ha ido
ganando terreno en el mundo de la empresa, en la medida en que parece ofrecer a ésta
algunas ventajas en términos de mejora de la reputación, de la capacidad de gestión o de la
adaptación al cambio, pero es escasa o casi inexistente la investigación empírica sobre la
implantación real que está teniendo en las empresas y sobre su aportación de valor. Por
otro lado, también ha crecido en los últimos años el interés académico por la materia,
aunque sigue siendo un campo sin una adscripción clara de conocimiento, que se aborda
desde disciplinas como la ética, la economía, la sociología, la comunicación, etc. sin haber
llegado a constituirse un corpus teórico integrado y consolidado.
Por otro lado, ha existido también un interés de tipo personal por abordar esta
materia desde un enfoque sociológico, debido a que suelen ser más bien otras disciplinas las
que han venido fundamentando conceptual y metodológicamente la investigación sobre
RSE. En ese sentido hemos considerado que un análisis desde la perspectiva sociológica
podría contribuir a elaborar una noción más sistémica e integrada de la RSE, ubicándola en
el marco de estudio de las relaciones empresa-sociedad, en el que la empresa se concibe
como una institución social que desempeña un rol funcional en el orden colectivo.
Por último, es preciso mencionar también que en todas las etapas de este trabajo
hemos tratado de situar siempre nuestro “problema de investigación” en el contexto real de
las tendencias y los problemas que configuran, en el momento actual, el marco de
condiciones en las que a la empresa se le pide que redefina su papel social: el proceso de
globalización, la insostenibilidad ecológica del modelo de desarrollo y la desigualdad social.
Ya que sólo una RSE que considere este marco contextual podrá responder a tal nombre.
*
Todas estas cuestiones se explicarán en en siguiente apartado y en la Segunda Parte de esta Tesis.
4
Introducción
En este apartado expondremos de modo sintético cuáles han sido los aspectos
conceptuales y metodológicos desde los que se diseñó y desarrolló la investigación reflejada
en este trabajo de Tesis.
El Objeto de investigación
Por otro lado, el análisis de las prácticas de RSE en la empresa se planteó como una
investigación empírica en dos etapas (2008 y 2014), circunscribiendo el trabajo de campo al
contexto geográfico de Castilla y León y explorando cuatro dimensiones pragmáticas de la
RSE: los valores que las empresas asocian a la RSE, las prácticas de RSE que las empresas
están efectivamente desarrollando, la concepción estratégica que de modo implícito las
empresas atribuyen a la RSE, y las expectativas que éstas finalmente tienen sobre el futuro de
la RSE. Al análisis de estas cuatro dimensiones se dedica la segunda parte de esta tesis:
Estudio Empírico de la RSE.
El objeto de nuestra investigación, por lo tanto, aparece definido tanto por los
aspectos conceptuales arriba señalados como por las dimensiones prágmáticas que
acabamos de enunciar.
Objetivos de la investigación
5
RSE, Innovación y Crisis económica…
punto de partida de este trabajo y las que nos ayudaron a acotar y definir el problema de
investigación:
A partir de estas preguntas generales se definieron las dos dimensiones genéricas del
objeto de investigación, descritas más arriba, y los tres objetivos generales de nuestro
proyecto de investigación. El primero de ellos referido a la dimensión conceptual del objeto
y los otros dos ligados a la dimensión prágmática de éste:
Objetivo 1: Analizar qué se entiende hoy por RSE en los ámbitos institucional,
empresarial y académico. Y elaborar una propuesta teórica para el avance
en el desarrollo de la noción de RSE.
Objetivo 2: Analizar cuál es la visión real que tienen las empresas sobre la RSE y
cómo la están implementando en la práctica.
Objetivo 3: Analizar cuál está siendo el impacto de la crisis económica en la RSE de
las empresas y cómo ésta ha evolucionado durante este periodo.
Hipótesis de la investigación
Tales hipótesis están directamente conectadas con las dos dimensiones del objeto de
investigación y con los tres objetivos generales definidos para ésta. El siguiente cuadro
muestra la relación entre el objeto, los objetivos y las hipótesis de investigación que
finalmente fueron formuladas.
6
Introducción
OBJETO DE
OBJETIVOS HIPÓTESIS
INVESTIGACIÓN
7
RSE, Innovación y Crisis económica…
Para el análisis del marco teórico de la RSE (vinculado al Objetivo 1 y a las Hipótesis
1, 2 y 3), se formularon seis objetivos específicos:
1) Analizar el origen y la evolución de la noción de RSE;
2) Estudiar los elementos estructurales del concepto de RSE;
3) Analizar el marco normativo e institucional de la RSE;
4) Estudiar las herramientas disponibles para la gestión de la RSE;
5) Analizar los modelos teóricos desde los que se justifica la RSE;
6) Elaborar una propuesta teórica de avance para el desarrollo de la noción de RSE.
8
Introducción
Metodología de la investigación
Los dos niveles de análisis de nuestro objeto de estudio han sido abordados con dos
metodologías de investigación distintas. Por un lado, el estudio del concepto de RSE se
realizó mediante un proceso de revisión bibliográfica de las publicaciones más relevantes
y/o más recientes en lengua castellana y en lengua inglesa. Por otro, el estudio de las
prácticas empresariales de RSE se abordó desde una investigación empírica en dos etapas
(2008 y 2014) que se realizó con un grupo específico de empresas.
que se utilizó como marco conceptual para la interpretación de los resultados de encuesta y
de las entrevistas en ambas etapas de la investigación.
En el capítulo 7 de la tesis se exponen con mayor detalle todos estos aspectos de tipo
metodológico relativos a la parte empírica de esta investigación.
ESTRUCTURA DE LA TESIS
Los contenidos de esta Tesis están estructurados en tres partes: la primera se dedica
al análisis del marco conceptual de la RSE, la segunda recoge los dos estudios empíricos
sobre las prácticas de RSE de las empresas investigadas, y la tercera presenta las
conclusiones y principales hallazgos que se derivan del contraste de la investigación teórica
con la evidencia empírica, relativas a las dos dimensiones, conceptual y pragmática, de
nuestro objeto de estudio.
Los capítulos dos, tres y cuatro se dedican a analizar los elementos que configuran el
marco institucional actual de la RSE, esto es: los componentes estructurales que permiten
configurar en la práctica la idea de RSE (objetivos, actores, prácticas, organización); los
referentes normativos de la RSE a nivel internacional, europeo y español, así como la
relación entre RSE y políticas públicas; y las herramientas específicas que en los últimos
años se han venido desarrollando para la gestión de la RSE.
El capítulo siete describe las limitaciones que condicionaron el estudio empírico, los
detales del diseño metodológico de las dos etapas de la investigación (2008 y 2014) y los
aspectos que caracterizan al marco interpretativo diseñado para este trabajo.
10
Introducción
AGRADECIMIENTOS
Quiero recordar en primer lugar a Florentina Moreno, por sus primeras indicaciones
y consejos, que me ayudaron a intuir la complejidad inherente a todo proyecto de tesis.
A mis directores de tesis José Luis Izquieta y Juan Mª Prieto, por su capacidad para
motivarme, su apoyo, sus orientaciones y, en especial, por haber confiado en mí en todo
momento y saber transmitirme esa confianza, animándome siempre a que tomara mis
propias decisiones.
A INEA y a todos los que trabajan allí, por su respaldo institucional y su apoyo
personal, a Félix, Pilar, Rubén, Mª Antonia… y en especial a Jesús de Torres, que siempre
fue con su ejemplo y sus palabras una inspiración para mí.
A mi familia y a mi madre, por estar siempre ahí, y sobre todo a Aurora, porque su
confianza y su paciencia generosa me concedieron el aliento y la autonomía necesarias para
llegar hasta la meta.
Y a todos aquellos amigos que con su asiduo e insistente interés contribuyeron a que
no me olvidara nunca de que tenía un trabajo de tesis por terminar. A ellos, sin duda,
también se lo debo.
11
RSE, Innovación y Crisis económica…
PRIMERA PARTE
15
16
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
Vivimos una época de cambios, tan acelerados y tan profundos, que no resulta fácil
prever qué es lo inmediato que va a venir. Y estamos asistiendo a un cambio de época, en el
que la disminución del papel de los Estados, el protagonismo creciente de la sociedad civil,
la estructuración en red de las relaciones y el dominio de la empresa como institución
central de la sociedad, constituyen los puntos cardinales de un nuevo mapa, caracterizado
por una renovada dialéctica de intereses, actores y fuerzas.
La ciudadanía ahora es más consciente del impacto ambiental que están teniendo los
procesos productivos y de la inviabilidad ecológica del actual modelo de crecimiento
económico. Esto, unido a los escándalos financieros de los últimos años en las principales
corporaciones del mundo y a la persistencia clamorosa de problemas sociales que el
progreso no ha acabado de resolver (pobreza, desigualdad), ha hecho que la ciudadanía,
mejor informada que nunca, haya vuelto su mirada hacia la empresa, para exigirle que haga
otro otro uso de su poder, contribuyendo a resolver los problemas de los que ella misma es
corresponsable.
Estamos, por tanto, en un nuevo contexto en el que la empresa y la sociedad civil son
los protagonistas (sin ignorar la capacidad que siguen teniendo los Estados para definir el
marco legal regulador de la convivencia). Un contexto en el que el poder de la empresa se
sostiene cada vez más, no en su control sobre los recursos o el capital, sino, en gran
medida, en su capacidad para obtener la legitimidad social que sólo la sociedad puede
otorgarle.
17
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
La RSE podría ser el nuevo paradigma de las relaciones empresa-sociedad. Pero ¿qué
significa este término? En este trabajo trataremos de profundizar en el concepto de RSE y
en sus potenciales implicaciones para el desarrollo de una sociedad más sostenible.
Si bien ésta es una intuición que todos tenemos y, en un sentido coloquial, parece que
todos entendemos lo mismo cuando hablamos de responsabilidad, lo cierto es que se
suelen mezclar en el discurso y en los argumentos diferentes significados del término
responsabilidad. Domingo García Marzá1 distingue tres formas habituales de entender y
definir la responsabilidad: relacionándola con la idea de daño o culpa; entendiéndola en un
sentido causal; y vinculándola al concepto de libertad. Detengámonos un momento en esta
distinción.
motivo, una causa o un agente primario de ese algo. Esta idea de responsabilidad es, por
tanto, de tipo consecuencialista, viene marcada por la relación causa-efecto entre
fenómenos y pone el peso de la responsabilidad en el resultado final. Este es el significado
defendido por la mayoría de los enfoques utilitaristas, que ponen el acento en el cálculo de
las consecuencias de la acción pero, para el autor, se trata igualmente de una concepción
demasiado estrecha de la responsabilidad.
Hay algo que las tres acepciones incluyen, aunque sobre una fundamentación
diferente: la necesidad de responder ante otros de la propia acción. De hecho, ese es el
sentido etimológico de la palabra responsabilidad, el de “respondere” que significa defender
una cuestión en público, justificar una acción. Esto es lo que convierte necesariamente a la
responsabilidad en algo de tipo intersubjetivo, que requiere de la consideración de la
existencia de otros, los cuales pueden verse afectados por la acción.
Adela Cortina aporta una idea de responsabilidad que, a nuestro entender, podríamos
considerar como una cuarta acepción del término. La autora entiende la responsabilidad, en
un sentido mucho más amplio aún, como una exigencia de justicia: “la justicia exige tener
siempre en cuenta a los afectados por nuestras acciones”2. Y en el caso de las empresas, es
una cuestión de justicia que éstas tengan en cuenta, a la hora de tomar sus decisiones, a
cualquier posible afectado por la acción de la empresa, “no sólo porque eso sea interesante
para la supervivencia de la empresa, sino también porque es interesante por sí mismo. Por eso, según
la autora, hay una obligación moral con todos los afectados que no debe eludir nunca una
organización justa”3.
2
Cortina, A. (2006). La responsabilidad social corporativa y la ética empresarial, en VVAA “Mitos y
Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa en España. Un enfoque interdisciplinar”
Thomson-Civitas, Madrid, pp.109-120
3
Cortina, A. (1997). Ciudadanos del mundo, Madrid, Alianza,
19
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Según lo dicho hasta ahora queda claro que la idea de responsabilidad está
relacionada con tres elementos básicos. Está relacionada con la acción (incluyendo en ella la
omisión, como una forma de acción), con el grado de influencia que tiene o puede tener la
acción y con la necesidad de que el que actúa responda de las propias acciones.
En esta misma línea O.Höffe4 mantiene que la responsabilidad designa una triple
atribución: a) la atribución de tareas asumidas y, por tanto, la calidad de ser responsables de
ellas; b) la atribución de la propia acción u omisión a determinadas personas; y c) los
atributos de carácter al rendir cuentas ante una instancia (v.gr. un tribunal) o ante las
personas afectadas por una acción, o incluso frente a la propia conciencia. De esta
distinción de Höffe se deduce una posible triple atribución de responsabilidad:
ser responsable “per se” (en un doble sentido de obrar responsablemente y de asumir
la responsabilidad)
ser responsable “de” (ser o tener la responsabilidad de algo)
y ser responsable “ante” (ser hecho responsable de algo).
Del mismo modo José Luis Lizcano5 señala cómo “responsabilidad, en sus tres
acepciones más generales, significa lo siguiente”:
4
Höffe, O. (1994). Diccionario de Ética, Barcelona, Crítica, pp.246-247
5
Lizcano, J.L., (2006, noviembre). Buen gobierno y responsabilidad social corporativa, Partida Doble,
num.182, pp.20-35
6
González Esteban, E. (2002, junio,14). Elementos y estructura de la responsabilidad, comunicación
presentada en la “X Conferencia Anual de Ética, Economía y Dirección”, Universidad de Comillas,
Madrid
20
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
Básicamente caben tres tipos fundamentales de normas: las de carácter moral, las de
carácter social y las normas legales. La diferencia fundamental entre las primeras y las otras
dos es que las normas sociales y legales remiten a un Estado o a una sociedad concreta (por
lo que obligan a los miembros de esa sociedad e implican mecanismos definidos de control
y de sanción). Mientras que las normas morales son de carácter postconvencional, es decir,
que buscan aportar una perspectiva universal, por encima de las concreciones de cada
cultura o de cada orden particular de intereses.
Según Jonas, aunque la ética sigue teniendo validez en el ámbito de las relaciones
entre individuos, hoy esta esfera queda eclipsada por el creciente alcance de la elección
colectiva, “que impone a la ética una dimensión nunca antes soñada de respon-sabilidad”.
La idea central de Jonas es que, en este nuevo contexto, la responsabilidad no alcanza sólo
7
Jonas, H. (1995). El principio de responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica,
Barcelona, Herder
21
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
a los propósitos y consecuencias de los actos, sino que obliga a realizar actos cuyo fin es el
bienestar de los demás”. Y se trata además de una responsabilidad que no sólo se proyecta
en el presente, sino que se orienta y se hace cargo del futuro.
Este discurso rigurosamente nuevo sobre la responsabilidad, dice Manuel Cruz 8, nos
ofrece categorías y perspectivas de enorme frescura teórica para pensar los grandes y
rápidos cambios a los que estamos asistiendo, y en los que el papel de las organizaciones
sociales, y en especial de las empresas, es de una relevancia crucial. La profundidad y
magnitud de estas transformaciones exigen, según este autor, la revisión urgente de muchas
de las ideas y paradigmas fuertes sobre el sistema de organización de la sociedad moderna,
en particular en lo que se refiere a nuestra visión de las relaciones entre economía, política y
sociedad. “Somos responsables no sólo y no tanto de lo que hayamos hecho como de lo
que no hagamos para impedir el deterioro creciente del hábitat humano, y somos
responsables ante las generaciones futuras de la herencia natural, política y cultural que les
legamos”.
8
Cruz, M. (1999). Hacerse cargo. Sobre responsabilidad e identidad personal, Buenos Aires, Paidós,
pp. 39-42
22
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
A día de hoy hay bastantes cosas claras sobre lo que genéricamente pretende la RSE,
que no es otra cosa que la asunción por parte de la empresa del verdadero papel civilizador
que en un contexto de economía global le corresponde asumir. Son muchas las
organizaciones civiles y los agentes públicos que reclaman de la empresa una nueva
racionalidad y unas nuevas prácticas en favor de un desarrollo económico, social y
ambiental que beneficie a todos. Por lo que el comportamiento ético tiene visos de
convertirse en la nueva vía de legitimidad y de creación de valor para las empresas del siglo
XXI.
Esto significa que, en estos comienzos del nuevo siglo, el mito de la empresa amoral,
como apunta García Marzá, “ya hace tiempo que ha pasado a la historia, aunque continúe
siendo un tópico en el pensar de muchos actores de la realidad empresarial”9. La empresa
es un agente sujeto a responsabilidad, en la medida en que su actividad, que no es de orden
natural, viene definida por actores individuales -que son sujetos morales- y está
determinada por la búsqueda de unos fines y metas que siempre son sociales; al mismo
tiempo, las acciones y decisiones empresariales inciden directamente en el bienestar de los
individuos, en el progreso de la organización social y en el equilibrio del entorno natural en
el que la empresa actúa.
De este modo, la dificultad a la que hoy nos enfrentamos no reside tanto en hallar un
consenso sobre los fundamentos de la responsabilidad que la empresa haya de tener como
institución central del orden social, cuanto en llegar a concretar con precisión en qué
consiste, de manera operativa, esa responsabilidad.
9
García Marzá, D. (2006). op.cit, p.69
10
AccountAbility es una organización con sede en Londres, a la que pertenecen más de 350 empresas y
organizaciones de 20 países (empresas, ONG`s, centros de investigación) que desde 1996 se dedica a
desarrollar estándares de gestión de la sostenibilidad y de la RSE. Su modelo más conocido es el
estándar “Accountability 1000” (AA1000), que propone una serie de principios y procesos orientados a
la contabilidad social, la realización de auditorias y la elaboración de informes sociales. La dirección
web de la organización es: www.accountability21.net
23
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Son muchas y diversas las dimensiones, los intereses, los actores, los objetivos, las
prácticas, los argumentos, las herramientas de gestión..., vinculadas al concepto de
responsabilidad social e incluidas necesariamente en él. Pero no todos los actores están de
acuerdo en la interpretación que se debe dar al concepto de responsabilidad y en las
implicaciones prácticas y operativas a las que éste ha de obligar en el quehacer cotidiano de
las empresas.
Tal como afirma Tomás Perdiguero, “la principal dificultad a la que se enfrenta la
investigación sobre las relaciones empresa y sociedad es la falta de un acuerdo sobre la
definición del alcance de la RSE y sobre los sistemas de evaluación y medida de las políticas
y la conducta social de las empresas”12.
“La responsabilidad social de las empresas es, esencialmente, un concepto con arreglo al cual las
empresas deciden voluntariamente contribuir al logro de una sociedad mejor y un medio ambiente más
limpio”.
11
AECA (2004), Marco Conceptual de la Responsabilidad Social Corporativa, Documentos AECA, Serie
Responsabilidad Social Corporativa, Doc.nº1.
12
Perdiguero, Tomás G. (2003). La responsabilidad social de las empresas en un mundo global,
Anagrama, Barcelona, p.158
13
Comisión de las Comunidades Europeas COM(2001) 366 final, Libro Verde. Fomentar un marco
europeo para la responsa-bilidad social de las empresas.
en línea en http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX:52001DC0366
24
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
Al afirmar su responsabilidad social y asumir voluntariamente compromisos que van más allá de las
obligaciones reglamentarias y convencionales, que deberían cumplir en cualquier caso, las empresas
intentan elevar los niveles de desarrollo social, protección medioambiental y respeto de los derechos
humanos y adoptan un modo de gobernanza abierto que reconcilia intereses de diversos agentes en un
enfoque global de calidad y viabilidad.
Sin duda los tres aspectos más relevantes incluidos en esta definición son los que
afirman, por un lado, la voluntariedad y la iniciativa de las empresas; en segundo lugar, la
necesidad de un modo de gobierno abierto a los intereses de los distintos agentes, los
denominados stakeholder; y finalmente, la voluntad de que este enfoque sea global, es decir,
que abarque a todos los ámbitos de actividad de la empresa. Estas son las tres implicaciones
básicas recogidas en el concepto europeo de RSE, a las que volveremos más adelante y que
trataremos de desarrollar y analizar en profundidad a lo largo de este trabajo.
Algunos autores consideran que el Libro Verde, describiendo lo que deberían ser las
finalidades y responsabilidades de las empresas y proponiendo algunas estrategias como
imprescindibles (tales como la rendición de cuentas o la consideración de los stakeholder),
en realidad evita formular una definición o una clara delimitación conceptual de la RSE.
Para algunos esto responde a un intento de contentar a todos, no poniendo en cuestión el
actual modelo de racionalidad económico y financiero. Mientras que, para otros, la
intención de la Comisión Europea es la de proponer simplemente las bases desde las que
“iniciar en Europa un amplio debate sobre cómo se podría fomentar desde la Unión
Europea la RSE a nivel europeo e internacional”, tal y como declara el propio Libro Verde
en su preámbulo.
14
Comisión de las Comunidades Europeas COM(2002) 347 final, La responsabilidad social de las
empresas: una contribución empresarial al desarrollo sostenible,
en línea en http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2002:0347:FIN:es:PDF
15
Quintana Navío, J. (2005). Responsabilidad Social en las Empresas Familiares, Cuadernos de
Responsabi-lidad Social Corporativa, cuaderno nº3, Ed. Forética, Madrid, p.7
25
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
hasta el punto de que, como declara este autor, “existen casi tantas definiciones como
entidades que promueven la RSE”.
Las distintas definiciones aportadas en los últimos años por los organismos
internacionales (ONU, OCDE, OIT) o por reconocidas entidades públicas y privadas
(AccountAbility, Global Reporting Initiative, etc.) coinciden y comparten los aspectos más
genéricos de la RSE, confluyendo todas ellas en un mismo denominador común: la
necesidad de integrar a un grupo más amplio de agentes de interés -los stakeholder- en la
toma de decisiones de las empresas, esto es, aumentar el abanico de agentes involucrados
en la empresa, tanto internos como externos. La existencia de este denominador común
nos permite sugerir que ese es probablemente el eje fundamental del concepto de
responsabilidad social empresarial.
“La Responsabilidad Social de la Empresa es, además del cumplimiento estricto de las obligaciones
legales vigentes, la integración voluntaria en su gobierno, gestión, estrategia, políticas y procedimientos
de las preocupaciones sociales, laborales, medioambientales y de respeto a los derechos humanos que
surgen de la relación y el diálogo transparentes con sus grupos de interés, responsabilizándose así de
las consecuencias y los impactos que se derivan de sus acciones”
16
Foro de Expertos en RSE (2005). I,II y III Sesión de trabajo. Definición y ámbito de la RSE, Ministerio
de Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid
26
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
Por último, las dos definiciones de calado más recientes son las proporcionadas por
la nueva Guía ISO-26000, publicada en 2010, y la definición propuesta por la última
Comunicación de la Comisión Europea sobre RSE, de 2011. Según la guía ISO-26000, en
una definición con aspiración totalizadora, la RSE es:
“la responsabilidad de una organización por los impactos de sus decisiones y actividades en la
sociedad y en el medio ambiente, a través de un comportamiento transparente y ético que contribuya
al desarrollo sostenible, incluida la salud y el bienestar de la sociedad; teniendo en cuenta las
expectativas de las partes interesadas; su conformidad con las normas internacionales de
comportamiento, integrada en toda la organización y aplicada en sus relaciones en su ámbito de
influencia.
17
Francés Gómez, P. (2004). Responsabilidad Social de las Empresas. Fundamentos y enfoque de la
gestión responsable, Cuadernos de Responsabilidad Social Corporativa, cuaderno nº1, Forética,
Madrid, p.9
18
Comisión de las Comunidades Europeas COM(2011) 618 final: Comunicación de la Comisión al
Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones.
Estrategia renovada de la UE para 2011-2014 sobre la Responsabilidad social de las Empresas.
en línea en http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/ALL/?uri=CELEX:52011DC0681
27
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
De lo dicho hasta ahora es fácil deducir que la empresa no es sólo una entidad
económica, una mera unidad de producción, sino más bien una estructura organizativa que
tiene una incidencia pluriforme en la sociedad y que a su vez se retroalimenta de las
expectativas y demandas que la sociedad genera sobre ella. La responsabilidad social de la
empresa debe ser analizada, por tanto, desde la perspectiva de la interrelación empresa-
sociedad.
Hacer un breve repaso histórico sobre los avatares de esta relación nos permitirá
comprender mejor la concepción que hoy se maneja de la responsabilidad como premisa
estratégica para la empresa.
28
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
entonces y a ofrecer a sus empelados un plan de acciones innovador para compartir con
ellos los beneficios de la empresa. A pesar de lo cual mantendría la prohibición de
sindicarse a sus trabajadores.
Pero no será hasta mediados de los años cuarenta cuando se empiecen a realizar las
primeras auditorías sociales a empresas privadas. Tales auditorías comenzaron como
estudios académicos de ámbito universitario y no se convertirían en una práctica
comúnmente extendida, por iniciativa de movimientos de consumidores y de consultoras
privadas, hasta bien entrados los años sesenta.
Durante la década de los cincuenta, tal como afirma Josep M. Lozano19, se habla de
RSE fundamentalmente vinculándola a la conciencia y voluntad de los directivos y
entendiéndola básicamente como una cuestión de responsabilidad personal. La RSE
consistía en apelar a los hombres de empresa para que tuviesen una cierta “conciencia
social” a la hora de tomar decisiones. En 1953 Bowen publica un pionero libro, “Social
Responsibilities of the Businessmen”20, en el que afirma que los directivos son responsables de las
consecuencias de sus acciones más allá de la simple consideración de un objetivo de
pérdidas y ganancias.
Pero el aumento del tamaño de las empresas americanas, el inicio de los movimientos
de derechos civiles y la guerra fría, con sus implicaciones tecnológicas e industriales
(desempleo, contaminación, degradación urbana…) hacen que en los años sesenta la RSE
se plantee ya en clave corporativa. La razón fundamental de este cambio de enfoque no es
otra que la constatación del creciente poder de las empresas y la aparición de lo que se ha
venido a llamar la revolución managerial –la aparición de profesionales que tenían el poder en
las empresas sin tener la propiedad– . Va a emerger en estos años una corriente crítica con
el sistema económico y social imperante, que se va a encarnar en una nueva visión muy
crítica con la empresa, cuestionando su legitimidad tanto en lo relacionado con sus
actuaciones, como en tanto que institución.
Pero a pesar de tal afirmación, la creciente presión y demandas sociales hacia la RSE
contribuyeron a una ampliación de la visión de ésta. Una visión que no va a limitarse a
considerar la responsabilidad como mera atención a las consecuencias de la acción
empresarial, sino también como anticipación por parte de la empresa de las expectativas y
los valores de la sociedad, y como aumento de los vínculos y las contribuciones de las
empresas con su entorno más inmediato. A esta última acepción de la RSE es a lo que en
ese momento se denominó “responsividad”21, entendiendo la responsabilidad social en un
sentido pro-activo.
19
Lozano, J.M. (2002). ¿Hacia la empresa ciudadana?, en “La responsabilidad Social Corporativa y los
Códigos de Conducta:¿beneficios para todo el mundo?”, Fundació Pau i Solidaritat-CCOO, Barcelona,
p.12
20
Bowen, H.R. (1953). Social Responsibilities of the Businessmen, New York, Harper & Brothers
21
La diferencia entre los términos responsabilidad y responsividad procede de la distinción en inglés
entre “Corporate Social Responsibility” y “Corporate Social Responsiveness”. La idea de responsividad
implica tener en cuenta no sólo lo que las empresas hacen, sino también cómo orientan su actuación y,
por lo tanto, cómo pueden estar atentas a las nuevas demandas sociales y anticiparse a ellas. Este
planteamiento supone que la atención a las cuestiones sociales ha de incorporarse a los procesos de
29
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
planificación estratégica y que deben desarrollarse herramientas y metodologías que permitan trabajar
en esta línea.
22
Perdiguero, Tomás G. (2003) op.cit. p.143
23
El Comitee for Economic Development (CED), con sede en Nueva York y conformado por empresarios
y educadores, dio en 1971 un giro a las definiciones anteriores de RSE al afirmar que es la sociedad la
que proporciona a la empresa la posibilidad de operar y que, por lo tanto, la empresa tiene la obligación
de satisfacer las necesidades de dicha sociedad. El CED definió la RSE por círculos concéntricos,
sentando así un precedente de la teoría de los stakeholder de Feeman del año 1984, puesto que aclaró
ante quién es responsable la empresa y cuál es el nivel de dicha responsabilidad. 1) El círculo interno
atañe a la ejecución eficiente de las obligaciones económicas, operativas y las obligaciones para con sus
empleados. 2) El círculo intermedio añade al anterior valores y prioridades sociales (medioambiente,
necesidades de los empleados, clientes, información). 3) El círculo externo son las nuevas
responsabilidades, poco claras aún, que la empresa debe asumir para estar activamente involucrada en
contribuir al progreso y al mejoramiento social.
30
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
24
El enfoque de la empresa excelente consiste en una nueva concepción que puede representarse en cierto
sentido mediante la estructura de los “7 factores” de Mckinsey: además de los tres aspectos
tradicionales de gestión (Estrategia, Estructura y Sistemas), las empresas han de hacer hincapié en otros
tres (Personal, Cualificaciones y Estilo), y a su vez estos seis factores constituyen la base del séptimo
factor: los Objetivos de Orden Superior.
25
Peters,T.J. y Waterman,R.H. (1982). In search of excelence. Lessons fron America^sBest-run
Companies, Warner Books, NeW York
26
Archier,G. y Sérieyx,H. (1985). La empresa del tercer tipo. Una nueva concepción de la empresa,
Barcelona, Planeta
27
En relación a esta literatura gerencial, algunos autores como Tomás G. Perdiguero consideran que la
producción editorial, ensayista y de divulgación de muchos de estos “exitosos propagandistas de la
excelencia” se ha realizado al margen de las universidades y de los centros de legitimación científica y
contiene una visión simplista, trivial y exagerada de la empresa y sus cambios. Para Perdiguero “con la
perspectiva de hoy, la idea defendida por los promotores de la excelencia y de la ciudadanía
empresarial sobre el nacimiento de una nueva clase de empresa que habría superado las rigideces y la
estrechez de visión de la organización empresarial tradicional, puede ser calificada de simple
palabrería” [ ] El propio Hervé Sérieyx admite diez años después (1993) de la publicación de La
empresa del tercer tipo, que las grandes declaraciones sobre la excelencia, la calidad total, los clientes o
el valor de los empleados han sido solamente discursos escasamente relacionados con las políticas y las
prácticas de gestión. Perdiguero, T.G. (2003). La responsabilidad social de las empresas en un mundo
global, Barcelona, Anagrama, pp.22-29
31
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
época de “caníbales con tenedores”, según el ilustrativo título del libro del fundador de
SustinAbility, John Elkington28.
Como declara Tomás G. Perdiguero, “si los años ochenta fueron un tiempo de
intenso encantamiento de los ciudadanos de las sociedades desarrolladas con la institución
empresarial, en el final de los noventa una espesa sombra de sospechas se extiende sobre
las grandes empresas y corporaciones privadas”29. La fascinación y el entusiasmo, propias
de esa “cultura de la satisfacción” certeramente descrita por Galbraith30, devienen en abierta
decepción y desconfianza tras las crisis económicas y financieras de los años 1997 y 1998 y
del estallido de la burbuja bursátil en 2001.
Tras estos movimientos, en los primeros años del nuevo siglo las empresas han
comenzado a preocuparse por su reputación y a valorar la importancia de las expectativas
que la sociedad pone sobre ellas. Y aunque no esté muy claro en ese momento si las
empresas han entendido bien la necesidad real de implicarse en la RSE o si sólo se ven
obligadas a hacerlo para poder sobrevivir en un mercado cada vez más informado, lo que
es cierto y constatable es la multiplicación en esos años de todo un catálogo de
declaraciones de principios, códigos éticos, informes sociales, certificaciones, memorias de
sostenibilidad, ecoetiquetas, fondos de inversión sostenibles y/o responsables, etc., por
parte de las empresas.
Los dos rasgos básicos de este nuevo enfoque, que pretende impregnar la actividad y
los procesos de la empresa en todos sus niveles, se concretan en la adopción de la perspectiva
de la sostenibilidad (entendida como una visión a largo plazo de la empresa) y en la puesta en
práctica del diálogo con los stakeholder (como vía para asumir e integrar las expectativas de los
grupos vinculados a la empresa).
Estos van a ser los dos pilares fundamentales de la RSE como visión estratégica, una
visión centrada más en los procesos que en los productos, así como en una adaptación pro-activa
a los cambios en el entorno. Como apuntábamos al principio de este capítulo, la empresa
ahora ya no se concibe como una mera unidad de producción, autónoma y separada del
contexto social, sino más bien como una estructura organizativa que sólo tiene sentido y
28
Elkington, J. (1997). Cannibals whit forks. The tripple Bottom Line of 21 st century business, Capstone
29
Perdiguero, T.G. (2003) op.cit. p.99
30
Galbraith, J.H. (1992). La cultura de la satisfacción, Barcelona, Ariel
31
para Ulrich Beck las ONG representan “la única oposición política a tomar en serio dentro del ámbito
de la economía global”
32
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
Pero en 2008 estalla una crisis mundial que va a paralizar (o, en el mejor de los casos,
adormecer) todos estos proyectos y buenos propósitos. La crisis financiera que comienza
en Estados Unidos se extiende rápidamente a Europa y a otras partes del mundo, y va a
suponer un duro golpe para las expectativas puestas en la RSE. Las empresas se centran de
nuevo en los aspectos financieros, en su cuenta de resultados, y tratan de sobrevivir
arrinconando a una RSE que estaba renaciendo y comenzando a conformarse como una
interesante oportunidad estratégica y de transformación del papel de la empresa en la
sociedad.
Entre 2008 y 2014 tanto los proyectos empresariales como los programas
institucionales de RSE quedan aparcados, o reciben una atención meramente testimonial.
Esto plantea muchas dudas y preguntas sobre la auténtica fortaleza y potencialidad de la
RSE, evidenciándose, para muchos, como un verdadero fiasco, y como una estrategia
cosmética que sólo resulta útil en tiempos de bonanza. Otros, en cambio, siguen viendo
aún en ella una vía de mejora empresarial y de cambio social.
Pudiera parecer que la concepción de la RSE que acabamos de esbozar no deja lugar
a dudas sobre cuál es el significado y el enfoque esencial del concepto “RSE”. Sin embargo,
es un hecho fácilmente constatable que el término aún hoy, después de más de cuatro
décadas de debate, no es concebido del mismo modo por todos ni todos le atribuyen un
mismo y único significado. De hecho, existe una multiplicidad de maneras de definir el
alcance y de entender las implicaciones de la responsabilidad social. Tal como apunta Josep
María Lozano32:
Para unos (RSE) remite a la idea de responsabilidad legal; para otros significa comportamiento
socialmente responsable en un sentido ético; para otros el significado que transmite es el de
“responsables hacia” en sentido causal; algunos simplemente lo hacen equivalente a “contribuciones
caritativas”; muchos de los que lo adoptan lo ven simplemente como sinónimo de legitimidad; y
otros lo ven como una especie de deber fiduciario; e incluso los antónimos “socialmente
irresponsable” o “no responsable” tienen múltiples interpretaciones.
Por lo que hemos dicho hasta aquí es evidente que algunas de estas concepciones no
tienen nada que ver con el enfoque que hoy se está queriendo dar a la RSE. Pero no es
tarea fácil concretar exactamente en qué consiste la responsabilidad social y cuáles son los
modos precisos de llevarla al terreno de la gestión empresarial.
Es evidente que esta concepción ya no tiene sentido, y que, en los términos en que
hoy se plantea el debate, la RSE:
No es filantropía empresarial. Como afirma Pedro Francés33, “es absurdo pensar que las
empresas tengan que cambiar su objeto social” (…) “y, especialmente para la gran
mayoría de negocios pequeños y medianos, la RSE no significa hacer nada distinto de
lo que ya hacen. Se trata únicamente de hacerlo con una actitud más consciente de su
impacto -sobre las personas, sobre el medio- y de hacerlo de un modo que facilite su
visibilidad”. Responsabilidad social no es igual a filantropía y ambas cosas ni son
equivalentes ni se deben confundir.
No se identifica con la acción social. Las clásicas formas de lo que podríamos llamar acción
social (donaciones, mecenazgo, patrocinio o colaboración) pueden considerarse como
una parte de la responsabilidad social que asume una empresa, pero no son ni mucho
menos lo fundamental de la RSE. De hecho, en una empresa este tipo de acciones
(v.gr. donaciones a ONG para proyectos educativos en el tercer mundo) podrían ser
compatibles con prácticas de discriminación laboral, empleo precario, falta de
medidas de seguridad, emisión de vertidos contaminantes o malas prácticas contables.
En cuyo caso difícilmente podríamos hablar de tal empresa como una empresa
responsable. En palabras de Pedro Francés, “la RSE comienza por la propia organización y
su entorno” y la acción social no es ni el principal componente, ni un sustituto de la
RSE.
No es una actitud reactiva. Va más allá del mero cumplimiento legal y de la obligación de
reparar el daño causado. No es un simple planteamiento consecuencialista de la
responsabilidad, y tampoco es una actitud defensiva, propia de la consideración del
contexto empresarial (competencia, sindicatos, legislación ambiental, etc.) como una
amenaza. Algunas medidas de gestión del riesgo (como la introducción de programas
formativos o de sistemas de gestión ambiental), siendo formas de RSE, no dejan de
ser estrategias parciales y defensivas ante posibles situaciones de crisis, cuya filosofía
“es únicamente mantener a salvo un sistema de gestión y unos valores que son
esencialmente ajenos al contenido de tales medidas”34.
La RSE significa una actitud pro-activa de la empresa, esto es, una actitud que
consiste en anticiparse a las demandas de información y de responsabilidad de la
sociedad y de los poderes públicos, sobre la base de un compromiso sólido con los
valores sociales y medioambientales, y sabiendo crear y mejorar los mecanismos de
33
Francés Gómez, P. (2004) op,cit. p.16
34
Francés Gómez, P. (2004) op,cit. p.19
34
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
No es una nueva carga para la empresa. Lejos de suponer una carga o un coste añadido,
la RSE es cada vez más un factor de competitividad e innovación para las empresas.
Y esto es así para todas las empresas, no sólo para las grandes multinacionales, en la
medida en que las grandes empresas cada vez exigen más de sus proveedores y
contratistas, generalmente Pymes, criterios de RSE, al tiempo que este tipo de
prácticas, que a menudo son muy visibles para el consumidor final (ecoetiquetas,
productos de comercio justo, etc.) permiten ganar a las Pymes en reconocimiento
social y, muy probablemente, en cuota de mercado. En este sentido, la RSE ha de ser
considerada cada vez más como una inversión y no como un coste. Para Pedro
Francés “la RSE no es un lujo, sino el modo de una buena gestión corporativa en las
circunstancias actuales”.
Por otro lado, creer que es posible gestionar la RSE de forma separada equivale a
reducir la RSE a un papel de parche o de simple contrapeso, cuando no de mero barniz que
trata de maquillar las posibles actividades sucias de la empresa. Por el contrario, la RSE es
algo estructural, que atañe e implica a toda la estructura organizativa y, en este sentido, la
RSE:
Por otro lado, es un hecho que la mayor parte de las áreas de RSE de las grandes
empresas han estado vinculadas al departamento de Marketing, y que el presupuesto
de RSE proviene de las cuentas de Comunicación. Esto significa seguir considerando
a la RSE como una herramienta de comunicación, como un mecanismo para mejorar
la imagen corporativa y no como un recurso para cambiar la cultura de la empresa.
Significa utilizar la RSE solamente para lavar la imagen de la marca sin alterar las
líneas de negocio ni el funcionamiento habitual de la empresa.
No es una estrategia a corto plazo. Los compromisos que la empresa viene declarando
desde hace tiempo con la sostenibilidad y con el progreso social se contradicen en la
mayoría de los casos con los planteamientos de negocio y de beneficio a corto plazo
que ésta realmente ha venido practicando. Este enfoque cortoplacista conduce a
35
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
considerar a la RSE como una estrategia adaptativa que puede ser útil ante posibles
crisis puntuales, pero no implica un compromiso mayor hacia el futuro que las meras
declaraciones de intenciones.
Sin embargo, parece que un número cada vez mayor de empresas ha empezado a
darse cuenta de que la única perspectiva viable de supervivencia en mercados
dinámicos y globales pasa por asumir planteamientos de negocio y compromisos a
largo plazo. Desde un punto de vista ambiental la empresa sostenible obliga a
considerar el consumo de recursos y el uso de activos a medio y largo plazo. Y desde
una perspectiva económica y social, intangibles como la confianza de consumidores e
inversores, la aceptación social de la comunidad local, el compromiso de los
trabajadores y el apoyo de asociaciones relacionadas, no pueden alcanzarse con planes
anuales.
No es algo por lo que se pueda optar, y en este sentido, no es una moda. Hay quienes
consideran que la RSE es sólo una moda pasajera, un adorno funcional al que han de
acudir las grandes firmas, pero de la que se puede prescindir, especialmente si no se
es una marca de gran consumo o si se es una Pyme. El carácter de no obligatoriedad,
de voluntariedad de la RSE, disuade a muchas empresas de comenzar a asumir un
verdadero compromiso que vaya más allá de las obligaciones legales.
Sin embargo, como venimos reiterando, en una economía global el valor social de la
empresa, sea del tamaño que sea, depende cada vez menos de los resultados
económicos y éste ha de demostrarse de otro modo que con la mera obtención de
beneficios. El valor de los intangibles tiene un peso creciente, e implica un
compromiso de la empresa con los problemas reales del mundo.
No es una nueva forma de “dirigir” la empresa. Por primera vez se viene planteando en
los últimos años la cuestión de “quiénes son” los verdaderos propietarios de las
empresas. Desde los años ochenta, la revolución accionarial y la creciente
participación de los gerentes en la acciones de las empresas a través de las stock options
ha hecho que las empresas, como señaló Paul Kennedy35, hayan hipotecado su futuro
por una valorización de acciones en el presente. Este planteamiento y los escándalos
subsiguientes de todo tipo han generado una falta de confianza generalizada hacia la
clase gerencial y hacia sus criterios de dirección. De tal modo que ya no se concibe
que en los procesos de toma de decisiones no se tengan en cuenta a los principales
participantes en el desarrollo del capital intelectual de la empresa, como son los
trabajadores y los grupos de interés que interactúan con ella.
35
Referencia tomada de libro de Fernando Casado Cañete, La RSE ante el espejo, Prensas Universitarias
de Zaragoza, Zaragoza, 2006, p.102
36
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
En este sentido, la RSE se plantea también como una nueva forma de gobernanza para
las empresas, que requiere la implicación de todos los niveles internos (trabajadores)
de la empresa y también la participación de los stakeholder. Por lo que, para la
dirección, ya no son los accionistas los únicos a tener en cuenta. Como afirma
Fernando Casado36, “gobernanza es la forma en la que se ejecuta el poder por parte de
las instituciones, asegurando que tenga en consideración el bien común. (…) Esto
incluye el proceso por el cual aquellos que ejercen el poder son elegidos,
monitoreados y reemplazados; la capacidad de una empresa de gestionar
efectivamente sus recursos; y el grado de respeto que tiene a los ciudadanos y a las
instituciones públicas que gobiernan”.
La RSE, por tanto, más que un mero añadido a la tarea de dirección se trata de una
completa revolución en el modo de plantear la actividad directiva en las
organizaciones, para la que probablemente harán falta algún tiempo y muchos
esfuerzos.
Hasta este momento hemos hablado de la RSE como si los orígenes y el desarrollo
de ésta hubiesen avanzado por un mismo y único sendero. Pero esto no ha sido así en
absoluto. A lo largo de todo el siglo XX ha habido en occidente dos formas distintas de
entender el “modelo de economía de mercado” y, consecuentemente, el papel y la
responsabilidad de la empresa en el desarrollo económico y social. Estamos hablando de
dos visiones marcadamente diferentes: el enfoque norteamericano y el enfoque europeo.
36
Casado Cañete, F. (2006). La RSE ante el espejo. Carencias, complejos y expectativas de la empresa
responsable en el siglo XXI, Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, p.105
37
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Para la cuestión que venimos tratando, es imprescindible que señalemos cuáles son
las diferencias básicas entre estos dos planteamientos. En el bloque norteamericano,
caracterizado por un sistema económico muy poco intervencionista, las grandes
corporaciones han tenido un papel importante en la protección social, en especial en la
protección de sus empleados. El origen de este compromiso tiene lugar, como ya hemos
mencionado, en las corrientes filantrópicas que se dan en la empresa desde finales del siglo
XIX. Según explica Francisco de Vera Santana37, “el clima social favorable a estas ideas
obligaba, de alguna manera, a que los gerentes incorporaran estas responsabi-lidades como
parte de sus preocupaciones, tras haber satisfecho su obligación principal para con sus
accionistas”.
Las razones, por tanto, por las que las empresas han decidido adoptar la RSE deben
inscribirse en el contexto de estas dos tradiciones, aunque hay que reconocer que la RSE
tiene su origen en el filantropismo norteamericano y en la preocupación empresarial por las
cuestiones sociales que se da en EEUU tras la Gran Depresión. Sin embargo, tras la
elaboración del Libro Verde en el año 2001, Europa tomó la iniciativa, al menos en lo que
respecta al empeño por definir y regular de un modo más preciso la RSE.
Si indagamos en los argumentos que se han venido elaborando desde los años
sesenta como fundamento de la responsabilidad social que la empresa tiene o ha de asumir
en la sociedad, encontramos un extenso listado de aportaciones procedentes de una u otra
de las dos tradiciones mencionadas. Todas estas argumentaciones tratan de encontrar una
base para explicar la legitimidad y el necesario compromiso que la empresa debe asumir.
La empresa ciudadana: se trata de una idea propuesta por el propio Davis y desarrollada
en España, entre otros, por Josep María Lozano. La empresa ciudadana sería aquella
que, como consecuencia de la debilitación progresiva de los Estados y su capacidad
para regular las relaciones económicas ante un capitalismo globalizado, asume algunas
de las funciones tradicionales que eran propias del Estado. Si bien el concepto de
empresa ciudadana ha ido evolucionando en los últimos años, la idea sigue siendo la
misma: “hacer empresa es hacer sociedad”, en el sentido de que “cada proyecto de
empresa contribuye a configurar la realidad social y, simultáneamente, muchas de las
dimensiones y retos de la sociedad se imbrican en la realización cotidiana de cualquier
proyecto de empresa”39.
El carácter público de la actuación de las empresas: para autores como Preston y Post43 las
empresas, del mismo modo que los gobiernos, se ven envueltas en procesos públicos
para garantizar su legitimidad. La opinión pública tiene un peso y una importancia
39
Lozano, J.M. (2002). ¿Hacia la empresa ciudadana?, en “La responsabilidad Social Corporativa y los
Códigos de Conducta:¿beneficios para todo el mundo?”, Fundació Pau i Solidaritat-CCOO, Barcelona,
p.21
40
Donaldson, T. (1982). Corporations and Morality, Nueva Jersey, Prentice-Hall, (referencia tomada de
Murillo, D., op.cit. p.205)
41
Ackerman, R.W. (1973). How Companies Respond to Social Demands, Harvard Business Review,
51/4, pp.88-98, (referencia tomada de Murillo, D., op.cit. p.206)
42
Jones, T.M. (1980). Corporate Social Resposibility Revisited, Redefined, en California Management
Review, 22/2, pp.59-67, (referencia tomada de Murillo, D., op.cit. p.206)
43
Preston, L.E. y J.E.Post (1981). Private Management and Public Policy, en California Management
Review, 23/3, pp.53-63, (referencia tomada de Murillo, D., op.cit. p.206)
39
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
La teoría de los stakeholder: Se trata de una teoría normativa propuesta en los años
ochenta por Freeman44 que emplaza a las corporaciones a establecer un diálogo
permanente con los distintos agentes que pueden verse afectados por la actividad
empresarial. Analizaremos esta teoría con más detalle en el capítulo 2.2. de este trabajo.
El paradigma de los derechos humanos: tal vez este sea a nivel internacional el modelo de
mínimos éticos más fácilmente asumible por todos como paradigma universal de
convivencia. En relación a la RSE, este referente se ha concretado, en el año 2000, en
un listado de diez principios contenidos en la iniciativa de Naciones Unidas conocida
como “Global Compact”46. Se trata de un Pacto Mundial propuesto por el entonces
Secretario General de la ONU, Kofi Annan, ante el foro económico de Davos,
proponiendo a las empresas y a las organizaciones cívicas y sindicales la realización de
los esfuerzos necesarios para extender los beneficios de la globalización a todos los
seres humanos. En 2014 había más de 12.000 participantes (empresas y organizaciones
no empresariales de 145 países) adscritas al Pacto Mundial. Analizaremos el Global
Compact en el capítulo 4.2 de este trabajo, cuando tratemos sobre las herramientas de
gestión de la RSE.
Todas estas propuestas constituyen el conjunto central de aportaciones sobre las que
se ha venido fundamentado conceptualmente la idea de Responsabilidad Social en el
ámbito de la empresa. En el capítulo 5 de este trabajo analizaremos con más detalle las
principales teorías y modelos con los que se ha venido fundamentando desde los años
cincuenta el concepto de RSE.
Pero nos parece interesante mencionar aquí el análisis que realiza L.Zingales47 sobre
los rasgos definitorios del nuevo tipo de empresa, interesada en incorporar la RSE a su
44
Freeman, R.E. (1984). Strategic Management: A Stakeholder Approach, Boston, Pitman, (referencia
tomada de Murillo, D., op.cit. p.207)
45
Brundtland, J. (1987). Informe Brundtland, Comisión Mundial de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo, ONU, Publicado en España con el título “Nuestro Futuro Común”, Alianza,
Madrid, 1992
46
La dirección web del Global Compact es: www.unglobalcompact.org
47
Zingales, L. (2000, agosto). In Search of New Foundations, The Journal of Finance, vol. 55/4,
(referencia tomada de Vera Santana, F., La responsabilidad social corporativa y el modelo de empresa,
en VVAA, “Mitos y Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa en España”, Thomson-
Cívitas, Navarra, 2006, pp. 97-107
40
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
estrategia. Según este autor, con la globalización, los avances tecnológicos y la importancia
del capital intelectual, emerge un nuevo tipo de empresa, con características distintas, de la
que hasta ahora había sido el modelo de empresa tradicional.
Según Zingales, podemos distinguir dos tipos esenciales de empresa. Por un lado,
tendríamos a la firma tradicional, que es intensiva en activos, está integrada verticalmente y
ejerce un fuerte control jerárquico sobre sus empleados. Sus fronteras son claras y estables
y se relaciona con el mundo exterior mediante dos vías: los contratos explícitos y las
regulaciones estatales. El valor de la empresa reside en sus activos fijos más los contratos
explícitos. El poder de decisión y la supremacía reside en los accionistas, por lo que se trata
de una empresa gobernada con el objetivo de maximizar el beneficio para los accionistas.
Por otro lado, la nueva empresa que surge con la globalización es muy similar a la
anterior, pero a ella se le añaden los contratos implícitos que la organización tiene con sus
empleados, sus proveedores, sus clientes, etc. El valor de la empresa ahora es la suma de
tres elementos: sus activos, sus contratos explícitos y sus contratos implícitos. Según estos
contratos implícitos, en la medida en que la empresa responde a las expectativas de sus
stakeholder, los empleados se sentirán comprometidos con la empresa si ésta necesita
formarles para variar la línea de producción o para superar un momento coyuntural de
descenso de pedidos; los proveedores invertirán lo necesario para fabricar nuevos
suministros; los consumidores invertirán tiempo y dinero en incorporar sus productos a sus
pautas de consumo, etc.
Lo relevante de estos contratos implícitos, tal como expone Francisco de Vera48, es,
primero, que de ellos la empresa obtiene valor y, segundo, que, puesto que se basan en la
reputación de las partes y en la confianza entre ellas, son únicos y no pueden ser fácilmente
sustituibles en el mercado. Así, si la empresa fracasa, los accionistas no van a ser los únicos
perjudicados. Por lo que las decisiones sobre el excedente empresarial y el futuro de la
empresa no puede corresponder exclusivamente a los accionistas. O lo que es lo mismo, si
se mantiene la supremacía de los accionistas y el objetivo único de maximizar sus
beneficios, esto puede obligar a incumplir contratos implícitos vitales para la correcta
asignación de recursos y la supervivencia de la empresa.
48
Vera Santana de, F. (2006), op.cit. p.102
41
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Comencemos por aquellos autores que son considerados como los teóricos
fundamentales de la RSE en los años setenta, ochenta y noventa: Frederick, Sethi, Freeman
(al que nos referiremos en el apartado 2.2 de este trabajo), Carroll, y Wood.
Para W.C. Frederick50, a finales de los años setenta, una vez aceptada y asumida la
necesidad de que las empresas den respuesta a las exigencias de responsabilidad reclamadas
por la opinión pública, la cuestión fundamental a resolver es la de cómo responder a esas
expectativas que la sociedad deposita en los negocios. Frederick, con esta intención, va a
distinguir entre dos formas posibles de responsabilidad: la “Corporate Social Responsibility” o
CSR1, y la “Corporate Social Responsiveness” o CSR2.
49
Lozano, J.M. (2002). ¿Hacia la empresa ciudadana?, en “La responsabilidad Social Corporativa y los
Códigos de Conducta:¿beneficios para todo el mundo?”, Fundació Pau i Solidaritat-CCOO, Barcelona,
50
Frederick, W.C. (1978). From CSR1 to CSR2: the maturing of business and society thought, University
of Pittsburg, Working Paper, 279 (referencia tomada de Perdiguero, (2003) op.cit. p.154)
42
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
Búsqueda Criterio económico Acepta más criterios de medida y Se ve desde la perspectiva del
y cumplir las leyes evaluación sistema social
de legitimidad
Normas Los negocios son neutrales. Las normas se definen en términos Hay criterios éticos más allá de los
La moral es asunto privado comunitarios que prevalecen de hecho
éticas
Forma Sólo a los accionistas Incluyen los grupos afectados Voluntad de ir hacia los no
directamente afectados
de dar cuenta
Adaptación defensiva y explotado- Adaptación reactiva Adaptación proactiva
Estrategia ra. Máxima externalización
Respuesta a pre- Reacciona atacando, criticando o Acepta responsabilidades y se Dialoga con los grupos externos
haciendo relaciones públicas remite a las normas existentes
siones sociales
Con relación Se resiste a la regulación Coopera por mejorar los niveles del Relación abierta y crítica si es
sector necesario
a los gobiernos
Mantenimiento del “statu quo” Coopera con los otros grupos para Coopera con el legislativo en lo que
Actividades
Las presiones en secreto el cambio legislativo. puede. Promueve la honestidad
políticas Menos secreto pública
Sólo cuando beneficia claramente Contribuye a causas sin polémica Además, coopera con grupos de
Filantropía
todo tipo cuando cree que lo
necesitan
Fuente: Josep María Lozano
51
Perdiguero, T.G. (2003) op.cit. p.154
52
Sethi, P.S. (1995). Dimensions of corporate social performance. An analytical framework, California
Management Review 17/3, pp.58-64 (referencia tomada de Perdiguero, (2003) op.cit. p.155)
53
Tabla tomada de Lozano, J.M. (1999). Ética y Empresa, Madrid, Trotta, p.107
54
Carroll, A.B. (1991). The Pyramid of Corporate Social Responsibility: Toward the Moral Management
of Organizational Stakeholders, Bussines Horizonts, vol. 34. pp.39-48 (referencia tomada de
Perdiguero, (2003) op.cit. p.156)
43
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
económicas, legales, éticas y discrecionales. Según Carrol tales responsabilidades pueden ser
situadas en una pirámide de cuatro niveles, en cuya base estarían las exigencias de eficiencia
y rentabilidad, seguidas de las obligaciones legales, las obligaciones éticas (aplicables en
especial en los ámbitos social y ambiental) y, en el cuarto nivel, las iniciativas filantrópicas,
que no pueden considerarse obligatorias bajo ningún concepto.
Como reconoce el propio Carroll55, “el mayor peligro al presentar este modelo es que
puede dar la impresión de que los cuatro componentes están separados y son
independientes”. Muy al contrario, “cada responsabilidad tan sólo es una parte de la total
responsabilidad social de la empresa. La separación responde exclusivamente a razones
conceptuales.” Por tanto, la responsabilidad social de la empresa “incluye las expectativas
económicas, legales, sociales y discrecionales que la sociedad tiene hacia las organizaciones
en un momento dado”.
55
Carroll, A.B. (1989). Business and Society. Ethics and Stakeholder Management, South-Western
Publishing, Cincinnati, (Tomado de J.M.Lozano, op.cit. p110)
56
Wood, D.J. (1991). Corporate Social Performance Revisited, Academy of Management Review, vol.
16/4, pp. 691-718
44
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
inscriben estas complejas relaciones estructurales. Y cree que estas relaciones pueden
estudiarse en tres niveles: el nivel institucional, el nivel organizacional y el nivel individual.
Esta propuesta de Wood es, a juicio de muchos autores, la visión más analítica,
pragmática e integradora de cuantas se han elaborado hasta el momento, en la medida que
pone todo el acento en las políticas, los programas, los procesos y los resultados de la
acción social de la empresa. Para Josep María Lozano57 este enfoque es casi una guía para
hacer real la responsabilidad social, ya que parte del supuesto de que no debemos aislar la
actuación social empresarial como algo completamente distinto de la actuación empresarial.
Si bien todas estas aportaciones son la base fundamental para un análisis de los
niveles y dimensiones esenciales de la RSE, las propuestas no han acabado aquí. En los
últimos años, desde distintas instancias se han venido proponiendo diversas
reelaboraciones de la cuestión. Mencionemos sólo algunas de las más significativas en los
ámbitos europeo y español.
57
Lozano, J.M. (1999) op.cit. p.108
58
Comisión de las Comunidades Europeas (2001). Libro Verde. Fomentar un marco europeo para la
responsa-bilidad social de las empresas, pp. 8-15
documento en línea en www.europa.eu.int/eur-lex/es/com2001_0366es01.pdf
45
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
En el ámbito español, Pedro Francés Gómez59, poniendo voz a una de las primeras
formulaciones públicas de FORÉTICA60 sobre la RSE, propone un modelo de tres círculos
concéntricos que delimitarían los tres niveles de la responsabilidad que compete a las
empresas:
En segundo lugar habría un círculo exterior de primer nivel que constituye la red de
relaciones próximas de la empresa, y que está constituido por otro tipo de stakeholders: los
clientes y proveedores, las administraciones públicas y los entornos social y medioambiental
cercanos. Es imprescindible que las empresas creen valor en este segundo círculo, porque
de la creación de valor a este nivel dependerá la posibilidad de ejercer la responsabilidad en
el primero. Es decir, no se puede generar empleo y beneficios para quienes conforman la
empresa si la empresa no crea valor en la sociedad y en el mercado.
59
Francés Gómez, P. (2004) op.cit. p.29
60
FORÉTICA es una asociación sin ánimo de lucro, creada en 1999 y con sede en Madrid, a la que
pertenecen más de 100 empresas y dedicada a la promoción de la RSE. Una de sus aportaciones más
significativas es la creación en 2002 de la Norma SGE21, que constituye el primer sistema de gestión
de la responsabilidad a nivel europeo que permite alcanzar una certificación. La dirección web de la
asociación es: www.foretica.es
46
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
Por último, habría un tercer círculo, mucho más amplio y difuso, en el que estarían
todos los demás stakeholders. En este nivel cabría cualquier forma de acción social que
emprendiese la empresa vinculada a causas lejanas. Este tercer nivel, más fácilmente
traducible en campañas de imagen que contribuyen a mejorar la credibilidad de la
compañía, no puede sustituir a un verdadero ejercicio de la RSE, que debe darse siempre en
primer lugar en el núcleo de la empresa (derechos laborales, salarios, transparencia,
información corporativa…), para extenderse a partir de ahí a lo largo de los distintos
círculos concéntricos de relaciones y de responsabilidad.
Por su parte, Josep María Lozano62 introduce una interesante reflexión al analizar la
distinción entre los conceptos de responsabilidad y responsividad. “La responsabilidad social
de la empresa se refiere a obtener resultados mediante decisiones organizativas sobre
cuestiones o problemas específicos que, bajo algún estándar normativo, tienen más efectos
positivos que negativos sobre los correspondientes stakehoders de la empresa”. El centro
de la responsabilidad social de la empresa se define, de este modo, por lo correcto de los
productos de la acción empresarial.
Conforme a esta distinción, podríamos hablar de dos niveles o, tal vez, mejor, de dos
grados diferentes dentro de la RSE: el vinculado a la elaboración de productos (en torno a los
cuales giran las acciones rutinarias de la empresa), y el relacionado con el diseño de procesos
(según las nuevas formas de gobernanza corporativa que hemos apuntado más arriba). A
nuestro entender, en la responsabilidad que la empresa asume en la elaboración de sus
productos o servicios estarían implícitos tanto los “principios de responsabilidad” como los
“resultados observables” de los que hablaba Donna Wood; mientras que en la
responsabilidad que la empresa asume en el diseño de procesos estaría implícita su voluntad
de asumir un papel social verdaderamente proactivo.
61
Perdiguero, T.G. (2003) op.cit. p.179
62
Lozano, J.M. (1999) op.cit. pp.103-105
47
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Llegados a este punto, conviene preguntarse por las razones del incremento de la
preocupación de las empresas en España por la RSE. Es un hecho que en los últimos años
hemos asistido en el mundo empresarial a un crecimiento muy significativo de las prácticas
de RSE y de la adopción de herramientas de gestión de la RSE. Conviene, por lo tanto,
plantear la cuestión sobre cuáles son los motivos, las causas o los factores que explican
este proceso. Veamos, siquiera brevemente, algunas de las respuestas aportadas por algunos
autores españoles.
Asimismo, la presión de las instituciones públicas, especialmente sobre la gran empresa, está
siguiendo una tendencia creciente y generalizada, tanto en el plano internacional (con
el desarrollo de directrices y recomendaciones por parte de organismos como la
ONU, la UE, la OCDE, la OIT, el GRI…), como a nivel de los Estados (por la vía
de nuevos desarrollos legales).
63
Moreno Izquierdo, J.A. (2006). Responsabilidad Social Corporativa y Competitividad: una Visión
desde la Empresa, en VVAA “Mitos y Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa en España.
Un enfoque interdisciplinar” Thomson-Civitas, Madrid, pp.187-223
48
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
De estos cuatro factores, queda claro que los tres primeros justifican la asunción de
responsabilidades por parte de la empresa como una reacción obligada ante las presiones
externas. El cuarto, en cambio, se revela más como una respuesta justificada en términos de
pura conveniencia, en cuyo caso estaríamos hablando de una RSE basada
fundamentalmente en la inteligencia de la empresa, o lo que es lo mismo, en su capacidad
para integrar de forma sistemática la RSE en la definición y gestión de sus intereses a medio
y largo plazo.
La RSE asegura la gestión del riesgo: la RSE supone abrir las vías de diálogo con todas las
partes interesadas y escuchar sus percepciones y preocupaciones, algo de importancia
crucial para el éxito de los negocios. Por ello, la incorporación de la RSE a la gestión
de la empresa supone una mejora del control de los riesgos, ya sean financieros,
legales o procedentes del cambio de preferencias de los consumidores.
En esta misma línea argumental, los posteriores informes de Forética han venido
midiendo la percepción de las empresas y de los consumidores en España sobre las
prácticas de RSE y sobre el impacto de éstas en la cuenta de resultados.
El Informe de 2004 65 concluyó que, en ese año, el 49% de las empresas españolas
estimaba que las prácticas responsables son relevantes para el éxito de su negocio, y el 55%
de ellas consideraba que sus clientes toman en cuenta criterios de RSE en sus decisiones de
compra. En cuanto a las empresas cotizadas, el 62% consideraba que la RSE repercute en
su negocio, porcentaje que subía hasta el 82% en el caso del IBEX-35. Ese mismo informe
estimaba que en 2004 el 75% de las sociedades cotizadas contaban ya con códigos de
64
FORÉTICA, Informe Forética 2002. Responsabilidad Social Empresarial. Situación en España,
Editado por Forética, Madrid
65
FORÉTICA, Informe Forética 2004. Responsabilidad Social Empresarial. Situación en España,
Editado por Forética, Madrid
49
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
conducta, y que uno de cada 5 consumidores había dejado de comprar a empresas que
consideraba que realizaban prácticas abusivas o irresponsables.
El Informe de Forética, de 2006 66, aporta las siguientes cifras: un 55% de las empresas
españolas cree en la RSE, aunque sólo un 14% ha emprendido ya proyectos de RSE; el
69% de las empresas cree que la importancia de la RSE será mayor en los próximos años y
el 71% afirma que la RSE no es una moda; y que la propensión hacia la RSE es mucho más
significativa en la gran empresa que en la PYME, con una correlación del 94%. En cuanto a
los consumidores, el Informe de 2006 concluía que: uno de cada 4 españoles afirma saber
qué es la RSE, frente a uno de cada 10 en 2004; y que nueve de cada 10 consumidores
estarían dispuestos a penalizar actitudes corporativas irresponsables mediante la negativa a
consumir sus productos.
Forética ha realizado nuevos informes en 2008 y 2011. Este último concluye que: 6
de cada 10 empresas ya conoce la RSE aunque la pequeña empresa no acaba de “capturar”
el concepto; la crisis ha incrementado el escepticismo hacia la RSE y pierde importancia el
medio ambiente en favor de la creación de empleo; y se impone un fortalece un enfoque
estratégico de la RSE (el 80% de las empresas creen que ésta contribuye a la reducción de
costes, el 70% a la mejora de ingresos y el 60% a un mejor acceso a fuentes de
financiación). En cuanto a la percepción de los consumidores: el 50% ha oído hablar de
RSE aunque sólo 3 de cada diez son sensibles a la RSE en sus decisiones de consumo (en
esto hay un retroceso respecto de 2006); los consumidores ahora valoran más las cuestiones
de RSE relacionadas con el empleo, sin duda por influencia de la crisis económica.
No cabe duda que en términos de utilidad económica, y tal como apuntan los
informes, el comportamiento ético parece ser rentable. Por lo que este criterio de rentabilidad
aparece como una de las razones fundamentales, si no la primera, por la que las empresas
se muestran cada vez más interesadas en la RSE. Se trata, como es obvio, de una visión
esencialmente pragmática de la RSE, que se encuentra bastante en boga en los círculos
manageriales, pero que en muchos autores y estudiosos de la RSE provoca un profundo
escepticismo, cuando no un declarado rechazo. En esta línea dirigía Ignacio Camacho67 la
siguiente pregunta a los directivos: “y en aquellos casos en que ser ético no resultase rentable,
¿también estaría Ud. dispuesto a actuar éticamente?”
1) Argumentos de tipo económico 68: a) como favorece la confianza del público hacia la empresa
y su buena imagen, y mejora el entorno social donde ésta actúa, la RSE promueve los
66
FORÉTICA, Informe Forética 2006. Evolución de la Responsabilidad Social de las Empresas en
España, Editado por Forética, Madrid
67
Camacho, I., Miralles, J., Fernández, J.L. (2002). Ética de la Empresa, Desclée, Bilbao, p. 31 y ss.
