La Lengua Literaria
La Lengua Literaria
La Lengua Literaria
La literatura usa un tipo de lenguaje particular al que llamamos «lenguaje literario» o «lengua
literaria». La finalidad de ese lenguaje es producir placer en el lector; para ello, el escritor se
preocupa de la estética del texto, de la función poética. Veamos ahora la definición exacta de la
lengua literaria, sus elementos y sus características.
La literatura es difícil de definir, dado que dentro de lo que llamamos “textos literarios” podemos
incluir cartas, cuentos, noveles, poemas, microrrelatos… Pero los lectores tenemos una idea
clara de lo que es literario y lo que no. Por ejemplo, nadie piensa que un folleto publicitario o
unas páginas que explican el funcionamiento de una lavadora sean textos literarios.
¿Qué diferencia entonces un texto literario de uno no literario? Pues la intención artística del
autor; cuando alguien escribe un cuento, quiere hacerlo bien, busca palabras adecuadas a su
intención, trabaja con el lenguaje, usa figuras literarias… todo ello para embellecer su texto y
hacerlo más atractivo para el futuro lector.
De otra manera: la literatura es una expresión artística en la cual el escritor pretende transmitir
una idea de forma estética y emocional para captar la atención del lector.
La lengua literaria
Para lograr su objetivo usa la lengua literaria (o lenguaje literario). El lenguaje literario es un
lenguaje especial ya da más importancia a la manera de trasmitir el mensaje que al mensaje es
sí mismo.
El verso se preocupa del ritmo del lenguaje; lo consigue con la rima, la medida de los versos y
su organización en estrofas.
-El emisor
Es el autor, el escritor, la persona que busca crear un mensaje bello, estimular la imaginación
del lector y hacerlo disfrutar con sus obras. La relación que mantienen con el receptor es
“diferida”, es decir, el lector no puede responder o comentar nada de forma inmediata. Además,
un autor nunca sabe quién o en qué momento va a ser su lector.
-EL receptor
Es el lector. No es una persona concreta, sino que hay miles de lectores posibles en diferentes
momentos. El autor no se dirige a alguien definido, sino que escribe para un público
desconocido y amplio con el que no tienen ninguna relación directa.