68
Argumentos de tipo económico contra la RSE: a) utilizar los recursos empresariales para alcanzar
objetivos sociales comporta una disminución de eficiencia, ya que desvía del objetivo de producir
bienes y servicios a los precios más competitivos, impone costes adicionales en comparación con los
competidores y desvía de las finalidades específicas de la empresa; b) como, en definitiva, es la
sociedad quien paga todos estos costes, alguien tendrá que soportar el coste de las actuaciones
responsables (menos beneficio, los accionistas; menos sueldo, los trabajadores; un precio más alto, los
50
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
consumidores..), lo que es como imponer unos nuevos impuestos indirectos; c) la sociedad moderna
funciona gracias a la especialización de funciones, y éstas no corresponden a la empresa; d) la “mano
invisible” alcanza, indirectamente, más lo que se pretende que lo que consigue la responsabilidad social
de la empresa buscada directamente, ya que los beneficios a largo plazo obligan a tener en cuenta, con
criterios de maximización, lo que se quiere conseguir directamente bajo la forma de responsabilidad
social de la empresa; y e) la responsabilidad social de la empresa reduce los beneficios de los
accionistas y no tiene en cuenta sus intereses.
69
Argumentos de management contra la RSE: a) crea confusión interna en las compañías, en la medida
en que transmite objetivos y criterios de actuación que pueden ser divergentes y en la medida en que
dispersa energías; b) los que integran las empresas no están formados ni preparados para resolver
problemas sociales y, por tanto, no tienen capacidad para afrontar correctamente lo que se espera de
ellos desde esta nueva perspectiva ni para tomar decisiones en este terreno; c) el problema no está en el
hecho de fomentar la responsabilidad social de la empresa, ya que son las mismas empresas las que
generan muchos de los problemas que después se postula que han de resolver: lo que pueda haber o no
pueda haber de responsabilidad social en ellas ya está posibilitado o imposibilitado en la misma
estructura empresarial, y es precisamente de esto de lo que es necesario hablar.
70
Argumentos de tipo político contra la RSE: a) entrar en este campo sería dar demasiado poder a las
empresas (además del que ya tienen desde una perspectiva estrictamente económica) y, por tanto, es
necesario velar para que ninguna institución desborde el ámbito de actuación que le corresponde; b) si
51
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
4) Argumentos de tipo socio-cultural 71: a) la RSE responde a los cambios sociales y culturales,
de manera que aumenta la aceptación y la legitimación de aquello que las empresas
hacen, ya que la sociedad es cada vez más consciente del poder que tienen las empresas
y cada vez está menos dispuesta a aceptar a los grupos o las instituciones que no hacen
uso de su poder responsablemente; b) parece claro que la sociedad industrial tiene
planteados una serie de problemas sociales y humanos que son inseparables de la
existencia de las grandes empresas, y esto implica que éstas deben esforzarse por
solucionarlos o, al menos, por reducirlos, ya que las empresas -sobre todo las grandes-
no son un ente aparte de esta sociedad, muy al contrario, son un elemento nuclear y
contribuyen a configurarla con su actividad; c) las empresas son instituciones sociales y
han de vivir de acuerdo con estándares sociales: si la sociedad ha modificado las
expectativas y las exigencias hacia las empresas, éstas deben reaccionar de manera
consecuente.
5) Argumentos de tipo ético-moral 72: a) la RSE es una forma de egoísmo ilustrado, ya que
promueve de manera más amplia, viable, abierta, contextualizada y a largo plazo los
intereses empresariales; b) los criterios éticos y morales tienen prioridad, en último
término, sobre los económicos, y la responsabilidad social de la empresa es el
las empresas pretenden llevar a cabo actuaciones sociales, nos encontraremos con que no habrá manera
de pedirles cuentas de lo que hacen en ese terreno, porque, a diferencia de lo que pasa con los políticos,
no tenemos institucionalizados en este punto mecanismos para poder hacerlo y, por tanto, se puede
considerar la responsabilidad social de la empresa un planteamiento antidemocrático ya que es una
subversión del proceso político que podría favorecer una especie de tiranía empresarial; c) si las
empresas entran en este campo, la consecuencia será que se abrirá un nuevo espacio para el incremento
de regulaciones por parte del gobierno; d) la ley no lo permite ya que los directivos son, simplemente,
unos trabajadores más, cuya actuación depende de lo que digan los accionistas.
71
Argumentos de tipo socio-cultural contra la RSE: a) el énfasis en la responsabilidad social fomenta
unas excesivas expectativas hacia las empresas, expectativas que son imposibles de cumplir y que
acaban volviéndose contra las mismas empresas, ya que éstas no pueden asumirlas todas; b) los valores
sociales (y los objetivos que los representan) no tienen que estar determinados o interpretados por la
empresa, ya que dar este peso a las empresas supone convertirlas en institución dominante socialmente,
como lo fueron en el pasado las iglesias, los ejércitos o la nobleza; c) no es necesario tener tanta
confianza en las empresas: el discurso de la responsabilidad social de la empresa no es otra cosa que
retórica al servicio de una mejora de su imagen; d) en un contexto social de pluralismo axiológico, el
problema no es sólo que las empresas no disponen de un mínimo consenso para orientar su pretendida
responsabilidad social; es que el mismo pluralismo genera inevitablemente diversas interpretaciones de
cómo entender quién es responsable socialmente y quién no lo es.
72
Argumentos de tipo ético-moral contra la RSE: a) desplaza la responsabilidad de los individuos a la
empresa, lo que no tiene sentido (puesto que sólo los individuos pueden tener responsabilidades de
carácter social o moral) ni es aceptable (ya que provoca que los individuos renuncien a su propia
responsabilidad, desplazándola a la empresa); b) no hay, ni puede haber, consenso sobre los valores
socialmente deseables y, por tanto, las empresas no disponen de lo que es indispensable para poder
plantearse su responsabilidad social; c) lo que está en juego en el fondo de la responsabilidad social de
la empresa es el ejercicio de los derechos y las libertades, ya que lo que ésta hace, en último término, es
violar los derechos de propiedad y de asociación.
52
Capítulo 1.- Noción y alcance de la RSE
53
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
54
CAPÍTULO 2.- ELEMENTOS ESTRUCTURALES DE LA RSE
OBJETIVOS, ACTORES, PRÁCTICAS Y GESTIÒN
Cabrían, por tanto, cinco elementos que constituyen la estructura de la RSE. El que
tiene que ver con el contexto normativo e institucional lo abordaremos aparte, en el
capítulo 3 de este trabajo, debido a su complejidad y su carácter cultural e histórico.
Analizaremos, por tanto, en este capítulo los otros cuatro aspectos estructurales del
concepto de responsabilidad social empresarial:
En opinión de Ramón Jáuregui1, “la empresa no puede ser ajena a los efectos que
causa. Sus impactos medioambientales y sociolaborales son cada vez mayores. Y ocurre
además que la empresa ha revaluado enormemente su poder económico y su influencia
sociopolítica sobre comunidades y países enteros. Además las empresas son observadas y
censuradas por nuevos agentes sociales: ONG, consumidores, órganos institucionales, etc.,
en un mundo intercomunicado por la red de Internet, los medios de comunicación y una
sociedad de la información cada vez más interconectada”.
1
Ramón Jáuregui fue en 2005 el portavoz del PSOE en la Subcomisión del Congreso para la promoción y
el fomento de la RSE, y es desde entonces el responsable de RSE de su partido. Hace en esta
declaración en artículo titulado “La RSE que queremos “, publicado en un blog digital de la revista
“SerResponsable”, en mayo de 2006, documento en línea en www.serresponsable.org
57
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Son muchos los autores que han reflexionado sobre cuáles deberían ser los nuevos
objetivos de la empresa socialmente responsable. Una de las aportaciones relevantes en el
contexto español es la de Fernando Casado Cañete2, especialmente interesado en definir
los contenidos esenciales de la RSE (variables, agentes y herramientas), con el ánimo de
contribuir a clarificar el concepto y facilitar la implantación práctica de éste. El autor señala
siete como las variables que constituyen el contenido básico de la RSE y que contienen los
objetivos esenciales de toda conducta empresarial responsable:
Para José Ángel Moreno3 la RSE ha de ser asumida por la empresa de forma
integral, lo que implica no sólo atender a los objetivos de beneficio y sostenimiento en el
tiempo, sino también al objetivo de repartir entre todos los grupos de interés el valor que la
empresa genera. La RSE tiene como finalidad buscar una mayor calidad en las relaciones
con los grupos de interés, finalidad no muy diferente a la que preside el concepto de calidad
total o excelencia y que sólo tiene sentido si se plantea a nivel general de la empresa: esto
es, integrándola en su estrategia básica y en su sistema de gestión global, y desplegándola en
todas sus actividades y en todas sus áreas. Para Moreno el objetivo primero de la RSE es
llegar a ser integrada en lo que el autor denomina el “núcleo duro” (el core bussines) de la
empresa: el gobierno corporativo, el proceso productivo, las áreas de negocio y la gestión
de recursos humanos. De esto se deduce que la vocación de responsabilidad de la empresa
tiene implicaciones más profundas que la mera realización de actividades de patrocinio o
mecenazgo.
Según Moreno la RSE se puede materializar en múltiples facetas, pero hay ocho
finalidades que nunca deben quedar fuera de la atención de una empresa con verdadera
vocación de responsabilidad:
2
Casado Cañete, F. (2006). La RSE ante el espejo. Carencias, complejos y expectativas de la empresa
responsable en el siglo XXI, Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, p.104 y ss.
3
Moreno Izquierdo, J.A. (2006) op.cit. p.192
58
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
Existen otras propuestas que conjugan algunos objetivos de los apuntados por
Fernando Casado y por José Ángel Moreno, como la “propuesta de mínimos” elaborada
por la Escuela de Organización Industrial, que sintetiza en catorce los objetivos que debe
perseguir la adopción por las empresas de una estrategia socialmente responsable. La
“propuesta de mínimos” de la EOI es la siguiente: 1) Rentabilidad económica de la
empresa. 2) Sostenibilidad económica de la empresa. 3) Respeto a la legalidad (eliminación
de prácticas que conlleven corrupción). 4) Desarrollo de unos principios éticos en los que
se apoye el funcionamiento de la empresa. 5) Buen gobierno corporativo. 6) Respeto a los
Derechos Humanos. 7) Satisfacción de los trabajadores. 8) Protección del medio ambiente
más allá de la ley. 9) Transparencia en las relaciones con todos los grupos de interés. 10)
Participación de todos los que forman parte de la empresa y su entorno en determinados
procesos de decisión. 11) Verificación independiente, preferiblemente con la existencia de
indicadores y estándares. 12) Conocimiento interno y externo de la RSE. Internamente los
trabajadores deben aplicar los principios de RSE y externamente la sociedad debe conocer
lo que ésta hace. 13) Mejora del entorno social. 14) Viabilidad a largo plazo.
Por su parte Josep María Lozano, retomando palabras de Carrol, afirma que la RSE
obliga a “comprender la empresa en el sistema social” en el que ésta actúa. Esta
comprensión de la relación entre la empresa y la sociedad “no puede hacerse sólo desde el
modelo económico clásico ni desde el modelo legal, sino que ha de hacerse desde un
modelo sociológico que sea capaz de dar cuenta (no sólo de la realidad organizativa, sino)
de las expectativas sociales hacia las organizaciones”. Para Lozano, “allí donde la ley acaba
lo que empieza es un proceso de autocomprensión de la empresa, de interpretación de lo
que hace y de asunción de esta interpretación, de creación contextualizada de su identidad.
Proceso que nace de su actividad y remite a ella”4 De lo cual se deduce que la finalidad de la
empresa no es algo dado como obvio, sino más bien el resultado de un proceso de
construcción social de su legitimidad.
El papel que puede jugar la RSE en este proceso es fundamental, por lo que es fácil
ver que existen unos objetivos que están implícitos en el propio concepto de RSE y que
tienen que ver con la necesaria redefinición que la empresa ha de hacer de sí misma
considerando el particular contexto social en el que actúa. Es en este sentido en el que
Lozano señala que el concepto de responsabilidad social se puede relacionar con la
planificación estratégica en dos líneas básicas: 1) en primer lugar, ayudando a la empresa a
decidir qué tipo de compañía quiere ser; 2) y, en segundo lugar, ayudando a los directivos a decidir
cómo la empresa intentará conseguir sus objetivos.
4
Lozano, J.M. (1999) op.cit. p. 94
5
Cortina, A. (2006). La responsabilidad social corporativa y la ética empresarial, en VVAA “Mitos y
Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa en España. Un enfoque interdisciplinar”
Thomson-Civitas, Madrid, pp.109-120
59
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
los valores que esa sociedad comparte”. Según la autora, las empresas inteligentes saben
que les conviene asumir la responsabilidad social, de ahí el éxito fundamental que ésta está
teniendo en el mundo empresarial. Y a esto se añade el hecho de que diseñar parámetros de
responsabilidad social permite a las organizaciones “medir” su progreso, entendiendo que
la buena reputación se gana con buenas prácticas y no con el maquillaje de un siempre
manipulado marketing social. Por lo tanto, según esta aproximación, los objetivos de la
RSE estarían vinculados a la necesidad de las empresas de hacerse visibles y legítimas
pudiendo demostrar a la sociedad su grado de compromiso y su evolución.
A lo largo de todo este trabajo hemos venido hablando de grupos de interés, actores
implicados, grupos afectados, stakeholders, grupos participantes…, sin haber analizado con un poco
de detenimiento quiénes son, cuál es el papel que pueden jugar y por qué han de ser tenidos
en cuenta por las empresas. Dedicaremos, ahora, este apartado a tratar de describirlos y a
valorar su papel en el nuevo contexto de relaciones empresa-sociedad que venimos
describiendo.
6
El término stakeholder es de difícil traducción al castellano. Literalmente quiere decir “el que es
depositario de una apuesta o tiene interés en el juego”. Llevado al ámbito de la empresa el término
stakeholder vendría a referirse a aquel que tiene una apuesta o un interés en la empresa. La palabra
stake tiene dos posibles acepciones: aquellos que se sienten “implicados” (de una forma más activa) en
la empresa, o aquellos que son o pueden ser “afectados” (más pasivamente) por ella. El término
stakeholder incluye las dos acepciones.
7
En el documento se describía a los participantes como “esos grupos sin cuyo apoyo una organización
dejaría de existir”, y se recomendaba a los directivos la tarea de comprender sus necesidades e
intereses.
8
Freeman, R.E. (1984). Strategic Management: a Stakeholder Approach, Boston, Pitman
60
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
a los stakeholders supone ampliar el abanico de grupos ante los cuales la empresa es
responsable.
Según el informe “El compromiso con los stakeholder” realizado en 2006 por el
PNUMA10, se puede hablar de “tres generaciones”, que describen la evolución que se ha
dado en la relación de las empresas con los agentes de interés.
Una 1ª generación en la que las empresas sólo responden a los stakeholder en condiciones de
presión externa, concentrándose en ciertos temas que generan conflicto con los agentes, y
reaccionando con un enfoque ad hoc (limitando su respuesta a mitigar el impacto mediante
la provisión de beneficios localizados).
Una 2ª generación en la que las empresas establecen una relación sistemática con los agentes,
sobre el enfoque de la gestión del riesgo y del fomento del entendimiento mutuo para la
resolución más efectiva posible de los conflictos.
9
Camacho, I. et.al. (2002). Ética de la Empresa, Desclée, Bilbao, p. 30 y ss.
10
Naciones Unidas-PNUMA (2006). Accountability y Stakehoder Research Associates, “De las palabras
a la acción. El compromiso con los stakeholders: Manual para la práctica de las relaciones con los
grupos de interés. Manual adaptado al castellano por Telefónica y el Instituto Nóos, Madrid
61
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Todo esto ha favorecido, como señala Perdiguero11, “una nueva visión de la gestión,
consciente de la necesidad de arbitrar y conciliar todo este nuevo universo de presiones y
de intereses”. Una de las principales propuestas en esta línea, si no la más importante, es la
del enfoque de los stakeholder, en cuya formulación se evidencia una manifiesta vocación
estratégica.
Una de las categorizaciones más recientes sobre los distintos tipos de stakeholder es
la realizada por Francisco Ogalla Segura12, quien distingue tres grupos de stakeholder, en
función de cuáles son las herramientas a utilizar con cada grupo para integrar
operativamente la RSE en la gestión de la organización:
11
Perdiguero, T.G. (2003). op.cit. p.160
12
Ogalla Segura, F. (2006). La Integración de la Responsabilidad Social en el Sistema de Gestión de la
Empresa, Cuaderno nº 4 de Forética, Ed.Forética, Madrid
62
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
Vistas estas categorizaciones, pasemos ahora a enumerar a todos aquellos grupos que
merecen la consideración de stakeholder, señalando brevemente las implicaciones de cada
uno con la RSE. Para Ildefonso Camacho13, dejando a un lado a los accionistas, seis son
los principales grupos de participantes a considerar:
1) Trabajadores: el grupo de los empleados constituye sin duda el que plantea más asuntos y
más complejos en relación a la RSE. A las clásicas cuestiones sobre la retribución y las
condiciones de trabajo hoy hay que añadir un abanico amplio de temas relacionados
con la gestión de recursos humanos (contratación, despido, promoción, conciliación,
no discriminación, clima laboral…) y con las distintas formas de participación del
trabajador en la empresa (como empleado o como socio), que han de ser abordados
desde la perspectiva de la RSE.
2) Consumidores: los clientes son la razón de ser última de la empresa. Se trata de los
destinatarios finales de los productos y son quienes legitiman finalmente, a través de su
comportamiento de consumo, la actividad de la empresa. En relación a este grupo se
plantean muchas cuestiones relacionadas con la calidad y la seguridad de los productos,
los derechos de los consumidores en cuanto a garantía, servicios post-venta,
reclamaciones, etc., o las cuestiones relativas a la ética de la publicidad (como forma de
comunicación entre la empresa y el cliente) y a la protección de públicos vulnerables
(infancia, tercera edad, minusválidos).
5) Entorno geográfico y humano más inmediato: las empresas producen en las comunidades
locales impactos tanto positivos (mejora de vías de comunicación, creación de empleo,
desarrollo económico general), como negativos (contaminación acústica o ambiental,
deterioro del paisaje, fluctuaciones en el precio del suelo, mayores riesgos para la
salud…). La RSE sugiere aquí crear un vínculo de comunicación y lealtad que permita a
la empresa conocer y medir los impactos negativos para así tratar de reducirlos o
compensarlos (contratando trabajadores de la zona, financiando instalaciones de uso
público…). La orientación de las grandes empresas hacia los mercados internacionales
no debe hacer olvidar este compromiso con las comunidades locales.
6) Medio ambiente: hoy existen argumentos indiscutibles que vinculan el cambio climático y
el deterioro medioambiental con nuestro modelo de progreso, nuestras pautas de
consumo de recursos y las emisiones contaminantes de nuestro sistema de bienestar.
Muchos movimientos, no sólo ecologistas, acusan especialmente al mundo empresarial
13
Camacho, I. et.al (2002). Ética de la Empresa, Desclée, Bilbao, p. 31 y ss.
63
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
de que, movido por el afán de lucro, estaría sacrificando el futuro de la humanidad por
el bienestar de una minoría rica con gran poder de compra y, por tanto, de despilfarro.
La única forma desde la empresa de abordar la cuestión, de enorme complejidad, es
contribuyendo a la adopción de un modelo de desarrollo ecológicamente sostenible.
Hace falta una manera nueva de entender la empresa, integrada en los sistemas
naturales y dispuesta a considerar los flujos de energía y los intercambios con la
naturaleza.
Una empresa ambientalmente responsable es aquella que investiga e invierte para
desarrollar nuevas tecnologías, nuevas energías y modelos más eficientes de
producción, además de tomar las medidas correctoras para evitar o minimizar el
impacto de sus actividades o productos.
7) Proveedores: son las compañías e individuos que proporcionan los recursos necesarios
para que la empresa y sus competidores produzcan bienes y servicios. Los escándalos
sobre proveedores de empresas multinacionales que producen con mano de obra
infantil o en condiciones de explotación laboral ha obligado a las empresas a realizar
exhaustivos controles de la cadena de proveedores y a exigir que se respeten los
derechos básicos y las convenciones internacionales. Esta verificación también ha de
hacerse con los proveedores nacionales, exigiendo el cumplimiento de la ley y exigiendo
prácticas de conducta responsable. En contrapartida, las empresas han de mantener un
compromiso de estabilidad de contratos y de empleo con aquellos proveedores que
realizan buenas prácticas.
10) Organizaciones del sector: aquí caben desde empresas competidoras, hasta asociaciones
sectoriales, federaciones o cámaras de comercio. Además de lo que hemos dicho sobre
las relaciones con los competidores, desde la RSE es imprescindible el establecimiento
de cauces de diálogo, cooperación y apoyo mutuo con las entidades de carácter
representativo para una mejor proyección de los objetivos de la empresa.
14
Casado Cañete, F. (2006). op.cit, p.108
64
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
12) Agentes sociales: en este grupo entrarían las entidades y asociaciones que representan a los
diferentes sectores de la sociedad civil: ONG`s, asociaciones de jóvenes, plataformas de
mujeres, organismos internacionales, asociaciones de consumidores, etc. Se trata de un
sector amplio cuyos intereses no son fáciles de reconocer y que supera las fronteras
geográficas o las relaciones legales o contractuales. El impacto difuso que la empresa
puede tener en este entorno social amplio suele ser afrontado o bien con acciones de
filantropía de todo tipo, o bien aceptando un compromiso genérico de respeto a los
derechos humanos y de colaboración con organismos internacionales y ONG`s de
diverso tipo. También puede considerarse como práctica de RSE ante este grupo la
inversión en I+D+I de las empresas, generando progreso y externalidades positivas
para la sociedad.
13) Medios de comunicación: los medios pueden cumplir una doble función, la de ser por un
lado transmisores de la RSE, y la de representar por otro la crítica social sobre los
negocios. Las empresas deberían aceptar y no obstaculizar la misión crítica de los
medios, así como establecer con ellos una comunicación corporativa basada en el
diálogo, la transparencia y la capacidad de respuesta ante las posibles denuncias.
Los cambios recientes y las nuevas circunstancias han hecho que las empresas se
empiecen a dar cuenta de la necesidad que tienen de comenzar a trabajar en alianzas con
otros agentes para poder afrontar los retos comunes. El informe de 2006 del PNUMA
sobre “El compromiso con los stakeholders”15, identificaba algunos de los principales beneficios
para las empresas de mantener relaciones con los stakeholders:
Los beneficios de la incorporación de los stakeholders parecen claros, aunque tal vez
la principal aportación de este enfoque a la RSE sea, como señala Perdiguero16, “el valor
fundacional que se concede al diálogo (“stakeholder dialogue”) en la organización” (…) “El
diálogo entre los participantes expresa de manera fuerte la nueva categoría de conflictos de
la sociedad postradicional que podemos definir como incluyentes”. Para Perdiguero “el eje
15
Naciones Unidas-PNUMA (2006). Accountability y Stakehoder Research Associates, “De las palabras
a la acción. El compromiso con los stakeholders: Manual para la práctica de las relaciones con los
grupos de interés. Manual adaptado al castellano por Telefónica y el Instituto Nóos, Madrid
16
Perdiguero, T.G. (2003). op.cit. p.164
65
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
17
Camacho, I. (2002). op.cit. p 34
18
Perdiguero, T.G. (2003). op.cit. p.163
19
Jensen, M.C. (2001). Value maximization, stakeholder theory and the corporate objective function,
Bank of America, Journal of Applied Corporate Finance, vol 14/3, (referencia tomada de Vera Santana,
F. (2006). La Responsabilidad Social Corporativa y el modelo de empresa, en VVAA “Mitos y
Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa en España. Un enfoque interdisciplinar”
Thomson-Civitas, Madrid, pp.97-107
20
Camacho, I. (2002). op.cit. p.35
66
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
No obstante, a pesar de las posibles debilidades del enfoque de los stakeholders, hay
que reconocer que tal enfoque ha ejercido una influencia muy beneficiosa en el cambio de
la visión sobre las responsabilidades sociales de la empresa. No cabe duda de que la
relación con los stakehoders constituye el “núcleo duro” de la RSE, impidiendo que ésta
derive hacia simples políticas de mecenazgo, patrocinio o hacia el llamado “marketing con
causa”.
Es cierto que existe un acuerdo generalizado sobre cómo la RSE crea imagen y más
confianza en los productos y servicios de las empresas y cómo está teniendo cada vez más
incidencia en las decisiones de inversión en los mercados. Pero estos procesos son aún
incipientes, y aunque existe igualmente un consenso general sobre cuáles son los principios
sobre los que se debe sustentar la RSE, la mayor dificultad se encuentra en pasar de la
retórica a los hechos, ofreciendo soluciones concretas que permitan implementar la RSE de
manera efectiva y extensible a todas las empresas, especialmente a las Pymes.
Es necesario, por lo tanto, concretar qué tipo de iniciativas prácticas pueden llevar a
cabo las empresas y la sociedad global para dar forma a este triple compromiso económico,
social y medioambiental. Aquí, ante la dificultad de elaborar un listado completo y
exhaustivo de todas las posibles prácticas de RSE, nos limitaremos a mencionar algunas
propuestas de clasificación que nos parecen significativas.
67
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Estas trece categorías, según indica Miguel Cavatorta21, pueden ser reducidas a tres:
21
Cavatorta, M. (2003). Relaciones Públicas y Responsabilidad Social, artículo publicado en la web del
“Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria”, dentro del Curso de “Introducción a la
Responsabilidad Social Empresaria para Docentes Universitarios”, en línea en www.iarse.org
22
Editado por FORÉTICA bajo el título: Quintana Navío, J. (2005). Responsabilidad Social en las
Empresas Familiares, Ed. Forética, Madrid
68
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
En cuanto a las empresas de mayor tamaño, para las que el interés por mejorar su
imagen en el mercado es mayor, las prácticas de RSE se aproximan mucho más a las
actividades de relaciones públicas y de marketing social (sin que ello implique renunciar a
los compromisos de responsabilidad con los stakeholders internos). Las prácticas
específicas de acción social adquieren en este nivel una enorme importancia y constituyen una
de las áreas fundamentales de proyección de la gran empresa. Para Mario Roiter, según un
estudio realizado por CEDES23 en Argentina, la acción social empresarial puede asumir los
siguientes modos:
la acción complementaria: incluye las iniciativas que la empresa desarrolla según sus
requerimientos comerciales, pero que no son internalizadas totalmente por la firma
(v.gr. la introducción de programas de capacitación o de aprovechamiento de materiales
para el aumento de la eficiencia en los procesos productivos).
la acción compensatoria: abarca lo que hace la empresa para neutralizar los efectos de su
actividad (v.gr. planes de tratamiento de residuos o programas de reforestación para
neutralizar los efectos de las actividades productivas sobre el medio ambiente).
23
CEDES (“Centro de Estudios de Estado y Sociedad”, con sede en Buenos Aires, dedicado desde 1975 a
la investigación sobre los problemas sociales, políticos y económicos de Argentina y América Latina),
Roiter, M., Informe 1996, www.cedes.org
69
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
la inversión social: se trata de proyectos en común con la comunidad, bajo los criterios de
la gestión empresarial, financiación de proyectos y voluntariado corporativo. Implica
criterios de asignación, proyectos, financiación, seguimiento y evaluación y se entiende
como al inversión de capital para el bienestar económico y social de las personas en las
comunidades donde opera esa inversión.
Además de las prácticas de RSE dirigidas a los stakeholders internos y de las prácticas de
acción social, hoy en la empresa, y especiamente en la gran empresa, la RSE dirige sus
acciones esencialmente hacia dos áreas que resultan de enorme importancia para las
empresas cotizadas en fondos de Investión Socialmente Responsable y, en general, para
todas las grandes empresas dedicadas a los productos de gran consumo (alimentación,
vestido, energía, vehículos, medicamentos, banca, etc.). Se trata de las prácticas de buen
gobierno corporativo (gobernanza, códigos de conducta, transparencia informativa) y de la
acciones ante el subdesarrollo en terceros países.
Las prácticas de buen gobierno se vienen concretando, en los últimos años, en acciones
como: la adopción de códigos éticos (y con ellos la emergencia de los comités de ética y de
los responsables de RSE); la adhesión de la empresa a declaraciones de ámbito
internacional (como las “Directrices de la OCDE” para el buen gobierno de las empresas
multinacionales); la adopción de sistemas de gestión ética y de certificación (como las
distintas normas ISO, el sistema europeo EFQM de excelencia o la norma SA8000 sobre
recursos humanos); la inclusión de la empresa en índices de valoración bursátil vinculados a
la RSE (como el “Dow Jones Sustainibility Group Index” o el índice “FTSE4Good”); la
elaboración de informes sociales (aquí el “Global Reporting Internacional” es el estándar
más utilizado); o el uso de otras herramientas de RSE vinculadas al producto (como las
“ecoetiquetas” o la distinción de “comercio justo”). De todas estas herramientas
hablaremos en el capítulo 4 de este trabajo.
En cuanto a las acciones ante el subdesarrollo, desde la edición en el año 2000 del “Pacto
Mundial” de Naciones Unidas, muchas empresas multinacionales parece que han ido poco
a poco comprendiendo y asumiendo la necesidad de involucrarse activamente en el
desarrollo de los países y las comunidades empobrecidas en las que operan. Las
dificultades, no obstante, las hallan en saber definir qué es lo que deberían hacer
exactamente, cómo deberían concretar su papel, qué tipo de prácticas y de acciones
deberían emprender para contribuir a ese objetivo.
70
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
En el año 2005 un estudio del Banco Mundial26 señalaba varias formas mediante las
cuales el sector privado puede contribuir al desarrollo en estas áreas del mundo. El estudio
propone vías de acción como: comprar artículos producidos localmente; convertirse en
proveedor de servicios de las comunidades pobres garantizando unos costes asumibles para
la población; ofrecer donaciones provenientes de sus excedentes acumulados; dar apoyo
financiero a organizaciones y empresas locales; contratar recursos humanos en el entorno
local; invertir en educación, en infraestructuras, en I+D y en tecnología; sensibilizar al
primer mundo a través del marketing; promover entre sus profesionales el voluntariado en
comunidades necesitadas.
Otro informe de 200527, esta vez realizado por la “Comisión sobre el Sector Privado
y el Desarrollo” de Naciones Unidas, identificaba cuatro áreas concretas de acción para que
el sector privado contribuya a la aceleración del desarrollo económico y a la mitigación de
la pobreza.
24
Casado Cañete, F. (2006). op.cit. p. 141
25
IBLF son las siglas en inglés del “Foro Internacional de Líderes de Negocios Príncipe de Gales”
26
BANCO MUNDIAL (2005). Bussines action for the MDGs: private sector envolvement as a vital
factor in achieving the Millennium Development Goals, Washington, (referencia tomada de Casado
Cañete, F. (2006). op.cit. p.141)
27
NACIONES UNIDAS (2005). El impulso del empresariado: el potencial de empresas al servicio de
los pobres. Informe para el Secretario General de Naciones Unidas de la Comisión sobre el Sector
Privado y el Desarrollo, Nueva York, (referencia tomada de Casado Cañete, F. (2006). op.cit. p.142)
28
El Instituto ETHOS es una ONG brasileña que cuenta con unas 1400 empresas asociadas y que se
dedica a la promoción en de la RSE en Brasil. Su dirección web es www.ethos.org.br
29
Instituto ETHOS (2005). Business Commitment to the Millennium Goals, Sao Paulo, (referencia
tomada de Casado Cañete, F. (2006). op.cit. p.141)
71
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Objetivos de Desarrollo
del Milenio (ONU-2000): Acciones asumibles por las empresas:
Todos estos informes señalan la necesidad de que la empresa privada, trabaje en estas
regiones, en cooperación con el sector público y con la sociedad civil para la consecución
de los objetivos de desarrollo. Aunque fomentar este tipo de alianzas no sea en absoluto
fácil, debido a las reticencias tradicionales entre unos y otros sectores.
Pero tal vez es en estas acciones ante el subdesarrollo, en el ámbito internacional, como la
RSE puede contribuir mejor a la resolución a medio plazo de los graves problemas sociales
y ambientales que acucian al planeta. En palabras de Fernando Casado30, “si en un futuro
cercano la RSE es incapaz de convertir a la empresa en un agente activo, trabajando
conjuntamente con la sociedad civil para aportar soluciones a los problemas de pobreza,
polución, desigualdad o injusticia, será una herramienta inútil destinada a desaparecer de la
gestión empresarial”.
30
Casado Cañete, F. (2006). op.cit. p.145
72
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
Llegados a este punto, la cuestión que se nos plantea es ¿cómo llevar todos estos
conceptos a la práctica real de la empresa? Sin duda la respuesta a esta cuestión requeriría
ella sola de un trabajo monográfico mucho más extenso que el espacio del que aquí
disponemos. Nos limitaremos a apuntar de la manera más sintética, ordenada y coherente
posible los antecedentes, las características y los rasgos estructurales básicos de lo que hoy
se denomina modelo de “gestión por valores” (la expresión que seguramente mejor define
esta nueva visión de la gestión empresarial).
Los antecedentes históricos de este nuevo enfoque de gestión desde la RSE los
hemos expuesto ya en el apartado 1.4. de este trabajo. Ahí nos referíamos, entre otros
hechos, a los escándalos empresariales y las crisis financieras de los años noventa, que
acabarían siendo los verdaderos desencadenantes de este proceso de asunción de un nuevo
enfoque por parte de la empresa. Este enfoque nuevo se concreta en un compromiso
fuerte con el desarrollo social y ambiental en el que la perspectiva de la sostenibilidad y el diálogo
con los stakeholder se configuran como los dos ejes fundamentales.
31
Zapata, G. (2006, julio). Las Formas Organizativas. El Dilema entre la Teoría Burocrática y la Teoría
Orgánica, Compendium nº16, UCLA (University of California, Los Angeles) www.ucla.edu
32
Miles, R., Snow, C., Mathews, J., Miles, G., y Coleman, H. (1997). Organizing in the Khowledge Age:
Anticiping the Cellular Form, Academy of Management Executive, Vol.11 nº4 7-20
73
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
periodo aparecen las primeras formas organizativas con características orgánicas, cuyo
activo principal lo constituye la información.
Fuente: Gerardo Zapata (2006). Las Formas Organizativas. El Dilema entre la Teoría Burocrática y la Teoría Orgánica
“Aunque muchos mercados, señala Zapata, exigirán por mucho tiempo productos
estandarizados y poco innovadores, y otros tendrán gran ascendencia por la
personalización, lo cierto es que el empuje de las fuerzas del mercado y el khow-how cada
vez mayor han impulsado a muchas empresas a entrar en procesos continuos de
innovación y cambio, en los que el conocimiento y su gestión se han constituido como el
activo más importante y el principal factor diferenciador”.
33
Nonaka, I. Takeuchi, N. (1995). The Knowledge Creating Company. How Japanese Companies Create
the Dynamics of Innovation, Oxford University Press
74
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
El siguiente cuadro sintetiza la evolución que se ha dado desde una visión tradicional
de la gestión en la empresa, hasta el nuevo enfoque de gestión fundamentado en los valores
compartidos.
Tal vez una de las declaraciones famosas que mejor expresa esta visión es la
pronunciada por el co-fundador y presidente de Sony, Akio Morita, uno de los japoneses
más universales y uno de los grandes empresarios de los Estados Unidos desde los años
setenta: “mi misión más importante es hacer la empresa confortable a los trabajadores;
después vienen los clientes y en tercer lugar los accionistas”.
Mucho más allá de aquella expresión un tanto gastada de que “los empleados son
nuestro mejor activo”, ahora, en el núcleo de lo que algunos han llamado la empresa
humanista, las personas ya no son consideradas como un recurso o un activo, sino como un
fin en sí mismas. Por otro lado, los actuales contextos de alta complejidad e incertidumbre
exigen altos niveles de confianza, compromiso y creatividad por parte de las personas.
34
El Grupo Kaizen es una consultora creada en 1992 con sedes en Madrid y Valladolid, especializada en
la evaluación del Modelo EFQM de Excelencia y dedicada a la prestación de servicios de consultoría
integral. Desde su actividad de investigación TQM Kaizen ha desarrollado un Modelo de Excelencia
Medioambiental denominado ELVA (Environmental Leadership for Value Achievement) que está
siendo aplicado en muchas Pymes de Castilla y León y que, aún sin ser una guía de implantación de la
ISO 14001, pretende ayudar a la mejora de las organizaciones en su integración con su entorno
económico, ambiental y social.
75
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Sobre las premisas de esta nueva gestión por valores, en un sentido operativo, la
adopción de la RSE como criterio y estrategia de gestión impone una visión de la
organización en la que surgen procedimientos y operaciones nuevas. Desde un punto de
vista analítico, podemos agrupar estos procedimientos en tres niveles:
Estos valores han de traducirse en medidas en toda la empresa, desde las estrategias a las
decisiones cotidianas. Y esto obliga, en un segundo momento, a añadir una dimensión
social o ecológica a los planes y presupuestos, a evaluar los resultados en los distintos
ámbitos, a crear comités consultivos locales, a realizar auditorias sociales o
medioambientales o a establecer programas de formación continua.
Para Francisco Ogalla36 la gestión de la RSE requiere de una nueva forma de trabajo
sistemático en la empresa, cuyo exponente debería ser la introducción de un sistema de gestión
integral, al estilo de los modelos estándar de gestión implementados en las políticas de
calidad. Así, la implantación de un sistema integrado de gestión de la RSE requiere “crear
una arquitectura de gestión” que sustente la interrelación entre las políticas, estrategias,
comportamientos y procesos de la empresa.
Para la consecución de este objetivo, Francisco Ogalla parte del modelo EFQM de
excelencia, de las Norma ISO 9004 e ISO 14001, de la norma SGE21 de Forética, de la
Guía del GRI para la elaboración de Memorias de Sostenibilidad, de los principios del
Pacto Mundial de la ONU y de la Norma OHSAS 18001, para elaborar una propuesta de
35
Villalonga Grañana, I.; Server Izquierdo, R.J. (2006). El Concepto de Responsabilidad Social
Corporativa. Razones para Incorporarla en la Estrategia Empresarial, en VVAA “Mitos y Realidades
de la Responsabilidad Social Corporativa en España. Un enfoque interdisciplinar” Thomson-Civitas,
Madrid, pp.19-34
36
Ogalla Segura, F. (2006). La Integración de la Responsabilidad Social en el Sistema de Gestión de la
Empresa, Cuaderno nº 4 de Forética, Ed.Forética, Madrid
76
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
A) El “marco conceptual” del modelo estaría constituido por los valores propios de la
organización y por los conceptos fundamentales de gestión que se derivan de tales valores.
Así:
los valores: inspirados en la misión y la visión de la empresa y en los comportamientos
empresariales, han de ser identificados y definidos con precisión porque son el
fundamento de la cultura empresarial, la base de su identidad y su imagen, y la base
de sus actuaciones.
los conceptos de gestión son:
- Orientación a las partes interesadas
- Gestión por procesos y hechos
- Orientación a resultados
- Aprendizaje, innovación y mejora continua
Los valores son, por lo tanto, en un enfoque de RSE, el eje para la definición de la
política estratégica de la empresa. En el año 2000 José A. Moreno37 afirmaba lo siguiente:
“en entornos cerrados las empresas se mueven por normas, pero en entornos abiertos y
cambiantes necesitan orientarse por valores”. Son muchos otros los autores que postulan la
prioridad de los valores compartidos en la orientación de la acción.
37
Moreno, J.A. (2006). Entre el fragor y el desconcierto, Madrid, Minerva, 2000, cita tomada de Adela
Cortina en “La responsabilidad social corporativa y la ética empresarial”, en VVAA, “Mitos y
Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa en España”, Thomson-Cívitas, Navarra, pp.109-
120
77
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Para Francis Fukuyama38 el valor de la confianza, junto con los factores culturales (el
capital social), son las claves del desarrollo económico, la capacidad de innovación, la
productividad y la satisfacción del trabajador. En los planteamientos de la acción
comunicativa de Habermas39 el valor del diálogo es el valor fundamental porque supone
considerar a las personas como interlocutores válidos y porque es el medio para el
entendimiento, para la aceptación de las consecuencias por todos los afectados y el garante
de las condiciones de simetría en la participación.
Carles Rafols40 afirma que en nuestro contexto empresarial y cultural sufrimos aún
dos problemas heredados de ese tradicional desarrollismo español basado en el más craso
“todo vale”: la tentación de confundir la ética con la cosmética41 y la conocida como
“tentación NIMBY”42. Ante tales tendencias, afirma Rafols, “cada vez está más claro que el
problema de la ética en la empresa es el de la transparencia”. Ese sería para Rafols el valor
fundamental de la empresa gestionada de manera responsable.
Por su parte, para David Murillo45 el propósito último de la RSE no es otro que
“fomentar la transparencia, crear confianza y disminuir riesgo”.
38
Fukuyama, F. (1988). La Confianza, Barcelona, Ediciones B
39
Habermas, J. (1991). Conciencia, moral y acción comunicativa, Barcelona, Península
40
Rafols, C. (2007). ¿Etica en las empresas o empresas éticas? Avanzar en una implantación
contradictoria, en VVAA, “Ética, Economía y Empresa, Gedisa, Barcelona, pp.183-192
41
Cosmética empresarial es, en palabras de Carles Rafols, creer que se pueden aplicar criterios éticos sólo
hacia fuera, para mejorar la apariencia, por ejemplo con referencias retóricas al medio ambiente y a la
calidad de vida. Por cosmética –y no por ética– están implantándose por todas partes muchos códigos
éticos cuya máxima virtud, como se ha visto en casos tipo Enron y similares, es publicitaria.
42
Según explica Carles Rafols, NIMBY es el acrónimo en inglés de “Not In My Back Yard” (no en mi
patio trasero), o dicho de otra manera: “haced lo que queráis pero que no se sepa o que no me moleste”.
NIMBY es también la práctica de muchas empresas que consiste en ser solidarias y muy morales en
Occidente, mientras trasladan los problemas (ecológicos en especial) a otras zonas del planeta. Pero no
deja de ser NIMBY la actitud de los consumidores europeos, y de muchos sindicatos, que exigen
servicios pero se niegan a apechugar con los costes y los riesgos de ciertas actividades industriales.
43
Vilanova Giralt, N. (2006). La responsabilidad social del directivo. El papel de las personas en la
construcción de una empresa socialmente responsable, en VVAA, “Mitos y Realidades de la
Responsabilidad Social Corporativa en España”, Thomson-Cívitas, Navarra, pp.179-186
44
Esta actitud hace referencia a la postura activa que, en teoría, todos los grupos de interés deben adoptar
ante la RS y que debe existir también dentro de la empresa, en los directivos y en todos los
colaboradores.
45
Murillo, D. (2007). op.cit. p. 204
46
Una organización inteligente es una organización de aprendizaje que fomenta la innovación, el
pensamiento estratégico y el cambio continuo, que elimina rutinas y controles innecesarios y en la que
se desarrollan nuevas habilidades y nuevos hábitos. La organización inteligente requiere de: líderes
confiables y tolerantes que escuchen y promuevan el cambio; trabajo en equipo con objetivos comunes,
solidaridad, roles flexibles y sinergia; personas honestas, comprometidas y creativas; y procesos ágiles,
simples y flexibles, soportados en buenos sistemas de información y en equipos interfuncionales y que
rompan con las viejas burocracias.
78
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
B) Los elementos estructurales que conforman la arquitectura del sistema de gestión son
estos tres:
la estrategia corporativa: contiene los “elementos esenciales de gestión” (misión, visión,
valores, liderazgo, gestión del cambio e innovación). Y define el ámbito de la empresa
en términos de sectores y mercados en los que compite.
la estrategia operativa: contiene los “elementos fundamentales de gestión” (gestión por
procesos y sistema de indicadores). Y se ocupa de cómo compite la empresa en
determinados sectores o mercados (eficacia y eficiencia del proceso de negocio).
los flujos de información: permiten establecer relaciones con las partes interesadas, vistas
como ventaja competitiva (comunicación versus reputación social; aprendizaje versus gestión
del cambio).
79
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Como se puede ver en el cuadro, lo que refleja un modelo de gestión como éste es,
fundamentalmente, la voluntad de aportación de valor (es decir, de utilidad) a cada uno de
los distintos stakeholder. Los flujos de información entre las partes interesadas y el
“gobierno de la empresa” sobrepasan el mero imperativo del cumplimiento legal y
proponen un modelo de relaciones, con todas las partes, que resultan definitorias para el
aprendizaje, la gestión del cambio y el reconocimiento social de la empresa.
José Ángel Moreno Izquierdo47, por su parte, señala que la empresa ha de atender
de manera integral y equilibrada a todos sus diferentes grupos de interés, lo cual supone
tomar en consideración todas las dimensiones de la actividad de la empresa. A saber:
47
Moreno Izquierdo, J.A. (2006). op.cit. p. 191
80
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
Intuitivamente a cualquiera se le ocurre que lo que hay que evaluar (el qué) de la RS
de la empresa tiene que ver necesariamente con dos cosas: las prácticas empresariales y el
81
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Por traer sólo un ejemplo, la Guía para la elaboración de Memorias de Sostenibilidad del
“Global Reporting Initiative” (GRI)49 establece una serie de indicadores de rendimiento con los
que medir el impacto de las actividades de la empresa sobre sus stakeholders. El GRI
divide estos indicadores en tres categorías: indicadores de rendimiento económico,
indicadores de rendimiento medioambiental e indicadores de rendimiento social.
El cuadro siguiente, tomado del trabajo de Francisco Ogalla, describe muy bien el
peso que tienen los indicadores (ver las dos últimas columnas) en el sistema de gestión, y la
imbricación de éstos tanto con los elementos del sistema de gestión (misión, visión,
valores…) como en la relación con los stakeholders.
48
Ogalla Segura, F. (2006). op.cit. p. 28
49
El “Global Reporting Initiative” (GRI) es una iniciativa multistakeholder creada en 1997 en EEUU por
la organización no gubernamental CERES y el PNUMA, con el objetivo de fomentar la calidad, el rigor
y la utilidad de las Memorias de Sostenibilidad. La GRI tiene como objetivo asesorar a las empresas
que quieren publicar informes sociales. Su dirección web es www.globalreporting.org
82
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
El eje central de la evaluación, por tanto, gira en torno al sistema de indicadores. Pero la
tarea de definirlos, hacerlos operativos e integrarlos en el enfoque de RSE no es nada fácil.
Jordi Barba50 señala algunas de las principales dificultades con que nos encontramos a la
hora de definir parámetros que nos permitan establecer el verdadero nivel de compromiso
de una empresa:
La RSE goza hoy de una aceptación formal por parte de empresas y organismos
internacionales, pero las dificultades que plantea su medición y evaluación es lo que explica
que, en opinión de Jordi Barba, “los principales criterios en la toma de decisiones de las
empresas sigan siendo estrictamente financieros”.
Por tanto, existen unas condiciones de partida que han de darse en la estrategia y las
operaciones de comunicación de la RSE, y que tienen que ver con el respeto a los valores
50
Barba, J. (2007). Medición de la responsabilidad social en la empresa. Tendencias y dificultades, en
VVAA, “Ética, Economía y Empresa, Gedisa, Barcelona, pp.217-237
51
Jordi Barba cuenta la siguiente anécdota: “hace años, un recién licenciado en Económicas se encontraba
realizando una entrevista de selección de personal en una importante firma de auditoría, tal vez hoy
desaparecida, fusionada o venida a menos por algún escándalo financiero. En el transcurso de la misma
se le requirió que definiese la profesión de auditor. Tras unos segundos de reflexión respondió que el
auditor realizaba una función de “notario” de las transacciones registradas en la empresa y puso como
ejemplo que en el caso de auditar una empresa en la que su director general cada mañana utilizara, para
realizar el trayecto de su casa a su oficina, un helicóptero (pagado por la empresa), el auditor
únicamente verificaría la existencia del gasto registrado por el servicio recibido sobre la base de la
documentación soporte (factura) verificando determinados aspectos de la misma (fecha de emisión,
descripción del servicio, base, tipo del impuesto, total para pagar y otros datos de la empresa receptora
del servicio), sin entrar en consideraciones de otra naturaleza. He aquí una respuesta de “manual”.
Evidentemente una reflexión de otro orden supone cuestionar las repercusiones que tiene esa acción;
así, de esa actuación se desprende una contaminación acústica para los vecinos de los inmuebles
colindantes, una emisión de gases a la atmósfera por el combustible consumido y, por supuesto, un
despilfarro no justificado para la empresa”.
83
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
1) información sobre el producto (o servicio). Esto incluye los datos referidos al propio
producto (su composición, su elaboración, su origen, sus cualidades, su conservación,
su calidad, su posibilidad de reciclado) e información relacionada con las condiciones
de producción (gasto energético, cadena de proveedores, mano de obra, residuos y
contaminación, etc.).
En cuanto al cómo comunicar toda esta información, hay que considerar dos aspectos:
a) las condiciones del proceso de comunicación. Aquí habría que contemplar como
condición de partida la voluntad de absoluta transparencia por parte de la empresa, y
establecer las condiciones necesarias para que la información transmitida en cada
momento y a cada stakeholder fuese siempre: fiable, actualizada, accesible, comprensible y
verificable.
52
Raforls, C. (2007). op.cit. p.185
84
Capítulo 2.- Elementos estructurales de la RSE
Esta es la razón por la que desde hace unos años vienen apareciendo distintas
herramientas de accountability y reporting, elaboradas por instituciones públicas y privadas
y por diversos organismos internacionales. De todas esas herramientas la que goza de más
aceptación a nivel internacional son las directrices del Global Reporting Initiative (GRI)
para la elaboración de Memorias de Sostenibilidad. Hoy por hoy el GRI es el marco de
accountability comúnmente aceptado por organizaciones de todos los sectores.
Hablaremos de él en el capítulo 4.4. de este trabajo.
Para terminar, hay que decir que la producción y publicación de informes no es, no
obstante, el final del proceso. Sería preciso que hubiese, por un lado, una verificación de esos
informes (o bien mediante organismos independientes o mediante la propia aprobación de
los stakeholders) y, por otro, una utilización de los datos obtenidos al final del ciclo, para
volver al punto inicial y realizar una nueva reflexión sobre la integración en la empresa de la
RSE y su mapa de stakeholders. En resumen, se trataría de implantar en la organización un
proceso cíclico de este tipo.
53
Vilanova, M. Dinarés, M. Lozano, J.M. (2006). Accountability. Comunicación y Reporting en el ámbito
de la RSE, Forética, Cuaderno nº6
85
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
86
CAPÍTULO 3.- EL MARCO NORMATIVO DE LA RSE
87
88
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
Estos tres son objetivos viejos que hoy coinciden y que deberían complementarse en
la idea de sostenibilidad. Pero cada uno de los tres niveles se encuentra actualmente en un
grado distinto de formalización, exigibilidad y aplicabilidad en el mundo empresarial. Tanto
en lo que tiene que ver con la gestión, como en lo relativo a las actividades de información
o de verificación, los tres niveles siguen teniendo en general un grado de desarrollo muy
diferente, tal y como se muestra en el siguiente cuadro.
Aspectos de Información
Gestión periódica
Verificación
Sostenibilidad
Hablar de “legislación” relativa a la RSE no tiene, por tanto, mucho sentido, ya que
partimos de un tipo nuevo de relaciones entre la empresa y la sociedad, cuyos criterios
vienen condicionados por el diálogo entre partes y el principio de voluntariedad de la empresa.
1
Asociación Española de Fundaciones, “Fundaciones Laborales. Instrumento Eficaz para canalizar la
Responsabilidad Social de la Empresa”, 2005, documento en línea en www.fundaciones.org
89
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
En el plano internacional tenemos que distinguir entre dos tipos de entidades: los
organismos internacionales (ONU, OIT, OCDE) y una serie diversa de organizaciones privadas
dedicadas a proponer metodologías (guías de buenas prácticas, estándares de normalización
y herramientas de reporting) para la gestión de la RSE.
a) En el año 2000 la ONU, por iniciativa del entonces Secretario General, Kofi
Annan, elaboró un listado de nueve principios (ampliados a diez en 2004) conocidos como
el “Global Compact”2 (Pacto Mundial). Se trata de una declaración de objetivos de
carácter voluntario y genérico que incluye las áreas de derechos humanos, trabajo y el
medio ambiente, y que carece de códigos explícitos y de sistemas de verificación. Los
principios están extraídos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los
Principios de Río sobre Desarrollo Sostenible y las Recomendaciones de la Organización
Internacional del Trabajo. Para lograr esos objetivos, el Pacto Mundial propone un
compromiso y el desarrollo de una política de diálogo, aprendizaje, redes locales y
proyectos participativos.
2
www.unglobalcompact.org
3
Fuente Red del Pacto Mundial en España, Informe de Progreso 2011, que se puede consultar en la web
http://www.pactomundial.org/informe-progreso/
90
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
4
www.ilo.org
5
www.oecd.org
91
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
2004) que, a pesar de ser muy genéricas, han sido acogidas como uno de los doce
estándares internacionales del Forum de Estabilidad Financiera, del Banco Mundial y del
Fondo Monetario Internacional.
Fernando Casado6 señala cómo, a pesar del trabajo realizado por la OCDE, sus
Líneas Directrices apenas han tenido repercusión en los últimos años, fundamentalmente
porque muy pocas empresas las están considerando. No sucede lo mismo con el “Pacto
Mundial” de la ONU, que se ha convertido en el principal referente internacional de las
buenas prácticas empresariales y en la base, junto con las recomendaciones de la OIT, para
los códigos de conducta de la mayoría de las empresas comprometidas con la RSE.
Por otro lado, el Banco Mundial mantiene un programa sobre “responsabilidad social
corporativa y competitividad sostenible” que, junto al Global Compact de la ONU fue
presentado el año 2000 ante el Foro Económico de Davos. Este plan del BM está inscrito
en un programa más amplio sobre gobierno corporativo y competitividad que, a su vez,
pertenece a la “estrategia del BM para la reducción de la pobreza”.
Acreditation Agency)11, creó en 1998 una norma internacional pensada para mejorar las
condiciones de trabajo en las empresas. Es la conocida como SA8000 (Social
Accountability 8000), inspirada en las convenciones de la ONU y de la OIT, y que
especifica los requisitos y procedimientos que una empresa debe adoptar para la
implantación de criterios de RSE en el ámbito laboral. La norma trata de establecer
criterios universales en relación a las condiciones de trabajo infantil, trabajos forzosos,
salud y seguridad, libertad de asociación, discriminación, prácticas disciplinarias, horario
laboral, fórmulas de compensación salarial y sistemas de gestión. La norma puede ser
adoptada por cualquier empresa de cualquier sector, y los estudios apuntan a que su
aplicación ha resultado muy eficaz, social y económicamente, en las empresas certificadas
en los últimos años.
c) En 1999 la consultora ISEA (Institute for Social and Ethical Accountability), hoy
conocida como “AccountAbility”12, diseñó un método de responsabilidad orientado a
garantizar la calidad de las rendiciones de cuentas, las evaluaciones y la divulgación sobre
aspectos sociales y éticos de la gestión empresarial. Es el conocido como AA1000
(Accountability 1000). Se trata de una norma de procedimiento, que especifica los procesos
que debe llevar a cabo una organización para responder por sus acciones. Pero no es una
norma que establezca cuáles son los niveles de desempeño que la empresa deberá alcanzar
en los indicadores sociales, ambientales y económicos. Es una norma que busca implantar
procesos de transparencia mediante la integración de los agentes de interés y el
ofrecimiento de garantías de contabilidad y gestión social. Es una norma compatible con
otras, como la SA8000 o los principios del Pacto Mundial pero ofrece, en su primera
versión, dos dificultades: su extremada complejidad a la hora de aplicarla y el hecho de que
carece de soluciones viables en caso de conflicto entre empresa y stakeholders. Aunque
esto se ha tratado de corregir con dos nuevos estándares relativos a la evaluación y al
compromiso con Stakeholders.
11
www.cepaa.org
12
www.accountability21.net
13
www.iso.org
93
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Trataremos con más detalle estos cuatro estándares en el capítulo 4 de este trabajo,
que dedicaremos a las herramientas de gestión de la RSE.
c) Los “Principios Sullivan”15 son una iniciativa que se inscribe en el grupo de las
guías de códigos de conducta y principios éticos para las empresas. En 1997 León Sullivan,
un afroamericano nacido en EEUU y emigrado a Sudáfrica, creó los Principios Sullivan, un
código de conducta para la defensa de los derechos humanos y la igualdad de
oportunidades en las empresas americanas que operaban en Sudáfrica. Aunque Sullivan
murió en 2001 su iniciativa continúa vigente y ha ido evolucionando incluyendo cuestiones
de ética comercial y protección del medio ambiente. Se recomienda aplicarlos
conjuntamente con el GRI o el AA1000, o bien con el SA8000, que incluye elementos
externos de verificación. La mayoría de las empresas que los han adoptado son
estadounidenses.
d) Existe una iniciativa que desde 2003 está teniendo mucho peso en EEUU y cuya
influencia se ha ido extendiendo a las prácticas de las empresas estadounidenses fuera de
EEUU. Se trata de la “International Right to Know Campaign” (IRTK)16, o “Derecho
Internacional a Conocer”. En 2003 más de doscientos grupos de derechos humanos,
14
www.sabanes-oxley.com y en castellano en: www.aeca.es/comisiones/rsc/rsc.htm
15
www.globalsullivanprinciples.org y www.thesullivanfoundation.org
16
www.foe.org/irtk
94
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
17
www.csreurope.org
95
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
En julio de 2001, con la publicación del Libro Verde18, la RSE se convierte en una de
las cuestiones más importante de la agenda política de la UE, en un clima social dominado
por las críticas a las prácticas de las grandes empresas. Bajo el título “Fomentar un marco
europeo para la responsabilidad social de las empresas”, el Libro Verde describe lo que deberían ser
las finalidades y responsabilidades de las empresas, más allá de las exigencias contempladas
en las leyes.
El Libro Verde, sin aportar una definición clara del concepto de responsabilidad ni
cuestionar el modelo de “racionalidad económica” imperante, invita a las empresas a
invertir en el futuro llevando a cabo un triple balance económico, social y ambiental, y
abordando un compromiso de “rendición de cuentas” que exige transparencia y procesos
de control y verificación externa de los códigos y las etiquetas sociales. El verdadero valor
del Libro Verde reside en ser el punto de partida para una primera reflexión pública en toda
Europa sobre las finalidades y responsabilidades de la empresa en un nuevo mundo global,
y sobre el tipo de Europa que se quiere construir.
18
Comisión de las Comunidades Europeas COM(2001) 366 final, Libro Verde. Fomentar un marco
europeo para la responsa-bilidad social de las empresas
en línea en http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX:52001DC0366
19
Comisión de las Comunidades Europeas COM(2002) 347 final, La responsabilidad social de las
empresas: una contribución empresarial al desarrollo sostenible,
en línea en http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2002:0347:FIN:es:PDF
20
Hay que recordar que una Comunicación de la Comisión es un documento de reflexión sin ningún
carácter normativo (no surte efectos jurídicos).
96
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
21
La responsabilidad objetiva es aquella que está relacionada con un conjunto de “actividades
profesionales” concretas (enumeradas en el Anexo III de la Directiva) que de por sí suponen una
peligrosidad para la salud humana o para el medio ambiente. En estos casos interviene el principio de
“responsabilidad por asunción del riesgo”. La responsabilidad subjetiva es aquella que se limita a los
daños causados a las especies y a los hábitats naturales protegidos por actividades distintas a las
contempladas en el Anexo III. En esta responsabilidad subjetiva interviene el principio de
“responsabilidad por culpa”
22
De acuerdo con la “acción preventiva”, cuando el operador de una actividad profesional cree una
situación de riesgo (amenaza inminente) para el medio ambiente, a pesar de que el daño
medioambiental no se haya materializado, estará obligado a adoptar todas las medidas necesarias para
evitarlo, y en el caso en que la amenaza no haya cesado, a informar a la autoridad competente de todos
los aspectos relevantes de la situación de riesgo creada. Por su parte, la “acción reparadora” se aplica a
partir del momento en el que el daño medioambiental se haya materializado, conforme a una serie de
obligaciones que la Directiva establece para el operador.
97
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
la definición de RSC del Libro Verde, incluye una lista de nueve recomendaciones23
dirigidas a empresas, administraciones públicas y agentes sociales, acerca de los medios
para: a) sensibilizar y mejorar el conocimiento sobre de la RSC; b) desarrollar las
competencias necesarias para generalizar la RSC; y c) asegurar un entorno adecuado para el
desarrollo de estas políticas.
El Foro logró cierto consenso entre los participantes, pero también reveló las
diferencias significativas de opinión entre las partes empresariales y las demás (reticencias
de los empresarios ante posibles requerimientos regulatorios desde las instituciones
comunitarias, o incluso ante sistemas de benchmarking o de certificación). El Foro
concluyó que había nacido una comprensión europea común de lo que significa la RSE, a
partir de la definición de la Comisión (“integración voluntaria por parte de las empresas de
las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus
relaciones con sus interlocutores”). El Foro RSE confirmó esta definición mientras seguiría
estudiando su alcance y sus límites. El Foro también llegó a un consenso sobre la necesidad
de actividades para seguir aumentando la sensibilización y el desarrollo de competencias24.
Sin embargo, no se alcanzó ningún consenso sobre temas como los requisitos de
información de las empresas o la necesidad de normas europeas de la RSE.
El Foro está presidido por la Comisión Europea y compuesto por un plenario y una
serie de mesas redondas. Desde su creación sólo ha emitido un informe, el de 2004, y ha
celebrado tres foros (2006, 2009 y 2010), el último de los cuales se ha centrado en el
consumo responsable, la inversión responsable, la relación entre la RSE y la
competitividad, la transparencia y la divulgación de información no financiera y la
dimensión global de la RSE.
25
Según señala el “Anuario de la RSE 2006” de la Fundación Ecología y Desarrollo, el retraso en la
redacción definitiva de esta Comunicación reveló las tensiones existentes entre las dos Direcciones
Generales que están coordinando el proceso de definición de un marco europeo para la RSE. Por un
lado la Dirección General de Trabajo y Asuntos Sociales que desde un principio asumió el liderazgo en
este campo en la Comisión mediante la elaboración del Libro Verde, y que parece mucho más dispuesta
a proponer un marco regulatorio; y por otro la Dirección General de Empresa e Industria, que se
incorporó más recientemente a este debate y se muestra mucho más reacia a usar la RSE como un
instrumento de política social, ante el temor de que las empresas europeas pierdan competitividad en
una economía global. El comisario de Economía y Empresa, Günter Verheugen, mostró su reticencia a
la definición de requerimientos regulatorios, por lo que las referencias a estos aspectos fueron
eliminadas de la Comunicación, ante lo cual la “Coalición de ONGs por la rendición de cuentas”
reaccionó acusando a Verheugen de “secuestrar el proceso europeo de definición de un marco por la
RSE y de dejar al plan de la UE sin sustancia”. Las ONGs afirmaron que “mientras que originalmente
la Comisión Europea deseaba mejorar el impacto medioambiental y social, actualmente sólo desea
mejorar la competitividad empresarial y los beneficios”. Hubo además un detalle significativo: mientras
que la Comunicación de 2002 estaba alojada en la web de la Dirección General de Trabajo y Asuntos
Sociales, la nueva Comunicación de 2006 se alojó en la web de la Dirección General de Empresa e
Industria. (“Anuario de la Responsabilidad Social Empresarial en España. 2006”, Fundación Ecología
y Desarrollo, Zaragoza, 2006)
99
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Pero un año antes de esta 3ª Comunicación sobre RSE, la Comisión había aprobado,
el 3 de marzo de 2010, la Estrategia Europea 2020. Una estrategia para el crecimiento
inteligente, sostenible e integrador27. La intención es que los estados miembros generen altos
niveles de empleo, productividad y cohesión social. Para ello se han fijado cinco objetivos a
cumplir en cinco materias: Empleo (lograrlo para el 75% de las personas de 20 a 64 años);
I+D (alcanzar una inversión del 3% del PIB de la UE); Cambio climático y energía
(alcanzar emisiones de gases de efecto invernadero entre un 20 y un 30% menores a los
niveles de 1990, lograr un 20% de energías renovables, y conseguir un aumento del 20 %
de la eficiencia energética); Educación (reducir las tasas de abandono escolar por debajo del
10% y conseguir que al menos un 40% de la generación más joven tenga estudios
superiores); y lucha contra la pobreza y la exclusión social (reducir al menos en 20 millones
el número de personas en situación o riesgo de pobreza y exclusión social).
A raíz de este plan la Comisión europea lanzó, eel 25 de octubre de 2011, una nueva
Comunicación28, publicada como “Una estrategia renovada para la UE para la RSE 2011-
14” (A renewed EU strategy 2011-14 for Corporate Social Responsibility), tiene un objetivo doble:
mejorar los impactos positivos (por ejemplo, a través de la innovación de nuevos productos
26
Se puede consultar el proyecto en la web: http://ec.europa.eu/enterprise/csr/ms_sme_index
27
Comisión de las Comunidades Europeas COM(2010) 2020. Estrategia Europea 2020. Una estrategia
para el crecimiento inteligente, sostenible e integrador,
en línea en http://ec.europa.eu/commission_2010-2014/president/news/documents/pdf/20100303_1_es.pdf
28
Comisión de las Comunidades Europeas COM(2011) 618 final: Comunicación de la Comisión al
Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones.
Estrategia renovada de la UE para 2011-2014 sobre la Responsabilidad social de las Empresas.
en línea en http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/ALL/?uri=CELEX:52011DC0681
100
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
y servicios) y minimizar y prevenir los impactos negativos. Las novedades más destacables
de esta última Comunicación se pueden resumir en cinco asuntos: (a) se presenta una nueva
definición de RSE (es “la responsabilidad de las empresas por su impacto en la sociedad”);
(b) se detallan los compromisos de la propia Comisión para este periodo 2011-14; (c) se
realizan recomendaciones para las empresas europeas (con algunas peculiaridades para
grandes empresas y multinacionales europeas); (d) se realizan recomendaciones también
para los poderes públicos (nacionales, regionales y locales); (e) y la Comisión anuncia la
presentación de una propuesta legislativa sobre transparencia de la información social y
ambiental de las empresas.
Esta tercera Comunicación sobre RSE se propone un plan de acción para cuatro
años que se va a desarrollar en ocho áreas: 1) Aumentar la visibilidad de la RSE y la
difusión de buenas prácticas: esto incluye la creación de un premio europeo y el
establecimiento de plataformas sectoriales para empresas y grupos de interés, que sirvan
para alcanzar compromisos y monitorear conjuntamente el progreso. 2) La mejora y el
seguimiento de los niveles de confianza en las empresas: aquí la Comisión pondrá en
marcha un debate público sobre el papel social de las empresas, y organizará encuestas
sobre la confianza ciudadana en los negocios. 3) Mejorar los procesos de auto-regulación y
co-regulación: la Comisión propone elaborar un breve protocolo para guiar el desarrollo de
iniciativas futuras de auto-regulación y co-regulación. 4) Recompensar en el mercado la
RSE: promover que el mercado compense una conducta empresarial responsable,
aprovechando las políticas de la UE en materia de consumo, inversión y contratación
pública. 5) Mejorar la divulgación de información social y medioambiental por parte de la
empresa: la Comisión presentará una nueva propuesta legislativa sobre esta cuestión. 6)
Continuar con la integración de la RSE en la educación, la formación y la investigación. 7)
Hacer hincapié en la importancia de políticas de RSE a un nivel nacional y sub-nacional,
invitando a los Estados a presentar o actualizar sus propios planes de la RSE. 8) Mejorar la
alineación de los enfoques europeo y mundial a la RSE: la Comisión pone de relieve las
directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, los 10 principios del Pacto
Mundial de Naciones Unidas, los Principios Rectores de las naciones Unidas sobre
Negocios y Derechos Humanos, la Declaración Tripartita de Principios OIT sobre
Empresas Multinacionales y Política Social, y la Guía sobre Responsabilidad Social ISO
26000.
materia de RSE, pidiendo a la Comisión que estudie la posibilidad de crear con este fin una
etiqueta social europea.
La estrategia europea aún está por terminar de definir, y después de transitar por
ciertos momentos de impasse, parece que con los últimos impulsos se sigue avanzando,
aunque aún más lentamente de los que muchos consideran necesario.
Se puede decir que las orientaciones desde la Unión Europea en materia de RSE han
tenido desde el año 2001 una línea más o menos de continuidad. Pero si hacemos un
repaso de las políticas y regulaciones existentes en los distintos países de la Unión Europea
sobre RSE nos vamos a encontrar con una enorme diversidad de opciones, en cuanto a los
modos de entenderla y definirla, y a sus desarrollos institucionales y regulatorios.
Abordar esta diversidad nos obligaría a dedicar a esta cuestión un espacio del que no
disponemos en este trabajo, por lo que nos vamos a limitar a reproducir en una tabla (ver
en la siguiente página), el análisis comparativo que en julio de 2006 elaboró la Fundación
Bertelsmann30 (aunque el trabajo tenga ya ocho años, muestra bien las diferencias de
concepción de los diferentes países). El estudio ofrece un resumen sobre cuál es el papel
que venían jugando los gobiernos de nueve Estados miembro de la UE en la promoción de
la RSE (en la comparativa no está incluida España). La principal conclusión del estudio es
que “en aquellos países en los que el Estado asume un papel activo ofreciendo el marco idóneo para que se
pueda desarrollar la RSE, ésta termina por consolidarse y convertirse en un principio ampliamente
compartido”.
30
Fundación Bertelsmann (2006, julio). La responsabilidad social empresarial en Alemania. Extraído de
www.fundacionbertelsman.org
102
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
Cuadro comparativo de la RSE en nueve países europeos (Fuente Fundación Bertelsmann, 2006)
103
Cuadro comparativo de la RSE en nueve países europeos (Fuente Fundación Bertelsmann, 2006)
104
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
Junto a todas estas iniciativas europeas a favor de la RSE abordadas desde las
administraciones públicas, comunitarias o nacionales, en Europa también ha habido
algunas iniciativas de gran impacto desarrolladas desde las organizaciones privadas o en
asociación con los organismos públicos europeos. Mencionaremos solamente las dos o tres
más representativas.
c) CSR Europe: (antes EBNSC, fundada en 1995) es una red europea a la que
pertenecen empresas, asociaciones de empresas y la Comisión Europea. La red tiene dos
componentes fundamentales: por un lado las grandes empresas (75 multinacionales
pertenecen a CSR Europe) y, por otro, los “nacional partners”, entidades que forman parte de
la red pero que a su vez tienen su propia red de empresas (en la actualidad hay 25 national
partners en CSR Europe que representan a un total de 2000 empresas de toda Europa34).
Forética es el partner español más importante y el tercero más grande de Euopa.
31
www.efqm.org
32
www.europa.eu.int/comm/environment/emas/
33
Datos de agosto de 2014, extraídos de: http://ec.europa.eu/environment/emas/about/index_en.htm
34
Datos de agosto de 2014, extraídos de la web de CSR Europa: http://www.csreurope.org/
105
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Desde las administraciones públicas y durante los primeros años (ochenta y noventa) se
adoptaron algunas iniciativas de RSE fundamentalmente en el sector financiero.
Posteriormente llegarían nuevas propuestas abiertas a los demás ámbitos empresariales, por
iniciativa de los poderes públicos e inspiradas en su mayoría en las recomen-daciones
provenientes de los trabajos llevados a cabo desde las instituciones europeas.
En España hay un primer referente de la RSE a finales de los años ochenta, con la
creación de la Comisión Olivencia a instancias del Ministerio de Economía en el año 1987. En
un momento como aquel, de incipientes fusiones, adquisiciones y concentraciones
empresariales, se detecta una falta de transparencia e información por parte de las
empresas. Los gobiernos de los Estados reaccionaron creando comisiones de estudio
sobre la ética en los órganos corporativos y la transparencia informativa, intentando con
ello proteger a los accionistas e inversores.
En España, presidida por Manuel Olivencia Ruiz del que toma su nombre, se
constituye una Comisión Especial con el fin de elaborar un Código Ético para los Consejos
de Administración de las Sociedades. El informe fruto de esta Comisión fue publicado en
febrero de 1998 y en él se apuntaban 23 recomendaciones como: la necesidad de separar la
gestión y la propiedad de la empresa, e incorporar en los Consejos de Administración una
mayoría de consejeros independientes; la misión de los consejeros ha de ser defender los
intereses de la sociedad y de los pequeños y medianos inversores; se recomienda un único
mandato de cuatro años y que ningún consejero tenga más de 70 años ni pertenezca a más
de tres consejos a la vez. El Informe Olivencia titulado “El Gobierno de las Sociedades
Cotizadas”, ha servido de base para todos los estudios posteriores sobre este tema en
nuestro país.
106
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
En 1995 surge una primera “herramienta de gestión ética” a través del Programa
Optima, puesto en marcha desde el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. El programa,
que sigue funcionando hoy, busca fomentar en las empresas la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres. Las empresas que participan en el programa desarrollan un Plan
de Acción de igualdad que ha de ser evaluado y en virtud del cual la empresa puede obtener
una certificación: la de “Entidad Colaboradora en Igualdad de Oportunidades” El
Programa fue elegido como “Buena Práctica” por la Unión Europea y en la actualidad es
gestionado por la Comunidades Autónomas.
A lo largo de 2002, por primera vez en España la RSE está presente en discusiones
parlamentarias, en proposiciones de ley rechazadas y en mociones y proposiciones de ley
aceptadas, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado. El 10 de mayo el
PSOE presentó una proposición de “Ley sobre Responsabilidad Social de las Empresas” que
finalmente fue rechazada en el Congreso. La proposición ponía el peso en la certificación y
normalización de la RSE, algo bastante polémico, habida cuenta de la falta de consenso a
este respecto en la propia Unión Europea. También contenía referencias a la publicación de
informes de triple balance y a la inclusión de criterios de RSE en la gestión de los fondos de
pensiones.
comportamiento que las empresas cotizadas debían tener en las relaciones con sus grupos
de interés. El informe aportó como novedad una visión de la RSE bastante flexible y
avanzada, señalando la importancia de creación de valor a largo plazo (rechazo al
cortoplacismo) y la importancia de la adopción, siempre voluntaria, de políticas y prácticas
de RSE (como los informes de triple cuenta de resultados).
108
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
35
Según la definición propuesta por el Foro de Expertos: La Responsabilidad Social de la Empresa es,
además del cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes, la integración voluntaria en su
gobierno, gestión, estrategia, políticas y procedimientos de las preocupaciones sociales, laborales,
medioambientales y de respeto a los derechos humanos que surgen de la relación y el diálogo
transparentes con sus grupos de interés, responsabilizándose así de las consecuencias y los impactos que
se derivan de sus acciones.
Una empresa es socialmente responsable cuando responde satisfactoriamente a las expectativas que sobre
su funcionamiento tienen los distintos grupo de interés. La RSE se refiere a cómo las empresas son
gobernadas respecto a los intereses de sus trabajadores, sus clientes, sus accionistas y su impacto
ecológico y social en la sociedad en general, es decir, a una gestión de la empresa que respeta a todos sus
grupos de interés y supone un planteamiento de tipo estratégico que debe formar parte de la gestión
cotidiana de la toma de decisiones y de las operaciones de toda la organización, creando valor en el largo
plazo y contribuyendo significativamente a la obtención de ventajas competitivas duraderas. De ahí la
importancia de que tanto los órganos de gobierno como la dirección de las empresas asuman la
perspectiva de la RSE.
Si bien la responsabilidad social corresponde en primer lugar a las empresas, se extiende a todas las
organizaciones que aportan un valor añadido a la sociedad, sean públicas y privadas, con ánimo o sin
ánimo de lucro.
Foro de Expertos de RSE: I, II y II Sesión de Trabajo: Definición y Ámbito de la RSE, Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid, 2005
36
Conclusiones del Foro de Expertos de RSE, 2005. Deben adoptarse políticas públicas en la línea de:
- Promoción e incentivos de la RSE en grandes, medianas y pequeñas empresas
- Regulación, universalización y verificación de los informes de las empresas
- Fomento de la RSE tanto entre los agentes de la sociedad civil como en la sociedad en general, y
entre las empresas y sus directivos
- Consolidación de la voz de las partes interesadas (consumidores, trabajadores, organizaciones
medioambientales, de derechos humanos, etc).
- Instrumentos de deliberación y concertación para mediar entre las partes interesadas y las empresas
- Impulso, dentro del Estado (en todas sus actividades económicas, empresas públicas y organismos
públicos) de las mismas pautas de conducta responsable que intenta promover en la sociedad
- Utilización de criterios de responsabilidad social como guía para toda la normativa administrativa
con el fin de proteger, entre otros, los derechos de los consumidores, los derechos humanos, alcanzar
estándares laborales dignos y lo discriminatorios, respetar el medioambiente y erradicar la
corrupción.
109
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
aspectos cruciales que dan credibilidad y rigor a la RSE: la información de las empresas a
las partes interesadas y a la sociedad en general y la verificación de dicha información”.
En enero 2007 entra en vigor el conocido como “Código Conthe” para el buen
gobierno de las empresas cotizadas. Se trata de un nuevo “Código Unificado de Buen
Gobierno” aprobado en mayo de 2006 por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de
Valores) y elaborado para resolver las dudas suscitadas por la coexistencia de los informes
Olivencia y Aldama. Aunque el código no es de obligado cumplimiento, sí exige que
cuando una sociedad no se acoja a él explique los motivos. La intención del código es
lograr que los accionistas, los inversores y los mercados puedan valorar el gobierno
corporativo de las empresas. Sus 58 recomendaciones implican, para las sociedades
cotizadas, la adaptación de: los estatutos sociales, los reglamentos de consejo de
administración, los reglamentos de junta general, los reglamentos de conducta en
el mercado de valores de las sociedades cotizadas y los código s de ética
profesional. Y una de las novedades que introduce es un procedimiento de
denuncia confidencial de cuestiones como: irregulari-dades financieras o contables
graves, casos de acoso laboral o violación de derechos fundamentales de los
empleados. También recomienda la existencia de una mayoría de consejeros externos y
una adecuada diversidad de género en los consejos, y refuerza el papel de la junta de
accionistas en las decisiones que impliquen una modificación estructural de la sociedad.
El 29 de mayo de 2007 el pleno del Senado aprobó, con la oposición del Partido
Popular, la propuesta al gobierno para la creación de un “Consejo de Responsabilidad
Empresarial”. Este nuevo órgano, según el Senado, se concebiría como un instrumento para
mantener un diálogo multilateral permanente en el ámbito de la RSE, así como para
proponer al Gobierno acciones para su fomento. La oposición del Partido Popular a esta
iniciativa se basaba en considerar que "la política de fomento de la RSC la deberían llevar a
cabo los empresarios" y que la creación de este Consejo de RSE suponía un "claro
intervencionismo del Gobierno que no es bueno para la empresa". En esta polémica se
dejaban entrever ya las sustanciales diferencias en el modo de entender en ese momento la
RSE los dos principales partidos españoles.
Esta ley, que introduce orientaciones para favoreces un desarrollo económico más
sostenible, incluye tres referencias de impulso a la RSE. Por un lado, el artículo 27, sobre
principios de buen gobierno corporativo y adecuada gestión del riesgo en relación con las
remuneraciones de los directivos (obligando a una política de transparencia sobre
retribuciones a las empresas cotizadas, las entidades de crédito y las empresas de servicios
de inversión). El artículo 35, sobre la sostenibilidad en la gestión de las empresas públicas
(que obliga a adoptar prácticas de RSE y elaborar memorias de sostenibilidad a las
sociedades mercantiles estatales y a las entidades públicas empresariales). Y el artículo 39
sobre la promoción de la responsabilidad social de las empresas (que establece que las
sociedades anónimas de más de 1.000 trabajadores informen al CERSE sobre lo que hacen
en materia de RSE). La disposición final trigésima de esta Ley establece también que
reglamentariamente se desarrollarán las condiciones para la difusión de la información
37
Boletín Oficial del Estado (2011). Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible. Num. 55,
Sábado 5 de marzo de 2011
111
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Los objetivos en torno a los cuales se vertebran las 10 líneas de actuación son: (1)
Impulsar y promover la RSE, tanto en las empresas, incluidas las pymes, como en el resto
de organizaciones públicas y privadas. (2) Identificar y promover la RSE como atributo de
competitividad, de sostenibilidad y de cohesión social. (3) Difundir los valores de la RSE en
el conjunto de la sociedad. (4) Crear un marco de referencia común para todo el territorio
en materia de RSE.
Por su parte, las 10 líneas de actuación en las que se enmarcan las 60 medidas
concretas son: promoción de la RSE como elemento impulsor de organizaciones más
sostenibles; integración de la RSE en la educación, la formación y en la investigación; buen
gobierno y transparencia como instrumentos para el aumento de la confianza; gestión
responsable de los recursos humanos y fomento del empleo; inversión socialmente
responsable e I+D+i; relación con los proveedores; consumo responsable; respeto al
medio ambiente; cooperación al desarrollo; y coordinación y participación entre las
distintas administraciones públicas con objeto de promover los principios y criterios de la
RSE, así como fomentar el intercambio de experiencias con otros países y poner en
marcha, en el seno del CERSE, el Observatorio de la Responsabilidad Social de las
Empresas.
38
Diari Oficial de la Comunitat Valenciana, de 25 de noviembre de 2009, LEY 11/2009, de 20 de
noviembre, de la Generalitat, de Ciudadanía Corporativa
en línea en http://www.docv.gva.es/datos/2009/11/25/pdf/2009_13460.pdf
39
Comunidad Autónoma de Extremadura, BOE núm. 314, de 27 de diciembre de 2010, Ley 15/2010, de
9 de diciembre, de responsabilidad social empresarial en Extremadura
en línea en http://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2010-19852
112
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
Con esta última Estrategia España responde a las peticiones llegadas de la Unión
Europea en materia de RSE y traspone sus recomendaciones. No obstante, no se puede
decir que en estos últimos años haya habido un gran interés por parte de las
Administraciones, es especial la Estatal, por impulsar marcos regulatorios sobre
Responsabilidad Social, más allá de invitar a las empresas a mejorar su transparencia,
haciendo siempre hincapié, eso sí, en la voluntariedad de la RSE.
113
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Junto a todas estas iniciativas, elaboradas y promovidas desde los poderes públicos,
es preciso que hagamos mención a las principales aportaciones hechas en España desde el
ámbito de las entidades privadas, la mayoría de ellas entidades intermedias. Se trata de
organizaciones ubicadas entre el sector empresarial privado y las Administraciones públicas
que asumen el papel de facilitadotes del diálogo, mediante la elaboración de propuestas, el
intercambio de opiniones, la difusión de buenas prácticas, la investigación y difusión de
resultados, etc. Además de facilitar, como mediadores, la comunicación, también ejercen a
veces como grupos de presión, convirtiéndose en catalizadores de la actividad de los
sectores público y privado, tanto en la definición de la RSE como en la implementación de
ésta mediante políticas públicas o mediante la adopción de prácticas en el ámbito
empresarial. Mencionemos sólo algunas de las que más peso tienen en el contexto español.
40
www.fundacionentorno.org
41
www.aeca.es
42
www.foretica.es
114
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
una segunda versión en 2002, otra tercera en 2005 y ha sido actualizada de nuevo en 2008
bajo la denominación “SGE 21:2008”.
e) La Fundación Lealtad44 es una ONG creada en el año 2001 con la misión de lograr
un incremento de las donaciones a ONGs y del voluntariado de particulares y empresas.
Para ello la Fundación se dedica a evaluar la actividad de las ONGs (basándose en un
modelo de nueve principios de transparencia y buenas prácticas) y a proporcionar y hacer
pública esa información a través de su página web y mediante la publicación anual de una
“Guía de Transparencia y Buenas Prácticas de las ONG”. El objetivo es mejorar la
transparencia de las organizaciones y la confianza de los donantes. La Fundación también
publica guías relacionadas con diversos temas de solidaridad y es el referente en España de
la transparencia del Tercer Sector.
Parece ser, como apuntan muchos expertos, que hemos asistido en los últimos
tiempos a una cierta parálisis respecto a los avances que se habían venido dando en Europa
hasta el año 2007 en materia de RSE, tanto en el contexto nacional como en el
comunitario. La razón del estancamiento, además de la situación de crisis económica, no ha
sido otra que los recelos y las fricciones surgidas entre los partidarios de las medidas
regulatorias y los defensores de la voluntariedad de la RSE. Han venido existiendo, a este
respecto, diferencias notables entre países, pero posiciones bastante claras de los distintos
grupos de interés, siendo el sector empresarial el explícitamente partidario de una RSE
43
www.ecodes.org
44
www.fundacionlealtad.org
115
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
voluntaria y las organizaciones sindicales y civiles las que defienden una política de
normalización menos ligada al voluntarismo y más rigurosa en la fijación de unos mínimos
criterios y estándares de obligado cumplimiento.
Algunos analistas consideran que la RSE es ante todo un sistema de gestión y que los
sistemas de gestión se pueden implantar, pero no se pueden legislar. Esto presupone que ha
de ser la sociedad civil, mediante su respuesta en el mercado, la que refrende o sancione las
estrategias de RSE (o la ausencia de ellas) de las empresas.
El Banco Mundial ha tratado de superar esa visión simplificada de las relaciones entre
RSE y políticas públicas que, según la institución financiera, reduce las opciones a
disposición de los Gobiernos para impulsar sus políticas. El Banco Mundial46 planteó en
2005 la posible adopción, por parte del sector público, de cuatro roles en relación a la RSE:
obligar, facilitar, colaborar y promocionar. De estas cuatro posibilidades surge también una
45
José María Lozano afirma: “La gobernanza de nuestras sociedades complejas no será posible si no
convertimos la responsabilidad de los diversos actores en una conciencia de corresponsabilidad. Es en
este sentido que es preciso reconocer la dimensión política del desarrollo de la RSE, porque la pregunta
sobre la RSE y sobre el papel que desempeña la empresa en la sociedad no apunta a que las empresas
dejen de serlo o asuman funciones que no les corresponden (e incluso para las que no están
legitimadas). A lo que apunta simplemente es a que sean plena y totalmente empresas, empresas del
siglo XXI”.
“Manual de la Empresa Responsable. Políticas Publicas para impulsar la responsabilidad social de la
empresa”, Biblioteca Empresarial Cinco Días, 2005, p.8
46
“Manual de la Empresa Responsable. Políticas Publicas para impulsar la responsabilidad social de la
empresa”, Biblioteca Empresarial Cinco Días, 2005, p.12-18
116
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
variada tipología de iniciativas, en función de los distintos roles. El siguiente cuadro recoge
este planteamiento.
47
Lozano, J. M., Albareda, M., Ysa, T., Roscher, H. y Marcuccio, M. (2005). Los Gobiernos y la
responsabilidad social de las empresas, Barcelona, Granica
117
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
118
Capítulo 3.- El marco normativo de la RSE
Como vemos, es notable el peso que tienen la tradición y la cultura social y política
de cada país en la adopción de una estrategia propia y distinta de RSE. En el caso de
España, lo más representativo y relevante es el papel que están teniendo las organizaciones
intermedias, como motores del diálogo y de la definición del nuevo marco de relaciones.
Aunque lo preocupante puede ser, sin duda, esa falta de cultura social de
corresponsabilidad, que es propia del enfoque empresarial en otros países, y que en España
puede llegar a ser la principal debilidad del compromiso empresarial ante situaciones de
crisis económica como la que estamos viviendo en los últimos años.
No obstante las diferentes aproximaciones por países, lo que parece común en todos
ellos es la intención de adoptar un enfoque global de la RSE, así como la consideración, como
referentes irrenunciables, de los marcos internacionales propuestos por organismos como
la ONU, la OCDE o la OIT, lo cual promete una visión general y de futuro coincidente, al
menos sobre el papel.
119
120
CAPÍTULO 4.- HERRAMIENTAS DE GESTIÓN DE LA RSE
Una vez que hemos definido el ámbito y el alcance de la RSE, sus elementos
estructurales y el marco regulatorio e institucional en el que ésta se inscribe, es
imprescindible que dediquemos un capítulo a analizar las distintas metodologías y
herramientas mediante las que es posible “implementar” la RSE en las organizaciones.
Creemos que se podría plantear un análisis de cada una de las herramientas de RSE
en función de esta triple dimensión, tratando de desmenuzar el contenido, los procedi-
mientos y las finalidades implícitas y propias de cada herramienta. Pero tal análisis
desbordaría los límites del espacio aquí disponible y de los objetivos que inicialmente nos
planteamos en este trabajo. Por lo que nos ceñiremos a una presentación sintética de los
principales instrumentos de RSE que hoy están a nuestra disposición, y a un análisis
genérico e introductorio sobre las herramientas de RSE más importantes.
123
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
responsabilidad social de las empresas: una contribución empresarial al desarrollo sostenible”1. El capítulo
quinto de la Comunicación señala la necesidad de promover la convergencia y la
transparencia de las prácticas empresariales en cinco ámbitos:
Códigos de conducta
Normas de Gestión
Medición, elaboración de Informes y valoración
Etiquetas
Inversión Socialmente Responsable (ISR)
Existe, como es evidente, una equivalencia entre esos ámbitos y las herramientas de
RSE que son propias de cada uno, por lo que podemos considerar a esta clasificación
propuesta por la Comisión como la primera “tipología oficial” de herramientas de RSE que
se elabora en el contexto europeo.
Y un año más tarde, de nuevo la Comisión Europea elabora sobre el mismo tema un
nuevo documento, mucho más extenso y detallado, que pretende ser una guía informativa
sobre los rasgos característicos y sobre algunas cuestiones de debate propias de cada
herramienta. El documento, publicado en 2004, se titula “ABC of the main instruments of
Corporate Social Responsibility”3, y propone una clasificación de cinco tipos de instrumentos
contenidos en tres categorías. Las tres categorías se refieren a los tres ámbitos (el de la
Gestión, el del Consumo y el de la Inversión) en los que es posible llevar a cabo distintas
prácticas de RSE:
Los cinco tipos de herramientas propuestos en este documento son los mismos que
los propuestos en la Comunicación del año 2002. Lo que añaden las tres categorías nuevas
1
documento en línea en www.ec.europa.eu/employment_social/soc-dial/csr/index.htm
2
documento en línea en www.ec.europa.eu/employment_social/soc-dial/csr/mapping_final.pdf
3
documento en línea en www.ec.europa.eu/employment_social/soc-dial/csr/csr_abc.pdf
124
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
es una mejor clarificación respecto al área de acción y, por tanto, respecto a los actores
implicados en las prácticas de RSE: los directivos en el caso del management, los
consumidores en relación al área de consumption y los inversores en el ámbito de investment.
En cuanto a los autores españoles, Pedro Francés4 propone una lista de cinco tipos
de instrumentos. El autor construye esta tipología desde la perspectiva de cuáles son
aquellas herramientas de las que se puede servir la empresa para, partiendo de sus valores
corporativos, responder a las expectativas sociales:
El orden de esta tipología expresa en cierto modo una gradación lógica en cuanto al
tipo de compromiso de la empresa y la asunción de prácticas de RSE, que implican una
metodología cada vez más compleja, siendo la declaración corporativa la que supone una
implicación menor, y los sistemas armonizados de gestión o los informes sociales los que
exigen de la aplicación de metodologías complejas. Esta gradación señala de algún modo el
proceso que suele seguir la empresa desde que comienza a mostrar interés por la RSE hasta
que introduce sistemas de implementación estables, tal y como se deduce de la columna de
“objetivos” de la siguiente tabla:
Por su parte, Fernando Casado5, contemplando todas las herramientas de RSE que se
han venido desarrollando, y considerando cuestiones como su representatividad, su
difusión y uso y la disponibilidad de análisis comparativos entre ellas, propone una
clasificación con instrumentos de cuatro tipos:
4
Francés Gómez, P. (2004). op.cit.
5
Casado Cañete, F. (2006). op.cit.
125
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Global Compact
Guías de códigos de conducta o principios éticos OCDE Guidelines
Principios Sullivan
Códigos de - Código Ético Muy utilizada Coste reducido Difícil control Muy escaso
de “Unión Fácil de
Conducta de Mutuas” implantación cumplimiento
Flexibilidad efectivo
6
Fuentes García, T. Véroz Herradón, R. Saco de Larriva, F. (2006). La responsabilidad social
corporativa en la gestión de recursos humanos, en VVAA, “Mitos y Realidades de la Responsabilidad
Social Corporativa en España”, Thomson-Cívitas, Navarra, pp.136-178
126
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
Lo cierto es que, como explicaremos un poco más adelante, el modelo AA1000 es las
tres cosas a la vez: aunque AA1000 no es una norma certificable en un sentido estricto, sí
es un modelo de gestión lo suficientemente riguroso y complejo como para poder asegurar
que las empresas que lo implantan ofrecen suficientes garantías sobre su gestión social y
contable; por otro lado, uno de los apartados de AA1000 se ocupa en particular de la
elaboración de “informes sociales”; y, finalmente, lo que mejor define a esta herramienta es
que constituye un sistema de integración de principios y procesos, por lo que deberíamos
considerarla, ante todo, como una “herramienta de proceso”.
y que en otra categoría se sitúen (unas veces juntos y otras por separado) los “índices
bursátiles” sostenibles o responsables (ISR) y los “ranking de empresas” con buenas
prácticas.
Estas son las cuatro categorías más fácilmente diferenciables y que más se repiten en
las tipologías habituales. No obstante, como apuntábamos al principio, dependiendo de
cuál sea el criterio clasificatorio que utilicemos podremos encontrar notables variaciones en
el modo como se agrupan las herramientas y en la ubicación final de cada una de ellas.
7
Pérez Domínguez, F. (2006). Instrumentos de la RSE. Criterios de Clasificación, “Observatorio sobre
Responsabilidad Social de la Empresa y Relaciones Laborales, Área de Derecho del Trabajo y
Seguridad Social, Universidad de Huelva.
Artículo publicado en la página web de la Consejería de Trabajo y Asuntos Sociales de la Junta de
Andalucía: www.juntadeandalucia.es/empleo/carl/observatorio
127
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
B. El ámbito (agentes o espacios) sobre el que cada herramienta proyecta la RSE: ésta
puede proyectarse hacia dentro o hacia fuera de la empresa y sobre diversos agentes o
ámbitos de actividad. Conforme a este criterio Fernando Pérez reproduce la
clasificación de herramientas propuesta en 2004 por la Comisión Europea en el
“ABC of the main instruments of corporate social responsibility”, organizándolas en tres
ámbitos: el de la gestión, el del consumo y el de la inversión.
CRITERIO 1:
Según la perspectiva de la Organización y Gestión de la empresa
3. Instrumentos de - EFQM
autoevaluación - Premio Malcom Balbridge (USA)
o desempeño - Premio Deming
128
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
CRITERIO 2:
Según el ámbito de RSE en el que cada herramienta incide:
129
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
CRITERIO 3:
Según la dinámica y puesta en práctica de cada herramienta:
Queda clara en estas tablas la amplia diversidad de herramientas de RSE que existe en
estos momentos. No resulta fácil, por tanto, establecer una clasificación lo suficiente-mente
clara y operativa. Tal vez el criterio de comprensión más completo sea el segundo, ya que
agrupa las herramientas por su función y su ámbito de acción. Pero creemos que el tercero
de los criterios, al considerar la especificidad de cada herramienta, consigue establecer entre
unas y otras, tanto similitudes como diferencias más claras, lo que posibilita un análisis
funcional más preciso de cada una de las categorías.
Esta es la razón por la que vamos a utilizar esta tercera categorización para
aproximarnos con más detalle, en las páginas siguientes, a algunas de las herramientas
mejor valoradas y más utilizadas por las empresas.
En esta categoría incluimos tanto a las “declaraciones de principios” como a los “códigos de
conducta” propiamente dichos. Las primeras suelen consistir en una expresión de valores y
principios generales, casi siempre vinculados a la historia y las prácticas propias de cada
organización, en un contexto social concreto y en consonancia con la actividad productiva
de la organización. Suelen identificarse con la “visión, misión y valores” de la empresa y
son la expresión de la identidad corporativa.
130
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
Por su parte, los códigos de conducta, también denominados “códigos éticos” o “códigos
de buenas prácticas”, suelen ir un poco más allá de la mera declaración de valores. Por lo
general surgen impulsados desde la dirección y aspiran a convertirse en un conjunto de
normas cuyo fin es orientar la acción, tanto de los trabajadores (dentro) como de la propia
empresa (hacia fuera).
Además, hay otra función fundamental de los códigos éticos, que es hacerse visibles
en el espacio público, de manera que sirvan para expresar públicamente los valores
(imagen) con los que la organización quiere ser identificada. Por lo tanto, esta herramienta
permite a la empresa establecer un marco regulatorio de las relaciones (internas y externas)
de la organización y, al mismo tiempo, mejorar la reputación y la imagen social de la
compañía.
131
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Fuente: Comisión Europea, “ABC of the main instruments for CSR” (2004)
132
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
De todos estos marcos sin duda el más vinculado a la RSE es, desde el año 2000, el
Global Compact de Naciones Unidas. Junto al Libro Verde (2001) de la UE, constituye
probablemente el acontecimiento más relevante en los inicios de este nuevo modo de
orientar el mercado. Para Kofi Annan la posibilidad de unir el poder de los mercados con la
autoridad de los ideales universales era una cuestión de elección, no de fatalismo
insuperable. El Pacto Mundial ha supuesto, como declaraba Adela Cortina, “el comienzo
de una nueva era en la que hay unos nuevos protagonistas del cambio social, que son las
empresas, los ciudadanos y las organizaciones cívicas”8.
El Global Compact es una lista de nueve principios (que en 2004 incluyó un décimo
referido a la lucha contra la corrupción), presentados en 1999 por el entonces Secretario
General de la ONU, Kofi Annan, ante el “Foro Económico Mundial” en Davos.
- Anticorrupción 10. Las empresas deben trabajar contra la corrupción en todas sus
formas, incluidas la extorsión y el soborno
8
Cortina, A. (2006). La responsabilidad social corporativa y la ética empresarial, en VVAA, “Mitos y
Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa en España”, Thomson-Cívitas, Navarra, pp.109-
120
133
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
El Pacto Mundial cuenta con una sede central en Nueva York y más de 40 subsedes
nacionales en todo el mundo. Y para promover los diez principios, ha creado una serie de
mecanismos (un “Forum de Aprendizaje”, distintos “Foros de diálogo”, “Alianzas
Estratégicas” con grupos no empresariales, y “Redes y Plataformas Locales”), que están en
constante actividad. Actualmente existen unos 12.000 participantes (entre empresas y
organizaciones no empresariales10) adscritos al Pacto Mundial en 145 países. La
“Asociación Española del Pacto Mundial” (ASEPAM)11 funciona desde noviembre de 2004
y España cuenta en estos momentos con unos 1740 participantes adscritos (entre empresas
y organizaciones).
Además del Global Compact existen muchos otros modelos de códigos o guías de
buenas prácticas a las que las empresas se pueden incorporar y en las que se pueden
inspirar para elaborar su propio código de conducta. Las más valoradas y utilizadas son las
“Directrices de la OCDE para el buen gobierno de las empresas multinaciona-les”12, las distintas
“Convenciones de la OIT”13, los “Principios Ecuador” del Banco Mundial14 o los “Principios
Sullivan”15 en los EEUU.
9
www.unglobalcompact.org
10
cifras de septiembre de 2014
11
www.pactomundial.org
12
www.oecd.org/dataoecd/21/20/16975360.pdf
13
www.ilo.org/.../Legalinstruments/ILOConventionsandRecommendationsonChildLabour
14
www.bancomundial.org y www.ifc.org/equatorprinciples o www.equator-principles.com
15
www.globalsullivanprinciples.org/principles
16
www.fundacionentorno.org/programas/index.asp?cid=133&mode=default
17
www.cartadelatierra.org
18
www.europa.eu.int/eur-lex/es/com/gpr/2001/com2001_0366es01.pdf
19
Fundación Ecología y Desarrollo (2004). Anuario sobre Responsabilidad Social Corporativa en
España 2003, p.54, documento en línea en www.ecodes.org/pages/areas/rsc/publicaciones_index.asp
134
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
135
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
En la última década se han ido desarrollando los nuevos estándares con una
orientación hacia la “gestión integral” de la organización: EMAS en 1995, ISO14000 en
1996, SA8000 en 1998, OHSAS18000 en 1999, SGE21 en 2000, AA1000 en 2003,
ISO26000 en 2010, e ISO 14006 en 2011.
Los organismos normalizadores de los que surgen todos estos estándares son tanto
entidades públicas (EMAS nace por iniciativa de la Unión Europea), como asociaciones
empresariales (EFQM, ISO o OHSAS) y organizaciones sin ánimo de lucro (caso de
SA8000, SGE21 o AA1000).
Sin embargo, la complejidad de la mayoría de los sistemas implica unos altos costes
de implantación y certificación, así como un cambio integral en la estructura organizativa,
en los procesos y, lógicamente, en la cultura empresarial. Estos costes explican que las
normas certificables no hayan alcanzado el grado de implantación que sería deseable en las
empresas y que, de momento, sean sólo las grandes empresas las que estén incorporando
estos sistemas. En el contexto empresarial español, el nivel de implantación de este tipo de
estándares es muy aún muy bajo (salvo GRI).
136
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
nacional y estándares sectoriales. Estas que aparecen en la tabla son las iniciativas más
representativas propuestas por la Comisión:
Fuente: Comisión Europea, “ABC of the main instruments for CSR” (2004)
De todos estos estándares, los que guardan una relación más directa con la RSE son
sin duda la Norma SA8000 de recursos humanos, el modelo de procesos AA1000, la norma
OHSAS18000 de seguridad y salud laboral y la norma española SGE21 de gestión ética.
Además de la ISO 26000.
Por otro lado, la norma OHSAS18000 (“Ocupational Safety and Health Administrations
18000”) se ocupa exclusivamente de cuestiones de salud y prevención de riesgos laborales.
Por todo esto, a continuación, vamos a centrar nuestro análisis en las normas SA8000,
SGE21, e ISO26000 (que, insistimos, no es una norma certificable).
SA 8000
La “Social Accountability 8000” es una norma creada en 1998 por la SAI (Social
Accountability International)20, una ONG norteamericana, con el objetivo de mejorar las
20
www.sa-intl.org
137
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Desde un punto de vista técnico, la norma contiene cuatro capítulos. Los tres
primeros se ocupan de definir la panorámica general del modelo, los elementos normativos
y su interpretación y la definición de los términos clave usados en la norma. El cuarto
contiene los nueve aspectos específicos de gestión a los que se dirige la norma. Estos nueve
aspectos se pueden agrupar en tres categorías, tal como muestra la siguiente tabla:
Norma SA 8000
Muchos autores señalan las ventajas de la implantación de esta norma, tanto para los
trabajadores como para las empresas. Fernando J. Fuentes21 indica cómo la norma beneficia
a los trabajadores de los países emergentes, que ven mejoradas sus condiciones laborales y
de remuneración y dignificada su situación. Pero también beneficia a los trabajadores de los
países del primer mundo, pues la progresiva incorporación de la norma establecerá una
merma en los atractivos de los procesos de deslocalización empresarial.
Por otro lado, las empresas también obtienen ventajas a cuatro niveles: a) reducción
de la competencia desleal basada en las condiciones laborales; b) mejora de la capacidad
21
Fuentes, F.J. (2006). op.cit. p.165
138
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
Como también apunta Fernando Casado22, los estudios han demostrado que más de
la mitad de las empresas certificadas han obtenido una mejora en indicadores como:
incremento de las ventas, reducción de días perdidos, menor rotación laboral, mayor
productividad, y creación de productos y servicios de mayor calidad.
Es estándar SA8000 puede ser implantado por cualquier empresa de cualquier sector
productivo, y es compatible con otros instrumentos de RSE. La norma SA8000 es el
instrumento de referencia en el apartado específico de buenas prácticas en la gestión de
RRHH, y está considerado como uno de los instrumentos más completos de cumplimiento
de la RSE. Su mayor garantía proviene de sus mecanismos externos de verificación y, tal
vez, su aportación más importante es la extensión que hace de las buenas prácticas a toda la
cadena de proveedores.
La norma se revisa cada cinco años para ser adaptada a las circunstancias de las
empresas y el mercado, y seguir asegurando así su relevancia. La versión actual,
denominada “SA 8000 Standard 2008” se va a seguir utilizando hasta finales de 2014.
Porque en enero de 2015 entra en vigor la nueva versión “SA 8000 Standard 2014” a la que
las empresas certificadas se tendrán que ir adaptando desde ese momento.
SGE 21
Es una norma que constituye el primer “Sistema de Gestión Ética y Socialmente
Responsable” español, y europeo, que permite obtener una certificación de RSE.
El “Sistema de Gestión Ética 21” es un documento marco que desarrolla los criterios
que permiten implantar, evaluar y certificar el alineamiento entre los valores de la empresa y
su gestión socialmente responsable. Es una norma desarrollada por el “Foro para la
Evaluación de la Gestión Ética” (FORÉTICA) en el año 2000, que ha tenido una segunda
versión en el año 2002, una tercera en 2005, y una nueva actualización en 2008, adquiriendo
la denominación “SGE 21:2008”. Para la implantación y desarrollo en la empresa de esta
norma de gestión ética se describen tres momentos:
22
Casado Cañete, F. (2006). op.cit. p.74
23
Datos tomados en agosto de 2014 de www.sa-intl.org
139
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
140
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
revisado anualmente mediante auditorías de segui-miento y, cada tres años, mediante una
auditoría completa.
SGE21 es una norma que sirve para organizaciones de cualquier sector y de cualquier
tamaño y ofrece una flexibilidad de adaptación bastante interesante, pues puede ser
implantada en toda la organización o bien de manera escalada por niveles o áreas de
gestión, o incluso por centros de trabajo. Además, es un sistema compatible con las normas
ISO9000/14000 y ayuda, por los flujos y registros de información que genera, a la
realización de informes de triple balance o memorias de sostenibilidad.
En los últimos años SGE21 se ha ido consolidando entre las empresas españolas
como una metodología de gestión adecuada para generar buenas prácticas, confianza y
transparencia. En la actualidad24 el número de compañías adheridas a la norma es de más
de 100, en doce comunidades autónomas (muchas de ellas actúan de ámbito europeo e
internacional). Se pueden consultar en la web de Forética.
ISO 26000
Tras casi diez años de trabajo, “Internacional Organization for Standardization”
(ISO) aprobó en noviembre de 2010 la ISO26000 bajo el título “Guía de
Responsabilidad Social”. Se trata de una norma voluntaria y, a diferencia de las demás
normas ISO, no certificable. Esto significa que considera a la RSE como una opción
voluntaria para las empresas. La norma es un modelo basado más en orientaciones y
recomendaciones que en requisitos específicos. La idea era que ISO26000 aportara un
corpus de conceptos, definiciones y métodos de evaluación que ayuden a las empresas (sin
limitar su creatividad y su desarrollo) a implantar buenas prácticas de RSE. Se quería
elaborar un documento guía, escrito en un lenguaje simple, que fuese entendible y utilizable
por no-especialistas, y no un documento de especificación previsto para certificaciones de
terceras partes.
El valor de la ISO 26000 es haber logrado por primera vez un consenso global en
torno a la RS, logrando sintetizar una gran diversidad de criterios en una sola norma
internacional, coherente y al alcance de todos. Las dos cuestiones centrales que aclaran son:
qué principios, materias fundamentales y asuntos de RS deberían ser tenidos en cuenta por
cualquier organización; y qué debería hacer dicha organización para poner en práctica la
RS.
ISO 26000 está estructurada en una introducción, siete capítulos y dos anexos:
24
Datos tomados en agosto de 2014 de www.foretica.es
141
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Como se puede ver en la Tabla, ISO 26000 contempla siete principios (capítulo 4) y
siete materias (capítulo 6) sobre las que versa al Responsabilidad Social de cualquier
empresa u organización. Pero quizá la parte más interesante de la ISO 26000 está en el
capítulo 7, donde ofrece una serie de pautas sobre cómo poner en práctica la RS en la
organización. Aquí la Guía indica que, en general, las organizaciones podrán aprovechar sus
propias infraestructuras, políticas y redes a la hora de poner en práctica un comportamiento
socialmente responsable, aunque es posible que deban considerar otros factores y/o
enfoques. Unos de los conceptos novedosos es el de “debida diligencia” para referirse a la
necesidad de que la empresa identifique sus impactos negativos y adopte medidas concretas
para mitigarlos, lo cual también incluye influir, en la medida de lo posible, sobre otras
organizaciones, para que adopten una conducta socialmente responsable.
A partir del concepto de debida diligencia, sugiere una metodología para el análisis de
los problemas, pasando por el diagnóstico, el diseño de planes de acción, la
implementación y la comunicación, hasta la revisión y la mejora continua. Y en el anexo A
de la norma se recogen algunas de las herramientas e iniciativas de referencia en materia de
RSE, que son propuestas para su uso, entre las que están GRI, SA 8000 o SGE 21.
142
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
La RSE no sólo es algo que se debe gestionar, sino que también es algo que se debe
demostrar. Esta es la función esencial de los “informes sociales”, mostrar a los grupos de
interés el compromiso de la empresa y los progresos de ésta en la implementación de la
responsabilidad social. Además, los informes sociales, en la medida en que se elaboran
siguiendo guías y modelos normalizados, sirven también para establecer comparaciones y
recompensar a las empresas que demuestran su eficacia.
De todos modos, lo más razonable es pensar que ninguna empresa que asuma el
compromiso de informar sobre sus actividades y sobre sus progresos en términos de RSE
vaya a poner en riesgo su imagen y su reputación generando información no veraz. Por
otro lado, la garantía que en este sentido pueden ofrecer los instrumentos de reporting viene
dada por el grado de aceptación con el que éstos cuenten, tanto en el ámbito empresarial
como entre los stakeholders.
Las principales razones por las que las empresas están interesadas en elaborar y
difundir informes sociales tienen que ver, como es lógico, con la obtención de diversos
beneficios derivados de la mejora de la imagen pública y la reputación de la marca. Estas
serían las razones esenciales, según apunta José M. Moneva26:
26
Moneva Abadía, J.M. (2006). La Responsabilidad Social Corporativa y las Memorias de
Sostenibilidad, en VVAA, “Mitos y Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa en España”,
Thomson-Cívitas, Navarra, pp. 237-253
144
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
función de cuál es la fuente originaria de la que proceden. Estas de la tabla son las
iniciativas más representativas propuestas por la Comisión:
Fuente: Comisión Europea, “ABC of the main instruments for CSR” (2004)
El “Global Reporting Initiative” (GRI), que comenzó siendo en 1997 una iniciativa
multistakeholder fundada por la Ong norteamericana CERES y por el PNUMA, es desde el
año 2002 una entidad independiente con sede en Ámsterdam. Desde su fundación viene
trabajando por la mejora de la calidad, el rigor y la utilidad de las Memorias de Sostenibilidad, y
hasta la fecha ha editado cuatro versiones (2000, 2002, 2006 y 2013) de su “Guía para la
elaboración de Memorias de Sostenibilidad”, que se ha convertido en el estándar de balance de
gestión y de reporting más utilizado en todo el mundo. La última versión (G4) no será de
obligado cumplimiento para las empresas que vienen usando las versiones anteriores hasta
el año 2016.
La versión vigente, por tanto, hasta esa fecha es la tercera, conocida como G3, en
referencia al proceso de tercera generación de normas. Ésta introdujo algunas novedades
importantes respecto a la versión de 2002 (G2), aunque ha seguido conservando sus
elementos estructurales.
Perfil
3. Parámetros de la memoria
Contenidos Básicos
Indicadores de desempeño
( 30 ) 17 centrales y 13 adicionales
ambiental:
Prácticas laborales y trabajo digno: ( 14 ) 9 centrales y 5 adicionales
Esta Guía pretende ayudar a las empresas a elaborar sus memorias de sostenibilidad, para
lo cual propone comenzar definiendo con claridad dos aspectos:
a) Los principios de información: es decir, aquellos principios que deben garantizar la calidad
y verificabilidad de la información que la empresa aporta en su memoria de
sostenibilidad.
b) La estructura de contenidos que debe tener la memoria: es decir, el orden y la forma, así
como el tipo, de los contenidos (indicadores) que la empresa debe incluir como
información dentro de la memoria.
146
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
Junto a los principios, la Guía aporta (también en la “PARTE 1”) una serie de
orientaciones que permiten determinar los asuntos e indicadores sobre los que se debe
informar, así como el conjunto de organizaciones (relacionadas con la empresa informante)
que deben estar también incluidas en la memoria (por ejemplo, los proveedores).
Los indicadores de desempeño económico son aquellos que reflejan los impactos que una
organización causa en las circunstancias económicas de sus stakeholders, así como en
los sistemas económicos locales, nacionales y mundiales.
Los indicadores de desempeño social son aquellos que reflejan los impactos que la
organización origina en los sistemas sociales con los que interactúa: en las
condiciones laborales, en lo relacionado con los derechos humanos, en determinados
aspectos sociales (comunidad, política pública, corrupción) y en los clientes a través
de sus productos.
147
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Por otro lado, en cada una de esas seis dimensiones (económica, ambiental,
sociolaboral, de derechos humanos, de sociedad y de responsabilidad de producto) la Guía
distingue entre dos tipos distintos de indicadores:
a) Los indicadores principales: son aquellos indicadores que resultan relevantes para la
mayoría de las organizaciones y para la mayoría de los grupos de interés. Son los
indicadores que deberían aparecer necesariamente en toda memoria.
b) Los indicadores adicionales: son aquellos indicadores que pueden ser relevantes para
algunos grupos de interés en particular. Por lo que deben aparecer en la memoria si la
organización los considera oportunos o significativos.
La Guía del GRI ha venido evolucionando desde su primera versión. Hasta ahora, a
pesar del nivel de concreción en los indicadores propuestos, el GRI permitía un alto grado
de flexibilidad a las organizaciones a la hora de presentar sus memorias, tanto en lo formal
como en el alcance de los contenidos presentados.
148
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
Sin embargo, la versión 3.0 de la Guía (G3) establece requisitos nuevos relativos a la
calidad de la información de las memorias, en virtud de los cuales hay un nuevo sistema de
reconocimientos y clasificación para las organizaciones.
Por un lado, con el fin de mejorar la integridad y la credibilidad de las memorias, GRI
recomienda que éstas se sometan a procesos de verificación por parte de agentes externos a
la organización. Además, la Guía G3 establece que las organizaciones deben informar sobre
el método seguido para la verificación externa y sobre la relación que existe entre la
organización informante y el proveedor de la verificación.
Por otro lado, con el fin de motivar a las organizaciones para que mejoren el rigor y
la calidad de las memorias, GRI formuló en 2006 entre sus objetivos el de diferenciar
cuatro tipos de organizaciones informantes (A, B, C y +), en función de cual fuese el
verdadero nivel de calidad de sus memorias: starter (principiante), baseline (básica), progressing
(avanzada) y leading (líder). Se suponía que esto iba a producir un interés mayor en las
empresas por hacer buenas memorias.
Por otro lado, la importancia que se está dando en los últimos años al diseño y la
difusión de modelos adaptados a las peculiaridades de los diferentes sectores económicos,
ha motivado el interés del GRI por diseñar, editar y difundir suplementos sectoriales,
complementarios a la Guía para la elaboración de memorias de sostenibilidad.
149
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
En resumen, esta versión G4 añade una revisión del análisis de materialidad y del
alcance de impactos, e incorpora una visión de negocio a lo largo de la cadena de valor
(incluyendo a proveedores, consumidores y grupos de interés).
En la actualidad hay registradas en la base de datos del GRI unas 6.500 compañías de
todo el mundo, de las cuales 440 son españolas, lo que convierte a España en uno de los
primeros países en número de organizaciones que informan siguiendo las directrices del
GRI 27.
AA 1000
“Accountability 1000” (AA1000) es una sistema de aseguramiento creado en el año 1999
por la consultora británica ISEA (Institute for Social and Ethical Accountability), hoy
conocida como “AccountAbility”. Se trata de una norma de proceso cuya finalidad es
garantizar que la empresa integra a sus interlocutores en un proceso que tiene un doble
27
datos tomados en agosto de 2014 de www.globalreporting.org y de http://database.globalreporting.org/search
150
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
Al tratarse de una norma de proceso, AA1000 puede combinarse con otras normas o
aplicarse como norma independiente. En la actualidad es una de las normas más
reconocidas a nivel internacional, y el ISEA ha elaborado hasta la fecha tres normas.
AA1000 es, en realidad, una familia que contiene, además del Marco de AccountAbility
(publicado en 1999) que establece los principios de rendición de cuentas para el desarrollo
sostenible, tres normas que han ido apareciendo en los últimos años:
Cuando decimos que AA1000 es ante todo una norma de procedimiento es porque el
modelo permite especificar los “procesos” que debe llevar a cabo una organización para
responder por sus acciones. En este sentido AA1000 es una metodología de gestión de la
responsabilidad orientada a garantizar la calidad de las rendiciones de cuentas, las
evaluaciones y la divulgación sobre aspectos sociales y éticos de la gestión empresarial.
Pero no es una norma que establezca cuáles han de ser los niveles de desempeño que
la empresa debe alcanzar en los indicadores sociales, ambientales y económicos. Es una
norma que busca implantar procesos de transparencia mediante la integración de los agentes de
interés y el ofrecimiento de garantías de contabilidad y gestión social.
Es decir, AA1000 no prescribe sobre qué se debe informar, sino que sugiere una
manera concreta de cómo hacerlo. Para ello parte, en primer lugar, de dos premisas
fundamentales: el principio de inclusividad, que supone la integración de los stakeholder,
y el principio de transparencia, que implica el deber de rendir cuentas ante aquellos que
tienen algún interés legítimo en la organización. Y, en segundo lugar, establece un conjunto
de principios y de procesos más concretos sobre los que ha de implementarse el
comportamiento socialmente responsable de la empresa (tratando de integrar a la vez la
gestión, la auditoría y la comunicación de la RSE).
152
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
Como se ve, AA1000 ofrece una metodología sólida para fortalecer las relaciones
entre la empresa y los stakeholders, y provee a la empresa de un marco de trabajo que la
ayuda a comprender e implementar su política de RSE y los procesos de rendición de
cuentas. Al mismo tiempo, permite que los informes sociales puedan ser validados por
agentes externos a la organización, y que los grupos de interés puedan juzgar las memorias
y aportar respuestas para su mejora.
Por otro lado, se trata de un estándar compatible con otras normas, como la SA8000
o los principios del Pacto Mundial. Pero contiene dos debilidades importantes: su
extremada complejidad técnica (lo que hace que su aplicación práctica exija de un gran
esfuerzo a la organización); y el hecho de que no sea una norma certificable (lo que hace
que el sistema asiente su funcionamiento sólo sobre la confianza mutua entre los agentes,
careciendo de mecanismos para aportar soluciones viables cuando surge algún tipo de
conflicto entre la empresa y los stakeholders).
Para terminar este apartado sobre los Informes Sociales y, a modo de síntesis,
podemos decir que en general los problemas que plantean los actuales instrumentos de
accountability y reporting tienen que ver con tres cuestiones clave, que ya hemos venido
explicado:
153
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
La solución a estos problemas, como apuntan algunos autores, parece pasar por
adoptar la verificación como estándar y no como simple opción. Se trataría de ir pasando de
la mera “validación” (que sólo confirma que la información elaborada se adecúa a los
indicadores propuestos por las Guías de directrices, pero no entra a valorar la veracidad de
los contenidos) hacia los sistemas de certificación y aseguramiento (assurance), que al menos
desarrollan criterios claros para la verificación de los informes.
En los últimos años uno de los principales factores de impulso de la RSE en las
empresas han sido las decisiones de muchos agentes inversores (privados o institucionales)
que han decidido colocar su dinero en los mercados financieros, no sólo buscando alcanzar
una legítima rentabilidad económica, sino también contribuir a la consecución de objetivos
sociales o ambientales, apoyando a aquellas empresas que mejores prácticas de RSE han
demostrado. Este tipo de inversión, orientada por criterios de mejora social, es lo que se
conoce como Inversión Socialmente Responsable (ISR).
Podríamos definir la ISR como aquella práctica de responsabilidad social que consiste
en la adopción, por parte de los agentes inversores, de decisiones de inversión que no sólo
buscan la rentabilidad económica sino que también tienen en cuenta la rentabilidad social o
28
Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa (2005, agosto). La Responsabilidad Social
Corporativa en las Memorias Anuales de las empresas del IBEX 35”, Fundación Economistas sin
Fronteras, en www.observatoriorsc.org/memoria/Informe_Memorias_2005_IBEX_Completo.pdf
154
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
ambiental de dicha inversión. En la ISR se conjugan, por tanto, criterios financieros con
factores extrafinancieros, la búsqueda de rentabilidad con algunos valores culturales que
están conectados con las nuevas preocupaciones y expectativas de los ciudadanos. Existe,
de este modo, una cierta carga ideológica en las decisiones de ISR, que considera posible
compatibilizar el beneficio con los principios, la rentabilidad con la sostenibilidad.
a) Los instrumentos de ISR ligados a los mercados financieros: son aquellos que se adquieren en
el mercado de valores. Son los productos de ISR más desarrollados y conocidos,
especialmente en el contexto anglosajón (EEUU y UK) y se concretan en tres
productos básicos: los Fondos de inversión éticos o socialmente responsables, los
Fondos de pensiones y los Bonos éticos o solidarios.
b) Los instrumentos crediticios o de ahorro con criterios de RSE: se trata de productos que
permiten ligar a ahorradores o inversores con pequeños proyectos empresariales
liderados por personas sin recursos que no tienen acceso a la banca tradicional. En
esta categoría de productos estarían los microcréditos y los depósitos de ahorro ético.
c) Otros instrumentos de ISR: aquí habría un conjunto de fórmulas más complejas de ISR
que permiten la canalización socialmente responsable del ahorro y la inversión, como
la Bánca Ética, las Cooperativas de Crédito o los nuevos Fondos de Capital Riesgo
Social.
De todos ellos, los productos vinculados a los mercados de valores son los más
conocidos y utilizados. En países como EEUU o Reino Unido, con una gran tradición
ciudadana de inversión en bolsa, los fondos de ISR suponían en 2009 más del 10% del
volumen total de activos en el mercado, frente a una media del 2% en Europa. España se
encuentra en la cola europea en cuando a inversión en este tipo de productos, con un
porcentaje inferior al 1% del total de los activos bursátiles. En general, hay un crecimiento
de la ISR a nivel mundial: según un informe de la GSIA29 de 2012, en Europa ésta ha
crecido un 71% desde 2009 y en EEUU un 22%.
Por su parte, los microcréditos son una fórmula muy conocida en muchos países del
tercer mundo y que ha empezado a crecer en Europa y en España (impulsada
fundamentalmente por las Cajas de Ahorro). Y en cuanto a la Banca Ética, el caso más
representativo es el del banco holandés “Triodos Bank”, que en 2007 abrió sus primeras
oficinas en España, y cuya política de inversión se dirige exclusivamente a empresas y
organizaciones con objetivos sociales, medioambientales y culturales, en sectores como las
energías renovables, la agricultura ecológica, la bio-construcción, el turismo sostenible,
iniciativas de integración social, etc.
29
La “Global Sustainable Investment Alliance” (GSIA) agrupa los diferentes foros de inversión social en
el mundo: Regionales: Eurosif (Europa), AISRA (Asia), AFRICA SIF, y de países: US SIF (Estados
Unidos), UK SIF (Reino Unido), Canadian SIF (Canadá), Japan SIF (Japón) o RIAA (Australia), entre
otros...
El dato está tomado de “La Inversión Socialmente Responsable: una opción comprometida con el
bienestar”, Cuadernos de la Cátedra “la Caixa” de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno
Corporativo-IESE, Cuaderno nº 22, marzo de 2014
155
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Los actores principales de la ISR son, como es lógico, los agentes inversores, que
pueden ser individuales o institucionales, y privados o públicos. Son ellos quienes, a través
de las distintas formas de inversión, acaban trasladando sus preocupaciones sociales a la
empresa y, en especial, a las grandes corporaciones.
1) Escrutinio. Consiste en utilizar criterios sociales para incluir o excluir valores en carteras
de inversión. De esta tarea se ocupan los gestores de activos financieros y algunas
empresas especializadas. Estos gestores utilizan diferentes criterios o filtros y, según
sean los filtros, así serán los productos de ISR. Los criterios selectivos suelen ser de dos
tipos, positivos y negativos, que combinados entre sí dan lugar a cuatro formas de
escrutinio:
30
Ramos Pérez-Torreblanca, E. (2006). La Inversión Socialmente Responsable y el Desarrollo de la
Responsabilidad Social Corporativa, en “Mitos y Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa
en España”, Thomson-Cívitas, Navarra, pp.281-302
156
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
- criterio “best in class”: consiste en seleccionar, una vez utilizados filtros de distinto
tipo, a aquel grupo reducido de empresas que obtienen los mejores resultados
respecto a los criterios establecidos por el fondo.
Como apunta Eva Ramos31, los estudios disponibles demuestran que existen
grandes diferencias entre países a la hora de establecer criterios para analizar los
factores de inversión. Así, en el Reino Unido parece que priman los factores éticos, en
Alemania los ecológicos, en Francia los sociales y en Italia los religiosos. En España, de
momento, parece que siguen primando los criterios financieros tradicionales.
2) Activismo Accionarial. Consiste en el ejercicio del derecho y del poder que tienen los
accionistas para apoyar o censurar las prácticas de las empresas. Es algo que tiene una
larga tradición en los países anglosajones y un recurso muy poco utilizado por los
accionistas europeos. En EEUU los pequeños inversores suelen presionar a las
empresas recurriendo a distintos medios: o bien buscando el diálogo con la empresa, o
bien presentando resoluciones o peticiones en las juntas de accionistas, o bien
accediendo a los medios de comunicación para denunciar prácticas no aceptables. En
EEUU existen además muchas organizaciones, coaliciones o redes que permiten la
acción conjunta o coordinada de los inversores socialmente responsables, como el
Social Investment Forum (SIF), el Internacional Center on Corporate Responsibility
(ICCR) o el Shareholder Action Network (SAN).
Estas tres estrategias que hemos descrito definen muy bien cuáles son las formas que
puede adoptar la Inversión Socialmente Responsable, aunque las más habituales son
aquellas que están vinculadas a los mercados de valores y, lógicamente, a las actividades de
escrutinio y rating. Como ya dijimos más arriba, de esta tarea de escrutinio se ocupan los
gestores de fondos y las entidades de análisis bursátil. De su trabajo de evaluación y
selección dependen las decisiones de inversión que finalmente adoptan los agentes
inversores, por lo que su papel en el impulso de la ISR es crucial.
31
Ramos Pérez-Torreblanca, E. (2006). op.cit. p.289
32
Ramos Pérez-Torreblanca, E. (2006). op.cit. p.294
157
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
El grupo SIRI establecía en 2005 tres condiciones para que un fondo pueda ser
calificado por ellos como Inversión Socialmente Responsable: a) que se hayan establecido
criterios éticos, sociales o medioambientales en la selección de sus inversiones; b) que sea
publicitado como ISR; y c) que esté disponible para inversores individuales y no sólo para
los inversores institucionales.
los fondos de inversión propiamente éticos, que basan su selección de valores en criterios
excluyentes sectoriales y en criterios positivos de valoración de las prácticas
empresariales de RSE. (Casi dos tercios de los fondos de ISR existentes en España
pertenen a esta categoría).
los fondos de inversión solidarios, aquellos que sin cumplir los criterios de inclusión o
exclusión anteriores, se caracterizan por dedicar un pequeño porcentaje de las
comisiones de gestión del fondo a realizar donaciones a ONG`s o prácticas de acción
social. (Este tipo de fondo supone aproximadamente un 10 % de la ISR en España,
mientras que una cuarta parte de los fondos cumple los criterios de los fondos éticos
y los fondos solidarios).
los fondos de inversión sectoriales, que son aquellos que invierten en actividades
relacionadas con el medioambiente, el reciclaje, las energías limpias, etc. Suponen en
torno al 5% de los fondos de ISR en España.
158
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
Hagamos, para terminar, una breve mención a los índices bursátiles globales de ISR más
importantes (Dow Jones y FTSE4 Good) y a los principales ratings de empresas (Fortune,
Forbes, MERCO).
La familia de índices de sostenibilidad Dow Jones fue creada 1999 por “SAM
Group” y por “Dow Jones & Company”, y contiene un índice principal global, el DJSI
World, y varios índices sobre la base de regiones geográficas tales como: Europa (el actual
DJSI Europa, denominado hasta 2010 DJSI STOXX) América del Norte (DJSI North
America), Asia-Pacífico (DJSI Asia Pacífic), Corea (DJSI Corea) o los países nórdicos (DJSI
nórdica). El DJSI también contiene índices específicos de la industria llamados "índices de
blue chips". Y en 2012 los índices S&P Indices y Dow Jones se combinaron para formar
S&P Dow Jones Indices.
El DJSI Word llega a cubrir el 10% de las 2500 empresas más importantes que cotizan
en el índice global Dow Jones World. Y tanto en Europa como en Asia-Pacífico el DJSI
Europe y el DJSI Asia Pacífic cubren el 20% de las 600 empresas que cotizan en el Dow
Jones Eurozona y el Dow Jones Asia Pacific.
33
www.sirigroup.org
34
www.eurosif.org
35
www.inverco.es
36
www.esade.edu/research/socialinnovation
37
www.sustainability-index.com
159
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
con mayor capitalización del Dow Jones, siendo después las 250 con mejores resultados en
sostenibilidad las que finalmente acaban componiendo el índice.
En síntesis, se trata de una familia de índices que identifican y dividen los criterios
requeridos en tres dimensiones: económica (donde se analizan asuntos como el gobierno
corporativo, la gestión de crisis y riesgos y los códigos de conducta), la relación con el
entorno (donde se toma en cuenta el respeto al medio ambiente o la ecoeficiencia) y,
finalmente, el plano social tiene dos vertientes, una interna (que mide indicadores laborales,
el desarrollo de capital humano y la atracción y detección del talento) y otra externa,
(relacionada los grupos de interés). Cada una de estas dimensiones tiene además
especificidades propias de cada sector.
La metodología para elaborar el índice se base an una encuesta anual a la que las
empresas son invitadas y cuya respuesta es analizada por la firma suiza RobercoSAM. En el
mes de abril las empresas cotizadas cumplimentan un cuestionario de unas cien preguntas
dividido en las tres dimensiones económica, ambiental y social, con indicadores
ponderados dentro de cada dimensión. En función de las respuestas que aporta la empresa
y de un análisis reputacional de ésta los analistas la califican con una escala de 1 a 100
puntos. Aparecerán en el índice las primeras empresas del ranking (el 10% de ellas en el
Word Index y el 20% en los índices de Europa y de Asia-Pacífico).
Aunque se trata del índece más reputado, el DJSI no está exento de críticas, las
principales, la utilización de datos autoreportados por las empresas (lo que deja al índice
sometido a posibles sesgos corporativos); el menor peso en el índice de los criterios
sociales y ambientales (éstos últimos pesan sólo el 25%) en comparación con los
económicos; y el sesgo adicional de incluir sólo a las grandes empresas.
FTSE4 Good 38
FTSE4Good es el índice bursátil de sostenibilidad creado por la bolsa de Londres
(FTSE es un acrónimo de Financial Times Stock Exchange). La familia de índices FTSE4
Good fue reada en 2001 por FTSE Groop, UNICEF (el fondo de la ONU para la infancia)
y EIRIS (el Ethical Investment Research Service, una organización fundada por entidades
religiosas y caritativas para investigar las políticas sociales, éticas y medioambientales de las
empresas y sus avances). Junto a Ethibel y SAM, EIRIS está considerada como una de las
agencias con mayor rigor en la evaluación de los criterios medioambientales de las
empresas.
FTSE4 Good está conformado esencialmente por los índices FTSE4Good Global
Index (para empresas de todo el mundo), el FTSE4Good USA Index (para empresas
norteamericanas), el FTSE4Good Europe Index y la versión japonesa, FTSE4Good Japan
Index. Los cuatro índices incluyen e incorporan a empresas cotizadas de todo el mundo que
cumplen con los requisitos preestablecidos por el índice bursátil (prácticas de RSC en
medio ambiente, relaciones con los accionistas y derechos humanos), basados en los
principios de inversión responsable.
38
www.ftse4good.com
160
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
FTSE4Good, que se revisa dos veces al año (en marzo y septiembre) para aceptar
nuevas empresas y excluir a otras que no cumplan con los requisitos de sostenibilidad
demandados. Los criterios sociales de selección de empresas están basados en principios
internacionales generalmente aceptados (OIT, ONU, SA8000, etc). EIRIS, que es la
entidad encargada de realizar la selección, aplica en primer lugar criterios de exclusión
(dejando fuera empresas productoras de tabaco, armas, energía nuclear y extracción y
procesamiento de uranio) y aplicando después criterios positivos relacionados con tres
aspectos: sostenibilidad ambiental, relaciones con los stakeholders y respeto a los derechos
humanos.
39
www.money.cnn.com/magazines/fortune
161
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Por su parte, la revista Forbes40 es mundialmente conocida por elaborar todos los
años su lista de las mayores fortunas del planeta (que incluye a todos los billonarios o
milmillonarios que hay en el mundo: 946 en 2006 y 1426 en 2013). También elabora, entre
otros ratings, la lista de las mejores grandes empresas americanas y las 200 mayores
organizaciones caritativas de los EEUU.
Entre todas estas, Forbes elabora una lista especial, en la que estudia el compromiso
con la sociedad de las industrias norteamericanas. Se trata de una lista especial porque en
ella no hay una clasificación ordinal, sino un sistema de calificación que va de la A a la F
(siendo A la nota más alta y F la más baja). Lo que se evalúa son cuatro aspectos de las
principales compañías americanas: el respeto a la diversidad cultural (diversity), el
compromiso con la comunidad (comunity), el respeto a los derechos humanos (human rights)
y el compromiso ambiental (environment).
La empresas reconocen cada vez más la ventaja competitiva que supone pertenecer a
alguno de estos selectos índices o ratings, lo que ha servido para que éstas conozcan mejor
los requerimientos y criterios de la RSE. Y para que aumente su interés por implantar
mejores prácticas y mejores relaciones con los stakeholders, así como su voluntad de
gestionar más eficazmente los intangibles, de cara a conseguir un más alto grado de
reputación y otros objetivos como el liderazgo empresarial, la fidelización de los clientes,
menores costes de capital y el apoyo de las comunidades locales.
40
www.forbes.com
41
www.merco.info
162
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
El análisis que hemos realizado sobre las distintas herramientas de RSE nos ha
permitido comprobar que existe un abanico muy diverso y variado de recursos, que a veces
no resultan fácilmente integrables los unos con los otros. Lo cual sin duda incrementa las
dificultades técnicas que de por sí ya tiene cualquier proceso de implantación de políticas o
estrategias de RSE, siempre que éstas pretendan ir más allá de la mera acción filantrópica
puntual.
Lo que sí parece claro es la diferente utilidad que ofrece cada uno de los cuatro
grupos de instrumentos que hemos descrito:
En el caso de los códigos éticos, que es la herramienta más profusamente utilizada por
las empresas, la función que desempeñan es la de constituir el marco general de
orientaciones y principios sobre los que es posible diseñar no sólo la política de RSE
de la empresa, sino toda la estrategia empresarial.
Los estándares y normas de gestión certificables permiten a la empresa dar un paso más y
comenzar a implantar modelos de trabajo, gestión y dirección, basados en una
metodología normalizada y rigurosa que ofrece las máximas garantías de calidad, que
posibilita la verificación externa y que premia a la empresa con la obtención de un
certificado que demuestra ante los stakeholders el compromiso social y ambiental de
la organización.
Finalmente, habría un quinto grupo de herramientas (al que no nos hemos referido
por razones de espacio) que estarían vinculadas al ámbito del consumo, del consumo
socialmente responsable. Es el caso del etiquetado diferenciado para productos o servicios
vinculados a factores éticos, sociales o ecológicos. Existen etiquetas (labels) que
permiten a la empresa informar al consumidor sobre las condiciones de RSE con que
se ha elaborado un producto, y que contribuyen a que el consumidor comprometido
pueda apoyar a las empresas que apuestan por este tipo de productos o servicios.
42
Comisión Europea (2004). ABC of de main instruments of CSR, p.41
163
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Finalmente, cabe preguntarse hasta qué punto cada una de estas herramientas de
RSE cubre o incluye los distintos ámbitos y aspectos contenidos en el concepto de
responsabilidad social corporativa: los económicos, los sociales y los ambientales. Lo que se
ha venido a denominar el “triple bottom line” de la RSE. A esta cuestión respondió en 2003 la
Comisión Europea con un análisis comparativo publicado en el “Mapping Instruments for
CSR”43, donde aparece el siguiente cuadro, valorando el grado de alcance de cada una de las
principales herramientas de RSE en relación a los tres ámbitos de la RSE.
43
Comisión Europea, Mapping Instruments for CSR, 2003. p.16
164
Capítulo 4.- Herramientas de gestiòn de la RSE
165
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
166
CAPÍTULO 5.- TEORÍAS, MODELOS
Y NUEVAS VÍAS PARA LA RSE
Sobre la RSE existe un gran abanico de enfoques y teorías. Desde el texto de Bowen1
en 1953 hasta nuestros días ha habido un nutridísimo catálogo de aproximaciones a la idea
de que la empresa tiene, o debe tener, algún tipo de responsabilidad hacia la sociedad en la
que actúa. La producción teórica, por otro lado, ha ido evolucionando de forma paralela a
la evolución del propio concepto de responsabilidad social, tal como hemos apuntado en el
capítulo 1.4., desde una idea inicial de filantropía a otra más reciente de proactividad social.
Entre 1986 y 2013 se han publicado diversos estudios que tratan de analizar y
clasificar todas las teorías existentes sobre RSE. A nuestro modo de ver, los dos más
destacables son el de Garriga y Melé2 de 2004, uno de los trabajos más citados y
reconocidos de los últimos años, y el de Alvarado3 et.al. de 2011, por ser el más reciente.
1
Considerado el iniciador de la preocupación moderna por la RSE: Bowen, H.R. (1953). Social
responsibilities of businessman, Harper & Brothers, New York. Aunque otros autores atribuyen el
nacimiento de la reflexión sobre RSC, el año 1923, a Oliver Sheldon, el primero que escribe sobre los
deberes sociales de los gerentes, en base a los principios de honestidad y justicia: Sheldon O. (1923).
The philosophy of management. Sir Isaac Pitman & sons, Ltd, London.
2
Garriga, E. y Melé, D. (2004). Corporate social responsibility theories: Mapping the territory, Journal
of Bussines Ethics, nº 53, p. 57-71
3
Alvarado, A. Bigné, E. y Currás, R. (2011). Perspectivas teóricas usadas para el estudio de la
responsabilidad social empresarial: una clasificación con base en su racionalidad, Estudios
Gerenciales, Vol. 27, nº 118, p. 115-136
169
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
El beneficio económico, el poder político, la legitimidad social y los valores éticos son los
conceptos clave sobre los que unas y otras teorías articulan y justifican el papel de la
empresa en la sociedad. De este modo, los autores proponen los siguientes cuatro grupos
de teorías, dentro de los cuales caben 16 enfoques teóricos distintos: teorías
instrumentales, teorías políticas, teorías integradoras y teorías éticas.
Las teorías instrumentales son aquellas que conciben la RSE como una
herramienta estratégica para alcanzar los objetivos económicos de la empresa. En ellas la
empresa sería un simple fenómeno de mercado definido por sus funciones y relaciones
170
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
B) Las estrategias para lograr ventajas competitivas. Bajo este enfoque, se trataría de abordar
acciones de responsabilidad social sólo cuando ésta reporte algún tipo de ventaja
competitiva. Este enfoque estratégico de la RSE presenta tres grupos de teorías:
1) Inversiones sociales en un contexto competitivo. Porter y Kramer5 (2002), como principales
representantes de este planteamiento, afirman que “la inversión en actividades
filantrópicas puede ser útil para mejorar el contexto de ventaja competitiva de una firma ya
que normalmente ésta crea un “valor social” mayor del que pueden crear los
donantes individuales o el gobierno”. Según esto, a diferencia de lo que opinaba
Friedman, a la empresa le conviene hacer filantropía. Responsabilidad social y
competitividad, por tanto, van unidas.
2) Una perspectiva de la firma y de las capacidades dinámicas basada en los recursos naturales.
Aquí el autor más destacado es Hart6, con su modelo Resource-Based View of the Firm
(1995). Este planteamiento mantiene que “la capacidad de una empresa para lograr
mejores resultados que sus competidores depende de la interacción de recursos
humanos, organizativos y físicos a lo largo del tiempo y de las rutinas organizativas y
estratégicas por las que los directivos adquieren dichos recursos, los modifican,
integran y combinan para generar nuevas estrategias creadoras de valor”. Por lo tanto,
el interés de las empresas en promover actividades de RSE (sobre todo con
empleados, clientes, distribuidores y con la comunidad local) estaría justificado por la
necesidad de mantener esta ventaja competitiva, tan difícil de desarrollar.
3) Estrategias para la base de la pirámide económica. La base de la pirámide está formada por
los pobres o las clases bajas. Para este enfoque teórico, esos grupos sociales suponen
una oportunidad de negocio ya que suelen estar desatendidos por el mercado (la
mayor parte de lo que se diseña y produce es para las clases medias) y es
enormemente numeroso (sobre todo en el tercer mundo). Por tanto, crear productos
nuevos y menos complicados, con una producción de bajo coste y adaptados a las
necesidades de estos grupos puede convertirlos en activos consumidores. Actuar de
este modo (fabricando teléfonos de bajo coste, coches baratos…) no sólo es una
4
Friedman, M. (1970). ‘The Social Responsibility of Business is to Increase its Profits’, New York Times
Magazine, September 13th, p. 32–33, 122-126
5
Porter, M. E. and M. R. Kramer (2002). ‘The Competitive Advantage of Corporate Philanthropy’,
Harvard Business Review 80(12), 56–69
6
Hart, S. L. (1995). ‘A Natural-Resource-Based View of the Firm’, Academy of Management Review
20(4), 986–1012
171
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
forma de “ayudar a los pobres” sino también, o sobre todo, una oportunidad para
innovar y hacer negocio. Se trata, por tanto, de un negocio vestido de RSE.
Las teorías políticas consideran que hay una relación de interdependencia entre la
empresa y la sociedad y que de esa relación se deriva una responsabilidad de aquella hacia
ésta. Bien sea por el poder que la empresa tiene, por su vinculación a una comunidad
concreta o porque existe una especie de contrato social implícito entre empresa y sociedad,
las empresas adquieren una responsabilidad hacia el contexto social, por razón de esa
dependencia mutua (ambas se necesitan y son a la vez parte de un todo). Las
responsabilidades de la empresa, por tanto, irían aquí más allá de su mera función
económica. Garriga y Melé ubican aquí tres teorías:
7
Davis, K. (1960). ‘Can Business Afford to Ignore Corporate Social Responsibilities?’ California
Management Review 2, 70–76
8
Donaldson, T. and T. W. Dunfee (1994). ‘Towards a Unified Conception of Business Ethics: Integrative
Social Contracts Theory’, Academy of Management Review 19, 252–284
172
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
Las teorías integradoras consideran que las empresas necesitan a la sociedad para
llevar adelante sus negocios, por lo que éstas deben responder a las demandas sociales para
obtener la legitimidad social que necesitan. A diferencia de las teorías políticas, aquí la
empresa deja de ser alguien que “está” y que actúa sólo por reciprocidad, para pasar
activamente a captar, identificar y dar respuesta a las demandas sociales. Hacerlo
incrementa la aceptación y el prestigio social de la empresa y esto, como es obvio, beneficia
a la empresa. En este grupo de teorías cabrían cuatro enfoques:
G) La gestión de asuntos sociales. Según Ackerman9 (1973) son los procesos de gestión
interna de las empresas, y no las motivaciones éticas, las que determinan el
acercamiento de éstas a la RSE. Los procesos con los que la empresa identifica, evalúa y
responde a los asuntos sociales y políticos, en la medida que se van institucionalizando
dentro de la propia empresa, desde un punto de vista puramente pragmático son la
clave de la incorporación de éstos a la empresa. Es decir, que el hecho mismo de la
institucionalización de la RSE es la razón fundamental del actuar de manera responsable.
Es la progresiva interiorización de este paradigma organizativo (igual que lo han sido
otros como la “orientación hacia el cliente” o la “calidad total”) lo que marca la pauta
en la incorporación de criterios de gestión responsable. Diríamos que la RSE se va
incorporando a la empresa como un modelo de trabajo más.
9
Ackerman, R. W. (1973). ‘How Companies Respond to SocialDemands’, Harvard University Review
51(4), 88–98
10
Preston, L. E. and J. E. Post (1981). ‘Private Management and Public Policy’, California Management
Review 23(3), 56–63
11
Mitchell, R. K., B. R. Agle and D. J. Wood (1997). ‘Toward a Theory of Stakeholder Identification and
Salience: Defining the Principle of Who and What Really Counts’, Academy of Management Review
22(4), 853–886
173
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Las teorías éticas consideran que existen unos requerimientos éticos sobre los que
se sostiene la relación entre empresa y sociedad. Son teorías que hablan de las
responsabilidades éticas de las empresas, centrándose en principios inspiradores de lo que
se debe o no se debe hacer o en la necesidad de contribuir a construir una sociedad mejor.
Garriga y Melé distinguen estos cuatro enfoques:
12
Carroll, A. B. (1979). ‘A Three-Dimensional Conceptual Model of Corporate Performance’, Academy
of Management Review 4(4), 497–505
13
Freeman, R. E. (1984). “Strategic Management: A Stakeholder Approach” Pitman, Boston
14
La dirección web del Global Compact es: www.unglobalcompact.org
15
http://www.thesullivanfoundation.org/
16
http://www.sa-intl.org/index.cfm?fuseaction=Page.ViewPage&PageID=937
174
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
17
Brundtland, J. (1992). Informe Brundtland, Comisión Mundial de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo, ONU, 1987 - Publicado en España con el título “Nuestro Futuro Común”,
Alianza, Madrid
18
Alvarado, E. Vigné, R. Currás, R. (2011, enero-marzo). Perspectivas teóricas usadas para el estudio de
la responsabilidad social empresarial: una clasificación con base en su racionalidad, Estudios
Gerenciales, Vol 27. nº 118, p.115-137
175
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Las trece coinciden esencialmente con las descritas por Garriga y Melé, con algunas
diferencias en cuanto a su denominación. Pero lo interesante es el modo como las
clasifican, al cruzar con ellas las dos variables mencionadas: racionalidad y rol social.
En cuanto al tipo de racionalidad, los autores identifican las seis categorías descritas en el
siguiente cuadro.
Y en cuanto al rol social de la empresa, utilizan la elaboración que hace Lantós 19,
partiendo de conceptos del rol tomados de Carr (1982), Friedman (1962), Freeman (1983) y
Carrol (1979). Según este esquema habría cuatro posiciones sobre el rol social de la
empresa, que Lantós organiza en un continuo con dos extremos y dos posiciones
intermedias:
3. la visión de la atención social: bien sea por razones morales o políticas, la empresa ha de
comportarse bien, sin renunciar a sus intereses estratégicos;
El resultado de cruzar las trece teorías con estas dos variables queda resumido en el
siguiente cuadro:
19
Lantós, G.P (2001). The Boundaries of strategic corporate social responsibility, Journal of Consumer
Marketing, 18(7), p. 595-632
176
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
Perspectivas teóricas de la RSE: visiones resultantes según su racionalidad y el rol social implícito:
Los principales hallazgos de esta clasificación estarían en las lecturas que se deducen
del cuadro anterior. Así, la disposición diagonal de las teorías apunta a una fuerte
correlación entre la racionalidad subyacente a cada teoría y el rol social de la empresa, de
manera que en la medida en que un gerente aborde la RSE apoyándose en enfoques
teóricos con racionalidades jurídicas o económicas es más probable que esté concibiendo la
empresa como una institución maximizadota de utilidades (lo que, según los autores, da
lugar a una perspectiva negativista de la RSE por parte de la empresa, percibida como algo
peligroso o, en todo caso, discrecional, sujeto a la voluntad). Y, al revés, los enfoques que
abordan la RSE desde una óptica sociológica o ética tenderían a concebir la empresa como
una institución económico-social con un rol amplio (por lo que, aquí, la visión de la RSE se
asentaría en principios ético-culturales que no dependen de la voluntariedad de los dueños
o gerentes).
Por último, los autores establecen una tercera asociación entre la fase evolutiva en
que se encuentra una teoría y su racionalidad subyacente, de modo que nos encontramos
con tres grupos de teorías: a) las que se pueden denominar clásicas (de la propiedad, la
agencia, la firma); b) las que se pueden considerar en fase de consolidación (de los stakeholders),
-ambos grupos se asimilan a racionalidades económicas o estratégicas, con una visión
estrecha del rol social de la empresa-; c) y las que los autores denominan teorías emergentes
(ciudadanía corporativa, desarrollo sostenible, bien común…), que tienden a basarse en
177
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
racionalidades de tipo ético o sociológico, con una visión más amplia del rol social de la
empresa.
La hipótesis que se deduce de esto último es que ha habido una evolución en los
enfoques teóricos sobre la RSE, que está dando lugar a nuevos planteamientos emergentes,
basados en nuevos tipos de racionalidad, con una visión más holística de las relaciones
empresa-sociedad, y que entienden la RSE como algo más que un mero instrumento al
servicio del negocio.
Consideramos que esta nueva visión no sólo explica el peso creciente que están
teniendo los nuevos enfoques de RSE, sino que da legitimidad a ésta para seguir
evolucionando hacia perspectivas más integradores y globales. Así trataremos de
argumentarlo a partir del capítulo 1.3 de este trabajo. Aunque antes es necesario que
hagamos un ejercicio de síntesis tratando de identificar los modelos básicos de RSE que se
pueden deducir de todo lo analizado hasta aquí.
Los modelos de RSE no son ajenos a los modelos sociales y económicos vigentes,
sino más bien la resultante necesaria de éstos. Así, para comprenderlos es preciso partir del
análisis de cuáles son las corrientes de pensamiento dominantes en los planos económico y
político, y de cuáles han sido los avatares históricos que han ido virando las tendencias
económicas y sociales hacia unas u otras concepciones. Es decir, necesitamos hacer
mención al menos a estas dos perspectivas (la epistemológica y la histórica) para identificar
de forma certera y en su contexto real los modelos de RSE que se construyen (en el plano
teórico) y que se aplican (en el nivel pragmático).
Uno de los autores que, a nuestro modo de ver, mejor ha analizado estos aspectos en
los últimos años para explicar los modelos esenciales de RSE es el profesor José Miguel
Rodríguez, que ha prodigado su análisis en numerosas publicaciones y conferencias.
Siguiendo a este autor podemos afirmar que, desde una perspectiva epistemológica,
existen dos modos distintos de entender la economía, la sociedad y, por tanto, la empresa.
El primero estaría representado por el pensamiento económico liberal (de los Hayek,
Friedman o Jensen), que considera que la responsabilidad social de la empresa consiste
precisamente en maximizar sus beneficios, dentro del respeto a las leyes y a la ética de la
competencia leal. Mientras el segundo estaría representado por una corriente de
pensamiento de tradición más keynesiana (la de los Samuelson, Galbraith o Stiglitz), que
entiende que, en un mundo de informaciones incompletas, competencia imperfecta y
externalidades relevantes, la maximización de los beneficios empresariales no
necesariamente conduce al bienestar del conjunto de la sociedad (Rodríguez 2006), por lo
que la responsabilidad social de las empresas ha de ir más allá de la creación de valor para el
accionista.
178
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
Con una perspectiva histórica, se puede decir que desde los años noventa ha habido
una reestructuración de las relaciones empresa-sociedad (Rodríguez 2006), derivada de las
políticas de desregulación y de los cambios asociados a la globalización (tecnológicos,
financieros, comerciales, etc.), que ha hecho triunfar en el mundo de la empresa el modelo
estratégico-instrumental de RSE. La explicación estaría en la necesidad de las firmas de ubicarse
estratégicamente en el nuevo contexto económico global, donde son de suma relevancia
factores como la reputación (por la mejor posición de los consumidores), la gestión de los
activos intangibles (muy vinculados a los stakeholders no financieros), la necesidad de
innovar y de retener talento (por el aumento de la competencia) o las relaciones estratégicas
y de confianza con otras empresas y organizaciones (por la reducción del grado de
integración vertical de las compañías).
20
“La visión clásica de la RSE ha intentado reconciliar a Dios con Mamón, pero no lo ha logrado. El
mundo no es gobernado de manera que siempre coincidan los intereses privados y los intereses
179
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Llegados a este punto conviene plantear dos preguntas, una mirando hacia atrás,
hacia lo visto hasta aquí sobre las teorías y modelos de RSE, y otra mirando hacia delante,
sobre la aplicabilidad para el análisis práctico de estas teorías y modelos. Así, ¿existe algún
tipo de coherencia comprensiva entre los tipos de teorías descritos más arriba y los dos
modelos básicos de RSE que acabamos de describir? Y ¿Se puede deducir de estos modelos
básicos de RSE algún esquema práctico que contemple a la vez las perspectivas
epistemológica y evolutiva de la RSE, y que permita comprender mejor su estado actual y
apunte vías de evolución para la RSE?
Elaboración propia
Así, las categorías de Melé quedarían ordenadas según su mayor proximidad a uno u
otro de los extremos representados, por un lado, por la visión más instrumental (primero el
beneficio) y, por otro, por la visión más normativa (primero los valores), que están
implícitas en los dos modelos de RSE propuestos por Rodríguez.
Por su parte, las cuatro categorías propuestas por Melé nos permiten ordenar, según
el mismo criterio (visión beneficio/valores) los cuatro tipos de razón de ser (case) de la RSE
apuntados por Rodríguez. Habría así, dentro del modelo normativo, tres grados distintos
de prescriptividad, según se inspiren más en normas morales o de reciprocidad económico-
social (entre empresa y sociedad). A nuestro entender, las nuevas aproximaciones a la RSE
justificadas en una economic case habría que ubicarlas entre las teorías de raíz política y las de
raíz ética que Melé propone. La razón es que los planteamientos social case se aproximan
menos a los argumentos éticos.
sociales” Cita de José Miguel Rodríguez, tomada de Keynes, y expresada por Rodríguez en una
Conferencia impartida por él sobre “Responsabilidad social corporativa y crisis económica” en la
Universidad de Valladolid el 24 de noviembre de 2011.
180
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
Por otro lado, el factor relativo a la concepción estática-dinámica21 de la RSE, tal como
lo hemos planteado en el cuadro (a nuestro entender de modo acertado), vendría a dejar
clara también la diferencia notable entre las teorías basadas en el enfoque stakeholder
(estratégico o no) y las que confían en la voluntad discrecional de la empresa. Es decir,
tanto en el modelo instrumental como en el normativo habría dos tipos de concepciones de
la RSE, una estática y otra dinámica. De este modo, las teorías instrumentales y políticas de
Melé contendrían una visión esencialmente estática de la RSE, y las teorías integradoras y
éticas implicarían una concepción dinámica de la RSE. Siendo el modelo stakeholder el
único planteamiento dinámico que tendría a la vez un enfoque instrumental y un enfoque
normativo.
Por último, el factor central del cuadro (actitud de la empresa) consideramos que es
el que mejor resume los distintos modos de entender la RSE, tanto desde una perspectiva
diferencial como evolutiva: expresando diferencialmente los cuatro significados distintivos
que las diversas teorías atribuyen a la responsabilidad social en la empresa, y dibujando (en
el sentido de la flecha vertical) la evolución histórica del modo en que se ha venido
reconceptualizando la RSE, desde la visión clásica de Friedman hasta las más recientes
justificaciones ético-económicas.
21
Se entiende por concepción dinámica de la RSE aquella en la que la empresa no se limita a convivir
con la sociedad conforme a las reglas o acuerdos implícitos establecidos (concepción estática), sino que
adopta una actitud activa ante lo que sucede en el entorno social, reaccionando a las demandas
concretas que se le hacen o interviniendo de modo proactivo en él.
22
Diapositiva de la presentación de la Conferencia impartida por J.M. Rodríguez sobre “Responsabilidad
social corporativa y crisis económica” en la Universidad de Valladolid el 24 de noviembre de 2013
181
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
con su evolución conceptual. En el lado izquierdo del esquema aparecen los enfoques
clásicos (el paternalismo filantrópico y el modelo accionarial puro) y en el eje de la derecha
los dos enfoques modernos de relación con Stakeholders (el instrumental y el normativo).
Por otro lado, la perspectiva evolutiva del concepto y de los enfoques de la RSE
queda descrita por el recorrido de la flecha, que marca el camino transitado hasta la primera
década del siglo XXI por los tres enfoques de corte estratégico-instrumental (y ahí es
donde seguimos estando esencialmente) y apunta el modelo “deseable” de RSE que el
autor denomina de RSE avanzada.
El debate que propone este esquema entre lo que la RSE es y lo que podría o debería
ser no resulta fácil de analizar ni de resolver. Tanto Rodríguez como otros autores (Bakan23,
Banerjee24, Fleming y Jones25) vienen denunciando en los últimos años muchas de las
contradicciones, hipocresías y falacias26 contenidas en el enfoque stakeholder-instrumental
dominante, y proponiendo algunas vías y medidas27 para un viraje hacia otro modelo de
RSE, más avanzado.
A pesar de lo relevante y trascendente de este debate, no podemos detenernos aquí a
analizarlo en profundidad, ya que ello excedería en espacio y contenido los objetivos
marcados en este trabajo.
Lo que sí queremos hacer notar, para cerrar este apartado, es la llamativa recurrencia
histórica del la controversia que desde hace más de un siglo se repite periódicamente entre
las dos tradiciones del pensamiento económico, como si los argumentos no se hubieran
movido de donde estaban a pesar de los enormes cambios de todo tipo que en este tiempo
han experimentado las sociedades desarrolladas. Se da una especie de constante y reiterado
reajuste de los mismos discursos ante las diferentes y cambiantes circunstancias.
Trasladando esta circunstancia al ámbito de la RSE, observamos que desde los años
setenta el debate sobre ésta se ve incapaz de sortear el estrecho territorio delimitado por el
sempiterno y cerrado discurso económico sobre la utilidad, suscitando recurrentes
23
Bakan, J.R. (2006). La corporación: la búsqueda patológica de lucro y poder, Editorial Volter
24
Banerjee, S.B. (2007). Corporate Social Responsibility: The Good The Bad and The Ugly, Cheltenham,
Edward Elgar
25
Fleming, P. y Jones, M. (2013). The End of Corporate Social Responsibility: Crisis and Critique, Sage
Publishers
26
Algunas de estas denuncias apuntan a cuestiones como estas: la sostenibilidad sólo se contempla si es
rentable; no hay manera de poder verificar el cumplimiento de los códigos voluntarios; la forma actual
de empresa es inadecuada para el cambio social; el diálogo con Stakeholders se da en desiguales
condiciones de poder; hay una enorme hipocresía en empresas líderes con “las mejores prácticas” y
escándalos de explotación humana o medioambiental en terceros países; la RSE beneficia más a las
empresas que a la sociedad; los informes sociales son propaganda para disimular o distraer; las
inversiones éticas son una gota en el océano, que no resuelven los problemas; son escandalosas las
diferencias de sueldos también dentro de las empresas que hacen RSC; la retórica de la RSC se basa en
contar sólo lo positivo; la RSC es un modo de evitar o suavizar la regulación gubernamental en muchos
aspectos; la RSC se utiliza a veces para presionar en determinados países a los poderes públicos; la
RSC es según algunos una forma de difundir una visión ideológica a favor del libre mercado y de la
propiedad privada.
27
Algunas de estas propuestas sugieren: aplicar a los directivos retribuciones variables ligadas a la
consecución de objetivos de responsabilidad social; articular un verdadero gobierno global corporativo
dando verdadera participación a todos los stakeholders y estableciendo en cada organización “contratos
de gobierno” propios que definan las reglas de esa participación (derecho a voto, derechos de
propiedad, posibilidad de veto o de proposición, procedimientos de consulta, garantías de calidad,
participación en beneficios); extender este modelo de RSE a los proveedores y los socios estratégicos;
establecer rigurosos sistemas de evaluación del desempeño del triple bottom line, definir mejores
sistemas de indicadores e indicadores sintéticos comparables a distintos niveles; mecanismos de
transparencia y verificación, etc.
182
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
De igual modo, es preciso también que se den cambios en el contexto. La RSE por sí
sola difícilmente va a poder ser un factor disruptivo en las empresas si las reglas del
entorno no experimentan algún viraje hacia otras formas de definir los objetivos y los
incentivos.
“(Clark) no dudaba en afirmar que se estaba en el inicio de una revolución, yendo del individualismo hacia
el sentido de la solidaridad y la preocupación social, para soslayar las consecuencias de un sistema
irresponsable: esto es, basado en una economía del laissez-faire y un modelo mercantil construido en torno al
“libre contrato”, fiel al lema de “los negocios son los negocios”. (Clark) Urgía a asumir unas
responsabilidades económicas -incluyendo las ecológicas- que no deberían considerarse una especie de acción
caritativa o social, sino unas obligaciones que, más allá de la ley o la costumbre, han de tener como fin
proteger todos los intereses en juego, habida cuenta de que las regulaciones del Estado no pueden llegar tan
lejos en la práctica”.
Las propuestas para pasar de una RSE instrumental a una RSE avanzada, sin negar el
potencial de mejora que contienen, siguen redundando en la misma lógica del
“mayor/menor” compromiso social de la empresa, y confiando en gran medida en la
capacidad de autorregulación de ésta. Como si no estuviera claro cuáles son las
motivaciones mercantiles en el modelo de economía de mercado.
28
… obviamente “para caer en el río, que conduce al mar”
183
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
camino que requiere el poner solución a los urgentes problemas globales de desigualdad y
crisis ambiental. Máxime si consideramos las tendencias y aspiraciones de una emergente
sociedad de consumo mundial y de una imparable economía de comercio altamente
competitiva.
Hace falta por tanto un avance más disruptivo, un nuevo modelo de RSE que, desde
planteamientos innovadores, pueda integrar en el core bussines de la empresa un compromiso
real y realista por la sostenibilidad ecológica y por la justicia global (económica y social).
Para lo cual se requieren también algunos cambios disruptivos en el marco político-
institucional de la economía.
Estos planteamientos no son nuevos. Sino que vienen surgiendo desde hace décadas
al hilo de las distintas y variadas crisis que han ido acompañando a nuestro modelo de
desarrollo. En la actualidad estamos viviendo la enésima crisis del capitalismo, esta vez, de
nuevo, originada en los excesos de un modelo de economía financiarizada, que ya vivió
crisis parecidas en el pasado, pero nunca con el efecto global de ésta.
Ante este panorama ¿tiene la RSE algo que decir?, ¿puede aportar algo más que
soluciones de reforma dentro del sistema?, ¿es capaz de seguir avanzando para sugerir
nuevas y productivas vías de relación entre empresa y sociedad?
Nosotros entendemos que sí. Que desde hace tiempo existen propuestas de
innovación social y que siguen y seguirán surgiendo, y teniendo un apoyo general cada vez
mayor. Y, por otro lado, hoy vivimos en una economía de innovación, en la que a pesar de
todo, las empresas son conscientes de la necesidad de inventar nuevos modelos, que las
permitan competir a corto plazo, sí, pero también mirar hacia el futuro y afrontar los retos
físicos y sociales colectivos, porque de ello depende su propio futuro.
Por tanto, la cuestión es dirimir cuáles son esas vías para la innovación en las que la
RSE puede jugar un papel importante (desde la modestia), siendo un elemento más que
empuje a favor. Desde aquí apostamos por un impulso innovador que se apoye en el
paradigma ecológico y en el discurso de la justicia. El primero creemos que proporciona
soluciones técnicas a la crisis ambiental que son perfectamente integrables en la lógica de la
empresa. Y el segundo pensamos que proporciona una legitimidad de mínimos
universalizable, además de estar generando ya propuestas ético-políticas concretas para el
mundo de la economía. En estos dos paradigmas se sitúan las dos propuestas que
queremos poner como ejemplo, en el siguiente capítulo, para sugerir un cambio cualitativo
de la RSE, en clave de innovación.
De entrada pudiera parecer que entre RSE e innovación no puede haber sino buena
sintonía. Sin embargo, del mismo modo que hay autores que aseguran la capacidad
29
John Elkington (2013, mayo). “El capitalismo exige una revolución”, artículo publicado en diversos
medios Internet, como en http://sostenibilidad.semana.com/home/articulo/el-capitalismo-exige-revolucion/29248
184
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
sinérgica de dicha relación, otros ven serias incompatibilidades entre una y otra, sobre todo
cuando hablamos de innovación disruptiva30.
Entre las posturas contrarias a la compatibilidad, como bien señala Atle Midttun31
estarían: 1) los análisis Schumpeterianos sobre “destrucción creativa” (que consideran que sin
constante innovación disruptiva no hay avance económico y social: “la destrucción creativa
es el hecho esencial del capitalismo”32); 2) las obras sobre “tecnologías disruptivas” (que
describen el cambio tecnológico y el progreso como una sucesión de innovaciones
disruptivas que superan y suplen siempre en el mercado a la innovación anterior33); 3)
algunos estudios de economía política comparada (que describen cómo el estilo americano
de maximización de beneficios a corto plazo se basa en la necesidad constante de
innovación radical34); y 4) los enfoques de innovación inspirados en modelos de selección
natural (que enfatizan la necesidad de flexibilidad y compromisos limitados y de corto plazo
para todo modelo de innovación radical35).
De todos estos planteamientos sobre innovación se deduce que la RSE, por implicar
un “anclaje social” del accionariado a largo plazo, supone un obstáculo que coarta el
potencial de innovación disruptiva de la empresa (ya que todo cambio radical va a conllevar
conflictos con los stakeholders, y en un modelo de RSE donde éstos tengan peso la
innovación disruptiva se hace imposible).
Entre los enfoques que apoyan la compatibilidad entre innovación y RSE estarían: 1)
los análisis sobre sistemas de innovación nacionales, regionales o de clusters industriales (todos ellos,
en niveles organizativos distintos, vinculan la innovación con estructuras y redes
institucionales y económicas, que facilitan y potencian el aprendizaje y la investigación
necesarias para innovar, tanto incremental como radicalmente36); 2) los estudios de
economía política sobre las economías de mercado coordinadas (que describen cómo en las
economías de mercado coordinadas la cohesión social es factor clave para la organización
económica y la innovación37); 3) y la perspectiva de los sistemas tecnológicos de innovación (que
afirman que la selección tecnológica se origina en un contexto socio-cultural de redes de
30
En la literatura sobre innovación se suelen distinguir dos tipos básicos: la innovación incremental, que
consiste en pequeñas modificaciones (en productos, servicios, procesos, etc) que contribuyen, en un
marco de continuidad, al aumento de la eficiencia o la satisfacción; se produce cuando se “agrega algo”
a lo que ya hay. Y la innovación disruptiva o radical, que supone un punto de inflexión para las
prácticas existentes, ya que propone un nuevo paradigma (tecnológico, conceptual, organizacional, etc)
con lógicas o procedimientos completamente nuevos, lo cual conlleva un alto grado de incertidumbre o
riesgo al generar severas modificaciones en las estructuras en que surge, pero ofrece también un gran
potencial de desarrollo y la emergencia de nuevas estructuras, nuevas prácticas, nuevos productos,
nuevos resultados.
Por otro lado, el término innovación se refiere a aquel cambio que introduce alguna novedad o varias,
y que supone una serie de prácticas totalmente nuevas, ya sea para los individuos o para el sistema. La
diferencia entre innovación incremental y radical se basaría en el grado de originalidad y novedad de la
innovación, viniendo estas determinadas por la naturaleza continua o discontinua del proceso de
innovación y por la magnitud del impacto que las innovaciones ejercen a su entorno.
31
Midttun, A. (2008). Innovación y responsabilidad social empresarial, Cuadernos Forética, nº 10,
Forética, Madrid.
32
Schumpeter, J.A. (1942). Capitalism, Socialism and Democracy, Harper, New Cork.
33
Christensen, C.M. (1997). The innovator`s dilemma: when new technologies cause great firms to fail,
Harvard Business School Books, Boston, M.A.
34
Hall, P.A. y Soskice, D. (2001). Varieties of Capitalism: The Institutional Foundations of Comparative
Advantage, Oxford University Press.
35
Campbell, D.T. (1986). Rationality and utility from the standpoint of evolutionary biology, Journal of
Business, Vol. 59 nº 4, p. 355-364
36
Lundvall, B.A. (1998). Why study national systems and national styles of innovation?, Technology
Analisys and Strategic Management, Vol. 10 nº 4, p. 407-422
37
Hall, P.A. y Soskice, D. (2001). op.cit.
185
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
38
Carlsson B. y Stankiewicz, R. (1995). Technological systems and economic performance: the case of
factory automation, Kluwer, Dordrecht.
39
Porter, M. y Cramer, M.R. (2006, dec.). Strategy and society: the link between competitive advantage
and corporate social responsibility, Harvard Business Review, p.1.15
40
Fombrun, C.J. (1996). Reputation: realizing value from the corporate image, Harvard Business School
Books, Boston, M.A.
186
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
las legitima y mediante las que los stakeholders pueden colaborar activamente en la
solución de los problemas colectivos.
Parece innecesario recalcar que desde aquí apostamos por promover ese segundo
tipo de RSE y de innovación, con anclaje social. La dificultad está en el cómo.
Por su parte, John Elkington, el padre del concepto de “triple bottom line”42 y uno de
los mayores representantes mundiales de la sostenibilidad y la RSE, publicó en 2001 “The
Chrysalis Economy”43 un libro en el que afirmaba que la economía global estaba entrando en
un largo proceso de profunda metamorfosis, y que un capitalismo sostenible debe dar
respuesta a las nuevas perspectivas en materia de igualdad social, justicia medioambiental y
ética de los negocios. Según Elkington las empresas se verán obligadas a preguntarse qué
formas de capital social y natural quedan afectadas por su actual sistema de funcionamiento
y cómo todo ello afecta a la capacidad del contexto ecológico y de sistemas sociales en el
que operan los actores económicos.
Su última propuesta, de 201344, habla de una RSE que se halla ya en una nueva etapa
de desarrollo, la de la “innovación social”; y de un “Capitalismo Disruptivo” que vendrá detrás de
aquella, y que implica un cambio en los sistemas económico, financiero, empresarial y
ecológico actuales. En este informe describe tres alternativas posibles para la humanidad: el
colapso, el cambio incremental o la disrupción. En la primera opción, seguiríamos
41
Kemp, R. y Rotmans, J. (2001). The management of the co-evolution of technical environmental and
social systems, paper presented at International Conference towards Environmental Innovation
Systems, Garmisch-Partenkirchen.
42
Elkington, J. (1997). Cannibals with Forks: the Triple Bottom Line of 21st Century Business. Capstone
Publishing, Oxford.
43
Elkington, J. (2001). The Chrisalis Economy: how citizen CEOs and corporations can fuse values and
value creation, Capstone Publishing, Oxford.
44
Elkington, J. (2014). Breakthrough: Business Leaders, Markets Revolution, publicado en Internet y
descargable desde la página http://www.breakthroughcapitalism.com/
187
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Esta nueva visión del capitalismo y de la innovación, compartida por muchos otros y
a la que se están sumando cada vez más grandes compañías, está asentada en el paradigma
ecológico, un paradigma que desde los años setenta no ha dejado de trabajar en el análisis
del desarrollo, la crítica de éste y la concienciación. Y que también ha venido proponiendo
modelos para el cambio que constituyen el precedente de las actuales invitaciones al
cambio.
Tal como indicamos más arriba, queremos dedicar a continuación algunos párrafos a
recordar las propuestas que, a nuestro modo de ver, mejor preparan el terreno para
comprender los dos ejemplos de innovación ecosocial que abordaremos en el siguiente
capitulo.
Se puede decir que todo empezó en 1968 con Rachel Carlson y su libro “Primavera
Silenciosa”, y que continuó en los primeros años setenta con la publicación de los
impactantes informes del Club de Roma sobre los “Límites del Crecimiento”, los cuales
analizaron la dinámica del crecimiento económico y pronosticaron que, de seguir así, el
agotamiento de los recursos naturales provocaría un colapso mundial en menos de un siglo
(el primero de cuatro informes situaba la fecha en torno al año 2030).
188
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
cero”45 del Ecodesarrollo o el más reciente “decrecimiento”46), a soluciones más bien estéticas,
que pasan por asignar valor económico a las externalidades ambientales (“economía
ambiental”47) o ir aplazando la solución para más adelante (como ha resultado ser el
“desarrollo sostenible”48 en la práctica).
En estos dos paradigmas se sitúan las dos propuestas que queremos poner como
ejemplo en este capítulo, con el ánimo de sugerir caminos viables para un cambio
cualitativo de la RSE, en clave de innovación eco-social.
Obviamente esto no fue intencionado, pero ha acabado siendo así, debido a algunos
fallos que están en la base del modelo. Resumiendo, el error está en haber asentado nuestro
desarrollo industrial en un modelo de producción lineal input-output “de la cuna a la
tumba”, donde los desechos (output) no regresan al sitio de donde salieron, al contrario de
lo que ocurre en la naturaleza donde todo circula cíclicamente “de la cuna a la cuna” y nada
se pierde. El nuestro es un modelo que toma sin devolver (esquilma recursos) y que lo que
devuelve es tóxico o contaminante.
54
McDonough, W. y Braungart, M. (2002).“Cradle to Cradle. Remaking de way we made things”, North
Point Press, Editado en español en 2010 por McGraw Hill
190
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
Es cierto que desde hace años ya intentamos hacer esto aplicando un principio que
hemos denominado “eco-eficiencia”, pero los autores creen que se está aplicando mal,
porque está concebido desde la misma lógica lineal. Y explican porqué. Según ellos, las
cuatro “R” en las que consiste la ecoeficiencia (Reciclar, Reducir, Reutilizar y Regular) son
ineficaces y nos hacen creer erróneamente que estamos haciendo algo bueno. Veamos
brevemente los argumentos.
Reducir es otra de las recetas. Y los autores reconocen que los avances tecnológicos
de las últimas tres décadas han conseguido reducir los insumos energéticos y materiales
mediante procesos y productos más eficientes. Pero esta “desmaterialización” de la
economía se ha producido en términos relativos, porque en términos absolutos nuestro
impacto energético y material sigue creciendo (hay coches cinco veces más eficientes pero
hemos multiplicado por mil el número de coches). Por tanto, reducir es algo que en
términos reales sólo nos da un poco más de tiempo.
Reutitilizar, como tercera fórmula, consiste en usar los residuos para otra cosa. Esto
ofrece dos posibilidades, una en la tecnosfera y otra en la biosfera, y nos enseña algo
fundamental. Se puede usar el residuo (natural o industrial) para otro proceso industrial
(por ejemplo usar residuos para producir energía), o se puede usar un residuo (natural o
industrial) para otro proceso natural (por ejemplo usar lodos de depuradora como
fertilizante agrícola). En el primer caso la tecnología actual se basa fundamentalmente en la
incineración (extraer energía por combustión), lo cual suele generar de nuevo emisiones
tóxicas y perder materiales valiosos, cuando no requerir un esfuerzo energético (si se suman
las calorías de materia y energía implicadas) que supera la energía final obtenida. Y la
segunda opción, cuando los residuos contienen tóxicos procedentes de la tecnosfera (como
los lodos de depuradora o u otros residuos animales) éstos acaban siendo introducidos en
los metabolismos biológicos de la biosfera (en la agricultura o en la alimentación animal)
haciendo que éstos persistan en ellos y acaben en lo más alto de la cadena alimentaria,
afectando directamente a nuestra salud (la ciencia ya ha demostrado que muchos de estos
residuos actúan como disruptores endocrinos y están relacionados con la mayoría de los
tipos de cáncer). Es decir, que reutilizar, además de no resolver el problema, puede generar
problemas nuevos en los metabolismos de la biosfera. Y de esto los autores deducen una
191
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
norma básica de lo que debería ser el nuevo diseño industrial: mantener siempre separados
(no mezclar) los metabolismos técnicos y los metabolismos biológicos.
Para terminar, lo que no se resuelve por los medios anteriores intentamos resolverlo
mediante la Regulación. Los autores apuntan al hecho de que ésta se basa en prohibir y
castigar, pero nunca en premiar. Como es lógico, la inabarcable cantidad de normas
medioambientales acaba provocando comportamientos elusivos (exportar los residuos y la
producción a aquellos países donde la regulación es más blanda, o no existe), lo cual no
resuelve el problema, sólo lo traslada a otro sitio (dentro del mismo planeta, eso sí). Y, por
otro lado, la regulación acaba generando una lógica del conflicto (entre visiones ecologistas
e industrialistas) que trasladan al mundo económico la idea de que las cuestiones de
sostenibilidad van en contra del progreso.
Janine Benyus en su libro “Biomímesis”, de 1997, afirmaba: “el nuevo diseño industrial
da paso a una era no basada ya en qué podemos extraer de la naturaleza sino en qué
podemos aprender de ella”. En 2001 Amory y Hunter Lovins, apostando con fe por la
inteligencia y el espíritu humano, apuntaban: “la edad de piedra no terminó porque se
acabaran las piedras”. Y unos años antes Herman H. Daly, citando a Adam Smith, decía:
“habría tantas oportunidades para perfeccionar el arte de vivir si las mentes dejasen de
enfrascarse en el arte de medrar…”. Son tres argumentos que apuntan directamente al
cambio.
La idea parece excesivamente ambiciosa, pero este es un proyecto para las próximas
décadas, que debe comenzar ya y que, de hecho, ya ha comenzado: se está haciendo desde
hace algunos años con los materiales biodegradables, absorbibles por la naturaleza (aunque
éstos sólo suponen un pequeño porcentaje de la producción industrial), y podemos hacerlo
también (aquí está el gran reto) con los no biodegradables, con los que circulan en la
tecnosfera y que la biosfera no puede reciclar (además de ser dañada por ellos).
puedan ser recuperados al cien por cien (este sería el verdadero reciclaje, que los autores
denominan supraciclaje frente al infraciclaje actual); y 2) que los nutrientes de la tecnosfera
(materiales no biodegradables) nunca entren en los procesos metabólicos de la biosfera.
Por supuesto, las fuentes de energía deben basarse en recursos renovables. Este modo de
hacer las cosas es lo que McDonough y Braungart denominan “eco-efectividad” (o eco-eficacia,
frente al concepto de eco-eficiencia actual).
A la pregunta sobre cuáles son los beneficios de este modelo se puede responder con
cinco argumentos. En primer lugar, se trata de un modelo de sostenibilidad real a largo
plazo (con una única limitación, que es el crecimiento de la población mundial). Segundo,
es un modelo que no obliga a la austeridad o al decrecimiento, porque los residuos dejan de
ser un problema; más bien al contrario, aumentan la productividad del sistema porque,
como ocurre en la naturaleza, cuanta más basura haya más productivo es. En tercer lugar,
con un modelo como este se podría pasar de una economía de objetos y propiedad a una
“economía de servicio y flujo”59, es decir, en la que los objetos no se compran sino que se
alquilan, ya que las empresas estarían interesadas en fabricar productos duraderos y de
calidad (frente a la insostenible “obsolescencia programada” actual). Cuarto, tendríamos un
modelo de desarrollo que genera bienes para todos los seres vivos de este planeta, no sólo
para la especie humana (un modelo que coevoluciona dentro del sistema natural incrementa
la riqueza de éste). Y, finalmente, tendríamos una idea positiva de nosotros mismos como
especie, una especie que respeta la vida y crea vida, y no que la destruye.
¿Hay alguien a quien no le guste una idea así? ¿Por qué no la ponemos en marcha?
Suele haber dos objeciones entre “quienes hacen lobby por el viejo mundo”60: 1) Que no es
un modelo rentable a corto plazo. Falso: ya hay muchos ejemplos de empresas que han
empezado a trabajar así y han obtenido, bastante pronto, más beneficios que con el modelo
anterior61. 2) Que no disponemos de la tecnología necesaria para rediseñar todos nuestros
productos y procesos industriales, ni tampoco la tecnología energética. Esto es cierto a
57
En la web del “Instituto de Innovación de productos Cradle to Cradle”, fundado por McDonough y
Braungart se pueden ver muchas de las empresas que ya están certificadas según el protocolo de diseño
C2C: http://www.c2ccertified.org/innovation_hub/innovators (web consultada en agosto de 2014)
58
Se puede ver un ejemplo del diseño de una de las 8 ciudades que McDonough y Braungart están
diseñando (éste es el de la futura ciudad china de Liuzhou) al final de este vídeo, en una charla de
McDonough en TED en 2005: http://www.ted.com/talks/william_mcdonough_on_cradle_to_cradle_design#t-
10713 (ver min. 17 al 20) (web consultada en agosto de 2014)
59
Idea desarrollada por Paul Hawken y Amory y Hunter Lovins en su libro (2000). ”Natural Capitalism:
Creating the Next Industrial Revolution”, Shanghai Popular Science Press.
60
Expresión tomada de John Elkington
61
Recomendamos ver los ejemplos mostrados en el documental “100 % hecho de basura”, disponible en
muchos sitios de Internet, como éste: http://vimeo.com/40281737 (web activa en agosto de 2014)
193
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
medias, porque ya hay tecnologías, unas incipientes y otras más avanzadas, y porque este es
un proyecto de cambio de sistema que, lógicamente, requerirá de décadas de trabajo. La
cuestión es si queremos comenzarlo o preferimos seguir donde estamos.
62
McDonough, W. y Braungart, M. (2013, april). The Upcycle: Beyond Sustainability-Designing for
Abundance”, North Point Press.
63
Se puede obtener información sobre los libros, los autores, los proyectos, la certificación C2C, etc. en
la página web http://www.cradletocradle.com/ (activa en agosto de 2014)
64
Publicado en España en 2012: Felber, C. La economía del bien común, Deusto, Bilbao, 2012
El libro fue desarrollado por Christian Felber a partir de otro libro suyo más amplio publicado con el
título: “Nuevos valores para la economía”, Deuticke, 2008
65
Dato tomado en agosto de 2014 de la web http://economia-del-bien-comun.org/es
66
Uno de los análisis más directamente relacionados con esta idea, aunque no en la conclusión final, es el
planteamiento que en los años setenta el sociólogo norteamericano Daniel Bell expuso en su libro
(1977). “Las contradicciones culturales del capitalismo”, Alianza Editorial, Madrid
194
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
Felber entiende que tal contradicción provoca distorsiones a todos los niveles y que
no se puede seguir justificando (para Felber el “miedo” es el verdadero factor en el que se
sostiene el modelo económico actual). Así que se pregunta cómo integrar en la economía
los mismos valores que operan en el resto de la sociedad, como modo de construir
empresas que trabajen a favor de los valores sociales (o ético-sociales) y no contra ellos. Y,
sobre todo, se pregunta cuáles han de ser estos valores.
Esto supone hacer dos cosas: 1) cambiar por ley algunas de las reglas que regulan la
economía, para que se ajusten al nuevo objetivo; y 2) cambiar el modo de medir el
resultado económico y empresarial, conforme a esas nuevas reglas. Ninguna de las dos
medidas obliga a transformar las estructuras económicas, que seguirán igual: seguirá
habiendo una economía de mercado, propiedad privada, empresas que compran y venden,
balance financiero, etc. “El mapa genético no lo tocamos”, dice Felber, “sólo cambiamos la
orientación”.
Lo primero es fácil de hacer. Sólo hace falta modificar las leyes y hacerlo de modo
democrático, por referéndum67 o con métodos de participación más modernos y
avanzados: Felber propone, mejor que el modelo de decisión por mayoría simple (que
puede acabar enfrentando al 51% de la población con el 49%) el método del consenso
sistémico, que mide el “grado de resistencia” a una propuesta (por ejemplo se ofrecen cuatro
variantes y gana la que menor rechazo recibe). Ese cambio legislativo iría en la línea de
prohibir algunas prácticas (como la inversión especulativa) y articular los instrumentos para
“premiar” a las empresas que contribuyan al bien común.
67
La práctica del referéndum en algunos países como España se utiliza muy rara vez, pero en otros países
del centro y norte de Europa está muy extendida. Por ejemplo en Reino Unido hay miles de referéndum
locales o regionales cada año para decidir infinidad de cosas. Además las nuevas tecnologías facilitan
mucho estos procesos participativos.
195
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
trataría de los equivalentes no financieros del actual Balance Financiero y del Producto
Interior Bruto que, por otro lado, siguen existiendo, pero pasan a un segundo plano,
porque no serán ya el principal indicador del “éxito” de una empresa o de una economía.
La empresa seguirá teniendo su balance financiero, pero será su Balance del Bien Común el
que determine su contribución al bienestar general.
Desde la primera propuesta de Balance del Bien Común (BBC) en 2010, en este
momento68 la herramienta va por su cuarta versión. Se trata de una metodología que en
estos primeros años se ha ido construyendo de modo colaborativo entre las empresas y los
distintos círculos y redes que participan en el proyecto69, y ha alcanzado ya un alto grado de
desarrollo, previendo aprobar una versión común definitiva (aunque seguirá siendo
mejorada desde la experiencia y el aprendizaje) después del cuarto año de vida del proyecto.
¿Qué es lo que mide el Balance del Bien Común, y cómo lo mide? El modelo
actualmente desarrollado de BBC consta de 17 indicadores agrupados en 5 categorías,
correspondientes a los cinco valores universales incluidos en el concepto de bien común:
dignidad humana, solidaridad, sostenibilidad ecológica, justicia social y participación democrática y
transparencia. Estos cinco criterios se relacionan con cinco tipos de stakeholders mediante
los 17 indicadores y cada indicador puede recibir una puntuación de hasta un máximo de
90 puntos, según el grado de contribución de la empresa a ese indicador. Todos los
criterios forman como máximo 1000 puntos. Y además hay unos criterios negativos para
penalizar cierto tipo de comportamientos negativos.
¿Qué ventaja tiene para las empresas hacer su Balance del Bien Común? Habría,
básicamente, dos tipos de ventajas. En primer lugar, una vez modificado el sistema legal, las
empresas serán premiadas según su aportación al bien común, mediante por ejemplo
reducción de impuestos o tasas en aduanas, obtención de préstamos a un interés más bajo,
ayudas directas o prioridad en encargos o compras por parte de las administraciones
68
Este texto se ha escrito en agosto de 2014
69
El Movimiento del Bien Común está organizado con cinco tipos de estructuras colaborativas: a) Redes
regionales y locales (los denominados Campos de Energía); b) Redes de competencia (denominadas
Círculos de Actores); c) Empresas y Organizaciones; d) Municipios y Regiones; f) y Círculos de
Coordinación. Se pueden consultar en la web http://economia-del-bien-comun.org/es/node/17
70
Los tres elementos del proceso son: 1) el Informe del BC, en el que la empresa documenta de forma
detallada las actividades relacionadas con cada indicador; 2) el Balance del Bien Común, que no es
más que una aplicación informática (hasta ahora un excel) que ayuda a calcular y ponderar las
puntuaciones de cada indicador; y 3) el Testado, que es el documento expedido por la auditoría externa
y certifica la otorgación de puntos. Para cada uno de estos elementos se han desarrollado manuales
explicativos y, en el caso por ejemplo del Informe del BC, existen hojas explicativas para cada uno de
los 17 criterios.
Todos estos documentos están en el sitio web http://economia-del-bien-comun.org/es/content/documentos
71
La Matriz del Bien Común es un cuarto documento, que resulta de los otros tres, y que sólo tiene una
utilidad pedagógica y de comunicación, ya que en ella se resume de un vistazo el conjunto de los 17
indicadores y la aportación de la empresa en cada uno de ellos.
196
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
públicas. En segundo lugar, la puntuación del Balance aparecería reflejada en las etiquetas
de los productos para que los consumidores pudieran conocer cómo se comporta cada
empresa y decidir en base también a esa información. Se ha propuesto un código de cinco
colores (similar al del gasto energético de los electrodomésticos) para que la ubicación de la
empresa fuese más fácil; y se ha propuesto también que leyendo el código de barras del
producto con un teléfono móvil se pueda acceder por Internet al BBC del la empresa.
Con estas medidas se da ventaja a las empresas que hacen bien las cosas (con lo cual,
pasado un tiempo, ninguna empresa estará interesada en seguir haciéndolas mal), y se
cumple en el mercado una de las promesas incumplidas de la teoría económica: la
información simétrica y completa.
197
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Por último, para invertir la polaridad del marco actual de incentivos es necesario,
como ya hemos apuntado, un cambio legal. En la propuesta de Felber hay cuatro cosas que
deberían estar prohibidas (porque son la clave de la deriva actual del capitalismo) y todos
los demás posibles cambios deberían ser decididos democráticamente por la ciudadanía.
Los cuatro aspectos a prohibir serían: a) las inversiones financieras de cualquier tipo,
es decir, el “casino financiero”, hacer dinero del dinero (solo estarían permitidas las
inversiones productivas); b) el reparto de beneficios entre propietarios que no trabajan en la
empresa (el beneficio extraordinario estará vinculado al trabajo); c) la absorción de otras
empresas en contra de su voluntad (hará falta una mayoría favorable de los stakeholders de
la segunda para que la fusión pueda tener lugar); d) las donaciones de empresas a partidos
políticos (las donaciones a partidos sólo pueden ser de particulares).
Está claro que estas cuatro prohibiciones ponen el dedo en la llaga de la economía
financiarizada actual y de la banca financiera. Pero cada vez son más voces, incluso dentro
de las empresas, las que piden que el capitalismo se reinvente, porque la situación no es
sostenible. La propuesta de Felber muestra una salida y ofrece algunas claves ahora mismo
(tal como estamos, imbuidos de la lógica del ganar-perder) difíciles de creer, pero
plausibles.
La pregunta que surge ahora es cómo podemos interpretar estas dos propuestas
desde el lenguaje de la RSE. O, quizá mejor, cómo podemos reinterpretar la RSE desde
ellas. ¿Aportan algo nuevo a la RSE o son algo distinto?
En primer lugar, hay algunas cosas que ambas propuestas tienen en común: las dos
son radicalmente innovadoras. Las dos nacen de personas pioneras, que han sabido
reinterpretar el discurso de otros que les precedieron pero que, sobre todo, han sabido
cómo moldearlo creando una forma concreta, práctica, aplicable, coherente. Y algo muy
importante, una idea seductora y deseable. Las dos son propuestas capaces de ilusionar, y
eso es porque en ellas está el germen de algo nuevo.
72
Recomendamos ver en http://vimeo.com/36931130 la conferencia impartida por Christian Felber en
febrero de 2012 para la Universidad Politécnica de Valencia (visualizar el vídeo a partir del min. 19)
198
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
todas las especies de este planeta”, afirma Braungart. Las dos propuestas contienen un
impulso de mejora que nace y conecta con el lado más emocional del ser humano.
Desde una perspectiva práctica, C2C es una idea más fácil de asumir para la
empresa, ya que se trata esencialmente de una innovación de base técnica, y además está
explicada con un lenguaje comprensible y sistemático, apoyado en “una visión de la vida
que gusta a todos”. También es una propuesta que habla de rentabilidad y productividad,
que es la lógica que la empresa mejor entiende. Y tiene, asimismo, la ventaja de ser un
proyecto mucho más consolidado, con más de una década de experiencias y ejemplos de
éxito. Por todas estas razones prácticas, C2C es una idea más fácil de encajar en la parte
medioambiental de la RSE actual.
En cuanto a los sistemas de Certificación, que ambas propuestas contienen, hay que
decir que el Certificado C2C ya está oficialmente considerado en Estados Unidos como un
sello de sostenibilidad y de responsabilidad social. En Europa de momento no lo es. En
cambio, la Certificación del Balance del Bien Común está aún en fase de experimentación
y desarrollo dentro del propio “movimiento del bien común”. Y en este momento es
incierto cómo puede evolucionar dicho movimiento. Aunque su modelo de Balance del
Bien Común podría ser perfectamente reconocido como un sello más de responsabilidad
social, incluso si no se produjese ninguna de las reformas legales para la economía que se
proponen. La metodología es sencilla y la matriz muy fácil de entender. Y la idea de
trasladar la información al consumidor mediante códigos de colores y la lectura del código
de barras creemos que tiene muchas posibilidades, incluso, de potenciar el propio modelo
de BBC.
Para terminar, si miramos estas dos propuestas desde las teorías y modelos de RSE
que hemos analizado en capítulos anteriores, encontramos que ninguna de las dos
propuestas encaja en ninguno de los discursos de la RSE. Veamos por qué.
199
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Si retomamos la tabla de síntesis que habíamos elaborado para conectar los discursos
teóricos de la RSE identificados por Garriga y Melé con los dos modelos básicos de RSE
descritos por José Miguel Rodríguez, podemos verlo más claro:
Elaboración propia
Por otro lado, en C2C tiene mucho peso el sentido estratégico de la innovación que
se propone (no es una propuesta que se fundamente en razones sólo científicas y
espirituales, ni tiene un enfoque prescriptivo). Tal como demuestran las experiencias de
éxito de muchas empresas, C2C es ya algo más que una interesante oportunidad estratégica
para la empresa, y empieza a ser una necesidad.
En cuanto a la Economía del Bien Común, aquí está más claro el fundamento
normativo, con una clara conceptualización ético-política. Pero hay también un aspecto
estratégico implícito en el planteamiento de cambio: para alcanzar el nuevo orden
económico que se persigue es necesaria una “estrategia democrática” que legitime y permita
cambiar el orden legal de la economía. Los fines del proyecto no son estratégicos, pero los
medios sí. Y en el nivel de la empresa, el Balance del Bien Común se convierte en la
principal estrategia de éxito para ésta, entendiendo el éxito, eso sí, de un modo distinto. Al
igual que en C2C, en la EBC hay una idea de la empresa como protagonista central del
cambio y de la innovación social. Y en el caso de la EBC la legitimidad de la empresa se
sitúa en la posibilidad de ésta de ser coherente con la contribución al bien general que está
estipulado normativamente en las declaraciones ético-políticas del sistema democrático.
Por tanto, la conclusión a la que llegamos es que ninguno de los dos proyectos encaja
en los esquemas de la conceptualización actual de la RSE. Porque, siendo propuestas de
cambio para la economía y para las relaciones entre empresa-sociedad, se han elaborado
200
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
desde una lógica distinta a la de la RSE tradicional, desde una lógica que podríamos calificar
de “metaeconómica”. Es decir, son propuestas disruptivas, que contienen en sí mismas un
concepto de empresa y de sociedad distintos a los actuales, tanto en la relación de ambas
con el entorno, que se plantea en términos de globalidad (integración con el sistema natural
en C2C e integración sociopolítica en EBC), como en su configuración interna, la de cada
una de ellas (tanto la empresa como la economía se redefinen ambiental y socialmente de
un modo disruptivo).
La Economía del Bien Común, en particular, entendemos que va mucho más allá de
la RSE tal y como ésta ahora está concebida, superándola en dos sentidos. 1) La EBC
encuentra una nueva vía de legitimidad para la empresa ante la crisis sistémica actual
(contribuir al bien común de la sociedad) y ello sin inventar nada nuevo (apoyándose, sin
más, en una “hipernorma” ético-política ya consensuada e interiorizada por todos). 2) Por
otro lado, en sus aspectos metodológicos dentro de la empresa, la EBC es algo así como un
modelo stakeholder auténticamente pluralista. De tal manera que, si llegara a realizarse, en
la Economía del Bien Común no haría falta que la empresa hiciera RSE, porque la
Resposabilidad Social estaría integrada en sus objetivos y en su Balance del Bien Común.
Si lo miramos desde otro punto de vista, el de la RSE actual (más limitada), el nuevo
marco legal de la EBC permitiría desarrollar el modelo de RSE Avanzada, ya que habría un
contexto coherente y favorecedor. ¿Qué es lo que ofrece, por tanto, la EBC a la RSE? Tal
vez, simplemente, una guía de ruta.
73
Rodríguez, J.M. (2013, noviembre, 14). “Responsabilidad social corporativa y crisis económica”,
Conferencia impartida en la Universidad de Valladolid, en la jornada “Alianzas Público-Privadas para
el Desarrollo”
74
Banerjee, S.B. (2007). Corporate Social Responsibility: The Good The Bad and The Ugly, Cheltenham:
Edward Elgar.
201
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Es evidente que el problema no está sólo en las intenciones de las empresas, sino en
la lógica y el margen de acción real de las empresas, según el modelo de mercado vigente y
el marco institucional de la economía. Por tanto, es hora de dejar de culpabilizar sólo a una
parte y ponernos a trabajar juntos, desde la honestidad, en un modelo de empresa, de
innovación, de RSE y de sociedad que supere las contradicciones y comience a resolver de
una vez los problemas colectivos.
Como apartado final de este capítulo 5 quiero exponer aquí, de modo sintético y
enunciativo, las principales conclusiones personales que he obtenido tras este estudio
teórico de la RSE. Las agruparé en cinco secciones, con el siguiente orden argumental:
He aquí algunas conclusiones, a modo de propuesta, a las que he llegado tras leer a
otros y pensar en ello:
1) empezar por aprovechar las ventajas del capitalismo (el modelo de mercado
permite conjugar libertad y reparto como ningún otro);
2) pero incorporar en él, de manera real, los principios ético-políticos que ya están
aceptados por todos en las constituciones democráticas (aquí el Estado debe
aportar lo que de él se espera: un marco normativo para la economía que respalde y
que garantice el efectivo cumplimiento de esos principios constitucionales);
75
Red, de la N. (2013, noviembre, 14). “La RSE en la práctica””, Conferencia impartida en la
Universidad de Valladolid, en la jornada “Alianzas Público-Privadas para el Desarrollo”
202
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
3) apostar por una nueva racionalidad (pongámosle el nombre que sea), que
incorpore la sostenibilidad ambiental real y el bien común como condiciones
centrales de toda actividad, política o económica;
4) y, sobre las anteriores premisas, desarrollar la innovación a todos los niveles,
(técnico, científico, organizacional, económico, político… y, por supuesto, también
estético).
stakeholders
MARCO INSTITUCIONAL < Nivel Meso
(Cultura + Legalidad y Mercado)
innovación
(Organización y Procesos)
Elaboración propia
203
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Según esto, la tabla de Alvarado quedaría ampliada tal y como se puede ver a
continuación:
> Económica
Tipo de Racionalidad
> Estratégica
> Psicológica
> Sociológica
> Ética
Cradle to Cradle
> Holística
Economía del Bien Común
Elaboración propia
El modelo resultante no sólo permite integrar los dos proyectos que hemos analizado
en este trabajo, sino que ofrece un espacio nuevo para el desarrollo de teorías o
conceptualizaciones que puedan combinar estas dos categorías con cualquiera de las que ya
había en la tabla original.
Por otro lado, el esquema resultante creemos que aporta, además de una visión más
amplia de la RSE, una conexión de los nuevos enfoques eco-sociales, integrándolos de
modo dinámico con los anteriores.
76
Alvarado, E. Vigné, R. Currás, R. (2011, enero-marzo). Perspectivas teóricas usadas para el estudio de
la responsabilidad social empresarial: una clasificación con base en su racionalidad, Estudios
Gerenciales, Vol 27. nº 118, p.115-137
204
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
Valores
RSE
Economía del
Normativo- Bien Común
Prescriptiva EBC
vision a
vision a
Corto
Largo Plazo
Plazo
Estrategia
Elaboración propia
Partimos de las dos dimensiones básicas que creemos nos permiten describir una
concepción dinámica de la RSE: el tipo de motivación de la RSE de la empresa (motivación
estratégica y motivación normativa) y el tipo de visión temporal desde el que se concibe la
RSE en la empresa (visión de corto y de largo plazo). La disposición de estas categorías en
los dos ejes describe un recorrido de avance temporal (de izquierda a derecha) y de
evolución conceptual (de abajo arriba) de la RSE
Los cuadrantes resultantes nos permiten ubicar a la izquierda los dos modelos
actuales de RSE, ambos con una concepción fundamentalmente estática de ésta. Los
cuadrantes de la derecha permiten incluir concepciones dinámicas de la RSE, tanto las más
próximas a una visión estratégica como las más afines a una visión normativa.
Las propuestas Cradle to Cradle y de Economía del Bien Común las hemos situado en
cuadrantes distintos. La primera entendemos que se aproxima más a una visión estratégica,
eso sí, mucho más avanzada que las actuales. Y la segunda no cabe duda que encaja en el
espacio reservado en el gráfico para las propuestas de RSE más proactivas.
205
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
A lo largo de este trabajo hemos ido mencionando, sin llegar a formalizarlo como tal
en ningún momento, que existe un punto de vista empresarial-managerial sobre la RSE, que es
distinto al discurso institucional (el de las administraciones o los gobiernos) y, en los últimos
años, en la mayoría de los casos muy distinto al discurso académico.
INNOVACIÓN
Elaboración propia
206
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
están condenados a no encontrarse si no se establece algún puente que los acerque. Y ese
puente puede ser, a nuestro modo de ver, el del discurso institucional que, al menos en el
contexto de la Unión Europea, trata de vincular la RSE a una idea genérica y amplia de
innovación social, que permita alcanzar dos objetivos también genéricos de desarrollo
económico y cohesión social.
Las flechas horizontales con las que hemos conectado estos conceptos (Diálogo con
Cohesión Social y Competitividad con Desarrollo Económico) deberían suponer un
camino de confluencia entre las visiones normativas e instrumentales de la RSE. No cabe
duda que el marco institucional es el puente y el soporte sobre el que se puede articular un
marco de relaciones económicas y de responsabilidad social que contribuya realmente a los
objetivos de desarrollo y cohesión (los cuales, por otra parte, son una seña de identidad del
proyecto europeo, pero también pueden ser un modelo para otros espacios nacionales o
regionales).
Desde mi punto de vista, y esta es la propuesta práctica que quería hacer, entre los
tres discursos deben establecerse mutuos acuerdos e intercambios para poder definir entre
todos un modelo de RSE coherente y efectivo. La aportación académica a los otros dos
grupos tiene que salir de la investigación y sustanciarse en propuestas tanto teóricas como
metodológicas sobre RSE. La aportación de las instituciones es fundamental y debería ser más
firme de lo que lo viene siendo, para establecer de una vez un marco normativo y vinculante
para la RSE (en el siguiente apartado haremos una propuesta a este respecto), y para
articular al mismo tiempo los incentivos económicos que toda RSE necesita para no jugar en
desventaja.
Esta que sigue es una propuesta de medidas concretas destinadas a poder establecer
qué empresas hacen RSE y cuáles no.
1) Sólo hay RSE si ésta asume el problema de los límites físicos del crecimiento
económico (y trabaja desde la innovación, propia o ajena, para resolverlos).
2) Tampoco hay RSE si ésta no respeta, en todos los países donde la empresa actúa,
los principios mínimos de los derechos humanos y laborales establecidos en las
convenciones o normas internacionales correspondientes. En esto la empresa ha de
ser radical y anteponer siempre los valores al negocio. Si no, que no haga RSE y que
207
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
lo diga. (En este aspecto, hacer RSE en países menos desarrollados debería implicar
el aplicar unos estándares de derechos laborales y sociales superiores a los que
obliga la ley de dichos países).
3) Tampoco hay RSE si ésta contraviene las leyes fiscales (o elude las mismas) de
todos y cada uno de los espacios nacionales, regionales o locales en los que actúa.
Es decir, la actividad económica realizada en un lugar ha de tributar siempre en ese
lugar. (Esto presupone aceptar la legislación fiscal vigente y no presionar ni
negociar ningún tipo de contrapartida para modificarla a su favor).
4) Cumpliendo con las tres condiciones anteriores, la empresa puede hacer la RSE que
desee, según el tipo de relación que quiera tener con sus stakeholders y el grado de
apuesta que quiera hacer por la innovación.
Una vez que esta metodología se haya desarrollado y difundido se debe dar a las
empresas un periodo transitorio de adaptación. Pero aquellas empresas que, desde el primer
momento técnicamente posible, cumplan con los requisitos mínimos deben recibir la
certificación de RSE correspondiente y comenzar a beneficiarse (ser premiadas) con las
ventajas legales asociadas a tal cumplimiento.
A) Una RSE regulada. Se trata de una RSE “de mínimos”. Aunque es una RSE
voluntaria (ninguna empresa está obligada a hacerla si no quiere). Pero es una RSE
premiada con incentivos económicos, los que la legislación establezca (por ejemplo
reducción de impuestos, subvenciones directas, préstamos con un tipo de interés
menor, preferencia en contratos o compras públicas, etc.). Por otro lado, en el
mercado, estas empresas podrán exhibir en sus productos los sellos o indicativos
informativos de RSE que se establezcan.
B) Y una RSE discrecional. Se trata de una RSE “de máximos” que cada empresa
define y organiza con toda libertad. Aquí cada empresa podrá comunicarla con los
medios o herramientas que prefiera. Sólo se pondrán límites a ciertos aspectos
formales de la comunicación para evitar confundir al consumidor (por ejemplo,
estableciendo un orden jerárquico de ubicación o tamaño de los diversos sellos
distintivos de RSE que pudieran surgir, que nunca deben destacar por encima del
distintivo establecido para la RSE regulada).
208
Capítulo 5.- Teorías, modelos y nuevas vías para la RSE
5) Reflexión final
Hay dos mantras en el discurso managerial actual de la RSE: 1) “la ética vende”, y 2)
“la RSE es algo voluntario”. Lo que se deduce de ambas premisas es una conclusión no
confesable: “seremos éticos (o haremos creer que lo somos) sólo cuando sí conviene”. Se
trata sin ninguna duda de una visión instrumental absoluta y una manipulación me atrevo a
decir que descarada del discurso ético. A no ser que quienes conjugan esos dos mantras
sean todos miopes, tuertos y sordos77.
Eso, por mucha metodología de gestión que se le ponga, no es RSE. Pero las reglas
actuales de mercado no animan a otra cosa. Por tanto, nada va a cambiar si las reglas
actuales de la economía permanecen igual.
Recientemente Ramón Jáuregui afirmaba “no podemos admitir una RSE que no lo es. No
podemos admitir más incoherencias, más contradicciones y más falseamientos de la verdadera RSE” 78. Se
necesita, por tanto, impulsar desde los poderes públicos un marco normativo de mínimos
que deje claro quién hace verdadera RSE (y puede por tanto usar esa etiqueta) y quién no.
77
tomo esta expresión del título de un artículo de José Miguel Rodríguez (2002) titulado“Mercados
miopes, directivos tuertos y auditores sordos”
78
Jáuregui, R. (2014, junio,18). “ASÍ, NO”, artículo publicado en el Dossier nº 14 de Economístas sin
Fronteras, texto en línea en http://www.diarioresponsable.com/portada/destacados/17859-rse-espana-asi-no-
ramon-jauregui.html
209
CAPÍTULO 6.- BALANCE FINAL:
LUCES Y SOMBRAS DE LA RSE
211
212
Capítulo 6.- Balance final: luces y sombras de la RSE
Estas son:
la relacionada con el “valor” que aporta la RSE, especialmente a las empresas (aquí
predominan los argumentos manageriales), pero también para la sociedad (aquí los
institucionales);
la que apunta a las debilidades y limitaciones de la RSE, como concepto y como
práctica empresarial (en esto es el discurso académico el que toma la palabra);
y la que trata de responder a los modelos de RSE y de empresa que son posibles o
que podrían serlo, indicando cuáles son las condiciones básicas de lo que
deberíamos considerar una Empresa Responsable.
Vamos a centrarnos primero en las ventajas que la RSE tiene para la empresa o para
cualquier otro tipo de organización. En esta parte final del trabajo queremos ser sintéticos,
por lo que haremos una muy breve alusión al Libro Verde y, acto seguido, ordenaremos las
ventajas de la RSE para la empresa en un esquema de síntesis.
El Libro Verde mencionaba ya en 2001 que la RSE podría tener una muy importante
incidencia económica en las empresas. En el punto 25 del Libro Verde se habla de la
incidencia económica de la RSE a través de dos tipos de efectos positivos para la empresa:
y unos efectos positivos indirectos: como el logro de una mejor percepción por parte
de los consumidores y los inversores, lo cual amplia notablemente las posibilidades
de la empresa en el mercado. Del mismo modo se menciona cómo las prácticas no
responsables afectan negativamente a activos empresariales como la imagen o la
marca.
213
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
De todo lo anterior se deduce que cada vez tiene menos sentido seguir planteando el
dilema “¿beneficios o principios?”. Para muchos autores estamos entrando en una etapa
histórica en la que la materia prima fundamental de la economía está hecha de información
y de valores culturales, por lo que comenzar a gestionar los intangibles que afectan a las
empresas ha dejado de ser un coste o una carga, para convertirse en una inversión
estratégica. Sin contar con la capacidad de la RSE para poner en marcha procesos de
innovación. Lo que verdaderamente empieza a ser un coste y un serio riesgo para la
empresa no es la responsabilidad, sino “la no responsabilidad”.
214
Capítulo 6.- Balance final: luces y sombras de la RSE
Uno de los referentes institucionales clave es la Unión Europea, por lo que nos
remitiremos a ella reproduciendo a continuación la contribución que en este tema hizo la
Comisión Europea en su Comunicación de 2006 1 sobre los beneficios sociales y ambientales
de la RSE. La Comisión reconoce que “las prácticas de RSE no son ninguna panacea y no
puede esperarse que consigan resultados por sí mismas. No sustituyen a la política, pero
pueden contribuir a lograr varios objetivos políticos”, tales como:
mercados laborales más integrados y mayores niveles de inclusión social, si las empresas
buscan activamente contratar a más trabajadores de grupos desfavorecidos;
un mayor respeto a los derechos humanos, la protección del medio ambiente y las
normas laborales básicas, sobre todo en los países en vías de desarrollo;
1
Comisión Europea (2006, marzo, 22) Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo
y al Comité Económico y Social Europeo: “Implantando una alianza para el crecimiento y el empleo:
haciendo de Europa un polo de excelencia en RSE”
en www.ec.europa.eu/employment_social/soc-dial/csr/index.htm
215
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Para Adela Cortina2 la principal debilidad de la RSE reside en el hecho de que puede
fácilmente ser manipulada, con el único objetivo de alcanzar una buena reputación que
permita a la empresa ser más competitiva, sin más interés por la RSE que el de hacer de ella
un mero maquillaje con fines instrumentales. La RSE como mero reclamo puede morir de
éxito en muy poco tiempo, si no considera los objetivos sociales y ambientales que
verdaderamente implica. “La ética vende”, afirma Cortina, y “como todo lo valioso en esta
vida, como todos los grandes ideales, pueden manipularse precisamente porque atraen”.
“La RSE no puede consistir sólo en una competencia febril por aparecer en todos los
rankings y cumplir con las exigencias burocráticas”(…) “pensar en los colectivos
desfavorecidos o apoyar obras cuasi benéficas, todo ello con el único fin de generar capital,
simpatía y buena reputación”. Adela Cortina defiende la necesidad de concebir la RSE
“como una herramienta de gestión, como una medida de prudencia y como una exigencia de justicia”.
2
Cortina, A. (2006). La responsabilidad social corporativa y la ética empresarial, en VVAA “Mitos y
Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa en España. Un enfoque interdisciplinar”
Thomson-Civitas, Madrid, pp.109-120
3
Rafols, C. (2007). ¿Etica en las empresas o empresas éticas? Avanzar en una implantación
contradictoria, en VVAA, “Ética, Economía y Empresa, Gedisa, Barcelona, pp.183-192
216
Capítulo 6.- Balance final: luces y sombras de la RSE
Si las dificultades son de tipo cultural, la solución, para Rafols, pasa por incorporar y
homologar la transparencia como principio de acción. Sólo el principio de transparencia, más
incluso que el propio concepto de responsabilidad, es capaz de interrogar a la organización
sobre sí misma (“si no eres capaz de explicar lo que hiciste en el despacho “x”, entonces no
lo hagas”) y tener claras quienes son las partes interesadas en la empresa, tanto internas
(trabajadores…) como externas (consumidores, comunidad…) e incluso ausentes (las
generaciones futuras). Para Rafols, sólo la ética permite obtener beneficios, expulsando del
mercado a los “tramposos”; y sólo la transparencia garantiza la viabilidad de la empresa,
dando seguridad al inversor, confianza al mercado y derechos a los trabajadores.
El conflicto entre generar valor vs. cuenta de resultados. Desde un punto de vista sistémico,
nunca más que hoy se hace evidente que asumir como objetivo y finalidad de una
empresa la generación de beneficios es confundir el medio con el fin. Una empresa
sólo tiene sentido si contribuye al desarrollo y al progreso de la sociedad. La
globalización y la economía financiera han hecho perder esta perspectiva, que es
imprescindible recuperar.
La dificultad de cuantificar los intangibles. Las empresas no suelen tener muy claro qué
beneficios u objetivos concretos desean lograr con su política de RSE, aparte de
mejorar su imagen. Es difícil cuantificar los resultados de una política y medir su
utilidad si no se sabe lo que se desea. Tampoco existen las herramientas adecuadas
para trabajar eficazmente con los intangibles.
4
Casado Cañete, F. (2006). La RSE ante el espejo. Carencias, complejos y expectativas de la empresa
responsable en el siglo XXI, Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, p.96 y ss.
217
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Por su parte Javier Quintana5 ha analizado los factores que a su juicio limitan del
desarrollo de la Responsabilidad Social en el contexto de la sociedad española. Son los
siguientes:
Una base científica incompleta. Se suele dar por sentado que las empresas deben ser
socialmente responsables para ser competitivas, pero no existen estudios empíricos
a nivel general o sectorial que demuestren las consecuencias que tiene la RSE en la
cuenta de resultados.
Un escaso conocimiento entre los consumidores españoles. Así lo demuestran los informes
que Forética y otras entidades vienen elaborando en los últimos años. Esto limita el
efecto que la adopción de prácticas de RSE tiene en la competitividad de las
empresas.
La falta de formación, capacidad y cultura en las empresas sobre la RSE. Esto afecta tanto
al alto directivo como al trabajador manual. Para que la RSE sea una realidad el
compromiso de la entidad tiene que ser aplicado individualmente por cada uno de
sus trabajadores.
Por último, Eva Ramos6 ha analizado también los factores relacionados con la RSE
en el contexto español. Pero se ha centrado en la ISR, tratando de describir las razones por
las que la Inversión Socialmente Responsable no termina de despegar en España. Eva
Ramos identifica cuatro razones relacionados con la demanda de ISR y otras tres vinculadas
a la oferta, el entorno y el marco regulador de la ISR en nuestro país. Estas son las
dificultades:
5
Quintana Navío, J. (2005). Responsabilidad Social en las Empresas Familiares, Cuadernos de
Responsabi-lidad Social Corporativa, cuaderno nº3, Ed. Forética, Madrid.
en www.foretica.es/conocimiento/?accion=biblio
6
Ramos Pérez-Torreblanca, E. (2006). La Inversión Socialmente Responsable y el Desarrollo de la
Responsabilidad Social Corporativa, en “Mitos y Realidades de la Responsabilidad Social Corporativa
en España”, Thomson-Cívitas, Navarra, pp.281-302
218
Capítulo 6.- Balance final: luces y sombras de la RSE
Falta de cultura financiera del inversor (demanda). En España hay una menor tradición
de invertir en acciones que en los países anglosajones, tanto entre el público en
general como por parte de los sindicatos y de la Administración.
Percepciones erróneas sobre la rentabilidad de la ISR (demanda). Por este motivo muchos
fondos han evitado incluir consideraciones éticas en sus decisiones de inversión por
temor a no alcanzar la misma rentabilidad, aunque la evidencia empírica demuestra
que no tiene por qué ser así.
Falta de interés por parte de las instituciones gestoras de fondos (oferta). A diferencia de lo
que sucede en países como EEUU o el Reino Unido, las gestoras de fondos no se
han preocupado ni de promocionar los productos de ISR ni de formar a sus
profesionales y capacitarles para integrar los aspectos ambientales, sociales y de
buen gobierno en sus técnicas de análisis.
219
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
Es posible que algunas de las iniciativas en curso en Europa (la Alianza Europea por la
RSE o el impulso de las últimas Comunicaciones de la Comisión Europea sobre la materia) y
en España (el Libro Blanco de la RSE y la esperada Ley de RSE) contribuyan a despejar
algunas de las barreras, pero hará falta sin duda un proceso de evolución complejo, tanto de
las herramientas de gestión como de las actitudes empresariales y ciudadanas, a favor de
una acción conjunta por la sostenibilidad global. La tarea no parece nada fácil, por lo que
sería necesario empezar clarificando, y así queremos terminar este trabajo, cuáles son las
condiciones que deberían caracterizar a una “empresa responsable”.
La globalización está en manos de las empresas (la mitad de las cien primeras
economías del mundo son empresas multinacionales).
La situación ambiental (cambio climático, contaminación y agotamiento de
recursos) y la situación social (pobreza y desigualdad) son insostenibles.
La sociedad demanda cada vez con más fuerza, y capacidad de presión, una mejora
en la distribución de los beneficios del desarrollo.
La empresa inteligente sólo puede responder a estos retos con una actitud que consiga renovar
su legitimidad social y garantizar su viabilidad económica, contribuyendo a la sostenibilidad
ecológica y a la cohesión social. Los retos de la empresa inteligente y responsable, en este
momento, pueden concretarse en tres:
1. Comenzar por reconocer el impacto ambiental, social y económico que sus actividades
tienen. La empresa debe darse cuenta de cuál es su papel para poder implicarse de
manera proactiva ante los nuevos problemas y las nuevas demandas sociales.
220
Capítulo 6.- Balance final: luces y sombras de la RSE
El papel catalizador que las empresas tienen en el desarrollo de las sociedades hace
que, en el actual contexto económico, político, tecnológico y social, estén obligadas a
asumir e integrar la RSE en su filosofía, aunque en torno a la RSE aún existan importantes
dudas sobre qué hay que hacer y cómo hacerlo, y sobre los beneficios que la empresa pueda
llegar a alcanzar gracias a ello.
Adela Cortina7 habla de tres posibles modos de concebir la empresa, ligados a tres
modos de concebir la responsabilidad: 1) el modelo economicista, asentado en un
individualismo cuya única convicción es que la motivación del mundo empresarial es el
incentivo económico (“lo que no son cuentas, son cuentos”); 2) el modelo institucional, que
entiende que las empresas nacen del contrato y que la confianza beneficia a la empresa,
mejorando su reputación y reduciendo costes (“la ética es rentable”); y 3) el modelo de los
afectados, basada en que el contrato con los staleholders es algo más que un contrato, es una
ligatio entre seres humanos, no de tipo instrumental, sino de respeto mutuo y de dignidad,
que provoca en quien reconoce este vínculo una ob-ligatio que no puede ser pactada, porque
es el presupuesto de todo contrato, legal o moral.
José Miguel Rodríguez8, recordemos que hacía una distinción entre dos modelos
distintos de empresa y de responsabilidad: uno en un sentido estratégico-instrumental, en el que
la RSE se desarrolla como medio para alcanzar los objetivos más generales de favorecer la
competitividad y aportar valor al accionista; y otro normativo-prescriptivo, basado en
argumentos éticos, socio-políticos o incluso económicos, que implica la adopción de un
gobierno corporativo ampliado o pluralista (multi-stakeholder) asentado en la participación
y en la creación de riqueza neta para todos los partícipes. Dentro de la visión estratégica
coexistirían, según el autor, dos visiones o dos tipos de prácticas: las meramente altruistas,
guiadas por una simple “filantropía de talonario”, sin un completo diseño de una pauta a
largo plazo; y las propiamente articuladas para potenciar un sistema de ventajas mutuas
empresas-sociedad, con un perfil sistemático y bien desarrollado en pro de favorecer por
esta vía la creación de valor para los accionistas.
Por su parte, Andrés Rodríguez (et.al.)11 propone una matriz en la que caben las
distintas posibilidades de implicación social de las organizaciones, considerando dos
variables: el grado de “compromiso social” de la empresa y el grado de “interés estratégico”
de ésta. La matriz resultante nos permite distinguir muy claramente la RSE de otros
conceptos similares, pero muy diferentes.
ALTO
Compromiso
Social Caridad Empresa de Marketing
economía con causa
convencional
Interés
propio
MUY BAJO “ilustrado” ALTO
10
Casado Cañete, F. (2006). op.cit. pp.147-148
11
Rodríguez González, A., Prada Pavón, M.J., García Serrano, J. (2005). Análisis de los modelos de RSC.
Primera aproximación a un modelo desde la economía social andaluza, Jornadas de Investigadores en
Economía Social y Cooperativa, Universidad de Jaén
www.juntadeandalucia.es/empleo/carl/observatorio/calculaURL.asp?obs=56&menu=13&submenu=14
222
Capítulo 6.- Balance final: luces y sombras de la RSE
Aquí vemos cómo la RSE se diferencia de otro tipo de conceptos con los que a
menudo se la confunde: filantropía, economía social, marketing con causa.
Llegados a este punto, la pregunta que se hacía Fernando Casado en el año 2006 es la
de ¿qué habrá sido de la RSE en los próximos diez años? Y para responder nos remitía
entonces a Alan White13, que en 2005 definió tres escenarios posibles trasladándonos al año
2015, y aventurándose a lo que seguramente vayan a ser los principales retos de la RSE en
los próximos diez años.
Escenario Tercero: la RSE como transformadora del sistema. A pesar del progreso
conseguido en derechos humanos, derechos laborales y gestión ambiental, la presión
generada al medioambiente y las desigualdades sociales obligan a replantearse el
objetivo fundamental de la empresa. La desilusión de la sociedad global y la
frustración de los principales agentes de interés crean un movimiento para promover
el “rediseño empresarial”. El concepto de “accionista” y de “valor de la acción” son
rechazados por su visión cortoplacista y reemplazados por conceptos como
“generación de valor” y “gobernanza de los agentes de interés”. Esta noción se
fundamenta en el principio de que los agentes de interés son realmente “inversores”
del capital social de la empresa y participan en su gobernanza y en la toma de
12
Casado Cañete, F. (2006). op.cit. pp.145-146
13
White, A. (2005). Fade, Integrate or Transform?: The Future of CSR, Boston, Tellus Institute.
223
Primera Parte: El Marco Teórico de la RSE
La imaginación de White le sugirió tres hipótesis verosímiles para la RSE. Pero, casi
cumplida la fecha de su proyección, lo único que es fácil asegurar es que no estamos en el
tercero de los escenarios. Y en cuanto a los otros dos hay seguramente quienes afirmarían
que, en general, vamos más bien por el primero, aunque sin duda habrá numerosos
ejemplos de empresas situadas ya en el segundo.
Con la segunda parte de esta tesis, que presenta los resultados de un estudio empírico
realizado en dos fases (año 2008 y año 2013-14) con empresas de Castilla y León, queremos
contribuir a dar respuesta a esta última cuestión. La motivación que lo ha guiado es
averiguar qué tipo de RSE hacen las empresas (1ª fase) y cómo ha respondido dicha RSE a
los últimos cinco años de crisis económica (2ª fase).
224
SEGUNDA PARTE
(ESTUDIO EMPÍRICO)
RESPONSABILIDAD SOCIAL
Y CRISIS ECONÓMICA
EN EMPRESAS DE CASTILLA Y LEÓN
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
226
Introducción
Por otro lado, el análisis y las propuestas que hemos realizado sobre el concepto de
RSE en el estudio del Marco Teórico (Primera Parte de esta tesis) han constituido la base
imprescindible de significado desde la que se han podido definir y construir tanto el diseño
de investigación como muchos de los elementos particulares de ésta. Estos que siguen son
sólo algunos de los aspectos originales de este estudio empírico con origen e inspiración en
la Primera Parte de esta tesis:
227
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Todos los elementos arriba mencionados han sido en su mayor parte originales. Es
decir, que no se han construido importando constructos o modelos metodológicos de otras
investigaciones, sino que han sido diseñados para responder en particular a los objetivos y
condiciones de esta investigación. Lo cual constituye, por tanto, una de las aportaciones de
nuestra investigación empírica.
Estudio Empírico:
“RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
ETAPAS DE LA
INVESTIGACIÓN
OBJETIVOS HIPÓTESIS
228
Introducción
Por último, debemos indicar que los contenidos de esta Segunda Parte se presentarán
organizados en una estructura de tres capítulos:
Al final de cada uno de estos dos últimos capítulos se recogerán, de modo sintético,
los principales hallazgos de cada una de las dos etapas de la investigación.
229
CAPÍTULO 7.- METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN:
UN ESTUDIO EN DOS ETAPAS: 2008 Y 2014
Esencialmente son nueve las limitaciones con que nos hemos encontrado, cinco de
ellas de carácter metodológico, tres de carácter conceptual y al menos una de tipo material.
Las enunciaremos a continuación en este orden.
En primer lugar, la dificultad para identificar a las empresas que efectivamente están haciendo RSE
en Castilla y León. La RSE es un concepto y un tipo de práctica empresarial incipiente y
muy poco institucionalizada aún, por lo que no existen registros de ningún tipo que
recojan a las empresas que hacen RSE. Sin base de datos que nos ayude a abordar con
233
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
cierta garantía esta realidad, lo que nos queda es en gran medida una tarea de
exploración. Por eso, ante la imposibilidad de disponer de un registro que, conforme a
algún criterio, perfile socialmente las prácticas de RSE y que nos permita identificarlas y
llegar a ellas, hemos tenido que recurrir a una estrategia “lateral”.
Así, partiendo del supuesto teórico de que la RSE es un concepto próximo a otros que
sí son fáciles de identificar en las empresas, por estar más consolidados (como lo son
los conceptos de calidad y de excelencia), hemos elegido esta asociación como vía
indirecta de acceso a las empresas que potencialmente realizan prácticas de RSE.
Hemos considerado, por tanto, que los conceptos de calidad y de excelencia están muy
vinculados al concepto de RSE, si no incluidos en él. Por lo que identificando a las
empresas que aparecen vinculadas de modo activo a las políticas de calidad y al objetivo
de excelencia empresarial, estamos identificando a las empresas que tienen o pueden
tener alguna política o práctica de RSE. Este supuesto, dados los resultados obtenidos
tras la investigación, podemos afirmar a posteriori que ha resultado acertado, en la
medida en que la mayoría de las empresas con políticas de calidad que fueron
analizadas desarrollaban alguna práctica de RSE. Aunque no podemos saber si ha sido
el mejor factor discriminante para llegar a las empresas que efectivamente hacen RSE
en Castilla y León, ya que cabe la posibilidad de que muchas empresas (sobre todo
pymes) no activas en proyectos de calidad y/o excelencia, sí que estén desarrollando
prácticas más o menos formales de RSE.
234
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
Desde una perspectiva conceptual, pero también metodológica, nos hemos enfrentado
también a la dificultad para definir e identificar con claridad qué prácticas o políticas de RSE
merecen ser consideradas como tales. A pesar de todo lo que se ha escrito sobre RSE y de la
diversidad de enfoques desde los que se ha descrito el concepto, aún no existe un
consenso, ni teórico, ni institucional, ni empresarial (tal como hemos expuesto en el
Marco Teórico de la RSE) sobre cuáles son las prácticas empresariales que merecen ese
nombre. No disponemos de un esquema claro y completo de prácticas. Y existen, por
el contrario, muchos “catálogos” de acciones de RSE que se construyen desde criterios
y enfoques diferentes. Además, la investigación sobre las prácticas de RSE no está aún
lo suficientemente desarrollada como para poder acudir a un referente claro que nos
hubiera permitido abordar con garantías y desde una perspectiva comparada el análisis
de las prácticas empresariales de RSE en Castilla y León.
más sintético de categorías. Pero creemos que este enfoque de exhaustividad nos ha
permitido recopilar en las variables cuantitativas de los cuestionarios suficiente y valiosa
información sobre la diversidad de percepciones y prácticas de RSE.
Otra limitación añadida, y muy relacionada con todo lo anterior, ha sido la dificultad para
saber identificar de antemano el perfil de los responsables de las prácticas de RSE en las empresas, a
los que deberíamos entrevistar en tanto que fuente primaria de información. Lo mismo
que ocurre con el concepto de RSE y con las prácticas de RSE, ocurre con este aspecto:
no existe aún un perfil profesional definido, ni institucionalmente, ni en la práctica, que
podamos asignar a un área funcional concreta de la empresa. No se trata de una
actividad profesional tipificada ni existe en la gran mayoría de las empresas un área
funcional específica para la gestión de la RSE. Por tanto, no está nada claro cuál es el
perfil que a priori mejor puede conocer e informar sobre la RSE de una empresa. Y
esta dificultad se hace mayor si consideramos la diversidad de tamaños, estructuras y
modos y estilos de organización y dirección que existe de facto en las empresas.
Desde una perspectiva más bien teórica, el hecho de la escasez en España de trabajos de
investigación de referencia sobre las prácticas reales de RSE de las empresas ha sido otra de las
limitaciones a la hora de establecer las hipótesis de la investigación. Algunas de las
conclusiones obtenidas en el Marco Teórico sobre el marco social e institucional de la
RSE apuntaban a la diversidad de enfoques que existe entre países. Por eso nuestra
intención era la de formular nuestras hipótesis partiendo de los referentes de
investigación en el contexto de la RSE en España. Y, efectivamente, existen en España
algunos estudios sobre aspectos generales y parciales de la RSE (encuestas a empresas o
consumidores sobre percepción y expectativas sobre el concepto de RSE*; estudios
sobre Memorias de Sostenibilidad de las empresas del IBEX 35**; o algunos estudios
regionales sobre la proporción de empresas que usan algunas herramientas de gestión o
*
v.gr. los Informes elaborados en España por Forética en los años 2002, 2004, 2006, 2008 y 2011 (que
están accesibles en la red en la dirección http://foretica.org/index.php/biblioteca/informes-foretica?lang=es )
**
v.gr. los elaborados anualmente desde 2003 por el Observatorio de la RSC (accesibles en la red en la
dirección http://observatoriorsc.org/la-responsabilidad-social-corporativa-en-las-memorias-anuales-de-las-empresas-del-ibex-35/ )
236
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
Por eso, al no haber podido tomar como referencia ningún modelo concreto de
investigación, decidimos optar por elaborar un planteamiento propio, con hipótesis,
variables, tipologías y claves interpretativas construidas a partir de las conclusiones que
obtuvimos en el análisis teórico de la Primera Parte de esta tesis. Esta decisión
implicaba algunos posibles riesgos (construir categorías incompletas, olvidar alguna
variable fundamental, plantear mal una hipótesis…). Pero también una oportunidad
para aportar aspectos y enfoques nuevos a la investigación sobre RSE. Lo cual, una vez
concluida la investigación, consideramos que es una de las principales aportaciones
empíricas de este trabajo. (En los apartados 7.2 y 7.3 de este capítulo, dedicados a los
aspectos metodológicos de los estudios de 2008 y 2014, se hará referencia a estos
aspectos).
El hecho de que el de RSE sea un concepto “en construcción”, tanto en el plano teórico como en el
práctico (y haya estado muy vinculado, además, a los avatares económicos, sociales e
institucionales de los últimos años) dificulta, también, o impide adoptar una postura
“estática” o “segura” respecto a los tres componentes de la RSE considerados más
arriba (valores, prácticas y estrategia). Es decir, ni los valores, ni las prácticas, ni las
estrategias de RSE de las empresas se implementan conforme a una metodología
establecida y bien definida en términos operativos, ni tampoco hay evidencia a priori de
que vayan a proveer a la empresa de una vía efectiva de mejora en términos de
procesos o resultados (componentes que sí poseen por ejemplo las políticas de calidad).
***
v.gr. el reciente trabajo de Pérez, M.C. et al sobre la RSE en Andalucía. Prisma Social, 10 (2013, junio)
237
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Por último tenemos que mencionar, como limitación, el hecho de que no hayamos dispuesto
de recursos materiales de ningún tipo con los que financiar la investigación. Ésta ha sido
una investigación bibliográfica y empírica planteada y desarrollada sin el respaldo de un
proyecto colectivo de investigación (departamental o de otro tipo) y sin presupuesto
económico alguno. Eso conlleva limitaciones en la capacidad para abarcar en el estudio
un ámbito geográfico amplio y para obtener una muestra igualmente amplia.
Y eso explica también el que se haya tenido que enfocar la investigación, con todo el
rigor metodológico necesario, eso sí, como un “estudio de caso” de empresas de
Castilla y León (y, en particular, de las vinculadas a la Fundación Execyl, entidad con
sede en Valladolid y un total de 80 empresas asociadas). Asumimos desde el principio
que este trabajo, no pudiendo ser representativo respecto del conjunto de las empresas
de la región, sí lo podía ser en cambio de aquellas empresas que desarrollan prácticas de
RSE.
Consideramos, por tanto, que estos tres argumentos validan en gran medida los
resultados de la investigación, en la medida en que se interpreten como una muestra
representativa de la RSE que se ha venido haciendo en los últimos años en las empresas
más “avanzadas” de Castilla y León.
238
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
Vistas las limitaciones y el modo como éstas han condicionado en gran medida el
enfoque, los objetivos y la metodología, pasemos ahora a enunciar de modo sintético cómo
se concretaron, a la postre, los objetivos de la investigación.
Este objetivo, que constituye el Objetivo 2 de esta tesis doctoral, se definió al tratar
de dar respuesta a las siguientes preguntas de investigación:
Este objetivo, que constituye el Objetivo 3 de esta tesis doctoral, se definió al tratar
de responder a las siguientes preguntas de investigación:
(P3) ¿Cómo responden las empresas y su RSE ante una situación de crisis económica?
(P3.1.) ¿Ha puesto la crisis económica “en crisis” a la RSE? o, por el contrario,
como muchos afirman ¿la RSE está siendo un “antídoto” contra la crisis?
(P3.2.) ¿Cuáles son las expectativas empresariales respecto del futuro de la RSE?
Sobre los aspectos generales del diseño y el proceso de investigación hay tres
cuestiones que es necesario exponer y aclarar: A) dos premisas metodológicas de partida
sobre las que se diseñó la investigación; B) la decisión de concebir la investigación como un
estudio en dos etapas (con una separación de cinco años entre la primera y la segunda); y C)
algunas dificultades generales de carácter práctico que se han presentado en ambas etapas.
El tipo de objetivos planteados para esta investigación empírica nos exigió adoptar
un enfoque metodológico lo más amplio y comprensivo posible. Tal amplitud de enfoque
decidimos configurarla de acuerdo a dos coordenadas metodológicas:
240
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
Las dos etapas en las que se realizó la investigación comparten algunos aspectos
comunes, pero también difieren en algunas cosas, que es necesario aclarar.
1. Aspectos comunes.- Los dos estudios (de 2008 y 2014) comparten dos
características imprescindibles sin las cuales no sería posible el análisis comparativo.
En primer lugar, comparten el contenido, es decir, aquellos conceptos y tipologías con
los que hemos definido a priori los rasgos estructurales de la RSE investigada (esto es,
las variables básicas relativas a la percepción de la RSE, la formalización de ésta, las
prácticas de RSE, la expectativas sobre la RSE, etc.). Y, en segundo lugar, comparten
tanto el universo de estudio como el tamaño de la muestra (en los dos estudios el
grupo de empresas investigado es el mismo y el tamaño de las muestras analizadas en
cada caso también lo es).
Tales diferencias permiten también poder plantear los dos estudios como si fuesen
investigaciones distintas sobre el mismo objeto de investigación. Ésta es la razón por la
que, a efectos prácticos, hemos decidido exponerlos por separado en esta tesis (el
estudio de 2008 en el Capítulo 8 y el de 2014 en el Capítulo 9). El estudio realizado en
2008 es, por sí solo, un trabajo absolutamente independiente. Y el estudio de 2014,
aunque comparte contenidos con su predecesor, persigue un objetivo de investigación
nuevo y con entidad propia. Sin embargo, creemos que los dos juntos aportan a esta
tesis una visión más completa y actualizada del concepto de RSE.
241
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Una vez terminada la investigación consideramos que esa resistencia puede ser un
indicador de la etapa aún incipiente en que se encuentra la RSE en las empresas,
incluso en las más avanzadas. Esta resistencia puede deberse al limitado conocimiento
que existe sobre la RSE y a su consecuente limitado grado de desarrollo. Creemos que
muchas empresas evitaron participar en la encuesta para no “significarse”, dentro del
grupo, como empresas desinformadas o “no avanzadas”. Por otro lado, hay que
señalar que esa resistencia fue mayor si cabe en el estudio de 2014 (en el que tuvimos
que alargar el proceso de encuestación hasta seis meses para conseguir una muestra
mínima de 42 respuestas), debido muy probablemente a lo comprometido de algunas
preguntas de esta segunda encuesta, relativas a la crisis económica y al impacto de ésta
en la RSE de las empresas.
2. Hay que señalar, también, que en ambos trabajos (el de 2008 y el de 2014) se
consiguió el número mínimo de respuestas requerido gracias a la colaboración de la
propia Fundación Execyl, que desde su sede gestionó la comunicación con las
empresas y apoyó el proceso de investigación, tanto en las operaciones de envío y
recepción de cuestionarios durante la fase de encuesta, como en la búsqueda y gestión
de contactos para la fase de entrevistas (éstas sólo en 2008). Este apoyo contribuyó, sin
duda, a conseguir un nivel de respuesta posiblemente mayor que el que se hubiera
dado sin esta gestión interna desde la Fundación.
3. El grado de resistencia de las empresas fue distinto en función del tamaño de éstas y
el sector de actividad. En general, se puede afirmar que fueron las empresas grandes y
algunas empresas del sector de consultoría (dentro de las empresas de servicios) las
242
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
Estudio de 2008: participación de las empresas según sector de actividad y tamaño de la empresa
Estudio de 2014: participación de las empresas según sector de actividad y tamaño de la empresa
Las dos tablas muestran cómo, en ambos estudios, la distribución del universo y de la
muestra por “sector de actividad” no presenta diferencias significativas, lo que garantiza
en ambos casos la representatividad de la muestra según sectores. Además, la
distribución sectorial de las empresas es prácticamente igual en 2008 y 2014, lo cual da
validez también al análisis comparativo entre uno y otro momento según sector de
actividad.
243
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
A la hora de comparar los resultados de 2008 y 2014 por tamaño de empresa hay que
tener en cuenta, por tanto, esta sub-representación en la muestra de 2014 del grupo de
empresas de 10 a 49 trabajadores.
3) Analizar en qué áreas de la empresa se realizan prácticas de RSE y cuáles son esas
prácticas concretas.
244
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
4) Estudiar cuáles son los flujos de información y de diálogo que las empresas mantienen
con sus stakeholders.
5) Medir cuál es la percepción que las empresas tienen sobre los beneficios y riesgos
asociados a la RSE, así como sus expectativas de futuro en relación a ésta.
7) Analizar los factores de mejora y el tipo de valor añadido que las empresas asocian a la
RSE.
Por otro lado, además del criterio geográfico, y debido a las dificultades (explicadas
más arriba) para identificar a las empresas que tenían ya incorporada algún tipo de política
o práctica de RSE, se optó por recurrir a un criterio “pragmático” para acceder a las
empresas de la región que, potencialmente, ya tenían algún contacto con el concepto de
RSE, identificando aquellas que de modo público se presentaban como empresas
“excelentes” o empresas proactivas en términos de calidad, mejora, sostenibilidad o
excelencia.
245
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
tipo esencialmente cuantitativo. El tipo de muestreo fue el que hemos expuesto más arriba
(muestreo no estratificado). El perfil de encuestado que se definió fue el de un
Gerente/Directivo, o un Responsable de Calidad, Recursos Humanos o RSC. Y la
información recogida fue tabulada y analizada en el programa de análisis estadístico SPSS. Los
resultados gráficos que se presentan en el Capítulo 8, en esta segunda parte de la tesis,
también fueron editados con el editor gráfico de SPSS. Los resultados de este análisis se
expondrán en los capítulos 8.1 y 8.2
En una segunda fase del estudio, y una vez analizados los resultados de la fase de
encuesta, se decidió seleccionar una submuestra, constituida por las empresas con una
política de RSE más desarrollada, a la que se realizaría una entrevista en profundidad con
el objetivo de indagar en algunos aspectos cualitativos concretos vinculados a la RSE (que
apuntaremos en el siguiente epígrafe). Inicialmente en el diseño de investigación se habían
definido como condiciones metodológicas para esta segunda fase, además de la de
seleccionar a las empresas con una RSE más formalizada y mejor conceptualizada, otras
tres: que hubiese un número de entrevistas a realizar que representase al menos al 25% de
la muestra, ampliándolo más si era necesario, según los valores de significación detectados
en la fase de encuesta; que estuviesen representados los cuatro sectores de actividad
analizados en la fase de encuesta (construcción, industria, servicios y agroalimentario); y
que en lo posible estuviesen representadas tanto las Pymes como empresas de tamaño
medio y grande.
Tamaño de la empresa
nº entrevistas:
Sector de Actividad pequeña mediana grande
> Construcción - 1 - 1
> Industrial - - 2 2
> Agroalimentario 1 1 - 2
> Servicios 2 1 2 5
nº entrevistas: 3 3 4 10
del área de RSE (en empresas de tamaño grande, de los sectores industrial y de servicios).
Las dos siguientes tablas muestran esta distribución:
2. Fase de Trabajo de Campo I: encuestación.- Incluía los contactos previos con las empresas
a encuestar y la realización de la encuesta.
248
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
3. Fase de Análisis de los datos de encuesta y diseño de la fase de entrevistas.- Incluía los procesos
de tabulación de datos y de análisis estadístico, la obtención de resultados y de
elaboración de las primeras conclusiones, el diseño del cuestionario para las
entrevistas y las decisiones sobre el tamaño y la composición de la submuestra de los
casos a entrevistar.
4. Fase de Trabajo de Campo II: entrevistas.- Incluía los contactos previos con las empresas a
entrevistar, la realización de las entrevistas y la trascripción de éstas.
Dos fueron las condiciones impuestas en el proyecto inicial para el diseño de este
cuestionario: que midiera hechos y algunas valoraciones sobre la RSE que llevan a cabo las
empresas, codificando las variables de modo que se recogiesen ante todo datos
cuantitativos susceptibles de ser analizados con herramientas estadísticas; y que
recogiese fundamentalmente información vinculada a los seis primeros objetivos
específicos (que hemos enumerado más arriba).
249
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Apartados nº de ítem
Sobre la (A) Datos de Identificación ……………….. 2 ítem
Empresa (B) Estructura y Estrategia Empresarial …… 3 ítem
(C) Concepto de RSE …………………….
5 ítem
(D) Expectativas sobre la RSE …………… 3 ítem
Sobre la RSE
(E) Formalización y Gestión de la RSE ….… 5 ítem
en la Empresa (F) Relaciones con Stakeholders …….……. 3 ítem
(G) Valor de la RSE para la empresa ……… 2 ítem
Las variables incluidas en el cuestionario se refieren a cada uno de los siete apartados en
que éste está estructurado. Los dos primeros incluyen variables cuantitativas sobre las
características de la empresa, mientras en los cinco apartados siguientes el cuestionario
incluye variables cuantitativas y cualitativas sobre la RSE de la empresa. El cuestionario
contiene un total de 79 variables nominales, ordinales y de escala, relativas a los
aspectos que se muestran en la siguiente tabla:
250
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
Tal como se ha indicado más arriba, este “cuestionario” debía responder a un formato
de guión semiestructurado y abierto, que permitiese realizar entrevistas en profundidad
sobre aspectos de la RSE no previstos de antemano, buscando recoger información
cualitativa sobre las peculiaridades de la RSE de cada empresa.
La estructura del guión, que se diseñó tras el análisis de los datos de la fase de encuesta,
incluye un conjunto de variables estructuradas en tres apartados (además de los datos de
identificación de la empresa y del entrevistado): el primero recaba información sobre el
origen y la evolución de la política de RSE llevada a cabo por la empresa; el segundo
recoge aspectos que relacionan la RSE con otras políticas y factores de mejoramiento
de la empresa; y el último explora la valoración que cada empresa hace sobre su propia
política de RSE. La estructura básica del cuestionario es la que se muestra en la
siguiente tabla:
Apartados
Sobre la
(0) Datos de Identificación
Empresa
Las variables incluidas en este guión están vinculadas a cada uno de los tres apartados
mencionados. En los tres las variables contempladas recogen información
esencialmente cualitativa. La siguiente tabla muestra un listado sintético de los
principales aspectos a los que se refieren dichas variables:
251
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
4) Analizar cómo han cambiado las expectativas y el posicionamiento de las empresas ante la
RSE como consecuencia de la crisis económica.
252
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
Este nuevo estudio se planteó también como un “estudio de caso”, pero referido
ahora al impacto de la crisis en la RSE de la agrupación empresarial con políticas de
excelencia más importante de Castilla y León.
El universo de estudio fue de nuevo un universo finito, ahora de 80 empresas (una más
que en 2008), y en el que seguían estando representados los cuatro sectores de actividad
considerados como criterio de segmentación: construcción, industria, servicios y sector
agroalimentario.
253
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Por las razones ya expuestas más arriba, en este estudio de 2014 se optó por recurrir
únicamente a la técnica de encuesta como instrumento de recogida de información. Para
ella se diseñó un cuestionario con la mitad de extensión que el de 2008 y que incluía
aproximadamente un 60% de variables iguales a las de 2008 y un 40% de nuevas variables.
La encuesta se realizó finalmente a una muestra de 42 empresas de la Fundación Execyl y
mediante el cuestionario se recogió información de tipo exclusivamente cuantitativo.
Como en 2008, el tipo de muestreo fue el que hemos expuesto más arriba (muestreo
aleatorio). El perfil al que se encuestó fue el de un Gerente/Directivo (48% de los
encuestados), o un Responsable de Área (52%) de Calidad, Recursos Humanos o RSC. Y la
información recogida se tabuló y analizó en el programa de análisis estadístico SPSS. Los
resultados gráficos (que se presentan en el Capítulo 9 de esta tesis) fueron también editados
con el editor gráfico de SPSS.
2. Fase de Trabajo de Campo: encuestación.- Que incluía los contactos previos con las
empresas a encuestar y la realización de la encuesta.
3. Fase de Análisis de los datos de encuesta.- Incluía los procesos de tabulación de datos y de
análisis estadístico, la obtención de resultados y de elaboración de las primeras
conclusiones.
254
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
Por lo que respecta al contenido del cuestionario, se decidió: a) incluir algunas de las
preguntas contenidas en el cuestionario de la encuesta de 2008; b) modificar,
simplificándolas, algunas otras de las preguntas de 2008; y c) incluir preguntas nuevas
relativas a los objetivos específicos tres y cinco (sobre RSE y crisis).
Se optó por el diseño de un cuestionario lo más corto posible, dadas las resistencias que
se habían producido en el estudio anterior y las que preveíamos para esta nueva etapa,
por la situación de crisis que se venía produciendo en casi todas las empresas. También
se diseñó un cuestionario, al igual que en 2008, con preguntas cerradas o semiabiertas,
que permitiesen tratar los datos o recodificarlos fácilmente para el análisis estadístico.
Apartados nº de ítem
Sobre la (A) Datos de Identificación ……………….. 2 ítem
Empresa Estructura y Estrategia Empresarial …… 3 ítem
(B) La RSE en la empresa …………………….….
5 ítem
(C) Impacto de la crisis en la empresa …….…...…
4 ítem
Sobre la RSE Impacto de la crisis en la RSE de la empresa .…
5 ítem
en la Empresa Expectativas sobre el futuro de la RSE ……….
3 ítem
Estrategias de innovación y RSE ……………...
1 ítem
Posicionamiento de la empresa ante la RSE …..
1 ítem
255
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Una de las ideas esenciales que dedujimos de ese análisis teórico fue que la RSE es un
fenómeno estructuralmente complejo en el que se conjugan principios filosóficos, objetivos
políticos, intereses económicos, patrones culturales, decisiones estratégicas, tendencias
globales de cambio, etc. Definir, por tanto, un modelo de análisis que considere la
complejidad del concepto no es fácil. A ello hay que sumar, como dificultad añadida, el
hecho de que se trata de un concepto sometido a debate y en proceso de evolución.
256
Capítulo 7.- Metodología de la Investigación
257
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Por último, el tercer eje para el análisis viene dado por las variables, categorías y
tipologías que definimos y operacionalizamos en ambos trabajos y conforme a los que se
recogió la información relativa a la realidad concreta de la RSE de cada empresa. Estas
variables de RSE constituyeron el “componente conceptual” (Nivel 3) con el que
completamos nuestro modelo de análisis.
Como puede deducirse del esquema, las preguntas formuladas en cada una de las
casillas de la tabla aclaran cuál es la cuestión central a dilucidar para cada combinación de
los niveles 1 y 2, en función de las variables de RSE correspondientes (que están
incorporadas en los diferentes ítems de los cuestionarios).
Por otro lado, este esquema define también el orden del itinerario que seguiremos en
los capítulos 8.4 y 9.3 a la hora de interpretar los resultados de cada una de las dos etapas
de la investigación.
258
CAPÍTULO 8.- LA RSE ECHA A ANDAR:
ESTUDIO EMPÍRICO DE 2008
8.1. Empresas en busca de la excelencia.
8.2. Percepción, prácticas y expectativas sobre la RSE:
8.2.1. Cómo la empresa describe su RSE (7 dimensiones):
A) Percepción y valoración de la RSE
B) Formalización y gestión de la RSE
C) Prácticas de RSE
D) RSE y Stakeholders
E) Expectativas sobre el futuro de la RSE
F) Beneficios y riesgos de la RSE
G) Posicionamiento ante la RSE
8.2.2. Resumen de Resultados de la fase de encuesta
8.3. El sentido de la RSE para la empresa.
8.3.1. Cómo la empresa explica su RSE (3 dimensiones):
A) La RSE en las empresas
B) Factores clave de la RSE
C) Valor de la RSE para la empresa
8.3.2. Resumen de Resultados de la fase de entrevistas
8.4. Las prácticas de RSE en clave interpretativa
8.5. Principales hallazgos
259
260
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
261
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
En este primer capítulo de resultados vamos a presentar los rasgos que caracterizan a
las empresas investigadas, a partir de los datos obtenidos en la encuesta. Esto nos permitirá,
por un lado, dibujar un perfil de las empresas que han conformado nuestro “estudio de
caso” y, por otro, identificar algunas características que nos servirán como variables
independientes desde las que interpretar los datos de RSE obtenidos para otras variables
del cuestionario.
Por otro lado, además de la variable territorial (distribución provincial de las empresas),
para la elaboración de esta radiografía de la muestra hemos medido dos tipos básicos de
variables: las relacionadas con la estructura empresarial (sector de actividad, tamaño de la empresa
según nº de trabajadores y tamaño de la empresa según su facturación anual) y las vinculadas al
mercado y la estrategia empresarial (mercado en el que la empresa compite, mercado al que la empresa
aspira, cuota de mercado, grado de competencia en el mercado, evolución de la empresa en el mercado
en los últimos años, tipo de clientes y valor diferencial de la empresa en el mercado).
Empresas encuestadas - distribución por Sectores de Actividad Empresas encuestadas-distribución por provincias
Construcción7% Burgos 7%
Zamora 12%
León 7%
Industrial 19%
Servicios 50%
Palencia 12%
Sector de Actividad
Construcción
Industrial
Agroalimentario
Salamanca 10%
Servicios
Agroalimentario 24%
El sector servicios, por su diversidad interna, es el La muestra está realizada sobre el universo de
sector más representado en la muestra, con el 50% empresas pertenecientes a la Fundación Execyl,
de las empresas entrevistadas, seguido del sector donde son mayoritarias las empresas ubicadas en
agroalimentario, también muy diverso y la provincia de Valladolid.
representativo en la estructura económica de Esto explica la distribución provincial de la
Castilla y León. muestra.
262
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Desv. Típica
nº Máximo
1 a9
nº Mínimo
Mediana
10 a 49
Media
50 a 249
más de 250
10 a 49
nº de
40%
50 a 249
19%
traba- 1 9500 687 1800 37,5
jadores
La mitad de las empresas encuestadas tiene menos El número medio de trabajadores de las
de 50 trabajadores, lo cual garantiza una amplia empresas encuestadas, así como la desviación
representación de las Pymes, teniendo en cuenta estándar y la distancia entre los valores mínimo y
que suelen ser las grandes empresas las que hacen máximo se explican por el tamaño de algunas
políticas de Responsabilidad Social. grandes empresas incluidas en la muestra,
Éstas últimas representan en la muestra casi un pertenecientes fundamentalmente al sector
tercio de las empresas encuestadas. industrial. El valor de la mediana explica mejor la
situación mayoritaria de las empresas en relación a
su tamaño según el nº de trabajadores.
Tamańo de las empresas según su facturación anual Tamańo de las empresas según su facturación anual
< 120.000 €
7%
< 300.000 €
5%
- 3 Millones €
40%
< 1.000.000 € + 9 Millone s €
2%
50% Facturación anual
Facturación anual - 3 M illones €
< 120.000 € de 3 a 9 M illones €
> 9.000.000 € < 300.000 € + 9 M illones €
50% < 1.000.000 €
< 3.000.000 €
< 9.000.000 €
> 9.000.000 €
< 3.000.000 €
26%
de 3 a 9 Millones €
10%
< 9.000.000 €
10%
La mitad de las empresas incluidas en la muestra El gráfico muestra, agrupadas, a las empresas con
tiene un nivel de facturación superior a los una facturación menor de tres millones de
nueve millones de euros anuales. euros anuales, que en su conjunto representan un
Por su parte, las empresas con una facturación 40% de la muestra.
pequeña, menor de 300.000 € anuales, representan
sólo al 12 % de las empresas encuestadas.
263
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Entorno geográfico en el que compite la empresa Mercado en el que la empresa aspira a competir
Local
2% Comarcal Re gional
2% 12%
Nacional
45%
Nacional
43%
Los datos del gráfico reflejan la orientación Si consideramos las aspiraciones expresadas por
extraregional de la actividad de las empresas las empresas, el gráfico muestra el deseo de
consideradas en la muestra, con un peso destacable expansión (al ámbito regional) de aquellas
(36%) de las empresas, que parecen haber apostado empresas que en el momento actual actúan en un
ya como estrategia empresarial por la ámbito local o comarcal. Es este grupo el que más
internacionalización. No obstante, dos tercios de aspira a ampliar su mercado actual.
ellas (64%) están orientadas al mercado interno.
Grado de competencia al que la empresa se enfrenta en su negocio Cuota de mercado actual de la empresa en el entorno en que opera
Bajo > 50 %
3% Me dio < 20 % 2%
5% 2%
< 15 %
Grado de Competencia 15%
Bajo
M edio <5 %
Alto 49%
M uy alto
Muy alto
Cuota
53% <5%
Alto
< 10 %
40%
< 15 %
< 20 %
> 50 %
< 10 %
32%
Preguntadas por el grado de competencia del Cuando se pregunta a las empresas por el tamaño
mercado, los datos evidencian una percepción de su cuota de mercado, los datos obtenidos
mayoritaria (93%) de éste como el de un contexto corroboran esa percepción competitiva del
altamente competitivo. Sólo una de cada nueve mercado. Así, a pesar de los altos niveles de
empresas encuestadas no tiene esta percepción. facturación de casi todas las empresas encuestadas,
una gran mayoría de ellas (81%) se mueve en unas
cuotas de mercado inferiores al 10%
264
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Evolución de la empresa en el mercado en los tres últimos a ños Tipo de clientes de la empresa
Estable
aministración pública 36%
24%
Evolución
Decreciente
Estable
distribuidores 29%
Cre cie nte Creciente
71%
pequeño comercio 7%
Al preguntar sobre cómo ha ido evolucionando la El gráfico muestra los resultados sobre la
empresa en los últimos años, las respuestas indican composición de la demanda de las empresas
una evolución positiva (creciente) de las encuestadas. Refleja en primer lugar una
empresas, con más de dos tercios de ellas orientación de la producción (o de los servicios)
declarando haber crecido y solamente un 5% con con destino a otras empresas y al consumidor final,
tendencias de decrecimiento. seguidos, con un peso importante, del sector público
como cliente.
75% 85%
En síntesis, las empresas con las que hemos realizado este trabajo de investigación
son empresas que se distribuyen por sectores de actividad de un modo parecido a como lo
hacen el conjunto de las empresas de la región, con un predominio destacado del sector
servicios. Eso sí, en cuanto al tamaño, la mayoría de las empresas estudiadas son de tamaño
medio o grande y poseen un elevado volumen de facturación anual, siendo muy pocas
(12%) las que tienen menos de 10 trabajadores y una facturación anual menor a 300.000
euros al año.
265
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Por otro lado, se trata de empresas orientadas mayoritariamente mercado interno (el
64% de ellas) pero que están apostando por la internacionalización (43%), y que perciben el
mercado como altamente competitivo, aunque han experimentado una evolución positiva
de crecimiento (71%) en los últimos años. Por último, son empresas que venden a otras
empresas y al consumidor final y que destacan la calidad y el servicio como sus valores
diferenciales, antes que el precio o la imagen.
266
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
- Presentando primero, y de manera gráfica, los datos recogidos sobre la RSE de las
empresas según siete dimensiones de análisis de la RSE, que están vinculadas a los
valores, las prácticas y la estrategia de RSE de las empresas. Éstas son:
A) percepción y valoración de la RSE; B) formalización y gestión de la RSE; C)
prácticas de RSE; D) relaciones con stakeholders; E) beneficios y riesgos de la RSE;
F) expectativas sobre la RSE; y G) posicionamiento de la empresa ante al RSE.
Los resultados gráficos que vamos a exponer a continuación, referidos a las siete
dimensiones arriba señaladas, son en la mayoría de los casos datos porcentuales referidos al
conjunto de la muestra y, allí donde consideremos que es significativo hacerlo, se
presentarán también datos desagregados por sector de actividad o por tamaño de la empresa.
Lo primero que quisimos medir en la encuesta fue el modo como las empresas “ven”
la RSE. Para ello, se recogió información sobre tres aspectos: el grado de conocimiento (de las
empresas) sobre el concepto de RSE, la percepción general que se tiene de la RSE y los valores
asociados a la RSE.
267
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
50% 55%
48%
40%
40% 40%
40%
30% 30%
2% 19%
17% 10% 10%
14% 2% 12%
0%
Perfectam ente Algo Nada Perfectam ente Algo Nada
Perfectam ente Algo Nada
Bastante Poco Bastante Poco Bastante Poco
El gráfico muestra cómo los Cuando se les pide que evalúen Cuando se les pide que valoren
técnicos de las empresas que en qué medida los órganos de en qué medida los empresa-
han sido entrevistados declaran dirección de su empresa rios de la región conocen el
conocer bien el concepto de conocen el concepto de RSE, concepto de RSE, los datos
Responsabilidad Social Empre- los valores obtenidos son algo empeoran de forma significati-
sarial (RSE). menores: baja al 74% el grupo va.
Un 84% de ellos declara que conoce la RSE bastante o Sólo un 12% considera que la
conocerlo bastante o perfectamente, perfectamente, mientras casi se RSE se conoce bastante,
mientras sólo un 2% dice saber duplica, con un 24%, el grupo mientras que el 88% restante
poco de la RSE. de los que la conocen algo. considera que la RSE se conoce
algo o poco
C on stru cc i ó n I nd u st ri a l
268
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Perfectamente 6%
La empresa conoce la RSE
Perfectamente
La empresa conoce la RSE
Algo 29%
Si consideramos el tamaño de la
Poco 6%
empresa (medido por el volumen de
facturación anual), para analizar
Nada
las respuestas sobre cuánto conocen
+ 9 M i l l on e s €
los órganos de dirección la RSE,
Perfectamente 38% encontramos que los valores también
son proporcionales al volumen de
La empresa conoce la RSE
Bastante 38%
facturación (aunque la opción algo es
Algo 24% declarada por el 24% de las empresas
más grandes).
Poco
El valor poco sólo es señalado por el
Nada 6% de las empresas con menor
0% 25% 50% 75% 100% facturación.
269
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Cómo cree la empresa que es percibida la RSE entre el empresariado de la región Cuál es la percepción actual que tiene la empresa de la RSE
es una carga para la em presa 14% es una nueva estrategia que puede ayudar 19%
Cuando se pide a los encuestados que expresen cuál Cuando se pide a los encuestados que expresen
creen que es la percepción general que de la RSE cuál es la percepción que de la RSE se tiene en
tienen en la actualidad los empresarios de la su propia empresa, aquí sí, las respuestas reflejan
región, las respuestas apuntan a una percepción una concepción totalmente vinculada a las
muy vinculada a las cuestiones de cultura y cuestiones de cultura y compromiso, en primer lugar,
compromiso: el 55% y el 40% de los encuestados (lo piensan un 69% y un 62% de los encuestados
respectivamente mencionan estas dos concepciones. respectivamente) y, con un porcentaje menor de
Uno de cada cinco encuestados (el 21%) cree que respuestas, la RSE es considerada por las
los empresarios ven también la RSE como una empresas encuestadas como una opción estratégica
opción estratégica que puede favorecer a la empresa. (19% de los encuestados).
Frente a esto, representando una opinión mino- Ninguno de los encuestados vincula la percepción
ritaria, sólo uno de cada siete encuestados creen que de la RSE en su empresa con alguna de las otras
la RSE se percibe como una carga o una nueva opciones (moda, carga, obligación).
obligación. Y, en esta misma línea, uno de cada cinco
(21%) cree que en Castilla y León la RSE se ve con
indiferencia, como una mera moda.
En general, los entrevistados creen que la RSE es
percibida por los empresarios de la región más
como una oportunidad que como una carga.
El tercer aspecto que hemos medido se refiere a los valores que las empresas asocian
a la RSE. Sobre este aspecto hemos planteado tres cuestiones: con qué valores asocian las
empresas el concepto de RSE, qué idea tienen sobre en qué debería consistir una política de
RSE en la empresa, y cómo puntúan (de 1 a 10) la importancia que debería tener en la empresa
una serie de políticas concretas de RSE.
270
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Cuando se pide a los encuestados que elijan los Este gráfico expresa la opinión de las empresas
valores que asocian y/o identifican en primer sobre qué debería ser esencialmente la RSE.
lugar con la RSE (se les pidió que eligiesen un Las tres opciones, de nuevo, más señaladas
máximo de 4 sobre una lista de 18 conceptos), son apuntan en la misma línea que la respuesta sobre
los conceptos de acción social (69%) y de los valores asociados a la RSE: hacia una percep-
imagen (=reputación 50%) los dos más señalados. ción de la RSE como una política vinculada a la
El concepto de excelencia, muy vinculado al de acción social y la imagen, o a la dirección de las
reputación, aparece en tercer lugar, mencionado empresas con criterio ético.
por un 48% de los encuestados.
Es llamativo que, en cambio, conceptos como
innovación y competitividad sólo son mencionados en
un 10% y un 5% de los casos, respectivamente.
Podemos decir, a la vista de estas respuestas, que en la idea general que las empresas
tienen sobre la RSE predomina una visión estratégica filantrópica (acción social) mezclada a
la vez con una visión estratégica interesada (imagen) y un cierto sentido ético de la gestión.
Estos que siguen son los resultados obtenidos, que presentamos de modo gráfico
para el conjunto de la muestra y, después, con estadísticos descriptivos para el análisis por
sectores de actividad y tamaño de la empresa.
271
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Qué peso debería tener en la empresa una política de RSE pensada para Qué peso debería tener en la empresa una política de RSE pensada para
comprometerse con el EMPLEO y el DESARROLLO LOCAL garantizar una GESTIÓN ÉTICA y TRANSPARENTE de la empresa
20%
20% 15% 14% 14% 14% 14%
12%
15%
10%
10%
5%
5%
0% 0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
puntuación
puntuación
Una política de RSE centrada en la promoción del A una política de RSE centrada en garantizar una
empleo y del desarrollo local es altamente valorada, con gestión ética de la empresa, aunque recibe algunas
unas puntuaciones mayoritarias en el entorno de puntuaciones bajas, el 75% de los encuestados le da
los 9 puntos. una puntuación mayor de 6.
Qué peso debería tener en la empresa una política de RSE pensada para Qué peso debería tener en la empresa una política de RSE pensada para
mejorar la participación y las CONDICIONES laborales de los EMPLEADOS introducir tecnologías y prácticas respetuosas con el MEDIO AMBIENTE
24% 33%
21%
19% 30%
20%
26%
19%
15%
20%
10% 12%
10%
5%
0% 0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
puntuación puntuación
Una política de RSE centrada en la mejora de las Una política de RSE centrada en garantizar una
condiciones laborales de los trabajadores es valorada con gestión ambiental responsable es valorada muy
unas puntuaciones mayoritarias de entre 7 y 9. positivamente, con un 71% de las puntuaciones
superiores a 8.
Qué peso debería tener en la empresa una política de RSE pensada para Qué peso debería tener en la empresa una política de RSE pensada para
mejorar la calidad de los PRODUCTOS o SERVICIOS mejorar las relaciones con los CLIENTES o CONSUMIDORES
26% 24%
25%
20% 19%
20%
14% 15%
15% 12%
12%
10% 12%
10%
5%
5%
0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
puntuación
Una política de RSE orientada a la mejora de la Una política de RSE orientada a mejorar las
calidad de los productos o servicios de la empresa es relaciones con los clientes es valorada con unas
valorada con unas puntuaciones mayoritarias puntuaciones medias de entre 4 y 6 puntos.
medias, y bajas, de entre 4 y 6.
272
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Qué peso debería tener en la empresa una política de RSE pensada para Qué peso debería tener en la empresa una política de RSE pensada para
apoyar y promover proyectos de ACCIÓN SOCIAL cooperar de modo responsable con otros GRUPOS DE INTERÉS
31%
30%
40%
21%
19%
30% 20%
20%
10%
10%
0% 0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
puntuación
puntuación
Una política de RSE centrada en el apoyo y la Una política de RSE orientada a dialogar y cooperar
promoción de proyectos concretos de acción social es con otros grupos de interés es valorada muy
altamente valorada, con puntuaciones mayoritarias positivamente, con un 71% de las puntuaciones
de entre 9 y 10 puntos. superiores a 8 puntos.
Las puntuaciones muestran cómo los tipos de política que las empresas asocian con
más fuerza al concepto de RSE son aquellas vinculadas a la acción social, las relaciones con
grupos de interés, las acciones en pro del medio ambiente y la promoción del desarrollo local.
Todas ellas son áreas de gestión de la RSE que están relacionadas con los stakeholders
externos.
En la siguiente tabla, que muestra las puntuaciones medias para cada una de estas
ocho áreas de gestión de la RSE, se aprecia mejor esta percepción sobre lo que debería ser
la RSE:
Peso que debería tener, según las empresas, una política de RSE bien planteada:
Valoración de diferentes áreas de RSE
Puntuación Puntuación Puntuación Desviación
Mínima Máxima Media Estándar
- Garantizar una Gestión ética y transparente 2 10 6,90 2,335
- Compromiso con el Empleo y el Desarrollo Local 4 10 7,90 1,744
- Introducir tecnologías y prácticas respetuosas con el Medio Ambiente 2 10 8,10 2,058
- Mejorar la calidad de los Productos y Servicios 1 10 6,07 2,362
- Mejorar la participación y las condiciones laborales de los Empleados 5 10 7,57 1,451
- Apoyar y promover proyectos de Acción Social 7 10 9,05 1,035
- Mejorar las relaciones con los Clientes/Consumidores 2 10 5,74 2,165
- Cooperar de modo responsable con otros Grupos de Interés 5 10 8,19 1,469
Como se puede observar en la última columna, la mayor dispersión de respuestas se produce en las áreas de
RSE vinculadas a productos y servicios, clientes, y a la gestión ética y gobierno corporativo de la empresa. Estas
son, por tanto, las áreas sobre las que hay un mayor desacuerdo.
Aquellas en las que hay un mayor consenso (menos desviación estándar) son también las que reciben una
mayor puntuación media (acción social y relaciones con otros grupos de interés, seguidas de medio ambiente y
desarrollo local), por lo que se puede concluir que éstas, vinculadas a “stakeholders externos”, representan el tipo
de visión que las empresas tienen de la RSE.
Llama la atención que, en la columna de puntuaciones medias, las áreas en las que la RSE se considera
menos importante son las áreas de clientes y de productos. Muy posiblemente porque estas empresas asocian
tales conceptos más a las políticas de Gestión de la Calidad que a las de RSE.
273
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Al desagregar las respuestas por sector de actividad y tamaño de la empresa, obtenemos los
siguientes resultados:
Peso que debería tener, según las empresas, una política de RSE bien planteada:
Valoración, por sectores de actividad, de las diferentes áreas de RSE
Sector de Actividad
Construcción Industrial Agroalimentario Servicios Todos
Desv. Desv. Desv. Desv. Desv.
Media típ. Media típ. Media típ. Media típ. Media típ.
- Garantizar una Gestión ética y transparente 6,6 3,51 6,7 2,76 6,6 2,31 7,1 2,17 6,9 2,33
- Compromiso con el Empleo y el Desarrollo Local 9,6 0,57 8,1 1,55 7,8 1,31 7,6 2,01 7,9 1,74
- Introducir tecnologías y prácticas respetuosas con el M. Ambiente 9,6 0,57 8,8 1,24 7,5 2,27 7,8 2,22 8,1 2,05
- Mejorar la calidad de los Productos y Servicios 6,0 1,00 6,0 2,44 5,9 2,55 6,1 2,50 6,0 2,36
- Mejorar la participación y condiciones laborales de los Empleados 8,3 1,15 7,8 1,35 7,9 0,99 7,1 1,66 7,5 1,45
- Apoyar y promover proyectos de Acción Social 8,3 0,57 8,2 1,28 8,9 0,73 9,5 0,87 9,0 1,03
- Mejorar las relaciones con los Clientes/Consumidores 6,3 3,78 5,0 2,07 5,6 2,01 6,0 2,12 5,7 2,16
- Cooperar de modo responsable con otros Grupos de Interés 8,3 0,57 7,6 1,84 8,5 1,26 8,2 1,51 8,1 1,46
Las áreas en las que la RSE se percibe como más importante varían dependiendo del sector de actividad que
consideremos. Así, en los sectores industrial y de construcción el área más valorada es la de medio ambiente.
Mientras que en los en los sectores agroalimentario y de servicios el área más valorada es las de acción
social.
Esto en cierto modo es coherente con el tipo de actividad, de normativa y de clientes que son propios de
cada sector. Lo cual apuntaría a la hipótesis de que la RSE que las empresas se plantean en primer lugar
vendría muy definida por esos factores institucionales y de mercado.
En cualquier caso, y como apuntábamos para el conjunto de la muestra, estas áreas, y las que se valoran en
segundo lugar, son áreas vinculadas a “stakeholders externos”.
Peso que debería tener, según las empresas, una política de RSE bien planteada:
Valoración, por tamaño de empresa (nº trabajadores), de las diferentes áreas de RSE
Tamaño de la empresa según nº de trabajadores
1a9 10 a 49 50 a 249 más de 250 Todas
Desv. Desv. Desv. Desv. Desv.
Media típ. Media típ. Media típ. Media típ. Media típ.
- Garantizar una Gestión ética y transparente 6,4 2,70 6,9 2,34 6,9 2,75 7,2 2,17 6,9 2,34
- Compromiso con el Empleo y el Desarrollo Local 7,2 1,92 8,2 1,75 7,7 1,98 7,8 1,64 7,9 1,74
- Introducir tecnologías y prácticas respetuosas con el M. Ambiente 6,6 3,21 8,8 1,68 7,4 1,85 8,3 1,91 8,1 2,06
- Mejorar la calidad de los Productos y Servicios 4,4 1,34 6,1 2,60 7,0 2,67 6,1 1,98 6,1 2,36
- Mejorar la participación y condiciones laborales de los Empleados 6,4 1,14 7,2 1,64 8,3 ,89 8,1 1,24 7,6 1,45
- Apoyar y promover proyectos de Acción Social 9,8 ,45 9,2 1,13 8,3 ,71 9,1 1,00 9,0 1,03
- Mejorar las relaciones con los Clientes/Consumidores 5,6 1,52 5,9 2,33 5,1 2,59 5,9 2,02 5,7 2,16
- Cooperar de modo responsable con otros Grupos de Interés 8,0 1,22 8,3 1,86 7,8 1,16 8,4 1,16 8,2 1,47
Si consideramos como factor discriminante el tamaño de las empresas (según su nº de trabajadores) las
áreas en las que la RSE se percibe como más importante coinciden, esencialmente, para todos los tamaños
de empresa, siendo el área de acción social la que recibe una mayor puntuación.
El área de relaciones con grupos de interés es la segunda mejor puntuada en casi todas las áreas. Y cabe
destacar, como excepción, la importancia atribuida al área de RSE hacia los trabajadores en las empresas de 50
a 249 y, también (aunque aquí ocupa la cuarta posición) en las de más de 250 trabajadores.
En las empresas más pequeñas (de menos de 50 trabajadores) también se valoran el medio ambiente y el
desarrollo local.
274
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Peso que debería tener, según las empresas, una política de RSE bien planteada:
Valoración, por tamaño de empresa (facturación), de las diferentes áreas de RSE
Tamaño de la empresa según facturación
- Compromiso con el Empleo y el Desarrollo Local 7,7 1,90 9,0 1,00 7,9 1,70 7,9 1,74
- Introducir tecnologías y prácticas respetuosas con el M.Ambiente 8,1 2,46 8,8 ,96 8,0 1,90 8,1 2,06
- Mejorar la calidad de los Productos y Servicios 5,6 2,55 6,8 1,71 6,3 2,33 6,1 2,36
- Mejorar la participación y condiciones laborales de los Empleados 6,8 1,52 8,3 ,50 8,1 1,22 7,6 1,45
- Apoyar y promover proyectos de Acción Social 9,4 1,11 9,0 ,00 8,8 1,03 9,0 1,03
- Mejorar las relaciones con los Clientes/Consumidores 5,9 2,12 5,5 1,29 5,7 2,39 5,7 2,16
- Cooperar de modo responsable con otros Grupos de Interés 7,9 1,82 9,0 ,82 8,2 1,22 8,2 1,47
Si consideramos como el tamaño de las empresas según su volumen de facturación anual, el área que
recibe una mayor puntuación media por los tres grupos de empresas sigue siendo la de acción social. Lo
cual incide de nuevo en la visión filantrópica que la mayoría de las empresas parece tener de la RSE.
Una vez evaluada la percepción de las empresas, exponemos a continuación los datos
recogidos en la encuesta en relación al tipo de RSE que las empresas efectivamente hacen y
al modo como la planifican y la gestionan.
Para poder estudiar esta cuestión, se recogió en la encuesta información sobre cuatro
aspectos concretos: el modo como las empresas hacen RSE, las áreas de gestión en las que hacen
RSE, el tipo de herramientas con las que gestionan su RSE y el tipo de estructura organizativa
desde la que planifican y desarrollan la RSE. Expondremos, en este orden, los resultados
obtenidos.
¿Hacen las empresas algún tipo de RSE? ¿Hacen las empresas algún tipo de RSE?
NO NO
38% 38%
SI
62%
45%
SI, aunque de una mane ra informal
El 62% de las empresas encuestadas (2 de cada 3) declara hacer algún tipo de práctica de responsabilidad
social, aunque sólo el 17% del total (1 de cada 6) hace RSE de un modo formal y planificado.
275
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
C on stru cc i ó n I nd u st ri a l
SI
NO
NO
3 8%
Por sectores de actividad, es el sector
servicios el que menos RSE se hace.
SI
En los otros tres sectores, encabezado
por las empresas del sector de la
6 3%
S I 1 00 %
construcción, se hace algún tipo de RSE en
más del sesenta por ciento de los casos.
A gro a l i m e n ta ri o S e rv ic i o s
NO
2 0%
SI
NO 4 8%
5 2%
SI
8 0%
SI
NO
NO
Si consideramos el tamaño de las
4 7%
SI
5 3%
empresas, según su nº de trabajadores, se
observa una correlación positiva entre
tamaño de la empresa y RSE.
NO
SI
1 00 %
SI SI
2 4% NO
sector agroalimentario.
SI
8 6%
276
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
de forma planificada
27%
C on stru cc i ón I nd u st ri a l
Las empresas que hacen RSE, cómo la hacen? Las empresas que hacen RSE, cómo la hacen?
Distribución por tamańo de la empresa (num. trabajadores) Distribución por tamańo de la empresa (facturación anual)
10 a 49 50 a 249 - 3 M i l l on e s € d e 3 a 9 M i ll o ne s €
de un m a ne ra inform al de un m a ne ra inform al
de un m a ne ra inform al de un m a ne ra inform al
1 00 % 1 00 %
m á s de 2 5 0 1 00 % 1 00 %
+ 9 M i l l on e s €
de un m a ne ra inform al
4 2%
de un m a ne ra inform al
6 1%
3 9%
Según el tamaño de las empresas (por su nº de Atendiendo al tamaño de las empresas por volumen
trabajadores) las únicas que hacen RSE de un modo de facturación, el resultado obtenido es el mismo:
planificado son las empresas grandes, de más de 250 sólo algunas de las empresas que facturan más de
trabajadores (en un 58% de los casos). nueve millones de euros anuales planifican su RSE
277
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Los datos muestran, por tanto, que dos tercios de las empresas hacen RSE, pero sólo
un pequeño porcentaje de ellas (el 27% de éstas, que representan al 17% de la muestra) la
hacen de un modo planificado, siendo además las empresas más grandes las que gestionan
su RSE de este modo. Por sectores de actividad los datos no presentan diferencias
significativas.
Una vez identificado el grupo de empresas que hacen RSE (2 de cada 3), nuestro
estudio se centra en el análisis de cómo es la RSE de ese grupo: en qué áreas se hace, con
qué herramientas y con que estructura organizativa. Estos que siguen son los resultados
obtenidos sobre estos aspectos, comenzando por la áreas de gestión en las que se
desarrolla la RSE:
Áreas en las que las empresas hacen RSE. Distribución porcentual según sectores de actividad
S e c t or de Ac t i vi d a d Co n st ru cc i ón S e c t or de Ac t i vi d a d I nd ust ri a l
S e c t or de Ac t i vi d a d Ag roa l i m e nt a ri o S e c t or de Ac t i vi d a d S e rvi c i os
Por sectores de actividad la RSE medioambiental es la más representada en casi todos los sectores,
sobre todo en el industrial, a excepción del sector servicios donde la RSE con el personal ocupa el
primer lugar. En el sector agroalimentario también son medio ambiente y personal las áreas más
representadas. Mientras que en la construcción el área de personal parece recibir menos atención de la
RSE que la acción social o el medioambiente.
278
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Áreas en las que las empresas hacen RSE. Distribución porcentual según tamaño (num. trabajadores)
10 a 49 50 a 249
Áreas en las que las empresas hacen RSE. Distribución porcentual por tamaño (facturación anual)
- 3 M i l l on e s € d e 3 a 9 M il l o ne s €
Por lo que respecta a las herramientas de gestión que utilizan las empresas a la
hora de llevar a la práctica su política de RSE, estos que siguen son los resultados que
hemos obtenido. Los presentamos solamente para el conjunto de la muestra, mostrando
resultados por categorías genéricas de herramientas y por subcategorías (esto es,
herramientas concretas dentro de cada tipo de herramienta).
Porcentaje de empresas que utilizan documentos, normas o sistemas de gestión, vinculados con la RSE
Las normas o estándares de gestión son, con diferencia, las herramientas más utilizadas por las empresas para
organizar y gestionar diversos aspectos relacionados con sus procesos. Un 83% de las empresas las utiliza.
Los códigos éticos o las declaraciones de principios serían, en un 29% de las empresas, la primera de las
herramientas de gestión que son específicas de RSE.
Sólo un 17 % de las empresas que hacen RSE no usan algún tipo de norma o sistema de gestión.
Instrumentos usados por las empresas que poseen normas de gestión Instrumentos utilizados por las empresas que poseen Códigos de RSE
En ese 83% de empresas que usan normas de De ese 29% de empresas que utilizan códigos
gestión, las normas ISO de calidad y medio de RSE, el gráfico muestra en qué porcentaje
ambiente ocupan el primer lugar. de los casos se utilizan códigos éticos,
Un 23% de estas empresas realizan Memorias de códigos de buenas prácticas o declaraciones de
Sostenibilidad con la metodología del GRI. principios.
280
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Instrumentos usados por las empresa adheridas a Marcos Internacionales de RSE Instrumentos usados por las emprsas que emplean otros soportes de RSE
Del 12% de empresas que orientan su RSE conforme a alguno De 19% de empresas que utilizan
de los marcos internacionales disponibles, el gráfico otros sistemas para la gestión de la
muestra cómo todas ellas están adheridas al Pacto Global de RSE, el gráfico muestra cuáles son
Naciones Unidas, y cómo algunas de ellas, además, se orientan los tres modelos de planificación
conforme a otras declaraciones de principios. habitualmente empleados..
El tipo de herramientas que utilizan las empresas, por tanto, son sobre todo las
normas de gestión ISO (4 de cada 5 empresas las usan) y, en menor medida, como
herramientas específicas de RSE, los códigos éticos o de buenas prácticas (casi 1/3 de las
empresas). El resto de herramientas (adhesión al Global Compact o estrategias propias de
RSE) son utilizadas por menos del 15% de las empresas.
si
son únicamente las empresas
3 8%
del sector construcción (en
este grupo de empresas) las
que en un 100% de los casos
no
6 3%
si
1 00 %
tienen un responsable o un
Agroa lim entario Se rvic ios
área específica para la gestión
si
2 0%
si
2 4%
de la RSE.
no
no 7 6%
8 0%
281
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Empresas que poseen un Área o un Responsable específico de RSE Empresas que poseen un Área o un Responsable específico de RSE
Distribución por tamańo (num. trabajadores) Distribución por tamańo (facturación anual)
1 a 9 10 a 49 - 3 Millones € de 3 a 9 Millones €
¿tiene la empresa Área de RSE? ¿tiene la empresa Área de RSE?
si
si no
6% no
1 2%
si si
no no no
no
8 8% 9 4% 1 00 %
1 00 %
5 0 a 2 49 má s de 2 50 + 9 Millone s €
si
no
1 3% 1 7%
no
4 3%
si
5 7%
si
no
8 3%
8 8%
Considerando el tamaño de las empresas por nº de Si consideramos el tamaño de las empresas por
trabajadores son las de más de 250 las que poseen volumen anual de facturación, son de nuevo las más
área de RSE, en un 83% de los casos grandes las que disponen de área de RSE, en un
57% de los casos
Qué órganos funcionales de RSE tienen las empresas que poseen Área específica de RSE El gráfico muestra, para las empresas que
ya disponen de un área específica de RSE
Director o responsable de RSE 54% (un 31% de las encuestadas), cuáles son
los órganos funcionales adscritos a esta
Otra figura o departamento que se ocupe de la RSE 54%
área. En más de la mitad de estas
Comité Interno de RSE 39% empresas la RSE es gestionada o bien
por una persona responsable específica de la
Grupos de Trabajo sobre RSE 31%
RSE, o bien por otra figura o departamento
Departam ento de RSE 23% que ha asumido tales funciones.
Defensor de los grupos de interés (figura externa) 23%
Un 31% de estas empresas (el 9% de la
muestra) dice tener ya un departamento
10% 20% 30% 40% 50%
propio de RSE.
En síntesis, una de cada tres empresas (el 31%) afirma disponer ya de un área
funcional o un responsable específico de RSE, siendo las más grandes las que
mayoritariamente están formalizando la gestión de su RSE. Por sector de actividad no hay
diferencias significativas a este respecto.
C) PRÁCTICAS DE RSE.
Para poder estudiar esta cuestión, dado el amplio y variado catálogo de prácticas
posibles, la abordamos agrupando éstas por “áreas de gestión”, utilizando las categorías que
se han descrito más arriba. De este modo, pudimos obtener resultados generales sobre
cómo se distribuyen las prácticas de RSE por áreas de gestión, y resultados concretos sobre
el tipo de prácticas vinculadas a cada una de dichas áreas. También preguntamos por el
modo (informal o planificado) como se implementan, en general, las prácticas de RSE.
Estos son los resultados:
282
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Formación de los trabajadores en RSE y en conducta ética. Difusión interna de la RSE de la empresa 43%
La gráfica muestra la distribución de prácticas concretas de RSE que las empresas (un 100% de ellas)
afirman llevar a cabo dentro del área de gestión de personal. Llama la atención que la primera de las
prácticas de la lista sea la política de estabilidad en el empleo y la última sea la formación (eso sí, en RSE)
Prácticas de RSE realizadas por las empresas en el área de EMPLEO y DESARROLLO LOCAL
La gráfica muestra la distribución de prácticas concretas de RSE que las empresas (un 98% de ellas) afirman
llevar a cabo dentro del área de empleo y desarrollo local. Es de destacar cómo el 93% de las empresas
dicen tener una política expresa de contratación e integración de trabajadores discapacitados.
283
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Mejora del diseño de los productos, para un mayor o mejor reciclaje de éstos 71%
La gráfica muestra la distribución de prácticas concretas de RSE que las empresas (un 100% de ellas)
afirman llevar a cabo dentro del área de productos.
La calidad es el concepto común en todas las empresas encuestadas, en lo relativo a la política de RSE
vinculada al producto o el servicio que la empresa presta.
Medidas para la m ejora de la gestión de los residuos y/o las emisiones de la em presa 92%
La gráfica muestra la distribución de prácticas concretas de RSE que las empresas (un 91% de ellas) afirman
llevar a cabo dentro del área de gestión medioambiental.
Llama la atención, aunque aparezca en el último lugar de la lista, el hecho de que un 40% de estas empresas,
que es una proporción no despreciable, dispongan de una estrategia específica de sostenibilidad.
Garantía de acceso a una inform ación completa y veraz sobre la empresa y sus productos 87%
La gráfica muestra la distribución de prácticas concretas de RSE que las empresas (un 74% de ellas) afirman
llevar a cabo dentro del área de clientes.
El concepto de comunicación aquí es el más destacable, pues ocupa el primer lugar de la lista y, además, un
32% de las empresas dice difundir entre sus clientes su política de RSE.
284
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Prácticas de RSE realizadas por las empresas en el área de DIRECCIÓN y GOBIERNO CORPORATIVO
La gráfica muestra la distribución de prácticas concretas de RSE que las empresas (un 69% de ellas) afirman
llevar a cabo dentro del área de dirección y gobierno corporativo.
Cabe destacar que a pesar de que en el 83% de estas empresas los cargos directivos se han formado en RSE,
sólo un 35% de ellas ha desarrollado una política específica de RSE.
La gráfica muestra la distribución de prácticas concretas de RSE que las empresas (un 69% de ellas) afirman
llevar a cabo dentro del área de acción social.
Destaca aquí el hecho de que el 93% de estas empresas (que si eliminásemos de la muestra a las muy
pequeñas, de menos de 10 trab., serían el 100%) patrocinan actividades de tipo deportivo o cultural.
Prácticas realizadas por las empresas en el área de relaciones con OTROS GRUPOS de INTERÉS
Realización de acciones de difusión de la RSE entre las pymes vinculadas a la empresa 33%
La gráfica muestra la distribución de prácticas concretas de RSE que las empresas (un 55% de ellas) afirman
llevar a cabo dentro del área de relaciones con otros stakeholders.
Es de destacar aquí el hecho de que todas o casi todas estas empresas dicen exigir a sus proveedores la
implantación de prácticas laborales y ambientales responsables.
285
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Es de señalar, según los datos de la tabla, cómo el área en que el la RSE se realiza de un modo más
planificado es el de productos y servicios, seguida a bastante distancia por las áreas de gestión medioambiental y de
gestión de personal.
En el otro lado, las dos áreas en que la RSE se realiza de un modo informal o no planificado son las de
desarrollo local y dirección y gobierno corporativo.
Ambas cosas tienen sentido, si consideramos que las primeras son las áreas donde hay una mayor presencia
de normas y estándares de gestión, mientras que las segundas son áreas donde la gestión suele apoyarse más
en los contactos y las relaciones personales.
En síntesis, esta indagación sobre las prácticas concretas de RSE nos ha llevado a
descubrir que muchas empresas venían realizando prácticas de RSE sin asociarlas a este
concepto, lo que sugiere un conocimiento limitado sobre qué es la RSE.
En cuanto a las prácticas en particular, las que predominan son las relacionadas con
la gestión de personal y las políticas de calidad, seguidas de la promoción del desarrollo
local y la incorporación de pautas medioambientales. Mientras que las prácticas menos
extendidas son las relacionadas con el gobierno corporativo y la acción social, junto a las
relaciones con otros stakeholders.
Las prácticas reales, por tanto, contradicen la percepción inicial de las empresas, ya
que éstas vinculaban la RSE a acción social y conducta ética y, en cambio, éstas son las áreas con
menor desarrollo de la RSE.
Esto nos sugiere dos posibles lecturas, compatibles entre sí: que las empresas hacen
RSE sin saberlo (ya que no conocen bien el concepto de RSE); y que, al mismo tiempo, la
amplitud del concepto permite meter ahora en el cajón de sastre de la RSE cierto tipo de
prácticas (de calidad o de medio ambiente) que las empresas ya venían haciendo por otros
motivos (estratégicos o normativos).
286
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
D) RSE Y STAKEHOLDERS.
Para estudiar esta cuestión decidimos preguntar, por un lado, sobre los procesos de
diálogo de la empresa con sus stakeholders (si se dialoga o no, sobre qué se dialoga, cuánto
se dialoga, con qué tipo de stakeholders se dialoga, y con qué resultados) y, por otro, sobre
los procesos de difusión que la empresa lleva a cabo para comunicar su RSE (qué medios se
utilizan, de qué manera y con qué resultado).
si si
1 00 ,0 0% 1 00 ,0 0%
Agroa lim en tario S ervicios
no no
1 0,0 0 % 4 ,76 %
si
95,24%
si
si
9 0,0 0 %
9 5,2 4 %
El 95% de las empresas encuestadas afirma Según sectores de actividad, sólo algunas
dialogar con (alguno de) sus grupos de interés e empresas del sector servicios y agro-alimentario
informarles de aspectos relacionados con sus no dialogan ni informan a sus grupos de interés.
prácticas de RSE.
Distribución de empresas que dialogan, según el tamaño de la empresa (num.trabajadores) Distribución de empresas que dialogan, según el tamaño de la empresa (facturación anual)
1 a 9 10 a 49
¿la empresa informa y dialoga? - 3 Millones € de 3 a 9 Millones €
no no
no 1 1,7 6 %
¿la empresa informa y dialoga?
4 0,0 0 %
si no
si
si
6 0,0 0 %
si si si
1 00 ,0 0% 8 8,2 4 % 1 00 ,0 0%
5 0 a 2 49 má s de 2 50
+ 9 Millone s €
si si si
1 00 ,0 0% 1 00 ,0 0%
1 00 ,0 0%
Por tamaño, según el nº de trabajadores, sólo un Del mismo modo, solamente las empresas más
porcentaje de las empresas muy pequeñas no lo pequeñas por facturación anual no dialogan ni
hacen informan a sus grupos de interés.
287
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Sobre qué "áreas de mejora" dialogan con sus Grupos de Interés las empresas que lo hacen
Llama la atención cómo los tres aspectos sobre los que las De las ocho “áreas de mejora”
empresas más dialogan e informan son las tres áreas más propuestas:
normalizadas y sometidas a estándares de gestión (productos, - un 30% de las empresas dialogan
calidad y seguridad, y personal). Sin duda, sobre estas cuestiones se solamente sobre una, dos o tres de
dialoga con los stakeholders internos. ellas;
En un segundo grupo aparecen aspectos más relacionados con - un 39% lo hacen sobre cuatro o
la cultura empresarial (valores y estrategia, compromiso ambiental, cinco áreas;
esfuerzo en I+D). - y un 31% dialogan sobre seis o más
En último lugar aparecen de nuevo, las prácticas y proyectos áreas
de acción social.
Los estadísticos recogidos en la tabla indican cómo (sobre las ocho áreas de RSE propuestas) las empresas
dialogan fundamentalmente con los grupos de interés internos y contractuales, y en mucho menor grado con
los stakeholders externos.
Según lo expuesto hasta aquí, se puede afirmar que prácticamente todas las empresas
(95%) dicen dialogar con sus grupos de interés e informarles de su política de RSE, aunque
la mayor parte de estos procesos se realizan con los stakeholders internos y sobre asuntos
marcadamente sometidos a estándares y normativas, como la calidad y los temas de
personal y medio ambiente. Por su parte, el diálogo con los stakeholders contractuales es
menor y con los stakeholders externos mucho menor.
Una vez que hemos descrito si se dialoga o no, sobre qué se dialoga, cuánto se
dialoga y con que tipo de stakeholders se dialoga, mostramos a continuación las
valoraciones que hacen las empresas sobre las características y los resultados de estos
procesos de diálogo. Se les pidió que valorasen seis aspectos relacionados con estos
procesos, y éstas son las valoraciones obtenidas:
288
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
En relación a sus procesos de DIÁLOGO, cómo valoran las empresas En relación a sus procesos de DIÁLOGO, cómo valoran las empresas
la FRECUENCIA e INTENSIDAD del diálogo el NIVEL de FORMALIZACIÓN de los procesos de diálogo
45,0% 45,0% 47,5% 47,5%
40,0% 40,0%
30,0% 30,0%
20,0% 20,0%
10,0%
Aunque los porcentajes de empresas que Lo mismo sucede cuando las empresas entran a
consideran la frecuencia del diálogo aceptable y valorar el grado de formalización y planificación
mejorable son iguales, la suma de los dos valores de los procesos de diálogo, con un 52,5% de ellas
más bajos de la escala (deficiente y mejorable) inclinan que perciben este aspecto como deficiente o
ligeramente la balanza, con un 55% de los casos, mejorable.
hacia el lado de quienes ven necesario mejorar de
algún modo la frecuencia del diálogo.
En relación a sus procesos de DIÁLOGO, cómo valoran las empresas En relación a sus procesos de DIÁLOGO, cómo valoran las empresas
el GRADO de CONSENSO alcanzado en el diálogo a contribución del diálogo a la MEJORA de PROCESOS
50,0%
52,5% 47,5%
50,0%
50,0% 45,0%
40,0%
40,0%
30,0%
30,0%
20,0%
20,0%
10,0%
10,0% 2,5%
2,5%
Sin embargo, la valoración que hacen las empresas Al valorar la contribución del diálogo a la
sobre el grado de consenso alcanzado en los mejora de los procesos de la empresa, la balanza
procesos de diálogo, aunque no por mucha se inclina levemente, con un 52,5% de los casos,
diferencia, se inclina ligeramente, con un 52,5% de hacia el lado de quienes valoran este aspecto
los casos, hacia el lado de quienes ven el resultado como deficiente o mejorable.
del diálogo como aceptable. Aunque es de notar
que ninguna empresa lo percibe como excelente.
En relación a sus procesos de DIÁLOGO, cómo valoran las empresas En relación a sus procesos de DIÁLOGO, cómo valoran las empresas
a contribución del diálogo a la MEJORA de la IMAGEN la contribución del diálogo a la capacidad de INNOVACIÓN
52,5% 50,0%
47,4%
50,0%
50,0% 45,0%
40,0%
40,0%
30,0% 30,0%
20,0% 20,0%
10,0% 10,0%
2,5% 2,6%
Lo mismo vuelve a suceder cuando las empresas Y en cuanto a la percepción del diálogo como
entran a valorar la contribución del diálogo a la factor de mejora de la capacidad de innovación
mejora de la imagen de la empresa, con un 55% de de la empresa, los resultados no varían con
ellas que perciben este aspecto como deficiente o respecto a las valoraciones anteriores, con un
mejorable. 52,5% de las empresas que perciben este aspecto
como deficiente o mejorable.
289
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Los datos muestran que las empresas reconocen la necesidad de mejorar a todos los
niveles sus procesos de diálogo con los stakeholders.
En cuanto a los procesos de difusión que la empresa lleva a cabo para comunicar
su RSE, estos que siguen son los resultados que obtuvimos al indagar sobre qué medios se
utilizan, de qué manera y con qué resultado:
Medios que las empresas utilizan para comunicar su política de Responsabilidad Social
Los resultados porcentuales recogidos
en el gráfico demuestran cómo, en sus
Reuniones o contacto directo con grupos internos (trabajadores, accionistas, socios) 100%
esfuerzos de comunicación, las empre-
Medios propios de difusión in terna (boletines, revistas, carteles, m emorandos...) 88% sas utilizan más los medios propios que los
ajenos, tanto para la comunicación a
Medios propios de difusión exterior (Web, revistas, jo rnadas, foros, RRPP...) 88% nivel interno como para la difusión
externa de información sobre su RSE.
Medios ajenos de difusión masiva (noticias, marketin g y publicidad) 73%
Es de destacar cómo, a pesar de estar en
Memorias de Sostenibilidad o Inform es Sociale s 18% el último lugar de la lista, un 18% de las
0% 25% 50% 75% 100%
empresas, casi 1 de cada 5, elaboran ya
memorias de sostenibilidad.
En relación a sus acciones de INFORMACIÓN, cómo valoran las empresas En relación a sus acciones de INFORMACIÓN, cómo valoran las empresas
la CANTIDAD (suficiencia) de la información difundida la CALIDAD (rigor, claridad...) de la información difundida
60,0% 62,5%
60,0%
60,0%
40,0%
40,0% 35,0%
40,0%
20,0% 20,0%
2,5%
0,0% 0,0%
Deficiente Mejorable Aceptable Excelente Deficiente Mejorable Aceptable Excelente
Tres de cada cinco empresas, un 60% de ellas, Prácticamente se repite la misma proporción de
considera que suministra a sus grupos de interés empresas que considera que la calidad de la
una cantidad aceptable de información relativa a información (sobre su RSE) que suministra a sus
la RSE de la empresa. grupos de interés es aceptable (62,5%) o incluso
excelente (2,5%).
En relación a sus acciones de INFORMACIÓN, cómo valoran las empresas En relación a sus acciones de INFORMACIÓN, cómo valoran las empresas
la PLANIFICACIÓN y desarrollo de la política de comunicación su nivel de TRANSPARENCIA informativa
45,0% 57,5%
40,0%
40,0% 50,0%
37,5%
40,0%
30,0%
30,0%
20,0% 15,0%
20,0%
10,0% 5,0%
10,0%
Aquí, aunque el valor más alto es el de aceptable En la valoración de este aspecto, el nivel de
(45%), la suma de los dos primeros, que agrupa a transparencia de la información suministrada
un 55% de las empresas, apunta hacia una per- por la empresa, es donde hay una mayor
cepción deficiente o mejorable de la planificación proporción de empresas (62,5%) que lo perciben
de la política de comunicación de la empresa. como aceptable o excelente.
290
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
40,0%
notoriedad alcanzada gracias a la información
40,0% difundida, es donde encontramos un mayor grado de
30,0%
dispersión en las respuestas.
No obstante, a pesar de que un 2,5% de las empresas
20,0%
12,5% consideran este aspecto como excelente, es mucho
10,0% mayor el peso de los valores bajos de la escala: el
2,5%
57,5% de los casos lo consideran deficiente o
Deficiente Mejorable Aceptable Excelente mejorable.
Sin embargo, en general las empresas valoran algo mejor los resultados conseguidos
con sus acciones de difusión de información sobre su RSE, que los resultados derivados de sus
procesos de diálogo con los diferentes stakeholders. Aunque en ambos casos se expresa la
necesidad de mejorar.
Tras la descripción que hemos hecho hasta aquí sobre cómo las empresas perciben la
RSE, la gestionan, la traducen en prácticas concretas y la dialogan con sus stakeholders, nos
queda exponer cómo estas empresas valoran la RSE en términos de riesgos o beneficios,
qué expectativas ponen en ella y cómo evalúan el estado de sus empresas ante la RSE.
Comenzaremos analizando, en este apartado, qué creen las empresas que pasará con
la RSE en el futuro. Expondremos qué porcentaje de las empresas confían en el futuro de
la RSE y cuántas no, e identificaremos las razones fundamentales de tales expectativas:
3 8%
Expectativa sobre el futuro de la RSE
NO habrá RSE SÍ habrá RSE
26% NO habrá RSE
6 3%
1 00 %
A gro a l i m e n ta rio S e rv ic i o s
2 0%
2 9%
SÍ habrá RSE 7 1%
74% 8 0%
Cuando se pregunta a los encuestados acerca de Por sectores de actividad, las mayores reticencias
sus expectativas sobre el futuro de la RSE, tres de sobre el futuro de la RSE se dan en los sectores de
cada cuatro creen que en el futuro sí habrá política la industria y de los servicios. En cambio, el 100%
de RSE en las empresas. de las empresas encuestadas del sector de la
construcción creen en el futuro de la RSE.
291
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
4 7%
5 3%
6 0% 6 5%
50 a 249 m á s de 2 5 0 + 9 M i l l on e s € 1 00 %
2 5% 8%
1 4%
9 2% 8 6%
7 5%
En síntesis, tres de cada cuatro empresas sí creen que en el futuro habrá políticas de
RSE en la empresa. El factor determinante de las expectativas es el tamaño de la empresa,
de manera que aquellas son más favorables cuanto más grande es ésta.
Las empresas que sí creen en el futuro de la RSE es porque asocian la RSE al papel
de la gran empresa, como aquella que tiene capacidad para hacer políticas de RSE. Por su
parte, las empresas que no creen en el futuro de la RSE lo achacan a las dificultades
inherentes a la propia RSE, como algo difícil de integrar en la lógica empresarial.
292
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
En este apartado analizaremos las ventajas y desventajas que las empresas ven en la
RSE. Lo haremos exponiendo, primero, cuáles son esas ventajas y desventajas, y
centrándonos después en cuál ha sido para las empresas la incidencia (positiva y negativa)
de las prácticas concretas de RSE que vienen desarrollando.
En cuanto lo primero, se pidió a las empresas que identificasen el principal beneficio
que la RSE aporta, así como la principal desventaja, en caso de haberla. Estos son los
resultados:
C on stru cc i ón I nd u st ri a l
Si analizamos las desventajas
la RSE desvía esfuerzos y recursos técnicos y humanos 67% 57%
por sectores de actividad,
Inconvenientes de la RSE
293
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Para analizar cómo las prácticas de RSE desarrolladas por las empresas han incidido
en ellas, en términos de beneficios y riesgos, se pidió a las empresas que valorasen en una
escala de 1 a 10 (siendo 1=incidencia mínima y 10=incidencia máxima) cómo la RSE
desarrollada podría haber beneficiado o perjudicado a la empresa en una serie de aspectos.
Cómo valoran las empresas la incidencia POSITIVA de su RSE Cómo valoran las empresas la incidencia POSITIVA de su RSE
en cuanto a MEJORA de los procesos de GESTIÓN en cuanto a MEJORA de la IMAGEN y la REPUTACIÓN
45%
20%
20% 17%
40%
15%
30% 26%
10%
21%
10%
20%
5% 10%
0%
0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
puntuación puntuación
El gráfico muestra una gran dispersión de En este caso las respuestas están claramente
valoraciones, con tres picos destacables. Los dos concentradas en los valores más altos de la
más visibles muestran un 37% de empresas que escala, con un 92% de las empresas que valoran
valoran este aspecto con una nota de 4 y 5, y algo muy positivamente la incidencia de su RSE en
más de un 20% de las empresas que lo valoran de la mejora de su imagen y su reputación, con
1 a 2 puntos. En el otro lado, en torno a un 20% una nota de entre 9 y 10 puntos.
de las empresas valoran positivamente la
incidencia de la RSE en la gestión, con notas
de entre 7 y 9.
Cómo valoran las empresas la incidencia POSITIVA de su RSE Cómo valoran las empresas la incidencia POSITIVA de su RSE
en cuanto a INCREMENTO de la COMPETITIVIDAD en cuanto a un mejor RENDIMIENTO de la INNOVACIÓN
19%
33%
17%
14%
30%
15%
12% 21%
20% 17%
10%
5% 10%
0%
0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
puntuación
puntuación
El gráfico muestra una notable dispersión en las En este caso las respuestas están claramente
respuestas, que podríamos reunir en dos grupos concentradas en los valores más bajos de la
diferenciados: el de las empresas (el 45% del total) escala, con un 71% de las empresas que valoran
que puntúan la incidencia de su RSE sobre la negativamente la incidencia de su RSE en la
competitividad con unas notas bajas, de entre 1 y mejora del rendimiento de la innovación, con
3 puntos; y el grupo de las empresas (un 40% de unas puntuaciones de entre 1 y 3, y un peso
ellas) que puntúan este aspecto con unas notas de relativo muy importante del valor más bajo de la
entre el 5 y el 8, tendiendo hacia los valores más escala.
altos.
294
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
20%
17% 20%
14% 14%
15% 14%
15%
10%
10%
5%
5%
0% 0%
2 3 4 5 6 7 8 9 10 3 4 5 6 7 8 9 10
puntuación puntuación
El gráfico muestra una significativa dispersión de En este caso, las respuestas se concentran en
valoraciones, con dos picos destacables. El más torno a los valores 7 y 8 de la escala, lo que
marcado concentra en torno al valor 4 de la escala a indica que las empresas sí consideran que la
un 66% de las empresas, que indican que la RSE no RSE implica costes de oportunidad,
aumenta significativamente los costes económicos relacionados con el desvío de recursos humanos
para la empresa. En el otro lado, en torno al valor 7 y técnicos de los objetivos y prácticas habituales
casi un 30% de las empresas piensan lo contrario. de la empresa.
Cómo valoran las empresas la incidencia NEGATIVA de su RSE Cómo valoran las empresas la incidencia NEGATIVA de su RSE
en cuanto a que pueda generar INCERTIDUMBRE y CONFUSIÓN en cuanto a que pueda generar EXPECTATIVAS IRREALES
24%
21%
21% 19%
20%
17%
20%
14%
15%
15%
10%
10%
5% 5%
0% 0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
puntuación puntuación
El gráfico muestra en este caso también una notable La distribución de las respuestas en este caso
concentración de las empresas en torno a los valores muestra un equilibrio entre los dos picos
4 y 5, con un peso ligeramente mayor en la parte situados a ambos lados del valor 5. Esto indica
derecha de la escala. Esto indica un posicionamiento cierta divergencia, aunque leve, en el posi-
intermedio, es decir, no claramente definido, de las cionamiento de las empresas ante la cuestión que
empresas respecto a la cuestión que se les plantea: se les ha planteado: que la RSE genere
que la RSE pueda generar incertidumbre y expectativas irreales. Podríamos pensar que
confusión. unas creen que “tal vez sí”, y otras que “tal vez no”
20%
17%
20%
En este gráfico, es claro cómo el mayor grupo de
15%
respuestas (el 67%) se concentra en torno a los valores
15%
4 y 5, lo que apunta a una percepción no “peligrosa” de
10%
la RSE, como algo que pueda traer consecuencias
negativas y no previstas para la empresa.
5%
No obstante, hay que señalar que algunas empresas, las
concentradas en torno al valor 7, sí temen en cierto
0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 modo esos posibles efectos contrarios de la RSE.
puntuación
Con las respuestas obtenidas procedimos a recodificar esas siete posiciones y las
convertimos en tres categorías, que nos permiten posicionar a las empresas en tres grupos:
el de las que conocen la RSE y la aplican; el de las que conocen la RSE pero no la aplican; y
el de las que no conocen muy bien la RSE.
Dado que ésta fue la última pregunta del cuestionario, creemos que las respuestas
sobre estos tres aspectos (conocimiento, confianza y aplicación de la RSE) son más
verosímiles que las expresadas por los encuestados al principio del cuestionario. Esta
suposición se basa en el hecho de que percibimos que para muchos de los encuestados se
había producido un cambio, una especie de “proceso de descubrimiento” o de
“aprendizaje”, a medida que iban avanzando y respondiendo al cuestionario. Es decir, que
creemos que ciertos aspectos que al principio el encuestado no asociaba al concepto de
RSE poco a poco, a medida que se avanzaba en las preguntas, iban siendo considerados y
reubicados por éste en su mapa cognitivo. Basándonos en este indicio, creemos que las
respuestas finales del cuestionario, y en particular esta última, describen mejor el tipo de
RSE y el estado real de ésta en las empresas.
296
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Conoce perfectam ente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado 17%
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque la aplica de un modo inform al 38%
Conoce qué es la RSE y la aplica, aunque es escéptica sobre su verdadera utilidad 14%
Si nos referimos a ese 69% de empresas que aplica la RSE, el grupo de ellas que la aplica de un modo
informal (un 38% del total de empresas) es el doble del que la aplica de un modo planificado (17%),
mientras un 14%, aunque dicen aplicar la RSE, se muestran escépticas sobre su verdadera utilidad
(suponemos que éstas hacen RSE de un modo informal, lo que aumentaría este grupo al 52%).
Es de destacar también el 19% de empresas (1 de cada 5) que cree en la RSE pero no la aplica.
Por otro lado, sólo un 2% dice no ver ningún tipo de utilidad en la RSE.
Conoce perfectamente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado67% 13%
Lo más destacable de la
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque la aplica de un modo informal33% 25%
información del gráfico es que
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque aún no la aplica 25%
Conoce qué es la RSE y la aplica, aunque es escéptica sobre su verdadera utilidad 25%
es en el sector agroalimentario
Conoce qué es la RSE, pero no la ve útil y, por tanto, no la aplica donde se da un mayor porcentaje
No conoce muy bien la RSE, pero ve en ella posib ilidades 13% de empresas (el 70% del sector)
No conoce muy bien la RSE y tampoco ve en ella ninguna utilidad que aplican la RSE de un modo
Agroa limentario S ervicios
informal (el porcentaje subiría
Posicionamiento de la empresa ante la RSE
Conoce perfectamente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado10% 14%
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque la aplica de un modo informal70% 29%
hasta el 80% si añadimos a este
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque aún no la aplica 29% grupo a las empresas
Conoce qué es la RSE y la aplica, aunque es escéptica sobre su verdadera utilidad
10% 14% “escépticas”).
Conoce qué es la RSE, pero no la ve útil y, por tanto, no la aplica10% 5%
297
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Cómo se se posicionan las empresas ante la RSE según tama ño de la empresa (num. trabajadores)
1 a 9 10 a 49
Posicionamiento de la empresa ante la RSE
Conoce perfectamente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque la aplica de un modo informal 47%
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque aún no la aplica 60% 29%
Conoce qué es la RSE y la aplica, aunque es escéptica sobre su verdadera utilidad 12%
5 0 a 2 49 m á s d e 2 50
Posicionamiento de la empresa ante la RSE
Conoce perfectamente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado 58%
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque la aplica de un modo informal 63% 25%
Conoce qué es la RSE y la aplica, aunque es escéptica sobre su verdadera utilidad 25% 17%
Cruzando las siete categorías de posicionamiento con el tamaño de la empresa (en nº de trabajadores)
encontramos que sólo las grandes empresas (de +250 trab.) planifican su RSE (el 58% de ellas), y que son
algunas de las pequeñas (de -10 trab.) las que menos conocen la RSE (un 20% de ellas).
298
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
- 3 Millon es € d e 3 a 9 Millon es €
Posicionamiento de la empresa ante la RSE
Cómo se se posicionan las empresas ante la RSE según tama ño de la empresa (facturación anual)
- 3 Millon es € d e 3 a 9 Millon es €
Posicionamiento de la empresa ante la RSE
Conoce perfectamente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado
+ 9 Millon es €
Posicionamiento de la empresa ante la RSE
Conoce perfectamente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado
33%
Hay dos aspectos a destacar en este gráfico: el hecho de que entre las empresas más pequeñas casi la mitad
(un 47%) aunque cree en la RSE no la aplica; y el hecho de que la mayoría de las empresas más grandes por
facturación, un 62% (=43%+19%), aplican la RSE de un modo informal.
Los datos muestran que sólo el 7% de las empresas desconoce el concepto de RSE, y
que dos de cada tres (69%) aplican políticas de RSE, aunque casi todas de un modo
informal. De hecho sólo el 17% del total de empresas (1 de cada 6) aplican la RSE de un
modo planificado.
299
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Las diferencias por sector de actividad son menos significativas, aunque destaca el
dato de que es entre las empresas del sector agroalimentario donde más se desconoce la
RSE (hay que aclarar que en este sector es donde hay más empresas pequeñas) y donde se
da una mayor proporción de empresas que aplican la RSE de un modo informal.
La conclusión general es que dos tercios de las empresas hacen RSE, pero casi todas
de un modo no planificado, lo que da una idea del bajo nivel de desarrollo de la RSE entre
el empresariado de la región (recuérdese que este dato procede de un grupo de empresas
“avanzadas” en políticas de calidad, sostenibilidad y excelencia empresarial).
300
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Cuando se les pide a las empresas que valoren cuánto se conoce la RSE entre los
empresarios de la región, los porcentajes empeoran de forma significativa: sólo un
12% considera que la RSE se conoce bastante, mientras que el 88% considera que la
RSE se conoce algo o poco.
La percepción inicial que de la RSE tienen las empresas está totalmente vinculada a
los conceptos de cultura y compromiso (así lo creen un 69% y un 62% de ellas) y a la
consideración de la RSE como una opción estratégica (en un 19% de los casos).
Ninguna de las empresas encuestadas vincula a la RSE otros conceptos como moda,
carga u obligación.
Los valores que las empresas comienzan asociando en primer lugar con la RSE son
los de acción social (un 69% de ellas) y de reputación (un 50%). El concepto de excelencia,
muy vinculado al de reputación, aparece en tercer lugar, mencionado por un 48% de
las empresas.
No obstante, de las empresas que hacen algún tipo de RSE (el 62% del total), tres de
cada cuatro la ponen en práctica de un modo informal y no planificado.
301
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Las únicas que hacen RSE de un modo planificado son las empresas grandes, de más
de 250 trabajadores (un 58% de las de este grupo).
De las empresas que hacen algún tipo de RSE (el 62% del total) en torno a un 90%
desarrollan prácticas de RSE en las áreas ambiental y de gestión de personal, y dos de
cada tres (un 76% de ellas) en el área de acción social.
Las normas o estándares de gestión (normas ISO, OSHAS, etc.) son, con mucha
diferencia, las herramientas más utilizadas por las empresas para organizar y gestionar
los diferentes aspectos relacionados con sus procesos. Un 83% de las empresas las
utilizan.
Los códigos éticos y las declaraciones de principios constituyen los instrumentos más
utilizados (en un 29% de las empresas) para la definición de su RSE.
De ese 31% de empresas que ya posee algún órgano funcional para la gestión de la
RSE, más de la mitad (el 54%) dispone de una persona responsable de RSE o de otra
figura o departamento que asume esta función, y un 23% de ellas (un 7,1% del total de la
muestra) dice tener ya un departamento propio de RSE.
Cuando se muestra a las empresas una lista amplia de posibles prácticas de RSE,
agrupadas por áreas de gestión, obtenemos los siguientes resultados:
Todas las empresas encuestadas declaran realizar alguna práctica de RSE en las áreas
de gestión de personal y de productos, casi todas lo hacen en las áreas medio ambiental y de
desarrollo local, y más de la mitad lo hacen en el resto de las áreas de gestión de la RSE:
de clientes, de dirección, de acción social y de relaciones con otros grupos de interés.
Un 98% de las empresas, dentro del área de gestión de personal, afirman llevar a cabo
una política de estabilidad en el empleo.
Un 91% de las empresas, en el área de empleo y desarrollo local, afirman tener una
política de contratación e integración de trabajadores discapacitados.
En el área de dirección y gobierno corporativo, un 57% de las empresas dice dar formación a
sus cargos directivos en materia de RSE, y un 50% promover el acceso de mujeres a
los cargos de dirección.
302
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
En el área de relaciones con otros grupos de interés, el 55% de las empresas dice exigir a sus
proveedores prácticas laborales responsables, y un 50% prácticas ambientales responsables.
El 95% de las empresas afirma dialogar con sus grupos de interés e informarles de
aspectos relacionados con sus prácticas de RSE. Sólo un porcentaje de las empresas
muy pequeñas no lo hace (que son el 40% de las de menos de 10 trabajadores).
Los tres aspectos sobre los que las empresas más dialogan e informan coinciden con
las tres áreas que en las empresas están más normalizadas y sometidas a estándares de
gestión (productos, calidad y seguridad, y personal).
En sus esfuerzos de comunicación, las empresas utilizan más los medios propios que los
ajenos, tanto para la comunicación a nivel interno como para la difusión externa de
información sobre su RSE
Para la difusión externa de información sobre su RSE, un 18% de las empresas, casi
una de cada cinco, elabora Memorias de Sostenibilidad.
Respecto de los procesos de diálogo con sus stakeholders, un 55% de las empresas ven
necesario mejorar la frecuencia del diálogo, y un 52% la formalización y planificación de
los procesos de diálogo.
Tres de cada cuatro empresas (un 74%) creen que en el futuro sí habrá política de
RSE en las empresas.
Las empresas pequeñas, de menos de diez trabajadores, son las que menos creen (un
45% de ellas) en el futuro de la RSE.
303
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
La razón que exponen las empresas que no creen en el futuro de la RSE es la dificultad
para incorporar la RSE en la dinámica habitual de la empresa (“la RSE es algo difícil de
integrar en la empresa”)
A la hora de señalar cuál es la principal desventaja que puede comportar la RSE para
la empresa, la opción elegida por la mayoría (62%) hace referencia al esfuerzo extra que
la empre-sa ha de realizar para poder hacer RSE (“la RSE desvía esfuerzos y recursos
técnicos y humanos”).
Cuando al final del cuestionario, una vez exploradas todas las dimensiones de la RSE, se
pide a los encuestados que posicionen a su empresa según una escala de siete categorías
cualitativas (que combinan el conocimiento, la confianza y la aplicación de la RSE), obtenemos
los siguientes resultados:
Si consideramos el tamaño de la empresa, todas las grandes empresas (de más de 250
trabajadores) conocen y aplican la RSE. En cambio, ninguna de las de menos de 10
trabajadores conoce y aplica la RSE.
Y sólo un 2% de las empresas dice no conocer muy bien la RSE y no ver en ella
utilidad alguna.
El 52% del total de las empresas hace RSE de una manera informal, y sólo el 17% del
total de empresas la hacen de un modo planificado. Curiosamente, la mayoría de las
empresas grandes (el 62% de ellas) dicen aplicar la RSE de un modo informal.
304
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
305
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Lo primero que quisimos abordar en las entrevistas fueron algunos de los aspectos ya
analizados en la fase de encuesta, con el objetivo de recabar información cualitativa sobre
ellos y poder mejorar la comprensión de la RSE desarrollada por las empresas.
En este epígrafe, por tanto, recogemos los resultados del análisis de la información
que las empresas han proporcionado sobre cuestiones como el origen, la evolución, la
gestión, los resultados y las expectativas sobre la política concreta de RSE que vienen
realizando. Organizaremos los resultados en tres sub-epígrafes:
Básicamente podríamos hablar de tres situaciones posibles de partida que dan paso a
la formalización de una política de RSE como tal:
- El caso de aquellas empresas con una larga tradición de prácticas de patrocinio, vinculado
a actividades deportivas o culturales en el ámbito local. Aquí caben empresas de todo tipo,
pero sobre todo las del sector servicios y agroalimentario.
- Y el caso de aquellas empresas en las que la RSE surge en un momento concreto, a partir
de diversas excusas o acontecimientos (la adhesión al Global Compact, la creación de una
fundación, la definición de un Sistema de Gestión Integral, etc.), como una apuesta clara y
decidida de la empresa por la RSE.
En cualquiera de las tres situaciones descritas, la RSE es una política que comienza a
ser definida y formalizada, en las empresas analizadas, entre los años 2000 y 2005.
306
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Los motivos alegados por las empresas para justificar su apuesta por la RSE son
también muy diversos y vienen igualmente condicionados por factores sectoriales, de
tamaño de la empresa y de tipo de actividad realizada, entre otros.
Podríamos resumir las razones expuestas por las empresas en cuatro categorías o
tipos de motivos:
- La rentabilidad a largo plazo. Ésta es la razón aportada por quienes ven en la RSE un
instrumento para la conformación de un enfoque a largo plazo, en el que se persigue
conjugar los objetivos económicos con la idea de responsabilidad. La RSE es algo que hay
que hacer, básicamente, porque la sociedad lo demanda. Y en esta cancha se cree que se va
a jugar en gran medida la reputación de la empresa y su rentabilidad a largo plazo. Aquí
estarían sobre todo grandes empresas con una importante orientación de su producto o sus
servicios al consumidor final.
- La cultura y el estilo propio de la empresa. Éstas son las razones de aquellas empresas que
han asumido la RSE como un concepto nuevo en el que integrar y ordenar todo lo que ya
venían haciendo en cuanto a buenas prácticas. En este grupo caben empresas tanto grandes
como pequeñas, muchas de las cuales suelen caracterizarse por una larga tradición en su
sector y tener un origen familiar.
- La eficacia y la convicción de que así se trabaja mejor. Éste argumento es propio de quienes
hacen una RSE muy marcada por el enfoque del departamento de Recursos Humanos.
Aportan esta razón empresas con muchos trabajadores de los sectores industrial y
agroalimentario.
- La voluntad de querer hacer bien las cosas. Este es el argumento que aportan sobre todo
las empresas de tamaño pequeño y mediano, donde se valora el papel de las personas
dentro de la organización y se entiende que el desarrollo de la empresa y el desarrollo
personal han de ir juntos.
En general, todas las empresas que apuestan por la RSE aportan razones de mejora y
de obtención de resultados positivos de diverso tipo.
Cuando se pide a las empresas que formulen el objetivo o los objetivos esenciales de
su política de RSE, todas ellas parecen tenerlo muy claro, aunque unas apelan a objetivos
concretos y pragmáticos, mientras que otras mencionan finalidades más genéricas.
A este segundo grupo pertenecerían formulaciones como las dos que apuntamos a
continuación:
-El objetivo de la política de RSE es la “gestión ética de la empresa, tratando de integrar a todos sus
grupos de interés”.
-El objetivo de la política de RSE es “el desarrollo humano de las personas que trabajan en la
empresa” o, simplemente, “el respeto a las personas”.
307
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
-El objetivo de la política de RSE es “poner en valor lo que ya se hace bien” y que la RSE sirva
también para mejorarlo.
- El objetivo de la política de RSE es (objetivo claramente estratégico) “la eficacia de la
organización”, focalizando el esfuerzo en el desarrollo de un “equipo humano que nos diferencie”.
- El objetivo de la política de RSE es “apoyar la integración social de discapacitados” (algunas
empresas tienen muy claros objetivos concretos como éste).
Las empresas entrevistadas realizan también otras prácticas de RSE, con menos
representatividad y no incluidas en las tres categorías anteriores, que podemos ubicar en
dos grupos:
- Acciones de compromiso con el entorno local. Desde la política de contratación de trabajadores
o estudiantes procedentes de los institutos de la zona, hasta el patrocinio de actividades
festivas y deportivos en los municipios del entorno (de donde proceden los trabajadores de
la empresa).
- Acciones de colaboración con otros grupos de interés. Desde la colaboración con centros
educativos hasta el apoyo al desarrollo de otras empresas.
Desde su aparición en las empresas, la RSE ha ido evolucionando en dos líneas muy
concretas: la de la formalización de la política de RSE y la del desarrollo de acciones
concretas de RSE.
-Formalización de la RSE. En la mayoría de las empresas entrevistadas se ha venido dando
un proceso paulatino de formalización de la política de RSE, con la redacción de
documentos de RSE (códigos éticos, declaraciones de principios, integración de la RSE en
los planes estratégicos, etc.) y la creación de órganos funcionales par la gestión de la RSE
(comités de ética, responsables de RSE, etc.). Muchas empresas ven esto como un proceso
lógico y necesario.
308
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
-Desarrollo de la RSE. A la par han ido creciendo los objetivos de RSE y el número de
programas y acciones de RSE en las distintas áreas de la empresa. Algunas empresas han
tratado de dar una proyección interna a la RSE (orientándola fundamentalmente hacia sus
trabajadores o al desarrollo organizativo), mientras otras se han centrado en incorporar en
la empresa nuevas áreas de RSE (por ejemplo, la medioambiental). Ninguna de las
empresas entrevistadas declara haber iniciado una política de RSE expresamente orientada
a la mejora exterior de la imagen corporativa.
Todas las empresas entrevistadas afirman que su implicación con la RSE ha sido
creciente y la valoran muy positivamente, aunque en numerosas ocasiones mencionan que
aún “les queda mucho por hacer”.
En la gestión de la política de RSE que llevan a cabo las empresas podemos distinguir
tres dimensiones diferentes: la de la normas o sistemas con los que la RSE se gestiona, la de
los órganos funcionales que se ocupan de gestionar la RSE y la de los planes o programas
propios de RSE con los que ésta se define y orienta en cada empresa.
- Las normas o sistemas de gestión que hemos identificado en las empresas entrevistadas son
básicamente cuatro: el Global Compact, como declaración de rango internacional al que
algunas empresas se han adherido; las directrices GRI, como modelo para la elaboración de
informes sociales; la norma SGE21, como sistema para gestionar las relaciones con los
grupos de interés; y la existencia de SGI (sistemas de gestión integral de calidad, prevención
y medio ambiente) vinculados a la RSE.
- En cuanto a la estructura funcional que se responsabiliza de la RSE en las empresas, hemos
encontrado cuatro modelos, algunos de ellos coexistiendo a la vez: los “comités de RSE”,
grupos internos formados por responsables de las distintas áreas de la organización; los
“grupos externos” de RSE, que aglutinan a los grupos de interés externos; los
“responsables de RSE”, personas que asumen de forma exclusiva o añadida el área de RSE;
y, donde la RSE no está sistematizada ni institucionalizada, es la “dirección” de la empresa,
habitualmente en la figura del director o el presidente, la que asume esta función.
- Por último, en muchas empresas se han desarrollado programas o planes propios de RSE,
que recogen y sistematizan los objetivos y las líneas de desarrollo de la RSE.
Junto a toda esta estructura para la gestión de la RSE, en algunas empresas hemos
detectado un principio organizativo interesante, consistente en tratar de diferenciar de
forma clara dos niveles organizacionales: el decisorio y el operativo. De este modo, “arriba”,
en los órganos de dirección, recaería la responsabilidad de las decisiones sobre el tipo de
compromiso que debe asumir la empresa (“la persona define los objetivos”). “Abajo”, el equipo
técnico, el grupo humano asume las funciones operativas de gestión e implementación de la
RSE, sin que esto suponga que este equipo no pueda opinar, imprimir su sello propio o
aportar cualquier tipo de propuesta (“ha de ser un grupo humano muy preparado y muy
comprometido”).
309
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Las empresas que realizan sus Informes Anuales de RSE, especialmente los que se
guían por el modelo de Memorias de Sostenibilidad de GRI, son las únicas que mencionan
310
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
el sistema de indicadores de GRI como el modelo en que se basan para evaluar su política
de RSE.
Para las primeras, “la RSE es algo que, ante todo, produce mejoras internas”. Algunos de los
argumentos que hemos recogido son los siguientes:
- el trabajador sólo se compromete con la empresa si la empresa se compromete con él;
- sólo se puede ser mejores fuera si se es mejor dentro, en los planos humano y
organizativo;
- las experiencias de incorporación e integración de personas con discapacidad han
inducido en las empresas conductas de colaboración y también de empatía, tolerancia,
respeto…;
311
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Por su parte, para algunas pymes “la RSE tiene sentido sobre todo en el ámbito de la pequeña
empresa”. Los argumentos son los siguientes:
- la pyme es donde la RSE tiene un menor coste y es más fácil de aplicar;
- la pyme es donde la RSE resulta más creíble para todos los grupos de interés porque en la
pyme, al ser pocos, todos la conocen y es donde la RSE más fácilmente puede
consensuarse entre todos;
- si más de 9 de cada 10 empresas son pymes, es ahí donde es más importante hacer RSE,
porque esto extiende la RSE a todo el tejido empresarial;
- en muchas grandes empresas la RSE es un añadido, algo que aparece sólo al final,
mientras que en la pyme esto no es así, la RSE está en el núcleo de la empresa.
Las expectativas que expresan las empresas sobre el futuro de la RSE son diversas y
numerosas. Las hemos agrupado, a modo de síntesis, en tres categorías: la que recoge
proyectos concretos de ampliación o mejora de la RSE, la que recoge algunas ideas o
deseos de cara al futuro de al RSE, y la que apunta hacia algunas dudas o riesgos para la
RSE en el futuro.
Algunas de las ideas o deseos expresados por las empresas sobre el futuro de la RSE
manifiestan expectativas como:
312
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Por último, algunas de las dudas y riesgos apuntados para la RSE en el futuro
sugieren ideas como las siguientes:
- hay quien cree que “habrá un problema si la RSE se convierte en un sello”, porque el espíritu y el
verdadero sentido de la RSE se pervertirían y la RSE se mercantilizaría;
- otros piensan que para que la RSE despegara haría falta algo así como una etiqueta ética.
Esa sería la forma de hacer visible la RSE, algo que es necesario, porque si el cliente o el
consumidor no la ven, entonces la RSE no puede influir en sus decisiones. Y esa debería
ser la manera de exigir a las empresas que fuesen responsables;
- para algunos la palabra “social” es problemática, porque “se queda corta”, no expresa todo
lo que cabe en el concepto, la RSE va más allá de lo social. El concepto tendría futuro “en
su significado” pero no en su denominación actual;
- otros ven el problema en la palabra “responsabilidad”, que suena demasiado vacía y
ambigua, y prefieren hablar de “compromiso social” mejor que de responsabilidad social.
En este segundo epígrafe presentaremos los resultados cualitativos obtenidos del análisis de
la información que las empresas han aportado en las entrevistas, sobre la relación que ellas
encuentran entre la política concreta de RSE que realizan y una serie de factores de mejora,
implementados y formalizados en muchas de ellas, como la calidad, la innovación, el
diálogo con stakeholders, o aspectos como la competitividad o la cultura empresarial.
Organizaremos los resultados en cinco sub-epígrafes:
Como acabamos de señalar más arriba, no todas las empresas vinculan o identifican
RSE y calidad. Sobre la relación entre ambas hemos identificado dos posturas muy
diferentes: la de quienes creen que calidad y RSE van, y han de ir necesariamente, juntas; y
la de quienes consideran que calidad y RSE son cosas diferentes que no se deben mezclar,
por el bien de ambas y de la empresa. Veamos cuáles son las razones de una y otra.
a) El primero de los puntos de vista, el más habitual, es el expuesto por aquellas empresas,
de tamaño generalmente medio o grande, que tienen implantada desde hace tiempo la
calidad para la gestión de sus procesos. Dentro de estas empresas hemos identificado, a su
vez, dos maneras de vincular la calidad y RSE, y dos ideas básicas sobre la relación que
existe y debe existir entre ambas:
- Unas señalan a los procesos como vínculo. Según esto, entendidas como “proceso con el
que se quiere mejorar”, la calidad y la RSE van de la mano. Además, todo proceso de
calidad ha de llevar una dimensión implícita de RSE, que debe estar inspirada en el
código ético de la empresa o su declaración de valores. Según este enfoque, aunque la
parte conceptual de la RSE es previa (“debe venir de arriba”), la parte técnica de la RSE y
de la calidad deben ir juntas.
- Otras señalan al cliente como vínculo. El argumento esencial es el siguiente: “si
decimos que el cliente es el centro, nuestro compromiso como empresa es darle el
producto o el servicio de calidad que él espera”. Este modo de entender la RSE está
muy identificado con lo que la empresa ofrece y con aquellos a los que la empresa se
dirige. La idea de responsabilidad social equivale, por tanto, a la de compromiso con el
cliente, y la calidad es el vínculo entre ambos conceptos.
En cuanto a las ideas básicas de este grupo sobre la relación entre calidad y RSE:
- Algunas empresas hablan de “la calidad como origen de todo”. Esta idea trata de reconocer
el papel que ha jugado la calidad en la conformación de una cultura y unos procesos
que buscan la mejora de la empresa a todos los niveles. Y es ahí donde la RSE se ve
como una continuación y una ampliación de la calidad, un paso más.
- Otras empresas establecen una “identidad absoluta” entre RSE y calidad. Esta
identificación total es propia de aquellas empresas que ven la RSE desde el enfoque de
la “gestión de personal”, empresas donde la RSE se gestiona desde el departamento de
314
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Recursos Humanos: “la calidad total implica empleados motivados y concienciados”. Por tanto, la
RSE sirve y contribuye a la calidad total, es una parte más de la calidad.
La relación entre RSE e innovación es percibida por todas las empresas entrevistadas
como una conexión positiva y necesaria. Todas ellas entienden que la RSE es un factor que
favorece la innovación a diferentes niveles y que ayuda a comprender mejor el concepto de
innovación en las empresas. Los argumentos a favor de esta relación son
sorprendentemente diversos y numerosos. Básicamente hemos identificado en las empresas
entrevistadas cuatro maneras de entender esta conexión entre innovación y RSE.
a) Un “nuevo modo de trabajar”: algunas empresas consideran que ésta es la idea que conecta
los conceptos de RSE e innovación, poniendo el acento en aspectos como el estilo de
trabajo y en el deseo de cambio. Aquí hemos encontrado argumentos como los siguientes:
- “innovar es hacer las cosas mejor”, “gestionar de un mejor modo es innovar”, “gestionar la empresa
de otro modo es innovar, y la RSE ayuda a hacerlo y a hacerlo bien”
- “innovar es hacer las cosas de un modo diferente, y la RSE no es otra cosa, por eso la RSE implica
innovación”
b) La RSE es motor de innovación: otras empresas no sólo consideran que la RSE ayuda a
hacer las cosas de otro modo, sino que es per sé un catalizador de los procesos de
innovación y, en numerosas ocasiones, el origen de nuevas ideas y enfoques. Aquí hemos
encontrado argumentos como los siguientes:
- “la RSE tiene mucho que ver con la creatividad, ayudando a imaginar soluciones nuevas”; “la RSE
no bloquea la creatividad, al contrario, más bien permite diferenciarse haciendo cosas nuevas y
haciéndolas bien”
- “la RSE exige precisamente de propuestas rupturistas de mejora”
315
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
- “del diálogo y la comunicación surgen muchas ideas, y la RSE lo que propone es diálogo y
comunicación entre todos los grupos de interés de la empresa”
- “la RSE también “educa” a los directivos de las empresas y “produce” empresarios que escuchan, y
esa es una de las premisas para que pueda haber innovación en una empresa”
c) RSE e innovación con los grupos internos: algunas empresas piensan que la innovación,
además, genera un clima interno en la organización que mejora las condiciones para que se
dé innovación, haciendo que el trabajador se sienta más identificado con los objetivos de la
empresa. Algunos de los argumentos a favor de esta idea son los siguientes:
- “la RSE es un factor motivador y movilizador (se refiere al personal) y esto ayuda mucho a
innovar”
- “la RSE da autonomía y responsabilidad a las personas, y esta es una de las claves de la capacidad
creativa y de innovación en una empresa”
- “la innovación tecnológica exige formación y cambios en la estructura y en la organización del trabajo,
y la RSE contribuye al desarrollo de estas dos capacidades dentro de la empresa”
d) RSE e innovación para la sociedad: algunas empresas consideran que además las empresas
tienen una responsabilidad ante los problemas actuales, y vinculan esta responsabilidad con
la obligación que las empresas tienen de contribuir, innovando, a mejorar el mundo. Quizás
esta, a pesar de ser la postura más genérica, es la que más fuertemente conecta los dos
conceptos. Algunos de los argumentos expuestos a favor de este enfoque son los
siguientes:
- “la innovación ha de estar siempre condicionada por la sostenibilidad, porque se puede innovar, pero
si el planeta no es capaz de “digerir” un nuevo desarrollo, la innovación no sirve”
- “la I+D+i hoy es una responsabilidad de las empresas, que deben invertir en talento, apoyando el
desarrollo de las personas y responsabilizándose de ellas y del entorno”
316
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
- La RSE “es para nosotros una oportunidad para conseguir un mejor equipo humano, y un mejor equipo
humano implica una mayor competitividad”. En ese sentido la RSE es “una fortaleza que te diferencia
de tus competidores”. La RSE es por tanto un factor de mejora, un factor diferenciador y,
como consecuencia, un factor de competitividad.
- “La RSE no es ni mucho menos un coste, sino que sólo da beneficios, porque implica ahorro (de energía,
de materias primas…), porque reduce los riesgos de hacer mal las cosas, porque mejora la productividad,
porque supone la implicación del trabajador y del cliente, porque te permite diferenciarte siendo creativo,
porque produce satisfacción en todos los grupos…, la RSE sólo tiene ventajas, y por eso es un clarísimo
factor de competitividad”
- “La RSE, en el exterior también da visibilidad, en términos de diferenciación y de reputación, hace que
te vean y que te perciban bien, y la imagen hoy es un factor clave de competitividad”
- “La competitividad es la razón esencial por la que muchos directivos están apostando por la RSE, para
diferenciarse haciendo las cosas mejor”
- “Hoy la clave de la competitividad de una empresa está en el largo plazo, porque ahí se ve quien miente y
quien hace bien las cosas”, y la RSE “es la apuesta más clara por el largo plazo que pueden hacer hoy las
empresas”
- “En la medida en que el consumidor final cada vez sea más consciente y demande más responsabilidad a
las empresas, y esto es algo que ya está pasando y que va a más, la RSE va a convertirse en un factor
importantísimo de competitividad”
El concepto de cultura empresarial es otra de las referencias usadas a menudo por las
empresas al hablar de RSE. En este concepto caben muchas cosas, pero la constante en las
empresas cuando hablan de cultura es entenderla como algo indefinido e inmaterial que
posee la empresa como propio y que define la razón de ser de la empresa (quién es y qué
quiere) como si fuese algo que la dota de una peculiar personalidad. Cuando las empresas
relacionan cultura y responsabilidad social, los conceptos que surgen tienen que ver con las
convicciones, la dirección, el compromiso, el sentido, la formación… Veamos cómo se expresa en las
empresas esta relación a través de todos estos conceptos:
- “la cultura es la condición base de la responsabilidad social: si quienes han de implantarla y desarrollarla
no se la creen, no hay nada que hacer”. En este sentido, para hacer RSE la cultura se percibe por
algunas empresas como “algo mucho más importante aún que el diálogo”. “Para que la RSE funcione
y tenga éxito hace falta creérsela, creer que es algo que nos mejora, que nos ayuda a mejorar, a estar más
satisfechos, y también a competir mejor y a vender más”
- “La RSE es algo que el que quiere la hace y el que no quiere no la hace, es algo opcional y voluntario.
Pero, el hacerla o no, no depende de los departamentos de calidad, depende de la dirección de las
empresas, de que sean capaces de no verla como una moda o sentirse obligados a adoptarla, sino de
entenderla y creer en ella, siendo capaces de mirar un poco más allá, y de integrarla en la política estratégica
de la empresa”. “Esto es tener una cultura distinta”. “La RSE es algo que, a su vez, imprime cambios en
la dirección, implantando una cultura de más diálogo”.
- “La RSE sólo funcionará si se plantea como compromiso”. “La RSE no se puede plantear ni como
oportunidad ni como coste, porque lo uno es marketing y lo otro es obligación, y la RSE no es ni una cosa
ni otra”. “La RSE es una nueva cultura, entendida como compromiso, y sólo en ese sentido es una
oportunidad”.
317
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
- “…además, la RSE orienta y da sentido a la Misión de la empresa”. “Ayuda a dar sentido a lo que
haces, a definir por qué hago las cosas y para qué las hago”
- “Cada vez es más importante la formación dentro de la empresa, y ahí es imprescindible saber
transmitir la cultura de la empresa y hacerlo. Si las empresas recién llegadas a la RSE la ven sólo como
una moda o como una opción estratégica, en momentos de crisis la tirarán rápidamente por la borda. Pero si
la cultura de la RSE está en el núcleo duro de la empresa y se ha sabido transmitir en toda la empresa, esto
no pasará”.
- “La RSE es algo que, una vez incorporado en la cultura de la empresa, y pasado cierto tiempo se
podría eliminar como tal porque, como sucede con la calidad, cuando los procesos ya están aprendidos e
interiorizados, la calidad o la RSE ya no harían falta, porque ya están integrados en la cultura”. “Lo que
pasa es que hay que mantenerlas para que los que llegan nuevos a la empresa y para los de fuera”.
- “En las pymes sólo es posible hacer RSE si se tiene cultura y mentalidad social, porque es algo que
quita tiempo y requiere de un esfuerzo”. “Sin cultura de la RSE no es posible hacer nada de esto en las
pymes”.
En general el diálogo se percibe como una premisa de la RSE, como una condición
necesaria, pero es algo que resulta más difícil de concretar y de hacer operativo. De hecho,
ninguna de las empresas entrevistadas reconoce tener diseñados unos procesos específicos
para planificar u organizar de algún modo el diálogo con sus grupos de interés. Es cierto
que muchas están en este momento planeando conformar “paneles permanentes de grupos de
interés”, con la intención de reunir a todos sus grupos de interés al menos una o dos veces al
año, pero la mayoría de las empresas no saben muy bien cómo hacer operativa la idea del
diálogo.
318
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
- “La RSE sólo puede salir de ahí, del diálogo: hace falta que la dirección crea en ella, se transmita, se
involucre a todos y se le dé estructura de sistema”.
Las empresas entrevistadas han expuesto estas inquietudes señalando una serie de
propuestas y necesidades que recogemos a continuación, agrupadas en cuatro apartados.
En las Empresas
- “Hace falta más formación y más sensibilización en las empresas en todo lo relacionado con el concepto de
RSE y su metodología”.
- “Hace falta que en la empresa la RSE se sistematice, sobre todo cuando la empresa crece”. “Hace falta
poner orden en lo que se hace y planificar más”.
- “Allí donde la RSE ha empezado siendo marketing, hay que darle profundidad y hacerla verdad”.
- “Hay que invertir más en talento y apoyar más a las personas en su desarrollo personal y profesional,
porque eso revierte positivamente en la empresa y es bueno para todos”.
- “Entre las pymes debería surgir un movimiento que demostrase que la RSE es algo que se puede hacer de
forma sencilla y sin coste, algo que las pymes pueden hacer”. “Hace falta demostrar que la RSE no es cosa
319
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
de las empresas grandes y de acciones puntuales, demostrar que es muy fácil hacerla”. “La RSE
funcionaría si estuviera en la Visión de las empresas”.
- “Debería haber alguna especie de comité o asociación de pequeñas empresas (distinta a las organizaciones
empresariales clásicas, porque esas están a otra cosa) que llevase todas estas propuestas y peticiones a la
Administración”.
Para finalizar, hay tres cuestiones importantes por las que se les ha preguntado a las
empresas en las entrevistas. Algunas de ellas ya se han ido apuntando en el análisis que
320
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Al preguntar por cuáles creen las empresas que son los factores de éxito de una
política o unas prácticas de RSE, las respuestas obtenidas hablan básicamente de dos
factores clave: cultura y diálogo:
- La cultura es la condición base de la responsabilidad social: “si quienes han de implantarla y
desarrollarla no tienen esa cultura de responsabilidad social, no se la creen, no hay nada que hacer”. “Para
que la RSE funcione y tenga éxito hace falta creérsela, creer que es algo que nos mejora, que nos ayuda a
mejorar, a estar más satisfechos, y también a competir mejor y a vender más”
- La RSE sólo puede salir del diálogo: “hace falta que la dirección crea en la RSE, que la RSE se
transmita, que se involucre a todos los grupos a través del diálogo y que se le dé cierta estructura de
sistema”.
321
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
322
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
Hemos organizado este resumen siguiendo el mismo orden expositivo del epígrafe anterior:
Los motivos alegados por las empresas para justificar su apuesta por la RSE son de
cuatro tipos: la rentabilidad a largo plazo; la cultura y el estilo propios de la empresa;
las razones de eficacia y la convicción de que así se trabaja mejor; y la voluntad de
querer hacer bien las cosas. En general, todas las empresas que apuestan por la RSE
aportan razones de mejora y de obtención de resultados positivos de diverso tipo.
Desde su aparición en las empresas, la RSE ha ido evolucionando en dos líneas muy
concretas: la de la formalización de la política de RSE (redacción de documentos,
creación de órganos funcionales para la gestión de la RSE…) y la del desarrollo de
acciones concretas de RSE en las distintas áreas de la empresa.
323
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
organización; los “grupos externos” de RSE, que aglutinan a los grupos de interés
externos; los “responsables de RSE”, personas que asumen de forma exclusiva o
añadida el área de RSE; y, donde la RSE no está sistematizada ni institucionalizada, la
“dirección” de la empresa es la que asume esta función, habitualmente en la figura del
director o el presidente.
En lo relativo a los resultados de la RSE, en general todas las empresas valoran muy
positivamente el impacto de la RSE en la empresa, y mencionan resultados y mejoras
de diverso tipo que se derivan de las prácticas de RSE desarrolladas (espíritu de
aprendizaje, clientes satisfechos, trabajadores comprometidos, reconocimiento social
de la empresa…).
Todas las empresas entrevistadas entienden que la RSE es un factor que favorece la
innovación a diferentes niveles. Hemos identificado cuatro maneras de entender esta
relación: a) “gestionar la empresa de otro modo es innovar”; b) “la RSE tiene que ver con la
324
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
creatividad, ayudando a imaginar soluciones nuevas”; c) “con los grupos internos la RSE es un
factor motivador y movilizador, y esto ayuda a innovar”; d) “la innovación ha de estar siempre
condicionada por la sostenibilidad”.
El concepto de cultura empresarial es otra de las referencias usadas a menudo por las
empresas al hablar de RSE. Casi todas entienden que la cultura es la condición base de la
responsabilidad social, y que depende de la dirección de las empresas, de que sean capaces de
entenderla, de creer en ella y de integrarla en la política estratégica de la empresa.
En general el diálogo se percibe como una premisa de la RSE, como una condición
necesaria, pero es algo que resulta más difícil de concretar y de hacer operativo. De
hecho, ninguna de las empresas entrevistadas reconoce tener diseñados unos
procesos específicos para planificar u organizar de algún modo el diálogo con sus
grupos de interés.
En lo que tiene que ver con el propio concepto de RSE, sugieren que “habría que
definir mejor qué es la RSE y diseñar una metodología sencilla, que fuese útil y funcional, fácil de
aplicar, especialmente en el ámbito de las pyme”.
Algunas empresas sugieren que “haría falta llevar la RSE al nivel de la certificación, para
dotarla de entidad y de rigor”. Otras consideran que “convertir la RSE en un sello es algo
peligroso, porque la banaliza y la burocratiza”.
Hay una percepción general de que “hace falta más formación y más sensibilización en las
empresas”, y que también “hace falta que en la empresa la RSE se sistematice, sobre todo
cuando la empresa crece”.
También hay una percepción general de que “Las administraciones públicas deberían
liderar la difusión de conocimiento sobre RSE”; de que “en su política de concursos la
Administración debería tener en cuenta criterios de calidad, de gestión de personas, de
responsabilidad social y de gestión medioambiental”; o de que “las administraciones públicas
también deberían dar ejemplo con una política de compras responsables”.
325
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Sobre cuál es el verdadero valor añadido que la RSE aporta a la empresa, dos son las
ideas más repetidas: 1) “La RSE genera capital social, esto es, una identificación positiva de
todos los grupos de interés de la empresa”; y 2) “La RSE ayuda a imaginar soluciones nuevas, es
un factor de creatividad y de innovación, que permite a la empresa diferenciarse haciendo las
cosas de otro modo y haciéndolas bien”.
Sobre cuáles son los factores de éxito de la RSE, dos son también los conceptos
señalados más a menudo: cultura y diálogo. “La cultura es la condición base de la
responsabilidad social”. “La RSE sólo puede salir del diálogo”.
326
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
En este epígrafe trataremos de dar una interpretación conjunta de los datos recogidos
en las fases de encuesta y de entrevistas de este primer estudio de 2008. Lo haremos
utilizando el Esquema Interpretativo que explicamos en el Capítulo 7.3.
Entendemos que los resultados de encuesta y de las entrevistas que hemos expuesto
en los dos epígrafes anteriores dan respuesta a los objetivos específicos que se propusieron
para este estudio de 2008 (ver apdo. 7.2.2). Lo que haremos ahora es tratar de contrastarlos
con las Hipótesis 4, 5 y 6 de esta tesis (enunciadas en la Introducción General de esta tesis)
y utilizando nuestro Modelo Interpretativo.
327
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Cuando se pregunta directamente por cuáles son los valores que las empresas asocian
a la RSE, en la primera posición aparece el concepto de acción social (el 69 % de las empresas
lo eligen) y en segundo lugar el de reputación (50%). De nuevo estas dos actitudes, normativa
e instrumental, configuran la visión de la RSE. Por su parte, el valor del diálogo aparece al
final de la lista, elegido sólo por un 5% de las empresas, lo cual descartaría de entrada una
visión “avanzada” de la RSE.
Los datos sobre el diálogo con stakeholders resultan reveladores. Casi todas las
empresas (el 95%) afirman dialogar con sus grupos de interés, pero lo hacen sobre todo
con sus stakeholders internos y contractuales, y el contenido del diálogo versa sobre
calidad, personal o medio ambiente, precisamente aquellos asuntos ya sometidos a normas
y procesos de gestión propios o a la legislación correspondiente. Lo cual sugiere que las
empresas aprovechan para incluir en el concepto de diálogo, y por extensión en el de RSE,
algunas prácticas que ya venían haciendo pero que en realidad no tienen su origen en la
RSE. De hecho, cuando en otra parte del cuestionario se pide a las empresas que valoren
distintos aspectos de sus procesos de diálogo, la mayoría de ellas (el 55%) reconoce que
“necesita mejorar” la frecuencia, la formalización y la planificación del diálogo, y ese mismo
porcentaje considera “deficiente” la política de comunicación de la empresa.
En las entrevistas que se realizaron a diez de las empresas más “avanzadas” en RSE,
en relación al diálogo ninguna de ellas reconoció tener diseñados procesos específicos para
gestionar su diálogo y su comunicación con los stakeholders, lo que confirma la hipótesis
328
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
de que la RSE llevada a cabo no se asienta sobre valores de participación, ni sobre una
actitud proactiva de la empresa hacia sus stakeholders, sobre todo externos. Las empresas
aseguran que aunque el diálogo es una condición necesaria de la RSE, resulta difícil de
concretar. Paradójicamente, cuando se conversa con ellas sobre cuáles son los factores de
éxito de la RSE, casi todas las empresas afirman que “la RSE sólo puede salir del diálogo”. El
diálogo, por tanto, es algo a lo que se apela, pero no se practica.
329
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Por áreas de gestión, si ignoramos las prácticas de RSE vinculadas a los aspectos
laborales, de calidad/productos/clientes o de medio ambiente, es el área de acción social la
que recibe más atención, con un 69% de las empresas que afirman realizar en ella alguna
práctica de RSE. Este dato, y de acuerdo con el argumento expresado en el párrafo
anterior, nos hace pensar que es en este tipo de prácticas donde en realidad reside la RSE
esencialmente desarrollada por éstas empresas. Sólo así se entiende que los encuestados,
antes de ver el catálogo de prácticas posibles que se les sugería en las segunda parte del
cuestionario, eligiesen mayoritariamente (al principio del cuestionario) el concepto de
acción social como aquel con el que asociaban la RSE. De hecho, el 93% de las empresas
van a informar en esa segunda parte del cuestionario de que patrocinan algún tipo de
proyecto cultural o deportivo.
A pesar de lo anterior, hay que reconocer también que las empresas desarrollan
algunas prácticas en las áreas de personal, calidad o medio ambiente que sí podríamos
considerar a priori como prácticas voluntarias de RSE, tales como: la contratación de
inmigrantes, colectivos desfavorecidos o minorías (63% de las empresas); la inversión en
tecnologías limpias (84% de las empresas); la mejora del diseño de los productos para un
mejor reciclaje (71% de las empresas); o la existencia de una política expresa de veracidad
en las campañas de publicidad y marketing (32% de las empresas). Aunque tampoco
tenemos datos precisos para saber si se trata de acciones puntuales y esporádicas o de una
política institucionalizada como tal dentro de la empresa.
Lo que sí parece claro es que existe una correlación positiva entre el tamaño de la
empresa y el grado de desarrollo de la RSE (entendido éste en términos de formalización
de la RSE). Por un lado, ninguna de las empresas pequeñas (de menos de 10 trabajadores)
hace RSE, mientras que, en el otro extremo, ya hay un 17% de las empresas estudiadas
(todas ellas de más de 250 trabajadores) que hacen RSE de un modo planificado, y un 31%
que dispone de algún órgano funcional o alguna persona responsable de gestionar la RSE.
Aunque esto representa sólo a 3 de cada 10 empresas, supone un primer paso y una
declaración de intenciones (el 7,1% declara tener ya un departamento propio de RSE). Pero
aún hay mucho camino por recorrer, pues el 62% de las empresas grandes aún hace su RSE
de un modo informal.
En las entrevistas realizadas detectamos en general una valoración muy positiva del
impacto que han tenido en la empresa las prácticas de RSE, en términos de mejoras de
todo tipo (clientes más satisfechos, trabajadores comprometidos, reconocimiento social de
la empresa). Y también se valora positivamente el aprendizaje experimentado por la
empresa, en especial en los aspectos relacionados con la gestión interna y la gestión del
personal. Pero al mismo tiempo detectamos que ninguna de las empresas entrevistadas
evalúa su política de RSE, lo cual evidencia el estado aún incipiente de ésta. No en vano
estas mismas empresas, en el apartado de necesidades y peticiones, sugieren que se debería
definir mejor el concepto de RSE y diseñar una metodología fácil de aplicar.
La pregunta que surge es si todas esas incipientes buenas prácticas conllevan algún
tipo de visión estratégica de la RSE en la empresa, o se trata sólo de meras actuaciones
puntuales movidas por motivos diversos y particulares. Veamos algunos datos desde los
que se puede elaborar una respuesta.
331
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
como inversión, ante una visión ni siquiera estratégica (en el sentido más instrumental) de
la RSE.
Por otro lado, la correlación arriba apuntada entre tamaño de la empresa y grado de
desarrollo de la RSE viene a sugerir que, efectivamente, hacer RSE de modo consciente y
planificado, es decir estratégico, requiere de una infraestructura y conlleva un coste. Como
cualquier otra política estratégica. Esto explica, probablemente, que la mayoría de las
empresas, grandes y pequeñas, que hacen RSE la hagan de un modo informal. Aunque
también la falta de un concepto claro y de una metodología sencilla (como sugieren algunas
empresas) dificultan la implementación y gestión a largo plazo de la RSE. Tales argumentos
justificarían en parte las reticencias a considerar la RSE desde una perspectiva estratégica
integral, incluso en la gran empresa. La RSE es aún, por tanto y esencialmente, entendida
como filantropía o como marketing social. Estaríamos ante una visión tímida y/o estrecha
de la RSE.
Esas dos visiones vienen a coincidir con los dos modelos de RSE que analizamos en
el Capítulo 5 del Marco Teórico de esta tesis: el modelo estratégico-instrumental y el modelo
normativo-prescriptivo. Como evidencia empírica del primero encontramos un perfil de
empresas grandes, con políticas de calidad avanzadas, que comienzan a integrar la RSE en
su actividad, aunque en la mayoría de los casos aún de un modo informal, y que hacen
(además de su gestión medioambiental, de calidad, de prevención, etc.) un tipo de RSE
esencialmente filantrópica orientada a mejorar el valor reputacional de la empresa. Por otro
lado, hemos detectado otro perfil de empresas que plantean y hacen su RSE de otro modo.
Se trata de empresas de tamaño mediano y pequeño, con un tipo de RSE de proyección
interna, generalmente conducida desde el departamento de recursos humanos, que busca
mejorar a la empresa estimulando la creatividad, responsabilidad y motivación de los
stakeholder internos. Este segundo enfoque predomina más en pequeñas empresas de
servicios (consultoría, servicios a empresas, formación), pero también en alguna empresa
mediana y grande de los sectores agroalimentario e industrial.
actualmente por la RSE, lo que significa que ven en ella alguna ventaja o valor positivo para
la empresa. Existe por tanto una correlación entre estar ya desarrollando alguna práctica de
RSE y tener una expectativa favorable al futuro de la RSE.
Por otro lado, las empresas pequeñas son las que menos creen (45%) y las más
escépticas. La razón que ven es la dificultad para integrarla en la empresa. El análisis de las
expectativas por tamaño de la empresa revela que existe también una correlación positiva
entre mayor tamaño y mejores expectativas. Y, al mismo tiempo, la razón aportada por las
empresas más pequeñas para no creer en el futuro de la RSE sugiere una correlación entre
expectativas y operatividad de la RSE, de modo que en la medida en que ésta se percibe
como más compleja las expectativas empeoran.
Llama la atención el hecho de que las empresas con expectativas favorables sobre la
RSE eligen como argumento fundamental (1 de cada 4) el que la RSE es algo propio de
empresas grandes, y sólo un 23% de ellas vincula sus expectativas a la rentabilidad de la
RSE. Esto sugiere de nuevo la idea de que las empresas asocian a la RSE más una idea de
coste (sólo las empresas grandes podrán hacerla) que de beneficio. Habría, por tanto, cierta
reticencia a la posibilidad de que con el tiempo la RSE se vaya a ir generalizando e
incorporando en todas las empresas (sólo un 3% elige esta opción).
Por otro lado, cuando en la encuesta se pide a las empresas que valoren sus procesos
de diálogo stakeholder y de difusión de información sobre su RSE, aparecen algunos
indicios sobre las expectativas de futuro. Por ejemplo, según las empresas, los aspectos que
más es necesario mejorar son la contribución del diálogo a la mejora de la imagen y a la
capacidad de innovación de la empresa, así como la contribución de la difusión de
información a la notoriedad o reputación de la empresa. El hecho de que se indique la
necesidad de mejorar en estos aspectos sugiere que las empresas entienden de algún modo
que tales mejoras son un asunto pendiente y que entra dentro de la lógica de excelencia de
éstas de cara al futuro. Es decir, habría implícitamente una intención generalizada de
avanzar en los procesos de gestión de la RSE, en la medida en que de algún modo se
asocian a ella resultados positivos en términos de imagen, y puede que también de
innovación.
Según los datos de encuesta habría, por tanto, un cierto valor estratégico atribuido a
la RSE de cara al futuro, en especial en aquellas empresas que ya vienen haciendo algún
tipo de RSE y sobre todo en empresas más grandes, que entienden y manejan mejor la
gestión de la RSE. Las expectativas más desfavorables estarían en aquellas empresas que
por alguna razón (porque no hacen RSE o porque no la comprenden bien) vinculan la RSE
a la idea de coste y desconfían de que la RSE pueda extenderse a todos los niveles y tipos
de empresa. Habría, en este sentido, una cierta correlación entre práctica de la RSE, valores
asociados a la RSE y expectativa sobre la RSE, que apunta a una coherencia positiva entre
los tres componentes (si haces RSE, la valoras mejor y ves en ella posibilidades de avance.
Y viceversa).
Al abordar la cuestión del impacto que ha tenido la RSE para las empresas que la
hacen, éstas hablan de un resultado muy positivo en términos de mejoras y de aprendizaje.
333
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Tenemos, por tanto, tres posturas ante el futuro de la RSE: la primera es una visión
estratégica de gestión con un enfoque más burocrático y una apuesta clara por la RSE así
entendida; la segunda vincula la RSE a la identidad y la cultura propia de cada empresa y es
más flexible respecto al modo de entender y hacer RSE, apostando por un avance ético de
ésta; y la tercera es una visión más pesimista y escéptica que no ve claro el futuro de la
RSE.
Por otro lado, cuando planteamos a las empresas cuáles son las carencias y
necesidades que perciben en la RSE actual, éstas apuntan algunos motivos de inseguridad e
incertidumbre. Así, factores como la amplitud y ambigüedad del concepto de RSE, la
ausencia de una metodología clara y sencilla, y la falta de un apoyo decidido desde las
administraciones públicas, hacen planear sobre el futuro de la RSE un cierto grado de
incertidumbre. Y, a la vez, se muestran reticencias ante el futuro de la RSE debidas al aún
escaso interés general y la escasa sensibilidad de las empresas por este tipo de prácticas, al
peligro de que las empresas más grandes monopolicen la RSE por la vía de la certificación,
o a la confusión y desinformación general de los consumidores.
Por último, y a pesar de todas esas dudas, cuando se pregunta a las empresas sobre el
valor añadido de la RSE para la empresa, encontramos tres tipos de argumentos favorables
a la RSE y a su futuro: 1) La RSE genera capital social, entendido éste como la identificación
positiva de todos los stakeholders de la empresa. 2) La RSE es un factor de creatividad e
innovación, porque ayuda a la empresa a imaginar soluciones nuevas. 3) La RSE es un factor
de diferenciación frente a otras empresas, consiguiendo que la empresa haga las cosas de otro
modo y las haga bien.
334
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
335
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
¿Hay en las empresas un discurso claro y coherente sobre la RSE o éste responde
más bien a una visión oportunista?
Debemos concluir que existe en las empresas un discurso ambiguo y confuso sobre
la RSE, en el que se entremezclan razones éticas y estratégicas, en una especie de discurso
ético pragmático que algunos considerarían que es el característico de una era postmoderna
(Lypovetsky*) y que otros (los enfoques deontológicos) interpretarían, en cambio, como
completamente contradictorio e inconsistente, cuando no simplemente interesado.
¿Se aleja en estas empresas la práctica de la teoría? ¿O las prácticas reales y el discurso
sobre la RSE concuerdan?
A la luz de los datos recogidos debemos concluir que las prácticas reales de RSE
evidencian las contradicciones del discurso y cierto oportunismo a la hora de denominar
RSE a políticas que no han tenido su origen en la idea de la empresa como agente social
con responsabilidad, sino más bien en razones de interés estratégico (normas ISO, ahorro
energético…) o de obligada regulación gubernamental (seguridad y prevención,
conciliación, contaminación…). Las prácticas desarrolladas reflejan también el predominio
*
Lipovetsky, Gilles (1994). El crepúsculo del deber, Anagrama: Barcelona
336
Capítulo 8.- La RSE echa a andar: Estudio empírico de 2008
de una idea filantrópica o de marketing con causa (la RSE como acción social está tanto en la
percepción como las prácticas mayoritarias de RSE).
Estrategia de RSE:
A pesar de que la mayoría de las empresas parece apostar por la RSE y vincularla a
aspectos de mejora, explícitamente (las menos) e implícitamente (la mayoría) perciben aún
la RSE más como un coste que como una oportunidad. Sí existen planteamientos
estratégicos de la RSE, unos más focalizados en el valor reputacional de la RSE y otros en
la proyección interna de ésta. Pero no hay una estrategia que apueste claramente por la
integración de la RSE en el núcleo central de la empresa, ni por el diálogo stakeholder
como fuente de la RSE. De existir, por tanto, en muchas empresas una estrategia de RSE,
no podemos afirmar que se trate de una estrategia asentada en una visión “avanzada” de la
RSE.
¿Las empresas ven la RSE con optimismo o consideran que se trata de una moda
pasajera?
A pesar de las limitaciones arriba apuntadas, hay que concluir que la mayoría de las
empresas (y sobre todo las más grandes) se muestran optimistas sobre la continuidad de la
RSE en el futuro y sobre los resultados que ésta puede llegar a aportar tanto a la empresa
como a la sociedad.
En general se percibe la RSE como algo que mejora a la empresa, aunque predomina
la tentación de vincular la RSE a la imagen de marca y a convertirla, por tanto, en una mera
estrategia de marketing.
337
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
338
CAPÍTULO 9.- LA RSE SOBREVIVE A LA CRISIS:
ESTUDIO EMPÍRICO DE 2014
339
340
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Presentaremos los resultados de este estudio de 2014, que hemos realizado con el
mismo grupo de empresas que el de 2008, ordenando la información en cuatro epígrafes.
341
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
En este primer capítulo de resultados expondremos los rasgos que caracterizan a las
empresas investigadas, a partir de los datos obtenidos en la encuesta. Con ello obtendremos
el perfil de las empresas que conforman este nuevo “estudio de caso” de 2014 y saber si
este perfil ha cambiado desde 2008.
Se recogieron datos de las empresas sobre los siguientes aspectos: distribución provincial
de las empresas, sector de actividad, tamaño de la empresa según nº de trabajadores y tamaño de la
empresa según su facturación anual, mercado en el que la empresa compite, mercado al que la empresa
aspira, tipo de clientes de la empresa, valor diferencial de la empresa en el mercado, principal fortaleza
de la empresa, principal problema actual de la empresa y principal aspiración de la empresa.
El sector servicios, de gran diversidad interna, La muestra está realizada sobre el universo de
sigue siendo el sector más representado en la empresas pertenecientes a la Fundación Execyl,
muestra, con el 55% de las empresas entrevistadas donde son mayoritarias las empresas ubicadas en
(cinco puntos más que en 2008). Y el sector la provincia de Valladolid.
agroalimentario pesa casi lo mismo (ha bajado sólo Esto explica la distribución provincial de la
un 3%). Pero el sector industrial ahora ocupa un muestra. Si en 2008 el 50% de la muestra estaba
7% (frente al 19% en 2008) y la construcción un radicada en Valladolid, en la muestra de 2014 el
17% (frente al 7% en 2008). Tenemos, por tanto, porcentaje sube al 64% (dos tercios de la muestra)
en la muestra de 2014, una menor representación en detrimento de Zamora, Salamanca, León y
de la industria y mayor en la construcción. Burgos.
342
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Desv. Típica
nº Máximo
nº Mínimo
Mediana
Media
nº de 4 74000 3205 11777 140
traba-
jadores 4 11165 1435 3248 140
Dos tercios de las empresas que respondieron a la Los estadísticos de la variable número de trabaja-
encuesta de 2014 tienen más de 50 trabajadores. La dores los hemos calculado para toda la muestra
principal diferencia respecto de la muestra de 2008 (primera fila) y también excluyendo de la muestra
está en el grupo de 10 a 49, que ha pasado de ser el el caso atípico de una empresa de distribución con
más representado (40% en 2008) a ser el menos 74000 trabajadores (segunda fila). En cualquier
representado (12%). Es decir, si consideramos el nº caso, el valor de la mediana es el que mejor
de trabajadores, en la muestra de 2014 hay un describe el tamaño de las empresas según su
menor porcentaje de Pymes y un mayor porcen- número de trabajadores. En 2008 este valor era de 38
taje de empresas medianas. mientras ahora sube a 140, por razón del menor
peso de las Pymes en la muestra de 2014.
343
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Los datos del gráfico (de un ítem de respuesta Si consideramos las aspiraciones expresadas por
múltiple) reflejan la orientación extraregional e las empresas (en un ítem de respuesta múltiple), el
internacional de la actividad de las empresas de la gráfico muestra los deseos de expansión al ámbito
muestra. regional de ese 5% de empresas que aún operan
Esta orientación es mayor ahora que en la muestra en un entorno local o comarcal. Y el deseo de
de hace cinco años, pues la internacionalización internacionalizacion de un 14% de empresas que
pasa del 36% al 62%. Es decir, que el número de operan aún en los ámbitos nacional o regional.
empresas que exportan en 2014 es casi el doble del En 2008 la aspiración a la internacionalización
que lo hacía en la muestra de 2008. estaba en el 43% de la muestra, frente al este 76%
de 2014.
El gráfico muestra los resultados (a partir de un Este gráfico expresa cuáles son los valores
ítem de respuesta múltiple) sobre la composición diferenciadores más destacados que las empresas
de la demanda de las empresas encuestadas en se atribuyen a sí mismas:
2014. Refleja que se trata de empresas que trabajan
- La calidad y el servicio son los valores definito-
sobre todo para otras empresas y las administraciones
rios, igual que en la muestra de 2008 (85% y 56%).
públicas.
Respecto de 2008 la estructura de la demanda es - El precio y la imagen, en cambio, son elegidos en
muy similar: sólo desciende el % de consumidor menor medida que en 2008 (39% y 28%).
final.
344
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
- Cuando se pregunta a las empresas sobre cuál es su principal aspiración, queda clara la orientación al
liderazgo en el sector de una de cada tres empresas (36%).
- En segundo lugar es la expansión en el mercado internacional la aspiración principal, que junto al deseo de
crecer o incrementar cuota de mercado supone otro tercio de las empresas (34%).
- Sólo un 10 % apunta como aspiración la de recuperarse de la crisis o simplemente sobrevivir.
345
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
En síntesis, podemos decir que las empresas con las que hemos realizado esta
segunda encuesta se distribuyen por sectores y por tamaño de un modo muy similar a
como lo hacían las empresas de la muestra de 2008. Sólo disminuye un poco el porcentaje
de empresas que representan al sector industrial (creciendo el de construcción), y desciende
el porcentaje de Pymes (de menos de 50 trabajadores) obteniendo una muestra con mayor
peso de las empresas medianas (de entre 50 y 250 trabajadores). Se trata por tanto de una
muestra donde predominan las empresas de servicios (55%) y las empresas de tamaño
mediano y grande (69%).
Por tanto, como en 2008, sigue tratándose de un grupo de empresas que por su
tamaño, su orientación a la calidad y al cliente, y sus aspiraciones de crecimiento, se
caracteriza por una manifiesta visión estratégica del negocio.
346
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Una vez descrita la muestra, en este capítulo 9.2. expondremos los principales
resultados obtenidos en la Encuesta de 2014 sobre el estado actual de la RSE en las
empresas y el impacto en ésta de la crisis económica. Lo haremos del siguiente modo:
- Presentando primero, de manera gráfica (apartado 9.2.1.), los datos recogidos sobre la
RSE y sobre la relación entre ésta y la crisis económica, considerando seis dimensiones
de análisis de la RSE (todas ellas vinculadas a los valores, las prácticas y la estrategia
de RSE de las empresas). Son éstas: A) percepción y valoración de la RSE; B)
formalización y gestión de la RSE; C) impacto de la crisis en la empresa; D) impacto
de la crisis en la RSE de la empresa; E) expectativas y posicionamiento de la empresa
ante la RSE; y F) nuevas vías de innovación para la empresa.
De estas dimensiones, las dos primeras y la quinta ya fueron medidas en la encuesta
de 2008, por lo que los resultados de 2014 nos servirán para hacer un análisis
comparativo sobre la evolución de estos aspectos de la RSE.
Las otras tres dimensiones (C, D y F) incorporan cuestiones nuevas sobre la RSE
referidas a su relación con la crisis económica.
Los resultados gráficos que se exponen a continuación, relativos a las seis dimensiones
arriba indicadas, son en la mayoría de los casos distribuciones porcentuales referidas al
conjunto de la muestra. Aunque también se mostrarán, donde sea significativo, algunos
datos desagregados por sector de actividad o por tamaño de la empresa.
Como en 2008, lo primero que se preguntó a las empresas fue sobre su percepción y
valoración de la RSE, recabando información de dos aspectos: 1) la percepción general que se
tiene de la RSE y 2) los valores asociados a la RSE.
347
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Por lo que se refiere a la percepción general que las empresas tienen sobre la RSE,
hemos diferenciado entre la percepción que existe dentro de la empresa y la percepción
general que, a juicio de los encuestados, se tiene de la RSE entre el empresariado de la
región. Estos son los resultados obtenidos:
2008 2014
Si comparamos las dos gráficas vemos un cambio significativo, entre 2008 y 2014, respecto de la percepción
general sobre la RSE. Ambos gráficos describen lo que piensan los encuestados sobré cuál creen ellos que
es la percepción general que de la RSE tienen los empresarios de Castilla y León.
Si en 2008 (antes de la crisis) las respuestas apuntan a una percepción mayoritariamente vinculada a las
cuestiones de cultura y compromiso, en 2014 (tras cuatro años de crisis) es mayoritaria la idea de que la RSE se
percibida como una política estratégica, duplicándose también la percepción de la RSE como una obligación.
Por tanto, según lo que creen los encuestados, la percepción de la RSE ha cambiado, polarizándose más
entre una visión estratégica y una visión “administrativista” de la RSE (otra obligación más).
En general, los entrevistados creen que la RSE es percibida por los empresarios de la región más como una
oportunidad de negocio que como algo vinculado a la identidad y el estilo propio de la empresa.
2008 2014
Cuál es la percepción actual que tiene la empresa de la RSE
Cuando se pide, en cambio, a los encuestados que expresen cuál es la percepción que de la RSE se tiene
en su propia empresa, aquí sí, las respuestas reflejan una continuidad en el tiempo:
- La percepción mayoritaria sigue estando totalmente vinculada en primer lugar a las cuestiones de cultura y
compromiso, y en segundo lugar (y creciendo) a la RSE como opción estratégica (del 19% al 36%).
- Sin embargo, si en 2008 ninguno de los encuestados vinculaba la percepción de la RSE en su empresa
con conceptos como moda, carga u obligación, ahora sí lo hacen algunas.
348
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Si se analiza la percepción general que las empresas encuestadas tienen de la RSE según
el sector de actividad, el tamaño de la empresa y la estrategia de expansión, se obtienen los
siguientes resultados:
2014
Según sectores de actividad, la visión de la RSE como compromiso predomina en los sectores industrial y de
construcción, la idea de cultura en el de servicios y la visión estratégica en el sector agroalimentario.
2014
Si se considera el tamaño de la empresa, la visión de la RSE como cultura es la que predomina en las
empresas más pequeñas (de menos de 50 trab.) y la visión estratégica en las más grandes (de más de 50 trab.)
2014
349
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Además de la percepción, hemos medido los valores que las empresas asocian a la
RSE. Igual que en la encuesta de 2008, se han planteado tres cuestiones: a) con qué valores
asocian las empresas el concepto de RSE; b) qué idea tienen sobre en qué debería consistir una
política de RSE en la empresa; y c) cómo puntúan (de 1 a 10) la importancia que debería tener
en la empresa una serie de políticas concretas de RSE.
2008 2014
Tanto en 2008 como en 2014 se pidió a las empresas que eligiesen los valores (un máximo de 4 sobre una
lista de 18 conceptos) que asocian o identifican en primer lugar con la RSE. Los resultados de 2014
muestran algunos cambios significativos.
- El concepto de sostenibilidad, que en 2008 ocupaba la sexta posición con el 21% de las respuestas pasa
ahora a ser el concepto mayoritariamente vinculado a la RSE, con un 57% de las respuestas.
- La acción social sigue estando arriba, aunque con un 24% menos de respuestas.
- Junto al de sostenibilidad, los conceptos que más suben son el de credibilidad y el de competitividad.
- Y los conceptos que más bajan son los de reputación y excelencia.
- El concepto de transparencia se mantiene arriba y aparecen conceptos nuevos como clima laboral (29%), y
en menor grado fidelización (12%), rentabilidad (12%), productividad, calidad o gobernanza.
- Es llamativo que conceptos como innovación y diálogo siguen siendo marginales en el imaginario de
la RSE.
350
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Por sectores de actividad, los valores más asociados a la RSE son el de la sostenibilidad en los sectores de
construcción y agroalimentario, y el de acción social en el industrial y de servicios.
2014
Según el tamaño de la empresa, la sostenibilidad se vincula a la RSE en todas salvo en las empresas de 10 a 50
trabajadores y la acción social predomina en todas las empresas, sobre todo en las más pequeñas y en las más
grandes, al igual que el valor de la credibilidad.
2014
351
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Analicemos ahora qué idea tienen las empresas sobre en qué debería consistir una
política de RSE bien planteada. Estos que siguen son los resultados obtenidos sobre esta
cuestión:
2008 2014
otra opción 5%
En la encuesta de 2008 y también en la de 2014 se pidió a las empresas que eligiesen, de una lista con ocho
opciones de respuesta, aquellas dos opciones que mejor expresaban su idea de lo que debería ser en las
empresas una RSE bien planteada.
Como se puede observar, las respuestas de 2014 muestran una visión de la RSE distinta a la de 2008.
Así:
- Si en 2008 la RSE se percibía como algo vinculado a la acción social y la imagen, y a la dirección de la
empresa con criterio ético,
- en 2014 la visión ética pasa al primer lugar al ser señalada por dos de cada tres empresas, y la transparencia
por casi una de cada cuatro. Es posible que en la visión sobre “lo que debería ser la RSE” se hayan
acentuado los aspectos éticos como consecuencia de la mayor conciencia sobre las razones que han
conducido a la crisis económica actual.
- Por otro lado, es muy significativo que la visión de la RSE como algo que mejora la innovación de las
empresas ocupe el segundo lugar en el imaginario de las empresas sobre lo que la RSE “debería ser”. Esto
viene a sugerir que las empresas ahora son más conscientes del potencial de innovación que está implícito
en las políticas de RSE.
2014
- Si analizamos las respuestas por sectores de actividad, se observa que dirigir la empresa con criterio ético
predomina en todos los sectores salvo el industrial, en el que el valor más apuntado es el de la transparencia.
- Y el potencial de innovación de la RSE se señala sobre todo en los sectores agroalimentario y de servicios.
352
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2014
- Si consideramos el tamaño de las empresas, según su volumen de facturación (ya que por nº de
trabajadores los resultados no indican diferencias significativas), la visión ética de la RSE (ética en la
dirección y transparencia) predomina más a medida que la empresa es más pequeña.
- Por su parte, la RSE entendida como factor de innovación predomina en las empresas más pequeñas y en
las más grandes.
- Las empresas medianas (en facturación) asocian más que las otras la RSE con imagen y acción social.
En relación, por tanto, a los valores que las empresas vinculan con la RSE, se
observa una evolución durante los años de la crisis, pasando de una percepción en 2008
que mezclaba a partes iguales la visión estratégica (acción social e imagen) con la visión ética, a
una percepción en 2014 en la que el peso del enfoque ético es mucho mayor (dirección con
criterio ético y transparencia).
El valor más vinculado por las empresas a la RSE ya no es el de acción social, sino el de
sostenibilidad, en especial en las empresas del sector agroalimentario. En el sector de
construcción encontramos, en cambio, algo aparentemente paradójico: el valor más
asociado aquí a la RSE es el de la sostenibilidad pero este sector no menciona la idea de
innovación cuando se le pregunta sobre lo que debería ser la RSE y sí en cambio vincula ésta
a dirección ética de la empresa. Esto sugiere que la idea de sostenibilidad probablemente se
entiende más como una obligación ética que como un área en la que se precise de la
innovación y la mejora.
No obstante, la RSE como acción social sigue siendo una visión con mucho peso, en
especial en las empresas que operan y aspiran a crecer en los mercados regional y nacional.
Para terminar esta aproximación a los valores asociados a la RSE, se pidió a las
empresas, igual que en 2008, que puntuasen (de 1 a 10) la importancia que debería tener
en la empresa una serie de políticas concretas de RSE. De nuevo se les propuso una
lista de ocho categorías y se les pidió que las valorasen en la escala, siendo 0 el menor grado
de importancia y 10 el mayor.
353
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Peso que debería tener, según las empresas, una política de RSE bien planteada:
Valoración de diferentes áreas de RSE
- Introducir tecnologías y prácticas respetuosas con el Medio Ambiente 8,10 2,058 8,03 1,577
- Mejorar la participación y las condiciones laborales de los Empleados 7,57 1,451 8,76 1,445
- Mejorar las relaciones con los Clientes/Consumidores 5,74 2,165 8,22 1,423
- Cooperar de modo responsable con otros Grupos de Interés 8,19 1,469 7,71 1,504
Como se puede observar en la tabla, aunque la puntuación en 2014 es mayor en casi todas las categorías que
en 2008, hay un cambio sustancial en la elección de prioridades sobre el peso que deberían tener en la
empresa unas y otras políticas concretas de RSE.
- Las cuatro categorías que en 2008 recibían una mayor puntuación (acción social, relaciones con otros grupos de
interés, medio ambiente y desarrollo local), son en 2014 las que menos puntuación reciben.
- En 2014 la prioridad la obtienen, por este orden: mejora de productos, condiciones de los trabajadores, gestión ética y
transparente y relaciones con clientes.
Podemos concluir, por tanto, que los aspectos de innovación, gestión ética y gestión de recursos humanos
ganan peso como valores de una RSE bien planteada. Lo cual sugiere que la RSE se percibe ahora como
algo que mira más hacia el interior de la empresa que hacia fuera. Es muy significativo que la categoría
más puntuada en 2008 (acción social) sea en 2014 la segunda menos valorada.
Peso que debería tener, según las empresas, una política de RSE bien planteada:
Valoración, por sectores de actividad, de las diferentes áreas de RSE
Sector de Actividad : puntuación Media
Construcción Industrial Agroalimentario Servicios Todos 2014
Desv.
2014 2008 2014 2008 2014 2008 2014 2008 Media típ.
- Garantizar una Gestión ética y transparente 9.0 6,6 6.7 6,7 8.3 6,6 9.0 7,1 8,68 1,619
- Compromiso con el Empleo y el Desarrollo Local 8.9 9,6 6.7 8,1 8.6 7,8 8.0 7,6 8,15 1,477
- Introducir tecnologías y prácticas respetuosas con el M. Ambiente 9.1 9,6 6.7 8,8 8.1 7,5 7.8 7,8 8,03 1,577
- Mejorar la calidad de los Productos y Servicios 9.4 6,0 6.7 6,0 9.3 5,9 8.7 6,1 8,80 1,363
- Mejorar la participación y condiciones laborales de los Empleados 9.1 8,3 6.3 7,8 9.0 7,9 8.9 7,1 8,76 1,445
- Apoyar y promover proyectos de Acción Social 8.3 8,3 7.0 8,2 7.7 8,9 7.5 9,5 7,63 1,356
- Mejorar las relaciones con los Clientes/Consumidores 8.3 6,3 6.3 5,0 8.2 5,6 8.5 6,0 8,22 1,423
- Cooperar de modo responsable con otros Grupos de Interés 8.6 8,3 7.3 7,6 7.6 8,5 7.5 8,2 7,71 1,504
Por sectores de actividad, donde más ha subido la percepción de la RSE en general y como mejora de
productos y de las condiciones de los trabajadores es en los sectores agroalimentario y de construcción. En el sector
industrial en cambio han empeorado casi todas las puntuaciones. Y en el de servicios se valora más la gestión
ética y las condiciones de los trabajadores y menos la acción social (aunque esto último ocurre en todos los sectores).
354
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Peso que debería tener, según las empresas, una política de RSE bien planteada:
Valoración, por tamaño de empresa (nº trabajadores), de las diferentes áreas de RSE
Tamaño de la empresa según nº de trabajadores:
puntuación Media
1a9 10 a 49 50 a 249 más de 250 Todas 2014
2014 2008 2014 2008 2014 2008 2014 2008 Media D.típ.
- Garantizar una Gestión ética y transparente 9.1 6,4 8.6 6,9 7.8 6,9 9.3 7,2 8,68 1,619
- Compromiso con el Empleo y el Desarrollo Local 8.1 7,2 7.2 8,2 7.9 7,7 8.7 7,8 8,15 1,477
- Introducir tecnologías y prácticas respetuosas con el M. Ambiente 7.1 6,6 7.4 8,8 7.8 7,4 8.8 8,3 8,03 1,577
- Mejorar la calidad de los Productos y Servicios 8.6 4,4 8.0 6,1 8.4 7,0 9.5 6,1 8,80 1,363
- Mejorar la participación y condiciones laborales de los Empleados 8.6 6,4 8.0 7,2 8.4 8,3 9.4 8,1 8,76 1,445
- Apoyar y promover proyectos de Acción Social 7.0 9,8 7.0 9,2 7.7 8,3 8.1 9,1 7,63 1,356
- Mejorar las relaciones con los Clientes/Consumidores 8.3 5,6 8.0 5,9 7.5 5,1 8.9 5,9 8,22 1,423
- Cooperar de modo responsable con otros Grupos de Interés 8.1 8,0 6.6 8,3 7.2 7,8 8.3 8,4 7,71 1,504
Peso que debería tener, según las empresas, una política de RSE bien planteada:
Valoración, por tamaño de empresa (facturación), de las diferentes áreas de RSE
Tamaño de la empresa según facturación
- Compromiso con el Empleo y el Desarrollo Local 7.9 7,7 7.4 9,0 8.5 7,9 8,15 1,477
- Introducir tecnologías y prácticas respetuosas con el M.Ambiente 7.3 8,1 7.3 8,8 8.6 8,0 8,03 1,577
- Mejorar la calidad de los Productos y Servicios 8.6 5,6 7.6 6,8 9.4 6,3 8,80 1,363
- Mejorar la participación y condiciones laborales de los Empleados 8.1 6,8 8.2 8,3 9.3 8,1 8,76 1,445
- Apoyar y promover proyectos de Acción Social 6.6 9,4 7.9 9,0 8.0 8,8 7,63 1,356
- Mejorar las relaciones con los Clientes/Consumidores 7.7 5,9 7.9 5,5 8.6 5,7 8,22 1,423
- Cooperar de modo responsable con otros Grupos de Interés 7.4 7,9 7.4 9,0 8.0 8,2 7,71 1,504
Si consideramos el tamaño de las empresas según su volumen de facturación anual, se observa que lo que
más puntúan las empresas grandes como la RSE que debería tener más peso son los aspectos vinculados a
la gestión interna (en productos y de empleados).
Las empresas medianas y pequeñas en facturación también valoran esos aspectos de gestión interna pero se
ve cómo a medida que la empresa factura menos la dirección con criterio ético se valora más.
Podemos concluir, por tanto, que la RSE se percibe ahora como algo que mira más
hacia el interior de la empresa, preocupando más los aspectos de innovación, gestión ética y
gestión de recursos humanos que la acción social, con repercusión en el exterior.
355
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Para abordar esta cuestión, se recogió información sobre tres aspectos concretos: 1)
el modo como las empresas hacen RSE, 2) el tipo de estructura organizativa desde la que
planifican y desarrollan la RSE, y 3) el tipo de herramientas con las que gestionan su RSE. A
diferencia de 2008, en 2014 no se recogieron datos sobre las áreas de gestión de la RSE.
2008 2014
SI
NO
NO
38%
SI
62%
Los gráficos muestran que el porcentaje de empresas que declaran hacer algún tipo de RSE ha pasado del
62% en 2008 al 93% en 2014.
Es decir, que hoy prácticamente todas las empresas de la muestra estudiada realizan alguna práctica de RSE.
2008 2014
NO
38%
45%
SI, aunque de una mane ra informal
Si desglosamos el porcentaje de las que sí hacen RSE según el modo en que dicen hacerla, se observa que
el grupo de las que planifican y gestionan formalmente su RSE ha pasado del 17% de la muestra en 2008 al
50% en 2014.
Por tanto, se ha triplicado en este periodo el número de empresas que hacen su RSE de modo planificado.
356
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
¿En qué empresas de las encuestadas no se hace aún RSE? Por sectores de actividad
los datos no son significativos, pues en todos hay alguna empresa que aún no hace RSE.
Pero por tamaño de la empresa (según el nº de trabajadores) sí resulta interesante comparar
los resultados de 2008 y 2014.
2008 2014
SI
NO
NO
4 7%
SI
5 3%
NO
1 00 %
50 a 249 m á s de 2 5 0
NO
3 8%
SI
6 3%
SI
1 00 %
La comparativa nos permite ver que entre 2008 y 2014 las prácticas de RSE se han ido extendiendo a
las empresas más pequeñas. Así, si en 2008 ninguna empresa de menos de 10 trabajadores hacía RSE,
ahora la hacen nueve de cada diez. Y en el siguiente grupo, el de las empresas de 10 a 50 trabajadores, si
hacía RSE sólo la mitad de ellas, ahora la hacen todas.
Los siguientes gráficos describen cómo se distribuyen las empresas según el modo
(informal o planificado) como hacen su RSE. Se exponen, para el conjunto de la muestra y
por sector y tamaño, los datos de aquellas empresas que sí hacen RSE (el 93% de las
encuestadas).
2014 2014
Más de la mitad de las empresas que hacen RSE lo hacen ya de un modo planificado, siendo servicios y
construcción los sectores donde esta tendencia es mayor.
357
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014 2014
Las empresas de tamaño intermedio (de entre 10 y 50 trabajadores y que facturan menos de 3 millones de
€) parecen ser las que menos formalizan su RSE.
Descrito el modo como las empresas hacen su RSE, analizamos ahora los resultados
obtenidos sobre la estructura organizativa con la que planifican y desarrollan la RSE. Se
muestra una comparativa entre los datos de 2008 y los de 2014:
2008 2014
no
69%
En este periodo el porcentaje de empresas con algún órgano funcional de RSE ha pasado del 31 al 55%
2008 2014
si
3 8%
no
6 3%
si
1 00 %
Agroa lim entario Se rvic ios
si
si
2 0%
2 4%
no
no 7 6%
8 0%
Los sectores agroalimentario y de servicios parecen ser los que más han evolucionado en este aspecto.
358
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2008 2014
no
no
8 8%
1 00 %
5 0 a 2 49 má s de 2 50
si
no
1 3% 1 7%
si
no
8 3%
8 8%
Según el tamaño de la empresa (en nº de trabajadores), se observa que todos los grupos de empresas han
evolucionando positivamente, en especial las empresas de entre 50 y 250 trabajadores: del 13%, en 2008, se
ha pasado al 57%, en 2014, que ya posee algún órgano funcional de RSE.
Al indagar sobre qué órganos funcionales son los que las empresas han constituido
para gestionar su RSE, los resultados obtenidos indican lo siguiente:
2008 2014
Qué órganos funcionales de RSE tienen las empresas que poseen Área específica de RSE
Si se comparan los datos de 2008 y de 2014 se ve una evolución hacia cierta centralización de la gestión de
la RSE en la figura del Director o Responsable de RSE, no tanto porque haya aumentado el porcentaje de
empresas que disponen de él sino porque ha disminuido el porcentaje de las otras figuras funcionales de
RSE, salvo la de los “Grupos de Trabajo sobre RSE”.
De este modo, parece haber desaparecido la figura del “Defensor de los grupos de interés” y haber descendido
mucho el peso relativo del “Departamento de RSE” y del “Comité interno de RSE”.
2014
359
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014
Una vez descrito el modo como las empresas hacen su RSE y la estructura funcional
con la que ésta se gestiona, pasamos a analizar el tipo de herramientas concretas de
gestión que utilizan las empresas. Esta que sigue es una comparativa entre los datos de
2008 y los de 2014:
2008
Porcentaje de empresas que utilizan documentos, normas o sistemas de gestión, vinculados con la RSE
360
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2014
2014
2014
361
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Por otro lado, el número de empresas con algún órgano funcional de RSE casi se ha
duplicado, creciendo especialmente en los sectores agroalimentario y de servicios. Aunque
han perdido peso las estructuras “participativas” en la gestión de la RSE, centralizándose
ésta más en la figura del Director o Responsable de RSE, en especial a medida que crece el
tamaño de la empresa.
Una vez descritos los cambios que se han dado tanto en la percepción que las
empresas tienen de la RSE como en el modo en que ésta se gestiona, se analizará en este
apartado cuál ha sido el impacto general que ha tenido la crisis económica en las empresas
(en el periodo 2009-2013), para abordar en el siguiente apartado un estudio sobre cuál ha
sido el impacto de la crisis, en particular, en la RSE de las empresas.
362
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2014
2014
2014
2014
363
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014
Si consideramos la estrategia
de expansión como factor
discriminante, se observa
que las empresas en proceso
de internacionalización han
crecido más que el resto, y
que las que más han sufrido
la crisis son aquellas que
aspiraban a crecer en el
mercado nacional.
Para la medición de los impactos negativos que ha tenido la crisis económica en las
empresas, se pidió a éstas que eligiesen y definiesen por orden de prioridad los tres aspectos
vinculados a la crisis que más negativamente les habían afectado. Las respuestas obtenidas
las hemos analizado de dos modos: por un lado, considerando las respuestas acumuladas de
todas las opciones indicadas por las empresas y, por otro, analizando las respuestas según el
orden de prioridad indicado por las empresas para las distintas opciones:
2014
Por sector de actividad, el de construcción parece diferir de los otros tres al indicar sólo las tres primeras
opciones. Por su parte, el incremento de costes afecta más a los sectores industrial y agroalimentario. Y éste
último es el menos afectado por el descenso de las ventas.
364
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Por tamaño de la empresa (según nº de trab.) el grupo de empresas de entre 10 y 50 trabajadores es el que
presenta mayores diferencias respecto de los otros grupos, con un menor impacto en ventas y acceso al
crédito y una mayor incidencia de la crisis en lo relacionado con la morosidad, el incremento de costes y el descenso
de ayudas públicas.
2014
Si consideramos el orden de
prioridad indicado por las empresas
el factor señalado en primer lugar
por el 44% de las empresas es el
descenso de ventas.
Esta sería, por tanto, la primera
consecuencia negativa de la crisis.
Lo señalan sobre todo las empresas
medianas y del sector industrial.
2014
2014
365
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Según los resultados obtenidos, los impactos negativos que ha tenido la crisis
económica en las empresas están relacionados, por este orden, con el descenso de ventas y
con las dificultades de acceso al crédito. Aunque la opción más señalada por el conjunto de
las empresas es la del incremento de la morosidad y los impagos. Las empresas más
afectadas por estos factores estarían en los sectores industrial y de construcción, y en el
grupo de empresas de tamaño medio, de 10 a 50 trabajadores.
2014
366
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Por sectores de actividad, las medidas de recorte (de costes y de plantilla) son mayores
en los sectores industrial y de la construcción, aunque en ellos también lo es la
internacionalización; mientras que medidas como la diversificación de productos, la renegociación con
proveedores y la bajada de precios tienen más incidencia en los sectores agroalimentario y de
servicios. El sector donde se ha invertido más en innovación ha sido el agroalimentario.
Por tamaño de la empresa, las medidas de recorte (de costes y de plantilla) han tenido
más incidencia en las empresas medianas (de 50 a 250 trabajadores), así como los procesos
de internacionalización (en empresas medianas y grandes). En las empresas pequeñas, por su
parte, es donde ha tenido más incidencia la diversificación de productos y la inversión en marketing,
como medidas de respuesta ante la crisis.
Para terminar con esta prospección sobre el impacto general de la crisis económica se
preguntó a las empresas si ésta había tenido en ellas algún efecto positivo. Estos que
siguen son los resultados obtenidos:
2014
El 90% de las empresas señala que la crisis sí ha tenido en ellas algún efecto positivo.
Cuando se les pregunta que indiquen ese o esos efectos (hasta un máximo de tres) el resultado es el
mostrado en el gráfico de barras:
- en primer lugar, la crisis parece haber llevado a las empresas ( 38% de ellas) a poner más énfasis en la
eficiencia, la productividad y la competitividad;
- como segundo factor positivo se señala la mejor valoración de la importancia del equipo humano (26%);
- y en un tercer grupo de respuestas se apunta que las crisis ha servido para desarrollar o ampliar algunas
estrategias de mercado: diversificarse, internacionalizarse, abordar nuevos proyectos;
Pero hay, además, otros dos resultados significativos:
- el hecho de que, frente al mayoritario énfasis en la eficiencia, son pocas las empresas que han aprendido de
la crisis la importancia de aspectos como la innovación (10%) o la mejora continua (7%);
- y el hecho de que, para un 17% de las empresas, la propia crisis ha sido directamente un factor de ventaja,
reforzando su posición en el mercado.
367
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014
Por sector de actividad:
- el valor de la eficiencia
se da, diferencialmente, en
todos los sectores;
- la retención de talento se
apunta en todos menos en
el sector industrial;
- el sector agroalimentario
es el que más valora la
oportunidad de reinventarse
e innovar, y también parece
el más beneficiado por la
crisis;
- y los sectores industrial y
de construcción parecen
haber apostado más por la
internacionalización.
2014
Por tamaño (en nº trab.):
- el valor de la eficiencia
parece crecer al aumentar
el tamaño de la empresa;
- la retención de talento se
apunta más en empresas
pequeñas de 10 a 50 trab.;
- lo de reinventarse e innovar
parece algo que se ha
hecho más en las empre-
sas pequeñas y medianas;
- y la internacionalización,
por el contrario, se ha
dado más en las empresas
grandes;
- la crisis ha beneficiado
más a las empresas de más
de 50 trabajadores.
2014
368
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Los aspectos 1 y 3 aportan una idea general de cuáles han sido las decisiones de las
empresas respecto de su RSE en este periodo 2009-2014, mientras que el aspecto 2 permite
comparar el peso actual de las distintas prácticas de RSE con respecto del que éstas tenían
antes de la crisis, según los datos de nuestra encuesta de 2008.
369
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014
2014
2014
Si consideramos el tamaño de la
empresa según su facturación anual, el
patrón anterior se ve matizado y es más
clara la relación entre RSE y tamaño.
Así:
- la RSE se ha visto reforzada a medida
que aumenta el tamaño de la empresa;
- y la RSE se ha visto debilitada a medida
que decrece el tamaño de la empresa.
370
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2014
La encuesta de 2014 nos dice que en todas las áreas de gestión la situación más habitual es que la RSE se ha
mantenido, a pesar de la crisis. Pero si nos fijamos en los otros dos valores de la variable, encontramos que:
- donde más se ha reforzado la RSE durante la crisis es en las áreas de gestión de clientes y de mejora de
producto, las dos áreas más relacionadas con las normas de gestión de calidad y, por tanto, a una RSE más
técnica y estratégica;
- y donde más se ha debilitado la RSE durante la crisis es en las áreas de acción social y de desarrollo local, es
decir, aquellas áreas más vinculadas a una RSE filantrópica.
- Cabe también destacar que en el área de Dirección la RSE se ha reforzado en casi una de cada tres
empresas. Y que en el área de gestión de personal hay casi un tercio de empresas donde la RSE se ha
reforzado pero también un 18% de empresas donde ésta se ha debilitado.
Si consideramos sólo las respuestas de aquellas empresas que afirman que la crisis ha
debilitado su RSE en alguna de las áreas de gestión indicadas (el 35% de las empresas), y
desagregamos los datos por sector de actividad y tamaño de la empresa obtenemos los
siguientes resultados:
2014
Se observa que los resultados por sector de actividad son muy dispares: mientras que en la construcción y el
sector agroalimentario las áreas debilitadas por la crisis son pocas (acción social en el primero y gestión de
clientes y dirección en el segundo), en servicios e industria las áreas afectadas por la crisis son casi todas.
371
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014
Los resultados por tamaño de la empresa (en nº trab.) nos dicen que la RSE de acción social se ha visto
afectada casi por igual en todos los tipos de empresa, pero no así las otras áreas de gestión, de tal modo que:
- la RSE de gestión de personal se ha debilitado más en las empresas más grandes y en las más pequeñas;
- la gestión medioambiental se ha debilitado sobre todo en las muy pequeñas (de menos de 10 trab.) y el desarrollo
local en las medianas y grandes;
- y áreas de RSE como la de gestión de proveedores o dirección se han debilitado sobre todo en las empresas de
tamaño intermedio (de 10 a 250 trab.).
2014
Los resultados por tamaño (en facturación) corroboran y aclaran mejor algunas de las pautas arriba señaladas:
- la RSE de gestión de personal se ha debilitado sobre todo en las empresas con menor facturación, mientras
la RSE de desarrollo local se ha debilitado en las que facturan más de tres millones al año;
- la gestión responsable de proveedores se ha debilitado en las empresas pequeñas y medianas;
- y es en las empresas medianas en las que se han debilitado casi todas las áreas de gestión de la RSE, algunas
de las cuales no lo han hecho en los otros grupos, como la RSE de gestión de clientes, de dirección y de mejora de
producto..
Se puede decir que el tamaño de la empresa sí que es un factor que diferencia el modo como la crisis ha
afectado a la RSE de las empresas, probablemente en gran medida porque el tamaño también explica el tipo
de RSE que éstas venían haciendo.
Los resultados, por tanto, nos indican que en la mayoría de las empresas la RSE se ha
mantenido, a pesar de la crisis, y que en aquellas empresas en que se ha debilitado esto se
ha producido en general en la RSE filantrópica o de acción social (sobre todo en los
sectores de construcción y servicios) y, en particular, en la RSE de gestión de personal (en
la pequeña empresa), la RSE de gestión de proveedores (en la empresa mediana) y la RSE
de desarrollo local (en la empresa mediana y grande).
372
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Para aproximadamente la mitad de las empresas encuestadas los aspectos de formalización y gestión interna
de la RSE se han mantenido durante la crisis. Pero para la otra mitad algunos aspectos se han reforzado y otros
se han debilitado. Analicemos la tendencia general de esta segunda mitad de las empresas:
- los aspectos que más se han reforzado con la crisis son los sistemas de gestión de calidad y medio ambiente (en
el 33% de las empresas), las relaciones de diálogo con los stakeholders (31%) y el grado de conocimiento de la RSE (24%)
- por el contrario, los aspectos que más se han debilitado con la crisis son el presupuesto de RSE (en el 29%
de las empresas), la estructura funcional para la gestión de la RSE (21%) y la comunicación de la RSE (19%);
- y resulta llamativo que el aspecto donde las tres posturas se aproximan más es el de la percepción interna del
valor añadido de la RSE. Aquí un 33% de las empresas afirma que ésta se ha reforzado con la crisis, mientras
un 24% afirma que ésta se ha debilitado. El 41% afirma que se ha mantenido. Probablemente éste sea el
factor que esté más vinculado con el tipo de respuestas (de recorte o de expansión) que la empresa haya
tenido que adoptar ante la crisis.
373
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014
Influencia de la crisis en diferentes aspectos de la formalización y desarrollo interno de la RSE:
distribución porcentual para cada Tamaño de empresa según nº de trabajadores:
Los resultados por tamaño de la empresa según su facturación marcan mejor la diferencia entre los tres
grupos, indicando que:
- en las empresas grandes es donde más se ha reforzado una RSE técnico-estratégica (sistemas de gestión) y
donde más ha mejorado la percepción interna sobre el valor añadido de la RSE;
- mientras que en las empresas más pequeñas es donde más se ha reducido el presupuesto de RSE y donde
más se ha debilitado la percepción interna sobre el valor añadido de la RSE.
Es posible, por tanto, que la percepción interna de la RSE esté vinculada a cuánto y cómo invierte la empresa
en RSE.
Parece claro que la crisis ha reforzado una RSE estratégica en las empresas más
grandes, con buenos resultados en términos de percepción interna, mientras que las
empresas más pequeñas se han visto obligadas a reducir sus partidas de RSE, lo cual viene
acompañado (como causa o como efecto) de una peor percepción del valor de la RSE.
374
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Los aspectos que más se han reforzado son los relacionados con una visión técnico-
estratégica de la RSE, especialmente en la gran empresa, lo cual parece estar directamente
relacionado con una mejor percepción del valor añadido de la RSE para la empresa.
Por el contrario, el tipo de prácticas que más se han debilitado son las relacionadas
con la RSE de carácter filantrópico (acción social) y aquella que en la pyme estaba
vinculada a la gestión de personal y en la mediana y gran empresa a la gestión de
proveedores y el desarrollo local.
Se puede decir que la RSE ha soportado bien la crisis en la mayoría de las empresas,
dejando de ser una RSE filantrópica y convirtiéndose en una RSE más estratégica, pero no
parece que, salvo en la gran empresa, se haya sabido ver el potencial de innovación de la
RSE. Lo cual sugiere que las decisiones de las empresas no han considerado a la RSE como
un verdadero factor estratégico de mejora.
Hasta aquí se ha analizado, por un lado, la percepción que las empresas tienen de la
RSE tras la crisis y el modo como la gestionan y, por otro, tanto el impacto general de la
crisis en las empresas como su impacto particular sobre la RSE de éstas. En este quinto
apartado se analizará si tras la crisis ha cambiado en algo la actitud que las empresas tenían
en 2008 hacia la RSE.
En relación a la primera de las cuestiones, los beneficios y las desventajas que las
empresas ven en la RSE, se expone a continuación una comparativa de los resultados
obtenidos para el conjunto de la muestra en ambos aspectos en las dos encuestas. Esto nos
permitirá valorar la evolución general que ha habido en las empresas en su percepción de la
RSE.
2008 2014
La comparación entre las respuestas de 2008 y de 2014 ante la pregunta sobre cuál es el principal
beneficio o ventaja de la RSE muestra que se ha producido un cambio bastante significativo: si en 2008 la
mejora de la reputación de la empresa era el principal valor para casi todas las empresas (94%) en 2014
este aspecto es elegido sólo por el 24% de ellas.
En 2014 es el incremento de la competitividad el factor percibido como ventaja principal de la RSE. Así
lo percibe el 45% de las empresas, frente al 3% de 2008. Además en 2014 otros beneficios como la mejora
en el rendimiento de la innovación (10%) o la mejora de la gestión (7%) adquieren relevancia.
Parece claro que tanto en 2008 como en 2014 predomina una actitud estratégica ante la RSE, aunque la
estrategia ha evolucionado desde una RSE con valor reputacional a una RSE con una diversidad mayor de
matices estratégicos.
2014
2014
376
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2014
2014
Si consideramos como
criterio de desagregación la
estrategia de expansión de la
empresa, se observa cómo:
- la visión de la RSE como
imagen tiene más peso en las
empresas más orientadas al
mercado regional,
- mientras que la RSE como
factor de competitividad se
da más en las empresas
orientadas a los mercados
nacional e internacional.
2008 2014
La comparación entre las respuestas de 2008 y de 2014 ante la pregunta sobre cuál es la principal
desventaja o riesgo de la RSE muestra también que se han producido cambios significativos:
- la idea de que la RSE tiene costes de oportunidad (pérdida de tiempo, esfuerzo…) sigue siendo señalada
como la desventaja principal, aunque ahora sólo por el 33% de las empresas, frente al 62% de 20014;
- la idea de que la RSE tiene costes económicos se duplica en 2014 (19%) respecto de 2008 (8%), mientras que
ocurre lo contrario con las opiniones relativas a que la RSE genere conflicto entre objetivos o expectativas irreales;
- por último, y como novedad, en 2014 hay ya un 12% de las empresas que no ven en la RSE ninguna
desventaja.
Se puede decir que en este periodo la percepción sobre las desventajas de la RSE ha virado de una idea más
vinculada a la dificultad para gestionarla a una idea más vinculada a sus costes de gestión.
377
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014
Por sectores de actividad, se
observa cómo en el sector
agroalimentario es donde
parece haber una mayor idea
de las desventajas de la RSE
vinculadas a la dificultad
para gestionarla. Por otro
lado, es en la construcción y
los servicios donde es mayor
el número de empresas que
no ven en la RSE ninguna
desventaja.
2014
2014
2014
378
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Haciendo balance sobre esta primera cuestión, la percepción tanto de las ventajas
como de las desventajas de la RSE parece haber evolucionado en este periodo de crisis
económica, desde una percepción estratégica de la RSE centrada en el valor reputacional de
ésta y en las dificultades para gestionarla, hacia una percepción también estratégica de la
RSE pero más compleja y marcada por el valor de competitividad que puede aportar la
RSE, pero también en los costes económicos que ésta conlleva.
SÍ habrá RSE
74%
Si en 2008 una de cada cuatro empresas no creía que en el futuro habrá política de RSE en las empresas,
en 2014 es sólo una de cada diez la que no cree en el futuro de la RSE.
2008 2014
C on stru cc i ó n I nd u st ri a l
Expectativa
SÍ habrá RSE
NO habrá RSE
3 8%
6 3%
1 00 %
A gro a l i m e n ta rio S e rv ic i o s
2 0%
2 9%
7 1%
8 0%
En 2008 las mayores reticencias sobre el futuro de la RSE se daban en los sectores de la industria y de los
servicios. En 2014 esa percepción negativa ha crecido en el sector industrial, pero ha disminuido en el resto de
los sectores.
379
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2008 2014
6 0% 6 5%
50 a 249 m á s de 2 5 0
2 5% 8%
7 5% 9 2%
Igual que en 2008, en 2014 las expectativas sobre el futuro de la RSE parecen estar correlacionadas, como se
puede ver en ambos gráficos, con el tamaño de las empresas: cuanto más grande es la empresa más
favorables son las expectativas sobre el futuro de la RSE. El valor del sí ha subido en todos los tamaños de
empresa salvo en el de las empresas medianas (50 a 250 trab.) donde parece haber crecido el escepticismo.
2008 2014
4 7%
5 3%
+ 9 M i l l on e s € 1 00 %
1 4%
8 6%
La misma correlación se ve si se considera la facturación anual de las empresas: a mayor facturación más
expectativas favorables sobre el futuro de la RSE.
Aunque aquí se observa que es en el grupo intermedio (representado en gran medida por empresas de los
sectores industrial y de construcción) el único en el que las expectativas han empeorado respecto de 2008.
Estos que siguen son los resultados obtenidos, para el conjunto de la muestra, en
relación a los argumentos de las empresas sobre por qué en el futuro sí habrá RSE:
380
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2008
2014
Por sectores de actividad se observa que la estructura de los argumentos es distinta en todas las categorías,
siendo el sector agroalimentario el que más apoya sus expectativas en razones de rentabilidad de la RSE.
2014
Por tamaño de la empresa (en nº trab.) son las empresas más pequeñas las que creen que la RSE es cosa de
grandes empresas, mientras que la idea de la rentabilidad de la RSE crece en las empresas medianas y grandes.
381
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014
Desagregando los datos por tamaño de la empresa, según facturación, se ve más claramente la tendencia
arriba apuntada (las empresas más pequeñas creen que habrá RSE porque la hará la gran empresa). Aunque
resulta llamativo cómo es el grupo de empresas medianas, y no el de las más grandes, el que más apuesta
por las ideas de la rentabilidad y la institucionalización de la RSE como razones de su crecimiento futuro.
Se puede afirmar, según lo expuesto hasta aquí, que en estos últimos años han
crecido las expectativas favorables hacia el futuro de la RSE y que ésta ha dejado de verse
como algo propio de grandes empresas y comienza a fundamentarse más en razones de
rentabilidad y de necesidad económica y social, siendo las empresas medianas y grandes las
que más apoyan esta expectativa.
382
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2008 2014
Comparando el posicionamiento de las empresas ante la RSE en 2008 y 2014 encontramos estas diferencias:
- en 2008 el 93% declaraba conocer el concepto de RSE, y en 2014 el porcentaje baja al 86%
- en 2008 el 69% declaraba aplicar la RSE en la empresa, mientras en 2014 el porcentaje sube al 76%
Por lo tanto, son más empresas las que hacen RSE, aunque hay más empresas que dicen no conocer bien el
concepto. Esto segundo tiene su explicación en el cambio de la composición del universo de empresas
estudiado, ya que durante este periodo han salido de la Fundación Execyl algunas empresas (sobre todo del
sector industrial) que en 2008 sí hacían RSE, y han entrado nuevas empresas, algunas de las cuales no han
tenido contacto previo con las políticas de RSE.
2008
Al comparar el posicionamiento
de las empresas ante la RSE en
2008 y 2014 según la escala
de 7 categorías vemos que:
- se ha duplicado (del 17%
al 33%) el porcentaje de
empresas que planifican su
RSE;
- ha crecido levemente (del
38% al 43%) el porcentaje de
las que hacen su RSE de un
modo informal o no
2014 planificado;
- han desaparecido las
empresas que declaraban no
aplicar la RSE aunque sí
creían en ella (19% en 2008)
o porque no la veían útil (un
5% en 2008)
- y ha bajado el escepticismo
sobre la utilidad de la RSE
(del 14% al 10%), al tiempo
que ha subido el número de
empresas que ven en ella
posibilidades aun no
conociéndola bien (del 5% al
10%).
En síntesis, se observa un incremento en el número de empresas que aplican la RSE y una evolución
creciente de la planificación de las políticas de RSE, así como un descenso del escepticismo hacia ella.
383
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2008
Conoce qué es la RSE y la aplica, aunque es escéptica sobre su verdadera utilidad 25%
Conoce perfectamente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado
10% 14%
2014
Al comparar por sectores de actividad el posicionamiento de las empresas ante la RSE en 2008 y 2014 según la
escala de 7 categorías se observa que:
- El sector industrial es en 2014 el único en el que hay empresas (el 33%) que no ven ninguna utilidad en la
RSE. Esto en 2008 sólo ocurría en el 5% de las empresas del sector servicios. El industrial también es el
sector con mayor proporción de empresas escépticas.
- Respecto de 2008, el sector de construcción es el que peor ha evolucionado en su RSE, perdiendo un 28%
de empresas que entonces hacían RSE, y bajando mucho el grupo de las que la hacían de modo planificado
- El sector agroalimentario es el que sigue teniendo un mayor porcentaje de empresas que hacen su RSE de
un modo informal, y en él ha crecido el número de empresas que hacen RSE;
- En el sector servicios es donde más ha crecido el porcentaje de empresas que hacen RSE (del 43% al 78%)
384
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2008
Cómo se se posicionan las empresas ante la RSE según tama ño de la empresa (num. trabajadores)
1a 9 10 a 49
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque la aplica de un modo informal 47%
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque aún no la aplica 60% 29%
Conoce qué es la RSE y la aplica, aunque es escéptica sobre su verdadera utilidad 12%
5 0 a 2 49 má s d e 2 50
Posicionamiento de la empresa ante la RSE
Conoce perfectamente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado 58%
Conoce qué es la RSE y cree en ella, aunque la aplica de un modo informal 63% 25%
Conoce qué es la RSE y la aplica, aunque es escéptica sobre su verdadera utilidad 25% 17%
2014
Si se compara por tamaño de la empresa (en nº de trabajadores) el posicionamiento de las empresas ante la RSE
en 2008 y 2014 según la escala de 7 categorías, se observa la siguiente evolución:
- Si en 2008 sólo las empresas grandes (de +250 trab.) planificaban su RSE, en 2014 ya hay empresas
pequeñas y medianas que hacen una RSE planificada;
- El mayor cambio se ha dado en las empresas más pequeñas (de -10 trab.), ya que en 2008 ninguna hacía
RSE y en 2014 el 63% la hace;
- En el grupo de empresas que tienen de 10 a 50 trabajadores es en el que se hacía y se sigue haciendo RSE
de un modo informal (el 47% de estas empresas así la hacían en 2008 y en 2014 suben al 80%);
- Las empresas que más hacen RSE siguen siendo las que tienen más de 50 trabajadores, planificándose
más la RSE a medida que aumenta el tamaño de la empresa.
385
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2008
Cómo se se posicionan las empresas ante la RSE según tama ño de la empresa (facturación anual)
- 3 Millon es € d e 3 a 9 Millon es €
+ 9 Millon es €
Posicionamiento de la empresa ante la RSE
Conoce perfectamente qué es la RSE, cree en ella y la aplica de un modo sistemático y planificado
33%
2014
Si se compara por tamaño de la empresa (según facturación anual) el posicionamiento de las empresas ante la RSE
en 2008 y 2014, se observa mejor la correlación que existe entre RSE y tamaño de la empresa:
- Las empresas más grandes en facturación son las que más han avanzado en la planificación de la RSE (del 33%
en 2008 al 45% en 2014) y en las que más ha bajado el escepticismo hacia la RSE (del 19% en 2008 al 9%
en 2014), aunque ha aparecido en 2014 un 9% de empresas que dice no conocer bien la RSE;
- En el grupo de empresas medianas en facturación es en el que se han dado más situaciones contradictorias
desde 2008: si entonces todas estas empresas hacían RSE de modo informal, en 2014 un 36% de ellas ha
pasado a planificar su RSE y, a la vez, un 18% ha comenzado a dudar de la utilidad de hacer RSE;
- El grupo de empresas más pequeñas en facturación es el que más ha mejorado, cuadruplicando la proporción de
las que hacen RSE (del 18% en 2008 al 67% en 2014) y sustituyendo a las que en 2008 eran escépticas o no
veían utilidad en la RSE por un 22% de empresas que comienzan a ver en ella posibilidades.
386
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Por sectores de actividad se detecta una diferencia notable entre los sectores
industrial y de construcción, que han empeorado en su percepción y su aplicación de la
RSE, y los sectores agroalimentario y de servicios que han mejorado mucho, aunque
también son los dos en los que más se hace una RSE de manera informal.
En este último apartado expondremos los resultados sobre un aspecto más que fue
investigado en la encuesta de 2014: la situación de las empresas en relación a la innovación.
Para ello se analizó su actitud ante las “nuevas estrategias de innovación” a través de
tres dimensiones: el conocimiento, la implementación y el interés de las empresas hacia los nuevos
enfoques de innovación, considerando que la RSE tiene relación con la mayoría de ellos.
Para poder concretar cuáles son estos nuevos enfoques o estrategias y qué relación
mantienen con ellos las empresas investigadas, se elaboró un listado de 32 categorías y se
pidió a las empresas que indicasen si la empresa las conocía, si las había incorporado ya o si
tendría interés en recibir información sobre ellas.
Los resultados obtenidos aportan una interesante información sobre qué tipo de
estrategias de innovación se desconocen, cuáles están ya implementadas y cuáles son
aquellas por las que las empresas podrían apostar. Y, por otro lado, desde la perspectiva de
la RSE, los resultados sugieren también opciones sobre la posible relación que se está
dando o se podría dar en la empresa entre innovación y RSE.
2014
El gráfico muestra cuánto conocen las empresas las 32 estrategias de innovación propuestas. Se
observa que:
- Los enfoques más conocidos (por más de la mitad de las empresas) están relacionados con las
estrategias de management y marketing que podríamos denominar “de moda”, es decir, por
aquellas cuestiones que en los últimos años más se han trabajado en la formación de técnicos y
directivos: coaching, e-comerce, branding ...
- Por otro lado, los enfoques menos conocidos (por menos 1 de cada 3 empresas) son aquellos
relacionados con nuevos modos de innovación en sostenibilidad: cradle to cradle, biomímesis, etc.
388
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2014
Este gráfico muestra qué porcentaje de empresas que ya han incorporado cada estrategia de
innovación:
- Lo más implantado (en 3 de cada 4 empresas) son aquellas metodologías de gestión que de algún
modo están obligadas por ley y/o subvencionadas desde hace algunos años: calidad, seguridad
laboral, I+D+i.
- En segundo lugar, en más de la mitad de las empresas existen ya modelos o estrategias para la
gestión de aspectos internos: gestión de equipos, gestión del conocimiento, desarrollo organizativo…
- Habría un tercer grupo amplio de enfoques (implantado de 1 de cada 4 empresas) relacionados
con las estrategias de management y marketing “de moda”: coaching, e-comerce, branding, intangibles,
visual thinking...
- Y en la parte baja del gráfico estarían (implantados en 1 de cada 10 empresas, o menos) aquellos
enfoques relacionados con los nuevos modos de innovación en sostenibilidad: cradle to cradle,
biomímesis…
389
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
2014
Este gráfico muestra en qué grado las empresas tienen interés por determinadas estrategias de
innovación, evidenciando una correlación inversa entre el interés y el grado de implantación de
éstas. Así:
- El mayor interés (63% de las empresas) está probablemente en lo más desconocido: el protocolo
cradle to cradle de innovación ecotécnica (que aparecía en último lugar en el gráfico sobre
conocimiento);
- Le siguen dos aspectos vinculados a la gestión de intangibles, la gestión por valores y la comunicación
interna, que son demandados por casi la mitad de las empresas.
- En torno al 40% de las empresas muestra interés por enfoques de innovación en sostenibilidad
(agrupación ecológica, economía azul, biomímesis) y de intangibles (neuromárketing, reputación corporativa,
gestión del conocimiento).
-Y en 1 de cada 4 empresas se demandan los enfoques de marketing y management (e-comerce,
coaching, marketing viral, visual thinking… ).
390
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
COACHING 57%
ECOEFICIENCIA 51%
E-COMERCE 49%
BRANDING 49%
MARKETING VIRAL 49%
ECODISEÑO 43%
ECOLOGÍA INDUSTRIAL 43%
ya conoce
GESTIÓN DE INTANGIBLES 37%
ha incorporado ya
VISUAL THINKING 37%
querría información
ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN 37%
ISO-26000 31%
CALIDAD 79%
I+D+I 77%
SEGURIDAD LABORAL 74%
EXCELENCIA 65%
GESTIÓN DE EQUIPOS 59%
COMUNICACIÓN INTERNA 56%
GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO 56%
SOSTENIBILIDAD 53%
391
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Por último, hemos analizado la relación de las empresas con las estrategias de
innovación propuestas considerando el tipo de estrategia de innovación. Para ello
hemos agrupado las 32 categorías en cinco tipos: (1) estrategias de mejora de procesos; (2)
estrategias de marca y ventas; (3) estrategias con enfoque ético; (4) estrategias centradas en
mejoras ecotécnicas; (5) y estrategias basadas en nuevos enfoques de sostenibilidad.
Este análisis nos permite distinguir, dentro de cada uno de estos tipos de estrategia,
qué dimensión predomina más (se conoce, está implantada o se desconoce). Y nos ayuda también a
conocer cuál es el estado general, en las empresas estudiadas, de cada uno de estos cinco
tipos de innovación.
Mostramos los resultados en dos gráficos en los que las 32 categorías aparecen
agrupadas (con un nº de (1) a (5), en el eje “y”). El primer gráfico describe el peso de las tres
dimensiones en cada categoría, y el segundo indica sólo la dimensión mayoritaria en cada
una de las 32 categorías:
2014
392
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
2014
Si leemos el gráfico según la dimensión que predomina en cada una de los cinto tipos de
innovación, tenemos que:
- (1) las estrategias de mejora de procesos están todas mayoritariamente implantadas en las
empresas (color verde), salvo el coaching (color marrón) que es más conocido (57%) que lo que
está implantado (41%);
- (2) las estrategias de ventas y marca son mayoritariamente conocidas, salvo la reputación
corporativa (ya implantada en la mayoría de las empresas) y el neuromarketing (más bien
desconocido);
- (3)(4) las estrategias con enfoque ético y las estrategias ecotécnicas son más conocidas (color
marrón) de lo que están implantadas, salvo la gestión por valores (color azul) más bien
desconocida;
- (5) y las estrategias de innovación en sostenibilidad son mayoritariamente desconocidas, salvo el
concepto de sostenibilidad (color verde) que las empresas afirman tener implantado, y la
economía ecológica (color marrón) más conocida que implantada.
393
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Según los tres niveles de análisis que hemos realizado, se puede decir que la situación
general de las empresas estudiadas en cuanto a sus estrategias de innovación viene marcada
por una innovación muy vinculada a las normas de gestión y a las metodologías de mejora
técnica de los procesos productivos. Y, también, por un gran desconocimiento de los
nuevos enfoques de innovación vinculados a los criterios éticos y a la sostenibilidad.
Esto sugiere que los esfuerzos de innovación de las empresas están sobre todo
conectados con las preocupaciones por la eficiencia productiva y la competitividad técnica
y comercial. Y que se desconocen las posibilidades de la innovación planteada desde
criterios éticos y desde criterios ecotécnicos de sostenibilidad a largo plazo.
Se puede decir, por tanto, que la RSE entendida como herramienta para la
innovación (desde los enfoques ético y ecotécnico) no ha calado aún en las empresas. Tras
este periodo de crisis económica general, las empresas asocian la RSE menos a acción social
y más a estrategia de competitividad, pero aún no han descubierto las oportunidades de
innovación ecosocial que la RSE ofrece.
394
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Los valores que las empresas asocian en primer lugar con la RSE han variado
desde 2008. Si entonces eran la acción social (en el 69% de las empresas) y la reputación
(50%), en 2014 es el concepto de sostenibilidad (57%) el que sube al primer lugar,
seguido de la acción social (que baja al 45%). La RSE como sostenibilidad predomina
más en empresas grandes orientadas a los mercados nacional e internacional, mientras
la acción social sigue pesando más en las pymes.
Además del de sostenibilidad, los valores de RSE que más han crecido en este periodo
son el de credibilidad y el de competitividad, y los que más bajan son los de reputación y
excelencia. Es llamativo que conceptos como innovación y diálogo siguen siendo
marginales en el imaginario de la RSE.
En relación a los valores que representan lo que “debería ser” una RSE bien
planteada, también se han producido cambios, desde una visión en 2008 que
mezclaba a partes iguales la visión estratégica (acción social e imagen) con la visión ética,
a una visión en 2014 en la que el peso del enfoque ético es mucho mayor (dirección con
criterio ético y transparencia). Además, la idea de que la RSE debería ser igual a innovación
pasa a ocupar el segundo lugar, sobre todo en las pymes.
395
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
mejora de productos, condiciones de los trabajadores, gestión ética y transparente y relaciones con
clientes.
Las empresas con una evolución de decrecimiento (el 31% del total) pertenecen sobre
todo del sector industrial y, por tamaño, al grupo de las que tienen entre 10 y 50
trabajadores.
Los impactos negativos de la crisis económica en las empresas son, por este orden,
el descenso de ventas (el 44% de las empresas lo eligen en primer lugar) y las dificultades de
acceso al crédito (el 27% de las empresas lo sitúan en segundo lugar). Aunque el impacto
negativo más nombrado por el conjunto de las empresas es el incremento de la morosidad
y los impagos (el 68% de las empresas lo sitúan entre alguno de los tres primeros
problemas). Las empresas más afectadas por estos factores pertenecen a los sectores
industrial y de construcción y al grupo de empresas de tamaño medio-bajo, de 10 a 50
trabajadores.
Las respuestas ante la crisis adoptadas por las empresas son fundamentalmente
medidas de recorte y de expansión. Así, la principal reacción del 79% de las empresas
ha sido la reducción general de costes. A ella le han seguido medidas de expansión a nuevos
mercados y la internacionalización (en el 40 a 50% de las empresas). Y, en tercer lugar, se
396
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Por tamaño de la empresa, las medidas de recorte (de costes y de plantilla) han tenido
más incidencia en las empresas medianas (de 50 a 250 trabajadores). Los procesos de
internacionalización en empresas medianas y grandes. Y la diversificación de productos y la
inversión en marketing en las empresas pequeñas.
A pesar de los efectos negativos, casi todas las empresas (90%) afirman que la crisis
ha les ha enseñado o traído aspectos positivos, como una mejor valoración de la
productividad (38%) y del equipo humano (26%), o la búsqueda de nuevas estrategias de
expansión en nuevos productos (17%), nuevos proyectos (17%) o nuevos mercados (12%).
Por otro lado, donde más se ha reforzado la RSE durante la crisis es en las áreas de
gestión de clientes y de mejora de producto, precisamente las dos áreas más relacionadas con
las normas de gestión de calidad y, por tanto, con una RSE más técnica y estratégica.
Y donde más se ha debilitado la RSE durante la crisis es en las áreas de acción social y
de desarrollo local, es decir, aquellas áreas más vinculadas a una RSE filantrópica.
Si analizamos sólo a las empresas en las que la RSE se ha debilitado, el área de acción
social se habría debilitado en todos los tamaños de empresa, pero no así las demás
áreas: la RSE de gestión de personal se ha debilitado más en las empresas más grandes y
en las más pequeñas; la gestión medioambiental se ha debilitado sobre todo en las muy
pequeñas (de menos de 10 trabajadores) y el desarrollo local en las medianas y grandes;
la gestión responsable de proveedores se ha debilitado en las empresas pequeñas y medianas;
397
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
y áreas de RSE como la de gestión de proveedores o dirección se han debilitado sobre todo
en las empresas de tamaño intermedio (de 10 a 250 trabajadores).
Los aspectos que más se han reforzado con la crisis son los sistemas de gestión de calidad y
medio ambiente (en el 33% de las empresas), las relaciones de diálogo con los stakeholders
(en el 31%) y el grado de conocimiento de la RSE (en el 24%). Mientras que, por el
contrario, los aspectos que más se han debilitado con la crisis son el presupuesto de
RSE (en el 29% de las empresas), la estructura funcional para la gestión de la RSE (en el
21%) y la comunicación de la RSE (en el 19%).
Por tamaño de la empresa, en las empresas grandes es donde más se ha reforzado una
RSE técnico-estratégica (sistemas de gestión) y donde más ha mejorado la percepción
interna sobre el valor añadido de la RSE. Mientras que en las empresas más pequeñas
es donde más se ha reducido el presupuesto de RSE y donde más se ha debilitado la
percepción interna sobre el valor añadido de la RSE.
En 2014 hay ya un 12% de empresas que considera que la RSE no supone ninguna
desventaja para la empresa (en 2008 ninguna empresa señalaba esto). Aunque es sólo
en las empresas más grandes y en los sectores de construcción y servicios donde se
opina de este modo.
Entre 2008 y 2014 casi han desaparecido las empresas que no creen en futuro de la RSE:
del 26% en 2008 (1 de cada 4) al 9% en 2014 (1 de cada 10). Únicamente en el sector
industrial y en las empresas de tamaño intermedio (50 a 250 trabajadores) han
empeorado las expectativas sobre el futuro de la RSE (en 2008 eran las empresas de
menos de 10 trabajadores las que menos creían en el futuro de la RSE).
La razón con la que las empresas justifican sus expectativas sobre la RSE también
ha evolucionado. De una creencia mayoritaria en 2008 de que la RSE es cosa sólo de
grandes empresas (74%) se ha pasado en 2014 a un equilibrio entre ese argumento (37%)
y el de que se hará RSE porque es rentable (37%). Además, en 2014 un 24% de las
empresas ya piensa (frente al 3% de 2008) que la RSE es algo que se generalizará
necesariamente en todas las empresas.
En 2014 son las empresas más pequeñas las que más creen que la RSE es algo propio
de la gran empresa, mientras que las empresas medianas son las que más creen en el
argumento de la rentabilidad de la RSE. Por sectores, es el agroalimentario el que más
apoya sus expectativas en razones de rentabilidad.
Por sector de actividad, el industrial y el de construcción son los que más han
empeorado en RSE. El industrial es el único en que hay empresas que no ven
ninguna utilidad en la RSE y también donde más proporción de empresas escépticas
hay. El de construcción es el que más ha bajado en el porcentaje de empresas que
hacían RSE (del 67% al 33%).
Los sectores agroalimentario y de servicios son los que más han mejorado en el
periodo 2008-2014. El primero hace más RSE, aunque sigue siendo en el que más la
hace de un modo informal. Y el sector servicios es el que más ha crecido en RSE (del
43% al 78% de las empresas).
Las empresas más grandes (en facturación) son las que más han avanzado en la
planificación de su RSE (del 33% en 2008 al 45% en 2014) y es también el grupo en
el que más ha bajado el escepticismo hacia la RSE (del 19% al 9%).
Las empresas de tamaño medio (en facturación) son las que han tenido una evolución
más heterogénea, mejorando unas y empeorando otras: tras la crisis un 18% de ellas
ha comenzado a dudar de la utilidad de hacer RSE.
399
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
El tipo de estrategias de innovación que más conocen las empresas son las
vinculadas al management y el marketing (coaching, e-comerce, branding…). Y las que más
se desconocen son las nuevas formas de innovación en sostenibilidad (cradle to cradle,
biomímesis, agrupación ecológica de empresas…).
Las estrategias de innovación que están más implantadas en las empresas son las
relacionadas con calidad, seguridad laboral, I+D+i... (en 3 de cada 4 empresas), seguidas de
algunas estrategias de gestión interna como gestión de equipos, gestión del conocimiento, desarrollo
organizativo (en la mitad de las empresas) y, en tercer lugar, las estrategias de
management y marketing (en 1 de cada cuatro empresas). Las estrategias menos
implantadas son las de innovación en sostenibilidad (en sólo 1 de cada 10 empresas).
Las “estrategias con enfoque ético” (comercio justo, economía del bien común, ISO
26000) y las “estrategias ecotécnicas” (energías renovables, ecoeficiencia, ecodiseño,
ecología industrial, economía ecológica) son más conocidas (aunque poco) de lo que están
implantadas (mucho menos).
400
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Con la encuesta de 2014 hemos tratado dar respuesta a los objetivos específicos que
se propusieron para este estudio de 2014 (ver apartado. 7.2.3). En este capítulo trataremos
de interpretar los resultados obtenidos en la encuesta a la luz de las Hipótesis 7 y 8 de esta
tesis (expuestas en la Introducción General) utilizando para ello el modelo de tres niveles
de nuestro Esquema Interpretativo.
401
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Veamos a continuación si estas hipótesis pueden ser confirmadas a la luz de los datos
recogidos.
Desde 2008 se ha producido también un cambio notable en los valores concretos que
las empresas asocian a la RSE, siendo ahora los conceptos de sostenibilidad y de credibilidad
los que más suben, frente a acción social y reputación, mayoritarios en 2008. Del mismo modo,
cuando las empresas expresan su idea sobre lo que “debería ser” una RSE bien planteada,
inciden ahora, mucho más que en 2008, en conceptos de tipo ético como dirección con criterio
ético y transparencia, al tiempo que la imagen y la acción social pasan a un segundo plano. Crece
también con fuerza, en el imaginario de las empresas, la idea de que la RSE debería ser un
instrumento para la innovación (del 9% en 2008 al 42% en 2014). Se puede afirmar, por
tanto, que en estos años se ha debilitado el enfoque reputacional de la RSE y se ha
reforzado una visión más ética y más estratégica de la RSE.
Es cierto que uno de los aspectos positivos que ha aportado la crisis es, para el 26%
de las empresas, la retención de talento y el refuerzo del equipo humano, pero lo que las empresas
señalan como el mayor aprendizaje que han hecho de la crisis es la importancia de la
402
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
eficiencia, la competitividad y la productividad (38% de las empresas). Queda claro por tanto que,
incluso en este tipo de empresas que hace RSE, predominan los valores mercantiles.
Esta apreciación se ve reforzada al analizar cuál es el que las empresas señalan como
principal beneficio de la RSE. Aquí es donde hemos detectado uno de los mayores cambios
respecto a 2008. Ahora el principal beneficio ya no es la mejora de la reputación (que baja del
94% en 2008 al 24% de las empresas en 2014), sino el incremento de la competitividad (que sube
del 3% en 2008 al 45% en 2014). Es en este dato donde se detecta de forma más clara que
ha habido un cambio radical en la percepción de la utilidad que la RSE tiene para la
empresa, pasando de una concepción de la RSE esencialmente “cosmética” a una visión
más “técnica” de la RSE. Aunque hay que señalar que este cambio se da sobre todo en la
gran empresa y en la empresa internacionalizada, ya que la visión reputacional es
mayoritaria aún (en 2014) en las pymes.
Antes de analizar las prácticas de RSE de las empresas es necesario recordar que el
impacto de la crisis económica en las empresas analizadas no ha sido tan desfavorable
como se podría esperar. De hecho, la mayoría de las empresas encuestadas (el 52%) declara
haber experimentado un crecimiento durante la crisis, mientras el 17% se ha mantenido y el
31% declara haber decrecido.
En cuanto a sus prácticas de RSE, la situación desde 2008 parece haber mejorado, ya
que en este periodo la RSE se ha extendido al conjunto de las empresas (del 62% que hacía
RSE en 2008 al 93% que dice hacer en 2014). Son sobre todo las empresas más pequeñas
(de menos de 10 trabajadores) las que se han incorporado a ella (del 0% en 2008 al 87% en
2014). Por otro lado, también se ha triplicado en este periodo el número de empresas que
hace su RSE de un modo planificado (del 17% en 2008 al 50% en 2014). Aquí están sobre
todo las empresas grandes, ya que las pymes hacen su RSE de un modo informal.
Hay otro dato que confirma esta tendencia. Cuando se pregunta a las empresas cuál
ha sido el impacto de la crisis en sus prácticas de RSE, el 50% de ellas declara que su RSE
se ha mantenido durante la crisis, y el 29% que se ha reforzado. Mientras que sólo el 21%
declara que su RSE se ha debilitado. Según esto, se podría decir que en estas empresas la
RSE ha logrado resistir a la crisis, ya que se ha generalizado a casi todas las empresas, se ha
ido formalizando más y se ha reforzado en 1 de cada 3 empresas.
403
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Aunque también cabe otra posible lectura de los datos: en un 79% de las empresas (4
de cada 5) la RSE no ha ido a mejor. Esto podría tener su explicación en las dificultades
propias de una situación general de crisis (aunque el 50% de estas empresas ha
experimentado crecimiento y el 17% ha permanecido estable durante la crisis), o a que las
empresas no acaban de ver en la RSE una vía para la mejora, la innovación o la
competitividad. Esta es una cuestión para la que nuestra investigación no tiene una
respuesta clara, aunque los indicios que encontramos en otras variables del estudio apuntan
a la segunda razón más que a la primera.
Si analizamos las prácticas de RSE (en 2014) según las áreas de gestión de ésta, la
tendencia en la mayoría de las empresas ha sido la de “mantener” lo que se venía haciendo
(en 2008). Frente a eso, hay un porcentaje menor de empresas en las que algunas áreas de
gestión de la RSE se han reforzado, y otro porcentaje menor de empresas en las que éstas
se han debilitado. Así, las áreas que más se han reforzado en algunas empresas son las
relacionadas con aquellas ligadas a una RSE más técnica y conectada con proceso
productivo (gestión de clientes y mejora de productos). Mientras que las áreas de gestión que más
se han debilitado en general son las más ligadas a una RSE de tipo filantrópico o
reputacional (acción social y desarrollo local). Esto indica que ha habido un cambio de
orientación en el tipo de prácticas de RSE de las empresas, teniendo ahora una RSE menos
cosmética y más conectada a la actividad productiva de la empresa.
Los aspectos de RSE en los que ese porcentaje de empresas ha avanzado más son los
sistemas de gestión de calidad y medio ambiente (en el 33% de las empresas), las relaciones de
diálogo con los stakeholders (en el 31%) y el grado de conocimiento interno de la RSE (en el 24%).
Mientras que, por el contrario, los aspectos de RSE que en otras empresas se han debilitado
más con la crisis son el presupuesto de RSE (en el 29% de las empresas), la estructura funcional
para la gestión de la RSE (en el 21%) y la comunicación de la RSE (en el 19%). Estos datos
refuerzan la tesis de que el avance de la RSE se ha producido, en algunas empresas (sobre
todo grandes) en los temas de gestión interna ligados al proceso productivo (sin duda la
mejora del diálogo se da con los stakeholders internos), y que la RSE ha retrocedido sobre todo
en algunas pequeñas y medianas (de menos de 250 trabajadores) que hacían una RSE más
dirigida a la mejora de la imagen. De hecho es en éstas donde más ha empeorado la
percepción interna del valor añadido de la RSE.
Por otro lado, es llamativo que cuando se pide a las empresas (al final del
cuestionario) que se posicionen según su grado de conocimiento, confianza y prácticas reales de
RSE, las respuestas expresadas contradicen en parte lo que habían afirmado (al comienzo
del cuestionario) en relación a su RSE. Así, al grupo de las empresas que conocen la RSE y
la aplican se adscribe el 76% de ellas, frente a un 93% que afirmaba al principio hacer RSE.
Y en el grupo de las que conocen la RSE y la hacen de un modo planificado se ubica el 33%,
frente al 50% de decía inicialmente planificar su RSE.
404
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Esta incongruencia hace pensar que existen sesgos en las respuestas de las empresas
(que pueden deberse a diferentes motivos: insuficiente información sobre la propia RSE,
deseo de querer trasladar una imagen mejor que la real, etc.) y que el porcentaje real de
empresas que hacen y planifican su RSE se aproxima más al segundo dato que al primero.
De este modo, si consideramos ese segundo dato como el más acertado y lo comparamos
con el mismo dato de la encuesta de 2008, tenemos que el porcentaje de empresas que en
2014 hacen RSE ha pasado del 69% al 76%, y que el porcentaje de empresas que hace una
RSE planificada ha pasado del 17% al 33%. Lo primero se explica por la mayor
incorporación a la RSE de las pymes, y lo segundo es algo que ha ocurrido casi
exclusivamente en la gran empresa. Es decir, que las prácticas de RSE crecen en la pequeña
empresa y que la formalización de la RSE avanza sobre todo en la gran empresa.
Por último, si tratamos de encontrar una relación entre la RSE desarrollada y el tipo
de innovación que en 2014 las empresas conocen, han implantado o desconocen, encontramos
que: los enfoques de innovación más conocidos e implantados ya en las empresas (en el 45-
79% de ellas) están ligados a la “mejora de procesos” (calidad, prevención, I+D+i, gestión de
equipos…), mientras que los enfoques éticos y ecotécnicos de innovación son mayoritariamente
desconocidos o están implantados en muy pocas empresas (1 de cada 10). Este estado de la
innovación explica el tipo de decisiones y la orientación estratégica de las empresas, y
guarda una relación coherente con el hecho de que las prácticas reales de RSE que hemos
identificado en 2014 estén orientadas más a la optimización de procesos que a la
reorientación ética o ecológica de la actividad de la empresa. Queda claro, por tanto, cómo
sobre el “deber ser” de la RSE las empresas hablan de ética y sostenibilidad, pero en el
“ser” de la RSE efectiva las empresas piensan en términos de competitividad.
Según apuntábamos más arriba, la percepción que de la RSE existe en 2014 en las
empresas sigue estando ligada a la ética, pero es muy notable el incremento que ha habido
en el número de empresas (del 19% en 2008 al 36% en 2014) que ahora conciben la RSE
como una opción estratégica. Además de este dato, hemos obtenido otro en el mismo sentido:
cuando las empresas hablan de lo que la RSE “debería ser”, el valor que más ha subido
desde 2008 (hasta situarse en segundo lugar tras el de dirigir con criterio ético) es el que
considera que la RSE debería ser una política de mejora e innovación (el 42% así lo cree en 2014,
frente al 8% en 2008). De este modo, podemos afirmar que las empresas han ido
incorporando una “visión estratégica” nueva de la RSE, menos vinculada a la imagen y más
a la idea de mejora.
estructura funcional de gestión de la RSE: además de crecer (del 31% al 55%) el número de
empresas que dispone de algún órgano funcional para gestionar su RSE, se ha producido
entre 2008 y 2014 una cierta centralización de la gestión en la figura del Director o Responsable
de RSE, a la par de una reducción de otro tipo de órganos más participativos (Defensor de los
grupos de interés, Departamento de RSE, Comité interno de RSE). Esto podría tener su explicación
en esa mayor vinculación de la RSE con resto de políticas estratégicas de la empresa.
La crisis económica, por su parte, puede también explicar o haber acentuado este
nuevo enfoque estratégico. La respuesta mayoritaria que ante la crisis han adoptado las
empresas (el 79%) ha sido la reducción de costes, a pesar de que el 69% de las empresas ha
experimentado estabilidad o crecimiento durante este periodo de crisis. Las razones del
recorte pueden estar justificadas en los problemas de morosidad e impagos (que ha sufrido el
68%) o en el descenso de ventas (que ha sido el principal problema para el 44%).
El tamaño de la empresa es, no obstante, el factor que mejor discrimina entre los dos
enfoques estratégicos sobre la RSE (el reputacional y el técnico-instrumental). Las empresas
grandes han apostado más por una RSE técnica, de mejora interna de procesos, lo cual
hace que perciban positivamente el valor añadido de la RSE. Y las empresas pequeñas, en
cambio, han recortado el presupuesto de RSE, lo cual ha venido acompañado (como causa
o como efecto) de un empeoramiento de su percepción del valor añadido de ésta. Por otro
lado, el novedoso 12% de empresas que en 2014 afirma que la RSE no tiene ninguna desventaja
está constituido por empresas grandes, mientras que la pequeña empresa es la que más
incide en la desventaja de los costes económicos de la RSE. Podemos concluir, por tanto, que
hay en 2014 una cierta polarización, según el tamaño de la empresa, entre estos dos
enfoques estratégicos de la RSE. De hecho son las empresas pequeñas las que siguen
percibiendo la mejora de la imagen como el principal beneficio de la RSE.
Por sector de actividad también hay diferencias. La crisis ha afectado más a los
sectores industrial y de construcción, lo que puede explicar en gran medida el
empeoramiento de la RSE que se ha dado en ambos, a diferencia del agroalimentario y de
406
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
servicios, en los que la RSE ha mejorado. Ante la crisis la estrategia de los dos primeros ha
sido de supervivencia, y esto ha afectado tanto a sus prácticas de RSE (que son menos en
2014 que en 2008) como a su visión de ésta (el industrial es el único en 2014 con empresas
que no ven en la RSE ninguna utilidad o aporte de valor añadido). Mientras la estrategia de los
otros dos ha sido más de expansión, y esto concuerda con una percepción de la RSE como
algo que sí ofrece ventajas en términos de mejora o de rentabilidad.
Algunos de los datos recogidos sobre las prácticas de innovación que las empresas
han implantado y sobre el tipo de innovación que desconocen aportan también evidencia a
favor de esa idea. Así, las formas de innovación implantadas en 3 de cada 4 empresas están
relacionadas con la “mejora de procesos internos”, mientras que las de “innovación en
sostenibilidad” están implantadas solamente en 1 de cada 10 empresas. Por otro lado, éstas
últimas son mayoritariamente desconocidas (en casi 8 de cada 10 empresas) y las estrategias
con “enfoque ético” o “ecotécnico” son conocidos o están implantados sólo en 3 de cada
cuatro empresas.
Se puede afirmar, por tanto, que la RSE entendida como instrumento para la
innovación (desde los nuevos enfoques ético y de sostenibilidad) no ha calado aún en las
empresas, simplemente porque en la mayoría de los casos estos enfoques se desconocen.
Las empresas parecen, por otro lado, estar mirando más al corto plazo y tratando de dar
continuidad a lo que venían haciendo que buscar y apostar por otros modos más
disruptivos de innovación.
407
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Los datos por tamaño de empresa y sector de actividad son también favorables al
futuro de la RSE y han crecido con respecto a 2008, salvo en el sector industrial y en las
empresas de tamaño intermedio (según facturación) donde las expectativas han empeorado.
Esto significa que existe una correlación positiva entre el impacto de la crisis y las
expectativas sobre el futuro de la RSE, de manera que las empresas más afectadas
negativamente por la crisis son las que peores expectativas tienen.
Si consideramos las razones asociadas por las empresas a la RSE, se observa que en
2014 ha bajado a la mitad el argumento de que la RSE es cosa de empresas grandes (del 94% en
2008 al 37% en 2014), y ha crecido el argumento de la rentabilidad de la RSE (del 23% al
37%). También se ha extendido la expectativa de que la RSE poco a poco se irá generalizando
y todas las empresas tendrán que incorporarla (del 3% al 24%). Aunque hay algunas diferencias
sectoriales, el tamaño de la empresa es el verdadero factor discriminante, de manera que: las
empresas pequeñas apuestan mayoritariamente por que en el futuro la RSE seguirá siendo
pilotada por la gran empresa; las empresas medianas son las que más expectativas ponen en
el argumento a favor de la rentabilidad de la RSE y de la generalización paulatina de ésta; y
las empresas más grandes conjugan los tres argumentos defendiendo más que las medianas
la idea de que serán las empresas grandes las que fundamentalmente harán RSE. Esto
último sin duda encuentra su explicación en el tipo de visión estratégica que de la RSE tiene
ahora la gran empresa, muy vinculada a la operativa de procesos de mejora, a diferencia de
la pequeña empresa, que ve en la RSE más un instrumento de imagen.
Las prácticas de RSE en las empresas, tal como ya hemos descrito, han evolucionado
hacia una mayor formalización, una mayor centralización de la gestión y una mayor
vinculación con los objetivos de competitividad. Y el enfoque estratégico de la RSE en las
empresas se ha alejado de la perspectiva reputacional y ha acentuando una visión más
técnica de la RSE. Todos estos cambios, que sin duda están correlacionados con la crisis
económica, y resultan coherentes con una expectativa en general favorable al futuro de la
RSE, según la cual la RSE ha dejado de verse como algo exclusivo de grandes empresas y
comienza a fundamentarse más en razones de rentabilidad económica, (sobre todo en las
empresas medianas y grandes), aunque también en la creencia de que la inercia de las cosas
irá extendiendo la RSE a todas las empresas.
408
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Todo lo expuesto hasta aquí ha tratado de dar respuesta al objetivo general que se
propuso para este estudio de 2014: analizar el impacto de la crisis económica en la RSE de las
empresas.
Las preguntas iniciales a partir de las cuales se llegó a la formulación de este objetivo,
tal como se indicó en el apartado 7.1.2, fueron éstas: ¿cómo responden las empresas a una
situación de crisis? ¿Ha puesto la crisis económica “en crisis” a la RSE o, por el contrario,
como muchos defienden la RSE está siendo un “antídoto” contra la crisis? ¿Cuáles son las
expectativas empresariales actuales respecto del futuro de la RSE?
Sigue habiendo (en 2014) un discurso ambiguo sobre la RSE, en el que se combina la
justificación ética (aún mayoritaria) con las razones estratégicas. Aunque, con la crisis, estas
segundas se han reforzado y han reemplazado la visión reputacional (cosmética) de la RSE por
una visión más instrumental desde el punto de vista operativo (de eficiencia en la gestión
interna de los procesos).
409
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
Prácticas de RSE
¿Ha puesto la crisis económica “en crisis” a la RSE o la RSE ha sido un revulsivo
ante la crisis?
Parece más bien lo primero, a juzgar por los resultados obtenidos en la investigación:
Aunque la RSE se ha extendido a más empresas (pero sólo a un 7% más: del 69% en
2008 al 76% en 2014) se puede afirmar que la RSE ha permanecido aletargada durante la
crisis (en el 50% de las empresas), cuando no ha experimentado un deterioro (en el 21%)
especialmente en las empresas de tamaño medio y en los sectores industrial y de
construcción.
Lo que sí parece probado es que la crisis explica en gran medida dos cambios de
tendencia. El primero hacia una mayor justificación ética de la RSE (“en el discurso” se
acentúa este enfoque y “en la práctica” se multiplican los códigos éticos). Y el segundo
hacia un debilitamiento del enfoque reputacional de la RSE (el cual, tanto en el discurso como
en la práctica, se va desvinculando de la imagen y de la acción social), a pesar de que este
enfoque predomina aún en la Pyme.
Estrategia de RSE
¿Posee la empresa una visión estratégica de la RSE? ¿Ha sabido la empresa usar la
RSE como vía para la innovación y la salida de la crisis?
410
Capítulo 9.- La RSE sobrevive a la crisis: Estudio empírico de 2014
Por último, las estrategias de innovación de las empresas no parecen estar inspiradas
en la RSE, más allá del enfoque de mejora de la productividad. Se puede afirmar que, por
desconocimiento o por visión cortoplacista, no ha calado aún en la empresa la visión de la
RSE como instrumento para la innovación.
¿Tras la crisis, las empresas siguen siendo optimistas sobre el futuro de la RSE o la
crisis económica ha modificado las expectativas?
Se puede afirmar que en general las empresas se siguen mostrando optimistas sobre
el futuro de la RSE, a pesar de los efectos de la crisis. Aunque en aquellos sectores
(industrial) y empresas (de tamaño medio) donde el efecto de la crisis ha sido más negativo,
las expectativas sobre el futuro de la RSE no son tan favorables y ha crecido el grado de
escepticismo hacia ella.
411
Segunda Parte: Estudio Empírico “RSE y crisis económica en empresas de Castilla y León”
412
TERCERA PARTE
CONCLUSIONES
414
CONCLUSIONES:
1. Por una reconceptualización de la RSE
415
416
Conclusiones
Que la empresa consiga posicionarse de otro modo, como institución central del
nuevo orden económico, dependerá en gran medida de cuál sea la construcción social que
lleguemos a hacer del concepto de Responsabilidad Social Empresarial y de los
mecanismos con los que consigamos trasladar esa noción a los modelos concretos de
producción y reproducción social.
Del análisis del Marco Teórico que hemos realizado en la Primera Parte de esta Tesis
se deduce que la noción actual de RSE está aún en proceso de construcción, y que es
susceptible de ser reformulada desde nuevos y más avanzados paradigmas. Veamos algunos
de los argumentos que apoyan esta primera conclusión general.
valor a largo plazo para toda la sociedad. Esta formulación genérica es compartida y
aceptada por todos los enfoques teóricos y todos los grupos de interés. Sin embargo,
cuando se añaden al concepto nuevas condiciones y concreciones, pronto aparecen las
divergencias o las contradicciones.
Por su parte, el diálogo multistakeholder constituye uno de los rasgos característicos del
enfoque europeo de RSE, habiéndose convertido en referente obligado para toda iniciativa,
discusión o adopción de políticas formales de RSE. Y también ha sido el modelo con el
que se ha venido construyendo en España y en los países del sur de Europa el discurso de
la RSE. Pero, a la hora de implementarlo en el contexto de las decisiones diarias en el
mundo de la empresa, carecemos aún de metodologías efectivas y fáciles de aplicar, por no
mencionar la casi inexistencia de estructuras funcionales y de cultura de diálogo en la
mayoría de las empresas, al menos en el contexto español.
418
Conclusiones
La distinción que hacen algunos autores entre responsabilidad social y responsividad social
nos ayuda a situar este interrogante. Cabe distinguir tres niveles distintos en la actuación
social de la empresa: el de las obligaciones sociales, que se corresponde con el cumplimiento de
las leyes y regulaciones establecidas; el de la responsabilidad social, constituido por la
aceptación en el mundo de los negocios de las normas y valores sociales, aunque estos no
estén exigidos por la ley; y el de responsividad social, entendida como la “sensibilidad” y la
“respuesta concreta” que es capaz de ofrecer la empresa ante las presiones y las
expectativas de la sociedad.
Es cierto que esta idea de gestionar los intangibles da pie a que la empresa comience
a reflexionar en serio, auque sea estratégicamente, sobre cuestiones como los valores que
definen su identidad. Y es así como aparece la gestión por valores como un nuevo modelo de
gestión que propone superar la cultura organizativa convencional, orientada
prioritariamente al control, los objetivos y la eficiencia, por otra que anteponga valores
centrados en las personas. Es decir, una gestión que considere los valores tácitos que están
enraizados en la empresa, tratando de hacerlos explícitos mediante el liderazgo participativo y
en el diálogo explícito, con el fin de que sirvan para orientar y fortalecer a la empresa en todos
sus niveles.
Este enfoque de la gestión por valores tiene su origen sobre todo en el discurso
managerial, y ha sido bien aceptado en la gran empresa, contribuyendo a “ablandar” la
419
Tercera Parte: Conclusiones
versión más liberal sobre el rol social de la empresa y a extender poco a poco una cultura
nueva en la que la empresa se define en torno a valores de compromiso. Es aquí donde el
discurso ético cumple su función y, gracias a él, la empresa se humaniza adoptando la RSE.
Pero eso no significa que se pierda de vista el objetivo de la rentabilidad, sino más
bien que la RSE también contribuye a la rentabilidad. Buena prueba de ello es la defensa
obstinada que los grupos empresariales hacen del principio de voluntariedad. O el hecho de
que hasta ahora, desde un punto de vista operativo, la RSE ha sido en la empresa un área
dependiente de los departamentos de marketing y de los presupuestos de comunicación, lo
cual demuestra cómo la RSE se viene concibiendo como una estrategia de comunicación
para mejorar la imagen corporativa y no para cambiar la cultura empresarial.
Por otro lado, las investigaciones académicas más recientes que han analizado las
teorías desde las que se justifica la RSE han encontrado que existe una fuerte correlación
entre la racionalidad subyacente en dichas teorías y el rol social de la empresa implícito en
ellas. Así, los enfoques basados en racionalidades jurídicas o económicas suelen concebir a
la empresa como una institución maximizadora de utilidades, mientras que los enfoques
que abordan la RSE desde una óptica sociológica o ética tienden a concebir a la empresa
como una institución económico-social con un rol social mucho más amplio.
Todo esto viene a mostrar que la noción de RSE es aún prisionera de los
esquemas economicistas tradicionales. Y mientras siga construyéndose dentro de ese
marco podrá ser útil a la empresa ofreciendo una respuesta “medida” de ésta a la sociedad,
formalizándose como herramienta de gestión, pero no convirtiéndose en palanca para la
innovación y la transformación. “Gestionar intangibles” es en sí misma una expresión que
muestra sus propias limitaciones.
La pregunta es si existe alguna vía de avance que permita a la RSE liberarse del corsé
de la rentabilidad y mostrar su capacidad transformadora. En la tercera de nuestras
hipótesis iniciales sugeríamos que sí, que el concepto de RSE puede seguir evolucionando
hacia una visión más avanzada, capaz de contribuir a desarrollar un tipo de racionalidad
nueva en el mundo de la empresa. Así consideramos que lo demuestran algunos de los
argumentos y evidencias analizadas en el Marco Teórico de la RSE (Primera Parte de esta
Tesis).
Por razones históricas, la racionalidad estratégica ha sido dominante entre las teorías
de la RSE, aunque en las últimas décadas se ha producido una evolución de éstas desde las
visiones clásicas (de la propiedad, la agencia, la firma) hacia otras actualmente en fase de
consolidación (enfoque stakeholder), hasta llegar a algunas teorías emergentes (ciudadanía
corporativa, desarrollo sostenible, bien común…). Esta última fase está dando lugar a
planteamientos emergentes basados en nuevos tipos de racionalidad, con una visión más
holística de las relaciones empresa-sociedad, y que entienden la RSE como algo más que un
mero instrumento al servicio del negocio.
lógicas y paradigmas interpretativos, más globales y sistémicos. El concepto clave para este
salto puede ser el de innovación.
El potencial sinérgico o conflictivo que pueda haber entre RSE e innovación depende
del modelo de economía y de empresa que contemplemos. Así, en una visión darwinista de
la economía y de la empresa, la RSE sólo puede ser contraria a la innovación, porque la
bloquea (ahí sólo cabe una RSE filantrópica o estratégica en el sentido más instrumental).
Pero en una visión de la empresa con “anclaje social”, como organización integrada
socialmente, la RSE puede funcionar sinérgicamente con la innovación (sea ésta
incremental o disruptiva): la economía de innovación de hoy en día depende de factores
inmateriales y tecnologías de la información que exigen a la empresa disponer de recursos
que sólo las estructuras institucionales y las redes de colaboración proporcionan. Por tanto,
para que la RSE pueda mostrar su potencial de innovación se necesita un marco regulatorio
claro (a nivel institucional) y aplicar de verdad el enfoque stakeholder (a nivel empresarial).
A nuestro modo de ver, el factor limitante de la RSE actual no está tanto en las
motivaciones de las empresas, sino en las condiciones limitantes del modelo de mercado
vigente y del marco institucional de la economía. Haría falta, por tanto, redefinir el modelo
de empresa, de innovación y de RSE. La RSE es un resorte que puede actuar de conector
entre los niveles interno y externo de la empresa, ayudando a que ésta tome conciencia de
sus interrelaciones y sus compromisos con el entorno amplio en el que actúa y a que, desde
esa percepción, proponga modelos de innovación con retorno económico, social y
ecológico para todos.
Consideramos también que los tres discursos actuales sobre la RSE pueden y deben
aproximarse. Los discursos managerial y académico (estratégico el primero y dialógico el
segundo) deben hacer el esfuerzo de virar hacia el otro lado (el uno hacia nuevos
paradigmas y el otro hacia la realidad contingente) y tratar de reconocerse mutuamente, a
fin de intentar encontrar un sentido práctico, dinámico y realista para la RSE. Ahora bien,
consideramos igualmente que si el marco institucional no actúa como puente, regulando una
RSE de mínimos que dé ventajas reales a las empresas cumplidoras, ninguna RSE será
viable.
Según la propuesta de avance que hemos formulado en el Capítulo 5.5 de esta Tesis,
las condiciones básicas para una RSE ecosocial pasan por el establecimiento de un marco
regulatorio con tres normas de obligado cumplimiento: la asunción (desde la innovación)
del problema de los límites físicos del crecimiento económico; el respeto universal de los
derechos humanos y laborales; y el cumplimiento estricto de la legislación fiscal vigente allí
donde la empresa actúe. Ninguna empresa que no cumpla estrictamente con estas tres
421
Tercera Parte: Conclusiones
condiciones podrá decir legalmente que hace RSE. Todo lo que suponga ir más allá de estas
tres premisas de mínimos será un tipo de RSE libre y discrecional. Tendríamos, así, una
RSE regulada (“de mínimos”, aunque voluntaria) y una RSE discrecional (“de máximos”).
La clave para el avance reside, por tanto, en la capacidad de los poderes públicos para
impulsar un marco normativo de mínimos que deje claro quién hace verdadera RSE (y
puede por tanto usar públicamente esa “etiqueta”) y quién no. Sin este tipo de regulación la
RSE corre un serio riesgo de acabar diluyéndose en sus propias contradicciones y resultar
un tremendo fiasco social.
Por otro lado, compartimos con algunos autores la idea de que la empresa inteligente
sólo puede responder a los retos actuales con una actitud de innovación. Pero, a nuestro
modo de ver, ésta debe ser un tipo de innovación que consiga renovar la legitimidad social
de la empresa y garantizar su viabilidad económica contribuyendo de manera proactiva a la
sostenibilidad ecológica y a la cohesión social.
Al explorar la percepción que estas empresas tienen de la RSE lo primero que llama
la atención es que en sus respuestas se vislumbran a la vez dos actitudes distintas: una visión
ética de la RSE, asociada a prácticas de acción social y filantropía, y una visión instrumental
vinculada al concepto de reputación. De entrada la primera visión parece mayoritaria (69%
frente a 50%) cuando se pregunta por los valores o conceptos que se asocian a la RSE
(cultura y compromiso, por un lado, e imagen y reputación, por otro). Pero cuando se
explora la percepción que las empresas tienen sobre cuál es el beneficio principal de la RSE
la visión reputacional es elegida por el 94% de ellas. Los valores éticos y estratégicos, en
general, son percibidos como compatibles cuando se habla de RSE. Lo cual podría
interpretarse como una concepción pragmática de la ética o como una contradicción en sí
misma.
Por otro lado, hay dos conceptos sobre los que las empresas expresan también
respuestas contradictorias, las ideas de diálogo y de innovación. Las empresas aseguran que
aunque el diálogo es una condición necesaria de la RSE, es algo que resulta difícil de concretar, y
sólo un 5% lo elige como uno de los cuatro valores esenciales de la RSE. Aunque, luego, el
95% de ellas afirma dialogar con sus stakeholders. Y más tarde, cuando se conversa con
ellas sobre cuáles son los factores de éxito de la RSE, casi todas las empresas afirman que
“la RSE sólo puede salir del diálogo”. El diálogo, por tanto, es algo a lo que se apela, pero no
está claro si efectivamente se practica o no. Con la idea de innovación ocurre algo parecido:
es mencionada como uno de los tres argumentos a favor de la RSE (“ya que favorece la
422
Conclusiones
creatividad”), pero sólo el 10% de las empresas la señala como uno de los cuatro valores
esenciales de la RSE (estos son: acción social, reputación, excelencia y transparencia). Por
lo tanto, podemos decir que las empresas apelan al diálogo y a la innovación en un sentido
esencialmente desiderativo.
A nuestro modo de ver, estos resultados revelan que en las empresas existe una
idea más bien ambigua o poco clara sobre qué es la RSE, y a menudo contradictoria
sobre cuáles son sus valores definitorios.
Aunque inicialmente el 62% de las empresas afirma hacer RSE (porcentaje que sube
al 69% al final del cuestionario) sólo un 17% dice hacer su RSE de un modo planificado. La
mayoría de las empresas que desarrollan alguna práctica de RSE declaran hacerlo “de un
modo informal”. Si consideramos el hecho de que las empresas entrevistadas se definen a sí
mismas como empresas excelentes, estos porcentajes revelan un escaso grado de desarrollo
de la RSE en el mundo de la empresa. No podemos deducir de estos datos cuál puede
llegar a ser el grado de implantación de la RSE en el conjunto de las empresas de la
economía regional o nacional, aunque es verosímil suponer que bastante menor.
que estas respuestas permiten pensar que, aunque sea de un modo informal, las empresas
están empezando a desarrollar interesantes prácticas de RSE.
En lo que respecta a la percepción que las empresas tienen de la RSE, ésta sigue
vinculándose mayoritariamente a los valores de compromiso y cultura (69% en 2008 y 64%
en 2014), aunque se ha duplicado la percepción de la RSE como una opción estratégica que
puede ayudar a la empresa (del 19% al 36%). Esto significa que en el nivel del discurso sigue
siendo mayoritaria la “visión ética” de la RSE, pero la “visión estratégica” ha ganado
terreno.
425
Tercera Parte: Conclusiones
modo informal (del 38% al 43%), y todo ello va acompañado de un descenso del 4% en el
grado de escepticismo hacia la RSE (del 14% al 10%).
En principio estos datos demostrarían que la RSE ha logrado resistir bien a la crisis
en estas empresas. Pero si se compara el leve incremento que sugieren esas cifras con el
porcentaje de empresas que durante este periodo han experimentado crecimiento
económico (52%) o han tenido una situación de estabilidad (17%), la mejora en RSE no
parece tanta. Más bien habría que inferir que la RSE ha permanecido “aletargada” o que
incluso se ha “deteriorado” (en el 21% de las empresas) mientras la situación de la mayoría
de estas empresas mejoraba. De hecho, es sólo en las empresas más grandes donde la RSE
experimenta un crecimiento destacable, en términos de mayor formalización.
Al analizar con más detalle el impacto de la crisis en las prácticas de RSE de las
empresas encontramos que donde más se ha reforzado la RSE es en las áreas de gestión de
clientes y de mejora de producto, precisamente las dos áreas más ligadas a las normas de gestión
de calidad y, por ende, a una RSE más técnica y funcional. Donde más se ha debilitado la
RSE durante la crisis es en las áreas de acción social y de desarrollo local, es decir, en aquellas
áreas más vinculadas a una RSE filantrópica. Este hecho es coherente con el giro apuntado
más arriba en la percepción de la RSE, que comienza a ser menos ética y más estratégica
(en el sentido de mejora interna).
426
Conclusiones
Del análisis comparativo realizado entre nuestros dos estudios podemos deducir que
la crisis económica explica en gran medida dos cambios de tendencia en la RSE. El primero
se materializa en una mayor justificación ética de la RSE: así, “en el discurso” se acentúa este
enfoque y “en la práctica” se multiplica la adopción de códigos éticos. Y el segundo cambio
apunta a un claro debilitamiento del enfoque reputacional de la RSE, ya que tanto en el
discurso como en la práctica la RSE se ha ido desvinculando de los conceptos de imagen y
de acción social, a pesar de que ese enfoque predomina aún en la pyme.
Por otro lado, la crisis también parece ser un factor causal que ha contribuido a
polarizar la respuesta estratégica de las empresas en relación a su RSE, con “recortes” de la
RSE en aquellas en las que el efecto negativo de la crisis ha sido mayor (industria,
construcción y pymes en general) y con una creciente “formalización” de la RSE en
aquellas en las que la crisis no ha sido tan negativa (gran empresa y sectores agroalimentario
y de servicios).
427
Tercera Parte: Conclusiones
Puede que el debilitamiento del enfoque reputacional sea un buen signo de avance y
que una visión de la RSE ligada a la mejora de los procesos internos de la empresa también
lo sea en gran medida, pero si la RSE no logra ayudar a la empresa a contextualizarse (es
decir, a reflexionar sobre su papel en el entorno amplio en el que actúa) y a comprometerse
de manera innovadora y activa con los retos ecológicos y sociales, se estará desperdiciando
una coyuntura y una oportunidad con enorme potencial.
Para que esto sea posible es imprescindible que los poderes públicos se decidan de
una vez a establecer un marco regulatorio de mínimos, que siente las bases de una cultura
general de la responsabilidad y provea de los mecanismos técnicos e institucionales desde
los que convertir la RSE en hechos y decisiones cotidianas en el mundo de la empresa.
Bajo este enfoque genérico, creemos que se pueden sugerir algunas posibles vías de
investigación, tanto en el plano teórico como en el empírico. Por mencionar sólo algunas,
en cuanto a investigación teórica sugerimos las siguientes:
Sería interesante analizar, desde una perspectiva comparada, los enfoques y los
debates sobre la noción de RSE existentes en los distintos países de la Unión
Europea, con el objetivo de encontrar elementos o esquemas que ayuden a clarificar
el concepto y a definir mecanismos eficaces o innovadores de implementación en el
mundo de la empresa.
428
Conclusiones
no sirven para medir o gestionar los objetivos que la sociedad vaya atribuyendo a la
noción de RSE.
En esa misma línea sería muy interesante la realización de estudios sectoriales que
permitieran disponer de datos más precisos sobre las diferencias en la RSE de las
empresas según distintos tipos de actividad, algo que en nuestro trabajo no hemos
podido llegar a desagregar por las limitaciones del tamaño de la muestra.
Creemos que es muy necesario que sobre las políticas y prácticas de RSE se realicen
investigaciones de tipo cualitativo, que indaguen en los significados y en los esquemas
“cognitivos” con los que las empresas plantean su RSE, dadas las contradicciones o
ambigüedades que hemos detectado e nuestro estudio. Los resultados nos ayudarían a
comprender mejor las motivaciones empresariales y a diseñar mejores estrategias para
la promoción de una cultura de la RSE.
429
Tercera Parte: Conclusiones
430
GLOSARIO:
431
432
Glosario
Glosario:
Acción Social: conjunto de actividades promovidas por la empresa, dentro del marco que
define su RSC, consistentes en colaborar con entidades públicas o privadas mediante
donaciones directas, con el fin de apoyar proyectos de cooperación al desarrollo,
desarrollo socioeconómico o integración social de colectivos desfavorecidos. Estas
prácticas suelen dirigirse a las áreas de integración social, salud, educación, formación
profesional, arte, cultura, medio ambiente y empleo. Además de programas de
donaciones, mecenazgo y patrocinio, también se considera acción social la promoción
del voluntariado de los empleados o el establecimiento de fundaciones corporativas
para llevar a cabo este tipo de fines.
Imagen Corporativa: representación mental que un colectivo social tiene de una empresa.
El término imagen corporativa se refiere al esquema de percepciones y creencias que
los públicos tienen de una organización, a partir del cual decidirán una conducta en
función de su percepción de la realidad. Para algunos autores, esta percepción se
organiza como una estructura, representación o un esquema mental integrado por el
conjunto de atributos que los públicos utilizan para diferenciar e identificar una
compañía de las demás. Una compañía puede tratar de desarrollar estrategias para
lograr que estas percepciones sean lo más favorables posible. La RSE es un modo de
hacerlo.
435
Norma: Disposición de carácter no obligatorio que contiene los métodos (procedimientos,
prácticas y especificaciones) para la evaluación de un determinado producto, servicio o
procedimiento. Es emitida por un organismo acreditado para ello. En procesos de
calidad y RSE se usa para indicar disposición de carácter no obligatorio.
Reputación corporativa: se entiende como la percepción que los grupos de interés tienen
de la compañía, y también como el reconocimiento público de una compañía para crear
valor de forma permanente para sus grupos de interés a partir del grado de
cumplimiento de sus compromisos con ellos. Para que la reputación genere valor, tiene
que ser gestionada y comunicada. Se dice que es un intangible difícil de valorar en
términos económicos, sin embargo, permite una diferenciación entre la compañía y el
resto de empresas, ayudándola a construir una ventaja competitiva frente a sus rivales
Se puede definir como el reconocimiento público de la capacidad de una compañía para
crear valor de forma permanente para sus accionistas, clientes, empleados y la
comunidad en general.
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ANEXOS:
Anexo 1. Empresas de la Fundación Execyl en 2008
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Anexo 1. Empresas de la Fundación Execyl
455
Anexos
456
Anexo 2. Ficha Técnica del Estudio de 2008
457
Anexos
458
Anexo 3. Cuestionario de la Encuesta de 2008
459
Anexos
460
461
Anexos
462
463
Anexos
464
465
Anexos
466
467
Anexos
468
Anexo 4. Ficha Técnica del Estudio de 2014
469
Anexos
470
Anexo 5. Cuestionario de la Encuesta de 2014
471
Anexos
472
473
Anexos
474
475
Anexos
476